UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓN DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES ASIGNATURA DE EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA EVALUACIÓN FINAL DOCENTE: CRISTIAN BOHÓRQUEZ CONTACTO: [email protected] Nombre: Heidy Dalany Valencia Bedoya Documento: 1088007351 Fecha: 27/11/2020 Nota: INSTRUCCIONES: 1. Seleccione un tema sobre el cual posea una opinión y argumentos para sustentarla. Con apoyo en la Guía redacción de textos argumentativos, diligencie el siguiente formato: Tema: Tesis: Los ambientes obesogénicos creados por los padres. La comida chatarra como trofeo, podría generar antipatía hacia la comida sana lo que a su vez podría desencadenar en una adicción por la comida denominada por la OMS como ‘malsana’ Argumento 1: Argumento 2: Causalidad: los padres obesos tienen hijos obesos Ejemplificación: ‘Chantajeamos’ a nuestros hijos cuando queremos que hagan algo en particular o simplemente los premiamos con golosinas por su buena conducta Autoridad: La autora del artículo Comida chatarra para premiar a los niños, ¿qué les estamos enseñando? explica cómo funciona nuestro cerebro frente a la comida chatarra cuando somos pequeños Argumento adicional: un argumento que expresa una opinión adicional de la autora del documento estudiado Opiniones positivas sobre la comida rápida Argumento 3: Argumento 4: Contraargumento 1: 2. Basándose en el mismo documento guía, componga un texto argumentativo que contenga mínimo siete párrafos: introducción (1), desarrollo (5, contando los que dan desarrollo al argumento de autoridad citado debidamente y al contraargumento) y conclusión (1). Criterios de evaluación: Criterio Presenta una estructura clara formada por título, introducción, desarrollo y conclusión, que cumpla con la extensión solicitada (siete párrafos lo suficientemente desarrollados) (0,0-2,5). Se preocupa por identificar y discutir planteamientos adversos a su tesis (contraargumento) (1,0). Usa adecuadamente la letra mayúscula, la tilde y la puntuación (1,5). Nota Éxitos. ¿Premio o castigo? ¿Se considera usted un buen ejemplo para sus hijos? Como padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos pero muchas veces somos inconscientes de los efectos secundarios de pequeñas y cotidianas decisiones, como es el caso de algo inocente como premiar a los niños por sus ‘buenas acciones’ con un aclamado dulce, lo que no sabemos es que la comida chatarra como trofeo, podría generar antipatía hacia la comida sana lo que a su vez podría desencadenar en una adicción por la comida denominada por la OMS como ‘malsana’, todo esto suena algo exagerado a primera vista por eso estudiaremos a continuación argumentos de gran peso que quizás como a mí, estimado lector, le roben un poco de tranquilidad. ¿Ha visto ud la típica escena de unos padres obesos en compañía de su pequeño hijo el cual presenta un poco de masa corporal adicional? Aunque los padres obesos crean y/o justifiquen tener hijos igualmente obesos debido a su genética, los niños que presentan obesidad la han adquirido directamente por costumbres de sus padres; estos padres han creado para sus hijos en perfecto ambiente obesogénico pero también perfectamente invisible a sus propios ojos. Pero y ¿qué es un ambiente obesogénico?, bueno, es una suma de factores externos que promueven el exceso de peso como el sedentarismo, un ambiente colmado de estímulos alimentarios como la comida rápida e incluso un ambiente estresante y tenso. Gottau, G. (2016) Para que un niño cumpla sus deberes básicos, para que realice una tarea asignada u obedezca una simple orden, los padres en muchos casos recurrimos a un chantaje el cual lo hemos de llamar con el eufemismo de motivación y este consiste en un helado, una golosina, una fritura o una comida rápida; lo anterior también sucederá cuando nuestros hijos lleguen a casa con buenas calificaciones y en el peor de los casos pero el más frecuente: cuando hayan comido su plato de verduras completamente como si éste fuera un gran sacrificio o un esfuerzo que deberá ser recompensado, pero ¿qué pasará cuando pueda decidir qué comer y no haya nadie para premiarlo? Y no hablamos solamente de concepciones sociales o conceptos aislados, Según González, M. y Viloria, M. (2017, p. 12), “Nuestro cuerpo produce una hormona llamada grelina, (...) Una vez que nuestro cerebro establezca una relación entre cierto tipo de alimento y el placer, la grelina nos obligará a buscar ese alimento a como dé lugar, al parecer, como un mecanismo de defensa para evitar la depresión asociada al estrés. El ser humano aprende a manejar el estrés durante su maduración(...).” De lo cual podemos deducir que somos marionetas de nuestros deseos que a la vez son determinados por nuestros hábitos de la niñez lo cual explica por qué los ambientes obesogénicos son tan fáciles de concebir pero tan difíciles de percibir . Ciertamente cuesta trabajo explicarle a nuestros hijos que aquello que sabe tan bien y genera una recompensa hormonal satisfactoria, cause a largo plazo un daño casi irreversible y el tema pasa de castaño a oscuro si tenemos en cuenta que muchos de los progenitores no perciben estas acciones como peligrosas: Según González, M. y Viloria, M. (2017, p. 13) Los padres que mantienen este comportamiento en etapas más tardías son de bajo nivel educativo, principalmente madres que trabajan tiempo completo y que crecieron en condiciones de pobreza, por lo que se sienten orgullosas de poder proveer a sus hijos de alimentos como la comida chatarra”. Aunque personalmente no estoy de acuerdo con la afirmación anterior, bien es cierto que la educación institucional nunca ha sido efectiva ni concreta por parte de las autoridades y gobiernos. No obstante, la comida chatarra dentro de una dieta balanceada y consumiendola esporádicamente no debería generar ningún tipo de daño ni a corto ni a largo plazo, no podemos demonizar ningún tipo de comida, quizás debamos demonizar ciertas conductas humanas como el sedentarismo, pero no podemos negar que, por ejemplo, el azúcar es una fuente rápida de energía gracias a su fácil absorción la cual llegará rápidamente al cerebro, los músculos y el sistema nervioso. En cuanto a la comida chatarra es notable que algunas cadenas de comida rápida se han esforzado por ofrecer opciones saludables como más verduras y salsa menos procesadas, siendo estas últimas las más perjudiciales del paquete las cuales también podemos evadir equipandonos con un poco de determinación. Finalmente podríamos concluir la urgencia de que los gobiernos adopten políticas de educación y concientización desde la educación básica primaria hasta la secundaria, pero lo anterior no será suficiente: se deben crear leyes que protejan a todas las personas de los peligros del neuromarketing y/o marketing de guerrilla empleado por la Industria alimenticia para vendernos felicidad cuando en realidad sólo venden colorantes y azúcares. González, M. y Viloria, M. (2017) Comida chatarra para premiar a los niños, ¿qué les estamos enseñando?. Cuadernos Fronterizos, Año 13, Núm. 41 pp. 12-14. Doi: http://erevistas.uacj.mx/ojs/index.php/cuadfront/article/view/1518 Gottau, G. (2016) Ambiente obesogénico: qué es y cómo controlarlo para comer más sano. www.directoalpaladar.com Doi:https://www.directoalpaladar.com/salud/ambiente-obesogenico-que-es-y-como-controlarlo-para-comer-mas-sano#:~:text =Un%20ambiente%20colmado%20de%20est%C3%ADmulos,en%20nada%20favorece%20el%20cuidado