Subido por inghuertas_1974

CARTA A LOS FILIPENSES

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CENTRO DE FORMACIÓN TEOLÓGICA PARA AGENTES DE
PASTORAL
PARROQUIA INMACULADA CONCEPCIÓN VILLA NUEVA
CURSO DE CARTAS PAULINAS
Catedrático
Francisco José García C.
FILIPOS
La ciudad de Filipos era una colonia romana, con derecho a ciudadanía.
Por ella pasaba la vía Egmacia, que unía a Italia con Asia.
Filipos fue la primera ciudad “europea” visitada y evangelizada por Pablo y
Silas hacia el año 49. Una mujer de buena posición fue la primera
convertida al Evangelio por la predicación de Pablo.
Una paliza, la cárcel y una liberación prodigiosa fueron el entrenamiento
de Pablo en el nuevo territorio. Allí se formó una comunidad cordial y
generosa a la que Pablo se sintió estrechamente vinculado. Solo de ellos
aceptó ayuda económica.
DATOS CRONOLÓGICOS
Pablo escribe esta carta, probablemente cuando estuvo
preso en Éfeso, allá por el año 56 d.C. Es otra de sus cartas
auténticas. El estilo y tono son genuinos. La doctrina sobre
Cristo y la justificación por la fe, sin las obras de la ley, es
la misma que en Romanos y Gálatas
Los motivos para escribirles son: el agradecimiento por su
generosidad, informarles sobre la salud de Epafrodito,
avisarles sobre el viaje de Timoteo y su posible visita.
Además para exhortarles y animarles por la presencia de
los judaizantes .
En la carta también se pueden distinguir las buenas
relaciones de Pablo con esta comunidad. Todo esto dentro
de un ambiente alegre y esperanzador, por la presencia de
Cristo.
LA CARTA
El prólogo consta, como de ordinario, del saludo (1,1-2) y la
acción de gracias (1,3-11).
El saludo, bastante breve, contiene los elementos usuales:
"Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo" (1,1), son los
remitentes; la Iglesia de Filipos, con su estructuración de
Obispos (vigilantes) y diáconos (servidores).
En la acción de gracias: Pablo expresa su satisfacción por el
progreso que está haciendo en la Iglesia de Filipos el
evangelio que les anunció, su afecto intenso por la Iglesia
misma, el anhelo de un mayor desarrollo en el amor, con
aquel crecimiento del conocimiento de Cristo y de los demás y
de la capacidad de discernimiento que el amor lleva consigo.
Con ello crea un clima de gran confianza y reciprocidad.
Pablo manifiesta su situación penosa de prisionero,
pero que, sin embargo, contribuye al progreso del
evangelio, pues el personal del pretorio y la demás
gente ha descubierto que está preso por Cristo" (1,13).
Forzosamente inactivo, Pablo se alegra de que el
evangelio sea anunciado por otros.
De repente una sombra oscurece sus pensamientos.
Algunos de la comunidad se aprovechan de la prisión
que sufre para predicar otro evangelio diferente.
Llevados por la ambición, codicia o envidia: es decir
para ocupar su puesto y para emular sus éxitos; pero lo
importante no es él sino el mensaje de Cristo.
La perspectiva posible de una muerte cercana no le
asusta, porque lo esencial para él es que "ahora
Jesucristo sea glorificado en mi cuerpo, sea por la vida,
sea por la muerte" (1,20). Para él ya está todo en manos
de Cristo, que es lo absoluto de su existencia: "Pues
para mí la vida es Cristo, y la muerte ganancia" (1,21).
No obstante se enfrenta a una disyuntiva: Su deseo de
morir es para estar con Cristo; pero estar vivo es más
necesario para la comunidad; y concluye diciendo: “estoy
convencido de que me quedaré y seguiré con vosotros
para vuestro provecho y la alegría de vuestra fe”.
“Una cosa importa, que vuestra conducta sea digna de
la buena noticia (evangelio) de Cristo. Agradecidos
porque se les ha concedido "el privilegio no sólo de creer
en Cristo, sino también de padecer por él" (1,29).
Pablo les recomienda que no hagan nada por ambición
ni por vanagloria. Todo lo deben hacer por humildad
teniendo a los otros por mejores.
En su actuar deben tener presente que no lo hagan
por interés propio sino por el interés de los demás. En
todo momento deben tener los mismos sentimientos de
Cristo, quien tomó la condición de esclavo, se humilló
y se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz.
“Por eso Dios lo exaltó y le concedió el nombre que está
sobre todo nombre para que en el nombre de Jesús
toda rodilla se doble en el cielo, la tierra y en los
infiernos y toda lengua confiese para gloria de Dios
Padre: que Jesucristo es el Señor”
HIMNO CRISTOLÓGICO
Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, no vive su
«ser como Dios» para triunfar o para imponer su
supremacía; no lo considera una posesión, un
privilegio, un tesoro que guardar celosamente. Más
aún, «se despojó de sí mismo», se vació de sí mismo
asumiendo, la «forma de esclavo», la realidad humana
marcada por el sufrimiento, por la pobreza, por la
muerte; se hizo plenamente semejante a los hombres,
excepto en el pecado, para actuar como siervo
completamente entregado al servicio de los demás. San
Pablo prosigue delineando el cuadro «histórico» en el
que se realizó este abajamiento de Jesús: «En la cruz
Jesús alcanzó el máximo grado de la humillación,
porque la crucifixión era el castigo reservado a los
esclavos y no a las personas libres.
La situación de Pablo en la cárcel es un tanto mitigada:
goza de la compañía de Timoteo, que ha atendido a
Pablo "como un hijo a su padre... en la causa del
evangelio" (2,22). Contó además con la intervención de
Epafrodito, hermano, colaborador y compañero de
fatigas, el que los filipenses le han enviado con el
encargo de socorrerle en sus necesidades" (2,25).
Pablo se dirige a los filipenses y les dice: "Por lo demás,
hermanos míos, alegraos en el Señor. No me resulta
molesto escribiros las mismas cosas, y a vosotros os es
útil" (3,1). Su el estilo sufre un cambio brusco:
"¡Cuidado con los perros!. ¡Cuidado con los malos
obreros! ¡Cuidado con los de la circuncisión!" (3,2)
Pablo se dirige a las mujeres que tienen un papel
determinado en la comunidad de Filipos. Primero a
Evodia y Síntique, para que estén en perfecto acuerdo
entre sí. Le ruega a Síntique que preste su ayuda a las
que han trabajado mucho en el evangelio con él y con
Clemente y demás colaboradores.
Exhorta a la comunidad diciéndoles “Tened siempre la
alegría del Señor, lo repito, estad siempre alegres. Que
todos reconozcan vuestra clemencia. El Señor está cerca.
Nada os preocupe”.
Recomienda que deben ocuparse de todo lo que es
verdadero, noble, justo, puro, amable y loable, de toda
virtud y de todo valor.
Antes de terminar la carta quiere agradecer el envío al
que se refirió antes.
Al mismo tiempo quiere hacer profesión
independencia y libertad para su misión apostólica.
de
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Aunque sea
débil del Señor recibe fuerzas para soportar lo que sea.
TEMA PARA REFLEXIONAR:
Leer la Carta para hacernos la siguiente pregunta:
¿Qué problemas actuales tiene la Iglesia del siglo XXI y
que esta carta de Pablo nos puede ayudar a superar?
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