REFLEJOS EN UN LAGO DEL HIMALAYA Budismo desde la experiencia Jetsunma Tenzin Palmo 1 Práctica budista de calma. No caer en la tensión. Debemos aprender a relajarnos, a tener una mente espaciosa mientras la mantenemos clara. De esta forma podemos practicar con un sentido de apertura, y sin un nudo apretado de tensión. Si uno está tenso al comenzar, a medida que haga más práctica estará más tenso. Es un círculo vicioso. Una vez que se padece lung, uno se vuelve extremadamente tenso y nervioso. Debido a que se está tenso y nervioso se padece el lung. Es importante, por tanto, comenzar un poco más relajado y no hacer demasiado, igual que en el caso del ejercicio físico, para no hacerse daño. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 22. 2 Conciencia y mente. Las bases de estar despierto. En la meditación tratamos de entender la mente, de volvernos más conscientes, más atentos, más despiertos. Nuestras mentes generalmente están medio dormidas; aun en el momento en el que parece que estamos pensando mucho y somos muy vitales y estamos presentes, de hecho, nuestras reacciones son casi somnolientas, como de autómatas. Lo importante de la meditación es aprender a despertarnos, desarrollar mayor claridad, estar más atentos y estar absolutamente más en el momento. Se trata de ser conscientes del momento sin que continúen nuestras proyecciones, opiniones, ideas y charlatanería mental. En un nivel fundamental somos conciencia. Se trata de aprender a conectarnos con la conciencia, de cómo desarrollarla y estar con ella. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 27. 3 Motivación del Dharma. Aliviar la sed interior. El primer nivel de motivación genuina del darma está en darnos cuenta de que hay sufrimiento en el mundo y de que solamente por el hecho de crear circunstancias externas placenteras no se aliviará nuestra sed interior. Esta es la motivación más básica que podemos tener para la práctica del darma. Después de un tiempo, vamos a llegar a un punto en el que nos daremos cuenta de que nuestra vida es insegura y nunca sabremos qué va a pasar; no importa lo felices o apacibles que nos sintamos. Hoy estamos sanos, pero mañana podemos enfermarnos; hoy podemos estar con nuestros seres queridos, pero al otro día podríamos estar lejos. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 30. 4 Atención y motivación. La conciencia de largo plazo. El otro aspecto importante de la motivación es que debemos ser conscientes de ella en la vida cotidiana, debemos ser conscientes del cuerpo, de lo que hacemos, de cómo hablamos y de lo que pensamos. Debemos ser conscientes de lo que está detrás de todas las acciones. En el budismo hablamos mucho de ser conscientes, hablamos mucho de estar atentos. Una de las cosas más bellas de la práctica del zen es su énfasis en el hecho de integrar el estar atentos en las actividades cotidianas. Pero estar atentos no es suficiente; después de todo, ¡podemos estar muy atentos robando un banco! Por eso, debemos reconocer nuestras motivaciones más profundas. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 33. 5 Apego y deseo. Bien visto en Occidente. Pero el apego y el deseo en Occidente no son vistos como emociones negativas; después de todo, ¿en qué quedaría nuestra sociedad de consumo si no tuviésemos deseos? En general, el deseo es mirado como algo positivo, especialmente si lo podemos satisfacer. El deseo se mira como una fuerza de motivación, impulsa a la gente a salir, a comprar más y más, y mantiene la economía marchando. Es la idea que hay detrás de todo eso. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 35. 6 Apegos agradables. Nos da cierto placer. Dentro de ciertos límites, nos gusta tener un poco de apego, es agradable. Queremos ropas bonitas, buena comida, un lugar agradable para vivir, tener nuestros sentidos estimulados. Tenemos la idea de que si no nos apegamos a todas esas cosas, de alguna forma nnos volveremos fríos, secos y poco interesantes, así que no estamos muy motivados para renunciar a nuestros deseos. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 35. 7 Renuncia en el budismo. Cuerpo y mente. Pero renunciar a los juegos de la mente y simplemente sentarnos en un estado de apertura y claridad es la mayor renunciación. La mente es extremadamente glotona, y no sólo busca placeres externos sino también placeres mentales, que son aún más difíciles de abandonar. Pero, si podemos lograrlo, entraremos de manera natural en un estado de apertura, simplicidad y claridad, y eso lleva al comienzo del entendimiento. Esto sucede porque finalmente afrontamos la ignorancia, que es la raíz de toda negatividad. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 36. 8 Ética budista. No hacer daño a los demás. La ética budista se basa en poner en práctica el no hacer daño. Uno de los principales métodos de la enseñanza de la ética es seguir un código de preceptos. Hay cinco preceptos budistas básicos: no matar, no robar, no tener conductas sexuales inadecuadas, no mentir y no ser indulgente con el uso de sustancias tóxicas. No son mandamientos, son, simplemente, herramientas para ayudarnos a desarrollar comportamientos que no sean dañinos. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 41. 9 Generosidad y karma. Base de la prosperidad. En Oriente, la gente comprende la generosidad; creen que todo sucede por una cadena de causas y condiciones, así que, si quieren ser prósperos, tienen que crear las causas para la futura prosperidad. La causa de la prosperidad es la generosidad. Sabiendo esto, son felices dando y están muy agradecidos con quien recibe porque les permite acumular este buen karma. No sólo les ayuda a abrir sus corazones, sino que también planta semillas para su futura prosperidad. Por esa razón, cuando una persona da algo a otra, ésta no dice “gracias”, porque es la persona que da quien debería dar las gracias por la oportunidad de manifestar la generosidad. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 44. 10 Sentido del budismo. Sufrimiento y felicidad. El buda dijo: “Yo sólo enseño una cosa: el sufrimiento y el fin del sufrimiento”. Mirando a su alrededor había visto que las personas deseaban ser felices y, aun así, debido a su confusión, estaban creando continuamente más y más infelicidad para ellos y para otros. Les mostró el camino para transformar esa situación. Es como si estuviésemos atados con nudos y estirásemos en todas las direcciones tratando de desatarnos, pero, por no saber cómo, estiramos ciegamente los nudos y los apretamos cada vez más. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 52. 11 Mente y acciones. Efectos positivos y negativos. La mente no significa solamente el intelecto, también hace referencia al corazón porque sus bases están en el chakra del corazón, no en el del intelecto. El intelecto es el cerebro del ordenador, no la energía que lo mueve. Estamos permanentemente plantando semillas Cualquier acción originada en la ignorancia (es decir, en la confusión y el engaño), en la codicia, o en el deseo y en la ira o la aversión tendrá resultados negativos. No importa cómo la justifiquemos; nuestras justificaciones no importan. Lo importante es la motivación subyacente. Las acciones motivadas por un entendimiento claro, por el amor y por la generosidad tendrán resultados positivos. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 53. 12 Los tres venenos mentales. La rueda del samsara. Dentro de ellos están los seis reinos de la existencia y, en el centro, un círculo interior donde hay tres animales –un gallo, un cerdo y una serpiente–, cada uno mordiendo la cola del que está delante. El gallo representa el apego; la serpiente, la ira, y el cerdo, la ignorancia. Según la psicología budista, estas tres emociones negativas son las que mantienen la rueda del samsara girando. Es nuestra ignorancia sobre cómo son realmente las cosas lo que produce las emociones de apego e ira. En otras palabras, la ignorancia define lo que “yo quiero” y “no quiero” y gobierna la forma como vivimos. Pasamos toda la vida tratando de lograr aquello que nos gusta y de evitar lo que nos disgusta; estas emociones son las fuerzas que nos mantienen encadenados a la rueda. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 57. 13 Proyección de la mente. Los seis reinos. El pensamiento budista dice que, después de que pasamos a otros reinos y perdemos el sustrato físico que nos mantiene anclados aquí, el contenido de nuestra mente interior se proyecta al exterior y se convierte en nuestra realidad. Ya proyectamos bastante en este plano, pero la amplitud de nuestras proyecciones se creced cuando perdemos nuestra base física. Si la mente estaba llena de ira y de placeres sádicos por el dolor de otros, su estado de mente se proyectará al exterior y responderá con conductas alienadas. Podemos entender el reino del infierno aquí y ahora. Todos conocemos personas que están físicamente en el reino del infierno, como es el caso de quienes viven en zonas de guerra. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 57-58. 14 Meditación y conocimiento. Controlar las respuestas a hechos. El principal objetivo de la meditación es el conocimiento de uno mismo y tener una conciencia que nos permita romper nuestros patrones de conducta y responder de una manera más abierta, clara y comprensiva. La meditación no es simplemente para hacernos sentir en paz; esto es sólo una base para seguir progresando. La meditación es para producir el conocimiento de uno mismo y, una vez que nos comprendamos, podremos comprender a otros. Cuando entendamos a los otros, podremos poner fin al sufrimiento, podremos responder a todo con mucha habilidad, responderle a los otros con compasión y respeto. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 63. 15 Budismo y energía femenina. Sabiduría y compasión Prajñaparamita. En el tantra original, lo masculino representa medios hábiles y compasión, mientras que lo femenino representa sabiduría e intuición. Con la unión de las dos se lograría el estado del Buda. Así que, en un comienzo, lo femenino tenía una posición muy elevada. Incluso desde los primeros tiempos del mahayana, a las mujeres se les veía siempre como sabiduría. Ella era Prajñaparamita; y más de un lama me lo ha dicho: sabiduría y compasión son complementarios, pero todos saben que la sabiduría es, en realidad, superior a la compasión. en cierto nivel, a las mujeres les fue muy bien, pues representan la cima de la búsqueda budista. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 71. 16 Visión y perturbaciones. Los seis sentidos. Los seis sentidos son: vista, oído, olfato, gusto, tacto y conciencia. Para el budismo, la conciencia es el sexto sentido. Los pensamientos y emociones agitan de manera permanente nuestras mentes, a causa de lo que vemos, oímos, saboreamos y palpamos; por esta razón, no reflejan fielmente lo que sucede en el exterior. En otras palabras, cuando algo sucede en el exterior, inmediatamente lo interpretamos de acuerdo con nuestras tendencias y prejuicios; no vemos las cosas como realmente son, sino como las interpretamos. Esto sucede de manera tan automática que no somos conscientes de lo que sucede. Si hablamos con distintas personas que han vivido un mismo acontecimiento, encontramos que cada uno lo describe de forma diferente. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 79. 17 Samatha y calma mental. Ver las cosas como son. Cuando la mente está en silencio, recibimos información fiel de los seis sentidos y vemos las cosas como realmente son, sin distorsiones. En otras palabras, las vemos como son, antes de que intervengan nuestros juicios, tendencias y charla mental. Vemos las cosas claramente, en su forma desnuda. Cuando miramos bajo la superficie de la mente misma podemos ver niveles muy profundos. La diferencia entre shamata y vipasana radica precisamente ahí. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 80. 18 Samadhi y negativo. Mente de toxinas todavía. Después de practicar shamata, y de llegar a niveles profundos de absorción, nos veremos externamente radiantes. Sin embargo, todavía no nos hemos deshecho de esas emociones negativas subyacentes. De hecho, debido a que la mente ahora está mucho más concentrada y potente, al agitarse, esas emociones negativas llegan a la superficie de una forma más virulenta. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 80. 19 El yo y la meditación. Fusionar sujeto-objeto. Uno de los problemas que tenemos los occidentales en la meditación es que, por un lado, tenemos el objeto de la meditación y, por el otro, estamos nosotros tratando de meditar sobre ese objeto. Desde el principio hay una dicotomía: estoy yo y está la práctica, y yo voy a hacer la práctica, como si fuesen dos montañas mirándose. Y luego la gente se pregunta por qué no progresa. Tenemos que disolver las fronteras entre el sujeto y el objeto. En otras palabras, tenemos que convertirnos en la meditación. Una vez que nos convirtamos en la meditación, el resultado llega de manera inmediata porque la mente se funde con su objeto. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 84. 20 Samatha: mente maleable. Paz, sabiduría y compasión. Primero debemos aprender a hacer que nuestra mente sea maleable. Para eso, los tibetanos usan la expresión le su rung wa, que significa exactamente eso, maleable. La mente tiene que volverse maleable para alcanzar fácilmente cualquier meta que se proponga. Esa es la función de shamata. En sí misma, no es la meta; la meta de la meditación budista no es estar en paz o ser feliz, ni siquiera estar concentrado; pero el estar en paz, concentrado y con mentes flexibles se puede convertir en un instrumento para desarrollar la sabiduría, la compasión y la comprensión. El sentido de practicar shamata es el de aprender a usar la mente. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 84. 21 Meditación y mente. Vaciar y llenar. Personalmente, y para la mayoría de los occidentales, creo que vaciar la mente es una buena idea porque nuestras mentes tienden naturalmente a acumular mucha basura. Es bueno tener la suerte de hacer algo así. Podemos pensar en nuestra mente como en un montón de basura que poco a poco comienza a sacar esta basura fuera. El otro método supone hacer que nuestro pensamiento se haga extremadamente complicado, pero con disciplina. En el budismo tibetano, eso supone hacer visualizaciones extremadamente complicadas de mandalas, dioses, luces, mantras y todas esas cosas que ocupan la mente tan completamente que no queda espacio para distracciones. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 85. 22 Budismo y no condicionado. El sentido de la meditación. Las religiones verdaderas buscan alcanzar el nivel de conciencia que no está ligado al ego. En el budismo, se llama lo no condicionado, lo no creado, lo inmortal. Se puede llamar de cualquier manera, se puede llamar atman o anatman, o se puede llamar Dios. El hecho es que hay un nivel sutil de conciencia que está en el corazón de nuestro ser y está más allá de nuestro estado de mente corriente y condicionada. Todos podemos experimentarlo. Algunas personas lo experimentan a través del servicio; otros, a través de la devoción. Algunos, incluso, piensan que pueden experimentarlo a través del análisis y de una disciplina intelectual. Los budistas, generalmente, tratan de obtenerlo a través de la meditación. Esto es lo que estamos haciendo. Lograr el gran avance a lo no condicionado para ayudar a otros a hacer lo mismo. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 86. 23 Los deseos confunden. El problema es atado a las cosas. El problema con los deseos comunes es que nos confunden continuamente. Siempre imaginamos que, si podemos simplemente satisfacer nuestros deseos, seremos felices. Pero los deseos mundanos son como el agua salada. Cuanto más tomamos, más sed tenemos. El problema no es tanto el deseo mismo, sino el apego a él. Puedes vivir en un palacio o en una mansión, puedes tener noventa y nueve Rolls Royce y, si no te importan, si mañana lo pierdes todo y dices “¿y qué?”, eso está bien. Pero si realmente te preocupa y gastas todo tu tiempo tratando de conseguir cosas, las defiendes, tratas de impedir que otros las tomen, tratas de tener más y más, entonces es un problema grande. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 91. 24 Samatha y vipassana. Desarrollo de la meditación. La meditación de la visión profunda busca separar las capas del ego; si comenzamos esa práctica teniendo un ego frágil, podemos terminar siendo más neuróticos, más inconexos y hasta más psicóticos. Para que lleguemos a un estado de calma y de concentración en un único objeto, todos los factores de la psique deben estar equilibrados porque, si no lo están, no estaremos listos para entrar en estados más profundos de meditación. Durante nuestra práctica de shamata, los distintos aspectos de la mente lentamente comienzan a tener un equilibrio. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 94. 25 Vipasana y no-condicionada. La base de la meditación. Ciertamente no se trata de estar en la gloria; vipasana trata de mirar adentro y encontrar quiénes somos realmente y qué es realmente la mente, saber cómo trabaja la mente, cómo funciona, para poder, así, llegar a un nivel de conciencia que está más allá de lo mundano. En budismo, esto se conoce como lo “no condicionado”; pero su misma definición está más allá de los pensamientos, más allá de las palabras, más allá de los conceptos; es la capa más profunda de nuestro ser y de todos los seres. Es lo que nos conecta a todos los seres. De eso trata la meditación. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 96. 26 Pensamientos y emociones. Problema de identificación. Nuestro problema no es que tengamos pensamientos y emociones. Los pensamientos y emociones son naturales en la mente, así como las olas son naturales en el océano. El problema comienza cuando creemos en ellos, nos identificamos con ellos y nos amarramos a ellos. Si pudiésemos reconocer los pensamientos y las emociones como estados pasajeros de la mente, transparentes en su naturaleza, como juegos de una mente sabia, no habría problema. Simplemente surgen y desaparecen como las olas del océano. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 96. 27 Vipasana y análisis. Pensamientos y emociones. Una de las metas de la meditación vipasana, al menos en el sistema tibetano, es comenzar a entender la naturaleza de nuestros pensamientos y emociones. ¿Cómo trabaja la mente y cómo accedemos a niveles cada vez más sutiles de nuestra psique? Eso lleva tiempo. La meditación no es instantánea. No hay píldora que podamos tomar para tener una visión profunda. Podemos tomar píldoras para tener experiencias psicodélicas, pero no hay píldoras para mostrarnos la naturaleza real de la mente. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 97. 28 Meditación y alerta. She shin: mirar la mente. A medida que practicamos primero la meditación de morar en calma y luego la de la visión profunda se desarrolla una facultad de la mente llamada she sin en tibetano y significa una conciencia alerta que mira. Cuando estamos meditando, aunque hagamos meditación de morar en calma, hay una parte de la mente que se hace a un lado y mira. Puede ver cuando caemos en un extremo o en otro, es decir, mira si nos agitamos o si caemos en un estado somnoliento. Esa parte de la mente conoce y puede restablecer el equilibrio. Es una cualidad de la mente muy interesante; el acto de mirar dentro de la mente misma tradicionalmente se compara con alguien sentado al borde de un río mirando pasar el agua; otra analogía tradicional es la del pastor cuidando sus ovejas, la idea es que uno se haga a un lado y mire. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 98. 29 Meditación y espacio interior. Base de la vacuidad. Al desarrollar el espacio interior, todo adquiere la textura de un sueño, no como un sueño en el sentido de estar adormecido, sino de que nada parece tan sólido, tan real, tan urgente. Tiene un aire casi de ilusión. Ya no se toma tan seriamente porque no se está tan implicado con ello. Cuando tengamos la sensación de hacernos a un lado y de ver la vida con cierta claridad, seremos capaces de responder con frescura y espontaneidad a situaciones que surgen en vez de dar una respuesta automática que sea como presionar un botón de una máquina. Comenzamos a responder con naturalidad y de manera apropiada. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 99. 30 Definición de ego. Para el budismo: estancamiento. Lo que consideramos ego en términos budistas es ese pequeño sentido estrecho de solidez en el centro de nuestro ser que lo consideramos como “yo” y que hace que todo lo demás sea “no yo”. Lo hacemos siempre. Yo pienso, yo siento, estos son mis recuerdos, etc. Esa conciencia estrecha, cerrada, sólida, se identifica siempre con el pasado. Nos identificamos con nuestras respuestas habituales, como hemos hecho siempre, esto es mío, siempre me ha gustado esto, no me gusta eso, quiero esto, no quiero eso, etc. Es un anquilosamiento. Cuando encontramos algo nuevo es difícil tener una respuesta natural y abierta. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 101. 31 Conciencia y pensamientos. Religiones y yo. Es mi pequeño repertorio de reacciones condicionadas. Pero esto no nos deja ver lo que en realidad está sucediendo en cada momento. Ese es el problema. Todas las religiones tratan de ir más allá del pequeño ego, ese pequeño “yo”, para tener acceso a un nivel más elevado del ser. Los cristianos dicen que no soy yo quien se mueve sino Cristo en mí. Los musulmanes y los judíos también tratan de esquivar ese pequeño “yo” y alcanzar un nivel más elevado de conciencia donde las cosas se manifiestan perfecta y espontáneamente. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 102. 32 No-condicionado. El darmakaya. Al llegar a ese nivel de conciencia, que nosotros llamamos lo no condicionado, la naturaleza de la mente, darmakaya, o de cualquier otra forma, volvemos a los fundamentos de nuestro ser. Por supuesto, podemos mantener nuestro ego, pero ahora sabemos que sólo es un juego. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 102. 33 Meditación budista. Claridad y percepción. Esto significa desarrollar la claridad y la percepción para ver las cosas como son. Hablamos con algún detalle sobre la necesidad de practicar diariamente la meditación para lograr mayor claridad y percepción. Hacer diariamente la práctica de sentarnos a meditar resulta beneficioso para estabilizar la mente y darnos el espacio que nos permita dejar pasar, guardar silencio y, gradualmente, entender qué es lo que sucede en nuestro interior. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 107. 34 Mente y conductas. Problemas de oscuridad. Cuando las personas no se controlan es porque no pueden controlar sus mentes. En cierta forma, es un problema que tenemos todos. ¿Cuántas veces hacemos cosas impulsivamente, sin pensar en las consecuencias? Queremos hacerlo y nos precipitamos en actuar. Tampoco sabemos cómo controlarnos. Nuestras mentes están oscurecidas por la ira, el deseo, los celos y la confusión. No vemos sus consecuencias con una perspectiva amplia. Esto nos impide tener un sentido de responsabilidad sobre lo que hacemos. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 108. 35 Budismo zen y momento. Desarrollo de la conciencia. La tradición zen hace mucho hincapié en estar presentes en el momento. Enseñan que cada acción que se haga en estado de conciencia es una actividad profunda, mientras que una acción aparentemente más valiosa carece de significado si la hacemos sin atención. Aunque seamos abades sentados en el trono de las enseñanzas, si enseñásemos sin estar conscientes esa actividad no tendría sentido. Podríamos estar fuera del templo barriendo las hojas, limpiando el piso o cortando verduras; si lo hacemos con conciencia y totalmente presentes, hasta la actividad más mundana se puede convertir en una meditación profunda. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 109. 36 Atención y conciencia. Significado opuesto: olvido. De hecho, el significado de la palabra atención tanto en sánscrito como en tibetano es “recordar”. Está relacionada con la idea cristiana de recogimiento y al concepto de Gurdjieff de “recuerdo de sí mismo”. Se trata de recordar dónde estamos y quiénes somos y qué está sucediendo en el momento. Debido a que la palabra atención está relacionada con recordar, su enemigo directo es el olvido. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 110. 37 Atención cuatro niveles. Sati-patana suta. El Buda enseñó cuatro niveles de atención plena, desde el nivel más burdo hasta el de mayor sutileza. El primero de ellos es atención al cuerpo, incluida la respiración. El segundo es la atención a las sensaciones, referido no a las emociones sino a las sensaciones básicas. Hay una sensación cuando se recibe algún estímulo a través de los órganos de los sentidos –ojos, oídos, nariz, boca, piel– y de la mente que es procesado por la conciencia que se considera otro sentido. La sensación puede ser placentera, no placentera o neutral. Más adelante hablaremos sobre esto. La tercera es la conciencia de la mente misma. La cuarta es la conciencia del ambiente exterior en cuanto nos afecta a través de los órganos de los sentidos y es la que nos conecta con la conciencia amplia, panorámica. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 111. 38 Respiración y meditación. Forma de estar en el presente. No podemos respirar en el pasado o en el futuro, sólo podemos respirar en el ahora. La respiración siempre está con nosotros; es una práctica efectiva para traer la mente de nuevo al presente, porque la respiración está muy estrechamente relacionada con el estado de la mente. Dependiendo de si estamos enfadados, temerosos, apasionados, felices o deprimidos, nuestra respiración cambia. La respiración refleja el estado de la mente en un momento. Prestarle atención a la inhalación y a la exhalación ayuda a calmar la mente. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 112. 39 Respuesta a las sensaciones. Apegos y aversiones. Desarrollar conciencia de las sensaciones ayuda a que seamos más conscientes de la primera manifestación psíquica de placer o desagrado antes de que la mente tome el control, la elabore y la agrande de manera desproporcionada. Cuando ocurre, quedamos atrapados en me gusta, lo quiero, debo tenerlo; no me gusta, no lo quiero; tengo que eliminarlo, tengo que irme. La respuesta se construye sobre la primera sensación de gusto o disgusto. Si podemos captarlo en ese momento y ser conscientes de lo que sucede, tendremos el espacio para decidir cómo actuar. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 113. 40 Formación de la identidad. Apegos y aversiones. Tenemos nuestras creencias y las consideramos verdaderas porque ¡eso es lo que creemos! Lo que me gusta debe ser bueno porque me gusta. Y lo que no me gusta debe ser malo porque no me gusta. Cuando tenemos emociones también creemos en ellas; creemos en nuestra ira, en nuestras depresiones, en nuestros recuerdos, en nuestros miedos y pensamos que eso es “lo que soy”. Las personas que han tenido una infancia muy traumática a menudo creen en sus recuerdos de manera muy firme. Nunca los abandonan, se agarran a ellos aunque sean dolorosos. Les da sentido de identidad: “Soy una persona maltratada”, dicen. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 114. 41 Testigo de la mente. Elección de los pensamientos. Cuando comenzamos a desarrollar la conciencia, la mente parece dividirse en dos. Surge un nuevo aspecto de la mente que llaman de distintas formas: testigo, vidente, observador o conocedor. Es un testigo que no juzga ni comenta. Con la aparición del testigo se crea un espacio dentro de la mente que permite ver los pensamientos y emociones como meros pensamientos y emociones, antes que como “yo” y “mío”. Cuando los pensamientos y emociones no se ven más como “yo” y ”mío”, comenzamos a tener otras opciones: los pensamientos y emociones útiles, los estimulamos; los que no lo son, los dejamos ir. Todos los pensamientos y emociones se reconocen y se aceptan, nada se suprime. Pero ahora tenemos una opción sobre la forma de reaccionar. Podemos dedicarles energía a aquellos que son útiles y efectivos y retirársela a aquelloos que no lo son. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 115. 42 Pensamientos internos. Sólo los produce la mente. Producimos nuestros propios pensamientos. No llegan a nosotros del exterior, vienen de dentro. Somos capaces de cualquier clase de pensamiento; tenemos todo el espectro en nosotros, desde el infrarrojo hasta el ultravioleta; tenemos el potencial para todo –ser demoníacos o convertirnos en budas–. Todo está ahí. El que estemos más cerca del infrarrojo que del ultravioleta, depende de nosotros. Pero debemos reconocer que en nosotros está todo. No quiere decir que debamos actuar de acuerdo con toda clase de pensamientos, pero necesitamos reconocer que somos perfectamente capaces de ser demonios o ángeles. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 119-120. 43 Conciencia como espacio. Claridad y no dual. Reconocer verdaderamente la naturaleza espaciosa de la mente es un avance muy importante. La idea es aprender a desarrollar esa genuina conciencia no dual cada vez con mayor frecuencia y en un mayor número de actividades. Cuando estás presente todo el tiempo, sin pausas, se es un buda. La mayoría no lo logra. Muchas personas que consideramos realizadas entran y salen de ese estado. Cuando quieren, entran, pero la mayoría del tiempo están en estados de conciencia normales. La conciencia subyacente es como la energía que dinamiza al ordenador, siempre está, si lo apagamos estaríamos muertos y la conciencia desaparecería. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 121. 44 Atención en el presente. Contra memoria y anticipación. Por eso sugiero comenzar con pequeñas cosas para tratar de superar los patrones habituales de desatención. Debemos desarrollar la práctica de poner atención a todo lo que hagamos. Lo que estemos haciendo en este momento es lo más importante porque es lo que estamos haciendo. Todo lo demás es simplemente pensar en algo. Es simplemente memoria o anticipación. Lo único real es lo que estamos haciendo en este preciso momento. Si no nos damos cuenta de ello, lo perdemos, porque ya se ha ido. ¿Lo veis? La persona que encontramos en un momento es para nosotros la más importante del mundo porque es la que está frente a nosotros. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 122. 45 Estar en el presente. Ver distancia no conviene. Estamos estresados, porque siempre estamos mirando algo en la distancia. Si siempre estás mirando la cima de la montaña que estás escalando, no puedes ser consciente del pasto o de las flores que crecen a tus pies. Siempre estamos mirando hacia adelante. ¿No es verdad? Y entonces las cosas reales, la vida misma, se nos escapan. Estamos encerrados en nuestros cerebros, aislados del presente, siempre centrados en algo más allá de nuestro alcance. Nos imaginamos esa ilusión de felicidad, de satisfacción y de realización que aparecerá de manera mágica cuando algo suceda. Pero lo que sucede en este momento es “esto” y es el único “esto” que tenemos, lo demás son construcciones. Si perdemos el momento por pensar en otra cosa, lo perdemos para siempre. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 124. 46 Vida budista. Despertar y aprender. Lo que quiero decir es que un bodisatva no se apresura a parar algo que parece terrible. Tal vez esas personas deben vivir esa situación. No estamos aquí para pasarlo bien, estamos para aprender, crecer y despertar. Una de las razones por las cuales la teología budista no considera bueno un renacimiento en el cielo porque no hay retos. Todo es tan lindo en el cielo que nunca se aprende nada. Un renacimiento humano se considera el mejor porque hay un equilibrio entre dolor y placer. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 125. 47 Tratar emociones negativas. Con vacuidad e impermanencia. Otra forma de tratar las emociones negativas, cuando ya hemos desarrollado una fuerte capacidad de atención, es ver las emociones y los pensamientos en su naturaleza esencial, cuando aparecen, en vez de caer sobre ellos y quedar atrapados en ellos. Cuando los miramos, vemos que no son sólidos; son transparentes y fluidos, su naturaleza está vacía. Si podemos ver cuando los pensamientos y las emociones están surgiendo, en ese mismo momento los transformamos en una fuente de una gran energía clara. Esos momentos nos permiten tener una visión muy aguda. En su origen, las emociones negativas son una forma de sabia energía. Es sabia energía distorsionada. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 128. 48 Manejo de emociones negativas. Por ejemplo la ira. La ira es uno de los mayores impulsores del ego. Hace sentir al ego grande y, al mismo tiempo, horrible. Cuando la ira surge en la mente, deberíamos ser conscientes. Deberíamos reconocerla y, en lo posible, no identificarnos con ella. No pensar esa es “mi” ira, sino reconocerla por lo que es, un estado mental. Entonces, simplemente, dejarla ir. Si la vemos claramente, en ese momento, se transforma de manera natural. Esto requiere un nivel de introspección muy fino. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 133. 49 Conciencia y muerte. Proceso de toma de decisiones. Si tienes la oportunidad, la gran oportunidad de saber de repente que vas a morir, esa es una maravillosa ocasión para decidir de una vez por todas qué es importante y qué no lo es. En qué es importante pensar y en qué no. A cuáles emociones es necesario apegarse y a cuáles no. Es una oportunidad maravillosa de enfrentarse a lo que es importante y a lo que no lo es. La muerte no es una mala cosa: todos nos tenemos que ir. Pero debemos utilizar ese momento para crecer y aclarar nuestras relaciones. No atarnos, sólo amar sin apegos. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 134. 50 Vida proyectada en mente. Después de la muerte: dentro de la película. Todo es una proyección de nuestras mentes, igual que somos proyecciones en el campo físico. Todos vivimos dentro de nuestras propias proyecciones. Hay algunas bases físicas, no es completamente arbitrario, pero todas las personas ven las cosas con su propia interpretación. Todos estamos proyectando nuestra propia película. Cuando ya no tengamos una base física, después de que el cuerpo muera, nuestra mente creará una apariencia externa parecida. Por tanto, es importante escribir un buen guion mientras tengamos la oportunidad, porque ¡después vamos a estar metidos completamente en la película! Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 138. 51 Metodología budista. Ver e investigar. Actualmente, en algunas religiones la fe incuestionable es considerada una cualidad deseable, pero en el darma del Buda no es así. El Buda describía el darma como ehi passiko, que quiere decir “venga y vea” o “venga e investigue”, no es “venga y crea”. Una mente abierta e inquisidora no es un inconveniente para los seguidores del darma del Buda. Sin embargo, una mente que dice: “Esto no es parte de mi esquema mental; por tanto, no lo creo” es una mente cerrada y esa actitud es una gran desventaja para quienes aspiran a seguir un camino espiritual. Pero una mente abierta, que cuestiona y no acepta las cosas simplemente porque se lo dicen no es problema. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 139. 52 Naturaleza de la mente. Naturaleza innata de cada quien. Debido a que no sabemos quiénes somos, nos sentimos separados de los demás. Hay un sentido del “yo” que genera nuestros temores, enfados, apegos, celos e incertidumbres. Pero el Buda dijo que no tenía que ser así. Nuestra naturaleza innata es pura. Todo lo que tenemos que hacer es redescubrir quiénes somos en realidad y el camino es para eso. Es muy simple. No está basado en la fe, sino en experiencias y vivencias que conducen a la realización. No es un asunto de aprender lo que el lama o la tradición dicen y creer que eso nos salvará. No nos va a salvar. Claro que necesitamos saber lo que dijo el Buda, lo que dijeron los grandes maestros del pasado porque ellos estuvieron aquí antes que nosotros y han trazado mapas para seguirlos. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 141. 53 Identificación con el papel. La identidad es efímera. El problema está en identificarnos completamente con el papel en el que estamos en el momento: soy una mujer o soy un hombre o soy una madre o soy una esposa o soy una monja y así sucesivamente. Identificarnos con algo tan efímero como nuestro papel actual es nuestro gran error. Cuando comprendamos eso, no nos ataremos a nuestro papel actual, porque el papel mismo no es lo importante. La gente se apasiona mucho con el feminismo y los derechos de la mujer, pero en nuestras vidas pasadas probablemente fuimos hombres y muchos hombres tal vez fueron mujeres. Es muy flexible. Algunas veces jugamos a ser mujeres, otras, a ser hombres. ¿Cuál es el problema? Podemos desempeñar cualquier papel. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 142. 54 Camino budista: rencarnación. No identificarse con el yo. Sin la creencia en la rencarnación, el budismo no tiene sentido, porque el camino parte del concepto de que estamos atrapados en la ignorancia. No sabemos quiénes somos realmente. Debido a nuestras acciones de cuerpo, habla y mente, y a nuestro apego a esas acciones, estamos atrapados en la dualidad de sujeto y objeto que nos empuja de nacimiento en nacimiento. El camino budista nos enseña a darnos cuenta de que nunca ha habido una persona ejecutando esas acciones; ayuda a romper esa conexión, a ver la cualidad vasta de la mente en vez de tener una identificación estrecha centrada en el ego. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 143. 55 Motivación y vigilancia. Formas de reaccionar. El Buda decía que utilizásemos el discernimiento en todo lo que hiciésemos. Siempre debemos mirar las intenciones. Según el darma del Buda, la intención es el comportamiento más importante de cualquier acción del cuerpo, del habla o de la mente. Siempre tenemos que examinar nuestras motivaciones. Preguntarnos si nuestras acciones se basan en la ignorancia, la aversión, la ira, la avaricia o el deseo o si se basan en la comprensión, en el amor incondicional y el corazón abierto y generoso. Debemos vigilarnos y ser sinceros con nosotros mismos. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 145. 56 Mente e infiernos. Proyecciones de la mente. Hoy en día, nos parece que es un enfoque medieval. No es que yo, personalmente, no crea en el infierno. Creo en él. Creo que hay estados distorsionados de la mente que pueden proyectar un infierno y, cuando morimos, somos las víctimas de nuestras proyecciones. Así que, si se tiene un marco mental muy distorsionado, se va a estar en lugares muy poco placenteros. No creo que sean necesariamente infiernos calientes o fríos, pero, ciertamente, hay algunos estados terribles para renacer. En vidas pasadas hicimos muchísimas cosas horribles, pero también muchísimas buenas. Debimos, obviamente, haber hecho algunas cosas buenas como para poder estar aquí ahora. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 147. 57 La mente de Lama interior. Dharmakaya y espacio interno. La naturaleza de tu mente es el gurú interno, porque la naturaleza de la mente es el darmakaya –la conciencia espaciosa y abierta–, que es lo mismo que la mente del lama. La mente del lama y nuestra mente son lo mismo. Cuando nos relacionamos con el lama, en última instancia, no nos estamos relacionando con la personalidad, sino con su mente omnisciente. La mente omnisciente del lama nos muestra, aunque sea por un instante, nuestra propia mente omnisciente. Ese es el lama interior. Por otra parte, la mayoría de los lamas con los que tenemos contacto no están en ese nivel. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 154. 58 Tonglen y respiración. Visualiza la perla negra. En pocas palabras, la práctica tonglen corriente consiste en visualizar la enfermedad o el sufrimiento de otras personas en forma de luz oscura que es atraída hacia nosotros en la inhalación del aire. La luz oscura golpea la semilla de nuestro amor propio que tiene forma de perla negra y que se ubica en el centro del corazón. De inmediato, con la exhalación del aire, la perla irradia la luz brillante producida por todas nuestras buenas cualidades y nuestros méritos. Esa irradiación, entonces, es absorbida por las personas que sufren y, les sirve de ayuda. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 155-156. 59 Camino budista. Visión/ meditación/ acción. El camino budista, de acuerdo con el enfoque tradicional, se divide en tres etapas: visión, meditación y acción. Primero desarrollamos la recta visión, luego meditamos sobre ella y finalmente la ponemos en acción en nuestras vidas. En la tradición budista, lo que llamamos visión –drishti, en sánscrito y tawa, en tibetano– es la forma en que vemos las cosas. Es algo muy importante. Las Cuatro Nobles Verdades que enseñó el Buda son la verdad del camino. El camino al que me refiero es el Noble Camino Óctuple, que se inicia con la recta visión. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 161. 60 Mente y corazón. Para el budismo es lo mismo. Cuando en budismo hablamos de la mente, no nos referimos simplemente a la facultad intelectual, sino a algo mucho más profundo. De hecho, las palabras para mente y corazón son intercambiables, con frecuencia se usa la misma palabra. Las palabras chitta en sánscrito y sem en tibetano quieren decir tanto corazón como mente. Aquí, en el corazón, es donde uno se concentra. Es lo que da la energía, la corriente eléctrica para que funcione el ordenador, sin la cual el ordenador estaría muerto. Así que, cuando meditamos, debemos aprender a bajar esa energía al nivel del corazón. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 162-163. 61 Visión de la conciencia. Vasta e infinita. La conciencia es no dual; no hay sujeto ni objeto. No hay sentido de un “yo” haciendo algo. Es simplemente conciencia total, vasta e infinita más allá del tiempo y el espacio. Es lo que sostiene nuestros pensamientos y emociones. Comprenderlo, haberlo visto, aunque sea por un instante, es lo que se llama la visión. El hecho de que ya la tengamos, que no sea algo ajeno traído del exterior es importante para aprehender esa conciencia. Ni siquiera hay que desarrollar algo, ya lo tenemos todo. Necesitamos, simplemente, descubrirla. Siempre ha estado allí. Es absolutamente perfecta tal como es. Pero no la reconocemos. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 163. 62 Meditación budista. Lugar, cuerpo y respiración. Mientras hacemos esto, pensad en los pensamientos. Todos tenemos pensamientos. Los pensamientos son el juego natural de la mente. Son como olas en la superficie del mar. No son un problema, es la naturaleza de la mente tener pensamientos, pero no los tenemos que seguir. No les tenemos que dedicar energía. Así que dejamos ir los pensamientos sobre el pasado, dejamos de anticipar el futuro y no le dedicamos ninguna energía al presente. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 167. 63 Mente e identidad. Pensamientos y sentimientos. En el estado normal de la mente estamos completamente sumergidos en nuestros pensamientos y sentimientos. No hay un espacio interior disponible. Cuando pensamos, creemos que somos los pensamientos. Cuando sentimos, creemos que somos los sentimientos. Nos identificamos de esta forma con los pensamientos y los sentimientos. Creemos completamente en ellos; estamos inmersos en ellos. Es una de las razones por las cuales sufrimos tanto. Está bien, por supuesto, cuando los pensamientos y sentimientos son de felicidad, júbilo y paz, pero a menudo son lo opuesto. son depresivos, agresivos, frustrantes y nos envuelven en sentimientos oscuros. Entonces sufrimos. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 167. 64 Meditación en atención. Ver lo que son pensamientos y emociones. Ese espacio interior se ve claramente. Simplemente observa, no juzga. Ahora podemos ver nuestros pensamientos y emociones como simples pensamientos y emociones. No creemos en ellos de la forma en que antes lo hacíamos, ya no son sólidos y tampoco nos identificamos con ellos. Vemos que se elevan como burbujas, aparecen, crecen y estallan y entonces llegan nuevos pensamientos. Sucede continuamente, es la actividad natural de la mente y está bien. Pero ya no estamos inmersos en esos pensamientos y emociones; podemos ver lo que son. Comienzan a ser más desintegrables y cada vez más transparentes. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 168. 65 Meditación y ética. Necesidad de tranquilidad. El buda siempre dijo que si uno no tiene una conducta ética, no puede meditar, debido a que la mente está muy distraída. Una vez que establezcamos una conducta ética en nuestras vidas, nos volveremos más pacíficos y tranquilos interiormente. Nuestra mente se puede aquietar rápidamente. Esto ayuda a la meditación. Cuando la mente se aquieta se vuelve más clara. Entonces el entendimiento y la sabiduría surgen de manera natural. Están integrados. No se puede tener el uno sin el otro; son parte de un mismo paquete. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 171. 66 Maestro y mente primordial. Necesidad de enseñanzas. En la escuela vajrayana, o tántrica, el gurú desempeña un papel fundamental. Creo que es así por dos razones: en primer lugar, un maestro genuino o gurú es el que nos revela la naturaleza vacía, consciente y clara de la mente primordial y nuestra sabiduría y compasión inherentes. La naturaleza no condicionada de la mente está siempre con nosotros, es lo más fundamental del ser. Sin embargo, es muy difícil para nosotros tener acceso a ella sin ayuda. Necesitamos un maestro que sea capaz de crear las condiciones psicológicas en nosotros para tener una visión de la naturaleza inherente. Un verdadero gurú es, por tanto, el que nos muestra la naturaleza de la mente, y es la persona más importante en nuestras vidas. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 177. 67 Apego a un gurú. Problema de intereses mundanos. Tal vez no debería decir esto siendo budista tibetana, pero, para ser francos, estar atados al círculo de un gurú, gastando nuestro tiempo en una carrera para lograr una posición y asegurarnos de que el lama se dé cuenta de que existimos, tiene poco que ver con el darma. Son las viejas emociones mundanas, las ganancias y las pérdidas, la felicidad y los pesares, los elogios y las culpas, la fama y el descrédito. Se puede ver todo esto, de manera desnuda, con algunos gurús. Hay celos desenfrenados y competencia. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 182-183. 68 Práctica espiritual. Reducir emociones negativas. Palden Atisha, el gran santo bengalí que vivió en Tíbet durante el siglo XI, dijo que la prueba para saber si la práctica está teniendo éxito es si nuestras emociones negativas han declinado o no. Si no lo han hecho, todo ha sido en vano. Si lo han hecho, sabemos que estamos en el camino correcto. Todos podemos comprobarlo por nosotros mismos; no necesitamos a nadie que nos lo diga. El camino está aquí. Se ha escrito mucho sobre él. Hay personas que lo han recorrido. Están aquí entre nosotros, no tenemos que abandonar todo para irnos a toda prisa a India. Aquí mismo, ahora, es el lugar de nuestra práctica. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 184. 69 Naturaleza de la mente. Budáica, abierta. Pero si excavamos, después de un rato el suelo se encharca y sentimos la humedad. Nos damos cuenta de que estamos accediendo a niveles más profundos. Seguimos cavando cada vez más hondo hasta que finalmente llegamos a la fuente de la sabiduría innata, de nuestra compasión y nuestro entendimiento innatos. Pero, aun antes de tener acceso completo a ella, podríamos tener algunas señales. El gurú interno es el gurú real. Cualquier gurú externo auténtico está simplemente tratando de dirigirnos hacia ese gurú interno genuino. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 189. 70 Hinayana, mahayana y vajrayana. Deseo/ ignorancia/ impurezas. La escuela hinayana hace hincapié en erradicar hasta la más leve raíz de nuestros deseos. Según el camino del mahayana, estamos atrapados en la rueda por nuestra ignorancia. Aceptamos como real lo que no es y creemos que no es real lo único que verdaderamente es. Todo lo que pensamos refleja una mala interpretación de cómo son las cosas en realidad. Entonces nuestra meta consiste en desarrollar lo que se llama la “sabiduría trascendental”, la que va a permitir arrancar la raíz misma de nuestra ignorancia. Según el vajrayana, estamos atrapados en el reino de nacimientos y muertes sin fin por nuestras percepciones impuras. Creemos que lo que vemos es sólido, corriente e impuro. Nos vemos como seres impuros. El antídoto es el desarrollo de la percepción pura o visión pura. Si lo entendemos, tiene sentido el camino vajrayana. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 191. 71 Mahayana y vajrayana. Camino de causa y del efecto. La división sutrayana de la escuela mahayana es llamada el “camino de la causa”. Esto se debe a que se comienza con la causa, que es nuestra naturaleza búdica embrionaria, y la alimentamos hasta producir el fruto. El vajrayana es llamado el “camino del fruto” porque afirma que desde tiempos inmemoriales hemos sido budas. El problema nuestro es que no lo reconocemos. Por tanto, ¿por qué no usar nuestra naturaleza búdica inherente como el camino mismo? De esta forma, partimos del fruto y lo usamos como el camino. Es decir, partimos de la dirección opuesta. Por esa razón, el vajrayana hace mucho hincapié en visualizarnos como budas o como una divinidad tántrica particular que simbolice algún aspecto de la naturaleza de buda en pleno florecimiento. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 192-193. 72 Camino del tantra. Tomar el camino como el fruto. Esto es lo que antes mencionaba como “tomar el camino como el fruto”. Ahora somos un buda y un buda tiene la capacidad de purificar a los seres. En nuestras mentes estamos haciendo la actividad que haría un buda, es decir, irradiar luz en todas las direcciones, purificar las cosas y los seres de todas partes. Por “seres” no nos referimos solamente a los seres humanos; el concepto de “ser” también incluye a los animales, insectos, peces, espíritus del cielo, del infierno y de todas partes. Todos los seres son liberados a través del vasto Universo, se vuelven conscientes de su sabiduría y compasión natural y se convierten en Padmasambhaya. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 195. 73 Vajrayana y energía. Transformación de emociones. Se necesitan grandes cantidades de combustible para lanzar un cohete más allá de la fuerza gravitatoria de la Tierra, pero, una vez que está en el espacio, no se necesita mucha energía. Se vuelve casi autopropulsado. Lo mismo sucede con el camino espiritual. La fuerza gravitacional de nuestra naturaleza corriente, de nuestra mente corriente, ignorante y centrada en el ego es extremadamente fuerte. Es muy difícil tener el primer impulso hacia lo no condicionado, porque nuestra mente condicionada es muy poderosa. Aunque estemos haciendo la meditación de morar en calma o de la visión profunda, es difícil lograr el primer empujón. Tenemos que reunir la mayor cantidad de energía posible para hacerlo. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 197-198. 74 Visión de imágenes budistas. Oriente y occidente. En Oriente tienen el problema de ver a los budas y bodisatvas como exteriores a las personas, como dioses y diosas que conceden favores si tienes fe y les rezas. En Occidente el problema es que nos vamos al otro extremo y los vemos como conceptos puramente mentales. Chenresig representa la compasión. Manyushri representa la sabiduría. Y son básicamente construcciones de nuestra mente, solamente una forma de relacionarnos con las ideas de compasión y sabiduría. Así que los podríamos ver de una forma completamente diferente y aun así no van a tener ninguna realidad fuera de nuestra mente. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 204. 75 La naturaleza de Buda. Mente y realidades. Todos poseemos la naturaleza de buda. Somos inherentemente puros y perfectos. Nuestro problema es que hemos perdido contacto con lo que somos en realidad. Nuestra verdadera naturaleza es Chenresig. No es mi Chenresig, tu Chenresig, muchos Chenresig, sino simplemente chenresig como Darmakaya. Es aquello que, al mismo tiempo que nos separa, nos mantiene unidos. La naturaleza de la mente o la de Buda no es mi naturaleza de Buda o tu naturaleza de Buda: es, simplemente, la naturaleza de Buda. Es como el cielo infinito, que todo lo abarca. Eso es lo que somos en nuestra verdadera naturaleza. No somos algo separado. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 205. 76 Visualización tántrica. La mente es la fuerza más poderosa que se pueda imaginar. No siempre apreciamos lo poderosas que son nuestras mentes. Una mente dirigida de manera diestra podrá lograr cualquier cosa, hasta puede alcanzar la budeidad. Vosotros debéis saber que esas prácticas se han diseñado hábilmente para llevarnos a niveles profundos de conciencia. No debemos subestimar las prácticas, ni subestimar nuestros propios poderes para lograr esos niveles de conciencia. Cualquiera que haga esas prácticas de manera regular y con sinceridad alcanzará resultados. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 206-207. 77 Bodhisatva y samsara. La imagen del Loto. Por ejemplo, Chenresig está sentado en un loto, lo que significa que, a pesar de estar en el samsara, no está contaminado por él. Se sienta en el samsara de la misma forma como el loto se asienta en el lodo. Un loto necesita el lodo para que sus raíces se desarrollen. Necesita el lodo del estanque y la materia verde en descomposición para crecer por encima de ellos y desarrollar su ser inmaculado. De la misma forma, un bodisatva necesita el samsara, que es el lodo de la existencia cotidiana. Cuanto más lodoso y sucio esté, más glorioso será su florecimiento. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 207. 78 Vacuidad y apariencia. Darmadhatu. Darmadhatu (sánscr.), chos dbyings (tib.). El vacío de los fenómenos. Todos los fenómenos, a pesar de que existen en el nivel relativo, carecen de existencia inherente, sólo existen dependiendo de causas y condiciones. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 214. 79 Reino del deseo. Forma, deseo y no forma. Reino del deseo kamadhatu (sánscr.), ‘dod khams (tib.). Según la cosmología budista, hay tres reinos o esferas dentro del cielo de la existencia: el reino del deseo, el reino de la forma y el reino de la no forma. Los dos últimos son reinos de los devas de creciente sutileza. El reino del deseo tiene seis subdivisiones: infierno, espíritus hambrientos (preta), humanos, semidioses (asura) y dioses (deva). Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 216. 80 Tres cuerpos de Buda. Emanado/ gozo/ última. Tres kayas (los). La literatura clásica describe tres (y algunas veces hasta cinco) aspectos del cuerpo del Buda. El cuerpo emanado, o nirmanakaya, que es visible a los seres. El Buda Shakyamuni es un ejemplo de un nirmanakaya. El cuerpo jubiloso, o sambogakaya, es la forma de pura luz del cuerpo de Buda. La forma sambogakaya es visible solamente a los seres que tienen un nivel muy alto de realización. Estos dos son conocidos como cuerpos de forma rupakaya. El tercero es conocido como el darmakaya, que es la naturaleza última de la mente plenamente iluminada. Reflejos en un Lago del Himalaya. Jetsunma Tenzin Palmo. Ediciones Dharma, 2008, España. Pág. 217. 81