Ensayo: Ética según San Agustín. Jonathan Ulloa. San Agustín propone una ética totalmente cristiana, propia de la edad media en Europa, en donde aun Dios sigue siendo una parte primordial de la sociedad. San Agustín en la búsqueda de su verdad ética frente a la religión y en defender a esta frente a las acusaciones que se le cometían, como ser la causante de la caída del imperio romano, reflexiona sobre la felicidad, pensamiento heredado de los griegos, que dice que la felicidad es el único motivo por el cual las personas hacen cosas, nuestros actos son el medio para el fin que es la felicidad, sin embargo en su visión, contempla a dios, el que considera, el único camino real para encontrar dicha felicidad, completa e inequívoca, es el amor puro y consagrado por y para Dios el que nos haría llegar a la felicidad inequívoca. Es una corriente propiamente cristiana, que refleja la felicidad y el gozo en el camino derivado por Dios y sus leyes, corriente que hoy es vigente en gran parte del mundo, en especial occidente. Sin embargo, esta corriente amorosa-cristiana pareciera ser discriminadora, ya que es el Dios cristiano el camino a la felicidad, entonces, ¿Qué sucede con los otros dioses fuera del mundo judeo-cristiano? “Dios y su amor es el camino” es como un enunciado que quiere expresar que todas las personas que se consideran felices siguiendo una línea espiritual diferente, mapuche o budista, por ejemplo, no son personas realmente felices, ya que en su vida no existe el amor de dios. En cierta manera, se restringe la libertad, pero de una manera espiritual a una sola línea de pensamiento religioso. También es resonante que Dios y Amor estén juntos como vías de felicidad, cuando estos se contradicen en ciertos actos que se relatan en la biblia en donde el Amor de dios, el que es infinito, se cancela y emerge su lado “celoso” y “castigador”. San Agustín, también fue un gran perseguidor de los pensamientos “herejes” de la época, como por ejemplo el Priscilianismo, pensamientos que no caían en su visión religiosa. Esto hace pensar que, si haces algo que te de felicidad, sea bueno o malo, es permitido si es con amor y en dirección con Dios. Personalmente, considero que el Amor, o realizar actos en base al Amor y Dios, no proporcionan una Ética plena para las personas, considero que es una ética autoritaria en que la responsabilidad de nuestros actos y nuestra felicidad dependen de Dios y amor para que esta sea verdadera y real, ya que es ciertamente contradictoria. “No existen razones, según San Agustín, que impidan que las dos ciudades puedan vivir armónicamente.” Si es así, entonces ¿porque no han de vivir armónicamente pensamientos religiosos diferentes sin necesidad de perseguirlos? Es, sin embargo, comprensible esta visión de San Agustín, debido a la época y en donde vivió, a principios de la edad media en el norte de Egipto. La posición de la iglesia en aquel entonces estaba en encima de muchos otros, me hace preguntar, si es que si San Agustín hoy, pensaría lo mismo.