COMPETENCIA DE STACKELBERG El modelo de liderazgo de Stackelberg es un juego de estrategia económica en donde el líder hace el primer movimiento y el seguidor responde con base en ello. Debe su nombre al economista alemán Heinrich Freiherr von Stackelberg, quien describió el modelo en 1934 en su obra Marktform und Gleichgewicht (Forma y equilibrio del mercado). En conceptos de teoría de juegos, los participantes de este juego son un líder y un seguidor que compiten en cantidades. El líder en Stackelberg también suele ser llamado Líder de mercado. Hay ciertos requisitos para que se logre dar un equilibrio de Stackelberg. El líder debe saber que el seguidor observa sus acciones. El seguidor no debería tener forma de saber las acciones que realizará el futuro seguidor y el líder debe ser consciente de esto; de hecho, si el seguidor pudiese saber las acciones que realizará el líder, la mejor respuesta de este sería jugar la acción del seguidor. Las empresas pueden caer en la competencia de Stackelberg si una tiene cierta clase de ventaja permitiendo que se mueva primero. Una vez que el líder ha realizado su jugada, no puede deshacerla. Esta situación podría llegar a darse si el líder es una de las empresas principales de la industria y el seguidor es un nuevo integrante del mercado. El modo de resolución de este tipo de ejercicios, es el siguiente: en primer lugar, se halla la función de reacción de la empresa seguidora, tal cual se hace en Cournot, o sea a partir del planteamiento de la función de beneficios de la empresa seguidora, se hallan las condiciones de primer orden(CPO), que no es más que la derivada parcial del beneficio respecto a la cantidad de la seguidora y se iguala a cero, luego se despeja la cantidad de la seguidora. Tendremos así la función de reacción de la seguidora y la sustituimos en la función de beneficios de la líder, o sea la líder internaliza la función de reacción de la seguidora en su función de beneficios, a partir de aquí se hallan las CPO para la empresa o firma líder, hallando de esta forma la cantidad que produce la líder y después sustituyendo tendremos la cantidad que produce la seguidora. EJEMPLO: Amenazas y cambios en el equilibrio de Stackelberg Es posible que el líder puede utilizar su ventaja no solo para determinar su nivel de producción sino también para lograr de la competencia el comportamiento más favorable para el líder.5 En adición, es posible que el líder abuse su posición, compitiendo no en cantidad pero en precios, fijándolos a un nivel que amenaza la existencia de la competencia.6 Lo anterior puede forzar a la competencia a producir a niveles que se alejan del equilibrio, es decir, a producir más y a precios menores que los que maximizan su ganancia, a fin de ganar mercado y “castigar” al líder. Una empresa seguidora no necesariamente necesita poner esta estrategia en efecto, la amenaza de su uso puede causar que la empresa líder modifique su comportamiento. Esto se puede ver como un ejemplo de la competencia de Stackelberg con incertidumbre en la demanda.7 Alternativamente, una o varias de las empresas competidoras pueden recurrir a la diferenciación, asociando sus productos, aun los del mismo tipo, con, por ejemplo, mejor calidad, amenazando así el sector que produce más ganancias para el líder. OTRO EJEMPLO Se puede ver un ejemplo de lo anterior en la competencia de Microsoft contra Apple y Linux por el mercado de sistemas operativos y asociados. Microsoft redujo el precio de su sistema Windows al punto que amenazó la existencia de la empresa Apple, la que al mismo tiempo se disputaba una fracción pequeña del mercado con Linux, que no solo es Software libre sino generalmente gratuito. (para todo lo anterior, ver Etro, op. cit) Sin embargo Apple logró posicionar sus programas y computadores como siendo "de calidad",891011 lo que eventualmente significó que llegó a tener una fuerte presencia en el sector que da más ganancias en ese mercado. A partir de lo anterior, Apple se posicionó como el "líder" en otros mercados asociados, con productos (iPod, iPhone; iPad) que pueden ser vistos, a su vez, como "primera movida" en esos nuevos sectores, lo que significa que el valor de mercado de la empresa Apple llega a superar el de Microsoft. RUDOLF CHRISTOPH EUCKEN (este es filósofo) Rudolf Christoph Eucken (Aurich, Alemania, 5 de enero de 1846 - Jena, 15 de septiembre de 1926). Filósofo alemán, premio Nobel de Literatura en 1908. Estudió en las universidades de Gotinga y Berlín. Después de trabajar cinco años como maestro en una escuela, en 1871 fue nombrado profesor de filosofía de la Universidad de Basilea (Suiza), donde permaneció hasta 1874, año en que fue nombrado profesor de la Universidad de Jena (Alemania), lugar en el que permanecería hasta su jubilación en 1920. En 1911 explicó filosofía en Inglaterra y entre 1912 y 1913 en la Universidad Harvard. En su doctrina se mostró idealista: el alma de su sistema fue la vida espiritual, cuya manifestación absoluta es Dios. El individuo alcanza la vida espiritual por el vencimiento de las fuerzas oponentes del mal y revive el pasado en el presente, tomando libremente de aquél todo lo que puede serle útil en la lucha. Eucken llamó «activismo ético» a esta vida espiritual activa, no contemplativa. Junto con William James, Henri Bergson y otros pensadores de su tiempo, declaró la guerra al «intelectualismo». Su filosofía fue una interpretación de la vida como un todo, en que la religión desempeña un papel predominante, aunque nunca menospreció el trabajo intelectual y lógico. WALTER EUCKEN (este es economista, creo que de él tienes que hablar, este fulano es hijo del filósofo). Walter Eucken (17 de enero de 1891 - 20 de marzo de 1950) fue un economista alemán y uno de los fundadores del ordoliberalismo. Su nombre está íntimamente relacionado al desarrollo de la Economía social de mercado. Walter Eucken nació en la ciudad ale- mana de Jena en 1891. Su padre era el filósofo Rudolf Eucken, premio Nobel de Literatura en 1908. Se educó, por tanto, en la élite intelectual alemana. Estudió economía, derecho, política e historia y se doctoró en 1913 con una tesis, dirigida por Hermann Schumacher, sobre “La formación de cárteles en el transporte marítimo”. Sirvió como oficial en la Primera Guerra Mundial. Al terminar se hizo profesor en Berlín. Allí vivió la hiperinflación de la Re- pública de Weimar, sobre la que escribió en 1923 “Reflexiones críticas sobre el problema monetario alemán”, donde ya se muestra alejado del historicismo, pero mantiene, junto a sus explicaciones teóricas, el estudio detallado de la situación con- creta alemana del momento. Desde 1927 fue profesor en Friburgo. Allí se enfrentó al filósofo Martin Heiddeger, nombrado rector en 1933 y entusiasta de la nazificación de las universidades. Eucken, políticamente conservador, económicamente liberal y de declarada inspiración cristiana, fue acercándose a la resistencia al nazismo. Los conspiradores del atentado fallido contra Hitler en 1944 le encargaron un plan económico para Alemania, acorde con sus ideas antiestatistas. Al fallar el golpe, fue detenido e interrogado, con más suerte que otros: dos de sus amigos fueron ejecutados. Después de la guerra acaudilló la Es- cuela de Friburgo, cuyo ideario bautizaron como ordoliberalismo en la revista académica Ordo (“orden”, en latín) que aglutinó a sus miembros desde 1948. Este grupo defendía la economía de mercado, pero haciendo énfasis en el papel del Estado a la hora de diseñar y salvaguardar el marco institucional, para facilitar la competencia y la libertad. A esto se le llamó “economía social de mercado”, y su representante político fue el ministro de Economía Ludwig Erhard, que ya en 1948, como responsable de la zona administrada por los aliados, aplicó con éxito un plan económico liberalizador. El planteamiento de Eucken se presenta a veces contrapuesto al de Keynes (Peter Bofinger, “German macroeconomics: The long shadow of Walter Eucken”). Pero no lo discute explícitamente, probable- mente por la difícil época que vivió y su temprana muerte en 1950. Eucken participó activamente en la sociedad Mont Pélérin, fundada en 1947, y a Friburgo llegó Hayek en 1962, para liderar a los discípulos de Eucken. Entre el pensamiento de ambos hay más parecidos que diferencias, con más énfasis de Eucken en el papel del Estado como garante del marco institucional y de la defensa de la competencia, hasta el punto de considerarse una tercera vía entre el capitalismo y la economía planificada. Las ideas de Eucken fueron muy importantes para España. En agosto de 1949 Rafael Calvo Serer invitó a cuatro economistas para dar conferencias en Santander: Hayek, Ropke, Eucken y Schumpeter. Ni Schumpeter ni Ropke pudieron acudir, pero tanto Hayek como Eucken impartieron sus cursos con gran repercusión, y Eucken fue la estrella: en palabras de Juan Velarde, “nos deslumbró a todos”. Estas invitaciones estaban impulsadas por Alberto Ullastres y Miguel Paredes Marcos, que publicaron en la revista Arbor, del CSIC, una amplia reseña de los dos cursos, y defendieron el ordoliberalismo como solución intermedia frente al estatismo y al laissez faire. Ullastres sería después ministro de Comercio y principal impulsor, junto con Mariano Navarro Rubio, del Plan de Estabilización de 1959, que supuso el triunfo definitivo en el franquismo de los tecnócratas y la apertura de la economía, frente al estatismo de Suanzes. LA OBRA. Eucken publicó en 1939 su libro más difundido, Cuestiones fundamenta- les de la Economía Política. Defiende la interdependencia de los varios “órdenes”: la economía, el derecho, la policía… Consideraba la economía de mercado inseparable de la libertad. La administración centralizada, como la introdujeron los nacionalsocialistas en Alemania y se practicaba en la Unión Soviética y después en la Europa del Este, necesita una dictadura para hacerla cumplir. Curiosamente, su influencia en la España franquista pone en cuestión esta asociación tan clara. Como continuación de su planteamiento teórico, escribió un segundo libro, centrado en la aplicación práctica concreta, Principios de política económica, que tenía práctica- mente terminado cuando falleció en 1950, y fue publicado póstumamente en 1952. EXTERNALIDADES ¿QUÉ SON LAS EXTERNALIDADES? Las externalidades se definen como decisiones de consumo, producción e inversión que toman los individuos, los hogares y las empresas y que afectan a terceros que no participan directamente en esas transacciones. A veces, esos efectos indirectos son minúsculos. Pero cuando son grandes, pueden resultar problemáticos; eso es lo que los economistas denominan “externalidades”. Las externalidades son una de las principales razones que llevan a los gobiernos a intervenir en la economía. Cuando hay externalidades se producen efectos indirectos que repercuten en las oportunidades de consumo y producción de terceros, pero el precio del producto no refleja esas externalidades. Por ende, las rentabilidades y los costes privados son diferentes de los que asume la sociedad en su conjunto. EXTERNALIDADES NEGATIVAS El ejemplo típico de externalidad negativa es la contaminación. Cuando un contaminador toma decisiones basadas únicamente en sus costes y beneficios sin tener en cuenta los costes indirectos que recaen en las víctimas de la contaminación se genera una externalidad negativa. Los costes sociales —es decir, totales— de la producción son superiores a los costes privados. Esos costes indirectos —que no recaen ni en el productor ni en el usuario— incluyen el deterioro de la calidad de vida (p. ej., para los vecinos de una incineradora), el encarecimiento de la atención de la salud y la pérdida de oportunidades de producción (p. ej., cuando la contaminación desalienta el turismo). En otras palabras, cuando las externalidades son negativas, los costes privados son inferiores a los costes sociales. EXTERNALIDADES POSITIVAS Existen también externalidades positivas; en este caso, se trata de la diferencia entre beneficios privados y sociales. Por ejemplo, las actividades de investigación y desarrollo están ampliamente consideradas como generadoras de efectos positivos que trascienden al productor (por lo general, la empresa que las financia). La razón es que la investigación y el desarrollo enriquecen el conocimiento general, lo cual contribuye a otros descubrimientos y avances. Sin embargo, la rentabilidad percibida por una empresa que vende productos basados en sus propias actividades de investigación y desarrollo no suele reflejar la rentabilidad percibida por sus beneficiarios indirectos. Cuando las externalidades son positivas, la rentabilidad privada es inferior a la rentabilidad social. Si hay diferencias entre los costes privados y sociales o entre la rentabilidad privada y la social, el principal problema es que los resultados de mercado quizá no sean eficientes. Para promover el bienestar de todos los miembros de la sociedad, es necesario obtener un máximo de rentabilidad social y reducir los costes sociales al mínimo. A menos que los hogares y las empresas que toman las decisiones de compra y producción internalicen todos los costes y los beneficios, los resultados de mercado pueden conducir a una situación subóptima desde el punto de vista social. LOS IMPUESTOS Y LAS EXTERNALIDADES Los economistas neoclásicos reconocieron que las ineficiencias asociadas a las externalidades constituyen una forma de “falla de mercado”. Desde una perspectiva de bienestar general, la decisión privada basada en el mercado no produce resultados eficientes. Estos economistas recomendaron la intervención del gobierno para corregir los efectos de las externalidades. En la obra The Economics of Welfare (La economía del bienestar) el economista británico Arthur Pigou sugirió en 1920 que los gobiernos sometieran a los contaminadores a un impuesto que compensara el perjuicio causado a terceros. Ese impuesto produciría el resultado de mercado que habría ocurrido si los contaminadores hubieran internalizado debidamente todos los costes. Siguiendo la misma lógica, los gobiernos deberían subsidiar a quienes generan externalidades positivas, en la misma proporción en que otros se benefician. EXTERNALIDADES (IMPACTO EXTERNO DE LA EMPRESA) El producto/servicio ofrecido tendrá en cuenta aquellos impactos que podría generar, y tomar las acciones pertinentes para no generar impactos negativos (por ejemplo, utilizar sus recursos al máximo) y, en la medida de lo posible, contribuir al cuidado del medio ambiente. Algunos de los posibles efectos pueden ser: Incidencia sobre el medio ambiente. Incidencia sobre el empleo. Posibilidad de sustitución de importaciones o exportar. Riesgos del proyecto: provisión de insumos críticos, variación precio, clima, rápida obsolescencia, barrera baja de entrada, etc. Eventualmente si los riesgos tienen aspectos críticos, se deberá considerar la posibilidad de armar análisis de sensitividad de los flujos de fondos a las variables críticas que no se puedan asegurar. Liquidez y posibilidad legal de ejecución de las garantías.