Subido por Alessandra Osuna

SISTEMA DIGESTIVO

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SISTEMA DIGESTIVO
ESTRUCTURAS DEL SISTEMA DIGESTIVO
Boca:
Los alimentos entran en el tracto digestivo a través de la boca (o cavidad oral), una
cavidad cubierta de membrana mucosa. Los labios protegen su abertura anterior,
las mejillas forman sus paredes laterales, el paladar duro forma su techo anterior y
el paladar blando, su techo posterior.
La úvula es una proyección carnosa con
forma de dedo del paladar blando, que
se extiende por la parte inferior desde el
borde posterior del paladar blando. El
espacio exterior entre los labios y las
mejillas y el espacio interior entre los
dientes y las encías es el vestíbulo.
La lengua tiene varias uniones óseas; dos de éstas al hueso hioides y a las apófisis
estiloides del cráneo. El frenillo lingual, un pliegue de membrana mucosa, fija la
lengua al suelo de la boca y limita sus movimientos posteriores.
En el extremo posterior de la cavidad oral hay masas emparejadas de tejido linfático,
las tonsilas palatinas. La tonsila lingual cubre la base de la lengua justo al final. Las
tonsilas, junto con otros tejidos linfáticos, forman parte del sistema defensivo del
organismo.
A medida que los alimentos entran en la
boca, se van mezclando con la saliva y se
mastican. Las mejillas y los labios cerrados
mantienen los alimentos entre los dientes
mientras éstos se mastican. La lengua, tan
ágil, mezcla continuamente los alimentos con
la saliva mientras se mastica e inicia el
tragado. Así, la descomposición de los
alimentos comienza antes incluso de que éstos hayan abandonado la boca.
Faringe
Desde la boca, los alimentos pasan posteriormente a la orofaringe y la
laringofaringe, que son las vías comunes de los alimentos, los líquidos y el aire.
La faringe se subdivide en la nasofaringe, parte de las vías respiratorias; la
orofaringe, posterior a la cavidad oral; y la laringofaringe, que es la continuación del
esófago.
Las paredes de la faringe contienen dos capas de músculo esquelético. Las células
de la capa interna la recorren longitudinalmente; mientras que las de la capa externa
(los músculos constrictores) rodean la pared de forma circular.
Las contracciones alternantes de estas dos capas musculares impulsan los
alimentos a través de la faringe al esófago, situado más abajo. Este mecanismo de
impulsión, denominado peristalsis.
Esófago
El esófago (o garganta) va desde la faringe a
través del diafragma hasta el estómago. Con
unos 25 cm de longitud, es esencialmente un
“pasillo” que conduce los alimentos (mediante
la peristalsis) hasta el estómago. Las paredes
de los órganos del tubo digestivo que van
desde el esófago hasta el intestino grueso están formadas por las mismas cuatro
capas (o túnicas) de tejido básico:
1. La mucosa es la capa más interna, una membrana húmeda que cubre la cavidad
(o luz) del órgano. Consta principalmente de un epitelio superficial, además de una
pequeña cantidad de tejido conectivo (lámina propia) y una escasa capa de músculo
liso. Más allá del esófago, que tiene un epitelio escamoso estratificado resistente a
la fricción, el epitelio es en su mayor parte cilíndrico simple.
2. La submucosa se encuentra justo debajo de la mucosa. Se trata de una capa de
tejido conectivo suave que contiene vasos sanguíneos, terminaciones nerviosas,
ganglios linfáticos y vasos linfáticos.
3. La capa muscular externa es una capa
muscular que suele estar formada por una
capa circular interna y una capa longitudinal
externa de células de músculo liso.
4. La serosa es la capa más externa de la
pared. Está formada por una sola capa de
células planas que producen líquido seroso,
el peritoneo visceral. El peritoneo visceral es
la continuación del peritoneo parietal, liso y
resbaladizo,
que
cubre
la
cavidad
abdominopélvica mediante una extensión
de la membrana, el mesenterio.
Estómago
El estómago tiene forma de C, y se encuentra en el lado izquierdo de la cavidad
abdominal, casi escondida por el hígado y el diafragma. Se han nombrado distintas
zonas del estómago. La región cardiaca (denominada así por su posición cerca del
corazón) rodea al esfínter cardioesofágico, a través del cual los alimentos entran al
estómago desde el esófago. El fundus es la parte expandida del estómago situada
lateralmente con respecto a la región cardiaca.
El cuerpo es la parte media y, a medida que
se ensancha por su parte inferior, se
convierte
en
el
antro
pilórico
y,
a
continuación, en el píloro, que tiene forma de
embudo y es la parte terminal del estómago.
El tamaño del estómago varía de 15 a 25 cm,
pero su diámetro y volumen dependen de la
cantidad de alimentos que contiene. Cuando
está lleno, puede contener unos cuatro litros
de alimento.
Cuando está vacío, se retrae sobre sí mismo
y su
mucosa forma
grandes pliegues
denominados rugosidades (ruga = arruga, pliegue). La superficie lateral convexa del
estómago es la curvatura mayor; su superficie media cóncava es la curvatura
menor.
El epiplón menor, una doble capa de peritoneo, se extiende desde el hígado hasta
la curvatura menor. El epiplón mayor, otra extensión del peritoneo, se extiende hacia
abajo y cubre los órganos abdominales como un delantal de encaje antes de unirse
a la pared corporal posterior. El epiplón mayor está lleno de grasa, que ayuda a
aislar, amortiguar y proteger los órganos abdominales, y cuenta con grandes grupos
de ganglios linfáticos que contienen macrófagos y células defensivas del sistema
inmunitario.
La mucosa del estómago es un epitelio cilíndrico simple formado por completo por
células mucosas que producen una capa protectora de moco alcalino rico en
bicarbonato que se pega a la mucosa del estómago y protege la pared del mismo
frente a daños debidos a ácidos y a su digestión por parte de las enzimas.
Por otra parte, esta cobertura lisa está dotada de millones de profundas fosas
gástricas, que conducen a las glándulas
gástricas, las cuales secretan una
solución denominada jugo gástrico. Por
ejemplo, algunas células estomacales
producen el factor intrínseco, una
sustancia necesaria para la absorción
de vitamina B12 desde el intestino
delgado.
Las
células
principales
producen
enzimas
que
proteínas,
en
mayor
su
digieren
parte
pepsinógenos, y las células parietales
producen ácidoclorhídrico corrosivo,
que hace que el contenido del estómago sea ácido y activa las enzimas.
Intestino delgado
El intestino delgado es el principal órgano digestivo del organismo. A través de su
tortuoso recorrido, el alimento que puede utilizarse se prepara finalmente para su
viaje en las células del cuerpo. El intestino delgado es un tubo muscular que se
extiende desde el esfínter pilórico hasta el intestino grueso.
Se trata de la sección más larga del tubo digestivo, con una longitud media de entre
2,5 y 7 m en una persona viva. Exceptuando la parte inicial del intestino delgado (el
duodeno), que se encuentra mayoritariamente en una posición retroperitoneal, el
intestino delgado cuelga en bobinas con forma de salchicha en la cavidad
abdominal, suspendidas desde la pared abdominal posterior mediante el mesenterio
con forma de abanico.
El intestino grueso lo rodea y
enmarca
en
la
cavidad
abdominal. El intestino delgado
presenta tres subdivisiones: el
duodeno
(“longitud
de
doce
dedos de ancho”), el yeyuno
(“vacío”) y el íleon (“intestino
enrollado”), que contribuyen al
5%, casi al 40% y casi al 60% de
la longitud del intestino delgado,
respectivamente. El íleon se une al intestino grueso en la válvula ileocecal, que une
los intestinos grueso y delgado. La digestión química de los alimentos empieza
realmente en el intestino delgado. El intestino delgado es capaz de procesar sólo
una pequeña cantidad de alimento cada vez. El esfínter pilórico (literalmente,
“portero”) controla el movimiento de los alimentos en el intestino delgado desde el
estómago y evita que el intestino delgado se llene demasiado. Aunque el duodeno
con forma de C es la subdivisión más corta del intestino delgado, tiene las
características más interesantes.
El intestino delgado está bien adaptado a su función. Su pared presenta tres
estructuras
que
aumentan
tremendamente
la
superficie
absorbente:
microvellosidades, vellosidades y pliegues circulares.
Las microvellosidades son diminutas proyecciones de la membrana plasmática de
las células mucosas que proporcionan un aspecto velloso a la superficie celular,
algunas veces denominada borde ciliado. Las membranas plasmáticas portan
enzimas (enzimas de bordes ciliados) que completan la digestión de las proteínas y
los hidratos de carbono en el intestino delgado.
Las vellosidades son proyecciones con forma de dedo de la mucosa que le confieren
un aspecto y una apariencia aterciopelados, muy parecidos al suave tejido de una
toalla. En cada vellosidad hay un sofisticado lecho capilar y un capilar linfático
modificado denominado vaso quilífero. Los productos alimentarios digeridos se
absorben a través de las células mucosas de los capilares y el quilífero.
Los pliegues circulares, también denominados plicae circulares, son profundos
pliegues de capas de mucosa y submucosa. A diferencia de las rugosidades del
estómago, los pliegues circulares no desaparecen cuando los alimentos llenan el
intestino delgado. Todas estas modificaciones estructurales, que aumentan el área
de superficie, se reducen en número hacia el final del intestino delgado.
Intestino grueso
El intestino grueso tiene un diámetro mucho mayor que el intestino delgado (de ahí
su nombre, el intestino grueso), pero tiene una longitud menor. Con unos 1,5 m de
longitud, se extiende desde la válvula ileocecal hasta el ano. Enmarca el intestino
delgado por tres lados y presenta las siguientes subdivisiones: ciego, apéndice,
colon, recto y canal anal. El ciego con forma de saco es la primera parte del intestino
grueso. Colgando del ciego encontramos el apéndice con forma de gusano
(“vermiforme”), una zona potencialmente problemática. Puesto que suele estar
enrollado, es una ubicación ideal para la acumulación y multiplicación de bacterias.
La inflamación del apéndice, la apendicitis, es el resultado habitual. El colon se
divide en varias regiones distintas. El colon ascendente recorre hacia arriba la parte
derecha de la cavidad abdominal y realiza un giro, la flexura derecha (o hepática)
del colon, para cruzar la cavidad abdominal como el colon transverso. Vuelve a girar
en la flexura izquierda (o esplénica) del colon y continúa hacia abajo por el lado
izquierdo como el colon descendente, para entrar en la pelvis, donde se convierte
en el colon sigmoide con forma de S. El colon sigmoide, el recto, y el canal anal se
encuentran en la pelvis. El canal anal termina en el ano, el cual está abierto al
exterior. El canal anal presenta un esfínter voluntario externo (el esfínter anal
externo) compuesto por músculo esquelético y un esfínter involuntario interno
(esfínter involuntario interno) formado por músculo liso.
LAS FUNCIONES DE CADA UNA DE ESTRUCTURAS DE LOS ORGANOS DEL
SISTEMA DIGESTIVO
Boca
La boca tiene múltiples funciones, pero las más importantes son:
Digestiva: la boca es el punto de inicio del aparato digestivo y gracias a ella,
podemos masticar los alimentos, mezclarlos con saliva y tragarlos.
Respiración: participa activamente en la respiración e interviene tanto para tomar
como para expulsar el aire.
Sensorial y sensitiva: es uno de
los órganos más especializados
para percibir las propiedades de
los alimentos y otros objetos
gracias a las papilas gustativas de
la lengua.
Protección: tiene un papel muy
importante en nuestro sistema de
defensa porque actúa como barrera para evitar la entrada de microorganismo en el
cuerpo.
Estética: nuestra sonrisa y dientes forman parte de nuestra apariencia física e
influyen notablemente en el autoestima.
Comunicación: además de hablar, realizamos gestos, ademanes, silbidos, etc. Con
los que nos comunicamos con las personas. Aspiramos aire que pasa por la boca y
llega hasta la laringe que es la encargada de generar sonido con la vibración que
produce el aire.
Faringe
La faringe está conectada a varios órganos y es parte de distintos sistemas del
organismo por lo que ayuda y permite se realicen múltiples funciones.
Permitir el paso de los alimentos desde la boca hacia el esófago o deglución es una
de las funciones de la faringe, pasa cuando realiza contracciones musculares que
permiten al alimento llegar al esófago.
En la deglución suceden de movimientos que habilitan los conductos digestivos y
cierran los respiratorios.
Estas mismas contracciones evitan que los alimentos entren en la tráquea y con
ello al sistema respiratorio. La epiglotis es la válvula
contracciones, la
faringe
se
encarga
de
cerrar
y
que controla las
evitar
accidentes por
atragantamientos.
Igualmente la faringe tiene entre sus funciones ayudar en los procesos
de inhalación
y
espiración claves
en
la respiración,
proceso
fisiológico
indispensable para la vida.
Mediante las fosas nasales entra el aire en función natural respiratoria, también se
puede hacer a través de la boca, ambas partes del cuerpo conectan con la faringe
que se encarga de enviarlo a la tráquea, ésta lo transporta hacia los pulmones.
La emisión de sonidos es parte de las funciones musculares de la faringe, estos
sonidos son esenciales para la comunicación oral. La emisión de sonidos o
vocalización se produce gracias a la vibración de las cuerdas vocales, se hace
gracias a la faringe ya que el aire necesario para vocalizar es inhalado y pasa a
través de la faringe y la laringe.
La presión en el oído medio se da gracias al trabajo conjunto de la faringe y la
trompa de Eustaquio. El movimiento hace que se abra y se cierre, lo que iguala la
presión que llega al oído medio y, conduce el sonido.
La faringe también ayuda en los procesos de producción saliva, percepción de
olores y sabores, y en la masticar.
Esófago
La principal función del esófago es trasladar o deglutir los alimentos ingeridos al
estómago, y su extremo distal, es responsable de prevenir, en una manera
retrógrada gastroesofágica, el reflujo de aquellos comestibles ingeridos. La fuerza
mecánica primaria responsable para el movimiento de los alimentos a través del
esófago proviene de la capa externa muscular.
Estomago
Las funciones del estómago son:
Vaciamiento: Cuando el estómago contiene alimento, se producen ondas
constrictoras débiles, llamadas ondas de mezclado, que se mueven a lo largo de su
pared aproximadamente una vez cada 20 segundos. A medida que las ondas
progresan hasta el antro pilórico, se hacen más intensas, con lo que permiten la
salida del quimo por el esfínter pilórico.
Regulación: El vaciamiento gástrico depende de la fuerza de las ondas peristálticas
del antro pilórico y del grado de contracción del esfínter pilórico, que son
controlados, a su vez, por señales reguladoras nerviosas y hormonales procedentes
del estómago y del intestino delgado.
Secreción: El estómago secreta diariamente de 2 a 3 litros de jugo gástrico. La
mucosa gástrica presenta varios tipos de células y glándulas secretoras:

células epiteliales

glándulas gástricas
Regulación: La ingesta de alimentos es el estímulo adecuado de la secreción del
jugo gástrico, que comienza ya antes de la comida y sigue después de terminarla.
En la secreción gástrica se distinguen 3 fases:
1. La fase cefálica, que se desencadena por la expectativa, el olor, la vista o el
gusto de la comida.
2. La fase gástrica, que produce un 60% de la secreción gástrica total. Se inicia
con la distensión del estómago por los alimentos y por efectos químicos de
determinados componentes de los mismos, y es regulada por señales
nerviosas (en respuesta a la distensión gástrica) y hormonales (gastrina).
3. La fase intestinal, que se origina en el intestino delgado y da lugar a un 5%
de la secreción gástrica total.
Intestino delgado
Digestión de proteínas: Las proteínas, los péptidos y los aminoácidos son actuados
sobre por las enzimas tales como tripsina y quimotripsina, secretadas por el
páncreas. Esto las rompe derriba a péptidos más pequeños. La avería química
comienza en el estómago y continúa hasta el intestino grueso.
Digestión de lípidos: Las enzimas, como las lipasas secretadas del páncreas, actúan
en las grasas y los lípidos en dieta. Esto rompe los triglicéridos en los ácidos grasos
libres y los monoglicéridos. Es ayudada por las sales de bilis secretadas por el
hígado y la vesícula biliar. La lipasa es soluble en agua pero los triglicéridos grasos
no son. Las sales de bilis esperan los triglicéridos en el ambiente acuoso hasta que
la lipasa pueda romperlos en las piezas más pequeñas que pueden entrar en las
vellosidades intestinales para la amortiguación.
Digestión de hidratos de carbono: Los hidratos de carbono se analizan a los
azúcares y a los monosacáridos simples como la glucosa. La amilasa pancreática
analiza algunos hidratos de carbono a los oligosacáridos también. Algunos hidratos
de carbono y fibras pasan indigerido al intestino grueso donde pueden, dependiendo
de su tipo, estar descompuestos por las bacterias intestinales.
Amortiguación en los intestinos delgados: Una vez que están analizados los
alimentos son absorbidos por las paredes internas del intestino delgado en la
corriente de la sangre. Los alimentos se hacen bastante pequeños de modo que
puedan pasar, o “transpórtese”, a través de las células epiteliales del aparato
gastrointestinal. Los alimentos son absorbidos por procesos de la difusión
simple/pasiva, de la difusión facilitada, del transporte activo primario, o del
transporte activo secundario.
El intestino delgado es bueno para la amortiguación puesto que tiene una superficie
interna grande. Esto es formado debido a los circulares de los plicae que proyectan
muchos minúsculos dedo-como las estructuras de vellosidades llamadas tejido. Las
células epiteliales individuales también tienen dedo-como las proyecciones, que se
llaman conocidas como microvellosidades.
Colon
El colon está situado inmediatamente después del ciego y mide 1,5 metros. A pesar
de las diferencias entre los aparatos digestivos de los diferentes vertebrados, sus
funciones principales son las de almacenar residuos, extraer agua, mantener el
equilibrio de hidratación y absorber algunas vitaminas como la vitamina K.
Cuando el quimo alcanza este órgano casi todos los nutrientes y el 90 % del agua
han sido absorbidos por el cuerpo; algunos electrolitos como el sodio, magnesio, y
cloruros, así como carbohidratos no digeribles conocidos como fibra alimentaria. A
medida que el quimo se mueve a lo largo del intestino se irá extrayendo la mayoría
del agua de este, mientras que se va impregnando de una mucosa y bacterias
conocidas como flora intestinal, pasando a convertirse en materia fecal (heces). Las
bacterias descompondrán algunas de las fibras para su propia alimentación y
crearán acetatos, propionatos, butiratos, como productos de desecho, los cuales a
su vez son utilizados por las células del colon como alimento.
ESTRUCTURA Y FUNCION DE LOS ORGANOS ACCESORIOS DEL SISTEMA
DIGESTIVO
Dientes
Nosotros masticamos abriendo y cerrando la mandíbula y moviéndola de un lado a
otro mientras utilizamos la lengua continuamente para mover el alimento entre los
dientes. En el proceso, los dientes desgarran y machacan los alimentos, de modo
que los descomponen en fragmentos más pequeños.
Normalmente, a los 21 años se han formado dos grupos de dientes. El primer grupo
es el de los dientes primarios, también denominados dientes infantiles o dientes de
leche. Los dientes primarios empiezan a nacer en torno a los seis meses, y un bebé
posee un grupo completo (20 dientes) a los dos años de edad. Los primeros dientes
que aparecen son los incisivos centrales inferiores, un suceso que los padres suelen
esperar con ansiedad.
A medida que el segundo grupo dental, los dientes permanentes más profundos,
crecen y se desarrollan, las raíces de los dientes de leche son reabsorbidas, y entre
los seis y los doce años se sueltan y se caen. Todos los dientes permanentes,
excepto los terceros molares, ya han nacido al llegar al final de la adolescencia. Los
terceros molares, también denominados muelas del juicio, nacen más tarde, entre
los 17 y los 25 años. Aunque hay 32 dientes permanentes en un grupo completo, a
menudo las muelas del juicio no salen del todo; a veces están completamente
ausentes.
Los dientes se clasifican según su forma y funcionan como incisivos, caninos,
premolares y molares. Los incisivos, con forma de cincel, están hechos para cortar;
los caninos con forma afilada (colmillos) son para desgarrar o perforar. Los
premolares y los molares presentan coronas anchas con puntas redondeadas y son
los dientes mejor adaptados para machacar.
Un diente consta de
dos
regiones
principales, la corona
y la raíz. La corona
recubierta
de
esmalte es la parte
expuesta del diente
por encima de la
encía. El esmalte es
la
sustancia
más
dura del cuerpo y
resulta bastante quebradizo porque tiene una elevada mineralización con sales
cálcicas. La parte de diente incrustada en la mandíbula es la raíz; la raíz y la corona
están unidas por la región dental denominada cuello. La superficie exterior de la raíz
está cubierta por una sustancia denominada cemento, que une el diente a la
membrana periodontal (ligamento). Este ligamento sujeta el diente en su lugar de la
mandíbula. La dentina, un material similar al hueso, se encuentra por debajo del
esmalte y forma el conjunto del diente. Rodea la cavidad pulpar central, que
contiene varias estructuras (tejido conectivo, vasos sanguíneos y fibras nerviosas)
que en conjunto se denominan pulpa. La pulpa aporta nutrientes a los tejidos
dentales y ofrece sensaciones en los dientes.
Glándulas salivares
Tres pares de glándulas salivares vacían sus secreciones en la boca. Las grandes
glándulas parótidas se encuentran en la parte anterior de las orejas. Las paperas,
una enfermedad infantil común, es una inflamación de las glándulas parótidas.
Las
glándulas
submandibulares
y
pequeñas
glándulas
sublinguales
vacían
las
sus
secreciones en el suelo de la
boca a través de los diminutos
conductos. El producto de las
glándulas salivares, la saliva,
es una mezcla de mucosidad y
líquidos serosos. La mucosidad
humedece y ayuda a unir los
alimentos
en
una
masa
denominada bolo, que facilita
las acciones de masticar y
tragar.
La clara porción serosa contiene una enzima (amilasa salivar), en un jugo rico en
bicarbonato (alcalino) que inicia el proceso de digestión del almidón en la boca. La
saliva también contiene sustancias como la lisozima y anticuerpos (IgA) que inhiben
las bacterias; por tanto, también cuenta con una función protectora. Por último pero
no menos importante, la saliva disuelve las sustancias químicas de los alimentos
para que puedan saborearse.
Páncreas
El páncreas es una glándula triangular, suave y rosa que se extiende a través del
abdomen desde el bazo hasta el duodeno. La mayor parte del páncreas se
encuentra en la parte posterior hasta el peritoneo parietal; de ahí que su ubicación
se denomine retroperitoneal.
Cabeza: Dentro de la curvatura duodenal, medial y superior.
Proceso unciforme: Posterior a los vasos mesentéricos superiores, medial e inferior.
Cuello: Anterior a los vasos mesentéricos superiores. Posterior a él se crea la vena
porta. A la derecha de la cabeza.
Cuerpo: Continúa posterior al estómago hacia la derecha y ascendiendo
ligeramente.
Cola: Termina tras pasar entre las capas del ligamento esplenorenal. La única parte
del páncreas intraperitoneal.
Conducto pancreático: Empieza en la cola dirigiéndose a la derecha por el cuerpo.
En la cabeza cambia de dirección a inferior. En la porción inferior de la cabeza se
une al conducto colédoco dando la ampolla hepatopancreática o de Vater que se
introduce en el duodeno descendente.
El hígado
El hígado es la glándula más grande del cuerpo. Ubicado debajo del diafragma, más
hacia la derecha del cuerpo, se halla por encima del estómago y lo cubre casi por
completo. El hígado presenta cuatro lóbulos y está suspendido desde el diafragma
y la pared abdominal mediante un delicado cordón del mesenterio, el ligamento
falciforme.
No hay ninguna duda de que el
hígado es uno de los órganos
más importantes del organismo.
Posee
muchas
funciones
metabólicas y reguladoras; sin
embargo, Su función digestiva es
la producción de bilis. La bilis
abandona el hígado a través del
conducto hepático común y entra en el duodeno a través del conducto biliar.
La bilis es una solución acuosa entre amarilla y verde que contiene sales y
pigmentos biliares (principalmente bilirrubina, un producto de la descomposición de
la hemoglobina), colesterol, fosfolípidos y una variedad de electrolitos. De estos
componentes, sólo las sales biliares (derivadas del colesterol) y los fosfolípidos
ayudan en el proceso digestivo. La bilis no contiene enzimas, pero sus sales biliares
emulsionan las grasas mediante la descomposición física de grandes glóbulos de
grasa en otros más
pequeños, de modo
que ofrece una zona
superficial
mayor
para que trabajen las
enzimas
que
digieren las grasas.
La vesícula biliar
La vesícula biliar es un saquito verde de finas paredes que se encuentra en una
fosa poco profunda en la superficie inferior del hígado. Cuando no hay digestión de
alimentos, la bilis vuelve a subir por el conducto cístico y entra en la vesícula biliar
para su almacenamiento.
Mientras está en la vesícula biliar, la bilis se concentra mediante la extracción de
agua. Más adelante, cuando entran alimentos grasos en el duodeno, un estímulo
hormonal hace que la vesícula biliar se contraiga y la bilis almacenada salga a
borbotones, de modo que el duodeno pueda disponer de ella.
Descripción general de los procesos y controles gastrointestinales
Las principales funciones del tracto digestivo suelen resumirse en dos palabras:
digestión y absorción. Sin embargo, muchas de sus actividades específicas (como
la actividad de los músculos lisos) y determinados sucesos reguladores no se
incluyen realmente en ninguna de estas dos funciones. Para describir los procesos
del sistema digestivo de un modo un poco más preciso, debemos considerar en
realidad unos cuantos términos funcionales más.
1. Ingestión. El alimento debe colocarse en la boca antes de que pueda actuarse
sobre él. Se trata de un proceso activo y voluntario denominado ingestión. Si los
alimentos deben ser procesados por varios órganos digestivos, deben pasar de un
órgano al siguiente. La acción de tragar es un ejemplo del movimiento de los
alimentos que depende en gran medida del proceso de impulsión denominado
peristalsis. La peristalsis es involuntaria e implica movimientos alternantes de
contracción y relajación musculares en la pared del órgano. El efecto neto es
estrujar los alimentos a lo largo del tracto. Aunque la segmentación puede ayudar a
impulsar los productos alimentarios por el intestino delgado, normalmente sólo
mueve los alimentos de
atrás hacia adelante a
través de la pared interna
del órgano, que actúa para
mezclarlos con los jugos
digestivos. De este modo,
las segmentación es más
un ejemplo de digestión
mecánica
que
de
impulsión.
3. Digestion:
Digestión mecánica. Mezclar los alimentos en la boca mediante la lengua, machacar
la comida en el estómago y segmentarla en el intestino delgado son ejemplos de
procesos que contribuyen a la digestión mecánica. La digestión mecánica prepara
los alimentos para su posterior degradación a través de las enzimas mediante la
fragmentación
física
de
la
comida
en
partículas
más
pequeñas.
Digestión química. La secuencia de pasos en los que las moléculas grandes de
alimentos se descomponen en sus bloques de formación mediante las enzimas
(moléculas de proteína que actúan como catalizadores) se denomina digestión
química. El agua también es necesaria como medio disolvente, así como un agente
suavizador para la digestión de los alimentos. Puesto que cada uno de los
principales grupos alimentarios tiene bloques de formación muy distintos, merece la
pena tomarse un poco de tiempo para revisar estas unidades químicas. Los bloques
de formación (o unidades) de alimentos con hidratos de carbono son
monosacáridos, o azúcares simples. Tenemos que recordar sólo tres de éstos que
son comunes en nuestra dieta: glucosa, fructosa y galactosa. La glucosa es la más
importante sin lugar a dudas, y cuando se habla de los niveles de azúcar en sangre,
la glucosa es el “azúcar” al que se hace referencia siempre. La fructosa es el azúcar
más abundante de las frutas, y la galactosa se encuentra en la leche.
Esencialmente, los únicos hidratos de carbono que digiere nuestro sistema
digestivo, o que se descomponen en azúcares simples, son la sacarosa (azúcar de
mesa), la lactosa (azúcar de la leche), la maltosa (azúcar de la malta) y el almidón.
La sacarosa, la maltosa y la lactosa se denominan disacáridos (o azúcares dobles),
porque cada una consta de dos azúcares simples unidos.
El almidón es un polisacárido (literalmente, “muchos azúcares”) formado por cientos
de unidades de glucosa. Aunque consumimos alimentos que contienen otros
polisacáridos,
como
la
celulosa,
carecemos
de
enzimas
capaces
de
descomponerlos. Los polisacáridos indigeribles no nos proporcionan ningún
nutriente, pero ayudan a mover los productos alimentarios por el tracto
gastrointestinal de modo que proporcionan volumen, o fibra, a nuestra dieta. Las
proteínas se digieren en bloques de formación, que son aminoácidos. Los productos
intermedios de la digestión de proteínas son polipéptidos y péptidos. Cuando se
digieren los lípidos (grasas), éstos producen dos tipos distintos de bloques de
formación; ácidos grasos y un alcohol denominado glicerol.
5. Absorción. El transporte de los productos finales digeridos de la luz del tracto GI
hasta la sangre o la linfa es la absorción. Para que se produzca la absorción, los
alimentos digeridos deben entrar primero en las células mucosas mediante los
procesos de transporte activo o pasivo. El intestino delgado es el principal punto de
absorción.
6. Defecación. La defecación es la eliminación de los residuos indigeribles del tracto
GI a través del ano en forma de heces.
Bibliografía
Peate, I., & Nair, M. (2012). Anatomía y fisiología para enfermeras. Manual Moderno.
Marieb, E. N. (2008). Anatomía y fisiología humana (No. Sirsi) i9788478290949). Pearson
Educación.
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