SAMUEL TORRES VIDELA Ex-Diretor del diario “La Mañana”, de Iquitos LA REVOLUCIÓN DE IQUITOS (Loreto-Perú) Estado Político y Económico del Perú antes y después del l4 de Julio de 1919. – Loreto y sus Crisis. – La Revolución del 5 de Agosto de 1921 y Justificación de los Actos de los Revolucionarios. – Acciones de Armas. – La Represión. Ordenación Documentada de los Sucesos. TIP. ESPAñA – PARÁ - BRASIL Rua da Indústria nº 1 LA REVOLUCIÓN DE IQUITOS - (Loreto-Perú) DOS PALABRAS Un concepto de dignidad personal y de lealtad para con mis compañeros del movimiento revolucionario de Loreto del año de 1921, me obligan a reunir en un volumen cada uno de los procedimientos y actitudes del grupo dirigente de la revolución, como una justificación ante la opinión pública del Perú; y en razón de que, fracasada la acción armada, ha sido tergiversada en su esencia, con críticas y comentarios, más o menos, desprovistos de fundamento racional y lógico, y de la grandiosa finalidad patriótica que informaron su concepto y desarrollo durante los cinco meses que mantuvieron una situación de fuerza, fuera de la férula de los hombres que se han declarado amos y señores de la República apartándose absolutamente de la Ley y sin más finalidad que procurar sus privados intereses. Claro está que si el movimiento armado de Loreto hubiera triunfado de nada servirían las siguientes páginas, porque cada uno de los revolucionarios habrían sido proclamados como los campeones reivindicacionistas de los derechos ciudadanos y de las públicas libertades, y a cuyo triunfal carro estarían adheridos todos los que hoy – delante del fracaso – los vilipendian y apenas si los consideran peruanos... Pero por sobre estas pequeñeces de espíritu, producto fatal de la inconsistencia moral que caracteriza a los hombres de la época y que los hace actuar utilitariamente en todos los aspectos de la vida nacional, los revolucionarios de Loreto, trataron – como lo verá en seguida el lector asiduo – de señalar a los hombres de gobierno y legisladores, la política que deben desarrollar con relación a Loreto y se den cuenta del papel que en el futuro desempeñará la hermosa región de los bosques orientales del Perú. Y actuando decidida y honradamente, imponiendo las bases fundamentales en que debe sustentarse el desasrrollo económico, industrial y agrícola del departamento, intervinieron en todos lo ramos donde precisaba una acción directriz, más en armonía con la situación de miseria actual, (en la región más rica del mundo!) producto precisamente, de la desastrada administración y legislación que ha sufrido Loreto desde que entrara a formar parte de la división política del país con el carácter de departamento. Para alcanzar el veredicto público en la labor que nos hemos impuesto, no nos han detenido consideraciones de segunda categoría, como sea tratar las cuestiones al margen de la verdadera causalidad originaria de la crisis oriental, por más que en ellas hallamos tenido que referirnos a personas e instituciones, que ante el concepto general loretano pasan como los responsables de aquella situación. Esta conducta, bien lo sabemos, nos malquistará con determinados elementos preponderantes en el régimen actual y nos concitará enemistades personales; pero nada nos ha detenido ante la necesidad imperiosa de que se haga luz sobre los sucesos de Loreto, del año de 1921 y que el nombre de cada uno de sus actores – militares y civiles – no continúe empañado por la calumnia artera de los que, a sus espaldas, han tratado de colocarlos en el más bajo nivel cuidadano. Para esos, por su falta de hombría de bien, nuestra vehemente condenación: y para el lector imparcial un apelo a su hidalguía al analizar y juzgar el contenido de nuestro libro, que no precisamos decir encierra la verdad histórica de los sucesos desarrolados en Loreto antes y después de la revolución, porque todos nuestros conceptos y comentarios reposan en las inamovibles bases de una documentación oficial y periodística, pacientemente recopilada. DEDICADO a los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la República, que deben fallar, en última instancia, sobre los procesos instaurados a los revolucionarios de Loreto; y a los Representantes a Congreso que, dentro de la situación caótica actual del País, mantienen su independencia política, llamados a dictar las leyes que reclama Loreto para su progreso, que es también del Perú. PROLOGO “El Perú tuvo que sufrir en los albores de su vida independiente, como casi todas las democracias latino-americanas, la anarquía de un militarismo que, con la honrosa y única excepción del Mariscal Ramon Castilla, no tuvo concepto alguno de los deberes que suponía la función política ni conciencia de su responsabilidad como poder directivo de la República". “Es innecesario detenerse a hacer la crítica de ese funesto período de nuestra vida independiente, en el cual, con la facilidad asombrosa que para ello presta la desorganización y la incultura de un pueblo, se improvisaba hoy un presidente, el que meses después era derribado por otro tan incapaz y autoritario como el anterior. Bástenos decir que del retardo en nuetro desenvolvimiento político social y económico son en gran parte responsables esos caudillos iletrados y audaces que esterilizaron con sus ambiciones y sus luchas de medio siglo, la obra fecunda de progreso y estabilidad democrática que el Perú debió haber consumado durante tan extenso lapso de su Historia. Y ellos sólo son responsables, en parte, del estancamiento experimentado por el país, porque el resto de esa culpable responsabilidad es de esos otros mandatarios que degradaron la función pública con métodos políticos indignos de un pueblo civilizado, métodos de los cuales la actual Dictadura es la más genuina y odiosa personificación". “Fué con el patriótico propósito de devolverle al pueblo el derecho soberano de elegir a sus representantes, derecho que hacía tiempo le había sido arrebatado; de crear las verdaderas instituciones democráticas y desarrollar un amplio programa de educación cívica y de Administración Nacional que surgió a la vida pública el Partido Civil, el que fué símbolo y depositario de estos anhelos de mejora política y social". “Los hombres del Partido Civil, Ilegaron, pues, al gobierno como una salvación para el porvenir de la República y como una concretación del vehemente anhelo de liquidar para siempre con un pasado que no dejaba sino una experiencia muy amarga y un Perú raquítico que había perdido en cincuenta años de militarismo revolucionario, el puesto predominante que tuviera entre los pueblos de América". “En esa agrupación que era de espíritu eminentemente democrático, porque restaurar la verdadera democracia fué su lema y porque cuando dirigió la gestión pública, luchó por darle al pueblo todos los elementos posibles de cultura, estaban reunidos hombres de todas clases y condiciones sociales; del capitalista al obrero, del académico al más modesto ciudadano. Esta unión hizo su fuerza y esa fuerza armónica de voluntades y aspiraciones fué la que constituyó su triunfo". “Al frente de esta reacción nacional y vivificándola con sus múltiples energías y su acendrado patriotismo, se hallaba Manuel Pardo, uno de los más vibrantes espíritus que ha producido la República y una de las grandes e indiscutidas figuras de la política americana". “Estamos firmemente convencidos de que al referirnos a Manuel Pardo y a la creación y tendencias del partido civil, nadie va a cometer el sacrilegio político de imaginar que pueda hallarse comprendido dentro del alto espíritu cívico que caracteriza a aquella organización política, el gobierno que de 1908 a 1912, presidiera D. Augusto B. Leguía". “D. Augusto B. Leguía, es la antítesis del pardismo: es la negacíón de sus puros principios políticos y la apostasía de sus enseñanzas de desinterés, de patriotismo y honestidade. D. Augusto B. Leguía sólo pudo ser candidato del partido civil a la presidencia de la República en 1908, porque hasta ese instante había ocultado diestramente todas esas tendencias al autoritarismo despótico y a las combinaciones financieras, que después desatara sin control y sin límite para perdurable desgracia del país. D. Augusto B. Leguía perdió, desde el instante en que quiso convertir la función presidencial en motivo de provecho personal y en agente de arbitrariedad, toda conexión y similitud con el partido que lo llevara al poder. D. Augusto B. Leguía renegó con el proceso de sus gobiernos de fuerza y de concupiscencia la obra y el ejemplo dejados por los gobiernos civilistas de Manuel Pardo. Francisco García Calderón, Manuel Candamo y José Pardo". “Las tradiciones del civilismo histórico, eso que es defensa de la integridad territorial; respeto a la Constitución y a las leyes; honradez en el manejo de los fondos públicos; abnegada dedicación al progreso nacional; seriedad en el desempeño de la función pública; sincero y profundo patriotismo y hombría de bien, fueron ultrajadas y befadas por quien en su vida pública se exhibió como la encarnación del desenfreno, del peculado y el antipatriotismo". “D. Augusto B. Leguía dejó de pertencer al civilismo histórico, desde la misma hora en que despreció la herencia dignísima de las enseñanzas morales y límpidas tradiciones del partido civil. D. Augusto B. Leguía ha sustituído esos principios de moral y de bien por las explosiones tiránicas del jefe del clan y la devoción al peculado del aventurero político. D. Augusto B. Leguía ha proclamado un credo: el del silencio forzoso ante sus atentados; ha fundado una teoría política internacional: la del reparto del territorio; ha creado una escuela política: la del servilismo absoluto; ha instaurado un sistema; el del soborno y la defraudación comanditaría del tesoro nacional. D. Augusto B. Leguía fue un traidor del civilismo histórico. Inició su primer gobierno traicionando el espiritu y las orientaciones del que fué su partido y ha traicionando al país”. (1) _____ terminado D. Augusto B. Leguía, en su primer período de gobierno hizo una administración detestable. En materia económica elevó la dueda pública a más de seiscientas mil libras esterlinas sin provecho para el país. En relaciones exteriores, celebró con la República de los Estados Unidos del Brasil un trado de Límites y por el cuál quedaron segregados del país centenares de miles de kilómetros cuadrados de territorio entre los ríos Juruá y Purús; permitió la ocupación de la margen derecha del rio Caquetá, sobre los cadáveres de los soldados de la Patria, que acudieron hasta esas lejanas regiones orientales a desalojar al invasor colombiano; y pactó con la República de Bolivia un Tratado igualmente oneroso para los intereses del Perú en la región de los rios Acre y Madre de Dios. En instrucción, rebajó su presupuesto a la mitad y clausuró infinidad de escuelas. En el ramo de guerra, relajó la disciplina de nuestro floresciente Ejército con ascensos otorgados por favor; en el de marina, pretendió adquisiciones navales como el famoso “Elias Aguirre” que era un vergonzoso peculado. En el de gobierno, dió creación a una institución: el “Comité de Salud Pública”, que tenía por misión vapulear a sus enemigos políticos y rebajó la dignidad administrativa con nombramientos de autoridades subalternas, sacadas de los más bajos fondos sociales. Anarquizó a los partidos políticos, dividiéndolos y echándolos unos a otros para el logro de sus aspiraciones. Salió del poder en medio de una lluvia de piedras y abandonó el país, librándose de las iras populares, que recién se daba cuenta exacta de su perniciosa administración. Para ser lógicos, los peruanos, D. Augusto B. Leguía no debió ocupar nuevamente la presidencia de la República; y como sabía éste que legalmente no podía alcanzarla, soliviantó a la opinión pública contra el Partido Civil. Mas tarde, con la anuencia de sus parciales del Ejército, que en su anterior administración recibieron prebendas, y los de la gendarmería, asaltó el poder, en la madrugada del 4 de julio de 1919, sin esperar la decisión del Congreso, Ilamado a proclamar la legalidad de las elecciones practicadas en el país, en el mes de mayo de ese año. El Presidente Dr. José Pardo fué depuesto, el Parlamento Nacional declarado en receso y la Constitución vigente en desuso; quedando constituída lo que dieron en llamar la PATRIA NUEVA a la que se afiliaron los caídos de regímenes anteriores, los que por su participación en el asalto esperaban una pitanza y algunos bien intencionados, que creyeron de buena fé en el programa leguista. (1) El civilismo Histórico. "La República". Organo de los peruanos deportados en el extranjero por la dictadura Leguía. - Octubre 1922. Bien pronto el país se dió cuenta de que las promesas hechas por D. Augusto B. Leguía habían sido una farsa y que se había cambiado un gobierno legal por una camarilla ávida de dinero, venal y desenfrenada que se creía con todos los derechos “por haber contribuido al triunfo de la causa regeneradora”. Disuelto el Congreso y reemplazados sus miembros por indivíduos elegidos por el propio Augusto B. Leguía, mediante un decreto dictatorial, que es la negación del derecho del sufragio, dictó una Carta Politica, por la que debía regirse el gobierno de la Patria Nueva y al que entró a formar parte como Ministro de Gobierno y Presidente del Gabinele, D. Germán Leguía y Martinez, primo de D. Augusto, bautizado con el nombre de “El Tigre”, pretendiendo compararlo con el gran Clemenceau. Este “Tigre”, de uñas largas y arbitrario proceder, fué el primero en desgarrar la flamante Constitución, convirtiéndose en un tiranuelo de la peor especie. No respetó a nada ni a nadie. El Poder Judicial fué ultrajado; la Ley de Habeas Corpus quedó convertída en un mito; las garantías individuales fueron totalmente suspendidas; la Universidad Mayor de San Marcos fué clausurada; los más prestigiosos miembros de la política, el foro y el ejército fueron deportados al extranjero o encarcelados; los diarios de oposición fueron expropriados ilegalmente y suplantados, y los periodistas independientes desterrados; y, por último, no quedó institución pública o privada que no sufriera los desmanes de “El Tigre” que contaba con fervorosos colaboradores, como que de esa colaboración obtenían los mejores resultados pecuniarios. Y a la par que con los métodos puestos en práctica desaparecían del escenario político nacional los hombres que servían de estorbo a la Dictadura, la Hacienda Pública se declaraba impotente para satisfacer las necesidades del régimen y sus satélites y se producía la más grande crisis fiscal que registra nuestra Historia, cuya base sustantiva está en que la “rebusca” ha quedado elevada a la categoría de institución nacional. El mal puede continuar, y empeorarse, si el Perú no se sacude a tiempo de tan odiosa tiranía, amenazado como se encuentra, de la entronización de los Leguía – Augusto y Germán – que no obstante su parentesco, no están dispuestos a ceder un palmo en la próxima contíenda eleccionaria. Cualquiera de ellos es un mal para el país: ambos están dando el espectáculo triste de sus impúdicas ambiciones. Adormeciendo y engañando a la opinión pública, pretenden declarar a D. Germán Leguía y Martínez víctima propiciatoria del Dictador, sin meditar que el Perú no olvida, ni olvidará, que estos dos aciagos personajes de acuerdo y mancomunadamente, han desequiciado y destruído todas las bases de la organización social, política y económica de la República. Están demás, por lo mismo, las lamentaciones y los lloriqueos, que bastante han sufrido y sufren los que se opusieron y se oponen a los desmanes del Dictador. Y hay que convenir que dentro de la crisis de los partidos políticos, del caos nacional, no todo se encuentra perdido y que hay hombres que pueden asumir la patriótica aunque ingrata tarea de depurar el ambiente. A éstos corresponde la nobilísima labor interviniendo decididamente en la función pública, que así se habrá salvado a los buenos no contaminados con la podre común, o enseñado al país, en último término, las profundidades alcanzadas por el cáncer social, para que por sí mismo se aplique, una vez por todas, remedio heroico. Es necesario, hoy más que nunca, que el Partido Civil y las demás agrupaciones políticas del país, consignen como base fundamental en sus estatutos el principio de la responsablidad en sus afiliados, y que éstos no vayan a vivir de aquellos y sin voluntad de servir sus ideales hasta el sacrificio si necesario fuere. Queremos decir que debe haber sanción. Porque si sacrificio “irrestringido y contínuo es el bagaje del afiliado típico a un partido, y si deber suyo es aceptar las obligaciones y responsabilidades de allí deribadas, necesario y justo es también que tenga derechos y será el menor, ciertamente, pero el más honroso, la justa sanción de su conducta discernida por quienes como directores tienen facultad para otorgarla. Por no haber procedido así los partidos políticos nacionales, y por que jamás ha habido sanción entre sus miembros, es que hoy muchos de sus hombres se debaten entre claudicaciones e infidencias y los han llevado al estado caótico en que se encuentran y a la crisis total de todos sus principios, más o menos doctrinarios. Es la razón del imperio de una Dictadura, que el país repudia, y es la negación rotunda de la existencia de agrupaciones políticas. Y ante la situación de hoy y ante la Historia mañana, desaparecidos los hombres, no habrá la única entidad que en toda democracía efectiva es la responsable: el Partido. La reacción política se hace, pues, indispensable, sinó queremos que el segundo centenário de nuestra Independencia política, encuentre al Perú en la misma condición de rebaño, dirigido por tigres de uñas largas y felinas actitudes... __________________ Motivo para detenido estudio sería remontarse a los antecedentes históricos de la crisis económico-financiera que aflige al Perú en el momento actual. Corresponde esta labor a los que han hecho culto de la ciencia económica; y por lo mismo nos referiremos a ella muy someramente sin entrar en las profundidades generadoras del estado pavoroso de la economia nacional y la consecuente crisis de todos los factores que en una colectividad organizada contribuyen al malestar social, “aún los más lejanos y de más elevada jerarquía, como los de orden público, moral, religioso y estético”. La organización incaica durante el Im perio, y el coloniaje durante la dominación española; los primeros formando una raza sin ambiciones y los segundos que aprovechando del envilecimiento de ella monopolizaron los consumos y limitaron los capitales, desalentaron el trabajo y estancaron o paralizaron la producción, dieron como resultado – como no podía ser de otra manera – a la crisis económica de los primeros años de la República en que variara la forma de gobierno; pero quedara el sistema social y económico. Las rentas nacionales fueron insuficientes para gastos meramente administrativos y conservar en el poder a los que por asalto lo tomaban, hasta que se descubrió el guano y se iniciara con él el festín de los millones, como tan gráficamente alguien denominara a aquella época de derroche y de malversaciones, que culminó en las hogueras del 22 de julio de 1872, el billete fiscal, la bancarrota y la guerra nacional... Entregado a Chile, como indemnización, las islas guaneras y la región productora del salitre, el Perú, continuando por la escabrosa senda de las ambiciones personalistas, de las malversaciones y la anarquía política, de bien poco aprovechó la experiencia; y en supremo esfuerzo que podría considerarse heroico, se creyo, de buena fé, sin duda, en que el Patrón de Oro en un país empobrecido salvaría la nacionalidad y la llevaría hacia la restauración de sus maltrechas finanzas puestas tan a dura prueba. Y en vez de estimular y alentar la producción; con una moneda cara que debia importarse costosamente; nuestros governantes encastillados en el viejo caserón de Pizarro, día a día se encargaron de empobrecer más al Perú, porque lo que hacia hoy un gobierno, lo deshacía mañana el que le seguÍa. AsÍ llegamos a la época actual en que teniendo como vehículo de circulación monetaria el cheque circular, representativo de oro, se produce el fenómeno del cambio bajo con relación a otros países que tienen el papel fiscal como moneda circulante. Lo que demuestra que no es la acumulación de oro lo que determina la riqueza de los países, pues que el oro y la plata, que no son otra cosa que mercaderías están sujetas a la ley de la oferta y demanda y sólo pueden servir para pagos internacionales o suplir necesidades de origen interno o crisis locales. En los países de régimen fiduciario y siguiéndose una ley universal las deudas extranjeras se pagan con la producción y las crisis locales se salvan con la emisión fiscal. No seremos nosotros, por cierto, los que aboguemos, ahora, por el régimen fiduciario y no lo hacemos sencillamente porque “el Perú padece una crisis económica intensa; no tiene un solo centavo en sus arcas; debe sin saber cómo va a pagar los millones de soles en mandatos y deuda flotante; el orden interno no está asegurado; la anarquía ha invadido a los partidos; el desborde administrativo es inmenso; el clamor contra la inmoralidad y las violenncias del funcionalismo atolondra; la falta de administración, de cordura, de prudencia, de orden, lo vé todo el mundo; ya no hay nada en su sitio ni moral, ni justicia, ni decoro, ni respeto a las leyes, ni libertad, ni garantías, ni prerrogativas, ni nada. Lo único que se palpa es el desgobierno, la anarquía, la miseria, la podredumbre y el influjo de toda clase de elementos malsanos. Tenemos al frente y al lado problemas internacionales que no ofrecen espectativas favorables de ninguna especie; sufrimos las angustias de un estado de agitación interna que una ofuscación increíble mantiene o impulsa; vemos poco a poco estancada la actividad industrial y mercantil del país; cruzan sobre el escenario de esta democracia indecisa las más cálidas corrientes de odio político; cunde la desmoralización en las cosas y en los hombres; de una hora para otra surgen en las agrupaciones y en los individuos, en las idéas y en las acciones, la más honda anarquía; vivimos, en una palabra, dentro de una situación de congoja, de lucha, de peligro, y de cólera...!” Este estado del Perú que “La Prensa”, de Lima, divulgaba el año de 1910 encontrándose en la presidencia de la República el mismo hombre que hoy se ha declarado Dictador y que amenaza estar dispuesto a entronizarse en el poder, es el mismo y peor al de ahora, con tendencias a agravarse; y no es, por cierto, el más a propósito para intentar semejante reforma, debiéndonos conformar con señalar una de las causas de nuestra crisis económica, pero no el remedio nacional que reclama la postración del Perú. Conceptuado el Patrón de Oro como determinante del estancamiento nacional en orden al desasrrollo económico que ha debido imprimir en el país, en los veinticinco años de su adopción, no habrá, sin embargo, que atribuirle la mayor proporcionalidad en la crisis, porque este sistema en dirigentes de distinta índole y tendencias a los que han gobernado el Perú habría obtenido todo el partido posible de la circunstancia excepcional de disponer de cuantiosas sumas en oro físico, para haber desarrollado, en todo caso, el crédito nacional, y que alcanzado una vez no ha sabido conservarse. Para no referirnos a regímenes muy remotos bastará que digamos que a consecuencia de los altos precios a que se vendían los productos nacionales durante el período de la Gran Guerra y dos años después: algodones, azúcar, minerales etc. el presupuesto nacional fué balanceado mediante la imposición de derechos de exportación que cobraron las aduanas y que permitieron al gobierno de D. José Pardo, durante su 2º período, sanear las rentas fiscales disminuyendo las deudas en cerca de treinta millones de soles y consolidándolas en forma altamente provechosa para el país. Llegó D. Augusto B. Leguía al poder en 1919, en la forma por todos conocida, y se encontró con que al finalizar ese año el comercio exterior fué superior a todos los transcurridos desde la independencia; las entradas fiscales fueron, por consiguiente, como jamás se viera en el Perú y ese mismo año obtuvo el fisco un superavit de sobre lo calculado de unos treinta millones. Este superavit debió, si había honradez en el régimen, que en su programa político se declaraba proteccionista invertirse en el desarrollo material del país o en disminuír en último término las deudas de la nación, como lo había hecho su antecesor, el señor Pardo. Al año siguiente las rentas fiscales no continuaron en el mismo progreso ascendente: los productos de exportación fueron desvalorizados o sufrieron una cotización muy baja, produciendo en la balanza económica del fisco un déficit cuantioso, que al haber habido previsión y honradez no se habría producido. Y es que el señor Leguía que en su anterior periodo – 1908-1912 – derrochara a discreción las rentas fiscales se entregó a la misma política de malversaciones, favoritismos y peculados; había elevado en ese año el Presupuesto Nacional a una suma excesivamente exagerada, pues que dio participación en el festín a millares de sus satélites, que resultaron pocas las entradas naturales para cubrir tan dispendiosos obsequios, ocasionando la agudísima crisis fiscal del dia, que se deja sentir ya no sólo en las provincias que fueron entregadas a sua propia suerte sino em la propia Lima. (FOTO) D. Augusto B. Leguía Sus palabras... "Los partidos políticos que asumen la responsabilidad de la fiscalización, deben tener un respeto leal y sincero a la legalidad. Los que quieren destruir por la fuerza un régimen no tienen derecho a ser escuchados por los que tienen la obligación de conservarlo." (Palabras pronunciadas en el Congreso al entregar el mando, el año de 1912) Y sus hechos... El 4 de julio de 1919, con la policía y algunos militares asaltó el poder, destruyendo por la fuerza, el régimen legal que presidia don José Pardo, desde cuya fecha desapareció precisamente; la fiscalización de los partidos políticos, pues sus principales miembros han sido deportados, e impera el terror, producto de la Dictadura que lo impulsa y dirige. Naturalmente los paniaguados del régimen dirán o dicen, que el gobierno Leguía se caracteriza de los demás por el empuje que pretende dar al país bacia su industrialización, mediante enérgicas obras de aliento. Pero hasta el momento presente las decantadas obras se reducen a simples bluffs, como lo demuestra la pavimentación de veintiún ciudades y su canalización, de las que ninguna ha sido iniciada; el contrato Marconi, que ha tenido que rescindirse porque el servicio de correos y telégrafos se hizo imposible; las obras de las pampas de “El Imperial” y el ferrocarril de Tambo del Sol al Pachitea, que constituyen los más indecentes negociados, como han sido denunciados em el Parlamento; y el famosísimo contrato Dunsmir, que por encontrarnos tan lejos de la Patria y sin los medios de información consiguientes no conocemos su final. Pero si podemos a priori preconizar que el tal contrato no pasará de la esfera de los anteriores. Y nos apoyamos para tal afirmación em que el contrato presentado a la Cámara de Diputados se lee una cláusula, la del artículo 40: “Queda entendido que cualquiera compañía o compañías que organice el concesionario para los fines de este contrato, pueden formarse sin manifestar en la minuta del contrato de constitución, el montaje de su capital; y sus acciones pueden otorgarse sin valor nominal”. Lo que equivale a decir que la empresa no dispone de un centavo para cumplir tan vastas obligaciones ni en el doble del tiempo señalado en el contrato, y que buscará los capitales para iniciar sus trabajos o no los buscará, girando el negociado alrededor de la prima de Lp. 1.245,000, que entregarán los contratistas al gobierno seis meses después de la aprobación del contrato (art. 16) “para pago del empréstito de la Compañia Recaudadora de Impruestos de modo de disponer libremente, sin afectación ni gravemen de la renta del tabaco que garantiza dicho empréstito”. Y en el improbable caso de que el concesionario Dunsmuir consiguiera los capitales o empresas que precisa para cumplir las obligaciones que contrae, hay que meditar sobre el futuro económico del país, que quedará materialmente hipotecado a dichas empresas o concesionario, tal es el monto del capital e intereses a que el gobierno del Perú se hace responsable, siempre que a aquellos les plazca rescindir el contrato... Sin embargo, esto que tan a la vista resalta, aún del más neófito, es el motivo para que se haga campaña política a favor del señor Leguía en el sentido de su reelección y para lo cual su Congreso ha reformado su Carta Política al respecto, pretextándose para tal reelección, como se patentizara en las discusiones parlamentarias, el deseo natural de que “tan egregio ciudadano” disponga del tiempo suficiente para que pueda coronar las iniciativas cuya realización ha comenzado, como si eN las democracias representativas el gobierno fuera determinado individuo. Más en su papel de lacayos habrían estado los miembros del Congreso leguista dictando una ley de Presidencia Vitalicia, que así se habría salvado el antecedente, que fatalmente perdurará y sólo habría habido un trabajo: derrocar al tirano... ________________ Esta disgresión nos ha apartado del fin que perseguimos: demonstrar la desastrada gestión del régimen en materia económica y la crisis fiscal del Perú para deducir sus consecuencias, especialmente en la región de Loreto, donde alcanzara proporciones verdaderamente pavorosas. Pero no será necesario emplear muchas frases para tal demostración, por que todos lo actos financieros de la dictadura han constituído sonados fracasos o soberanas malversaciones. El señor Augusto B. Leguía ordeno la deportación al extranjero del Gerente de la Compañía Recaudadora de Impuestos, para que esta institución con un Gerente dócil, le entregara adelantos de dinero, que según contrato no podía efectuar. El señor Augusto B. Leguía en su afán de agenciarse medios para la subsistencia de su régimen dictatorial, y sin seguir un plan razonado, expidió los más inconsultos decretos, limitando o poniendo trabas al desarrollo natural de los negocios bancarios, con la única finalidad de obtener empréstitos de estas casas de negocios; lo que dió por resultado que emigraran del país fuertes sumas de dinero. El señor Augusto B. Leguía intervino en la Caja de Depósitos y Consignaciones, que es una institución creada para recibir y garantizar depósitos judiciales y administrativos, según leyes especiales, y obtuvo centenares de libras esterlinas de tan sagrados depósitos. El señor Augusto B. Leguía ha hipotecado, casi, las accíones del gobierno en la Compañía Nacional de Vapores y Dique del Callao a una empresa extranjera, lo que determinará, al no rescatarse esas acciones en su oportunidad, que esa empresa naviera nacional, constituída con fondos perfectamente peruanos, su cambio de bandera. El señor Augusto B. Leguia ha hecho cambiar la garantía del cheque circular nacional, que era oro físico, en papel moneda inglés, obteniendo en semejante operación algunos centenares de libras esterlinas, que han sido dilapidadas. El señor Augusto B. Leguía ha cobrado los intereses del oro depositado en garantía de los cheques circulares, que se encontraba en Londres y Nueva York, contra los mandatos expresos de la Ley respectiva, y también ha dilapidado ese dinero. El señor Augusto B. Leguía ha hecho crear el Banco de la Nación, que gira como cualquiera institución bancaria, vendiendo el dinero de la garantía del cheque circular. El señor Augusto B. LeguÏa ha explotado a su antojo con la Deuda interna; y no ha dejado, en fin, reducto favorable para la reconstrucción económico-financiera del país que no haya violado y dilapidado sus bases sustantivas. Se podría pasar por alto estas “operaciones” si se viera que el afán del señor Augusto B. Leguía es dejar al país imperecederas obras de aliento, para el progreso nacional y que el dinero fiscal se invierte en algo reproductivo o en la protección de la industria; pero como hasta se acaba de dictar una ley autorizando al Ejecutivo para disponer de los fondos destinados a obras públicas – fondos que han sido gastados con anterioridad a la ley, que trata de sancionar la malversación – para aplicarlos a gastos de la administración y se coloca un empréstito externo por UN MILLON DOCIENTAS MIL LIBRAS ESTERLINAS para los mismos gastos de administración, fácil es deducir que toda la economía fiscal ha sido comida y dilapidada por el señor Augusto B. Leguía y sus admiradores, desde un puesto burocrático, en una curul parlamentaria o en alguna comisión del servicio... Tal es el estado político del Perú bajo la férula de una Dictadura “que surgió de la violencia; que fué creación de la anarquía; que vive para la anarquía y el desgobierno; y que perecerá, fatalmente ahogada, por los excesos del desgobierno y la anarquía...! Belém do Pará, (Brasil), diciembre de 1922. LIBLO PRIMERO EL DEPARTAMENTO DE LORETO ANTECEDENTES GEOGRÁFICOS E HISTÓRICOS El departamento de Loreto, geológicamente, está situado em la región de la montaña, que comprende una parte de las faldas de la Cordillera de los Andes y la llanura amazónica, abarcando una superficie de más o menos 500,000 kilómetros cuadrados. Su punto mas oriental está en la caída del rio Apaporis, en el Caquetá o Yapurá. No consignamos su posición geográfica debido a su arbitraria configuración y a que aún no está determinada la frontera con los países extranjeros que lo limitan. La hoya del rio Amazonas, en la que está situado Loreto, constituye un sistema hidrográfico que supera a los demás del mundo por la cantidad de sus aguas, la extensión de sus corrientes y su variedad. Existen tres arterias principales: Marañon, Huallaga y Ucayali. Cada una de estas arterias recibe las aguas de millares de ríos, cuyo caudal es mayor a medida que se acercan al sistema principal, el río Amazonas, que conduce una masa de aguas al salir del territorio peruano, en Leticia, de mas de 20,00 metros cúbicos. Este hermoso río, monarca de los ríos, tiene un largo de 4,400 kilómetros, de los cuales 680 se encuentram em territorio peruano, y está formado por la confluencia de los ríos Marañon y Ucayali, que se unen cerca del pueblo de Nauta, donde tiene un ancho de unos cuatro kilómetros. Su profundidad, en el Perú, varía de 10 a 30 metros y en ciertos lugares llega a 150. Es navegable en todo tiempo por vapores de gran calado. Como es sabido la principal producción de Loreto es la goma elástica y el caucho, que a causa de las plantaciones inglesas y holandesas de la India, ha disminuido de valor dejando de ser el oro negro de otros tiempos; la tagua o marfil vegetal, cuyo precio también ha decaído por consideraciones que se apuntarán más adelante; las maderas preciosas, que se explotan en muy relativa proporción; la balata, la gutapercha y el chicle; y finalmente el algodón, que si no se toman medidas proteccionistas para garantizar su desarrollo y cultura sumirá a la región en la mas grande miseria. Aparte de estos productos ya explotados y en explotación existen infinidad de materias primas para toda clase de industrias, pudiéndose decir, sin ponderación, que es la región más rica del mundo. Ultiamente se han descubierto ricos yacimientos petrolíferos en los ríos Santiago, Putumayo, Marañon y Huallaga. La Agricultura es floreciente. Se puede considerar como descubridor de la región amazónica al conquistador español Francisco Orellana, que bajando por el río Napo, procedente de Quito, llegó a la desembocadura del majestuoso río, que el audaz aventurero bautizó con nombre de Las Amazonas y que la tradición conserva, aparejándolo con las más arbitrarias leyendas. Se cree - y es presumible que así fuera – que sus primitivos habitantes de la región de la sierra peruana huyendo de la autocracia de los emperadores indígenas que se habían dedicado a conquistar el territorio de toda la parte occidental de Sud América; y por lo mismo, fuera del contacto civilizador de los Incas, desarrollaron su existencia en el primitivo estado salvaje que hasta hoy conservan algunas tribus diseminadas em el interior de los bosques. Durante el Coloniaje y en la República, misioneros, especialmente, y hombres de ciencia y de trabajo penetraron a la selva; los primeros a catequizar infieles y los segundos en busca de lo desconocido. Interminable y pesado sería apuntar el nombre de cada uno de estos campeones de la civilización de nuestro oriente, cuyo punto de partida, sin duda, nadie ignora; pero cuyo final nadie puedo pintar, sino evocando el recuerdo de los que se internaron en las espesas y vírgenes selvas muchos de ellos para no regresar jamás; abrumando el espíritu con finales trágicos y cuadros aterradores en que se verían a salvajes y civilizados sosteniendo desigual lucha en medio del tupido bosque y en que siempre aquellos triunfaban; hombres que sufren todos los horrores de la sed y del hambre, de la desesperación y del miedo sin saber con qué aplacarles, ni tener fuerzas para vencerlas y luego... la muerte, unos cuantos despojos humanos que algún tiempo resisten a la acción del clima y después el misterio, la nada impenetrable y triste...! Millares de hombres de buena voluntad se esfumaron allí; la gratitud nacional no sabría donde exhalaron su último aliento, no tiene donde depositar la sagrada ofrenda de respeto, de admiración y de cariño que todos los peruanos les debemos: legaron al Perú la más hermosa y rica de sus regiones. EL GRAN MARISCAL DON RAMON CASTILLA Para nuestro objeto conceptuamos innecesario remontarnos a la vida política de Loreto cuando formaba parte del hoy departamento de Amazonas. Hacen apenas cinco escasos años que Iquitos celebró con extraordinaria suntuosidad el primer cincuentenario de la creación del departamento y aún perdura el recuerdo de los esfuerzos y entusiasmos desplegados por el entonces prefecto señor Coronel Emilio Soyer y Cavero y el primer jefe del regimiento Nº 13, señor Teniente Coronel Jorge A. Esponda, que como Presidente de la comisión de fiestas del Concejo Provincial se mostrara incansable a fin de, dentro de la crisis económica ya existente, demostrar al Perú el grado cultural de la población de nuestro primer puerto oriental. Se celebró en esa ocasión la fecha que conmemoraba los primeros cincuenta años de vida política de Loreto, recordándose las imponderables dotes administrativas y la clarísima visión de uno de los pocos buenos gobernantes que ha tenido el Perú: el Gran Marical don Ramon Castilla, que ostenta en la rotonda del Malecón de Iquitos una estatua erigida con el óbolo del pueblo loretano como gratitud imperecedera a los beneficios alcanzados por la región con la nueva organización, que el Gran Mariscal le dió. Ese preclaro hombre público que decía: “cuando Chile construya un buque de guerra, el Perú debe construir dos”, demostrándonos su clarividencia extraordinaria en los inteses patrios confiados a su dirección; se preocupaba de sentar en las inconmovibles bases de la posesión efectiva, la soberanía de nuestra región oriental, dictando al efecto atinadas disposiciones supremas o provocando leyes tendientes a hacer de Loreto, y especialemnte de Iquitos, el baluarte de la defensa oriental del Perú y un gran centro comercial e industrial. Ahí está como protesta muda del abandono de regímenes posteriores la hermosa chimenea que se levanta en lo que fué Factoría del Estado, la primera oficina industrial de importancia estabelecida en el Amazonas peruano-brasileña y tal vez la primera del Perú, para la reparación y construcción de embarcaciones y que por descuido, ignorancia o concupiscencias criminales, apenas si existe ese conducto de escape de humo, que por ser de ladrillos no ha podido ser conducida a los lugares donde han ido a parar las maquinarias y demás enseres de tan costosa instalación. Ocioso sería pedir la sanción correspondiente porque viniendo la podredumbre moral que corroe el organismo nacional, desde arriba, no se puede exigir responsabilidades a los de abajo. Pero ahí está, repetimos, la hermosa chimenea desafiando tormentas y tempestades y contemplando el pavoroso abatimiento de la antes floreciente región amazónica peruana... y subsistirá a través de los siglos si alguna sacrílega mano no la echa a tierra para aprovechar sus desmontes – los pobres despojos de la primera y última obra de utilidad pública levantada por la acción oficial del Estado en Loreto! EL CORONEL PORTILLO Cuando el Coronel Pedro Portillo asumiera la prefectura del departamento de Loreto, le habían sucedido una decena de autoridades de igual categoría que no podríamos precisar cuáles fueron sus preocupaciones, porque nada dejaron en beneficio del departamento durante su paso por las oficinas prefecturales. A este respecto, Enrique S. Llosa, senador por Loreto, en el año de 1901, en un Manifiesto a sus mandantes decía: “Loreto tiene amargos recuerdos de los Prefectos y Subprefectos y probablemente no es sólo en la República en experiencias de esta naturaleza. Desde luego no me refiero sino a quienes han practicado actos verdaderamente delictuosos, cuando bajo el pretexto de las obras públicas despilfarraron los dineros fiscales en obras inútiles o dispendiosamente ejecutadas, o convirtieron a los ciudadanos en víctimas del poder que investian exigiendo el pago de impuestos ilegítimos o la prestación de sercicios gratuitos, cosas que la Constitución prohibe y castigan nuestras leyes penales”. Y continuaba: “A fin de que las autoridades polÏticas se dediquen por entero a las funciones que la Ley les encomienda y se aparten de la dañosa corruptela de iniciar y ejecutar obras por nadie autorizadas, presenté un proyecto del cual, al ser aprobado, en la próxima legislatura, aguardo los más benéficos resultados”. Lo que quiere decir que los prefectos invertían los dineros fiscales en “obras públicas” que infelizmente no existen en la actualidad. La palabra autorizada del senador Llosa, sacrificado en aras de las públicas libertades loretanas, es insospechable y digna de todo crédito. Esa actitud de los prefectos dió lugar, sin duda, a los movimientos armados encabezados por los señores Madueño y Seminario primero, y el del Coronel Vizcarra después. Porque se precisa no tener sangre en las venas para contemplar el robo desenfrenado, el abuso y la mentira como sistema de gobierno; y permanecer impasibles y acatar sumisos los imperativos y arbitrarios mandatos de dictadorzuelos sin escrúpulos ni conciencia, ignorantes y presuntuosos. El Coronel Portillo asumió la Prefectura cuando todavía se recordaba en Loreto las andadas infructuosas y desgraciadas del Coronel Vizcarra y se dedicó a una obra de reconstrucción y de patriotismo. Los peruanos, y especialmente los nacidos en Loreto, deben recordar con gratitud la memoria de este soldado de la Patria que dedicara sus energías explorando y recorriendo los inmensos ríos de nuestra vasta hoya amazónica, colocando la Bandera Nacional en los legítimos linderos que tratados internacionales y disposiciones de la Corona de España, señalan al Perú por su región oriental y que más tarde ha tenido que ser arriada, obedeciéndose a combinaciones diplomáticas excesivamente perjudiciales al Perú. En verdad que el Perú precisa de hombres de acendrado patriotismo para impedir que tan vastas y ricas extensiones de territorio nacional pasen a poder de naciones extranjeras; pero ante todo es menester que los gobiernos que se sucedan se den cuenta exacta de la importancia que para el futuro del Perú representa la integridad territorial de Loreto. Esta importancia no puede ser conocida y apreciada mientras a tontas y a locas, por satisfacer, muchas veces, caprichos pueriles o complacencias vanales de política local, la administración del departamento de Loreto sea encargada a analfabetos sin nociones del papel que van a desempeñar o a los que aceptan el cargo por meros fines especulativos. La administración de Loreto debería ser encomendada a personas que unieran a su honradez a prueba , comprobada competencia administrativa y clara visión de su porvenir; y en este caso tendrían labor para muchos años porque en Loreto no hay un solo problema económico, industrial, social ni político que hasta la fecha haya sido resuelto, pero ni siquiera debidamente estudiado. Aquello ha ido desenvolviéndose por su propio impulso, y así marcha sin ideas directrices, sin orientaciones definidas, hacia la ruina, a la quiebra de todos sus valores... Por esto es que el pueblo de Loreto prestara su asentimiento pasivo y otorgara sus simpatías al grupo revolucionario de 1921; porque apartándose de toda cuestión de política casera, del caos nacional de hoy, se da cuenta de que toda la desgracia de Loreto, toda la crisis que le agobia, se encuentra em la acción gubernativa que sólo se ha dejado sentir para locupletar las arcas fiscales y las particulares de sus administradores subalternos; o que en todo caso, si la ha habido, ha sido para empeorar las cosas, ignorante como se encuentra de las verdaderas necesidades loretanas. El grupo revolucionario contemplando el cuadro tristísimo de la situación de Loreto de 1921, no vaciló en tomar las armas para exigir con ellas lo que en tantas ocasiones el pueblo ha solicitado; y si no se han conseguido po el momento las ventajas apetecidas la acción fracasada servirá de estímulo e incentivo en las altas esferas oficiales y día llegará que Loreto alcanzará el auge a que sus naturales riquezas le dan derecho. LA SITUACIÓN POLÍTICA DE LORETO EN 1918-1919 Ejercía la prefectura del departamento el Coronel Emilio Soyer y Cavero. Desde su llegada a la capital oriental el grupo que por parodia denominaremos oligárquico, se la dió – como lo había hecho siempre – de mentor de los actos prefecturales. A este grupo, que el pueblo habia bautizado con el sugestivo nombre de La Cueva, pertenecían los senadores y diputados, los alcaldes y los concejales, los presidentes y miembros de la extinguida Junta Departamental y Sociedad de Beneficencia, y ocupaban todos los puestos de la administración inclusive la policía y el servicio de baja policía del Municipio: era un acaparamiento odioso que tenía por finalidad sustraer en lo posible de la función pública o administrativa a todo nacido en Loreto, pretextándose para tamaña arbitrariedad las ideas separatistas, federalistas o regionalistas de los loretanos; cuando en realidad de lo que e trataba era mantener una situación falsa, que les permitiera conservar las granjerías adquiridas en el presupuesto fiscal y las rentas comunales. Sin embargo, en las filas de los cuevistas figuraban algunos loretanos dóciles a los mandatos de los directores y no todos los forasteros, costeños o serranos, participaban de las ideas absorbentes del grupo que se declaraba el dirigente de los destinos de Loreto. Semejante brutalidad que rebajaba a los loretanos al mismo nivel de los negros en los Estados Unidos de Norte Americana, o al de los irlandeses en su propia patria, tuvo que provocar conflictos y crear cierta animosidad contra los peruanos de la costa o la sierra y dió nacimiento a una institución popular que contrarrestara la influencia perniciosa de los de la Cueva, fundándose la LIGA LORETANA, que tuvo su estreno trágido en el año de 1913, en que fué abaleado el pueblo de Iquitos, y asesinado en las calles de la ciudad el candidato popular a la senaduria, señor Enrique S. Llosa, en momentos que dirigía la palabra a una compacta muchedumbre, alentádola para que reconquiste sus derechos ciudadanos que pretendían ser conculcados una vez más con la imposición oficial. Y desde esa fecha, la Liga Loretana, bautizada con sangre inocente, siguió su curso ascendente ganando todas las voluntades: pacíficamente o por tumultos, sobre cadáveres y persecuciones, la marcha de la liga regionalista siguió adelante; los débiles esfuerzos de la minoría dominadora se perdían y desaparecían ante el impulso impreso por las huestes populares: los que creían dirigir a esta muchedumbre, en realidad, eran empujados delante de ella y los que, mas tarde, trataron de resistirla, fueron derríbados y aplastados... Por no estudiar nuestreos políticos las etapas de esta clase de movimientos evolutivos, es por lo que calculan mal su fuerza, es por lo que llegan a desconocer su ley, y por lo que tantas revoluciones violentas se producen y llegan, muchas veces, a cambiar la faz de la sociedad. Y es que la parte de una sociedad, que no ha tenido importancia, crece y se hace fuerte. Demanda entonces el acatamiento a sus prerrogativas en relación no a su anterior debilidad, sino a su fuerza presente. Si se le concede, todo marcha bien; si se le niega, sobreviene la lucha entre la joven energía y los antiguos métodos. Esto es lo que sucedió en Loreto el año de 1918-1919 entre cuevistas y liguistas y es lo que acontecerá siempre que se trate de mantener a cien corrompidos en un sitio, posponiendo a los que con derecho pueden y deben ser. Bajo el imperio de La Cueva, en Loreto, los loretanos no podían alcanzar nada; si querían figurar en cualquier cargo administrativo podían salir a la costa o la sierra, en su tierra les era imposible. Después de los sucesos políticos del 4 de marzo de 1919, en Iquitos, el Prefecto, señor Soyer y Cavero, se dirigió a la capital de la república, satisfecho de su actuación, porque no permitió el derramamiento de sangre popular; y fué nombrado para desempeñar las mismas funciones el señor Enrique Zegarra, que llegó a Iquitos, precisamente, el último día de las elecciones políticas, manifestándose neutral; esa neutralidad que en lenguaje vulgar denominamos camarón. Poco tiempo después, el 4 de julio, el inalámbrico anunciaba el derrocamiento de don José Pardo, y el señor Zegarra (1) se apresuraba a ponerse a las órdenes del nuevo régimen; pero suponiendo que se produciría una reacción en Lima apresó a los leguistas de Iquitos Y adelantándose a los procedimientos de don Germán Leguía y Martínez, los encerró en una bodega de un navio de guerra y los despachó con rumbo desconocido. Días después se vió precisado a declarar sin efecto su orden de deportación al extranjero. (FALTA RODA PÉ) El PREFECTO RUIZ Y PASTOR Hemos estimado necesaría la divulgación de los anteriores antecedentes para demostrar que la revolución de Loreto del año de 1921 ha tenido un período de larga gestación, esperándose el momento propicio para que estallara y faltando tan sólo hombres dispuestos a asumir la responsabilidad de sus actos y dirigir el movimiento hacia la finalidad perseguida. La crisis económica, el nombramiento de D. César Ruiz y Pastor y los atropellos a la ley y a los ciudadanos de la Dictadura, aceleraron la fecha que fatalmente tenía que venir. El primer enunciado es fácil probarlo. Todos saben los efectos que la misería produce aún en gente de mayor cultura que la gran masa de analfabetos. Se sabe que aún el hombre de condición mansa – de la que es tipico el loretano y por lo que ha sido explotado vilmente – lo hace irritable, irracional, crédulo, ávido de rápida mejora, indiferente a las consecuencias futuras. “No hay remedio absurdo en medicina, religión o política que no pueda enseñorearse aún de una inteligencia poderosa, si ha sido trastornada por el sufrimiento y el dolor”. Y Loreto atravesaba una dolorosa crisis económica y el fisco nacional no pagaba a nadie un centavo. No es, pues, desdoroso para los habitantes de Loreto y los revolucionarios señalar como una de las causas del movimiento armado aquella crisis que aún pesa sobre el departamento; y con respecto a la acción desquiciadora de la dictadura como determinante de los mismos sucesos, ya nos hemos ocupado de ello y nos ocuparemos mas adelante. Nos queda por demostrar la participación del señor César Ruiz y Pastor. Instalado D. Augusto B. Leguía en el solio presidencial por obra y gracia de sus actividades revolucionarias, que culminara con el asalto del poder, hizo el respectivo nombramiento de autoridades subalternas para las diversas secciones territoriales del país; a Loreto le tocó el señor Ruiz y Pastor, una excelente persona, posiblemente; pero sin ninguna de las condiciones que se requieren para administrar un pueblo, ni mucho menos el de la importancia de Loreto. Y el señor Ruiz y Pastor desconociendo el principio que no deben olvidar los que aceptan esta clase de encargos, que no es el mal gobierno absoluto sino el mal gobierno relativo lo que suele producir en las colectividades las exaltaciones populares, y que no deben descuidar de analizar el estado del espiritu público cuando se pretende dirigirle o encausarle por determinadas orientaciones, se entregó a una política de intrigas y de chismes y de corruptoras complacencias, que desde el primer momento se conquistó la animosidad popular. El señor Ruiz y Pastor fué uno de los que en la Liga Loretana combatió a los de La Cueva; en sus discursos y en sus conversaciones condenaba la actitud de ese grupo intransigente; y agraciado con el nombramiento de primera autoridad del departamento era lógico esperar que los miembros de la Liga, que habían luchado a brazo partido y regado su sangre en las plazas públicas defendiendo su ideal, por lo menos fueran considerados y cesara la persecución a que les habían tenido sometidos el grupo anterior que tan ruidosamente había sido derrotado en toda la línea. Pero el Prefecto, convertido en vaca se olvidó de que había sido ternera. Y aqui cabe decir: pobres fortunas que caen en manos de individuos que jamás conocieron el valor del dinero ni la manera de ganarlo! Es lo que sucedió al flamante Prefecto, olvidando sus antiguas “convicciones”, olvidando que había actuado con los loretanos hasta encumbrarse y tergiversando completamente el carácter de su investidura, se convirtió en el más terrible y encarnizado enemigo del pueblo de Loreto, es decir de los nacidos en él y trató de formar una absurda Liga, contra la Liga Loretana y en la que sólo ingresarían costeños y serranos, “amenazados éstos de ser proscriptos con la preponderancia que habían alcanzado los loretanos en las últimas elecciones políticas;la que se enfrentaría a ella". Es decir un proceso igual al del grupo caído y por abatir el cual se había luchado. Naturalmente no encontró elementos para llevar adelante su plan, limitándose a hostilizarlos encubiertamente, transcurriendo así algunos meses hasta que fué promulgada la flamante Constitución de la Patria Nueva y en que la Liga Loretana, como para demostrar su fuerza a los ojos del Prefecto, que se obstinaba en considerarla insignificante, convocó a sus adherentes a una manifestación pública, en homenaje a la nueva Constitución. Publicada la invitación respectiva en los diarios locales el señor Ruiz y Pastor se consideró agraviado porque no se le había pedido permiso y trató de impedir la manifestación, que en realidad era el régimen que representaba. La manifestación se llevó a efecto y la autoridad fué burlada, esperándose únicamente que su intransigencia fuera al extremo de abalear al pueblo que desafiaba su poder. El 29 de enero los diputados González Zúñiga y Raygada dirigían desde Lima el sigiente despacho radiográfico: Prefecto – Iquitos. – Periódicos aquí publican telegrama firmado Juan Olórtegui, oposición suya, subprefecto, manifestación patriótica motivo promulgación constitución, expresando llevóse a cabo propiciaba él. (firmado) Raygada Zúñiga._ (Falta rodapé) Ignoramos lo que contestaría el Prefecto, pero es una muestra del “talento administrativo” de que hacía gala. Y esta acusación le sirvió de incentívo mordaz para sus ataques a la Liga y sus miembros. El documento que transcribimos enseguida es una demostraciön de lo que decimos y dará una idea de la excitación pública que provocaran los atentados de Ruiz y Pastor, que su persecución no quedó limitada a los hombres, sino que la hizo extensiva a las mujeres, acusándolas de delitos contra “el orden público”. (Copia de un recurso de Habeas Corpus) “Señor Presidente de la Corte Superior de Loreto. “Los suscritos y suscritas, vecinos de esta ciudad, a Ud. Con todo respeto decimos: que, de conformidad con el artículo 7º de la Ley Nº 2.223 sobre liquidación de prisiones preventivas y de acuerdo con las disposiciones contenidas en la nueva Constitución Política del Estado sobre garantías individuales, interponemos recurso de Habeas Corpus contra el Prefecto de este Departamento, el Sub-prefecto del Cercado, el Mayor de Guardias, el Alcalde o Presidentee de la Junta de Notables de esta provincia, el inspector de policía de la Municipalidad y el jefe de la cuadrilla municipal. Aprovechando del incidente personal ocurrido en el vapor “Estefita” entre el señor Emilio Wesche y el Abogado don Rosendo Badani en la tarde del 27 de este mes, los expresados funcionaríos y empleados están consumando desde ese día los atentados más inconcebibles contra los pacíficos y laboriosos habitantes de esta ciudad, especialmente contra el elemento loretano sin distinción de sexo ni de edad. Unidos y de común acuerdos, los inspectores de policía y los peones de la cuadrilla municipal penetran a cualquier hora en los domicilios y después de maltratar a las personas que en ellos habitan los toman y conducen presos a la Subprefectura donde sin darles explicación alguna se les sume en los calabozos, incomunicándolos y privándolos en lo absoluto de todo alimento por veinticuatro o más horas, y anegando previamente de agua tales calabozos. Así se ha procedido con don José Cruz Hidalgo, don Mamerto Ramírez, don Juan Rojas Torres, don Trinidad Amasifuén, el menor Julio Teco, Pedro Macedo, don Julio Ríos, don Jorge Jarame, don Simón Ramírez, don José Navarro, don Andrés Panduro, don Augustín M. Teixeira, don Resurrección Díaz, don Alfonso Navarro Cáuper, don Vicente Cornejo, don José Saboya, don José Reyes Flores, don Jorge Navarro, don Zacarías Fernández, don Miguel Puerta, don Manuel Ríos, don Ernesto Bernales; doña Dolores Noriega por dos veces, doña Francisca de Pezo, Rosalía Jiménez, Dolores Sánchez, Margarita Pérez, Matilde Chumbe y su madre; y otras muchas personas de cuyo nombre no nos acordamos por el momento; y, además, se encuentran en la condición de perseguidos don Juan Olórtegui Villacorta, don César Alván, don Manuel Ríos, don Pedro Gardín, don Estanislao Nauparí y otros. “Contra las citadas personas no ha existido, ni existe, motivo alguno legal para que se les haya estraído violando sus domicilios y se les haya privado de su libertad en forma tan atentatoria, así como tambíen no hay causa para que se persiga a las otras mencionadas al final, pues el articulo 6º de la expresada Ley Nº 2,223, dice a la letra: “Salvo casos de flagrante delito, nadie podrá ser privado de su libertad, sino por causa de juzgamiento o de aplicación de pena. En razón de la primera de estas causas las autoridadese encargadas de cuidar el eorden público podrán arrestar, con el objeto de conducirlo ante el Juez respectivo”. “Desde la noche del 27 de este mes están al corriente y son sabedores el señor Prefecto y el señor Alcalde o Presidente de la Junta de Notables de todos los atentados que se han cometido y se cometen contra el pueblo pacífico e indefenso por los inspectores y soldados del cuerpo de policía y por la cuadrilla municipal de la baja policía, a las órdenes de su jefe; y muy lejos de impedir tales atentados, día a día los estimulan en forma más odiosa y grave. – Por tanto: A Ud. Suplicamos, se sirva admitir el presente recurso, sustanciarlo y oportunamente declararlo fundado imponiendo a los culpables las penas a que e han hecho acreedores. Otro sí decimos: que, por no existir ya en esta ciudad mas de cuatro abogados, que son los doctores Velazco, Ramírez del Villar, Morey y Burga Cisneros, no lleva este escrito autorización o firma de letrado, de conformidad con el artículo 140 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Otro sí decimos: que se ha de servir Ud. Señor Presidente, ordenar que el Subprefecto de esta provincia eleve al Superior Tribunal copia certificada de la lista de las personas contra las que ha dictado orden de detención y la cual se encuentra pegada en la puerta de la prevención de la Sub-prefectura. Iquitos, 30 de enero de 1920. (Firmado) F.E. Reátegui. – Neptalí López. – Vicente Cornejo. – P.A. Gardín. – Israel Vela Dávila. – David A. Mestanza. – Pedro Villacorta. – César Alván. – Enrique G. Villacorta. – Felipe B. Arbildo. – Manuel A. Pinedo. – E. L. Zumaeta. – M. Puerta. – B. Ríos. – Antonio D. Bardales. – Manuel Octavio Villamar. – S. Vela. Depués de la lectura del documento precedente cabría preguntarse: cómo es posíble que los propíos elementos del Prefecto se encontraran hostilizados de tan brutal manera, a los cinco meses escasos de alcanzadas las ventajas políticas que habían aspirado¿ Qué es lo que había sucedido? Lo que había sucedido es que los caudillos políticos de Loreto habiendo gustado con exceso los placeres de la popularídad habían olvidado sus promesas; y el pueblo, que había gustado los placeres de la excitación, se había tornado exigente ante el incumplimiento de lo prometido, habiendo, por lo demás, en una colectividad que todo está por hacer, motivos suficientes para servir de pávulo a la agitación. Los que se encontraban arriba, pesando ahora sobre ellos las responsabilidades, se diereon cuenta de que no todo podía alcanzarse, sin duda, con la celeridad y eficacia que pregonaron; o demostraban que su verborrea habia llenado su objeto: llegar al poder y todo estaba terminado. Pero como en su impaciencia para llegar al poder llamaron al diablo de la intolerancia política, resultó que no fué tan fácil despedirlo como evocarlo. En su oportunidad hizo lo que le pidieron y se tornó, enseguida, amo exigente y duro, reclamando, con sobrada razón, el pago de sus servicios. Sin duda alguna es muy agradable verse presentado como campeones del derecho y de las publicas libertades; será muy agradable oir llamar a los enemigos políticos: asesinos, corruptos miserables... Pero cuando toda esta palabrería los llevó al poder, cuando se encontraron que tenían que hacer lo que los otros no habían hecho y que tenían que conservar el orden público, que habían desquiciado, y gobernar a los constantemente difamados y humillados se encontraron con que no lo querían hacer, o no lo podían, con la sagacidad y tino preconizadas; y mareándose en las alturas no supieron resistir las tentaciones del poder... y Loreto se encontró con una camarilla peor que la anterior, arriba, y una muchedumbre enfurecida, abajo. De un lado vicios engendrados por el poder; de otro lado vicios engendrados por la injusticia y la deslealtad. Unos declarandose impotentes a todo adelanto político, social y económico; y otros clamando por la destrucción de los que antes habían encumbrado. Y el señor Ruiz y Pastor, cada día que transcurria, daba nuevas pruebas de su falta de cordura, de su poca consistencia moral, ahondaba la crisis con sus procedimientos arbitrarios, convirtiendo a Iquitos y al departamento en un vasto campo de Agramante. El pueblo pretendía imponerse a la policía contrarrestando su fuerzas; y la policía, abusando de la fuerza que tenía en sus manos, pretendía dominar al pueblo: el desenlace tenía que ser inevitable. Claro está que no aceptamos, en defensa del Prefecto, la circunstancia, muchas veces enunciada, de que era manejado por terceras personas que abusaban de su ceguera, porque la aceptación del cargo que le habían confiado implicaba que se responsabilizaba a todos sus actos, por más que se encontrara físicamente incapacitado hasta para mover los pies a sitio seguro. Persona allegada al señor Ruiz y Pastor nos manifestó al respecto, que en el mes de enero del año de 1921 recibió éste, una carta del diputado señor Julio Abel Raygada, en la que le decía con respecto al secretario de la prefectura, mas o menos lo siguiente: “Tengo malas referencias de su secretario, sé que está vendido a Israel, de quien recibe una subvención mensual; creo que sus antecedentes son malos, cámbielo, porque ese puesto es la llave de la administración: haga Ud. Que su mujer le lea bien claro todo lo que debe firmar; muy malos datos son los que tengo del secretario a quien no conozco ni sé cómo fué a dar por allá”. Estas palabras demuestran que el señor Raygada, que influenciaba en el gobierno, sabía que el señor Ruiz y Pastor firmada lo que otro le leía; y en vez de gestionar su retiro, como hubiera sido el procedimiento honrado y lógico, le insinuaba la conveniencia de que cambiara al secretario, como si el que asumiera el puesto en su reemplazo podría tener patente de honradez, en el caso de que fuera cierto lo aseverado de que el actual estaba vendido a Israel! Y aún cuando así hubiera sido no podría considerarse culpable de cualquer reparo al secretario, sino al que firmaba lo que no leía. Su única salvación, en verdad, estaba en llamar a su mujer...! Siendo, pues, materialmente ciego el señor Ruiz y Pastor no podía esperarse de él acción propia, limitando su actividad a intrigar a los loretanos, a los dispersos de las filas cuevistas, que recibieron sóferas palizas en las calles de la ciudad, y a los que de alguna manera hacían ver sus continuos desaciertos; a la vez era dócil a todas las insinuaciones de sus “amigos” que conociendo el partido que podían sacar de él, aprovechándose de su ceguera, le adulaban cordialmente. Ruiz y Pastor olvidaba en esos momentos las miserias pasadas, olvidaba las decepciones sufridas con los acaudalados comerciantes que se decían ahora sus “parientes” y se entregaba en cuerpo y alma a las falaces iniciativas de éstos. Como estaría de sugestionado este buen señor, que se atrevió a proponer al gobierno lo que se verá enseguida. Son copias de dos radiogramas hechos fuera de la prefectura y discutidos a voluntad entre los comerciantes interesados, que se los presentaron a Ruiz y Pastor, y éste los trasmitió a Lima. “Iquitos, 13 diciembre 1920. – Presidente República. – Lima. “Comercio Iquitos encuéntrase situación desesperada debido imposibilidad verificar exportación productos región; única manera salvarlo aguda crisis, redundaría perjuicio general, sería que gobierno gestione Congreso o decrete con cargo darle cuenta, moratoría por dos años. Ruégole bien intereses departamento tomar sería consideración este punto. (Firmado) Ruiz Pastor, Prefecto”. Como pasaran los días y el gobierno no contestara y se hicieran insinuaciones de cierto género, volvieron los comerciantes interesados en no pagar a sus acreedores, a llevar al Prefecto otro radiograma, que igualmente paso y que dice: “Iquitos, 7 enero 1921. – Presidente República, Ministro Hacienda. “Compulsada delicadísima situación económica departamento, agravada con fuertes sumas arroja defícit presupuesto y oída opinión principales casas comerciales aquí, estímase como medida salvadora dicha situación que gobierno gestione Congreso declare moratoria por seis meses, autorizando ejecutivo prorrogarla caso necesario. (Firmado) Ruiz y Pastor, Prefecto”. Claro está que el gobierno no podía hacer caso a semejante insinuación, por más que la patrocinaran las “principales casas comerciales” de Iquitos, porque si legítimos son los intereses de los comerciantes establecidos en Loreto también lo son los demás comerciantes del resto de la República y mucho más dignos de protección, siquiera por la forma cómo trabajan y que sufruían también los efectos de la crisis mundial; y en todo caso, no imaginaba el señor Ruiz y Pastor que al llevarse a efecto su proposición, el crédito del Perú en el extranjero habría sufrido el más formidable golpe y declarados los comerciantes del Perú unos ladrones? Y de otro lado quedaba patentizada la bancarrota del fisco peruano y su desorganización, que la Dictadura, por propio interés tenía que ocultarla. Pero es que el señor Ruiz y Pastor así cómo no veía, tampoco ejercitaba su intelectualidad con el raciocinio ponderado que corresponde a una autoridad. Y sinó véase outra demostración que puede dar lugar a todos los comentarios. En el mes de Abril del año de 1921 algunos comerciantes de Iquitos, presentaron a la Prefectura, no sabemos si a solicitud de ésta, diversas propuestas ofreciendo la venta de sus embarcaciones a vapor señalando precios excesivamente subidos; y hubo una que para el menos conocedor de Loreto le sorprenderá pueda producirse semejantes proposiciones. Se trataba no de vender al Estado una embarcación, sino alquilársela y nada menos que por Lp. 100 mensuales. El contrato, ajustado ya, fué impedido por el estallido del movimiento revolucionario, y es el siguiente: “FLETAMIENTO. – Conste por el presente documento el contrato de fletamiento que se celebra entre la Prefectura del Departamento de Loreto y los señores Barcia Hermanos, comerciantes de este puerto bajo las estipulaciones siguientes: “Los señores Barcia Hermanos, dueños de la lancha a vapor “Hercules” de la matrícula del puerto de Iquitos, la dán en fletamiento por tiempo indefinido a la Prefectura del Departamento. “La merced conductiva o flete que debe abonar la Prefectura es la cantidad de CIEN LIBRAS mensuales, empezando a correr el flete desde el día en que sea firmado este contrato. “Todos los gastos, pago de tripulación, licencias y demás correrán por cuenta de la Prefectura, excepción hecha del primer maquinista cuyos sueldos serán abonados por Barcia Hermanos, quienes lo designarán y fijarán dichos sueldos. “La Prefectura se obliga a asegurar la embarcación fletada contra todo riesgo ante cualquiera Compañía aseguradora de la que sean agentes los señores Kahn & Cia., y por la cantidad de DOS MIL LIBRAS ORO, estipulando que el contrato de seguro comience a surtir sus efectos desde el día en que se haga cargo de la embarcación la parte fletadora hasta que sea devuelta en este puerto, a los fletantes. – Iquitos, a 18 de mayo de 1921”. (1) Por el estilo era toda la administración del señor Ruiz y Pastor, sin que nadie atinara a comprender las poderosas razones que obligaban al Dictador a mantenerlo en el puesto contra los anhelos generales de que tan mala autoridad fuera despedida y nombrada una que tratara de aminorar los efectos de la aguda crisis que día a día se hacía mas grave. El dictador se contentaba, y en esto puede encontrarse el secreto, con atender las denuncias de Ruiz y Pastor, que diariamente llegaban al Palacio de Gobierno de Lima, en radiogramas cifrados indicándole las versiones que corrían sobre "alteración del orden público”; lo que hacían los hermanos Echaíz, en Chachapoyas; que se bacía “tráfico de armas” por puerto Meléndez para la “revolución”; que el Prefecto Arciniega era enemigo del regimen y arbitraria autoridad; y en fín ejercía, con lujo de detalles, las funciones que en Lima se encomiendan a las gentes de la mas baja ralea; pero no se ocupaba de las incumbencias de su cargo y el Dictador le estaba agradecido. Y como la prensa local ponía los puntos sobre las íes, agitando los ánimos, solicitó para uno de los diaríos una subvención, al mismo tiempo que hostilizaba a los que se les habían declarado censores de sus actos. Pocos tiempo después se recibía en Iquitos las siguientes comunicaciones que fueron entregadas a sus destinatarios: (FALTA RODAPÉ) “Un sello de la Prefectura del departamento de Loreto. – Señor Director de “La Razón”. – El señor Director de Gobierno en oficio Nº 446, me dice lo siguiente: – “Lima 24 de enero de 1921. – Señor Prefecto del Departamento de Loreto. – Adjunto al presente el oficio de fecha 12 del actual, trascriptorio de la resolución suprema que autoriza a esa prefectura para que mensualmente invierta la suma de QUINCE LIBRAS para que atienda a los gastos reservados de ese despacho. – Dispone el señor Ministro, que esa cantidad, la entregue Ud. Al Director de “La Razón”, de Iquitos, mensualmente. – Dios guarde a Ud. (Firmado) Ricardo A. Espinoza. – Um sello de la Dirección de Gobierno”. Lo que transcribo a Ud. Para su conocimiento. – (Firmado) Ruiz y Pastor”. Esta comunicación llegada a Iquitos por correo coincidió con un despacho de distinta índole, muy gráfico: “Depositado en Lima el 4 de Marzo, recibido el 7. “Jefe Radio. – Iquitos. – Sírvase decir director “La Mañana”, que en vista de su artículo 22 de enero, completamente injusto y malévolo, queda suspendido servicio informativo. (Firmado) Jefe Informaciones Palacio”. (1) Pero como no hay amor sin interés, el Ministro de Gobierno, “El Tigre”, consideró una vanalidad del Prefecto aquello de disponer de un órgano de publicidad que le sobara la pantorrilla y decidió sacar partido de las quince libras del fisco ordenando al Jefe de Informaciones de Palacio, algo más. Esa oficina de propaganda de la Dictadura expidió el siguiente despacho: Efectivo. “Prefecto, Iquitos: – Conviene que “La Razón” escriba articulos favor Dr. Leguía Martínez, justo, enalteciendo personalidad, honradez, lealtad, intelectualidad, superior energía, Ministro irremplazable. – (Firmado) Jefe de Informaciones”. (FALTA RODAPÉ) Y pueblo chico, infierno grande. Por obra de la ceguera del Prefecto, que tenía que hacer leer todo; todo el mundo en Iquitos sabía que los artículos de “La Razón” a favor de “El Tigre” eran producto de las “quince libras”, y naturalmente nadie les hacía caso, hasta que se dedicó a publicar, casi diariamente, el fotograbado del “Ministro irremplazable” sin duda por la consideración aquella de que no hay expresión más enérgica que la gráfica... Volviendo a la actuación del Prefecto Ruiz y Pastor, puede decirse, en síntesis que todo lo prostituyó desde su oficina prefectural, soliviantando los ánimos y provocando cada día conflictos con las autoridades militares y subalternas políticas y las instituciones locales, hasta que tanto desacierto y tanta arbitrariedad encontró eco en el Congreso Regional del Norte, que solicitó del Ejecutivo su separación. Pero una vez más prevalecieron en los salones ministeriales la influencias políticas que se interponían siempre que se trataba de separar del puesto a tan desgraciada autoridad, y en esta vez primaron cuestiones de mínima importancia. El senador señor Juan Manuel García, que dejara tan amargos recuerdos de su actuación como juez en Loreto, se puso de por medio entre lo que pedía el Congreso Regional del Norte y lo que anhelaba el departamento; véase porqué: “Lima, 16 junio 1921. – Prefecto Ruiz Pastor. – Iquitos. “Congreso Regional Norte, acordó insistir separación Prefecto Loreto; conociendo móviles políticos y por ausencia representantes esa jurisdicción interésome ante Presidente República, hacerle presente improcedencia peticíon, toda vez que su labor administrativa política, encarna buen sentir pueblo loretano (!!!) Ofrecimiento gobierno fué conservarlo hasta donde fuese posible. – Recomiéndole manera especial acepto Ud. Nombramiento Horacio García como secretario Prefectura; ofreciéndole inmediatamente pasar joven Delgado otra colocación. – Urgente. – Saludos. (Firmado) senador García. – Vo. Bo. Portal.” (1) (FALTA RODAPÉ) El Prefecto se puso en guardia y paró el golpe así: “Iquitos, 16 junio – Presidente Repúblicaa – Lima. “Senador García díceme al insistir Congreso Regional Norte mi separación debido a sus gestiones, Ud. Ofrecióle mantenerme hasta donde fuese posible; pídeme a la vez acepte Horacio García como secretario prefectura, proposición que me es muy sensible no poder aceptar. – Ruégole decirme lo que haya sobre particular. (Firmado) Ruiz Pastor, Prefecto”. Y así continuó en la Prefectura hasta que la fuerza de las armas le obligó a dejar el sitial desde donde todo lo maleó y donde jamás se viera tanta incompetencia, maldad e intrigas. Su permanencia en ese cargo podría servir a un psicólogo de gran material de estudio, para llegar a la conclusión de que se trataba del verdadero tipo del burócrata ignorante y altanero con los de abajo; servil con los de arriba y los poderosos; y dócil a la sugestión que produce la adulación. Con gran apego al puesto público suponía que su salida de la Prefectura era la desgracia, el ostracismo, la muerte: sólo pensaba en el sueldo de Lp. 200.0,00, que nunca podría alcanzar en cualquiera otra ocupación, ni mucho menos... si es ciego. Habrán personas que encuentren apasionamiento en nuestras palabras y que consideren de que se trata de un anciano achacoso, incapacitado físicamente para todo y que por último es una buena persona como amigo... A los que piensen así les repetiremos lo que ya hemos dicho: que la aceptación del cargo prefectural implicaba, por parte de él, su asentimiento tácito a las consecuencias de sus actitudes, por más que estuviera físicamente impedido para darse cuenta de lo que hacía. Y como, además, se esforzaba en mantenerse en el cargo que no podía o no sabía desempeñar, toda atenuante le está negada. Se dirá, entonces, que los responsables son los que le sostenían en el empleo. Nada más arbitrario. Los hombres inteligentes o pícaros, que no desean hacer lo que les está vedado por la moral social, buscan, generalmente, terceras personas para sus planes y que carguen con las responsabilidades. D. Augusto B. Leguía tiene esa característica y dispone de toda una cohorte de ejemplares a lo Ruiz y Pastor, que son resignados instrumentos de sus arbitrariedades y que se contentan con las migajas del gran banquete fiscal. Y sinó porqué D. Augusto B. Leguía ha hecho deportar del país a sus hombres independientes? Porqué ha hecho clausurar o ha suplantado los principales órganos de publicidad, en Lima y las provincias?... LA CRISIS ECONÓMICA EN LORETO SUS CAUSAS Y SUS EFECTOS Sin los datos estadísticos indispensables para hacer una exacta demostración de la crisis económica de Loreto, vamos a procurar señalar en párrafos sucesivos la determinante de la pavorosa situación de miseria, desaliento y desconfianza que se ha apoderado de los hombres de la mas vasta y rica región del Perú. Conceptuamos esta labor bastante difícil porque son múltiples y variados los problemas que habría que tratar e investigar y posiblemente no diremos mas de lo que otros han dicho al respecto, con la diferencia única que para nuestras apreciaciones no nos impedirán consideraciones personales, para así lograr una mayor comprensión del complejo problema loretano, señalando en su origen y esencia el cáncer que corroe la savia de nuestra región oriental. No nos detendremos a recordar con minuciosidad de datos históricos y técnicos desde cuándo data el descubrimiento e importancia que en el comercio e industrias alcanzara la goma elástica y el caucho, conocidos en el mercado mundial con el nombre genérico de hevea brasilensis, aunque en realidad son dos grandes clases diferentes por su calidad, origen botánico y sistema de beneficio, que tienen otras tantas subdivisiones, y que para nuestro objeto, siempre que tratemos de gomas diremos hevea o goma simplesmente. Lo importante es saber que la región amazónica es la más rica productora de gomas tanto por su cantidad como por la calidad y que al Perú corresponde gran parte de esta riqueza natural, dejada de la mano, y que los ingleses, con su sentido práctico de siempre transplantaron en sus colonias de oriente para hacernos la competencia de hoy, matando nuestra industria de hevea silvestre, que hasta el presente se limitó a extraer el latex sin observar ninguna regla científica ni económica. Revisasndo la estadística nacional se ve que la industria gomera en el Perú producía desde el año de 1887 fuertes sumas en concepto de derechos de exportación, que aumentaron a medida que fué aumentando la producción y el valor del producto y que en el trienio 1910-13, alcanzara su apogeo para caer violentamente al año siguiente en que las plantaciones inglesas comenzaron a producir; acentuandose desde esta fecha, año tras año , la baja en el precio basta dejar de constituir negocio lucrativo, ni mucho menos, em el momento actual. Para no remontarmos a muy antiguos períodos bastará con el cuadro que enseguida insertamos, demostrativo de la producción y valores alcanzados desde el año de 1902 basta el de 1920 en que dejó de trabajarse gomas en Loreto. Años_Productos exportados en toneladas_Valor declarado en Lp._Años_Productos exportados en toneladas_Valor declarado en Lp.__1902 1903 1904 1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911_1,702.541 2,107.917 2,221.050 2,539.567 2,575.660 3,028.681 2,516.316 2,801.881 2,650.630 2,158.423_368,814 441,577 670,137 913,990 954,148 954,623 608.828 1,137,658_ 1,278,674 1,612,194_1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920_3,192,961 2,780,872 2,272,084 3,4 0,450 2,810,988 3,294,524 1,736,339 2,693,100 795.333__1,308,026 815,998 445,792 595,944 696,899 598,507 323,363 353,924 90,022__ El cuadro precedente demuestra mejor que cualquiera retórica el estado de crisis a que se llegara en Loreto el año de 1920, desequilibrando todo: productores, compradores y Estado. Los primeros abandonaron el trabajo; los segundos suspendieron las importaciones y las exportaciones; y el último no tuvo como atender sus obligaciones administrativas. En estos tres elementos del desarrollo de los pueblos han habido imperdonablés faltas y errores sólo admisibles en países desorganizados, que trataremos de demostrar; pero antes daremos las cantidades que el Estado percibió por derechos de exportación (incluyendo todos los productos nacionales e importación durante el período 1908-1919, quedando entendido que en los siguientes de 1920-1921, fueron casi nulos para atender un presupuesto de egresos que día a día era elevado, aumentándose así el malestar social y económico, que culmiinara con el estallido del movimiento revolucionario del 5 de agosto. He aquí los datos en referencia: Años_Derec. percibidos_Años_Derec. percibidos__1908 1909 1910 1911 1912 1913_Lp. 116,181,3,72 146,181,3,72 251,046,9,00 236,605,7,61 213,433,2,05 161,328,0,08_1914 1915 1916 1917 1918 1919_Lp. 60,910.4.88 73.332.8.03 89,373,9,60 92,105,9,25 59,528,0,00 53,044,8,00__ Desde el año de 1914 hasta el de 1919 los déficit del presupuesto departamental fueron cubiertos con remesas de dinero que remitía la Dirección del Tesoro, aunque no con la celeridad y eficacia que reclamaban los servicios públicos y no sufrieran las consecuencias de un estado anormal. El año de 1920 estas remesas dejaron de llegar a Loreto y en el de 1921, se suspendieron totalmente: el gobierno no pagó un centavo a nadie. La desorganización en la producción de gomas Antes de que se dictara la Ley de Terrenos de Montaña, la riqueza florestal de la región amazónica peruana pertenecía al individuo que se encontraba con el coraje suficiente para afrontar las penalidades de una vida que por fuerza de las circunstancias y las luchas que había que sostener con elementos naturales, tenía que ser azarosa y casi siempre preñada de las más espeluznantes aventuras que su divulgación retraía a los que no se consideraban con la energía necesaria para dominar a la Naturaleza y sus salvajes habitantes. Propagada en el Amazonas la estimación que en Europa se tenía por las gomas y alentados los hombres por los buenos precios a que se vendían las bolas de caucho o jebe, no tardaron los retraídos en penetrar a la selva en busca de los árboles productores, que a medida que transcurría el tiempo su número fué aumentando considerablemente hasta el extremo de que en los lugares poblados fué imposible encontrar una persona para ocuparla en algo que no fuera gomas: todos se internaban en la selva tras del oro negro, nombre con que fué bautizado el producto de los árboles gomeros; y desde Chachapoyas y San Martín, desde la costa del país y de su sierra, desde el Brasil, Ecuador, Colombia y Bolivia, la romería hacía “el caucho” fué constante. “Al principio comenzó la explotación de las gomas en los riquísimos jebales de la delta del bajo Amazonas; mas tarde, conforme iban agotándose por causas comunes a toda explotación silvestre, y sobre todo por el sistema de derribar el árbol para sacar el latex y por el descuido de hacer las insiciones y sangrías de la shiringuera, fueron progresivamente avanzando en todas direcciones hacia las arterias del gran río. Al fin remontaron los últimos afluentes de cabecera y penetraron en el corazón de la floresta a una cierta altura y distancia de las riberas a tal extremo, que actualmente emplean meses enteros en peligrosísimos viajes de surcada en canoas y practican largas trochas en la selva, en medio de tribus salvajes para poder encontrar el árbol codiciado”.(1) Este resumen de cómo ha sido explotada la industria gomera en el Perú podría servir de base para una reconstrucción de los sucesos acaecidos en el largo período transcurrido desde la “iniciación de la industria” hasta que desaparecieran los árboles gomeros de las riberas de tan inmenso sistema hidrográfico; empero el material es vastísimo y no cabría en las páginas de un sólo libro: crímenes a granel; robos, asaltos a mano armada, asesinatos y la más despiedada explotación del cauchero aviado, o peón, erizarian los pelos y apenas si podría convenirse en que semejante estado de barbarie pueda haberse producido en la época civilizada presente. Sin embargo sucedió y la consecuencia la estamos palpando: miseria y ruina por doquier. La explotación de las gomas se efectuaba así: se presentaba un individuo a una casa comercial, llevando unos diez hombres, digamos; y después de algunos preámbulos terminaba solicitando aviamento para “su gente”. El aviamento consistía en mercaderías de un valor exhorbitante: telas de diversas clases, víveres, jabón, velas, fósforos, kerosene, abundantes licores finos, pasajes y en general todo lo que se pedía, recibiendo, algunas veces cierta cantidad de dinero en efectivo. El aviado no se preocupaba de los precios de los artículos que recibía; lo que le importaba era disponer de los medios suficientes para penetrar a la selva, y a ella se dirigía. Por su parte el aviador o comerciante tampoco averiguaba la clase de individuo a quien abría crédito: si era bueno tenía que volver y si no, nada perdía; a lo sumo el 10% de lo que había entregado, que lo pagaría un tercero. En el monte y obtenida lo que impropiamente se llama una estrada, comenzaba la explotación. El aviado, generalmente un holgazán, hacía su tambo al centro de la estrada o en la ribera del río escogido para la explotación y esperaba a que llegaran los peones con las bolas de jebe que eran pesadas arbitrariamente. Así reunían la cantidad que consideraban suficiente para la safra del año y regresaba a Iquitos con el producto. La casa aviadora lo recibía, “hacía su cuenta” al aviado, que jamás protestaba de ella, recibía su “saldo”, pagaba o no, a sus peones y se iniciaba el derroche del dinero tan fácilmente obtenido; y cuando se le acababa, uno o dos meses después, volvía a la casa aviadora, solicitaba más dinero y mercaderías y se reiniciaba la destrucción de los árboles generadores de la riqueza. (FALTA RODAPÉ PÁG. 36) Esta manera de explotar las gomas dió por resultado: primero, que los caucheros, en su afán de regresar a Iquitos lo más pronto posible no les importaba que los árboles de jebe sufrieran o no con la forma en que los peones daban los golpes en la corteza para sangrarlo, resultando que el árbol moría, generalmente, en el primer año de la explotación; segundo que desaparecieron los árboles de caucho, que eran derribados para extraer el latex; tercero, que se cometieron infinidad de crímenes: unas veces entre caucheros para tomarse el producto; otras para no pagar a los peones; las mas, los salvajes fueron cazados como animles feroces para que dejaran libre el terreno o quitarles el producto que habían recolectado; y cuarto, que cada día se hizo más imposible conseguir árboles gomeros precisándose internarse en el corazón de la selva para encontrarlos, encareciendo su valor. La especulación de los exportadores y causas que originó Al comercio exportador le importaba lo mismo que las bolas de jebe fueran mal o bien beneficiadas. Lo que a éste le importaba era exportar más y más a fin de vender la mayor cantidad posible. Los compradores de Europa se quejaban de la manera cómo iban las bolas, muchas veces con materias extrañas, y amenazaron con no comprar más el producto peruano. Los exportadores, para evitar se cumpliera esta amenaza recurrieron al sistema de embalar las gomas en cajas idénticas a las que se usaban en el Pará (Brasil) y venderlas así, como procedentes de este último puerto, engañando a los consumidores. Se cuenta el caso de que la maquinaria de uma fábrica europea de artefactos de jebee fué destruida por una bola de caucho de Iquitos, que contenía una hacha. El secreto de esta hacha en la bola de jebe, estaba en que fué bañada con el latex a fin de que hiciera más peso. Tal era la avaricia de todos. La broma costó algunos millares de libras eseterlinas a la casa exportadora. Otras veces se introducía piedras u objetos pesados con el mismo fin, y es que los aviados se vengaban así de los comerciantes que los explotaban. Sobrevino la crisis, la baja de los precios, y el comercio se vió apurado para cobrar a los aviados; algunos no estuvieron dispuestos a trabajar sin las mismas utilidades de antes y abandonaron el trabajo y emigraron; otros, pensando en el alza y que tenían muchos peones que les adeudaban, continuaron sus faenas y siguieron sacando mercadorias y pagando en productos, hasta que la realidad les convenció de que no era económico trabajar gomas. Unas casas comerciales se retiraron, otras se sostienen y algunas cobran sus cuentas con otros productos de la región; pero que no rinden en la proporción geométrica que les permitía el aviamiento a los caucheros. Actualmente no dan a nadie un centavo para nada: todas las transacciones son a cambio de mercaderías y siguiendo el sistema de la industria extractiva, extraen todo el dinero que pueden y los envian a Europa o el Londres. Africa en giros sobre La desastendencia del gobierno El gobierno jamás se preocupó de otra cosa en Loreto, cuando producía las ingentes sumas de derechos de exportación e importación que colocó a Iquitos como el segundo puerto del Perú, que en solicitar los “saldos” de la Aduana, uma vez que se habían satisfecho las necesidades del departamento. Sus autoridades no hicieron nada en beneficio de la región, ni mucho menos señalaron o adoptaron una fórmula para proteger la industria extractiva. Cuando se hablaba de la futura crisis y se sabía que los ingleses hacían plantaciones de jebe en la India, se trató de hacer algo; pero todo fué ineficaz. Y dictada la Ley de Terrenos de Montaña se impulsieron en ella una serie de articulos para reglamentar la propiedad de las tierras, la manera de adquirirlas y la explotación de sus productos naturales; pero no se consignó la disposición salvadora, la única que habría evitado la crisis actual: que todo el que obtuviera por compra, o denuncio una extensión de terrenos de montaña, estaba obligado a sembrar y cultivar tantos árboles de caucho y jebe, cuantas hectáreas solicitara y obtuviera. Mas tarde se pretendió estimular el plantio dictandose una Ley de Primas de Gomales, pero cuando alcanzara regular suma el depósito de los derechos cobrados para tal concepto y que se encontraban en la Caja de Depósitos y Consignaciones, fué invertido en objeto distinto a la ley, quedando virtualmente terminada la explotación, y el cultivo iniciado, de gomas en Loreto, con su consecuente paralización de todo el movimiento que había impreso durante los treinta años en que enriqueció a millares de individuos que se encuentran disfrutándola en Tanger y Europa, dejando al resto em la más espantosa miseria, muy merecida, por cierto, por su imprevisión. Otros productos Es de tal naturaleza rica la región amazónica nacional que además de sus árboles gomeros contiene infinidad de productos primos para multitud de industrias. La tagua o marfil vegetal ha constituído renglón apreciable en el cuadro de la exportación. Este producto, como las gomas, ha sido desvalorizado exclusivamente por el afan inmoderado de lucro de los extractores y comerciantes; los primeros con el fin de cancelar cuentas recolectan el fruto antes del tiempo preciso originando su pudrición, otras veces es ensacada con piedras para aumentar su peso y en la mayoría de los caso no es escogida, en el momento de embarcarse, operación ya de la incumbencia del exportador. La piasaba, material para la fabricación de escobas, escobillas y escobillones ha dejado de exportarse por la misma consideración anterior. El algodón, que se da de inmejorable calidad y en la mitad del tiempo requerido en otras regiones, fué empiricamente cultivado, sin seleccionarse las semillas, pudiendo a duras penas mantenerse en el mercado, bajo la clasificación de semiáspero. Este artículo fue sembrado con el objeto de que supliera a las gomas en el reglón de exportaciones; pero tal cómo se trabaja va camino a la ruina. La balata, la gutapercha y el chicle, resinas de considerable valor en los mercados extranjeros han sufrido y sufren la misma terrible explotación de las gomas. Su depreciación no obstante la gran demanda, ha sido mucho más rápida que su similar., debido únicamente a la forma de explotarlas y pronto no habrá un solo árbol productor porque todos son despiadadamente derribados. Las maderas preciosas: cedro, caoba, nogal, huacapú, itahuba y mil clases más, para ebanistería, construcción y durmientes, son explotadas en la forma más rudimentaria que imaginarse pueda. El que quiere echa a tierra un palo, si lo puede conducir a la orilla del río para de allí bajarlo a Iquitos lo hace; el que no, lo deja en el suelo para que el comejen acabe con él; destruyéndose así la mas rica región florestal del mundo, sin beneficio para nadie. Y por el estilo sería inacabable el comentario si quisiéramos hacer un estudio detallado de las causas y efectos de la crisis económica de Loreto, a la que todos deben considerarse solidarios: el productor o extractor porque no ha sabido conservar la riqueza ni mantener em alto el prestigio del producto; el comerciante exportador, porque con su sistema de negocio de cambiar mercadereías por productos, recargar el precio de las primeras en proporción más que considerable y pagar las cotizaciones mas inferiores, y el abuso del crédito que implantaron han destruido los hábitos de trabajo, quitado todo estímulo y originado la parte mas desastrosa de la crisis; el gobierno, porque ignorante de lo que es Loreto y de su riqueza, con autoridades las mas de las veces que han ido a explotar la situación, entregándose en cuerpo y alma a los especuladores para obtener ventajas personales y dilapidar las rentas fiscales sujetas a su custodia e inversión, provocaron una situación de hostilidad hacía la administración central, no porque se considere que tal o cual forma de gobierno es mala o buena y que anhelen otra especial, como tan sin pudor se dice constantemente; sino porque se palpa que gran parte de la crisis loretana estriba en la mala administración, en la falta de equidad y justicia que no imponen sus autoridades políticas, aduaneras o militares; en la desatendencia lamentable, ahora más que nunca, tan sólo porque su aduana no produce las ingentes rentas de otrora. Es un resentimiento que tiene como base justificadas recriminaciones, que el gobierno no ha querido oir jamás, hostilizando, en cambio, a los que se han atrevido a increparle su conducta. La acción oficial frente a la crisis de loreto Las autoridades políticas y militares y las de hacienda que llegaron a Loreto cuando el departamento fué creado y las que se han sucedido en el trascurso de cincuenta años, invariablemente informaron al gobierno que la vida en Loreto era carísima. No dudamos que lo fuera en la época em que, como hemos dicho, la fiebre cauchera abarcaba todas las actividades; no existían plantaciones agrícolas en la más mínima escala, ni industrias de ninguna clase: todo lo que se consumia era procedente de Europa y los Estados Unidos de Norte América Pero la carestía estaba compensada con la abundancia de trabajo lucrativo y el Estado podía abonar los crecidos sueldos que año tras año fueron aumentándose hasta constituir pesada carga para el Erario Nacional. La crisis que se iniciara con la baja del precio de las gomas, la abundancía de gentes sin trabajo y que se habían habituado a la vida selvática, operó un cambio saludable, que fué estimulado con las necesidades insatisfechas originadas por la gran guerra de 1914: muchos artículos que venían del extranjero, arroz, frijoles, café, cacao y otros comenzaron a producirse en la extensa zona ribereña del Amazonas y sus afluentes, plantados y cultivados por los que no quisieron emigrar, alcanzando esta producción para el consumo interno y sobrando muchas veces para la exportación. Así mismo, se establecieron entre otras industrias, la de fabricación de azúcar, manteca de cerdo, jabonería, muebles, zapatería, farinha (harína de yuca), que obligaron a la competencia al similar extranjero, por más que su desarrollo no recibiera la más mínima protección del Estado ni de la Cámara de Comercio y Agricultura, que en Loreto desempeña “el papel decorativo de una institución cuya vida no se deja sentir en lo absoluto y que en vez de responder a las necesidades que determinaron su fundación, sirve solo de obstáculo al movimiento comercial de la región, sin propender, em lo más mínimo a su progreso y desarrollo. (1) La vida en Loreto, dejó, pues, de ser lo carísima de otras épocas; y el gobierno debió, por lo menos, rebajar los haberes de los funcionarios y empleados públicos, estimular la producción mediante una tarifa arancelaria especial y suprimir todos los gastos extraordinarios: pero no fué así: los sueldos fueron elevados, se crearon nuevas plazas civiles y militares y los derechos de importación de artículos de primera necesidad, cuyos similares extranjeros, se producen en Loreto, fueron rebajados unos y suprimidos otros, al igual que los de exportación. Ante estas aberraciones parece realmente, que el gobierno hibiera sido, o es, el más interesado en matar de una vez todo estímulo en Loreto y hacerlo volver a su primitivo estado salvaje; y es que el gobierno, por regla general, para la provisión de los empleos jamás hace los nombramientos consultando los intereses de la circunscripción que sus empleados van a administrar, sino obedeciendo a influencias políticas o sugestiones particulares; y tratándose de Loreto pocas han sido las veces en que las autoridades no han ido alentadas con “las rebuscas” probables; así no ha habido negociado imposible, porque con “pasar la mano” a la autoridad respectiva iban a Lima, con informes favorables, los mas escandalosos peculados, que el gobierno sancionaba... (FALTA RODAPÉ PÁG. 41) Como fuera imposible em sostenimiento de tanto empleo con las rentas naturales que desde el año de 1914 no alcanzaron ni al 50% de las sumas recaudadas anteriormente, el gobierno, atendiendo a las solicitaciones que le hacían desde Iquitos, enviaba algunas sumas que casi siempre era insuficientes, hasta que entramos al período de la Patria Nueva en que desde el 4 de julio de 1919, hasta el 5 de agosto de 1921, si envió una diez mil libras oro, que sepamos, no remitió un centavo más; suprimió totalmente los derechos de exportación y elevó el presupuesto del departamento a mas de Lp. 144,000 al año, fuera de extraordinarios. La crisis fué agudísina. El cuadro que trascribimos demuestra el estado de la deuda del fisco al 30 de junio de 1920, es decir al año, precisamente, en que D. Augusto B. Leguía, asaltara el poder. CUENTAS POR PAGAR DE LA TESORERIA FISCAL DE LORETO, EN 30 DE JUNIO DE 1920 Gobierno. – Subpref. – Alt. Am. – Abril a junio_ Lp. 2,468.0.00 Id. de Ucayali. – Mayo y junio 84.0.00 Policia – Comisarias. – Alt. Am. – Abril a junio Alto Marañón. – Marzo a junio 80.0.00 Alto Ucayali. – Abril a junio 60.0.00 Putumayo. – Mayo y junio 40.0.00 Napo. – Junio 20.0.00 Yuruá. – Mayo y junio 40.0.00 Purús. – Junio 45.0.00 60.0.00 Justicia. – Juzgado de Alto Amaz. – Mayo-junio Agencia Fiscal. – Mayo y junio 101.6.00 Escribano Crimen. – Junio 25.8.00 Alguacil Córdova. – Abril a junio 4.3.20 Escribano Alto Amazonas. – Abril a junio 131.6.00 Culto. – Prefectura Apostólica. – Abril a junio 47.2.50 Instrucción. – Sueldos Bajo Amazonas Id. Alto Amazonas 466.0.00 Id. Ucayali 677.5.00 18.0.00 2,468.0.00 Hacienda. – Pensión Semira Márquez – Junio Id. Matilde Fau. – Junio 2.0.00 2.0.00 Guerra. – Regimiento Cazadores Nº 17. – Marzo 632.0.00 Id. id. – Abril 1,955.8.75 Id. Id. – Mayo 3.018.0.35 Id. id. – Junio 3.018.0.35 Sub. Intendencia. – Mayo y junio 217.9.00 Hospital Militar. – Marzo a junio 369.7.80 Jefaturas Provinciales. – Bajo Amz. – Junio 62.0.00 Id. id. – Ucayali. – Mayo-junio 69.0.00 Id. id. – Alto Amazonas – Junio 54.8.52 Comandancia de Armas. – Marzo a junio 62.0.00 Pensiones. – Arturo Eyzaguirre. – Mayo y junio 18.0.00 Pensiones. – Gustavo B. Angulo. – Junio 8.7.00 Pensiones. – Luis M. Ghiorzo. – Junio 9.0.00 Marina. – Flotilla fluvial. – Abril a junio Capitanía del Puerto. – Marzo a junio Pensión Julio Abel Raygada – Mayo y junio 1,548.9.75 362.1.00 40.0.00 Fomento. – Escuela Industrial, por 1919 1,410.4.12 Id. id. – Enero a junio 2,729.9.96 Salubridad pública. – Dr. Irujo. – Abril a junio 339.0.00 Suman Lp. 20,380.1.20 Son: VEINTE MIL TRECIENTAS OCHENTA LIBRAS y CIENTO VEINTE MILESIMOS oro. Iquitos, 30 de junio de 1920. (Firmado) A. Venegas. Un sello de la Contaduría de la Aduana. Visto Bueno. – (Firmado) Alvis. – Un sello de la Administración de Aduana. En conocimiento del gobierno los datos numéricos que anteceden y que no admiten réplica; habiéndose suprimido las importaciones y exportaciones por la Aduana de Iquitos; y habiéndose declarado el Tesoro Público insolvente, ya que a nadie pagaba em Lima ni remitía a Loreto las cantidades de dinero necesarias para cubrir el presupuesto de éste, continuó la Dictadura en su loco afán de desquiciarlo todo, y mientras daba oídos a ciertos representantes a Congreso que habían dicho: “en Loreto nadie se muere de hambre porque existe en abundancia plátanos y yuca”, daba creación a una absurda Comisaría en la boca del río Unini, con un Comisario y 60 gendarmes, y elevaba el efectivo del Regimiento Cazadores del Oriente Nº 17 a 75- hombres, cuyo racionamiento fué contratado a razón de un sol y cuarentaicinco centavos diarios. El resultado no podía ser outro, en poco tiempo, que el que se verá enseguida. Deudas de la Tesorería Fiscal de Loreto en 31 de enero de 1921 Gobierno Lp. Policía Justicia Instrucción Hacienda Guerra Marina Fomento Suman Lp. Iquitos, 10 de 1,043.0.00 3,395.0.10 1,980.1.90 6,180.9.50 53.9.08 38.868.4.95 3,872.4.08 4,581.4.46 59,975.4.07 febrero de 1921. (Firmado) Ramón N. Alvis, Contador. Por estos datos se deduce que en 31 de enero de 1921 todo el funcionalismo, el poder judicial, el ejército, la marina, la policía y el magisterio, se encontraban impagos de sus haberes por algunas mensualidades. En siete meses había aumentado la deuda fiscal de Loreto a cerca de Lp. 40.000.0.00, mas sobre las 20,000, que debía en junio del año anterior, y se vé claramente que el gobierno – desgobierno propriamente – ni tomaba ninguna resolución ni pretendía tomarla para evitar la completa desmoralización que se apoderó de todos los hombres. Cada uno hacía lo que bien le venía en gana; desapareció la disciplina social, las autoridades políticas no eran respetadas por nadie y se entronizó el más canallesco peculado de que eran víctimas los más modestos servidores del Estado: vendían al comercio o a los agiotistas, sus libramientos vencidos con un descuento de 75%. El Prefecto no era ageno a estos peculados. Tenía cuenta corriente en algunas casas comerciales de sus simpatías y a éstas iban con una orden prefectural los infelices que a ella recurrían en demanda de una pequeña cantidad de dinero; porque como nunca había dinero, tenía que aceptar, como un gran favor, de don César Ruiz y Pastor, una orden concebida en los siguientes términos: “Un sello de la Prefectura de Loreto. – Iquitos, 15 de noviembre de 1920. Señores_..........Presente. – Muy señores míos: – Estimaré se sirvan proporcionar al portador señor_......... hasta la suma de Lp. 10.0.00 (DIEZ LIBRAS PERUANAS) en mercaderías, cargando su valor a la cuenta corriente de su Atto. Y SS. (Firmado) César Ruiz y Pastor”. El “interesado” o la víctima, diremos, entregaba al Prefecto por la orden, su libramiento firmado como recibida su importancia y la fecha de la cancelación en blanco, para llenarla en su oportunidad. Inmediatamente que la Tesorería Fiscal Recibía de la Aduana o de Lima, cualquera cantidad de dinero el libramiento era abonado sin más trámites. Si había saldo para su dueño, outra orden de mercaderías terminaba la cuestión. Tal vez el señor Ruiz y Pastor perdió en esta forma de abonar a los empleados públicos, porque em la carpeta de la Prefectura, cuando estallara la revolución, fueron encontrados libramientos cancelados por valor de Lp. 1,000..0.00, más o menos, que fueron devueltos a sus dueños, para que hicieran con ellos lo que mejor les conviniera. Y cuando se divulgó en Iquitos esta actividad prefectural muchos encontraron en ello las razones poderosas que obligaban al Prefecto a tartar e de mantenerse en el puesto a todo evento y contra todas las voluntades. La desmoralización, como hemos dicho, invadía a todos los hombres, patentizando la gravedad de la situación. Un maestro que fué requerido por su superior al cumplimiento de sus deberes escolares, señalándoselos mediante un oficio, contestó al requerimiento así: “Iquitos, 28 de octubre de 1920. – Of. Nº 5. – Señor Inspector Municipal de Instrucción. – En contestación a su oficio Nº 59 de ayer, cúmpleme manifestarle que tanto en la mañana con en la tarde no he concurrido a la Dirección del plantel_ por tener que hacer las gestiones necesarias para conseguir lo necesario```````````` para cubrir mis gastos del presente mes, razón que creo por demás suficiente toda vez que NO SE PUEDE EXIGIR EL EXTRICTO CUMPLIMIENTO DE UNA OBLIGACIÓN SI ELLA NO ESTÁ EXTRICTAMENTE REMUNERA. – Dios Guarde a Ud. (Firmado) Pelayo Herbozo”. (FALTA RODAPÉ PÁG. 45) El Inspector puso esta comunicación en conocimiento del Alcalde y éste en la del Prefecto; y el Prefecto contestó que el maestro tenía razón! En el ramo de guerra la desmoralización no era menor. Inflado el presupuesto en proporciones solo superadas durante el conflicto con el Ecuador, el aumento del efectivo del Regimiento Cazadores del Orientee Nº 17, no tenía más justificación que la pueril vanidad de poder decirse que esa unidad tenía un efectivo de 750 hombres; no hay duda, necesarios para el resguardo de nuestras dilatadas fronteras e impedir la incuresión de los salvajes; pero ante la situación a que se llegara de no poderse abonar a los jefes y oficiales sus haberes y a la tropa sus propinas, ni aún a los de la guarnición de Iquitos, lo cuerdo habría sido licenciare la mitad, lo menos del número total. He aquí el detalle de la deuda del ramo de guerra: Iquitos, 10 de febrero de 1921. – Señor Prefecto del departamento: Contestando su oficio Nº 3, fecha de hoy, tengo a bien detallar a continuación las cantidades que la oficina de mi cargo adeuda, por los conceptos siguientes: Haberes y gratificaciones de Jefes y oficiales De los cuerpos y sercicios, inclusive propinas De tropas, desde el mes de julio de 1920 a enero de 1921 (inclusive) Lp. Dios guarde a Ud. El Teniente Coronel Subintendente de Guerra (Firmado) Amaro La Rosa, (FALTA TABELA PÁG. 46) Si solo de haberes y propinas de torpa se debía la enorme suma de ciento sesenta mil novecientas cuarentaisiete libras oro y otro tanta, más o menos, al contratista del rancho, que se resistía a seguir proporcionándolo, por falta de pago; con la teoría sustentada por el Preceptor Herbozo y refrendada por el Prefecto, de que “no se puede exigir el extricto cumplimento del deber sino está extrictamente remunerado”, los oficiales y la tropa, no tenían porqué estar más en los cuarteles ni en las guarniciones y nada de extraño tenía, entonces que se sublevaram el día menos pensado... Pero la comandancia del Regimiento se las entendía como podía y hacía milagros para conseguir dinero, aun de los particulares, como se verá en la copia del siguiente documento: “Vale a favor del señor José Periz por la cantidad de CIENTOCUARENTA LIBRAS PERUANAS ORO (Lp. 140.0.00) que ha facilitado para el pago de propinas y que le serán devueltas en primera oportunidad, bajo mi garantía personal: – Iquitos, 23 de abril de 1921. – (Firmado) Ricardo Guzman Marquina._ El Teniente Guzmán Marquina era pagador del Regimiento, y sin duda, con conocimiento del 1er. Jefe, se agenciaba de esta manera dinero para darle a la tropa, que puede ser bueno o malo; pero que demuestra, de todos modos, la inmoralidad de que se hacía gala, como consecuencia de la desatendencia gubernativa. Oportunamente nos ocuparemos del rancho de la tropa y su negociado. la crisis del numerario Paralela a la crisis de las gomas se desarrolló en Loreto la crisis del numerario. Antes de que se establecieran en Iquitos instituciones bancarias, el comercio exportador traía oro de Europa para satisfacer sus necesidades. con el estabelecimiento de los bancos, las casas más importantes siguieron importándolo, de vez en cuando, para no caer en manos de esas casas de crédito, que aprovechando de la falta de numerario, querían especulare con ello, para obtener giros sobre Europa a tipos inconvenientes. Tampoco existía escasez de moneda fraccionaria porque los mismos comerciantes importaban toda clase de moneda feble, que circulaba a la par con la nuestra de plata. Al lado del peso chileno se encontraban los dez tostão, brasileños; y con el Sucre ecuatoriano, el Peso boliviano, para no referirnos sino a monedas sudamericanas. Un prefecto acabó con el abuso de este cosmopolitismo monetario, exigiendo la circulación de nuestra moneda de plata y cobre, exclusivamente. Bien se comprende que la importación de moneda feble, de igual valor cancelatorio que la nuestra de plata, no por ser un abuso dejaba de ser un negocio del comercio de Iquitos. (FALTA RODAPÉ PÁG. 47) Loreto, pues, antes de la gran guerra, tuvo suficiente numerario para satisfacer sus necesidades. En los años 1913-1914, la dificultad no estaba en conseguir dinero, sino buenas letras sobre Europa con las que el importador pudiera pagar sus cuentas en el extranjero. Los que estuvieron en condición de girar, pidieron un premio mayor que el costo de exportar oro, y por consecuencia, muchas casas lo exportaron, alcanzando a £ 62,200, contra £ 1,858, que importaron, según estadística oficial. Y durante los primeros meses de la guerra mundial tampoco se dejó sentir la escasez de numerario, al contrario de lo que pasó en las otras regiones del país, porque los negocios en Loreto quedaron casi paralizados como consecuencia de la baja del precio de las gomas y la casi extinción de los créditos, pues los comerciantes, como ya se ha dicho, habían restringido sus operaciones a la cobranza de deudas. Más tarde y poco a poco la situación fué normalizándose dentro de la nueva situación creada y ayudados por una mejoría en el valor de las gomas, el comercio ensanchó su movimiento. En el año de 1915 recién se notó la escasez de circulante monetario, tanto por la abultada exportación de oro que se había hecho, como por la ocultación, debido a la desconfianza del primer momento al cheque circular. A fines de este año la escasez fué tan grande que se tomó la resolución de hacer una emisión regional, como se hizo, garantizada con el 100% en oro en la Junta de Vigilancia de los cheques circulares y con la que se suplió las necesidades del momento, hasta el mes de diciembre de 1916 en que se ordenó de Lima el retiro inmediato de los cheques provisionales. Esta prdem de; Ejecutivo dió lugar a la solicitación sui generis que se verá en seguida: “ Camara de Comercio y de Agricultura del departamento de Loreto. – Iquitos, 7 de diciembre de 1916. – Nº 193. – Señor Prefecto del Departamento. “La necesidad que hay de dotar de numerario a esta plaza, indujo al Commercial Bank of Spanish América Limited a pedir, a su casa principal en Londres, el envío de una suma en moneda de oro; más ocurre que, el telegrama en que se bacía ese pedido se ha cruzado con el que comunicaba la declaración del gobierno inglés, reputando, contrabando de guerra el oro, y, por lo mismo, era imposible hacer importación de esa moneda. “Dada la dificultad que tiene el comercio para importar cheques circulares, trayéndolos de la capital, pues no tiene relaciones Comerciales ni retorno posible de valores con la ciudad de Lima, tampoco se puede recurrir a este medio, que de otro lado resulta onerosísimo y demanda un tiempo muy lato aumentando demasiado el coste por razón de intereses. “Ante esta situación y siendo indispensable el traer moneda que supla la que día a día va desapareciendo de esta plaza y concluirá por no tener con que llenar las exigencias del movimiento mercantil, ni como cubrir los derechos aduaneros y demás contribuciones, pues bien sabe US que para ese fin no puede contarse con la moneda de plata que es muy escasa, el Comercial Bank, está dispuesto a hacer venir la suma necesaria para esas exigencias siempre que en las oficinas del Estado se reciban los billetes ingleses, como moneda corriente. (...!) Mas, para emplear este procedimiento se requiere la declaración oficial de que se trata, o sea de que los billetes ingleses tendrán aceptación en las oficinas del Estado y en las de recaudación de rentas sean fiscales, municipales o departamentales. Para alcanzar tal declaración me dirijo a US. Rogándole, en nombre de los intereses comerciales del departamento, se digne adoptar las medidas que crea necesarias a obtener esa declaración gubernativa, que tanbién tiende a facilitar ele recaudo de las rentas públicas. – Dios Guarde a Ud. – S.P.: (Firmado) P. Zumaeta”. Dejando a un lado el gracioso ofrecimiento del Comercial Bank, tendiente a aminorar los efectos de la creisis del circulante, el gobierno, con un acuerdo excelente, manifestó a la Cámara de Comercio que proporcionaría todas las facilidades necesarias para que se condujeran a Iquitos las cantidades de cheques circulares que el comercio precisara, ofreciéndole, como seguro conductor, al señor Coronel Emilio Soyer y Cavero, que acababa de ser nombrado Prefecto de Loreto, salvándose así que el departamento, a estas horas estuviera convertido en una semi-colonia inglesa; por más que la Cámara de Comercio alegara para tamaño despropósito, “la dificultad que tiene el comercio para importar cheto, “la dificultad que tiene el comercio para importar cheques circulares trayéndolos de la capital, pues no tiene relaciones comerciales ni retorno posible en la ciudad de Lima”. Precisamente, esta falta de relaciones entre Loreto y Lima es la originaria de muchos de los males loretanos. El desconocimiento de Loreto en la Capital de la República es lo que permite tantísimas arbitrariedades y peculados. Y es la causa de la entronización de tanto elemento malsano en su vida comercial, agrícola e industrial, que lo paralizan o destruyen, según sus propias conveniencias. La Cámara de Comercio de Iquitos si es una institución nacional debe procurar el intercambio comercial con la metrópoli, por más esforzados que sean los medios, porque solo así realizará una obra de bien y patriótica y ante las cuales quedan a un lado todos los conceptos especulativos o utilitarios y mercantiles. Nuestra Historia, a este respecto, es bien triste. Por no haberse procurado el intercambio comercial entre Lima y nuestro departamento de Tarapacá, dejándose a las compañías chilenas de Santiago y Valparaíso la explotación de sus salitreras, nos vimos envueltos en una odiosa guerra nacional que culminara con la derrota y la ocupación de tan riquísima región, y que posiblemente, al actual régimen, le cabrá el honor de liquidar aquel litigio, sancionando la conquista de Tarapacá, como se desprende del resultado de las famosas conferencias de Washington.(1) Por esa falta de relación comercial entre Lima e Iquitos el mismo gobierno de D. Augusto B. Leguía cedió a los Estados Unidos del Brasil, centenares de miles de kilómetros cuadrados de territorio loretano, sin saber, tal vez lo que hacía. Por esa escasa relación entre Loreto y la costa se permitió a Colombia la ocupación del río Caquetá y casi es un hecho la cesión a ese mismo país de nuestra región del río Putumayo... (FALTA PÁG. 50) TEXTO OFICIAL DEL PROTOCOLO DE ARBITRAJE El deber de las instituciones públicas y de los peruanos, particularmente, es dedicarse a una campaña esencialmente nacionalista, a efecto de imponer su comercio, su tradición su cultura en las zonas más apartadas del territorio nacional sin que importen los medios y los esfuerzos que se hagan, porque es una de las manifestaciones principales del patriotismo. Y Loreto, de vastísina extensión, precisa mas que ninguna otra circunscripción de esta campaña, para terminar de una vez por todas con las pretenciones de sus vecinos extranjeros, que tratan de conquistarlo. (FALTA TEXTO 51) La crisis del numerario fué combatida en relación al movimiento comercial del momento. En el período 1916-17, los comerciantes importaron £ 44,280, y cheques circulares por valor de Lp. 17,325. Posteriormente el gobierno remitió sin gravamen alguno hasta Puerto Bermúdez Lp. 40,000. De 1918 a 1920, el Banco del Perú y Londres recibió diversas remesas que fueron conducidas por oficiales del Ejército, y que sumadas todas desde 1916, llegan a mas de um millón de soles. (FALTA TEXTO 52) Sin embargo la escasez de circulante siguió acentuándose hasta que desapareció totalmente, sin que se encuentre razón económica justificativa; la que sólo se puede encontrar en la ocultación premeditada para obligar a los productores a recibir mercaderías a cambio de sus productos, procedimiento que se vino adoptando desde cuando se iniciara las crisis de las gomas, y desde cuando data también la inmoral costumbre de aceptar como pago de derechos fiscales, libramientos cancelados de empleados públicos, que a todo el mundo consta son adquiridos por el comercio con un descuento hasta del 75% y en mercaderías centuplicadas en su valor. Así, la crisis no era de monedas: era una escandalosa explotación, que la ocultación del dinero manteenía latente provocando la ira y el dolor, la míseria y la resignación porque no se podía esperar nada de la acción oficial que era de los especuladores, de los negociantes del hambre del pueblo resignado y de la clase media indiferente y tímida. Al fin tenía que producirse la catastrofe y se produjo y con qué empuje!... (FALTA TEXTO 53) De las instituciones bancarias de Iquitos la que sufría con estas especulaciones era el Commercial Bank; sin dinero en sus arcas, su actividad estaba cinscunscripta a cobrar a sus deudores, que no pagaban atribuyendo la falta de cumplimiento a la crisis, a la “escasez de circulante”. Este banco, a efecto de contrarrestar el nocivo procedimiento que se seguía, o sea la ocultación de moneda, propuso al gobierno la emisión de un millón de soles en cheques regionales, con la garantía de la firma del “Anglo South Américan Bank”y la del propio Comercial, comprometiéndose a que los cheques qwue emitiera serían retirados de la cireculación inmediatamente después de terminada la Gran Guerra. El gobierno, de hecho, denegó esta fórmula salvadora que habría permitido a Loreto capitalizar gran parte de sus riquezas, y se asevera que esas negativa estuvo fundada en que el Commercial Bank no estuvo dispuesto a regalar MIL LIBRAS ORO al senador, o senadores, que debían gestionar ante el gobierno la presentación del respectivo proyecto de ley al Congreso. Y no se hizo la emisión. Y la ocultación de la moneda, la absoluta falta de dinero, y la desatendencia oficial para imperdirla y remediarla, provocaron la explosión. La Compañia Booth El día 22 de junio de 1901 se expidió un decreto supremo en el que se aprobó el contrato celebrado entre el gobierno del Perú y la empresa inglesa Booth y Cía., y por el cual esta compañía se comprometió a construir un muelle fijo y otro flotante, y almacenes de depósito para servir en toda su amplitud y con la rapidez y seguridad que el comercio exija, todo el movimiento de carga y descarga y almacenaje en el Puerto de Iquitos, durante un período de veinticinco años, que comenzaron a contarse el 1º de enero del año de 1905, debiendo terminar el 1º de enero de 1930, fecha en que el gobierno entrará en posesión de todas las obras ejecutadas, en perfecto estado de seguridad y servicio. (FALTA TEXTO 54) Y como es público y notorio que la empresa Booth y Cía no ha cumplido las cláusulas de su contrato y seguramente no podrá cumplir la obligación de entregar las obras del muelle de Iquitos, vencido el contrato, en el perfecto estado de conservación pactado; y como, de otro lado, esa empresa durante el período más álgido de las crisis loretana ha tratado tan solo de consultar sus intereses, vamos a hacer una demonstración de la participación que ella y el gobierno, tuvieron en la consecución del movimento revolucionario de Loreto; y para lo cual insertamos previamente el decreto respectivo y que es el siguiente: “Lima, 22 de junio de 1901. “Visto este expediente iniciado por don Reginald C. Sanceau, como apoderado de “Booth y Compañía”, comerciantes y armadores de Iquitos y agentes en la misma plaza de “The Booth Steamship Ca. Limitada” y de “The Red Cross Iquitos Steamship Cía. Limitada”, compañías de navegación en el Amazonas, proponiendo Sanceau, en nombre de sus representados, la construcción de un muelle y almacén en el mencionado puerto, con el propósito de dar permanente y suficiente facilidad al tráfico; y – teniendo en consideración: “Que el servicio actual de carga y descarga en Iquitos, no satisface suficientemente las necesidades del comercio e industrias, ni presta seguridad de ser estable, ni está organizado en condiciones de seguir el incremento del tráfico: – De conformidad con lo informado por la dirección del ramo y la opinión fiscal” – SE RESUELVE: Acéptase la propuesta bajo las siguientes condiciones: 1ª – Booth y Cía. Se comprometen a servir en toda su amplitud y con la rapidez y seguridad que el comercio exija, todo el movimiento de carga, descarga y almacenaje en el puerto de Iquitos durante el término de la concesión, y construirán y servirán el muelle y almacén proyectados, según la memoria descriptiva, presupuesto y planos que han presentado y corren en este expediente; contrayendo al efecto las siguientes obligaciones: “A. – Construir un muelle fijo al nivel del barranco, en el punto marcado en el plano señalado por muelle, de la calle de Loreto, con vigas de acero laminado y pilotes del mismo material, de diecisiete metros de largo y siete metros de ancho. “B. – Construir un muelle flotante de acero, de cien metros de largo y nueve de ancho con capacidad bastante para cómodo descarga de dos vapores que atraquen al muelle adheridos a pilotes fijos, y conexión que le permita subir y bajar automáticamente. “C. – Construir dos pescantes a vapor, mínimo poder cinco toneladas cada uno, para suspender cómodamente la carga del segundo al primer muelle. “D. – Construir doble línea férrea, con tornamesas y carros suficientes para transportar carga en el muelle flotante, en el fijo y de éste al almacén, y una vía angosta para comunicar con éste los almacenes en actual servicio. “E. – Construir muro de albañilería para proteger el barranco. “F. – Construir escala unida al muelle fijo, para cómodo tráfico de pasajeros. “G. – Construir dos boyas para seguridad de los vapores que atraquen al muelle y cuya situación determinará el Capitán de Puerto. “H. – Construir un almacén de ladrillos y fierro, techo de calamina, piso de madera y elevado, capacidad interior no menor de mil cuatrocientos metros cuadrados, y balanzas para pesar la carga. Dicho almacén estará bajo la dependencia de la Aduana. “I. – Adquirir a su costa el terreno de particulares que nelesitaren y determinadamente, toda la manzana en que se construirá el almacén, que pasarán al dominio del Estado con las construcciones. “J. – Ejecutar cualesquiera obras accesorias, no especificadas, pero necesarias para el cómodo servicio, siendo entendido que todo el material que se emplee será de primera calidad y que los pilotes de los muelles no tendrán menos de cinco pulgadas de diámetro. “L. – Aumentar las dimensiones de estas obras si llegasen a ser insuficientes por incremento del tráfico, de modo que siempre basten a la rápida y segura descarga y almacenaje. “M. – Conservar las obras en perfecto estado de seguridad y servicio durante la concesión y entregarlas en la misma condición al gobierno al vencimiento de los veinticinco años, con todos sus accesoríos, terrenos y cuanto les pertenezca. “N. – Ceder al gobierno, si a éste le conviniera tomarlas antes del plazo, todas las obras y accesoríos, despues de trascurridos cinco años de explotación. En este caso, el gobierno quedaría obligado a pagar previamente lo cedido por sus justiprecio, el cual no sería mayor que el costo, con rebaja de mil libras por cada año de servicio. “O. – Comenzar los trabajos en seis meses y terminarlos en dieciocho meses, contados desde la fecha de la escritura. “P. – Presentar antes de firmar la escritura el certificado de depósito en un banco a la orden del gobierno por sesenta mil soles de deuda interna consolidada para responder por la exacta ejecución de los trabajos; depósito que será devuelto con la constancia de que las obras se han comenzado y entregado al servicio público, como queda estipulado. “2º. – El Gobierno concede a Booth y Cía.: “A. – El uso gratuito de los terrenos fiscales necesarios para la construción y explotación, y su cooperación, para que adquieran los que necesiten de propiedad particular por los medios legales, a costa de ellos. “B. – La libre introducción de maquinarias y materiales destinadas a la construcción de estas obras, en cuanto la ley lo permita. “C. – La exclusiva para descargar y cargar los buques a vapor que llegaren a Iquitos, durante veinticinco años, contados después de dieciocho meses de firmada la escritura. “D. – El derecho de cobrar por esta descarga y conducción al almacén, durante el mismo plazo, la siguiente tarifa: “Carga y descarga de productos del interior y de cabotaje. – Bultos de 1 a 499 kilos, 2 soles por tonelada; id. De 500 a 999 kilos, 4b soles por tonelada; id. De 1000 a 2000 kilos, 8 soles por tonelada. “Mercaderías del extranjero. – Bultos de uno a 499 kilos, 4 soles por tonelada; id. de 500 a 999 kilos 8 soles por tonelada; id. de 1000 a 2000 kilos, 16 soles por tonelada. “Bultos pesando mas de 2000 kilos serán descargados según una tarifa especial. “Especial. – Bueyes, 2 soles por cabeza; carneros y cabras 50 centavos por id.; mulas y caballos un sol por id.. “Esta tarifa será revisada cada cinco años, con acuerdo del gobierno y rebajada en cada quinquenio no menos de 5%; ella fija también el único cobro que los concesionarios podrán hacer. “El gobierno podrá cobrar derechos de muellaje y almacenaje como al presente. “3º – Booth y Cía. Entregarán al gobierno cinco mil soles al año, desde que principien a hacer el servicio de carga y descarga hasta que concluyan los ocho años del contrato celebrado con G. M. von Hassel en 8 de marzo de 1900, debiendo hacer esta entrega en acciones de la empresa a que dá origen este contrato, si así lo exigiese el gobierno. 4º – Si el gobierno lo encuentra conveniente entregará a Booth y Cía. El muelle en actual uso, para que comiencen a hacer el servicio de carga y descarga. En tal caso Booth y Cía. Abonarán al fisco mil docientos soles anuales como arrendamiento de dicho muelle, aunque hubiese comenzado a hacer uso del muelle que van a construir y durante el tiempo de su concesión. “Lo estipulado en esta cláusula no afecta a la anterior. “5º – Estos contratos son transferibles; pero ha de preceder el consentimiento del gobierno. “6º – Si se suscitasen cuestiones que no deben ser resueltas administrativamente, serán sometidas a los tribunales de la República. “Póngase esta resolución en conocimiento de don Reginald C. Sanceau, y una vez que se haya allanada a ella, a nombre de sus representados; celébrese la respectiva escritura pública, que será firmada por el director de Obras Públicas, en representación del gobierno. “Regístrese, comuníquese y publíquese. – Rúbrica de S. E. – (Firmado) Torre González”. De las condiciones de que consta el contrato la compañia Booth no ha cumplido ni cumple las siguientes: Condición 1ª – Letra E. – NO ha cumplido con construir el muro de albañilería para proteger el barranco, lo que ha dado lugar a su desmoronamiento y a que el muelle fijo se derrumbe, quedando en la actualidad en menos de diez metros, de los diecisiete estipulados; y estos diez metros, sin las seguridades convenientes para el servicio perfecto de la carga y descarga, constituyendo un verdadero peligro para todos. Letra G. – No ha construido las dos boyas para seguridad de los vapores que atraquen al muelle. Letra H. – No ha construido el almacén de ladrillos y fierro con techo de calamina, y con piso elevado; sino uno provisional de calaminas, totalmente, sin piso de ninguna clase y que por su ubicación, no habiéndose construido el ya mencionado muro protector del barranco, amenaza derrumbarse. Letra I. – No ha adquirido terrenos para la construcción del almacén, que debe pasar al dominio del Estado, sino que los existentes, ruinosos, de calamina, serán los que entregue en su oportunidad, es decir si resisten algunos años más en pié. Letra J. – No ha ejecutado ninguna de las obras accesorias, no especificadas en el contrato; pero necesarias para el cómodo servicio, ni mucho menos, ha empleado los materiales de primera calidad estipulados. Letra M. – NO ha conservado las obras en perfecto estado de seguridad y servicio durante la concesión por lo mismo no las podrá entregar al gobierno en esa condición al vencimiento del contrato, pues ya se ha dicho que la mitad del muelle fijo ha desaparecido, llevándose la corriente sus escombros y amenazando su completa destrucción, en la primera creciente fuerte del río Amazonas. Por su parte, el gobierno, y mucho menos las autoridades políticas de Loreto han cumplido con obligar a la empresa la fiel ejecución del contrato ni la revisión de la tarifa de carga y descarga, cada cinco años, como se estipulara, originando esta condescendencia incalculables perjuicios a los que tienen que aprovecharse de los servicios del muelle y almacenes de la Booth; especialmente en el período de la crisis de los productos en que se precisaba, y se precisa, proteger los intereses de los productores. Pero no es en la rebaja de la tarifa, ni en la falta de cumplimiento del contrato respecto a almacenes y estado del muelle donde se debe buscar la animosidad del pueblo de Iquitos contra la empresa Booth; sino en la arbitrariedad de la cobranza de la tarifa: unas veces, según sus intereses, cobra por peso y otras por metro cúbico; cuando bien claro se dice en el contrato: bultos de uno a 499 kilos, 2 soles tonelada, entendiéndose por tal el peso del bulto y no sus dimensiones; sin embargo este abuso subsiste y se tolera, y la empresa, hasta publica avisos en tal sentido, ante la indiferencia de las autoridades. Antes de ahora, es decir, antes de la crisis loretana, no se cobrada por el equipaje de los pasajeros porque no hay derecho; y ahora se hace. Antiguamente no se cobrada por pequeños bultos o encomiendas del interior, o por animales domésticos: gallinas, pavos, patos, charapas, etc.; ahora se cobra. Antes no se cobraba por racimos de plátanos que conducían los pasajeros, canastas de huevos o paneros de farinha, que son propiedad del pasajero y que él mismo conduce a tierra; ahora se paga. Resultando que este procedimiento ha impedido a los viajantes de los ríos aceptar encomiendas para Iquitos, o simplemente encargos de cualquier naturaleza, porque mas cuesta sacarlos del muelle que comprarlos en la ciudad; y si el portador no tiene dinero para efectuar ese ilegal pago se vé obligado a venderlo, regalarlo o abandonarlo... Nada hay que justifique estas arbitrariedades de la empresa Booth, ni nada hay que oblique a las autoridades de Loreto a permitirlas. En los veintitres años de explotación del muelle de Iquitos, la empresa ha cobrado por carga y descarga al comercio de este puerto, sin incluir el cabotaje, la suma de Lp. 150,000, cantidad promediada ,más o menos, según los incompletos datos estadísticos del movimiento de Iquitos. Por cabotaje el monto llega a Lp. 100,000, o sea en total la suma de Lp. 250,000. Y la empresa gastó en la construcción del muelle la suma de Lp. 25,216, según declaración del presupuesto presentado al gobierno para la ejecución de los trabajos; y adjudicándole Lp. 125,000 en gastos de conservación, personal, combustible, tendremos que la empresa ha obtenido una utilidad liquida bastante considerable y salvado el capital e intereses. Por lo mismo, nada justifica la extorsión al pueblo en los momentos actuales que se hace más necesario que nunca, darle facilidades para que viva. Desde luego, no nos queremos referir a los crescidos ingresos de la empresa con el monopolio de la navegación fluvial de Iquitos a Manaos, Pará, Estados Unidos de Norte América y Europa, que daría lugar a que se demonstrara los millones de libras esterlinas que Loreto ha pagado por fletes y pasajes excesivamente subidos, gozando de una exclusiva difícil de destruir, en tanto se encuentre el muelle en manos de la podereosa empresa; consideración que ha debido tenerse en cuenta por los directores de la Booth para no permitir que sus empleados subalternos desciendan hasta el cobro de derechos por desembarque de una gallina que quizás va a saciar el hambre de algún desgraciado... Y como el gobierno y las autoridades loretanas no han hecho caso a estos abusos ni han tratado de ponerles coto, he allí otro de los motivos de la revolución de Loreto del año de 1921. la aduana y la camara de comercio Desde que el gobierno nacional, cautelando los intereses fiscales, diera a Iquitos la organización aduanera de los puertos mayores de la República, se iniciaron los eternos conflictos entre los administradores de Aduana y los comerciantes establecidos en loreto, que consideraron a esa institución como algo exótico e innecesario y perjudicial a “sus intereses”, acostumbrados como habían estado a exportar e importar los artículos y productos regionales que mejor les venía en gana en sus pesados batelones a remo, que era el medio de navegación empleado cuando la de vapor no había alcanzado el impulso de los últimos cincuenta años. Los comerciantes de ese entonces, que no eran otra cosa que los actuales “regatones”, hacían sus interminables peregrinaciones a lo largo del inmenso Amazonas y sus grandes afluentes, con la conformación musulmana de los hijos de Islan: vendían sus productos en los centros poblados del Brasil y compraban mercaderías, con las que se hacía el retorno a la Patria. Así, no hay duda, vivían en paz con las autoridades políticas y eran felices... Por como se ha dado en decir que es necesasrio para que no se considere salvajes a los pueblos, darles organización, nuestra región oriental no podía sustraerse a ese imperativo mandato de la civilización y en el mejor de los días aparecieron en Iquitos una serie de individuos dizque a organizarlos servicios aduaneros: a cobrar lo que legítimamente pertenecía al Estado de las grandes utilidades de tan lucrativo comercio y explotación como el de las gomas, que realmente eran para entusiasmar a los más refractarios a las tentaciones de la fortuna. El gobierno quiso tomar su parte y sobrevinieron los primeros conflictos. Andando el tiempo e incrementado el comercio con los elementos que lo constituyeron, pensaron éstos que era necesario crear una institución semejante a las ya establecidas en otros lugares de la República, que cautelando los intereses de los comerciantes, sirviera de dique a los desmanes del gobierno, que todo lo quería para sí “sin trabajar nada”; mas que todo, “Sin haber contribuído a la formación de la riqueza”, que la de Loreto es producto de la Naturaleza, que es de todos... menos del gobierno. Fundada la Cámara de Comercio, que después fué también de Agricultura su labor en “pró de los intereses del departamento”, fué tomada en el sentido de la defensa personal de los intereses de los comerciantes, subsistiendo este concepto hasta el momento actual en que dificilmente podría convencerse a sus miembros que esa institución fué creada precisamente para evitar el abuso de los comerciantes, que con su espíritu inmoderado de lucro, “matando a la gallina de los huevos de oro”, defraudan los intereses de los habitantes de toda la circunscripción, es decir, de la colectividad, aunque no sean comerciantes. Unas veces los administradores, personeros del Ministerio de Hacienda, en la Aduana de Iquitos, transigieron con las “justas espectativas” de los comerciantes agremiados mediante una módica transacción que les permitía, después, retirarse a la cesantía libre de preocupaciones; y otras, el administrador se paraba en sus treces y no cejaba por todo el oro del mundo (han sido los menos) produciéndose el desacuerdo que daba lugar a sendas epístolas oficiales, a las que el gobierno no sabía que responder ni a quien dar la razón, ignorante de la realidad. Así, en constante lucha, han transcurrido los años sin que hasta la fecha el país ni el gobierno, tengan ciencia cierta de lo que es la recaudación de las rentas fiscales en Loreto. De un lado la Cámara de Comercio, que como institución oficial merece crédito; y de otro, el Administrador de la Aduana, que a su vez, exige se le crea no que él dice: ambos reclaman recíprocos intereses y ambos se adjudican la razón. La Cámara de Comercio, desde luego, casi siempre ha llevado la mejor parte, porque como dispone de la riqueza, fácil le ha sido sobornar autoridades y empleados subalternos, y, así, conseguido lo que ni siquiera se atreverían a solicitar los comerciantes de las otras regiones del país, pues que sólo su enunciación daría lugar a burlas en las esferaes oficiales. Pero tratándose de Loreto, la cosa es distinta: hay que creer en los informes oficiales, y, entre éstos, echarlos en una ánfora, y buscar la solución en la suerte. En realidad, si se hubiera seguido este procedimiento, se habrían evitado muchos males en Loreto y el Estado habría percibido tres veces más de lo que ha recaudado por diferentes conceptos. Entre los administradores que, en los últimos tiempos, han batallado y que no cejara, se encuentra el señor Octavio de los Heros, que ocioso es decirlo, si llega a caer en manos de los comerciantes de Iquitos, después de fracasada la revolución, no comen vivo, no dejando ni rastros de su persona. El delito de este señor consistía en decir las cosas como son y no como le conviene a los comerciantes que sean. El documento que en seguida trascribimos demuestra nuestra aseveración: “Iquitos, 14 de junio de 1921. – Señores Superintendente de Aduanas y director General de Contribuciones. – Señores: “Confirmo mi radio del 7 del presente y debiendo dar algunas explicaciones sobre la doctrina industrialista de mi información, voy a valerme, en favor de ella, al final de este oficio, de los argumentos “libre cambistas” aducidos por la Cámara de Comercio de Iquitos el año de 1911. Pidiendo rebajas arancelarias. Y deben Uds. Tomar nota que el año de 1911 está comprendido en el período de mayor riqueza de loreto, que fueron los de 1910, 1911, 1912. Si en plena fiebre de dinero dicha Cámara clamaba pidiendo gangas a su favor, qué no pediría, como pide hoy, que la ruina del departamento “legaliza” tales clamores? Pero esta ruina no podrá salvarse liberando de contribuciones a todo el mundo, pues tal recurso no salvo el mal general, y, en cambio aruina al fisco. Aquí se produce todo: lo que falta es trabajo y organización; aquí se puede producir y se produce tanto o más barato que en el Brasil: arroz, azúcar, café, plátanos, yucas, y carne de vaca y puerco, con facilidad admirable. De la yuca se hace la famosa farinha, que se trae del Brasil, quitando, con tal importación, trabajo y dinero al pueblo loretano. “La carne de vaca vale un sol el kilo; la de puerco setenta centavos; una gallina uno a uno veinte, un patoa un sol cincuenta; un pavo tres soles o tres cincuenta; frijoles 20 a 25 centavos el kilo; maíz 15 centavos; arroz 30 a 40 centavos. La yuca , el plátano y pescados muy barato, y así los demás productos regionales. Lo caro, lo carísimo, es lo importado y la principal razón de ello es que aquí no se contentan con ganar 10 a 20%: quieren 100%, y en los ríos mucho más, porque así lo han acostumbrado durante veinticinco años de riqueza y explotación a un pueblo que solo con la miseria actual, ha venido a darse cuenta del valor del dinero, y que ha perdido el amor al trabajo porque jamás encontró aliciente en él, dado los métodos que han regido por muchos años. “Muerta la industria de las gomas, bajo el precio del algodón, bajando el de las maderas, todas las industrias extractivas se han convertido en negocios peligrosos o de pura especulacíon y la situación interna y el mercado exterior exigen un cambio radical de la vida y negocio de esta región. La psicología formada por los antiguos hábitos de comercio tiene que cambiar, y este cambio ya se inicia, como se deja ver en el aviso de las casas comerciales ofreciendo pagar el trabajo en dinero, cosa que en otros tiempos no existió o lo hubo en pequeñisima escala. El aviso citado obedece al deseo de la extracción de la balata que vale, en Europa, al rededor de cinco soles el kilo. Y cualquiera creerá que ese aviso obtuvo éxito, pero no ha sido así: pocos se han presentado, pues no le prestan fé. La Compañía Salinera vende el saco de 50 kg. De sal a $ 7.80, perdiendo dinero. Este artículo lo venden las lanchas que surcan los ríos a 14 y 16 soles. La leche condensada llegó a venderse a 48 soles la caja, cuando su valor era de 24 soles. El comercio de Lima vende este artículo ganando un sol por caja, término medio. La tela Palm-beach, casi no se conoce aquí apesar de ser la mejor para este clima; razón: aquí piden quince soles por el metro, cuando en Lima se vende a seis. Y no se achaque tan grandes diferencias a los fletes que aunque caros no son tanto. Y qué flete pagan para vender la sal, que compran puesto en Iquitos, con 100% de utilidad? Desgraciadamente aquí impera el comercio judió, y los peruanos y extranjeros se contagian admirablemente”. Comunicaciones de esta naturaleza es claro que tenían que provocar las iras de los señores de la Cámara de Comercio; pero no es todo. De la misma comunicación extractamos los pasajes siguientes:_ “Memorial da 1911 de la Cámara de Comercio. – He aquí – dice el señor Octavio de los Heros – los párrafos de peso con que reclaman la reducción de los derechos y a los cuales me permito agregar pequeñas notas: C.C. – “Como dejamos dicho, en los pueblos del litoral y en no pocos de la sierra, existen establecidas en condiciones prósperas las industrias agrícola, pecuaria, harinera, y otras muchas fabriles y manufactureras, como son la fabricación de velas, calzado, muebles, fósforos, manteca, tejidos, de algodón, y tantos otros artículos cuya enumeración sería larguísino, a parte de la producción petrolera y sus derivados”. (FALTA RODAPÉ) O.H. – “En Loreto se pueden fabricar todos los artículos enumerados, tan bien, o mejor, que en el Brasil, menos fósforos, cuyo consumo no correspondería a la instalación de una fábrica, ni la harina de trigo, pues el trigo no se produce aquí”. C.C. – En Loreeto no tenemos nada de esto: cuanto se consume es traído del extranjero y alcanza a un precio elevadísimo, que con los actuales derechos específicos, calculados sin estudio previo de las condiciones especiales de esta región, y aplicados sin distinción, a todas las Aduanas de la República llegan a ser prohibitivos, y, no pueden ser conseguidos por la clase popular, por el bracero, por el empleado, por los no favorecidos de la fortuna”. O.H. – “No es cierto. – En Loreto se produce jabón ordinario; calzado, más barato que en Lima, pues lucha con el de contrabando brasileño; muebles de magníficas maderas; manteca, pues los cerdos se crían muy bien; y para tejidos ordinarios hay algodón y solo faltan unos cuantos telares. Además hay herrerías, astilleros pequeños, fábrica de fideos, aserraderos, aguas gaseosas, hojalaterías, e imprentas; las mujeres cosen bien toda clase de ropa; desmotadoras de algodón atendidas por mujeres; y la farinha no se hace en grandes cantidades porque existe el hábito de consumir la brasileña”. C.C. – “Una pequeña comparación de lo que esos artículos pagaban como derechos, con los que abonan hoy, llevará al ánimo de cualquiera, el convencimiento de la exigencia que hay de modificar esas tarifas, y si se tiene en cuenta que somos limítrofes con el Brasil, país agrícola y manufacturero, cuyas industrias son objeto de una cuidadosa protección de parte de los poderes públicos de aquel país, se verá el peligro de que de allí se introduzca al río Yavary, los artículos de su producción, para traerlos, después de pasarlos a la margen peruana del citado río, como cabotaje”. O.H. – Curioso argumento, que más vale pedir al gobierno peruano que proteja a las industrias nacionales, al igual del Brasil y haga la riqueza pública de Loreto, en vez de aplicarlo para pedir el libre cambio... Y el recuerdo delo que temen que pase en el Yavari es gráfico: siempre se hizo ese contrabando sin beneficio alguno para el pueblo y con pérdida de miles de miles para el Perú. – Cuando yo me hice cargo de la Aduana una lancha hacía viajes mensuales al Yavarí. Revisando los manifiestos, noté que su carga no podía dar para sostener ese viaje de más de seiscientas millas, ida y vuelta. Los armadores se quejaban del mal tiempo etc. Para salir de la curiosidad y saber qué negocio hacían ordené que en cada viaje acompañara la lancha un Inspector del Resguardo y los viajes se suspendieron.”... C.C. – “Bien sabéis que, los más triviales principios económicos en una zona limítrofe con otro país, aconsejan quitar todo aliciente al contrabando y más si se considera que en dicha zona es casi imposible ejercer una vigilancia tan severa como la que sería necesaria para evitar la introducción clandestina de mercaderías, defraudando la renda fiscal, extremo al cual no faltarán personas, poco escrupulosas, que se lancen movidas por el interés del lucro ilegal que ese procedimiento les daría, perjudicando además al comercio honrado: en suma: los artículos de producción brasileña, dadas las actuales tarifas arancelarias, están llamadas a ser objeto de un activísimo contrabando, pues no debe olvidarse que en relación con los similares extranjeros que se importan por esta Aduana, son baratísimos al extremo que en el Brasil el desarrollo que han alcanzado las industrias de aquella nacion, ponen a los similares en condición de no ser necesarios su importación para sastisfacer el consumo”. O.H. – “Si los artículos brasileños son tan baratísimos como dicen, porqué no los importan de ese país y así evitar nos fletes desde Europa? Lo cierto es que hoy, después de diez años esa situación es igual y sin embargo, muy poco es lo que se trae del Brasil, según las estadísticas de Aduana. Pero en el comercio se vé a venta calzado, géneros de algodón, manteca, especificos, sombreros de paja etc. cuyos stoks están muy lejos de corresponder a las pequeñas importaciones de que dá cuenta la estadística...”. “ Al respecto ya he informado a la Superintendencia y aprovecho esta oportunidad para recordar que es necesario acabar con el tráfico clandestino el que, si hoy es pequeño debido a la crisis, en tiempos normales representaría de mil a dos mil libras de pérdida mensual”. C.C. – “Ahora, si se fija la atención en la enorme alza que han sufrido los asrtículos de primera necesidad o sean los indispensables para la vida se comprenderá la inminencia del peligro; imposibilitar la subsistencia de las clases trabajadoras, de los empleados y de los que carecen de fortuna”. O.H. – “Los alimentos nacionales son baratos y valen mucho menos que en Lima. Lo caro, ya lo he dicho, es lo importado, y esa carestía obedece en grandísima parte al recargo que sufre al pasar de manos del importador al consumidor”. C.C. – “Para que se pueda formar un concepto claro de la situación, enumeramos a conntinuación, algunos de los muchos artículos que soportan un derecho exajerado para esta región, en la cual no hay mas industria que la extractiva”. O.H. – “Las industrias extractivas a que se refieren son el jebe y caucho, hoy muertas y hay que hacer la vida nueva por medio de industrias fabriles, agrícola y ganadería, para lo que existe aquí un campo inmenso maravillosamente dotado por la natureleza”. C.C. – “Derecho que es racional se cobre en el litoral, como un medio de protejer el desarrollo de las industrias nacionales y proporcionar honrado y lucrativo trabajo a la clase obrera y a los braceros, facilitándoles la subsistencia y el sostenimiento de los miembros de su familia, eliminando, por esta vía, la vagancia y restando la criminalidad que ésta origina”. O.H. – “Este final es un himno en favor de la producción nacional y Dios quíera que él impresione a Uds. Si lo oyen, en tres o cuatro años será Loreto un emporio de vida y la miseria actual se recordará como algo que jamás tuvo razón de ser, pues nunca se podrá explicar porqué, desde mucho antes, no se dieron a estos pueblos los medios “de proteger el desarrollo de las industrias nacionales y proporcionar trabajo honrado y lucrativo a la clase obrera y a los braceros facilitándoles la subsistencia y el sostenimiento de los miembros de su famila, eliminando, por esa vía, la vagancia y restando la criminalidad que ésta origina”. Bravo! Y porqué los hombres que tal escribieron creyéndolo bueno al resto del Perú, no lo juzgaron así para la grande y magnífica zona que les daba la fortuna? La razón es de puro egoismo mercantil, entonces existia lucha por obtener trabajadores para la recolección de las gomas y nada querían que significara quitarles un perón, y hasta hoy siguen con esos malditos prejuicios: entonces, hasta los cajones para embalar las gomas los traían del extranjero siendo ésta la región maderera más grande del mundo; qué horror! Y así fué todo; pero los tiempos han cambiado y hoy hay que dar trabajo al pueblo masculino y femenino, que es numeroso y protección a millares de niños que semi desnudos y sus vientrecitos hinchados por la mala alimentación, tanto en Iquitos como en los ríos impresionan tristemente a los que saben sentir los dolores y miserias que sufre esta parte del pueblo peruano, tan aislado del mundo, agobiada año tras año por la ambición de negociantes y buscadores de oro negro, que no supieron enseñarles las virtudes del trabajo, ni hacerles comprender que son dignos hijos de la Patria. Como el espiritu mercantil impera en los hombres de comercio que siguen aferrados a la esperanza del alza de las gomas y a sus caducos sistemas de trabajo, a qué fin consultar sobre el arancel a su Cámara de Comercio?” “Nos harían oir la misma grita del año de 1911, como lo hacen continuamente pidiendo alivio para el momento y para sus intereses, sin beneficio general. Toca a los señores legisladores estudiar y resolver la situación; y mi mayor esperanza para el bien positivo está cifrada en el saber de Uds. Y en la altura con que siempre han servido a la Nación... Dios guarde a Uds. – (Firmado) O. de los Heros”. Para el que no ha estado en Iquitos en la fecha, junio de 1921, del envío de la comunicación que hemos trascrito, y que su autor tuviera la amabilidad de proporcionarnos con otros documentos de igual índole, su lectura bastará para formarse concepto del estado tirantísimo de las relaciones entre la Aduana y la Cámara de Comercio de ese puerto, cuyo punto de partida en estos entredichos siempre hay que buscarlo en la insistencia de los comerciantes para eludir el pago de legales contribuciones, con prejuicio de las rentas fiscales. Y a riesgo de hacernos cansados, otros documentos comprobarán nuestra aseveración. “Cámara de Comercio y Agricultura de Loreto. – Iquitos. 17 de junio de 1921. – Señor Administrador de la Aduana. – Nº 415. “La comandancia del resguardo ha notificado al señor Comandante de la lancha “San Pablo”, que para sus próximos viajes al río Yavarí, manifieste, detalladamente, todas las existencias de mercadería suelta que conduzca en la embarcación de su mando. “Tal exigencia, señor Administrador, es una traba que se crea al comercio, sin objeto alguno, pues que, viajando las embarcaciones que van al Yavarí, con un empleado del resguardo a bordo de las citadas que ejerce la vigilancia fiscal en ellas, y, por lo mismo, el interés fiscal está perfectamente salvaguardado. “Pretender que se haga un manifiesto detallado de la mercadería suelta en la tienda, es obligar al buque a hacer inventario a la salida de Nazareth, para su despacho allí, y renovarlo en Leticia para hacer nuevo manifiesto detallado, toda vez que en el trayecto hasta ese puerto de la frontera se han realizado ventas; despachado allí aquel manifiesto queda ya inutilizado por razón de las ventas que se realizan en todo el trayecto hasta llegar a este puerto, donde hay que presentar nuevo manifiesto detallado de esa mercadería suelta, que como digo carece de objeto, pues que el resguardo ejerce su vigilancia en las embarcaciones desde que salen de la frontera en Leticia, hasta su regreso del Yavarí, y por lo mismo, no cabiendo lesión a los intereses fiscales, esa exigencia tan sólo va a crear una nueva dificultad al comercio en los ríos, lejos de darle la mayor suma de facilidades, muy particularmente en esta época en que por falta de aliciente para los negocios y de las dificultades que ellos presentan, la navegación al río Yavarí, se está haciendo rara. “Abandonar a nuestros trabajadores en esa región a su propria suerte sería no solo perjudicial a los intereses nacionales, pues emigrarían por carecer de elementos de vida, que no se les podrá llevar por las dificultades que se les crea, sino tambien perjudicaría al interés fiscal toda vez que esos brazos que emigran dejan de ser consumidores y no producen nada para el intercambio comercial con el extranjero, aparte de lo inhumano que sería el dejarlos abandonados. “Como no creo que la Comandancia del Resguardo tenga ninguna facultad para hacer innovaciones en el servicio de fiscalización, que solo tienden a dificultar la navegación y el comercio fluvial, me dirijo a Ud. A efecto de solicitar, como lo hago, se digne suspender los efectos de esa notificación del señor comandante del Resguardo y dejar las cosas como están, pues, repito, el interés fiscal está perfectamente resguardado con la presencia a bordo, durante el viaje, de un empleado del Resguardo. “Estando este pedido fundado en las conveniencias nacionales, en las fiscales y en las del comercio, no dudo se servirá acogerlo con la atención que reclama y deferir a él”. “Dios guarde a Ud. (Firmado) D. Hernández”. Este oficio de la Cámara de Comercio es la más grosera impostura respecto a la afirmación de que en el río Yavarí hay trabajadores por cuenta de los comerciantes de Iquitos. Los hubo, es verdad; pero esto es distinto. Es la más grosera impostura de que los habitantes del Yavarí se provean de Iquitos, en artículos de primera necesidad y otros de consumo indispensable. Es una grosera impostura, por ultimo, que los trabajadores del Yavarí se verán obligados a emigrar al extranjero em busca de mejor campo para sus actividades. Lo primero porque desde mucho antes de que se declarara la baja en el valor de las gomas, dejaron éstas de explotarse, sencillamente porque desapareció con los métodos implantados en la extracción, y los pocos shiringales que hay no se trabajan. Las gomas del Yavarí, para las que la Cámara de Comercio consiguiera tarifa diferencial en los derechos de exportación alegando falsedades bien organizadas, era goma brasileña que se pasaba a la margen peruana de ese río, contrabandeándola de la del Brasil, con el fin de no abonar a las aduanas brasileñas los fuertes derechos que allí se cobran y que apesar de la crisis subsisten: 15% ad valoren, la que menos; mientras que los nuestros del Yavarí son apenas de 2%. Las lanchas que salían de Iquitos a Nazareth (río Yavarí) y a las cuales no se les practicaba visita de fondeo, iban conduciendo gomas procedentes del Ucayali, Huallaga o cualquier otro río interior y al regresar se manifestaban como producidas en el Yavarí. De esta manera los comerciantes de Iquitos y los brasileños que en esa forma “trabajan” han defraudado a los respectivos países en fuertes sumas. Esta es la verdad, que en Iquitos todos conocen, pero que se ignora en Lima. Y es tan evidente esto, que más de una casa comercial establecida en Iquitos tiene sucursal en Nazareth (Perú) y en Remate de Males (Brasil). Que sirven de depósito para las mercaderías y productos que deben pagar según las conveniencias, o no pagar nada, sencillamente. Lo segundo, porque siendo los artículos de uso indispensable para la vida y de primerea necesidad mas baratos en el Brasil – según propia declaración de la Cámara de Comercio – a nadie se le puede ocurrir que los ribereños habitantes de la margen peruana del río Yavarí, prefieran comprarlos a las lanchas peruana de Iquitos, que forzosamente tienen que venderlos a precios mas elevados que en Remate de Males, o sea la amrgen brasileña y que se salva con una canoa en dos minutos. Y lo último porque en el Brasil, precisamente, se encuentran millares de peruanos, muriéndose de hambre o viviendo de la caridad pública, desde que bajaron los precios de las gomas, y que fueron sacados de sus hogares y vendidos, muchos de ellos, como mercaderías cuando se necesitaban braceros para la extracción de gomas. Hoy, el infeliz que consigue un pasaje de gracia para retornar a la Patria, se considera como el hombre más afortunado... y siendo esto así, no van, pues, los peruanos del Yavarí, a emigrar al extranjero! La administración de la Aduana o el Resguardo, exigiendo un manifiesto detallado de las mercaderías que conducen las lanchas en sus tiendas – que para el contrabando estas tiendas hacen el papel de auténticas “celestinas” – cumplen con un deber elemental de cautelar elos intereses fiscales y para cuyo objeto poco importan las disposiciones escritas, desde que tieden a ese fin: cautelar los intereses fiscales, pudiendo en caso necesario hasta hacer uso de la fuerza. Las tiendas de las lanchas, sea el río para el que fuera, salen de Iquitos vacías de mercaderías y regresan llenas. A que se debe este fenómeno? A que las mercaderías han, caído como el maná del cielo? Las del Yavarí, principalmente no es cierto que ofrecen este frecuente fenómeno? Y las procedentes del Napo, muchas veces no han conducido millares de sombreros ecuatorianos que con el sistema establecido han burlado la aduana peruana y se han introducido clandestinamente al Brasil, obteniendo los que tales negocios han hecho crecidas utilidades? Está muy bien que el comercio detenga el abuso de malas autoridades y se queje de ellas; pero tratándose de esta cuestión ni siquiera debería mencionarla, porque se demuestra muy poco pudor. Millares de libras esterlinas son defraudadas anualmente a las aduanas del Brasil y el Perú, con ese pernicioso contrabando al que debe ponerse coto en el día: y en el día aumentarán las rentas naturales. Una demostración concluente de lo que pasa em Iquitos con el contrabando de mercaderías brasileñas la podríamos encontrar en el monto a que ascienden las facturas consulares de Pará y Manaos y entonces se vería que la mercadería manifestada no dá para sostener viajes mensuales de tres o cuatro vapores brasileños, cuyo gasto es muy superior al negocio legal que pueden hacer o hacen. Y de otro lado, si en todos los tonos se dice qué Loreto atraviesa aguda crisis cómo es que la navegación internacional no se suspende sino que al contrario se aumenta y tiende a aumentarse más? De los vapores que llegan a Iquitos sólo los de la Amazon River de Pará, conducen mercaderías de Europa y Norte América y sacan el retorno, por cuenta de la Booth; los demás hacen el comercio perú-brasileño. Ultimamente se ha dado un caso bastante sugestivo. Uno de estos vapores embarcó un centenar de toneladas de tagua o marfil vegetal, manifestando conducirlas a Caballo-Cocha. En Iquitos, desde luego, se admiraron que en Caballo-Cocha hubieran comerciantes que compraran ese artículo; y fué desembarcada en una fábrica de botones situada en el río Amazonas y, desde luego, “burlada” la Aduana de Iquitos y las Recebidurias de Rentas brasileñas, pues a ninguna fueron abonados los derechos pertinentes. Este fraude se habría evitado, indudablemente, si el personal de la Aduana de Iquitos o de su Resguardo hubieran vigilado los intereses fiscales; y como no fué así, hay derecho a suponer que estuvieron sobornadas; como se puede suponer lo mismo al contemplar que la mercadería que llega a Iquitos es desembarcada sin la fiscalización del Resguardo, que queda encomendada a la palabra de honor de la Booth, que es la que la recibe y la conduce a los almacenes fiscales, si quiere... Después del incidente a que nos hemos referido sobre la exigencia, del Resguardo, respecto a manifiesto de mercaderías en las lanchas que van al Yavarí, se produjo un nuevo incidente; se trataba ahora del río Napo, y en el que se vera que los comerciantes, a todo trance, pretendían “manos libres”. El señor Demetrio Hernández, Presidente de la Cámara de Comercio, propietario de la lancha “San Miguel”, se dirigió con carácter oficial al Administrador de la Aduana, en ofício de fecha 15 de julio de 1921, maniféstándole que el Comandante del Resguardo exigía al patrón de su lancha solicitara una visita de fondeo; y alegando numerosas razones de apariencia legal, quería que el Administrador impidiera esa visita. Este funcionario envió el oficio referido a informe del Comandante del Resguardo, que contestó en los siguientes términos:_ “Iquitos, 19 de julio de 1921. – Señor Administrador de la Aduana. – S.A. “Una visita de fondeo a la lancha “San Miguel”, que regresara de su viaje al río Napo, y el haberse embarcado a bordo de ella, en servicio de la Aduana, el Inspector del Resguardo, señor Artemio Jiménez, han motivado una Segunda carta protesia del armador y comerciante de este puerto, señor Demetrio Hernández, quien no obstante representar un interés propio y enteramente personal en este asunto, toma el nombre de la Cámara de Comercio y Agricultura del departamento; a la que hace aparecer enfrentándose sistemáticamente a cuantas órdenes o disposiciones emanan de este despacho y entregada, además, a ciertos subterráneos ajetreos tendientes a remover determinado personal de empleados de la aduana, cuya opinión y actitudes, en resguardo de los intereses fiscales y del cumplimiento de la ley, no marchan de acuerdo con los privados intereses del señor Hernández y de sus colegas, ni con la teoría, demasiado innovadora y revolucionaria, que estos señores persiguen: COMERCIO Y PUERTO, LIBRES. “Seguramente encaminados a este fín, comerciantes y armadores pretenden por conducto del señor Hernández, tachar de arbitrarios e ilegales todos los actos del Resguardo fluvial. Hace pocos días, este mismo señor protestaba, en términos airados ante esa Administración de que el suscrito hubiese ordenado se manifestara, por los comandantes de las embarcaciones que viajan al Yavarí, la existencia de artículos en tienda, o sea mercadería suelta, con la que se hace un estupendo negocio, y que ciertamente, debería merecer todo género de protección – la de ceguera de los empleados del Resguardo inclusive – si no mediaran los para mí sagrados intereses del fisco; y en esta vez, en actitud mas corajuda y olímpica, la protesta arremete contra hechos admitidos por la práctica consuetudinaria en materia de tráfico fluvial, registrados desde la época en que ingresó a Iquitos la primera lancha a vapor, abonados por la necesidad y la experiencia y consagrados por expresa facultad que la naturaleza misma de su creación, el Código y supremas resoluciones, dan o atribuyen a los Resguardos y a las Aduanas, en general, cuales son las visitas de fondeo a las naves surtas en el puerto. Negare este derecho, como potestativo de esta dependencia, equivaldría a negarle toda autoridad y toda intervención al Resguardo, a declarar innecesaria e inútil su existencia; debería suprimírsele mejor, y así se daría el primer paso hacia el PUERTO LIBRE... (FALTA RODAPÉ PÁG. 71) Si todas estas embarcaciones al ingresar al puerto presentan a la aduana sus respectivos manifiestos, porque siquiera para los efectos de la confrontación, de la existencia a bordo con lo expresado en el manifiesto, no se ha de verificar la visita de fondeo? O es que la aduana y sus dependencias están obligadas a creer como verdad evangélica lo que los comandantes aseveran portar em su embarcación? No habrán jamás excesos de carga?; no habrá error voluntario o involuntario?; el documento en cuestión será intangible, y sagrado el recinto de las lanchas iquitenses?; hay arbitrariedad, violación de la ley en practicar tales visitas? El hecho mismo de manifestarse la carga indica la necesidad de la presencia a bordo de la autoridad aduanera. “Reclama también el señor Hernández del viaje realizado por el inspector señor Jiménez en la lancha de su propiedad “San Miguel”, fundándose en que esta embarcación solo llegó a Tarapoto, a tres días de la frontera provisional del río Napo, y que solo sería explicable esta vigilancia, en embarcaciones que van a la frontera. Esta Comandancia, contrariamente al señor Presidente de la Cámara de Comercio y Agricultura, sostiene la conveniencia de que a bordo de las lanchas que hacen la navegación de nuestros ríos fronterizos, toquen o no en territorio extranjero, deben encontrase los representantes de las autoridades aduaneras. Si el exceso de economía de los armadores llega al extremo de fijarse en el consumo que representa un inspector en estos viajes de vigilancia, antes que suprimirlas – lo que daría lugar a multiples combinaciones e irregularidades a espalda de la ley – preferible sería que el gobierno reconociese y abonara estos menudos gastos. Si es esto lo que se persigue, en buena hora. Haya más hidalguía y claridad en las solicitudes. “Se alarma el señor Hernández por estas medidas sin tener en cuenta que el suscrito, nada ha innovado, y que estos viajes de inspección se vienen efectuando hacen meses; y su alarma crece, a la suposición de que, cualquiera otro día el Comandante del Resguardo pudiese ordenar que uno de los inspectores se embarcase con rumbo a Yurimaguas o al Ucayali. “Bien sabe el señor Presidente de la Cámara de Comercio y Agricultura que tales no se hacen sino a los ríos fronterizos; pero como la jurisdicción de la Aduana de Iquitos, no se circunscribe a este puerto, si las necesidades del servicio no exigieran, nada de extraño ni de novedoso tendría que se enviase un inspector en cualquiera de las lanchas que hacen el tráfico con esos ríos, por mucho que, este hecho, tuviera que ocasíonar un pequeño consumo de víveres en ellas._ El señor Hernández, en el oficio que motiva el presenta afirma que la lancha “San Miguel” tuvo que solicitar por escrito se le practicase la visita de fondeo, por exigencia de esta comandancia. No es esto verdad, señor Administrador, el suscrito no impartió orden alguna al respecto y si el Comandante de ella procedió en esta forma fué, indudablemente, porque así se lo dictaba su deber y porque siempre había hecho lo propio. “Tres son, pues, hasta hoy los puntos de las protestas del señor Hernández: la orden para que las lanchas que hacen el tráfico con los ríos fronterizos manifiesten la mercadería suelta que llevan en su tienda, la visita de fondeo a éstas, y la presencia de un inspector del Resguardo en cada viaje. El suscrito cree firmemente, en la imprescindible necesidad de estas medidas que en nada dificultan el comercio, como se asevera, sino que, más bien tienden a garantizar los honestos y legítimos intereses de éste a la par que los del Estado, a cuyo servicio debemos dedicar, los empleados de aduana todas nuestras energías, sin amendrentarnos por falsas alarmas ni suspicacias agenas a la circunspección y seriedad de que deben revestirse siempre los actos públicos. Dios guarde a Ud. (Firmado) José Gonzáles Zúñiga”._ Demostración más gráfica de lo que es la Cámara de Comercio de Iquitos y la actitud de la Aduana, hasta antes del estallido revolucionario, creemos no puede hacerse mejor, y estimamos que su divulgación, mediante este libro, servirá para que los hombres dirigentes del país se den cuenta de la realidad loretana en este orden de su actividad. Y hay que tener en cuenta que esa institución comercial no está constituída por la totalidad de los comerciantes establecidos en Iquitos, cuya mayoría, cuando se dió cuenta de lo que era la cámara pretenciones se apartó de ella procediendo por su propia cuenta, pues que “sus acuerdos – decía la ya citada “Revista Comercial” de Israel y Cia, del mes de enero de 1919 – y decisiones no son tendientes sino a favorecer el lucro de un diminuto número de sus miembros, que se han apoderado de su mecanismo y jamás puede encontrarse en su oficina no digamos el menor apoyo, pero ni el más simple dato que permita formarse cabal concepto sobre el más insignificante punto de consulta”. (FALTA RODAPÉ PÁG. 73) Y si estos conceptos nos emitía no un funcionario oficial, sino un comerciante que podría obtener de la Cámara los mayores beneficios, hay que convenir en que “solo sirve para favorecer el lucro de un diminuto número de sus miembros” y no como sucede en las verdaderas instituciones protectoras de la industria, comercio y agricultura nacionales, que consultando sus intereses, procuran no sean defraudadas las rentas fiscales. Y si el estado de la Aduana de Iquitos era el que hemos descrito; si con los métodos empleados se defraudaban al erario cuantiosas sumas, cómo era posible que los que tal cosa veían permanecieran impasibles ante la quiebra de la única entidad oficial capaz de proporcionar los recursos que el gobierno precisaba para el pago de sus obligaciones? He aqui, pues, otro de los motivos de la revolución loretana. las fronteras extranjeras de loreto y su abandono Mientras se producían estos y los otros incidentes y trasgresiones a la ley, apuntados hasta ahora en este libro, el Prefecto D. César Ruiz y Pastor permanecía como en la Luna: no veía ninguno de los intereses confiados a su dirección y supervigilancia. Entregando, como tantas veces se ha dicho, a urdir mezquinas rencillas entre los componentes de la sociedad loretana; servil instrumento de los abusos del régimen y fiel cumplidor de los mandatos de sus amigos políticos que le sostenían en el puesto y de los comerciantes, que lucraban con él; descuidaba nos más valiosos intereses patrios, que seguramente le serían de segunda categoría, o tal vez no se daba cuenta de las responsabilidades inherentes al cargo que desempeñaba. Y lo peor del caso era que todo lo que sucedía en la Prefectura, se conocía en la calle, porque ese señor, con una ingenuidad despampanante, contaba las cuestiones oficiales a sus allegados, encareciéndoles “secreto”, que equivalía decir: publíquendo. Uno de estos secretos a voces fué la reprimenda que recibió de El Tigre en el mes de mayo de 1920, por no haber dado cuenta oportunamente del avance de los colombianos en nuestra región del río Putumayo, sobre el río Caucaya, y se le recomendaba mayor interés en la vigilancia y cuidado de los intereses internacionales del Perú. Había sucedido que el Comisario de ese río se había dirigido a la Prefectura manifestándole que en la orilla izquierda del Alto Putumayo, a unos dos kilómetros abajo de la boca del río Caucaya, habían los colombianos establecido una COLONIA PENAL, al mando de un comisario, que era nada menos que el Dr. Hermógenes Erazo. Esta “colonia penal” en el momento de la comunicación, ya había construído cuatro grandes casas de chonta y estaba preparando la construcción de una de madera aserrada. Los directores de la “colonia penal” eran unos frayles capuchinos, que tenían como superior al padre Estanislao de las Casas; habían buen número de peones y recibían sus provisiones de Puerto Asis. Al parecer trataban de organizar una población. La extrañeza del gobierno hacia en poco celo del Prefecto Ruiz y Pastor debió traducirse en su separación, pero los intereses políticos se interpusieron y quedó en Loreto para el desquiciamiento de lo poco que había logrado mantenerse en pié, apesar de la crisis. Y traemos a colación este incidente porque nos vamos a ocupar en este capítulo del intrincado problema de nuestras fronteras orientales tratando de hacer un estudio no más minucioso posible dentro de la insignificancia de datos que tenemos a la mano; pero que en todo caso contribuirán a impedir se produzcan nuevas desmembraciones territoriales, y que al producirse dejarán al Perú reducido a sus regiones de la costa y la sierra, tal es la pretensión de nuestros vecinos y tal es la complacencia criminal de la Dictadura que rige nuestros destinos... El pueblo de Loreto justamente alarmado de verse a la hora menos pensada con que ha cambiado de nacionalidad y el Perú todo, reclaman mayor seriedad, cordura y patriotismo, en las esferas oficiales cuando de limites se trate: no por pudriles manifestaciones de confraternidad que no pueden existir si no están respaldadas o estimuladas por recíprocas conveniencias de orden económico y político se vaya a estar obsequiando centenares de miles de kilómetros cuadrados de territorio nacional. Y al tratar de esta cuestión lo hacemos con mayor conocimiento de la realidad por haber recorrido gran parte de los extremos limites de Loreto y su zona disputada, que nos permiten emitir exactos conceptos sobre aquel problema; y por lo mismo, señalar orientaciones para su solución. NUESTRAS FRONTERAS CON EL BRASIL Ratificado el Tratado de Petrópolis de 1909 entre el Perú y el Brasil, no hay entre los dos países nada que pueda alterar las buenas relaciones que siempre han conservado. Las comisiones de límites perú-brasileña, anualmentee se encargan de determinar la línea limítrofe que corresponde a los dos países según ese Tratado; y cuando esté terminada la demarcación, o antes si fuere posible, hay la conveniencia de la estipulación de un tratado de navegación y comercio, que proporcionando recíprocas ventajas, ponga término al escandaloso contrabando que se hace en la frontera del Yavarí, con fuertes perjuicios al fisco de los dos países. El croquis que se encuentra en este libro dá una idea de cómo debe quedar la frontera perú-brasileña, según el Tratado del año de 1909. En toda la zona limítrofe no existen actualmente autoridades peruanas, a excepción de Leticia, sobre el Amazonas, donde reside una guarnición militar, funcionarios del Resguardo, y el personal de una torre inalámbrica y una escuela mixta. Leticia es un pequeño pueblo, que como puerta de entrada al Perú, por el río Amazonas, debería haber constituído preocupación constante de las autoridades de Loreto y del gobierno. Desgraciadamente se nota el descuido más lamentable; el Resguardo ni siquiera dispone de una embarcación para recibir a los vapores extranjeros que constantemente llegan al puerto, debiendo éstos enviarlas a la autoridad respectiva, si así no quieren. No existe ningún edificio público ni mucho menos; las construcciones son de chonta y naturalmente no ofrecen ni comodidad ni decencia como sería de desearse tratándose de oficinas públicas. Durante la administración del señor Coronel Emilio Soyer y Cavero, se hizo algo para dotar a Leticia de algunas comodidades; y más tarde el señor Teniente Coronel Jorge A . Esponda, que tantas pruebas de actividad, iniciativa y patriotismo diera durante su estadía en Loreto, continuó los trabajos iniciados, comisionando al efecto a un oficial del Regimiento, al Teniente señor César A. Velarde, que llevó las instrucciones precisas para la construcción de un local para la tropa de la guarnición, otro para la comandancia de la misma, casa para la escuela y para el resguardo. Pero como ese digno jefe fuera promovido por el gobierno, dichos trabajos fueron abandonados. En el río Putumayo, en un lugar que denominan Tarapacá, existía una guarnición, comandada por un oficial; pero desde que se estableció hasta la fecha no hay ni siquiera una casa; las que periódicamente se construían eran de chonta y estaban en relación con la actividad y energía del jefe del destacamento militar. Para el patriotismo es verdaderamente doloroso la contemplación de nuestras guarniciones y las brasileñas vecinas ellas. Estas ocupan magníficas casas con su mobiliario correspondiente, la tropa se encuentra invariablemente bien vestida y disponen de embarcaciones a vapor para su servicio. Las nuestras ni tienen casa, ni mobliario, ni la tropa está bien vestida y ni disponen de embarciones, pero ni a remo que en todo caso es de propriedad del jefe de la guarnición el que se ve precisado a conseguirla para poder moverse. Al respecto de la guarnición de Tarapacá, trascribimos literalmente un oficio que su comandante enviara al Capitán Guillermo Cervantes, poco después de estallada la revolución y que es concluyente: “Tarapacá, 22 de Agosto de 1921. – Sr. CAPITÁN, COMANDANTE DEL REGIMENTO “CAZADORES DEL ORIENTE Nº 17”. “Mi capitán: – Me es grato el comunicar a Ud, que en la fecha me hice cargo de esta Guarnición comandada por el Sargento 2º Gregorio López Alván, cuyo estado de personal, armamento y prendas, como también el inventario de herramientas y útiles que me entregó dicho Sargento le adjunto para su mejor conocimiento. “Me es bastante doloroso, mi Capitán, el tener que comunicarle que encontré la Guarnición en estado de abandono. La tropa de ésta sin víveres desde hace tres meses y medio que se les agotó por haber sido racionados hasta el 30 de Abril del presente año como consta en el Oficio Nº 32 de este archivo, de fecha 19 de Abril del presente año, de la Comandancia de Armas, desde cuya fecha la tropa por necesidad ha tenido que buscar sus sustento trabajando en puestos vecinos a esta Guarnición tan solo por la comida. Sin munición ni vestuario como verá Ud. Por el estado. La munición que tuvieron de dotación la gastaron por necesidad en el mitayo (caza). Vestuario que carecen por que hace dos períodos que no se les mandó. “Utiles de cocina: la Guarnición solo dispone de una olla mediana en regulares condiciones; existen dos más pero inservibles por no tener fondo. El servicio de rancho se hace imposible cuando no se cuenta con útiles necesarios. “Desde hace tiempo también según me comunica el Sargento, se pidió a esa Comandancia una Bandera y herramientas de trabajo que también carece la Guarnición como sables, hachas, palas, etc., motivo por el cual el Sargento no ha determinado algunos trabajos de chácaras para plantaciones de maíz, fríjol, plátanos, yucas, etc., lo único que pudo hacer hasta hoy prestando sables a algunos vecinos por un corto tiempo es una chácara de unos 80 metros cuadrados máximun en la que sembraremos dentro de poco maíz, plátanos, yucas, etc. “Es la única chácara que dispone la Guarnición. “El campamento que se encuentra hoy, con bosque, se puede decir no se pudo hacer una limpeza por falta de herramientas. “ He recibido las 500 raciones de tropa remitidas por la Subintendencia hasta la vuelta de vapor, mas, en una caja, varios en vez de carne conservada tres libras pólvora, dos millares fulminantes, cuatro sacos munición y veinte libras soga para pescar para proveernos de carne, pero para esto nos falta una escopeta que carece la Guarnición por lo que suplico a esa Comandancia se nos remita una a vuelta de vapor. “En caso de enfermedad como fiebres tercianas, etc., el Botiquín de la Guarnición carece de los medicamentos y de más útiles como quinina, tintura de yodo, creosota para dolor de muelas y otros medicamentos más de grande urgencia. “Es cuanto pongo en conocimiento de usted a fin de que se nos provea en primera oportunidad por ser de justicia. – Dios guarde a usted. – EL COMANDANTE DE LA GUARNICIÓN. – (Firmado) Sargento 1º, MAX LOZANO M. En la zona del Purús y del Yuruá existián comisarías civiles con una guarnición de gendarmes, dependientes del Ministerio de Gobierno; pero la primera, para los efectos administrativos, del de Relaciones Exteriores, que comisionaba al consulado del Perú en Manaos, para todo lo relacionado a ella; tal ingerencia ha servido para negociados sin cuento. El ministerio enviaba el dinero para sueldos de los gendarmes y comisario, en giros sobre Londres, que eran descontados en moneda corriente brasileña: si el cambio estaba alto esperaban a que baje, para de esta manera, obtener algunos contos de réis, pues el Consulado entregaba al Comisario cada libra peruana a razón de 20,000 réis, mientras que el cambio, con respecto a Londres, por ejemplo, estaba a 30,000, por libra inglesa, que era lo que el gobierno había enviado. Ahora, para esperar que el cambio bajara, demoraba muchas veces algunos meses que los soldados hacían lo que los de la guarnición de Tarapacá trabajar para ganarse el sustento... Comisarios y soldados para hacerse cargo de sus puestos tenían que hacer un rodeo costosísimo. Si venían de Lima empleaban la via Panamá, Nueva York, Pará, Manaos, o la de Buenos Aires; y si salían de Iquitos, se dirigían a Manaos para de allí continuar al lugar de su destino, siempre con gran gasto para el fisco. Si hubiera habido administración, no habría sido, o no es, racional mandar abrir un camino o varadero por el ío Ucayali, siguiendo la trocha de los caucheros, para evitarse la aberración de que fuerzas nacionales tengan que atravesar territorio extranjero para llegar a un lugar del territorio nacional?... Pero nos es esto todo. Las comisarías del Purús y del Yuruá han servido también para los más escandalosos fraudes en perjuicio de las rentas fiscales. Gomas salidas del río Purús pasaban como brasileñas y al Consulado de Manaos llegaban noticias inciertas sobre el “negocio”; y la guarnición que determiinaba el presupuesto era groseramente suplantada. Pocas veces esas comisarías tuvieron su efectivo completo y siempre se cobraban las planilas. Unas veces intervenía el Cónsul, otras la “rebusca” era de solo el Comisario. Y como demostración diremos que comisarios con Lp. 40 de sueldo, después de uno o dos años, regresaban a Lima con Lp. 4 ó 5 mil, líquidas, y habían gastado en el viaje algunos centenares... Indubablemente son los prodigios de la exhuberancia de Loreto! Desaparecido del escenario amozónico el negocio de las gomas, la miseria llegó hasta esos ríos, y por lo mismo todo el mundo abandonó tan rica región gomera. Las guarniciones fueron rebajadas en su personal, y si no se pagaba a las de Iquitos es de imaginarse cómo sería en tan apartadas regiones. El radiograma quecopiamos es más claro: “Senna Madureira (Brasil), 22 de octubre de 1921. – Prefecto Loreto. – Iquitos. – con fecha 9 presente pasé radio ese despacho pidiendo dinero pagamento gente compone guarnición Purús, solicitud comisario, sin recibir respuesta. Situación ésta alférez Zúñiga y Comisario dificilísima igualmente personal impago DIECINUEVE MESES. Suplícanle enviar mas pronto posible algo dinero poderse mover y llevar víveres gente. – (Firmado) Telegrafista Camino”. Meses después tuvimos ocasión de hablar en Manaos con parte del personal de esa comisaría, relatándonos los más vergonzosos hechos a que se vieron obligados a recurrir para no perecer de hambre. Las casas comerciales de Senna Madureirea se negaron a proporcionarles más crédito, viéndose, entonces, en los más duros trances. Y el gobierno declarado impotente para estos gastos en las fronteras nacionales, demostrando su desprecio por tales intereses, ha cortado por lo sano, después de la revolución de Loreto; ha procedido como el sargento del cuento, que no teniendo viveres para sostener a los prisioneros que le entregaron en custodia, los mató... así, el gobierno, ha suprimido las comisarías del Purús y Yuruá, precisamente las que por su situación no han debido suprimirse, especialmente la del primer río. Ahora nuestras fronteras de ese lado del Perú, están desguarnecidas, bajo la palabra de honor de los brasileños. Decididamente la Dictadura de D. Augusto B. Leguía es el mejor Gobierno que ha tenido el Perú... NUESTRAS FRONTERAS CON EL ECUADOR A raíz de la iniciaciación de las negociaciones entre los gobiernos del Perú y el Ecuador para llegar a un acuerdo respecto a los límites entre ambos países y a iniciativa del Comisario Regio español, señor Menéndez Pidal, comisionado por el Rey de España, nombrado árbitro, se determinó, por acta protocolizada en enero de 1905, un statu quo, que obligaba a los dos países a no avanzar más allá de los lugares actualmente ocupados; lo que tácitamente quedó constituído como un pacto de frontera provisional. Desechado por el Ecuador, sin haberse dictado, el laudo del Rey Alfonso XIII, en 1910, la política de la cancillería peruana ha sido el de mantener la misma línea, sosteniendo en los diversos ríos afluentes del Amazonas y Marañon, guarniciónes con el objecto de impedir las incursiones de las tribus salvajes. Estas guarniciones, como las de la frontera del Brasil, jamás han merecido las atenciones de las autoridades, siquiera para demostrar que el Perú puede mantener su soberanía en la región disputada y acallar así las exigencias del Ecuador; nada de esto: casas de chonta, que el tiempo destruye, mobiliario rústico construído por los soldados y en general el más grande abandono. Los oficiales que con el carácter de comisarios ejercen autoridad en las guarniciónes no disponen sino de su sueldo para todos los menesteres y conservación de ellas, dependiendo su progreso, de la mayor o menor actividad que les impriman; muchas veces basta agenciándose los medios para vivir, mediante plantaciones de legumbres y hortalizas, que expenden, y con la caza y la pesca. La provisión de víveres para estos destacamentos ha constituído peculados cuya sola enunciación causan vergüenza: cajones conteniendo latas de carnes conservadas, del tipo de racionamiento iban y regresaban a Iquitos, para volver nuevamente al mismo lugar, en nueva remesa. Y es que proscrito, por higiene, el consumo de carnes conservadas en la selva, no son comidas, proveyéndose de la del monte que es abundante y sana, y de la de puerco o de la pesca. Como esto ha sido un “buen negocio”, por el que se han provocado infinidad de incidentes, entre prefectos, jefes de cuerpo, oficiales y contratistas, que todos pretendían una parte, jamás quitaron del tipo de ración, semejante artículo, de antemano declarado inservible. Algunos jefes, sin embargo, conocedores de esta “costumbre”, permitían el regreso de la carne conservada; pero a condición de que con su valor se enviaran a los destacamentos escopetas, pólvora, munición anzuelos, sal y algunos otros artículos para el uso de los mismos. Estos jefes han sido la excepción.. Las guarniciones así establecidas y desarrollando una vida lánguida pudiendo desaparecer inmediatamente después que se retiren sus elementos, de nada han servido y de nada sirven, apenas si para detener de vez en cuando el avance de los vecinos, que no se descuidan y que procuran bajar no más posible, ganando terreno._ En cambio, el Ecuador procura por todos los medios formar centros poblados en la zona ocupada encargando estas labor a comunidades religiosas que con espíritu evangélico y patriotismo procuran atraer y reunir a los habitantes salvajes inculcándoles el amor a la Patria y diciéndoles sobre su dominio en el territorio, que deben conservar a toda costa. Aparte de esto la Dirección General de Oriente, en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Quíto, se encarga del nombramiento de autoridades y de proveerlas de lo necesario para toda la región disputada, que ocupan. Ordena la apertura de caminos, establece colonias y trabaja, en una palabra, por sentar su soberanía en la circumscripción en litigio y que tiene la denominación de ORIENTE. Su labor es lenta, pero segura y día llegará por nuestra desidia, a que coronen sus esfuerzos, siguiendo el lema impreso en grandes caracteres y colocados en todos los tambos y casas de la región, al lado del escudo de amas del Ecuador: “EL MARAÑON ES Y SERA ECUATORIANO”. En el río Napo, nuestra guarnición se encuentra en la boca del río Aguarico, y al lado, la ecuatoriana, siguiendo una vida, mas o menos, de intercambio mutuo y de reciprocas ventajas. Si los jefes de ellas son personas ecuánimes y sobre todo si son inteligentes, no sobrevienen rozamientos de especie alguna; al contrario si son impulsivos y “demasiado patriotas” los incidentes son a diario y, alarman a las cancillerías, que sueñan con las invasiones armadas. Los líos sobrevienen, generalmente cuando se trata de pasar contrabandos al Perú: sombreros especialmente y tabaco, para cuyo efecto “se toman las disposiciones del caso”, que si no sastifacen a las partes interesadas revientan. No sabemos las razones que existan para impedir el libre tráfico de embarcaciones a vapor hasta la parte navegable del río Napo y permitir el comercio libremente. Si el Aguarico es, en el hecho, la frontera provisional y si ambos gobiernos están de acuerdo en sostenerla, lo racional, por parte del Perú, sería permitir el tráfico de embarcaciones, que proveyeran a los habitantes ecuatorianos de lo indispensable que precisam y los atrajeran hacia Iquitos, impidiéndose, de otro lado, el activo contrabando que actualmente se hace. La conveniencia de ambos gobiernos estaría en esetablecer aduanillas para el resguardo de sus respectivos intereses fiscales, que no tendría la peruana, para su norma, las que rigen para Iquitos o la costa; y así se evitarían muchos rozamientos inoficiosos, los habitantes del alto Napo tendrían asegurada su subsistencia sin tener que recurrir a los mercados de Baños, Pelileo y Ambato y se habria dado un gran paso hacia la solución del problema de límites. (FALTA RODAPÉ 81) En el río Nashiño, afluente del Curaray, hay outra guarnición que no puede considerarse para los efectos que preconizamos, como la de cabo Pantoja; apenas sirve de garantía para los escasos moradores contra la incursión salvaje. En el río Tigre, nuestra guarnición se encuentra en la boca de río Pucacuro, necesaria también para evitar las incurciones salvajes a la parte baja de ese río. Los ecuatorianos no tenían guarnición hasta el año de 1917 en que enviaron un oficial con varios soldados. Hoy trabajan para unir el Tigre y el Pastaza, por medio de un varadero. En el río Pastaza, nuestra guarnición se encuentra en la desembocadura del río Huazaga. Los ecuatorianos, según el statu quo¸deberían ocupar Andoas, en la boca del río Bombonaza; pero han bajado hasta un lugar denominado Huachi. Donde se encuentra el Teniente Político con cinco hombres, a seis horas de bajada del río Huazaga. En el Morona, el Perú ocupa la boca del río Cangaime y los ecuatorianos deberían ocupar Macas; pero así mismo han bajado, a unas cuantas horas de nuestra guarnición. El croquis, ya mencionado, da una idea de las pretenciones máximas del Ecuador en nuestra región oriental; y además la comprendida entre la costa y la sierra: Tumbes, Jaen y el norte del departamento de Amazonas, con una extensión aproximada, en total de: Entre Tumbes y Zarumilla Jaen En Amazonas y Loreto 1,330 8,400 386,500 396,230 Km2 " " Km2 En el croquis se ve la región ocupada actualmente por el Perú, quedando entendido que el resto no está por el Ecuador, que suponemos serán las mínimas pretenciones de esta nación. No hacemos historia para demostrar la innconsistencia de los argumentos en que reposan los pretendidos derechos ecuatorianos sobre tan vastos territorios, pues ya ha sido bastante discutido y aclarado el punto; pero desearíamos que, dentro de la situación actual, dentro de los límites provisionales de ambos países, se buscara la fórmula que tuviera la virtualidad de satisfacer las espectativas de los dos y poner término a la enojosa cuestión que detiene el desarrollo y progreso en tan rica región. Y el interés del Perú debe ser tener de amigo a un país como el Ecuador, llamado a un gran porvenir, pues que sus riquezas son bastante considerables, y es a la vez campo fecundo para un amplísimo desarrollo comercial peruano. NUESTRAS FRONTERAS CON COLOMBIA La República de Colom bia después de hacer de la cuestión de Panamá un asunto de más o menos dóllares y recibidos o admitidos los que ha creído suficientes en pago de la conquista de su territorio – con lo que ha demostrado a la faz del mundo la falta de conciencia civil de las pseudos democracias sudamericanas y su servilismo a la Gran República del Norte, que cual inmenso pulpo extiende sus tentáculos hacia cada uno de los países de HispanoAmérica – pretende, sin duda, la compensación en territorios del Perú, y para lo cual desarrolla una política por demás hipócrita que fatalmente nuestros hombres públicos creen, tiende a una solución amistosa del problema de límites con el Perú. Y reducidas sus pretenciones, en principio, en la hoya amazónica peruana a lo pactado en el statu quo de 19 de julio, de 1911_, en que el Perú convino en dejar a Colombia una parte del río Caquetá, hoy se extienden a todo el río Putumayo y sus afluentes y a una margen del río Napo hasta su desembocadura en el Amazonas. Estas pretenciones colombianas divulgadas en el departamento de Loreto agriaron sobremanera a la opinión pública que con sobrado fundamento, dados los antecedentes funestos y antipatrióticos del Dictador en materia internacional, consideraba y considera que de un momento a otro aquella rica región pasará a poder de Colombia, pues se aseguraba desde el año de 1920 que las cancillerías peruana y colombiana habian pactado un convenio en el sentido propuesto por Colombia y que esta nación, a título de indemnización personal, abonaría a los gobernantes peruanos una fuerte suma. Y como D. Augusto B. Leguía, desde el alto sitial en que se ha colocado ha dado todas las muestras de la más inmoral ambición, nada hacía ni hace dudar de que semejante convenio se lleve a efecto, con la circunstancia agravante de que el Congreso Nacional no es una entidad representativa de los pueblos del Perú, sino una agrupación dispuesta a todos los latrocinios que don Augusto B. Leguía le encomienda. No de otra manera se explican las innumerables violaciones a la Ley Fundamental que ellos mismos dictaron, la deportación de los miembros independientes de ese mismo Congreso y todos los atentados de la Dictadura, que se efectúan a luz del día y que se producen sin la más mínima protesta del Poder Legislativo, que en las democracias efectivas es el controlador de los actos del Ejecutivo. (FALTA RODAPÉ PÁG. 83) Aparte de esto, en Loreto se tiene ciencia cierta de las actividades colombianas en la región del Putumayo y Caquetá. Retiradas sin que se conozcan las razones, nuestras guarniciones de Las Delicias y Puerto Pizarro, en el Alto Caquetá, el gobierno de Colombia comisionó a una Misión religiosa de frayles capuchinos la construcción de un camino hacia el río Orteguaza, que les ha permitido bajar en Caquetá y por varaderos penetrar al río Putumayo, hasta Puerto Asís, habiendo avanzado ahora hasta mas abajo de la boca del río Caucaya, cerca de nuestra guarnición del río Yubineto y a unas cuantas horas de El Encanto. Y para que el lector se dé cuenta de estas actividades a continuación hacemos el desarrollo de los trabajos efectuados por la Misión de capuchinos, los cuales constituyen actualmente un verdadero peligro para Iquitos, que en cualquier momento puede ser ocupado por fuerzas invasoras colombianas; y nuestro gobierno no podrá hacer absolutamente nada, porque no podrá enviar desde Lima los recursos y hombres indispensables con la celeridad que reclamen los acontecimientos. Desde la salida de Pasto, capital del departamento de Nariño, el camino que lo comunica con Puerto Asís, se encuentra bastante poblado y está sembrado de casitas y chácaras en las que existe abundante ganado vacuno, caballar y mular. Después de seis horas de marcha se llega a Cocha del Encano y cuatro horas depués al pueblo de Santiago, que tiene cerca de tres mil habitantes, indígenas en su mayoría, un convento de capuchinos y otro de misioneras franciscanas, que corren con la educación e instrucción de la niñez, un hospital para hombres y otro para mujeres, a cargo de un médico y varios aserraderos, ingenios de arroz y de azúcar y algunos edificios públicos. En la parte oriental del valle de Santiago, donde se encuentra situado el pueblo de su nombre, hay otros pueblos de más o menos importancia, como Sibundoy con unos 600 habitantes blancos y a media legua de este lugar, se encuentra el pueblo Sucre, en el cual existen tres convenios mas, de ambos sexos, otro aserradero y la gran hacienda de la misión que tiene cultivadas más de 1,200 hectareas de terreno, 2,000 cabezas de ganado, una magnífica yeguada de 80 a 100 animales y una población de 3,000 indígenas. Las sementeras están calculadas para sostener a 20,000 hombres por algún tiempo. Después hay el pueblo de San Francisco en la cabecera del Putumayo, con 600 habitantes y numerosas haciendas ganaderas. De San Francisco se pasa al pueblo de Mocoa, capital del territorio, situado a doce leguas del primeiro y únido por un excelente camino, que ha sido construido preveyéndose la posibilidad de una invasión. En el lugar denominado La Tortuga tiene la forma de caracol y puede interceptarse a voluntad o servir de punto defensivo sin que sea necesario una fuerte guarnición. Mocoa es una población de 700 habitantes, blancos e indígenas; díspone de escuelas de ambos sexos y está rodeada por pequeñas haciendas en las que abundan el ganado caballar y mular. La misión, solamente, dispone de unas 150 para carga. De este pueblo parten varios caminos: el del interior por el departamento de Tolina (via Pitalito) y que atraviesa el rio Caquetá, por Condagua. En este camino se estableció en junio de 1915 una colonia de 120 antioqueños, y en 1917 outra más de 150 hombres. La región es rica en minas de oro, plata y petróleo; es fértil en su vegetación y llano en algunas partes a orillas del Caquetá. Estos antioqueños están a cuatro leguas de Mocoa, a dos del río Caquetá y a once del Putumayo. De Mocoa a Puerto Umbría hay nueve leguas. Tiene unos 150 habitantes y estación telegráfica. Se aprovecha el puerto para la comunicación con Puerto Asís en pleno Putumayo, haciéndose el viaje en diez horas de bajada en canoa. Puerto Asís fué fundado en el año de 1912, por fray Estanislao de las Casas. Tiene una centrífuga para la fabricación de azúcar que costó 180,000 pesos; abundante cultivo de caña de azúcar; ganadería y sementeras. Su población es de 3,000 habitantes, mas o menos, entre blancos e indígenas, aparte de una guarnición de 150 hombres de ejército, con cuatro piezas de artillería y una sección de ametralladoras. Ultimamente esa fuerza ha tomado la denominación de Policia de Frontera, pero en principio tiene la mísma organización que si fuera de línea. Existe un orfelinato, un hospital civil y otro militar y escuelas para ambos sexos. El gobierno de Colombia al dar a la Misión la tarea no de catequizar a los indios sino de colonizar los ríos Caquetá y Putumayo, ha tenido presente que era preciso darle atribuciones y aunque el Territorio tiene un Comisario especial, éste es un oficial del ejército, subordinado a la Misión en todo sentido. La misión tiene por finalidad trazar y construir caminos, administrar justicia, conquistar territorios en la zona disputada por el Perú y el Ecuador. Cada uno de los frayles es práctico en ingeniería, pues ha sido una de las exigencias del gobierno colombiano, a efecto de que puedan levantar planos y croquis de toda la zona sujeta a su gobierno y dirección. En compensación tienen el cargo de Comisarios de Policía según resolución suprema Nº 1,482, de 1914, y en cuyo decreto se señalan las atribuciones de cada una de los elementos constitutivos de la Misión. Y éstas son: 1º – Levantamiento de planos del Territorio, a cargo del padre Estanislao de las Casas y fray Andrés de Cardona; 2º – educación de los indígenas y de los blancos, a cargo de todos los misioneros; 3º – exploración de las regiones ocupadas por el Perú y Ecuador, a cargo de freay Anselmo Olot (ex-abogado) y fray Paulino de Barcelona; 4º – construcción de trochas, alternándose unos frayles con otros y colonización. Cada misionero tiene un sueldo de 30 pesos oro mensuales y el Prefecto Apóstolico 125 pesos oro y una prima de los derechos de arancel. La misión goza de granquicia postal y telegráfica; así como puede importar y exportar libre de todo gravamen fiscal mercaderías o productos. Puerto Asís dispone de una oficina telegráfica y el fuerte militar está unido con la casa de la Prefectura Apostólica por una linea telefónica, que se extiende hasta los puestos avanzados del río Caucaya, que es donde se ha establecido la colonia penal. La guarnición está armada con rifles Máuser, modelo 1912 y 1913 y la artillería es toda Scheneider Canet y las asmetralladoras Maxin; disponiendo además de abundantes fusiles “Grass”, para armar a las indiadas en caso necesario. Las colonias fundadas quedan bajo la inmediata dirección del Misionero quien tiene como ayudante a oficiales del ejército, con el título de Jefe de Colonia. En la centrífuga de Puerto de Asís y en las que existen sobre el río San Miguel, en las factorías y aserraderos, se dá trabajo a centenares de hombres blancos e indígenas y todos están sujetos a la disciplina militar, debiendo efectuar ejercicios de este orden una vez al día. Todos los misioneros son frayles españoles. Tal es a grandes rasgos la actividad colombiana en nuestra región de los ríos Caquetá y Putumayo, que data desde el año de 1912, en que D. Augusto B. Leguía permitió la ocupación de la margen derecha del primero de los mencionados ríos, alentando la pretenciones de aquella nación y estímulándolas con la decidia que en todo momento ha dado pruebas respecto a cuestiones internacionales. Y Colombia que no desperdicia las excelentes oportunidades que le dá la desorganización del Perú, de los momentos actuales, a la vez que acreditaba un Ministro Plenipotenciario en Lima, que se encargara de adormecer la conciencia nacional con palabrerías de confraternidad y amistad, un colombiano escritor y periodista recorría toda la República, con el aplauso y apoyo de las autoridades de la Dictadura, dictando conferencias públicas que tendían a la desmoralización de los peruanos en orden a sus sagrados deberes de mantener incólume el territorio que nuestros mayores nos legaron; y llegaba a Iquitos un funcionario consular colombiano en misión confidencial, – pues no hay ni ciudadanos de ese país en Loreto ni existe ninguún comercio con esa nación – tratando de captarse las simpatías del pueblo, que lo repudia, encontrando infelizmente en el elemento oficial toda clase de consideraciones, para que persista en su labor de espionaje contra la Patria, que generosamente le dá albergue. Véase sinó la insolencia que representa el que en su sello oficial, se lea sencilamente: Consulado de Colombia, Iquitos. Y esta ciudad a qué nación pertenece?... El pueblo de Loreto, como todas las colectividades, se formó desde el primer momento el más triste concepto de aquel funcionario consular y lo repudió, y cuando estallara la revolución que tenía como uno de sus lemas protestar por los arreglos que se pretenden con Colombia, trató de inmiscuirse en su desarrollo, por lo que estuvo a punto de ser agredido y expulsado, si a tiempo no se refugia en lugar seguro. Y ahora en represalia a esa actitud patriótica, ha tratado de formar un club social, al que solo pueden pertenecer extranjeros, inclusive chinos y no los peruanos, provocando tal actitud la protesta general de la sociedad de Iquitos. Para aquellos desgraciados que apoyan al Cónsul de Colombia, enemigo del Perú, vaya nuestra mas vehemente condenación. El día que las fuerzas de esa nacionalidad ocupen nuestro punto avanzado de El Encanto, por efectos de un pacto internacional que siempre repudiará el Perú, o por una invasión armada, será cuestión de linchar a todos aquellos que hoy prestan su apoyo y sus simpatías a aquel funcionario... La región pretendida por Colombia Los límites tradicionales y jurídicos del Perú con Colombia tienen por línea divisoria natural el río Caquetá o Yapurá hasta la desembocadura del río Apaporis, en que una línea recta e imaginaria, que corta el Putumayo en el Cotuhé (Tarapacá) lo divide del Brasil, en esa zona. El Perú apoya este argumento de su suberania en la Real Cédula de 1802, por la cual la Corona de España, después de oír a su enviado especial don Francisco de Requena, mandó que el territorio de Maynas quedara en lo político y esclesiástico dentro del Virreynato del Perú. Dicha Cédula determinó que los ríos Caquetá o Yapurá en el norte y línea setentrional de limites con el Virreynato de Santa Fé (Colombia) quedara bajo la jurisdicción del territorio de Maynas, hasta los parajes en que por sus saltos o raudales dejaran de ser navegables. Estos mismos límites son los que las antiguas colonias de España (Virreynatos y Capitanías) adoptaron al independizarse, según el uti possidetis lógico entre las repúblicas de Hispano. America. Sin embargo de estos inalienables derechos ya se ha visto que el gobierno de D. Augusto B. Leguía en 1911 pactó con el de Colombia un modus vivendi permitiendo la posesión, por parte de Colombia, de la margen derecha del Alto Caquetá o Yapurá, dando lugar a la pacífica invasión de hoy en que como se ha dicho, esa concesión ha determinado la ocupación de las cabeceras del Alto Putumayo y que no se detiene alli sino que tiende a extenderse a nuestros ríos Carapaná e Igara Paraná, donde se encuentran establecidas y en desarrollo, importantes industrias, con población netamente nacional como se verá en seguida. Y obtenidas estas extensiones de territorios, 100,0000 kilométros cuadrados, más o menos aún pretende llegar al Amazonas por el río Napo... ya que no podría hacerlo por el Brasil, que a este respecto y dentro de la paz, dándonos ejemplos admirables de patriotismo, lejos de ceder a cualquiera demanda, ha conseguido una mayor extensión de territorios, cuya soberanía sobre ellos reposa hoy en sólidas bases suscritas en tratados internacionales. Cálculos aproximados de “Peruvian Amazon” (Casa Julio C. Arana) hacen alcanzar la población del Putumayo a 15,000 habitantes indígenas y un millar de blancos. La mayor parte de los indígenas hablan el Castellano y se encuentran reducidos a la civilización, trabajando en la extracción de gomas, balata, gutapercha, chicle; en la agricultura, habiendo plantaciones de algodón y sementeras diversas para el consumo; millares de cabezas de ganado vacuno, porcino y caballar. Todo el territorio pertenece a la casa Julio C. Arana, y por lo mismo todas las obras allí ejecutadas son de su propiedad: aserraderos, factorías, caminos carreteros y varaderos que unen las diversas secciones en que está dividida la negociación. En el río Igara Paraná la gerencia está situada en la Chorerra, magnífica y bella posición, de la que parten vareios caminos hacia Oriente, Occidente, Sur, Sabana, Andoques, Abisinia, Santa Catalina, Entre Ríos, Ultimo Retiro, Aymenes y Mensaje. La extensión de estos caminos es considerable, habiendo algunos de mas de 180 kilómetros. La gerencia de El Encanto, donde existe una oficina de radiografía, está situada sobre el río Caraparaná y se une con La Chorrera por una camino de 90 kilómetros de largo, que se salva en auto-camión. Además tiene otros caminos hacia Liberia, Esmeralda, Argelia, Florida y Sombra. En total la entensión de caminos construidos, con sólidos puentes y obras de albañilería, es de más de 1,000 kilómetros. Para formarse un concepto de la importancia de esta región bastará decir que desde el mes de agosto del año de 1901 en que llegaron a Iquitos las primeras remesas de gomas, hasta el de 1920, la Aduana de este puerto ha percibido por derechos de exportación al rededor de Lp. 120,000 y Lp. 200,000 por derechos de importación. Estas sumas demuestran por si solas el interés que debe tener el Perú y que tiene Loreto, para no deshacerse de tan importante zona del territorio nacional, por más que la actual crisis de las gomas haya paralizado todo movimiento, pues la riqueza del Putumayo y de sus afluentes, como la de todos los ríos de la hoya amazónica peruana, no está únicamente en sus gomas silvestres, sino en la variedad de materias primas para toda clase de industrias, en el desarrollo de su agricultura, en la explotación de sus riquísimos yacimientos de petróleo, hulla y hierro, en la extracción de sus maderas preciosas, y, en fin, en las diversas y enormes fuentes de riqueza que sería largo enumerar y que la fiebre de las gomas han mantenido estacionarias. Hoy mismo siendo necesario compensar la baja de los precios de las gomas, se trabaja balata (Standar Peruvian) que es la mejor entre las mejores de las Guayanas y Centro América chicle y gutapercha, y se hacen plantaciones de algodón, caña de azúcar, café, cacao y otros cultivos, con excelentes resultados. Ahora bien toda esta riqueza en explotación atraviesa aguda crisis, la misma que atraviesa toda la región, que no ha merecido ni merece la más mínima protección del Estado. Mientras Colombia señala en su presupuesto la suma de 300,000 pesos oro, para la colonización del Caquetá y Putumayo, el Perú, por economía retira sus guarniciones de esos ríos fronterizos, dejando manos libres al vecino codicioso; y la empresa Julio C. Arana, que es la sostenedora de nuestra soberanía en esa región, se ve imposibilitada de continuar adelante su patriótica tarea. Ya en el año de 1920 la prefectura del departamento de Loreto se dirigía al Dictador y a su Ministro de Fomento, manifestandoles la desesperante situación de esa negociación y les pedía la socorriese. Qué medidas adoptaron aquellos funcionarios dirigentes del Perú? Ofrecer a Colombia los territorios y pactar en secreto una indemnización personal? Al menos es lo que se dice y es a lo que se resiste la pluma consignar, porque es imposible concebir que a tan grave extremo haya llegado la venalidad administrativa en el Perú, que acabará por desmoralizar todo y a todos. En interés de la Dictadurae está desmentir tan categóricas afirmaciones que se propagan con la velocidad del rayo y hieren en lo más profundo el sentimiento patriótico nacional. Si aquella empresa se muestra impotente para continuar su labor, porqué no se trata de unir los ríos Putumayo y Napo, siguiendo la obra iniciada por el Comandante señor Jorge A . Esponda, que construyó un varadero entre los dos ríos y se estímula la colonización de ellos aprovechando esa via magnifica, que el patriotismo de un hombre trazara? El interés de la casa Arana está en proteger esa colonización, llevar a aquellas regiones los mayores elementos nacionales que más tarde impedirán contra lo que la Dictadurea haga, la desmembración de esa parte del territorio nacional y la consecuente pérdida de los capitales invertidos y la energía desarrolada. Afortunadamente se encuentra en el Parlamento Nacional, el señor Julio C. Arana, el propio dueño de la empresa, y estimamos que ello es una garantía contra los avances criminales de D. Augusto B. Leguía. Y si no se siguen los dictados de la opinión pública loretana a este respecto, si se le sigue cantaleteando de que el Putumayo pasará a poder de Colombia, nada de extraño tiene una nueva manifestación armada a la que tienen que solidarizarse, como en la última, todos los elementos nacionales, sea cual fuere el lugar de su nacimiento. Porque el Putumayo es del departamento de Loreto y Loreto pertenece al Perú, por la tradición, por los títulos que posee y por haber sido el que ha desarrollado su riqueza... Recapitulacion Estudiando con detenimiento el Prólogo y cada uno de los capítulos que le siguen de este libro y en que están analizados el estado político y económico de la Republica y la situación de Loreto, bajo el imperio de la Dictadura Leguía; traídos y tratados los principales problemas loretanos, como determinantes de un malestar social intenso, digase honradamente si con lo dicho había o nó motivos suficientes para la protesta armada. Dígase si no era conveniente tratar de poner término al encanallecimiento que se había apoderado de los dirigentes de Loreto, estimulado con los abusos del régimen y las trasgresiones a la Ley, que hacian creer a aquellos que podían actuar impunemente, aprovechándose de la desorganización reinante en las altas esferas oficiales de Lima. Por eso es que la revolución de Loreto, dentro de la anormalidad administrativa se iba inculcando en todos los ánimos, con muchos gestores y muchas tendencias: se había sugestionado de tal manera la colectividad hacia esa protesta enérgica, que habría sido muy difícil hacerla retroceder. Veamos los principales y últimos motivos. Los primeros en alistarse en las filas revolucionarias o provocarla apelando a medios indirectos, fueron algunos comerciantes en quiebra, que paralizadas sus transacciones de todo orden, sus cajas vacías y su crédito suspendido, supusieron que la mejor manera de salir a flote y ponerse a salvo de sus obligacianes extranjeras, era provocar un asalto al comercio que les permitiría cobrar al Estado por daños y perjuicios considerables sumas. Para llevar adelante este macabro plan se aseguraron contra todo riesgo, inclusive saqueo, (se podía asegurar este temor dada la falencia fisfcal, que no pagaba a nadie y el pueblo no tenía trabajo) se ordenaba un juego doble de libros de caja y se proporcionaba a conocidos elementos populares armas de fuego, que mantuvieron en constante alarma a la población de Iquitos. Los que estas maniobras hacían y que lean este libro deben temblar al ver que consignamos este detalle, máxime si ahora disfrutan de toda clase de prebendas... El Prefecto no sabía de donde venían los “tiritos” y creía que eran de los miembros de la Liga Loretana, empeñada según él en hacerle pasar malos ratos; y cuando alguien le ponía al corriente de tan criminales manejos, protestaba de semejantes afirmaciones. Las casas principales de Europa estaban avisadas del estado anormal de Iquitos, cuyas casas comerciales, “podían ser asaltadas por el pueblo hambriento y justificaban el “seguro” que habían hecho. Revísese sinó los libros de las agencias de seguros de Iquitos, y nuestra aseveración será confirmada, a menos que esos libros sean también dobles. Mas tarde esta política económica varió con el cambio político que se operara y por cuyo motivo no se pensó en “asaltos populares”. Sin éstos se podía conseguir mucho... EL COMANDANTE ESPONDA Para la ejecución de los planes que hemos enunciado, la presencia del Comandante Jorge A Esponda, primer jefe del Regimiento Cazadores del Oriente Nº 17, era un obstáculo. D. César Ruiz y Pastor, ciego completamente, o como dijera el Dr. Alcibiades Velazco, de “ceguera física e intelectual” acabada, no se daba cuenta de nada y aceptando chismes acusó al Comandante de que estaba haciendo campaña política a su favor, es decir que pretendía hacer méritos, para presentarse más tarde como candidato a una de las senadurías por el Departamento. Y, claro, si ésto se realizaba y sobre todo si salía elegido, era un peligro para todos, pues que conocía a fondo las maniobras de los elementos leguistas de Iquitos; y esto no les convenía. La campaña política de ese distinguido jefe de nuestro ejército, viendo la indiferencia reinante y el chanchullo como norma, se reducía a trabajar por el bien de Iquitos y del departamento, saliendo muchas veces de sus atribuciones, pero que eran disculpables, tratándose del bien general, y más que todo, sin originar al fisco mayores desembolsos. Y es que cuando existe iniciativa, actividad y patriotismo, no se precisa dinero. El Comandante Esponda, organizó el grupo de movilizables de Iquitos, reuniendo hasta un millar de jóvenes, con el que había formado un Regimiento de Infantería, que todos los domingos después de la instrucción, desfilaba por las calles de la ciudad al son de alegre trompetería. Trató de uniformar a la mayor parte de la gente, recurriendo al óbolo patriótico y dió instrucción cívica a cada uno de los jóvenes movilizables, haciéndoles ver sus obligaciones y derechos ciudadanos. El Comandante Esponda, militarizó las escuelas fiscales de ambos sexos y desarrolló con eficacia la cultura física en los niños, dirigiendo personalmente todos los detalles de tan saludable instrucción; y en la época de la fiesta de la Patria, llevaba a la juventud escolar al pié de la Bandera Nacional a rendirle su homenaje de admiración y cariño. El comandante Esponda, sin recursos de ninguna especie, mandó construir en Leticia, casas para el cuartel de la guarnición y comandancia de ella; para el resguardo y para la escuela fiscal; y un malecón. El Comandante Esponda, sin el apoyo oficial, mando construir un camino entre Cabo Pantoja, en el río Napo y la guarnición del Yubineto, en el río Putumayo, con el patriótico propósito de libertar al Perú de la tutela del Brasil, en el caso de que fuera necesario enviar tropas a ese río, que sin ese camino, tienen que atravesar este país extranjero. El Comandante Esponda, construyó en el Casino Militar de Iquitos un amplio y hermoso salón de baile, dotándole de elegante mobiliario y organizó una biblioteca para los oficiales del Regimiento; invirtiendo en estas obras el dinero de las economías del rancho de las guarniciones. El Comandante Esponda, con este mismo dinero, refaccionó el derruuido cuartel de la Factoría, haciéndolo habitable y mandó construir las tarimas de madera indispensables para el descanso de la tropa. El Comandante Esponda, con la intención de establecer la navegación aérea entre Iquitos y la costa, inició una suscrición popular para la compra de un aeroplano, y para cuyo efecto reunió la sum de Lp. 1,200; cantidad que, desaparecido el Comandante del escenario de Iquitos, pasó al Concejo Provincial, para invertirse en la nivelación de la Plaza 28 de julio... El Comandante Esponda, puso la primera piedra para un homenaje a la Raza y construyó una columna para tal efecto. El Comandante Esponda, de acuerdo con el Ingeniero señor Guillermo Sologuren y como para demostrar que cuando se quiere se puede, organizó la fabricación de ladrillos, en la fábrica del Estado, para la pavimentación y canalización de Iquitos, en cuyo caso solo precisaba mano de obra y cemento. El Comandante Esponda, en fin, durante su permanencia en Loreto, no sólo se dedicó a las labores de su ministerio que eran atendidas con eficacia y laboriosidad, sino que intervino en todos los aspectos de la vida loretana, donde quiera que una iniciativa saludable se tratara de llevar a efecto, como la construcción de un Lazareto para Leprosos, que actualmente es el único local de aislamiento para los atacados de tan terrible mal. Por esta actividad y desinterés es que el Comandante Esponda ganó todas las voluntades y su nombre fué propagado en todos los ámbitos del departamento, como modelo de hombre de acción y de patriotismo, que no obstante la crisis fiscal y económica, de todo sacaba partido y trabajaba por el bienestar general. Esta popularidad en un medio donde todos estaban a la suya, y donde se tramaban maquiavélicos planes de destrucción y de ruina, provocó la emulación de los dirigentes departamentales y sus mentores y para separarlo del puesto desde donde derramaba tantos beneficios, le atribuyeron intenciones políticas, lo indispusieron a su antojo y lo sacaron de Iquitos. El pueblo conmovido y triste acudió en masa a despedir a su benefactor. Hoy se escuentra en el ostracismo, como todos los hombres que no se avienen a las impúdicas actitudes de la Dictadura imperante... Y desaparecido el Comandante de Iquitos, desapareció todo respeto a la autoridad. EL REEMPLAZO Como Jefe de Zona, Comandante de Armas y primer Jefe del Regimiento Nº 17, llegó a Iquitos el Teniente Coronel señor Luis F. Escudero. El Prefecto pretendió atraerlo a su círculo; pero como no se precisaba de gran golpe de vista para darse cuenta de la clase de individuo que era esa autoridad y de los elementos que le rodeaban, el nuevo jefe se entregó a manos del Auditor de Guerra, del Dr. Alcibiades Velazco, que también tenía su círculo. Y como consecuencia, resultaron los primeros rozamientos, porque Velazco era enemigo de D. César Ruiz y Pastor, y por lo mismo, no podía éste ver con buenos ojos que la primera autoridad militar del departamento estuviera de parte de su enemigo irreconciliable. Así, todo lo que provenía del Comandante Escudero tenía, ante el Prefecto, el prejuicio de que había sido consultado con el Dr. Velazco. Y lo mejor del caso era que ni uno ni otro trataban de remediar el entredicho, sino que al contrario, no estimulaban, entregándose a un torneio de fuerza política, del cual uno de los dos tenía que salir vencedor. A la postre todos fueron derrotados, como se verá más adelante. Los mayores rozamientos provenían de la repartición del escaso dinero que venía de la Dirección del Tesoro, porque del proveniente de la Aduana no daba cuenta el Prefecto, invirtiéndole por sí y ante sí. El gobierno pasaba un radiograma al Comandante Escudero diciéndole: “se ha ordenado la remisión de tantos miles de libras”, y Escudero creía que eran para cubrir el presupuesto de guerra; pero como al mismo tiempo el Prefecto recibía idéntica comunicación, éste también creía que ese dinero era para pagar a los empleados públicos y otras obligaciones. Y después del cambio de palabras pertinente en cada noticia de envío de dinero, llegaban a la Prefectura y a la Comandancia, los respectivos oficios que demostraban lo que sus autores pretendían, para “salvar su responsabilidad”, oficios cuyo tenor aumentaba de punto, según los términos empleados por uno y otro. Claro está que estas comunicaciones sea cual fuere el tenor que en ellas se empleara no podían tener la virtualidad de contentar a nadie, porque de lo que se trataba era conseguir dinero y no era con oficios más o menos retóricos, con los que se iba a contentar a los servidores públicos, los soldados y la policía. El descontento era general. Un buen día del mes de abril de 1921 se produjo un intento de sublevación en el Regimiento. El Teniente Leonidas Chariarse había tratado de comprometer a la oficialidad del Regimiento para un movimiento de protesta contra los jefes y no consiguiendo adeptos, pues ese oficial pretendía una venganza, solibiantó a la trópa. Parece que después se arrepintió de su obra y cuando se sintieron los primeros disparos de los amotinados, él, en persona, corrió a disuadirlos de “su loco intento”. Cuando llegó el Comandante Escudero al cuartel, ya había sido sofocada la insurreción. El Comandante reunió a la tropa y les manifesto la extrañeza que tal actitud le había causado y esperaba que no se repetiría, pues el gobierno en conocimiento de la grave situación de las tropas, había comunicado que pronto la resolvería. Y se limitó a incomunicar a los que consideró promotores del intento de motín. El gobierno ordenó el licenciamiento de la mitad del efectivo del Regimiento, pero no mandó ni un centavo para pagar a los soldados: éstos eran licenciados y abonados con una “liquidación” de sus propinas y gratificaciones, con las que se hicieron los mismos negociados que con los libramientos de los empleados públicos. El Prefecto por su parte, quedó encantado de que la tropa se hubiera sublevado, pues se le presentaba una contundente arma contra su enemigo el Comandante y acto seguido se dirigía a Lima radiográficamente manifestando que la única garantía de Iquitos estaba en la policía, apesar de encontrarse impaga y de no tener. Como los soldados, rancho diariamente: que era conveniente disolver el Regimiento y que le encargara a él (a Ruiz y Pastor) la organización de un cuerpo de policía a efecto de conservar la adhesión de Loreto al “patriótico gobierno”; y otros absurdos proyectos, producto de sus mentores. LAS HABILIDADES DEL “TIGRE” El Ministro de Gobierno, el célebre D. Germán Leguía y Martinez, en conocimiento de lo que pasaba en Loreto y en vista de que no podía remediar na situación que se reducía a más o menos libras oro, que no tenía el Tesoro Público o no quería invertirlas en Loreto, pensó que la mejor manera de poner término a los incidentes provocados por el hambre de la tropa era sacarla de Iquitos y enviarla a la selva; pero para ello precisaba un motivo justificado, que no tardó en idearlo y ponerlo en practica: la invasión del río Napo, por fuerzas ecuatorianas. Al efecto, con fecha 17 de mayo, decía al Prefecto: “ Avisan de Quito que varios grupos sucesivos de colonos militares y policías, que ascienden en total 160 hombres, han salido sobre el Napo. Refuerze guarniciones sin demora ni observación, bajo estricta responsabilidad. – (Firmado) Leguía Martínez”. Esta noticia, como es natural, propalada en Iquitos y comentada por los diarios locales surtió los efectos apetecidos. El pueblo excitado, las tropas de línea insubordinadas, la policía exigente y las autoridades en entredicho, acallaron sus griterías y olvidaron momentáneamente sus rencores y todos trataron de que cuando antes acudiera el refuerzo a nuestras guarniciones de aquella frontera. Y cuando el Prefecto y el comandante solicitaron dinero para los indispensables gastos de la expedición, les contestaron nuevamente que “quedaba bajo su responsabilidad la salida inmediata de las tropas, pudiendo agenciarse dinero de donde quisieran”; y así fué; pidiendo de aquí y de más allá reunieron las cantidades necesarias y salieron de Iquitos 150 hombres, al mando del 2º jefe del Regimiento señor Mayor Enrique Vargas Mazén, y a bordo de dos avisos de guerra. Bien pronto autoridades, policía, tropa y pueblo se dieron cuenta de que habían sido engañados. Ni había ninguna actividad en la frontera, ni se tenía conocimiento de que estuvieran bajando las fuerzas anunciadas por el Ministro de Gobierno. Cundió nuevamente el desaliento y la decepción en todos y se reiniciaron las luchas personales: el hambre general, la miseria ambiente, hacía a los hombres huraños y díscolos. La desmoralización era completa. Y nuevamente se presenta en escena “El Tigre”. Bien sabía que los efectos de su estratagema tenía que durar bien poco y calculando el desenlace se apresuró a anunciar una remesa de dinero. Cinco mil libras que alborotan el cotarro La noticia de que el gobierno enviaba cinco mil libras oro fué comentada por todo el mundo y recibida con las mayores manifestaciones de regocijo. Y es que una inyección de dinero, por insignificante que fuera, en una plaza donde desde hacian algunos meses no se veía un cheque circular ni de muestra, tenía la perspectiva de mejorar la triste condición de todos, pues todos, con o sin fundamento, esperaban recibir una cantidad con qué pasar las fiestas del Centenario Nacional y el único que podía proporcionarla era el gobierno, se decir, la Tesorería Fiscal a donde acudían los servidores públicos y los habilitados militares y de las diversas reparticiones. Fatalmente eran solo promesas. El gobierno había comunicado que enviaba, pero el Banco decía que no se había hecho el depósito respectivo. “En todo caso, se decía en la Prefectura, así llegara dinero, todo será para la Comandancia de Armas”, propaganda que tenía por objeto malquistar a las tropas y sus jefes con la opinión pública y la policía. El Comandante Escudero con el referido aviso se apersonó donde D. César Ruiz y Pastor para saber que cantidad era la que el Prefecto había determinado para los ajustamientos atrazados de su unidad, teniendo entendido de que como al Regimiento se le debía mayor cantidad, a éste se le debía entregar más. El Prefecto dejó hablar al Comandante y después de pensar un rato le contestó que aún no había llegado el dinero, pero que cuando llegara no distribuiría entre los funcionarios y empleados públicos y la policía, que no tenían rancho, como los soldados; y por lo mismo no podían esperar como podían hacerlo los soldados y los oficiales. Y el Comandante, conociendo el carácter del Prefecto, y como para asustarlo le respondió que no respondía de la plaza. Sucedió que los dos estaban jugando con fuego. El Comandante quiso amendrentar al Prefecto, y el Prefecto se decidió amedrentar al Comandante. Encendieron la hoguera y las llamas envolvió a los dos. El Domingo 3 de julio la ciudad de Iquitos amanecio sorprendida con que el Comandante de Armas no tenía ninguna autoridad militar en la plazas. El Coronel inglés Woodroff jefe de la Comisión Peruana de Límites con el Brasil que se encontraba en Iquitos con el personal de la Comisión esperando dinero para salir a llenare su cometido en la frontera brasileña, había asumido el mando de la plaza, y los oficiales de marina con marineros de la flotilla y soldados de la policía patrullaban la población. La cañonera “América”, encendidas sus calderas, había abandonado su fondeadero y se había situado a medio río, frente a la Prefectura, con sus cañones bala en boca. La Prefectura y la casa del Prefecto estaban resguardadas por pelotones de marineros al mando de oficiales de policía y en toda la ciudad se notaba una desusada manifestación de fuerza. Nadie sabía lo que ocurría ni nadie se imaginaba que se estaba en un momento álgido, que podía traducirse de una hora para otra en una hecatombe. Estas medidas se habían dictado por la Prefectura, desde la noche anterior, en que el guardiamarina Salaverry, haciendo el papel de las rondas mayores, se había presentado en el Cuartel del Regimiento, para constatar que no había novedad en la tropa. Cuando el Comandante Escudero no había abandonado el lecho, recibió las primeras noticias del desafuero que cometía el Prefecto, e inmediatamente se dirigió a la Prefectura, para averiguar las razones de ese alarde de fuerza, a la vez que recordarle al Prefecto que nadie sino él (él Comandante de Armas) tenía facultad para establecer centinelas en la plaza que estaba bajo su comando. Pero el Comandante no pudo hablar con el Prefecto, porque el centinela de la puerta de la Prefectura le dió la voz de – atrás! Y el oficial de guardia, muy cortesmente, le manifestó que esas eran elas órdenes que había recibido del Prefecto, y que no podia entrar. En la calle los comentarios eran variados y suculentos: unos creían que el Prefecto había procedido muy bien, y otros nó; pero todos esperaban grandes acontecimientos y se preparaban a no perder los detalles. Los militares, por su parte, daban muestras de su indignación sin atreverse a nada basta ver la resolución que tomara su jefe; y la policía se hacia ascuas... En la tarde de ese vergonzoso día el Comandante reunió a la oficialidad del Regimiento y les manifestó los incidentes que se habían producido. Pedía una opinión colectiva, cuya ejecución sería de la responsabilidad de todos. Y todos, comenzando por el menos antiguo, opinaron de que se participara oficialmente al señor César Ruiz y Pastor de que según los reglamentos militares solo al Comandante de Armas le era potestativo colocar centinelas en una ciudad donde había fuerzas del ejército, y que al haber procedido de la manerea que lo había hecho el señor Ruiz y Pastor, no solo había violado los reglamentos militares sino que había inferido una ofensa al Regimiento, que no estaba dispuesto a soportarla. Y se acordó, además, protestar ante el Presidente de la República y el Ministro de Guerra por las actitudes desdorosas del Prefecto, aparte de que si el Prefecto no retiraba inmediatamente los centinelas que había colocado y cesaba la manifestación de fuerza contra el Regimiento, se procedería a mano armada. Ese mismo día, al caer de la tarde, D. César Ruiz y Pastor, el Coronel Woodroff y el Comandante Escudero, ocupaban una mesa de uno de los bares de la Plaza Principal de Iquitos; celebraban las paces después de las explícaciones pertinentes. Ruiz y Pastor había dicho que habiendo creído en la amenaza del Comandante de que “no respondía de la plaza” y en vista de la denuncia que había recibido del Subprefecto, de que el Regimiento conspiraba, creyó de su deber tomar las disposiciones de fuerza que tomó. Pero que habiéndose efectuado las averiguaciones del caso, todo quedaba en nada. A lo que aceptó el Comandante Escudero. LA SUPUESTA CONSPIRACIÓN DEL DOS DE JULIO Que hubo conspiración en Iquitos y por parte del Regimiento Nº 17, no cabe duda. Solo que ella fué tramada por el propio Prefecto señor Ruiz y Pastor que así como el Comandante Esponda le había hecho sombra, el Comandante Escudero se llevaba el dinero; y como en Lima ya se daban cuenta de que era imposible sostenerlo por más tiempo, y el Congreso Regional del Norte, como lo hemos demostrado, había solicitado su separación, precisaba de una arma para sostenerse por más tiempo al frente de la Prefectura, y el propio Comandante le había sugerido la idea con su imprudente declaración de que “no respondía de la plaza”. Y como lo pensó lo hizo, valiéndose de un policía para fraguar la “conspiración” y poder eliminar al Comandante Escudero, con tan terrible arma, tan en boga en el Perú, bajo la Dictadura imperante. El subprefecto se prestó a los deseos de D. César Ruiz y Pastor y el mismo día del incidente con el Comandante por la cuestión dinero le remitió el siguiente oficio, cuya copia literal es como sigue: Un sello de la Subprefectura de Bajo Amazonas. – Iquitos, 2 de juli ode 1921. – Señor Prefecto del Departamento. “Desde hace algunos días corrían por la población con insistencia rumores de prepararse un movimiento subversivo por una parte de las tropas del Regimiento Cazadores del Oriente Nº 17, en convinación con los eternos descontentos del actual Régimen; haciendose eco de esos rumores, el infrascrito intendente seguia sus pesquizas inquiridoras para hacer luz a la verdad, teniendo en cuenta el cumplimiento del deber y el alto interes nacional, llegando en el momento que dirijo el pte 6 hs. P.m. a formarse convicción clara y definida de la verdad del acto subversivo que se pretende poner en practica, la noche de hoy bajo la dirección de los Capitanes Curiel y Cervantes, debiendo actuar segun toda probabilidad al lado de estos, los oficiales, Azcárate, Alvarado y algunos otros, sin poder afirmar que tenga participación o conocimiento el Sr. Comandante de Armas de la Region. “A lo dicho debo agregar señor Prefecto, la siguiente información: que al encontrarse de manera casual el oficial de policía de mi mando don Manuel Lagunas con el Capitan don Manuel Curiel a las 2 pm. En el crucero de las calles Malecon y Factoria esquina de esta Intendencia, le manifesto que tenia urgente necesidad de hablar con el, por asunto que le interesaría grandemente, que al contestarle que no podia disponer de tiempo sino a las 5 pm. Quedo convencido que a aquella hora se encontrarian en el domicilio de Lagunas, ubicado en la calle del Tambo. Que en efecto a la hora indicada encontró a Curiel de visita en una de las casas del trayecto de su domicilio y quien al verlo pasar salio inmediatamente y le manifesto, que tratandose de un asunto sobre el cual queria hablarle sin testigos, seria conveniente se dirigieran al poligono de tiro que esta en la prolongación de la calle del Putumayo, que al efecto se dirigieron a dicho lugar, hecho que puede comprobar don Julio Abel Zorrilla, que de la puerta de su casa los vio pasar en esa direccion. Que una vez que se encontraron en las afueras de la población y después de sercionarse de que se hallaban completamente solos le dijo: que habiendo acordado llevar a cabo un movimiento subversivo y teniendo datos de que era un oficial arriesgado, necesitaba de su concurso para llevar a cabo su proyecto, que para el fin estaban perfectamente de acuerdo con el Capitán Cervantes y muchos compañeros suyos a excepción de los capitanes Marquina y Zamora que eran unos cobardes y que estaban maleando al Comandante Escudero, pero que su concurso no hacia falta, pues aun el mismo jefe el comandante Escudero, los apoyaria de manera discreta, que al preguntarle el resultado que perseguian con tam movimiento, le manifesto que se castigaria a tantos ladrones que disponian de todo el dinero que mandaba el gobierno de Lima, explotando el hambre y sumiendo en la miseria a los servidores de la patria; que de preferencia se castigaria a las autoridades politicas que son las directamente responsables; que no habia nada que temer desde el momento que no habia resistencia, que del resultado depende paraque haya dinero bastante para cubrir todos los haberes que se adeudan a los servidores. Que ademas le manifesto que ya estaba de acuerdo con el subinspector Carlos Pastor, quien en la guardia de prevención y el declarante en la guardia de carcel con sus 10 hombres servirian de gran apoyo. Que despues de oirle todo lo espuesto, le manifesto que de ninguna manera, podia traicionar la causa manifestandole Curiel, en vista de que no podia convencerle que entonces muy pronto se verian, que no obstante al despedirse en el crucero de la calle de Lagunas y Putumayo, donde se quedó con el inspector de policia don Miguel Paz del Castillo, le volvio a repetir que meditara acerca de lo propuesto. Mas o menos se hizo la misma proposición por el Capitan Cerbantes al oficial de policia Pastor. “Dada la gravedad del atentado que se pretende cometer esta intendencia ha dictado, dentro el limite de sus atribuciones legales, las medidas necesarias y de caracter urgente para que el orden no sea alterado; hecho que pongo en conocimiento de esa Prefectura a fin de que tome a su vez, las probidencias que conceptue necesarias y que reclama la dignidad del país y del patriota gobierno que hoi rige los destinos del Perú.”– Dios Guarde a Ud. – (Firmado) Alcibiades del Aguila. Decreto. – Un sello de la Prefectura de Loreto, – Iquitos, 2 de julio de 1921. – Diríjase el radiograma acordado al señor Presidente de la Republica y ofíciese al Coronel Woodroff, Jefe de la Comisión de Limites con el Brasil, y al Teniente Coronel Comandante de Armas y archívese. – (Firmado) Ruiz Pastor. Con aquel oficio en carpeta fué que D. César Ruiz y Pastor tomó sus disposiciones defensivas, calculando con sobrado fundamento, que el Dictador en conocimiento del “ plan” abortado, gracias a la “actividad” de su Prefecto, reventaría al Comandante Escudero y él quedaría como el aceite sobre el agua, con el antecedente de muy magnífica y celosa autoridad; pero como los militares no estuvieron dispuestos a aguantar la impostura y pararan el golpe a tiempo, retrocedió, ajustándose de su obra. El Comandante Escudero exigió que en presencía de él se efectuara un careo entre los capitanes Curiel y Cervantes y los oficiales de policía Pastor y Lagunas, acto al que además asistieron los señores Coronel Woodroff, Dr. Gustavo Laurie, Juez de 1ª Instancia y otros caballeros, cuyos nombres no recordamos. Interrogado Pastor manifestó que jamás había recibido insinuaciones de ningún género, ni por el Capitan Cervantes ni por ningún otro oficial del Regimiento;_ medio desmoralizado Lagunas, con esta declaración, muy débilmente se afirmó en la denuncia, pero salió corriendo de la sala prefectural imposibilitado de resistir las furiosas miradas del Capitán Curiel, que en un momento de nerviosidad, trató de abalanzarse sobre él. Así quedó terminado el incidente y la “conspiración”. El Prefecto no volvió a ocuparse del asunto. Y no llegaron las 5,000 libras oro, que habían sido uno de los tantos bluff del Dictador...! D.C. Ruiz y Pastor para evitarse cuestiones en el futuro y no verse obligado a recurrir a “medidas extremas”, pasó a Lima el siguiente despacho radiográfico: “Presidente República. – Lima. – Por lo expuesto mi radio 68 fin evitar rozamientos inconvenientes ruégole ordenar Tesoro que cuando envié dinero hágalo señalando suma debe entregarse tropas. – (Firmado) Ruiz Pastor”. SE AGRAVA LA SITUACION Los bochornosos sucesos que tenían como teatro a Iquitos y como actores a las primeras figuras de la administración y del ejército, eran comentados por los diarios locales según sus tendencias y se mantenía latente el entredicho que día a día asumía mayores proporciones, dando lugar a que se inventaran las más variadas “bolas”, que rodaban extendiéndose a todo el departamento, donde naturalmente se daban como hechos ciertos. Los rumores llegaron hasta el río Napo, donde el tedio invadía a los expedicionarios, que no se explicaban la razón que existiera para que los tuvieran desterrados, cuando deberían estar al lado de su jefe, para impedir los avances del Prefecto, que como se había dicho en la selva, había depuesto al Comandante de Armas después de un combate entre el Regimiento y la policía. El Mayor Vargas Mazén justamente alarmado decidió trasladarse a Iquitos, como lo hizo, presentándose al puerto a la hora menos pensada. Desembarcó y se encaminó a la Comandancia de Armas, habiendo ordenado a sus oficiales de a bordo, que si no regresaba en el término de una hora, bombardearan la prefectura. El aviso “Iquitos”, al efecto, se situó frente a la prefectura y los cañones fueron dispuestos para el tiro, faltando solo desembarcarlos. Afortunadamente nada había pasado y la expedición desembarcó pacíficamente. Pero, como “ni comida calentada ni amistad reconciliada” es de gente de buen tono y de dignidad, la hostilidad mutua se acentuaba, esperándose de un momento a otro el desenlace. Se deseaba la acción del gobierno para finiquitar la cuestión, y éste no resolvía nada sino que daba la razón a todos. Los radiogramas de protesta del Comandante Escudero, dieron por consecuencia el cambio de despachos radiográficos siguientes: 7 de julio. – Prefecto. – Iquitos. “Comandante Escudero protesta alarma derramada con ofensa honorabilidad de su cuerpo, por desconfianza y temores propalados por esa misma prefectura. Sirvase proceder con menos precipitación y más sagacidad para no concitar prevenciones y resistencias”. – (Firmado) Leguía y Martínez. El tenor de este radiograma, en boca general, fue considerado como un triunfo para el Comandante, recibiéndo éste las más entusiastas felicitaciones de sus amigos, y se presentía que el señor Escudero sería nombrado Prefecto; pero el señor Ruiz y Pastor, que si es ciego no era manco ni tampoco hacía caso de dignidades, ante la censura del Ministro, dirigió a Lima el despacho siguiente: 8 de julio. – Ministro Gobierno Lima. “Respuesta su radiograma subprefecto avisome tramábase complot cuya fecha señalome coincidió con incendio palacio y como mismo Comandante Escudero abrigaba desconfianza de sus tropas, según manifestómelo mas una ocasión verbal, escrito, como probarélo correo documentos, servirán desvanecer, señor Ministro, mal concepto formado sobre mi actuación; procedí tomar medidas seguridad con mas razón aun, cuando apesar temor dicho comandante, tropas que hasta un día antes del indicado para golpe permanecieron desarmadas, resultaron intempestivamente armadas reglamentariamente. Porque? Alarma no habido, solo cumplido mi deber como prefecto, ante amenaza Comandante mismo habíame informado de parte sus tropas por falta pago.”– (Firmado) Prefecto Ruiz Pastor. Sin duda esta súplica enternecería al impetuoso Ministro de Gobierno y de haría vacilar, sobre todo habiéndole tocado en la noble para sus planes en Lima: claro!... el complot de Iquitos había sido de acuerdo con los incendiarios del Palacio de Gobierno...! Evidentemente Ruiz Pastor era un Prefecto irremplazable: tenía mucha ingeniosidade... Pero así y todo no resolvió el problema de Loreto. La cuestión estaba ahora, en quién tendría más fuerza en Lima... UN INCIDENTE QUE PUDO SER DE FATALES CONSECUENCIAS Declarada la guerra sorda entre las primeras autoridades, la civil y militar, los subalternos a semejanza de los criados de casa grande, se enseñaban los dientes y se iban a las manos: un día un capitán del Regimiento fué insultado en plena calle por el Ayudante de la prefectura, se dieron algunos mojicones sin que llegara la sangre al río, y hubieron las consiguientes felicitaciones y protestas, según los bandos. Otro día regresaban al cuartel soldados cachiporreados por la polícia; y uno último se produjo un verdadero combate y hubieron tiros a granel, alarmas y cierra puertas. Varios soldados se encontraban en una casa divirtiéndo-se; de pronto se presenta un policía intimándoles a que se retiren “por estar fomentando escándalos en la vía pública a altas horas de la noche” (eran las 9 pm). Los soldados cerraron las puertas de la casa como medio de evitar una reyerta con los polizontes. Puesto el hecho en conocimiento del Subprefecto, salió de la Intendencia de Policia un retén de 25 custodios al mando del propio Subprefecto a “hacer respetar los mandatos de la autoridad”; llegaron los policías y naturalmente hubo la debacle: tiros de fusil por un lado, piedras, garrotazos y mojicones por otro; en resumen, varios heridos por ambas partes. En presencia de estos hechos de suyo graves, el Comandante Escudero dirigió al Prefecto el siguiente oficio: “Un sello de la Jefatura de Zona de Loreto. – Iquitos a 13 de julio de 1921. – Señor Prefecto del Departamento. “Tengo a honra dirigirme a Ud., para manifestarle en guarda de mi responsabilidad y como a la primera autoridad política del Departamento, que hace varios días existe una corriente bien marcada de hostilidad de las fuerzas de policía contra las que componen el Regimiento Cazadores del Oriente No. 17. “Esas hostilidades han culminado en la noche de hoy habiendo sido atacados en la vía pública seis soldados, por 25 guardias de polícia y cuatro oficiales de la misma institución”. – Dios guarde a Ud. – El Teniente Coronel Jefe de Zona. – (Firmado) Luis F. Escudero. (...) Nuevos radiogramas a Lima y nuevas protestas. Pero llegó en esos días una orden de Lima por Lp. 3,000, que hicieron olvidar resentimientos y sobre esa cantidad se lanzaron “todos”, El Prefecto las distribuyó de la manera más equitativa posible y con un talento admirable. Así: Para el Regimiento Cazadores y servicios, Lp. 1,000 Para la policía y subprefectura 200 Para la Prefectura 300 Para la casa Strassberger y Cía. 700 Para el Commercial Banck 800 Suman 3,000 El Prefecto, como justificación del reparto que había hecho y ante la protesta que había originado la arbitrariedad que cometía en una situación tan difícil,, se disculpó con la necesidad en que se encontraba de mantener el crédito con las casas comerciales arriba mencionadas. La primera había proporcionado alguns adelantos y el Comercial, había prestado dinero para adelanto de sueldos de un norteamericano, un señor Vossler, que dijeron había llegado a Iquitos como Director de un Colegio Nacional que se iba a crear; pero llegó y se fué con las Lp. 800.0,00 y nadie supo más de él. Los demás, es decir los empleados y funcionarios públicos, se quedaron tocando flauta, y era el 24 de julio de 1921...! Faltaban apenas unos días para la celebración del más grande acontecimiento de la Historia Nacional: el Primer Centenario de nuestra Independencia... Y así lo pasaron! LA AVIACIÓN DE POR MEDIO El aviador, señor Lecca, tuvo el propósito muy laudable, por cierto, de intentar un vuelo desde Lima hasta Iquitos. Pretendía obtener por semejante hazaña las Lp. 1,200, que con tanto celo y entusiasmo reuniera el Comandante Esponda, y que como ya se ha dicho, fueron invertidas en la “nivelación” de la Plaza 28 de julio de esa ciudad. Y salió de Lima, llegó a Chiclayo y salió para Cajamarca. En esta histórica ciudad sufrió un accidente y regresó a Lima. Este hecho que en nada tendría que ver con los sucesos de Iquitos, ejerció decisiva influencia para la terminación del bochornoso espectáculo en que estaban empeñadas las autoridades y entró como figura principal el Teniente Alcalde del Concejo Provincial, que tenía a su cargo la Alcaldía de esa institución. Antes de salir el aviador Lecca de Lima, comunicó al prefecto y al Alcalde la necesidad de que le prepararan un campo de aterrizaje, calculando que llegaría a Iquitos al día siguiente de salir de Lima. El Alcalde sin pérdida de tiempo dispuso que se habilitara para tal objeto la amplia plaza 28 de julio y para lo cual una cuadrilla de peones municipales se encargó de desaparecer los únicos obstáculos existentes: unos cuantos postes del alumbrado público. El Prefecto, sin saber lo que hacia el Alcade, dispuso a la vez que el campo de aterrizaje fuera el polígono de tiro, y dictó sus providencias en este sentido: se precisaba echar a tierra algunos centenares de corpulento árboles y nivelar el terreno y seguramente en quince días estaría listo el trabajo y el campo. En conocimiento del Prefecto las disposiciones del Alcalde, montó en cólera e hizo que se presentara delante de él el propio Alcade, que tan “insolentemente se inmiscuía en lo que no le convenía”; y cuando le avisaron su proximidad y sintió sus pasos, desde lo alto de la escalera de su casa particular, le increpó duramente su conducta. El Alcalde que no tenía trapitos en la lengua, escandalizado con la conducta del que hasta el día anterior había sido su gran amigo, no se contuvo, y preso de la misma indignación, puso de oro y azul al Prefecto. En resumen quedó notificado el Alcalde para apagar las fogatas señales que había encendido en “su campo’ y si no lo hacía la policía se encargaría de ello. El Alcalde corrió donde el Comandante de Armas y más tarde el Concejo en persona, a efecto de que le prestara las garantias suficientes para impedir las amenazas del Prefecto; y el Comandante envió una compañía de 100 hombres a la plaza 28 de julio con el fin de impedir cualquiera manifestación de fuerza. Los soldados desembocaron en esa plaza cuando los policías comenzaban su labor. Felizmente tuvieron el buen tino de retirarse, sinó habría terminado la fiesta a balazo limpio, en una batalla campal, pues el pueblo y la tropa estaban sumamente indignados con la policía. En esta ocasión el incidente revistió proporciones verdaderamente terribles. Fueron a Lima multitud de telegramas por ambas partes y en pocos días más se supo quién había sido el victorioso. El radiograma que copiamos lo dice: 27 de julio. – Prefecto Iquitos. “Presidente y Ministro Guerra quienes leí su telegrama pondrán pronto remedio entredicho militar administrativo. A la fecha debe ya haber expedido órdenes. – (Firmado) Leguía Martínez”. Bien se puede deducir por el radiograma trascrito que el Comandante Escudero había sido separado, como en efecto fué llamado a Lima; pero como estaban de por medio los festejos centenarios, no pudo salir de Iquitos inmediatamente. D. César Ruiz y Pastor y sus amigos celebraron la victoria con marcadas manifestaciones de alegría, el champagne corrió a discreción... Y separado ese jefe que se oponía tan derechamente a los dictados de la Prefectura, pensó el señor Ruiz y Pastor, que había que acabar con el Teniente Alcalde que también se le declaraba enemigo. EXPULSIÓN DEL ALCALDE Y DE CONSEJALES La maldita resurrección de las Juntas de Notables en la vida comunal de la República, por obra y gracia de D. Augusto B. Leguía, fue considerada por D. César Ruiz y Pastor como un excelente medio de deshacerse del Teniente Alcalde, que había desafiado su “poder” contariando las disposiciones, de su autoridad y concibió el plan de expulsar del seno del Concejo al Teniente Alcalde y a los concejales que no eran sus amigos, y para lo cual encontró el personal ad hoc, necesario para llevarlo a efecto. El día 5 de agosto debería provocarse una “manifestación popular” que después de recorrer la ciudad iría a la Prefectura a solicitar el cambio del Alcalde. El Prefecto atendería el pedido del “pueblo” y nombraría como tal a Mario Tejada, ex-presidiario, que estaría en la manifestación con los concejales electos por el Prefecto y que integrarían el Concejo, los que inmediatamente asumirían sus funciones, quedando la responsabilidad de este atentado a cargo del señor Ruiz Pastor, que él sabría como entendérselas, demostrado como quedaría que el Concejo expulsado estaba “conspirando”, santa palabra que en el Ministerio de Gobierno se le rinde culto, cuando se trata de violar las garantías individuales. Pero el Teniente Alcalde que venía actuando en estas rencillas lugareñas y en la política local, desde antiguo; que conocía los secretos del Concejo al dedillo y al personal que lo componía; que sabía los débiles de D. César Ruiz y Pastor, toda vez que siempre no tuvo en su casa como huésped, y que, por último, tenía tambíen sus amigos que le apoyaban, decidió oponerse a los planes del Prefecto, poniéndose al habla con el Comandante Escudero y el Dr. Alcibiades Velazco, que en todos estos líos tenía su participación, aunque oculta como es su costumbre; y quedo resuelto que cuando Marío Tejada se presentara a la Municipalidad a ocuparla, el Teniente Alcalde solicitaria garantías al Comandante de Armas. El Comandante de Armas acudiría con su tropa a la Plaza Principal a impedir el atentado, y después, restablecida la calma por ese lado, seguiría a la Prefectura, donde el Dr. Velazco asumiría las funciones de Prefecto, acto para el cual ya habían señalados los “vecinos notables” que le iban a hacer la solicitación, en vista de la grave crisis administrativa de que era autor y único responsable D. César Ruiz y Pastor. En seguida se pondría este hecho en conocimiento del Dictador. Pero el hombre propone y Dios dispone. Con tan terrible amenaza para la pública tranquilidad eran de esperarse momentos angustiosos. Si en la madrugada del 5 de agosto no estalla el movimiento revolucionario – adelantándose a aquello acontecimentos – se habrían producido horas de dolor y de luto y se habría llegado a un estado difícil de imaginar... El Prefecto, señor Ruiz y Pastor, con la intransigencia que hacía gala hasta en los más mínimos detalles, habría pretendido imponer con su policía al alcalde que se había buscado; y el Alcalde despojado, lo habría impedido con la tropa del Regimiento: ambas tropas se odiaban cordialmente; parece que la sed de sangre hubiera atrofiado su entendimiento y solo esperaban el momento propicio para lanzarse una sobre otra y aniquilarse. Y es que aparte de la influencia que sobre la policía ejercía el Prefecto, alentándola contra el regimiento, que, según él, se llevaba todo el dinero, esta columna estaba formada por serranos escogidos especialmente para vapulear a los loteranos; y toda la tropa era loretana... De allí que no era improbable la catástrofe. CONCLUSION A estos extremos llegó la situación de Iquitos el día 4 de agosto de 1921. Y contemplándose el caos que presentaba Loreto en esta fecha, viéndose tanta inmoralidad y ambiciones en Iquitos, con la miseria y el hambre por doquier; la intriga y el fraude como norma administrativa, el desascierto y la complacencia en las esferas oficiales; desmoralizado el Comandante de Armas con su llamada a Lima; y por último los desmanes del Poder Ejecutivo en el resto de la República, habían motivos más que suficientes para tomar las armas y exigir con ellas el término de tanta iniquidad y oprobio, que tendían a la desaparición de lo que aun podía sostenerse en pié, en medio de tanta podredumbre. Emplazamos a los que han estado en Iquitos antes del 5 de agosto de 1921, para que nos desmientan cada una de las afirmaciones que hasta el presente llevamos hechas como precursoras del movimiento revolucionario. Emplazamos a quienes quieran quitarse por un momento el velo del apasionamiento, que no les dejaría juzgar con calma, si no era la situación que hemos descrito la tristísima que ofrecía Iquitos en la fecha indicada; dejando constancia de que no nos referimos a todos sus aspectos porque sería materialmente imposible reunir en un volumen tanta vileza, tanta maldad, tanto egoísmo, tanta mentira, tanta intriga, tantas ambiciones insatisfechas; tanta ineptitud, tanta ignorancia, tanta miseria, tanta ruina, tanto dolor...! Emplazamos a todos los que después de la revolución han denigrado a sus autores, para que nos digan si ellos también no respiraron tranquilos en la alborada del 5 de agosto, cuando supieron que había cesado tan anormal estado de cosas... Emplazamos a las autoridades políticas y militares de la Dictadura; emplazamos al propio D. Augusto B. Leguía, a su primo D. Germán, Ministro de Gobierno del Dictador, para que en conocimiento de los antecedentes de la situación de Loreto, digan si ellos, encontrándose abajo y ante cuadro tan pavoroso no se habrían revelado. Y que quede constancia que D. Augusto B. Leguía asaltó el poder con la bandera de la reivindicación de los derechos ciudadanos y encontró al país pletórico de riquezas y las arcas fiscales bastante llenas... Emplazamos a la gente honrada del país, a aquella que no lucra con las simpatías de la Dictadura y que no esperan nada de ella, sino hubieran hecho lo mismo que ese grupo diminuto de militares y civiles que tomaron las riendas del gobierno de Loreto y procedieron de hecho a hacer lo que debió y debe hacerse para que esa importante circunscripción territorial alcance en desarrollo a que tiene derecho. Emplazamos, en fin, a todo el mundo que lea este libro para que nos dé la razón y estamos seguros, que, aparte de los que provocaron aquella situación, el Perú entero está con los revolucionarios de Loreto, como lo estuvieron íntegramente los habitantes del departamento, en esa fecha, que al fin veían vengados sus agravios, y con alborozado júbilo bendecían la iniciación de la nueva era. Y si el epílogo de ese alborozo fué contrario a las espectativas, no es cuestión que debe darse importancia, porque sobre los hombres que intervinieron en la revolución; por sobre los verdugos del pueblo que envió la Dictadura; por sobre los cadáveres de víctimas inocentes que dejaron, ha quedado el gran principio de que un movimiento de la opinión pública, grande, fuerte y continuado, no puede tratarse como un motín callejero, y debe oirse sus clamores; y que así como el movimiento fué dominado con la espada, con la espada también pudo extenderse a todo el país, si los elementos politicos del Perú que debieron intervenir se hubieran dado cuenta de la importancia de él, sus finalidades y sus nobles propósitos. Ahora, que para iniciar la reacción nacional contra la Dictadura, se hayan sacrificado algunos hombres, no importa; que permanezcan proscritos, tampoco importa; que sean vilipendiados, después de haber sido bendecidos, mucho menos. Lo importante es que se hizo ver a la Dictadurae que el Perú no está satisfecho con los métodos de desgobierno que ha implantado en el país y que el Departamento de Loreto no estaba dispuesto a seguir tolerándolo, como tampoco quería perecer por hambre, cuando los millones del Tesoro Público eran dilapidados entre unos cuantos favoritos. Esto fué todo! FIN DEL LIBRO I