La Revolución Francesa Situación de Francia en 1789 Francia había evolucionado desde casi 2000 años mediante un régimen monárquico con altos y bajos, cambios de dinastía. Con el final del imperio de Carlo Magno, hubo un periodo de anarquía tremenda, en los siglos IX y X, superado posteriormente por la feudalidad. Ésta era el resultado de la autodefensa por parte de la gente de campo. Los campos fueron constantemente invadidos por bandoleros de todo tipo, que se aprovechaban de la situación para saquear las casas. Entonces los habitantes del campo tuvieron que concentrarse en un cerro, fácil de defender, y se establecieron en aldeas, arriba del cerro. Durante el día iban a trabajar a los campos y volvían por la noche a la aldea. Cuando veían que se acercaban los jinetes corrían hacia sus aldeas cuesta arriba. Sin embargo, necesitaban un jefe que organizara política y militarmente su organización, los que lo encontraban sobrevivían, los que no, morían. Podía ser el antiguo suboficial de los ejércitos. Podía ser algún joven con capacidades militares y estratégicas. Cuando encontraban al jefe, se le daba lo mejor de lo que se podía conseguir para que no se fuera. Después, cuando la paz se restableció en el reino, los feudos se mantuvieron, y los descendientes del jefe improvisado se mantuvieron en el poder, organizando. Esto duró así en el campo hasta el siglo XVII. El señor feudal no tenía la misma autoridad de antes pero era el representante del rey en el territorio que estaba, no era dueño, solamente tenía derecho de administración y cobraba impuestos por los servicios que prestaba. Existían gremios de artesanos muy bien organizados, hechas por una federación de talleres autónomos, sin asalariados: vendían productos manufacturados, compraban y vendían materias primas, al justo precio, el precio que correspondía al valor de la materia prima y que cubría las necesidades de los productores. Subversión Inglesa ¿Por qué entonces, de repente, en 1789, una parte de población se sublevó contra la monarquía, y otra parte de la población cuya función era mantener el orden y administrar el país, levantaron los brazos? La expresión “Revolución Francesa” es inexacta. Revolución, del Latín Re-volvere, significa volver atrás a la tradición del pasado, restaurar un orden perdido. Si no se restaura el orden se llama Subversión. Y esta subversión fue preparada e instigada desde Londres. Los ingleses habían sacado a los franceses de Canadá y de la India. El Rey Luis XVI quiso restaurar la situación. Primero rehízo la marina que se había abandonado, motivo de la victoria inglesa, y en segundo lugar, hostigó a los ingleses en todos los campos, inclusive en uno donde cuyas consecuencias de su acción hoy nos resultan muy negativas: Francia mando sus tropas a las colonias británicas de América, para “ayudarlas”: para pelear contra los ingleses y sacarlos. Sin la ayuda de las tropas francesas, los colonos ingleses americanos no hubieran podido ganar jamás. Francia creo así uno de sus peores enemigos, ¿quién podría, en el silgo XVIII, suponer que serían invadidos por ellos en 1944, el desembarco en Normandía (día D)? Francia en el tema internacional había vuelto a ser la potencia máxima en Europa, con 25 millones de habitantes, disponía de la mitad del circulante metálico de todo Europa, una prosperidad general para la época. En las escuelas francesas se dice que los campesinos arañaban los suelos con las uñas para sacar raíces para comer. Esto es para reírse, en primer lugar porque las raíces eran las papas, zanahorias, etc, y en segundo lugar, el mundo entero esta peleándose por conseguir los muebles de los campesinos de ese entonces, pagándolos una fortuna de plata. Los que si vivían mal eran los descendientes de los señores feudales, porque los campesinos resistían cada vez más a pagar los impuestos y el señor feudal no tenía tanta fuerza como sus antepasados para imponerse. Pero tampoco moría de hambre. Durante la minoría de edad del rey Luis XIV, hubo un sublevamiento contra el cardenal Mazarino, revuelta encabezada por algunos grandes señores del interior de Francia. Luis XIV que había tenido que abandonar París en ese momento, le quedo una especie de pánico ante la idea de que esto podría volver a suceder con consecuencias peores. Entonces, en primer lugar hizo construir el Castillo de Versalles, para vivir lejos de París, en segundo lugar domesticó a la alta nobleza, que antes ocupaban sus funciones de gobernadores, representantes del Rey en cada provincia, y la llamó a la corte, la cubrió de regalos, consideraciones, les dio títulos altisonantes que exigían su presencia en el Castillo de Versalles, los ablandó, los neutralizó, y cuando Luis XVI los necesitó para defender el régimen no los encontró más. ¿Por qué esta gente había tenido una función importante antes? Francia no era un reino, era un impero, Frankreich en alemán, el imperio francés. ¿Por qué era un imperio? Francia tenía ocho naciones dentro de su territorio, no una. Los Francos ocupaban una zona en el centro de Francia, un poco al norte, pero las demás provincias habían sido agregadas a Francia mediante un trabajo lento y difícil de los Reyes de la Dinastía Capeta. Cada provincia conservaba sus costumbres, su idioma, tradición, legislación, autoridades, menos el gobernador que era el representante del Rey. Y es así es como en Francia, en 1789, se hablaba ocho idiomas, había ocho culturas distintas: la francesa, provenzal, catalán, vasca, bretona, flamenca, alemana, y algo parecido al italiano en Córcega. Se respetaban la autonomía de las provincias. Francia era entonces un país multiforme, difícil de administrar, no estaba centralizado. Esto fue tomado por la mal llamada Revolución Francesa. Los franceses no tenían motivo real de levantarse contra la autoridad del Rey. ¿Por qué lo hicieron entonces? Porque desde Londres, se fomentó de varias maneras esa sublevación. Desde Londres se fomentó el liberalismo económico. A través de las obras de John Locke se difundió en Francia la teoría del librecambismo. ¿Por qué le convenía a los ingleses esto? Porque Inglaterra se había industrializado mediante un sistema capitalista, mucho antes que Francia, entonces su mercadería industrial se importaba a Francia, le convenía, pero a Francia no le convenía nada, porque en realidad importaba más de lo exportaba. Estas importaciones de mercadería no solo eran inglesas, ya que todas las fronteras estaban abiertas, instaurado por el ministro Jacques Necker, un banquero ginebrino, que Luis XVI nombró bajo presión de dios sabe qué. Esta situación provoco una desocupación marcada en los talleres artesanales y en las pocas grandes empresas industriales que se habían constituido en los últimos decenios. Los desocupados en aquel entonces no obtenían protección ni indemnización, y empezaron a vagar por los caminos. Éstos fueron utilizados como fuerza de choque en las grandes ciudades, especialmente en París, por organizaciones que se habían creado en Londres hace 50 años: las logias masónicas. La Masonería inglesa se había proyectado a Francia y recibió el apoyo del embajador estadounidense, Benjamin Franklin, gran maestre de la masonería norteamericana con gran prestigio en Francia por las sociedades intelectualoides. Entonces, desde las logias, empezaron a crear en las ciudades más chicas de Francia, sociedades de pensamiento, grupos de individuos que se pasaban algunas noches discutiendo ideas nuevas, ideas liberales, traídas por las logias masónicas en forma privada, pero que se abría en esta forma a la opinión pública, y empezaba a manejarla. Además, la masonería empezó a financiar la edición de obras redactadas por periodistas a sueldo, mercenarios, empezando por Voltaire, que también recibía el subsidio del Rey de Prusia, Federico Guillermo II, que no tenia mayor interés en que Francia se levantara demasiado por su poder político-económico. Voltaire era un magnifico escritor, pero podrido desde todos los puntos de vista. D’Holbach, Rousseau, todos se juntaron para editar “la enciclopedia”, una enciclopedia de varios tomos, que trataba temas sobre artes, oficios, pero con artículos políticos ideológicos, donde Rousseau, lanzó su contrato social: “Los hombres nacen libres e iguales y la sociedad los corrompe” es la primera frase de su libro. ¿A quién no le gusta ser libre y hacer lo que le da la gana?¿A quién no le gusta ser igual a todos? A todo el mundo, todos queremos ser libres y que nadie nos moleste, entonces eran ideas de fácil acogida. Por una población que tenía una profunda cultura y tradición oral, leyeron esto o se lo repitieron. Estos periodistas a sueldo, algunos de ellos que se convirtieron en los bufones de Federico de Prusia y de Caterina de Rusia, para actuar en Francia y romper el sistema coherente de la monarquía Francesa, para debilitar a Francia, la potencia más importante de Europa. Estos bufones de los reyes vecinos empezaron a proyectaron sus ideas de liberalismo, libertad, igualdad, individualismo, “el estado es el enemigo, la nación no existe, las provincias no existen, lo que existen son los individuos, nacidos libres e iguales”. Charles Mourrás decía en su obra “mis ideas políticas”: “¿Qué libertad es la del niño que acaba de nacer? ¿Elige su cuna? ¿Elige sus alimentos? ¿Elige a sus padres? No, es la desigualdad la que lo protege. Debido a que sus padres son superiores a él sobrevive, sino muere a las pocas horas…” ¿Todos somos iguales? Mire a su alrededor y compruébelo usted mismo. En un mundo donde hay genios, donde hay infelices que no sirven para nada, y es gracias a la desigualdad que los chicos se desarrollan y progresan. Pero estas ideas igualitarias eran atractivas para la gente que no tenia preparación para recibirlas. Poco a poco esto llego a entrar en dos capas sociales sumamente importantes: Una capa estaba formada por la nobleza de corte y la pequeña nobleza de provincia. Eran los que leían. Fueron atraídos por estas ideas “generosas” (las ideas son verdaderas o falsas, no generosas). Pero aceptaron poco a poco, les lavaron el cerebro, y se la anuló a la alta aristocracia, que era la que conseguía los altos grados militares, casi todos los oficiales pertenecían a la nobleza. Levantaron los brazos moral e intelectualmente, unos convertidos en sirvientes del Rey en el palacio, y los demás con la cabeza trastornada por Voltaire, Rousseau, y los demás. La otra capa social, ya peligrosa en un sentido activo, fue la Burguesía. Ésta se dividía en dos sub-castas: en primer lugar había un grupo marginado que era el formado por los armadores (naviero o empresa naviera que se encarga de equipar, avituallar, aprovisionar, dotar de tripulación y mantener en estado de navegabilidad una embarcación de su propiedad o bajo su posesión, con objeto de asumir su gestión náutica y operación) de los puertos y los usureros (aquellos que prestan dinero con un interés excesivo), la usura estaba prohibida por la ley real y religiosa. La practicaban libremente los judíos, porque ellos vivían en sus guetos y tenían su estatuto especial: les estaba prohibido salir, pero salían igual. La usura creo fortuna gigantesca, no solo entre los judíos. En cuanto a los armadores de ultramar, tenían libertad de comercio por la actuación del ministro Necker, se enriquecían rápidamente importando el azúcar de santo domingo, que era la mitad de lo que consumía Europa en ese momento. Esta gente tenía mucha plata. Pero ¿Qué se puede hacer cuando la plata no da poder? (ACÁ SE CORTA EL VIDEO) Por otro lado estaba la baja burguesía, conformada por la clase media y baja, formada por leguleyos (persona que se ocupa de cuestiones legales sin tener los conocimientos o la especialización suficientes) de todo tipo, altos magistrados, dueños de su oficio como lo son los escribanos, que conformaban los parlamentos. Los parlamentos regionales y el de Paris eran cortes de justicia donde los magistrados tenían bastante autoridad en su sector, mucho prestigio y mucha plata, se enriquecían enormemente con sus cargos. Debajo de ellos estaban los abogados y una multiplicidad de empleaditos indefinidos que se movían dentro de la vida judicial, que se creían intelectuales, todos leían mucho sin entender gran cosa, pero estaban contentos de no ser labradores ni soldados, eran gente “seria”, “responsable”, pero de mucha envidia porque no eran nadie. Entonces la conjunción de la gran burguesía financiera y de la pequeña burguesía levantisca (que es propenso a levantarse, sublevarse o rebelarse), pero manejada desde arriba por los altos magistrados de los parlamentos, creó un ambiente desagradable en el país. Eran esos integrantes del país los que formaban parte de las sociedades de pensamiento y de las logias, mayormente de éstas, ya que habían penetrado hasta el Castillo de Versalles. Porque el gran maestre de las logias francesas era el primer príncipe de la sangre, el Duque de Orleans, el sucesor dinástico del Rey si éste o sus descendientes desaparecían. Entonces había un afán de poder de un tipo totalmente corrupto y podrido desde todo punto de vista. Vivía en París en el palacio real, habitando un sector solo, y alquilando el resto, al ser la casa de un príncipe de la sangre, los policías no podían entrar. Había organizado casas de juego, prostíbulos, librerías de libros ilegales holandeses. Finalmente se creó en Francia en esta capa alta y neutralizada y la capa media trabajada por ideas subversivas, un estado peligroso. Esa gente pudo en determinado momento, y la primera vez se manifestó el 14 de julio de 1789 en la Toma de la Bastilla, utilizaron hombres de mano, desocupados, vagabundos, que vagaban por las calles de Paris. El campo no se movió en absoluto, prueba de esto es que cuando llego la época dura de la “Revolución Francesa”, se levantó bandera Bretaña, Alsacia, Provenza, Normandia, pero desgraciadamente el sistema de autonomía regional hacia que no funcionara coordinadamente. Cada provincia se levantó, restableció el orden dentro de lo limites de sus fronteras y volvío a sus casas. Porque si se hubieran juntado 300.000 hombres, que eran el conjunto de las tropas realistas, hubieran limpiado la mersa (que tiene mal gusto y modales vulgares) de París. Esta mersa fue reforzada en primer lugar por elementos militares, en la Francia del antiguo régimen las tropas eran tropas profesionales, casi todas no francesas, había tropas escocesas, alemanas, suizas y croatas. Era así porque precisamente no había motivo por el cual éstas se agitaran, ya que no entendían el francés ni los idiomas locales. Pero había dos regimientos franceses, éstos fueron los únicos que se levantaron, la propaganda igualitaria y liberal de París les llegó a ellos también. Entonces ¿en quién podía descansar el rey? La Toma de la Bastilla no le molestó demasiado, ésta era una fortaleza medieval convertida en prisión, que la propaganda enciclopédica liberal mostraba como el “símbolo de la opresión monárquica sobre el pobre pueblo indefenso”. Cuando derribaron la puerta de la Bastilla, encontraron adentro 7 presos: 4 fabricantes de moneda, 2 locos y un chico que había cometido una macana y fue metido preso a pedido de los padres. Los “presos” políticos que hubo fueron el Marqués de Sade, durante unos meses, al cual se le traía la comida de afuera servida por su propio ballet, en una celda de 10mts x 10mts. Poco a poco la población baja de parís empezó a sufrir las consecuencias de la crisis económica que vino del procedimiento usado por el gobierno de parís, la emisión de los “asignados”, emitidos por hacienda, con el respaldo de los bienes nacionales, los bienes robados a los gremios: campos, casas, colonias de vacaciones, talleres hospitales y escuelas. Los bienes de la iglesia que cubrían gran parte del campo escolar y hospitalario, y los bienes de los Nobles que habían emigrado. Todos estos bienes eran garantías de los “asignados”. Pero se emitían tantos, que cada día perdían el valor, pero el estado los aceptaba por su valor nominal (cantidad en dinero que el propietario atribuye al título o valor que representa la suma que recibió a cambio del mismo). Los que tenían dinero en oro comenzaron a comprar asignados al 10%, al 1%, y menos de su valor nominal, y cuando se vendieron los bienes nacionales ellos eran los únicos que podían comprar con monedas al valor nominal de los billetes asignados. Esto provocó una bronca feroz en la población y un desastre económico que se agregó a las faltas en el campo administrativo y económico y al librecambio. Hubo miseria real, faltaba pan, lo esencial de la comida de los franceses, y la agitación creció. Hombres de mano, mercenarios de las logias, desocupados, listos para cualquier cosa, delincuentes, se juntaron en las secciones de París. Y se difundieron en la ciudad como el único poder real, asaltaron las casas privadas, palacios, ministerios, armados con picas y el gorro frigio. El gorro era parte del uniforme de los galeotes del puerto de Tollón, delincuentes, asesinos la mayor parte, enviados a remar en las galeras. El gobierno de Paris liberó a estas “víctimas de la sociedad” y estos hombres salieron de Tollón armados, pasaron por Marsella, y subieron caminando hasta parís cantando la Marsellesa, que tomó su nombre ese día. El himno de la libertad y la igualdad. En París, esta tropa organizada de delincuentes profesionales bien hermanados por sus años en la cárcel, hizo todos los desastres imaginables. La matanza de septiembre cuando abrieron las cárceles, matando a todos los presos políticos que estaban dentro, asaltaron el palacio del Rey, juzgándolo y cortándole la cabeza. Esto fue el desastre final, el terror. Una banda de Leguleyos como Robespierrre, de ladrones como Danton, Marat que era un asesino nato, tomaron sucesivamente el poder, cortándose la cabeza unos a otros. Charlotte Corday apuñalo a Marat en su bañera. Gente de cierta formación sabía perfectamente lo que estaban haciendo, provocando la reacción conocida que, un día todo se vino abajo, en lo económico, político, social, los gobiernos y la policía desaparecieron, fue le anarquía total. Entonces apareció un gobierno provisional, el directorio. Nueve directores se apoderaron del poder ejecutivo, peleándose entre sí porque representaban intereses distintos. Napoleón Bonaparte, tenia aspiraciones políticas, y consiguió el apoyo del miembro más importante del directorio, más corrupto, el famoso Paul Barras (amante de la futura esposa de Napoleón). Napoleón fue enviado a Egipto para tomar las posiciones inglesas en Medio Oriente por detrás. No resultó pero conquistaron Egipto. Los Mamelucos entraron en guerra con los ejércitos de Napoleón, tornándose bastante dura. Napoleón se fugó, en medio del combate, en una fragata y abandonó el ejercito, yendo a Tollón, escondiéndose en el palacio real de Paris, con las prostitutas y los traficantes. Barras consideró que, debido a la deserción de Napoleón, era alguien a quien podía tener en sus manos, pero con capacidad de poner orden. Lo nombro Cónsul, luego Primer Cónsul. Finalmente, Napoleón, tomó el poder, especialmente con la ayuda de un banquero llamado Mayer Rothchild, a través del cual Napoleón especulaba en contra de los intereses franceses en todas las bolsas de Europa. Napoleón tiene fama de haber acabado con la “Revolución Francesa”, pero en realidad la consolidó, salvó de ella lo que se debía y podía salvarse desde los intereses de la burguesía francesa y del señor Rothchild, su asesor. ¿Cómo? Restableció el orden físico, anuló todas las libertades francesas de las provincias, de los gremios, de la iglesia, todo fue anulado. Un rebaño de individuos considerado todos legalmente iguales, menos en un punto, en el sistema electoral solo tenían derecho a votar los que pagaban un cierto impuesto, solo pagaban los burgueses, solo votaban los burgueses. El capitalismo creció de una forma espantosa, el proletariado creció porque los gremios disueltos por el gobierno anterior habían dejado a los antiguos artesanos, obreros, de los talleres, en la calle. El individuo que tenía bastante plata para alquilar un galpón, ponía un letrero que decía “se contratan obreros”, y ciertos obreros volvían a trabajar como en los talleres, pero no por interés propio sino por los del dueño de las herramientas, el capitalismo más crudo que empezaba. Napoleón fue el que impuso el sistema a Francia, lo estabilizó. La democracia igualitaria y libertaria en el campo económico, no en el político. Su policía mantenía el orden con el famoso Fouché. En el campo internacional, los gobiernos anteriores habían declarado la guerra a casi toda Europa, los ejércitos franceses habían recibido varias palizas a pesar de ser buenos combatientes. Pero la propaganda se las arreglo para magnificar la imagen de los ejércitos, incluso hasta para inventar una batalla, la famosa “Batalla de Valmy”. Había una complicidad del Duque de Montery, el comandante del ejército prusiano, masón de alto nivel, que en lugar de seguir avanzando se retiró con el pretexto de que sus fuerzas habían sido superadas. Cuando Napoleón reorganizó su ejército con soldados profesionales y creó su famoso gran ejercito, donde había tropas de todas las nacionalidades de Europa, comenzó a conquistarla hasta llegar a Moscú donde fracasó por el frio. Fuera de la perdida de ciertos territorios, dejo en toda Europa las ideas del liberalismo, ideas igualitarias y de autonomía de las nacionalidades.