CAPITULO I PARADIGMAS PSICOPEDAGOGICOS El término paradigma (del griego paradigma, ejemplo, modelo) parece estar de moda. Aunque siempre se ha utilizado, es a partir de los planteamientos del estadounidense Thomas S. Kuhn [(1922-1966) filósofo y teórico de la ciencia] cuando se ha difundido su empleo con una connotación especial. Durante mucho tiempo hablamos simplemente de escuela teórica, teoría o corriente de pensamiento para referirnos, en parte, a lo que hoy estamos entendiendo por paradigma. Un paradigma científico es mucho más que una teoría, según T.S. Kuhn. Integra aspectos de la lógica, la historia, la filosofía, la sociología y, por supuesto, de la epistemología de la ciencia, de las cuales evidentemente se desprenden las implicaciones que deben cumplir la investigación y la práctica. En sentido amplio, un paradigma es el marco teórico (framework) que permite explicar un fenómeno. Ed una creencia científica ampliamente aceptada por una comunidad de investigadores en un momento determinado. Desde el punto de vista de la vida cotidiana, un paradigma es una forma de pensamiento predominante, una manera de concebir y hacer, de enfrentar y resolver un problema. Cada ciencia tiene sus paradigmas y, a su vez, en cada disciplina científica por ejemplo, en la psicología existen diferentes paradigmas. Más aún, al conjunto de ciencias les caracteriza, en un momento determinado, un tipo de paradigma. Debido a las necesidades de la sociedad y del hombre, los paradigmas sintéticos y analíticos se alternan según predomine la integración (síntesis), o bien la multiplicación (análisis) de las ciencias para identificar y solucionar problemas. La época actual se observa como un momento de integración de muchas ciencias (paradigma sintético), lo que se pone en evidencia en el establecimiento de ciencias como la biotecnología, la neurociencia, la ciencia de la cognición y otras que imponen la necesidad, más que de un trabajo multi e interdisciplinario, uno de tipo transdisciplinario. Un paradigma surge como respuesta a problemas científicos aceptados por todos o casi todos, por su certidumbre, objetividad, coherencia y aplicación a otras áreas, etc. Sin embargo, cuando sucesivos estudios demuestran la obsolescencia o incapacidad de explicar los nuevos problemas mediante ese paradigma, es sustituido por otro que posibilita una mejor comprensión y explicación y, por lo regular, se reducen a cero (o casi cero) los planteamientos teóricos, metodológicos y prácticos que lo sustentaban. A partir de entonces predominan otros puntos de vista, lo cual no significa que algunas de las ideas del paradigma superado no se retomen en otro contexto. Los paradigmas científicos son puntos de referencia, generalizaciones, que como tales, constituyen abstracciones de aspectos sustantivos de la realidad. Puesto que la realidad es diversa y multifactorial, los paradigmas son, ante todo, lo que mencionamos antes: puntos de referencia, modelos o guías para la comprensión, la explicación y la transformación de la realidad. Nunca, son, pues, una “camisa de fuerza”. Frente a los paradigmas científicos conviene tener una actitud crítica y creadora, ya que éstos pueden funcionar (de hecho funcionan) como patrones que marcan límites, independientemente de brindar una base para la explicación de un problema (efecto paradigma). Se sugiere conocerlos tal cual son: ubicarlos en el tiempo y en el espacio, cuándo surgieron, en qué condiciones, a qué trataron de dar respuesta. Y entonces aceptarlos, rechazarlos o enriquecerlos; es decir, asumir una posición activa y creadora para emplearlos consecuentemente, bien porque fundamentan o bien porque guían, orientan nuestra actividad práctica, o por ambas cosas. El trabajo científico de búsqueda consciente del conocimiento objetivo exige conocer los paradigmas que desde diferentes ángulos explican o tratar de explicar el fenómeno que estudiamos y, más, aún, de acuerdo con nuestro problema, condiciones, situaciones y propósitos, esforzarnos por enriquecer o construir paradigmas. A través del tiempo la escuela ha ido cambiando. Las condiciones sociales, así como los planteamientos científicos de psicólogos y educadores, derivados de sus experimentos y reflexiones, han influido en su paulatina transformación. Entre estas posiciones el conductismo, el humanismo, el paradigma cognitivo, así como el paradigma sociocultural y el constructivismo, por mencionar sólo algunos, han aportado modelos para fundamentar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Cada una de estas posiciones científicas ha contribuido, en su momento histórico, con argumentos para comprender y mejorar la práctica educativa y transformarla. Y cada una de ellas, con el tiempo, ha sido superada parcialmente y cedido el paso a otros puntos de vista y modelos que, acordes con las nuevas condiciones sociales, explican lo que hay que realizar y lograr, y orientan mejor hacia esas metas. CONDUCTISMO En el conductismo la descripción de la conducta se hace a partir de la relación estímulo – respuesta: dado el estímulo, planteó J. Watson (1879 – 1958), la psicología puede predecir la respuesta y, más, aún, dada la respuesta puede especificar el estímulo. Esto se debe a la formación de reflejos condicionados de los que habla I. Pavlov (1849 – 1936), según los cuales el estímulo y la respuesta se asocian y condicionan para dar una conducta aprendida, no innata, y tan variada como sean los estímulos. A partir del conductismo, para un grupo de psicólogos su ciencia se ocupa – para no decir se restringe- de aquello que el hombre hace o dice y que pueda observarse objetivamente, verificarse mediante el control de variables en condiciones estrictas de experimento de laboratorio y, por tanto, cuantificarse. Las encontradas discusiones en torno al polémico asunto de la explicación “objetiva” de la conducta del hombre hizo que apareciera (dentro de esa misma concepción, pero con nuevos argumentos y puntos de vista a favor de los principales criterios teóricos de la psicología conductista) un movimiento neoconductista en el que influyó extraordinariamente el liderazgo científico del psicólogo estadounidense B. Frederic Skinner (1904 – 1990), quien logró imponerse a otras corrientes dentro del mismo paradigma. El conductismo skinneriano se convirtió, poco a poco, en el conductismo por antonomasia. B.F. Skinner retoma los planteamientos de J. Watson y seguidores, y los somete a comprobación en interesantes experimentos con animales de laboratorio; de esa manera corrobora con creces la idea del condicionamiento operante en el aprendizaje, cuando la conducta se refuerza positivamente y a tiempo. El paradigma conductista operante centra la atención en el estudio descriptivo de la conducta y su determinante externo: el ambiente. Entiende por conducta el comportamiento observable, mensurable y cuantificable que muestra el sujeto ante los estímulos del medio. La aplicación del análisis experimental de la conducta – propuesto por Skinner- al campo educativo, laboral y clínico recibe el nombre de análisis conductual aplicado. Éste retoma las leyes y principios ampliamente comprobables en el laboratorio, pero niega admitir el papel de los procesos internos de naturaleza mental. Entre otros, el conductismo divulga la aplicación del principio del reforzamiento en la educación (más bien instrucción); de esta manera propone la enseñanza programada, los textos programados, las máquinas de enseñanza y el movimiento de la tecnología educativa. Para el conductismo, la enseñanza y el aprendizaje son de conocimientos, es decir, de información y, a los sumo, de algunas habilidades, el maestro debe preocuparse por la programación instruccional (diseño), es decir, arreglos o rearreglos de situaciones (contenido, métodos, evaluación, etc.) que tiene como punto de referencia al objetivo de enseñanza que se pretende lo9grar, expresado éste siempre en términos de conducta observada, y precisando los criterios de ejecución y las condiciones de demostración de su adquisición. La evaluación se plantea en términos de comprobar (medir) los objetivos antes planteados. De ahí que éstos sean los elementos esenciales de todo proceso instruccional que deben formularse de modo muy preciso. Aunque se plantea que el alumno es activo, su actividad es prefijada por un diseño instruccional fuertemente restrictivo, incluso para el propio maestro que supuestamente lo realizó. Algunos postulados básicos del conductismo 1. Niega la conciencia (procesos no observables), al menos como el objeto de estudio de la psicología. 2. Critica la cientificidad de la introspección (método subjetivo) como método de estudio para una ciencia. 3. Opta por la conducta (procesos observables), es decir, qué hace y dice el hombre como objeto de estudio, y por la observación y la experimentación empleadas por las ciencias naturales como método de investigación. 4. Plantea que la conducta es el resultado del ambiente, más aún, de los estímulos ambientales y su asociación por medio de la experiencia con la actividad psicológica del sujeto. 5. Fundamenta la conducta en el establecimiento de reflejos condicionados por parte del sujeto en su medio. 6. Destaca el papel del aprendizaje aunque explica éste mediante condicionamientos. 7. Asume una postura ambientalista con marcada oposición al enfoque interaccionista. 8. Describe y explica las conductas a partir del modelo E-R. Aporte del paradigma conductista a la didáctica Determinación y formulación precisa de objetivos de enseñanza. La dosificación del contenido de enseñanza: La carga docente Pequeñas unidades de información Cartas descriptivas Los conocimientos de “entrada” o prerrequisitos para aprender un tema. La retroalimentación inmediata. El reforzamiento positivo El movimiento audiovisual: Cine Filminas Diapositivas Acetatos Videos El diseño instruccional: Planeación de sistemas escolares Metodología de diseño de cursos y de programas Metodología para establecer costos de la instrucción La propuesta de un maestro coordinador HUMANISMO Son varias las posiciones teóricas humanistas que han aparecido a través de la historia, fundamentalmente a partir del renacimiento (siglo XV); también son diversas sus fuentes de surgimiento y desarrollo. No obstante, como paradigma de la psicología el humanismo nace a mediados del siglo XX. Surge como “fuerza alternativa” y respuesta ante las orientaciones teóricas y prácticas predominantes (el conductismo, el psicoanálisis, las filosofías existencialistas) y como respuesta también al impacto social de las dos guerras mundiales, así como de otras guerras regionales, como las de Corea y Vietnam. Es también una consecuencia del clima de propuesta sobre los currículos escolares existentes que no tenían en cuenta las características del estudiante como persona humana, por lo que no favorecían el desarrollo total de la personalidad de los alumnos. El humanismo es una respuesta histórica al reduccionismo psicológico y sociológico ante el problema del hombre, un llamado de atención sobre la necesidad de estudiar a los seres humanos como totalidad dinámica en relación continua con contextos interpersonales, es decir, sociales. El humanismo se justifica ante las posiciones tecnocráticas y economicistas, que reducen el acto de enseñar y educar a la mera trasmisión de información (dar clases, impartir conocimientos), y de posturas autoritarias que conciben al alumno como un simple depósito que hay que atiborrar de datos y exigir su reproducción al pie de la letra. Para el humanismo cada persona humana, y por ende cada educando, es un ente individual, completamente único y diferente de los demás, que merece respeto a su singularidad. El ser humano posee iniciativa, y tiene preocupaciones y necesidades personales de crecer; es capaz de autodeterminarse y tiene potencialidades para desarrollar actividades creativas. Por tanto, no se debe reducir a los alumnos a personas que continuamente procesan información en las clases; por el contrario, ellos poseen afectos, tienen vivencias, son individuos totales no fragmentados y, como un todo, aprenden y crecen como personas humanas. Carl Rogers (1912 – 1987), uno de los líderes del movimiento humanista, insiste en la necesidad de comprender y creer en el hombre, en su capacidad innata para el aprendizaje, en sus grandes posibilidades de adaptación creativa. Se han propuesto, fundamentalmente, cuatro modelos de educación humanística; por ejemplo los que: 1. Ponen el acento en el desarrollo moral 2. Se centran en el desarrollo de la identidad 3. Se orientan al desarrollo del lado intuitivo de la conciencia 4. Se interesan por el trabajo grupal y el desarrollo de las habilidades de apertura y sensibilidad hacia los demás. Como objetivos de una educación humanística se han propuesto, entre otros, propiciar: 1. Aprendizajes significativos vivenciales 2. Aprendizajes significativos de acuerdo con los intereses y necesidades. 3. La cooperación entre los alumnos. 4. La autonomía entre ellos. 5. Ambientes de enseñanza – aprendizaje de respeto, comprensión y apoyo. 6. La creatividad. 7. La evaluación interna o autoevaluación. Algunos postulados básicos del humanismo El ser humano: Es una totalidad que excede a la suma de sus partes. Tiende de forma natural hacia su autorrealización y transcendencia. Es un ser que vive con otras personas en grupo. Y esto constituye una característica de su naturaleza. Es consciente de sí mismo y de su existencia. Tiene una identidad que se gesta a partir de sus propósitos, intereses y actos intencionales, así como de su capacidad de elección y decisión en un marco de libertad y conciencia. Aporte del paradigma humanista a la didáctica El enfoque centrado en la persona: La individualidad El alumno como una integridad La ampliación del concepto Contenido de enseñanza: No limitado a información La incorporación y desarrollo de actitudes y valores La necesidad del aprendizaje social y emocional, no sólo del intelectual. El ambiente como valor para aprender. La importancia de las vivencias para aprender. La relación entre la comprensión del contenido de enseñanza y la comunicación empática maestro – alumno. Comunicación horizontal y asertiva. La autoevaluación del alumno. La evaluación cualitativa. El cuestionario al examen tradicional La aceptación del error. No prohibición del castigo y la humillación como estrategia de enseñanza. La flexibilidad de planes y programas de estudio: La apertura curricular La colaboración entre alumnos para aprender: La propuesta del maestro facilitador El paradigma humanista propuso, entre otras alternativas educativas, la educación personalizada, que en su tiempo tuvo gran aceptación por los principios éticos en que se sustentaba y por sustituir a las posiciones conductistas mecanicistas en cuanto a la educación de las nuevas generaciones. PARADIGMA COGNITIVO Sus antecedentes se encuentran en los aportes de un grupo de disciplinas científicas al proceso de conocer la realidad, entre las cuales están la lingüística, la teoría de la información y la cibernética, así como los de la propia psicología: la gestalt, la psicología genética y la psicología sociocultural. Lo anterior ha sido motivado por la revolución científica- técnica, el aumento desmedido de la información y los cambios transcendentales ocurridos en las comunicaciones y en la informática. En un sentido estricto, cognición (de cognitio, conocimiento) es la búsqueda, adquisición, organización y uso de conocimientos. Al movimiento cognitivo le interesa la representación mental y, por ello, las categorías o dimensiones de lo cognitivo como la atención, la percepción, la memoria, el lenguaje y el pensamiento. Para explicar las representaciones mentales el paradigma cognitivo acude a múltiple enfoques, entre ellos el de procesamiento de la información. En el paradigma cognitivo se subraya, como su nombre lo indica, el desarrollo de la potencialidad cognoscitiva del sujeto para que se convierta en un aprendiz estratégico que sepa solucionar problemas; y lo que éste aprende debe hacerlo significativamente, es decir, incorporando su esencia o significado a su esquema mental. La propuesta educativa del paradigma cognitivo fue enseñar a pensar o, dicho de otra manera, aprender a aprender desarrollando una serie de habilidades como procesadores activos, independientes y críticos del conocimiento. Los objetivos de enseñanza se plantean en términos de hechos y procesos internos, en lugar de las conductas observables a las que se refieren los conductistas; por ello, el grado de especificidad de los objetivos de enseñanza no puede ser igual como cuando formulamos objetivos en términos de conducta observables. Entre las posiciones del paradigma cognitivo en relación con el aprendizaje está el enfoque sobre el aprendizaje significativo, término acuñado por David Paul Ausubel (1918 – 2008), y el cual se refiere a la forma de aprender en el ámbito escolar. Aprender es abstraer la estructura lógica del objeto; en otras palabras, acceder a lo esencial, a lo sustantivo del objeto. El aprendizaje significativo se obtiene en la misma medida en que se establece un vínculo entre el nuevo material de aprendizaje y los conocimientos previos del alumno, si se relaciona de forma sustantiva y no arbitraria con lo que éste “ya sabe”. Por lo anterior, el factor más importante que influye sobre un nuevo aprendizaje en cuánto conoce, que claridad y precisión tiene sobre el objeto de conocimiento, cómo lo tiene organizado y qué sabe ya sobre lo que conoce. El aprendizaje significativo exige: Presentación rigurosamente lógica del material que se va a aprender (integridad, coherencia). Intención del alumno para aprender. Un maestro mediador que organiza situaciones de aprendizaje para enseñar no exclusivamente información, sino también habilidades tanto cognoscitivas como metacognitivas, programando apoyo y retroalimentación continuos. Algunos postulados básicos del movimiento cognitivo 1. La actividad mental es inherente al hombre y debe ser desarrollada. 2. El sujeto es un ente activo, procesador de información a partir de sus “esquemas” para aprender y solucionar problemas. 3. El sujeto que aprende no es, por tanto, una tabla rasa, ni un ente pasivo a merced de contingencias ambientales o instruccionales. 4. El sujeto organiza (procesa) tales representaciones dentro de su sistema cognoscitivo general (organización interna), esquemas, modelos, etc.), las cuales le sirven para sus posteriores interpretaciones de lo real. 5. La explicación del comportamiento humano está en una serie de procesos internos. 6. La enseñanza no debe reducirse a conceptos, debe considerar el desarrollo de habilidades de aprendizaje para conducirse eficazmente ante cualquier tipo de situación. Aporte del movimiento cognitivo a la didáctica El interés por el desarrollo mental del sujeto que aprende en las funciones psicológicas y los procesos y operaciones mentales. El énfasis en la comprensión significativa de los contenidos escolares versus el aprendizaje memorístico. La enseñanza de procesos (libres de contenidos de aprendizaje): - Entrenamiento intencionado en estrategias cognitivas. - Desarrollo de habilidades del pensamiento. El papel de la metacognición en el proceso de aprendizaje. Enfoque holístico, democrático y optimista del desarrollo de la inteligencia. Técnicas y estrategias para el desarrollo de la creatividad. Múltiples propuestas metodológicas de enseñar a pensar y aprender. La medición como tipo de relación maestro – alumno. PARADIGMA SOCIOHISTÓRICO El paradigma sociohistórico (o sociocultural, como también se le nombra) hace un llamado de atención precisamente a la unidad del desarrollo, pese a la diversidad de manifestaciones de este fenómeno global. El desarrollo cognitivo no puede verse separado del desarrollo humano, económico y político. Es consecuencia y a su vez causa, condición y fuente. El paradigma sociocultural constituye una síntesis integradora y coherente de los conocimientos científicos sobre el desarrollo humano y del papel de la educación y las condiciones sociales de vida en el desarrollo de las nuevas generaciones. Las ideas centrales de este paradigma las propuso, en un primer momento, Lev S. Vygotski (1896 – 1934), a partir de la influencia de los estudios de los eminentes fisiológicos rusos I. Sechenov (1829 – 190) e I.P. Pavlov, así como de las contribuciones de la teoría del conocimiento (que valora la conciencia como un reflejo subjetivo de la realidad objetiva en el cerebro del hombre) y de la teoría general del desarrollo, del materialismo dialéctico, de la lingüística, la literatura y las artes. Este paradigma relaciona los procesos psicológicos, fundamentalmente los superiores, y los procesos socioculturales, concediéndoles a la educación y a la enseñanza una función directiva en cuanto al desarrollo humano. Desde esta perspectiva, tanto el desarrollo real como el potencial no son autónomos, sino un proceso susceptible de ser estimulado y dirigido por la educación, en el cual el contexto sociocultural, las herramientas y los signos lingüísticos (el lenguaje) mediatizan las interacciones sociales y transforman incluso las funciones psicológicas superiores del sujeto. La relación sujeto – objeto en el proceso del conocimiento no es unilateral: ni del sujeto al objeto, o viceversa. Es bidireccional, es decir, de interacción dinámica de uno y otro, mediante la actividad de transformación de objeto (realidad) y del portador de la actividad (el sujeto). La actividad como práctica social está sujeta a las condiciones histórico – culturales. El sujeto que aprende es un ser social activo que está inmerso en un medio de relaciones sociales y, además, es protagonista de la reconstrucción y construcción de su conocimiento, ya que en su actividad (lenguaje)permite internalizar, es decir, llevar a un plano intraindividual (interno) lo que está en uno interindividual (fuera del sujeto). En otras palabras, lleva hacia adentro lo que está afuera, haciéndolo suyo (internacionalización). De ahí que cualquier conocimiento aparezca dos veces: 1. En el plano social, interindividual o interpsicológico 2. Y en el plano intraindividual o intrapsicológico. Ambos planos están sujetos a un proceso, como ya lo planteábamos, de internacionalización progresiva, que es además un proceso constructivo que constituye la ley general del desarrollo y explica la génesis de las funciones psicológicas superiores. La educación y la enseñanza auspician el desarrollo a través de zonas de desarrollo próximo o potencial, como también se les llama, permitiendo la adquisición de -entre otras cosas- conocimientos y habilidades necesarios para desempeños cada vez más autorregulados y autónomos. Para desarrollar cualquier aprendizaje existe una zona de desarrollo próximo (es decir, una distancia entre el nivel real de desarrollo expresado de manera espontánea y autónoma, sin ayuda, sin orientación alguna, y el nivel de desarrollo potencial) capaz de mostrarse gracias a la ayuda (orientación) de otra persona. Algunos postulados básicos del paradigma sociohistórico 1. El condicionamiento social del desarrollo humano en general y en particular del psíquico. 2. El vínculo de los procesos psicológicos superiores y los socioculturales. 3. La necesidad de estudiar los procesos psíquicos superiores en forma integrada, no aislada, y hacerlo de manera dinámica. 4. La conciencia como fenómeno integrador de los procesos psíquicos superiores. 5. El papel de la actividad, y más aún, de la actividad mediada y el lenguaje en la internacionalización del conocimiento. 6. La autorregulación del comportamiento como la tendencia del desarrollo. 7. La concepción de evaluación dinámica. 8. El concepto de la zona de desarrollo próximo. Aporte del paradigma sociocultural a la didáctica La ley general del desarrollo: Toda función aparece dos veces, primero en el plano interpersonal y después en el intrapersonal. El proceso educativo como un proceso cultural y de negociación semiótica. La distinción entre la interactividad y la interacción como componentes de ka participación (actividad) del alumno. La importancia de las interacciones sociales para aprender y desarrollarse. El papel del lenguaje y las herramientas materiales e intelectuales para aprender. El valor de la intencionalidad en la educación. Existencia de dos niveles evolutivos: - El real: lo que el alumno puede hacer bien solo. - El potencial: lo que puede hacer con ayuda de otro. La evaluación dinámica del alumno y de su aprendizaje. La planeación de la enseñanza a partir del nivel de desarrollo real y del estímulo al desarrollo potencial. A partir de la obra de L. S. Vygotski, sus seguidores conformaron entre otras propuestas pedagógicas conocidas como enseñanza desarrolladora y enseñanza problemática, constituyendo esta última un antecedente de lo que hoy reconocemos como enseñanza basada en problemas. CONSTRUCTIVISMO El constructivismo es también una respuesta histórica, en este caso a los problemas del hombre y la mujer de hoy ante la avalancha extraordinaria de información y de los medios electrónicos y de comunicación, que facilitan y promueven el empleo (a veces indiscriminado, superficial y limitado) de la información. Esta época se caracteriza por las nuevas tecnologías, aquellas que tienen que ver con las comunicaciones, la informática y la integración de éstas: la telemática; además, se distingue por la explosión de información científica, técnica y cultural. Por ello, más que tratar de que el hombre asimile toda la información (lo cual es imposible), la preocupación se enfoca hacia cómo hacerlo; más aún, cómo debe hacerlo, saber hacerlo, para que en sucesivas aproximaciones pueda comprender y explicar, cambiar y transformar, criticar y crear. Los antecedentes del paradigma constructivista se encuentran en los trabajos de Lev S. Vygotski y Jean Piaget (1896 – 1980), y destacan considerablemente la búsqueda epistemológica sobre cómo se conoce la realidad cómo se aprende, en otras palabras, la génesis y el desarrollo del conocimiento y la cultura. A diferencia de otros paradigmas psicológicos, el constructivismo, muy de acuerdo con las nuevas tendencias de la ciencia, constituye un área de estudio multi e interdisciplinaria, ya que en su construcción han colaborado investigadores de numerosas disciplinas, como matemáticos, biólogos, lógicos, lingüistas, filósofos y pedagogos que durante más de 60 años han ido aproximándose a un criterio hoy generalizado y aceptado como constructivista. ¿Se puede descubrir y construir el conocimiento? Según sea sí o no la respuesta a esta pregunta, se fundamenta o no la concepción constructivista de la educación, la enseñanza y el aprendizaje. Si se dan conocimientos acabados a los niños, éstos nunca se percibirán a sí mismos como capaces de elaborar sus propias ideas, las cuales (ya sean parcialmente correctas, o bien, incorrectas) pueden tener cierto valor funcional y formativo. Además de inhibir la búsqueda, la confrontación, el movimiento de ideas, la creación de hipótesis la imaginación, la fantasía y el error, se pide una sola respuesta, la dada por el maestro, la que “viene en el libro”. En tal sentido la ciencia es un sistema cerrado acotado en el tiempo de una vez y para siempre, de verdades para aceptar y repetir. Por el contrario, si se concibe a la ciencia como sistema abierto y al maestro como mediador entre el grupo de alumnos y el conocimiento, el niño puede (y necesita) descubrir y construir su conocimiento y todo los antes planteado; así, la búsqueda, la hipotetización, la fantasía y hasta el error tienen implicaciones pedagógicas sustanciales para aprender y, lo que es más importante, para desarrollarse. El constructivismo trata de responder cómo se adquiere el conocimiento considerando a éste no en acepción estrecha (como información), sino también en cuanto a capacidades, habilidades, hábitos, métodos, procedimientos y técnicas y, por qué no, actitudes, valores y convicciones. Pero no sólo intenta responder cómo se adquiere el contenido de enseñanza, sino también como se pasa de un estado de conocimiento inferior a otro de orden superior, más aún, cómo se forman las categorías del pensamiento racional. El constructivismo se plantea el desarrollo personal poniendo de relieve la actividad mental constructiva, actividad autoconstructiva del sujeto, para lo cual insiste en lograr un aprendizaje significativo mediante la creación de situaciones de aprendizaje por parte del maestro que permite a los alumnos una actividad mental y social que favorece su desarrollo. El principal objetivo de la educación es formar personas capaces de vivir plenamente, de disfrutar y crear, de transcender el aquí y el ahora; no es posible educarlas en y para la repetición; se requiere, por el contrario, auspiciar su actividad y su independencia crítica y creativa. Se necesita desarrollar sus sentimientos y valores, su actuación transformadora, así como su autonomía personal (moral e intelectual) y social. El constructivismo, si bien se acerca a la escuela activa y a otros modelos que proponen métodos activos, se distingue por reconocer la educación, la enseñanza y el aprendizaje como procesos factibles y necesarios de dirigirse con una intención de desarrollo. Más aún, el constructivismo aboga por una dirección mediatizada, no frobtal ni directa, de la actividad y la comunicación de los alumnos. Plantea el pleno y consciente desarrollo del pensamiento y del lenguaje mediante un maestro que “enseña” sólo después de que los educandos han intentado el aprendizaje por sus propios medios y con la ayuda de la determinación de la “zona de desarrollo próximo”, con cada miembro del grupo y con este en su totalidad. El maestro programa situaciones de aprendizaje grupal cooperativo en las que, además de que se tiene muy en cuenta el texto, es decir, el contenido de enseñanza se consideran el cómo, el dónde y el cuándo, propiciando e intensificando las relaciones interpersonales de manera tal que sea posible la internalización, bien porque el sujeto y el grupo descubren el conocimiento (conocimiento físico), bien porque lo construyen (conocimiento lógico – matemático y social). Mediante la creación de situaciones de aprendizaje grupal cooperativo el maestro desarrolla una enseñanza indirecta, donde el acento está en la actividad como momentos de reflexión, de búsqueda y procesamiento de la información, así como de comunicación creativa de los resultados, todo lo cual desarrolla las potencias y la autonomía del que aprende. El maestro es un promotor del desarrollo y, como tal, de la autonomía de los educandos. Su papel no consiste en transmitir información, hacerla repetir y evaluar su retención, sino en crear una atmósfera afectiva de respeto y tolerancia en la cual, entre todos, cada uno construye su conocimiento mediante situaciones que se caracterizan – entre otras- por sus problemas y conflictos cognoscitivos, posibles de solucionar y generadores del desarrollo. El descubrimiento y la construcción del conocimiento permiten un aprendizaje realmente significativo, el cual tiene entre sus efectos positivos el poder ser transferido a otras situaciones, lo que no suele ocurrir con los conocimientos simplemente incorporados por repetición y memoria. Además, el descubrimiento y la construcción del conocimiento favorecen la adquisición de métodos de trabajo y desarrollan actitudes de productor de conocimiento, así como sentimientos de realización por lo hecho y logrado. Algunos postulados básicos del paradigma constructivista 1. La realidad es cognoscible 2. Todo sujeto es capaz de conocer la realidad en sucesivas aproximaciones 3. El proceso de conocimiento es activo y se caracteriza por la función de la conciencia y los sentimientos del sujeto que aprende. 4. Los conocimientos no son innatos si están dados a priori, sino que son construidos por los sujetos. Éstos se apropian de ellos mediante la actividad y el lenguaje. 5. El sujeto que aprende no es el único responsable del proceso de construcción de su conocimiento; el ambiente es condición para su desarrollo. Aporte del paradigma constructivista a la didáctica La necesidad del aprendizaje contextualizado o situado. El planteamiento de objetivos generales en lugar de específicos o particulares. La preferencia por la vía deductiva para conocer la realidad y aprender. El valor pedagógico de la solución de problemas, proyecto, toma de decisiones, o estudios de casos. El valor de las ideas intuitivas para aprender. La urgencia de la comprensión a profundidad del tema objeto de estudio, optar por menos aprendizaje pero con mayor comprensión. La importancia de las comunidades de aprendizaje. La zona de desarrollo potencial con una connotación grupal, zona de construcción social del conocimiento. La noción de competencias. La propuesta de un tipo de maestro investigador. Los paradigmas mencionado el conductismo, el humanísmo, el paradigma cognitivo y el sociocultural, así como el constructivismo son algunas de las posiciones científicas que ayudan a comprender mejor la práctica docente y, lo que es más importante, actuar en el contexto social y cultural en el que nos desenvolvemos. Cada uno de ellos aporta aspectos muy significativos que nos permiten reflexionar y perfeccionar nuestra práctica docente. Por ello hay que conocerlos y valorarlos, de modo tal que podamos, optar por uno de ellos como fundamentación científica de nuestro quehacer profesional, o bien, tomar uno y otro con el fin de construir nuestro propio modelo y fundamentarlo científicamente. RESUMEN Con el tiempo han surgido diferentes paradigmas psicopedagógicos que, si el docente los toma en consideración, permiten profesionalizar su labor, entre otras razones gracias a la fundamentación científica que otorga a la actividad que realiza con sus alumnos en el salón de clases. Todos los paradigmas mencionados y aun los no tratados aquí han contribuido al desarrollo de la educación. Cada uno de ellos ha ayudado a una mejor comprensión del hecho educativo y a una práctica cada vez más acorde con las exigencias del momento histórico. Cada paradigma ha puesto el acento en un concepto distinto, tratando de explicar y resolver, con sugerencias prácticas, el proceso de enseñanza – aprendizaje. Por ejemplo, para el paradigma conductista la categoría rectora fue la conducta; para el humanismo, la persona humana en su integridad; para el movimiento cognitivo, las representaciones mentales, es decir, el conocimiento de la realidad; para el paradigma sociohistórico, el papel de la cultura en el desarrollo humano, y para el constructivismo, el modo en que se aprende y cómo se genera el desarrollo personal. Cada pardigma, a su vez, ha contribuido con propuestas educativas a partir de la teoría y la metodología. Así, el conductismo aportó el movimiento de tecnología educativa, muy ligado al de la enseñanza programada y al de máquinas de enseñar. El humanismo contribuyó con el movimiento de enseñanza o educación personalizada; el movimiento cognitivo, con múltiples programas de enseñar a pensar y aprender a aprender; el paradigma sociocultural, con la educación desarrolladora y la enseñanza problemática. Y el constructivismo, entre otras cosas, propone el aprendizaje cooperativo. CAPITULO 2 Constructivismo sociocultural CONSTRUCTIVISMO SOCIAL Cada época ha tenido su propuesta educativa para las nuevas generaciones en respuesta a las condiciones y exigencias sociales, económicas políticas, e ideológicas del momento. El siglo XX fue un periodo de grandes logros en el campo educativo. Nunca había habido tantos aportes científicos en el plano teórico - pero también metodológico y practico- de la pedagogía y de las ciencias de la educación. Los paradigmas psicopedagógicos surgidos durante el siglo XX han hecho distintas propuestas educativas a partir de sus presupuestos teóricos. Así, el paradigma conductista propuso la tecnología educativa y la enseñanza programada, que constituyeron, en momento, una verdad revolución de la enseñanza. El paradigma humanista, por su parte, planeo la educación personalizada, y el paradigma cognitivo, los proyectos y programa de enseñar a pensar y aprender. El paradigma socio histórico resulto, dada su concepción teórica, la educación desarrolladora y la enseñanza problemática. En los últimos años del siglo pasado, de la concepción constructivista – más específicamente hablando, del constructivismo social – surgió, entre sus propuestas educativas más, el aprendizaje cooperativo. El constructivismo, como concepción de aprender y enseñar, se ha venido conformando con el tiempo. Probablemente sus antecedentes más remotos estén en las reflexiones de los filósofos de la antigüedad sobre el hombre y su pensamiento, su modo holístico – es decir, general e integrador – de enfocar el proceso de conocimiento de la realidad. Sin duda, el constructivismo es una respuesta histórica, entre otras cosas, a las concepciones realistas o empiristas y a las teóricas asociacionistas del aprendizaje y, por otra parte, a una realidad: de la era de la información. En la actualidad el conocimiento científico se duplica en lo general cada cinco años o menos y, según el área de desempeño, este se vuelve obsoleto total o parcialmente en espacios de tiempo jamás experimentados en el desarrollo de la sociedad humana. Se ha llegado a planear que en los últimos años del siglo XX se produjo más información que en los 5000 años anteriores. Antes de esta “era de la información” una generación completa pasada toda su vida sin que los conocimientos sufrieron grandes cambios, solo había algunas actualizaciones e incorporaciones que el alumno o el adulto en el ejercicio de su profesión podría integrar cómodamente a su acervo. La realidad actual es otra hoy en día resulta imposible al ser humano aprender toda información disponible en su área de desempeño laboral y profesional; por ello, la exigencia está en la necesidad de adquirir habilidades de procesamiento de la información, así como incorporar actitudes y valores para aprender a aprender para toda la vida. Las fuentes actuales constructivismo son muchas. De hecho, es una concepción gestada a través del tiempo y solo en la sociedad contemporánea tiene su razón de ser debido a los retos sociales que estamos enfrentando. Entre otras fuentes podemos mencionar la teoría psicogenéticade Jean Piaget, la teoría de los esquemas cognitivos, la teoría ausubeliana de la asimilación y el aprendizaje significativo, la psicología sociocultural de Lev. S. Vygotski y sus seguidores y, desde la perspectiva pedagógica, los planteamientos teóricos y la experiencia práctica de la escuela activa, los aportes de la didáctica crítica a la reflexión del proceso de enseñar y aprender, y el legado de la pedagogía de Paulo Freire. En los últimos años hemos pasado de un constructivismo intelectual o endógeno que subraya marcadamente las estructuras y procesos mentales, a otro que, sin dejar de considerar lo anterior, pondera la función de las relaciones sociales para aprender, a este último algunos lo nombran constructivismo social. Al hablar de constructivismo nos referimos a la construcción del conocimiento y de la personalidad de los alumnos, que aprenden y se desarrollan en la medida en que construyen significados. En otras palabras, construir es comprender en esencia algo, un objeto de estudio o de investigación en un sentido determinado: el que marca la convención social en relación con el contenido correcto. Por tanto, construir no es algo abstracto, sino tomar conciencia de qué se sabe y cómo, es hacer, pensar, sentir, estructurar y organizar la información y los sentimientos. Y es que la comprensión, esencia misma del constructivismo, no se da en solitario, se necesita directa o indirectamente del otro, además de que el significado se adquiere en una dirección determinada socialmente. Todo conocimiento se construye en estrecha interrelación con los contextos culturales en los que usa; así pues, es imposible separarlo. Sólo para su estudio detallado es que se precisan los aspectos cognitivos, emocionales y sociales presentes en el contexto en que se actúa. Algunas sugerencias para la construcción social del conocimiento desde el punto de vista didáctico 1. Ubicar toda actividad de aprendizaje en un marco mayor de referencia. 2. Plantear objetivos generales que permitan a los alumnos hacer suyo el conocimiento, sucesivas aproximaciones. 3. Programar actividades de genuino interés para el alumno. 4. Crear ambientes de aprendizaje muy cercanos a la realidad. 5. Identificar las ideas intuitivas de los alumnos. 6. Explorar: Criterios, puntos de vista, opiniones. Conocimientos, habilidades, actitudes. Valores previos 7. Crear situaciones de conflicto para tomar conciencia de esas ideas, destacar su valor funcional y convencer de su autosuficiencia e imperfección. 8. Relacionar lo que se quiere enseñar o aprender con las experiencias anteriores. 9. Partir de lo más general a lo particular y específico. 10. Orientar el procesamiento de la información y brindar estrategias de aprendizaje para realizarlo. 11. Desarrollar las habilidades que permiten la apropiación responsable del proceso conocimiento. 12. Estructurar sistemas de apoyo acordes con las necesidades manifiestas y potencialidades de los aprendices. 13. Propiciar la reflexión sobre procesos y resultados. Sentido/significado Metacognición Transferencia 14. Diseñar situaciones de aprendizaje grupal cooperativo que constituyan un reto en lo individual, y para el equipo. 15. Orientar primero el trabajo individual, después en equipo, más tarde lo individual y todo ello en equipos. 16. Proponer tareas de búsqueda y aplicación en equipo. 17. Evaluar el aprendizaje: A partir del nivel de entrada. Procesos y resultados. En el contexto de la enseñanza. La finalidad del constructivismo social es, por tanto, promover los procesos de crecimiento personal en el marco de la cultura social de pertenencia, así como desarrollar el potencial que todos tenemos de realizar aprendizajes significativos por nosotros mismos y con otros en una amplia gama de situaciones. EL CONSTRUCTIVISMO SOCIOCULTURAL Desde una perspectiva sociocultural el constructivismo examina el aprendizaje como un proceso activo que exige la participación del sujeto en toda su dimensión donde lo cognitivo, lo afectivo, y lo motor constituyen una unidad funcional no obstante el énfasis en alguna de estas áreas dada la naturaleza y la lógica del contenido de aprendizaje – enseñanza. El aprendizaje es en esencia la elaboración por parte del sujeto que aprende el significado sobre los objetos, fenómenos y procesos de la realidad, y en tal sentido la simple exposición directa a esa realidad no basta. Se requiere del mediador y de un proceso de mediación intencionado en pos de brindarle a la persona en crecimiento los puntos de referencia sociales y culturales en los que los objetos, fenómenos y procesos de la realidad tienen lugar y trascienden. La elaboración de significados implica cambios en la forma de pensar, sentir y actuar del sujeto que aprendí. Esto transciende la noción de aprendizaje como repetición tal cual se encuentra una información en una fuente determinada por ejemplo, el libro de texto. El aprendizaje genuino, el verdadero aprendizaje, es aquel que resulta de una construcción personal, condicionado socialmente, que nos permite aplicar lo aprendido en situaciones diferentes. En la medida en que extrapolamos lo aprendido en un área u otra del conocimiento, en la medida en que hacemos uso de ese aprendizaje para otras cosas, en esa medida es verdadero aprendizaje. El aprendizaje es un proceso y como tal comprende etapas que se suceden unas a otras y que involucran al sujeto que aprende como una totalidad en donde lo cognitivo, loa afectivo y conductual se muestran interconectados en función de una apropiación es decir, un aprendizaje. Cada una de las etapas del proceso de aprendizaje se sigue en complejidad creciente donde lo posterior incluye y supera la precedente. Difícilmente una acción o actividad puntual permite la apropiación cabal del objeto de estudio. El aprendizaje requiere tiempo para, por una parte, vencer las barreras u obstáculos inherentes a todo proceso de adquisición entre ellos, la tensión que provoca lo desconocido, y por la otra, realizar los ajustes y reajustes de las estructuras mentales que se ponen en juego, y también en las “estructuras” afectivas del sujeto que aprende. De ahí la importancia de la inducción y activación, la práctica y el ejercicio como parte de todo proceso de nuevas adquisiciones ya sean intelectuales, motoras o afectivas o que implique de modo integrado las distintas áreas del desarrollo personal como suele suceder. El proceso de aprendizaje además por su carácter procesal tiene “pequeños” resultados por etapas o grupos de éstas. Precisar estos productos parciales constituye un elemento orientador del proceso de mediación para lograr la comprensión profunda del objeto de estudio en una espiral en que una fase se parece a la otra pero la que sigue es realmente superior e implica los logros alcanzados en lo anterior. Aprender es un proceso personal y por tanto subjetivo de apropiación de la esencia, lo fundamental de un objeto de estudio que pude y debe ser puesto en evidencia con determinado comportamiento por más de una vía por ejemplo, mediante el lenguaje verbal, escrito, gráfico, visual, plástico, musical, simbólico o bien corporal. Todo sujeto tiene la capacidad potencial de aprender y se enfrenta a un proceso determinado de aprendizaje con determinadas experiencias y vivencias previas que de tenerse en consideración por el mediador ayuda considerablemente en la adquisición de nuevas nociones, habilidades o bien actitudes y valores. Todo se aprende, no tan solo lo intelectual o motor. Uno de los grandes aportes del movimiento humanista en la educación de la década de los 70 y 80 del siglo pasado fue precisamente el planeamiento de la importancia de los aprendizajes emocionales. Se aprende por ejemplo a amar a los demás, y esto es también una construcción de tipo personal condicionada socialmente. Un concepto clave: zona de Constricción Social del Conocimiento La zona de desarrollo próximo o potencial como también se le nombra, es un concepto nodal e integrativo en la teoría de L.S Vigotsky (1896-1934) que aparece tardíamente en sus obras “Pensamiento y Lenguaje” y en “Las Funciones Psicológicas Superiores” Para L.S Vigotsk, el aprendizaje depende de la presencia de otra persona, más diestra y conocedora, de la interacción social entre uno y otro, de la negociación semiótica que se logra en el proceso de comunicación entre ellos y de lo que es más importante, actuar brindándole ayuda al que aprende en los márgenes de su zona de desarrollo potencial La Zona de Desarrollo Próxima es la distancia entre: - Lo actual, real lo que en su momento puede hacer una persona sola, sin ayuda y que refleja el nivel de desarrollo de sus funciones cognitivas - Y lo potencial, lo que puede hacer con la ayuda de otro y que manifiesta el nivel de desarrollo psicológico para lograrse Este concepto como muchos otros ha evolucionado a partir de su noción original encontrándose en la literatura actualmente a las menos tres posiciones bien delimitadas, a saber: - Una posición fiel a la original en las que se examina la zona de desarrollo potencial (ZDP) en relaciones didácticas, de dos y en aprendizaje de tareas sencillas. En tal dirección tenemos las investigaciones de J. Brunner y su propuesta de sistemas de ayuda, andamiaje, para trabajar la ZPD. - Otra posición a partir de antropología cultural desarrollada en la enseñanza de orificios y de la relación experto-novato en condiciones reales de trabajo. En tal sentido tenemos los trabajos de B. Rogoff y M. Cole. - Y una tercera posición dado el augue de las recientes investigaciones de la concepción constructivista social de aprender y enseñar, que es la que examina la ZPD como construcción, mejor aún, de constricción social del conocimiento. Basta leer los últimos trabajos de L.C Moll, entre otros para comprender lo acertado de esta interpretación. De modo tal que el concepto de Zona de Desarrollo Potencial ha evolucionado desde una perspectiva trasmisionista, donde el papel rector lo tenía de manera absoluta el mediador y la comunicación era bastantemente “unidireccional” a una zona de constricción social del conocimiento, donde el que enseña sin dudas, sabe pero el aprendiz puede aportar y entre los dos o más, se construye el conocimiento. Por supuesto que la esencia original del planeamiento de Vigotsky está presente: la necesaria ayuda del otro para aprender, claro no de cualquier ayuda, sino de aquella que media entre el sujeto que aprender, y el contenido de enseñanza para lo cual hay que observar determinados requisitos y tener en cuenta la relación entre lo actual y lo potencial. Solo así el aprendizaje deja de ser una simple apropiación y se convierte en algo que provoca el desarrollo. Sin duda que las nuevas interpretaciones corroboran, enriquecen y acercan a la práctica educativa actual las tesis de Vigotsky y permiten comprender mejor el proceso de mediación y el papel del maestro mediador. Si bien es cierto que el aprendizaje es un proceso personal siempre está condicionado socialmente por la sociedad en su conjunto, el grupo cultural de pertenecía, la escuela y el maestro. Si importante es la confrontación directa del sujeto que aprende con objeto de aprendizaje, interactividad, importante son las interacciones sociales del sujeto que aprende con sus coetáneos, miembros del grupo, hogar y escuela para construir los significados que exige el proceso de apropiación de la esencia del fenómeno objeto de estudio. Todo aprendizaje es más significativo en la misma medida en que se contextualiza el objeto de estudio es decir, se toma en consideración el entorno cultural y social en que nos desenvolvemos y se descubren las implicaciones prácticas que tiene su conocimiento y comprensión. El proceso de aprendizaje ya en “solitario” ya en grupo siempre es afectivo. Vigotski nos convenció de la unidad entre loa afectivo y lo cognitivo, cuya distinción es sólo en el plano digamos didáctico para profundizar en una u otra arista de un objeto o situación determinada en estudio. Las investigaciones demuestran que en la medida en que descubrimos el lado emocional, espiritual, afectivo de contenido de aprendizaje en esa misma medida lo hacemos nuestro y el grado de comprensión tiende a ser mayor. RESUMEN El trabajo del maestro es realmente profesional cuando está fundamentado en una teoría psicológica de aprendizaje. A través de la historia de la escuela son varias las teorías que se han planteado para guiar a los maestros en el proceso de enseñar a los alumnos. Cada una ha estado vigente y ha sido aceptada en un momento histórico determinado en que factores entre otros sociales lo han justificado. Todas las teorías psicológicas han aportado a la didáctica, y ayudado a la mejor comprensión del hecho educativo de enseñar y aprender. En la actualidad en que las condiciones económicas y sociales se ven impactadas por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y asiste a la escuela la generación Net (nativos digitales) de niños, adolescentes y jóvenes, la teoría del constructivismo sociocultural se plantea como una buena fundamentación teórica para el quehacer profesional del maestro que como sabemos debe producir aprendizajes en su labor como educador no tan solo de tipo cognitivo. CAPÍTULO 3 APRENDIZAJE COOPERATIVO Al aprendizaje cooperativo también se le conoce como aprendizaje entre iguales o aprendizaje entre colegas, a partir del principio educativo de que “el mejor maestro de un niño es otro niño”. Otros especialistas lo llaman aprendizaje colaborativo, pero conviene aclarar la diferencia existente entre colaboración y cooperación. Al menos en nuestro idioma la diferencia conceptual es importante. Colaborar es contribuir con algo, ayudar a otros al logro de un fin, mientras que cooperar es obrar conjuntamente con otro para un mismo fin. Otras expresiones también empleadas son enseñanza cooperativa y educación cooperativa; con menos frecuencia (quizá por la necesidad de distancia conceptualmente esta opción educativa) se le asocia con los planteamientos de John Dewey (1859 – 1952) y Célestin Freinet (1896 -1966), de principios del siglo xx, que aunque validos como antecedentes, la noción y práctica del aprendizaje cooperativo de nuestros días dista mucho de la concepción de esos destacados científicos de la educación que se inscribían dentro del movimiento de la escuela activa. También, los menos, hablan de aprendizaje de equipo. Esta denominación por lo regular no se usa, para evitar que el concepto de aprendizaje cooperativo se confunda con el de aprendizaje grupal. Si bien es cierto que el aprendizaje cooperativo es aprendizaje en grupos, también es mucho más, como también es mucho más de lo que, en su momento, planteó la escuela activa. Las ideas pedagógicas esenciales del aprendizaje cooperativo no son nuevas, pues han estado presentes a lo largo de la historia de la educación, lo que sí es nuevo es la reconceptualización teórica que se hace a partir de los puntos de vista de la ciencia contemporánea y las investigaciones experimentales de investigación – acción, su eficacia y eficiencia en cooperación con otras formas de organizar el proceso educativo. Ahora bien, ¿cuáles son los aspectos básicos del aprendizaje cooperativo, como “nueva” forma de organización del proceso educativo que los distingue de los antecedentes y fuentes? En otras palabras: ¿cuál es su ABC? La participación, una condición necesaria La A se refiere a la actividad, a la forma peculiar y distinta del aprendizaje cooperativo de la necesidad de hacer participar a los alumnos en su proceso de aprendizaje – enseñanza. Se refiere a la actividad del que aprende, su actividad externa, pero también interna, es decir, aquella relativa a los procesos psicológicos superiores que provoca la actividad externa, más aún, al proceso de comunicación inherente a toda actividad humana. Y he aquí una diferencia sustancial del aprendizaje cooperativo respecto de los modelos educativos que le precedieron: se privilegia la participación, aquella que tiene en cuenta la unidad entre la actividad interna y externa y, más aún, la actividad y la comunicación. De Jean Piaget se rescata toda la fundamentación teórica acerca de la organización de situaciones de aprendizaje en que se da el enfrentamiento en solitario del sujeto que aprende; a esos momentos se les llama interactividad (véase cuadro 3.1). Para aprender es necesario esa confrontación individual con objeto de aprendizaje, es decir, con el contenido de enseñanza. Pero para aprender significativamente, son necesarios, además, momentos de interacción del sujeto que aprende con otros que le ayuden a moverse de un “no saber” a “saber”, de un “no poder hacer” a “saber hacer” y, lo que es más importante, de un “no ser” a “ser", es decir, que le ayuden a moverse en su Zona de desarrollo potencial. Lo antes planteado es precisamente lo que el aprendizaje cooperativo toma de la teoría de Lev S. Vygotski: la necesidad del otro, de las otras personas, La para participación aprender genuina, significativamente la verdadera (véase participación cuadro de los 3.1). alumnos en clase, exige momentos de interactividad y momentos de interacciones como una unida, como dos caras de una moneda. De ahí que la ‘formula (para expresarlo gráficamente) del aprendizaje cooperativo es que éste es igual a momentos de trabajo individual, por lo regular equivalentes a la interactividad necesaria para aprender, y de momentos de trabajo con otros, que se identifican con los procesos de interacciones de los sujetos que aprenden: ni todo el tiempo en solitario, y tampoco todo el tiempo en grupo. La concepción del aprendizaje cooperativo exige de ambos momentos, los cuales, si sabemos alternarlos didácticamente potencian el esfuerzo individual y también el del trabajo en equipo. Más aún, el buen trabajo con otros requiere un esfuerzo individual. El aprendizaje cooperativo posee otras peculiaridades en relación con las propuestas educativas de la escuela activa y del llamado aprendizaje dinámico, así como respecto de otras opciones de aprendizaje activo. Por ejemplo, las que se derivan de la teoría de los grupos operativos de Enrique Pichón Rivere y de las técnicas de dinámicas de grupo, que si bien es cierto que incrementan la participación de los alumnos en su proceso de aprendizaje - enseñanza, esto no basta, pues también es imprescindible diversificar las formas de hacerlo, de manera tal que se estimulen las diferentes áreas del cerebro “comprometidas" en la actividad que se realiza, a fin de que se provoque un aprendizaje con todo el cerebro y, por tanto, un desarrollo pleno de la persona. Lo anterior no lo consideran las opciones educativas ya enunciadas debido a lo relativamente reciente de estos estudios que tienen, entre otros hitos, los planteamientos de Roger Wolcott Sperry (1913-1994). En la decada de 1980 Sperry obtuvo el premio Nobel de Medicina al demostrar la especificidad de los hemisferios cerebrales, gracias a él hoy podemos hablar de “cerebro izquierdo" e identificarlo con el encargado del desarrollo del pensamiento lógico, critico, secuencial y analítico, y del “cerebro derecho”, portador Otro hito del pensamiento importante, sin creativo, duda, fueron intuitivo, los sintético planteamientos y holístico. del doctor William E. “Ned” Herrman (1922-1999), quien reflexiono acerca de la existencia de “cuatro cerebros" y demostró la mayor especificidad de cada uno de los dos cerebros ya mencionados. Lo importante de los planteamientos de Sperry y de Herrman son las implicaciones que tienen para la práctica educativa y que la didáctica del aprendizaje cooperativo hace suyas con la finalidad de incrementar y diversificar la participación de los alumnos en clase. Gracias a ello los estudiantes podrán aprovechar las extraordinarias potencialidades del trabajo cerebral para aprender y, a su vez, favorecer su desarrollo integral. ¿Uno, dos, tres o cuatro cerebros? Un cerebro Cada parte de nuestro cuerpo nos maravilla debido a su estructura y función, así como la forma en que cada una se interrelaciona con otra. Pero de todas ellas el cerebro humano ha despertado, más que ninguna otra, la curiosidad de filósofos y de hombres de ciencia, por entenderse que en él precisamente radica la esencia del comportamiento del hombre. El cerebro es la parte más voluminosa de la cabeza, está protegido por un hueso duro y opaco llamado cráneo. Se divide en dos hemisferios, el derecho y el izquierdo, los cuales reciben información y controlan músculos de la parte opuesta del cuerpo. El cerebro es el centro del comportamiento humano, de la inteligencia, las emociones, la memoria, el habla y la conciencia. El sistema nervioso, y en particular el cerebro, siempre han sido estudiados de forma minuciosa. Más de un escritor o artista plástico de las diferentes épocas nos han legado expresiones muy creativas sobre su percepción del cerebro humano. Entre otras de sus grandes aportaciones, el siglo XX nos deja un conocimiento más detallado del cerebro, tanto en lo referente a su estructura como a su funcionamiento. Un logro de las investigaciones en el campo de la anatomía y la fisiología del sistema nervioso fue precisar las diferentes áreas del cerebro (la motora, la sensitiva, la del lenguaje, la auditiva, la de las conductas y las emociones, la del habla, la del gusto, la del procesamiento de que la información, permitió la visual comprender y la del mejor el equilibrio y comportamiento del del lenguaje), ser lo humano. El surgimiento de la psicología como ciencia se dio hacia finales del siglo XIX. Parte de los que se ocuparon de ella procedían de las ciencias sociales y humanísticas y estaban interesados en explicarse la esencia de la persona humana, pero muchos otros que se acercaron a la psicología tenían formación en las ciencias naturales (la biología y la medicina), por lo que su intención era profundizar y comprender las relaciones humanas; por ello estudiaron al cerebro como centro de la conducta. Dos cerebros En 1981 el estadounidense Roger Wolcott Sperry obtiene el premio Nobel de Medicina por sus contribuciones al conocimiento de nuestro órgano del comportamiento: el cerebro. A partir de entonces, y dada la información cada vez mayor sobre el sistema nervioso y en particular del cerebro, se conviene en hablar de cerebro derecho y cerebro izquierdo más que de hemisferios, como hasta entonces se venía haciendo. Todo ello gracias a que cuenta con suficientes evidencias científicas sobre la especialización funcional de los hemisferios, pese a la unidad funcional existente entre ellos, y que se traduce en nuestros modos de pensar, sentir y actuar. Investigaciones científicas realizadas en distintas instituciones de diferentes países han corroborado predominantemente que el cerebro analítico, izquierdo es, deductivo, por su funcionamiento, secuencial, lineal, verbal, riguroso y organizado, por lo que se asocia con un pensamiento de tipo lógico, también llamado crítico, convergente o vertical, necesario en ambientes muy estructurados de trabajo. Por su parte, el cerebro derecho es más propio de ambientes poco o no estructurados, es sintético, inductivo, holístico (totalizador), visoespacial, libre e intuitivo, por lo que en este caso el pensamiento también se conoce como divergente o pensamiento lateral. Lo antes planteado tiene grandes implicaciones para el desarrollo humano y, en particular, para la educación. Como sabemos, la actividad y la comunicación son condición y fuente del desarrollo humano y, por tanto, del despliegue de sus potencialidades: dime qué haces y cómo lo haces y podré inferir qué cerebro tienes más desarrollado; o déjame observarte en tu actuación diaria y podremos aproximarnos a qué tipo de pensamiento predomina y qué cerebro trabaja más y mejor por ti. Izquierdo Derecho Analítico Sintético Deductivo Inductivo Secuencial Totalizador Lineal Visoespacial Verbal Libre Riguroso Intuitivo Ambiente no estructurado Ambiente estructurado Cerebros Organizado Crítico Creativo Pensamiento La escuela, y más aún, las actividades desarrolladas en el salón de clases y la organización de la vida familiar —entre otros factores— van a determinar el tipo de pensamiento de niños, adolescentes y jóvenes. La escuela tradicional (al igual que el hogar al estilo de nuestros abuelos) favorece el trabajo del cerebro izquierdo y poco o nada la actividad del cerebro derecho. En la época de nuestros abuelos era otra la situación social y las actividades que se realizaban concordaban con ese momento histérico. Pero los tiempos cambian y hoy las exigencias son distintas. La sociedad contemporánea coincide con la era de la información. Es imposible aprender todo lo que se ha producido en relación con un tema específico; más aún, se requieren nuevas ideas, propuestas y proyectos, porque lo que hoy resulta valido probablemente mañana no. En otras palabras, debemos utilizar cada cerebro —el izquierdo asociado con el procesamiento lógico de la información y el derecho con la producción de ideas, por sólo mencionar dos aspectos si deseamos hacer frente a las exigencias sociales de hoy día. Existen estrategias de enseñanza que propician el desarrollo del pensamiento lógico o crítico por tener como fundamento al cerebro izquierdo, otras contribuyen al desarrollo del pensamiento creativo o lateral debido al funcionamiento que exigen Del cerebro derecho. Incluso algunos momentos de la clase, por la actividad que se realiza, influyen más en el desarrollo de un cerebro y tipo del pensamiento que en otro. Por ejemplo, escuchar y tomar apuntes de la exposición que se escucha, tomar dictados, justificar un hecho y leer, son algunas de las actividades que desarrolla el cerebro izquierdo y el tipo de pensamiento con él asociado: el pensamiento lógico. Por su parte, escribir sobre un tema con plena libertad, convertir un texto en imágenes, visualizar lo aprendido, establecer relaciones espaciales, etc., son actividades que inciden en el trabajo del cerebro derecho y en el tipo do pensamiento que generan: el pensamiento creativo. Se trata de lograr una armonía funcional de los dos cerebros y que los momentos y estrategias que favorecen a uno se alternen con los que propician el desarrollo del otro. No se nos ocurriría trasladarnos de un lugar a otro empleando solo uno de los pies, teniendo ambos sanos, ni acudir a un gimnasio y hacer ejercicios físicos que nos ayuden a desarrollar solamente uno de los dos brazos o solo una pierna. Se requieren, pues, complementariedad y armonía. Hay estrategias de enseñanza que armonizan el trabajo de ambos cerebros, por ejemplo: Procesar información con música (aunque no todo tipo de música lo propicia, sino solo aquella que logra el nivel alfa de actividad cortical en el cerebro). Expresar ideas con ciertos movimientos corporales. Confeccionar y emplear visualizaciones al aprender determinados contenidos. Realizar mapas conceptuales o mentales. Tres cerebros Desde otra perspectiva, Paul D. Maclean (1913 - 2007) plantea la existencia de un cerebro triuno, es decir, con tres regiones funcionalmente diferenciadas. El criterio adoptado por este destacado neurocientifíco es el de la evolución del sistema nervioso humano y de las funciones de supervivencia y desarrollo asociadas con éste. La región más primitiva es el cerebro reptiliano, el cual se caracteriza por controlar, de manera automática y subconsciente, el mantenimiento y desarrollo de diversas funciones corporales esenciales para la supervivencia, por ejemplo, la respiración. Más evolucionado que el cerebro reptiliano es el cerebro límbico, el cual procesa nuestras experiencias y respuestas emocionales, pero, al igual que el cerebro reptiliano, tiene que ver con la sobrevivencia y, por tanto, sus reacciones son automáticas. El tercer cerebro, también conocido como neocortex o neocorteza es, en términos evolutivos, superior o más complejo y es fundamentalmente base de los procesos mentales y, por ende, de las funciones de proyección y desarrollo humanos. La unidad dinámica entre las tres regiones del cerebro está dada por su naturaleza y por su especificidad funcional. Es una consecuencia del desarrollo evolutivo del sistema nervioso. No obstante lo anterior, los modos de vida de la sociedad contemporánea no favorecen la interrelación funcional entre los tres cerebros, por lo que se requieren una estimulación y entrenamiento específicos para que el cerebro trabaje armónicamente y seamos capaces de sentirnos bien y hacer las cosas mejor. A partir de esta perspectiva han surgido diversas propuestas de estimulación conocidas como Brain Gym (gimnasia cerebral o kinesiología educativa) que buscan armonizar las diferentes partes del cerebro y, por qué no, del sistema nervioso en su totalidad, y favorecen entre otras cosas el esfuerzo intelectual que el aprendizaje escolar exige (cuadro 3.2). Cuadro 3.2. De acuerdo con el planteamiento que expone la existencia de un cerebro triuno, la información llega al cerebro límbico, de ahí al reptiliano, de nuevo al límbico y, más tarde, a la corteza cerebral. Cerebro Cerebros Función Reptiliano Defensa Mamífero (límbico) Emoción Corteza cerebral Pensamiento Cuatro cerebros Más recientes aún son los trabajos de William E. “Ned” Herrman sobre los cuatro cerebros funcionales. Los planteamientos de ese autor tienen grandes implicaciones, sobre todo en el campo de la educación. Para Herrman el cerebro izquierdo es, por definición, el realista, mientras que el derecho es el idealista, lo que coincide con lo planteado por Sperry. Herrman y colaboradores dividen al cerebro en cuatro cuadrantes (dos correspondientes al derecho y dos al izquierdo) y cada uno en superior e inferior funcionalmente. El cerebro izquierdo realista por naturaleza, se subdivide en izquierdo superior (radical) e izquierdo inferior (administrativo). Al primero, el radical, lo distinguen las características de lógico, analítico, cuantitativo y sistematizador; y el administrativo o izquierdo inferior, las de organizado, detallista, cauteloso y planeador. Por su parte el cerebro derecho idealista por naturaleza, se subdivide en derecho superior (innovador) con la peculiaridad de ser intuitivo, integrativo, artístico y explorador; al derecho inferior (sentimental) le es propio lo emotivo, lo espiritual, lo musical y lo interpersonal. La utilidad de la taxonomía anterior consiste en las implicaciones educativas que se derivan de ella. Por ejemplo, la herencia o lo socialmente adquirido (el entrenamiento, los modelos de actuación inculcados, entre otros factores) influyen para que algunas personas muestren un desarrollo “mayor” del cerebro izquierdo superior (realista, radical); estas personas aprenden mejor cuando la enseñanza se da mediante conferencias, seminarios, resolución de problemas exactos, manejo de bases de datos y enseñanza programada. Por su parte, quienes poseen un “buen nivel" de desarrollo del cerebro izquierdo inferior (realista, prácticas, administrativo) laboratorios y aprenden mejor estrategias a muy través de estructuradas. Por otro lado, los que muestran “mas” desarrollo del cerebro derecho superior (idealista, innovador) aprenden fácilmente con juegos, vivencias, actividades de búsqueda y exploración, así como con el empleo de recursos audiovisuales, estudios y actividades poco estructuradas, es decir, pautadas e individuales. A quienes predominantemente desarrollan el cerebro derecho inferior (idealista, sentimental) les resulta más provechoso aprender cuando se organiza el trabajo en equipo, en talleres vivenciales, experiencias educativas emotivas y cuando se emplea la música. Lo anterior llama la atención sobre varias cosas. Por un lado, que por distintas razones tenemos una parte de nuestro cerebro más desarrollada o al menos mas entrenada que la otra; por otro, que dado ese nivel de desarrollo de uno de los “cuadrantes” se establece una relación ventajosa para aprender mediante determinadas formas de organización de la enseñanza y no con otras; finalmente, que si el docente emplea diferentes estrategias de enseñanza (cuantas más mejor) que impacten las diferentes zonas descritas, se podrá complacer en cierta medida a todos los integrantes de un grupo escolar y no tan solo a algunos. Recordemos la gran diversidad humana de los colectivos escolares. Todos son iguales, pero con diferentes formas de pensar, sentir y actuar, y cada Si uno posee empleamos estilos una forma y de ritmos enseñar, de aprendizaje digamos la distintos. conferencia, solo estaremos favoreciendo a los que aprenden fácilmente con este método, es decir, a los que predominantemente tienen desarrollado el cerebro izquierdo superior. O bien, si solo realizamos trabajo en equipo, únicamente estarán llevando agua a su molino aquellos cuyo cerebro derecho inferior esta más desarrollado. El empleo de distintas estrategias permite una atención personalizada en el grupo, porque en diferentes oportunidades se utilizaran formas de organización de la enseñanza que favorecerán a uno y a otro tipo de percepción frente al estudio. A ellos mismos, en otros momentos, se les exigirá un esfuerzo al enfrentarse a actividades para las cuales no presentan el mismo nivel de predisposición neurofuncional (o, como también se dice, enfrentarse con algo que “no se les da”, al menos no tan fácil y agradablemente); sin embargo, este esfuerzo contribuirá a un desarrollo integral del alumno y a un entrenamiento total del cerebro, lo que redundara en su actitud y también en su rendimiento para toda la vida. Uno de los grandes aportes de la neurociencia a la educación es que nos hace entender la importancia de intensificar la participación de los escolares en el proceso de aprendizaje y de diversificar los modos de actividad y la comunicación cerebro en participe el salón como de una clases, de forma unidad funcional tal y que se todo el desarrolle. El aprendizaje no es una finalidad en sí; es, más bien, un medio para lograr cada vez mayores niveles de desarrollo personal y profesional, lo que exige una didáctica que tenga en cuenta los aportes científicos del estudio del cerebro El aprendizaje cooperativo, como forma de organización del proceso enseñanza - aprendizaje, propone una estructura de la lección con distintos momentos y estrategias de enseñanza que favorecen el trabajo con todo el cerebro, ya que intensifica y diversifica la participación de los alumnos en clase. En resumen, la A del ABC del aprendizaje cooperativo tiene que ver con actividad del alumno en clase, en ningún momento espontánea, en todo instante orientada, guiada, intencionada, pero con una libertad responsable y comprometida de los aprendices. De modo resumido, presentamos en la página 63 una taxonomía no completa de modos de hacer participar a los alumnos durante el desarrollo de la lección, de modo tal que además de lograr intensificar la actividad y comunicación, logramos la diversificación de las formas de hacerlo. De esta manera hacemos que trabajen con todo el cerebro y no solo con parte de él, propiciando así un desarrollo más pleno de la actividad cortical que sirve de sustrato anatofisiológico al aprendizaje escolar. Formas de participación 1. Escuchar: Escuchar y comentar Escribir – tomar apuntes Visualizar comunicar 2. Debate: Mesa redonda Simposio Foro Panel 3. Juegos didácticos organizados 4. Leer: Leer y comentar Escribir Visualizar Comunicar sociodramas 5. Reflexión: Discusión de equipo 6. Simulaciones: Jugar a desempeñar papeles Hacer sociodramas 7. Observar: Observar y comentar Escribir Visualizar Comunicar 8. Procesar información: Aplicar estrategias Visualizar Comunicar 9. Experimentos en clase: Montaje Desarrollo Informe Comunicación Discusión 10. Trabajo en equipo 11. Resolución de ejercicios: Individual y en equipo 12. Investigación en equipo 13. Presentación de tareas: Individual y en equipo 14. Prácticas de laboratorio: Prácticas de laboratorio Informe Comunicación 15. Visitas dirigidas: Informe Comunicación Discusión 16. Prácticas de campo: Informe Comunicación Discusión 17. Crear propuestas: Individual, en equipo, o ambos 18. Plantear proyectos: Individual, en equipo, o ambos 19. Tomar decisiones: Individual, en equipo, o ambos UN TIPO DE RELACIÓN DIFERENTE MAESTRO – ALUMNO: LA MEDIACIÓN La B del ABC del aprendizaje cooperativo se relaciona con la bidireccionalidad necesaria en el proceso de enseñanza-aprendizaje entre el que guía y orienta la actividad y el aprendiz. El aprendizaje cooperativo plantea una forma diferente de relacionarse maestro y alumno en el proceso de aprender de este último. Ese modo de guiarlo es la mediación. ¿Que evoca o nos sugiere la palabra mediación? Pensemos por un momento qué otras palabras asociadas tenemos en nuestra mente. Y, ¿qué pensamos cuando escuchamos o leemos la palabra mediador? Pensemos y escribamos rápidamente algunas palabras asociadas. El filósofo alemán Hegel (1770-1831) en más de una de sus obras se refiere a la mediación; el ruso L. S. Vygotski introduce este concepto en la bibliografía psicológica al explicar el papel del otro en su concepto de zona de desarrollo potencial o próxima. En los últimos años, el israelita de origen rumano Reuven Feuerstein (1912) hace suyas las nociones de mediación y mediador como parte de sus teorías de la modificabilidad cognitiva estructural y la teoría de las experiencias de aprendizaje mediado y, lo que es fundamental, plantea sugerencias didácticas que favorecen la práctica educativa de mediar. El mediador es la persona que, al relacionarse con otros: Favorece su aprendizaje Estimula el desarrollo de sus potencialidades Y, lo que es más importante, corrige funciones cognoscitivas deficientes Y todo ello lo hace propiciando el paso de un sujeto que aprende de un estado inicial de no saber, poder, o ser, a otro cualitativamente superior de saber, saber hacer y ser, es decir, brindando la ayuda necesaria para alcanzar la zona de desarrollo potencial. Los abuelos, padres, tíos, hermanos mayores, amigos, etc., pueden ser mediadores. En general, puede serlo todo aquel que al relacionarse con otros cumple con determinados requisitos, como los de intencionalidad, reciprocidad y trascendencia del aquí y el ahora. Pero los maestros son o deben ser mediadores por excelencia, y deben serlo profesionalmente. Según Reuven Feuerstein, el maestro, al mediar, debe cumplir con ciertos requisitos. Los más importantes que queremos destacar son: La reciprocidad, es decir, una relación actividad - comunicación mutua en la que ambos, mediador y alumno, participen activamente en pos de un aprendizaje. La intencionalidad, o sea, tener bien claro qué quiero lograr y cómo ha de lograrse; esto es válido tanto para el maestro mediador como para el alumno que hace suya esa intención, dada la reciprocidad que se alcanza. El significado, es decir, que el alumno le encuentre sentido a la tarea y, por tanto, la haga suya. La trascendencia, o sea, ir más allá del aquí y el ahora, crea un nuevo sistema de necesidades que muevan a acciones posteriores. El sentimiento de capacidad o autoestima, es decir, despertar en los alumnos el sentimiento de que son capaces. La regulación de la impulsividad, la cual significa pensar antes de actuar. En resumen, la B del ABC del aprendizaje cooperativo se refiere a la bidireccionalidad que debe caracterizar al proceso de enseñanza—aprendizaje, es decir, a la reciprocidad intencionada que se logra a través de la mediación. Todo proceso de mediación se basa en la premisa de que es posible la modificabilidad de las estructuras cognoscitivas y también afectivas del sujeto que aprende, y que ésta propicia en clase una dirección de la enseñanza de tipo no frontal. Criterios de mediación Reciprocidad Proceso bidireccional Intencionalidad compartida Mediación recíproca Interacción mediador - mediado Intencionalidad Propósito claro Metas precisas Planeación adecuada Orientaciones Oportunas Significado Construcción del sentido y del significado La importancia de la actividad Trascendencia Ir más allá del aquí y del ahora Relación con aprendizajes anteriores Relación con aprendizajes futuros Capacidad o autoestima Sentimiento de “soy capaz” Regulación de impulsividad Pensar antes de actuar “Un momento déjame pensar” Recibir – comprender la orientación Explorar Ubicarse UN MODO CUALITATIVAMENTE SUPERIOR DE RELACIÓN ENTRE LOS ALUMNOS: LA COOPERACIÓN La C del ABC del aprendizaje cooperativo alude a la cooperación entre las personas para aprender en clase. Varias son las formas de relación entre los alumnos para aprender. Una es la individualista, es decir, cada uno lo suyo, sin importar el otro. No interesa que uno y otros se comuniquen entre sí e intercambien lo que aprenden; la distribución frontal del salón y el método expositivo del maestro justifican el individualismo en el aula. Otra forma es la competitiva, que se observa cuando cada uno de los miembros de un grupo escolar percibe que puede obtener el objetivo de enseñanza si, y solo si, el resto de los alumnos no lo obtienen. Y el tercer tipo básico de relación para aprender es la cooperación, que se da cuando cada uno de los que integran el equipo percibe que puede lograr el objetivo si, y solo si, todos trabajan juntos y cada quien aporta su parte. Algunos autores emplean indistintamente los términos colaboración y cooperación. Para nosotros sin embargo, son conceptos relacionados pero distintos. Cooperar es compartir una experiencia vital significativa que exige trabajar juntos para lograr beneficios mutuos. La cooperación implica resultados en conjunto mediante una interdependencia positiva que involucra a cada uno de los miembros de un equipo en lo que se hace; en el transcurso de la cooperación cada uno aporta su talento. La cooperación entre los miembros de un grupo escolar es la piedra angular de esta forma de organización del proceso de aprendizaje enseñanza: el aprendizaje entre iguales o entre colegas. Y si bien es cierto que John Dewey y Célestin Freinet abogaron por la necesidad de este tipo de relación, también lo es que ahora, con el aprendizaje cooperativo, contamos con las estrategias didácticas que permiten, en el salón de clases, mediar la cooperación entre los alumnos para aprender, y que esto se convierta en un mecanismo para lograr su desarrollo. De ahí que se justifique el empleo de una estrategia de enseñanza de acuerdo con el momento de la clase, que permita no solo incrementar y diversificar la participación de los alumnos en el aula sino también crear ese ambiente de ayuda mutua de aprendizaje de uno y de otros, en otras palabras, de la cooperación entre todos. La relación, mejor aún, la interrelación cooperativa entre los compañeros en clase les aporta, entre otras cosas: Modelos que pueden imitar Oportunidades de hacer, decir y sentir Apoyo según las necesidades manifiestas Expectativas in crescendo Autorregulación personal y en equipo Reforzamiento positivo constante Perspectivas diferentes sobre un mismo asunto Desarrollo de las habilidades cognitivas, pero también sociales y afectivas. RESUMEN Son muchas las razones que, a partir de los resultados de investigaciones experimentales, de investigaciones acción – participación y de la sistematización de la práctica de los maestros que lo aplican, justifican al aprendizaje cooperativo como una opción necesaria para resolver las exigencias de la sociedad en el campo de la educación. Entre ellas, podemos destacar que: 1. Cualifica la participación de los alumnos en su proceso de aprendizaje escolar. 2. Establece un tipo de relación de cooperación entre los estudiantes, que estimula su desarrollo cognitivo y socioafectivo. 3. Plantea una dirección no frontal, mediada, del proceso de enseñanza escolar. Y, lo que es más importante, favorece la construcción social del conocimiento; además, dados los tres puntos anteriores, el aprendizaje cooperativo crea las condiciones para una formación en valores. CAPÍTULO 4 EL MÉTODO ELI Los diccionarios especializados en educación definen clase como el grupo de alumnos reunidos en un salón y que trabajan de acuerdo con la orientación y dirección del maestro. Así, la clase es el grupo de alumnos que comparten una serie de características comunes a todos ellos y con el cual el docente desarrolla un contenido del programa oficial vigente. Un término cercano es el de lección. Algunos identifican los conceptos clase y lección; otros los diferencian. Para estos últimos la lección es el contenido que se enseña en una sesión corta de clase. El destacado constructivista italiano Renzo Titone define la lección como “la síntesis del acto didáctico en su integridad”. La lección, o bien, la clase, es la unidad de actuación del maestro y los alumnos al desarrollar un contenido de enseñanza que estos últimos deben aprender en un tiempo prefijado, que varía según el nivel y el grado educativos: de 30 a 55 minutos, e incluso, en instituciones de educación superior, tiene una duración de hasta 90 minutos. Desde el surgimiento de la escuela como institución encargada de la educación de las nuevas generaciones, la lección ha sido la unidad de trabajo del maestro con sus estudiantes. Pero la lección ha evolucionado a través del tiempo acorde con los fundamentos teóricos y metodológicos de la ciencia en cada momento histórico. Desde la perspectiva del aprendizaje cooperativo, la lección es el proceso compartido por el maestro y los alumnos en el cual el docente es el mediador entre el alumno, o grupos de alumnos, y el contenido de enseñanza. Todo ello exige una participación activa intencionada y de cooperación de los estudiantes en clase, y una dirección no frontal, mediada, del profesor con ellos. Algunas investigaciones en que se ha empleado el método de observación han demostrado la reiteración de ciertos momentos en las clases de maestros que aplican los principios del aprendizaje cooperativo. Son periodos que se ocupan en actividades de la misma naturaleza y con idéntica intención y que se suceden durante el tiempo que dura la lección, para en su totalidad hacer de ésta una actividad de aprendizaje activa, participativa, de cooperación y vivencia. Los momentos de una lección de aprendizaje cooperativo pueden ser varios, pero son siete los fundamentales y resumen las actividades didácticamente necesarias para que los alumnos construyan su conocimiento y cooperen en la construcción del de sus compañeros de grupo. En su conjunto, los siete momentos puestos en evidencia constituyen la esencia del método ELI. Un momento muy importante de una buena lección de aprendizaje cooperativo es el que el maestro y los alumnos dedican a crear el ambiente propicio para aprender: entorno agradable, distendido, fraterno, y seguro en el que todos los participantes se conocen, se llaman por su nombre y estén dispuestos a participar. Es este el momento conocido por la letra A, de ambiente agradable, y además de la activación necesaria, tanto cognitiva como afectiva de parte del maestro, para que el alumno haga frente al esfuerzo predominantemente intelectual que exige el proceso de enseñanza. Otro momento significativo de una lección de aprendizaje cooperativo es el momento O, que corresponde a la letra inicial de orientación de la atención. Los buenos docentes se caracterizan, entre otras cosas, por ser capaces de captar el interés de los alumnos en el tema que se desarrolla. Distintas estrategias permiten lograr que los estudiantes tengan claro qué se está aprendiendo, como se está haciendo, qué resultados se esperan y, más aún, que “capten”, o mejor, se apropien de la lógica del contenido de enseñanza. El momento R es el de recapitulación o repaso; es decir, el tiempo que se dedica a recuperar o reiterar lo más importante tratado hasta ese instante o de la lección en su conjunto. Hay diferentes formas de hacer de esta actividad inherente al proceso de enseñanza un momento de recordatorio agradable y vivencial, hacerlo de una forma diferente cada vez; y, lo que es más importante, que ayude a que se logre la comprensión del tema. El momento del procesamiento de la información (PI) es aquel que se dedica a que los alumnos individualmente o en equipo, en clase, se confronten con el contenido de trabajo: lean, observen, respondan a preguntas, etc., lo que junto con las otras actividades propias de la lección permite construir socialmente el conocimiento. El momento de independencia social positiva, conocido como momento I, consiste en propiciar la oportunidad de compartir procesos y resultados del trabajo realizado entre los miembros de los equipos de la clase, o bien de la clase en su conjunto, de manera tal que unos aprendan de otros y se constituyan así en verdaderas comunidades de aprendizaje. La evaluación, como juicio de valor sobre los resultados y avances, es un componente sustantivo del proceso de enseñanza-aprendizaje y se le conoce como momento E. Acompaña al proceso en todo su desarrollo, lo que no significa que en determinados periodos de la clase esta función didáctica de cumplimiento obligatorio ocupe el primer plano en importancia, a lo que se le puede “añadir” la celebración de los resultados obtenidos por los distintos grupos. Por último, tenemos el momento SSMT, de reflexión o metacognición, como también se le conoce. Las dos primeras letras se refieren a dos categorías básicas: las de sentido y significado. Muchos alumnos no aprenden no porque carezcan de la capacidad de aprender; el problema consiste en que no saben “agarrar” el sentido y el significado de lo que el maestro enseña. La letra M es de metacognición, es decir, la capacidad de pensar sobre el pensamiento o, en otras palabras, tomar conciencia de lo que se está aprendiendo, como se aprende, etc. La letra T hace alusión a la capacidad de transferencia. Transferir es “mover”, o ser capaz de aplicar lo aprendido en un medio hacia otro diferente. Todo lo anterior, el sentido y el significado, la metacognición y la transferencia, posibilita en el sujeto que aprende la autorregulación y el autogobierno. La autorregulación es la posibilidad de ejercer un control, dado por mecanismos internos del sujeto y no por disposiciones coercitivas externas. La aplicación de los momentos del método ELI es dialéctica, lo que significa, entre cosas, que es un vínculo dinámico que provoca el desarrollo de una secuencia de actividades que siempre está en función de lo que se quiere lograr. No es una estructura lineal ni rígida, no son pasos que hay que seguir en un orden determinado; todo lo contrario, los momentos se suceden en forma diferente en las distintas lecciones de acuerdo con el objetivo de aprendizaje, pero también con otras variables como los conocimientos previos de los alumnos, las condiciones del salón de clases, los recursos disponibles, el día de la semana o la hora del día. En la aplicación del método ELI hay otro componente esencial además de los momentos: la estrategia. Son dos, por tanto los elementos que conforman el método: el momento y la estrategia, que se traducen en funciones que hay que cumplir, las funciones didácticas del aprendizaje cooperativo. Las estrategias que se empleen caracterizaran la actividad que se desarrolla en el salón de clases y éstas, por supuesto, consumen un tiempo determinado de la lección, del proceso de aprendizaje, que le da nombre al momento. Los maestros necesitamos método y estrategias de enseñanza como instrumentos de mediación entre el sujeto que aprende y el contenido u objeto de conocimiento. Solo así los alumnos pueden construir socialmente su conocimiento y cooperar en la construcción del conocimiento de los demás miembros de su equipo y grupo. El empleo de estrategias permite lograr un proceso de aprendizaje activo, participativo, de cooperación y vivencial, que evita esas clases en que el profesor “se la pasa exponiendo el tema” y el alumno, a lo sumo, toma apuntes y hace o contesta alguna pregunta. Ahora bien, el problema no se reduce a aplicar estrategias técnicas o dinámicas o, como otros plantean, realizar uno u otro tipo de ejercicio. Las estrategias como recurso de mediación deben emplearse con determinada intención y, por tanto, en dependencia de las funciones didácticas; es decir, los momentos por cumplimentarse en las lecciones que se desarrollan siguiendo las orientaciones del aprendizaje cooperativo. Si lo anterior no se tiene en cuenta, es decir, si no se considera la necesidad de realizar las funciones didácticas inherentes al proceso de aprendizaje escolar en todos y cada uno de los momentos de la clase, se cumplirá la “ley de la cosecha”. En otras palabras, se nadará contra la corriente y no se lograrán los resultados esperados, por muchos esfuerzos que se realicen y recursos de que se disponga, al menos en el grado en que se podían alcanzar. Los siete momentos del método ELI cumplimentan el clásico Cono de experiencia de aprendizaje del reconocido educador estadounidense Edgar Dale (1900-1985) de la Universidad de Ohio el que estableció la efectividad de la; actividades típicas del proceso de enseñanza (véase fig. de pág. 73), y que ha tenido, desde que el autor lo dio a conocer en la década de los años 30 del siglo pasado múltiples versiones y réplicas con resultados semejantes. Para que los estudiantes aprendan se requiere cumplir con las funciones didácticas propias del aprendizaje cooperativo que se caracterizan, como planteamos, por un tipo de actividad determinada en un momento de la lección y con el empleo de estrategias didácticas, como herramientas de mediación entre el alumno o grupos de alumnos y el contenido de enseñanza. En este sentido, cada uno de los momentos dedicados al cumplimiento de determinada función didáctica están justificados y aportan en el proceso de adquisición de conocimientos, es decir, conceptos, leyes, principios, teorías, así como de habilidades, sean éstas psicomotoras intelectuales o socioafectivas; y de actitudes y valores. Por ejemplo, el momento A del método ELI se justifica por la necesidad de estimular el aprendizaje en la dirección deseada y de crear las mejores condiciones tanto externas como personales, cognitivas y socioafectivas para el esfuerzo que cada alumno debe realizar en la apropiación del contenido de enseñanza. El momento R, por su parte, se justifica por el inevitable olvido que puede suceder, no obstante lo interesante del objeto de conocimiento o la riqueza de la experiencia de aprendizaje. Se requiere insistir, retomar, para establecer nuevos vínculos e integrar nuevas actividades, a fin de guardar los conocimientos no de manera pasiva, sino como “conocimientos en acción” en condiciones de ser empleados de inmediato. El momento dedicado a la evaluación y celebración de los aprendizajes, el momento E, se justifica, entre otras razones, para no perder el rumbo, para tener presentes los objetivos y en qué medida se están alcanzando, y tomar decisiones acordes con las observaciones, evidencias y calificaciones, a fin de mover a los estudiantes en su zona de desarrollo potencial. Este momento es sumamente significativo debido a la retroalimentación que provee en la autoestima de cada uno de los alumnos y del grupo, y por su contribución al desarrollo de la autorregulación personal. Existen dos vías para aprender: los órganos de los sentidos y los procesos mentales. Por supuesto, ambas formas se complementan y enriquecen. Y, en tal dirección, el momento SSMT contribuye al desarrollo que hace trascendentes los aprendizajes. Toda actividad humana es valiosa en sí misma, pero lo es más en la medida en que se reflexiona sobre ella, ya sea sobre lo que se hizo o sobre lo que se va a realizar e incluso durante su ejecución. El momento SSMT propicia que el sujeto que aprende llegue a la esencia del conocimiento, lo haga suyo y esté en condiciones de emplearlo creativamente. Por su parte, el momento O se justifica, entre otras cosas, por la imprescindible necesidad de desarrollar la atención consciente y voluntaria de los estudiantes. Resulta imposible aprender sin prestar atención. Se requiere captar y mantener la atención de los alumnos durante todo el proceso de enseñanza, y desarrollarla en ese ejercicio constante. El momento O aporta el espacio de negociación de los objetivos que se persiguen, de mediación del significado del tema de la lección y, como parte de ello, la creación en el grupo de necesidades de aprendizaje. Por otro lado, el momento PI provee el espacio para leer y escribir, explorar, buscar y encontrar, así como experimentar aquello que, realizado con las estrategias adecuadas, permite el desarrollo de la independencia cognitiva necesaria para la interdependencia grupal que exige la sociedad del conocimiento. El momento PI aporta, además, la estrategia de aprender a aprender y hábitos de trabajo intelectual necesarios para la vida. A su vez, el momento I se justifica por la necesidad cada vez más apremiante del desarrollo de las habilidades sociales que exigen la convivencia y el aprendizaje cotidianos. Solos podemos, sin duda, aprender y hacerlo bien. Pero únicamente cuando compartimos procesos y resultados de aprendizaje éstos cobran mayor significado y trascendencia, además del aporte que ello representa para el desarrollo de la inteligencia emocional. VALIDACIÓN DEL MÉTODO ELI El método ELI para la atención desarrolladora de la diversidad, es el resultado, de algo más de 30 años de trabajo científico (1977-2010). Su planteamiento y validación ha sido realizado mediante distintas modalidades de estudio en la que han participado cientos de profesores de distintos tipos de instituciones educativas, grado escolar y grupos de alumnos de Cuba, México y Estados Unidos de América de modo rigurosamente controlado, así como de algunos otros países latinoamericanos mediante la modalidad “acción-desarrollo”. El aval a los resultados ha sido a través del tiempo reconocido por diferentes consejos científicos de las instituciones de educación superior en las que he trabajado, desde la distinción especial por el Ministerio de Educación Superior de Cuba (1982), el reconocimiento de la Academia de Ciencia de Cuba (1990), hasta el más reciente de Scientific Board de Nova Southeastern University en la Florida, EUA (2008). El trabajo como docente de asignaturas pedagógicas y psicopedagógicas y la asesoría de tesis de grado de licenciatura, maestría y doctorado así como la capacitación participativa de maestros y profesores de instituciones implicadas en los programas de investigación-desarrollo han contribuido a los resultados parciales obtenidos, las publicaciones de artículos en revistas especializadas, así como de contribuciones con capítulos en libros de reconocidos líderes en educación, y la autoría de tres libros sobre el tema. La pregunta clave de inicio, y mantenida con las variaciones correspondientes en las diferentes etapas de estudio es: ¿cómo ser mejor maestro en el aula?, a partir de reconocer la dialéctica interdependencia entre todos los componentes del proceso de aprendizaje - enseñanza, pero enfatizando el papel del método en el trabajo profesional del maestro. La fundamentación a partir de un amplio espectro de autores y posiciones teóricas se capitaliza a través de las categorías y principios de la Escuela sociocultural gestada por L. S. Vygotski y enriquecida por el actual movimiento neovygotskiano en Norteamérica. PREGUNTAS FRECUENTES Lea y responda las siguientes preguntas, cuestionamientos de maestros al término de seminarios y talleres sobre el método ELI. Puede repasar el contenido del libro en búsqueda de la respuesta si es que no la tiene, o bien ponerse en contacto con el autor. ¿Los siete momentos hay que cumplirlos en todas las lecciones? ¿Cuál es el momento más importante y cuál el menos importante? ¿Qué tiempo promedio se lleva aplicar cada momento? ¿En qué orden se aplican los momentos del método ELI? ¿Cuál es el primer momento que hay que cumplimentar del método ELI, el A? ¿El método ELI, es posible aplicarlo en preescolar? ¿Es posible la aplicación del método ELI en las clases prácticas de laboratorio? ¿Es posible cumplimentar el método ELI en la educación a distancia o elearning? ¿Se requiere un entrenamiento especial para la aplicación del método ELI? ¿Son necesarias algunas consideraciones como habilidades o competencias para aplicar correctamente el método ELI? ¿Funciona el método ELI en la educación especial o en la atención a la diversidad? ¿El orden de los momentos del método debe ser siempre el mismo, o se puede variar? ¿Las estrategias didácticas de un momento pueden ser empleadas en otro? Si quiere conocer más visite ˂http://www.metodoeli.com˃. Consulte sus respuestas con el autor: ˂[email protected]˃ RESUMEN Las lecciones que se desarrollan mediante el método ELI de aprendizaje cooperativo tienen una estructura flexible y dinámica que posibilita cumplir las funciones didácticas propias de esta forma de organizar el aprendizaje Los siete y la momentos enseñanza dedicados al en el cumplimiento salón de igual de clases. número de funciones didácticas del método ELI son: La creación del ambiente favorable para aprender y activación de los procesos mentales para el esfuerzo intelectual que exige la enseñanza. La orientación de la atención de los alumnos. La recapitulación o repaso de lo que se aprende. El procesamiento de la información. La interdependencia social positiva entre los miembros de un grupo para aprender. La evaluación y celebración de los resultados. La reflexión acerca de qué se aprendió y cómo. El orden y el tiempo de los momentos del método ELI dependen de factores, como el contenido de enseñanza. No es lo mismo una lección con énfasis en el conocimiento, que otra dedicada al desarrollo de habilidades, hábitos y capacidades, o aquella en que el interés se centra en las aptitudes y los valores. Otros factores son el objetivo que se desea alcanzar, las condiciones físicas y los recursos disponibles etcétera. CAPÍTULO 5 ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS En cada momento histérico del desarrollo de la educación los especialistas e investigadores han impuesto, con la debida fundamentación y dentro de un marco de ideas, determinadas expresiones para identificar acciones y procesos del acto educativo. Con el tiempo éstas han cambiado para ser sustituidas por otras más validas desde la nueva perspectiva con que se examinan la enseñanza y el aprendizaje. Por ejemplo, durante un tiempo era frecuente el concepto de ejercicio, que más tarde se sustituye por el de técnica; luego surgió el de dinámicas y, hace relativamente poco, el de estrategia. Cada uno de estos vocablos, cercanos en su definición, responde a un marco teórico de referencia. Por técnica se entiende el recurso, o la habilidad, que permite realizar algo correcta y “fácilmente” siguiendo ciertas reglas o secuencia de pasos. De ahí que las técnicas grupales sean el conjunto de medios y procedimientos que, empleados en una situación de grupo, contribuyen a lograr los objetivos planteados. Algunos docentes emplean indistintamente los términos técnicas grupales y dinámicas. Hacen alusión, en su conversación entre colegas, a que utilizaron en clase tal o cual dinámica de grupo; sin embargo, debemos entender por dinámica al proceso que se experimenta en la clase, producto de la aplicación de determinadas técnicas. En otras palabras, dinámicas de grupos es el conjunto de interacciones y el ambiente que se genera “espontáneamente” en el interior de un grupo, o como consecuencia del empleo de las técnicas seleccionadas. El término estrategia, por su parte, procede del ámbito militar y significa literalmente “el arte de dirigir las operaciones militares”. elementos de una estrategia son las tácticas o técnicas. Los pasos o Con el desarrollo del paradigma cognitivo, así como del constructivismo, el concepto de estrategia ha siclo transferido, por supuesto creativamente, al ámbito de la educación en el marco de las propuestas de enseñar a pensar y de aprender a aprender. Las estrategias son, a partir de este enfoque, componente esencial del proceso de enseñanza—aprendizaje. Son el sistema de actividades (acciones y operaciones) que permiten con economía de esfuerzos y recursos la realización de una tarea con la calidad requerida debido a la flexibilidad y adaptabilidad a las condiciones existentes. Hay diferentes tipos de estrategias; las más mencionadas en el ámbito educativo son: las estrategias de aprendizaje y las estrategias de enseñanza. Entre unas y otras hay una relación muy estrecha que como vínculo dinámico se da entre el proceso de enseñanza y el de aprendizaje. Pero también hay peculiaridades específicas de cada una de ellas debido, entre otras razones, a la naturaleza de cada uno de estos procesos. Las estrategias de enseñanza también conocidas como didácticas o instruccionales son los procedimientos empleados por el maestro para hacer posible el aprendizaje de sus alumnos. Son también los recursos utilizados por los diseñadores de materiales educativos para, empleando las nuevas tecnologías, lograr una enseñanza de calidad. Las estrategias didácticas son el sistema de acciones y operaciones, tanto físicas como mentales, que facilitan la confrontación (interactividad) del sujeto que aprende con objeto de conocimiento, y la relación de ayuda y cooperación con otros colegas durante el proceso de aprendizaje (interacción) para realizar una tarea con la calidad requerida. Las estrategias didácticas constituyen herramientas de mediación entre el sujeto que aprende y el contenido de enseñanza que el docente emplea conscientemente para lograr determinados aprendizajes. Por su parte, las estrategias de aprendizaje son los procedimientos predominantemente mentales que el alumno sigue para aprender. Son, dicho de otra manera, la secuencia de las operaciones cognoscitivas que el estudiante desarrolla para procesar la información y, de esa forma, “aprehenderla” significativamente. Algunos autores las conocen como estrategias cognitivas. Recordemos que el aprendizaje es un fenómeno mental, psíquico, cuyo sustento material es el sistema nervioso, en particular el cerebro, y más específicamente aún, la corteza cerebral, lo que implica que el aprendizaje sea un proceso muy personal. De ahí que se diga “que nadie aprende en cabeza ajena”. No obstante, el aprender (al menos el aprendizaje formal, escolar) es un proceso condicionado socialmente por la enseñanza. La enseñanza es un proceso social en el que intervienen al menos dos: el que aprende y el que enseña. Las estrategias didácticas guían y orientan la actividad psíquica del alumno para que éste aprenda significativamente. No son meras acciones observables que denotan lo que hace un grupo de alumnos durante la lección; son además, por excelencia, aquellas acciones que inducen una determinada actividad mental del alumno que lo hace realmente aprender. He ahí la relación dinámica entre estrategias de enseñanza y estrategias de aprendizaje. Una estrategia didáctica es buena en la misma medida en que “desata” una secuencia (le operaciones mentales (estrategias de aprendizaje) que permitan al alumno organizar, decodificar, integrar, recuperar y elaborar óptimamente la información dada su estructura (esquema) mental para su aplicación 0 empleo. La aplicación (le estrategias didácticas implica, entre otras cosas: Una selección previa, cuidadosa, que tenga muy presente su adecuación a las características biopsicosociales del grupo, la intención para la cual es seleccionada, su duración, las condiciones que exige su aplicación, así como los recursos necesarios. Por lo regular, los docentes seleccionamos la estrategia y podemos aplicarla tal cuales, hacerle adecuaciones o bien, por qué no, diseñar en equipos de maestros nuestras propias estrategias. Un empleo creativo de las mismas. Recordemos que las estrategias de enseñanza son instrumentos de mediación que, como tales, exigen tener muy presente la intención con la que se aplican, lograr la reciprocidad necesaria para la construcción del conocimiento y, entre otras cosas, hacer posible la trascendencia del aquí y el ahora. Una valoración posterior acerca de cómo se aplicó, como reacciono el grupo, el tiempo, los resultados y concluir respecto de su eficacia. Que el maestro desarrolle las competencias profesionales que demanda la aplicación de las estrategias seleccionadas o diseñadas. Los docentes debemos contar con una base de datos de estrategias didácticas, agrupadas según los momentos o actividades predominantes de una lección de aprendizaje cooperativo: creación de ambiente (activación), recapitulación, social, procesamiento evaluación, dc reflexión y la información, orientación interdependencia de la atención. La recopilación de estrategias, su descripción y valoración nos permiten seleccionar la más clase adecuada y hacer para ésta cada más lección y dinámica cada para momento los de la alumnos. Recordemos que no es lo mismo el inicio de un curso escolar o el final de éste, que las primeras horas de la jornada escolar diaria; o bien, que el o los últimos turnos, no es igual el lunes que el viernes, o un contenido de enseñanza con determinado grado de dificultad por sus exigencias cognitivas (por ejemplo, abstracción, generalización, etc.), que otro más fácil por su objetividad. De ahí la necesidad de contar con un amplio repertorio de estrategias y seleccionar la más adecuadas para la situación de aprendizaje grupal cooperativo que organizamos y dirigimos en el salón de clases o bien en cursos en línea o a distancia Ahora bien, la estrategia en sí misma, por la buena que sea, no va a surtir efecto si el maestro carece de la competencia necesaria para su desarrollo en clase. Se requiere, como en todo, conocer por qué y para que emplear esa estrategia; más aún, como desarrollarla creativamente y también cuando y donde. En otras palabras, desarrollar la competencia profesional que su aplicación exige. En una lección de aprendizaje cooperativo el maestro, necesita estrategias didácticas como herramientas de mediación entre el alumno y el contenido de enseñanza. Más todavía, requiere varias estrategias de enseñanza. Más todavía, requiere varias estrategias de enseñanza que permitan intensificar, y lo que es más importante, diversificar los modos de participación de Ios alumnos en clase. Ahora Bien, la selección y el empleo, o la construcción (diseño) y empleo de estrategias instruccionales debe hacerse de acuerdo con el momento de la lección. Sugerencias para construir estrategias didácticas 1. Tenga bien clara Ia intención o el propósito. 2. Plantee sólo una intención por estrategia. 3. Reflexione sobre el contenido de enseñanza que aprenderé el alumno con esa estrategia: ¿Qué información? ¿Qué habilidades y de qué tipo? ¿Qué actitudes y valores? 4. Piense cómo debe aprender el alumno ese contenido de manera activa, vivencial y cooperativamente: Individualmente Con otros. Individualmente y con otros. 5. Desglose en secciones o pasos la actividad comunicación de los alumnos para aprender ese contenido: Cuanto más detallados, mejor. 6. Analice los recursos y las condiciones necesarias: Cuanto menos, mejor. 7. Calcule el tiempo aproximado: Según la edad de los alumnos será el doble o triple del que usted haya empleado. 8. Bautícela (Póngale un nombre breve): Atractivo Que manifieste la esencia de lo que se hace y cómo, y también del resultado. 9. Pruébela observando las reacciones de sus alumnos. 10. Reflexione y escriba sobre procesos y resultado. Perfecciónela continuamente. En la clase se efectúa un proceso de enseñanza-aprendizaje que, como toda actividad procesal, consume tiempo, es decir, es un continuo de etapas que deben relacionarse mutuamente y que progresivamente llevan a un fin, un logro parcial en relación con el de la siguiente lección, y así sucesivamente. Por ello, las estrategias deben responder a la intención general del curso, de un conjunto de lecciones o de una lección y de cada uno de sus momentos en particular. LAS ESTRATEGIAS COMO INSTRUMENTOS DE MEDIACIÓN PEDAGÓGICA Las estrategias como ya mencionamos son herramientas para la mediación pedagógica que realizara el maestro. Su valor esta precisamente en la competencia profesional didáctica del maestro de seleccionarla acorde al momento de la lección, el objetivo que se plantea, los resultados o evidencias por lograrse, etcétera. El proceso de mediación se da en la interacción cara a cara de dos o más sujetos interesados en una tarea por realizar, en la que al menos uno desempeña el papel de mediador. Y por supuesto en las actuales condiciones de enseñanza-aprendizaje creadas por las tecnologías de la información y la comunicación, las TIC, es el proceso mediante el cual una persona por supuesto más capaz brinda los niveles de ayuda necesarios que requiere la realización de una tarea, empleando la tecnología. Ahora bien, las TIC per se no son un mediador, como tampoco lo son per se las estrategias de aprendizaje-enseñanza. El proceso de mediación se caracteriza fundamentalmente por ser un proceso intencionado y de reciprocidad entre los miembros de un equipo. Pero además por ser una experiencia significativa que trasciende el aquí y ahora lo que exige, entre otras cosas, la regulación (control) de la impulsividad. La mediación como proceso exige autoevaluación de parte de los sujetos que aprenden; exige también controlar el esfuerzo individual y colectivo y tener presente etapas (procesos) y resultados. Todo proceso de mediación parte de la premisa científicamente comprobada de que es posible la modificabilidad de las estructuras cognitivas y también, por supuesto, afectivas del sujeto y que ésta se propicia en la interrelación social entre los sujetos. Entre más temprano mejor, pero nunca es tarde. La maleabilidad del sistema nervioso es tal que nos permite cambiar no obstante la edad, el grupo étnico, las costumbres culturales e incluso el síndrome que portamos. Ahí están las experiencias pedagógicas del doctor Feuerstein con niños deprivados culturalmente y Downs. En resumen, frontal ni la mediación impuesta, es aunque un si estilo de intencionada, interacción consciente, educativa no significativa y trascendente. Es acción recíproca entre al menos dos personas que comparten una experiencia de aprendizaje y en donde una de ellas (el mediador) por su nivel acompaña y ayuda a la(s) otra(s) a moverse en su zona de desarrollo potencial dado su contribución, entre otras cosas, a que ésta le encuentre sentido y significado a lo que hacen y se quiera lograr. El aprendizaje mediado es condición y fuente para el aprendizaje directo, dado entre otras cosas por su contribución a que el sujeto le encuentre sentido y significado al objeto de conocimiento. Ahora bien un buen aprendizaje no tiene que ser necesariamente mediado y, de acuerdo con Feuerstein, la mediación no es siempre una buena manera de enseñar. No obstante la afirmación anterior las investigaciones demuestran la necesidad de las experiencias de aprendizaje mediado para la educación de la generación net, dado entre otras razones por la insuficiencia en puntos de referencias sociales y culturales que les permita a los nets trascender el aquí y el ahora en las actividades que habitualmente realizan. Las peculiaridades socioafectivas que le son propias a los nets justifican modelos educativos donde la mediación constituya el estilo pedagógico de los maestros e incluso de los padres de familia. Solo así es posible un acompañamiento que les brinde las ayudas necesarias de modo oportuno y suficiente para crecer en este cambio de época que vivimos. Feuerstein es categórico al respecto: los niños que no han recibido suficientes experiencias de aprendizaje mediadas no estén preparados para enfrentar los retos cognitivos, y yo agregaría ni afectivos, a los que se enfrentan cuando van a la escuela y, por ende, son incapaces de beneficiarse de la riqueza que ofrecen las experiencias del salón de clases. Incluso, aunque participen en actividades escolares interactivas, no son capaces de encontrarles un significado en la dirección socialmente válida. MEDIADOR El mediador es la persona que al relacionarse con otra propicia su crecimiento dado que favorece el aprendizaje, estimula el desarrollo de potencialidades y corrige funciones cognitivas deficientes, mueve en términos de Vygotski al sujeto que aprende en su zona de desarrollo potencial. Los padres, los amigos y los maestros son mediadores; en general todo aquel que se relaciona con otro y al hacerlo asume una disposición de ayuda constructiva, que auspicia el crecimiento del otro, es un mediador. Los maestros somos o debemos ser mediadores por excelencia. Nadie aprende “en cabeza ajena" y todos lo hacemos cuando nos guían de lo que ya sabemos a lo que debemos saber, hacer y/o ser. El aprendizaje es un proceso personal, es cierto, pero está condicionado socialmente. En todo momento, el mediador facilita el tránsito de un estado real a uno esperado, ideal o potencial, y lo hace con la participación plena del sujeto que aprende e induciendo al empleo por parte del que aprende de estrategias dado su nivel, estilo, ritmo y talentos de aprendizaje, de ahí que en la actualidad hablemos de: Zona de Construcción Social del Conocimiento, en lugar de Zona de Desarrollo Potencial (véanse cuadros págs. 46, 48-49). El mediador requiere conjugar tanto el aspecto pedagógico, más aún didáctico, relacionado con métodos, procedimientos, estrategias... con el aspecto psicológico de comprensión y tacto con el sujeto que aprende. El mediador confronta y guía nuestra atención a estímulos seleccionados. Enseña a “ver” el mundo de modo selectivo, a descubrir el significado de las cosas que nos rodean. Enseña a examinar las experiencias desde diferentes puntos de vista. Enseña a aprender; para esto el maestro mediador debe cumplimentar ciertos requisitos expuestos al principio del capítulo 2, cuando presentamos el estilo de enseñanza que plantea la metodología del aprendizaje cooperativo. El líder actual del paradigma de la mediación Reuven Feuerstein nace en Bucarest, capital de Rumania, en 1921 en el seno de una familia judía. Su formación como psicólogo se inicia en su país natal y continúa en Israel donde emigra terminada la Segunda Guerra Mundial 1945). Es discípulo de Jean Piaget (paradigma cognitivo) en Ginebra, Suiza y estudia profundamente la obra de otro hebreo por el que siente profunda admiración: Lev S. Vygotski (Paradigma Sociocultural). Del Paradigma Conductista de “moda" durante sus años de formación, toma conceptos básicos como los de estimulación y respuesta, que integrados a las diversas fuentes por él empleadas le han permitido plantear dos teorías y tres programas prácticos: - La Teoría de la Modificabilidad Cognitiva Estructural. - La Teoría de la Experiencia de Aprendizaje Mediado. - El Programa de Enriquecimiento Instrumental (PEl). - El LPAD o Evaluación Dinámica del Potencial de Aprendizaje. - Y la Creación de Ambientes Activos Modificables. RESUMEN La realización de una actividad, cualesquiera que ésta sea, puede acometerse de dos formas, básicamente: 1. Por ensayo y error (probar qué pasa y si lo logramos o no). 2. Aplicando una estrategia previamente seleccionada. Sin duda, en la primera opción (la de ensayo y error) se trabaja por tanteo, por repetición, y el grado de certidumbre en los resultados a que aspiramos y debemos lograr es poco. Por el contrario, el empleo de una estrategia, más aún si hemos sabido seleccionarla, nos orienta al objetivo, nos ofrece una secuencia racional que nos permite economizar tiempo, recursos y esfuerzo y, lo más importante, nos da la seguridad de lograr lo que queremos obtener y de la manera más adecuada para ello. El empleo de estrategias didácticas por parte del docente es indicador de su nivel de profesionalismo. De ahí que hay que contar con estrategias adecuadas para iniciar la lección, desarrollar el tema y, por supuesto, cerrar o concluir la lección. Podemos decir que estos son los tres grandes momentos de una lección. Pero sabemos que pueden subdividirse en momentos más específicos que nos permitan una selección y empleo más eficaz de las estrategias de enseñanza y, por tanto, de la creación de situaciones de aprendizaje grupal cooperativo que favorecen una mejor enseñanza. CAPÍTULO 6 ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS DEL MOMENTO A: CREACIÓN DE AMBIENTES FAVORABLES PARA APRENDER Y DE ACTIVACIÓN Los tipos de estrategias que abarcan el momento A de una lección son dos: 1. Las estrategias de creación del ambiente favorable para aprender. 2. Las estrategias de activación. Ambos tipos estén muy vinculados entre sí, pero son distintos uno del otro. ESTRATEGIAS DE CREACIÓN DEL AMBIENTE FAVORABLE PARA APRENDER Crear un ambiente favorable para aprender significa hacer que los alumnos se sientan bien. Como sabemos, algunas investigaciones demuestran que a los niños, los adolescentes y los jóvenes lo que menos les interesa cuando asisten a la escuela es el contenido de enseñanza. Su mayor interés se centra, primero, en las relaciones que establecen con sus coetáneos; en segundo lugar, en la recepción que el docente le hace al grupo y, en particular a él o ella; y en tercer lugar está el contenido de aprendizaje. Hacer que se sientan bien implica que la escuela y el salón de clases en particular reúnan toda una serie de condiciones físicas favorables, considerando la ventilación, la iluminación, la limpieza, el orden, e incluso, el olor. El mobiliario tiene gran importancia no solo porque forma parte de la decoración, sino por su incidencia en el bienestar de los estudiantes. El mobiliario debe ser adecuado para el nivel de desarrollo físico (estatura y peso, sobre todo) de los alumnos y también para la aplicación de las diferentes estrategias didácticas del aprendizaje cooperativo que exige, entre otras, actividades de trabajo en binas, tríos y cuartetos, así como en círculo de media luna. La decoración u otro factor que contribuya a crear el ambiente para aprender debe ser adecuada a la edad, los intereses de los niños y el objetivo de aprendizaje, y se caracterizara por ser atractiva y sobria, en el sentido de no estar sobrecargarla de estimulación visual. Ahora bien, crear el ambiente es, sobre todo, promover un entorno de seguridad, confianza y respeto del personal de la escuela hacia el grupo y de cada integrante de la clase entre sí y hacia el docente. Como parte de ese ambiente el alumno debe percibir un sentimiento de aceptación, el cual se logra cuando todo el personal de la escuela, y el maestro en particular realizan, entre otras cosas, lo siguiente: Reciben, saludan y despiden a los alumnos. Llaman a cada uno por su nombre. Los miran a los ojos. Los escuchan. Conversan con ellos sobre temas de su interés. Solicitan las cosas por favor y, por supuesto, dan las gracias. En el salón de clases, además, el maestro: Conoce a sus alumnos, no solo sus gustos e intereses, sino también sus virtudes e insuficiencias sin, por supuesto, ponerlas en evidencia. Se mueve por el salón. Se acerca a los estudiantes. Se esfuerza por comprenderlos. Hace comentarios positivos sobre cada uno de ellos, en el momento oportuno. Elogia sus cualidades y esfuerzo. Mantiene un tono emocional afectivo alto. Una estrategia muy recomendable es la de ambientar el salón de clases según el contenido de enseñanza que estamos desarrollando, o al menos hacer un mural en el que aparezca un mensaje corto, pero realmente significativo por la reflexión que provoque sobre el tema que nos ocupa. Tanto en la preparación de la actividad de ambientación como en la de creación de la frase mural debemos darle participación a los alumnos agrupados en equipos. Distintas estrategias de integración grupal permiten lograr también el ambiente favorable para aprender. Entre ellas están, por ejemplo, establecer, desde el inicio del curso escolar, las normas o reglas de actuación en el salón con plena participación de todo el grupo, así como un sistema de señales que faciliten las interrelaciones y la actividad en el aula, lo que se desarrolla en momentos de interdependencia social entre los integrantes del grupo. ESTRATEGIAS DE ACTIVACIÓN Sera conveniente reflexionar un poco acerca de la manera como solemos comenzar nuestras lecciones. ¿Qué hacemos?, ¿cómo lo hacemos?, ¿qué primero y qué más tarde..?, ¿y, por qué y para qué procedemos de esa forma? Claro está que existen distintos tipos de lección aquella con la que se inicia un tema, aquella con la que continua aquellas con las cuales se finaliza una unidad temática, es decir, un conjunto de clases referidas todas a un mismo contenido. Según el modelo educativo, este momento de inicio tiene diferentes nombres. En la bibliografía didáctica podemos encontrar, por ejemplo, las expresiones introducción a la clase, presentación de la lección, inducción a la actividad y motivación del tema. El aprendizaje cooperativo prefiere el término activación. Al fundamentar teóricamente el aprendizaje cooperativo en el paradigma de la construcción social del conocimiento, y al trabajar en la practica el concepto de zona de desarrollo potencial o, mejor aún, el de zona de construcción del conocimiento y el de crisis sociocognitiva el momento de inicio de la lección debe ser un momento de activación. El concepto de activación alude a actividad, a provocar de manera intencional y en un sentido determinado la actividad y, como parte consustancial de ésta, la comunicación con y del sujeto que aprende. La activación es captar la atención y movilizar sus procesos y operaciones mentales con una intención educativa previamente planteada. Cabría preguntarse lo siguiente: ¿qué hace un campesino cuando va a sembrar, y un deportista, por ejemplo aquel dedicado al levantamiento de pesas, al iniciar su rutina de entrenamiento diario? ¿Y el piloto de un moderno avión antes de emprender el vuelo? ¿Qué hacen todos ellos? Sin duda, preparar las condiciones. El aprendizaje neuroanatómica es es un proceso el eminentemente cerebro, en especial intelectual la y corteza su base cerebral. Las neuronas que conforman el neocórtex establecen relaciones funcionales entre sí mediante las sinapsis, las cuales son el resultado de la estimulación de las neuronas y de la segregación de neurotrasmisores que facilitan el traslado de la información de una neurona a otra. Las conexiones sinápticas son necesarias para aprender, y éstas se logran mediante la activación. Las estrategias de activación estimulan la creación de estas conexiones; inducen procesos de movilización de las funciones psicológicas superiores mediante los cuales los esquemas-estructura cognoscitivos se orientan, reorientan, o bien, se transforman total o parcialmente para la adquisición de otros nuevos. En el proceso de activación necesario e imprescindible para el aprendizaje escolar intervienen factores sociales y emotivos, así como, por supuesto, intelectuales, los referentes de los aprendices, el lenguaje, la negociación semiótica y la intuición. El alumno nunca parte de cero al aprender algo nuevo, pues siempre tiene cierta información, alguna vivencia anterior o punto de referencia relacionado con el tema, o al menos intuye o se imagina algo al respecto. A ese conjunto imperfecto y no estructurado de información, vivencias, puntos de referencia e intuición o fantasía, se le conoce como conocimiento previo y es necesario despertarlo, refrescarlo, para construir el nuevo a partir de él. En tal sentido, las estrategias de activación constituyen el recurso didáctico que nos permite crear las condiciones para iniciar el proceso de adquisición llamado aprendizaje. Algunas estrategias de activación son predominantemente socioafectivas, por la importancia que dan a la creación de condiciones grupales o personales favorables para aprender, y entre ellas estén las relaciones interpersonales necesarias en clase. Recordemos que el aprendizaje, si bien es un proceso personal, se encuentra condicionado socialmente. Con frecuencia los niños, los adolescentes y los jóvenes no aprenden como potencialmente pudieran hacerlo debido a las barreras y bloqueos que sufren dado el entorno en el que se realiza el aprendizaje. La base de todo buen aprendizaje son las emociones y los sentimientos, y en esto, como en muchas otras cosas, las diferencias individuales ponen su toque muy personal. A algunos alumnos les afecta más la calidad del ambiente emocional, y a otros menos, pero lo cierto es que en todo incide significativamente en el aprovechamiento de Ia actividad de aprendizaje. Lo antes expuesto es importante, pero lo es más si recordamos que la didáctica del aprendizaje cooperativo contempla la alternancia de momentos de interactividad, es decir, confrontación del sujeto que aprende con objeto de conocimiento, con momentos de interacciones, 0 sea, la ayuda y el aprender unos con otros. Es por ello que se necesita un sano ambiente de cooperación y desarrollo de habilidades sociales para trabajar con otros, por lo que las estrategias de creación de ambientes favorables de aprendizaje, se requieren desde el inicio del curso escolar y durante el desarrollo de todas las clases. EL CEREBRO Todas y cada una de las partes de nuestro cuerpo han llamado siempre la atención por su estructura y función, así como por la forma en que una y otra se interrelacionan. Pero no hay duda, el cerebro humano ha despertado más que otras partes del cuerpo la curiosidad de biólogos, filósofos y hombres de ciencia —desde la antigüedad— por entenderse que en él precisamente, radica la esencia del comportamiento del hombre. El cerebro es el órgano del comportamiento humano, del pensamiento, la inteligencia, la creatividad y también de las emociones, los sentimientos, las pasiones, el habla y la conciencia. Las investigaciones realizadas en distintas instituciones científicas de diferentes países ha corroborado que el cerebro izquierdo es, por su funcionamiento, predominantemente analítico, deductivo, secuencial, lineal, verbal, riguroso y organizado por lo que se asocia con un pensamiento de tipo lógico también llamado crítico, convergente o vertical. Mientras que el cerebro derecho es sintético, inductivo, holístico, totalizador, visoespacial, libre e intuitivo, por lo que también es conocido como divergente o pensamiento lateral o creativo. Como sabemos, la actividad y la comunicación es condición y fuente del desarrollo humano y, por tanto, del despliegue de sus potencialidades. Cada uno aporta y su aporte es mayor en la medida en que se sincroniza su participación en la actividad que realizamos, en otras palabras cada uno contribuye a la realización del proceso y el logro de los resultados. Lo antes planteado tiene grandes implicaciones para el desarrollo humano y la educación en particular. De ahí que a partir de los últimos años del siglo pasado, se hace imprescindible la fundamentación del trabajo pedagógico en los conocimientos de la anatomía y fisiología del sistema nervioso en general y del central en particular de que el cerebro es el órgano por excelencia. Lo que hacemos y cómo lo hacemos influye sin duda en la estimulación y desarrollo de uno u otro hemisferio, es decir, cerebro. La unidad dinámica entre los dos cerebros y sus regiones está dada por su evolución y condicionada por su naturaleza y especificidad funcional, por lo que tenerlo en consideración y de modo consciente estimularlo es condición necesaria para el buen aprendizaje, precisamente el que según L. S. Vygotski plantea conduce al crecimiento humano. En condiciones de normalidad y según la edad el cerebro es la base orgánica de los procesos y funciones psicológicas como las sensaciones y percepciones, la atención, la memoria, el pensamiento y el habla. No obstante lo anterior, los modos de vida de la sociedad contemporánea no favorecen la interrelación funcional entre los cerebros, por lo que se requiere de una estimulación y entrenamiento específico para que el cerebro trabaje armónicamente y seamos capaces de sentirnos bien y hacer las cosas mejor. Primero cuchichear; después, trabajar en equipo Es necesario tener presente que las habilidades para trabajar cooperativamente tampoco las poseen los alumnos (al menos no todas en el nivel de desarrollo que exigen muchas estrategias del aprendizaje cooperativo), por lo que debemos preocuparnos por su desarrollo. La sugerencia es comenzar con la estrategia de cuchichear con el más próximo, y más tarde con otro y después con otro, hasta hacer que todos en el salón hayan tenido la oportunidad de coincidir breve tiempo y comentar y reflexionar acerca de un tema concreto que se esté tratando en clase. Cuando ya tengamos la seguridad de que entre los integrantes del grupo se da, de manera espontánea, una disposición al intercambio, y una vez que hayan vivenciado que ese contacto los enriquece, podemos orientar el trabajo en binas (grupos de dos o dúos, como también se les nombra). El trabajo en parejas requiere mayor organización previa por parte del maestro, quien debe decidir cómo se forman las binas aleatoriamente y seleccionar la estrategia de enseñanza acorde con el contenido de aprendizaje y el momento de la lección; entre otras, requiere también competencia profesional para, en el desarrollo de lección, dar las orientaciones precisas, controlar el tiempo, observar los dúos, etc., así como evaluar posteriormente las experiencias y valorar el desarrollo, en los alumnos, de las habilidades sociales que se necesitan y que estamos empeñados en estimular. Solamente cuando los alumnos se muestren con un buen nivel de desarrollo por el trabajo compartido con otros y les hemos dado la oportunidad de aprender con todos los integrantes del grupo (o al menos con la mayoría), solo entonces podremos organizar situaciones de aprendizaje grupal cooperativo de tres miembros y después de cuatro. ESTRATEGIAS DE ACTIVACIÓN SOCIOAFECTIVAS Son aquellas que favorecen la creación a nivel personal y grupal para el aprendizaje, dada su influencia en el cuerpo, la mente y los sentimientos. La estrategia de activación socioafectiva que seleccionemos debe depender, en gran medida (entre otros factores), del nivel de desarrollo de los alumnos para trabajar con otros, así como de la cohesión grupal de la clase. Estas estrategias se requieren para lograr una predisposición y armonía corporal para el aprendizaje escolar. Muchas estrategias de la gimnasia cerebral nos pueden ayudar a crear la armonización corporal para el esfuerzo intelectual que exigen determinados aprendizajes del currículo escolar. Se trata de conocerlas, tener un repertorio de ellas e irlas ensayando con nuestros alumnos. Algunas sugerencias para su empleo son: 1. Comenzar con las más simples, que requieren poco movimiento corporal o desplazamiento en el salón y se ajustan por su contenido y forma a lo que el grupo, por su nivel de desarrollo, acepta. 2. Seleccionar, si es necesario, la música adecuada y tener la grabadora disponible para ese momento. 3. Prever que se realice en un tiempo breve, ya que su propósito es cambiar de actividad y crear condiciones favorables, de ninguna forma entretener o pasar el rato. 4. Dar las orientaciones con precisión, e incluso moderar la estrategia antes de pedir su realización. Es bueno que, como parte de la preparación para la clase, personalmente la ensayemos y valoremos previamente si es la adecuada. Han surgido diversas propuestas de estimulación, entre ellas una bien importante para “hacer andar de modo sincronizado el cerebro” conocidas como Brain Gym o Gimnasia cerebral y también como Kinesiología educativa. Las estrategias de gimnasia cerebral permiten activar y armonizar las diferentes partes del cerebro, del sistema nervioso y del organismo en su totalidad; favorecen un estado de predisposición energética muy positiva para el esfuerzo intelectual y emocional que el aprendizaje escolar exige. Ente los grandes aportes de la neurociencias a la educación está la necesidad de intensificar la participación de los escolares en el proceso de aprendizaje y de diversificar los modos de actividad y comunicación en el salón de clase; de forma tal que el cerebro como una unidad funcional participe y al hacerlo en su totalidad se desarrolle integralmente. El aprendizaje no es una finalidad en sí, es un medio para lograr cada vez mayores niveles de crecimiento desarrollo personal y profesional, que exige una didáctica que tenga en cuenta los aportes científicos del estudio del cerebro. El maestro al trabajar con sus alumnos estimula contribuye al desarrollo de la actividad cerebral, responsable ésta de su forma de pensar, sentir y actuar. ESTRATEGIAS DE ACTIVACIÓN COGNITIVAS Otro tipo de estrategia de activación son las predominante cognitiva, son aquellas que estimulan los procesos y las operaciones mentales que podrán funcionar al aprender tal o cual asunto, y que movilizan los conocimientos previos que resultan necesarios para la construcción de los nuevos. Podemos plantear también la existencia de estrategias de activación que logran estimular tanto los socioafectivo como lo cognitivo, ya sea por la naturaleza de las acciones que incluyen o por la forma de presentarse y realizarse, o bien, por el contenido mismo del ejercicio. La activación debe caracterizarse, fundamentalmente, por ser: Oportuna, es decir, a tiempo. Debe ser previa al desarrollo del tema (por tanto, regularmente al inicio de la lección), pero también se puede emplear en todo momento en que comencemos a tratar un aspecto y se requiera una movilización de los esquemas o estructuras cognitivas para comprender mejor y más fácilmente lo que se aprende. Pertinente, o sea, a propósito, acorde con la intención de aprendizaje. Desafiante, lo que significa que debe implicar un cierto esfuerzo acorde con el nivel de desarrollo del alumno. Gradual, ya que se requiere dosificar el esfuerzo personal y también lograr un nivel de desarrollo psicosocial óptimo para el trabajo en equipo que se realiza a través del curso. Reflexiva, porque provoca el detenerse a pensar y una interiorización al respecto. Y polémica, ya que estimula la controversia, el encuentro de ideas y de puntos de vista. En conjunto, estas características de la activación crean expectativas e interés favorables para la construcción social del conocimiento. La aplicación de las estrategias de activación se caracteriza, además, porque se realiza en un tiempo breve y no se consume mucho tiempo de la lección. Dichas estrategias son ejercicios muy concretos con propósitos bien delimitados crear las condiciones socioafectivas e intelectuales para el esfuerzo mental que va a realizarse al aprender un contenido escolar. A veces, con una sola estrategia es suficiente; en otras ocasiones se requiere aplicar dos o tres estrategias relacionadas entre sí para lograr la movilización de las funciones psíquicas superiores involucradas en el aprendizaje. En general, las estrategias de creación de ambientes de grupo favorables para el aprendizaje y activación cumplen, entre otras, las funciones de: 1. Movilizar el organismo humano en su conjunto, como una unidad morfofuncional y cognitivoafectiva, hacia un proceso de adquisición que demanda esfuerzo en un medio social: el salón de clases. 2. Orientar la atención y el esfuerzo personal y grupal con una intención educativa determinada previamente y que aparece plasmada en la planeación de la clase. 3. Negociar con el grupo de alumnos el sentido y significado del objeto de conocimiento, no imponiéndole sino, por el contrario, negociándolo dado el enfoque de construcción que guía la actividad de aprendizaje que se realiza, las estrategias de enseñanzas que se emplean y el momento de la clase en que se efectúa. 4. Tomar conciencia de qué se hace o se va a realizar, qué se conoce o piensa previamente al respecto, cómo se va aprender, etcétera. 5. Contextualizar, es decir, ir poco a poco ubicando en el tiempo y en el espacio, así como en un marco de referencia cercano al alumno, el tema que se va a desarrollar. Otra función importante de las estrategias de activación tiene que ver con la asimetría que se da entre los grupos escolares. Asimetría significa, literalmente, carencia de simetría, es decir, de proporción adecuada de los componente de un todo (en nuestro caso, el grupo de alumnos), entre si y con el todo mismo. Es el desnivel o heterogeneidad que tenemos en clase en relación con los contenidos de aprendizaje. ¿Cuál es la función de la activación para eliminar la asimetría, o bien, para emplearla como un factor de desarrollo? La respuesta es, precisamente, aprovecharla de manera tal que en las interrelaciones unos ayudan a los otros y todos aprenden. En otras palabras, trabajar en la zona de desarrollo potencial ayuda a unos y a otros a aprender. La activación debe permitirle al estudiante estar en las mejores condiciones para el esfuerzo intelectual y emocional que exige el aprendizaje y al maestro, explorar el nivel de entrada del alumno y ajustar la planeación de su clase a la zona de desarrollo potencial detectada. Si para el alumno es útil la activación, para el docente resulta imprescindible, pues le permite realizar una evaluación diagnóstica de forma rápida y dinámica y tomar decisiones en clase sobre el desarrollo del tema. Las respuestas, reacciones, opiniones e, incluso, cuán rápidos o lentos se muestren los alumnos en los ejercicios de activación sobre el contenido de la lección, constituyen evidencias que permiten al profesor orientarse sobre el referente del grupo. En resumen, la activación es un proceso neuropsicológico que se justifica por la necesidad de preparar al educando para el aprendizaje, armonizando su funcionamiento cortical, creando condiciones externas e internas favorables, motivando e interesando hacia el estudio mediante el empleo de estrategias que, entre otras cosas, promueven conflictos sociocognitivos, imprescindibles en los momentos iniciales de la lección pero útiles durante toda la clase. UNA ESTRATEGÍA BÁSICA PARA LA ACTIVACIÓN: LA LLUVIA DE IDEAS El estadounidense Alex Faickney Osborn (1888-1966), ejecutivo publicitario, creo durante la década de 1930 algunas técnicas para detectar y fomentar el potencial creativo. Osborn logro proponer técnicas sencillas que posibilitaron generar ideas en equipos de trabajo, sin condiciones ni criticas, y la más divulgada es la lluvia de ideas. La lluvia de ideas también se conoce como tormenta cerebral, torrente de ideas, torbellino de ideas, promoción de ideas, distorsión creadora e imaginación creativa. Las ideas son el resultado de la actividad de nuestra mente, es decir, de la relación dialéctica entre aquello sobre lo que tenemos control absoluto (consciente) y lo que se nos revela en forma indirecta, no siendo posible su control total (subconsciente). Los mejores resultados se logran cuando los procesos mentales se desarrollan entre ambos extremos y es en este sentido en que la lluvia de ideas ayuda a sacar lo que tenemos dentro. La lluvia de ideas es la estrategia básica por excelencia, para la producción de ideas desde todas las perspectivas posibles, pues refine a personas tan diferentes como sea posible, motivadas y capaces de expresarse en un grupo. La lluvia de ideas es útil para: Favorecer la producción de ideas: a mas, mejor, de manera individual y grupal. Permitir que todos hablen y todos escuchen sobre un asunto. Propiciar el llegar a una conclusión, un acuerdo o la toma de decisiones, siempre por consenso. Hacer un análisis minucioso del problema. Buscar ideas originales y soluciones creativas. Las reglas de Alex Osborn 1. Prohibida la crítica de las ideas de los demás (censura) o de las propias (autocensura): Todas las ideas son bien recibidas. No se interrumpe al compañero en uso de la palabra. La valoración crítica se suspende o aplaza hasta un segundo momento así, como la fundamentación de la idea planteada. 2. Bienvenidas todas las ideas, por raras, descabelladas, extravagantes o absurdas que puedan parecer: Cuanto más diferentes son las ideas en relación con el tema, mejor. Cuanta más divergencia exista en las ideas, hay mayores posibilidades de inspiración y de relacionarlas posteriormente. 3. Hay que estimular la producción de ideas: cuantas más ideas existan, mayores posibilidades hay de tener una buena idea. Es mas fácil seleccionar de una larga lista una buena idea que tratar de "sacarla" a la fuerza. El propósito de la lluvia de ideas es, precisamente, producir ideas en cantidad. 4. Hay que animarse a asociar, combinar o relacionar las ideas aportadas entre todos para producir, así, nuevas ideas. Después de plantear muchas ideas (y como parte de la estrategia) se comienza a buscar vínculos entre unas y otras. Se plantea una idea A. Cualquiera puede retomarla, deformarla o asociarla con letras, de las aportadas por él o por otros para producir una idea. Así, otro integrante del grupo hace suya esta idea y la transforma en C. La lluvia de ideas se realiza mejor cuando se sugiere a los alumnos el empleo de un visualizador gráfico por ejemplo, el sol radiante. Más tarde ellos confeccionarán sus propios organizadores visuales para plasmar ahí sus ideas. OTRAS ESTRATEGIAS DE ACTIVACIÓN Conversación informal Sostener un breve dialogo con el grupo de estudiantes puede ser una estrategia sencilla para lograr la inducción al tema. Algunas sugerencias prácticas son: 1. Preparar previamente el guión del posible diálogo. 2. Cuidar que la introducción, y como parte de ella la pregunta que se emplee, sea suficientemente general para estimular la participación de los alumnos. 3. Escuchar con atención las intervenciones. 4. Aceptar todas y cada una de las opiniones. No rectificarlas, no oponerse a criterio alguno. 5. Emplear preguntas de apoyo, como: “¿Tú crees?”, “¿será posible?”, “¿y cómo sabes eso?”, “¿qué te permite afirmar tal cosa?”, etcétera. 6. Ampliar el rango de participación a otros miembros del grupo: “¿Y tú, qué opinas al respecto?” Frase mural Otra estrategia de activación consiste en escribir en el pizarrón, o traer una hoja de rotafolio, o bien presentar mediante el retroproyector un acetato con un mensaje corto alusivo al tema de la lección que iniciamos y orientar a los alumnos para que: 1. Lo lean con atención. 2. Piensen por un momento al respecto (un minuto, por ejemplo). 3. Expresen opiniones, puntos de vista o comentarios sobre lo que les sugiere tal planteamiento. Cuando los alumnos piensan sobre la frase mural que exponemos es muy provechoso poner música que logre un nivel alfa de actividad cortical y, por tanto, una concentración óptima de la atención. Aquí, como en otras estrategias de activación, debemos escucharlos atentamente, no interrumpir y aceptar todos y cada uno de los criterios. También son útiles las preguntas de apoyo, como: ¿qué te hace pensar eso?, etcétera. El éxito de esta estrategia radica en el contenido del mensaje. El maestro debe tener mucho cuidado al seleccionarlo, pues entre otros se ha de ajustar al tema y a la intención pedagógica que tengamos. requisitos Lámina/Fotomural Una variante de la estrategia anterior es la de presentar una fotografía o lámina y proyectarla en acetato con el retroproyector. Resultan muy útiles las caricaturas, preferentemente sin texto. Frases incompletas Esta valiosa estrategia de activación consiste en que el estudiante complete oraciones truncas. Todos los enunciados tendrán el mismo sujeto; a continuación, se escriben pies forzados que correspondan a cada una de las cinco comadres”. Por ejemplo, el tema que seleccionamos es la evaluación educativa y la estrategia de activación seleccionada es la de las frases incompletas. AI construirse el ejercicio tomando como referencia las comadres que, por qué, para que, cómo y dónde/cuándo, podemos redactarlo así: Frases incompletas sobre el Método ELI Orientación: A partir de la primera expresión escrita que aparece elabore la continuación de la misma de modo que logre trasmitir un mensaje personal es importante. Escriba lo primero que piense. EI tiempo es limitado. Si yo aplico el método ELI mis estudiantes. La correcta aplicación del método ELI me exige EI método ELI me permitiré Necesito, para aplicar bien el método ELI En relación con el método ELI, yo me siento Los estudiantes completaran los enunciados a partir de sus conocimientos previos y de la intuición que tengan al respecto. No se necesita que consulten fuente alguna para buscar posibles respuestas; lo importante es descubrir con qué conocimientos cuentan para resolver el problema de completar las frases y que, al esforzarse por hacerlo, activen las funciones corticales por las sinapsis que estimulan. Este ejercicio puede tener un segundo momento dedicado a que los alumnos confronten (en dúos o tríos) sus respuestas. Después habrá un momento de compartir posibles respuestas en el grupo, lo que permitirá al maestro realizar una valoración diagnóstica inicial, de manera rápida y dinámica, acerca del referente de conocimientos del grupo sobre el tema. Una sugerencia es que, cuando en plenaria los alumnos comuniquen cómo completaron sus frases, siempre las lean incluyendo la parte inicial del enunciado. Concordar – discordar Esta estrategia de activación consiste en presentar a los alumnos un mínimo de 10 y un máximo de 20 enunciados breves y redactados en forma tal que provoquen en ellos la reflexión (primero individualmente y después en equipos de no más de cuatro integrantes). Esta estrategia tiene la finalidad de crear en los alumnos una crisis sociocognitiva, o sea, un conflicto o replanteo sobre la veracidad de un planteamiento o, mejor aún, de un conjunto de ellos sobre el tema de la lección que se inicia. No es un ejercicio de verdadero o falso, ni de sí o no. De lo que se trata es que, a partir de la lectura del enunciado, el alumno tome posición al respecto y decida si lo hace suyo (concuerda), lo que suele identificarse con la letra C, 0 lo rechaza (no concuerda, discute), lo que se expresa con la letra D. El éxito de esta formidable estrategia depende de que el docente: 1. Redacte los enunciados de forma precisa y breve. 2. Al redactar, incluya ciertos términos que anulan la veracidad de planteamiento, por ejemplo: siempre, lo más importante, etcétera. 3. Entregue el ejercicio por escrito a cada alumno. 4. Dé un tiempo para responder individualmente. 5. Pida que se trabaje en equipo y, mediante consenso, se llegue a una respuesta de grupo. Los siguientes son ejemplos de dicha estrategia: CONCUERDO Lea detenidamente cada afirmación y escriba una letra C o una D, según su acuerdo o desacuerdo DISCUERDO 1. Cualquier cambio en la conducta es aprendizaje. 2. Los cambios de la conducta debidos a |as drogas, el alcohol, la fatiga o a una reacción emocional son aprendizaje. 3. Basta practicar para aprender. 4. El aprendizaje, más que un cambio de conducta, es un proceso de adquisición de experiencia. 5. La ejecución o el desempeño estén determinados por el nivel de aprendizaje. 6. La memoria mecánica es un proceso que siempre esté presente en todo buen aprendizaje. 7. Hay aprendizaje cuando lo aprendido se inserta adecuadamente en lo ya conocido. 8. La persona en su integridad aprende y lo hace de forma tal que es muy difícil diferenciar lo afectivo de lo cognitivo. 9. El aprendizaje exige actividad y comunicación. 10. Puede haber aprendizaje sin un cambio en la actuación del sujeto. CONCUERDO DISCUERDO Lea detenidamente cada una de las siguientes afirmaciones y decida si CONCUERDA (C) con ellas, o bien, está en desacuerdo (D). Escriba una letra “C”, o bien, una “D”, según la haga suya o la rechace. Sólo tendrá éxito una estrategia cuando, ante todo se tienen en cuenta las condiciones en que se aplica. Las estrategias son una finalidad en sí mismas. Las estrategias son medios para lograr resultados. El primer factor que hay que considerar para seleccionar una estrategia es el objetivo por lograr. El empleo de estrategias se justifica ante situaciones anormales, conductas patológicas, déficit, problemas, crisis. Las estrategias no pueden ser aplicadas sin el consentimiento y la partición de los sujetos. No importa que provoque molestias o algún daño, siempre que se logre el propósito la estrategia debe ser empleada. Una estrategia reporta siempre economía de esfuerzos y recursos e incide en la eficacia de los resultados. Es mejor el empleo de una estrategia, por deficiente que ésta sea, que no hacer uso de alguna. Para obtener los resultados para los cuales la estrategia se confeccionó, se sugiere aplicarse sin cambio alguno. Las estrategias son para que el alumno aprenda y el profesor enseñe. El empleo de cualquier estrategia se justifica en aras de lograr determinado fin. Lo primero que hay que tener cuando se selecciona, entre muchas, una estrategia es fe en ella ya que ellas funcionan por sí mismas. La selección de estrategia es responsabilidad del coordinador, nunca del estudiante. Una buena estrategia da resultados inmediatos. Lo importante no es la estrategia, sino el aprendizaje que se logra a través de ella. El correcto empleo de una estrategia exige el conocer la teoría en que se fundamenta. De lo contrario es imposible asumir una actitud responsable. Una estrategia aislada o su uso asistemático no resuelve el problema por el que se acude a ella. Las estrategias son mejores que las de aplicación individual. Preguntas son preguntas Consiste en hacer a los alumnos varias preguntas cuyas respuestas no tienen por qué conocerlas, y que una y otra están vinculadas entre sí. Lo más importante es que sus respuestas provoquen la reflexión alrededor del asunto que se desarrollará. Escribir sobre… En un tiempo breve, se le solicita al alumno escribir algo sobre el tema que se va a desarrollar: "¿Qué sabes?", "¿qué se te ocurre?", "¿qué piensas cuando te mencionan o dicen…? Presentación de un caso Consiste en seleccionar o presentar por escrito un breve caso, es decir, una situación muy cercana a la realidad y cuya correcta solución requiere los conocimientos que el desarrollo del tema va a aportarles. Los estudiantes, deben de pensar primero, para después dar su opinión. En este instante, todas las respuestas se aceptan y se invita a encontrar la respuesta durante el desarrollo del tema. Problemas son problemas Consiste en presentar a los alumnos uno o dos problemas del tema que se va a desarrollar y pedir que lo resuelvan o que piensen en posibles formas de solución. Más que la respuesta correcta debe llamar la atención cómo intentan resolverlo, o cómo llegan al resultado final. Situación Problema Es una estrategia muy cercana a los anteriores. Se distingue por exponer una situación y pedir a los alumnos que tomen una decisión. Leo, leo Esta estrategia suele tener un impacto emocional muy favorable si sabemos seleccionar bien el relato, la anécdota, o simplemente el o los párrafos de un conocido y prestigioso autor, cuyo contenido puede hacer reflexionara los alumnos e inducirlos al estudio del tema de la elección. Si se lleva el libro a la clase y se hace mención del autor, resulta más significativo, más aun si se motiva al alumno a localizar posteriormente datos sobre el autor y sus obras. La estrategia consiste en leer el breve relato y comentarlo:"¿Qué te sugiere…?""¿Usted que piensan sobre…?" A partir de estas preguntas los estudiantes comienzan, con una lluvia de ideas, a expresar en voz alta lo que piensan. Esta estrategia se enriquece cuando un alumno colabora escribiendo en el pizarrón las ideas de sus compañeros. Construir oraciones con significado Se les da a los alumnos de tres a cinco palabras clave del tema que se va a desarrollar; pueden escribirse en el pizarrón o presentarse en láminas de acetato mediante retroproyector, y se les pide que elaboren enunciados con ellas. Primero por escrito, individualmente, y después de que lo hayan hecho en varias oportunidades, pedirles que lo construyan oralmente. Formular preguntas Esta estrategia consiste en presentar muy brevemente el tema (en un minuto, no más) y hacerlo de forma tal que despierte el cuestionamiento en nuestros alumnos. Inmediatamente se les pide que escriban o hagan preguntas sobre el contenido que se va a desarrollar. Hacer predicciones En general, una predicción es una conjetura sobre lo posible. Por su naturaleza, plantear predicciones es proyectar el pensamiento; la práctica dirá si confirmamos o no nuestra hipótesis, pero el hecho de realizarlas, y después, estar al pendiente de su cumplimiento, genera una actitud activa para aprender. La estrategia consiste en anunciarles el tema a los alumnos y pedirles que escriban predicciones en su cuaderno, para que después puedan comentarlas brevemente con sus compañeros. Hacer una lista de referencias Una referencia es producto de apoyo, una fuente en la que se puede encontrar algo. Elaborar una lista de referencias es una manera de obligarnos a pensar sobre dónde hay posibilidades de obtener información acerca de un tema y más tarde, como tarea, disponernos a localizarla para su empleo en la construcción del conocimiento. LA ACTIVACIÓN DE LAS EXPECTATIVAS: EL EFECTO PIGMALIÓN Probablemente la estrategia de activación más trascendente es aquella con la creación en nuestros alumnos de expectativas académicas y de vidas altas y positivas. En los últimos años se han realizado múltiples investigaciones con el propósito de esclarecer el papel de las expectativas en las relaciones interpersonales, dado que es natural e inevitable plantearnos éstas. Por ejemplo el papel que desempeñan las altas y positivas expectativas de los jefes con sus subordinados, entre los miembros de una pareja, o bien en un grupo de colegas o amigos de alguna asociación social y fraternal. En tal sentido ha cobrado real interés científico la necesidad de que los maestros conscientemente trabajemos el desarrollo de las expectativas de los educandos, ya que éstas se activan conscientes o no en el desarrollo de las lecciones. En 1968, un grupo de investigadores en Estados Unidos de América presidio por Robert Rosenthal, publica el libro Pygmalion in the Classroom, que conmueve a la comunidad científica por dos razones fundamentales. Una de ellas es la referida al efecto del investigador en los experimentos sociales. En otras palabras, los deseos de los científicos son transmitidos de manera no intencional a los sujetos del experimento por la comunicación no verbal. Más aún, las expectativas de los investigadores sesgan las respuestas de los sujetos de la muestra en la dirección de confirmar la hipótesis del científico. La discusión no se hizo esperar. Los planteamientos de Rosenthal provocaron la reflexión sobre la validez interna del experimento social. El otro aspecto fue sobre cómo las expectativas de los docentes influyen en el rendimiento de sus alumnos. Para confirmar su tesis aplicaron a grupos de escolares una prueba que se les fue presentada como nueva y que permitiría identificar a los que podían realizar un "despegue" en su aprendizaje. En realidad los profesores estaban aplicando un test de inteligencia ya validado. A partir de lo anterior se seleccionaron al azar 20% de los alumnos de 18 grupos, los que fueron presentados a sus maestros como los que estaban preparados para despegar (grupo experimental) y se les convenció de que esos alumnos obtendrían muy buenos resultados en los próximos meses, frente a 80% restante considerado como el grupo de control y sin posibilidades de desarrollo inmediato. Realmente en ese momento la única diferencia entre uno y otro grupo de alumnos, estaba en la mente de los maestros, los cuales mostraron actitudes distintas frente a ellos. Pero el resultado más sorprendente del experimento Pigmalión estuvo en el maestro, en su percepción con relación a los niños. Si éstos se encontraban en el grupo experimental, entre más aumentaba su cociente mental, puesto de manifiesto por los test psicológicos, más simpatía despertaban en el maestro y por supuesto más atención le prestaba tanto intelectual como socioafectivamente. Por el contrario la actitud y el comportamiento profesional de los maestros con los alumnos "no favorecidos" pertenecientes al grupo control dejaba mucho que desear e incidía negativamente en su aprovechamiento escolar. Los resultados medidos mediante pruebas realizadas a los 8, 12 y 36 meses del test inicial y las evaluaciones realizadas por los maestros, indicaron una mejoría significativa en los alumnos del grupo experimental, los que fueron caracterizados por sus maestros como más curiosos, más autónomos, en fin más inteligentes. De ahí que las expectativas de los docentes con respecto a sus discípulos puedan llegar a modificar su rendimiento real. El mensaje es, por tanto, contundente: se pueden inducir expectativas positivas, y por qué no, negativas también. Y a partir de entonces este "resultado" es reconocido como Efecto Pigmalión. Las expectativas de los docentes sobre sus alumnos y el sentimiento de aceptación a ellos son dos condiciones básicas necesarias, aunque no suficientes para ser maestro mediador y de ese modo lograr la plena formación de los niños, adolescentes y jóvenes. Se trata por tanto de plantearnos desde el inicio del curso escolar con cada uno de los integrantes del grupo, expectativas altas y positivas y de esforzarnos profesionalmente en que todos, independientemente de estilos y ritmos de aprendizaje avancen en su proceso de formación. Recordemos que tendemos a estar más cómodos con personas que se ajustan a nuestras expectativas. Claro que el efecto Pigmalión no se puede concebir unilateralmente, no basta con las expectativas del maestro de su actitud mental hacia e alumno, es necesario que éstas correspondan a su vez con ciertas características potenciales del educando, de lo que se espera de él para determinar las expectativas del maestro. Realmente es difícil explicar fehacientemente cómo las expectativas de una persona pueden influir en la ejecución de otras persona, Pero la práctica demuestra cuán poderoso es este tipo de relación maestro –alumno cuando este último, descubre la precepción que el maestro tiene de él. Claro que no es algo inmediato. Se basa en procesos psicológicos y sociales que se desarrollan entre ambos, poco a poco, a partir de las creencias del maestro y entre los cuales, la comunicación en general, pero más aún, la no verbal desempeña un papel trascendente. Señales tan sutiles como la inclinación de la cabeza, fruncir las cejas y la frente, la dilatación de los orificios nasales y otros, aunque la mayoría son mucho más obvias. De ahí la recomendación de los investigadores; "ten altas expectativas de tus alumnos, hazles saber que tienen la capacidad suficiente y las veras cumplidas". Para que alguien se comporte de modo inteligente lo primero, es que se lo crea y por supuesto brindar la correcta estimulación requerida para lograrlo. El momento A es un excelente espacio para estimular las expectativas de nuestros estudiantes. Todos los momentos del Método ELI se prestan, es cierto, pero el momento dedicado a la activación de los conocimientos, la experiencia y los sentimientos, es sin duda alguna, el tiempo por excelencia para hacerlo. Véase en la página 88, al inicio de este capítulo, las sugerencias brindadas para generar un sentimiento de confianza hacia nuestros alumnos como base de la creación de las expectativas necesarias para el desarrollo de aprendizajes. La leyenda: Pigmalión, Galatea y Afrodita La idea de que lo esperado por una persona de otra, puede influir en la conducta de esta última, y tiene sus raíces en una antigua leyenda. Según la mitología griega, Pigmalión era rey de Chipre y a su vez excelente escultor. Cuenta la leyenda que en una ocasión aprovechando su tiempo libre tomó un bloque amorfo de piedra y comenzó a esculpir la mujer de sus sueños. Poco a poco y con esfuerzo e intención manifiesta de lograr una bella dama pulió los bordes, limo las imperfecciones, mejoró lo inmejorable y obtuvo lo que tanto ansiaba: la mujer de su vida, a quien nombro Galatea. Se percató que la estatua era más hermosa que todas las mujeres de la tierra y que sería imposible enamorarse de otra que no fuera su amada Galatea. Fue entonces cuando comenzó a pedirle a los dioses que le dieran vida a su preciosa escultura. Afrodita, al ver tanto amor, atendió sus deseos e infundió vida a Galatea. Esta leyenda de Pigmalión tiene como otras, varias versiones, pero la descrita es la más conocida y que ha inspirado por ejemplo en el siglo xviii al músico francés Juan Felipe Rameau una deliciosa y muy divulgada partitura musical, así como a George Bernard Shaw, Premio Nobel de Literatura en 1925, su obra Pigmalión y también la famosa opereta My fair lady o Mi bella dama. De ahí que con el tiempo se haya conocido como efecto Pigmalión al proceso por el cual las creencias de una persona afectan de tal manera su conducta que ésta influye y determina en gran medida en otra respuesta que confirman esas expectativas. ¿Circulo vicioso o virtuoso? ¡De nosotros depende! J. M. Darley y R.H. Fazio (1980) nos describen paso a paso el modo en que las expectativas condicionan y pueden determinar las relaciones interpersonales maestro – alumno: 1. El maestro se crea expectativas de los alumnos basándose en las características de estos, su historial, sus resultados. Su conducta, e incluso su físico, etcétera. 2. Esas expectativas determinan la conducta del maestro hacia el alumno. 3. Provocada por algo duradero en su propia persona y seguirá esperando del maestro el mismo trato. 4. El alumno responde a la conducta del maestro confirmando las expectativas de este. 5. El maestro interpreta la respuesta del alumno y tiende a hacerlo buscando la confirmación de las ideas que ya tiene, atribuyendo las conductas que están de acuerdo con esas ideas a las características del alumno, y las conductas que las contradicen a factores casuales. Se necesita una desconfirmacion repetida y clara para que el profesor cambie sus expectativas. 6. Finalmente el alumno en la medida en que acomoda su conducta a las expectativas del maestro, cambia el concepto que tiene de sí mismo su comportamiento tiende a arrastrar su pensamiento. Si las expectativas del maestro son positivas y altas, sin duda influirán favorablemente en el rendimiento del alumno. De no ser así la situación a la que se expone al escolar, pone en riesgo su aprovechamiento inmediato y lo que es más importante la formación de su personalidad. Sugerencias para desarrollar expectativas positivas en nuestros alumnos* Se recuerdan y los llaman siempre por sus nombres. Frecuentemente hacen contacto visual con ellos. Les ponen atención a sus comentarios y respuestas. Estimulan su participación en clase. No los interrumpen en sus intervenciones. Les dan el tiempo necesario para que respondan sus preguntas. Elogian sus planteamientos y respuestas. Los retroalimentan en tiempo, con exactitud y precisión. Prefieren que ocupen asientos cerca del "lugar" del maestro. Les solicitan colaboración en actividades extras. RESUMEN En suma, las estrategias de creación de un ambiente, y en particular las de activación, contribuyen a la construcción del sentido y significado del asunto de la lección, así como a iniciar los procesos metacognitivos y de transferencia que deben estar presentes en el desarrollo del tema. Son imprescindibles condición necesaria, aunque no suficiente para la construcción social del aprendizaje. La activación tanto socioafectiva, como la cognitiva preparan al alumno como una unidad para el aprendizaje, dado entre otros factores por la movilización de la energía nerviosa que ocurre como consecuencia de ellos. Todo aprendizaje exige un esfuerzo, y el cuerpo y la mente deben estar listos para "enfrentarlo". Sólo así podrán obtener los resultados esperados. CAPÍTULO 7 ESTRATEGÍAS DIDÁCTICAS DEL MOMENTO O: LA ORIENTACIÓN DE LA ATENCIÓN DE LOS ALUMNOS Los alumnos aprenden en la medida en que están orientados, ya que la orientación es una condición imprescindible para comprender. Las estrategias de orientación de la atención o de la comprensión, como también se les llama, del método ELI, tienen la finalidad de llamar la atención de los escolares sobre lo que se aprende, cómo se aprende y los resultados o logros que se pretende alcanzar, para conseguir que en cada uno de ellos se estructure su conocimiento. La atención es un proceso biológico básico consistente en la excitación óptima de los órganos sensoriales hacia determinados estímulos mientras se inhiben hacia los restantes coincidentes en espacio y tiempo en otras palabras, enfocar aspectos de la realidad por lo llamativo o importantes que resultan para la satisfacción de expectativas y necesidades. Los estudios han distinguido diferentes tipos de atención. De esos tipos nos interesa la atención activa e intencionada, es decir, aquella en que el sujeto que aprende concentrará su mente en determinado objeto de conocimiento de forma voluntaria y motivada por la situación de aprendizaje organizada por el maestro. La duración de la atención, o sea el tiempo durante el cual se puede someter un sujeto a una experiencia de aprendizaje de manera activa y consciente, varía acorde con la edad, y entre otras cosas, con el entrenamiento. En la actividad docente que se lleva a cabo en el salón de clases se entrena o debe entrenar la concentración de la atención. El maestro debe estar consciente del papel decisivo que desempeña la concentración de la atención en el proceso de aprendizaje y, lo que es más importante, de la responsabilidad que él tiene en el desarrollo de la misma en sus alumnos. Debe considerar que hay alumnos que por razones ajenas a su voluntad presentan problemas de atención y les resulta difícil concentrarse. Para estos niños y para otros con distintas diferencias individuales el profesor debe tener la preparación adecuada. El maestro en la escuela confronta diariamente dl reto profesional de captar y mantener la atención consciente de los estudiantes y, más aún, desarrollársela; es decir, alargar el período en que debido a otros factores, como la edad y el nivel de madurez psicológica, pueden prestar atención para aprender y, por tanto, crecer. El docente orienta la atención cuando presenta y discute con los alumnos el objetivo o propósito por el cual se desarrolla un tema en clase. También cuando les damos de forma verbal o escrita, o bien presentamos, mediante un recurso visual de manera precisa, las instrucciones para realizar una tarea, o cuando recordamos cada cierto tiempo qué estamos estudiando y qué esperamos que aprendan. Los maestros orientamos la atención activa y constructiva cuando elevamos o hacemos inflexiones de voz, realizamos determinados movimientos corporales, nos movemos en el salón o formulamos preguntas. Las estrategias didácticas de orientación de la atención promueven poco a poco el compromiso de los estudiantes respecto de su aprendizaje. En la medida en que hacen suyo el objetivo, se exploran sus expectativas y se comprueban en la práctica que se logran y rebasan y, más aún, en la medida en que con la explicación del maestro y de los puntos de vista, los criterios y las opiniones de los demás alumnos lógicamente estructuran el conocimiento. La orientación es condición necesaria, aunque no suficiente para que el estudiante aprenda. El momento O no debe reducirse a plantear el o los objetivos. En la medida en que el maestro tenga distintas estrategias para guiar al grupo tanto en la confrontación directa del alumno con el contenido de enseñanza (interactividad) como para el intercambio con otros sobre el tema de que se trate (interacciones), en esa misma medida el aprendiz participará activa y motivadamente en la construcción de su conocimiento, y se orientan de modo consciente la atención y comprensión de los alumnos. No es fácil. No basta declarar lo que queremos lograr, se necesitan estrategias de distintos tipos orientadas a captar, mantener y desarrollar la atención de los estudiantes. La atención La atención es un proceso psicológico complejo dado por las conexiones nerviosas subcorticales y de naturaleza química entre ellas: La formación reticular del tronco encefálico y sus proyecciones ascendentes activadoras. Los núcleos talámicos fundamentalmente los de proyección específica y de asociación. La neocorteza temporal, media y occipital de aferencia sensitiva, auditiva y visual. La corteza cerebral temporal líbica. El mesocórtex La neocorteza cerebral prefrontal En fin todo el cerebro como unidad funcional participa en este proceso psicológico que permite conscientemente o no, pero siempre dado por estímulos actuantes, focalizar unos estímulos sobre otros, ya sean externos del medio circundante, o bien, internos de nuestro organismo, nuestros pensamientos y sentimientos. No obstante lo anterior, el hemisferio derecho o cerebro derecho como actualmente se le prefiere denominar, parece tener mayor influencia con altos niveles de satisfacción. Los expertos hablan de una atención Tónica que garantiza la vigilancia y la concentración, y de otra Selectiva que dirige el foco de vigilancia hacia aquellos aspectos relevantes, del contexto en que se desenvuelve el sujeto. También se clasifica la atención en Involuntaria y Voluntaria. La primera es aquella que prestamos dado el nivel, la novedad o bien la intensidad del estímulo. Es independiente de nosotros. Al menos de intereses previos o preferencias. Mientras que la atención Voluntaria es consciente, está dada por nuestros intereses en un momento dado. Ahora bien los intereses varían, cambian de acuerdo a la edad, las condiciones, los roles que se desempeñan, y la utilidad de la actividad que se realiza entre otros factores. Al igual que otras funciones psicológicas la atención es posible estimularla y desarrollarla. El método de enseñanza empleado por el maestro y sus competencias didácticas de desempeño profesional en el proceso de aprendizaje y enseñanza son decisivos para el desarrollo de la atención voluntaria. En resumen podemos plantear que la Atención es una función psicológica que permite una percepción detallada y detenida de un estímulo o conjunto de éstos en un momento dado. La base anatomofisiológica de la Atención está en complejos mecanismos neuronales y receptores especializados en captar y traducir en información pertinente los estímulos que nos llegan tanto del aprendizaje interno como externo y que nos permiten conjuntamente con otras funciones sobrevivir, adaptarnos, aprender, crecer y desarrollarnos. LA MINIELECCIÓN COMO ESTRATEGÍA FUNDAMENTAL DE ORIENTACIÓN DE LA ATENCIÓN La estrategia de orientación de la atención por excelencia es la lección (del latín lectium, que significa "lectura") o conferencia. Como antecedentes podemos citar las pláticas de los grandes filósofos de la antigüedad y, de forma destacada, las lecciones que ofrecían los sofistas. En el Medievo, época en la que se carecía de textos, por lo menos en cantidades suficientes para que cada estudiante obtuviera por sí mismo la información que necesitaba, la lección o conferencia se impuso como la forma de organizar y desarrollar el proceso de enseñanza. Con el desarrollo de la sociedad, de la ciencia y la técnica se estableció la escuela como institución social para la formación de las nuevas generaciones y se introdujeron en la enseñanza otras formas de organización así como el empleo de recursos cada vez más numerosos para lograr mayor participación de los alumnos. El método ELI de aprendizaje cooperativo plantea como un momento –estrategia muy importante de la lección la exposición del maestro sobre el tema en que trabajan los alumnos. Ahora bien, la duración de esa conferencia o mejor dicho miniconferencia o minilección, es breve, de 10 a 15% del tiempo total de la clase y su posición en la estructura de ésta debe ser posterior a otros momentos, por ejemplo el de activación, el de procesamiento de la información o el de interdependencia social positiva. La minilección es una exposición secuencial y lógica del contenido de enseñanza realizada por el profesor mediante la cual se dirige la actividad cognitiva de los estudiantes hacia los aspectos relevantes, que pueden ser precisados mediante el empleo del pizarrón, hojas de rotafolio o acetatos de retroproyector, o bien por medio de una presentación de Power Point. Esta exposición puede realizarse también a partir del planteamiento de problemas a los cuales se les da solución con la intervención de los alumnos. La minilección del maestro debe estar al nivel del alumno e integrada en el desarrollo del tema, de manera tal que el grupo la reciba como ayuda más porque lo orienta cognitivamente. Es el momento de la lógica, durante el cual los estudiantes al escuchar y tomar apuntes comprenden con mayor profundidad lo que están aprendiendo y se les facilita la estructuración del conocimiento en construcción, además de abrir nuevas causas de búsqueda y confrontación sobre el tema. La minilección en el contexto de la clase de aprendizaje cooperativo exige además, como requisito previo, un nivel de conocimiento que brinda otros momentos y estrategias didácticas de lección. Las minilecciones por parte del maestro permiten, entre otras cosas: Introducir a los alumnos en un tema, por lo que su posición en la estructura de la clase es el inicio. Precisar conceptos, principios, teorías…que se están trabajando en clase, lo que se realiza posteriormente al momento PI procesamiento de la información, o del momento I, de interdependencia social. Relacionar ideas de la lección y de otras desarrolladas en temas anteriores. Familiarizarlos con el vocabulario de la ciencia, precisándolo y ampliándolo. Ejemplificar Ilustrar con imágenes. Orientar cómo continuar el estudio del tema (estudio independiente-tarea), por lo regular al finalizar la clase. Toda minilección debe poseer: Una breve introducción en la que se retoma lo ya conocido que guarda relación con el contenido de la clase. Un desarrollo donde se exponga la idea central del tema, que ayudará al alumno a comprender el asunto. Un cierre donde se exponen algunas conclusiones o ideas esenciales que deben quedar bien precisadas. En éste o en otro momento a criterio del maestro, se debe hacer referencia a libros, artículos o direcciones electrónicas donde se puede buscar más información. La preparación de este momento de orientación de la atención o de la comprensión mediante la estrategia de minilección es muy exigente para el profesor, ya que en muy poco tiempo debe presentar una síntesis del tema en la que, retomando lo que se ha trabajado en clase, se precise lo fundamental y se motive al alumno a seguir aprendiendo. Recordemos que el propósito no es demostrar que el maestro sabe mucho, sino hacer que el estudiante sienta interés por continuar aprendiendo. Los objetivos de aprendizaje – enseñanza Los objetivos son sin duda instrumentos para captar, mantener y desarrollar la atención activa y consciente de los alumnos y estudiantes en el proceso de construcción social del conocimiento, donde en una de sus fases, el trabajo individual independiente, y en otra el trabajo en pequeño equipo y más tarde si es necesario en un gran grupo (plenaria) éstos constituyen elementos de referencia del proceso y sus resultados parciales. En la fase de planteamiento de los objetivos hay que distinguir la determinación, que equivale a precisar la intención, lo que se quiere lograr, alcanzar, obtener, y que es resultado de una reflexión detenida sobre el contenido que vamos a enseñar y sus "potencialidades" en la formación (habilidades, actitudes y valores, y no tan sólo conocimientos). La otra fase del proceso previo, de planeación académica es la de formulación o expresión escrita de la intención pedagógica que tenemos para lo cual diseñamos una secuencia de actividades para la clase, pero que incluye de modo extensivo como parte de ellas actividades posteriores y en algunas ocasiones previas. Tanto en una fase del proceso, antes citado, como en la otra el verbo que empleamos es decisivo para precisar nuestra intención pedagógica y que ésta sirva realmente en la práctica de instrumento de guía, orientación, pero también retroalimentación y evaluación del proceso y los resultados. El número de objetivos no debe ser exagerado. Sólo algunos por lección. Aquellos que realmente el contenido de la misma contribuyen a lograrse. En tal sentido es conveniente recordar la relación de los objetivos de una lección con las anteriores y posteriores, y más aún de una unidad temática o capítulo. Distinguir entre objetivo general y objetivo específico y hacer que entre ellos se dé una derivación gradual; es decir, que estén relacionados entre sí y más aún del general o los más generales se desprendan los particulares de la lección o tema. Verbos útiles para precisar objetivos acorde con el tipo y la naturaleza del contenido de enseñanza: Contenidos Contenidos Contenidos declarativos procedimentales actitudinales y de y de valores Información, conceptos, Habilidades tanto leyes, principios, teorías como intelectuales motoras y sociales Conocer Emplear Apreciar Utilizar/Usar Reconocer Hacer Aceptar Contenidos Contenidos Contenidos declarativos procedimentales actitudinales valores Comentar Confeccionar Actuar de acuerdo con Construir Comportarse Comprender Describir acuerdo con de Explicar Representar Sentir Identificar Observar Valorar Distinguir Experimentar Clasificar Resolver Practicar Comparar Componer Preferir Ejecutar Optar por Resumir Llevar a la práctica Tolerar Generalizar Demostrar Permitir Inferir Planear Ser consciente de Enumerar Probar Recibir Señalar Construir Respetar Relacionar Aplicar Interpretar Mostrar Dibujar Manejar Aplicar Demostrar Indicar Elaborar Escribir Redactar Enlistar Calcular Nombrar Completar Localizar Discutir (fundamentar) Interpretar Localizar Relacionar Analizar Sintetizar Concluir Encontrar La elaboración conjunta Una estrategia del momento de orientación de la comprensión es el diálogo constructivo alrededor del tema de la lección o de uno de sus aspectos más significativos. Se parte de lo que ya se conoce o de los que se ha hecho y se pretende, y con la participación de todos se crean nuevas expectativas que promuevan el crecimiento. El tema se convierte así en un pretexto para movilizar el pensamiento y los sentimientos de los alumnos y orientar su atención hacia la solución de un problema, la toma de una decisión, el planteamiento de algo nuevo o el replanteamiento de una situación. Ahora bien, no todos los contenidos de enseñanza se prestan para el empleo de esa estrategia didáctica, sino sólo aquellos por su naturaleza están "cerca de las experiencias y vivencias" de los estudiantes y sobre los cuáles a ellos les gusta hablar y discutir. Al igual que la minilección, esta estrategia debe tener una introducción, en la que el maestro ubica el tema; una parte medular dedicada al intercambio de ideas a partir de preguntas que el maestro mediador debe seleccionar y redactar muy bien, y un cierre en que se concluye parcialmente el proceso y los resultados alcanzados, pero sobre todo invita a los alumnos a continuar explorando y buscando al respecto. Son varios los elementos que deben tenerse presentes para aplicar correctamente esta estrategia: La elección de las preguntas es la clave de la "elaboración conjunta" y refleja las expectativas del mediador respecto de los alumnos. Si las expectativas del maestro son bajas, las preguntas serán simples y pueden quedarse en el nivel de repetición de lo aprendido. A la larga, los estudiantes se aburren y no aportan a la elaboración conjunta Preguntas son preguntas Consiste en hacer a los alumnos varias preguntas cuyas respuestas no tienen por qué conocerlas, y que una y otra están vinculadas entre sí. Lo más importante es que sus respuestas provoquen la reflexión alrededor del asunto que se desarrollará. Escribir sobre… En un tiempo breve, se le solicita al alumno escribir algo sobre el tema que se va a desarrollar: "¿Qué sabes?", "¿qué se te ocurre?", "¿qué piensas cuando te mencionan o dicen…? Presentación de un caso Consiste en seleccionar o presentar por escrito un breve caso, es decir, una situación muy cercana a la realidad y cuya correcta solución requiere los conocimientos que el desarrollo del tema va a aportarles. Los estudiantes, deben de pensar primero, para después dar su opinión. En este instante, todas las respuestas se aceptan y se invita a encontrar la respuesta durante el desarrollo del tema. Problemas son problemas Consiste en presentar a los alumnos uno o dos problemas del tema que se va a desarrollar y pedir que lo resuelvan o que piensen en posibles formas de solución. Más que la respuesta correcta debe llamar la atención cómo intentan resolverlo, o cómo llegan al resultado final. Situación Problema Es una estrategia muy cercana a los anteriores. Se distingue por exponer una situación y pedir a los alumnos que tomen una decisión. Leo, leo Esta estrategia suele tener un impacto emocional muy favorable si sabemos seleccionar bien el relato, la anécdota, o simplemente el o los párrafos de un conocido y prestigioso autor, cuyo contenido puede hacer reflexionara los alumnos e inducirlos al estudio del tema de la elección. Si se lleva el libro a la clase y se hace mención del autor, resulta más significativo, más aun si se motiva al alumno a localizar posteriormente datos sobre el autor y sus obras. La estrategia consiste en leer el breve relato y comentarlo:"¿Qué te sugiere…?""¿Usted que piensan sobre…?" A partir de estas preguntas los estudiantes comienzan, con una lluvia de ideas, a expresar en voz alta lo que piensan. Esta estrategia se enriquece cuando un alumno colabora escribiendo en el pizarrón las ideas de sus compañeros. Construir oraciones con significado Se les da a los alumnos de tres a cinco palabras clave del tema que se va a desarrollar; pueden escribirse en el pizarrón o presentarse en láminas de acetato mediante retroproyector, y se les pide que elaboren enunciados con ellas. Primero por escrito, individualmente, y después de que lo hayan hecho en varias oportunidades, pedirles que lo construyan oralmente. Formular preguntas Esta estrategia consiste en presentar muy brevemente el tema (en un minuto, no más) y hacerlo de forma tal que despierte el cuestionamiento en nuestros alumnos. Inmediatamente se les pide que escriban o hagan preguntas sobre el contenido que se va a desarrollar. Hacer predicciones En general, una predicción es una conjetura sobre lo posible. Por su naturaleza, plantear predicciones es proyectar el pensamiento; la práctica dirá si confirmamos o no nuestra hipótesis, pero el hecho de realizarlas, y después, estar al pendiente de su cumplimiento, genera una actitud activa para aprender. La estrategia consiste en anunciarles el tema a los alumnos y pedirles que escriban predicciones en su cuaderno, para que después puedan comentarlas brevemente con sus compañeros. Hacer una lista de referencias Una referencia es producto de apoyo, una fuente en la que se puede encontrar algo. Elaborar una lista de referencias es una manera de obligarnos a pensar sobre dónde hay posibilidades de obtener información acerca de un tema y más tarde, como tarea, disponernos a localizarla para su empleo en la construcción del conocimiento. LA ACTIVACIÓN DE LAS EXPECTATIVAS: EL EFECTO PIGMALIÓN Probablemente la estrategia de activación más trascendente es aquella con la creación en nuestros alumnos de expectativas académicas y de vidas altas y positivas. En los últimos años se han realizado múltiples investigaciones con el propósito de esclarecer el papel de las expectativas en las relaciones interpersonales, dado que es natural e inevitable plantearnos éstas. Por ejemplo el papel que desempeñan las altas y positivas expectativas de los jefes con sus subordinados, entre los miembros de una pareja, o bien en un grupo de colegas o amigos de alguna asociación social y fraternal. En tal sentido ha cobrado real interés científico la necesidad de que los maestros conscientemente trabajemos el desarrollo de las expectativas de los educandos, ya que éstas se activan conscientes o no en el desarrollo de las lecciones. En 1968, un grupo de investigadores en Estados Unidos de América presidio por Robert Rosenthal, publica el libro Pygmalion in the Classroom, que conmueve a la comunidad científica por dos razones fundamentales. Una de ellas es la referida al efecto del investigador en los experimentos sociales. En otras palabras, los deseos de los científicos son transmitidos de manera no intencional a los sujetos del experimento por la comunicación no verbal. Más aún, las expectativas de los investigadores sesgan las respuestas de los sujetos de la muestra en la dirección de confirmar la hipótesis del científico. La discusión no se hizo esperar. Los planteamientos de Rosenthal provocaron la reflexión sobre la validez interna del experimento social. El otro aspecto fue sobre cómo las expectativas de los docentes influyen en el rendimiento de sus alumnos. Para confirmar su tesis aplicaron a grupos de escolares una prueba que se les fue presentada como nueva y que permitiría identificar a los que podían realizar un "despegue" en su aprendizaje. En realidad los profesores estaban aplicando un test de inteligencia ya validado. A partir de lo anterior se seleccionaron al azar 20% de los alumnos de 18 grupos, los que fueron presentados a sus maestros como los que estaban preparados para despegar (grupo experimental) y se les convenció de que esos alumnos obtendrían muy buenos resultados en los próximos meses, frente a 80% restante considerado como el grupo de control y sin posibilidades de desarrollo inmediato. Realmente en ese momento la única diferencia entre uno y otro grupo de alumnos, estaba en la mente de los maestros, los cuales mostraron actitudes distintas frente a ellos. Pero el resultado más sorprendente del experimento Pigmalión estuvo en el maestro, en su percepción con relación a los niños. Si éstos se encontraban en el grupo experimental, entre más aumentaba su cociente mental, puesto de manifiesto por los test psicológicos, más simpatía despertaban en el maestro y por supuesto más atención le prestaba tanto intelectual como socioafectivamente. Por el contrario la actitud y el comportamiento profesional de los maestros con los alumnos "no favorecidos" pertenecientes al grupo control dejaba mucho que desear e incidía negativamente en su aprovechamiento escolar. Los resultados medidos mediante pruebas realizadas a los 8, 12 y 36 meses del test inicial y las evaluaciones realizadas por los maestros, indicaron una mejoría significativa en los alumnos del grupo experimental, los que fueron caracterizados por sus maestros como más curiosos, más autónomos, en fin más inteligentes. De ahí que las expectativas de los docentes con respecto a sus discípulos puedan llegar a modificar su rendimiento real. El mensaje es, por tanto, contundente: se pueden inducir expectativas positivas, y por qué no, negativas también. Y a partir de entonces este "resultado" es reconocido como Efecto Pigmalión. Las expectativas de los docentes sobre sus alumnos y el sentimiento de aceptación a ellos son dos condiciones básicas necesarias, aunque no suficientes para ser maestro mediador y de ese modo lograr la plena formación de los niños, adolescentes y jóvenes. Se trata por tanto de plantearnos desde el inicio del curso escolar con cada uno de los integrantes del grupo, expectativas altas y positivas y de esforzarnos profesionalmente en que todos, independientemente de estilos y ritmos de aprendizaje avancen en su proceso de formación. Recordemos que tendemos a estar más cómodos con personas que se ajustan a nuestras expectativas. Claro que el efecto Pigmalión no se puede concebir unilateralmente, no basta con las expectativas del maestro de su actitud mental hacia e alumno, es necesario que éstas correspondan a su vez con ciertas características potenciales del educando, de lo que se espera de él para determinar las expectativas del maestro. Realmente es difícil explicar fehacientemente cómo las expectativas de una persona pueden influir en la ejecución de otras persona, Pero la práctica demuestra cuán poderoso es este tipo de relación maestro –alumno cuando este último, descubre la precepción que el maestro tiene de él. Claro que no es algo inmediato. Se basa en procesos psicológicos y sociales que se desarrollan entre ambos, poco a poco, a partir de las creencias del maestro y entre los cuales, la comunicación en general, pero más aún, la no verbal desempeña un papel trascendente. Señales tan sutiles como la inclinación de la cabeza, fruncir las cejas y la frente, la dilatación de los orificios nasales y otros, aunque la mayoría son mucho más obvias. De ahí la recomendación de los investigadores; "ten altas expectativas de tus alumnos, hazles saber que tienen la capacidad suficiente y las veras cumplidas". Para que alguien se comporte de modo inteligente lo primero, es que se lo crea y por supuesto brindar la correcta estimulación requerida para lograrlo. El momento A es un excelente espacio para estimular las expectativas de nuestros estudiantes. Todos los momentos del Método ELI se prestan, es cierto, pero el momento dedicado a la activación de los conocimientos, la experiencia y los sentimientos, es sin duda alguna, el tiempo por excelencia para hacerlo. Véase en la página 88, al inicio de este capítulo, las sugerencias brindadas para generar un sentimiento de confianza hacia nuestros alumnos como base de la creación de las expectativas necesarias para el desarrollo de aprendizajes. La leyenda: Pigmalión, Galatea y Afrodita La idea de que lo esperado por una persona de otra, puede influir en la conducta de esta última, y tiene sus raíces en una antigua leyenda. Según la mitología griega, Pigmalión era rey de Chipre y a su vez excelente escultor. Cuenta la leyenda que en una ocasión aprovechando su tiempo libre tomó un bloque amorfo de piedra y comenzó a esculpir la mujer de sus sueños. Poco a poco y con esfuerzo e intención manifiesta de lograr una bella dama pulió los bordes, limo las imperfecciones, mejoró lo inmejorable y obtuvo lo que tanto ansiaba: la mujer de su vida, a quien nombro Galatea. Se percató que la estatua era más hermosa que todas las mujeres de la tierra y que sería imposible enamorarse de otra que no fuera su amada Galatea. Fue entonces cuando comenzó a pedirle a los dioses que le dieran vida a su preciosa escultura. Afrodita, al ver tanto amor, atendió sus deseos e infundió vida a Galatea. Esta leyenda de Pigmalión tiene como otras, varias versiones, pero la descrita es la más conocida y que ha inspirado por ejemplo en el siglo xviii al músico francés Juan Felipe Rameau una deliciosa y muy divulgada partitura musical, así como a George Bernard Shaw, Premio Nobel de Literatura en 1925, su obra Pigmalión y también la famosa opereta My fair lady o Mi bella dama. De ahí que con el tiempo se haya conocido como efecto Pigmalión al proceso por el cual las creencias de una persona afectan de tal manera su conducta que ésta influye y determina en gran medida en otra respuesta que confirman esas expectativas. ¿Circulo vicioso o virtuoso? ¡De nosotros depende! J. M. Darley y R.H. Fazio (1980) nos describen paso a paso el modo en que las expectativas condicionan y pueden determinar las relaciones interpersonales maestro – alumno: 1. El maestro se crea expectativas de los alumnos basándose en las características de estos, su historial, sus resultados. Su conducta, e incluso su físico, etcétera. 2. Esas expectativas determinan la conducta del maestro hacia el alumno. 3. Provocada por algo duradero en su propia persona y seguirá esperando del maestro el mismo trato. 4. El alumno responde a la conducta del maestro confirmando las expectativas de este. 5. El maestro interpreta la respuesta del alumno y tiende a hacerlo buscando la confirmación de las ideas que ya tiene, atribuyendo las conductas que están de acuerdo con esas ideas a las características del alumno, y las conductas que las contradicen a factores casuales. Se necesita una desconfirmacion repetida y clara para que el profesor cambie sus expectativas. 6. Finalmente el alumno en la medida en que acomoda su conducta a las expectativas del maestro, cambia el concepto que tiene de sí mismo su comportamiento tiende a arrastrar su pensamiento. Si las expectativas del maestro son positivas y altas, sin duda influirán favorablemente en el rendimiento del alumno. De no ser así la situación a la que se expone al escolar, pone en riesgo su aprovechamiento inmediato y lo que es más importante la formación de su personalidad. Sugerencias para desarrollar expectativas positivas en nuestros alumnos* Se recuerdan y los llaman siempre por sus nombres. Frecuentemente hacen contacto visual con ellos. Les ponen atención a sus comentarios y respuestas. Estimulan su participación en clase. No los interrumpen en sus intervenciones. Les dan el tiempo necesario para que respondan sus preguntas. Elogian sus planteamientos y respuestas. Los retroalimentan en tiempo, con exactitud y precisión. Prefieren que ocupen asientos cerca del "lugar" del maestro. Les solicitan colaboración en actividades extras. RESUMEN En suma, las estrategias de creación de un ambiente, y en particular las de activación, contribuyen a la construcción del sentido y significado del asunto de la lección, así como a iniciar los procesos metacognitivos y de transferencia que deben estar presentes en el desarrollo del tema. Son imprescindibles condición necesaria, aunque no suficiente para la construcción social del aprendizaje. La activación tanto socioafectiva, como la cognitiva preparan al alumno como una unidad para el aprendizaje, dado entre otros factores por la movilización de la energía nerviosa que ocurre como consecuencia de ellos. Todo aprendizaje exige un esfuerzo, y el cuerpo y la mente deben estar listos para "enfrentarlo". Sólo así podrán obtener los resultados esperados. CAPÍTULO 7 ESTRATEGÍAS DIDÁCTICAS DEL MOMENTO O: LA ORIENTACIÓN DE LA ATENCIÓN DE LOS ALUMNOS Los alumnos aprenden en la medida en que están orientados, ya que la orientación es una condición imprescindible para comprender. Las estrategias de orientación de la atención o de la comprensión, como también se les llama, del método ELI, tienen la finalidad de llamar la atención de los escolares sobre lo que se aprende, cómo se aprende y los resultados o logros que se pretende alcanzar, para conseguir que en cada uno de ellos se estructure su conocimiento. La atención es un proceso biológico básico consistente en la excitación óptima de los órganos sensoriales hacia determinados estímulos mientras se inhiben hacia los restantes coincidentes en espacio y tiempo en otras palabras, enfocar aspectos de la realidad por lo llamativo o importantes que resultan para la satisfacción de expectativas y necesidades. Los estudios han distinguido diferentes tipos de atención. De esos tipos nos interesa la atención activa e intencionada, es decir, aquella en que el sujeto que aprende concentrará su mente en determinado objeto de conocimiento de forma voluntaria y motivada por la situación de aprendizaje organizada por el maestro. La duración de la atención, o sea el tiempo durante el cual se puede someter un sujeto a una experiencia de aprendizaje de manera activa y consciente, varía acorde con la edad, y entre otras cosas, con el entrenamiento. En la actividad docente que se lleva a cabo en el salón de clases se entrena o debe entrenar la concentración de la atención. El maestro debe estar consciente del papel decisivo que desempeña la concentración de la atención en el proceso de aprendizaje y, lo que es más importante, de la responsabilidad que él tiene en el desarrollo de la misma en sus alumnos. Debe considerar que hay alumnos que por razones ajenas a su voluntad presentan problemas de atención y les resulta difícil concentrarse. Para estos niños y para otros con distintas diferencias individuales el profesor debe tener la preparación adecuada. El maestro en la escuela confronta diariamente dl reto profesional de captar y mantener la atención consciente de los estudiantes y, más aún, desarrollársela; es decir, alargar el período en que debido a otros factores, como la edad y el nivel de madurez psicológica, pueden prestar atención para aprender y, por tanto, crecer. El docente orienta la atención cuando presenta y discute con los alumnos el objetivo o propósito por el cual se desarrolla un tema en clase. También cuando les damos de forma verbal o escrita, o bien presentamos, mediante un recurso visual de manera precisa, las instrucciones para realizar una tarea, o cuando recordamos cada cierto tiempo qué estamos estudiando y qué esperamos que aprendan. Los maestros orientamos la atención activa y constructiva cuando elevamos o hacemos inflexiones de voz, realizamos determinados movimientos corporales, nos movemos en el salón o formulamos preguntas. Las estrategias didácticas de orientación de la atención promueven poco a poco el compromiso de los estudiantes respecto de su aprendizaje. En la medida en que hacen suyo el objetivo, se exploran sus expectativas y se comprueban en la práctica que se logran y rebasan y, más aún, en la medida en que con la explicación del maestro y de los puntos de vista, los criterios y las opiniones de los demás alumnos lógicamente estructuran el conocimiento. La orientación es condición necesaria, aunque no suficiente para que el estudiante aprenda. El momento O no debe reducirse a plantear el o los objetivos. En la medida en que el maestro tenga distintas estrategias para guiar al grupo tanto en la confrontación directa del alumno con el contenido de enseñanza (interactividad) como para el intercambio con otros sobre el tema de que se trate (interacciones), en esa misma medida el aprendiz participará activa y motivadamente en la construcción de su conocimiento, y se orientan de modo consciente la atención y comprensión de los alumnos. No es fácil. No basta declarar lo que queremos lograr, se necesitan estrategias de distintos tipos orientadas a captar, mantener y desarrollar la atención de los estudiantes. La atención La atención es un proceso psicológico complejo dado por las conexiones nerviosas subcorticales y de naturaleza química entre ellas: La formación reticular del tronco encefálico y sus proyecciones ascendentes activadoras. Los núcleos talámicos fundamentalmente los de proyección específica y de asociación. La neocorteza temporal, media y occipital de aferencia sensitiva, auditiva y visual. La corteza cerebral temporal líbica. El mesocórtex La neocorteza cerebral prefrontal En fin todo el cerebro como unidad funcional participa en este proceso psicológico que permite conscientemente o no, pero siempre dado por estímulos actuantes, focalizar unos estímulos sobre otros, ya sean externos del medio circundante, o bien, internos de nuestro organismo, nuestros pensamientos y sentimientos. No obstante lo anterior, el hemisferio derecho o cerebro derecho como actualmente se le prefiere denominar, parece tener mayor influencia con altos niveles de satisfacción. Los expertos hablan de una atención Tónica que garantiza la vigilancia y la concentración, y de otra Selectiva que dirige el foco de vigilancia hacia aquellos aspectos relevantes, del contexto en que se desenvuelve el sujeto. También se clasifica la atención en Involuntaria y Voluntaria. La primera es aquella que prestamos dado el nivel, la novedad o bien la intensidad del estímulo. Es independiente de nosotros. Al menos de intereses previos o preferencias. Mientras que la atención Voluntaria es consciente, está dada por nuestros intereses en un momento dado. Ahora bien los intereses varían, cambian de acuerdo a la edad, las condiciones, los roles que se desempeñan, y la utilidad de la actividad que se realiza entre otros factores. Al igual que otras funciones psicológicas la atención es posible estimularla y desarrollarla. El método de enseñanza empleado por el maestro y sus competencias didácticas de desempeño profesional en el proceso de aprendizaje y enseñanza son decisivos para el desarrollo de la atención voluntaria. En resumen podemos plantear que la Atención es una función psicológica que permite una percepción detallada y detenida de un estímulo o conjunto de éstos en un momento dado. La base anatomofisiológica de la Atención está en complejos mecanismos neuronales y receptores especializados en captar y traducir en información pertinente los estímulos que nos llegan tanto del aprendizaje interno como externo y que nos permiten conjuntamente con otras funciones sobrevivir, adaptarnos, aprender, crecer y desarrollarnos. LA MINIELECCIÓN COMO ESTRATEGÍA FUNDAMENTAL DE ORIENTACIÓN DE LA ATENCIÓN La estrategia de orientación de la atención por excelencia es la lección (del latín lectium, que significa "lectura") o conferencia. Como antecedentes podemos citar las pláticas de los grandes filósofos de la antigüedad y, de forma destacada, las lecciones que ofrecían los sofistas. En el Medievo, época en la que se carecía de textos, por lo menos en cantidades suficientes para que cada estudiante obtuviera por sí mismo la información que necesitaba, la lección o conferencia se impuso como la forma de organizar y desarrollar el proceso de enseñanza. Con el desarrollo de la sociedad, de la ciencia y la técnica se estableció la escuela como institución social para la formación de las nuevas generaciones y se introdujeron en la enseñanza otras formas de organización así como el empleo de recursos cada vez más numerosos para lograr mayor participación de los alumnos. El método ELI de aprendizaje cooperativo plantea como un momento –estrategia muy importante de la lección la exposición del maestro sobre el tema en que trabajan los alumnos. Ahora bien, la duración de esa conferencia o mejor dicho miniconferencia o minilección, es breve, de 10 a 15% del tiempo total de la clase y su posición en la estructura de ésta debe ser posterior a otros momentos, por ejemplo el de activación, el de procesamiento de la información o el de interdependencia social positiva. La minilección es una exposición secuencial y lógica del contenido de enseñanza realizada por el profesor mediante la cual se dirige la actividad cognitiva de los estudiantes hacia los aspectos relevantes, que pueden ser precisados mediante el empleo del pizarrón, hojas de rotafolio o acetatos de retroproyector, o bien por medio de una presentación de Power Point. Esta exposición puede realizarse también a partir del planteamiento de problemas a los cuales se les da solución con la intervención de los alumnos. La minilección del maestro debe estar al nivel del alumno e integrada en el desarrollo del tema, de manera tal que el grupo la reciba como ayuda más porque lo orienta cognitivamente. Es el momento de la lógica, durante el cual los estudiantes al escuchar y tomar apuntes comprenden con mayor profundidad lo que están aprendiendo y se les facilita la estructuración del conocimiento en construcción, además de abrir nuevas causas de búsqueda y confrontación sobre el tema. La minilección en el contexto de la clase de aprendizaje cooperativo exige además, como requisito previo, un nivel de conocimiento que brinda otros momentos y estrategias didácticas de lección. Las minilecciones por parte del maestro permiten, entre otras cosas: Introducir a los alumnos en un tema, por lo que su posición en la estructura de la clase es el inicio. Precisar conceptos, principios, teorías…que se están trabajando en clase, lo que se realiza posteriormente al momento PI procesamiento de la información, o del momento I, de interdependencia social. Relacionar ideas de la lección y de otras desarrolladas en temas anteriores. Familiarizarlos con el vocabulario de la ciencia, precisándolo y ampliándolo. Ejemplificar Ilustrar con imágenes. Orientar cómo continuar el estudio del tema (estudio independiente-tarea), por lo regular al finalizar la clase. Toda minilección debe poseer: Una breve introducción en la que se retoma lo ya conocido que guarda relación con el contenido de la clase. Un desarrollo donde se exponga la idea central del tema, que ayudará al alumno a comprender el asunto. Un cierre donde se exponen algunas conclusiones o ideas esenciales que deben quedar bien precisadas. En éste o en otro momento a criterio del maestro, se debe hacer referencia a libros, artículos o direcciones electrónicas donde se puede buscar más información. La preparación de este momento de orientación de la atención o de la comprensión mediante la estrategia de minilección es muy exigente para el profesor, ya que en muy poco tiempo debe presentar una síntesis del tema en la que, retomando lo que se ha trabajado en clase, se precise lo fundamental y se motive al alumno a seguir aprendiendo. Recordemos que el propósito no es demostrar que el maestro sabe mucho, sino hacer que el estudiante sienta interés por continuar aprendiendo. Los objetivos de aprendizaje – enseñanza Los objetivos son sin duda instrumentos para captar, mantener y desarrollar la atención activa y consciente de los alumnos y estudiantes en el proceso de construcción social del conocimiento, donde en una de sus fases, el trabajo individual independiente, y en otra el trabajo en pequeño equipo y más tarde si es necesario en un gran grupo (plenaria) éstos constituyen elementos de referencia del proceso y sus resultados parciales. En la fase de planteamiento de los objetivos hay que distinguir la determinación, que equivale a precisar la intención, lo que se quiere lograr, alcanzar, obtener, y que es resultado de una reflexión detenida sobre el contenido que vamos a enseñar y sus "potencialidades" en la formación (habilidades, actitudes y valores, y no tan sólo conocimientos). La otra fase del proceso previo, de planeación académica es la de formulación o expresión escrita de la intención pedagógica que tenemos para lo cual diseñamos una secuencia de actividades para la clase, pero que incluye de modo extensivo como parte de ellas actividades posteriores y en algunas ocasiones previas. Tanto en una fase del proceso, antes citado, como en la otra el verbo que empleamos es decisivo para precisar nuestra intención pedagógica y que ésta sirva realmente en la práctica de instrumento de guía, orientación, pero también retroalimentación y evaluación del proceso y los resultados. El número de objetivos no debe ser exagerado. Sólo algunos por lección. Aquellos que realmente el contenido de la misma contribuye a lograrse. En tal sentido es conveniente recordar la relación de los objetivos de una lección con las anteriores y posteriores, y más aún de una unidad temática o capítulo. Distinguir entre objetivo general y objetivo específico y hacer que entre ellos se dé una derivación gradual; es decir, que estén relacionados entre sí y más aún del general o los más generales se desprendan los particulares de la lección o tema. Verbos útiles para precisar objetivos acorde con el tipo y la naturaleza del contenido de enseñanza: Contenidos Contenidos Contenidos declarativos procedimentales actitudinales y de valores Información, conceptos, Habilidades tanto leyes, principios, teorías como intelectuales motoras y sociales Conocer Emplear Apreciar Utilizar/Usar Reconocer Hacer Aceptar Comentar Confeccionar Actuar de acuerdo con Construir Comportarse Comprender Describir acuerdo con Explicar Representar Sentir Identificar Observar Valorar Distinguir Experimentar Clasificar Resolver Practicar de Contenidos Contenidos Contenidos declarativos procedimentales actitudinales y de valores Comparar Componer Preferir Ejecutar Optar por Resumir Llevar a la práctica Tolerar Generalizar Demostrar Permitir Inferir Planear Ser consciente de Enumerar Probar Recibir Señalar Construir Respetar Relacionar Aplicar Interpretar Mostrar Dibujar Manejar Aplicar Demostrar Indicar Elaborar Escribir Redactar Enlistar Calcular Nombrar Completar Localizar Discutir (fundamentar) Interpretar Localizar Relacionar Analizar Sintetizar Concluir Encontrar La elaboración conjunta Una estrategia del momento de orientación de la comprensión es el diálogo constructivo alrededor del tema de la lección o de uno de sus aspectos más significativos. Se parte de lo que ya se conoce o de los que se ha hecho y se pretende, y con la participación de todos se crean nuevas expectativas que promuevan el crecimiento. El tema se convierte así en un pretexto para movilizar el pensamiento y los sentimientos de los alumnos y orientar su atención hacia la solución de un problema, la toma de una decisión, el planteamiento de algo nuevo o el replanteamiento de una situación. Ahora bien, no todos los contenidos de enseñanza se prestan para el empleo de esa estrategia didáctica, sino sólo aquellos por su naturaleza están "cerca de las experiencias y vivencias" de los estudiantes y sobre los cuáles a ellos les gusta hablar y discutir. Al igual que la minilección, esta estrategia debe tener una introducción, en la que el maestro ubica el tema; una parte medular dedicada al intercambio de ideas a partir de preguntas que el maestro mediador debe seleccionar y redactar muy bien, y un cierre en que se concluye parcialmente el proceso y los resultados alcanzados, pero sobre todo invita a los alumnos a continuar explorando y buscando al respecto. Son varios los elementos que deben tenerse presentes para aplicar correctamente esta estrategia: La elección de las preguntas es la clave de la "elaboración conjunta" y refleja las expectativas del mediador respecto de los alumnos. Si las expectativas del maestro son bajas, las preguntas serán simples y pueden quedarse en el nivel de repetición de lo aprendido. A la larga, los estudiantes se aburren y no aportan a la elaboración conjunta. Si las expectativas son altas en correspondencia con el nivel de desarrollo alcanzado por el grupo, pero tienden a moverlos en su zona de desarrollo potencial, y las preguntas además están bien formuladas, constituirán retos cognitivos que se traducirán en el desarrollo del pensamiento crítico y creativo de los educandos. Ahora bien, si las expectativas no son las correctas porque no están en el nivel potencial de desarrollo del alumno, o porque no hemos sabido redactar correctamente las preguntas en relación con el objetivo, el ritmo de la lección será lento o demasiado rápido, y la elaboración conjunta no se lograré. La elección de las preguntas debe estar muy de acuerdo con la zona potencial del grupo y partir, por supuesto, de las necesidades y habilidades de los alumnos. Durante el dialogo el profesor evita juzgar las respuestas, para así propiciar que todos o al menos la mayoría de los estudiantes participen con sus puntos de vista e ideas. Sus respuestas a interrogantes y reflexiones de los alumnos deben estar exentas de valoraciones. El maestro mediador se limita a dar las gracias y emplear expresiones como interesante, no lo había pensado antes, ¿podrías explicármelo con otras palabras?, ¿por qué planteas esto?, ¿cómo lo sabes? Otra sugerencia clave para el buen desarrollo del dialogo es dar tiempo suficiente para que los estudiantes reflexionen y elaboren su respuesta. Mientras esperamos, con nuestra postura corporal mostramos interés por su posible respuesta y los alumnos con el contacto visual, expresiones faciales y monosílabos, por ejemplo: “a ver qué se les ocurre“, "¿cómo lo ven ustedes?”, “¿están de acuerdo?”. Las pausas son elementos esenciales de la mediación pedagógica tendentes a la construcción social del conocimiento. En resumen, el maestro debe desarrollar competencias profesionales para dialogar a partir de los principios de la mediación pedagógica, en donde es importante considerar: 1. El tiempo que damos a los alumnos para reflexionar y responder, el necesario y suficiente ante una pregunta estimulo. 2. Las reacciones que tenemos ante las respuestas de los estudiantes, de modo de no desanimarlos sino que estimulen el intercambio. 3. La manifestación de genuino interés por su forma de pensar y percibir la realidad. 4. Las preguntas que empleamos como estímulo al intercambio, con énfasis en el por qué y para qué, el cómo, qué es o en que consiste. La elaboración conjunta o dialogo sobre un tema es una importante estrategia del momento O para el desarrollo de la comprensión de los alumnos sobre el tema en particular, y por extensión, sobre el contenido de enseñanza de la asignatura o el curso; y lo que es de mayor trascendencia aún, de aprendizajes para la vida, ya que el significado de un objeto de estudio no está implícito en el objeto mismo. Lo que aprendemos a partir de nuestra relación directa con los objetos del medio (aprendizaje directo) está condicionado por experiencias de aprendizajes mediados por nuestros padres, colegas y amigos, y en ocasiones por maestros anteriores y desde luego, a partir de ello por nuestra habilidad en constante construcción de relacionar los aprendizajes previos con los nuevos que se están construyendo. Esta estrategia exige un maestro mediador en el cual los criterios de mediación planteados por Reuven Feuerstein, de intencionalidad, reciprocidad, trascendencia y significado, entre otros, son de “obligatorio cumplimiento”. Solo así el dialogo permite orientar la comprensión en la dirección científica y socialmente aceptable. Para “mostrarnos el significado el maestro-mediador: Selecciona y presenta estímulos acordes con las expectativas planteadas. Confronta y llama la atención respecto a algunos estímulos seleccionados. Maneja los estímulos, planea su aparición y desaparición, los provoca separados en el tiempo, el espacio, o ambos. Enfoca ciertas características del o los estímulos que, de otra manera, pasaríamos por alto. Llama la atención sobre las propiedades temporales y espaciales de los objetos y eventos, y los cambios que ocurren en ellos. Induce a comparar las experiencias, pero desde diferentes puntos de vista. Sin Destaca solo los aspectos o la información relevante. Ejemplifica cómo guardar esa información. duda, la elaboración conjunta constituye una de las estrategias didácticas más compleja y completa, y en una secuencia de actividades donde estén presentes los restantes momentos del método ELI, puede contribuir considerablemente al desarrollo de la inteligencia y la creatividad de los educandos. OTRA ESTRATEGIA O El sistema de señales Una señal es un gesto que se emplea para recordar o advertir algo. Por su origen, es portadora de la información semántica que equivale a lo que representa o indica. Un recurso muy valioso del aprendizaje cooperativo para la orientación de los alumnos en clase es el sistema de señales. Este es un conjunto de gestos a los que convencionalmente alumnos y profesor clan un significado para la autorregulación del comportamiento de los miembros de un grupo. Por ejemplo, el grupo se pone de acuerdo y plantea una señal para solicitar silencio total en el salón o para indicar que el equipo ya termino la tarea. Las señales deben ser simples y de fácil comprensión e incorporación por parte de los estudiantes, además de no ser muchas, sino solo las indispensables para lograr la autorregulación grupal. La aplicación de un sistema de señales en clase demuestra lo interesante que resulta a los alumnos esta práctica de solicitar silencio, felicitar al compañero que expuso, pedir ayuda del maestro, etc., mediante gestos que todos comprenden para hacer suyo su mensaje. En el proceso de puesta en marcha del acuerdo sobre las señales que el grupo hará suyas se recomienda que se ilustren en el pizarrón y se ensayen con el alumno que las propuso colocado al centro y frente a la clase, ejercitando la señal hasta que todos la realicen bien. Las señales no deben ser más de cinco y todas estar referidas a aspectos vitales de la convivencia grupal, de manera que se facilite el desarrollo de la lección. El sistema de señales adoptado debe estar vigente durante un periodo prolongado, por ejemplo el semestre o el curso escolar. No deben ser cambiadas con frecuencia ni innecesariamente. No obstante, de un semestre a otro, si una señal ha demostrado que no funciona o no tiene la utilidad que se esperaba, debe ser sustituida, siempre con el consenso del grupo. Solicitemos a los alumnos inventar las señales necesarias para el buen funcionamiento del salón y orientar la atención del grupo en una dirección determinada. Los periféricos Los llamados periféricos son carteles elaborados con mensajes cortos y atractivos visualmente, que se colocan en distintos puntos del aula para llamar la atención sobre el tema. No se debe abusar de esta estrategia, ni que los periféricos sean muchos ni que siempre los haya, pero cada cierto tiempo surten efecto. Se obtiene un valor agregado cuando su elaboración se encomienda previamente a un grupo de alumnos. Guía de estudio Las guías de estudio (Study Guide) son un recurso didáctico para mediar (1) entre el alumno y el contenido de enseñanza. En otras palabras un medio para orientar y guiar el aprendizaje de otro con una intención de crecimiento, así como para procesar información. A partir de considerar al aprendizaje humano como un proceso individual, totalmente personal, aunque, por supuesto, condicionado socialmente, se requiere brindar ayuda para que el sujeto que aprende logre captar la noción, el concepto, realizar la tarea, resolver el problema, tomar la decisión, etc. De forma tal que un aprendizaje puntual contribuya a su crecimiento profesional y personal. Nadie puede aprender por otro. Pero se puede guiar y facilitar el aprendizaje. Existen distintos recursos para propiciar el aprendizaje de otro, sin que se le haga la tarea. Entre las variantes para mediar entre el estudiante y el objeto de conocimiento, de modo tal que esta relación aporte un aprendizaje que repercute en su crecimiento profesional y personal estén las guías de estudio. Las guías de estudio son un formidable instrumento de mediación (1) entre el alumno que aprende y el objeto de conocimiento. El aprendizaje humano implica la confrontación o relación directa entre el sujeto y el objeto de conocimiento (interactividad). No hay duda alguna. Si el estudiante no se pone en contacto directo con el objeto de estudio, y sus órganos de los sentidos no participan en el procesamiento de la información, no hay aprendizaje formal. El procesamiento de la información estimula y desarrolla a partir de ese contacto sensoperceptual entre otras, las funciones mentales de análisis y síntesis, la abstracción y la generalización, la atención voluntaria y la memoria, la expresión mental y escrita. En otras palabras el pensamiento teórico o formal como lo nombrara Jean Piaget (1896-1980) que permite, entre otras cosas, la proyección del pensamiento, la hipotetización (plantearse hipótesis), el descubrimiento y la creación, no es posible desarrollarse sin la confrontación directa del que aprende con objeto de aprendizaje. Este tipo de relación-sujeto que aprende con objeto de conocimiento es conocida como interactividad, y se logra cuando el aprendiz, por ejemplo, lee un artículo, observa al microscopio, trabaja en la computadora, resuelve un ejercicio en el cuaderno, en fin realiza una actividad intencionada (con una intención), que le proporciona un aprendizaje que favorece su crecimiento como profesional y como persona. En la educación a distancia y en la presencial las guías, también conocidas como orientaciones o pautas metodológicas, constituyen un recurso de mediación (1) por hacer énfasis en la actividad del alumno (interactividad) para logro de determinados objetivos del curso y programa, entregando evidencias de ello. Una buena guía es aquella que cumple los momentos didácticos del método ELI (2). Por eso una buena guía capta y orienta la atención del alumno, le presenta actividades de procesamiento de la información necesaria, paso a paso, le da ejemplos e incluso presenta ejercicio de evaluación del aprendizaje. La guía de estudio no sustituye al maestro. Las guías las confecciona el maestro teniendo en cuenta las características del alumno para ayudar a éste a realizar el trabajo independiente que le corresponde y sin el cual es imposible que aprenda lo que debe aprender y orientar en pequeño equipo el trabajo cooperativo. La dosificación del contenido, el refuerzo positivo, la retroalimentación necesaria son algunas de las virtudes de una buena guía de estudio. La guía (de estudio, insistimos, le permite al maestro mediar (1) entre el alumno y el contenido de enseñanza. En otras palabras, acompañarlo paso a paso, “dialogando” con el /ella, previniendo lo que necesita, ofreciéndole ejemplos, precisando lo que debe hacer y cómo hacerlo, sugiriendo actividades; en fin guiando al profesor (a) con una intención manifiesta hacia el logro de determinados objetivos de modo certero y con resultados de aprendizaje expresados en evidencias del trabajo realizado con la guía. La mediación pedagógica (Feuerstein et al., 1980) se logra cuando ya frente a frente, ya mediante una guía de estudio se trabaja con una intencionalidad que favorece la reciprocidad entre el alumno y el maestro, la captación del sentido y el significado del objeto de estudio, la trascendencia del “aquí y el ahora”, y se desarrolla el en el otro (véase ejemplo de guía en pág. 275). sentimiento de “ser capaz” Las guías de estudio se caracterizan, entre otras cosas, por: Ser puntuales para el aprendizaje de una unidad o tópico. Menos abarcadora es la guía, en cuanto a contenido, mejor. Estar dirigidas al logro de uno o pocos objetivos de aprendizajes. Precisar la forma en que el alumno evidenciará el aprendizaje obtenido. Plantear la realización de algo tangible como evidencia del logro del aprendizaje. Bien un cuadro comparativo, una línea de tiempo, una clasificación, una visualización gráfica, un mapa conceptual, etcétera. Dosificar el contenido de enseñanza, en otras palabras presentar el tema por partes. Guiar al alumno paso a paso, sugerir actividades dirigidas a que el alumno aprenda y muestre evidencias de ese aprendizaje. Contener la teoría o información estrictamente necesaria, ni más ni menos. La guía de estudio no sustituye al libro de texto o cualquier otra fuente de información escrita o electrónica que el estudiante debe consultar siguiendo la guía de estudio. Enfatizar las acciones que permiten aprender. Presentar los criterios de evaluación del aprendizaje, mediante indicadores de desempeño, rúbricas, escalas, etcétera. La estructura o formato de las guías de estudio puede variar. Existen distintas propuestas, pero todas giran alrededor de las características antes apuntadas. En sentido general, suelen contener: 1. Identificación: institución, curso, unidad o tema, profesor, etcétera. 2. Propósito de la guía de estudio. 3. Objetivos de aprendizajes. 4. Recursos necesarios o bien requisitos previos, o ambos aspectos l 5. Orientaciones o secuencia de acciones por realizar. 6. Precisión de las evidencias de aprendizajes por entregar. 7. Anexos como notas técnicas, rúbricas, etcétera. Las notas técnicas se incluyen como anexos y son elementos de un sistema de ayuda (3) (scaffolding, andamiaje en idioma español Brunner, 1966) brindado por el maestro para guiar y ofrecer la ayuda oportuna, necesaria y suficiente al alumno hacia el logro del o de los objetivos de aprendizajes. La guías de estudio por lo regular contienen procedimientos (Know how) necesarios para el desarrollo de la actividad orientada como evidencia del aprendizaje. De ahí que para algunos sea también una estrategia del momento Pi o Procesamiento se la Información. Véase al final de este libro un ejemplo de Guía de estudio precisamente sugerida para orientar el procesamiento de la información. El desarrollo por los alumnos de una guía de estudio le permite a posteriori el desarrollo de chats y foros electrónicos de mayor calidad, así como la participación exitosa en otras formas de intercambio de conocimiento mediante las nuevas plataformas electrónicas. Recordemos que los chats (encuentros electrónicos sincrónicos, es decir, todos coincidimos al mismo tiempo, tiempo real); y los foros (encuentros asincrónicos, cada quien entra en distinto momento) son espacios para lograr las interacciones partir de la sociales interactividad (Vygotski) (Piaget) necesarias lograr la comprensión para, a profunda de un tema. Comentarios (1) La mediación como constructo de conocimiento aparece primero en los escritos del alemán Hegel (1770-1831) y más tarde Lev Semionovich Vygotski (1896-1996) lo introduce en la psicología. Pero no es realmente hasta que el psicólogo israelita de origen rumano, Reuven Feuerstein (1921) lo hace parte de su Teoría de Experiencias de Aprendizajes Mediado, que este concepto es transferido a la práctica educativa como elemento esencial para promover el crecimiento de los aprendices. (2) Las investigaciones demuestran que el nivel de aprendizaje y desarrollo de los alumnos está en dependencia entre otros factores del grado de cumplimiento de funciones didácticas. En otras palabras, en la medida en que un maestro cumple las funciones de la didáctica como ciencia las probabilidades de lograr el aprendizaje aumentan. Ferreiro y colaboradores han establecido las siete funciones didácticas de imprescindible cumplimiento para propiciar además de aprendizajes puntuales de los programas escolares, el crecimiento de los estudiantes como personas y profesionales. Las sietes funciones planteadas constituyen los momentos del método ELI. Estudios experimentales aún en proceso, han demostrado el impacto del método más allá del aprendizaje por comprensión de un tema en particular del currículum escolar, en el desarrollo de la inteligencia, la creatividad y el talento de los esc01a- res, así como en la “adquisición” de actitudes y valores. (3) Sistema de ayuda o scaffolding concepto introducido por el psicólogo estadounidense Jerome Brunner en los años setenta para designar todo tipo de colaboración, de modo verbal en el dialogo maestro-alumno, en pos del aprendizaje de éste. Con el tiempo el valor del concepto fue tomando mayor transcendencia y se incluyó en el mismo la ayuda escrita 0 de otro tipo señalándose la necesidad que en todo momento fuera oportuna, necesaria y suficiente. Referencias Fuerstein, R., Rand, Y., Hoffman, 1\/1. B., y Miller, R., Instrumental enrichment: An intervention program for cognitive modifiability, Baltimore, 1\/1D: University park Press, 1980. RECURSOS AUDIOVISUALES Y TECNÓLOGICOS El empleo de recursos audiovisuales en general y de las llamadas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), ayudan a orientar la atención de los estudiantes a captar, mantener y desarrollar en una dirección señalada la atención consciente hacia determinados contenidos y con objetivos precisos. Entre los antecedentes del empleo de recursos en tal sentido podemos hacer mención nuevamente de Juan Amós Comenio (1592-1670), el que escribió entre otros libros Orbis rerum sensualium pictus, probablemente una de las primeras obras donde se destaca, igualmente que en su Didáctica magna, la importancia de los recursos visuales para enseñar y aprender. Se puede afirmar que los mas destacados humanistas y educadores de todos los tiempos (la lista sería larga, comenzando por Sócrates y Platón, y en épocas más cercanas además de Comenio ya mencionado, J. Locke, J. Rousseau, E. Pestalozzi, y F. Froebel, entre otros) han expresado de una u otra forma la trascendencia del empleo de distintos recursos para enseñar. Siempre, por supuesto, reflejando las condiciones y avances sociales de su época, y con una u otra orientación teórica, la predominante en aquel entonces, o bien la que aportaron para convencer de su propuesta educativa. El movimiento de la Escuela Nueva, surgido a finales del siglo XIX pero con un auge extraordinario en la práctica educativa de los primeros 30 años del siglo xx, plantea al niño como única realidad, en torno al cual se deberá efectuar la programación escolar y la actividad profesional del docente. En el marco de dicho movimiento los recursos didácticos y entre ellos los audiovisuales constituyen un componente esencial de toda buena educación. En la segunda mitad del siglo XX surge la Tecnología Educativa como consecuencia entre otros factores de la revolución científica técnica posterior a la Segunda Guerra Mundial (1945), y el desarrollo del paradigma conductista liderado por el psicólogo estadounidense B. F. Skinner, con antecedentes en los planteamientos de l. P. Pavlov y Watson. Este movimiento acuñado con la expresión “tecnología educativa” constituye un relevante antecedente del actual movimiento del uso en la educación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en los procesos de aprendizaje-enseñanza. La tecnología educativa Este movimiento se caracterizó entre otras cosas por el énfasis en lo audiovisual, apoyándose en los avances técnicos de aquellos años. Por ejemplo: la fotografía a color, el empleo de las diapositivas (slides) y también la serie de éstas (filminas) proyectadas en una pantalla mediante aparatos cada vez más sofisticados como aquéllos llamados de carrusel (de Korda), con “control remoto", al que se le sincronizaba sonido empleando una grabación; el retroproyector o proyector de acetatos, en blanco y negro primero y a color más tarde, así como con efectos especiales desde las superposiciones de acetatos, a movimientos causados por recursos adicionales al retroproyector. Este movimiento de tecnología también se caracterizó por el empleo del cine con la proyección a los escolares de películas comerciales, y más tarde la producción de cortos educativos (documentales), realizados especialmente para apoyar determinados temas de los programas escolares y de capacitación, primero de geografía e historia, más tarde de ciencias naturales. Gracias a la industria química del plástico se extendió el uso de maquetas, por ejemplo: de modelos anatómicos tanto del mundo vegetal y animal de mayor dimensión al tamaño natural, que podían ser fácilmente armados o bien desarmados en sus partes componentes a fin de facilitar el estudio del objeto que representaban. Paralelamente al audiovisualismo se insistía en la necesidad para la enseñanza de las ciencias naturales y técnicas de los laboratorios y talleres como espacios especiales en las escuelas que contaran con los recursos necesarios para un aprendizaje experiencial de esas materias en los que se empleaban recursos como la proyección de documentales, 0 aparatos que permitían ver en grande objetos pequeños. Dada la variedad de recursos disponibles, surgió en la década de 1970 la idea de la multimedia como intento de integrar varios medios y producir un mejor efecto. Por ejemplo, el empleo al mismo tiempo de proyector de filminas (slide-diapositiva) y la grabadora de sonido, sincronizándose la cinta grabada previamente con efectos especiales y la exposición sucesiva de las pantallas o diapositivas de la filmina. Pero quizá lo más trascendente del movimiento de tecnología educativa fue su propuesta de “máquina de enseñanza”, a partir de los principios didácticos del conductismo y de su propuesta de enseñanza programada antecedentes entre otros, de la actual computadora y de su empleo en la educación. Estas máquinas de enseñar con la tecnología de ese entonces podían presentar programas de instrucción programada, en los que la información aparecía en pequeñas unidades, se hacían preguntas sencillas para facilitar la respuesta del alumno dando varias alternativas, se reforzaban las respuestas correctas y se proporcionaba retroalimentación inmediata. Las máquinas de enseñar también podían presentar exámenes a los alumnos con calificación inmediata. La Tecnología Educativa de la década de 1960-1970 se fundamentaba en los postulados básicos do la teoría conductista del aprendizaje, cuyo modelo (E —> R) orientaba la elaboración de los materiales que empleaba en el proceso de aprendizaje-enseñanza que entre otras condiciones debía cumplir consecuentemente con el modelo: El planteamiento de objetivos en términos de conductas observables (de ahí la expresión “al final de esta sesión el alumno debe ser capaz de ...”) Presentar la materia en unidades pequeñas de información y de fácil retención (dosificación del contenido). Dar retroalimentación inmediata, respuesta a la pregunta realizada. Reforzar positivamente la actuación (respuesta) positiva o acertada del alumno. Las anteriores “bondades” del enfoque conductista de la Tecnología Educativa se han reconceptualizado. Algunos especialistas continúan hablando de Tecnología Educativa pero ahora lo hacen con un nuevo enfoque y sobre todo con una nueva fundamentación teórica acorde con el desarrollo y los aportes de los últimos 30 años del siglo xx, de los paradigmas Humanista, Cognitivista, del Sociocultural y del Constructivista Social. Pero otros especialistas prefieren emplear otras expresiones, por ejemplo Nuevas Tecnologías de la Educación y aquí debemos estar alertas en el cuidado que hay que tener con la preposición “de”, ya que algunos suelen sustituirlas por “en” cambiando el sentido y el significado del uso de la tecnología en el ámbito educativo. Otros estudiosos prefieren distintas denominaciones como Nuevos Entornos o Espacios de Enseñanza, o bien, Nuevos Ambientes de Aprendizaje. No es lo mismo: Tecnología en la Educación, que Tecnología de la Educación. La primera expresión alude a la incorporación de artefactos y recursos al proceso educativo con la finalidad de mejorarlo; la segunda encierra toda una Concepción sistémica (enfoque de sistema) en el que los medios son componentes de un proceso que sin ellos no se pudiera realizar y mucho menos lograr sus objetivos. Ahora bien las investigaciones demuestran cuan otiles son los recursos audiovisuales en general y más recientemente las tecnologías de la información y comunicación para captar, mantener y desarrollar en un sentido determinado la atención activa y consciente de nuestros alumnos y estudiantes lo que presupone que el maestro cuente con las competencias profesionales didácticas que se requieren para trabajar con las TIC. La televisión educativa El boom de la televisión comercial abierta de la década de los 60 y 70 de amplia influencia en dos generaciones, la baby boomer y la “generación X”, permitió su empleo con fines educativos. Primero con secciones en los programas, más tarde con programas especiales para tratar temas generales de la educación, y mucho después con “barra” de programación al respecto en horarios especiales para esa audiencia en la que los “cartones infantiles” se impusieron. Muchos países crearon en aquel entonces entidades y canales de televisión educativa que se mantienen aún en la mayoría de ellos. Por ejemplo PBS de Estados Unidos y su programación educativa es reconocida internacionalmente y de amplio empleo en la educación tanto formal como informal y no formal. En México se crea con el apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA) el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE) con énfasis primero en recursos como las diapositivas, las serie de su diapositivas proyección) con y más sonido tarde (grabaciones la televisión para educativa acompañar vía satélite. Con el auge de la televisión surge el llamado “circuito cerrado de televisión” y su empleo en las grandes instituciones para trasmitir a su interior programas elaborados “en casa" en sus propios estudios de televisión, de modo simultaneo a varias aulas del mismo nivel que recibían un mismo contenido. A finales de los años 70 del siglo pasado surge la tecnología del video y con ello una crisis momentánea del cine tradicional. El nuevo formato de película, el video, permitía comercializar las películas directamente al interesado y éstas ser vistas en la comodidad de su casa. El cine de sala grande para alrededor, en la mayoría de los casos, de 500 a 1000 asistentes se transforma en un conjunto de salas de no más de 100 cada una y que exhiben varias cintas al mismo tiempo. Primero fue el formato Beta, más tarde el nombrado VHS y el tamaño de los aparatos para su reproducción se fue, en tiempo breve, haciendo cada vez más pequeño y más barato. El formato CD se impuso luego con la llegada de la señal digital. La televisión sin duda aporto la cultura de la imagen con sonido en movimiento y la posibilidad de modo visual de hacer llegar mensajes complejos mediante imágenes. La televisión educativa en particular aporto el tratamiento didáctico del contenido para ese medio audiovisual de imágenes en movimiento, entre ellos, por ejemplo, la dosificación del contenido. No hubiera sido posible la aparición de la televisión si previamente no hubiera surgido la fotografía y el cine y, por supuesto, la radio. En tal orden de idea, el video en general y en particular de su modalidad aplicada a la educación no se concibe sin el antecedente de la madurez de los recursos antes mencionados. El video educativo El cine y como expresión de éste aplicado a la educación el documental educativo, dio lugar al video educativo. La década de los años 70 en que éste surge, primero en blanco y negro, luego en color, ampliamente influido por el replanteamiento y críticas que se le hicieron al modelo estimulo—respuesta promovido por el conductismo, hizo del video educativo una modalidad de expresión audiovisual de imágenes en movimiento mucho más ágil y atractivo que sus antecesores: el cine, el cine documental, el programa de televisión educativa. La reconceptualización, desde el punto de vista de la teoría de la construcción social del conocimiento de los principales aportes, conductista para los recursos audiovisuales de la educación nos alerta de la necesidad de: La contextualización del aprendizaje o en otras palabras situar el objeto de estudio en espacio y tiempo. El planteamiento de objetivos generales en lugar de específicos o particulares. En ningún momento el objeto, en este caso el video por sí mismo educa, pero sí tiene un impacto importante en conjunto con otros recursos y actividades para causar el efecto educativo deseado. La preferencia por la vía deductiva para conocer la realidad y aprehenderla. El enfoque de la solución de un problema, la presentación de un proyecto, la contribución a la toma de decisiones, o bien al estudio desde una perspectiva determinada de análisis de casos. El valor de las ideas intuitivas para aprender por lo cual se hace un guion que favorezca la reflexión y búsqueda posterior. La finalidad de contribuir a la comprensión a profundidad del tema objeto de estudio, optar por menos aprendizaje pero con mayor comprensión. A partir de una fundamentación constructivista social el buen video educativo, se debe caracterizar por: Una duración breve, no más de 30 minutos. Un título sugerente y orientador con relación al tema y el objetivo. Una presentación corta y visual precisa de los créditos/autores del video, incluyendo la institución que está representada. Una estructura narrativa fundamentalmente deductiva, de lo general a lo particular y específico. Un formato de exposición donde es evidente una introducción, desarrollo y cierre, con un tiempo proporcional a la duración total en donde siempre la introducción y el cierre tienen alrededor de 5 % del tiempo total. Una presentación visual en que se integran elementos virtuales y no virtuales siempre en movimiento. Una banda sonora “desconocida” para la población destinataria con énfasis en música que propicia el nivel alfa de funcionamiento cerebral. Un empleo de efectos sonoros siempre que el contenido y el mensaje lo justifique en pos de su comprensión y aceptación. Una locución bien presencial o en “off” breve y sugerente, siempre apoyando el discurso visual. Un ritmo de exposición dinámico, en que las distintas partes secuenciales se suceden unas a otras en el tiempo de modo tal que se preste atención desde el principio al final sin sentir necesidad de terminar. El cumplimiento de funciones didácticas que garantizan la comprensión del contenido, por ejemplo, la recapitulación final y dada la extensión, complejidad, y duración del video de recapitulaciones parciales. Con las nuevas tecnologías disponibles tanto el profesor como los alumnos pueden diseñar y editar sus propios videos para el empleo en clase. O bien emplear los que aparecen en YouTube o paginas similares disponibles gratuitamente y sin dificultad alguna para “bajarlos" y ser empleados en clase. La producción de videos con aparatos, “consolas de grabación“, grandes y complicados se ha facilitado con las nuevas tecnologías digitales. La existencia de un conjunto de programas y de cámaras de pequeño tamaño facilitan y permiten la creación por el maestro de videos educativos a la medida de las necesidades de aprendizaje y crecimiento de los alumnos. Si a lo anterior le sumamos la posibilidad de dar a conocer el video en plataformas como YouTube y recibir retroalimentación sobre su contenido temático, su impacto educativo crece y multiplica como “objeto de aprendizaje” capaz de ser empleado nuevamente por otros en contextos y con finalidades diferentes. Desde la perspectiva anterior un video educativo en la actualidad se confecciona con la finalidad del cumplimiento de una tarea pero con vista a su posible empleo, recirculación, en otros contextos y con otras finalidades. La aparición en Internet en los últimos años de YouTube y de otras plataformas con video de distintos tipos y naturales permiten hoy día a los educadores tener acceso, seleccionar y “bajar” libremente videos para las ilustraciones de sus lecciones y emplear éstos, bien con la finalidad de activar el conocimiento y la experiencia, bien para orientar la atención del tema en una u otra dirección, o para propiciar la reflexión y evaluación en lo que se refiere; a situaciones, conductas, actitudes, etcétera. A lo anterior hay que sumar la presencia de canales especializados como History Channel, Discovery o National Geographic; que nos dan la oportunidad de grabar y proyectar el material a nuestros estudiantes tal cual o con alguna edición. Otro recurso visual bien extendido en los últimos años con la aparición de la computadora y el proyector (infocus) asociado a ella es el de las presentaciones PowerPoint. Sin duda alguna valiosa herramienta para captar y mantener la atención e incluso propiciar la participación y con ella la construcción social del conocimiento si sabemos confeccionarlos didácticamente. Pizarra digital interactiva La pizarra electrónica o digital es una superficie vertical similar a los tradicionales pizarrones verdes o negros que cada una de las aulas tienen y que en gran medida identifica al salón de clases como el lugar por excelencia del aprendizaje formal. La pizarra digital además de permitirnos escribir sobre su superficie para llamar la atención sobre una palabra o concepto, o bien dibujar o esquematizar un fenómeno o proceso objeto de estudio nos brinda todas o casi todas las ventajas que tenemos cuando trabajamos con la computadora y la Internet proyectando la información a todos los miembros del grupo y dándonos la posibilidad de interactuar con la información que aparece. La pizarra digital interactiva nos permite proyectar en pantalla nuestros archivos, presentaciones PowerPoint, diapositivas (slides), y sobre ellos con la tiza digital trabajar señalando un aspecto relevante, o bien añadiendo información necesaria para la comprensión por parte del alumno del t6pico en cuestión y con la ventaja de poder guardar en memoria los arreglos o modificaciones si se entiende necesario. El material que se emplea en clase mediante la pizarra electrónica, además de guardarse puede ser enviado vía correo electrónico a sus estudiantes presentes o bien, ausentes por una u otra razón con la finalidad de tenerlo tal cual 0 bien, trabajar una nueva versión de modo individual o en un pequeño equipo de trabajo cooperativo. Según investigaciones recientes realizadas, este tipo de recurso tecnológico que integra en sí mismo varias de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de mayor utilidad para el aprendizaje y la enseñanza, despierta la curiosidad y capta y mantiene la atención de los estudiantes, además de favorecer su participación activa en el proceso de construcción social del conocimiento. Al igual que la pizarra tradicional requirió en su momento que cada maestro se capacitara para su mejor empleo, por ejemplo el tipo y tamaño de letra que va a emplearse, el modo de pararse frente a ella y trabajar, así como borrar lo escrito, la pizarra digital interactiva exige la preparación de los maestros para su correcto uso didáctico como recurso tecnológico audiovisual. RESUMEN Se orienta la atención y se logra la comprensión de los alumnos cuando el maestro: Da instrucciones breves y concisas respecto de las tareas que se realizaran en clase. Pide a un alumno que parafrasee la orientación o consigna dada para la realización de una tarea individual o por equipo en el salón. Escribe en el pizarrón, muestra en una hoja de rotafolio o proyecta en un acetato el título o subtítulo del tema que se está aprendiendo. Recuerda al grupo, cada cierto tiempo, de manera diferente, qué se quiere lograr con el estudio del tema. Expone brevemente (lección) el tema que se trabaja en clase, a la vez que reforma lo tratado, precisa detalles, conceptúa, amplia, ejemplifica, etcétera. Dialoga con el grupo sobre un aspecto del tema de interés manifiesto de los estudiantes, y que permite en ellos el desarrollo del significado. Emplea, junto con los alumnos, señales que para el grupo tienen determinado significado y que autorregulan el comportamiento de los participantes después del logro de los objetivos de aprendizaje. Hace uso didáctico de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). CAPÍTULO 8 Estrategias didácticas del momento PI: el procesamiento de la información Procesamos información de la manera continua. Procesar información es mucho más que leer, observar, conversar, etcétera. Frecuentemente en nuestra relación dinámica, en el entorno en que nos encontramos, procesamos información sin un nivel de conciencia tal que nos permita darnos cuenta de lo que estamos haciendo y cómo lo hacemos. Nuestras constantes decisiones ante los estímulos del medio son el resultado del procesamiento de la información que de ellos hacemos. La actividad escolar predominante intelectual e intencionada, dedicada a la adquisición de nuevos conocimientos exige del alumno(a) procesar la información de manera consciente. Las vías para conocer la realidad son fundamentalmente dos: la sensorial, o mejor dicho sensoperceptual, y la racional. No son independientes la una de la otra, ni excluyentes. Sin dudad, los órganos de los sentidos permiten conocer, pero no son suficientes pues se necesita, además de las operaciones y funciones mentales, para comprender a profundidad la realidad externa (el entorno en que nos desenvolvemos, la naturaleza y la sociedad), como la interna (nuestra propia realidad). Entre las vías sensoperceptual y la racional, se da una unidad dialéctica, es decir, dinámica, donde se expresa una lucha de contrarios entre que en sus interrelaciones y vínculos permiten no obstante en sucesivas aproximaciones, conocer la realidad. El entorno, cualquiera que éste sea, es portador de un sinnúmero, de estímulos de diferente naturaleza que impactan a la persona humana por la información que éstos potencialmente le aportan y, sin duda, por las necesidades que poseemos. A partir de los planteamientos de Nobert Wiener (1984-1964), uno de los creadores de la cibernética, ciencia de los sistemas autorregulados y controlados, se desarrolló la Teoría de los sistemas y con ello se divulgó el modelo cibernético con sus tres componentes básicos: entrada al sistema, procesos del sistema y salida del sistema. Muy coincidente en el tiempo, periodo posterior a la terminación de la Segunda Guerra Mundial (1945), surgió la Teoría de la información (1916-2001). Al igual del carácter universal del modelo cibernético, la teoría de la información es general y aplicable al funcionamiento de cualquier sistema, entre ellos por sus pues a la mente humana, en término de unidades de información conocidas desde su inicio abreviado por BIT. Otra teoría y enfoque surgido coincidentemente en ese momento histórico fue la Teoría de la comunicación y con ella la tecnología de la comunicación, la que conjuntamente con las dos teorías antes mencionada han conformado lo que se abrevia actualmente como TIC (tecnología de la información y la comunicación) cuyo impacto actual en la sociedad es bastante conocido. La psicología ha hecho suyo este modelo de aplicación universal y ha propuesto la reflexión a partir del mismo. Surge así unos de los enfoques más fuertes de la psicología contemporánea y del movimiento cognitivo en particular: el del procesamiento de la información. Son varias las implicaciones prácticas en general y en particular en la educación de estas teorías y modelos surgidos entre las décadas de los cincuentas y sesentas del siglo xx. Una de ellas, de indiscutible beneficio, es el Enfoque de Procesamiento de la Información para conocer la realidad. Ante la incapacidad de las posiciones conductista, de la Gestalt, y del humanismo, entre otra, por ayudar al hombre a conocer y más aún comprender de modo que pueda estar en condiciones de transformar su realidad, el movimiento cognitivo de los años 60 aporta tanto a nivel teórico y práctico, como a un nivel mega o bien micro, un sinnúmero de consideraciones bajo el nombre de procesamiento de la información. Según del área del conocimiento y de3 la actuación humana este enfoque universal tiene una u otra definición y especificaciones válidas para conocer, comprender y transformar la realidad. Desde la perspectiva de la psicología del conocimiento el procesamiento de la información consiste en la secuencia d acciones interrumpidas que permiten al sujeto: 1. Captar y seleccionar estímulos, datos (entrada al sistema, en particular al sistema cognoscente humana) de diferentes tipos y naturaleza. 2. Procesar los datos según necesidades, intereses o bien objetivos planteados procesos del sistema cognoscente humano). 3. Convertir en información el dato y dar las respuestas a los estímulos iniciales (salida del sistema). Muchos estudiosos de este enfoque psicológico desde un primer momento han planteado la analogía entre la mente humana y la computadora; tanto por las etapas de entrada, proceso y salida, como por las operaciones que en cada una d las etapas son necesarias para la realización una tarea No basta para aprender un contenido escolar la simple observación, ni tampoco leer, o ambas cosas, o una tercera. Es necesario de modo consciente como parte de una sistema de acciones procesar la información con estrategias tanto para “entrar” (input) el dato al sistema, como para procesar el mismo, como también para estar en condiciones de darle “salida” (output) a la información resultante Algunas d esas estrategias implican leer, otras observar, escribir, pensar, buscar, intercambiar, etc. E incluso la combinación de diferentes acciones de distinta naturaleza .Difícilmente un solo tipo de acción nos puede llevar a la comprensión a profundidad de un contenido. Difícilmente la simple lectura nos conduzca a la apropiación crítica y creativa de un contenido. Más aun nos ponga en condiciones de emplearla para cambiar y transformar la realidad. Hay que tener consideración toda una serie de sugerencias que permiten un procesamiento cabal y, por tanto, una comprensión a profundidad del contenido para hacer lo posible que lo que se aprehende pueda convertirse en un instrumento del crecimiento personal, dadas las transformaciones que nos permiten los resultados obtenidos. Si es importante el resultado, también lo es el proceso mediante el cual en nuestro sistema cognoscente convertimos los estímulos actuantes (el dato) en aprendizajes capaces de ser empleados no tan solo para describir y explicar, argumentar, y justificar, sino también y sobre todo para cambiar y transformar el entorno en que nos encontramos y tambo nuestra propia realidad .Realiza el ejercicio de las paginas 139-140 El procesamiento de la información exige de cada uno de nosotros, como nuestros mediadores, la precisión de los términos en que expresaremos la intención deseada, el objetivo que hay que plantearles a los alumnos y estudiantes por lograr dado en contenido de enseñanza y por su puesto la o las estrategias de aprendizajeenseñanza que emplearemos como instrumentos de mediación. A continuación se detalla un “mini diccionario” de los conceptos más importantes implicados en el procesamiento de la información. Cada uno de ellos constituye una habilidad intelectual para poder entrenar a nuestros escolares en sucesivas aproximaciones mediante las estrategias que empleemos .Estas definiciones operativas nos serán útiles también en la comunicación con nuestros alumnos y estudiantes y en la correcta redacción de los objetivos de la lección. UNA ESTRATEGIA BÁSICA: TOMAR APUNTES Tomar apuntes forma parte de las estrategias de trabajo intelectual que capacitan al alumno para comprender mejor, significativamente, la información que se procesa. Ya sea en el aula, en la práctica de laboratorio o de campo, en la visita dirigida, en la observación de un video o en una teleclase, o bien, en una audioconferencia, escribir notas en una cuaderno o en una computadora portátil, es materializar nuestro pensamiento de un instante y lugar determinados. Tomar apuntes o notas en un ejercicio intelectual muy provechoso para el desarrollo de los procesos y operaciones mentales. Pensemos por unos minutos qué implica tomar notas; por ejemplo: Prestar atención a lo que se escucha, se lee, se observa o nos viene a la mente. Disponerse a escribir lo que nos resulta más importante acerca de lo que escuchamos, leemos, observamos, o lo que nos ocurre en un momento determinado. Pero entre prestar atención y escribir al respecto se da un conjunto de procesos psíquicos, como el análisis, la síntesis, la generalización y la abstracción, que posibilitan empleando cada quien su modo peculiar de expresión escrita, resumir lo que se pretende almacenar en la memoria. De escuchar, observar o leer, a tomar nota, se da un proceso de transferencia de la percepción sobre el objeto de que se trate de tal forma que lo que se escribe deja de ser del expositor o del autor del libro para convertirse en algo muy personal del que toma apuntes, que los expresa muy ligado a sus sentimientos y emociones. Para tomar apuntes hay que realizar una síntesis crítica y creativa de aproximadamente 130 palabras por minuto, mientras que –según ciertos estudios– sólo es posible registrar por escrito de 25 a 35 palabras cortas, por ello resulta difícil –por no decir imposible– captar todo lo que alguien dice. Dicen ahí las dos condiciones básicas para tomar notas: organización y selección. Tomar apuntes es una habilidad de tipo cognitivomanual que, como otras tantas, se desarrolla con la práctica a partir de orientaciones y de contar con una estrategia. Tomar notas implica, entre otras cosas: Escuchar activamente. Ignorar los distractores. Pensar constructivamente. Aplazar el juicio crítico. Mantener la atención. La utilidad de los apuntes es múltiple porque: Mejoran la atención Incrementan la memoria Registran lo más importante. Organizan, ejercitan procesos y operaciones del pensamiento. Enriquecen el vocabulario Constituyen un registro visual al cual se puede volver para recordarlo, completarlo con nuevas ideas, valorarlo en nuevas condiciones etcétera. Los maestros debemos estimular en los alumnos, desde los primeros grados, la práctica de tomar apuntes. Para ello, es necesario: Plantearlos que tengan su cuaderno de notas siempre disponible. Recordarles o señalarles momentos en los que tomar apuntes es importante. Aquello que nos interesa para que tomen apuntes, exponerlo con énfasis y un ritmo que facilite captar lo esencial. Repetir lo mismo de forma abreviada hasta estar seguros de que todos registraron la idea. Escribir en el pizarrón el término nuevo o de dudosa ortografía. Sugerir como tomar apuntes, por ejemplos: Registrar la fecha. Escribir títulos y subtítulos Recoger palabras y frases importantes. Subrayar expresiones Numerar aspectos tratados. Emplear abreviaturas y símbolos fácilmente identificables. Dejar margen izquierdo Dejar espacios para, posteriormente, preguntar datos. El sistema TAKE es una estrategia sencilla y buena para tomar apuntes que le podemos sugerir a nuestros alumnos: su nombre es un acróstico formado por las primera letras de una sugerencia en idioma inglés: Take, Answer, Key y Examine. La letra T significa “tener claro el objetivo y el tema”. Cada actividad tiene un propósito que el alumno debe percibir con precisión y escribirlo. Significa también identificar el tema o asunto de la clase y registrarlo. La segunda letra del acróstico con que se identifica el sistema, la A, se refiere a esto: “si tienes alguna pregunta, hazla”. Esto significa estimular al estudiante a participar, a comunicar la duda o inquietud que pueda surgir en el transcurso de la clase o aquella que él se hace para, más tarde, buscar su respuesta. La tercera letra, la K, se relaciona con “las palabras, ideas o puntos clave del contenido”. Ya que es imposible escribirlo todo, es recomendable emplear algunas abreviaturas y escribir sólo lo que resulta más interesante. La cuarta letra es la E, y se refiere a “examinar las notas”. Pasado cierto tiempo (no muy largo) hay que reexaminar los apuntes que escribimos y, si tenemos tiempo, pasarlos en limpio y enriquecerlos rectificando algunas palabras incompletas o erróneas, si se detectan. Con todo lo anterior, debemos tener presente que existen diferentes vías para captar información y también para procesarla. RESUMIR Resumir es, primordialmente, el proceso de reducir una gran cantidad de información a una o pocas oraciones. El resumen puede ser textual (resumen textual) o usar propias palabras (paráfrasis). Los pasos que hay que resumir son: 1. Seleccionar la información relevante y significativa. 2. Referirse a ella mediante términos o frases breves. 3. Hacer generalizaciones que comprendan grandes bloques de información. FICHAS BIBLIOGRAFICA Y DE CONTENIDO Las fichas son instrumentos del trabajo intelectual que facilitan el análisis y síntesis de un contenido académico o científico, dejando como constancia o evidencia, una tarjeta escrita en papel o en formato electrónico. Las fichas constituyen una forma de “almacenar” o bien “guardar” la información procesada, la que en un momento dado y de acuerdo con la finalidad de un trabajo por realizar, que bien puede ser un informe, ensayo, valoración, capítulo de un libro, articulo por publicar, etc., las ordenamos según criterios lógicos lo que nos facilita la exposición y fundamentación de nuestras ideas, criterios y propuestas. Las fichas permiten una comprensión a profundidad del objeto de estudio ya que exige entre otras acciones cognitivas la lectura, el análisis y la síntesis, la generalización y abstracción, la escritura, así como el cumplimiento de aspectos formales y de presentación. Existen distintos tipos de fichas, por ejemplo la bibliográfica y de trabajo. Esta última –la de trabajo-, también es conocida como de contenido pudiendo ser textual, cuando se escribe entre comillas el texto de la misma, tal cual lo expresa el autor; y de resumen ya que se parafrasea y sintetiza las ideas del autor. La finalidad de las fichas bibliográficas es precisar y guardar las fuentes consultadas para poder hacer referencia de las mismas en el cuerpo del trabajo académico que realizamos. Las ideas que planteamos deben estar avaladas directa o indirectamente y en tal sentido necesitamos apoyarnos en los planteamientos realizados por los autores líderes científicos consultados. Por su parte las fichas de contenido tanto las textuales como las de resumen tienen la finalidad de guardar las ideas aportadas por los autores consultados, de modo tal de emplear dichos planteamientos de dos modos distintos. Uno de modo directo entre comillas para apoyarnos en ellas y expresar nuestras propias ideas. El otro modo o variante de las fichas de contenido resumen no permite con nuestras palabras y en un contexto diferente retomar ideas y expresarlas con nuestras palabras, haciendo por supuesto referencia en la lista bibliográfica al autor consultado. A más fichas de distintos tipos, bibliográficas de contenido textual y de resumen tengamos sobre un tema mayores posibilidades de comprender en esencia –a profundidad-, el objeto de estudio e investigación. Mayor será el número de ideas que sobre el tópico “vendrán” a nuestra mente, y a mayores las relaciones que establecemos entre los diferentes aspectos del tema. Así como mejor integración o empleo hacemos de nuestra experiencia y conocimientos anteriores, previos, sobre el contenido en estudio. Las fichas son como ladrillos necesarios para la construcción de una cerca o pared. Son elementos que nos permiten al unir unos con otros componer la respuesta a una pregunta, elaborar un ensayo o composición, redactar un informe, explicar una situación, etcétera. A mayor formalidad exija el trabajo académico que realizamos, mayor es la trascendencia del empleo de las fichas como instrumentos de procesamiento de la información en general y de sintetizar y guardar (almacenar para tenerla disponible en el momento necesario) en particular. La confección de fichas ayuda al desarrollo del pensamiento crítico y creativo dado que estimula entre otras actividades cognitivas, la lectura, el análisis y la síntesis, la generalización y abstracción, y la escritura. En medida en que escribamos y nos vemos obligados a precisar detalles al respecto, en esa misma medida se ponen en juego toda una serie de funciones psicológicas superiores que contribuyen al desarrollo de la comprensión a profundidad de un tópico, y nos sentimos como resultado de ellos capaces de expresar de una u otra forma lo que pensamos y sentimos. A la versión tradicional de fichas de papel o cartón, y cajas o depósitos especiales (ficheros) para conservar las mismas siguiendo un orden por lo regular alfabético o por temas generales, ahora tenemos las fichas y ficheros electrónicos que realmente superan con creces las posibilidades de realización y empleo del contenido de las fichas confeccionadas. CRITERIOS GENERALES DE CALIDAD DE LAS FICHAS 1. Resumir la información seleccionada en una tarjeta que en su conjunto y “a primera vista” la presenta y contiene. 2. Ajustarse a un tamaño de 20 cm de ancho por 12.5 cm de alto. 3. Identificar el tema/categoría/concepto en la parte superior con un término o frase corta. 4. Clasificar en la parte superior por tipo la ficha confeccionada: Bibliográfica, de contenido textual (palabras textuales, escritas como lo expresa el autor y puestas entre comillas), de contenido resumen (expresión parafraseada de lo más significativo expuesto por el autor). En ambos casos la página de procedencia de la información. 5. Cumplir con la norma APA en cuanto a la identificación del autor y la fuente. O bien cualquier tipo de normativa para este tipo de trabajo académico. 6. Añadir si es necesario debajo o “al dorso” un breve comentario o valoración personal. EL SISTEMA JAVI El sistema JAVI es un conjunto de estrategias para ayudar a los alumnos a procesar la información. Están agrupadas desde las más elementales a la más complejas; de aquellas que permiten desarrollar el pensamiento activo, pasando por las que estimulan el pensamiento independiente, hasta las que permiten la entrada al sistema, porque ayudan a localizar y seleccionar datos, a las que posibilitan el procesamiento propiamente dicho hasta las estrategias que permiten expresar de forma creativa las salidas del proceso, su configuración, aplicación e innovación. El sistema JAVI contribuye al desarrollo de la autonomía cognoscitiva del alumno, ya que da las herramientas necesarias para relacionarse con el contenido de aprendizaje y apropiarse de él, al captar la lógica del objeto en su estructura mental. Recordaremos que la lógica está en el objeto de conocimiento y que ésta se hace nuestra mediante la actividad y la comunicación, en nuestras estructuras o esquemas mentales. Para ese tránsito se necesitan herramientas, así como una labor de mediación del docente. Desde la perspectiva anterior, el maestro crea situaciones de aprendizaje para el momento PI en las que, empleando las estrategias JAVI, se da una interactividad fructífera y exitosa entre el aprendiz y el tema, lo que redunda poco a poco, en una motivación intrínseca por aprender ya que el alumno comprende lo que estudia y lo logra empleando los dos cerebros (el derecho y el izquierdo), lo que facilita la construcción de un aprendizaje significativo. La extensión del contenido que va a procesar en clase no debe exceder a la posibilidad promedio del grupo para efectuar dicho procesamiento de la información en el tiempo dedicado a ese momento. El momento PI ocupa, aproximadamente, de 25 a 30% del tiempo total de la lección. Tengamos presente que la clase se compone de varios momentos y que cada uno contribuye a lograr el objetivo de la lección. El docente debe emplear el sistema JAVI de manera gradual, como gradual es el procedimiento de la información. Pero siempre, en cada momento PI de la clase, debe recordar dar al grupo de estudiantes las siguientes orientaciones generales: 1. Pasar revista a toda la información que se va a procesar. 2. Precisar de qué se habla, sobre qué trata el tema. 3. Pensar qué sabe el grupo al respecto y con qué otro tema ya estudiado se relaciona. 4. Fijar límites de procesamiento: desde dónde y hasta dónde, por unidad de tiempo. 5. Cumplir paso a paso las orientaciones. A continuación se describe el conjunto de acciones que constituyen el sistema JAVI para la construcción del conocimiento. 1. Subrayar los términos y palabras importantes que encuentres, enuméralos en tu cuaderno y, al pasarlos, conviértelos en tu forma de redacción; dale un orden acorde con tu lógica y forma de pensar: cuál debe ir primero, cuál después, y así sucesivamente. 2. Subrayar los términos y palabras importantes que encuentres; búscalos en un diccionario las palabras cuyo significado no conoces; enumera los términos que consideres significativos; haz acotaciones al margen: notas, comentarios, impresiones personales. 3. Subrayar los términos y palabras importantes que encuentres; búscalos; cópialos en tu cuaderno; subraya el determinante, es decir, el concepto (por ejemplo, en la definición de conejo: “el conejo es un animal mamífero que...”, subraya la palabra animal). 4. Establece relaciones entre los siguientes elementos, y luego expresa por escrito, en un párrafo de no más de 30 palabras, la relación que encontraste: a) Entre palabras b) Entre ideas c) Entre conceptos 5. Elabora uno o varios cuadro sinópticos de la información procesada (tantos como te resulte posible y te sea útiles). 6. Redacta afirmaciones positivas, en tiempo presente, mediante oraciones cortas y precisas que reflejen en tu posición (creencia, actitud, valoración, etc.) respecto del tema que estas procesando. (Redacta la mayor cantidad posible, pero siempre lo que consideres más importante del tema que éstas procesando). 7. Formula preguntas que puedas contestar, ya que las respuestas están en el texto (recuerda “las felices comadres preguntonas”, esto es, en qué consiste, por qué, para qué, cómo, cuándo, dónde); también elabora preguntas cuyas respuestas no estén en el texto, ni puedas contestar (hazlo siempre en forma precisa, breve y circunscribiendo las preguntas al fenómeno, situación o hecho de la lección). 8. Reduce a 30 palabras, aproximadamente, la información procesada. Sé breve y preciso. Puedes hacerlo: a) Textualmente (síntesis). b) Con tus propias palabras, pero siendo fiel al texto (presentación resumida). c) Interpretando lo procesado (parafrasees). 9. Establece analogías o metáforas (relaciones de posibles semejanzas de lo que estudias, con algo conocido) entre dos o más hechos, problemas, asuntos, etc., sobre la información que estás procesando y algún conocimiento previo. 10. Expresa con imágenes lo más significativo del contenido: diseña un esquema, haz una representación gráfica y simbólica que manifieste y resuma tu posición respecto de la información procesada. 11. Diseña un organizador de ideas (visualizador gráfico) de la información procesada, después, muéstralo y explícalo a tus compañeros. 12. Cámbiale el título al tema, y también a los tópicos y subatómicos. Trata de que sean breves, que se ajusten a lo tratado, pero sugerentes y distintos de los que tiene el texto. 13. Confecciona una nueva tabla de contenido del material, tomando como punto de referencia los tópicos y subatómicos puestos por el autor pero con otras denominaciones escritas, suprimiendo unos o agregando otros tópicos. Relaciona las partes y subpartes con el orden que sea más significativo para ti. 14. Escribe predicciones (suposiciones, conjeturas, algo que ha de suceder sí...), al menos una sobre cada unidad de información (capitulo, tema, subtema) procesada. 15. Piensa en los extremos y e escribe en dos columnas los siguientes aspectos acerca de la información procesada, o bien otro par de categorías contrarias: a) Positivo-negativo. b) Funcional- no funcional. c) Ventajas-desventajas d) Útil-inútil e) Correcto-incorrecto. 16. Adopta un punto de vista personal sobre la información procesada. Piensa primero y escribe después. Trata de ser preciso, claro y abierto: “En mi opinión...” 17. Haz una breve historia, cuento breve, ligero y ameno (escrito o gráfico) sobre la información procesada; luego, preséntala a tus compañeros. 18. Reflexiona sobre lo siguiente, escribe tus respuestas y luego comenta con tus compañeros tus reflexiones: a) ¿Qué sabias antes sobre el tema que estás procesando? b) ¿Qué aprendiste? c) ¿Cómo lo aprendiste? Pasos, secuencias. Aciertos. Dificultades. Errores. Rectificaciones. d) ¿Cómo te sentiste al procesar la información? 19. Haz un inventario de lo aprendido. Relaciona: a) Conocimientos (hechos, conceptos, teorías, leyes, principios, vinculado secuencia, procedimientos, modelos) b) Habilidades. c) Actitudes y valores. 20. ¿Para qué sirve lo aprendido?; ¿en qué lo puedes aplicar; cómo, dónde y cuándo lo emplearías? ¿A qué te compromete este nuevo saber? Imagínate una situación donde puedes aplicar lo estudiado hoy. Comenta tus respuestas con tus compañeros. 21. Piensa primero, contesta después: ¿cómo le comunicarías a otra persona que no ha procesado esta información, lo aquí expresado? 22. Reflexiona y contesta: ¿Cómo puedes perfeccionar, hacer cada vez mejor, el procesamiento de la información realizada? Plantearte medidas posibles de cumplir. 23. Constata la diferencia y después precisa por escrito, o gráficamente, la ganancia o saldo: a) ¿Qué pensabas, creía o conocías? ¿Cuáles eran tus criterios, tus puntos de vista, antes de comenzar a procesar esta información? b) ¿Y cuáles son ahora?, después de terminar de procesarla. 24. Subraya los términos y palabras clave que encuentres, busca en tu diccionario las palabras cuyo significado no conoces, enumera los términos que consideres significativos; haz acotaciones al margen: notas, comentarios, impresiones, visualiza lo aprendido. PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR SOBRE EL PROCESAMIENTO DE LA INFORMACION La reflexión (metacognición) sobre los procesos y resultado de todas y cada una de las actividades de aprendizaje es de suma importancia para garantizar, entre otras cosas, la comprensión a profundidad, el desarrollo de las habilidades implícitas en el proceso de adquisión de nuevos aprendizajes y la transferencia de la experiencia a la realización de otras actividades parecidas o bien diferentes. En tal sentido una lista de preguntas de cuestionamiento reflexivo nos pueden ayudar en nuestro papel de medidor. No es necesario repetirlas tal cual aparecen, podemos parafrasearla y expresarla con nuestras palabras pero con el sentido planteado. LA ENTREVISTA Es una estrategia de obtención de información necesaria sobre opiniones, sentimientos, y puntos de vista que tiene una persona o grupo de ellas sobre hecho, procesos, objeto de estudio de una investigación que se realiza o simplemente una frase del procesamiento de la información dado que entre las fuentes por consultar están: personal portadoras de una experiencia al respecto. La entrevista es una conversación formal acotada en tiempo que se propone un fin determinado: obtener información relevante que ayuda a comprender y/o justificar una realidad. Como en toda conversación intervienen personas, al menos dos (entrevistas personal), o más (entrevista grupal) en la que una de ellas tiene la intención de obtener información valiosa para un estudio que se realiza, una investigación y/o toma de decisión, y las otras persona poseen y ofrecen esa información. Pero también hay que tener en consideración la relación entre el entrevistador y el/los entrevistado(s). El clima emocional que se establece garantizara o no el éxito de la entreviste para la obtención de información útil y válida. La relación debe ser en todo momento formal y de respeto, pero también de simpatía y aceptación. De ahí que la correcta preparación del entrevistador, su actitud y conocimiento de la estrategia y del plan de guía de la entrevista son elementos decisivos para la creación de un clima de confianza propicio para desarrollar una conversación que aporte datos significativos. Un elemento clave en la creación del clima de confianza es el ambiente o entorno seleccionado para la realización de la entrevista. La hora, el lugar, el tiempo disponible, la disposición corporal de uno con relación al otro, es fundamental para tener éxito. En suma son cuatro los elementos de toda entrevista: el entrevistador, el entrevistado y la relación que se establece entre ellos, así como el entorno o ambiente seleccionado para su realización. Una buena entrevista requiere además, entre otras cosas de: 1. Preparación, es decir plantear el objetivo con toda claridad y precisión pensar y escribir las preguntas por realizarse, las fundamentales y las complementarias posibles acordes con las categorías e indicadores de análisis que se realizara; así como plantear el lugar, hora y condiciones mínimas necesarias para su realización. 2. Desarrollo de la entrevista, es decir la realización de la misma acorde al plan elaborado y la finalidad que se persigue. 3. Registro y sistematización de los datos aportados por los entrevistados, que obtenemos bien porque grabamos la sesión, con el consentimiento del entrevistado, o bien tomamos apuntes a discreción. 4. Interpretación de los datos es decir análisis y síntesis de lo expuesto por los entrevistados a partir de categorías y/o indicadores establecidos con antelación. 5. Realización del informe de la entrevista Cada una de estas cinco etapas proporciona orden y estructura a la conversación que se efectúa con la finalidad de obtener una información verídica. Del esmero y profesionalismo en la realización de cada una de ellas dependerá en gran medida la calidad de los datos que se obtienen y por tanto de la información que se da a conocer mediante el informe final. Algunas de las sugerencias más reiteradas para la realización de una buena entrevista son: a) Ten en mente qué quieres lograr. b) Planifica cuanto detalle puedas prever. c) Tómate el tiempo necesario, la prisa no es elegante. Pero cumple en el plazo establecido lo exigido. d) Siéntate frente a frente al entrevistado. e) Salúdalo con agrado y simpatía. f) Exprésale de modo sencillo la finalidad de la conversación. g) Haz contacto visual frecuente. h) Muéstrate interesado en sus respuestas, sean las que sean, las aceptes en lo personal o no, coincidan o no con tus puntos de vista. i) Muéstrate relajado, pero atento. Recuerda que la comunicación verbal aporta más información sobre la actitud de uno que sus propias palabras. j) Toma apuntes con discreción. k) Solicita su consentimiento para grabar la conversación. l) Exprésale las gracias por sus opiniones y puntos de vista cada cierto tiempo. m) Esfuérzate en conversar, evita la cadena de preguntas-respuestas. n) Cumple con el tiempo prefijado y comunicado con antelación. Hay que distinguir la entrevista del sondeo o encuesta. Entre ambas estrategias de investigación hay puntos de contacto 0 semejanzas, pero también diferencias notables. La entrevista es un medio, nunca un fin en sí mismo, muy útil para conocer y comprender situaciones, tomar decisiones y actuar consecuentemente. Ya bien, sea su aplicación aislada o como estrategia de una investigación se hace necesario conocer cómo realizarla, entrenarse en el proceso de llevarla a cabo, y algo importante como procesar los datos y obtener información valiosa. La información recopilada, grabada en una cinta o video, apuntes realizados, etc., se debe ordenar y presentar a manera de informe, relatoría, o entre otras escribir un ensayo. Las cinco felices comadres Las comadres son personas preguntonas y, por extensión, aquí las consideramos como las preguntas lógicas fundamentales que permiten conocer la realidad: qué es, o bien en qué consiste, por qué, para qué, cómo, cuándo y dónde. La pregunta cómo indaga sobre el procedimiento, las etapas del proceso, lo que hay que hacer. Las preguntas cuándo y dónde ubican al objeto de estudio en el tiempo y en el espacio. A cualquier tema se le puede aplicar esta estrategia; por ejemplo, se puede orientar a los alumnos a leer y a encontrar la respuesta a las cinco comadres en el texto que procesan, 0 bien, un equipo procesa la información para dar la respuesta a una de las comadres y al final, en el momento de interdependencia social, unos retroalimentan a los otros hasta completar cada grupo las respuestas a las cinco comadres. Según los expertos, todos tenemos una comadre favorita, aquella que, si no la contestamos, no llegamos a comprender significativamente el contenido de aprendizaje. Debemos pensar y precisar cuál de estas cinco preguntas fundamentales deciden nuestro nivel de comprensión, mas aún, el orden que les damos a ellas es diferente en cada persona y manifiesta una lógica propia. La estrategia de las cinco felices comadres desarrollar el pensamiento lógico de los alumnos. contribuye, sin duda, a Comparación La comparación, del latín comparare, es el examen que se hace sobre las cosas, los procesos o a las personas para establecer sus semejanzas y diferencias. Constantemente en nuestra vida diaria estamos comparando, estableciendo similitudes de hoy y y diferencias, el de ayer, por ejemplo entre un entre profesor y el otro, día etcétera. Los diccionarios hacen referencia a la comparación como un proceso mental, de razonamiento, que nos permite establecer el parecido o relación que se da entre dos o más elementos, a su vez por contraste, las diferencias entre ellos. Comparar consiste en identificar las características que comparten y aquellas que diferencian al menos dos objetos de análisis. El proceso de comparación dado los procesos mentales implicados (análisis y síntesis, abstracción y generalización) exige de: Observación cuidadosa, lectura, procesamiento de información a profundidad, o bien, pensar sobre los objetos de comparación. Precisión de similitudes. Precisión de elementos diferenciales. La comparación nos permite, entre otras cosas: Un conocimiento a profundidad de un objeto de estudio. Precisar con detalle los elementos presentes en los objetos o fenómenos que comparamos. Extender y perfeccionar el conocimiento. Ordenar según criterios e indicadores, la información que poseemos sobre algo. Cambiar nuestra percepción sobre lo que comparamos. Para realizar una correcta comparación debes: Precisar lo que se quiere comparar. Asegurarte de que son de la misma naturaleza. Determinar los criterios (indicadores o características). Por ejemplo, si comparamos dos frutas como la manzana y la pera, un criterio puede ser la forma, otro el color, otro indicador el olor, sabor, el contenido nutritivo, la disponibilidad en el año, etcétera. Hacer una lluvia de ideas. Escribir las características. Hacer una lista de ellas, entre más características se enlistan mejor. Expresar las similitudes con términos o bien expresiones cortas y precisas. Seleccionar solo características significativas, importantes. Precisar las diferencias entre uno y otro. Seleccionar un tipo de visualizador gráfico, el que mejor permita reflejar la comparación realizada. Puede ser un Diagrama de Venn, una Matriz de comparación, o bien un cuadro 0 Tabla de similitudes y diferencias. Rúbrica Similitudes Sólo presenta una Presenta dos características Presenta tres o más características característica común entre las comunes comunes entre las cosas comparadas. cosas (objetos, fenómenos, comparadas. entre las cosas procesos, etc.) comparadas. Diferencias Número indicadores criterios comparación de o de Sólo contempla criterios dos Establece tres o cuatro criterios Presenta cinco o más para o indicadores para establecer indicadores (criterios) la diferencia. para diferenciar una cosa (objeto, fenómeno, distinguir una cosa de la otra. proceso, etc.) de otra. Importancia Las planteadas esenciales diferencias no son Importante aunque diferenciación algunas de las diferencias no son esenciales. Todas las diferencias son esenciales. AFIRMAR-PREGUNTAR Afirmar-preguntar consiste en redactar, a partir de lo que aparece en un texto, afirmaciones y preguntas cuyas respuestas no figuran en el texto que se procesa; es una estrategia de procesamiento de la información que, al igual que otras, puede tener un primer momento de trabajo individual y otro de trabajo en equipo. Se debe orientar a redactar primero las afirmaciones y después las preguntas. Es recomendable que sean de cinco a ocho afirmaciones y preguntas. Al final, en el momento de reflexión, se debe indagar que fue más fácil hacer: las afirmaciones o las preguntas. El resultado de esta estrategia, cuando se aplica en equipo, se presta para confeccionar hojas de rotafolio (con las afirmaciones en una y las preguntas en otra), así como para aplicar la técnica Expo, consistente en colocar los carteles en las paredes del salón y jugar a la “Visita a una sala de exposición”, donde un guía, seleccionado por cada equipo, presenta al resto del grupo sus afirmaciones y preguntas. Los carteles por equipo deben estar identificados con el nombre y el logo del mismo. Las preguntas para las cuales los equipos no tienen respuestas pueden ser objeto de otro momento en el que, entre todos y con la mediación docente, busquen su aclaración. Afirmar – preguntar Todos sostenemos un "diálogo interior" en nuestra mente, la cual esté constantemente ocupada habiéndose a sí misma, comentando sobre todo lo que nos rodea, hacemos, conocemos, sentimos, etc. Aquello que nos decimos a nosotros mismos es la base sobre la cual se forman nuestros conocimientos e influye en nuestra percepción y sentimientos. Afirmar significa "hacer firme". Una afirmación es un pensamiento fuerte, pero positive sobre algo que es así y no de otra forma. Es una forma de aseverar que existe lo que se imagina y piensa, lo que se conoce y siente sobre algo. Una afirmación puede ser cualquier idea positive, general o específica, ya sea escrita, verbal, cantada, en silencio, en voz alta o recitada. Pero siempre: Hecha en tiempo presente, no en futuro ni en pasado. De manera positiva. Clara, precise y lo más corta posible, pero con un profundo sentir. Que refleje la posición de la persona, sus creencias y valores. Tarea: Escribir tantas afirmaciones como sea posible sobre el área, tema o asunto de la clase. Preguntar significa interrogar, cuestionar, poner en evidencia una contradicción, una deficiencia, una necesidad, una duda... Toda pregunta busca la causa de una situación, hecho o acontecimiento, o la relación entre variables (preferentemente dos), o bien, indaga sobre procedimientos o la trascendencia de algo, pero también sobre la esencia, es decir, el aspecto sustantivo de ese ”algo”. La pregunta siempre debe: Plantearse con claridad. Ser precisa y concisa. Circunscribirse a un fenómeno, situación o hecho. Tarea: Escribir tantas preguntas como sea posible sobre el tema, área o asunto de la clase. HACER OSOS Esta estrategia de procesamiento de la información llama la atención a los alumnos por su nombre y les agrada porque con ella logran cumplir satisfactoriamente la tarea desde la primera oportunidad. En esencia, “hacer osos” es redactar a partir de un texto que se lee y analizar oraciones significativas originales. Se trata de hacer oraciones cortas, breves, redactadas en tiempo presente, con todos y cada uno de los componentes de un enunciado típico; son también oraciones significativas porque recogen B más importante para el autor de ellas (o sea, el alumno), que es lo que percibe como trascendente en el texto, y son asimismo originales, ya que se expresan en el vocabulario propio del Confeccionar alumno un oso y no del implica autor que el del material estudiante que lea, se escriba, procesa. redacte, haga análisis, síntesis, abstracción, generalización, seleccione información y tome decisiones. El número de osos que se solicite a los alumnos varía de acuerdo con la extensión del texto así como con el tiempo disponible del momento PI de esa clase. En general se pueden solicitar de dos a tres osos por página. Esta estrategia se realiza de manera individual o en equipo, o primero individualmente y después en equipo. Al momento PI por lo general le sigue el momento de interdependencia social positiva, en el cual los alumnos comunican sus osos al grupo y comentan sobre ellos. Ejemplos de osos bien redactados. Los osos son estrategias de procesamiento de la información. Un oso expresa por escrito una idea significativa para el que lo escribe. Los osos estimulan el desarrollo del pensamiento crítico y creativo. Fijémonos cómo cada uno de ellos expresa sólo una idea, y se respetan los componentes fundamentales de todo enunciado: el sujeto, el verbo y a continuación los atributos o complementos. DEFINICIÓN OPERATIVA DE CONCEPTOS El concepto es una forma básica del pensamiento humano que expresa los caracteres generales y esenciales de las cosas y fenómenos de la realidad. El concepto se obtiene por la generalización que se hace de un sinnúmero de hechos aislados, con abstracción de lo secundario, de las propiedades no esenciales y dando prioridad a los caracteres fundamentales. La noción, como también se le llama al concepto que tenemos de algo, es una manifestación en nuestra mente de ese elemento de la realidad y, como parte de la misma, es dinámica y evoluciona de acuerdo con el tiempo. De ahí que las formas de expresar los conceptos también cambien. Un concepto se puede definir de diversas maneras. El modo que sugerimos nos ha demostrado, en la práctica educativa, su eficacia. Lo importante es que los alumnos cuenten con una estrategia y que les permita, a partir de su comprensión del objeto de la definición y con su propio vocabulario, expresar científicamente la noción, o al menos con lógica. Para definir un concepto debemos orientar los siguientes pasos: 1. Precisar el determinante. 2. Enumerar los atributos. 3. Expresar el complemento Precisar el determinante Precisar el determinante significa ubicar el concepto objeto de definición en una categoría más general que lo contiene o abarca. El determinante responde a la pregunta qué es. Es un término que identifica la esencia de la noción que expresamos. Hay conceptos que admiten más de un determinante, y todos los podemos considerar como correctos. Por ejemplo, si queremos definir perro, podemos plantear que este es un animal; así, animal es uno de los posibles determinantes del concepto perro. Pero también podemos plantear las categorías ser viva, mamífero o cuadrúpedo, pues el perro en un cuadrúpedo. Se recomienda hacer una lluvia de ideas sobre los posibles determinantes del objeto de definición y después seleccionar al que consideremos más adecuado según el referente conceptual en que nos movemos. Enumerar los atributos Enumerar los atributos significa hacer una lista de los rasgos distintivos, cualidades o propiedades que caracterizan al objeto que tratamos de definir, los cuales responden a las preguntas cómo es, y qué lo hace ser como es y no otra cosa. Por ejemplo, si definimos mesa, podemos decir: la mesa es mueble; mueble es el determinante. Pero ese determinante lo tienen todos los demás muebles: la silla es un mueble, un librero es un mueble, etc. Los atributos son componentes en la expresión de un concepto que nos permiten distinguir conceptos cercanos que comparten un mismo determinante: La mesa es un mueble que tiene cuatro patas y una superficie plana sobre ellas. Los La silla es un mueble que tiene cuatro patas, asiento y respaldo. atributos especifican la noción que tenemos de algo. Cuantos más atributos enumeremos sobre el concepto, mejor lo definiremos; claro esté que primero hacemos la lista y de ella seleccionamos las características más distintivas. Expresar el complemento Expresar el complemento quiere decir explicar la utilidad, la importancia, o bien, las funciones del objeto que definiremos. El complemento responde a las preguntas por qué y para qué. Si es importante precisar un buen determinante y ser capaz de seleccionar los mejores atributos, también lo es plantear el complemento. Esta estrategia de definición de conceptos aplicada reiteradas veces (primero en equipos pequeños y después individualmente) da a los alumnos un procedimiento lógico fácil de incorporar para expresar correctamente su noción sobre diversos objetos de la realidad, y por extensión, una forma de pensar con rigor y exactitud. Al comienzo de la aplicación de esta estrategia se recomienda que en la definición del concepto se destaquen sus partes constitutivas determinante, atributos y complemento. Cuando ya no omitan ninguno de ellos es innecesario subrayarlos. Con la debida reiteración y entrenamiento, los alumnos se apropiarán de esta estrategia. Entonces seré bueno pedirles que expresen el concepto verbalmente sin escribir primero su definición. Construir un glosario Cada tema, capítulo, asignatura o disciplina tiene un conjunto de conceptos que le son propios y que constituyen su vocabulario. Muchas veces éste aparece como un glosario que forma parte del libro de texto, o bien, el docente lo proporciona a sus alumnos. Una mejor práctica resulta que, en equipo, los alumnos construyan (durante el curso o al final del mismo) el glosario de la asignatura; un requisito para ello es que el grupo sea capaz de seleccionar los términos clave y domine la estrategia de definición de conceptos. Los pasos para la construcción del glosario son: 1. Seleccionar los términos. 2. Distribuirlos entre los integrantes del o de los equipos. 3. Definir cada término. Hacer tantas aproximaciones como sea necesario hasta lograr una definición que, por consenso del equipo, sea la más correcta. 4. Colocar los términos definidos por riguroso orden alfabético. 5. Establecer la relación entre los términos indicando, después de la dentición dada, con cuál o cuáles se relaciona. PRESENTACIONES POWERPOINT El PowerPoint es una herramienta computacional para confeccionar presentaciones. En términos pedagógico es un visualizador de contenidos, como lo son los mapas mentales, los conceptuales y los organizadores de ideas. El PowerPoint tiene a su favor como visualizador que puede integrar además de lo visual a color y el texto escrito, imágenes en movimiento y sonido. Lo anterior requiere de conciliar alrededor de la idea a presentar y el propósito del trabajo, todos los recursos que lo integran, respetándose su código propio de comunicación. Sugerencias generales para la confección de una presentación PowerPoint Seleccione un template (plantilla) de un color de fondo y una textura que permita la lectura del mensaje sin dificultad. A veces lo que a nivel de pantalla de la computadora se lee correctamente, no resulta así al proyectarse, lo que impide leer adecuadamente el contenido. Cuide que el “template” seleccionado, además, esté acorde con la naturaleza de la presentación, el tema, el propósito, la audiencia, el tiempo disponible, la hora y el lugar. En los trabajos académicos y científicos, el fondo no debe conspirar (desviar la atención) con el rigor del tratamiento del contenido. Prefiera siempre el fondo poco “visto”, no empleado por otros. La novedad ayuda a la calidad de la presentación y a captar la atención de la audiencia en general. Seleccione el tipo y tamaño de la letra más conveniente, así como el color de la misma para una mejor presentación. Los títulos deben ser cortos e identificar el contenido de la diapositiva. Nombre las diapositivas con títulos sugerentes y creativos, que refuercen la intencionalidad del mensaje que cada una tiene por bloque y/o por si misma. Escriba un solo mensaje por diapositiva. Un mensaje es una idea corta y sintética, que resume mucha información procesada al respecto. En cada pantalla sólo debe aparecer una idea esencial, al final a modo de recapitulación, se vale presentar todos los elementos del contenido en una sola pantalla. No se pone punto (.) al final de las oraciones o textos de mensaje. Unifique según APA la presentación de los autores tanto en el desarrollo del trabajo como en las diapositivas dedicadas a la lista bibliográfica/referencia. Sólo haga referencia a los autores que más aportado al desarrollo del trabajo. Cuide que no sean más de autores o referencias las que aparezcan al final. ERRORES MÁS FRECUENTES DE LAS PRESENTACIONES POWERPOINT Mucho texto escrito por diapositiva (slide/pantalla). Se recomienda textos mensajes de alrededor de 25 palabras. Falta de declaración explícita del propósito de la presentación. Se recomienda que después de la pantalla de presentación (título, autor, institución, fecha), se dedique un slide al propósito del trabajo. Imágenes (fotografías, caricaturas) no acordes con el contenido del mensaje. Ausencia al final de un mensaje a manera de conclusión y “toma de posición” sobre el contenido tratado. Ausencia de los créditos como autor/autores, institución, fecha Errores ortográficos y de semántica. La estructuración de los mensajes Las presentaciones PowerPoint constituyen una valiosa tecnología en el presente como en su tiempo lo fueron el pizarrón, las diapositivas de proyectores, o las láminas de acetatos de retroproyector. Todos son recursos para visualizar contenidos. No sustituyen al libro o al artículo, ni al informe escrito, ni tampoco a la exposición verbal del presentador que, apoyándose en el recurso visual, logra una mejor comprensión del contenido. No es válido fotocopiar en una lámina de acetato la página de un libro y proyectar ésta en una pantalla, ni hablar y/0 exponer o leerla a partir de su proyección. De la misma forma no es válido en términos de comunicación visual confeccionar pantallas de PowerPoint repletas de texto escrito. Cada uno de éstos y otros recursos audiovisuales tienen un código propio de comunicación, eminentemente visual, que hay que respectar y que entre otras cosas exige la construcción de mensajes que proyectados, dan “pie” a la exposición, análisis, reflexión por parte del ponente y que dan muestra de una lógica del contenido, a la que el PowerPoint como componente visual contribuye a trasmitir. La estructura del mensaje que se plantea debe estar entre 20 a 30 palabras y en el mismo reconocerse fácilmente los componentes de toda oración/enunciado sujeto, verbo, atributos. VISUALIZACIÓN EDUCATIVA Visualizar significa ver una imagen mentalmente al cerrar los ojos, o bien, pensar en algo, imaginar que se esté mirando o tener la impresión de que se siente. La visualización se da en forma natural; es una capacidad en potencia que todos poseemos y que, cuanto más la practiquemos, mas se nos facilitara. La visualización educativa es una estrategia que implica desarrollar la imaginación, es decir, la habilidad de crear, o repasar una idea o imagen mental al dedicarse un tiempo especialmente a esto y con una finalidad educativa determinada. De ahí el carácter activo y también proactivo de los ejercicios de visualización educativa. Es un modo de comunicar o interrelacionar nuestra mente con nuestro cuerpo. Es el proceso de formación de imágenes realizada conscientemente y la trasmisión de éstas al cuerpo como señales y órdenes. Es, además, una técnica para desarrollar la creatividad. Se considera un medio pedagógico útil para profundizar en un tema, que se caracteriza por su forma de expresión no convencional y enfoque proactivo de la realidad. Entre otras razones, la visualización de lo aprendido permite: Enriquecer los conocimientos y las experiencias en proceso de adquisición. Reafirmar lo que aprendemos y hacerlo mucho mejor. Hacer consciente lo que está en proceso de incorporación mediante el aprendizaje. Obtener más experiencia vital. Ser más abiertos al cambio, incorporando otras vías de obtención de información. Crecer y desarrollarse. Auspiciar la creatividad y ser capaces de expresarla de diferentes maneras: grafica, dramática, escrita, mediante posturas y esculturas, mímica, lo que “vivimos”, etcétera. VISUALIZACIÓN GRÁFICA La visualización grafica constituye un medio y no un fin en sí mismo. No es un dibujo, ni se persigue una obra artísticamente terminada. Es una variante Consiste en más, un ejercicio entre otras, de de estimulación del visualización pensamiento educativa. lateral, es decir, creativo, mediante el cual se expresan gráficamente según lo concibe y percibe el autor los elementos y la relación entre éstos. Expresar gráficamente un problema ayuda considerablemente a penetrar en su esencia, a adueñarse de él y dominarlo; tomar conciencia de las partes, sus componentes y relaciones. La visualización gráfica se justifica como medio de expresión del pensamiento, entre otras razones porque las ideas que presentan son: Concretas. Definidas. Visibles. De fácil comprensión. Portadoras de mucha información (“vale más una imagen que mil palabras”). La visualización gráfica es útil para: Demostrar que existe una vía más de expresión del pensamiento. Subrayar la multiplicidad de enfoques y soluciones a una misma tarea. Destacar las variables implicadas en el problema que se soluciona. Conocer y comprender mejor el problema en su esencia. Superar ideas arquetípicas y supuestos muy generalizados. LÍNEAS DE TIEMPO Una línea de tiempo (Timeline, Time Scale) es un tipo de visualización grafica consistente en reflejar en una línea recta los antecedentes, el origen, evolución y tendencias de un evento histérico, un proceso social o científico, etcétera. Las líneas de tiempo constituyen una cronología gráfica (cronología del griego Ӽρονο cronos, tiempo y λοϒία logos, estudio) en que en el extremo izquierdo de la línea aparece el tiempo más remoto del fenómeno de referencia y en el extremo derecho de la línea la fecha actual, expresa preferentemente esta última en el año o mes. La finalidad de una línea de tiempo es presentar de modo gráfica las fechas y el orden de los acontecimientos alrededor de un hecho, evento, proceso, etc. Qué primero, antecedentes, origen, qué después, qué más tarda hasta el presente. Su confección y empleo nos permite comprender mejor un tópico ya que nos lo presenta en una perspectiva histérica dinámica que explica su desarrollo actual y perspectivo, tendencias. No hay suceso en la historia que no surja de otros que le hayan precedido y que no llegue a ser origen de otros más o menos importantes. Las unidades de tiempo de la cronología gráfica responderán a la naturaleza del fenómeno, evento, proceso que se visualiza así como al número de incidencias o hitos del mismo. En caso de que se cuente con un número muy grande de acontecimientos por reflejar, se seleccionan los más trascendentes sin considerar los restantes o bien incluyéndose entre uno y otro evento escogido como importante aunque escritos en letra de menor puntaje. Para la correcta confección de una línea de tiempo: Enlista previamente todos y cada uno de los eventos del proceso que intentas visualizar. Precisa la fecha de cada uno. Inicio y término. Selecciona de acuerdo con la antigüedad y número de eventos la unidad de tiempo más adecuada. Divide la línea en unidades equivalentes a la unidad de tiempo seleccionada. Considerar en la representación gráfica todos y cada uno de los “hitos” o eventos significativos que han ocurrido. Precisa qué tipo, dado la naturaleza del fenómeno que visualizas, emplearás. LOS MAPAS Como parte del concepto de visualización gráfica tenemos el de los organizadores de ideas, visualizadores gráficos o simplemente mapas. Son recursos para expresar gráficamente una noción, sus elementos componentes y la relación entre las ideas que las conforman o, en el mejor de los casos, sacar las ideas que tenemos dentro. Existe una diversidad muy grande de organizadores o mapas: los que son más profundos para expresar determinados contenidos, y aquéllos más apropiados para otro tipo de contenido. Conviene, al inicio, dar a los alumnos el visualizador más apropiado para su empleo; con el tiempo ellos podrán seleccionar un tipo, o bien, construir uno propio. También es recomendable que los estudiantes cooperen entre sí al principio en el empleo y la construcción del organizador, para más tarde hacerlo individualmente. Los mapas son recursos didácticos para hacer visible (visualizar) lo aprendido (comprendido). Son una representación gráfica explicita de los conceptos, y la percepción que tenemos de sus relaciones. Las justificaciones pueden ser múltiples, pero entre las importantes esta la necesidad que todos tenemos de organizar en nuestra mente lo que se aprende, para así comprenderlo de manera significativa. ESCRIBIR UN ENSAYO Existe una estrecha relación entre el pensamiento y lenguaje, plateada por Lev S. Vygotski, tanto entre pensamiento y lenguaje oral como entre pensamiento y lenguaje escrito. Escribir, según Vyostky, es pensar dos veces, de ahí que el ensayo sea una forma de dar muestra del procesamiento de la información realizado. El ensayo constituye una formidable estrategia para el desarrollo del pensamiento crítico y creativo de nuestros alumnos, y la redacción del mismo es un indicador del decursar y nivel de desarrollo de su pensamiento. El ensayo es un género literario, y un modo didáctico de expresar mediante la escritura una postura personal sobre un hecho o acontecimiento, una experiencia, una búsqueda personal al procesar una información. En el ámbito escolar al ensayo se le ha conocido con el nombre de composición. Escribir una composición en el nivel escolar elemental equivale a escribir un ensayo en niveles educativos superiores, 0 bien en el campo de la literatura formal. En esencia, el ensayo académico consiste en la expresión por escrito de un punto de vista personal y subjetivo sobre un tema, de forma libre y relativamente breve. El estilo de redacción en un ensayo en un lenguaje claro y preciso para que todos comprendan la afirmación que se hace, la idea que se quiere compartir, o la pregunta que uno formula y comparte con los demás para dar posibles respuestas o perspectivas mediante el ensayo. Alrededor de esa afirmación o de esa pregunta se plantean otras que permiten el desarrollo de las ideas personales del autor sobre el tema que se desarrolla. En el desarrollo del tema se emplean distintos recursos, como citar a autores de reconocido prestigio y actualidad de forma tal que apoyen las razones que empleamos para justificar las ideas o responder a la pregunta. El empleo de las comillas es otro recurso que hay que tener presente para evitar el plagio de ideas y contenidos que, como sabemos, está penado por leyes internacionales de derecho de autor, el llamado copyrigth. La conclusión o conclusiones son ideas generalizadoras que expresan una idea probada por las otras empleadas en el desarrollo del trabajo y que se proyectaron en la introducción del ensayo. Edición de un ensayo Una buena sugerencia que podemos hacer a nuestros alumnos para mejorar la redacción de sus ensayos es que los lean en voz alta y se autocorrijan. La edición de un ensayo es una estrategia muy útil de aprendizaje cooperativo para estimular la evaluación entre compañeros, siempre a partir del conocimiento previo por parte de todos los miembros del grupo de los criterios que se seguirán para la revisión del trabajo. En esencia, la edición de un ensayo consiste en que dos alumnos seleccionados al azar intercambien su trabajo, en este caso su ensayo, y a partir de los criterios orientados cada uno revise el trabajo del otro y compartan puntos de vista y reflexiones sobre el proceso y los resultados de la tarea realizada. Se sugiere que cada uno de los editores del ensayo entregue por escrito su valoración la cual, como debemos puntualizarles, es mucho más que los puntos que se obtienen al multiplicar el número de criterios de la rúbrica por las posiciones obtenidas por el compañero. Para la correcta evaluación de un ensayo es importante tomar en cuenta, entre otros, cinco importantes aspectos: la presentación del documento y la organización en cuanto a sus elementos esenciales (identificación o presentación, afirmación o pregunta de referencia para el desarrollo del trabajo, justificación del tema de la afirmación principal o de la pregunta, y empleo adecuado del vocabulario). Para la evaluación de los ensayos se suele emplear rúbricas de modo tal que al conocer el alumno los criterios de calidad por los que se le evaluara, esto le ayude a realizar cada vez mejor su trabajo. En resumen, el ensayo académico o escolar es una estrategia que permite al estudiante expresar por escrito sus ideas alrededor de un problema, situación o evento, y que estimula el desarrollo de su pensamiento crítico y creativo. Desde luego debe ajustarse al desarrollo del pensamiento y de ciertos hábitos de trabajo profesional. VALORACIÓN CRÍTICA Es el proceso mediante el cual se construye un juicio de valor personal sobre algo o alguien. Para la obtención de ese juicio de valor es necesario tener presente: El contexto, tiempo y espacio. El propósito, manifiesto o latente. La orientación/concepción técnica. Y además: Destacar elementos (positivos y negativos). Contrastar en relación con la posición adoptada sobre algo conocido. Destacar lo “rescatable” posible de emplear. Las características de una buena valoración crítica son: Ponderación/equilibrio Destacar lo positivo y lo negativo Contextualización Ubicar en el tiempo y en el espacio. MI LIBRO FAVORITO Es costumbre tener un libro de cabecera o de guía de la posición que adoptamos y seguimos sobre un tema en cuestión. O bien que nos permita durante un tiempo ir construyendo nuestra propia posición sobre un tópico de importancia para nuestra vida o profesión. La estrategia “Mi libro favorito” tiene la intención de interesar al estudiante con una obra o que resuma o distinta con totalmente bien plantea relación al una curso o perspectiva uno de sus parcial temas. Entre las sugerencias a darles a los estudiantes esta: 1. Explorar en librerías y bibliotecas, así como en sitios electrónicos sobre literatura reciente en el tema. 2. Indagar con colegas y amigos sobre literatura reciente alrededor del asunto planteado. Conversa con ellos sobre el tema. Solicítales sugerencias sobre fuentes autorizadas en la temática. 3. Seleccionar un libro 4. Leer la obra, al menos una lectura global que te permita realizar una valoración crítica de la misma. 5. Confecciona dos fichas sobre el libro: una del autor, otra del contenido. 6. Presentar el libro y las fichas elaboradas en la sesión convocada para el análisis del libro favorito. 7. Prepárate para presentar tu libro favorito en 3 a minutos entregar las dos fichas confeccionadas, o bien el ensayo solicitado como evidencia del trabajo realizado. VALORACIÓN CRÍTICA AL LEER LA OBRA Una valoración crítica es tener un juicio de valor sobre lo expresado en este caso por el autor en el libro leído. En qué medida y a partir del referente de conocimientos, experiencias y valores que tenemos aceptamos total o parcialmente o bien rechazamos la tesis del autor. El juicio de valor se sintetiza en uno o varios párrafos en que con precisión. 1. Destacamos la actualidad y trascendencia de la tesis expuesta por el autor. 2. Resaltamos en qué medida está claramente expuesta la tesis. 3. Precisamos los argumentos y explicaciones en que el autor fundamenta su tesis. En qué medida son válidos y suficientes para tener presente esa tesis o bien aceptarla totalmente. RESEÑA CIENTIFICA Una reseña es una breve presentación y valoración de una obra. Es un texto escrito que se clasifica como perteneciente al género de opinión, en la que un conocedor de la materia nos brinda un resumen y valoración de una obra. También forma parte del género de opinión el editorial, por ejemplo de un periódico, una reseña critica cinematográfica de una revista, un comentario en un blog, o bien un artículo sobre un evento o acontecimiento social, cultural o político. Así de vasto es este género en el cual se ubica la reseña de un libro o artículo científico. Lo común entre todos los tipos de reseña es que una persona, el autor de la reseña, manifiesta abiertamente sus consideraciones valorativas sobre una obra. La reseña de un trabajo científico exige ante todo la precisión del objeto de valoración. Valorar es dar un juicio de valor y para ello es necesario entre otras cosas tener presente en cuanto a la obra que se evalúa: Contexto: tiempo y espacio. Propósito manifiesto y/o latente. Orientación/concepción teórica. Destacar elementos: positivos y negativos. Contrastar con relación a la posición tomada sobre algo conocido. Destacar lo “rescatable”, posible de emplear. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA Una vía de procesamiento de la información es la revisión de la literatura científica disponible sobre un tema tanto en fuentes electrónicas momento explorar como impresas. La revisión bibliográfica consiste en un primer y encontrar sobre un tópico fuentes para consultar sobre el tema digamos de la próxima lección, o bien del tema que estamos desarrollando o como parte de lo necesario para realizar y continuar profundizando en el tema, o realizar un trabajo como bien puede ser un ensayo, la toma de una decisión, la realización de la propuesta de un proyecto, etc. Los diccionarios y enciclopedias, los libros y revistas científicas, los documentos oficiales y periódicos impresos, así como las bases electrónicas de datos acreditadas pueden ser los recursos disponibles para iniciar la búsqueda, selección y planteamiento de una lista de fuentes para el trabajo por realizar. N0 se descarta el empleo de buscadores comerciales como Yahoo, Google, Altavista o Wikipedia entre otros aunque debemos estar conscientes de que no toda la información disponible en esos buscadores es realmente confiable. La revisión de la literatura termina su primera fase con la confección de fichas bibliográficas y de contenido textual o de resumen, tantas como hayan sido orientadas o bien permitan ofrecer un panorama lo más completo y actual de la temática en cuestión (estado del arte). Entre algunas de las sugerencias que hay que tener presente para la revisión de la literatura están: 1. Enmarcar el problema en un tema, uno o varios tópicos, una teoría científica o corriente de pensamiento científica. 2. Localizar los líderes científicos que trabajan el tema, el tópico, la teoría o corriente de pensamiento. 3. Entender por líderes de opinión científica aquellos hombres o mujeres que sobre el tema en cuestión realizan investigaciones, publican frecuentemente sobre el tema, asisten a congresos, tienen seguidores y, lo más importante, han hecho propuesta de cambio o transformación de la realidad con algún aporte. 4. Localizar las instituciones, asociaciones y publicaciones arbitradas/referenciadas líderes en el tema en cuestión. 5. Precisar si es el caso, la existencia de una teoría o posición científica “clásica” que antecede a las actuales corrientes de pensamiento científica sobre el tema de la revisión bibliográfica. 6. Localizar al menos un antagónico de la teoría, pensamiento o planteamiento teórico básico que se enfatiza. 7. Confeccionar tantas fichas de contenidos (textuales o de resumen y bibliográficas como sean necesarios. CAPÍTULO 9 ESTRATEGIAS DIDACTICAS DEL MOMENTO R; RECAPITULACION DE LO QUE SE APRENDE Juan Amos Comenio (1592-1670), destacado educador y pedagogo nacido en Moravia (actualmente Republica Checa), escribió en 1632 su obra didáctica magna, en cuyo prologo define a la didáctica como la ciencia que permite “enseñar todo a todos”. En esta y en otras de sus tantas obras Comenio, gestor y desarrollador de la didáctica, hace reiteradas referencias a una función de todo buen docente; la recapitulación Desde entonces, en las más diversas fuentes educativas se hace alusión a la recapitulación como una función didáctica que debe cumplirse en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Recapitular equivale a recordar, repasar, volver sobre lo tratado, precisar lo expuesto, recuperar lo examinado. Desde el punto de vista didáctico, recapitular consiste en exponer de forma sintética, sumaria y ordenada lo que se ha expresado con anterioridad. La recapitulación es la función didáctica que activa los procesos psicológicos superiores que posibilitan el repaso de lo ya visto, enriqueciéndolo y ampliándolo, lo que favorece su integración a la estructura cognoscitiva del sujeto. Así, la recapitulación contrarresta el olvido que, como fenómeno natural, actúa borrando adquisiciones y vivencias del proceso del aprendizaje. El olvido está íntimamente relacionado con el proceso psíquico de la memoria. La memoria es la capacidad para evocar lo aprendido; por el contrario, el olvido es la incapacidad de recordar total o parcialmente lo almacenado en la memoria. Ambos se dan como una unidad dialéctica de contrarios en la que la retención de lo aprendido es mayor en la medida en que se realiza en clase la recapitulación de lo que se aprende, y viceversa. La recapitulación se justifica, entre otras razones por que lo que no se recuerda o ejercita se debilita con el tiempo, y puede llegar a perderse totalmente, y además por que deben reforzarse los mecanismos de motivación para próximos aprendizajes. A diferencia de lo planeado por la didáctica tradicional, el aprendizaje cooperativo estipula que, más que el maestro, el que tiene que recapitular es el alumno. Por su puesto que el docente debe, como parte como parte de su planeación de su clase, considerar el o los momentos de recapitulación necesarios; más aún, debe seleccionar la estrategia más adecuada y organizar la situación de aprendizaje que permita desarrollarla como parte importante de la lección La situación de aprendizaje organizada para recapitular puede ser individual (en la que cada alumno retome lo que aprende) o por equipo, en cualquier modalidad (dúos, tríos, cuartetos o grupos base), o bien, en un primer momento puede ser individual y en otros posteriores, colectiva. Según el aprendizaje cooperativo, el momento de recapitulación debe ser múltiple en una lección y se justifica al inicio, durante la clase y al final de la misma, de acuerdo- entre otros factores – con el tema, su posición en el programa y con el objetivo de enseñanza. Dado el carácter de sistema de una clase , el momento de recapitular tiene puntos de contacto con el de orientación de la atención y con el momento de reflexión , sin duda alguna, determinadas estrategias para orientar la atención de los alumnos en la clase cumplen con la función de recapitulación, al menos parcialmente: también las estrategias para el desarrollo de la Meta cognición , del sentido y significado y la transferencia (SSMT) propias del momento de reflexión, permiten la recapitulación de lo que se aprende. Recordemos que la didáctica, al igual que en otras ares del conocimiento, establecemos convencionalmente aspectos que conforman el objeto de estudio; lo denominamos para reconocerlo, comprenderlo y actuar consecuentemente pero, en sí, forman parte de una unidad en desarrollo. La lección es un proceso continuo que tienen un inicio y un final; en su desarrollo ocurren múltiples momentos interrelacionados que implican la actividad y la comunicación de los comprometidos en él. Con lo anterior se justifican los vínculos entre los momentos de una lección, entre ellos el de recapitulación, así como el de orientación de la atención y el de reflexión (SSMT). La escuela tradicional estimulaba el desarrollo de la memoria reproductiva también conocida como memoria de fijación. Para ello, se orientaba al alumno a repetir un contenido tal cual el maestro lo enseñaba y aparecía en el libro de texto. Pero las condiciones de vida en la actualidad son otras .La revolución tecnológica ha traído consigo, entre otras cosas, la disponibilidad de un cumulo de información tan grande que resulta imposible memorizar todo el bagaje científico y cultural disponible sobre un tema u otro. La escuela actual, más que estimular la fijación mediante la memorización mecánica de repetición, se plantea la memoria de comprensión, es decir, aquella que se logra mediante las relaciones que se establecen entre el tópico ya aprendido con otros antes estudiados y con experiencias intereses que se tienen .las estrategias del momento R del método ELI estimulan el desarrollo consciente de la memoria, función psicológica imprescindible para aprender de forma permanente. EXPONER Y PREGUNTAR Una posible estrategia para recapitular consiste en hacer una breve exposición de lo que se aprende , de forma tal que se recuerde lo tratado, buscando vincular los nuevos elementos con los que ya se poseen para la sistematización del conocimiento; preferentemente , tal exposición la debe realizar un alumno , o bien, un equipo seleccionado para ello. La exposición recapitulativa se diferencia de la minilección (del momento de orientación de la atención) en que la primera va dirigida a recuperar lo más significativo de la clase, mientras, que el propósito fundamental de la segunda es que presente al alumno un marco de referencias que le permita estructurar el conocimiento. Otra estrategia “clásica” de la recapitulación es la pregunta que el profesor hace a sus alumnos acerca del tema, ya sea al inicio, durante el desarrollo o al final de la clase. Las preguntas son un recurso metodológico que facilitan la comunicación docentealumno, que se da, entre otros factores - `por la retroalimentación y el refuerzo que produce. Cuando la pregunta se emplea como estrategia de recapitulación, más que una pregunta debe ser un sistema de preguntas elaboradas con anterioridad por el maestro como parte de la planeación de su clase .En ninguna circunstancia se justifica la improvisación aunque, a partir de seleccionar una u otra para su empleo, es válida su reacción según las condiciones. Las preguntas como estrategia del momento R, deben distinguirse de algunos otros tipos de cuestionamiento realizados para otros propósitos. Las preguntas para recapitular buscan recuperar lo que se está aprendiendo, algunas –las primeras –pueden ser tan abiertas como podamos pos ejemplo “¿Qué aprendiste? Pero otras deben interrogar para precisar lo que debe aprenderse. La capacidad para preguntar con acierto se ha denominado arte de preguntar. Algunos docentes tienen, de modo natural, esa facilidad. Preguntar es una competencia profesional posible de desarrollar con el entrenamiento adecuado. No es fácil, es cierto, pero resulta necesaria para enseñar. Estamos hablando de recapitulación y, por tanto, las preguntas que nos interesan son aquellas que nos permiten estimular en los alumnos el recuerdo y, más aun, la asociación de ideas y la sistematización del conocimiento. Pero, como sabemos, hay preguntas que nos permiten en clase cumplir con muchas otras funciones didácticas. Recordemos que el método socrático, y por ende todo aquel modelo didáctico inspirado a Sócrates, convierte a la pregunta en el recurso didáctico por excelencia en el desarrollo de la lección. La pregunta no debe sorprender al educando, pues no se trata de convertirla en un mecanismo de coerción o de represión. OTRAS ESTRATEGIAS DE RECAPITULACION Al igual que todo proceso de aprendizaje, el momento R, es más eficaz cuando lo eminentemente intelectual, objeto del aprendizaje, se vincula con algo afectivo. De ahí que debemos emplear estrategias que expresen la unidad de lo cognitivo y lo afectivo, por ejemplo, al finalizar la lección podemos pedir a los alumnos que en una hoja de su cuaderno dibujen su corazón, e grande, y que en el escriban que se llevan en el corazón lo estudiado ese día. Algunas de las estrategias que podemos emplear para recapitular la lección anterior o la lección que termina son: 1. Recordar y escribir, o bien, decir algo importante, posible de aplicar, o para profundizar. 2. Hacer un resumen de lo escrito acerca de la clase. 3. Enumerar los temas tratados en la sesión de ese día o del anterior. 4. Escribir todo lo que se aprendió sobre el tema. 5. Escribir, sin “levantar” el lápiz del papel. 6. Escribir con la mano izquierda, o derecha (si es surdo), con el fin de que el alumno, al tratar de anotar algo con la mano no entre nada, se detenga a pensar sobre lo que va a escribir. 7. Elaborar el texto de un correo electrónico para enviársela a una persona conocida. 8. Expresar con un dibujo, una frase, un movimiento corporal, un símbolo o gestos, lo aprendido en clase. 9. Completar frases como “me voy con la satisfacción de…” “y con la duda de…” 10. Dibujar en la mente y escribir que piensa el alumno sobre el tema estudiado o algunos de sus tópicos en particular. 11. Dibujar una moneda y escribir en una de sus caras lo aprendido en la otra lo posible de aplicar de inmediato. 12. Realizar un “chat presencial” (ósea, conversación entre colegas sobre el tema o un tópico del mismo). Los ejercicios de recapitulación son breves .en promedio tienen una duración de tres o cinco minutos, no más, y deben “sorprender” al alumno por su verdad, ser distintos en cada oportunidad, aunque es válido repetir algunos, aquellos que más gusten o mejores resultados demuestren tener en cuanto a la recuperación dinámica de lo aprendido. La recapitulación es una reiteración que el maestro induce (para que el estudiante la realice en forma individual y en equipo) con la intención de fijar en la memoria, de manera comprensiva, lo que se está aprendiendo. Es o debe ser una repetición distinta, con un marcado interés en lo lúdico. El aprendizaje es un proceso y, como tal, consta de etapas que se dan en condiciones necesarias para las siguientes, y así sucesivamente. La recapitulación ayuda a que estas etapas del proceso de aprendizaje se den sucesivamente y en complejidad creciente en otras palabras, que se relacionen unas con otras al establecerse vínculos esenciales entre ellas, permitiendo una mejor comprensión y, poco a poco, la sistematización de lo que se está aprendiendo. Según el nivel escolar hay que recapitular cada cierto tiempo. En general, se plantea la necesidad de un breve repasó cada 10 minutos. La forma en que se realiza depende de muchos factores, entre los cuales se encuentran el objetivo de enseñanza, la naturaleza del contenido de aprendizaje, las condiciones de trabajo, el entrenamiento de los alumnos en un tipo determinado de ejercicios, etcétera. Otras formas de realizar el repaso de lo aprendido son mediante: Sopas de letras Crucigramas. Rompecabezas Cuando los alumnos regresan de un periodo de vacaciones, o bien, de un fin de semana “largo”, es válido hacer una recapitulación más prolongada, de modo que se retome lo necesario para continuar, además de conformar una base de conocimientos en acción que facilite la construcción del conocimiento. INVENTARIO DE LO APRENDIDO Cada cierto tiempo (al término de una unidad, al mes de clase o al final del semestre, curso, etc.) se puede realizar un inventario de lo aprendido. Hay que orientar a los alumnos a hacerlo, primero individualmente (¿Qué tengo, qué he aprendido…?). Deben enumerar, mediante enunciados cortos, las adquisiciones que después compartirían con sus compañeros. Otro formato posible de inventario es aquel en el que el alumno enumera conocimientos, habilidades, actitudes y valores. Para ello, puede seguir, por ejemplo, estas instrucciones: 1. Revisar los apuntes. 2. Repasar los materiales entregados. 3. Reflexionar sobre lo aprendido y la forma en que no lo hemos apropiado. 4. Auxiliándose de los puntos siguientes, responder a la pregunta, “¿Qué aprendí en este periodo?”: Relacionar conocimientos aprendidos (conceptos, teorías, modelos, principios e ideas esenciales). Revisar habilidades inducidas para su desarrollo. Repasar actitudes y valores en los que hemos insistido. Hacer una lista de interrogantes, dudas e inquietudes (relacionadas con el tema) surgidas al concluir el taller. Entregar en un documento (de dos a tres cuartillas de extensión) el resultado de esta evaluación. RELATORÍA ACADÉMICA Una relatoría es un género literario; la relatoría académica es una variante mediante la cual los estudiantes informan sobre el resultado de una actividad de estudio. La elaboración de una relatoría les proporciona a los estudiantes la oportunidad de leer, hacer análisis y síntesis, generalización y abstracción, proyectar el pensamiento y proponer ideas nuevas a partir de las fuentes consultadas. La relatoría es, una esencia, un documento escrito que expresa en resumen los resultados de una reunión a la que asistió, el procesamiento de la información de documentos realizada por miembros de un equipo, un foro discusión, entrevistas realizadas, etcétera. Ahora bien, la relatoría no equivale a “cortar y pegar”, ni a enlistar opiniones unas tras otras y al final expresar una idea vacua sobre el tópico de la relatoría. La elaboración de una relatoría exige operaciones cognitivas como el análisis de las aportaciones realizadas, la síntesis o planteamiento de lo esencial de cada una de las aportaciones, la generalización o expresión de lo común y mayormente expresado en las fuentes y, por supuesto la abstracción de elementos secundarios o ajenos a la agenda inicial de puntos considerados para la discusión. La elaboración de una buena relatoría exige, además, la organización de la información relevante aportada por los participantes en el orden de ideas prestablecido al inicio o bien dado por los participantes en otro orden, pero que se ajuste y no se pierda el foco de la discusión. Para escribir la relatoría se recomienda el análisis previo y a profundidad de las fuentes, por ejemplo, en el caso de la relatoría en participación en clase o en un foro de discusión, todas y cada una de las participaciones y, a partir de ello reflexionar sobre qué aporta cada una para responder, esclarecer, solucionar una interrogante o caso planteado. También puede hacerse la relatoría de una visita a una fábrica o del encuentro del grupo con un experto, etcétera. En tal sentido, es necesario destacar en el texto de las participaciones la idea o ideas relevantes planteadas por cada uno, los conceptos claves aportados, la argumentación sustentada, etc. De modo que esta forma de trabajo intelectual haga surgir en nuestra mente una idea general (tesis) que se planteará como hilo conductor del resumen que elaboraremos. El informe escrito resultante se caracteriza por ser breve en extensión. 1 o 2 hojas, siempre en proporción al número de participaciones, puntos de la agenda y tiempo del evento que se resume en el documento. Otra peculiaridad de una buena relatoría es su precisión y ajuste a los puntos cubiertos en la reunión, el foro, etc. Se sugiere escribirlo con letra Arial 12 espacio y medio, y redactarlo en tercer persona del singular (se discutió sobre…), o bien del plural (nos interesó…) La estructura de la relatoría tiene los siguientes elementos: Portada y/o encabezamiento de presentación, asunto, lugar, fecha, autor. Antecedentes o introducción. Planteamiento del tema. Al final se adjunta como anexos tantas evidencias como sean necesarias para ampliar y argumentar el contenido del informe. La relatoría académica es un formidable ejercicio de recapitulación de la actividad realizada que puede publicarse en un blog o wiki o bien enviarse a los miembros del grupo mediante el correo electrónico, o sencillamente hacer copia y distribuir en clase a los participantes. CAPÍTULO 10 ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS DEL MOMENTO E: LA EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES Todos los momentos del método ELI aportan experiencias de aprendizaje tanto a los alumnos como a los maestros. El momento E dedicado a la evaluación no es una excepción. Evaluar es dar un juicio de valor sobre algo o alguien. Constantemente estamos evaluando, conscientemente o no, todo lo que nos rodea, e incluso lo hacemos también sobre nosotros mismos, como nos sentimos, nos “vemos”, etcétera. Si bien, es muy cierto que en la vida diaria evaluamos todo de manera continua, a veces sin darnos cuenta, sin tomar conciencia plena de ello, también es verdad que en la actividad escolar hay que realizarlo de forma consciente. En educación todo se evalúa y hay que hacerlo continuamente y con rigor. Por ejemplo, distintas instituciones internacionales como la UNESCO, la CEPAL y el Banco Mundial, solo por mencionar algunas, acostumbran cada cierto tiempo evaluar la educación de un país, estado o región mediante indicadores como la alfabetización, la retención escolar, etc. Los propios gobiernos evalúan su acción educativa. Hay otros tipos de evaluación educativa; por ejemplo, aquella cuyo objeto de valoración es la institución escolar en su conjunto. Para ello, se consideran indicadores como la relación docente-alumnos, número de educandos por grupo, equipos de cómputo por estudiante, y otros indicadores seleccionados según la institución que evalúa y el propósito de ésta. Otros tipos de evaluación educativa son los que evalúan el currículo escolar, al docente, al alumno como persona humana y, por supuesto, su aprendizaje. Nos interesa hacer énfasis en la evaluación de los aprendizajes de los alumnos en el proceso de enseñanza. En la evaluación de los aprendizajes, lo que se valora es lo que los educandos aprenden y como lo hacen. El aprendizaje, desde la perspectiva del aprendizaje cooperativo, se concibe como un proceso de elaboración conjunta en el cual todos los partidos se asumen como parte activa y responsable y cooperan entre sí dentro del grupo. Pensar que la evaluación de los aprendizajes es la aplicación de un examen y por extensión su calificación, es reduccionismo. Es simplificar algo complejo a uno o varios de sus componentes, que probablemente no sean los fundamentales. Evaluar el aprendizaje de los alumnos es mucho más que la medición que se pretende con un examen y que se expresa mediante una calificación que permite acreditar ante la sociedad, que un alumno aprendió lo que debe aprender en un grado o nivel. Desde la perspectiva del aprendizaje cooperativo, la evaluación tiene, como toda moneda, dos caras: una predominantemente académica e individual y otra social y grupal. En unidad dialéctica es como se da el desarrollo humano integralmente. LISTAS DE CHEQUEO La lista de chequeo (checklists) es un instrumento de valoración para precisar la presencia o ausencia de elementos o acciones de un proceso 0 actividad. Las listas de chequeo se emplean con frecuencia y desde hace mucho tiempo, en sectores tan diferentes entre sí como la medicina, la mecánica, la aviación, y la geología. Siempre en actividades en las que se requiere evaluar la presencia o ausencia en un momento dado, de pasos de un proceso, componentes de un fenómeno o equipo, acciones de una actividad, pasos de una planificación, etcétera. El empleo de la lista de chequeo en la educación no es reciente, aunque la difusión de su utilidad entre maestros y profesores no está muy extendida. Algunos autores (Costa, 2008, Ferreiro, 2009) la recomiendan como una herramienta muy útil de la evaluación formativa de los estudiantes, siempre y cuando los indicadores seleccionados sean los esenciales y guíen la acción y el desarrollo. Se sugiere que los propios estudiantes a partir de una experiencia de aprendizaje seleccionen los indicadores (criterios, parámetros, elementos o componentes) del objeto en cuestión y construyan la lista de chequeo. Una lluvia de ideas entre los miembros de un equipo puede ser el primer paso para la construcción de una lista de chequeo. Los indicadores se establecen según el caso, a partir de observaciones realizadas, procesamiento de la información de diversas fuentes, intercambio de experiencias entre colegas, sin que una u otra de las antes mencionadas sea excluyente. Todo es útil para hacer un inventario de lo que debe contener, hacerse, tenerse presente o bien según la naturaleza del objeto de estudio los componentes que lo constituyen. Otro aspecto clave en la construcción de la lista de chequeo es el orden de presentación de los criterios (ítem). Por ejemplo, para aquellos fenómenos en que el tiempo es factor fundamental el ordenamiento según la unidad de tiempo seleccionada debe ser rigurosa. Es decir, qué primero, qué le sigue, qué después. UN “NUEVO” RECURSO PARA EVALUAR: EL PORTAFOLIO La carpeta o portafolio educativo es un contenedor de documentos que proporciona evidencias del aprendizaje de los alumnos. No es un simple álbum o colección de trabajos; es algo más: un proceso de recopilación, selección, organización e integración de evidencias en relación con una finalidad u objetivo preestablecido. Claro que también es un resultado cuando el portafolio se termina y se pone a consideración de otros, fundamentalmente del maestro. Peculiaridades de un portafolio 1. Es personal. 2. Tiene una finalidad educativa previamente establecida vinculada al curso, una asignatura, un tema o experiencia de aprendizaje determinada. 3. Es integrativo, ya que incluye evidencias de aprendizaje relacionadas entre sí y con la finalidad educativa preestablecida. 4. En su confección se emplean diversas fuentes. 5. Debe permitir la reflexión. El elemento fundamental del portafolio está constituido por evidencias que el alumno selecciona y presenta en el mismo de manera organizada. Hay varios tipos de evidencias, entre ellas: Las constancias, también llamadas artefactos, consistentes en los trabajos producidos en clase. Las reproducciones, que son los documentos realizados por el alumno relacionados con los temas aprendidos en clase, pero que no constituyen trabajos de clase, aunque los enriquecen. Los atestados, es decir, documentos que avalan el trabajo del alumno preparados por otras personas; pueden ser comentarios de su maestro, otro(s) docente(s), compañeros de salón o de otras personas relacionadas con el proceso formativo del estudiante. Las producciones, documentos que son preparados específicamente para darle forma y sentido al portafolio. EL DIARIO DEL EQUIPO Otra estrategia es el diario del trabajo en equipo, en el que además de registrarse con la precisión de un reporte, fecha, tarea, miembros y roles de los integrantes del equipo, se anota el proceso: actividades realizadas, su resultado y la evaluación de las contribuciones efectuadas por cada uno de los participantes. Estos diarios o carpetas pueden ser un componente del sistema general de evaluación y se les dedica un porcentaje de la calificación final. LA CALIFICACIÓN COMPARTIDA Es otra estrategia empleada para evaluar el trabajo en equipo cooperativo. Recordemos que calificar es asignar un número de una escala, que puede ser de dos a 10, donde este último es la calificación mayor; o bien una escala de tres letras, A, B, C, donde la A es la máxima calificación. Otra variante de lo anterior es una escala de expresiones como excelente, muy bien, bien, regular y deficiente. REFLEXIÓN GRUPAL Esta consiste en dedicar un momento, cada cierto tiempo, al finalizar la sesión de trabajo, para que el grupo piense en voz alta cuales fueron las condiciones que favorecieron o infirieron el cumplimiento de la tarea o la consecución de los objetivos de la clase, de manera que cada quien tome las medidas pertinentes para facilitar en el futuro el aprendizaje grupal. La evaluación del funcionamiento de los equipos estables es conveniente cada cierto tiempo. Los equipos estables son aquéllos con identidad propia: nombre, eslogan, logo y, por supuesto, normas de comportamiento grupal. Valorar el grado de cumplimiento de cada miembro del grupo a partir de las reglas de actuación que ellos establecieron por consenso, es un extraordinario recurso de evaluación. CAPITULO 11 ESTRATEGIAS DIDACTICAS DEL MOMENTO I: LA INTERDEPENDENCIA SOCIAL POSITIVA. El aprendizaje cooperativo también se conoce como aprendizaje entre colegas por la importancia que se le da, en la tarea de aprender, a la función de las relaciones interpersonales de los miembros de un grupo. Una de las principales diferencias entre el aprendizaje cooperativo y el aprendizaje grupal radica, precisamente, en la interdependencia que fomenta entre los integrantes de una clase. Para varios autores, entre ellos los hermanos David y Roger W. Johnson, las relaciones entre las personas para aprender a resolver una tarea, tomar una decisión, acometer un proyecto, son fundamentalmente de tres tipos: Dependencia Independencia Interdependencia DEPENDENCIA. El alumno necesita siempre de otra persona para efectuar la tarea; si no recibe ayuda no es capaz de realizarla. El novel de desarrollo cognoscitivo y también de su voluntad no le permite pensar por sí mismo, al menos no en el nivel de exigencia que demanda la actividad. INDEPENDENCIA. El alumno tiene el nivel de desarrollo de los procesos cognoscitivos y volitivos que le permiten afrontar, por sí mismo y con éxito, la tarea asignada; más aún, disfruta su realización y el resultado que obtiene, lo que no significa que para llegar a realizarla independientemente no requiera una pequeña ayuda. La educación y la enseñanza, tanto en el hogar como en la escuela, deben orientarse precisamente la independencia cognitiva y afectiva que le permita al niño, adolescente y joven ser competente en diferentes condiciones de realización. Pero la sociedad contemporánea por una parte y la propia naturaleza humana, plantean la necesidad de las relaciones entre las personas para crecer, ser felices y transcender. INTERDEPENDENCIA. El alumno, debido a su convivencia con otros, tanto en su familia como en la escuela y en otros grupos, desarrolla la necesidad del intercambio con coetáneos y con personas mayores a él. Estas relaciones constituyen la condición y la fuente de su crecimiento. Somos seres con necesidades, pero también de aportaciones, y en ese dar y recibir reciproco esta la base de la construcción del conocimiento y también de la personalidad. Durante su desarrollo ontogénico el ser humano debe moverse de posiciones de dependencia a relaciones de interdependencia, teniendo estas como premisa, por supuesto, el que sea lo suficientemente independiente para hacerle frente a una situación determinada. Debido a su estrategia de enseñanza, el aprendizaje cooperativo aumenta la actividad de los alumnos en clase y además (y es esto posiblemente lo más importante) diversifica la forma en que ellos participan, al favorecer el desarrollo de los cerebros izquierdo y derecho (que sabemos, son el sustrato neurofisiológico de los distintos procesos y funciones psicológicos) de manera tal que pueda lograrse un desarrollo personal integral. Por su forma de organizar el proceso de enseñanza, la escuela tradicional solo o casi solamente influye en el desarrollo del hemisferio cerebral izquierdo, base del pensamiento lógico; sin embargo, pese a la gran importancia de este, las exigencias sociales contemporáneas y la necesidad de lograr un desarrollo integral como persona humana demandan el desarrollo del otro hemisferio, el derecho. Como ya lo dijimos en el capítulo 3, Roger Wolcott Sperry (1913 – 1994) mostro evidencias sobre el trabajo especializado que realiza cada hemisferio cerebral, por lo que a partir de sus investigaciones se habla de cerebros derecho e izquierdo. Investigaciones posteriores han demostrado como las distintas estrategias de enseñanza del aprendizaje cooperativo influyen en uno u otro, o en ambos cerebros a la vez. Más Tarde, William E. “Ned” Herrman (1922 – 1999) planteo la existencia de cuatro cerebros y de este descubrimiento se deriva toda una serie de implicaciones educativas en cuanto a la necesidad de emplear diferentes estrategias de enseñanza no solo para lograr un aprendizaje más activo, dinámico y agradable (lo cual es legítimo), sino también para proporcionar un desarrollo integral de los educandos. La interdependencia social positiva es la relación que se establece ente los alumnos de un grupo para compartir procesos y resultados de su actividad escolar, lo que no significa, de manera alguna, que en todo momento de la clase permanezcan trabajando en equipo. La relación de interdependencia, tan favorable para el desarrollo infantil, no debe inhibir el desarrollo de la independencia de todo sujeto que aprende. La interdependencia supone un buen nivel de desarrollo de la independencia de los miembros del equipo y es precisamente esta la que hace que el intercambio y la cooperación aporten, en lo individual y en lo grupal, mayor crecimiento y también satisfacción. Sin embargo, ello exige que los alumnos desarrollen habilidades sociales que lo faciliten y hagan posible. TIPOS DE INTERDEPENDENCIA SOCIAL. Los hermanos D y R Johnson de la universidad de Minnesota, son autores de la teoría de interdependencia social en la que se plantean diferentes modos de compartir y desarrollar la cooperación entre los miembros de un equipo. A continuación, aparecen algunas de ellas, léelas con suma atención cada tipo de interdependencia. Localiza la fuente en Internet para tener mayor información al respecto. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. TIPOS DE INTERDEPENDENCIA Compartir los objetivos y metas de aprendizaje en equipo. Compartir los recursos necesarios para el desarrollo del trabajo en equipo como: - Materiales. - Información. Compartir el reconocimiento por el trabajo realizado premio/felicitaciones. Compartir las responsabilidades del trabajo en equipo/funciones por realizar/roles por desempeñar. Compartir el desarrollo del trabajo. La tarea asignada/división social del trabajo. Cada miembro del equipo aporta a la realización del trabajo en equipo. Compartir la identidad del equipo: lo que lo hace ser equipo, funcionar como tal y dar resultados. Compartir las posibles restricciones, por ejemplo, de tiempo, de recursos, así como las posibles “amenazas” del trabajo de otros equipos que se ingenian modos de trabajar y dar mejores resultados y a tiempo. Compartir ideas y fantasías a nivel de equipo para desarrollar la tarea asignada con creatividad. DESARROLLO DE HABILIDADES SOCIALES (SCORE). Durante muchas generaciones, tanto en el aula como en el área laboral, a las personas se les integraba para que compartieran entre ella o para que trabajaran en privado, pues se creía que la cooperación y el trabajo en equipo se generarían de forma espontánea. Ahora se considera exactamente lo contrario: que las habilidades para cooperar en equipo no pueden dejarse a la casualidad, sino que tienen que aprenderse a partir de estrategias que las favorezcan y de su práctica constante. Existe una gran diferencia entre hacer que los estudiantes trabajen en grupo y estructurar un método cooperativo. Lo último requiere que el maestro enseñe a sus alumnos las habilidades interpersonales específicas para que puedan ser elementos aportadores al grupo, y a la vez receptores de los elementos que el grupo puede ofrecerles. Estas habilidades no solo los preparan para el aprendizaje cooperativo, sino que también les servirán para toda su vida; para construir una familia más estable, cursar una carrera más exitosa, etc. Fundamentalmente, todo eso y más proviene de cooperar dentro de una comunidad de aprendizaje. La metodología SCORE de S. Vernon y colaboradores, provee los procedimientos para desarrollar un conjunto de cinco habilidades sociales que se consideran fundamentales para que pueda darse el aprendizaje cooperativo en grupo y, por ende, construir una comunidad de aprendizaje. Por definición, una comunidad es un grupo de personas que al relacionarse comparten algo. Si esto ocurre en forma constante se generan o refuerzan conductas sociales específicas que constituyen aprendizajes tan valiosos o más que las razones que generaron la reunión y el trabajo en equipo. Sin embargo, saber compartir ideas no es algo natural; tampoco es lo único que se requiere para establecer una comunidad de aprendizaje, pero las habilidades que propuso S. Vernon son fundamentales. Esas cinco habilidades, llamadas SCORE por sus siglas en inglés, son: 1. 2. 3. 4. 5. S (Share), que se refiere a saber compartir ideas. C (Compliment), comunicar bien los elogios. O (Offer), ofrecer ayuda y motivación. R (Recommend), recomendar los cambios. E (Exercise), ejercer un buen autocontrol. Saber Compartir. Comunicar lo que se sabe: ideas, puntos de vista, criterios. Comunicar lo que se piensa, se cree, y se siente. Escuchar, oír con atención, pensar en lo que se está diciendo. Mirar a la persona que habla o a las que se les habla. Responder con la mirada, con gestos y movimientos corporales, o verbalmente. Hablar con tonos de expresión adecuados y apacibles. Comunicar Elogios. Expresar lo que nos agrada sobre lo que escuchamos, vemos, etcétera. Participar con voz agradable y expresión facial apacible. Mirar a la(s) persona(s). Hablar con tonos y expresión adecuados y apacibles. Agradecer, cuando se nos hace un elogio, con palabras con una sonrisa o con un movimiento corporal adecuado. Ofrecer ayuda y motivación. Expresar confianza. Enseñar a alguien que no sabe hacer algo, como hacerlo. Hacer algo para el beneficio de otros, ya que estos no saben o no pueden hacerlo. Mirar a la(s) persona(s). Hablar con tono y expresión, pensar en lo que se está diciendo. Aceptar en forma amable la respuesta a la ayuda ofrecida. Recomendar cambios. Ayudar a otro(s) a realizar su tarea. Sugerir algo que pueda mejorar o perfeccionar lo que se hace. Argumentar por qué está bien o mal. Indicar como podría mejorar. Hablar con tonos y expresión adecuados y apacibles. Escuchar, oír con atención, pensar en lo que se plantea. Aceptar o negar en forma amable la recomendación. Ejercitar el control. Saber esperar. Recopilar la información necesaria antes de dar una respuesta. Expresar nuestras emociones, criterios, puntos de vista, etc., de manera natural. Aceptar sugerencias, recomendaciones y ayuda. Hacer lo que mejor convierte a todos, en todo momento independientemente de nuestro gustos, preferencias o criterios. LA HABILIDAD SOCIAL DEL CONSENSO. El consenso es un compromiso con la implementación de una decisión tomada por un equipo, que consideró y discutió los puntos y las ideas pertinentes alrededor de un problema en busca de una solución creativa. Es una decisión o un resultado que refleja los puntos de vista de todos los integrantes de un grupo, aceptada por todos, aunque sus ideas no sean idénticas, pero con el sentimiento de que cada uno tuvo oportunidad de ser escuchado y de convencer al grupo. Sugerencia Tenga en cuenta las limitaciones de la lógica. Comentario No confié todo a la lógica y a la razón, ensayé esta actitud: Precise lo que necesita y expréselo. Reitere con firmeza las expresiones. No se justifique. Evite molestar. Lo que le parezca razonable a la otra persona es razonable para mí. El intercambio de declaraciones de intención es fundamental para el proceso. La comprensión de las percepciones de los demás es vital. Si no sabe lo que quiere no podrá solicitarlo. Y si no lo pide, seguramente no se lo darán. Nadie es capaz de leer su mente, ni usted puede leer la mente de los demás. La firme expresión de las necesidades, intereses y compromisos que pudieron ofrecerse, hace progresar la negociación. Declare una y otra vez las expectativas, deseos y necesidades y no permita que su interlocutor se vaya por la tangente, ni deje que sus argumentos den paso a argumentos negativos. Vaya creando un terreno común y que le facilite un argumento positivo. Con demasiada frecuencia las justificaciones parecen excusas o evasivas. En vez de justificarse defensivamente, formule oportunamente afirmaciones firmes y respaldadas por datos. Expresiones como: “Es así y no de otra manera”, “Cualquiera puede entenderlo”, “Siempre se ha hecho de esta manera”, “Es mi mejor y última oferta”, tienden a molestar al interlocutor en dejar Proponga soluciones alternativas. otra opción más que pelear y huir. Mantenga el enfoque centrado en el asunto y no en la personalidad. Comprenda que tanto su interés como el de la otra persona pueden hallar satisfactoriamente con más de una solución. Se necesita imaginación para saber que tiene y que le hace falta o desea la otra persona. Y también como saber aprovecharlo, y a la inversa. A menudo ello implica numerosos tipos de planteamientos como: “¿Y si tratamos con…?” o “¿Qué tal si probamos con…?”. Lance muchos globos y déjelos flotar por si pueden ayudar a llegar a un acuerdo. El aprendizaje cooperativo es mucho más que aprendizaje grupal. El modo de organizar y trabajar con el grupo del salón en su totalidad como con los equipos que lo forman es lo que distingue a esta opción didáctica del simple aprendizaje grupal. LAS TRES POSICIONES. En la bibliografía pedagógica existen tres posiciones en relación con los términos grupo y equipo. 1. Para muchos autores, grupo y equipo son el mismo concepto y, por tanto, emplean indistintamente una y otra palabra. 2. Para otros, el grupo es cuantitativamente mayor que el equipo. Un grupo, por ejemplo, el del salón de clases, puede tener varios equipos. 3. Y para un significativo conjunto de autores, el grupo está formado por un número considerable de miembros, mientras que el equipo es un pequeño grupo que además vive y siente rasgos como una identidad propia, el sentimiento de pertenencia, el liderazgo compartido y la responsabilidad individual en función de la responsabilidad del equipo. Y todo esto en virtud de la interdependencia social positiva que se da o se debe dar al interior de estos pequeños grupos. Los formales y los informales. El maestro trabaja en el salón con un grupo de educados y su labor profesional como mediador se realiza con todo grupo y con los equipos que se construyan en el mismo. A veces esos quipos son informales y en otras oportunidades formales. Pero siempre en dependencia de las funciones que se cumplimentan y las estrategias didácticas que se exige el método ELI y que se emplean para el logro de los objetivos educativos planteados. Los equipos informales, también llamados heterogéneos, se caracterizan por su corta existencia. Se organizan para el cumplimiento de una tarea puntual cuya realización exige poco tiempo. Los denominados equipos informales pueden constituirse por dos o más miembros, pero nunca más de cuatro, aunque siempre deben ser, como equipos que son, “pequeños grupos”. Cuando nos iniciamos en la aplicación del aprendizaje cooperativo, o en cualquier momento que sea necesario por la función que va a cumplimentarse y la estrategia que se emplea, podemos simplemente orientar la formación de equipos de dos, parejas o binas, con el compañero más próximo, el de la derecha o el sentado a la izquierda. Este es un ejemplo de grupo informal. Los grupos informales pueden, como planteamos antes, ser de más miembros sus componentes seleccionarse o no, de forma aleatoria, bien del modo tradicional de numerarse de uno en adelante, o bien empleando cualquier otro procedimiento de agrupación al azar. El otro tipo de pequeño grupo es el equipo base, también conocido como equipo homogéneo. Los grupos base se constituyen para que vivencien una experiencia de aprendizaje que les va a aportar de forma intencionada, además de conocimientos, el desarrollo de habilidades y el aprendizaje de actitudes y valores que de otra manera no se propician en el salón de clases. Por lo anterior, los equipos base se caracterizan por tener una duración al menos de una semana y a lo sumo tres a cuatro, aunque esto depende por supuesto de un conjunto de variables, como el nivel, el tiempo y la frecuencia de la materia en el horario escolar, etc. Pero lo que hay que cumplir es que no sea de una vida tan corta que no permitan el desarrollo de las habilidades sociales que se busca desarrollar, ni tan larga que no auspicien en conjunto el despliegue de las potencialidades de los educandos. Los equipos base deben ser formados siempre al azar por el cumplimiento de una tarea que pondrá en juego el esfuerzo individual y del grupo en su totalidad. Lo cual exigirá que cada uno de sus integrantes contribuya con su parte a la realización de la actividad. La sugerencia clave. A partir de las investigaciones realizadas, el número de componentes de un buen equipo base es de tres, aunque para algunas actividades podría ser de cuatro. Aquí las sugerencias clave son: a) Cuanto más pequeño sea el equipo, mejor. b) Mientras menos tiempo disponible tengamos, más pequeño debe ser el equipo. Ahora bien, siempre que, por los objetivos del curso, se requiera que los alumnos confronten ideas y discutan sobre un tema determinado, entonces se justifica un número mayor de componentes del equipo, por ejemplo cinco o seis. La rutina En la formación de equipos básicos hay acciones que deben realizarse siempre y que en un principio exigen más tiempo, insistencia y monitoreo constante de nuestra parte para que se cumpla. Poco a poco los educandos van incorporando esas acciones como parte de una rutina de trabajo en equipo y la interiorizan, no sólo por repetición durante el curso, sino también por convencimiento de que de ese modo se trabaja mejor y se obtienen buenos resultados que se ven recompensados de una u otra forma. Prevención La preparación de la lección empleando el aprendizaje cooperativo como opción didáctica requiere tener en cuenta aspectos que el método tradicional expositivo, por parte del maestro, no necesariamente toma en consideración: El tipo de equipo, formal o informal, que va a construir y el modo en que lo realiza La distribución en el salón de clases Los recursos y materiales que se requieren y que serán distribuidos o colocados en el salón para que los equipos dispongan de ellos. Las instrucciones que dará sobre la tarea que va a realizar el equipo La estrategia que selecciona o diseña El producto o evidencia del trabajo en equipo que entregaran los alumnos. CAPITULO 12 ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS DEL MOMENTO M: LA REFLEXIÓN SOBRE PROCESOS Y RESULTADOS DE LA ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE No puede concebirse la vida humana sin pensamiento, sin sentimiento y sin actuación. Pensar, sentir y actuar constituyen una unidad dinámica que permite al hombre su desenvolvimiento pleno. Cualquier intento de sobrevalorar uno sobre otros conduce a una interpretación limitada, reduccionista y, por tanto, incompleta de la dimensión humana. En la multifacética relación que establece el hombre con su ambiente aparece la actividad cognoscitiva humana: aquella que le permite conocer los objetos y fenómenos de la realidad. Los procesos sensorial (sensaciones) y, sobre su base, perceptual (percepciones), constituyen el eslabón elemental del nivel cognoscitivo. Otros procesos psicológicos que permiten al hombre conocer, son: la memoria y la atención, pero el proceso más complejo dentro de este nivel es el pensamiento. No obstante, la complejidad y extraordinaria capacidad refleja y adaptativa del pensamiento, fisiológica El de posee la pensamiento grandes sensopercepción constituye el vínculos y, por conocimiento con tanto, mediato con de la la base el cerebro. realidad, a diferencia del dato inmediato y directo que nos ofrece la actividad sensoperceptual. El pensamiento nos permite conocer los nexos esenciales de los objetos y sus características, mediante las operaciones en extremo complejas que comúnmente se agrupan bajo la definición de razonamiento. De aquí se desprende que el pensamiento requiere un tiempo (corto) necesario para poner en movimiento estas operaciones racionales y, en consecuencia, sea un proceso mediato. ESTRATEGIAS PARA EL DESARROLLO DEL SENTIDO Y EL SIGNIFICADO El aprendizaje es un proceso muy personal, como lo son los pensamientos y sentimientos de todo ser humano aunque están condicionados socialmente por el modo de vida y por la educación que recibe cada persona. El aprendizaje depende, en gran medida, de la capacidad del sujeto que aprende de encontrarle sentido y significado al objeto de conocimiento. Aunque en algunas obras podamos encontrar la definición por separado de los términos sentido y significado, gozando de la independencia cada uno de ellos, en la mayoría de las fuentes aparecen como una unidad: sentido y significado, como las caras de una moneda. Se entiende por sentido y significado la capacidad personal de relacionar “algo” y a su vez un todo con alguna vivencia, una sentida experiencia anterior o conocimiento previo. Es ubicar a ese “algo” en un marco de referencia propio que ya se tiene e incorporarlo a una red muy personal de conocimientos, vivencias y experiencias. En general, podemos decir que encontrarle un sentido y significado a algo —por ejemplo a una palabra, a un relato, a un concepto, a un evento, e incluso, a la vida misma— es relacionarlo con otras cosas de nuestra propia experiencia vital y que, por tanto, nos resulta cercano y muy nuestro. Es un proceso consistente en establecer conexiones entre lo desconocido con lo ya aprendido. De ahí que sea, por su naturaleza, autoconstructivo; el sentido y significado que damos a las cosas depende del contexto social y cultural en que nos desenvolvemos, así como del desarrollo del lenguaje. El aprendizaje escolar es un proceso de búsqueda y establecimiento de nuevos sentidos y significados a los distintos contenidos de enseñanza, y la comprensión de todo lo que nos rodea. El éxito del aprendizaje está determinado, en gran medida, por la capacidad que tenemos de asociar lo nuevo para nosotros en un momento determinado con alguna experiencia anterior, de incorporar lo confuso, lo extraño, lo ajeno y hasta lo misterioso a un esquema muy propio de vivencias y experiencias y, por tanto, hacerlo nuestro en un medio sociocultural. Poco a poco y como es de suponer, cada vez tenemos más vivencias, experiencias y conocimientos previos; lo que facilita el proceso de construcción de sentido y significado de lo que se aprende. ESTRATEGIAS PARA EL DESARROLLO DE LA METACOGNICIÓN L. S. Vygotski, en sus estudios de la década de 1920 y principios de la de 1930, destacé la importancia de la función de la conciencia en el aprendizaje y en el desarrollo humano; mas tarde, sus colaboradores continuaron profundizando en el plano teórico lo que él planteé al respecto. Sin embargo, no fue sino hasta la década de 1960 cuando J. H. Flavell (1928- ) introdujo el concepto de metacognición en el sentido de toma de conciencia sobre lo que se aprende. El prefijo meta equivale a “más allá” y el término cognición, a conocimiento, por lo que literalmente metacognición significa “más allá del conocimiento". Algunos autores prefieren hablar de metaconocimiento. De diversas formas se ha definido el término metacognición, por ejemplo: “pensar sobre el pensamiento”; “toma de conciencia de qué se hace, se piensa, cómo se hace, cómo se piensa”; “saber qué hacer y saber cómo y cuándo hacer las cosas"; “habilidad para saber lo que sabemos y lo que ignoramos”; “habilidad para seleccionar y poner en práctica una estrategia que nos permita obtener la información que necesitarnos para realizar una tarea o actividad”; “estar conscientes de nuestros pasos y estrategias durante la solución de un problema”, etcétera. En uno de sus artículos mas divulgados, “Mediando la metacognición” (1984), aparecido en la revista Educational Leadership, Arthur L. Costa propuso el siguiente ejercicio para vivenciar la metacognición. “Intente resolver mentalmente el siguiente problema: cuanto es la mitad de dos más dos?” Se oye hablándose a sí mismo? ,; Tuvo que decidir si debería sacar primero la mitad del primer 2, o si debemos sumar los dos números 2 antes?” Si usted se percato de que mantuvo una conversación dentro de su cerebro y si tuvo que evaluar sus propios procesos de su toma de decisiones y de solución de problemas, entonces experimenté la metacognición.”