Subido por ANDRES PEREA

DEBERES COMUNES A TODOS LOS MASONES EN GENERAL Y EN PARTICULAR

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DEBERES COMUNES A TODOS LOS MASONES EN GENERAL Y
EN PARTICULAR
Adorar un Dios Creador y conservador del Universo, evitar todo lo que pueda
manifestar alguna relajación en el culto que se le debe, confesar la santidad de
la fe por una religiosa y constante practica de los preceptos que ella nos enseña;
probar que su alma está penetrada de la sublimidad de los dogmas del evangelio,
y hacer de la ley moral el único regulador de sus acciones; tales son las primeras
obligaciones
de
los
Masones.
El verdadero Masón se debe distinguir por su fidelidad y afición a su patria, por
su sumisión a las leyes y respeto a los que son los órganos de ellas.
Nunca entrará en una maquinación que fuese prejudicial al estado; evitará todo
lo que pudiera dar lugar a la formación de ellos, sea juzgando temerariamente
las intenciones de los jefes, o censurando indiscretamente sus operaciones o
bien sus personas.
Si alguna vez descubriere una Logia que uno de sus miembros ha faltado a las
obligaciones sagradas del ciudadano, tomando una parte activa o indirecta en
las maquinaciones formada contra la patria, este miembro convencido de su
delito, debe ser inmediatamente excluido de la Logia.
Todo Masón juzgado y convencido de un crimen de cualquier clase que sea, deja
de ser Masón y será excluido de la sociedad.
Deseando conservar la buena reputación que la Masonería ha sabido merecer y
que pone todo su celo en conservar, la entrada de las Logias se prohibirá a todo
miembro citado delante de un tribunal civil, por causa criminal intentada contra
él. Volverá, a entrar en todos sus derechos, inmediatamente que su inocencia
sea reconocida, y este incidente no se considerará como una pena, porque le
procurará nuevos derechos a la amistad de sus Hermanos.
Si se le prohíbe a los Masones, el violar sus promesas por ligereza,
inconsideración, o con propósito deliberado, con mas justa razón no le es
permitido revelar en el vulgo profano los misterios del orden, comunicarles las
luces Masónicas, ni promover a un Hermano de un grado inferior a uno mas
elevado, faltando a los estatutos de su Rito.
El Masón que quedare convencido de haber quebrantado este artículo será
suspendido o excluido de la Logia según lo requiera el caso.
Debe ser tan inviolable la palabra de un Masón como el juramento mas sagrado:
el que faltare a ella, será considerado y tratado por las leyes Masónicas como
perjuro.
El Masón trabaja para la gloria y prosperidad del orden en general, y
particularmente para el bien de la Logia de la que es miembro.
Como la reputación y honor de su Logia deben ser sus mas ardientes deseos,
cuando se le justifica a un Hermano haberla ajado con discursos calumniosos y
difamatorios, debe ser castigado según lo requieran las circunstancias bien sea
con apercibimientos o por suspensión o exclusión.
Importa mucho que los Hermanos asistan regularmente a las Logias y ningún
celoso Masón debe faltar a ellas sin tener graves impedimentos; si acaso le fuese
imposible asistir, está obligado a someterse a los decretos y decisiones que
hubiese ella formado sobre sus faltas.
La Masonería, teniendo por base la moralidad y la virtud, practicando esta y
estudiando aquella, la conducta del Masón será intachable.
El desinterés es una virtud necesaria a cualquier miembro de una sociedad cuyo
intento principal es el bien de la humanidad; esta virtud es la fuente de la justicia
y de la beneficencia.
No basta al Masón ser circunspecto, también debe ser discreto, pues a esta
calidad que creen que posee debe él su iniciación a los misterios, y al orden su
organización.
A la intrepidez, a la perseverancia en el bien, a la constancia en sus designios, a
sus costumbres honestas y a su modestia, debe unir el Masón, la cortesía, y
hacer justicia al mérito de los demás.
Huyendo de la ociosidad no le faltará tiempo suficiente para cumplir
escrupulosamente con las obligaciones que le imponen sus funciones civiles;
sabio distribuidor de las horas del día, tendrá no solamente lugar para cultivar su
entendimiento adquiriendo conocimientos útiles sino que tampoco le faltará
tiempo sobrado para consagrarse a los cuidados que exige el puesto que ocupa
en la Logia, el que le ha sido conferido por su mérito.
Libre de las preocupaciones vulgares todos sus pasos se dirigirán al santuario
de la verdad, sin ahorrar ninguno que pueda ayudar a mantener el orden y
tranquilidad pública y particular.
Teniendo orden y exactitud en sus negocios dará con ello pruebas de su aptitud
para el trabajo; sin mostrar una curiosidad indiscreta, debe procurar instruirse en
lo que puede hacerle mas sabio y mas virtuoso.
Dará a conocer sus progresos en las sublimes ciencias favoreciendo según sus
medios, las instituciones cuyo objeto es el bien de la humanidad; protegiendo el
mérito obscurecido y animando el genio perseguido.
El cuidado que debe tener en hablar y obrar a propósito le hará observarse
asimismo que es el medio de que nunca le falte la presencia de espíritu y la
firmeza necesaria en todas las circunstancias de la vida.
Cuando el Masón tenga que cumplir con su obligación no debe detenerse en
respetos ni consideraciones de rangos ni calidades, sino arrostrar el peligro con
la mayor firmeza.
El amor fraternal siendo el principal fundamento de nuestra antigua y Respetable
sociedad, el verdadero Masón dará a conocer siempre, cuanto aprecia sus
encantos, destruyendo o ahogando si estuviere a su alcance toda semilla de
distención que pueda introducirse entre los Hermanos.
No solamente se abstendrá de calumniar a ninguna persona y de tener discursos
ofensivos contra nadie, sino que todas las veces que otros quisiesen en su
presencia dañar la reputación de un Hermano, tomará su defensa y le servirá
con el mayor fervor, siempre que no se exponga a comprometer su honor.
Cuando un Masón ha sido ofendido por otro Masón se quejará a su Logia o
a aquella en donde sea miembro el agresor, y si no obtiene de ella la reparación
correspondiente que debe esperar tiene derecho de elevar su queja a la Gran
Logia, apelando de la injusticia con que ha sido tratado, absteniéndose de
impetrar los auxilios de los tribunales civiles, buscando algún otro medio de
terminar la contienda.
Si la disputa ha sobrevenido entre dos Masones por objetos que conciernen a la
Masonería los Oficiales harán lo posible para terminarla por medio de una
reconciliación; los dignitarios mismos intervendrán en esta composición, o algún
Hermano investido con la confianza general conocido como mas a propósito
para terminar semejantes contiendas.
Pero si las diligencias de los árbitros son infructuosas, si el asunto se lleva al fin
ante de los tribunales civiles, los dos Hermanos en cuestión mientras dure el
pleito, se abstendrán de todo acto y discurso que manifieste animosidad, y que
por consiguiente seria contrario al espíritu de concordia y unión que debe reinar
en la sociedad. Prestándose una asistencia mutua y no interrumpiendo el curso
de sus buenos oficios, mostraran la influencia de la Masonería y obraran en esto
como los verdaderos Masones han obrado en todos tiempos y lugares.
Es deber de todo Masón el guardar muy cuidadosamente todo escrito que pueda
dar a conocer algún misterio de la Masonería, y depositarlos en los archivos de
la Logia, a fin de que en caso de muerte ningún documento caiga en manos de
personas que no deben tener conocimiento de ellos.
La elevación a las dignidades como el favor de ser admitidos a la participación
de las ciencias Masónicas, siendo las mas brillantes recompensas que las Logias
pueden otorgar al celo y al mérito, todo Hermano que no observe las leyes,
probando por este medio su indiferencia para con la orden, nunca podrá aspirar a
semejantes recompensas.
Todas las Logias deben velar escrupulosamente a que no se introduzca en ellas
algún miembro que por sus malos ejemplos, pueda alterar los principios de la
humanidad y de la moral, que reinan en el santuario de la Masonería.
Si una Logia tiene la desdicha de conocer entre algunos de sus miembros,
semejantes individuos los tratará con todo el rigor de las leyes, y si los halla
incorregibles, los excluirá sin consideración alguna.
La memoria de los Masones que la muerte ha desatado de la cadena fraternal
que nos une sobre la tierra, reclama un homenaje solemne.
Se les debe tributar este recuerdo todos los años en una Logia fúnebre,
consagrada únicamente a este piadoso deber.
Los Masones por el acto de iniciación ofrecen fidelidad a la Logia de que se
hacen miembros; no pueden, pues dejarla sin tener razones muy poderosas, que
están obligados a expresar por escrito á su Logia cuando están determinados a
cubrirla. Cumplida esta formalidad, la demanda será acordada y la abdicación
proclamada.
Todo miembro activo puede cubrir su Logia para siempre o por un tiempo
indeterminado. En el último caso conserva el derecho de volver a entrar cuando
le de gana y sin estar sometido a la prueba del escrutinio.
Debe ser dispensado de pagar la contribución anual si su ausencia se extiende
mas de doce meses, pero nada le puede dispensar de pagar su censo a la Gran
Logia, es decir que debe integrar el estipendio a la suya. No obstante las Logias
tienen el derecho de negarse a la demanda de cubrir por tiempo indeterminado
sin tener obligación de dar motivos, pero cuando tal negativa llega al
conocimiento del Hermano y deja de instruir la Logia en los que ha tenido para
ello, prefiriendo él quedar como miembro, mas que cubrirla enteramente, tal
silencio debe ser tomado por la Logia como un acto de renuncia a la sociedad.
Cuando un Masón emprende un viaje de larga duración, o cambia de domicilio
por un tiempo ilimitado no se le puede rehusar el cubrir su Logia, aun puede
quedar miembro activo si consiente en pagar su contribución anual. Pero si
prefiere ver su nombre escrito sobre el cuadro de los individuos ausentes; no
puede ser activo sino cuando vuelva a su O.·. y debe pagar el tributo anual si su
ausencia no excede de doce meses.
Cualquiera que haya cubierto su Logia por tiempo indeterminado y que se quede
tres años sucesivos en el lugar donde ella trabaja, sin haber vuelto a entrar, debe
perder el derecho de contarse para lo sucesivo en el número de sus miembros,
sin haber sido propuesto y sorteado de nuevo.
Ningún Masón puede ser al mismo tiempo miembro activo de dos Logias. Todo
Masón que se hace adoptar en otra Logia sin haberse despedido de la suya,
debe ser borrado de la plancha de los miembros, y su cancelación publicada en
todas las Logias de la unión.
Semejante pena se debe imponer a todo Masón que lejos de su O.·. se hace
recibir miembro de otra Logia sin hacerlo saber inmediatamente a la suya.
La regularidad de los trabajos exige la mas grande decencia en las asambleas
Masónicas para la perfecta ejecución de lo que está prescrito en los rituales. Por
consiguiente la obediencia al mallete del Venerable en Logia está mandada
observar con todo rigor, y ningún Masón puede hablar sin haber pedido y
obtenido permiso para ello.
Toda discusión religiosa, política y civil, es prohibida en el local de las asambleas.
Los Hermanos que quieran hacer prosélitos, solo elegirán personas que se
distingan por sus costumbres puras y honestas, y por un espíritu solido y
esclarecido que puedan dar a los mas modernos el ejemplo de las virtudes y
guiarlos en las sendas de la luz y de la ciencia. Pero estos nunca propondrán
ningún sujeto para ser iniciado a menos que no esté reconocido por hombre de
bien y de una moralidad a toda prueba.
Entrando en la sociedad, todo miembro se obliga a contribuir con numerario a
las necesidades comunes, de proveer al pago de los diversos gastos que ocurren
y debe poner con exactitud su contribución anual en la caja de la Logia.
Los derechos de recepción, de promoción y filiación se deben pagar de
antemano; los que estén adeudados, no pueden ser iniciados, filiados, ni
promovidos a ningún grado mas elevado, sin haber antes de todo cumplido con
esta condición.
Todo Masón establecido o avecindado en el O.·. donde está su Logia que deja
pasar todo el año sin haber pagado su contribución o sin haber pedido la gracia o
rebaja, debe ser borrado de la plancha de los miembros y notificado a todas las
Logias.
Desde que han sido elevados a la Maestría todos los miembros activos de una
Logia tienen los mismos derechos y deberes, mientras no ejercen algún oficio en
el Taller.
Los Hermanos de la armonía que forman una clase distinta en los Talleres gozan
los mismos derechos que los otros miembros de la Logia con tal que paguen la
contribución anual dado caso que no se les haya exceptuado del pago con las
formalidades prescritas.
En virtud de un uso muy antiguo estos mismos Hermanos, se reciben y
promueven gratuitamente; pero para recibir tal favor, están obligados a contribuir
con sus talentos a la solemnidad de los trabajos y sobre todo a las fiestas y
banquetes Masónicos, tienen pues, los mismos derechos que los miembros
activos.
Aunque pertenece a cada Logia fijar la contribución anual y los derechos de
iniciación filiación, y promoción, no pueden, sin embargo levantarla mas allá del
máximo, ni reducirlas a menos del mínimo, fijados por la Gran Logia sin una
autorización formal de esta corporación.
Cuando las necesidades de una Logia exigen un aumento de contribuciones, o
permiten la diminución de ellas, está obligada a elevar a la sanción de la Gran
Logia la resolución tomada sobre este asunto.
Se debe expresamente prohibir a todo Masón el grabar o imprimir nada de lo que
pertenece a los trabajos de su Logia, de cualquier clase que sean, ni si quiera,
la plancha de los miembros de ella, sin la autorización de su Logia o la de la Gran
Logia. Todo Hermano que contraviniere a este artículo incurrirá en las penas
decretadas contra los infractores de las leyes, las que pueden extenderse hasta
la exclusión de la sociedad.
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