Subido por Maria de los Angeles Juillerat Ferrer

Ficha sentencia CS

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31/8/2020
Westlaw Thomson Reuters
Documento
Rol: 40703-2017
Ministro: Carreño Seaman, Héctor
Ministro: Egnem Saldías, Rosa
Ministro: Maggi Ducommun, Rosa María
Ministro: Silva Gundelach, Guillermo Enrique
Redactor: Munita Luco, Diego
Abogado integrante: Munita Luco, Diego
Tribunal: Corte Suprema Primera Sala (Civil)(CSU1)
Partes: Universidad de Talca con Constructora Marcelo Rivano Limitada
Tipo Recurso: Recurso de Casación en el Fondo
Tipo Resultado: Acogido
Fecha: 17/07/2019
Cita Online: CL/JUR/5782/2019
Hechos:
Demandante interpone recurso de casación en la forma y en el fondo contra la sentencia de la Corte de Apelaciones, que confirmó el fallo de
primer grado que rechazó la demanda de cumplimiento de contrato con indemnización de perjuicios. La Corte Suprema rechaza el recurso de
casación en la forma, acoge el recurso de casación en el fondo deducido y dicta sentencia de reemplaz
Sumarios:
1 . I. El artículo 2462 del Código Civil, dispone "Si la transacción recae sobre uno o más objetos específicos, la renuncia general de todo derecho,
acción o pretensión deberá sólo entenderse de los derechos, acciones o pretensiones relativas al objeto u objetos sobre que se transige''''. Esta
norma, invocada por la recurrente de casación en el fondo en su recurso, debe ser concordada con las normas contenidas en los artículos 2003,
regla 4a, en la que se expresa que el recibo del dueño no exime al empresario de la responsabilidad por vicios de construcción, y particularmente,
con el artículo 1561 del Código Civil, que al efecto señala que "Por generales que sean los términos de un contrato, sólo se aplicaran a la materia
sobre que se ha contratado". De los elementos lógicos y sistemáticos expuestos se desprende que, en principio, la interpretación de la renuncia y
finiquito otorgada por la demandante debía hacerse siguiendo el objeto de dicho acuerdo y no sólo su motivo. Sobre esta base, la lectura del
avenimiento presentado, llevada ante la I. Corte de Apelaciones, se sostiene expresamente en su cláusula octava que la finalidad del acuerdo era la
de terminar dicho juicio, señalando en la cláusula primera que éste se debe al contrato de construcción celebrado, de forma tal que el finiquito
alcanzaba desde luego a las acciones por responsabilidad que tuviere la casa de estudios. Por lo tanto, al interpretar el tribunal de primer grado que
la transacción alcanzada implicaba la existencia de una cosa juzgada sobre la materia, impidiendo la obtención de la indemnización por parte de la
Universidad, no ha incurrido en un error de derecho (considerando 8° de la sentencia de casación)II. El tribunal de primer grado expresa que se
cumplen los requisitos para determinar la responsabilidad de empresa constructora, por cuanto el informe pericial determinó que al menos parte de
los factores involucrados en los daños sufridos por el edificio de Biotecnología de la demandante se produjeron por el suceso del terremoto de
27.02.2010, sin que pudiere determinarse que ello afecta a la totalidad de la obra, y negando el daño moral por falta de pruebas. Debe descartarse
que no haya habido prueba respecto del caso fortuito. El terremoto de 27.02.2010 es un hecho público y notorio, y como tal, no requiere ser
probado. Lo que sí debe ser probado es que este es el único motivo por el cual se provocan los daños que reclama el demandante. Lo anterior se
deriva de que la excusa de responsabilidad descansa exclusivamente en el hecho del movimiento telúrico, por lo que no correspondía dar lugar a la
excepción -o no dar lugar a la indemnización- en el caso que se determinase que los factores determinantes en la caída obedecían a un
cumplimiento imperfecto de la obligación de hacer, consistente en la construcción del edificio. En este sentido, el tribunal de primer grado -cuyas
conclusiones comparte el de apelaciones- señala que como existe una parte indeterminada de los daños que es provocada por el sismo, es
imposible cuantificar los daños indemnizables, y en tal caso, corresponde rechazar la demanda en su totalidad, más allá de que el mismo informe
pericial señale que existen defectos de construcción y que éstos son parte de los factores que originan el daño. Lo anterior vulnera los artículos 45
y 1547 del Código Civil, puesto que determina, en definitiva, que, a pesar de existir culpa por parte de la demandada, ésta viene aminorada o
atenuada por el terremoto, y siendo imposible determinar el grado en que ello ocurriría, no da lugar a indemnización alguna. Lo anterior no
coincide con la interpretación que debe darse al caso fortuito y particularmente, a la circunstancia de concurrencia de la culpa del deudor y de un
suceso de esta naturaleza. En efecto, el caso fortuito debe ser considerado siempre desde una perspectiva de ajenidad: bajo ningún respecto puede
considerarse que haya caso fortuito si el deudor, de alguna forma, ha contribuido a la creación del riesgo implícito. Lo anterior implica que, en este
caso concreto, al haber efectuado la construcción de manera defectuosa, según el informe pericial, no correspondía que se determinara que parte
de los daños eran causados por un caso fortuito, y por lo tanto, se infringieron las normas antes señaladas (considerando 9° de la sentencia de
casación)
2 . II. El tribunal de primer grado expresa que se cumplen los requisitos para determinar la responsabilidad de empresa constructora, por cuanto el
informe pericial determinó que al menos parte de los factores involucrados en los daños sufridos por el edificio de Biotecnología de la demandante
se produjeron por el suceso del terremoto de 27.02.2010, sin que pudiere determinarse que ello afecta a la totalidad de la obra, y negando el daño
moral por falta de pruebas. Debe descartarse que no haya habido prueba respecto del caso fortuito. El terremoto de 27.02.2010 es un hecho
público y notorio, y como tal, no requiere ser probado. Lo que sí debe ser probado es que este es el único motivo por el cual se provocan los daños
que reclama el demandante. Lo anterior se deriva de que la excusa de responsabilidad descansa exclusivamente en el hecho del movimiento
telúrico, por lo que no correspondía dar lugar a la excepción -o no dar lugar a la indemnización- en el caso que se determinase que los factores
determinantes en la caída obedecían a un cumplimiento imperfecto de la obligación de hacer, consistente en la construcción del edificio. En este
sentido, el tribunal de primer grado -cuyas conclusiones comparte el de apelaciones- señala que como existe una parte indeterminada de los daños
que es provocada por el sismo, es imposible cuantificar los daños indemnizables, y en tal caso, corresponde rechazar la demanda en su totalidad,
más allá de que el mismo informe pericial señale que existen defectos de construcción y que éstos son parte de los factores que originan el daño.
Lo anterior vulnera los artículos 45 y 1547 del Código Civil, puesto que determina, en definitiva, que, a pesar de existir culpa por parte de la
demandada, ésta viene aminorada o atenuada por el terremoto, y siendo imposible determinar el grado en que ello ocurriría, no da lugar a
indemnización alguna. Lo anterior no coincide con la interpretación que debe darse al caso fortuito y particularmente, a la circunstancia de
concurrencia de la culpa del deudor y de un suceso de esta naturaleza. En efecto, el caso fortuito debe ser considerado siempre desde una
perspectiva de ajenidad: bajo ningún respecto puede considerarse que haya caso fortuito si el deudor, de alguna forma, ha contribuido a la creación
del riesgo implícito. Lo anterior implica que, en este caso concreto, al haber efectuado la construcción de manera defectuosa, según el informe
https://westlawchile-cl.pucdechile.idm.oclc.org/maf/app/document?&src=laley4&srguid=i0ad82d9b00000174474d4b75431e946d&docguid=i0AC50817ED3B6…
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pericial, no correspondía que se determinara que parte de los daños eran causados por un caso fortuito, y por lo tanto, se infringieron las normas
antes señaladas (considerando 9° de la sentencia de casación)
Texto Completo:
Normativa relevante citada Arts. 45, 1547, 1561 y 2462 del CC.
Santiago, diecisiete de julio de dos mil diecinueve.
VISTO:
Por sentencia de fecha veintinueve de septiembre de 2015, dictada en estos autos rol 1072 2012, el Cuarto Juzgado de Letras de Mayor
Cuantía de Talca rechazó la demanda presentada por la Universidad de Talca en contra de Constructora Marcelo Rivano Limitada, por operar la
cosa juzgada a su respecto, y en contra de Constructora Cantera S.A., por cuanto los daños producidos en el Edificio de Biotecnología del Campus
Lircay de dicha casa de estudios no se habrían producido por deficiencias constructivas, sino serían consecuencia de la acción del terremoto
acaecido en la zona central del país el 27 de febrero de 2010; asimismo, dicho fallo rechazó la reconvencional deducida por Constructora Cantera
S.A. en contra de la Universidad de Talca.
La demandante dedujo recursos de casación en la forma y apelación en respecto de dicho fallo y una sala de la Corte de Apelaciones de Talca,
por resolución de once de agosto del año pasado, rolante a fojas 495, después de rechazar la nulidad formal, lo confirmó.
En su contra la perdidosa interpuso recursos de casación en la forma y en el fondo.
Se ordenó traer los autos en relación.
CONSIDERANDO: EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN LA FORMA:
PRIMERO: Que el recurrente sostiene que la sentencia cuestionada incurrió en la causal contemplada en el artículo 768 N° 5 Código de
Procedimiento Civil en relación con artículo 170 N.° 4 del mismo cuerpo de leyes, al haber omitido el juez a quo el análisis de la prueba rendida.
En efecto, los jueces de segunda instancia al rechazar el recurso de la misma especie que interpuso olvidan que la acción deducida también fue
rechazada respecto de la demandada Constructora Cantera S.A. por estimar que existe una eximente de responsabilidad, como lo es el caso
fortuito, sin analizar la totalidad de la prueba rendida, y en especial aquella referida a las bases administrativas, planos de construcción,
especificaciones técnicas de las obras, instrumentos que forman parte del contrato de construcción suscrito con cada una de las demandadas. La
correcta ponderación de estos lleva a concluir que las demandadas no cumplieron con sus obligaciones contractuales, lo que imponía el rechazo de
la excepción de caso fortuito alegada.
En este sentido la Corte de Apelaciones reconocen que no existió un análisis de toda la prueba, pero lo justifican bajo su óptica de entender que
era "inconducente", raciocinio vinculado únicamente con la excepción alegada por Constructora Rivano, sin referirse a la excepción de caso
fortuito opuesta por la otra demandada. En este entendido, el juez a quo no hace referencia específica, razonada y lógica respecto de las probanzas
que singulariza y de cuyo mérito es dable asentar que Constructora La Cantera no cumplió diligentemente con sus obligaciones y debido a tal
incumplimiento no estaba en posición de alegar caso fortuito.
Por otro lado, sostiene que en segunda instancia acompañó cinco documentos, cuatro de estos vinculados a los gastos que debió enfrentar la
Universidad de Talca en la reparación del Edificio de Biotecnología y uno, consistente en copia de la demanda de cumplimiento de contrato con
indemnización de perjuicios, Rol N° 299 2006 del 2° Juzgado de Letras de Talca, donde figura como demandante Constructora Marcelo Rivano
Limitada y como demandada Universidad de Talca, sin que ninguno de ellos haya sido analizado no obstante la relevancia para la resolución de la
acción deducida en contra de Constructora Rivano Limitada y que impedía acoger la excepción que esta demandada opuso, según explica.
SEGUNDO: Que al analizar el vicio formal denunciado en el libelo de casación no debe olvidarse que este se configura solo cuando en la
sentencia se omiten tanto las consideraciones de hecho y de derecho que le sirven de fundamento, como la enunciación de las leyes o principios en
que se apoya, mas no así cuando el razonamiento del fallo no se ajusta a la tesis sustentada por la parte recurrente. Y a diferencia de lo que se
postula en el recurso de nulidad en revisión, basta una lectura de la sentencia de alzada para constatar que esta sí contiene las reflexiones en virtud
de las cuales se establecieron los hechos de la causa, además de los fundamentos jurídicos que llevaron a los juzgadores a la decisión de rechazar
la demanda por considerar en un primer lugar que concurrían respecto de la demandada Constructora Marcelo Rivano Limitada los presupuestos
de la cosa juzgada lo que hacía innecesario otro tipo de análisis y luego por estimar que en relación de la Constructora Cantera S.A. en parte se
verificaba la excepción de caso fortuito, sin que dada la forma de proponer la demanda fuera posible determinar el quantum indemnizatorio.
TERCERO: Que el razonamiento desarrollado por los sentenciadores permite tener por cumplida la exigencia formal que la recurrente echa en
falta, tanto en lo relativo a las consideraciones de hecho y de derecho como los fundamentos legales con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo.
Distinto es, por cierto, que el impugnante no comparta las razones que llevaron a los juzgadores a una decisión jurisdiccional; sin embargo, tal
discrepancia no autoriza a entender configurado el vicio señalado, que, como ya se dijo, está circunscrito a omisiones en las que el fallo no
incurrió.
CUARTO: Que en mérito de lo expuesto queda en evidencia que lo impugnado por el recurrente, más que la ausencia de razonamientos
jurídicos ha consistido en que estos condujeron a una decisión que le es desfavorable, constituyendo ese reproche un cuestionamiento de carácter
sustantivo y no uno que amerite la invalidación de lo resuelto por razones de orden únicamente formal.
EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO:
QUINTO: Que la parte demandante fundó su alegato de nulidad sustancial en los siguientes errores de derecho:
a) Conculcación de lo preceptuado en los artículos 177 del Código de Procedimiento Civil y 2446 a 2464 del Código Civil en relación a la
excepción de cosa juzgada que dedujo Constructora Rivano Limitada, pues no concurren en la especie los presupuestos de la triple identidad y en
particular la cosa pedida y la causa de pedir, existiendo en consecuencia una errada interpretación del avenimiento suscrito por las partes.
Por ello se infringen los artículos 2461 y 2462 del Código Civil en relación con el artículo 22 del mismo código, atendido a que el
sentenciador debió otorgar una interpretación restrictiva al avenimiento suscrito entre las partes y concluir que no obstante su redacción en
términos amplios, no es posible entender que la renuncia de acciones allí contenida comprende también cuestiones relativas a vicios o defectos en
la construcción que a la fecha de su suscripción eran desconocidas por ambas partes, ello por cuanto de conformidad con el citado artículo 2462,
se deben limitar los efectos de una renuncia general, entendiéndose que ésta sólo se circunscribe al marco de aquello sobre lo cual se está
transigiendo.
En este sentido, no puede perderse de vista que la materia del juicio versa sobre un contrato de construcción, razón por la que el avenimiento
debió interpretarse también relacionándolo con el artículo 2003 del Código Civil, no aplicado en autos, el que en su numeral cuarto señala que el
recibo otorgado por el dueño de la obra después de concluida esta, sólo significa que la aprueba como exteriormente ajustada al proyecto, pero no
exime al empresario de la responsabilidad por los defectos en la construcción.
Dado que el avenimiento supone un acto de disposición análogo a la simple renuncia de un derecho y a la transacción, existen diversos
preceptos que, reconociendo tal condición, aparecen inspirados en los mismos principios que rigen la renuncia, tales como los artículos 2447,
2449, 2450 del Código Civil, infringidos por no aplicados. Luego si el requisito en torno a la especificación del objeto de la transacción y su
limitación a los objetos precisos sobre que recae el contrato no fuera entendido según el alcance que su parte le asigna, una transacción concluida
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con renuncias genéricas e indeterminadas no posibilitaría que la excepción de cosa juzgada que de ella emana pudiera operar de una manera
efectiva, atendido que tal indeterminación no permite precisar si concurren los requisitos referidos a la identidad legal del "objeto pedido";b)
violación de los artículos 1439, 1440, 1441, 1545, 1547, 1671 y 1698 del Código Civil al rechazar la demanda en contra de Constructora Cantera
S.A., atendido que recaía en esta demandada demostrar el caso fortuito que alegó de conformidad a los citados artículos 1547 y 1698. Es así como
su parte acreditó la existencia de una obligación en los términos de los artículos 1437 y 1438 respecto de cada una de las demandadas en relación a
los contratos de construcción materia de la litis. De este modo tocaba a estas últimas probar su extinción o cumplimiento exacto y oportuno.
Conforme a lo expuesto y a la normativa citada, correspondía a la aludida Constructora demostrar la concurrencia de los requisitos de la
excepción que dedujo, lo que resulta acorde con el Título en que se inserta al inciso 3° del artículo 1547 denominado "De la perdida de la cosa que
debe", lo que además se encuentra en consonancia con el artículo 1674 que dispone que el deudor es obligado a probar el caso fortuito que alega y
si estando en mora pretende que el cuerpo cierto habría perecido igualmente en poder de acreedor, será también obligado a probarlo. Reafirmando
lo dicho, el artículo 1671 pone al deudor en la obligación de destruir una presunción simplemente legal que opera en su contra. De este modo si el
deudor pretendía liberarse de responsabilidad alegando caso fortuito, debió acreditar que empleó la debida diligencia, esto es, la que le impone la
ley según la naturaleza de la obligación.
Advierte que el deudor deberá acreditar: a) el suceso al cual se le atribuye esa calidad; b) nexo de causalidad; c) concurrencia de los requisitos
que caracterizan el suceso como caso fortuito. d) la diligencia o cuidado que ha debido emplear especialmente el de especie o cuerpo cierto. Es en
este último punto en que la sentencia libera al demandado de su carga probatoria, quien no acreditó su diligencia, no obstante que su parte
demostró mediante prueba documental, testimonial y pericial que las demandadas no cumplieron con sus obligaciones en forma diligente;c)
Infracción de los artículos 19 y 1698 del Código Civil en relación al artículo 425 del Código de Procedimiento Civil, relativos al análisis y
valoración de la prueba pericial presentada en autos. Explica que el juez a quo solo efectúa un resumen que reproduce pasajes del informe pericial
rendido en autos, para luego desestimar sin un análisis o apreciación de esta pieza probatoria de acuerdo a las reglas de la sana crítica y sin
vincularlo con las demás pruebas rendidas en el proceso. Es por esta razón que se infringe el artículo 425, puesto que los jueces se apartan de los
principios que sustentan la sana crítica y que constituyen mecanismos de control del razonamiento.
Pone de relieve que el peritaje concluye que la fractura del hormigón, fierros a la vista y caída de cielos, encuentra su causa en una suma de
tres o cuatro efectos diferentes, que son: "1. Los anclajes se colocaron muy cerca de los bordes del hormigón; 2. Colocación de un hormigón de
mala calidad; 3. Largo de anclajes insuficientes y diferentes al largo especificado en los proyectos; 4. La intensidad del terremoto del 2010". De
este modo se desprende que concurren varios motivos para los daños y que el terremoto es uno de ellos. Sin embargo, de acuerdo a las máximas de
la experiencia el edificio no habría sufrido los mismos daños si las causas o efectos N° 1, 2 y 3 indicados por el perito no hubieran existido
cualquiera sea la fuerza del movimiento telúrico. Ello tiene su explicación dice en la sismicidad de nuestro país y es por ello que las normas de
construcción exigen que las edificaciones cumplan con normas sísmicas que ayuden a resistir de forma adecuada un terremoto.
De este modo y de acuerdo con la sana crítica, por ejemplo, en aplicación de la lógica de sentido común, es posible aseverar que no es efectivo
que la intensidad del terremoto causara la fractura de muros, caída de cielos y fierros a la vista. Si la construcción se hubiere efectuado de acuerdo
con los planos y especiaciones técnicas, ésta debió resistir el terremoto, pues el diseño del edificio se hizo para ello. Igual razonamiento se aplica a
los muros de CONVITEC que fallaron, como dice expresamente el perito, porque "sus anclajes eran diferentes y de menor dimensión a lo
especificado".
Hace presente que la información para efectuar este análisis lógico se puede extraer en su totalidad del informe pericial de autos. Pero además
es posible vincularlo con otras pruebas del proceso, como la declaración de los testigos que pormenoriza.
Asevera que la razonabilidad del fundamento de la acción está dada por el incumplimiento de las demandadas del contrato de construcción. El
terremoto de febrero de 2010 sólo dejó en evidencia dichos incumplimiento al acreditarse que las deficiencias constructivas de cada etapa; por ello
la razonabilidad de imputar los daños a la ocurrencia del terremoto, pierde sustento;d) Transgresión de los artículos 45, 1439, 1440, 1441, 1545,
1547, 1671 y 1698 del Código Civil. Explica que en la ley se consagra la presunción de culpa a partir del incumplimiento contractual, por
consiguiente, al acreedor solo le cabe probar la existencia de la obligación y afirmar el incumplimiento para colocar al deudor en situación de
aportar la prueba de su diligencia o la exclusión de responsabilidad por caso fortuito o fuerza mayor. Por ello, antes de analizar si se configuran los
requisitos del caso fortuito, resulta indispensable que el deudor demuestre la ocurrencia del hecho en los términos del artículo 1547 en el que
funda la exención de responsabilidad, lo que no se cumplió en autos por parte de Constructora Cantera S.A., según se advirtió.
A continuación, indica que, al determinarse la culpa en concreto, deben considerarse las circunstancias particulares del caso, de manera que si
el deudor ha actuado de manera negligente y se ve enfrentado a un caso fortuito, deberá responder de igual forma. En la especie, los daños sufridos
por el edificio no pueden justificarse alegando caso fortuito o fuerza mayor, atendida la conducta culpable del deudor, que generó daños en el
edificio.
Sin perjuicio de la carga de las demandadas de acreditar el cumplimiento de sus obligaciones, asevera que su parte demostró el incumplimiento
que alega, pues las constructoras no cumplieron con la Norma NCh 433 sobre cálculo antisísmico de edificios. Así se desprende expresamente de
la declaración de la profesional del IDIEM, Perla Calquín Valdés, según transcribe.
SEXTO: Que son hechos de la causa los que siguen:
a) Constructora Marcelo Rivano Limitada dedujo demanda de cumplimiento de contrato en contra de la Universidad de Talca en los autos Rol
299 2006, sustanciado ante el Segundo Juzgado Civil de Talca. Dicho proceso concluyó por avenimiento celebrado ante la Corte de Apelaciones
de esa ciudad, aprobado por resolución de 22 de abril de 2007, en virtud del cual la Universidad pagó la suma de $ 145.000.000;b) La Universidad
de Talca y Constructora Cantera S.A., celebraron dos contratos, el primero para ejecutar el proyecto de "Terminaciones Edificio Biotecnología" y
el segundo para ejecutar el proyecto de "Ampliación y Adecuación Edificio Biotecnología";b) El Edificio de Biotecnología dentro de los cinco
años siguientes a su entrega por parte de Inmobiliaria Cantera S.A., pereció en parte, esto es, presentó daños.
SÉPTIMO: Que la sentencia recurrida para acoger la excepción de cosa juzgada que dedujo la demandada Constructora Marcelo Rivano
Limitada, sostuvo que no ha resultado discutida la existencia del avenimiento invocado, verificado en la causa aludida por esta demandada y que
dice relación con obligaciones nacidas del contrato materia de la presente litis. Del tenor de tal actuación siguen los jueces aparece que
Universidad de Talca y Constructora Marcelo Rivano Limitada se otorgaron el más amplio, completo, total y recíproco finiquito en relación a las
obligaciones pendientes derivadas de dicho avenimiento, como asimismo en relación con las obligaciones derivadas del contrato de construcción
objeto del mismo, declarando al efecto que no existe obligación alguna que se encuentre pendiente y renunciando, en consecuencia, a las acciones
civiles, penales o de cualquier índole por medio de la cual alguna de las partes pretendiera algún derecho respecto de la otra. Dicho acuerdo se
tuvo por aprobado en todo cuanto fuere conforme a derecho y debe tenerse como sentencia definitiva para todos los efectos legales.
Así entonces, encontrándose acreditado en autos que la Corte de Apelaciones en su oportunidad dispuso tener el avenimiento referido sin
limitación alguna de sus términos, como una sentencia definitiva para todos los efectos legales, y que, además, comprende el finiquito y renuncia
recíproca, expresa y amplia respecto de todas las obligaciones emanadas del contrato en cuyo pretendido cumplimiento imperfecto se funda la
demanda de autos, incluyendo por ende, las obligaciones demandadas en la especie contra Constructora Marcelo Rivano Limitada, solo es dable
concluir que se configuran los supuestos legales de la excepción de cosa juzgada, pues la pretensión dirigida contra aquella demandada fue
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resuelta mediante el referido avenimiento, con valor de sentencia definitiva ejecutoriada; no siendo atendible circunscribir sus efectos solo a las
pretensiones que dieron lugar al juicio en el que dicho acuerdo se produjo, toda vez que las partes del mismo lo extendieron a todas las
obligaciones derivadas del contrato de construcción que constituye su objeto, declarando que no existe obligación alguna que se encuentre
pendiente y renunciando, en consecuencia, a las acciones civiles o de cualquier índole por medio de la cual alguna de las partes pretendiera algún
derecho respecto de la otra.
En relación a la acción dirigida en contra de Constructora Cantera S.A. y sobre las excepciones de caso fortuito y de falta de causalidad que
opuso esta demandada, sostiene el fallo recurrido que de acuerdo a la prueba rendida y en particular al informe pericial agregado al proceso, se
concluye que una parte indeterminada de los daños sufridos por las obras cuya construcción fue encomendada a esta Constructora se debieron al
terremoto de 27 de febrero de 2010 el que atendida su magnitud en la Región del Maule, se trató de un imprevisto imposible de resistir, y que otra
parte también indeterminada se debió a los defectos de construcción que indica el perito, circunstancias que permiten acoger parcialmente las
referidas excepciones, de manera que solo parte de los daños experimentados por las obras encomendadas a esta demandada se debieron a un caso
fortuito.
No obstante lo dicho, no es posible acoger la demanda por concepto de daño emergente en los términos solicitados, atendido que por este
rubro se reclama la suma equivalente a 6.735 unidades de fomento, que la demandante hace equivalente a la pérdida del 100% de la infraestructura
de la ampliación del tercer nivel encomendada a esta demandada, sin dejar la petición margen alguno al tribunal para determinar daños en una
suma diferente, considerando que el peritaje evacuado en autos concluye, entre otras cosas, que existieron ciertos daños experimentados por la
construcción, como por ejemplo el desprendimiento de cielos, que fueron consecuencia de caso fortuito constituido por el terremoto del 27 de
febrero de 2010, y otros que fueron consecuencia de defectos o vicios de construcción; lo que desde luego obsta a atribuir el 100% de los daños al
cumplimiento contractual imperfecto que se invoca; a lo que cabe agregar que la prueba rendida por la demandante no resulta suficiente para
cuantificar en dinero, en la exacta suma que pide los daños de la obra atribuibles a esta demandada.
Por último, no existe prueba respecto del daño moral que se demanda, al no haberse demostrado que el concepto público que la comunidad
tiene de la Universidad hubiese empeorado en comparación del que tenía antes del terremoto producto de los hechos materia de autos.
OCTAVO: Que en lo que respecta a la primera infracción denunciada, corresponde determinar la correcta interpretación del artículo 2462 del
Código Civil, que al efecto dispone "Si la transacción recae sobre uno o mas objetos específicos, la renuncia general de todo derecho, acción o
pretensión deberá sólo entenderse de los derechos, acciones o pretensiones relativas al objeto u objetos sobre que se transige¿¿. Esta norma,
invocada por la recurrente de casación en el fondo en su recurso, debe ser concordada con las normas contenidas en los artículos 2003, regla 4a, en
la que se expresa que el recibo del dueño no exime al empresario de la responsabilidad por vicios de construcción, y particularmente, con el
artículo 1561 del Código Civil, que al efecto señala que "Por generales que sean los términos de un contrato, sólo se aplicaran a la materia sobre
que se ha contratado".
De los elementos lógicos y sistemáticos expuestos en el párrafo anterior se desprende que, en principio, la interpretación de la renuncia y
finiquito otorgada por la Universidad de Talca debía hacerse siguiendo el objeto de dicho acuerdo y no sólo su motivo. Sobre esta base, la lectura
del avenimiento presentado en la causa rol 380 2007, llevada ante la I. Corte de Apelaciones de Talca, se sostiene expresamente en su cláusula
octava que la finalidad del acuerdo era la de terminar dicho juicio, señalando en la cláusula primera que éste se debe al contrato de construcción
celebrado, de forma tal que el finiquito alcanzaba desde luego a las acciones por responsabilidad que tuviere la casa de estudios.
Por lo tanto, al interpretar el tribunal de primer grado que la transacción alcanzada implicaba la existencia de una cosa juzgada sobre la
materia, impidiendo la obtención de la indemnización por parte de la Universidad de Talca, no ha incurrido en un error de derecho.
NOVENO: Que respecto de las demás infracciones señaladas por la recurrente, debe notarse que el tribunal de primer grado, en el
razonamiento trigésimo cuarto de su sentencia, expresa que se cumplen los requisitos para determinar la responsabilidad de Constructora Cantera
S.A., por cuanto el informe pericial determinó que al menos parte de los factores involucrados en los daños sufridos por el edificio de
Biotecnología de la demandante se produjeron por el suceso del terremoto de 27 de febrero de 2010, sin que pudiere determinarse que ello afecta a
la totalidad de la obra, y negando el daño moral por falta de pruebas.
Debe descartarse que no haya habido prueba respecto del caso fortuito. El terremoto de 27 de febrero de 2010 es un hecho público y notorio, y
como tal, no requiere ser probado. Lo que sí debe ser probado es que este es el único motivo por el cual se provocan los daños que reclama el
demandante. Lo anterior se deriva de que la excusa de responsabilidad descansa exclusivamente en el hecho del movimiento telúrico, por lo que
no correspondía dar lugar a la excepción o no dar lugar a la indemnización en el caso que se determinase que los factores determinantes en la caída
obedecían a un cumplimiento imperfecto de la obligación de hacer, consistente en la construcción del edificio.
En este sentido, el tribunal de primer grado cuyas conclusiones comparte el de apelaciones señala que como existe una parte indeterminada de
los daños que es provocada por el sismo, es imposible cuantificar los daños indemnizables, y en tal caso, corresponde rechazar la demanda en su
totalidad, más allá de que el mismo informe pericial señale que existen defectos de construcción y que éstos son parte de los factores que originan
el daño. Lo anterior vulnera los artículos 45 y 1547 del Código Civil, puesto que determina, en definitiva, que, a pesar de existir culpa por parte de
la demandada, ésta viene aminorada o atenuada por el terremoto, y siendo imposible determinar el grado en que ello ocurriría, no da lugar a
indemnización alguna. Lo anterior no coincide con la interpretación que debe darse al caso fortuito y particularmente, a la circunstancia de
concurrencia de la culpa del deudor y de un suceso de esta naturaleza. En efecto, el caso fortuito debe ser considerado siempre desde una
perspectiva de ajenidad: bajo ningún respecto puede considerarse que haya caso fortuito si el deudor, de alguna forma, ha contribuido a la creación
del riesgo implícito. Lo anterior implica que, en este caso concreto, al haber efectuado la construcción de manera defectuosa, según el informe
pericial, no correspondía que se determinara que parte de los daños eran causados por un caso fortuito, y por lo tanto, se infringieron las normas
antes señaladas.
DÉCIMO: Que conforme a las motivaciones que preceden solo resta concluir que los jueces recurridos al rechazar la demanda que se dedujo
en contra de Constructora Cantera S.A. han violado las disposiciones legales citadas y denunciadas en el recurso, con evidente influencia
substancial en lo dispositivo de la sentencia, pues de haberlas comprendido y aplicado correctamente la acción de indemnización de perjuicios por
responsabilidad contractual habría sido acogida, por lo que este arbitrio substantivo debe ser estimado, resultando innecesario emitir
pronunciamiento sobre otras disposiciones aducidas que objetan la sentencia por otros fundamentos.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y en los artículos 764, 765, 767 y 805 del Código de
Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en la forma que se interpuso en lo principal de fojas 499 por la demandante y se acoge el de
fondo que dedujo la misma parte en el primer otrosí de dicha presentación contra la sentencia de once de agosto de dos mil diecisiete, escrita a
fojas 495 y siguientes, la que se invalida y se reemplaza por la que se dicta acto continuo, sin nueva vista, pero separadamente.
Se previene que el abogado integrante Diego Munita fue del parecer de acoger el recurso de casación en lo que respecta a la infracción del
artículo 2462 del Código Civil, ya que los elementos lógicos y sistemáticos expuestos en el considerando octavo dan lugar a una interpretación
diversa de la alcanzada por la mayoría, toda vez que por el sistema de interpretación de los contratos establecido en el mencionado cuerpo de
normas, debe prevalecer el elemento subjetivo por sobre lo expresado literalmente en el papel. As í, lo que corresponde es examinar el motivo de
la transacción celebrada, y sobre esta base, poder determinar el alcance de ésta. El examen acucioso de las cláusulas de la transacción denota que
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la finalidad del acuerdo era la de terminar el juicio en el que se presentó (octava), el que tenía por causa el reclamo por no haberse pagado la
totalidad de las sumas a la Constructora Marcelo Rivano Limitada, mientras la Universidad de Talca reclamó el retardo culpable en las obras
efectuadas por aquella (cuarta y quinta). De lo anterior se desprende, claramente, que el objeto de la transacción era únicamente el término de ese
juicio, y que, de acuerdo con las normas señaladas en el citado razonamiento, no es posible extenderlo a la situación presente.
Esta interpretación de las normas, a su vez, viene formulada por una jurisprudencia muy antigua, que puede observarse en la sentencia de
fecha 31 de octubre de 1918, contenida en la Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. XVI, sec. 1a, p. 343, particularmente cuando señala que "si
esas declaraciones de voluntad, concretadas a los fines que puedan ser materia de transacción, están equiparadas en cuanto a su eficacia, a la cosa
juzgada en última instancia, es de rigor que deban tener las condiciones de especificación y certeza que tal equivalencia hace indispensable".
Abona a ello un elemental sentido de equidad: si se llegare a determinar que la renuncia efectuada alcanza los vicios de construcción, se permitiría
que una parte pudiere liberar de responsabilidad a otra por vicios ocultos de carácter grave, en pleno desconocimiento de tal situación.
Regístrese.
Redacción del Abogado Integrante señor Diego Munita L.
Rol N° 40703 2017Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros, Sr. Héctor Carreño S., Sr. Guillermo Silva G., Sra.
Rosa María Maggi D., Sra. Rosa Egnem S. y Abogado Integrante Sr. Diego Munita L.
No firma el Ministro Sr. Carreño, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por haber cesado en sus funciones.
Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte SupremaEn Santiago, a diecisiete de julio de dos mil diecinueve, notifiqué en Secretaría por el
Estado Diario la resolución precedente.
Sentencia de reemplazoSantiago, diecisiete de julio de dos mil diecinueve.
En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, se dicta la siguiente sentencia de reemplazo.
VISTO:
Se reproduce la sentencia apelada con excepción de sus motivación trigésimo cuarta, que se elimina,Y SE TIENE ADEMÁS PRESENTE:
1°. Que en lo que dice relación a la demanda principal interpuesta por la Universidad de Talca contra Constructora Cantera S.A., debe tenerse
en consideración que se ha imputado por parte de la primera un incumplimiento contractual, aduciéndose que los daños del Edificio de
Biotecnología de la actora afectan localmente la estabilidad de la estructura en este nivel, lo que se debería a la inestabilidad de la estructura
metálica del techo, que presenta graves daños en los anclajes de las vigas de acero a los elementos de hormigón armado. Asimismo, alega que
existe un desplazamiento en los muros no estructurales, donde se utilizó el sistema estructural COVINTEC que genera un muro sólido y de
excelentes características mecánicas frente a los sismos cuando se instala correctamente. La casa de estudios mencionada alude que el informe de
IDIEM concluye que existen graves inconsistencias entre el proyecto de cálculo original del edificio y la ejecución de las uniones y los anclajes de
la estructura metálica y muros no estructurales en el tercer nivel de edificio. Afirma que la pérdida de infraestructura de la ampliación del tercer
nivel llega a un 100 %, pues resulta necesario demoler todo lo construido en el tercer piso del edificio debido a las inconsistencias entre el
proyecto y la obra ejecutada, cuantificando su pérdida en el total de lo construido.
La demandada, Constructora Cantera S.A., contestó la demanda deducida en su contra solicitando sea rechazada, refiriendo que en los trabajos
que ejecutó los daños no produjeron colapso, a diferencia de lo que ocurrió en las obras de revestimientos que son la que sufrieron daños en todos
los edificios de la Universidad y de la región (aleros cielos tabiques antetechos ventanales etc.) y con mayor razón en este caso donde a una mole
de hormigón se adosa una ampliación con elementos superpuestos.
Por otro lado, alega que el actor incurre en un error al señalar que la Constructora Marcelo Rivano Limitada construyó los dos primeros pisos y
que es de su responsabilidad el tercer piso de la obra mencionada, puesto que solo ejecutó un tercio de la superficie total del tercer piso y de ese
tercio, el 50 % de la superficie se encuentra funcionando, encontrándose en su interior varias cámaras de cultivo y elementos de aire
acondicionado que utilizan profesores y alumnos. Afirma entonces que lo que su parte ejecutó se encuentra en pie, tanto pilares como cubierta, de
acuerdo con la aplicación de la norma de Construcción Chilena 433, en materia de construcción antisísmica citada en el proyecto de ingeniería
Sigma, por lo que no resulta ser cierto la necesidad de demoler que arguye el actor.
Seguidamente alega la ocurrencia de un caso fortuito y fuerza mayor y en su defecto la falta de causalidad entre el daño y el efecto del
terremoto. Así, de acuerdo con el informe de IDIEM, los daños que no son estructurales son propios del sismo; el edificio no colapsó. Lo
irresistible e imprevisible del caso y el total apego de la construcción al contrato, trae una situación de irresponsabilidad por acaecido por el hecho
devastador de la naturaleza.
Afirma que el edificio resistió el impacto del terremoto y las réplicas al encontrarse parado y en forma sólida, así como también a las
inclemencias de la exposición de las estructuras al descubierto por más de un año.
Indica que el contrato por $ 37.952.966 se refiere a trabajos de terminación y pintura de la obra desarrollada anteriormente por el contratista
Constructora Marcelo Rivano Limitada y el segundo contrato correspondía a la ampliación del tercer piso, en el tercio de la superficie de éste y no
por el total, comprendiendo la azotea para el esparcimiento de los estudiantes.
Por lo dicho y de conformidad a lo preceptuado en los artículos 45 y 1547 inciso 2° del Código Civil, no es responsable del caso fortuito, a
menos que se haya constituido en mora o que aquél haya sobrevenido por su culpa. Sin embargo, ninguna de estas dos hipótesis le resultan
aplicables, pues cumplió con el contrato y entregó la obra al demandante el 26 de mayo del 2006. De este modo, el terremoto y las secuelas de su
intensidad fueron irresistibles e imprevisibles en tamaño y magnitud y los efectos en el edificio no pueden imputarse a su parte.
A continuación, alega la falta de causalidad, atendido que el supuesto deterioro de la obra se produjo por un hecho exterior, un fenómeno de tal
magnitud terremoto de 27 de febrero del 2010 . Si construyó de acuerdo con el contrato y cumplió con la normativa y aun así se produjo el
supuesto daño, este no tiene vínculo causal con la conducta reprochable. Luego los daños no tienen un vínculo causal con defectos en la calidad de
la obra sino son consecuencia del terremoto, elemento ajeno al constructor que respetó la norma de construcción.
2°. Que en la especie, se tiene por acreditado el vínculo contractual y el incumplimiento: no se ha negado la existencia de un contrato de
construcción entre las partes ni el hecho que el edificio amenazó ruina en los cinco años posteriores a su levantamiento, según dispone el artículo
2003 N.° 3 del Código Civil; antes bien, se ha controvertido el título de imputación que recae sobre la demandada y la causalidad entre los daños
producidos y la actividad desplegada por ésta, dada la ocurrencia del terremoto de 27 de febrero de 2010, el que por ser un hecho público y
notorio, no debe probarse.
3°. Que según se ha expresado en el considerando noveno del fallo de casación en el fondo, el caso fortuito debe ser considerado siempre
desde una perspectiva de ajenidad: bajo ningún respecto puede considerarse que haya caso fortuito si el deudor, de alguna forma, ha contribuido a
la creación del riesgo implícito, puesto que en este caso se infringe la regla del artículo 1547 inciso tercero del Código Civil. Lo anterior implica
que, en este caso concreto, al haber efectuado la construcción de manera defectuosa, según señala el informe pericial, corresponde que se le
impute responsabilidad a la empresa constructora.
Abona a lo anterior la lectura de la norma chilena oficial NCh 433, punto 5.1.1., que señala expresamente que, en sismos de intensidad severa,
su correcta aplicación impediría la circunstancia ya mencionada, a pesar de presentar daños. Es de notar que dicha norma, acompañada al presente
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expediente, era plenamente aplicable de acuerdo con los contratos suscritos entre ambas partes, según reconocen los respectivos escritos
incorporados al proceso.
4°. Que lo anterior implica que en la especie no puede darse lugar al caso fortuito invocado por Constructora Cantera S.A., en la medida que el
daño se produce por deficiencias de construcción aunadas a las consecuencias del terremoto, lo que no debía producirse. De esta forma, se
encuentran presentes todos los elementos de responsabilidad civil contractual que se alegan en la demanda, en la medida que el contrato celebrado
por ambas partes, cuya existencia no se discutió, fue cumplido en forma imperfecta por la demandada Constructora Cantera S.A., de forma tal que
los daños provocados por el sismo de 27 de febrero de 2010 no se habrían producido o de haber existido, serían inferiores a lo que realmente
sucedió. Este incumplimiento, que afecta a la totalidad del tercer piso del edificio de Biotecnología, se encuentra acreditado a través de la
inspección personal del tribunal y de la pericia librada en la causa, que el tercer piso del edificio de Biotecnología había quedado inutilizado
producto de los daños sufridos. Se ha reconocido que el precio a pagar por la demandada a propósito de las obras ejecutadas era la suma de
$110.218.113 y, atendido a que la falencia del peritaje en lo tocante al monto de los daños solamente puede suplirse relacionándolo con la suma
que el actor pagó por el precio de la construcción, que recientemente se indicó, y teniendo además en consideración lo que se ha venido reseñando
en este fallo, los sentenciadores regulan prudencial y equitativamente el daño emergente experimentado por la parte demandante en la suma de
$90.000.000 (noventa millones), cantidad que deberá pagarse con los reajustes que tenga el índice de precios al consumidor e interés corrientes
para operaciones reajustables entre la fecha de este fallo y la de su pago.
Por estas consideraciones se declara que:
I. Se confirma la sentencia de veintinueve de septiembre de dos mil quince, escrita a fojas 307 y siguientes en cuanto por ella se acogió la
excepción de cosa juzgada opuesta por Constructora Marcelo Rivano Limitada y en consecuencia rechazó la demanda.
II. Se revoca el referido fallo en cuanto rechazó la demanda dirigida en contra de Constructora Cantera S.A. decidiendo que esta queda
acogida, solo en cuanto se la condena a pagar al actor a título de daño emergente la suma de $90.000.000. , más los reajustes e intereses señalados
en el motivo cuarto.
III. Cada parte pagará sus costas.
Acordada con el voto en contra del abogado integrante Diego Munita, quien fue del parecer de acoger la demanda en cuanto condena a
Constructora Marcelo Rivano Limitada, en el entendido que no ha podido operar la excepción de cosa juzgada interpuesta por esta parte, según se
señaló en el fallo de casación que antecede a éste, y que se da por reproducido; y que además, la pericia de Alberto Undurraga, citada en el cuerpo
de este fallo, señala expresamente la responsabilidad de dicha parte en los fallos que provocaron la caída de la marquesina.
Regístrese y devuélvase con sus agregados.
Redacción del Abogado Integrante señor Diego Munita L.
Rol N° 40703 2017Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros, Sr. Héctor Carreño S., Sr. Guillermo Silva G., Sra.
Rosa María Maggi D., Sra. Rosa Egnem S. y Abogado Integrante Sr. Diego Munita L.
© Westlaw Thomson Reuters
https://westlawchile-cl.pucdechile.idm.oclc.org/maf/app/document?&src=laley4&srguid=i0ad82d9b00000174474d4b75431e946d&docguid=i0AC50817ED3B6…
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