El Sistema de Virtudes y la segunda Epístola de San Pedro en el Beato Chaminade Por Oscar Tokumura Octubre 2016 1. Relación entre el Sistema de Virtudes y la segunda Epístola de San Pedro En el documento núm. 3, "Explicación de la segunda Epístola de San Pedro", -redactado por el P. Chevaux (1796-1875)- encontramos el desarrollo más amplio de la relación entre la Epístola petrina y el encadenamiento de las virtudes del Sistema, entre los marianistas de la primera hora. A pie de página se señala que el trabajo del P. Chevaux manifiesta «el alto interés que merecía a nuestros antepasados, en seguimiento del Fundador, el texto de S. Pedro (II Petri, 1,5-9)»1. El P. Chevaux es considerado “uno de los mejores sino el mejor discípulo del P. Chaminade2”3. Entre las diversas fuentes de las que pudo haber bebido el Beato Chaminade, quizá la más saltante es la Ignaciana. La relación con sus dos hermanos, sacerdotes de la Compañía de Jesús, la formación en San Carlos de Mussidan y esto se deja ver en las primeras redacciones de Constituciones. De manera particular pareciera que recibió la influencia de un hijo de San Ignacio, el P. Clorivière4, quien funda una congregación llamada la Compañía de las Hijas del Corazón de María y que tendría muchos puntos en común con el chaminadiano Instituto de las Hijas de María. Pero más importante aún, parece que siguió muy de cerca el comentario del P. Clorovière, SJ en su Explication des Epîtres de Saint Pierre5-. “Aunque no se puede afirmar que el Padre Chaminade haya conocido personalmente al Padre de Clorivière, parece ser que ambos tuvieron amigos comunes, como Estebenet, en cuya casa se alojó el padre de Clorivière cuando pasó por Burdeos en 1814”6. En la comprensión del Sistema de Virtudes dentro de la espiritualidad marianista es muy importante la “Dirección de la Compañía de María - Primer bosquejo de los ejercicios que 1 Cf. Nota a pie de página en Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 339. El P. Chevaux se refiere explícitamente al Fundador en las circulares sig. Número 8, pág. 7; número 23, pág. 4 y 5; número 29, pág1; número 33, pág. 3. 3 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 32. 4 Cf. Jean-Claude Delas, Regla de Vida, en Diccionario de la Regla de la Vida Marianista, Dir. Ambrogio Albano, SM, Madrid 1990, p. 635. 5 Cf. Nota a pie de página en Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 339. 6 Cf. Jean-Claude Delas, Regla de Vida, en Diccionario de la Regla de la Vida Marianista, Dir. Ambrogio Albano, SM, Madrid 1990, p. 635. 2 preceden”7. En dicho documento, después de enumerar las virtudes del Sistema, se afirma que: “Todas estas virtudes de preparación, de depuración y de consumación se nos indican en el texto de S. Pedro…”8 que es transcrito a renglón seguido. A pie de página se señala que el trabajo del P. Chevaux manifiesta «el alto interés que merecía a nuestros antepasados, en seguimiento del Fundador, el texto de S. Pedro (II Petri, 1,5-9)»9. El P. Chevaux es considerado “uno de los mejores sino el mejor discípulo del P. Chaminade10”11. En The Spirit of our Foundation se añade en una nota a pie de página: “On the other hand, it would seem that only a very general similarity exists between the virtues enumerated by St. Peter and those contained in the guidance method” 12. A. La segunda Epístola de San Pedro en las Constituciones Marianistas de 1839 y 1859 En las Constituciones Primitivas de la Compañía de María (1839) aparece una referencia a la Epístola de San Pedro: "la dirección que deben dar los maestros de novicios no es arbitraria: deben seguir fielmente la que está prescrita por el 'Manual de Dirección', la cual no tiene tampoco nada de arbitrario, puesto que es la que dio Jesucristo por San Pedro (2 Pe 1, 5-7), su vicario en la tierra"13. Por ello exhorta a los maestros de novicios: "Penétrense de la doctrina contenida en el encadenamiento de virtudes que indica el santo Apóstol"14. El "Manual de Dirección" que prescribiría un método formativo basado en la segunda Epístola del Apóstol Pedro, aludido en la cita precedente, fue un proyecto muy estimado por el Padre Chaminade pero, lamentablemente, diversos inconvenientes le impidieron llevarlo a cabo. Efectivamente el primer documento precursor de las Constituciones de la Sociedad de María (1839) afirma: “La dirección que deben dar los maestros de novicios no es arbitraria; deben seguir fielmente la que se prescribe en el manual de dirección, la cual tampoco es arbitraria, ya que es la misma que dio Jesucristo por San Pedro, su vicario en la tierra. Deben, pues, penetrarse 7 Escritos de Dirección vol. I, SM, Madrid 1964, art. 1230-1432. Escritos de Dirección vol. I, SM, Madrid 1964, art. 1238. 9 Cf. Nota a pie de página en Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 339. 10 El P. Chevaux se refiere explícitamente al Fundador en las circulares sig. Número 8, pág. 7; número 23, pág. 4 y 5; número 29, pág1; número 33, pág. 3. 11 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 32. 12 Nota 49 en The Spirit of our Foundation vol. IV, Marianist Resources Commision, St. Louis 1977, p. 213 13 Beato Guillermo José Chaminade, Constituciones Primitivas de la Compañía de María (1839), SM, Madrid 1963, art. 336. 14 Beato Guillermo José Chaminade, Constituciones Primitivas de la Compañía de María (1839), SM, Madrid 1963, art. 336. 8 bien ellos mismos de la doctrina contenida en el encadenamiento de virtudes que hace el santo Apóstol”15. Esta referencia a la Segunda Carta de San Pedro aparece también en la Constitución de 1859 en el mismo artículo16, sin embargo en las Constituciones revisadas en 1864 por el Capítulo General17, con el bien parecer de la Santa sede en 186918, se suprime dicha referencia en una versión más simplificada del documento. La Aprobación Pontificia de las Constituciones marianistas llegaría recién en 189119 Sin embargo, respecto al pasaje de la segunda Epístola petrina, algunos autores afirman que el padre Chaminade lo presenta como: “un texto básico. Parece haberlo enseñado frecuentemente como punto de partida de su sistema: «Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el discernimiento, al discernimiento la templanza, a la templanza la paciencia en el sufrimiento, la paciencia en el sufrimiento la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad» (2Pe 1,5-7). El padre Chaminade desarrolla su sistema de virtudes o ejercicios espirituales partiendo de este texto20”21. B. “Dirección de la Compañía - Primer bosquejo” El segundo documento más antiguo en el que se menciona la segunda Epístola de Pedro es la ya mencionada la “Dirección de la Compañía de María - Primer bosquejo de los ejercicios que preceden”…”22, escrito entre los años 1859 y 1860, en la sección de las Virtudes de Consumación: “1238. (Nota- Todas estas virtudes de preparación, de depuración y de consumación se nos23 indican en el texto de S. Pedro: «Esforzaos por ir por medio de la virtud, de la virtud a la ciencia, de la ciencia a la abstinencia, de la abstinencia a la paciencia, de la paciencia a la piedad, de la piedad al amor de la fraternidad, del amor24 de la fraternidad a la caridad divina. 15 Constituciones Primitivas de la Compañía de María 1839, SM, Madrid 1963, art. 336, p.79. Cf. Constitutions de la Société de Marie, art. 336, Maison Lafargue, Bordeaux 1859, p. 75. 17 Cf. Constitutions de la Société de Marie revisées par le Chapitre General de 1864, Chauvin, París 1864. 18 Cf. Decreto dado en Roma, por el Card. Quaglia, Prefecto de la Sagrada Congregación para los Obispos y los Religiosos, el 30 de enero de 1869. 19 Jean-Claude Delas, Regla de Vida, en Diccionario de la Regla de la Vida Marianista, Dir. Ambrogio Albano, SM, Madrid 1990, p. 641. 20 Jean-Baptiste ARMBRUSTER SM (ed.), Marianist Direction III, n.º 635. La palabra «discernimiento» figura en la traducción inglesa y está tomada de «The New American Bible». Es algo original en esa traducción. 21 Norbert Brockman SM, Discernimiento, en Diccionario de la Regla de la Vida Marianista, Dir. Ambrogio Albano, Madrid, SM 1990, pp. 243-244. 22 Escritos de Dirección vol. II, SM, Madrid 1964, p. 300. 23 Nota 14 en la versión francesa original en Ecrits de Direction, vol. I, p. 368: “OO: «vous»”. 24 Nota 15 en la versión francesa original en Ecrits de Direction, vol. I, p. 369: “Lag.: «…de la fraternité et de l´amoure de la fraternité…»”. 16 Por la práctica de estas virtudes llegaremos al perfecto25 conocimiento de Jesucristo y a la vida eterna. Amén».26) 27 A pesar de haber sido escrito dos décadas después que las Constituciones Primitivas, este documento tiene una gran importancia pues es el primer desarrollo –aunque elemental- que ensaya Chaminade del Sistema de Virtudes además de reiterar el lugar significativo que tiene la segunda Epístola de San Pedro. C. La Segunda Carta de San Pedro entre los primeros marianistas Entre los primeros discípulos de Chaminade no fueron pocos los que señalaron la relación que tenía el Sistema de Virtudes con la Epístola petrina. Según el P. Rothéa28: “La doctrina encerrada en el encadenamiento de las virtudes de que habla San Pedro se encuentran también comprendida en este plan29, cambiando un poco el orden en el que van colocadas en esta segunda Epístola. 1. La fe, la virtud y la ciencia: trabajo de preparación. 2. Abstinencia y paciencia: trabajo de purificación. 3. Amor de los hermanos y caridad divina: consumación. 4. Piedad: oración y devoción a María.30 El P. Chevaux31, cuya importancia ya fue remarcada, afirma respecto a la Segunda Carta de San Pedro: “He ahí el encadenamiento: vocación al cristianismo, conocimiento de Dios y de Jesucristo, fe, virtud, ciencia, abstinencia, paciencia, piedad, amor fraterno, caridad. Pero fijémonos bien en que el Apóstol nos previene de que, para llegar a este feliz resultado de que nos habla, es preciso que la práctica de tales virtudes sea el primero y el más ardiente de todos nuestros cuidados. No nos dice que omitamos o descuidemos los demás cuidados que se refieren a las necesidades de la vida; pero sí nos advierte el hacerlo con la debida subordinación: Vos autem omnem curam suninferentes32. La primera advertencia del apóstol es la de unir a la fe la práctica de la virtud. Nuestra fe no es especulativa, sino práctica. No basta creer Nota 16 en la versión francesa original en Ecrits de Direction, vol. I, p. 369: “OO: …à la connaissaince de Jesus-Christ…” 26 Nota 17 en la versión francesa original en Ecrits de Direction, vol. I, p. 369: “Lag. Cite le texte de St Pierre sans le mettre entre parenthèses. Ce texte est tiré de la seconde Epitre de St Pierre, 1 5-8.” 27 Escritos de Dirección vol. II, SM, Madrid 1964, p. 302. 28 Cf. P. Ambruster, Introducción histórica en Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 8-16. 29 N.B. Se refiere a un plan de dirección espiritual propuesto para los noviciados. 30 P. Serge Rothéa, Carta al P. Chevaux, Courtefontaine, 27 de mayo de 1851, en Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 335. 31 Cf. P. Ambruster, Introducción histórica en Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 25-37. 32 Traducción de mismo Chevaux: “En cuanto a vosotros, antes de ocuparos de otras cosas…”, la Biblia de Jerusalén traduce: “Por esta misma razón poned el mayor empeño…” (2P, 1,5) 25 lo que todo cristiano debe creer; hay que vivir conforme a la fe. Es lo que nos quiere decir el apóstol por la palabra ministrate, que denota propiamente la acción de un criado que cumple todo lo que es de su oficio y que le está prescrito por su dueño. Es como si el apóstol dijera: «Al conocimiento que tenéis de la voluntad de vuestro Dueño, unid el cumplimiento de su voluntad. Haced lo que os diga, aunque ese cumplimiento os cueste trabajo.» El mismo concepto se extiende a las virtudes siguientes”33. Un aspecto importante es el lugar que le otorga el P. Chevaux a la virtud de la divina caridad. Nos dirá, refiriéndose a la piedad: “Sin embargo, la piedad debe quedar subordinada al amor de Dios el cual es una virtud de un orden superior porque se dirige hacia el mismo Dios a quien nos hace mirar, amar y servir en el prójimo como su obra, su imagen y su hijo querido. Este amor mismo es una rama de la divina caridad por la cual amamos a Dios en sí mismo y al prójimo por amor de Dios. No se pueden separar ambos amores; de otro modo, el amor hacia el prójimo no sería más que un amor humano y natural que no bastaría a un cristiano. Todo tiende hacia la caridad. Sin ella, todas las demás virtudes, aun cuando fuesen sobrenaturales quedarían sin mérito y sin vida. La caridad es la que une, embellece y corona todas las virtudes de que está compuesta la cadena que nos ofrece aquí el Príncipe de los Apóstoles. Cadena que comprende todos nuestros deberes para con Dios, para con el prójimo y para con nosotros mismos; cadena de gloria y de honor de la cual todo cristiano debe estar adornado como de un soberbio collar en testimonio de su obediencia perfecta para encontrar gracia y comparecer con gloria en presencia de Su Divina Majestad.34” En 1867 el P. Lagarde35 dirige unos retiros en Courtefontaine36 en donde desarrolla una propuesta del Sistema de Virtudes buscando ser fiel al espíritu de su Fundador. El P. Armbruster, quien dirige y comenta la edición de los Escritos de Dirección en la versión inglesa e incluida en la traducción castellana, afirma que: “Se trata de un trabajo muy original sobre el texto ya conocido de la 2da Epístola de San Pedro (1,5-7). El P. Lagarde, ha recogido así, según refiere el P. Demangeon, una tradición que se remonta al P. Chaminade por intermedio del P. Chevaux37. De hecho, en varios pasajes, desde el artículo 336 de las constituciones de 1839, este texto ha sido 33 P. Juan Chevaux, Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 340. P. Juan Chevaux, Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 355. 35 Cf. P. Ambruster, Introducción histórica en Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 48-55. 36 Cf. P. Luis de Lagarde, Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, pp. 269-295. 37 Ver Demangeon: Notas sobre el P. Simler, pág 16, y Recuerdos, página 47, caja 17. En estos recuerdos, el P. Demangeon se equivoca en la fecha, lo que le sucede a veces; no estando seguro, pone 1864-1865, debiendo ser 1867. 34 objeto de diversos escritos sobre la dirección. Sin embargo, parece que fue el P. Lagarde quien más se interesó por este tema38. Los Ejercicios que éste predicó en Courtefontaine, en 1867, son un comentario de este texto sagrado; un ensayo de armonización entre el texto citado y el sistema de ascetismo tradicional”39. “De estos Ejercicios en cuestión nos han llegado dos series de notas, las del P. Rebsomen y las del P. Foucot. El primero (1839-1910) era, en 1967, el P. Maestro de Ebermunster, después de haberlo sido en Graz (Austria), de 1860 1 1864. Como podíamos esperar de un hombre así, estas notas son esquemáticas. Ninguna amplificación hace, excepto para las pláticas. Su texto nos ha sido conservado en uno de sus cuadernos personales: ZZZZ, pág. 1 a 7. Este cuaderno se titula Colección «Colección de notas diversas, reglamentos y principios para los novicios, resúmenes y planes de pláticas, etc.» En la plática sobre la Compañía de María se encuentra citado el decreto de 1869, el cual «mantiene a la Compañía tal como ha sido siempre». Se ve, pues, que este texto es posterior en dos a la predicación del P. Lagarde. Ello nos lleva a suponer ya sea la existencia en aquel entonces de notas cogidas durante aquellos Ejercicios y perdidas actualmente, ya sea, como lo quiere la tradición, de un texto del P. Lagarde mismo. Este texto, sin embargo, no se ha encontrado en los papeles personales del Director de Stanislas”40. “El P. Lagarde había empezado un verdadero Manual de Dirección basado en el encadenamiento de virtudes dado por San Pedro. La introducción (párr. 635-645) se refiere explícitamente al Fundador (párr. 636). Después agrupa las virtudes según las tres etapas de la vida espiritual. A ellas también van referidos los diversos métodos de oración, lo mismo que las bienaventuranzas. Pero tal obra no se compuso nunca. Una cantidad considerable de fichas, agrupadas por virtudes, atestiguan la amplitud de la información que el autor quería dar como base a su trabajo. A menudo transcribe las ideas de Lallement y de Surin, dos autores también recomendados por el Padre Fundador. Más a menudo, las fichas son extractos de las Constituciones de 1869. Es última indicación nos demuestra que el trabajo fue emprendido por el joven Jefe de Celo entre 1868 y 1873”41. “Otros varios papeles o cuadernos, todo ello más o menos esbozado, testimonian los estudios emprendidos por el P. Lagarde con miras a una dirección coherente de las virtudes tomando por base la segunda Epístola de San Pedro. Así, nos encontramos con un cuaderno en que cada hoja lleva como título la indicación de una de las ocho virtudes 38 Lo mismo que el P. Chevaux copió de puño y letra un comentario francés de este texto de San Pedro (Cf. Documento núm. 3, párr. 731-785, e Introducción sobre el P. Chevaux), así también se encuentra en los papeles del P. Lagarde, copiado de su propia mano: “Commentaria Cornelii a Lapide in caput. I Espistolae II S. Petri.” 39 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 51. 40 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 51. 41 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 54. (Fides, Virtus, Scientia, Abstinentia, Patientia, Pietas, Amor fraternitas, Caritas) y en cada una de estas páginas, numerosos artículos de las constituciones. Otro pliego agrupa, bajo cada una de estas virtudes, ya sea artículos de las Constituciones, ya sean virtudes que aparecen más desarrolladas42”. A continuación reproducimos algunos de los numerales más significativos respecto a la relación entre el Sistema de Virtudes y la Epístola de Pedro, en el “Método de Dirección Espiritual en la Compañía de María” del P. Luis de Lagarde”43 y también algunas propuestas interesantes que propone como estructuración de las diversas virtudes del Sistema. “635. El plan del método de dirección propuesto a los religiosos de la Compañía de María está sacado de la II Epístola de San Pedro. Los materiales de este método están sacados a su vez, de las Constituciones de la Compañía de María”44. “636. En varias ocasiones, nuestro venerable Fundador, el P. Chaminade, designó el encadenamiento de las virtudes enumeradas por San Pedro como constitutivas de las bases de la dirección que entendía dar a la Compañía. Por otra parte, las Constituciones por las que ha organizado a nuestra familia religiosa no son otra cosa que los detalles de esa misma dirección. Tenemos, pues, en el método que damos la marcha por la cual nuestro Fundador entendía, con la gracia de Dios y la protección de la Virgen, conducir a sus hijos a la perfección religiosa”45. “637. El Apóstol San Pedro se expresa así: «Vos autem curam omnem subinferentes, ministrate in fide vestra, virtutem; in virtute autem, scientiam; in scientia autem, abstinentiam; in abstinentia autem, patientiam; in patientia autem, pietatem, in pietate autem, amorem fraternitatis; in amore autem, fraternitatis, caritatem». (II. Petri, 1, 5-7) «Poned vuestros cuidados en establecer sobre vuestra fe, la fortaleza46; sobre la fortaleza, la ciencia; sobre la ciencia, el renunciamiento; sobre el renunciamiento, la paciencia; sobre la paciencia, la piedad; sobre la piedad, el amor del prójimo; sobre el amor del prójimo, el amor de Dios»”47. 42 Ver documento núm. 5, párr. 789-818. Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 299. 44 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 299. 45 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 299. 46 NB: Nótese que el Beato Chaminade utiliza la palabra “fortaleza” -viene de la versión francesa- para referirse a la areté. 47 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 299. 43 “638. Estas ocho virtudes se dividen en tres grupos en relación con las tres fases que los maestros de la vida espiritual distinguen en el trabajo de la perfección: Virtudes de preparación: la fe, la fortaleza, la ciencia. Virtudes de formación: el renunciamiento, la paciencia, la piedad. Virtudes de consumación: el amor del prójimo y el amor de 48 Dios” . “639. Las virtudes de preparación corresponden a la vía purgativa. Las virtudes de formación son las de la vía iluminativa. Las virtudes de consumación son las peculiares de la vía unitiva”49. “640. Las virtudes de preparación deben ocupar particularmente la entrada en religión y el Noviciado. Las virtudes de formación se adquieren principalmente durante la profesión temporal. Las virtudes de consumación deben considerarse sobre todo en relación con la profesión definitiva”50. “641. Los métodos de oración que parecen convenir mejor a estas tres fases de la vida espiritual son las siguientes: La oración de recitación y de adhesión, para las virtudes de preparación. La oración por vía de meditación y aspiración, para las de formación. La oración de contemplación y de unión, para las virtudes de consumación”51. “642. Jesucristo se presenta de un modo distinto en cada una de estas fases: En la primera, dice: «Ego sum via». En la segunda, dice: «Ego sum veritas». En la tercera, dice: «Ego sum vita».”52 “643. Considerando por separado cada una de estas ocho virtudes cuya sucesión hemos dado, se encuentra que corresponden, en su orden, con las ocho bienaventuranzas enumeradas por el Señor en el capítulo V de San Mateo”53. 48 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 299. Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 299. 50 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 300. 51 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 300. 52 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 300. 53 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 300. 49 “644. Es fácil reconocer también que estas ocho virtudes corresponden igualmente con las peticiones de la oración dominical, pero tomándolas a éstas en orden inverso, porque San Pedro ha colocado las virtudes en orden creciente de excelencia, mientras que el Señor, en su oración, las ha colocado, por el contrario, orden decreciente respecto a su excelencia”54. “645. Pondremos de relieve estas diversas semejanzas a medida que tratemos de cada virtud por separado. La división de este pequeño trabajo se desprende naturalmente de cuanto acabamos de decir: Tres libros corresponden a cada una de las fases que hemos distinguido en la vida espiritual. En cada libro, un capítulo, un capítulo particular para cada una de las virtudes que en él se traten”. D. La Segunda Carta de San Pedro en algunos autores posteriores El P. Norbert Burns comentando “La Dirección de la Compañía de María – Primer bosquejo” nos dice, respecto al texto petrino, que: “The text is written under the characteristic «Nota» of Father Chaminade. The aligning of the Virtues with the text of St. Peter is found here for the first time. If father Lalanne had known of this connection certainly he would have mentioned it. None of the early commentators even suggest the existence of the plan according to the words of the Apostle. The only other text that carried the association of the Method with the words of St. Peter is found in the Constitution of the Society of Mary in 1839. And here, in this most important work of the Founder´s lifetime, the only mention of the Virtues is in the one Article in connection with the words of St. Peter.”55 “In this text the Founder Clearly links the Virtues with Faith as the beginning and end of his plan. As indicated by St. Peter, by Faith one begins to practice the Virtues that reach through the various stages of the Virtues and then arrive at the life of Faith, Hope and Charity. If this connection existed in 1829 why was it not mentioned in the Constitutions at that time? It appears as one of the few additional texts in the revised Constitutions ten years later. The Esprit de Notre Fondation considers this text of St. Peter as forming a second plan of Direction for the Society.56 Such is not the conclusion of this author. It would seem that the following possibility is feasible”57. 54 Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 300. Norbert Burns, SM, Ascetical formation at the origin of the Society of Mary, Angelicum, Rome 1955, p.160. 56 Cf. Esprit de Notre Fondation. Vol. IV, Chapter 3, p. 109, Note (1). 57 Norbert Burns, SM, Ascetical formation at the origin of the Society of Mary, Angelicum, Rome 1955, p.160. 55 “Brother David together with Father Chaminade drew up an original scheme of ascetical formation at the origin of the Two Religious group. It gradually developed as the early collaborators expanded its application and as it was actually used in the Novitiates of the Society during the first years. But the Founder was not satisfied. With this lifelong practice of basing himself only on the firm ground of Scripture and the Father he wished to place the Method in the over-all perspective of solid theology. As he worked at this Manual of Direction, his reflections brought him to the conclusion that with the necessary changes, the System of Virtues fit very well into the plan as outlined by St. Peter. To this effect, he drew up the Premier Jet for the work he wished to develop. Since he had determined on Faith as the characteristic point of his Spirituality, the words of St. Peter proved a perfect arrangement. When he worked out the final Constitutions in 1838 he added this Article on the Virtues, connecting it with St. Peter, and determining it as the Method that is proper to the Society of Mary. He hoped in the following years to develop this method”58. Serge Hospitale recalca, como hemos señalado anteriormente, que el Sistema de Virtudes, “no tiene nada de arbitrario, fundándose en «aquel que dio Jesucristo por medio de San Pedro, su vicario sobre la tierra» (Const 1839, art 336). Las Constituciones nos remiten al texto de 2Pe 1,5-7, pidiéndonos penetrarnos bien de la doctrina encerrada en el encadenamiento de estas virtudes (Cf. El uso de ello hace el padre Lagarde, ED III, 560-634 para un retiro; 786-818 para la Dirección; igualmente, el padre Chevaux: ED III, 731-785). San Pedro recuerda en primer lugar la vocación del cristiano: está llamado a entrar en comunión con la naturaleza divina (v 4), a escapar de la corrupción, al mismo tiempo por el poder operante de Aquel que la llama (v3) y por el esfuerzo personal, que consiste en la adquisición de las virtudes que él enumera (v5). Esta enumeración no es sin embargo un catálogo, sino una progresión dinámica, significada por la preposición griega en: la fuente de la que brota la virtud siguiente. Retomemos el texto de San Pedro: «De la fe surge la virtud (rectitud moral de vida), de la rectitud de vida viene el conocimiento, del conocimiento procede el dominio de sí mismo (o el dominio de sus deseos), del dominio de sí mismo brota la paciencia (o la constancia unida a la esperanza), de la paciencia nace la piedad (el culto dado a Dios) y manifestado por una vida religiosa), de la piedad viene el amor fraterno, del amor fraterno surge el amor de agapé»”59. 58 Norbert Burns, SM, Ascetical formation at the origin of the Society of Mary, Angelicum, Rome 1955, pp.160- 161. 59 Hospital SM, Serge, Virtudes Marianistas, en Diccionario de la Regla de la Vida Marianista, Dir. Ambrogio Albano, Madrid, SM 1990, p. 742. 2. Sobre el SV y la relación entre las virtudes: Sobre la relación entre las virtudes del Sistema de Chaminade hay múltiples ensayos desde los primeros inicios, tanto del mismo Beato como de los primeros discípulos, hasta nuestros días. Carol Ramy60 se pregunta: “Self-help? Climbing ladder? Arriving at the top? This is not what father Chaminade had in mind. This is not what father Joe Lackner writes about so eloquently. This is the reason we did not use the term “system” in the title. We chose Virtues for Mission. To engage in Father Chaminade´s Method is to accept the call of conversion- to being a missionary. In Marianist terms, it means accepting Mary´s mission of bringing Christ into the world- again, and again and again.”61 Y aclara añadiendo: “Like any system, there are logical components to Father Chaminade´s method of growing in virtue. Like any system, it requires us to know the parts and to commit to engaging in the various elements. However, it is not a process of climbing as a ladder-it is more like journeying on a complex path, with many twists, turns and crossovers. We will sometimes find ourselves traveling back over familiar ground, buy with a new sense of the journey”62 Serge Hospital afirma: “Notemos en este encadenamiento de las virtudes, las «tres que permanecen», la fe como fundamento (lo que es típicamente chaminadiano), la esperanza a lo largo del camino, y la caridad divina (agapé) como coronamiento. No pensemos en un encadenamiento cronológico, sino en un dinamismo moral. Sin embargo, la perfección del amor permanece como una meta ideal hacia la cual tendemos: la práctica de todas estas virtudes nos conduce a ella progresivamente. De este modo tendemos a nuestro fin: la conformidad con Cristo, en una perfecta caridad (cf RV 1).”63 A. Origen del Sistema de Virtudes y del concepto de “silencio” como virtud Sobre el origen del Sistema de Virtudes, incluyendo el concepto de silencio, aparentemente es una pregunta difícil, si no imposible de responder: 60 Directora del NACMS Carol Ramy, Foreword of Virtues for the Mission, Joseph Lackner, p.vii. 62 Carol Ramy, Foreword of Virtues for the Mission, Joseph Lackner, p.vii. 63 Hospital SM, Serge, Virtudes Marianistas, pp. 742-743; en Diccionario de la Regla de la Vida Marianista, Dir. Ambrogio Albano, SM, Madrid 1990. 61 “One question which arises is «Where did this System of Virtues come from?» Did Father Chaminade put it together himself? Is it something he developed theoretically and then tried to apply? Is it something which evolved over a period of years from his experience as a spiritual director? Is something he found in some other writer? Is it something he found in various elements in other writers and brought together into a systematic whole? I do not know, and I am not sure we can answer this kind of question”64. Según el Hno. Lawrence Cada la primera referencia al concepto de silencio aparece en el Grand Institut, un primer borrador de las Constituciones para las Hijas de María, redactado en 1815 por David Monier, bajo la dirección del Beato Chaminade. En el marco de las virtudes de preparación se afirma: “51. The first four of these principles within the object of the Institute are silence, recollection, obedience, support of mortifications. 53. She who does not know how to keep silence, does not know how to keep her soul. Pride dictates to her the hints which she drops about herself, and charity is preserved with difficulty when she speaks of another”65. Por otro lado, acerca del uso del P. Chaminade de la segunda Epístola de San Pedro en relación al Sistema de Virtudes, el tema es polémico, pero el P. Ambruster plantea que una de las posibilidades es que: “Henceforth, the linking of direction to this text of St. Peter will be, according to the testimony of the disciples of Father Chaminade, one of the characteristics of the Founder. Father Charles Rothèa, one of the most fervent disciples of Father Chaminade, writes to father Guillaume in 1857: «I am consoled, my dear Brother, at your warm reception of my feeble letters on the direction of St. Peter66, which is ours».”67 El p. Jorge-José Caillet68 (1790-1874) afirma: “De ahí se sigue que debéis tomar a pechos el avanzar sin cesar y el caminar de virtud en virtud. Pero no olvidéis que no lograréis llegar a ello más que en tanto que no perdáis de vista la máxima de la Imitación de Cristo que citaba en mi circular número 29: «El alma devota aprovecha mucho en el silencio y en el reposo». No echéis en saco roto 64 Joseph Sefanelli, SM, Our Marianist Heritage, NACMS, Dayton 2003, p. 77. Fr. William Joseph Chaminade, Grand Institut, 1815 en Grand Institut, Documentary Series, Document #3, Marianist Resources Commission, 1971, p.10. 66 Nótese que probablemente esta sea la primera (¿y la única?) ocasión en que se habla de una “Dirección de San Pedro”. 67 Marianist Direction, vol 4, Ed. Jean-Baptiste Armbruster, SM, Marianist Press, Dayton 1981, p. 367. 68 Cf. P. Ambruster, Introducción histórica en Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 17-25. 65 las recomendaciones que os hacía en aquella ocasión a este respecto, al citaros los artículos 127 y 249 de nuestras Constituciones69. Habéis comprendido que, si son aplicables al tiempo de las vacaciones, aún son más urgentes en otros momentos del año”. “Si insisto sobre este punto, si vuelvo incluso a él hoy mismo para entrar en mayores detalles, es por mi deseo de que captéis, cada vez más, su importancia; es por el miedo que tengo de que, en medio de las preocupaciones de estudios y clases, vuestras almas, al no estar bastante a salvo por el silencio, caigan en el agotamiento y en la languidez espiritual”. “Dejadme, pues, deciros con Isaías: «Vuestra fuerza residirá en el silencio y en la esperanza» (Is. 30,15); con Jeremías: «¡Qué bueno es esperar en el silencio la salud que Dios nos promete¡» (Lament. 3,26); y con San Pablo a los tesalonicenses: «Les conjuramos por Nuestro Señor Jesucristo, a que coman su pan trabajando en silencio» (II Tes. 3,12)”. “Pero para que el silencio llegue a ser un medio poderoso de recogimiento y de perfección, hay que tomarlo en toda su extensión; es decir, como una virtud que regula el alma, no sólo en la manifestación externa de sus ideas, por la palabra y por los signos, sino también en la manera íntima de conversar el alma consigo misma por medio de las imaginaciones, sentimientos y pasiones. De ahí, los cinco silencios de la palabra, de los signos, del espíritu, de la imaginación y de las pasiones”70. 69 En lo referente al pasaje de la Circular número 29 a la que remite el Buen Padre, ver Documento número 2, párr. 724-730. 70 Jorge-José Caillet, en Escritos de Dirección vol. III, SM, Madrid 1964, p. 98. Contents 1. Relación entre el Sistema de Virtudes y la segunda Epístola de San Pedro .................... 1 A. B. C. D. 2. La segunda Epístola de San Pedro en las Constituciones Marianistas de 1839 y 1859 2 “Dirección de la Compañía - Primer bosquejo” ........................................................... 3 La Segunda Carta de San Pedro entre los primeros marianistas .................................. 4 La Segunda Carta de San Pedro en algunos autores posteriores .................................. 9 Sobre el SV y la relación entre las virtudes: .................................................................. 11 A. Origen del Sistema de Virtudes y del concepto de “silencio” como virtud ............... 11