Subido por Gustavo Velázquez Lazcano

Don Quijote, un héroe incomprendido

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Don Quijote, un héroe incomprendido
La identidad del personaje cervantino más icónico de la lengua española siempre ha vacilado
entre la figura del héroe y la del tonto. No importa si el texto se lee desde una perspectiva
romántica o bajo un prisma renacentista. Esto se debe a que la sabiduría de las palabras de don
Quijote compite a la par de sus desvaríos. De manera que, para el lector actual y pasado, le es
difícil juzgar el buen seso del protagonista, a quien “se le secó el celebro” (DQ I, I), tildándolo las
más veces de necio que de sabio.
El presente ensayo analiza su figura heroica a través de 1) sus intenciones para ser caballero,
2) sus actos bélicos y pacíficos, y 3) sus discursos y diálogos. De esta manera, se busca
demostrar cómo su locura no constituye sino el evento principal del nacimiento de su identidad
heroica, una heroicidad que no se ha vuelto convencional pese al pasar de los siglos.
Según una encuesta de Schlenker et al. realizada a estudiantes de periodismo, se suele pensar
que los héroes son desinteresados y altruistas (330). Sin embargo, como bien dice Ruth
parafraseando las conclusiones de Allen: “Don Quixote’s weaknesses and strengths revolve
around two defining qualities of his character […] to achieve fame and to save the world from
evil. The first goal suggests pride, the second, faith” (269). Podría considerarse como banalidad
su búsqueda de fama y aun más cuando don Quijote espera que escriban sus aventuras. Y por
esto, imita incluso las penitencias del ilustre Amadís de Gaula (DQ I, XXV). No obstante, la fama
que persigue don Quijote no está basada en las palabras, sino en ser un “caballero conocido por
sus obras” (I, XXI). De forma que don Quijote no es un héroe pasivamente idealista, como podría
serlo cualquier lector de los libros de caballerías, sino que él mismo se convierte en el héroe que
quiere ser, pese a frisar “los cincuenta años” (I, I). Sale con diligencia a los caminos para desfazer
tuertos, sufrir pedradas y apaleamientos, dientes menos y aun una oreja cortada. Para él, “Las
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feridas que se reciben en las batallas antes dan honra que la quitan” (I, XV). De manera que, si
bien su heroísmo no es desinteresado, no es por eso menos admirado. Persigue una fama bien
merecida, sí, pero mediante el seguimiento al pie de la letra de los altos ideales de los libros de
caballerías, con sus asperezas y maltratos.
Se puede objetar, sin embargo, que sus acciones producen más destrozos que beneficios y
que esto le resta simpatía por parte de los lectores (Russell 324). Además, poco ayuda la actitud
de don Quijote, quien se excusa de sus estropicios aludiendo a los “hechizos” de sus enemigos:
“aquel sabio Frestón que me robó el aposento y los libros ha vuelto estos gigantes en molinos,
por quitarme la gloria de su vencimiento” (DQ I, VIII). No obstante, poco o nada se le puede
increpar al buen ánimo con que afronta todas sus empresas, incluso las más peligrosas.
Asimismo, no hay que olvidar que cruza más coloquios e interacciones pacíficas con los demás
personajes que embestidas de su lanza. Y si bien don Quijote se autonombra y actúa como un
caballero andante, dejándose consumir por su segunda identidad, no es menos cierto que también
mejora la realidad de sus coetáneos, hasta el punto de hacer “de una posada un castillo; de unas
cortesanas, unas doncellas, y de una mujer rústica, el amor de su vida” (Velázquez). Es un héroe
que, si bien aparenta no arreglar la realidad externa de los personajes, sí trastoca su realidad
interna, enalteciéndolos a su estado.
En este sentido, sus discursos van a la par de sus acciones. Sus pensamientos intachables y
utópicos constituyen un buen reflejo de sus actos caballerescos, como cuando ensalza los
beneficios de la edad dorada ante los cabreros: “entonces los que en ella vivían ignoraban estas
dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes” (DQ I, XI). Su
hablar es tan grandilocuente e hilvana tan bien los argumentado que Sancho lo considera mejor
“para predicador que para caballero andante” (I, XVIII). Sin embargo, pese a enaltecer el género
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humano y creer en el beneficio de su profesión, todos se ríen de él al verlo en su armadura. No lo
desprecian sólo por sus aficiones medievales, sino, sobre todo, por su docta forma de expresarse.
Mientras que los incultos como Sancho y los cabreros aprecian sus discursos, las personas leídas
engloban sus palabras e ideales en el mundo de la ficción, junto a los libros de caballería, como
cuando afirma el ventero: “no seré yo tan loco que me haga caballero andante, que bien veo que
ahora no se usa lo que se usaba en aquel tiempo” (I, XXXII). Así pues, don Quijote sobresale por
encima de los demás fanáticos de las novelas de caballería en que él sí toma su caballo, pregona
y busca implantar la justicia. Pone en práctica cuanto ha leído y ahí radica su locura.
En conclusión, se aprecia que la incomprensión heroica de don Quijote se manifiesta en su
lucha por mantenerse en la esfera del heroísmo, enfrentándose a los maltratos, los achaques, las
burlas y a la misma razón. Obra a fuerza de voluntad y de autosugestión, de forma que sus
intenciones, acciones y palabras lo hacen resaltar frente a su sociedad, algo que nunca hubiera
alcanzado como Alonso Quijano, pues, como bien señala Russell: “Don Quijote, too, in the few
pages when we see him restored to sanity just before his death, has become, in terms of his new,
sane, identity, an uninteresting and conventional figure” (322). El encanto de la heroicidad del
Quijote está en su locura, en mejorar su realidad con su imaginación y en pugnar abiertamente
contra las carcajadas de los demás. Y a un hombre que lucha en favor de la justicia y de sus
valores no se le puede tildar de tonto.
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Bibliografía
El Saffar, Ruth. “‘Apropos of Don Quixote: Hero or Fool?”. MLN, vol. 85, no. 2, Hispanic
Issue, Mar. 1970, pp. 269-273.
Rico, Federico, editor. Don Quijote de la Mancha. Alfaguara, 2017. E-book.
Russell, P.E. “‘Don Quixote’ as a Funny Book”. The Modern Language Review, vol. 64, no. 2,
Apr. 1969, pp. 312-326.
Schlenker, Barry R. et al. “What Makes A Hero? The Impact of Integrity on Admiration and
Interpersonal Judgment”. Journal of Personality, vol. 76, no. 2, Apr. 2008, pp. 323-355.
Velázquez Lazcano, Gustavo. “El idealismo del Quijote”, Aeroletras, 12 Sep 2020,
https://www.aeroletras.org/personajes/el-idealismo-del-quijote.
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