EL CONTRATO DE SEGURO (Teoría general del contrato de seguro) Profª. Sara Menor Conde I. Introducción En la sociedad el individuo está sometido a la eventualidad de necesidades futuras, cuya efectiva producción depende de un hecho futuro e incierto (un accidente, un robo, un incendio, la propia muerte, el nacimiento de una deuda. etc.). Estos eventos futuros e inciertos pueden producir efectos patrimoniales desfavorables porque, al provocar una necesidad, exigen medios económicos suficientes para satisfacerla. Consiguientemente, las personas (físicas o jurídicas) están constantemente sometidas a un conjunto de riesgos (es decir, a un haz de probabilidades de que, sobre ellas, sus cosas o su patrimonio entero incidan ciertos eventos o circunstancias) que les pueden generar consecuencias patrimoniales desfavorables. Aparece así el concepto de riesgo, entendido como posibilidad de que se produzca un evento o suceso que genere un daño, o provoque una necesidad económica. I. Introducción El contrato de seguro está íntimamente ligado al riesgo, Pero no todos los riesgos que inciden sobre una persona son susceptibles de ser cubiertos por un contrato de seguro. Para serlo, es indispensable que tal riesgo reúna varios requisitos (GARRIGUES): Su finalidad es prevenir, o reparar, las consecuencias patrimonialmente desfavorables, o las necesidades, que un riesgo desencadena. 1) que el evento del que depende sea de posible realización (no puede asegurarse lo que es imposible que ocurra); 2) que su realización sea incierta, bien en cuanto a si se producirá, bien en cuanto al momento de su producción, o bien en el cómo el evento temido puede producirse; 3) que su realización sea fortuita, es decir, que no dependa directamente de la voluntad de la persona que soporta los efectos del evento (p. ej.: no es riesgo asegurable el incendio que voluntariamente pueda ser causado por el asegurado, pero sí el provocado por la malquerencia de terceros o incluso por culpa propia del asegurado); 4) que el suceso, caso de realizarse, provoque un daño o una necesidad económica. Conclusión: cuando un sujeto teme que un suceso posible, incierto y fortuito pueda causarle un daño, o una necesidad económicamente valorable, se dice que soporta un riesgo susceptible de ser asegurado. I. Introducción La persona que se encuentra sometida a un riesgo puede, o bien permanecer inactiva, en cuyo caso, si se produce el riesgo, soportará directamente sus efectos con su propio patrimonio; o bien estipular un contrato de seguro, por el cual un asegurador se compromete a reparar los daños, o a satisfacer la necesidad que pueda provocarle el riesgo, en caso de producirse. Pero recuerda: el contrato de seguro no transmite el riesgo al asegurador, sino que el riesgo continúa siendo soportado por el asegurado. Mediante el seguro simplemente se busca y obtiene cobertura económica para los efectos desfavorables que el riesgo puede provocar, si efectivamente se produce. II. La figura del asegurador Característica esencial del SEGURO MODERNO: su realización por un empresario especializado La industria aseguradora solo puede ser realizada por empresarios especializados, aptos para organizar la explotación industrial conforme a un plan racional, con el auxilio de métodos estadísticos y los oportunos cálculos matemáticos. Es decir, para que exista contrato de seguro, es indispensable que, el asegurador sea un empresario cuya actividad económica consista, exclusivamente, en la prestación del servicio de cobertura de riesgos, sea titular de una empresa destinada a ese fin, estando sometidos uno y otra- a un estatuto jurídico especial, por razón de la especialidad de su actividad. III. El Derecho de Seguros DERECHO DEL SEGURO Conjunto de normas que regulan las operaciones de seguro y la actividad aseguradora, en todos sus aspectos y manifestaciones. Así se puede hablar de DERECHO PÚBLICO DEL SEGURO: comprende las normas sobre el control administrativo de la actividad aseguradora. DERECHO PRIVADO DEL SEGURO: abarca las normas que regulan el contrato de seguro. III. El Derecho de Seguros Ramas del Derecho de Seguros Derecho Público del Seguro (normas dirigidas a establecer las reglas que afectan a la constitución, funcionamiento, requisitos, reservas, control y supervisión de las entidades aseguradoras). Ley 20/2015, de 14 de julio, de ordenación, supervisión y solvencia de las entidades aseguradoras y reaseguradoras (LOSSEAR), Reglamento de desarrollo (aprobado por RD 1.060/2015, de 20 de noviembre). Derecho Privado de Seguros (cuya finalidad y contenido se dirige a regular las relaciones jurídico-privadas que se establecen entre el asegurador y el asegurado, por el hecho de haber estipulado un contrato de seguro). Ley 50/1980, de 8 de octubre, de Contrato de Seguro (LCS) de Seguro, Sus preceptos tienen carácter imperativo, a no ser que en ellos se disponga otra cosa (el carácter imperativo se torna dispositivo en el caso de los «grandes riesgos» a que hace referencia el art. 44.2 LCS), LCS mantiene también vigentes algunas disposiciones especiales con rango legal para determinados tipos de seguros Especial interés poseen, las condiciones de las pólizas. A pesar del carácter imperativo de los preceptos de la LCS, el hecho de que su art. 2 considere válidas las cláusulas contractuales que sean más beneficiosas para el asegurado, otorga una gran relevancia a las condiciones generales y particulares de las pólizas que contienen los contratos de seguro. En cuanto condiciones generales, les resultará también de aplicación lo dispuesto en la Ley 7/1998, de 13 de abril, sobre condiciones generales de la contratación. IV. Contrato de seguro: concepto Concepto (art. 1 LCS): aquel contrato, por el que el asegurador se obliga, mediante el cobro de una prima y para el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto de cobertura, a indemnizar, dentro de los límites pactados, el daño producido al asegurado, o a satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones convenidas. IV. Contrato de seguro: concepto Concepto: Es decir, aquel contrato por el que una persona (asegurador) se obliga, a cambio de una remuneración pecuniaria (prima), a indemnizar a otra (asegurado), dentro de los límites convenidos, los daños sufridos por la realización de un evento incierto V. Contrato de seguro: características Es un contrato aleatorio: las partes ignoran -en el momento de su conclusión- si se verificará el riesgo, o -al menos- cuándo se efectuará, y cuál será la entidad de las prestaciones económicas de las partes, de manera que desconocen el beneficio que cada una de ellas podrá obtener del contrato. Es siempre un contrato oneroso porque ambas partes persiguen la obtención de una ventaja patrimonial, y además las prestaciones de las partes son correlativas (se dice que el contrato es bilateral y sinalagmático), ya que la prestación del asegurador, que deriva de su garantía y que se concreta en su obligación de pagar una cantidad si se verifica el riesgo, se corresponde con la del asegurado, relativa al pago de la prima. Es un contrato de duración (o de ejecución continuada) y único, aun cuando se subdivida en períodos. Es un contrato consensual, del que deriva la obligación del asegurador de entregar un documento probatorio del mismo, al tomador del seguro. Normalmente es un contrato de adhesión, ya que el asegurador predispone las condiciones generales. Hay supuestos en los que esto no sucede, pues son los tomadores de seguros, de gran potencia económica, los que las imponen, como sucede en los seguros referentes a los llamados “grandes riesgos”. VI. Contrato de seguro: clasificación Clasificación: Seguros contra daños (de estricta indemnización) el contrato posee una función reparatoria o indemnizatoria del importe del daño concreto. De modo que sin daño no hay indemnización y el importe de aquél predetermina la cuantía de ésta. Estos seguros reparan los daños que pueden producirse sobre cosas individualizadas, sobre derechos o sobre patrimonios Seguros de personas (de previsión, capitalización y ahorro) El objeto asegurado es la propia persona, la cual soporta en sí misma el riesgo de ver comprometida su salud o su integridad física por una enfermedad o por un accidente (seguros de accidentes, de enfermedad y asistencia sanitaria), o el riesgo de perder la vida antes de alcanzar una cierta edad (seguro de vida para caso de muerte) o de sobrevivir a una edad determinada (seguro de vida para caso de supervivencia). Este tipo de seguros comprende «todos los riesgos que puedan afectar a la existencia, integridad corporal o salud del asegurado» (art. 80 LCS). VI. Contrato de seguro: clasificación VII. Contrato de seguro: elementos personales Elementos personales: ASEGURADOR Es la persona jurídica que, habiéndose inscrito en el Registro especial de entidades aseguradoras, hace de la estipulación del contrato de seguro su propia y exclusiva actividad u objeto. Necesariamente habrán de adoptar la forma de sociedad anónima, mutua, cooperativa o mutualidad de previsión social (art. 27.1 LOSSEAR). Limitarán exclusivamente su objeto social a la actividad aseguradora, con exclusión de «cualquier otra actividad comercial» [arts. 5.1 .b), 22.2 y 31.1 LOSSEAR]. Para su constitución se requiere autorización administrativa del Ministerio de Economía y Competitividad (art. 20 LOSSEAR), así como inscripción en el Registro Mercantil y en el correspondiente Registro de entidades aseguradoras llevado en la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (arts. 28 y 40 LOSSEAR). El control, inspección y, en su caso, revocación de la autorización administrativa, compete al Ministerio de Economía y Competitividad (art. 169 LOSSEAR), a través de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. La justificación y finalidad de la ordenación de la actividad aseguradora es garantizar la seguridad en la prestación de este servicio, que desempeña una función individual y, a la vez, social. VII. Contrato de seguro: elementos personales Elementos personales: ASEGURADO, TOMADOR y BENEFICIARIO El asegurado es el titular del interés asegurado, es la persona que soporta o está expuesta al riesgo y que normalmente estipula el contrato, asume la obligación de pagar la prima y adquiere el derecho a la percepción de la indemnización (art. 7.3 LCS). Específico del ámbito del seguro, es la disociación que a menudo se produce en los seguros de daños- entre el asegurado (sujeto que soporta el riesgo y que recibirá la indemnización) y el tomador del seguro (sujeto que estipula el seguro y contrae la obligación de pagar la prima). El tomador del seguro puede estipular el contrato por cuenta propia, o por «cuenta ajena», es decir, en favor del verdadero asegurado, cuyo nombre puede manifestar u ocultar en la póliza (art. 7.1 LCS). Si lo oculta se dice que se estipula el contrato «por cuenta de quien corresponda» (p. ej.: el seguro de transporte de mercancías, donde puede permanecer indeterminada la persona del asegurado en el momento de la contratación del seguro; habrá que estar al momento de su llegada a destino). En caso de duda, se entiende que el tomador actúa por cuenta propia (art. 7.1 LCS). El beneficiario es el tercero a favor del cual se estipula el seguro y, consiguientemente, queda legitimado para recibir la indemnización (seguros de personas) VIII. Contrato de seguro: causa Causa del contrato: En los seguros de daños, consiste en la cobertura de los daños que puede producir un riesgo previsto, cobertura que presta el asegurador mediante la percepción de una prima y, además, si éste se llega a materializar, el asegurado obtendrá la reparación o indemnización de los daños que el siniestro (incendio, robo, pedrisco, etc.) provoque, según los límites pactados. En los seguros de personas, la causa del contrato consiste en la previsión o seguridad de que si un siniestro se produce, se obtendrá una suma, capital o renta, tanto si aquél provoca un daño valorable patrimonialmente, como si no lo hace. VIII. Contrato de seguro: causa Causa del contrato: la integran 2 elementos: 1. El riesgo asegurado El contrato de seguro es nulo, si en el momento de su estipulación no existía el riesgo Por tanto, el contrato se extingue si durante su vigencia desaparece el riesgo en él cubierto. No cualquier riesgo puede cubrirse mediante un contrato de seguro. No son asegurables Los riesgos ilícitos (por ser opuestos a la ley, a la moral o a las buenas costumbres: art. 1275 CC) Los causados por la mala fe del asegurado (art. 19) Los riesgos extraordinarios o catastróficos (guerra, acciones terroristas, erupciones volcánicas, terremotos,…), cuya cobertura se encuentra excluida, salvo pacto en contrario. Para atender la cobertura de estos riesgos, se ha creado el CONSORCIO DE COMPENSACIÓN DE SEGUROS El riesgo o riesgos cubiertos por el seguro, deben mencionarse en la póliza, mediante su exacta descripción y determinación. Cuestionario previo a la conclusión del contrato (art. 10) Las exclusiones y limitaciones que afecten a las coberturas otorgadas en el contrato, han de destacarse tipográficamente (art. 8.3) Obligación de comunicar, por el tomador o por el asegurado, la alteración de los factores/circunstancias declaradas en el cuestionario (art. 11). El asegurador puede optar entre rescindir el contrato, o proponer una modificación en el mismo (art. 12) El tomador/asegurado pueden poner en conocimiento del asegurador, las circunstancias que disminuyan el riesgo (art. 13) VIII. Contrato de seguro: causa Causa del contrato: la integran 2 elementos: 2. El interés asegurado [la relación de contenido económico entre una persona (asegurado) y una cosa, derecho o patrimonio (objeto asegurado) susceptible de valoración pecuniaria, relación que puede sufrir un daño como consecuencia de un evento o suceso determinado]. Es imprescindible describir minuciosa y exactamente el interés o la relación asegurada, en la póliza del contrato de seguro que se estipule. Y ello porque su determinación ha de permitir averiguar, en el momento del siniestro, tanto si el interés subsiste (para que la indemnización sea exigible), como el valor del interés (para calcular el importe del daño y el de la indemnización), como la legitimación para exigir la indemnización del daño que en él ha provocado el siniestro. Estas consideraciones explican tanto la exigencia legal de que se especifique en el contrato de seguro el interés asegurado (art. 8.2 LCS), como la sanción de nulidad del contrato de seguro contra daños si, en el momento de su celebración, no existía «interés del asegurado a la indemnización del daño» (art. 25 LCS), lo que implica también la extinción del contrato, si desaparece el interés asegurado IX. Contrato de seguro: perfección Perfección del contrato: El contrato de seguro se perfecciona cuando se produce el consentimiento, es decir, cuando concurren las declaraciones de voluntad del asegurador y del asegurado (o, en su caso, del tomador del seguro) sobre la causa y el objeto del contrato. Así, el contrato de seguro, realmente se perfecciona cuando se produce el consentimiento de las partes, cualquiera que sea la forma de manifestarse El art. 5 LCS recoge que «el contrato de seguro y sus modificaciones o adiciones deberán formalizarse por escrito» (art. 5 LCS). Sin embargo, siguiendo a la doctrina mayoritaria, esta obligación que impone la LCS de «formalizar» el contrato por escrito, cumple una función instrumental, dirigida a la prueba, y no a la existencia del contrato. Así, el contrato de seguro sería un contrato consensual, no formal. X. Contrato de seguro: documentación La póliza como elemento probatorio: La póliza es un medio probatorio de la existencia y del contenido del contrato de seguro, si bien dotada de una importancia extraordinaria. La póliza puede ser nominativa, a la orden, o al portador (art. 9 LCS). Hace prueba del contrato, debiendo expresar, como mínimo, las menciones recogidas en el art. 8 LCS . No obstante, en ningún caso reviste la naturaleza de título-valor, sino que se trata de un simple título de legitimación. Además de la póliza, como documento principal, surgen en el contrato de seguro otros documentos accesorios: la proposición de contrato u oferta para concluir el contrato realizada por el asegurador, que vincula a quien la efectúa durante un plazo de quince días (a diferencia de la solicitud de seguro realizada por el interesado, que carece de eficacia vinculante) (art. 6 LCS); el documento de cobertura provisional, que recoge la síntesis de la voluntad o consentimiento de las partes, vigente hasta que se emita la póliza definitiva; el certificado de seguro, expedido en los seguros de póliza flotante. X. Contrato de seguro: documentación Pólizas individuales y pólizas generales, flotantes o de abono: según la frecuencia con la que el asegurado o el tomador del seguro contrate la cobertura de los riesgos suelen utilizarse pólizas individuales o generales. Las pólizas individuales se emplean para cada operación de seguro o cobertura individual, tanto si en ellas se presta cobertura a uno o a varios riesgos, estipulándose para cada una de ellas un contrato de seguro y expidiéndose una póliza concreta. Las pólizas flotantes o de abono suelen utilizarse cuando un sujeto siente necesidad de estipular periódicamente una pluralidad de seguros (ej.: por remitir frecuentemente mercancías en transporte). En este caso, para no tener que celebrar tantos contratos como intereses se desean cubrir, se firma una póliza general o de abono Es un convenio normativo por el que el asegurador se compromete a proteger o a cubrir contra riesgos determinados, todas las relaciones de interés que, reuniendo los requisitos específicos señalados en la póliza, se le comuniquen oportunamente por el asegurado. La simple comunicación de aplicación del asegurado (la llamada «declaración de abono» o de «alimento»), si reúne las circunstancias pactadas, sirve para aplicar la cobertura general prevista en el convenio normativo a cada concreto interés asegurado amenazado por el riesgo. XI. Contrato de seguro: duración El contrato de seguro puede pactarse por el período de tiempo que convenga a las necesidades de las partes, o resulte acorde con la naturaleza del interés asegurado. Sin embargo, la Ley establece restricciones importantes a la autonomía de la voluntad: Prohíbe los contratos de seguro por tiempo indefinido, exigiendo necesariamente que la duración sea determinada (art. 22 LCS). La duración del contrato (que habrá de venir determinada en la póliza: art. 8.8 LCS) no podrá ser superior a diez años (art. 22.1 LCS). Pero las partes pueden prorrogar indefinidamente el contrato de seguro, siempre que lo hagan «por un período no superior a un año cada vez», pudiendo cualquiera de las partes oponerse a la prórroga mediante notificación escrita a la otra parte, respetando el plazo de preaviso establecido en el artículo 22.2 LCS: un mes, al menos, si quien se opone es el tomador, dos meses si es el asegurador. El asegurador deberá comunicar las eventuales modificaciones del contrato con, al menos, dos meses de antelación a la conclusión del período en curso, al objeto de que el tomador disponga de tiempo suficiente para decidir si se opone o no a la prórroga; y los plazos de la oposición a la prórroga y las condiciones para su ejercicio han de destacarse en la póliza (art. 22.3 y 4). Las reglas anteriores no son aplicables con carácter general a los seguros sobre la vida, que tienen un régimen de duración especial. XII. Contrato de seguro: prescripción y fuero especial Según dispone el art. 23 LCS, “las acciones que se deriven del contrato de seguro prescribirán en el término de dos años si se trata de seguro de daños y de cinco si el seguro es de personas”. La Ley no señala desde qué momento debe empezar a correr dicho plazo. Si las pólizas no indican nada al respecto, habrá que aplicar lo dispuesto en el artículo 1.969 del Código civil (“se contará desde el día en que pudieron ejercitarse”). Es juez competente para el conocimiento de las acciones derivadas del contrato de seguro, el del domicilio del asegurado, y será nulo cualquier pacto en contrario (art. 24 LCS). XIII. Obligaciones de las partes OBLIGACIONES DEL TOMADOR/ASEGURADO: 1. Pago de la prima pactada en concepto de retribución, por la cobertura que le presta el asegurador (arts. 14 y 15 LCS). Se trata de una obligación dineraria de contenido tasado, que soporta el tomador del seguro, en las condiciones estipuladas en la póliza, y que deberá ser satisfecha en el lugar pactado para el pago o, en su defecto, en el domicilio del tomador (art. 14 LCS). A la hora de calcular el importe de la prima, se prohíben las diferencias de trato entre mujeres y hombres, cuando éstas consideren el sexo como factor de cálculo (art. 94.1 LOSSEAR) La prima se paga anticipadamente y en indivisible: la perteneciente a cada período temporal del seguro, corresponderá íntegramente al asegurador, que no está obligado a devolverla aunque se resuelva el contrato, o se suspenda -por cualquier causa- la cobertura del seguro La prima puede ser «única», cuando se calcula para ser pagada por entero, de una sola vez, para toda la duración del contrato, de modo que con una simple prestación se agota la obligación del asegurado. «periódica», al calcularse su pago por períodos o fracciones de tiempo (trimestral, semestral, etc.) y el pago se efectúa de modo sucesivo a su vencimiento. XIII. Obligaciones de las partes OBLIGACIONES DEL TOMADOR/ASEGURADO: Pago de la prima pactada en concepto de retribución por la cobertura que le presta el asegurador. En caso de incumplimiento de esta obligación, la LCS contempla distintas hipótesis en función de que el impago se refiera a la prima única (o la primera de una serie periódica), o se refiera a las primas siguientes: La prima única (o la primera de una serie periódica) es exigible una vez firmado el contrato. Así, y salvo que expresamente se pacte lo contrario, hasta que el tomador no pague la primera prima o la prima única, el asegurador no podrá ser compelido al pago de la indemnización, si antes de ello se produce el siniestro (art. 15.1º LCS). – Pero, al margen de ello, en caso de falta de pago por culpa del tomador del seguro, el asegurador podrá escoger entre la resolución o la subsistencia del contrato. Si opta por la resolución, deberá comunicarlo en un breve plazo (que fijará la póliza). Si opta por la subsistencia, dispondrá de acción ejecutiva contra el asegurado para exigir su importe, previo reconocimiento judicial de su firma. XIII. Obligaciones de las partes OBLIGACIONES DEL TOMADOR/ASEGURADO: Pago de la prima pactada en concepto de retribución por la cobertura que le presta el asegurador. En caso de incumplimiento de esta obligación, la LCS contempla distintas hipótesis en función de que el impago se refiera a la prima única (o la primera de una serie periódica), o se refiera a las primas siguientes: En la hipótesis de falta de pago de alguna de las primas siguientes, la LCS (art. 15.2) señala que el tomador dispone de un período de gracia de 1 mes en el cual todavía subsiste la cobertura del asegurador. A partir de dicho plazo, quedará suspendida la obligación del asegurador de satisfacer la indemnización, durante un plazo de 5 meses más. - Si en este tiempo el asegurado, a iniciativa propia, o previa reclamación del asegurador, paga la prima, la cobertura vuelve a tener efecto. - Pasado dicho plazo, sin que el asegurador hubiere reclamado el pago, ni el asegurado lo hubiese efectuado, el contrato se extingue ope legis. XIII. Obligaciones de las partes OBLIGACIONES DEL TOMADOR/ASEGURADO: Pago de la prima pactada en concepto de retribución por la cobertura que le presta el asegurador. En caso de incumplimiento de esta obligación, la LCS contempla distintas hipótesis en función de que el impago se refiera a la prima única (o la primera de una serie periódica), o se refiera a las primas siguientes: Si pese al impago, el contrato no hubiera sido resuelto, o no se hubiera extinguido, la cobertura volverá a tener efecto a las 24 horas del día en que el tomador pagara la prima (art. 15.3 LCS) XIII. Obligaciones de las partes OTRAS OBLIGACIONES DEL TOMADOR/ASEGURADO: 2. 3. 4. 5. 6. La comunicación, antes y después de la conclusión del contrato, de todas aquellas circunstancias que puedan influir en la valoración del riesgo, o puedan agravarlo o disminuirlo (arts. 10, 11 y 13 LCS). La comunicación de los seguros anterior, simultánea o posteriormente celebrados por el asegurado, sobre el mismo interés, contra los efectos del mismo riesgo y durante el mismo período de tiempo (art. 32 LCS); La comunicación de la constitución de derechos reales de garantía (prenda, hipoteca, etc.) sobre los bienes u objetos asegurados (art. 40 LCS) La comunicación de la transmisión del objeto asegurado (art. 34); La comunicación del traslado o cambio del objeto asegurado a lugar distinto del descrito en la póliza (así debe desprenderse del art. 8.4 LCS. Para los seguros de incendio y robo, véanse los arts. 47 y 52 LCS); XIII. Obligaciones de las partes OTRAS OBLIGACIONES DEL TOMADOR/ASEGURADO: 7. 8. La comunicación de la situación de concurso de acreedores del tomador del seguro, o del asegurado, cuando se haya declarado la apertura de la fase de liquidación (art. 37 LCS); La comunicación al asegurador de la producción del siniestro, para que éste pueda tomar las disposiciones y hacer las averiguaciones que estime oportunas El art. 16 LCS establece un plazo para esta comunicación, que es el de 7 días como máximo (desde que conoció el siniestro), salvo que se haya fijado en la póliza un plazo más amplio. Su incumplimiento permite al asegurador reclamar los daños y perjuicios causados por la falta de declaración, Dicha reclamación por los daños y perjuicios no procederá si se prueba que la entidad aseguradora tuvo conocimiento del siniestro por cualquier otro medio. XIII. Obligaciones de las partes OTRAS OBLIGACIONES DEL TOMADOR/ASEGURDO: 9. 10. El asegurado debe informar cumplidamente al asegurador de las circunstancias y consecuencias del siniestro, y si incumple esta obligación -con dolo o culpa grave- perderá el derecho a la indemnización (art. 16 in fine y art. 38 LCS); El llamado deber de salvamento, que consiste en que el tomador del seguro o el asegurado deben emplear los medios a su alcance para aminorar las consecuencias del siniestro. El incumplimiento malicioso de este deber (art. 17 LCS), puede dar lugar a la pérdida del derecho a exigir la indemnización. XIII. Obligaciones de las partes OBLIGACIONES DEL ASEGURADOR: 1. Entrega de la póliza al tomador del seguro o, al menos, un documento de cobertura provisional (art. 5) 2. En caso de extravío de la póliza, estará obligado a entregar, si lo pide el tomador, una copia/duplicado Cobertura del riesgo de forma que, aun antes de que se produzca el evento previsto en el contrato, debe tener una determinada conducta, con el fin de estar en condiciones de hacer frente a la prestación monetaria, si se produce tal evento (realización de contratos de reaseguro, constitución de las necesarias provisiones, mantenimiento de cierto grado de liquidez, formación de la propia cartera de contratos de seguro, etc.). XIII. Obligaciones de las partes OBLIGACIONES DEL ASEGURADOR: 3. Pago de la prestación (= indemnización del daño): El asegurador, en el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto de cobertura, deberá pagar la prestación convenida. El asegurador únicamente estará obligado al pago, si además de producirse el siniestro, existe un contrato válido, y el evento producido cae dentro del riesgo asegurado en el contrato. Si el siniestro se ha causado por dolo, o mala fe del asegurado, el asegurador queda liberado del pago de la indemnización (art. 19 LCS). XIII. Obligaciones de las partes OBLIGACIONES DEL ASEGURADOR: 3. Pago de la prestación: La cuantía de la prestación depende del daño sufrido por el asegurado y de los límites que el contrato haya fijado para el resarcimiento de este daño. El asegurador está obligado a satisfacer la indemnización al término de las investigaciones y peritaciones necesarias para establecer la existencia del siniestro y, el importe de los daños que resulten del mismo. El asegurador deberá efectuar, dentro de los 40 días a partir de la recepción de la declaración del siniestro, el pago del importe mínimo de lo que el asegurador pueda deber, según las circunstancias por él conocidas (art. 18.1 LCS). XIII. Obligaciones de las partes OBLIGACIONES DEL ASEGURADOR: 3. Pago de la prestación: Mora en el pago de la indemnización: Se establecen, en caso de mora del asegurador en el pago de la indemnización, unos intereses -a modo de cláusula penal-. Se entiende que incurre en mora el asegurador (art. 20.3 LCS): cuando no hubiera procedido (salvo causa justificada, o que no le fuere imputable) al pago de la indemnización en el plazo de 3 meses desde la producción del siniestro, o bien cuando no hubiese procedido al pago del importe mínimo a que hace referencia el art. 18 LCS, en el plazo de 40 días desde la recepción de la declaración del siniestro XIII. Obligaciones de las partes OBLIGACIONES DEL ASEGURADOR: 3. Pago de la prestación: Mora en el pago de la indemnización: Este retraso se traduce en la obligación de abonar una indemnización por mora (art. 20.4 LCS): que habrá de imponerse de oficio por el órgano judicial (en los casos en que se haga necesario acudir a los tribunales para obtener el pago de la indemnización), y que «consistirá en el pago de un interés anual igual al del interés legal del dinero vigente en el momento en que se devengue, incrementado en el 50%». transcurridos 2 años desde la producción del siniestro, el interés no podrá ser inferior al 20% anual El interés mínimo del 20% habrá de aplicarse, no desde la fecha del siniestro, sino una vez transcurrido el referido plazo de dos años (durante el cual devengará el interés legal, incrementado en un 50%): STS de 1 de marzo de 2007. XIII. Obligaciones de las partes OBLIGACIONES DEL ASEGURADOR: 3. Pago de la prestación: Excepcionalmente el asegurador tiene la facultad de realizar su prestación no en dinero, sino in natura (ej. mediante asistencia médica u hospitalaria). La sustitución del pago de la indemnización por la reparación o la reposición del objeto siniestrado (en los seguros de daños), podrá tener lugar cuando la naturaleza del seguro lo permita, y el asegurado lo consienta (art. 18.2 LCS). FIN DE LA PRESENTACIÓN