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lenguaje

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Neurociencia del Lenguaje. Bases neurológicas e implicaciones clínicas
F. Cuetos
Madrid, Médica Panamericana, 2011, pp. 115-124
ISBN: 978-84-9835-391-4
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y comunicación pública en cualquier medio y de cualquier forma.
Neurociencia del Lenguaje
Bases neurológicas e implicaciones clínicas
Fernando Cuetos Vega
Catedrático de Psicología Básica,
Departamento de Psicología,
Universidad de Oviedo
6
EDITORIAL M~DICA
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panamericana
BUENOS AIRES - BOGOTÁ- CARACAS · MADRID
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Impreso en España
CAPÍTULO 8, Pragmática
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de todos los enunciados. Debido a ello, y también al supuesto de que todo enunciado, por el
mero hecho de ser proferido, implica la presunción de su relevancia y provoca en eJ oyente un razonamiento inferencia!, los enunciados
figurados o no literales no son vistos por esta
teoría como un tipo «especial» o «anómalo»
de lenguaje, sino como una manifestación más
(aunque quizá más extrema e ilustrativa) de la
naturaleza ostensivo-inferencia! de la comun icación bumana.
La reoría de la relevancia, al igual que su predecesora, la teoría de la cooperación, es una
teoría cognitiva de la comunicación. En ambas
se concede un papel esencial a los procesos de
atribución de estados mentales enrre los participantes en los intercambios comunicativos
y, por ello, a la capacidad humana de razonar
(deductivameme) y de crear meta rrepresentaciones, esto es, representaciones mentales de
otras representaciones. El carácter metarrepresentacional de la comunicación inferenciaJ
se aprecia de forma particu larmente clara en
la formulación que hacen estas teorías de los
accos comunicativos. Estos actos comprenden
dos estratos de intenciones superpuestos: en
primer lugar, una intención informativa, consistente en hacer manifiestos al interlocucor
ciertos supuestos; y en segundo lugar, una intención comunicativa, que estriba en hacer que
el interlocutor reconozca la intención informativa anterior. La intención informativa es una
metarrepresemación de «segundo orden», pues
persigue crear en la mente del interlocutor la
representación de un estado de cosas («A pretende que B piense p»), en tanto que La intención comunicativa es una metarrepresentación
de tercer orden, dado que pretende el reconocimiento de la intención informativa del hablante por parte del interlocutor («A pretende
que B reconozca que A quiere l», donde I es la
intención informativa).
En los próximos apartados revisaremos las
competencias y los procesos cognitivos que
subyacen al uso comunicativo del lenguaje, incluyendo sus correlatos cerebrales y sus principales alteraciones. Esta materia constituye el
111
núcleo de las üwestigaciones sobre Pragmática
del Lenguaje (también llamada «Pragmática
Experimental») de las que h a surgido una materia que se empieza a conocer como «Neuropragmática».7
PRAGMÁTICA DEL LENGIUAJE
Y PROCESOS PSICOLINGÜÍSTICOS
Las investigaciones prag,rnáticas han abarcado, en las últimas décadas, fenómenos muy
diversos y dispares, como la organización y regulación de diálogos y conversaciones, el procesamiento de enunciados figurados (peticiones indirectas, metáforas, modismos, ironías,
proverbios, etc.), la realización de las llamadas
«implicamras escalares» o implicaturas que se
derivan de términos lógico:s, como los cuantificadores y otros operadores (ej. : verbos modales como «poder» o «debier», o conjunciones
como «y» u «O»), la coordtinación gescos-lenguaje en Los actos de hablat, y otros muchos.8
Sin embargo, la mayor parte de los estudios se
ha referido a la derivación de inferencias pragmáticas en distintas clases ide enunciados, por
lo que serán los procesos die derivación de imp lican1ras escalares y, sobre: todo, los de comprensión de enunciados figurados, los que cen trarán a partir de ahora nuestro interés.
La comprensión de enunciados
con términos lógicos
El uso de térmi nos lógicos en el lenguaje natural es un ámbito apropia·do para plantear el
problema de las relaciones entre la Semántica
y la Pragmática, asunto al q¡ue ya hemos aludido anteriormente en este capítulo. Una de las
preguntas más relevantes ail respecto es la de
hasta qué punto los seres humanos se ajustan
a las reglas de la lógica formal en sus procesos
de razonamiento y de interpretación de enunciados, cuestión que entrornca con la discusión
sobre el papel de las inferencias pragmáticas
en la comprensión, y con el problema, más
general, de la hipotética «racionalidad» de los
acros comunicativos.
11
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- - -------
l
NEUROCIENCIA DEL LENGUA.JE
Entre las inforc11c:1:1 rn.h c,rnJL1J.1-. en relación con este prohknM, se cncucnrran las
llanuda, .. impl1~.uur.h c.-.c1l:lrc-.•, inferencias
pragm.ític.1' 4ue e rcali1.an ,ohrc operadores
lógico,, como ...tl&uno<>" u • o •, que forman
parte de una esenia con distinto-. grados de
•ÍUerz.1 inlorm.uh
ª"·
l ..'l ÍUl'r:t;\ iníormati,·a
equivale .1 la cx1cn,i6n tJm' nlc:uu.1 b referencia de l,t, cxprc,ionc' lingiihrkas en la:. que
se utiliz.111 l ' ' ' º ' opcr;1Jorcs. ¡\,¡, la escala de
los cu;:1111 i f u..1dorc" 't' put·dt ordenar, según
su fuerza mform:ll 1v.1, Jl· la .,¡~u1cmc manera:
1todos > l.1 111.1) orm dt· ?- 11111chos ~ algunos
~ poco:-.1, domk cada miL·mbrn de la esca la
mtrodm.c un w 11¡u11to igu.11 o mayor de elementos que el que le ,¡glll'. Otro canto ocmre
con lo' npcr;tdon•, I> · o 1; ,1s1 ...Juan estudia
inglés y fr.1ncc"' ddinc un conjunto 1gual o
mayor <.k lcn~uas (dos) <.jUl' "Juan cstudia inglé:. u fr.1m:6•, J;1dn l)Ul' "') .. rit•nc siempre una
lecrura indmi\'.l, mil·lllr.1 . . <.¡Ul' •<>• puede tener
una b.rur..1 inc.:ht\IV:l (•cualquiera de ellas» o
d1wunm .t (•St~lo Utl.l Je ella,•). .-\..., l:t" cosas.
en ~in:u1Nandas en l.1 ~1uc un habl.mtc puede
elegir un opC'rador cnn rn:t) or fuerta informati\'3 (•todo, .. o•>•) y cligl· uno de menor fuerl3 (•alg1111n,.. u •o•), d u"u Je e'to' últimos
induce un.1 impli<."Jtur,1 t''>l .1l.tr por pani: del
mente. C\to é,, l.1 1ntcrl"nci.:i dt· que, al usar lo~
opcradorc' mcnm f11Ntn, el h.1blanrc preteudl' rle(tnir un rn11ju1110 m.h pcquc1io de refe1
0
re1Hc,, dc
l'\1l'
modo, .. ., 1~11 nos•"
\C
interpreta
co111(111mt'llll como "•H> rudo-. .. (;uinquc, desde
un pumo de v1 ..1:1 lóg1w, 1;1111bié11 es congruente o compadhll• ¡;011 "mdO'i»), )' «O», como un
operador tk d ...yunc 1ú11 ( 11110 u orro, pero no
ambos..).
l n' e,tuJim dnlic.1do' .11 pr<xcs.1mii:nto de
implicarurn ... 1.:~cal.trl'' ,.,. h.m propuesto averiguar en qu~ mcdid,1 el ,jg11iík1do lógico de las
exprc.,iunc' lingliii;til'as tjlll' h:iccn ll'>O de operadure' 16gko" t' acti,·a o no en una etapa de
procesamienw prc,·i.1 a l.t rt•afüación de estas
implic.nur.1~ pragmaucas. Alguno., resultados
muc,cran un imcresante concrn~te cnrre el
moJn <lt• rrol"Cdcr de lrn. niños )' de los aduJto,. ¡\,¡, algunos e wdio h:m comprobado
que lo' niño-. Je ~ a 7 .1ño 11c.·mlcn .1 favorecer una inccrprct:l\.ÍÓn l<'1gica e.le enunci:tdos
como ·Todo., los cn:mos tJllC se comieron un.i
fresa o un plat.1110 \.Oll!>Íguicron un Ji:uname..
(en e'>tc ca'º· la i1m·rprc1.1ción inclm.iv.1 frcnce a la disyuntiva). En c.11nhao, c·,tudios efectuados con :adulto' rt'\ cl.m tJllC "'to~ ¡urecen
preferir un.1 intcrpr cmdc1n pragm:iric<t Jt· r:iles
enuna.idos ba-.ad:t l'll implk:1111r:t-. cscnbrc...
Esto se ha puesto Je manif 1t''>to 1a1110 l'll t.ueas
explícnas de 111idos como t•n t m•1., 11nplícíra..
que exploran lo!. pro,·t·,os 'obrl' b m;1rcha. 1
En contraste con l'''°" d.11 o~, 01 ros esrndms
experiment'alcs y algunos 1rah:ijo' 1.:011 registro
de potencinlc' l'Vncadm .1rrnj.111 1111 pal rón de
resulrado<. Ji.,tinto tJlll' 111d1l.I qlll', en vc1 Je
derivarse auro111.itica111t·mc o «prn dC"ÍC1.r<»·, b<,
implicatt1r.h l''" 1l.1re., 'Oll proi:csc" comp.1r.uivamente 111.t... h.•nto,, dcpcnc.l1cn1l'S Jd conrcxro y .. racionalc,•.
El comr.hre entre lm n.: uhndus con niño"
v con adultos 'C ha interpretado ap !.indo :l la
Ídea de que las implicatums es1..-abrc.s contribuyen a cnriquc.-c1.:r prngmálic.imcmc el ,jgnificado proposicional, pero .1' mi,,mo tiemf'O requieren Ull ffi.l}Of t'SÍUl'f/O de JllCX:C....amil·nro )".
por tanto, .se k11lnn in.h .11 :.ikanú· de.· lo ... aduleo-. que de.· lo~ niños. F~1UJio' rl·cicn1cs apormn
e\ idcncia l.'ll c .. tc 'cntidu, ni n11nprnh.ir '-JUC los
parricipJn11:!> 11cm.kn n Jcrivar c.•I sig11ific;1Ju lógico <le los 1.11unci.1do,, y 110 " " i111plil.:nt11ras
escabres, 1.u.i11d11 w rt•¡1li1..111 t.1n-;h 1.llll 11U)'Or
demanda o 1...1rg.1 dl· proi;c,.1111i1..111 o. Por cn<lc,
se ha obscrv:itlo que cxi-.1c11 i111por1arncs diferencias indiv1du.1lc' t•n la ,,1p.K1d.1d c.lc los sujetos aduleo., p.1r.1 c.lni,.11 c..,tl 11p11 dl· 1111pli1..Jrura~.
Procesos cognitivos y comprensión
de enunciados fl&urados
Los enunciaJrn. íigur::ulos un aquello., l'n lo,
que St' produce una Ji,crc.-pancia entre '>ll ,jgnificado litcral ()·.1 ~a lmgüi~uco o propo... icional) y lo que el h.thlante quiere dar n cnren<lt:r
cuando lo' proíicre. E prccis.1mcnr~ por e'rn
discrepancia por lo que t~ s1os cnun1.:i;1Jo, han
CAPÍT\JLD 8J Pragmática
I
resulrado de especial interés para los psicolingüisras, y se han convertido en el cenero de numerosos estudios empíricos dirigidos a clarificar tanto la naturaleza como el curso temporal
de los procesos implicados en la derivación de
sus múltiples significados.
Desde la perspectiva de la reoría pragmática clásica, los enunciados figurados son actos
de habla que transgreden una o varias de las
máximas de la conversación y que, por tanto, requieren implicaturas conversacionales
para su comprensión.4 Desde esta teoría, por
orra parte, se en6ende que La construcción del
significado de enunciados figurados parte necesariamente de la representación del sentido
literal y descontextualizado del enunciado, y
que sólo a partir de operaciones opcionales
de inferencia, más costosas que las empleadas
para formular el significado literal, se llega a
recuperar su sentido figurado. Sin embargo,
esra concepción tradicional ha perdido peso
frente a la idea de que los significados literaJ y
figurado a menudo no se distinguen tan nítidamente, y de que este último se puede activar de
manera independiente e incluso de forma preferente al literal. A este cambio de opinión han
contribuido las propuestas de la teoría de la relevancia (que ya comentamos), pero también, y
especialmente, los numerosos estudios que se
han dado a conocer en las últimas décadas sobre el procesamiento de enunciados figurados
en tiempo real en personas neurológicamente
sanas y en pacientes con alteraciones de diversas clases (darios cerebrales sobrevenidos en
la vida adulta y localizados en distintas áreas,
trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia
o la esquizotipia, o trastornos del desarrollo,
como eJ autismo).
Los enunciados figurados no constituyen un
conjunto bien definido y uniforme de objetos
lingüísticos. Por una parte, los criterios empleados para clasificarlos en categorías son
diversos; así, en las peticiones indirectas y las
ironías, se recurre a la intención del hablante como criterio distintivo para definir este
tipo de emisiones, mientras que en el caso
de las metáforas se apela más a las relaciones
11
semánticas entre conceptos. Por otra parte,
incluso dentro de cada ca1tegoría, encontramos subtipos relativamente diferenciados de
enunciados, que emergen de propiedades o
variables también muy div1ersas. Por ejemplo,
las metáforas y los modismos, pero no tanto las
ironías, se pueden clasi ficair en función de su
grado de convencionalidad o familiaridad;
los modismos, pero no así las ironías o las
metáforas, se presran a ser clasificados según
la plausibilidad de su interpretación literal o
la composicionalidad de su significado es decir, la posibilidad de reconstruir su sentido a
partir de las partes que lo componen; los modismos, las metáforas y las peticiones indirectas, aunque no las ironías, se pueden enjuiciar
según su grado de rransparencia semántica, es
decir, la proximidad entre sus interpretaciones literal y figurada.
Tambíén cabe destacar que el contexto no
influye del mismo modo en la interpretación
de los distintos tipos de en1Uociados figurados,
dado que parece desempe·ñar un papel más
decisivo en las peticiones indirectas y en las
ironías que en las metáforas o los modismos.
Por último, conviene advertir que un mismo
enunciado puede tener un valor pragmático
múltiple; por poner un caso extremo, un modismo metafórico se puede emplear de manera
irónica para hacer una petiición indirecta (por
ejemplo, una madre pierde la paciencia al ver
que, en plena época de exámenes, su hijo aún
110 ha empezado a esrudiarr y le dice: «{Vas a
seguir hincando los codos de esa manera toda
la tarde?»).
El principaJ objetivo de la investigación sobre el procesamiento de enunciados no literales es desemraúar las relaciones entre sus significados lüeral y figurado, a fin de determinar
hasta qué punto la recuperación del sentido
literal es un proceso obligatorio y previo a la
derivación del significado no literal. lmimamente vinculado a este objetivo general, está
el de averiguar cuáles son los mecanismos de
procesamienro implicados en la comprensión
de esta clase de enunciados y determinar en
qué medida estos mecanísrnos son específicos
•
NEUROCIENCIA DEL LENGUAJE
de dominio, es decir, forman un módulo cognitivo o, por el contrario, se aplican a la comprensión de enunciados llngüísticos de manera
inespecífica. Una parte importante de la evidencia al respecto está vinculada al hallazgo
de estructuras cerebrales compactas y especializadas en estos procesos, y de pruebas de la
susceptibilidad de Jos mismos a alteraciones
selectivas.
En la actualidad, como ya se comentó, la
mayor parte de Jos modelos de procesamiento
de enunciados figurados defiende el carácter
interactivo de los procesos de interpretación
semántica y pragmática, o, lo que es lo mismo, la idea de que no hay una Línea divisoria clara entre la computación del significado
literal y la interpretación de las intenciones
del hablante. 10 La prevalencia de uno u otro
significado en distintos momentos del procesamiento depende de variables como la familiaridad y frecuencia relativas de los significados, la convencionalidad del uso figurado de
las expresiones o la transparencia semántica
del enunciado y la consiguiente plausibiJjdad
de su interpretación literal. Todas estas variables pueden conspirar o pugnar enrre ellas a
favor de una u otra interpretación a lo largo
del proceso de comprensión, hasta dar con el
significado pertinente. Así descrito, el proceso
de interpretación de un enunciado se halla determinado por la prominencia relativa de sus
posibles significados, y por ello no cabe hablar
tanto de una dicotomía entre el sentido literal y el no li teral, como de una escala gradual,
en la que se disponen los diversos significados
atribuibles al mismo. 11 Si tomamos el ejemplo de los modismos, nos encontramos con
que hay modismos que sólo parecen admitir
un sentido figurado, dada la implausibilidad,
o incluso la anomalía, de cualquier interpretación literal (ej .: «hacer el indio»), mientras
que hay otros que sólo podrían interpretarse
de modo figurado en un contexto sesgado (ej.:
«lavarse las manos»).
Dado el extenso repertorio de expresiones
figuradas que encontramos en el lenguaje
narural y la diversidad de variab les que las
caracterizan, resulta difícil extraer conclusiones generales sobre el procesamiento de
este tipo de enunciados. No obstante, antes de proceder a la exposición separada de
las tres categorías que vamos a examinar, se
pueden hacer dos observaciones aplicables a
todas ellas, y que tienen que ver con el pape l
de l contexto en la activación del significado
no literal. La primera observación es que el
contexto afecta por igual a la derivación del
sentido literal y del sentido figurado de u11
enunciado, de lo que se deduce que el significado literal (lingüístico o proposicional)
no se activa por defecto n i es, por tanto, insensible aJ contexto en el que aparece. 12 Una
propuesta interesante a este respecto es la que
sugiere que, al interpretar un enunciado, se
da inicialmente una primacía del significado
literal en un nivel local, es decir, a l interpretar los primeros constituyentes del enunciado.
Estos, sin embargo, pueden activar de inmediato representaciones no literales que condicionen la interpretación de los constituyentes
sucesivos, hasta el punto de que el sentido literal del enunciado puede quedar postergado
o cancelado en relación a otras interpretaci.ones no literales del mismo. En consecuencia,
la interpretación literal del enunciado en su
totalidad a menudo no llega a computarse en
absoluto.3
La segunda observación es que el papel del
contexto está modulado por otras variables,
como la prominencia del significado {literal o
figurado) de la expresión o la convencionalidad y La frecuencia de los diversos usos de
Ja misma. Así, se ha comprobado que los vehículos muy convencionales de metáforas nominales (ej.: «firme», «duro», «débil», en expresiones como «aquel profesor era muy ... »)
activan su sentido metafórico con independencia del contexto en que se emplean las
metáforas. De un modo similar, los modismos
poco transparentes semánticamente y cuyo final es altamente predecible (ej.: «rasgarse ... [las
vestiduras]») se procesan con extrema rapidez,
incluso antes de que haya concJujdo su emisión
completa.
CAPÍTULO 8 . Prngmatica
Comprensión de metaforas
L:.i nll't,ilor.1 e' un ac.ro de pn.·JkJc.ión por el
que un c.om:cpto de un dom111io \C inccrprcta a
trnvé" de un 1.onccpto pcrcl·ncdcntc a un dominio Ji,11nto. L1 prcd1w1..1{m nll'tafóri1..'l sirve
norrn.1lmcntc P•tra idcntifi1.:.u o, mj, propiamente. J'lJr.1 Jtrihuir propied.1Jc'> a lo-. rcferentt>S o ccmn·pm' que c1c.•n h.1jo '>ll dominio. La
metJÍOr.1 c.omprcndc ,¡empre do' clemenros:
el vehículo, c.om:cpw qm· dl·,t:mpcñJ 13 función Je rrcd11..;1Jo, } el tópico () tenor, que es
el .ugunwnto objcro de predicación. Así, en la
expresión mct.1í6rica uE~c hombre es una máquin:t», cl SN «ese l10mbn:» es el tenor del que
se predic....1 que C!. «una tn:k¡uina», que •tctúa
como vchkulo Je la mct:it'or;1.
L1 fu111.u)n de prcdi1...1c.1<'m qerc1Ja por las
mcc.ítor.1' 't.: ha mtcrprct.1do Je d1vcr o moJo,, lllll: ..e puc.Jcn entender e.orno operacionc.~ P'tc.ologic.1~: bien como una '>mtirución de
com.xpto">. In que pre... uponc la arnbuc1ón inicial de un ..,¡~niíic.'3do literal que e-. reemplazado
por otro no litcr-.il, bien como una comparación
implícita, éll l:t cual la prcdi1.-.K1ón '><.' dccrúa a
p:imr <.k un <.ote10 e.le.· r.10,go' cncrc conccpcos
(tenor v H:hu."l1lo). o h1cn como la cacegorización de. un concepto (d tl'nor) como miembro
de una dcrl'rminac.l.1 cl.N:, rcpre-.cmada por el
vchteulo.·
Un r.l',~U tntt.'ré.,ante dl' mul.hao, metáforas
e!. el hedio d1: que son falsa\ c.:n '>U 1ntcrpre1ac1611 l11cral. h10 '-C h.1ce p.ucmc en :iqucllas
que reln<.:ion.111 dominio~ co 1ic.:ep111:i le::. disjunros, es decir, que cnrcct·n de rasgos comunes
que permitan una comparal.'iún directa entre
ello-. (c.11 co, l'I c.1.,0 en mcc.1fora' t:omo «Roberto c.·-. una .1pt'>on:iJorJ"). l n i:amb10, los
enunciado' mcr.1 f6ril.'.m 111:~am·o, (e¡.: ningún hombre e'> una i-.1.l •). ll igu.11 que aquello, qul' rcbdonan concepto' pertcneciences
a c.lominio., que t:nmp.1nen n'gº'' (ej.· .. Mi
hijo e., un bcbíJ .. ), pueden 'cr lirt·ralmenre 'erdadl'ro'>. 1..1 r.1l<,c:dad ltteral de la mayoría de
'ª' mct.ífora'> J1sunguc c-.ct· tipo dt· enunciado' de bucn.1 parte de lo\ mml1'mO!. ~· también dl' lm cnunc1:ldo' dedaram º' irónicos,
•
que sí pueden entcnJc.·N.", en 'u .1<.epoon l1tcral. como ,·cnf.1dcrw•.
De
di\ e"·'" c.ue-.unnt''> pbmcad.I\ l'n b
invesugación ,obre. la c.omprcn'10ll Je mi:r.\loras, nos v;:uno' .1 cc.>ntrar en Jo, e'trcLhamcnte relac1onada,: por un lado, el mcl.'.;tni..mo de
procesam1enro que.· w h.tlln en la r.1iz de b mterpretac1(m Je c'te ttpo di: cnu111:1ado'>; ), por
otro, d c.1r.kter, m.h o meno' .1uromjric:o o
encap<;ulado, de lo' pmcc:-.o<, e.le c.ompre1hión
de metáfora.,. Nuc-.1r.1 cxpo'>ic1ón <,e cc..•111r:i a
las llamada:. mer.Hora~ "nominale..,,., aquellas
que presentan In c'trucrnrn «A es /J,., donde A
es el cenor de In n11:tMllr~1 }' /J s11 vehículo.
Existen dos com:epcionc:; nltcrnarivn" en mr·
no al 111ec.1ni'>nHl responsable dl' b inu:rprcración de cm111c1ado., mcrafóm:t>'>. La primera
corresponde .11 modelo de emparejamiento c~­
trucrural, •que.• c.onc.1hl: l.1 compren'16n de metáforas como un procc.>'o Je c.umparaci<>n implícita de lo-. ra-.~o' 'em3nnco' del tenor y el
vehículo. E'rc proc.e'o '>C llev.1 J 1..1ho de torma
aucom.ítka. mediante el almcamttlllO pJrJlclo
de la estrucrur.1 jer.lrqmLn Je ra,go'> lk ambos
concepto > l.1 c.:omparac1c>n Je amha'> c,trucrura!.. De c'ta compara1..1c'>n -.urgen Jo-. con1unro~
de rasgo,, uno de ra<.~O'> comune'> al tenor )
al vehkulo y otro de ra ...go-. J1,parc'i. 1a com·
pren 1ón de l.1 meráíor.1 1,c complcc.1, en una
segunda crap.1, con un pr,>c.l's<> dt :11nhuc1ón
o proyecc16n de uno o vano<, de tm. r~"Sº" dt'pares del 'chkulo '>Obre el tenor. h1c úlcimo
proceso !>e l'ntiendl· como 11110 upcr:ic:ión inferencia! no a11ro1rnhka 11i obligntoria.
La postura altcrnnciva corrcspomle al modelo de i n d u ~i6 n de clac;es, 1.¡11e concibe In
metáfora como un prot:c<,o de c.ucgori1.nci611,
en \ irtud del cu.11 el tenor 'e imcrprcta como
un e¡cmpl.1r perrcnec1emc a l:l d.i'ie de fenómenos que dcnot.1 el vchiculo. 11 El modelo
de mctu ... u)n de cl.1'c' rcl.haza l.1 exi,tcncta de
un proce'>O mid.11 de con1p.u.1d611 dt ra,go!>
y, por tanto, '><Nicne que b comprcn'1Ón depend' únll..tmcntc del prcice'o de t:aregonzación, que comtdcra auwm.hteo \, por tanto,
no infcrcnc1al. Scglln C'>fe modelo, to., \'ehículo de la'> met.ífor.l'> tienen un <..lr.Ktcr ~du3t ...
'ª'
•
NEUROCIENCIA DEL LENGUAJE
en La medida en que pueden interpretarse en
clave literal, a la vez que representan, en su
dimensión metafórica, una o varias categorías
abstractas.
Ambos modelos coinciden en afirmar el
carácter automático, incluso obligatorio, del
proceso de comprensión del significado figurado, Lo que se pone de manifiesta en la dificultad de inhibir o ignorar el significado no literal de enunciados que se pueden interpretar
como metafóricos. Este efecto de «interferencia de la metáfora» se observó en un estudio
ya clásico de verificación de oraciones, 15 en el
que se pedía a los participantes que juzgaran
la verdad o falsedad de enunciados de cuatro
clases: metáforas literalmente falsas («algunos
empleos son cárceles»), metáforas mezcladas («algunas flautas son cárceles») y enunciados literales verdaderos («a lgunos pájaros
son gorriones») y fa lsos («algunos pájaros son
cárceles»). Los resultados mostraron que los
parricipantes tardaban más tiempo en juzgar
como falsos los enunciados metafóricos que
los enunciados literales falsos y las metáforas
mezcladas, lo que viene a indicar que el sentido figurado, y posiblemente verdadero, de
las metáforas, se activa de manera automática
e interfiere con la recuperación de su sentido
literal, que es falso.
Por otra parte, los dos modelos arriba mencionados difieren en su manera de entender
la relación entre las metáforas y los símiles, o
comparaciones literales entre conceptos (ej.:
«Roberto es como una apisonadora»). Para el
modelo de alineamiento estructural, en las primeras fases del proceso de comprensión, las
metáforas, sobre todo las novedosas, se entienden de la misma manera que los sími les, pues
en ambos casos el proceso está guiado por Ia
comparación de rasgos, una comparación implícita, en el caso de las metáforas, y explícita,
en el de los símiles. Las metáforas convencionaJes no precisarían de este proceso inicial de
alineamiento, y por ello se comprenden con
más facilidad y rapidez que Los símiles. Por su
parte, el modelo de inclusión de clases sostiene que todas Las metáforas, convencionales o
novedosas, se comprenden más deprisa que
los símiles, dado que sólo estos últimos requieren una comparación de rasgos. A tenor
de ello, la convencionalidad de las metáforas,
una propiedad asociada al vehículo, resulta
ser una característica crucial para comparar
los dos modelos en disputa, pues cada uno de
ellos hace predicciones distintas del efecto de
esta variable en la comprensión de enunciados metafóricos.
La prueba más concluyente a favor del modelo de alineamiento estructural a este respecto
es la observación de que se tarda más tiempo
en comprender metáforas novedosas que símiles novedosos, mientras que las metáforas convencionales se comprenden más rápido que los
símiles convencionaJes. Por su parte, el modelo
de inclusión de clases sostiene que la convencionaJidad del vehículo no interviene de forma
aislada, sino en interacción con otras variables
como la «calidad» de Ja metáfora. Esta variable
se ha definido como el grado en el que el significado figurado del vehículo expresa una característica importante del tenor, y constituye
una medida subjetiva de la relación entre los
términos que intervienen en la construcción de
la metáfora. Las pruebas más favorables a esta
hipótesis son las que revelan que el efecto de la
convencionalidad del veMculo en la comprensión está subordinado a variables como la caüdad de la metáfora, y se da en interacción con
cierras propiedades del tenor, como el grado
de restricción que éste impone en el procesamiento del vehículo y en la comprensión global de la metáfora.
Por último, interesa comentar que los partidarios del modelo de inclusión de clases mantienen que, si una metáfora es novedosa, se
crea una categoría abstracta de orden superior
representada por el vehículo, mientras que si
la metáfora es convencional, el significado metafórico se recupera directamente de la entrada léxica del vehículo en el sistema semántico.
Esta concepción de la metáfora como un problema léxico-conceptual es la que defienden
algunos teóricos de la relevancia. Desde esta
perspectiva, la comprensión de metáforas se
cnt1t:nc.le como un proccc;o de 1.01Mrucc1ón de
wnct'ptm ad hoc, en el que el '>tgnifk.1do del
vehículo, que e difuso o genérko, w :1ndo no
.1bic:rtamencc ami 1guo, es cnriq11l'cido para ser
1.omhin::ido con el signif1c::1do c.lel tenor en el
proc.:e-.o e.le 1nccrpreración. E te pro1.c'>O de enriquecimiento puede suponer, bil'n un •C!>trech.1micnco~ por elección de rJ ..go.,, o bien una
.1mpl1ac1ón· por adición de prnp1edac.lt> aJ
'>l~ntfK.ido original del \'Chículo. > con,nruye
un tftmplo del fenómeno de enriquccinuento
pragmJtico- 4ue, ...egún la rcoriJ e.le IJ rclevanc1n, interviene en la generación e.le explicaturns p:irn obtener el sig nificado prnposicio na l
del cnunciado. 11' De este modo, tanto la ceoriJ dt.• b rele\•ancia como el modelo Je indude clase<. conrempl:m la comprt'INÓn de
mctMoras como un proceso \ 101.ul.tdo m.is a
b Jem ación del significado propm1rnm.il del
t•nunciado que a la derivación de 11npltcaruras
pr•lgmáticas.
"º"
Comprensión de modismos
Lo-. modismos o expresionc' idiom.iricas
-.on enunciados de varia~ palahr•l' (por lo
gent'ral, sintagmas verbalc. y locu1.1ones ad\'crh1alcs) que expresan de m:mcr.1 figurada
dio,nmoc, tipos de igniíicado'>, prcfonblemenrc e\cntos (•ra car e l.1 barriga .., •bu-.car tres
pie., .11 µtoo), cualidades de C\tnro-. u ob¡eros
( 'ª trancas ) barranca<;• . wdc g<>lpc ) purra"º"), o actitudes («esrar wlgaJo,. de alguien o
algo). Por otrn parte, desde el punto de vista
granrnric:i l, los modismos tampoco constituyen un grupo uniforme de cxprc.,1one'>. Oc la
amplia \ .medad de cipo<; exi\tCntC'>, en C'>te
.ip.utado no., cenrraremo~ en lo' mod..,moo;
qm: pn:...enran la estrucrur.i de un '>tntagma
\ crb.11 formado por un \'Crbo 'icgu1c.lo de un
SN t.lcfinido {ej.: ..estirar la p.11.1•), por ser
C\tc tipo de modismo, sin duda, el que m.is se
ha c-.tudiado.
l.o~ modic;mo::. presenrnn un.1 \ene de caracrcrís1icac; que justifican su 111rcrés para los inve~11gadores. Por una parre. varían en 'u grado Je transparencia semántica, o, lo lJUe e<t lo
mismo, en la pro,imidad entre su '>ignificado
lingiií'>t1co > su \entido figurado. El hcdw de
qm· algunm modi'imo::. tengan un signif1c;1do
literal pb11'>1blc («;1guantar el chaparr(m .. ) )
otro'> no {·dorar la píldora»), permttc an.1 l11ar
el papl'I que ¡uega el significado lingiiíi,rn:o de
esca\ c'pre'>iones en la imcrprcraci1)n de '>ll
senuJo pr.1~mát1co. A!.í, cabe ::.uponer 1¡uc en
moJ1-.mch rr:in~parence' d 1g111fic.1Ju ltteral e-. m.i\ .1c'-c.,1ble (o 111clu o toe\ irablc). en el
cur'o del prn~e :tm1cnco, que en lo-, modi,mo-;
opaco,. Por orra parte, lo~ modismo'> dif1crl'n
en In d1111en!>icSn de compo•sicionnlidod 'letll.in·
tica y, c.:orrclntivamcnrc a ello, en su procluctivídad '>i11d1.:lica y morfológica. f.,to pcrmire
suponer que .1lguno\ modi mo-; \e proc;c,an Je
manera compo'>tcion.il. o ..ea, corno -.mt.1gm.l'>
u ora1.1ont.·., ( morder t'I anzuelo ), micnrra'>
que orro' -.e interpretan glob:tlmentc como
p1e7.J'> lc\11:,1... no dc.,compomblei. ( h.11.er d
indio..). 1
Lo-. modelo' p 1colingüí rico<, que dan 1.uenta del proccsamienro de modio;;mo \C dts·
ringul'll uno' de otro!> en la 1mportanci.1 que
conceden a lo' proceso' dt· dcscoc.lificacicín linglií'>t11.a en el ncccso al !lignificado 1diom.ínc.:o
de e'>Cil'> C\prcc;ione~. Los moddo'l e.le nccc\O
directo al '>t'nttdo figurado defienden la idc.i
de que lo'> modismo., se procesan como p1c1 t\
lé,ll 1, ~. 1.on-.ecuentemence, '>O'>tiencn tJlle lm
prcx:c"o' de compren'>ión son mJ ,rn.,ihlc., .11
conrc\to en que -.e in,erm el modl\mo qut al
significado de sus componentes. Otro~ modelos, en cn mbio, conceden un pnpcl 111:b relevante a lo'> procesos léxicos y -;inr:kricoN en In
comprcn,ión, "' bien admiren qut: el p.1pd de
esto' proc;c'º' en el acceso al 'ignific:ido f1gurado e' lmm.ulo. De acuerdo con la dcnominaJa h1p6te 1s configuracional, c-,ms moddos
'>O'>nenen que no ha~ razones para c;uponcr qu\!
lo) modi!.mo~ se procesen en \ 1rntd de operacionc' o 1tlt.'~i\111-;mo~ específicos, dbtmto'> de
Los procc'º' psicolingüísrico., de comprcm1<>n
de oradone... l.:l diferencia esrriba en la f.11mliaridaJ del moc.li<.mo y en la «prec.lict1h1 liJad•
de su .,1gnlÍkndo idiomático. Así, en modl'>mos alt;imt•ntc familiares y prcdecihlc' de'>de
'º'
11
NEUROCIENCIA DEL LENGUAJE
su inicio («estirar ... la pata»), se accede antes
al sentido idiomático de la expresión que al
significado literal, situación que se invierte
cuando el modismo es de baja familiaridad
y no predecible («poner el dedo en la.. . llaga» )Y Esta predicción se ha confirmado en
estudios de reconocimiento de palabras con
priming transmoda l, en los que los participantes deben juzgar el estatus léxico de estímul.os
asociados con los sentidos literal y figurado
del modismo.
Por otra parte, y también de acuerdo con la
hipótesis configuracional, hay pruebas de que
el procesamiento sintáctico de las expresiones
idiomáticas no queda desactivado una vez que
se ha accedido al significado figurado del modismo. Así, se ha observado que al presentar
modismos composicionales y predecibles incompletos, se tarda menos tiempo en identificar una palabra no relacionada, pero de la misma categoría gramatical que la palabra omitida
del modismo (ej.: «lista» en lugar de «toalla»
en «tirar la ... »), que una palabra no relacionada de orra categoría gramatical («rompeP>, en
el ejemplo anterior). Esto parece indicar que
la estructura sinráctica del enunciado se mantiene activa aun cuando se haya descartado la
inrerpretación literal del modismo. 1 ~ Además,
la comprensión del significado figurado de los
modismos (especialmente de los ambiguos)
exige la inhibición del significado Uteral o irrelevante de la expresión, lo que se ha vincu lado
con un mecanismo ejecutivo llamado «mecanismo de supresión». Cuando falla este mecanismo, corno ocurre en algunos trastornos
neuropsicológicos, los sujetos se muestran muy
sensibles a la interferencia de la acepción literal de los modismos, especialmente si ésta se
hace explícita en la tarea experimental y constituye una alternativa de respuesta congruenre
con el producto del análisis lingüístico (sinráctico) del enunciado.
En conclusión, al igual que sucede con las
metáforas, el procesamiento de las expresiones
idiomáticas depende de factores tamo incrú1secos a las propias expresiones (como la transparencia semántica, la fami liaridad, la predictibili-
dad o la composicionalidad), como extrmsccos
a ellas (como el contexto o la capacidad de
suprimir significados irrelevantes). También es
co1nún a lo observado en el procesamiento de
metáforas que la rapidez y la automaticidad con
que se procesan los modismos no supone que
los mecanismos implicados en su interpretación
sean específicos de dominio ni, por tanto, distintos de los que intervienen en el procesamienro de enunciados literales.
Comprensión de ironías
La ironía verbal• es una fo rma de burla o
crítica disimuJada que se emplea habitualmente con el propósito de crear un efecto pragmático (perlocutivo) en el oyente y, a la vez,
transmitir o mantener una cierta imagen del
hablante ante la audiencia. Al igual que ocurre con Jos modismos, los enunciados irónicos
no se hallan asociados a ninguna estructura
li ngüística en particular, y así, para expresar
actitudes irónicas, se pueden emplear enunciados declarativos, interrogativos (como en
las preguntas retóricas) o exclamativos (como
en .las hipérboles).
La ironía verbal presenta características peculiares que la distinguen de las restames clases
de enunciados figurados:
• En primer lugar, junto a las peticiones indirectas, las ironías dependen más que otros
actos de babia del contexto en el que se emiren y de ciertas señales ostensivas que las
acompañan, como gestos facia les o una entonación particular.
• En segundo lugar, la ironía es un fenómeno
más claramente pragmático que semántico,
roda vez que descansa en implicaturas con ver, Tanto la ironía como Ja meráfora son conceptos que
sobrepasan los límires del lenguaje. Así como es concebible pensar en Ja metáfora como un fenómeno conceptual
que se puede manifestar de forma no lingüísrica (ej.: mediante imágenes), rambién la ironía puede darse en situaciones no formuladas en términos verbales. en las que se
da un conrrasre emre la expecrariva de un suceso y un
desenlace contrario o dísrinro al esperado.
CAPÍTULO 8 . Pragtnática
sacionales y, por ello pertenece a la esfera de
lo «implicado» por el hablante, y no de lo que
el hablante dice explícitamente (significado
proposicional). En consonancia con esta idea,
se ha obse1·vado que el rendimiento en la
comprensión de ironías depende, entre otras,
de la posesión de habilidades de teoría de la
mente, en particular de la capacidad de atribuir estados mentales de segundo orden («yo
creo que tú crees que p»), así como de control
metacognitivo {funciones ejecutivas). 19
• Una tercera característica de la iro1úa es su
estrecha vincuJación con normas y expectativas sociales de carácter extralingüístico. Estas expectativas, que normalmente se refieren a sucesos deseables o de signo positivo,
proporcionan la base para evaluar hechos o
comportamientos, por lo general censurables
o negativos, que justifican el uso de comentarios irónicos. Esto explica el sentido crítico
o ridiculizador que suele tener la ironía, así
como su carácter presuntamente asimétrico,
esro es, el hecho de que un comentario formulado como «falso elogio» («iTú siempre
tan educado!», para expresar burla o disgusto por un comportamiento incívico) se perciba normalmente como más irónico que uno
expresado como «falsa crítica» («iTú siempre
tan grosero!», dicho con la intención de elogiar un comportamiento educado). 2º
Las investigaciones psicológicas sobre la ironía se interesan primordialmente por estudiar
las variables que regulan la eficacia comunicativa de los enunciados irónicos, en lo que atañe
tamo a la comprensión de las intenciones del
hablante como a la evaluación de sus actitudes.
El objetivo es descubrir cuál es la propiedad o
el ingrediente esencial de las ironías y, en relación con esto, aclarar el papel que desempeña
el significado literal del enunciado en la comprensión . La respuesta tradicional a estos interrogantes es que, al expresar una ironía, el
hablante pretende dar a entender lo contrario
de lo que dice. Sin embargo, esta caracterización de la ironía presupone que Jos juicios irónicos expresan siempre creencias falsas, lo cual
11
resulta problemático, por varias razones: en
primer lugar, porque no todas las ironías expresa11 creencias directamente, sino que pueden manifestar una gama muy variada de actitudes proposicionales (preguntas, peticiones,
actitudes emocionales, etc.); en segundo lugar,
porque, en el caso de que las ironías expresen
creencias, éstas no tienen por qué ser necesariamente falsas; y, en tercer lugar, porque en
las ironías no siempre se da una oposici611 entre lo dicho y lo implicado, como ilustran las
hipérboles y las preguntas retóricas emitidas
con intención irónica.
Dado que no parece haber un «mecanismo
semántico» al que apelar para dar cuenta de la
ironía, se han propuesto diversas explicaciones
pragmáticas complementarias del fenóm eno.
Una de ellas afirma que lo característico de la
ironía es la mención, por parte del habl.anre, de
un hecho del que pretende tomar distancia para
expresar una actintd de crítica, burla o rechazo hacia él. Por tanto, al emplear Ja ironía, el
hablante se sitúa en un plano metalingi.iístico,
como el que se adopta al citar textualmente los
comentarios proferidos por otra persona. Conviene aclarar, no obstante, que bajo el punto de
vista de esta explicación, no se considera necesaria la mención explícita del hecho que la suscita, sino que es suficiente cualquier a/u$ÍÓn o
recordatorio indirecto del mismo o de un hecho
relacionado. Abundando en esta idea, hay quien
sostiene que, en la ironfa, el hablante adopta de
manera simulada el papel de orro para expresar
juicios y actitudes que en realidad no comparte
y que, por tanto, se deben interpretar en clave
no Literal. Por otra parte, hay que subrayar que,
para que la ironía tenga eficacia comunicativa,
al componente alusivo, destinado a atraer la
atención del oyente hacia tma expectativa (normalmente incumptida en el hecho que se juzga),
se le debe agregar un elemento que muestre de
manera ostensiva la «insinceridad» del hablante
al expresar su comentario.
Hasta la fecha, los estudios empíricos sobre el procesamiento de ironías en tiempo
real han arrojado resultados bastante consistentes, que muestran que la interpretación
•
NEUROCIENCIA DE.L LENGUAJE
~~===::::::=:====:=::::=====================::::=
de enunciado,, irónico' comporra tiempos de
re::icción, en rarc:t~ de decisión léxica, y tiempo de lccrura 1guJIC'> o mayore • pero ounca menores, que lo'> de '>U'> corrcspondienres
\'ersioncs liccrale~. A<lem.is, esro estudios
ponen de relieve que d significado literal de
un t:nunciado irónico en contexto se halla
disponible anre que el figurado, y no queda
suprimido cuando se accede a este úlrimo. 21
Esros rc)ulrado!. indican, pues, que el acceso
al significado figurndo de los enunciados irónicos n:quierc un tiempo :i.diciona l de procesamie nto, en com paración con l;i activación
de su sen tid o li tcrn l, y que a mbos sig nificados
pcrm::i ncccn dis po nib les un a vez que se reco noce el scnri<lo figurndo de.! la ironía. A la luz
de estos daros. se :iprccia una diferencia d igna de resaltar en los proccl>OS de derivación
del :-ignificado no literal entre la ironías,
por una parre, y la~ metáfora y lo modismos, por orra. l..a comprensión de metáforas
y modismo'> depende de procel>O rápidos,
auromárícos e indcpcn<l1entl!s de contex-ro
que, aun \icndo pragmático\, no requieren Ja
re::ilización de implicatura,, sino únicamente
operaciones de cnr1quccimicnro léxico, ranro mác; cuanro m:ís fomiliarc y rransparenres
sean los enunciados figurados. En cambio,
la comprensión de ironías se apoya en p rocesos m:ís lentos y controlados de inferencia
pragrmhica que ~o n , adcrná!t, <lepcndienres
del contexto, y ponen en juego habi lidades
cogn irivas de índole ntás comp leja, como las
in fc renc i:is mcn ro listns y b s capacidades d e
control cjccurivo.
ARQUITECTURA NEUROCOGNITIVA
DEL PROCESAMIENTO PRAGMÁTICO
DEL LENGUAJE
Comprensión de enunciados figurados:
estudio de ta actJvldad cerebral en
personas sin alteraciones neurológicas
El empleo dt: técnicas de registro de la actividad cerebral en los e:.ru<laos del procesamienro de enunciados figurados por parte
de persona sin aheracione-. neurológicas o
cognitivas está aporrando numero os darol>
reveladore l>Obre IJ arqu11ectura funcional
de e ros proceso . Para empezar, hemo de
destacar do ob ervacione~ fundamentales:
la primera es que la comprcn~i6n de enunciados no literalc" abarca circuico neuronales ampliamenrc d1srribu1do por la correza cerebral (lóbulos frontal, temporal )
parietal}; la segundn es 1.1ue estos círcuiros
comprenden las ::lrcas clásicas al.ociadas al
p rocesamiento de l lenguaje en e l hemisferio
izq uie r do, pero rambié n regio nes homólogas
a estas á reas del le ng uaje c n e l hemis fe ri o
d e recho, C11yns fun ciones son rod aví:l o bjeto
d e d ebate.
En tareas de comprensión de metáforas,
djversos estudios de neuroimagen han revelado la activación de rcgionel> de los lóbu los
fronta l, temporal y pariera! de ambo hemisferios. Así, en un escudio pionero con romografía por em1 16n de po itrone (PET),! 1 e
observó acrivación en la-; rcgione~ prefrontal
}' frontal, las carcunvolucione!t rcmporales
media e inferior, el polo rcmporal ) la región del precúneo en el lóbulo pariecal del
hemjsferio izquierdo, así como en las áreas
prefronral ) fronta l, temporal media, el precúneo y el dngulo posrerior del hemi ferio
dere1:ho. Esro daros se han vi!>tO confirmados más reciemcmcnre en estudios con
imágenes por resonancia magnética funciona l (RM f), que han moscrado actividad en
la c irc unvolu ció n fro n rn l in fe rior izquierd a
(área d e Broca y ad yaccnrcs) y tn mbi é n en e l
ló bul o te m pornl inferior y b s regiones m ed ia e in ferior del lóbu lo temporal roster ior
del he misferio izq11ierdo. En 01 ros estudios
más recientes;u se han descubierro parrones
de activación diferente en la comprensión
de metáforal. familiares y nove<lol.a'>, caracreriz.ándose estas úlrimas por un parrón que
se extiende por regione" de amboi. hemisferios (áreas prcmororal> y región de la ínsula), y orras exclusiva~ c.lel henm.ferio derecho
(región homóloga 31 área de Wernicke) y del
izquierdo (área de Broca) (figura 8. 1).
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