CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN Antecedentes El estrés laboral se ha estudiado ampliamente ya que ocasiona un deterioro progresivo tanto en la salud mental como en la física. Los individuos que se hallan expuestos al estrés laboral advierten problemas de tipo emocional y conductual (depresión, burnout, ansiedad y abuso de alcohol). Como consecuencia de esto, se generan también problemas organizacionales como pueden ser ausentismo, disminución del rendimiento laboral y aumento de accidentes en el trabajo; también pueden producirse conflictos en lo personal, como es el caso de la insatisfacción. El síndrome de burnout describe el desgaste profesional en las personas, esto incluye agotamiento físico así como también psíquico, sentimientos de desesperanza, de impotencia, extenuación emocional y formación de un autoconcepto negativo junto con actitudes negativas en lo que concierne al trabajo y a la vida en general (Pizarro Poggini, 2008). La mayor diferencia entre el síndrome de burnout y el estrés laboral es, según Ladstӓtter y Garrosa (2008), el tiempo que duran ambas, el estrés laboral sería un proceso de adaptación que se acompaña de algunos síntomas psicológicos y físicos, mientras que el burnout haría referencia a un colapso en el proceso de adaptación y un mal desempeño laboral crónico. Gonzales Barón, Lacasta y Ordónez (2008) dicen que el síndrome de agotamiento profesional es una respuesta no adecuada que se da ante el estrés laboral crónico y que en ésta intervienen elementos de organización, personalidad y laborales. 1 El funcionario penitenciario se desempeña en un ambiente altamente complejo y estresante que produce en el trabajador un desgaste emocional, social y físico. La cárcel es un ámbito especial de trabajo ya que tiene poco prestigio social y además es blanco de considerable vigilancia por parte de la sociedad. Lo que define al trabajo penitenciario es el hecho de encontrase en un ámbito donde siempre está la posibilidad de que algún tipo de peligro puede estallar (Kalinsky, 2008). Tal contexto laboral pone a prueba los recursos individuales ante el estrés laboral y el manejo de las relaciones interpersonales (Pizarro Poggini, 2008). Algunas investigaciones han encontrado niveles significativos de burnout en el personal de vigilancia, ya que es el grupo que tiene contacto más directo y frecuente con los internos (Cardenal Sotomayor y Alonso Pombar, 2005, Hernández Martin y Ramos Campos, 2002, Hernández Martín, Fernández Calvo, Ramos y Contador, 2006 y Ruíz, 2010). La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (2008) dice que las causas por las que aparece el burnout son variadas y muchas de ellas pueden presentarse en un solo sujeto y con diferente intensidad en el tiempo, ya que este síndrome es un proceso dinámico que se va a desarrollar a partir de la acumulación de estímulos. Algunos factores condicionantes son los siguientes: 1. Estado civil: suele ser más común en personas solteras y separadas (SECPAL, 2008 y Mingote Adán y Pérez García, 2003). Hernández Martin y Ramos Campo (2002) también encontraron en el personal de un Centro Penitenciario de España, que las personas casadas presentaban niveles más bajos de burnout. Otro estudio que midió los niveles de burnout en trabajadores del área de tratamiento de un centro penitenciario de Barcelona, también concluyó que las personas casadas se mostraban menos afectadas que las solteras (Guillén Villegas, Santamaría Barberán, 1999). Mientras que Hernández Martin et al. (2006) no halló relaciones fuertes entre el estado civil y el síndrome de 2 burnout. 2. De acuerdo con la SEPCAL (2008) este síndrome se presenta con más frecuencia en jóvenes. Mingote Adán y Pérez García coinciden en que son los más jóvenes quienes se ven mayormente afectados ya que a medida que aumenta la edad suele aumentar también la satisfacción laboral. En una investigación hecha en un centro penitenciario de España, el personal de menor edad expresaban tener sentimientos más negativos hacia el trabajo en comparación con el personal de mayor edad (Hernández Martín, et al 2006). Hernández Martin y Ramos Campo (2002) también encontraron resultados similares, mientras que otro estudio hecho por Cardenal Sotomayor y Alonso Pombar (2005) en un Centro Penitenciario de Huelva, España, no encontraron relación significativos entre edad y burnout. Por otro lado, Ruiz (2010) encontró que el personal de una cárcel de Bogotá tendía a presentar mayores niveles de burnout a medida que aumentaba la edad. 3. Sexo: un estudio sobre la incidencia del burnout en un centro penitenciario de Huelva, España, concluyó que las mujeres aparentan ser más resistentes al síndrome de burnout (Cardenal Sotomayor, Alonso Pombar, 2005). En concordancia con esto, Ruiz (2010) encontró que las mujeres puntúan más bajo en la dimensión Despersonalización del síndrome de burnout, sin embargo, éste investigador aclara que podría deberse a que la mayor parte de las mujeres de la muestra tenían puestos administrativos, es decir que tenían escaso contacto con los internos. Por otra parte, Mingote Adán y Pérez García (2003) dicen que las mujeres se ven más afectadas, explicándolo por la mala calidad que suele tener su rol laboral, mayor reactividad a estímulos estresores (por mayor exposición a estos) y escasas herramientas de afrontamiento. Hernández Martín et al. (2006) no encontró resultados significativos. 4. La SECPAL (2008) nombra como otro factor que contribuye al desarrollo del síndrome a la falta de formación, referida a la deficiente preparación profesional que 3 ofrecen las Universidades actuales debido a la priorización de la acumulación de teoría en lugar de poner énfasis en la práctica así como a la escaza formación en habilidades comunicativas interpersonales. Hernández Martin y Ramos Campo (2002), en su estudio sobre el burnout en personal de vigilancia de un Centro Penitenciario en Salamanca, España, también han encontrado relación entre la falta de formación y el desarrollo de burnout pero en el sentido del nivel de estudio alcanzado. Estos investigadores hallaron específicamente que los sujetos que tenían más nivel de estudio puntuaron menos en la dimensión Cansancio Emocional en el Maslach Burnout Inventory. No obstante, Hernández Martin et al. (2006), no encontraron relaciones significativas entre el burnout y el nivel de estudios alcanzado en funcionarios de vigilancia de un centro penitenciario de Salamanca, España. 5. Hijos: Cardenal Sotomayor y Alonso Pombar (2005) encontraron relación entre tener hijos y encontrarse más realizado con el trabajo. Miller y Dell Smith (s.f.) nombran puntos importantes en la vida laboral de un sujeto que pueden hacerlo vulnerable hacia el estrés ocupacional, ellos son: 1. Sensación de impotencia: Miller y Dell Smith (s.f.) describen este punto como una sensación de no poder hacer algo con respecto a una situación, esto puede llevar también a sentimientos de indefensión y desesperanza, que se conocen como compañeros de la depresión. Hay trabajos que requieren mucha responsabilidad pero no gozan de la suficiente autoridad, son éstos los que causan mayor estrés (Miller y Dell Smith,s.f., Brannon y Feist, 2001, Millson, 2000). Kalinksy (2008), puntualizando el trabajo del agente penitenciario, resalta que el mismo es muy jerarquizado y que a los empleados que les toca mantener contacto directo con los presos no tiene poder para decidir sobre el manejo de situaciones imprevistas, debiendo esperar la solución que propongan sus superiores. 4 2. Descripción del trabajo: Miller y Dell Smith (s.f.) manifiestan que la negociación en cuanto a la descripción del trabajo que un individuo realizará contribuye a mermar significativamente el sentimiento de impotencia. El resultado de esto será una descripción detallada de la labor a efectuar y lo que espera cada parte (empleador y empleado). 3. Estar en un empleo que no es el adecuado para el individuo: esta situación, además de producir estrés laboral, afecta de forma negativa en la productividad, la mente y el cuerpo del trabajador. Entre las razones por las cuales una persona persiste en un trabajo que no le agrada se encuentran el sueldo fijo o el desconocimiento de qué les gustaría hacer o como averiguarlo (Miller y Dell Smith,s.f.). 4. Acontecimientos traumáticos en el lugar de trabajo: hay trabajos que son peligrosos y otros que pueden en ciertas ocasiones inesperadas, ejemplo de éstos son las labores del personal que trabaja en justicia criminal, los bomberos, conductores de ambulancias, etc. que tienen una constante exposición a escenas de peligro. Es importante destacar que aunque la gente que se desempeña en estas profesiones generalmente maneja estas circunstancias, siempre queda alguna en sus mentes y vuelve a ellos a través de pesadillas, flashbacks, dificultades para conciliar el sueño, miedo, culpa y dolores físicos (Miller y Dell Smith,s.f.). En concordancia con esto, Millson (2000) encuentra como principal fuente de estrés laboral entre funcionarios de prisiones a la sensación personal de inseguridad o de peligrosidad. 5. Entorno laboral: un ambiente laboral con características inadecuadas (ruido, falta de privacidad, un entorno con ruido, iluminación y ventilación deficientes, malas temperaturas, etc.) contribuye al estrés físico. Así también, existen factores que favorecen al estrés psicológico, como por ejemplo la confusión organizacional o administración autoritaria, enfocada en las crisis o liberal (Miller y Dell Smith,s.f.). 5 Planteamiento del problema El presente estudio pretende determinar si algunas variables demográficas y algunas características institucionales se asocian con los niveles de burnout experimentados por una muestra de agentes penitenciarios, residentes en la ciudad de Paraná, evaluados durante el año 2011. Hipótesis Algunas variables demográficas y algunas características institucionales se asocian con los niveles de burnout experimentados por una muestra de agentes penitenciarios. Objetivos Los objetivos perseguidos por este trabajo de investigación son: 1. Indagar y describir determinadas variables demográficas del personal subalterno del Escalafón Cuerpo General de un centro penitenciario en la ciudad de Paraná. 2. Describir algunas variables del contexto institucional. 3. Evaluar el nivel de Burnout de los agentes penitenciarios. 4. Investigar si las variables demográficas y las variables institucionales se asocian con los niveles de Burnout presentados por la muestra. Importancia del estudio El síndrome de burnout es un problema complejo que se observa mucho en algunas profesiones y se ha podido apreciar en los agentes penitenciarios por las características particularmente demandantes de esa labor como ser la sensación de impotencia que generan las particularidades de trabajo (jerarquización, poco control sobre las situaciones, mucha exigencia), la falta de descripción del trabajo, vocación, falta de capacitación, la 6 expectación ansiosa ante la posibilidad de que ocurran acontecimientos traumáticos y las características del contexto laboral. La importancia de esta investigación reside en ser una prueba más de la necesidad de programas preventivos en este área ya que se ha observado que las consecuencias negativas de este síndrome no solo afectan a la persona que lo padece sino también a la institución para la que trabaja dado que tanto la calidad de los servicios como la moral de trabajo disminuyen y aumenta el absentismo y los despidos. A un nivel personal puede desencadenar consumo de sustancias, agotamiento físico, insomnio, pérdida de profesionalidad y otros problemas de tipo familiar y personal (Maslach y Jackson, 1997, Hernández Martín y Ramos Campo, 2002). Es igualmente relevante averiguar la relación que pueda existir entre éste síndrome y algunas variables demográficas (edad, sexo, estado civil, nivel de estudios alcanzado) ya que podría ayudar a perfilar un grupo de riesgo en esta ocupación. También es importante destacar que los estudios han arribado a resultados diferentes en algunos de estos puntos y que dichas investigaciones han sido llevadas a cabo en otros países: España y quizás el relativamente más cercano geográfica y culturalmente, Colombia (Hernández Martin y Ramos Campo, 2002, Cardenal Sotomayor, Alonso Pombar, 2005, Hernández Martín, et al 2006, Ruiz, 2010). Limitaciones Un impedimento fue la escasa bibliografía en lo que respecta a los agentes penitenciarios y su ámbito de trabajo, además de no haberse encontrado estudios preliminares del tema en la población estudiada, en nuestro país. Otra limitación fue el hecho de que no se incluyeron en el trabajo de investigación dos variables que podrían influir en los resultados que presentaron los sujetos. Dichas variables son la motivación laboral y la vocación de los trabajadores. 7 En el momento de aplicar los instrumentos se presentaron algunas limitaciones ya que los evaluados se mostraban temerosos de que la información que fueran a proporcionar llegara a sus superiores, incluso después de haber hecho énfasis en el trato confidencial de los resultados anónimos obtenidos en la investigación. Esto sumado a que algunos consideraban que les iba a llevar mucho tiempo llenar los cuestionarios causó que varios de ellos no quisieran participar. De las pruebas que se dejaron en mano de los individuos, para que las completaran en otro momento solos, ninguna fue devuelta (sin embargo algunos de esos agentes pudieron completarlas cuando el investigador volvía al lugar para seguir tomando las pruebas). Una limitación más en éste ámbito fue que la cantidad de agentes penitenciarios de sexo femenino obtenida fue ostensiblemente menor al número de agentes penitenciarios de sexo masculino (por ser una Unidad Penal de hombres), en consecuencia, no fue posible comparar los niveles de burnout según el sexo. Además, debido a que se trabajó con una muestra relativamente pequeña desde el punto de vista estadístico (N = 47), los resultados obtenidos deberían ser interpretados como un aporte preliminar que sirva de base para futuros estudios. Definición de términos Burnout: (…) respuesta al estrés laboral crónico integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado. Esta respuesta ocurre con frecuencia en los profesionales de la salud y, en general, en profesionales de organizaciones de servicios que trabajan en contacto directo con los usuarios de la organización (Gil Monte, 2001 p.2). Despersonalización: dimensión del constructo burnout que se define como: 8 (…) aparición de unos sentimientos y actitudes negativas acerca del sujeto con el trabajo. Este proceso de endurecimiento, o incluso de deshumanización, en relación con sus casos lleva a los profesionales a considerar que esas personas son algo bastante merecedoras de sus problemas (Maslach y Jackson, 1997, p.5). Cansancio emocional: dimensión del constructo burnout conceptualizada de la siguiente manera: Cuando la fuerza o capital emocional se va consumiendo, el profesional ve como se vacía su capacidad de entrega a los demás, tanto desde un nivel personal como psicológico (Maslach y Jackson, 1997, p. 5) Agente penitenciario: según la Ley Provincial N° 5.797. El Servicio Penitenciario es aquél que cumple la función de seguridad con el objeto de custodiar y guardar de los procesados y condenados en las instituciones penitenciarias. También es menester del servicio, el tratamiento de éstos últimos. Esta misma ley aclara que la misión de los Agentes penitenciarios es la de realizar funciones de seguridad y defensa que abarcan las competencias de la Dirección General de Servicio Penitenciario (Ver Apéndice B Art. 1, 9 y 3). 9 CAPÍTULO II REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA Estrés Definición de Estrés La palabra estrés fue tomada de los términos de la ingeniería, donde se la utilizaba para referirse a “la resistencia producida en el interior de un objeto como consecuencia de una fuerza externa que actúa sobre el” (Farré Martí et al., 2010 p. 576). En el ámbito de la biología fue utilizado por Walter Cannon en 1991 para referirse a cualquier estimulo nocivo cuya intervención perturbase la homeostasis de un organismo y activase los procesos autorreguladores (Mingote Adán y Pérez García, 2003). Hans Selye fue quien, tras pasar 40 años investigando el estrés, hizo de éste un concepto de fundamental importancia para la psicología y la medicina (Myers, 2006). Selye definió al estrés como “la respuesta inespecífica del cuerpo a cualquier demanda realizada sobre él” (Selye, 1975, p. 14). Lazarus (2000) define al estrés como una relación entre el poder para dañar, desafiar o amenazar que poseen las demandas ambientales y los recursos psicológicos que tiene el individuo. A esto se le agrega un componente importante, la valoración que hace la persona sobre la situación, es decir, si la encuentra amenazante o no. Brannon y Feist (2001) resaltan tres puntos de la definición de Lazarus (2000): a) adopta una posición que se basa en la transacción persona-entorno para definir al estrés; b) resalta como elemento principal de la ya nombrada transacción a la valoración que el 10 individuo hace de la situación; c) Sostienen que la situación psicológica tiene que ser considerada por el sujeto como de amenaza, desafiante o de peligro. Myers (2006, p. 532) define al estrés como “un proceso por el cual evaluamos y hacemos frente a las amenazas y los desafíos del ambiente” y agrega que, si bien el cuerpo del ser humano está preparado para resistir al estrés temporario, la prolongación de éste puede provocar deterioro físico. En relación a esto, cabe aclarar que el estrés no siempre es negativo ya que cumple un papel importante en la adaptación que debe realizar una persona a su medio. El estrés adecuado produce salud ya que aumenta la autoeficacia por medio del aprendizaje y de la consecución de habilidades nuevas (Mingote Adán y Pérez García, 2003). La movilización bioquímica, síntomas y sensaciones de tensión experimentadas en la respuesta ante el estrés son muy similares, independientemente de la causa que motivó la reacción. El estrés va a estar determinado por el motivo al cual le atribuimos las sensaciones experimentadas más que a las sensaciones en sí (Ferré Martí y col., 2010). Perspectivas con respecto al estrés Farré Martí et al. (2010) al proponerse explicar el origen de la palabra estrés, aclaran que la misma ha sido utilizada en una variedad de escritos que la han manejado de diversas formas. Fue conceptualizada como dependiente exclusivamente del medio circundante o también como una reacción de la persona a la cual le toca enfrentar situaciones amenazadoras o desafiantes. La explicación transaccional es aquella que integra estos dos aspectos y los considera elementos importantes en la producción de estrés, es decir que el estrés se va a generar en la medida en que el sujeto percibe una situación como amenazante o poco deseable. 11 Perspectiva de Selye Como ya se mencionó, Selye comenzó considerando al estrés como estímulo sobre la base de que había condiciones medioambientales que lo desencadenaban. Más tarde, este investigador empezó a referirse al término estrés como una respuesta que desarrolla el organismo y diferenció al estímulo y la respuesta llamando a uno estresor y al otro estrés. Selye siempre destacó que habían diversas circunstancias que podían producir la respuesta de estrés, sin embargo ésta última siempre sería la misma (Brannon y Feist, 2001). Brannon y Feist (2001) exponen que Selye llamó Síndrome de Adaptación General (SAG) al intento que hace el organismo de forma general para defenderse de las circunstancias negativas y que consta de tres etapas: 1. Reacción de alarma: hace referencia a la movilización del cuerpo a través del Sistema Nervioso Simpático en aras de enfrentarse al estresor. Dicha movilización produce la activación de los sistemas corporales que maximizarán sus fuerzas contribuyendo a activar la respuesta lucha-huida. Toda esta respuesta física es adaptativa como reacción a corto plazo, sin embargo muchas situaciones estresantes actuales no requieren acción física pero si involucran una exposición alargada al estrés (Brannon y Feist, 2001). 2. Fase de resistencia: lo que caracteriza a esta etapa es la adaptación del organismo al estresor cuya duración va a depender de la intensidad del estímulo y de la capacidad de adaptación que tenga el organismo. Para Selye, la perduración de esta respuesta luego le producirá a la persona las llamadas enfermedades de adaptación, definidas como anomalías producidas por estrés continuo y prolongado (Brannon y Feist, 2001). 3. Fase de agotamiento: como la capacidad del organismo para resistir al estrés no es ilimitada, en la última fase del SAG se produce un derrumbamiento físico. En ésta etapa el Sistema Nervioso Parasimpático entra en actividad.. Selye pensaba que tal 12 agotamiento podía desembocar en depresión o incluso terminar en la muerte de la persona (Brannon y Feist, 2001). Selye resaltó la relevancia de la fisiología implicada en la respuesta del estrés y sus investigaciones fueron realizadas principalmente en animales. Es por esto que las críticas a su perspectiva enfatizan la infravaloración de algunas diferencias importantes entre humanos y animales, por ejemplo la omisión de factores tan característicos de los primeros, como son las percepciones e interpretaciones que hacen de las experiencias que producen estrés (Brannon y Feist, 2001). Perspectiva de Lazarus Lazarus le da más importancia a la interpretación que hace el individuo de los eventos estresantes. Para él, el estrés se va a definir como la percepción del sujeto sobre la situación psicológica, que va a incluir amenazas, potenciales peligros, desafíos y la propia percepción de nuestra capacidad de hacer frente a la situación (Brannon y Feist, 2001). Esta perspectiva del estrés reconoce tres tipos de valoración a la hora de evaluar situaciones (Brannon y Feist, 2001): 1. Valoración primaria: es la que primero surge cuando una persona se enfrenta a una situación nueva, lo que se evalúa son los posibles efectos que ésta pueda tener en el propio bienestar. En este sentido la situación puede ser vista como sin relevancia, buena o estresante (Brannon y Feist, 2001). 2. Valoración secundaria: luego de que la persona haya valorado la situación de una de las tres maneras antes expuestas, le toca formarse una idea de su propia capacidad para hacerle frente a la situación. Cuando el individuo realmente cree poder salir exitoso de una situación, el estrés merma (Brannon y Feist, 2001). 3. Reevaluación: esta se puede producir por la obtención de nueva información y 13 puede tanto reducir como incrementar el estrés (Brannon y Feist, 2001). Un factor que puede contribuir a elevar el nivel de estrés es la vulnerabilidad de la persona, es decir la carencia de recursos en el momento de enfrentar una situación con determinada importancia personal. Los recursos pueden ser materiales o sociales pero su relevancia puede estar establecida por factores psíquicos (Brannon y Feist, 2001). Lazarus también recalcó la importancia de la capacidad de afrontamiento de las personas en toda situación estresante. El afrontamiento sería un proceso en constante cambio debido a las valoraciones de los propios actos como más o menos exitosos (Brannon y Feist, 2001). El estrés y la ocupación Papalia, Wendkos Olds y Duskin Feldman (2005) dicen que el estrés ocupacional se ha transformado en una epidemia en todo el mundo. Hay factores ambientales que contribuyen a su desarrollo, como por ejemplo el hecho de que los lugares de trabajo estén, en su mayoría, planteados para maximizar las utilidades y la eficacia, pero muchas veces no se contemplan formas de favorecer el bienestar de la gente que trabaja en estos lugares. También hay factores más personales como la creencia de que se está en el trabajo equivocado o cuando el esfuerzo puesto en satisfacer las demandas laborales es desproporcionado con respecto a la satisfacción laboral y demás recompensas. Estos autores también hablan de deterioro laboral y lo describen como un cansancio emocional, sensación de no ser capaz de cumplir con los requerimientos del trabajo, de desamparo y, por último, sensación de perder el control. Este deterioro es muy común en personas cuyas profesiones implican ayudar (como docentes, médicos, terapeutas, trabajadores sociales y policías) y que sienten frustración ya que no ayudan a las personas tanto como en realidad les gustaría. El deterioro laboral es, generalmente, una respuesta al estrés constante e 14 incluye como sintomatología a los siguientes: insomnio, fatiga, cefaleas, resfriados que persisten, problemas estomacales, abuso de sustancias y dificultades en el trato con las personas. Si bien se recomiendan varias cosas para aliviar los síntomas del estrés y del deterioro laboral (por ejemplo vacaciones, descansos, música, meditación y ejercicio físico), lo más efectivo sería cambiar las condiciones en el lugar de trabajo que han sido la causa de los mismos y preocuparse por conseguir que los empleados participen en actividades que tengan significado para ellos, quizás mediante la utilización de sus destrezas y conocimientos para que puedan sentir que han logrado cosas, lo cual influiría positivamente en su autoestima. De acuerdo con Mingote Adán y Pérez García (2003), el estrés laboral es el resultante de un desequilibrio entre las demandas exigidas por el ejercicio de la profesión y la posesión por parte del trabajador de capacidades de afrontamiento. La perspectiva científica considera que actualmente son más importantes los recursos, tanto individuales como organizacionales, que se destinan a aumentar la eficacia del afrontamiento al estrés que el agente estresante en sí (demandas ocupacionales). Esto es así porque el afrontamiento eficaz beneficia el aprendizaje, el trabajador adiciona mayor comprensión y desarrolla recursos adaptativos nuevos. El afrontamiento eficaz también ayuda a potenciar la propia capacidad de control, de predicción y de satisfacción laboral y todo esto converge en mayor autoeficacia. Por otro lado, el afrontamiento desadaptativo puede ocasionar evitación de demandas, ansiedad patológica, desgaste y aumento del riesgo de padecer desórdenes psicosomáticos. Mingote Adán y Pérez García (2003) enumeran los tipos de síntomas a través de los cuales puede manifestarse el estrés laboral, a saber: a) Síntomas de tipo psicológico, como por ejemplo depresión, hostilidad y ansiedad; b) Síntomas de tipo físico, como pueden ser dolores de cabeza, hipertensión o úlceras gastroduodenales; c) y en último lugar, síntomas 15 de tipo conductual, verbigracia disminución de la productividad, accidentes laborales y absentismo. Estos autores nombran a continuación algunos de los estresores ocupacionales más investigados por la perspectiva organizacional, como ambigüedad y conflictos de rol, exceso de trabajo, recursos disponibles insuficientes, responsabilidad puesta sobre terceros, pocas posibilidades de participar cuando se toman decisiones y el clima o el soporte social que se pueda encontrar en el lugar de trabajo. Miller y Dell Smith (s.f.) nombran algunas condiciones laborales que contribuyen al desarrollo de estrés ocupacional: 1. Sensación de impotencia: es decir, la impresión de que uno no puede hacer nada al respecto de alguna situación. Usualmente se acompaña de la indefensión y la desesperanza, los cuales suelen ir de la mano con la depresión. El sujeto siente que no se puede hacer nada y, por lo tanto no intenta cambiar o evitar la situación. Los trabajos que combinan una obligación de cumplir con horarios y exigencias impuestas por otros y poco control para manejar situaciones, son los que producen mayor estrés, ejemplo de ellas son las ocupaciones de mesera, secretaria, policías, gerentes medios, estudiantes de la carrera de medicina que se encuentran haciendo prácticas y editores. Es muy común que las personas que se hallan bajo estas circunstancias se quejen de tener mucha responsabilidad pero poca autoridad, también reclaman prácticas laborales injustas e incorrectas descripciones de las responsabilidades de su trabajo (Miller y Dell Smith,s.f). 2. Descripción del trabajo: en este apartado, Miller y Dell Smith (s.f) manifiestan la necesidad de tener descripto en forma específica y por escrito lo que van a ser las responsabilidades del empleado. Simplemente poder dialogar y negociar acerca de este punto contribuye grandemente a minimizar de manera significativa la sensación de impotencia, esto implica poder realizar objeciones e insistencias en lo que se desea, 16 además de que todo lo que esté allí será consentido por el empleado y su jefe y el resultado será una descripción específica del trabajo y las expectativas de cada parte. 3. Estar en un empleo que no es el adecuado para el individuo: el estrés laboral que esto produce afecta negativamente la productividad además de la mente y cuerpo del trabajador. Hay muchas razones por las que las personas persisten en un trabajo que sienten que no les agrada o que no es lo que les gustaría estar haciendo, entre ellas están los beneficios de tener un sueldo y otras recompensas o también el desconocimiento de qué es lo que le gustaría hacer y menos aún como buscar este tipo de información (Miller y Dell Smith,s.f). 4. Acontecimientos traumáticos en el lugar de trabajo: existen algunos trabajos que son especialmente peligrosos y otros que pueden serlo repentinamente, por ejemplo el personal de justicia criminal, bomberos, personal militar, conductores de ambulancias y equipos de rescate cuya exposición al peligro y las escenas terribles ocurre rutinariamente. Si bien la gente que trabaja en estas profesiones suele manejar estas circunstancias, siempre hay alguna que quedará en sus mentes de forma permanente y volverá a ellos mediante pesadillas, flashbacks, dificultades para conciliar el sueño, miedo, culpa y dolores físicos (Miller y Dell Smith, s.f). 5. Entorno laboral: un entorno con ruido, poca o ninguna privacidad, malas iluminación y ventilación, temperatura inadecuada o instalaciones sanitarias deficientes pueden contribuir al estrés físico. De igual manera hay factores que pueden favorecer el estrés psicológico, como ser confusión organizacional y autoritarismo o liberalismo extremo o enfocado en las crisis como estilo administrativo (Miller y Dell Smith,s.f). 17 Relación entre estrés ocupacional y burnout Gil-Monte y Peiró (1997) argumentan que cuando se presentan los estresores propios de un trabajo, también surgen las estrategias de afrontamiento con que cuenta un individuo para hacerles frente. Cuando la profesión consiste en trabajar con personas, estas estrategias deben ser eficientes para controlar su respuesta al estrés y además, para anular a dichos estresores, ya que los trabajadores tienen que tratar con ese motivo de estrés cotidianamente. Al no tener éxito afrontando la situación con las estrategias empleadas, se percibe como un fracaso tanto en lo profesional como en lo interpersonal (en relación a las personas a las cuales se destina la labor). En consecuencia, lo que se desarrollan como respuesta son sensaciones de realización personal baja y de agotamiento emocional. A su vez, surge una nuestra estrategia de afrontamiento: la despersonalización. La estrategia antes nombrada no se utiliza desde un comienzo porque las profesiones de estos sujetos requieren que no se tomen actitudes impersonales, indiferentes, deshumanizantes o cínicas hacia los clientes. Es decir, para que los sujetos adopten la estrategia de despersonalización, el estrés debe perpetuarse en el tiempo. La despersonalización tiene un aspecto funcional, que permite al trabajador la no implicación en las cuestiones del usuario, lo cual lo habilita a realizar sobre el mismo toda clase de actos negativos sin que esto afecte a sus sentimientos; pero, también existe un aspecto disfuncional que consiste en la falta de respeto y la humillación con que se tratan al cliente. Marrau (2009) dice que uno de los riesgos que se asocian a la actividad laboral es el de desarrollar el síndrome de burnout y agrega que esta patología debe ser considerada como un tipo de acoso psicosocial que se da en el lugar de trabajo. La persona que padece el síndrome nombrado con anterioridad se ve sobrepasada y siente impotencia para afrontar los problemas generados por su entorno de trabajo, específicamente en la parte social. A partir de lo dicho, la autora destaca que el origen del síndrome de quemarse por el trabajo 18 debería buscarse en el entorno laboral y no en el sujeto que trabaja y pone mucho énfasis en considerar la modificación del primero y no sólo el tratamiento del sujeto cuando se busca prevenir. El acoso psicosocial que sufre la persona con síndrome de burnout es diferente del acoso psicológico, ya que éste último implica que varios sujetos utilicen a un individuo como foco al cual ponen presión psicológica, que haya comportamientos hostiles y desprovistos de ética hacia éste o que se produzcan situaciones conflictivas entre personas con asimetría de poder. La diferencia principal reside en que es con el cliente con quien se tiene la relación conflictiva, esto le da un poco de poder al trabajador, el cual lo utiliza para contrarrestar la presión emanada de las demandas y reclamos recibidos. Esta situación afecta a la calidad de los servicios y produce malestar y fracaso profesional, ello se explica porque la utilización del poder generalmente toma la forma de una respuesta cínica o de despersonalización. Los estudios que investigaron la presencia del síndrome de burnout, o deterioro laboral según Papalia et al. (2005), en los agentes penitenciarios han encontrado niveles significativos del mismo en esta población laboral (Hernández Martín y Ramos Campo, 2002, Cardenal Sotomayor y Alonso Pombar 2005, Hernández Martín et al, 2006). Kalinsky (2008) dice que este trabajo está muy jerarquizado y que el personal que tiene contacto con los internos no tiene poder para decidir cómo manejar las situaciones sorpresivas y que no han sido protocolizadas, sino que debe esperar a que sus superiores den una solución. Con respecto a esta situación laboral, Brannon y Feist (2001) dicen que los trabajos que requieren un nivel de exigencia elevado junto con posibilidades escasas de control son los que producen estrés laboral. Millson (2000), quien hizo una investigación para averiguar los principales predictores de estrés laboral en funcionarios de prisiones, concluyó que la percepción de seguridad o de peligrosidad que tenía el trabajador eran los que mejor predecían el estrés laboral. La percepción de seguridad personal era igualmente 19 estresante tanto en las zonas de mínima como de máxima seguridad. Dicho estudió también enfatizaba los hallazgos sobre factores organizacionales que producen estrés laboral y, en particular en los funcionarios de prisiones, la queja de no tener el poder suficiente para realizar sus tareas de forma efectiva. Burnout Concepto de Burnout Según Bosqued (2008), el término burnout fue utilizado por primera vez por un psiquiatra de Estados Unidos, llamado Herbert Freudenberger, en el año 1974. Este hombre estaba trabajando como voluntario en una clínica para toxicómanos en Nueva York, y fue allí donde observó en el personal (incluyéndose a él mismo) que, aproximadamente luego de un año de trabajar allí, su actitud hacia el trabajo y su desempeño cambiaban. Resumidamente las actitudes que veía eran las siguientes: pérdida progresiva de energía, desmotivación laboral, cambios comportamentales hacia el paciente (menos sensibilidad y comprensión, trato frío y propensión a inculparlos por la complicación que sufrían) y síntomas de depresión y ansiedad. Freudenberger (1974, citado en Bosqued, 2008, p. 19) lo definió como: “Un conjunto de síntomas médicobiológicos y psicosociales inespecíficos, que se desarrollan en la actividad laboral, como resultado de una demanda excesiva de energía”. Tiempo después, Cristina Maslach oficializaría y haría trascender el término en la comunidad académica. Ella lo define como: “Un síndrome de cansancio emocional, despersonalización y reducida realización personal que puede ocurrir entre individuos que hacen alguna clase de trabajo con personas” (Maslach, 2003, p. 2).” Gil Monte (2001) lo define de la siguiente manera: (…) respuesta al estrés laboral crónico integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia 20 el propio rol profesional, así como por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado. Esta respuesta ocurre con frecuencia en los profesionales de la salud y, en general, en profesionales de organizaciones de servicios que trabajan en contacto directo con los usuarios de la organización (Gil Monte, 2001 p.2). El síndrome de burnout es un padecimiento que afecta a la salud y a la calidad de vida laboral de una persona. Es una clase de estrés crónico que podría definirse como una respuesta psicofísica que da el individuo como consecuencia de esfuerzos frecuentes que culminan en resultados que éste considera como insuficientes e ineficaces. Todo esto le produce al sujeto exhaustividad, sensaciones de indefensión y retirada psicológica y en algunos casos, también física de la tarea. En fases avanzadas, la persona que padece este síndrome presenta sensación permanente de estar llegando al límite de sus energías o de venirse abajo (Bosqued, 2008). Mingote Adán y Pérez García (2003) encontraron cinco puntos en común entre todas las definiciones del síndrome de desgaste profesional: a) un comportamiento anormal en lo relacionado al rol profesional que incluye despersonalización y comunicación deficiente con el cliente. También se producen conflictos relacionales con compañeros de trabajo y absentismo laboral; b) Síntomas disfóricos (malestar, agotamiento emocional); c) Sintomatología física, característica del estrés (dolores de cabeza, cansancio, etc.) que se asocian a formas disfuncionales de afrontar demandas laborales; d) Desmotivación o desinterés por el trabajo que se traducen en un bajo rendimiento; e) Por último, la autoestima profesional y la realización se ven afectadas negativamente por la adaptación inadecuada. Dimensiones del burnout Las dimensiones del síndrome de burnout consideradas por el Inventario de Burnout de Maslach (MBI) son tres: (a) Cansancio emocional: alude al decaimiento de la 21 fuerza emocional de una persona, un desgaste de la capacidad del profesional de entregarse a las personas tanto en un plano personal como psicológico; (b) Despersonalización: esta dimensión se refiere al surgimiento tanto de actitudes como de sentimientos negativos y cínicos dirigidos a los sujetos con los que se trabaja. A medida que el profesional se va endureciendo de esta manera, va también comenzando a pensar que éstas personas son, en algún nivel, merecedoras de lo que les está sucediendo; (c) Realización personal: este factor apunta a describir el hecho de que una persona empiece a evaluarse negativamente (tendencia que surge especialmente cuando se trabaja con personas), lo que lo lleva a sentirse infeliz con su persona y su labor (Maslach y Jackson, 1997). Proceso de desarrollo Según Martínez Pérez (2010) hay un consenso general con respecto a la idea de que el síndrome de burnout es un proceso y que el surgimiento de los rasgos y los síntomas globales se da de forma secuencial. La diversidad de modelos explicativos del síndrome se debe a que, en primer lugar, los síntomas puede variar mucho de una persona a otra, situación que contribuye a la discrepancia en cuanto al concepto de burnout, el cual va a depender de si se le da más relevancia al primer síntoma, a la secuencia total del proceso, etc. Cabe resaltar que ninguno de estos modelos ha sido totalmente aceptado y satisfactorio, pero la autora desarrolla algunos de ellos que se caracterizan por haber intentado una visión integradora. El primer modelo que se desarrolla es el de Edelwich y Brodsky (1980, citado en Martínez Pérez 2010) quienes plantean cuatro etapas en el proceso de desarrollo del síndrome en profesionales de ayuda: a) entusiasmo y expectativas elevadas en relación al nuevo trabajo; b) las expectativas no son satisfechas y la persona se estanca; c) aparece la frustración; d) finalmente, la falta de recursos de afrontamiento del sujeto lo lleva a un 22 estado de apatía (ésta implica aislamiento, evitación del trabajo y por lo tanto, disminución de la actividad laboral). Otro modelo que se expone es el de Cherniss (1982, citado en Martínez Pérez, 2010) quien propone tres etapas: a) fase de estrés (desigualdad entre los recursos de que se dispone y las demandas laborales); b) fase de agotamiento (respuesta emocional inmediata del sujeto, incluye tensión, fatiga, ansiedad, agotamiento, etc.); c) fase de afrontamiento (se refiere a los cambios comportamentales, específicamente despersonalización, frialdad y cinismo). Mingote Adán y Pérez García (2003) reflexionan sobre este modelo y concluyen que según él, la forma en que se origina el síndrome de burnout implica una incompatibilidad entre los ideales y expectativas personales por un lado y las dificultades de la vida laboral por el otro. En última instancia, resulta de la mala adaptación o desadaptación ante el estrés laboral crónico, muy relacionado con lo interpersonal. La persona puede estar consciente del proceso de quemarse por el trabajo que está experimentando o puede negarlo. Lentamente, el sujeto siente la afección y sus actitudes hacia los compañeros y el trabajo van mutando. El trabajador lo siente a nivel emocional, a través de los signos somáticos (dolores, cansancio, etc.) o por la conducta que despliega en el ámbito laboral (olvidos, falta de paciencia, arrogancia, etc.). Para que se lleguen a desarrollar todos los síntomas del síndrome o para llegar a instancias más graves, debe combinarse con ciertos estilos y técnicas de afrontamiento. Los autores creen importante aclarar que, aunque no existe un estilo de afrontar que sea universalmente válido para todas las personas y situaciones, suele ser más beneficioso un estilo activo que busque conocer y resolver las problemáticas. Además, es poco recomendable adoptar la posición de escape o huida (exceptuando los casos en que la realidad vivida sea negativa o que realmente no pueda hacerse nada). El desarrollo del síndrome de burnout en el individuo es producto de una 23 transacción negativa entre algunos factores (personales y organizacionales), por ejemplo, la mezcla entre exposición a estímulos estresores en el trabajo, vulnerabilidades personales, recursos de afrontamiento y sostén socio-organizacional. Existen ciertas características del empleo que hay que enfatizar debido a su gran contribución al desarrollo del síndrome, éstas son exceso cualitativo y cuantitativo de trabajo, grandes responsabilidades que sobrepasan el rango de las capacidades del empleado y contar con apoyo social de compañeros y superiores habilitando de esta manera a tener posibilidades de participar cuando se toman decisiones. Como se ha dicho con anterioridad, también toman parte aquí factores personales, pero esencialmente lo que se originan son niveles de ajuste o desajuste entre trabajo y empleado. Hay seis elementos primordiales que han sido nombrados como responsables del desajuste, ellos son: refuerzos, control, justicia, clima grupal, valores de la organización y carga laboral. Un buen ajuste por otro lado, significa un mínimo desgate para el individuo que es recompensando con la maximización de la satisfacción y ésta última a su vez se ve reflejada en mayor compromiso individual con el trabajo. (Mingote Adán y Pérez García, 2003). Un tercer modelo es el de Faber (1991, citado en Martínez y Perez, 2010), quien presenta 6 estadios, a saber: a) dedicación y entusiasmo; b) los estresores que se presentan en el contexto laboral despiertan respuestas de cólera y frustración; c) discrepancia entre el esfuerzo puesto y las recompensas y resultados obtenidos; d) falta de compromiso con el trabajo; e) Emergen síntomas cognitivos, físicos y emocionales, elevando la vulnerabilidad del sujeto; f) agotamiento acompañado de descuido. Otra alternativa es el modelo procesual de Leiter y Maslach (1988, citado en Maslach, Schaufeli, Leiter, 2001). Este modelo propone que primero aparece el cansancio, lo cual lleva al desarrollo de cinismo, y a su vez, este último desemboca en ineficacia . Martínez y Pérez (2010), dicen que el modelo considera que el burnout se desarrolla en 24 base a un desbalance entre recursos individuales y demandas laborales. Como respuesta a esta situación, la persona desarrolla cansancio emocional, seguido de la experimentación de despersonalización como mecanismo de afrontamiento. Finalmente, el trabajador experimenta baja realización personal como producto de la baja o nula eficacia al hacer frente a los estresores que presenta el trabajo. Los autores contrastan el modelo de Leiter con el de Golembiewski (1983, citado en Martínez y Pérez, 2010), quien sostiene que el síndrome no se da exclusivamente en profesiones asistenciales y acepta la secuencia cansancio emocional, despersonalización y baja realización. A partir de lo expuesto, formula ocho fases combinando los tres componentes antes nombrados categorizándolos en grupos de alto-bajo. El diseño, teniendo en cuenta que algunas personas no pasan por todas las fases o que las mismas pueden variar de un individuo a otro, habilita la clasificación de casos y de grupos según la virulencia del síndrome. Un sexto modelo presentado es el de Gil Monte, Peiró y Valcárcel (1995, citado en Gil-Monte y Peiró, 1997), que plantea que el proceso de desarrollo del síndrome comienza cuando la realización personal en lo relacionado al trabajo, disminuye; al mismo tiempo, se aumentan los sentimientos de cansancio emocional. Cuando las dos cuestiones antes nombradas se hacen crónicas, aparece la despersonalización como estrategia de afrontamiento. Martínez y Pérez (2010) dicen que este modelo considera que las cogniciones influyen en la conducta y la percepción y que el efecto de éstas últimas y las consecuencias experimentadas influyen otra vez en las cogniciones. Por consiguiente, el síndrome de burnout es una respuesta dada ante una valoración secundaria personal de ineficacia para hacer frente al estrés laboral. Una visión psicoanalítica explica la predisposición al síndrome mediante un elemento clave, insatisfacción de necesidades en la infancia que, mediante determinados 25 mecanismos de defensa, producen una vocación de ayuda. El problema es que los mecanismos reparatorios que imperan no son sanos, es decir que pueden ser narcisistas, neuróticos y hasta psicóticos. También se puede producir una motivación altruista, la cual se origina por una identificación inconsciente (ser parcialmente consciente de las propias necesidades insatisfechas) que produce la experimentación de empatía al observar las necesidades de otros. Sin embargo, la exposición constante a las necesidades ajenas puede reducir la motivación pro social, especialmente si las necesidades y deseos personales no han sido satisfechas y tampoco se consigue la satisfacción que ayuda a neutralizar o compensar el desgaste producido. Por último, la vocación de ayuda también puede estar sustentada por sublimaciones exitosas y deseos creativos que utilizan mecanismos reparatorios sanos. Si esto no es así, sino que las motivaciones inconscientes son insanas, se instala un malestar emocional progresivo, la persona se aísla y se pierde satisfacción laboral (Mingote Adán y Pérez García, 2003). Sintomatología Según una clasificación de Ladstӓtter y Garrosa (2008), siguiendo las clasificaciones comunes de síntomas psicológicos y previa aclaración de que los síntomas a mencionar han sido sacados de observaciones clínicas no controladas o revisión de estudios, los dividen en cinco grupos: 1. Síntomas afectivos: podemos encontrarnos con estado de ánimo deprimido y aunque éste pueda cambiar, hay un espíritu abatido en general. También pueden presentarse bajos recursos emocionales y poco control emocional (Ladstӓtter y Garrosa 2008). 2. Síntomas Cognitivos: sensación de inutilidad, impotencia y desesperanza. Reducción de la habilidad de concentración, tendencia a olvidarse de las cosas y a cometer 26 errores (Ladstӓtter y Garrosa 2008). 3. Síntomas Físicos: Ladstӓtter y Garrosa (2008) dividen esta sección en tres: a) este primer grupo incluye las quejas que se presentan con el distrés: dolores de cabeza, mareos o náuseas, pérdida repentina de peso, o ganar peso, problemas con el sueño, fatiga crónica; b) Trastornos psicosomáticos (úlceras, enfermedades del corazón, resfriados extendidos en el tiempo); c) Reacciones típicas al estrés (hipertensión, aumento de presión cardíaca, sudor, etc.). 4. Síntomas conductuales: se observan hiperactividad, duda y postergación. Mayor consumo de bebidas estimulantes, drogas ilícitas, etc. (Ladstӓtter y Garrosa 2008). 5. Síntomas relacionados con la motivación: carencia de motivación intrínseca. Muestra desilusión, decepción y resignación (Ladstӓtter y Garrosa 2008). Marrau (2009) describe los síntomas en etapas. En la primera de ellas y como primera evidencia del síndrome de burnout, aparece el cansancio, acompañado de depresión, trastornos en el sueño y alteraciones en el apetito. La insatisfacción constituye la segunda etapa, la persona empieza a perder felicidad y placer al realizar sus actividades laborales. Junto con esto, aparecen el cinismo y la indiferencia que muchas veces se generalizan a todo el grupo con el que el sujeto trabaja y que generará a su vez disminución de participación e irritabilidad. En la tercera etapa, el individuo, alcanza una sensación de fracaso profesional y personal y puede iniciar la incorporación de hábitos tóxicos o incluso el abandono del trabajo. Obviamente esto afecta rápidamente a las relaciones sociales, la primera de las cuales será la familiar. Mingote Adán y Pérez García (2003) puntualizan los siguientes síntomas: 1. Mentales: son frecuentes la sensación de vacío, cansancio vital, impotencia y fracaso, autoestima disminuida, merma de realización laboral, nerviosidad, inquietud, problemas de concentración, tendencia a olvidarse, sentimientos depresivos y tolerancia a 27 la frustración disminuida; todos esto acompañado de conductas agresivas y/o paranoides dirigidas a clientes, compañeros de trabajo y familia (Mingote Adán y Pérez García, 2003). 2. Físicos: entre algunos de los síntomas que han sido descriptos se encuentran los dolores de cabeza, dificultades para conciliar el sueño, hipertensión arterial, problemas gastrointestinales, fatiga crónica, taquicardia, problemas del corazón y, en damas, frecuentes ciclos anovulatorios (Mingote Adán y Pérez García, 2003). 3. Comportamentales: se presentan conductas adictivas y orientadas o escapar a la realidad manifestado en mayor consumo de té, café, alcohol, fármacos, tabaco, drogas no legales, faltas al trabajo, rendimiento laboral bajo, distancia afectiva de los compañeros de trabajo, los clientes y la familia (Mingote Adán y Pérez García, 2003). Mingote Adán y Pérez García (2003) describen también tres niveles relacionados al desarrollo del síndrome de quemarse por el trabajo: 1. Primer grado: la persona presenta pérdida de autocrítica, exceso de complacencia propia y alta competitividad. Asimismo se experimenta baja tolerancia a las críticas, la cual se percibe como agresión destructiva. Además se producen problemas relacionales en el trabajo y también en la familia. Finalmente, pueden desarrollarse actitudes negativas como mordacidad e hipercriticismo (Mingote Adán y Pérez García, 2003). 2. Segundo grado: en esta instancia, el trabajador va sufriendo deterioro emocional y físico, dificultades del sueño, cambios en el apetito, alteraciones sexuales, menor energía, poca motivación para trabajar y un elevado ritmo de cambio de posiciones laborales (Mingote Adán y Pérez García, 2003). 3. Tercer grado: el individuo puede sentir síntomas de ansiedad, depresión, acentuación de rasgos neuróticos, trastornos del comportamiento (conductas de riesgo y adictivas y alteraciones en el aspecto relacional), problemas organizacionales, suicidio, 28 retraimiento social (Mingote Adán y Pérez García, 2003). Gil Monte y Peiró (1997) realizan una taxonomía basada en investigaciones empíricas que han correlacionado al síndrome con algunos síntomas: 1. Índices emocionales: en este grupo se encuentran sentimientos de soledad, de alienación, ansiedad y sentimientos de impotencia u omnipotencia (Gil Monte y Peiró, 1997). 2. Índices actitudinales: éstos incluyen la no verbalización, el cinismo, la apatía, la hostilidad y la suspicacia (Gil Monte y Peiró, 1997). 3. Índices conductuales: aquí se halla relación con la agresividad, el propio aislamiento, los cambios repentinos de humor, el enojo frecuente y la irritabilidad (Gil Monte y Peiró, 1997). 4. Índices psicosomáticos: en este apartado se observan diarrea, jaquecas, insomnio, úlceras gastroduodenales, cansancio, alteraciones en el ciclo menstrual, dolores de espalda y cervicales, alergias, aumento en la frecuencia de infecciones, crisis asmáticas, catarros, hipertensión y dolores de pecho y palpitaciones (Gil Monte y Peiró, 1997). Diferenciación de otros constructos Martínez Pérez (2010) desarrolla las diferencias entre los constructos que han generado confusión por compartir muchos síntomas con el burnout y el síndrome: 1. Estrés general: la mayor diferencia es que éste implica efectos tanto positivos como negativos, mientras que el síndrome de burnout solo incluye efectos negativos para el individuo y su entorno. Otra diferencia notable es que, mientras el estrés general puede experimentarse en cualquier área de la vida de la persona, el burnout es específico del ámbito laboral (Martínez Pérez, 2010). 2. Fatiga física: se diferencian en el período de recuperación. La fatiga tiene una 29 recuperación rápida que puede venir con sentimientos de realización y algunas veces, de éxito. El burnout por otro lado, implica una lenta recuperación cuyo compañera usual es la sensación de profundo fracaso (Martínez Pérez, 2010). 3. Depresión: aunque se compartan algunos síntomas, se ha demostrado que los patrones causales y el desarrollo de los mismos es diferente. En general, se acepta que la depresión aparece como consecuencia del burnout (Martínez Pérez, 2010). 4. Aburrimiento o tedio: Maslach y Jackson (1981, citado en Martínez Pérez, 2010) dicen que el burnout se genera a partir de presiones emocionales constantes, sin embargo, el tedio o aburrimiento es causado por todo tipo de presión, o por poca motivación o también innovaciones en el lugar de trabajo. Así mismo, los autores consideran que ambos conceptos son semejantes cuando son secuela de insatisfacción laboral. 5. Crisis de la mitad de la vida: una diferencia importante entre el burnout y la crisis de la mitad de la vida es que el primero se da con mucha frecuencia en jóvenes recién incorporados a un trabajo que probablemente no estén preparados para afrontar conflictos emocionales (Martínez Pérez, 2010). Principales modelos explicativos del síndrome de burnout Gil Monte y Peiró (1999) nombran tres grupos de modelos confeccionados desde perspectivas psicosociales, ellos son: 1. Modelos elaborados desde el escuadre de la llamada teoría socio-cognoscitiva del yo. Lo que identifica a estos grupos es la utilización de las ideas de Albert Bandura para dar una explicación a la etiología del burnout. Consideran, en esencia, que la percepción y las conductas de un individuo se van a ver alteradas por las cogniciones de éste y al mismo tiempo, las cogniciones van a variar por las consecuencias de sus actos y la recolección observada de resultados obtenidos por los demás Este encuadre también cree que la 30 autoeficacia de una persona va a determinar el esfuerzo puesto para la consecución de objetivos y lo simple o dificultoso que le resulte, además de establecer cierta reacción emocional (Gil Monte y Peiró, 1999). Dentro de este grupo se encuentran: a) El modelo de competencia social de Harrison (1983, citado en Gil Monte y Peiró, 1997), quien asume que el burnout es parte de la competencia percibida; más específicamente, el cree que todos los trabajadores empiezan sus tareas con una alta motivación para ayudar y con elevados sentimientos de altruismo, pero luego se encuentran con factores de ayuda o con factores barrera, estos últimos disminuyen los sentimientos de eficacia (el sujeto no consigue sus metas) y si persisten se desencadena el síndrome de burnout que, mediante retroalimentación, facilita la aparición de factores barrera y merma la eficacia percibida y la motivación; b) El modelo de Cherniss (1993, citado en Gil Monte y Peiró, 1997) establece una relación causal entre la falta de capacidad para aumentar los sentimientos de competencia o de éxito del sujeto y el síndrome de burnout; Cherniss incorpora el concepto de autoeficacia de Bandura que podría explicar por qué algunas características del entorno en el que se trabaja (como por ejemplo la baja autonomía) llevan a que se desarrolle el síndrome; c) Modelo de Thompson, Page y Cooper (1993, citado en Gil Monte y Peiró, 1997), cuya propuesta es que las discrepancias demandas-recursos que se anticipan o perciben pueden agudizar el grado de autoconciencia (tendencia a una autopercepción y concentración en el propio estrés, de manera exagerada) lo que afecta al estado anímico y la autoconfianza de forma negativa que lleva a sentimientos de baja realización personal; estos sujetos tienen a retirarse de manera conductual (despersonalización) o psicológica (cansancio emocional) cuando la consecución de sus objetivos se ve frustrada continuamente. 2. Modelos basados en la teoría denominada del intercambio social y más específicamente en los elementos pertenecientes a la teorización de la equidad o a la teoría 31 de la preservación de recursos. Ubican la etiología del síndrome en el desarrollo de una percepción personal de falta de ganancia o equidad. Dicha percepción se forma a partir del contacto interpersonal, a través de un proceso en el que se realiza una comparación social. De esta manera, cuando un sujeto percibe que reiteradamente, da más de lo que recibe en cuando a compromiso y esfuerzo y que no tienen la capacidad de resolver determinada problemática, tenderá a desarrollar sentimientos característicos del síndrome de quemarse por el trabajo (Gil Monte y Peiró, 1999). En este apartado se encuentran los siguientes modelos: a) Modelo de comparación social de Buunk y Schaufeli (1993, citado el Gil Monte y Peiró, 1997) el cual busca explicar la etiología del síndrome en enfermeros y propone que las causas son dos, el intercambio social con los pacientes (caracterizado por incertidumbre, percepción de equidad y falta de control) y los procesos de afiliación u comparación social con los compañeros (la interacción con los mismos tendría un rol contraproducente); b) Modelo de conservación de recursos de Hobfoll y Fredy (1993, citado en Gil Monte y Peiró, 1997) que se basa en el supuesto de que el estrés se da cuando se percibe que aquello que motiva (recursos) está amenazado o se ve frustrado; los estresores laborales pueden amenazar las capacidades para conseguir éxito profesional (también son importantes las relaciones con los demás). Perder recursos parece ser más relevante para desarrollar el síndrome, que la ganancia, así como los recursos de afrontamiento utilizados. 3. Modelos planteados en base a la teoría organizacional, los cuales agregan y enfatizan como causas del síndrome elementos característicos de una organización, como por ejemplo: salud organizacional deficiente, clima de la organización, estructura, conflictos de rol y cultura. También le dan relevancia a las técnicas de afrontamiento utilizadas ante la sensación de quemarse (Gil Monte y Peiró, 1999). Representantes de este grupo son: a) El modelo de Golembiewski, Munzenrider y 32 Carter (1983, citado en Gil Monte y Peiró, 1997), considera que el síndrome se puede dar en cualquier profesión y que su desarrollo es un proceso que se genera por sobrecarga laboral y un rol pobre; esto desemboca en una autoimagen disminuida, irritabilidad y cansancio; posteriormente se desarrollan formas de afrontamiento para alejarse de la situación laboral, cuando el afrontamiento tiene un carácter contraproducente, se desencadena el síndrome de quemarse por el trabajo; b) Modelo de Cox, Kuk y Leiter (1993, citado en Gil Monte y Peiró,1997), el cual entiende que el síndrome de burnout se da en respuesta al estrés laboral que aparece cuando no son eficaces las estrategias de afrontamiento utilizadas por la persona; c) Modelo de Winnubst (1993, citado en Gil Monte y Peiró, 1997) que plantean que los antecedentes de este síndrome dependen de la forma en que se estructura la organización (burocracias mecánicas, donde el síndrome se desencadena por la rutina, falta de control y monotonía; burocracia profesionalizada, donde lo que causa el síndrome es la laxitud relativa que supone continua confrontación con otros y conlleva disfunciones en cuanto al rol y problemas interpersonales) y por los sistemas de apoyo (burocracia mecánica posee comunicación vertical y el apoyo social es mayormente instrumental; burocracia profesionalizada tiene mayor comunicación horizontal y el apoyo social es más informal y emocional). Gil Monte y Peiró (1999) también ofrecen un modelo que reúne elementos del modelo cognitivo y del transaccional para explicar el síndrome de quemarse por el trabajo: (…) respuesta al estrés laboral percibido que surge tras un proceso de reevaluación cognitiva, cuando las estrategias de afrontamiento empleadas por los profesionales no son eficaces para reducir ese estrés laboral percibido. Esta respuesta supone una variable mediadora entre el estrés percibido y sus consecuencias y se inicia con el desarrollo conjunto de baja realización personal en el trabajo y altos sentimientos de agotamiento emocional. Las actitudes de despersonalización que siguen se consideran una estrategia de afrontamiento desarrollada por los profesionales ante la experiencia crónica de baja realización personal en el trabajo y agotamiento emocional (Gil Monte y Peiró, 1999, p. 263 y 264). 33 Consecuencias en relación a la organización Gil Monte y Peiró (1997) enuncian algunas de las consecuencias que tiene el desarrollo del síndrome de quemarse por el trabajo, sobre los objetivos y los resultados de la organización donde trabaja el individuo afectado: disminuye la satisfacción laboral, se eleva el absentismo, hay una tendencia a abandonar el puesto y/o la organización, implicación laboral pobre, poco interés en actividades laborales, detrimento en la calidad del servicio prestado por la organización, los conflictos interpersonales (con superiores, compañeros y clientes) aumentan, al igual que se elevan las rotaciones laborales y los accidentes en el trabajo. El ámbito laboral del agente penitenciario Según Neuman (1994) el trabajo penitenciario posee escaso prestigio, el personal penitenciario cuenta con escasas herramientas y unas condiciones de trabajo que hacen difícil la dignificación y motivación de la tarea que realizan y esto lleva a una falta de interés en ellas además de ineficacia laboral. A esto se le suma que no es un trabajo bien remunerado si se considera la exigencia que requiere. Existen importantes jerarquías y las personas que están en contacto con los internos no tienen mucho poder de decisión cuando se presentan situaciones repentinas, debiendo esperar que la cadena de mandos dé una solución favorable al conflicto súbito y no protocolizado. Pero es a partir de la relación entre agentes penitenciarios e internos donde está la posibilidad de que surja un peligro, y esto define el ámbito laboral en el que se trabaja. Este potencial peligro nace como resultado de considerar al otro como oponente. Si se tiene en cuenta que la tarea del agente penitenciario es de mantener la organización de las unidades penitenciarias, pero que muchas veces se considera que es la de cuidar de los presos, la impresión que da es que 34 éste tiene que pacificar un lugar en el cual el otro protagonista también es su contrincante (Kalinsky, 2008). Neuman (1994) dice que los carceleros son quienes tienen las tareas más difíciles y peligrosas, siempre deben estar atentos a las estrategias de los presos para huir, armar motines y revueltas, asimismo mantienen una actitud severa y sirven siempre a sus superiores. Es decir, en la industria del delito se les paga para que realicen uno de los trabajos más tristes, estar atentos a las tácticas para evadir la seguridad y custodiar a los individuos depositados en la cárcel (Neuman, 2005). Fritz, Southwell y Varela (2004) al explicar cómo se forma un motín en una unidad penal, comentan que el personal de ésta siempre es menor en número que los internos. El trabajo del ya mencionado personal penitenciario, supone tener contacto directo con los internos. Con el objetivo de darnos una idea de ésta situación, los autores dicen que el personal en servicio generalmente conforma solo el 10% del total de la población. Así obtenemos un grupo de personas que conviven de forma forzada en un espacio limitado y otro escaso grupo (el personal) que muchas veces resulta insuficiente para vigilar y poner orden. La forma de evitar conflictos constantes es, según los autores, la falta de rencores y una personalidad justa entre los miembros de estos grupos. En cuanto a los momentos previos a un motín, Fritz, Southwell y Varela (2004) escriben que: Cuando se producían los motines en cadena, en cualquier unidad de máxima seguridad se esperaba el estallido. Era la sensación más tensa y desgastante que había. El personal sabía que en cualquier momento podía ser tomado como rehén en el medio de un motín, y no obstante ello, debía seguir con sus actividades normalmente. Era jugar a una ruleta rusa, en cualquier momento se producía el disparo. Las unidades se preparaban para ello, se reforzaban las guardias, mediante recargos de horario quitándole horas al descanso. El personal tenso, debía aparentar calma, pero observaba especialmente cualquier movimiento, prestos a tratar de escapar a la situación (p. 81) 35 Cuando el motín estalla, la toma de rehenes es la situación más temida y conflictiva para el personal penitenciario, más allá de si les pasa algo o no, esto quedará grabado por siempre en sus mentes. Los rehenes serán usados como forma de asegurarse contra la represión o como elemento de coacción para conseguir sus fines. El hecho de no obtener lo requerido implica una amenaza contra la vida de los rehenes. Este último podría recibir heridas tanto físicas como psíquicas (insultos, amenazas, etc.) lo cual es conocido por todos los agentes y genera angustia en los que no fueron atrapados como rehenes. Posteriormente, cuando la situación se termina, se le exigirá al personal que vuelva a sus tareas, se le dará poco tiempo a la contemplación del desequilibrio surgido y como mucho se jubilará a aquel que no pueda seguir trabajando por incapacidad, sin resarcimientos por daños ni a él ni a su familia. El trauma puede también desarrollarse de forma tardía o silenciosa, lo cual complica aún más las cosas (Fritz, Southwell y Varela, 2004). A esto falta agregar el tema de la forma de regulación honoraria, cambios de turnos y aparición de necesidades fortuitas que demandan más exigencia y perjudican la vida personal del agente. Muchas veces enfrenta cuestiones para las que no fue preparado (síndromes de abstinencia, enfermedades mentales y físicas, reacciones físicas y emocionales ante notificaciones de sentencias, pedidos denegados, evaluación de condiciones especiales como problemas de dinero o abandono de la familia o también la sola situación del encierro). Lo que rige el comportamiento de los agentes penitenciarios no suelen ser los reglamentos sino el agotamiento frente a los requerimientos, quejas, reclamos, pedidos que permanentemente hacen los presos, y no siempre de buena manera y todo esto hace que la paciencia del agente penitenciario llegue a su límite (Kalinsky, 2008). Neuman (1994) habla de los guadiacárceles, quienes son los que están en contacto directo y constante con los internos y los describe como presos que se encuentran del otro 36 lado de la reja. Esto es porque suelen provenir, al igual que los reclusos, de los sectores marginados y humildes de nuestra sociedad. El autor plantea que estos guadiacárceles aceptan el trabajo con la esperanza de subir un peldaño en la escala social pero no advierten que serán sometidos a un proceso de prisionización ya que sus tareas serán las más duras y peligrosas. Neuman (1994) cree que este personal de vigilancia es víctima del sistema que, a su vez, los impulsa a ser victimarios y que se abusa de su bajo nivel educacional y a veces, intelectual. Es frecuente que los guardiacárceles, requisantes y funcionarios posean una forma de pensar retribucionista y que su lado vengativo se renueve cada día. Esto se explica en primer lugar, por el hecho de que para cumplir sus funciones, estas personas deben estar atentas a la seguridad y contención de los internos y, en segundo lugar, porque el sistema que impera en las unidades penales clásicas los ha formado para el rigor y la represión. Esta mentalidad orientada a la seguridad y disciplina los hace pensar que un recluso que vive allí las 24 horas, encerrado en una celda, es alguien que no debe molestar (Neuman, 2001). Por último, Neuman (2001) describe a los funcionarios y especialmente, a los guardiacárceles como parte estable de la población carcelaria. Personas que difícilmente sean creativas, innovadoras y reformistas, sobre todo en lo relacionado a la ideología. Es común que estas personas se comporten mecánicamente, que sean cerrados, ásperos, desconfiados y temerosos. Normativas del servicio penitenciario de Entre Ríos Ley provincial n° 5.797 La Ley provincial N° 5.797, que fue sancionada el 15 de Enero del año 1976 dictamina en su Art. 2° que el Servicio Penitenciario de Entre Ríos está compuesto por la 37 Dirección General del Servicio Penitenciario, Institutos, servicios y organismos indispensables y el personal de seguridad y defensa que va a constituir el Cuerpo Penitenciario. El Servicio Penitenciario de esta provincia depende del Poder Ejecutivo Provincial y más directamente del Ministerio de Gobierno, Justicia y Educación por medio de la Subsecretaria de Justicia (Art. 4, ver Apéndice C). Según el Art 1°, la misión que cumplen es la de custodia, guarda y tratamiento de los procesados y condenados. Es la Dirección General del Servicio Penitenciario la que va a tener a su cargo todos los institutos y Servicios Penitenciarios que se van a encargar de la custodia, guarda y readaptación social de aquellos que hayan sido condenados a sanciones privativas de la libertad (Art. 3, ver Apéndice C). En el Título III de la ya mencionada Ley, se habla específicamente del Personal Penitenciario y en el Art. 9 se declara que es misión de éste realizar las funciones de seguridad y defensa asignadas a la Dirección General del Servicio Penitenciario mencionadas en el Art. 3. El Art. 10 dice que el personal penitenciario posee facultades y atribuciones que corresponden a su calidad de depositario en la fuerza pública; el Art. 11 agrega que éste personal tiene la obligación de, ante la solicitud de las autoridades competentes, cooperar recíprocamente con las Policías, Fuerzas de Seguridad y Defensa y Fuerzas Armadas. El Art. 12 expresa que el uso de armas racional y adecuado se dará cuando sea en situaciones de legítima Defensa o cuando la vida de otro agente, un interno o terceros, se halle en peligro (Ver Apéndice C). En el Capítulo II se define al estado penitenciario como “la situación jurídica creada por el conjunto de deberes y derechos que esta Ley y sus reglamentaciones establecen para los Agentes del Servicio Penitenciario Provincial” (Art. 13, Ver Apéndice C). 38 En el Art. 14 de este mismo capítulo se expresan los deberes de este personal, que son los siguientes: cumplir fielmente leyes y reglamentos, disposiciones y órdenes de sus superiores jerárquicos; portación del arma reglamentario, que debe ser registrada y provista por la Dirección General del Servicio Penitenciario (se usa en todo momento, salvo que la Dirección General disponga lo contrario); dar personalmente el servicio que les corresponda por su función con la eficacia, dedicación, capacidad y diligencia que fueran necesarias, en el lugar de la Provincia donde fueren destinados o comisionados; someterse al régimen disciplinario; dar trato firme pero digno y respetuoso de los derechos humanos a las personas bajo su custodia; presentar una conducta decorosa tanto si está en el servicio como si está fuera de él; realizar cursos de capacitación, preparación, perfeccionamiento, información y especialización así como también pruebas de idoneidad y competencia; usar informe y correspondiente armamento provisto por la institución; mantener reserva y secreto en los asuntos del servicio que lo exijan por su naturaleza; declaración bajo juramento de situación patrimonial y ulteriores modificaciones; encuadrarse en las disposiciones sobre incompatibilidad y acumulación de cargos; promover acciones judiciales o administrativas correspondientes cuando fuese objeto de imputaciones delictuosas; no hacer abandono de cargo; debido conocimiento de leyes, reglamentos y disposiciones del servicio en general y más en particular las que se relacionan con el servicio que desempeña; por último, cumplir otros deberes que en general establezcan las leyes y los reglamentos que en su consecuencia se dicten (ver Apéndice C). Bajo el mismo capítulo se declaran las prohibiciones para los Agentes Penitenciarios: prestar servicios, asociarse, administrar, asesorar, patrocinar o representar a personas o empresas de cualquier tipo que busquen explotar concesiones o privilegios de la administración en el orden nacional, provincial o municipal o fuere proveedores o contratistas de la institución, así como tener intereses de cualquier naturaleza por sí o por 39 interpósita persona con las mismas y utilizar en beneficio propio o de terceros los bienes de aquellas; recibir beneficios por transacciones, concesiones, franquicias, adjudicaciones y contratos otorgados por la institución o cualquier dependencia pública; intervenir de forma directa o indirecta en la obtención de concesiones de la administración pública o de cualquier beneficio que importe un privilegio; Representación, patrocinio o realización de trámites o gestiones administrativas referentes a cuestiones de terceros que se encuentren o no oficialmente a su cargo, hasta un año después del egreso; Aceptar presentes de los internos, liberados, familia, allegados o cualquier persona o utilizar a aquellos para servicio propio o de terceros; Comprar, vender, prestar o tomar prestadas cosas de internos, liberados, familia o allegados y contratar con ellos en general; Hacerse cargo de comisiones de los internos, mediar entre los internos o entre personas ajenas al establecimiento, proporcionar noticias y facilitar comunicación de cualquier modo ya sea que obre o no en atención a retribución por parte de los internos o de terceros; Utilizar los quipos, vehículos, viviendas, alojamientos, uniformes, armas y todo objeto de pertenencia del Estado que les haya sido provisto, para otra cosa que no sea la indicada; Especular en beneficio de sí o de otros con los productos de trabajo penitenciario; Influir en las decisiones de los internos para la asignación de defensor o apoderado; Participar en actividades de partidos políticos; Formular peticiones, quejas o reclamos de forma colectiva, apartarse de la vía jerárquica o no respetar a un superior (Art. 15, ver Apéndice C). A continuación, se numeran en el Art. 16 (ver Apéndice B), los derechos de los Agentes: Conservar el cargo mientras sea idóneo; Progresar en la carrera y percibir las retribuciones; Desempeñar funciones correspondientes al grado; De darse las condiciones, debe ser confirmado en el Servicio Penitenciario luego de un año desde su designación; Rotar los destinos por razones justificadas; Recibir y utilizar vestuario y equipo provisto 40 por la institución, que sea requerido para el desempeño laboral; Asistencia médica en caso de enfermedad o accidente ocurrido en acto o en consecuencia del servicio; Gozar de las licencias y reglamentaciones previstas en esta Ley; Recompensación o permisos especiales como resultado de actos de arrojo o trabajos técnicos científicos vinculados con su función; Presentar recurso ante la superioridad, respetando jerarquías y reglamentaciones; Defensa y patrocinio con cargo de la institución en caso de que al acción fuera realizada por motivo del ejercicio de su función; Gozar de derecho al retiro, pensión por derechohabientes y todo otro beneficio previsional o de seguridad social. El Art. 17 aclara las razones que llevan a perder el Estado Penitenciario, que son por un lado fallecimiento, baja, exoneración o renuncia. Y por el otro lado, estar cumpliendo una pena privativa de la libertad por un delito doloso o inhabilitación para ejercer funciones públicas (Ver Apéndice C). El Capítulo III de la Ley 5.797 relata en su Art. 19 (ver Apéndice C) las jerarquías y grados que organizan al Personal Penitenciario, a saber: 1. Personal Superior: incluyen a los Oficiales Superiores (Inspector General, Prefecto y Subprefecto), Oficiales Jefes (Alcaide Mayor, Alcaide, Subalcaide) y Oficiales (Adjutor Principal, Adjutor, Subadjutor). 2. Personal Subalterno: este grupo abarca a los Suboficiales Superiores (Suboficial Mayor, Suboficial Principal, Sargento Ayudante, Sargento 1°), Suboficiales Subalternos (Sargento, Cabo 1°, Cabo) y, por últimos, a los Agente. El Art. 20 (ver Apéndice C) clasifica al mencionado personal en 4 escalafones y sus correspondientes subescalafones, a continuación se nombrarán todos pero solo se describirá el Escalafón Cuerpo General, que es el que concierne a esta investigación: 1. Escalafón Cuerpo General: este se divide en a) Personal Superior que es el encargado de conducir, organizar, supervisar y ejecutar en el área de seguridad y también 41 el de técnica penitenciaria, el tratamiento de los internos y lo relacionado a inteligencia, apoyo aéreo y comunicaciones de la institución; b) Personal Subalterno: cumple funciones ejecutivas y subordinadas propias del escalafón. 2. Escalafón Administrativo (donde trabaja Personal Superior) 3. Escalafón Profesional: también trabaja solo Personal Superior y comprende los subescalafones Criminología, Sanidad, Servicio Social, Jurídico, Docente, Clero, Trabajo y Construcciones (en este escalafón trabaja Personal Subalterno también y se subdivide en Subprofesionales y Maestranza). 4. Escalafón Auxiliar: trabaja Personal Subalterno y se divide en los subescalafones Oficinista e Intendencia. El Art. 21 (ver Apéndice C) dice que los que se incorporen al Escalafón Cuerpo General, Personal superior, lo harán en calidad de Subadjutor, habiendo aprobado el curso de capacitación correspondiente. El Art. 24 (ver Apéndice C) expresa que el personal subalterno que se incorpore al Escalafón nombrado anteriormente, lo hará en grado de Agente, previo curso de reclutamiento. El Art. 29 (ver Apéndice C) indica los escalafones que podrán alcanzar los agentes penitenciarios, dependiendo del grado en que se encuentren. Sólo se describirán los ascensos correspondientes al escalafón que nos compete: Escalafón Cuerpo General, el Personal Superior tendrá la posibilidad de alcanzar hasta el grado de Inspector General. El personal subalterno, hasta grado de Suboficial Mayor. El Art. 31 (ver Apéndice C) informa que el número de efectivos de cada escalafón será determinado anualmente por el Poder Ejecutivo, teniendo en cuenta las necesidades de Servicio. 42 El Capítulo IV de la presente Ley numera los requisitos para el ingreso al Servicio Penitenciario, los cuales son: ser argentino nativo o por adopción, mostrar libreta cívica o de enrolamiento, haber hecho el servicio militar, que la Dirección General crea que sus antecedentes familiares y de conducta sean compatibles con el cargo, no haber sido separado de la Administración Pública por exoneración, poseer las actitudes tanto físicas como psíquicas exigidas, estar en el marco de edad requerida (Ver Apéndice C). En el Capítulo V se comunica que la Dirección General del Servicio Penitenciario favorecerá la formación profesional y cultural de Agentes Penitenciarios mediante viajes de estudio, cursos, intercambios con instituciones afines del país y presencia en institutos especialmente en materias criminológicas afines, penitenciarias o tributarias de las unidades penales (Ver Apéndice C). El Capítulo IX explica la situación de revista. El personal puede revistarse en actividad, en disponibilidad o en retiro (Ver Apéndice C Art. 51). Los Art. 52, 53 y 55 explican cada situación. El personal en actividad es aquel que se encuentra prestando servicios efectivos. El personal en disponibilidad es el que se encuentra en alguna de las siguientes condiciones: a) estar a disposición de la Dirección General esperando designación de destino; b) estar de licencia por accidente o enfermedad motivada por actos del servicio, desde que haya excedido los seis meses hasta completar 2 años, cumplidos estos se constituirán sus aptitudes con el fin de determinar la situación de revista que correspondiere; c) estar de licencia por enfermedad o accidente pero que no haya sido provocada por el servicio, el plazo en este caso es de 3 meses a un año para volver a determinar la situación de revista; d) estar de licencia por atender asuntos personales excediendo el mes; e) estar suspendido del cargo por medida cautelar; f) finalmente, si el individuo se encuentra suspendido como parte de una sanción o si se encuentra sumariado, hasta que este haya sido resuelto y además sin perjuicio de éste. Revistarse en retiro 43 significa la cesación de la obligación de prestar sus servicios efectivos. El Art 56 nombra los efectos del retiro, a saber: a) Para el ascenso y causa la vacancia del puesto; b) No admite desempeñarse en funciones en actividad (Ver Apéndice C). El capítulo XI explica que los agentes son calificados por sus respectivos jefes y desarrolla las conformaciones de las Juntas de calificaciones. Estas Juntas de calificaciones tienen, además la tarea de realizar dictámenes en solicitudes de reincorporación así como también pedidos de rehabilitación en el caso de personal exonerado (Ver Apéndice B). En el capítulo XII se expone que el encargado de fijar el tiempo que durarán las jornadas de trabajo del servicio será el Poder Ejecutivo, quien tomará las propuestas de la Dirección General del Servicio Penitenciario. También se resalta en este capítulo que, de ser necesario, los agentes deberán cumplir con tareas de recargo, pero que en este caso pueden luego arreglarse asignaciones suplementarias o compensación en el descanso. El último artículo de este capítulo se refiere a situaciones de emergencia (amotinamientos, fugas, siniestros, etc.) puede ocurrir que el personal sea llamado para prestar sus servicios y que esto signifique un recargo en sus tareas pero, dada la situación de emergencia, no hay derecho a salario extraordinario ni a resarcimiento de franco (Ver Apéndice C). En el capítulo XIII se encuentran las normativas en cuanto a licencias y permisos, las cuales se pueden tomar bajo alguna de las siguientes circunstancias: vacaciones anuales, encontrarse en tratamiento médico (debido a enfermedad profesional o accidentes laborales o no), maternidad, asuntos familiares (nacimientos, enfermedades, fallecimientos) en los que la persona deba dedicarse al cuidado, motivos personales, estudios en caso de ser estudiantes, participación en investigaciones científicas o técnicas, congresos, conferencias u otro que sean en el país o en el extranjero. Cuando los estudios o actividades estén relacionados con el perfeccionamiento en la profesión penitenciaria se podrá tener licencia contando con goce de sueldo, luego de determinar condiciones y 44 obligaciones que favorezcan a la institución. Las últimas razones válidas para otorgar licencia serán las que tengan que ver con situaciones de fuerza mayor. En este mismo capítulo se define a la licencia como una autorización formal extendida por parte de un superior competente que exime al trabajador de sus obligaciones con el servicio, que comprende un lapso mayor a los 2 días y se regula mediante normativas, modalidades y tiempos que establezca la reglamentación. Por otro lado, el permiso se conceptualiza como una autorización a los fines de ausentarse del lugar de trabajo por hasta cuarenta y ocho horas y es concedido por el superior que se encuentre al mando de la dependencia. Cuando el personal del servicio penitenciario alcanza la estabilidad en su empleo, pasa a poseer derecho a licencia anual y ordinaria, la cual se otorga de acuerdo a la antigüedad acumulada (sea continua o no) y a una escala que contempla los años de trabajo. La licencia especial se concede por enfermedades o lesiones contraídas y se extiende por un período que no debe sobrepasar los dos años. En caso de matrimonio, enfermedades de familiares, nacimientos, fallecimientos (de familia de hasta segundo grado), maternidad y presentación a exámenes de estudios que no tengan que ver con lo penitenciario, se autoriza una licencia extraordinaria. Por último, se otorga licencia excepcional cuando existen motivos individuales que no encajen en ninguno de los casos nombrados con anterioridad. Las condiciones para acceder a esta última licencia son: tener al menos cinco años de antigüedad profesional y poder comprobar los motivos por los que se pide la licencia, siendo el Director Gral. de la Provincia quien resuelva la concesión de la licencia. El lapso de la misma no podrá sobrepasar los seis meses, no hay goce de haberes y solo puede realizarse una vez en lo que dure la carrera penitenciaria. La licencia ordinaria no puede prescribirse, renunciarse pero si puede acumularse y fraccionarse dependiendo de las necesidades que tenga el servicio (Ver Apéndice C). 45 El capítulo XIV presenta el régimen de retribuciones que toma en cuenta la relevancia del servicio penitenciario. Las retribuciones se refieren al sueldo, las bonificaciones y los suplementos determinados por leyes y decretos. Así mismo, según las leyes y reglamentos, se deberá extender al personal lo que corresponda en materia de gastos por movilidad y viáticos (Ver Apéndice C). En el capítulo XV se encuentran las razones por las cuales el Agente Penitenciario egresa, a saber: fallecimiento, presentación de renuncia, retiro o estar bajo sanción disciplinaria (exoneración o cesantía). No es aceptable una renuncia cuando el sujeto tenga compromiso de servicio que se encuentre pendiente, esté cumpliendo sanción disciplinaria, o se encuentre sometido o sumariado a ésta. Cuando la renuncia se presente en forma correcta la persona deberá seguir prestando su servicio por treinta días corridos (Ver Apéndice C). Los capítulos XVI, XVII y XVIII hablan sobre nombramientos remociones y convocatorias (a quien corresponde la resolución de los mismos), condiciones de reincorporación y uniformes y equipos del personal penitenciario respectivamente (Ver Apéndice C). En el Título IV, Capítulo I se explicita el Régimen disciplinario al que está sujeto el personal penitenciario, el cual es el mismo al que responde el personal de la policía de la Provincia siempre y cuando sea compatible y no haya sido modificado por esta ley (Ley Provincial N° 5.797). Las faltas graves son las que violan las prohibiciones expuestas en ésta ley a los agentes penitenciarios, la sanción será dada por el Poder Ejecutivo, el cual será el responsable de aplicar suspensión por un lapso mayor a quince días, teniendo en cuenta la propuesta hecha por la Dirección Gral. del Servicio Penitenciario. Ésta última deberá tener en cuenta la suspensión de quince días y las sanciones que tengan que ver con 46 arresto y apercibimiento. También es responsabilidad del Poder Ejecutivo la conmutación y remisión referente a la pena impuesta (Ver Apéndice C). El Título V, en su primer y único capítulo pronuncia la aplicación del Código Procesal Penal de la Provincia de Entre Ríos cuando se den casos como los del Título IV y siempre y cuando sea compatible con el objetivo disciplinario que infunde el régimen de defensa y seguridad. Prohíbe penas y sanciones que no se especifiquen en ésta ley y deroga cualquier reglamentación o disposición legal opuesta a esta ley (Ver Apéndice C). Decreto provincial n° 1.506/1988 En el decreto N° 1.506/1988 que expone el reglamento para los internos procesados, se especifica, en el Capítulo V, la conducta que deben mantener éstos con el personal, como ser reconocer que el personal es quien debe darle instrucciones, tratar con respeto, utilizar la palabra “señor” o “señora” al dirigirse a ellos, dejar toda actividad ante el llamado de “atención”, ponerse de pie cuando el personal se dirija a éste, no fumar sin autorización, no hacer obsequios ni dar dinero al personal, entre otros. En el Capítulo XXVI de éste mismo decreto se resalta que el personal penitenciario solo está autorizado a utilizar la fuerza en caso de fugas, resistencia por medio de fuerza activa o pasiva o evasión (o tentativa de) y que aun así el personal no debe excederse. Así mismo, solo se utilizan armas cuando sea con fines preventivos, o cuando la vida, seguridad o salud de un agente, interno o tercero esté en peligro (Ver Apéndice C). Ley nacional n° 24.660 La Ley Nacional N° 24.660 de Ejecución de la pena privativa de la libertad, sancionada el 19 de Junio de 1996 y promulgada el 8 de Julio del mismo año declara en su artículo 77 que en el trato con los internos, el personal penitenciario tiene prohibido utilizar 47 la fuerza, salvo casos de evasión, fuga o tentativas de la misma, o resistencia a ordenes basadas en la norma reglamentaria o legal. Incluso en estas situaciones, cualquier exceso puede ser sancionado administrativa y penalmente (Ver Apéndice C). El artículo 78 dice que el personal que tuviere contacto continuo con los internos no debe estar armado, pero debe tener entrenamiento físico adecuado para responder de forma razonable y eficaz a situaciones violentas. Las armas reglamentarias solo podrán utilizarse en situaciones donde sean indispensables, es decir para prevención o peligro inminente para la salud, seguridad o vida de internos, agentes o terceros (Ver Apéndice C). El capítulo cuarto, que habla sobre la disciplina, indica en el artículo 80 que se aplicarán solo las restricciones necesarias para conservar la seguridad y organización. El artículo 81 dice que solo el director del establecimiento puede ejercer el poder disciplinario, es decir la imposición de sanciones, suspensiones, dar por efectuadas sus aplicaciones o remplazarlas por otras más leves, dependiendo de las circunstancias del asunto. Según el artículo 82, el reglamento puede autorizar a un miembro del personal superior que esté a cargo del establecimiento de forma legal, a mandar aislamiento provisional con los motivos fundamentados correspondientes. Ésta autorización tiene carácter restrictivo y da inmediata intervención al director (Ver Apéndice C). 48 CAPITULO III MARCO METODOLÓGICO Tipo de investigación El presente estudio utilizó un diseño descriptivo transversal dado que se “presenta un panorama del estado de las variables en un grupo de personas (…) en un determinado momento” (Hernández Sampieri, Fernández Collado, Baptista Lucio, 2003, p. 274). Participantes La muestra estuvo compuesta por 47 agentes penitenciarios de ambos sexos que se desempeñan como personal subalterno del Escalafón Cuerpo General en la Unidad Penal N° 1 Dr. Juan José O'Connor de la ciudad de Paraná, Entre Ríos. La edad de los agentes osciló entre los 18 y los 48 años. El muestreo utilizado fue de tipo no probabilístico intencional. Instrumentos Para el procedimiento de recolección de datos se utilizaron los siguientes instrumentos, los cuales serán descriptos a continuación: (a) Inventario de Burnout de Maslach; (b) encuesta realizada a los fines de la investigación para indagar sobre algunas características institucionales y las variables demográficas. Inventario de Burnout de Maslach (MBI) El MBI pretende medir “el síndrome del estrés laboral asistencial a partir de tres aspectos o variables de ese constructo” (Maslach y Jackson, 1997, p. 22). La versión 49 española posee 22 ítems que se valoran en escala Likert de 7 opciones, y se distribuyen en tres dimensiones: realización personal en el trabajo, despersonalización y agotamiento emocional (Boada i Grau, Vallejo y Agulló Tomás, 2004). En este estudio se empleó el MBI en su versión para recursos humanos. La consistencia interna del instrumento en su versión española, medida a través de alpha de Cronbach dio un resultado de 0,90 para cansancio emocional (CE), 0,79 para despersonalización (DP) y de 0,71 para realización personal (RP). Los ítems que pertenecen a cada dimensión son los siguientes: (a) Cansancio emocional: 1, 2, 3, 6, 8, 13, 14, 16, 20; (b) Despersonalización: 5, 10, 11, 15, 22; (c) Realización personal: 4, 7, 9, 12, 17, 18, 19, 21 (Maslach y Jackson, 1997). Otro estudio hecho en nuestro país ha utilizado este instrumento, obteniendo las siguientes propiedades psicométricas: Cabrera (2002) obtuvo un coeficiente de fiabilidad de 0,84 para la dimensión cansancio emocional, 0,43 para la dimensión despersonalización y 0,72 para realización personal. Encuesta Se administró una encuesta creada a los fines de ésta investigación. La misma indaga sobre las siguientes variables demográficas: edad, sexo, estado civil, nivel de estudios alcanzados y si tienen hijos. Estas variables han sido seleccionadas en base a investigaciones anteriores que han encontrado relación entre ellas y el síndrome de burnout (Hernández Martin y Ramos Campo, 2002, Cardenal Sotomayor, Alonso Pombar, 2005, Hernández Martín, et al 2006, Ruiz, 2010). También se realizaron preguntas que apuntaron a averiguar sobre algunas características institucionales, a saber: a) sensación de impotencia; b) falta de descripción del trabajo; c) elección vocacional laboral; d) acontecimientos traumáticos en el trabajo; e) y características del entorno laboral. Las opciones de respuesta fueron de tipo abierta en las preguntas 2, 7, 8, 13 y 15; Sí/No en las 50 preguntas 4, 9, 12, 14, 16 y 17; Sí/A veces/No en las preguntas 18 y 19; Mucho control/Control moderado/Poco control/Ningún control en las preguntas 10 y 11; Muy bueno/Bueno/Regular/Malo para las preguntas 20, 21 y 22. El criterio para la selección de las últimas cinco áreas se realizó, por recomendación del director de tesis y sobre la base de un artículo de Miller y Dell Smith (s.f), publicado en el sitio web de la American Psychological Association que los mencionaba como factores que contribuyen a la aparición del estrés en el ámbito laboral. Procedimiento para la recolección de datos Se realizaron citas con las autoridad pertinentes orientadas a obtener el permiso para aplicar los instrumentos en las instituciones ya mencionadas de la ciudad de Paraná. Antes de tomar los instrumentos se realizó una prueba piloto de la encuesta confeccionada. La misma fue administrada a 5 agentes penitenciarios. El objetivo fue mejorar el instrumento antes de utilizarlo en la toma de muestra. Previa presentación del investigador y el tema de investigación, se entregaron los instrumentos que contenían un consentimiento informado en donde estaban explicadas las características de la investigación y los instrumentos que se aplicarían en instancias de la misma. Este procedimiento se realizó en tres días, como lo habían sugerido los directivos, ya que el turno laboral se completaba en ese plazo de tiempo y así se podría pedir participación a la totalidad de los empleados. Con el fin de preservar la confidencialidad de los datos y el anonimato, se enumeraron las hojas del inventario de Burnout de Maslach y la encuesta, y se entregaron los pares con el mismo número a cada sujeto. La numeración fue necesaria para que no se mezclaran los cuestionarios correspondientes a cada sujeto. Procedimiento para el análisis de los datos 51 Con el objetivo de realizar los cálculos estadísticos a los datos recaudados y su correspondiente análisis, éstos fueron introducidos a una base de datos del Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) versión 18 para Windows. Para describir las variables demográficas y las que se referían a las características institucionales, se utilizaron estadísticos descriptivos y las gráficas correspondientes. Para describir el Burnout se calcularon medias y desvíos estándares. Para contabilizar cuantos sujetos se agrupaban en los diferentes niveles del Burnout categorizado, se utilizaron frecuencias y porcentajes. Para conocer cómo se distribuían algunas características institucionales según los niveles de Burnout se realizaron tablas de contingencia y gráficos de barras agrupadas. Para conocer la relación entre los niveles del burnout y algunas características institucionales se aplicó el coeficiente rho de Spearman para variables ordinales. 52 CAPITULO IV RESULTADOS En este apartado se describen los datos obtenidos luego de los análisis estadísticos realizados. Datos demográficos Género Se evaluaron un total de 47 sujetos a los que se les consultó respecto de su género, un 74,5% (n = 35) pertenecen a la categoría “hombre” y un 25,5% (n = 12) a la categoría “mujer” (Ver Figura 1). Figura 1. Distribución de frecuencia de la variable género. Edad 53 A los mismos sujetos se les preguntó sobre su edad. Según los datos recogidos, el sujeto más joven poseía 18 años y el más grande de 47 años, siendo el promedio de edad de la muestra de 32,6 años con un desvío estándar de 7,13 (Ver Figura 2). Figura 2. Descripción de la distribución de la variable edad. Estado civil Cuando se preguntó sobre el estado civil a la muestra, se recolectaron los siguientes datos: un 44,7% (n = 21) pertenece a la categoría “soltero”, un 27,7% (n = 13) a la categoría “casado”, un 10,6% (n = 5) a la categoría “viudo” y un 12.8 (n = 6) a la categoría “otro” (Ver Figura 3). 54 Figura 3. Distribución de frecuencias de la variable estado civil. Tenencia de hijos Se indagó si los individuos tenían hijos, un 70,2% (n = 33) dijo que sí y un 29,8% (n = 14) respondió que no. La categoría donde se encuentra la mayor frecuencia es la de los que respondieron que sí (Ver Figura 4). 55 Figura 4. Distribución de frecuencias de la variable tenencia de hijos Nivel de estudios alcanzado Al consultar sobre el nivel de estudios alcanzado, un 8,5% (n = 4) respondió que alcanzó los estudios primarios, un 6,4% (n = 3) el ciclo básico (1ero, 2ndo y 3er grado), un 40,4% (n = 19) estudios secundarios, un 19,1% (n = 9) estudios secundarios incompletos, un 8,5% (n = 4) estudios terciarios incompletos, un 6, 4% (n = 3) algunos cursos universitarios y un 10,6% (n = 5) realizó una licenciatura (Ver Figura 5). 56 Figura 5. Distribución de frecuencias de la variable nivel de estudios alcanzado. Características Institucionales Antigüedad laboral Del total de sujetos evaluados (n = 47) a los que se les preguntó sobre el tiempo que llevaban trabajando en el centro penitenciario, el 44,7% (n = 21) dijo llevar entre 1 mes y 5 años trabajando en el lugar, el 42,6% (n = 20) de 6 a 10 años, el 8,5% (n = 4) de 16 a 20 años y el 4,3% (n = 2) de 21 a 25 años (Ver Figura 6). 57 Figura 6. Distribución de frecuencias del tiempo que lleva trabajando en el lugar. Jerarquía Cuando se les interrogó acerca de su jerarquía, el 6,4% (n = 3) dijo pertenecer a la categoría oficial, el 8,5% (n = 4) a la categoría suboficial, el 6,4% (n = 3) a la categoría cabo, el 4,3% (n = 2) a la categoría cabo primero y el 74,5% (n = 35) a la categoría agente (Ver Figura 7). 58 Figura 7. Distribución de frecuencias de la Jerarquía. Responsabilidad laboral Con respecto a la responsabilidad laboral, el 14,9% (n = 7) dijo pertenecer a la categoría “profesionales”, el 72,3% (n = 34) a la categoría “guardia externa” y el 12,8% (n = 6) a la categoría guardia interna (Ver Figura 8). 59 Figura 8. Distribución de frecuencias de respuesta en relación a la responsabilidad laboral. Responsabilidades del cargo Ante la pregunta de si tenían en claro cuáles son específicamente todas las responsabilidades de su cargo, un 95,7% (n = 45) respondió que sí y un 4,3% (n = 2) respondió que no (Ver Figura 9). 60 Figura 9. Distribución de frecuencias de respuesta en relación al conocimiento de las responsabilidades del cargo. Trabajo con los internos Con respecto a cómo se sentían en relación a las situaciones que les tocan enfrentar en su trabajo con los internos, el 27,7% (n = 13) de los sujetos encuestados dijo sentir mucho control, el 55,3% (n = 26) control moderado, el 14,9% (n = 7) poco control y el 2,1% (n = 1) ningún control (Figura 10). 61 Figura 10. Distribución de frecuencias de respuesta en relación al grado de control que siente el sujeto con respecto a las situaciones que le tocan enfrentar en su trabajo con los internos. Trabajo en relación a la institución La misma pregunta pero aplicada a la institución obtuvo las siguientes respuestas: el 25,5% (n = 12) dijo sentir mucho control, el 51,1% (n = 24) control moderado, el 19,1% (n = 9) poco control y el 4,3% (n = 2) ningún control (Ver Figura 11). 62 Figura 11. Distribución de frecuencias de respuesta en relación al grado de control que siente el sujeto con respecto a las situaciones que le tocan enfrentar en su trabajo con respecto a la institución. Capacitaciones laborales Cuando a los mismos sujetos se les preguntó si habían realizado capacitaciones relacionadas con su trabajo, el 76,6% (n = 36) respondió que sí y el 23,4% (n = 11) respondió que no (Ver Figura 12). 63 Figura 12. Distribución de frecuencias de respuesta en relación a si ha realizado capacitaciones relacionadas a su trabajo. Al preguntar cuándo había sido la última capacitación realizada, el 23,4% (n = 11) no lo recordaba, el 23,4% (n = 11) la realizó durante el año 2011, el 14,9% (n = 7) en el 2010, el 4,3% (n = 2) en el 2009, el 8,5% (n = 4) en 2008 y el 4,3% (n = 2) en el 2007 o antes (Ver Figura 13) 64 Figura 13. Distribución de frecuencias con respecto a la última capacitación realizada. Gratificación laboral Se preguntó a los agentes si se sentían gratificados en su trabajo, 14 (29,8%) respondieron que sí y 33 (70,2%) que no (Ver Figura 14). 65 Figura 14. Distribución de frecuencias respecto de la gratificación laboral Al preguntarles a los sujetos en qué se sentían gratificados, un 48,9% (n = 23) no respondió pero había dicho que no se sentía gratificado en la pregunta anterior, un 14,9 (n = 7) no respondió pero había dicho que sí se sentía gratificado, un 2,1% (n = 1) no se siente gratificado por falta de contención, un 6,4% (n = 3) dijo que no se siente gratificado por cuestiones de remuneración, un 10,6% (n = 5) no se siente gratificado por falta de reconocimientos, un 2,1% (n = 1) no se siente gratificado porque no les dan licencias, un 4,3% (n = 2) se siente gratificado por el compañerismo, un 8,5% (n = 4) se siente gratificado por la misma realización de su tarea y un 2,1 (n = 1) se siente gratificado por tener un trabajo (Ver Gráfico 15). 66 Figura 15. Distribución de frecuencias de respuesta a ¿en qué se siente o no se siente gratificado? Cambio de trabajo También se les preguntó a los sujetos: si se les presentara la ocasión ¿cambiarían de trabajo? El 66% (n = 31) de los sujetos respondió que sí y el 34% (n =16) dijo que no (Ver Figura 16). 67 Figura 16. Distribución de frecuencias de respuesta con respecto a si cambiaría de trabajo. Acontecimientos traumáticos en el trabajo Se indagó si los agentes habían vivido acontecimientos traumáticos en el lugar de trabajo, 27 (57,4%) respondieron que sí y 20 (42,6%) manifestaron que no (Ver Figura 17). 68 Figura 17. Distribución de frecuencias con respecto a los acontecimientos traumáticos en el lugar de trabajo. Riesgo en el trabajo Así mismo, se les preguntó si consideran que su lugar de trabajo es riesgoso, 40 (85,1%) dijeron que sí, mientras que 7 (14,9%) manifestaron que a veces (Ver Figura 18). 69 Figura 18. Distribución de frecuencias con respecto al riesgo percibido en el lugar de trabajo. Percepción de seguridad en el lugar de trabajo Al consultarles si se sienten seguros, protegidos en su lugar de trabajo, el 17% (n = 8) contestó que sí, el 31,9% (n = 15) respondió que a veces y el 51,1% (n = 24) manifestó que no (Ver Figura 19). 70 Figura 19. Distribución de frecuencias con respecto a la seguridad percibida en el trabajo. Clima de trabajo Cuando se les consultó cómo percibían el clima de trabajo con respecto a los internos, un 4,3% (n = 2) dijo que era muy bueno, un 29,8% (n = 14) dijo que era bueno, un 51,1% (n = 24) respondió que era regular y un 14,9% (n = 7) que era malo (Ver Figura 20). 71 Figura 20. Distribución de frecuencias de respuesta en relación al clima de trabajo que percibe el sujeto con respecto a los internos. La misma pregunta aplicada a los compañeros obtuvo los siguientes resultados: un 12,8% (n = 6) dijo que era muy bueno, un 66% (n = 31) dijo que era bueno, un 19,1% (n = 9) respondió que era regular y un 2,1% (n = 1) que era malo. La categoría que posee la mayor frecuencia es la de los que respondieron que el ambiente es bueno (Ver Figura 21). 72 Figura 21. Distribución de frecuencias de respuesta en relación al clima de trabajo que percibe el sujeto con respecto a los compañeros de trabajo. Espacio físico de trabajo Con respecto al espacio físico donde ejercen su trabajo, 15 (31,9%) dijeron que el mismo es bueno, 18 (38,3%) que es regular y 14 (29,8%) que es malo (Ver Figura 22). 73 Figura 22. Distribución de frecuencias de respuesta en relación a la calidad percibida del espacio físico donde trabaja. Dimensiones del síndrome de Burnout A continuación se describen los resultados obtenidos al analizar las dimensiones del burnout. Promedios obtenidos por dimensión En la cansancio emocional los sujetos evaluados(n = 47), obtuvieron un promedio 3,01 con una desviación estándar de 1,28. En la dimensión despersonalización obtuvieron un promedio de 2,12 y un desvío estándar de 1,40. Para la dimensión realización personal, los sujetos obtuvieron el siguiente promedio: 3,03 y su desviación estándar fue de 1,04 (Ver Figura 23). 74 Figura 23. Descripción de los puntajes promedio obtenidos por dimensión del burnout. Descripción de la agrupación de los sujetos, según el nivel de burnout percibido. Del total de sujetos evaluados, 17 (36,2%) presentaron baja realización personal, 15 (31,9 %), moderada realización personal y 15 (31,9) elevada realización personal (Ver Figura 24). 75 Figura 24. Distribución de frecuencias de la dimensión cansancio emocional. El 40,4% (n = 19) de dichos sujetos presentaron baja despersonalización, el 27,7% (n = 13) despersonalización moderada y el 31,9% (n = 15) presentaron una sensación de elevada despersonalización (Ver Figura 25). 76 Figura 25. Distribución de frecuencias de la dimensión despersonalización. De los 47 sujetos que fueron evaluados para esta investigación, el 36,2% (n = 17)exhibieron bajo cansancio emocional, el 36,2% (n = 17) cansancio emocional moderado y el 27,7% (n = 13) cansancio emocional elevado (Ver figura 26). 77 Figura 26. Distribución de frecuencias de la dimensión realización personal. Dimensiones del burnout asociadas con variables demográficas y características institucionales Cansancio emocional Antigüedad laboral De los sujetos 17 sujetos que presentaron bajo cansancio emocional en la muestra total, 10 (21,3%) llevaban trabajando en ese lugar entre 1 mes y 5 años, 4 (8,5%) llevaban trabajando entre 6 y 10 años y 3 (6,4) llevaban trabajando entre 16 y 20 años. Los 17 sujetos que presentan cansancio emocional moderado, se distribuyen de la siguiente manera en la muestra total (N = 47): 6 (10,8%) llevaban trabajando entre 1 mes y 78 5 años, 9 (19,1%) llevaban en ese lugar entre 6 y 10 años, 1 (2,1%) llevaba entre 16 y 20 años y 1 (2,1%) llevaba trabajando entre 21 y 25 años allí. Por último, del grupo que presentó un elevado cansancio emocional(n = 13), 5 (10,6%) llevaban trabajando entre 1 mes y 5 años, 7 (14,9%) llevaban trabajando entre 6 y 10 años y 1 (2,1%) llevaba trabajando entre 21 y 25 años (Ver Figura 27). Figura 27. Distribución de frecuencias de la antigüedad laboral y el cansancio emocional. Jerarquía En la muestra total (N = 47) todos los sujetos que tenían jerarquía de oficiales (n = 3), 3 (6,4%) presentaron cansancio emocional moderado. 79 En los sujetos con jerarquía de suboficiales (n = 4), 2 (4,3%) manifiestaron bajo cansancio emocional, 1 (2,1%) manifestó cansancio emocional moderado y 1 (2,1%) presentó elevado cansancio emocional. Con respecto a los sujetos con jerarquía de cabo (n = 3), 2 (4,3%) mostraron bajo cansancio emocional y 1 (2,1%) mostró cansancio emocional moderado. En relación a los individuos con jerarquía de cabo primero (n = 2) 1 (2,1) manifestó bajo cansancio emocional y 1(2,1%) manifestó elevado cansancio emocional. En la muestra total (N = 47), 12 (25,5%) con jerarquía de agente (n = 35) presentaron bajo cansancio emocional, 12 (25,5%) cansancio emocional moderado y 11 (23,4%) elevado cansancio emocional (Ver Figura 28). Figura 28. Distribución de frecuencias de la jerarquía y el cansancio emocional. 80 Responsabilidad laboral De los 7 sujetos con responsabilidad de profesional encuestados, 1 (2,1%) presentó bajo cansancio emocional, 5 (10,6%) cansancio emocional moderado y 1 (2,1%) elevado cansancio emocional. En la muestra total (N = 47), 12 (25,5%) sujetos encargados de la guardia externa (n = 34) manifestaron bajo cansancio emocional, 10 (21,3%) cansancio emocional moderado y 12 (25,5%) elevado cansancio emocional. Con respecto a los individuos encargados de la guardia interna (n = 6), 4 (8,5%) mostraron bajo cansancio emocional y 2 (4,3%) cansancio emocional moderado (Ver Figura 29). Figura 29. Distribución de frecuencias de la responsabilidad laboral y el cansancio emocional. 81 Responsabilidades del cargo En la muestra total (N = 47) de sujetos que tenían en claro su responsabilidad laboral (n = 45), 17 (36,2%) presentaron bajo cansancio emocional, 17 (36,2%) presentaron cansancio emocional moderado y 11 (23,4%) elevado cansancio emocional. En cuanto a los sujetos que no tenían en claro todas las responsabilidades de su cargo (n = 2), 2 (4,3%) presentaron elevado cansancio emocional (Ver Figura 30). Figura 30. Distribución de frecuencias de las responsabilidades del cargo y el cansancio emocional. 82 Gratificación laboral En la muestra total (N = 47), de los sujetos que respondieron que se sentían gratificados por su trabajo (n = 14), 8 (17%) presentaron bajo cansancio emocional, 4 (8,5%) cansancio emocional moderado y 2 (4,3%) un elevado cansancio emocional. Los sujetos que dijeron que no se sentían gratificados laboralmente (n = 33), se distribuyeron de la siguiente manera en la muestra total: 9 (19,1%) presentaron bajo cansancio emocional, 13 (27,7%) cansancio emocional moderado y 11 (23,4%) elevado cansancio emocional (Ver Figura 39). Figura 31. Distribución de frecuencias de la gratificación y el cansancio emocional. 83 Cambio de trabajo En la muestra total (N = 47) de los sujetos que respondieron que, dada la oportunidad, cambiarían de trabajo (n = 31), 5 (10,6%) presentaron bajo cansancio emocional, 14, (29,8%) cansancio emocional moderado y 12 (25,5%) elevado cansancio emocional. Con respecto a los individuos que respondieron que no cambiarían de trabajo (n = 16), 12 (25,5%) presentaron bajo cansancio emocional, 3 (6,4%) cansancio emocional moderado y 1 (2,1%) elevado cansancio emocional (Ver Figura 32). Figura 32. Distribución de frecuencias del cambio de trabajo y el cansancio emocional. 84 Acontecimientos traumáticos en el trabajo En la muestra total (N = 47), de los sujetos que respondieron que habían vivido acontecimientos traumáticos en su trabajo (n = 27), 10 (21,3%) presentaron bajo cansancio emocional, 7 (14,9%) cansancio emocional moderado y 10 (27,3%) elevado cansancio emocional. En cuanto a los sujetos que no vivieron acontecimientos traumáticos en el trabajo (n = 20), 7 (14,9%) presentaron bajo cansancio emocional, 10 (21,3%) cansancio emocional moderado y 3 (6,4%) elevado cansancio emocional (Ver Figura 33). Figura 33. Distribución de frecuencias de los acontecimientos traumáticos en el trabajo y el cansancio emocional. 85 Riesgo en el lugar de trabajo En la muestra total (N = 47), de los sujetos que consideraban riesgoso a su lugar de trabajo (n = 40), 14 (29,8%) presentaban bajo cansancio emocional, 14 (29,8%) cansancio emocional moderado y 12 (25,5%) elevado cansancio emocional. Con respecto a los que consideraban riesgoso su lugar de trabajo a veces (n = 7), 3 (6,4%) presentaron bajo cansancio emocional, 3 (6,4%) cansancio emocional moderado y 1 (2,1) elevado cansancio emocional (Ver Figura 34). Figura 34. Distribución de frecuencias del riesgo en el lugar de trabajo y el cansancio emocional. 86 Percepción de seguridad en el trabajo En la muestra total (N = 47), de los sujetos que respondieron que se sentían seguros en su lugar de trabajo (n = 8), 4 (8,5% ) presentaron bajo cansancio emocional, 2 (4,3%) cansancio emocional moderado y 2 (4,3%) elevado cansancio emocional. En cuanto a los sujetos que dijeron que se sentían seguros a veces (n = 15), 8 (17%) presentaron bajo cansancio emocional, 4 (8,5%) cansancio emocional moderado y 3 (6,4%) elevado cansancio emocional. Con respecto a los sujetos que no se sentían seguros en el lugar de trabajo (n = 24), el 10,6% (n = 5) presentó bajo cansancio emocional, el 23,4% (n = 11) cansancio emocional moderado y el 17 % (n = 8) elevado cansancio emocional (Ver Figura 35). Figura 35. Distribución de frecuencias de percepción de seguridad en el trabajo y el cansancio emocional. 87 Despersonalización Antigüedad laboral En la muestra total (N = 47), de los 19 sujetos que presentaron baja despersonalización, 9 (19,1%) llevaban trabajando en ese lugar entre 1 mes y 5 años, 6 (12,8%) entre 6 y 10 años, 3 (6,4%) entre 16 y 20 años y 1 (2,1%) entre 21 y 25 años. Con respecto a los sujetos que manifestaron vivenciar una despersonalización moderada (n = 13), el 14,9% (n = 7) lleva trabajando entre 1 mes y 5 años allí y el 12,8% (n = 6) entre 6 y 10 años. En cuanto a los sujetos que mostraron una elevada despersonalización (n = 15), 5 (10,6 %) lleva trabajando en ese lugar entre 1 mes y 5 años, 8 (17%) entre 6 y 10 años, 1 (2,1%) entre 16 y 20 años y 1 (2,1%) entre 21 y 25 años (Ver Figura 36). Figura 36. Distribución de frecuencias de la antigüedad laboral y la despersonalización. 88 Jerarquía En la muestra total (N = 47), de los 19 sujetos que presentaron baja despersonalización, 1(2,1%) pertenecía a la jerarquía de oficial, 2 (4,3%) a la de suboficial, 1 (2,1%) a la de cabo, 1(2,1%) a la de cabo primero y 14 (29,8%) a la de agente. Con respecto a los sujetos que presentaron despersonalización moderada (n = 13), 2 (4,3%) pertenecía a la categoría de oficial, 1 (2,1%) a la de cabo y 10 (21,3%) a la de agente. Por último, los 15 sujetos que presentaron elevada despersonalización se distribuyeron de la siguiente forma en la muestra total (N = 47): 2 (4,3%) eran suboficiales, 1 (2,1%) cabo, 1 (2,1%) cabo primero y 11 (23,4%) agentes (Ver Figura 37). Figura 37. Distribución de frecuencias de la jerarquía y la despersonalización. 89 Responsabilidad laboral En la muestra total (N = 47), de las 19 personas que puntuaron bajo en despersonalización, 5 (10,6%) eran profesionales, 9 (19,1%) encargados de la guardia externa y 5 (10,6%) encargados de la guardia interna. En cuando a los sujetos que presentaron despersonalización moderada (n = 13), el 4,3 % (n = 2) eran profesionales y el 23,4% (n = 11) eran encargados de la guardia externa. De los sujetos que puntuaron elevado en despersonalización (n = 15), 14 (29,8%) eran encargados de la guardia externa y 1 (2,1%) de guardia interna (Ver Figura 38) Figura 38. Distribución de frecuencias de la responsabilidad laboral y la despersonalización. 90 Responsabilidades del cargo En la muestra total (N = 47), dentro de los sujetos que respondieron que tienen en claro cuáles son las responsabilidades de su cargo (n = 45), 19 (40,4%) puntuaron bajo en despersonalización, 11 (23,4%) puntuaron moderado y 15 (31,9%) obtuvieron puntuaciones elevadas en esa dimensión. Con respecto a los sujetos que no tenían en claro todas las responsabilidades de su cargo (n = 2), la totalidad (4,3%) presentó despersonalización moderada (Ver Figura 39). Figura 39. Distribución de frecuencias de las responsabilidades del cargo y la despersonalización. 91 Gratificación laboral En la muestra total (N = 47), de los sujetos que dijeron que se sentían gratificados por su trabajo (n = 14), 9 (19,1%) presentaron baja despersonalización, 2 (4,3%) despersonalización moderada y 3 (6,4%) elevada despersonalización. Con respecto a los sujetos que manifestaron no sentirse gratificados por su trabajo (n = 33), 10 (21,3%) presentaron baja despersonalización, 11 (23,4%) despersonalización moderada y 12 (25,5%) elevada despersonalización (Ver Figura 40). Figura 40. Distribución de frecuencias de la gratificación laboral y la despersonalización 92 Cambio de trabajo En la muestra total (N = 47), los sujetos que dijeron que, dada la oportunidad, se cambiarían de trabajo (n = 31), se distribuyeron de la siguiente manera: 11 (23,4%) presentaron baja despersonalización, 9 (19,1%) despersonalización moderada y 11 (23,4%) elevada despersonalización. Con respecto a los que respondieron que no cambiarían de trabajo (n = 16), 8 (17%) presentaron baja despersonalización, 4 (8,5%) despersonalización moderada y 4 (8,5%) elevada despersonalización (Ver Figura 41). Figura 41. Distribución de frecuencias del cambio de trabajo y la despersonalización 93 Acontecimientos traumáticos en el trabajo En la muestra total (N = 47), de los 27 sujetos que habían vivido acontecimientos traumáticos en su trabajo, 9 (19,1%) presentaron baja despersonalización, 6 (12,8%) despersonalización moderada y 12 (25,5%) elevada despersonalización. Los 20 sujetos que no experimentaron dichos acontecimientos, se distribuyeron de la siguiente manera: 10 (21,3%) presentaron baja despersonalización, 7 (14,9%) despersonalización moderada y 3 (6,4%) elevada despersonalización (Ver Figura 42). Figura 42. Distribución de frecuencias de acontecimientos traumáticos en el trabajo y despersonalización 94 Riesgo en el lugar de trabajo En la muestra total (N = 47), del total de sujetos que consideraban su lugar de trabajo como riesgoso (n = 40), 14 (29,8%) presentaron baja despersonalización, 11 (23,4%) despersonalización moderada y 15 (31,9%) elevada despersonalización. Con respecto a los sujetos que a veces consideraban riesgoso su trabajo (n = 7), el 10,6% (n = 5) presentó baja despersonalización y el 4,3% (n = 2) despersonalización moderada (Ver Figura 43). Figura 43. Distribución de frecuencias del riesgo en el lugar trabajo y la despersonalización 95 Percepción de seguridad en el lugar de trabajo En la muestra total (N = 47), del total de sujetos que respondió que se sentían seguros en su lugar de trabajo (n = 8), 4 (8,5%) presentaron baja despersonalización, 2 (4,3%) despersonalización moderada y 2 (4,3%) elevada despersonalización. En cuanto en los sujetos que dijeron que a veces se sentían seguros en el trabajo (n = 15), 10 (21,3%) presentaron baja despersonalización, 3 (6,4%) despersonalización moderada y 2 (4,3%) elevada despersonalización. Con respecto a los sujetos que dijeron que no se sentían seguros (n = 24), 5 (10,6%) presentaron baja despersonalización, 8 (17%) despersonalización moderada y 11 (23,4%) elevada despersonalización (Ver Figura 44). Figura 44. Distribución de frecuencias de la percepción de seguridad en el trabajo y la despersonalización. 96 Realización personal Antigüedad laboral En la muestra total (N = 47), de los sujetos que llevaban trabajando entre 1 mes y 5 años en ese lugar (n = 21), 8 (17%) presentaron baja realización personal, 6 (12,8%) realización personal moderada y 7 (14,9%) elevada realización personal. En cuando a los sujetos que trabajaban en ese lugar entre 6 y 10 años (n = 20), 8 (17%) presentaron baja realización personal, 6 (12,8%) realización personal moderada y 6 (12,8%) elevada realización personal. Con respecto a los sujetos que llevan trabajando en ese lugar entre 16 y 20 años (n = 4), 1 (2,1%) manifestó baja realización personal, 2 (4,3%) realización personal moderada y 1 (2,1%) elevada realización personal. En último lugar, de los que llevaban trabajando allí entre 21 y 25 años (n = 2), 1 (2,1%) presentó realización personal moderada y 1 (2,1%) elevada realización personal (Ver Figura 45). Figura 45. Distribución de frecuencias de la antigüedad laboral y la realización personal. 97 Jerarquía En la muestra total (N = 47), del total de sujetos con baja realización personal (n = 17), 1 (2,1%) pertenecía a la jerarquía de suboficial, 2 (4,3%) a la de cabo y 14 (29,8%) a la de agente. Las personas que presentaron una realización personal moderada (n = 15) se distribuyeron de la siguiente manera en la muestra total: 2 (4,3%) eran suboficiales, 1 (2,1%) era cabo, 1 (2,1%) era cabo primero y 11 (23,4%) eran agentes. Con respecto a los sujetos que presentaron una realización personal elevada (n = 15), 3 (6,4%) eran oficiales, 1 (2,1%) era suboficial, 1 (2,1%) era cabo primero y 10 (21,3%) eran agentes (Ver Figura 46). Figura 46. Distribución de frecuencias de la percepción de seguridad en el trabajo y la realización personal. 98 Responsabilidad laboral En la muestra total (N = 47), del total de sujetos con responsabilidad de profesional (n = 7), 1 (2,1%) presentó realización personal moderada y 6 (12,8%) presentaron elevada realización personal. En cuantos a los encargados de la guardia externa (n = 34), 16 (34%) presentaron baja realización personal, 10 (21,3%) realización personal moderada y 8 (17%) baja realización personal. Con respecto a los encargados de la guardia interna (n = 6), 1 (2,1%) presentó baja realización personal, 4 (8,5%) realización personal moderada, 1 (2,1%) elevada realización personal (Ver Figura 47). Figura 47. Distribución de frecuencias de la responsabilidad laboral y la realización personal. 99 Responsabilidades del cargo En la muestra total (N = 47), del grupo que tenía en claro las responsabilidades de su cargo (n = 45), 16 (34%) presentaron baja realización personal, 14 (29,8%) realización personal moderada y 15 (31,9%) elevada realización personal. Con respecto a los sujetos que no tenían claras cuales eran todas las responsabilidades de su cargo (n = 2), 1 (2,1%) presentó baja realización personal y el 1 (2,1%) manifestó realización personal moderada (Ver Figura 48). Figura 48. Distribución de frecuencias de las responsabilidades del cargo y la realización personal. 100 Gratificación laboral En la muestra total (N = 47), del total de sujetos que respondió que se sentía gratificado con su trabajo (n = 14), 3 (6,4%) presentaron baja realización personal, 6 (12,8%) realización personal moderada y 5 (10,6%) elevada realización personal. Con respecto a los individuos que respondieron que no se sentían gratificados por su trabajo (n = 33), 14 (29,8%) presentaron baja realización personal, 9 (19,1%) realización personal moderada y 10 (21,3%) elevada realización personal (Ver Figura 49). Figura 49. Distribución de frecuencias de la gratificación laboral y la realización personal. 101 Cambio de trabajo En la muestra total (N = 47), de los sujetos que dijeron que, si se presentara la ocasión, cambiarían de trabajo (n = 31), 13 (27,7%) presentaron baja realización personal, 10 (21,3%) realización personal moderada y 8 (17%) elevada realización personal. En cuanto a los sujetos que no cambiarían de trabajo (n = 16), 4 (8,5%) presentaron baja realización personal, 5 (10,6%) realización personal moderada y 7 (14,9%) elevada realización personal (Ver Figura 50). Figura 50. Distribución de frecuencias del cambio de trabajo y la realización personal. 102 Acontecimientos traumáticos en el trabajo En el total de la muestra (N = 47), de los sujetos que habían vivido acontecimientos traumáticos en el trabajo (n = 27), 12 (25,5%) presentaron baja realización personal, 10 (21,3%) realización personal moderada y 5 (10,3%) elevada despersonalización. Con respecto a los sujetos que no vivieron acontecimientos traumáticos en su trabajo (n = 20), 5 (10,6%) presentaron baja realización personal, 5 (10,6%) realización personal moderada y 10 (21,3%) elevada realización personal (Ver Figura 51) Figura 51. Distribución de frecuencias de los acontecimientos traumáticos en el trabajo y la realización personal. 103 Riesgo en el lugar de trabajo En el total de la muestra (N = 47), del total de sujetos que consideraban su lugar de trabajo riesgoso (n = 40), 17 (36,2%) presentó baja realización personal, 14 (29,8%) realización personal moderada y 9 (19,1%) elevada realización personal. Con respecto a los individuos que respondieron que a veces consideraban su lugar de trabajo como riesgoso (n = 7), 1 (2,1%) presentó realización personal moderada y 6 (12,8%) elevada realización personal (Ver Figura 52). Figura 52. Distribución de frecuencias del riesgo en el lugar de trabajo y la realización personal. 104 Percepción de seguridad en el trabajo En el total de la muestra (N = 47), de los sujetos que respondieron que se sentían seguros en su lugar de trabajo (n = 8), 2 (4,3%) presentaron baja realización personal, 2 (4,3%) realización personal moderada y 4 (8,5%) elevada realización personal. Los sujetos que respondieron que a veces se sentían seguros en su trabajo (n = 15) se distribuyeron de la siguiente manera en la muestra total: 2 (4,3%) presentaron baja realización personal, 6 (12,8%) realización personal moderada y 7 (14,9%) elevada realización personal. Con respecto a los individuos que no se sentían seguros en el trabajo (n = 24), 13 (27,7%) presentaron baja realización personal, 7 (14,9%) realización personal moderada y 4 (8,5%) elevada realización personal (Ver Figura 53). Figura 53. Distribución de frecuencias de la sensación de seguridad en el trabajo y la realización personal. 105 Relación entre las dimensiones del burnout y algunas características institucionales Dimensiones del Burnout y grado de control en el ámbito laboral Se quiso conocer la relación existente entre las variables mencionadas, para lo cual se correlacionaron todas las dimensiones del Burnout categorizadas y las variables: grado de control que siente el sujeto con respecto a las situaciones que debe enfrentar tanto con los internos como aquellas situaciones referidas a la institución en sí. Las relaciones significativas encontradas fueron entre el cansancio emocional y despersonalización (rs = 0,314; p = 0,032), esa relación fue positiva, media y estadísticamente significativa. Es decir que a mayor cansancio emocional, mayor despersonalización. También se encontró una relación significativa entre el grado de control sobre situaciones referidas a los internos y el grado de control sobre situaciones referidas a la institución (rs = 0,412; p = 0,004). Esa relación fue positiva, media y estadísticamente significativa. Es decir que a mayor grado de control percibido sobre las situaciones referidas a los internos, mayor grado de control percibido sobre las situaciones referidas a la institución (Ver Tabla 1). 106 Tabla 1 Correlación entre grado de control sobre situaciones referidas a los internos, grado de control sobre situaciones referidas a la institución y las dimensiones del burnout. Cansancio Despersonalización Realización Grado de emocional personal control sobre situaciones referidas a los internos Cansancio emocional Despersonalización Realización personal Grado de control sobre situaciones referidas a los internos. Grado de control sobre situaciones referidas a la institución. - Grado de control sobre situaciones referidas a la institución ,314* -,162 ,073 ,244 - -,338* ,017 ,118 -,162 -,338 - -,192 -,236 ,073 ,017 -,192 ,244 ,118 -,236 ,314* - ,412** ,412** - Dimensiones del burnout y clima de trabajo percibido Se quiso conocer la relación existente entre las variables mencionadas, para lo cual se correlacionaron todas las dimensiones del Burnout categorizadas y las variables: clima de trabajo con respecto a los internos, a los compañeros de trabajo y la calidad percibida del espacio físico donde trabaja. Las relaciones significativas encontradas fueron entre el clima de trabajo con respecto a los internos y el cansancio emocional (rs = 0,352; p = 0,015), esa relación fue positiva, media y estadísticamente significativa. Esto quiere decir que a mejor clima de trabajo con respecto a los internos, mayor cansancio emocional??? 107 También se encontró relación significativa entre el clima de trabajo con respecto a los internos y la despersonalización (rs = 0,451; p = 0,001). Dicha relación fue positiva, media y estadísticamente significativa. Esto quiere decir que a mejor clima de trabajo con respecto a los internos, mayor despersonalización??? Además se encontró relación significativa entre el clima de trabajo con respecto a los internos y la realización personal (rs = -0,506; p = 0,000), la misma fue negativa, media y estadísticamente significativa. Esto quiere decir que a mejor clima de trabajo con los internos, menor realización personal??? Igualmente, se encontró relación significativa entre el clima de trabajo con respecto a los internos y la calidad percibida del espacio físico donde se trabaja (rs = 0,365; p = 0,012). Esta relación fue positiva, media y estadísticamente significativa. Esto quiere decir que a mejor clima de trabajo con los internos, mayor calidad percibida del espacio físico donde se trabaja. Por último, se encontró relación entre la calidad percibida del espacio físico donde se trabaja y la realización personal (rs = -0,364; p = 0,012). Ésta relación fue negativa, media y estadísticamente significativa. Ello quiere decir que a mayor calidad percibida del espacio físico donde se trabaja, menor realización personal??? (Ver Tabla 2) 108 Tabla 2 Correlación entre el clima de trabajo con respecto a los internos, a los compañeros de trabajo, la calidad percibida del espacio físico donde se trabaja y las dimensiones del burnout. Cansancio Despersona- Realización Clima de emocional lización personal trabajo con respecto a los internos Cansancio emocional Despersonalización Realización personal Clima de trabajo con respecto a los internos Clima de trabajo con respecto a los compañeros de trabajo Calidad percibida del espacio físico donde se trabaja - Clima de Calidad trabajo percibida con del respecto espacio a los físico compañeros donde se trabaja ,314* -,162 ,352* ,030 ,203 - -,338* ,451** -,030 ,161 -,162 -,338 - -,506** -,133 -,364* ,352* ,451** -,506** - ,229 ,365* -,133 ,229 - ,166 -,364* ,365* ,166 - ,314* ,030 -,030 ,203 ,161 109 APENDICES NO LLEVAN NÚMERO DE PÁGINA, ACORDATE DE ESO DESPUÉS! APÉNDICE A INSTRUMENTOS 110 Inventario de Burnout de Maslach A continuación se enumera una serie de afirmaciones. Se usa el término persona para señalar a los sujetos que se proporciona el servicio, cuidado o atención aunque en su labor Ud. utilice otro término (por ejemplo: paciente, alumno, cliente, etc.). Conteste indicando con qué frecuencia ha experimentado ese sentimiento marcando con una X una sola opción. 0 Nunca 1 Casi nunca 2 3 4 5 6 Pocas veces A veces Bastante Muchas veces Todos los días Ítem 0 1 Me siento emocionalmente agotado por mi trabajo. 2 Me siento cansado al final de la jornada de trabajo. 3 Me siento fatigado cuando me levanto por la mañana y tengo que enfrentarme con otro día de trabajo. Fácilmente comprendo cómo se sienten las personas. 4 5 6 Creo que trato a algunas personas como si fuesen objetos impersonales. Trabajar todo el día con personas es un esfuerzo. 7 Trato muy eficazmente los problemas de las personas. 8 Me siento “quemado” por mi trabajo. 9 Creo que estoy influyendo positivamente con mi trabajo en la vida de los demás. 10 Me he vuelto más insensible con la gente desde que ejerzo esta profesión. 11 Me preocupa el hecho de que este trabajo me esté endureciendo emocionalmente. 12 Me siento muy activo. 13 Me siento frustrado en mi trabajo. 14 Creo que estoy trabajando demasiado. 15 No me preocupa realmente lo que le ocurre a algunas de las personas a las que doy servicio. 16 Trabajar directamente con personas me produce estrés. 17 Fácilmente puedo crear una atmósfera relajada con las personas a las que doy servicio. 18 Me siento estimulado después de trabajar en contacto con personas. 19 He conseguido muchas cosas útiles en mi profesión. 111 1 2 3 4 5 6 20 Me siento acabado. 21 En mi trabajo trato los problemas emocionales con mucha calma. 22 Creo que las personas que trato me culpan de algunos de sus problemas. 112 CONSENTIMIENTO INFORMADO Estimado participante : Soy tesista de la carrera de Licenciado en Psicología de la Universidad Adventista del Plata y estoy llevando a cabo un estudio que tiene el objetivo de: Investigar sobre el desgaste laboral en agentes penitenciarios. Dicho estudio es requisito para obtener mi licenciatura en Psicología. Su participación en este trabajo de investigación consiste en llenar una encuesta de 23 preguntas y un cuestionario que contiene 22 afirmaciones, esto le tomará aproximadamente 20 minutos. El proceso será estrictamente confidencial, esto quiere decir que su identidad no será revelada, y los datos que Ud. provea serán procesador por un programa estadístico del cual se obtendrán resultados generales sobre lo que hayan respondido todos los sujetos en los test. Su colaboración es voluntaria y usted tiene derecho a retirar el consentimiento para la participación en cualquier momento. El estudio no acarrea ningún riesgo ni recibe ningún beneficio. Estrictamente anónimo y confidencial. ¡¡Muchas gracias por su colaboración!! Instrucciones: encierre en un círculo la respuesta correspondiente o rellene el dato pedido sobre la línea: 1) Sexo: Hombre Mujer 2) Edad: _______ años 3) Estado civil: Soltero Casado Divorciado Otro:________________________ 4) ¿Tiene hijos? Sí No 5) Nivel de estudios alcanzado: Estudios primarios Ciclo básico Estudios secundarios Estudios secundarios incompletos Estudios terciarios Estudios terciarios incompletos Algunos cursos universitarios Licenciado 113 Viudo Otra capacitación: ___________________________ 6) Tiempo que lleva trabajando allí: 0-5 6-10 11-15 16-20 21-25 25-30 años 7) Jerarquía: ___________________________________________________________ 8) Responsabilidad laboral:_______________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ 9) ¿Tiene Ud. en claro cuáles son específicamente todas las responsabilidades de su cargo? Sí No 10) Con respecto a las situaciones que le tocan enfrentar en su trabajo con los internos Ud. siente que tiene: Mucho control Control moderado Poco control Ningún control 11) Con respecto a las situaciones que le tocan enfrentar en su trabajo en relación a la institución, Ud. siente que tiene: Mucho control Control moderado Poco control Ningún control 12) ¿Ha realizado capacitaciones relacionadas a su trabajo? Sí No 13) Si su respuesta a la pregunta anterior fue “sí”, ¿cuándo fue la última?:___________________________ 14) ¿Se siente gratificado en su trabajo? Sí No 15) ¿En qué?:___________________________________________________________ 16) Si se presentara la ocasión ¿cambiaría de trabajo? Sí No 17) ¿Ha vivido acontecimientos traumáticos en su lugar de trabajo? 18) ¿Considera Ud. que su lugar de trabajo es riesgoso? 19) ¿Se siente seguro, protegido en su trabajo? Sí 20) En el lugar donde Ud. trabaja tiene en general un clima: Regular A veces A veces No No No Muy bueno Bueno Muy bueno Bueno Malo 21) Considera Ud. que el espacio físico en el que trabaja es: Regular Sí Sí Malo 114 APÉNDICE B CÁLCULOS ESTADÍSTICOS 115 Frecuencias Estadísticos Estado civil del Sexo del sujeto N Válidos Nivel de estudios sujeto ¿Tiene hijos? alcanzado 47 47 47 47 0 0 0 0 1 1 1 3 Perdidos Moda Tabla de frecuencia Sexo del sujeto Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Hombre 35 74,5 74,5 74,5 Mujer 12 25,5 25,5 100,0 Total 47 100,0 100,0 Estado civil del sujeto Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Soltero 21 44,7 44,7 44,7 Casado 13 27,7 27,7 72,3 Divorciado 5 10,6 10,6 83,0 Viudo 2 4,3 4,3 87,2 Otro 6 12,8 12,8 100,0 Total 47 100,0 100,0 ¿Tiene hijos? Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Sí 33 70,2 70,2 70,2 No 14 29,8 29,8 100,0 Total 47 100,0 100,0 116 Nivel de estudios alcanzado Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Estudios primarios 4 8,5 8,5 8,5 Ciclo Básico 3 6,4 6,4 14,9 Estudios secundarios 19 40,4 40,4 55,3 Estudios secundarios 9 19,1 19,1 74,5 Estudios terciarios incompletos 4 8,5 8,5 83,0 Algunos cursos universitarios 3 6,4 6,4 89,4 Licenciado 5 10,6 10,6 100,0 47 100,0 100,0 incompletos Total Frecuencias Estadísticos Edad del sujeto N Válidos Perdidos 47 0 Media 32,60 Desv. típ. 7,128 Edad del sujeto Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado 18 1 2,1 2,1 2,1 19 1 2,1 2,1 4,3 23 2 4,3 4,3 8,5 24 1 2,1 2,1 10,6 26 3 6,4 6,4 17,0 27 5 10,6 10,6 27,7 28 3 6,4 6,4 34,0 29 5 10,6 10,6 44,7 30 2 4,3 4,3 48,9 31 1 2,1 2,1 51,1 34 2 4,3 4,3 55,3 35 4 8,5 8,5 63,8 36 3 6,4 6,4 70,2 37 2 4,3 4,3 74,5 38 1 2,1 2,1 76,6 117 39 3 6,4 6,4 83,0 40 2 4,3 4,3 87,2 41 1 2,1 2,1 89,4 42 1 2,1 2,1 91,5 44 1 2,1 2,1 93,6 45 1 2,1 2,1 95,7 47 1 2,1 2,1 97,9 48 1 2,1 2,1 100,0 47 100,0 100,0 Total Frecuencias Tabla de frecuencia Tiempo que lleva trabajando allí Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado 0-5 años 21 44,7 44,7 44,7 6-10 años 20 42,6 42,6 87,2 16-20 años 4 8,5 8,5 95,7 21-25 años 2 4,3 4,3 100,0 47 100,0 100,0 Total Jerarquía Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Oficial 3 6,4 6,4 6,4 Suboficial 4 8,5 8,5 14,9 Cabo 3 6,4 6,4 21,3 Cabo primero 2 4,3 4,3 25,5 Agente 35 74,5 74,5 100,0 Total 47 100,0 100,0 118 Responsabilidad laboral Porcentaje Frecuencia Válidos Profesional Porcentaje Porcentaje válido acumulado 7 14,9 14,9 14,9 Guardia externa 34 72,3 72,3 87,2 Guardia interna 6 12,8 12,8 100,0 47 100,0 100,0 Total ¿Tiene Ud. en claro cuáles son específicamente todas las responsabilidades de su cargo? Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Sí 45 95,7 95,7 95,7 No 2 4,3 4,3 100,0 47 100,0 100,0 Total Grado de control que siente el sujeto con respecto a las situaciones que le tocan enfrentar en su trabajo con los internos Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Mucho control 13 27,7 27,7 27,7 Control moderado 26 55,3 55,3 83,0 Poco control 7 14,9 14,9 97,9 Ningún control 1 2,1 2,1 100,0 47 100,0 100,0 Total Grado de control que siente el sujeto con respecto a las situaciones que le tocan enfretar en su trabajo con respecto a la institución Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Mucho control 12 25,5 25,5 25,5 Control moderado 24 51,1 51,1 76,6 Poco control 9 19,1 19,1 95,7 Ningún control 2 4,3 4,3 100,0 47 100,0 100,0 Total 119 ¿Ha realizado capacitaciones relacionadas a su trabajo? Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Sí 36 76,6 76,6 76,6 No 11 23,4 23,4 100,0 Total 47 100,0 100,0 Si su respuesta a la pregunta anterior fue "sí", ¿cuándo fue la última? Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido Sin respuesta (no realizó) 10 21,3 21,3 21,3 Sin respuesta (no recuerda) 11 23,4 23,4 44,7 2011 11 23,4 23,4 68,1 2010 7 14,9 14,9 83,0 2009 2 4,3 4,3 87,2 2008 4 8,5 8,5 95,7 2007 o antes 2 4,3 4,3 100,0 47 100,0 100,0 Total ¿Se siente gratificado en su trabajo? Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido 14 29,8 29,8 29,8 No 33 70,2 70,2 100,0 Total 47 100,0 100,0 ¿en qué? Válidos Perdidos Moda acumulado Sí Estadísticos N acumulado 47 0 1 120 ¿en qué? Frecuencia Válidos Sin respuesta (no se siente Porcentaje Porcentaje válido acumulado Porcentaje 23 48,9 48,9 48,9 7 14,9 14,9 63,8 1 2,1 2,1 66,0 3 6,4 6,4 72,3 5 10,6 10,6 83,0 1 2,1 2,1 85,1 2 4,3 4,3 89,4 4 8,5 8,5 97,9 1 2,1 2,1 100,0 47 100,0 100,0 gratificado) Sin respuesta (si se siente gratificado) No se siente gratificado por falta de contención No se siente gratificado por remuneración No se siente gratificado por falta de reconocimientos No se siente gratificado por licencias Si se siente gratificado por el compañerismo Si se siente gratificado por la tarea misma Si se siente gratificado por tener trabajo Total Si se presentara la ocasión ¿cambiaría de trabajo? Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Sí 31 66,0 66,0 66,0 No 16 34,0 34,0 100,0 Total 47 100,0 100,0 ¿Ha vivido acontecimientos traumáticos en su lugar de trabajo? Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Sí 27 57,4 57,4 57,4 No 20 42,6 42,6 100,0 Total 47 100,0 100,0 121 ¿Considera Ud. que su lugar de trabajo es riesgoso? Porcentaje Frecuencia Válidos Sí Porcentaje válido acumulado 40 85,1 85,1 85,1 7 14,9 14,9 100,0 47 100,0 100,0 A veces Total Porcentaje ¿Se siente seguro, protegido en su trabajo? Porcentaje Frecuencia Válidos Sí Porcentaje Porcentaje válido acumulado 8 17,0 17,0 17,0 A veces 15 31,9 31,9 48,9 No 24 51,1 51,1 100,0 Total 47 100,0 100,0 Clima de trabajo que percibe el sujeto con respecto a los internos Porcentaje Frecuencia Válidos Muy bueno Porcentaje Porcentaje válido acumulado 2 4,3 4,3 4,3 Bueno 14 29,8 29,8 34,0 Regular 24 51,1 51,1 85,1 Malo 7 14,9 14,9 100,0 Total 47 100,0 100,0 Clima de trabajo que percibe el sujeto con respecto a los compañeros de trabajo Porcentaje Frecuencia Válidos Muy bueno Porcentaje Porcentaje válido acumulado 6 12,8 12,8 12,8 31 66,0 66,0 78,7 Regular 9 19,1 19,1 97,9 Malo 1 2,1 2,1 100,0 Total 47 100,0 100,0 Bueno 122 Calidad percibida del espacio físico donde trabaja el sujeto Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Bueno 15 31,9 31,9 31,9 Regular 18 38,3 38,3 70,2 Malo 14 29,8 29,8 100,0 Total 47 100,0 100,0 Tabla de frecuencia Realización personal (agrupado) Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Baja realización personal 17 36,2 36,2 36,2 Realización personal moderada 15 31,9 31,9 68,1 Alta realización personal 15 31,9 31,9 100,0 Total 47 100,0 100,0 Despersonalización (agrupado) Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Baja despersonalización 19 40,4 40,4 40,4 Despersonalización moderada 13 27,7 27,7 68,1 Alta despersonalización 15 31,9 31,9 100,0 Total 47 100,0 100,0 Cansancio emocional (agrupado) Porcentaje Frecuencia Válidos Porcentaje Porcentaje válido acumulado Bajo cansancio emocional 17 36,2 36,2 36,2 Cansancio emocional 17 36,2 36,2 72,3 Alto cansancio emocional 13 27,7 27,7 100,0 Total 47 100,0 100,0 moderado 123 Tablas de contingencias Tabla de contingencia Cansancio emocional (agrupado) * Tiempo que lleva trabajando allí Tiempo que lleva trabajando allí Cansancio emocional Bajo cansancio Recuento (agrupado) emocional % del 0-5 6-10 16-20 21-25 años años años años Total 10 4 3 0 17 21,3% 8,5% 6,4% ,0% 36,2% 6 9 1 1 17 12,8% 19,1% 2,1% 2,1% 36,2% 5 7 0 1 13 10,6% 14,9% ,0% 2,1% 27,7% 21 20 4 2 47 44,7% 42,6% 8,5% total Cansancio emocional Recuento moderado % del total Elevado cansancio Recuento emocional % del total Total Recuento % del 4,3% 100,0% total Tabla de contingencia Cansancio emocional (agrupado) * Jerarquía Jerarquía Cabo Oficial Suboficial Cabo Cansancio Bajo cansancio Recuento emocional emocional % del (agrupado) Total 0 ,0% 2 primero Agente Total 2 1 12 17 4,3% 4,3% 2,1% 25,5% 36,2% 1 0 12 17 2,1% 2,1% ,0% 25,5% 36,2% total Cansancio Recuento emocional % del moderado total Elevado Recuento cansancio % del emocional total Recuento % del 3 6,4% 1 0 1 0 1 11 13 ,0% 2,1% ,0% 2,1% 23,4% 27,7% 3 4 3 2 35 47 8,5% 6,4% 4,3% 6,4% total 124 74,5% 100,0% Tabla de contingencia Cansancio emocional (agrupado) * Responsabilidad laboral Responsabilidad laboral Profesional Cansancio emocional Bajo cansancio Recuento (agrupado) emocional % del Guardia Guardia externa interna Total 1 12 4 17 2,1% 25,5% 8,5% 36,2% 5 10 2 17 10,6% 21,3% 4,3% 36,2% 1 12 0 13 2,1% 25,5% ,0% 27,7% 7 34 6 47 14,9% 72,3% total Cansancio emocional Recuento moderado % del total Elevado cansancio Recuento emocional % del total Total Recuento % del 12,8% 100,0% total Tabla de contingencia Cansancio emocional (agrupado) * ¿Tiene Ud. en claro cuáles son específicamente todas las responsabilidades de su cargo? ¿Tiene Ud. en claro cuáles son específicamente todas las responsabilidades de su cargo? Sí Cansancio emocional Bajo cansancio Recuento (agrupado) emocional % del total Cansancio Recuento emocional moderado % del total Total Elevado cansancio Recuento emocional % del total Recuento % del total 125 No Total 17 0 17 36,2% ,0% 36,2% 17 0 17 36,2% ,0% 36,2% 11 2 13 23,4% 4,3% 27,7% 45 2 47 95,7% 4,3% 100,0% Tabla de contingencia Cansancio emocional (agrupado) * ¿Se siente gratificado en su trabajo? ¿Se siente gratificado en su trabajo? Sí Cansancio emocional Bajo cansancio Recuento (agrupado) emocional % del No Total 8 9 17 17,0% 19,1% 36,2% 4 13 17 8,5% 27,7% 36,2% 2 11 13 4,3% 23,4% 27,7% 14 33 47 total Cansancio emocional Recuento moderado % del total Elevado cansancio Recuento emocional % del total Total Recuento % del 29,8% 70,2% 100,0% total Tabla de contingencia Cansancio emocional (agrupado) * Si se presentara la ocasión ¿cambiaría de trabajo? Si se presentara la ocasión ¿cambiaría de trabajo? Sí Cansancio emocional Bajo cansancio Recuento (agrupado) emocional % del total Cansancio emocional Recuento moderado % del total Elevado cansancio Recuento emocional % del total Total Recuento % del total 126 No Total 5 12 17 10,6% 25,5% 36,2% 14 3 17 29,8% 6,4% 36,2% 12 1 13 25,5% 2,1% 27,7% 31 16 47 66,0% 34,0% 100,0% Tabla de contingencia Cansancio emocional (agrupado) * ¿Ha vivido acontecimientos traumáticos en su lugar de trabajo? ¿Ha vivido acontecimientos traumáticos en su lugar de trabajo? Sí Cansancio emocional Bajo cansancio Recuento (agrupado) emocional % del total Cansancio emocional Recuento moderado % del total Elevado cansancio Recuento emocional % del total Total No 10 7 17 21,3% 14,9% 36,2% 7 10 17 14,9% 21,3% 36,2% 10 3 13 21,3% 6,4% 27,7% 27 20 47 57,4% 42,6% 100,0% Recuento % del total Total Tabla de contingencia Cansancio emocional (agrupado) * ¿Considera Ud. que su lugar de trabajo es riesgoso? ¿Considera Ud. que su lugar de trabajo es riesgoso? Sí Cansancio emocional Bajo cansancio Recuento (agrupado) emocional % del total Cansancio emocional Recuento moderado % del total Elevado cansancio Recuento emocional % del total Total A veces 14 3 17 29,8% 6,4% 36,2% 14 3 17 29,8% 6,4% 36,2% 12 1 13 25,5% 2,1% 27,7% 40 7 47 85,1% 14,9% 100,0% Recuento % del total Total Tabla de contingencia Cansancio emocional (agrupado) * ¿Se siente seguro, protegido en su trabajo? ¿Se siente seguro, protegido en su trabajo? Sí Cansancio emocional Bajo cansancio Recuento (agrupado) emocional % del A veces No Total 4 8 5 17 8,5% 17,0% 10,6% 36,2% 2 4 11 17 total Cansancio emocional Recuento 127 moderado % del 4,3% 8,5% 23,4% 36,2% 2 3 8 13 4,3% 6,4% 17,0% 27,7% 8 15 24 47 17,0% 31,9% total Elevado cansancio Recuento emocional % del total Total Recuento % del 51,1% 100,0% total Tabla de contingencia Despersonalización (agrupado) * Tiempo que lleva trabajando allí Tiempo que lleva trabajando allí 0-5 años Despersonalización Baja (agrupado) Recuento 9 despersonalización % del total Despersonalización Recuento moderada % del total Elevada Recuento Total años años años Total 1 19 19,1% 12,8% 6,4% 2,1% 40,4% 6 0 0 13 14,9% 12,8% ,0% ,0% 27,7% 8 1 1 15 10,6% 17,0% 2,1% 2,1% 31,9% 20 4 2 47 44,7% 42,6% 8,5% 21 % del total 21-25 3 5 Recuento 16-20 6 7 despersonalización % del total 6-10 4,3% 100,0% Tabla de contingencia Despersonalización (agrupado) * Jerarquía Jerarquía Cabo Oficial Suboficial Despersonalización Baja (agrupado) Recuento despersonalización % del Cabo primero Agente Total 1 2 1 1 14 19 2,1% 4,3% 2,1% 2,1% 29,8% 40,4% 2 0 1 0 10 13 4,3% ,0% 2,1% ,0% 21,3% 27,7% 0 2 1 1 11 15 ,0% 4,3% 2,1% 2,1% 23,4% 31,9% 3 4 3 2 35 47 6,4% 8,5% 6,4% 4,3% total Despersonalización Recuento moderada % del total Elevada Recuento despersonalización % del total Total Recuento % del total 128 74,5% 100,0% Tabla de contingencia Despersonalización (agrupado) * Responsabilidad laboral Responsabilidad laboral Profesional Despersonalización Baja Recuento (agrupado) despersonalización % del Guardia Guardia externa interna Total 5 9 5 19 10,6% 19,1% 10,6% 40,4% 2 11 0 13 4,3% 23,4% ,0% 27,7% 0 14 1 15 ,0% 29,8% 2,1% 31,9% 7 34 6 47 14,9% 72,3% total Despersonalización Recuento moderada % del total Elevada Recuento despersonalización % del total Total Recuento % del 12,8% 100,0% total Tabla de contingencia Despersonalización (agrupado) * ¿Tiene Ud. en claro cuáles son específicamente todas las responsabilidades de su cargo? ¿Tiene Ud. en claro cuáles son específicamente todas las responsabilidades de su cargo? Sí Despersonalización Baja despersonalización Recuento (agrupado) Total % del total Despersonalización Recuento moderada % del total Elevada Recuento despersonalización % del total Recuento % del total No Total 19 0 19 40,4% ,0% 40,4% 11 2 13 23,4% 4,3% 27,7% 15 0 15 31,9% ,0% 31,9% 45 2 47 95,7% 4,3% 100,0% Tabla de contingencia Despersonalización (agrupado) * ¿Se siente gratificado en su trabajo? 129 ¿Se siente gratificado en su trabajo? Sí Despersonalización Baja despersonalización (agrupado) No Recuento % del Total 9 10 19 19,1% 21,3% 40,4% 2 11 13 4,3% 23,4% 27,7% 3 12 15 6,4% 25,5% 31,9% 14 33 47 total Despersonalización Recuento moderada % del total Elevada Recuento despersonalización % del total Total Recuento % del 29,8% 70,2% 100,0% total Tabla de contingencia Despersonalización (agrupado) * Si se presentara la ocasión ¿cambiaría de trabajo? Si se presentara la ocasión ¿cambiaría de trabajo? Sí Despersonalización Baja despersonalización (agrupado) Recuento % del total Despersonalización Recuento moderada % del total Elevada Recuento despersonalización % del total Total Recuento % del total No Total 11 8 19 23,4% 17,0% 40,4% 9 4 13 19,1% 8,5% 27,7% 11 4 15 23,4% 8,5% 31,9% 31 16 47 66,0% 34,0% 100,0% Tabla de contingencia Despersonalización (agrupado) * ¿Ha vivido acontecimientos traumáticos en su lugar de trabajo? ¿Ha vivido acontecimientos traumáticos en su lugar de trabajo? Sí Despersonalización Baja despersonalización Recuento 130 No 9 Total 10 19 (agrupado) % del total Despersonalización Recuento moderada % del total Elevada Recuento despersonalización % del total Total Recuento % del total 19,1% 21,3% 40,4% 6 7 13 12,8% 14,9% 27,7% 12 3 15 25,5% 6,4% 31,9% 27 20 47 57,4% 42,6% 100,0% Tabla de contingencia Despersonalización (agrupado) * ¿Considera Ud. que su lugar de trabajo es riesgoso? ¿Considera Ud. que su lugar de trabajo es riesgoso? Sí Despersonalización Baja despersonalización (agrupado) Total Recuento % del total Despersonalización Recuento moderada % del total Elevada Recuento despersonalización % del total Total 14 5 19 29,8% 10,6% 40,4% 11 2 13 23,4% 4,3% 27,7% 15 0 15 31,9% ,0% 31,9% 40 7 47 Recuento % del total A veces 85,1% 14,9% 100,0% Tabla de contingencia Despersonalización (agrupado) * ¿Se siente seguro, protegido en su trabajo? ¿Se siente seguro, protegido en su trabajo? Sí Despersonalización (agrupado) Baja despersonalización Recuento % del total 131 A veces No Total 4 10 5 19 8,5% 21,3% 10,6% 40,4% Despersonalización Recuento moderada % del 2 3 8 13 4,3% 6,4% 17,0% 27,7% 2 2 11 15 4,3% 4,3% 23,4% 31,9% 8 15 24 47 17,0% 31,9% total Elevada Recuento despersonalización % del total Total Recuento % del 51,1% 100,0% total Tabla de contingencia Realización personal (agrupado) * Tiempo que lleva trabajando allí Tiempo que lleva trabajando allí Realización personal Baja realización Recuento (agrupado) personal % del 0-5 6-10 16-20 21-25 años años años años Total 8 8 1 0 17 17,0% 17,0% 2,1% ,0% 36,2% 6 6 2 1 15 12,8% 12,8% 4,3% 2,1% 31,9% 7 6 1 1 15 14,9% 12,8% 2,1% 2,1% 31,9% 21 20 4 2 47 44,7% 42,6% 8,5% total Realización personal Recuento moderada % del total Elevada realización Recuento personal % del total Total Recuento % del 4,3% 100,0% total Tabla de contingencia Realización personal (agrupado) * Jerarquía Jerarquía Cabo Oficial Suboficial Cabo Realización Baja realización Recuento personal personal % del (agrupado) 0 ,0% 1 primero Agente Total 2 0 14 17 2,1% 4,3% ,0% 29,8% 36,2% 1 1 11 15 4,3% 2,1% 2,1% 23,4% 31,9% 1 10 15 total Realización Recuento personal % del moderada total Elevada Recuento 0 ,0% 3 132 2 1 0 realización % del personal total Total 6,4% 2,1% ,0% 2,1% 21,3% 31,9% 3 4 3 2 35 47 8,5% 6,4% 4,3% Recuento % del 6,4% 74,5% 100,0% total Tabla de contingencia Realización personal (agrupado) * Responsabilidad laboral Responsabilidad laboral Profesional Realización personal Baja realización Recuento (agrupado) personal % del Guardia Guardia externa interna Total 0 16 1 17 ,0% 34,0% 2,1% 36,2% 1 10 4 15 2,1% 21,3% 8,5% 31,9% 6 8 1 15 12,8% 17,0% 2,1% 31,9% 7 34 6 47 14,9% 72,3% total Realización personal Recuento moderada % del total Elevada realización Recuento personal % del total Total Recuento % del 12,8% 100,0% total Tabla de contingencia Realización personal (agrupado) * ¿Tiene Ud. en claro cuáles son específicamente todas las responsabilidades de su cargo? ¿Tiene Ud. en claro cuáles son específicamente todas las responsabilidades de su cargo? Sí Realización personal Baja realización Recuento (agrupado) personal % del total 133 No Total 16 1 17 34,0% 2,1% 36,2% Realización personal Recuento moderada % del total Elevada realización Recuento personal % del total Total 14 1 15 29,8% 2,1% 31,9% 15 0 15 31,9% ,0% 31,9% 45 2 47 95,7% 4,3% 100,0% Recuento % del total Tabla de contingencia Realización personal (agrupado) * ¿Se siente gratificado en su trabajo? ¿Se siente gratificado en su trabajo? Sí Realización personal Baja realización personal (agrupado) No Recuento % del Total 3 14 17 6,4% 29,8% 36,2% 6 9 15 12,8% 19,1% 31,9% 5 10 15 10,6% 21,3% 31,9% 14 33 47 total Realización personal Recuento moderada % del total Elevada realización Recuento personal % del total Total Recuento % del 29,8% 70,2% 100,0% total Tabla de contingencia Realización personal (agrupado) * Si se presentara la ocasión ¿cambiaría de trabajo? Si se presentara la ocasión ¿cambiaría de trabajo? Sí Realización personal Baja realización Recuento (agrupado) personal % del total Realización personal Recuento moderada % del total 134 No Total 13 4 17 27,7% 8,5% 36,2% 10 5 15 21,3% 10,6% 31,9% Elevada realización Recuento personal % del total Total Recuento % del total 8 7 15 17,0% 14,9% 31,9% 31 16 47 66,0% 34,0% 100,0% Tabla de contingencia Realización personal (agrupado) * ¿Ha vivido acontecimientos traumáticos en su lugar de trabajo? ¿Ha vivido acontecimientos traumáticos en su lugar de trabajo? Sí Realización personal Baja realización Recuento (agrupado) personal % del total Realización personal Recuento moderada % del total Elevada realización Recuento personal % del total Total Recuento % del total No Total 12 5 17 25,5% 10,6% 36,2% 10 5 15 21,3% 10,6% 31,9% 5 10 15 10,6% 21,3% 31,9% 27 20 47 57,4% 42,6% 100,0% Tabla de contingencia Realización personal (agrupado) * ¿Considera Ud. que su lugar de trabajo es riesgoso? ¿Considera Ud. que su lugar de trabajo es riesgoso? Sí Realización personal Baja realización Recuento (agrupado) personal % del total Realización personal Recuento moderada % del total Elevada realización Recuento personal % del total Total Recuento % del total 135 A veces Total 17 0 17 36,2% ,0% 36,2% 14 1 15 29,8% 2,1% 31,9% 9 6 15 19,1% 12,8% 31,9% 40 7 47 85,1% 14,9% 100,0% Tabla de contingencia Realización personal (agrupado) * ¿Se siente seguro, protegido en su trabajo? ¿Se siente seguro, protegido en su trabajo? Sí Realización personal Baja realización Recuento (agrupado) personal % del A veces No Total 2 2 13 17 4,3% 4,3% 27,7% 36,2% 2 6 7 15 4,3% 12,8% 14,9% 31,9% 4 7 4 15 8,5% 14,9% 8,5% 31,9% 8 15 24 47 17,0% 31,9% total Realización personal Recuento moderada % del total Elevada realización Recuento personal % del total Total Recuento % del total 136 51,1% 100,0% Correlaciones Rho de Spearman Correlaciones Grado de control Rho de Grado de control Grado de que control siente el que sujeto siente el con sujeto respecto con a las respecto situacione a las s que le situacione tocan s que le enfretar tocan en su Cansanci enfrentar trabajo o Realizació en su con emociona n trabajo respecto l personal con los a la (agrupad internos institución o) Coeficient Spearma que siente el e de n sujeto con correlació respecto a las n situaciones que Sig. Despersonalizaci (agrupado ón (agrupado) ) ,412** ,073 ,017 -,192 ,004 ,628 ,909 ,196 47 47 47 47 47 ,412** 1,000 ,244 ,118 -,236 ,099 ,428 ,110 1,000 . le tocan enfrentar (bilateral) en su trabajo con N los internos Grado de control Coeficient que siente el e de sujeto con correlació respecto a las n situaciones que Sig. le tocan enfretar (bilateral) en su trabajo con N respecto a la ,004 . 47 47 47 47 47 ,073 ,244 1,000 ,314* -,162 institución Cansancio Coeficient emocional e de (agrupado) correlació n 137 Sig. ,628 ,099 . ,032 ,278 (bilateral) N Despersonalizaci Coeficient ón (agrupado) 47 47 47 47 47 ,017 ,118 ,314* 1,000 -,338* ,909 ,428 ,032 . 47 47 47 47 47 -,192 -,236 -,162 -,338* 1,000 ,196 ,110 ,278 47 47 47 e de correlació n Sig. ,020 (bilateral) N Realización Coeficient personal e de (agrupado) correlació n Sig. ,020 . (bilateral) N 47 47 **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). *. La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral). Correlaciones Clima de trabajo Clima de que trabajo Calida percib que d e el percibe el percibi sujeto sujeto da del con con espaci Cansanc respec respecto o físico io Realizaci to a a los donde emocion ón al personal los Rho de Clima de interno os de el s trabajo sujeto Coeficie Spearm trabajo que nte de an percibe el correlaci sujeto con ón respecto a los Sig. internos (bilateral compañer trabaja 1,000 . (agrupad Despersonaliza o) ción (agrupado) (agrupad o) ,229 ,365* ,352* ,451** -,506** ,121 ,012 ,015 ,001 ,000 ) 138 N Clima de Coeficie trabajo que nte de percibe el correlaci sujeto con ón respecto a los Sig. compañeros de (bilateral trabajo ) N Calidad Coeficie percibida del nte de espacio físico correlaci 47 47 47 47 47 47 ,229 1,000 ,166 ,030 -,030 -,133 ,264 ,843 ,843 ,374 ,121 . 47 47 47 47 47 47 ,365* ,166 1,000 ,203 ,161 -,364* ,012 ,264 . ,172 ,280 ,012 donde trabaja el ón sujeto Sig. (bilateral ) N Cansancio Coeficie emocional nte de (agrupado) correlaci 47 47 47 47 47 47 ,352* ,030 ,203 1,000 ,314* -,162 ,015 ,843 ,172 . ,032 ,278 47 47 47 47 47 47 ,451** -,030 ,161 ,314* 1,000 -,338* ,001 ,843 ,280 ,032 . 47 47 47 47 47 47 -,506** -,133 -,364* -,162 -,338* 1,000 ,000 ,374 ,012 ,278 47 47 47 47 ón Sig. (bilateral ) N Despersonaliza Coeficie ción (agrupado) nte de correlaci ón Sig. ,020 (bilateral ) N Realización Coeficie personal nte de (agrupado) correlaci ón Sig. ,020 . (bilateral ) N 139 47 47 *. La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral). **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). 140 APÉNDICE C LEYES Y DECRETOS PROVINCIALES Y NACIONALES 141 Ley Provincial N° 5.797 TITULO I CAPITULO I - Misión, Organización y Dependencia Artículo 1º - El Servicio Penitenciario de Entre Ríos, es la rama activa de Seguridad, destinada a la custodia y guarda de los procesados y condenados, y es quien tiene a su cargo la dirección del tratamiento de estos últimos, de acuerdo a las disposiciones legales y reglamentarias vigentes. (Texto s/Ley 9246 - BO. 29/03/00). Artículo 2º - El Servicio Penitenciario Provincial está constituido: a) Por la Dirección General del Servicio Penitenciario. b) Institutos, servicios y organismos indispensables para el cumplimiento de su misión. c) Personal de Seguridad y Defensa que constituye el Cuerpo Penitenciario. Artículo 3º - La Dirección General de Servicio Penitenciario es el organismo técnico de seguridad y defensa que tiene a su cargo y del cual dependen todos los institutos y Servicios Penitenciarios destinados a la custodia y guarda de los procesados y a la readaptación social de los condenados a sanciones privativas de libertad en el territorio de la Provincia de Entre Ríos, de conformidad con las legislaciones al respecto vigentes. Artículo 4º - La Dirección General del Servicio Penitenciario depende del Poder Ejecutivo Provincial, y directamente del Ministerio de Gobierno, Justicia y Educación, a través de la Subsecretaría de Justicia, y cumplirá con las disposiciones judiciales que emanan del Juez de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad. (Texto s/Ley 9246 - BO. 29/03/00). CAPITULO II 142 Artículo 5º - Son funciones de la Dirección General del Servicio Penitenciario: a) Organizar, dirigir y administrar el Servicio Penitenciario de Entre Ríos de acuerdo a las disposiciones legales vigentes. b) Velar por la seguridad y custodia de las personas sometidas a proceso procurando que el régimen carcelario contribuya a preservar o mejorar sus condiciones morales, su educación y su salud física y mental a través de las pertinentes Unidades. c) Promover la readaptación social de los internos condenados a sanciones privativas de la libertad, de acuerdo a las medidas adoptadas por el Juez de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, y a las disposiciones legales vigentes a través de los institutos pertinentes. (Texto s/Ley 9246 - BO. 29/03/00). d) Producir dictámenes criminológicos para las autoridades judiciales y/o administrativas sobre la personalidad y conducta de los internos, en los casos que legal o reglamentariamente corresponda, y toda vez que lo requiera el Juez de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad. (Texto s/Ley 9246 - BO. 29/03/00). e) Participar y colaborar en la asistencia post-penitenciaria. (Texto s/Ley 9246 BO. 29/03/00). f) Asesorar e informar al Poder Ejecutivo y al Juez de Ejecución de Penas en todo asunto que se relacione con la política penitenciaria. (Texto s/Ley 9246 - BO. 29/03/00). g) Cooperar con otros organismos en la elaboración de una política de prevención de la criminalidad. h) Asesorar en materia de su competencia a otros organismos de jurisdicción nacional o provincial. i) Participar en Congresos, actos y conferencias de carácter penitenciario, criminológico y de materias afines, organizando y auspiciando los mismos en la Provincia. 143 j) Auspiciar convenios con la Nación y el resto de las Provincias, en materia de organización carcelaria y régimen de la pena. k) Atender a la formación y perfeccionamiento del personal Penitenciario. Artículo 6º - Son atribuciones de la Dirección General del Servicio Penitenciario: a) Requerir o intercambiar con las administraciones penitenciarias provinciales o nacionales informaciones y datos de carácter técnico y científico. b) Llevar la estadística Penitenciaria Provincial. c) Propiciar y mantener intercambios técnicos-científicos con instituciones similares y afines, provinciales o nacionales. d) Mantener un centro de información sobre las instituciones Oficiales y privadas de asistencia postpenitenciaria. TITULO II ORGANIZACION DE LA DIRECCION GENERAL DEL SERVICIO PENITENCIARIO CAPITULO I - Estructura Artículo 7º - La Dirección General del Servicio Penitenciario está integrada por el Director General, las Direcciones y demás dependencias que se determinen por la reglamentación. Artículo 8º - La Dirección General del Servicio Penitenciario tendrá su asiento en la ciudad Capital de la Provincia de Entre Ríos y será ejercida por una persona designada al efecto por el Poder Ejecutivo, dependiendo de la misma todas las Unidades y Servicios Penitenciarios, competiéndole la representación exclusiva y excluyente de la Institución Penitenciaria. Cuando la designación de Director General del Servicio Penitenciario recayere en Agente Penitenciario en actividad, éste tendrá derecho a conservar su grado, 144 computándosele el tiempo durante el cual duren sus funciones a los efectos de la antigüedad para el derecho de retiro. TITULO III PERSONAL PENITENCIARIO CAPITULO I - Misión y Atribuciones Artículo 9º - La misión de los Agentes Penitenciarios comprende la realización de las funciones de seguridad y defensa asignadas por el artículo 3º a la Dirección General del Servicio Penitenciario. Artículo 10º - El personal penitenciario tiene facultades y atribuciones correspondientes a su calidad de depositario de la fuerza pública de acuerdo a esta Ley y a las reglamentaciones que en su consecuencia se dicten. Artículo 11º - Es obligatoria la cooperación recíproca del personal del Servicio Penitenciario: con las Policías, demás Fuerzas de Seguridad y Defensa y con las Fuerzas Armadas, previa solicitud de las autoridades competentes. Artículo 12º - El personal del Servicio Penitenciario podrá hacer uso racional y adecuado de armas en circunstancias excepcionales de legítima defensa o ante el peligro inminente para la vida, la salud o la seguridad de sí, de Agentes, de internos o terceros. CAPITULO II - Estado Penitenciario Artículo 13º - Estado Penitenciario es la situación jurídica creada por el conjunto de deberes y derechos de esta Ley y sus reglamentaciones establecen para los Agentes del Servicio Penitenciario Provincial. Artículo 14º - Son deberes de los Agentes Penitenciarios: a) Cumplir fielmente las leyes y reglamentos, las disposiciones y órdenes de sus superiores jerárquicos, dados por éstos conforme a sus atribuciones y competencias. 145 b) Portar el arma reglamentaria, registrada y provista por la Dirección General del Servicio Penitenciario. Dicha portación se entiende extensiva a todo momento, salvo disposición en contrario de la Dirección General. c) Prestar personalmente el servicio que corresponda a la función que les fuera asignada con la eficiencia, dedicación, capacidad y diligencia que aquélla reclame, en cualquier lugar de la Provincia, donde fueren destinados o comisionados. d) Someterse al régimen disciplinario. e) Observar para con las personas confiadas a su custodia y cuidado un trato firme, pero digno y respetuoso de los derechos humanos. f) Observar en el servicio y fuera de él una conducta decorosa. g) Seguir cursos de capacitación, preparación, perfeccionamiento, información y especialización y someterse a las pruebas de idoneidad y competencia que se determinen. h) Usar el informe y el correspondiente armamento provisto por la institución. i) Mantener la reserva y el secreto que los asuntos del servicio por su naturaleza exijan. j) Declarar bajo juramento su situación patrimonial y modificaciones ulteriores. k) Encuadrarse en las disposiciones sobre la incompatibilidad y acumulación de cargos. l) Promover las acciones judiciales o administrativas que correspondan, cuando fuere objeto de imputaciones delictuosas. ll) No hacer abandono del cargo. m) Conocer debidamente las leyes, reglamentos y disposiciones permanentes del servicio en general y en particular, las relacionadas con las funciones que desempeña. n) Cumplir los demás deberes que en general establezcan las leyes y reglamentos que en su consecuencia se dicten. 146 Artículo 15º - Queda expresamente prohibido a los Agentes Penitenciarios: a) Prestar servicios remunerados o no, asociarse, administrar, asesorar, patrocinar o representar a personas físicas y jurídicas, empresas privadas o mixtas que tengan por objeto la explotación de concesiones o privilegios de la administración en el orden nacional, provincial o municipal o fuere proveedores o contratistas de la institución; así como tener intereses de cualquier naturaleza que fuere, por sí, o por interpósita persona con las mismas y utilizar en beneficio propio o de terceros los bienes de aquellas. b) Recibir beneficios originados por transacciones, concesiones, franquicias, adjudicaciones y contratos otorgados por la institución o cualquier dependencia pública. c) Intervenir directa o indirectamente en la obtención de concesiones de la administración pública o de cualquier beneficio que importe un privilegio. d) Representar, patrocinar o realizar trámites o gestiones administrativas referentes a asuntos de terceros que se encontraren o no oficialmente a su cargo, hasta un año después del egreso. e) Aceptar dádivas o presentes de los internos, liberados, familiares, allegados o cualquier otra persona, como asimismo utilizar a aquellos en servicio propio o de terceros. f) Comprar, vender, prestar o tomar prestada cosa alguna de los internos, liberados, familiares o allegados y en general contratar con ellos. g) Encargarse de comisiones de los internos, servirles de intermediarios entre sí o entre personas ajenas al Establecimiento, dar noticias y favorecer comunicación, cualquiera fuere el modo empleado y obrase o no en atención a retribución por parte de aquellos o terceros. h) Dar otro destino que no sea el indicado por su naturaleza a los equipos, vehículos, viviendas, alojamientos, uniformes, armas y todo otro objeto de pertenencia del Estado que les haya sido provisto para su uso. 147 i) Especular en beneficio propio o de terceros con los productos del trabajo penitenciario. j) Ejercer influencia sobre los internos para la designación de defensor o apoderado. k) Participar en las actividades de los partidos políticos. l) Formular peticiones, quejas o reclamos en forma colectiva, apartarse de la vía jerárquica, o no guardar el respeto debido al superior. Exceptúase de las Prohibiciones contenidas en los incisos d) y g), al Agente Penitenciario que obre en cumplimiento de una norma legal o reglamentaria. Artículo 16º - Son derechos de los Agentes Penitenciarios: a) Conservar el cargo mientras goce de idoneidad para su desempeño y no se encuentre en condiciones de retiro obligatorio. b) Progresar en la carrera y percibir las retribuciones a que se refiere el Título III, Capítulo XIV de la presente Ley. c) Desempeñar la función que corresponda al grado. d) Ser confirmado en el Servicio Penitenciario cuando haya transcurrido UN (1) AÑO de su designación, si se encontrare el Agente en condiciones para ello. Vencido dicho término, en defecto de expresa confirmación se operará ésta tácitamente. e) Rotar en los destinos por razones debidamente justificadas. f) Recibir y usar el vestuario y equipo provisto por la institución, que se requiera para el desempeño de sus funciones. g) Ser asistido médicamente en caso de accidente o enfermedad ocurrida en acto o a consecuencia del servicio. h) Gozar de las licencias previstas en esta Ley y sus reglamentaciones. i) Obtener recompensas o permisos especiales por actos de arrojo o por trabajos de carácter técnico científico vinculados a la función penitenciaria. 148 j) Presentar recurso ante la superioridad, siguiendo la vía jerárquica, en las formas y condiciones que establezca la reglamentación. k) Ser defendido y patrocinado con cargo de la institución cuando la acción fuese entablada con motivo u ocasión del ejercicio de su función. l) Gozar del derecho a retiro y de la pensión para sus derecho-habientes y de todo otro beneficio previsional o de seguridad social que se constituya. Artículo 17º - El Estado Penitenciario se pierde por: a) Renuncia, baja, exoneración o fallecimiento. b) Condena impuesta por sentencia firme a pena privativa de libertad por delito doloso y/o inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas. Artículo 18º - La pérdida del Estado Penitenciario no importa la del derecho de percepción de los haberes de retiro o pensión que de acuerdo con las disposiciones de la Ley Nº 5.654 puedan corresponderle al agente o sus derecho-habientes, con la excepción establecida en el artículo 19º del Código Penal. (Texto s/Ley 7.979 - BO. 04/09/87). CAPITULO III - Organización del Personal Artículo 19º - El Personal Penitenciario se agra en las siguientes jerarquías y grados: PERSONAL SUPERIOR Oficiales Superiores: Inspector General Prefecto Subprefecto Oficiales Jefes: Alcaide Mayor Alcaide 149 Subalcaide Oficiales: Adjutor Principal Adjutor Subadjutor PERSONAL SUBALTERNO Suboficiales Superiores: Suboficial Mayor Suboficial Principal Sargento Ayudante Sargento 1º Suboficiales Subalternos: Sargento Cabo 1º Cabo Agente Artículo 20º - El personal penitenciario a los fines de su ordenamiento en los escalafones y subescalafones respectivos, se clasifica en la siguiente forma: I. ESCALAFON CUERPO GENERAL Personal Superior: desempeña funciones de conducción, organización, supervisión y ejecución en las áreas de seguridad y técnica penitenciaria, del tratamiento de los internos y a las relacionadas a la inteligencia, al apoyo aéreo y a las comunicaciones de la Institución. Personal Subalterno: 150 desempeña funciones ejecutivas y subordinadas propias del personal comprendido en el Escalafón Cuerpo General. II. ESCALAFON ADMINISTRATIVO Personal Superior: desempeña funciones administrativas especializadas en el orden presupuestario, contable, económico, financiero y patrimonial, que requieran títulos habilitantes mencionados en los artículos 22º y 29º. III. ESCALAFON PROFESIONAL Personal Superior: desempeña funciones científicas, docentes, asistenciales y de asesoramiento técnico, que requieran título habilitante universitario, secundario o especial. Se subdivide en los siguientes subescalafones: a) Criminología: comprende a los médicos, psiquiatras y abogados con versación criminológica; psicólogos y sociólogos afectados a los servicios de observación, clasificación y orientación criminológica del tratamiento penitenciario. b) Sanidad: comprende a los facultativos afectados a los servicios de medicina psicosomática preventiva y asistencial y profesionales afines (médicos, odontólogos, farmacéuticos, bioquímicos, psicólogos, psiquiatras, etc.). c) Servicio Social: comprende a los asistentes sociales diplomados, afectados a los servicios de asistencia Penitenciaria y Postpenitenciaria. d) Jurídico: comprende a los abogados y procuradores afectados a los servicios de asesoramiento, representación y asistencia técnico-jurídica. e) Docente: comprende a los maestros, bibliotecarios y profesores afectados a los servicios de educación correccional. 151 f) Clero: comprende a los Capellanes afectados a los servicios de asistencia espiritual. g) Trabajo: comprende a los ingenieros, veterinarios y otros profesionales, así como a los técnicos industriales y agrónomos y otros con título habilitante a nivel secundario de enseñanza agrícola o industrial, encargados de planificar y dirigir el trabajo penitenciario. h) Construcciones: comprende a los ingenieros, arquitectos, maestros mayores de obra y otros profesionales encargados de organizar, proyectar y dirigir las construcciones. Personal Subalterno: colabora en la realización de las funciones propias del personal comprendido en el Escalafón Profesional. Se subdivide en los siguientes subescalafones: a) Subprofesionales: comprende al personal que colabora en la realización de servicios propios de los subescalafones del Escalafón Profesional. b) Maestranza: comprende al personal afectado a la realización de actividades laborales y a la enseñanza de los internos. IV. ESCALAFON AUXILIAR Personal Subalterno: Desempeña las funciones auxiliares que se requieren para la realización de la misión específica asignada a los escalafones Cuerpo General, Administrativo y Profesional. Se subdivide en los siguientes subescalafones: a) Oficinista: comprende al personal necesario para la realización de tareas de oficina. b) Intendencia: comprende al personal de choferes, motoristas, mayordomos, mozos, ordenanzas y en general a todo el personal de servicio. 152 Artículo 21º - El Escalafón Cuerpo General, Personal Superior, se incorporarán con el grado de Subadjutor, aquellos postulantes que aprueben el curso de capacitación correspondiente. Artículo 22º - Al Escalafón Administrativo, Personal Superior, se incorporarán con el grado de Subadjutor, los peritos mercantiles, que previa selección, aprueben el curso correspondiente. Artículo 23º - Al Escalafón, Personal Superior, se incorporarán previo concurso con el grado de Subadjutor, los aspirantes que posean título habilitante requerido. A los Subescalafones Docente y Trabajo, se incorporarán los aspirantes que posean título de Maestro Normal Nacional o Técnicos Industriales o Agrarios u otro título a nivel secundario en especialidades agrarias o industriales, previa aprobación del curso de capacitación correspondiente. Artículo 24º - Al Escalafón Cuerpo General, Personal Subalterno, la incorporación se producirá con el grado de Agente previa aprobación del curso teórico-práctico de reclutamiento. Artículo 25º - Al Escalafón Profesional Personal Subalterno, la incorporación podrá producirse en los grados de Agente hasta Cabo 1º, inclusive, previo examen de capacitación profesional correspondiente. Artículo 26º - Al Escalafón Auxiliar, la incorporación se producirá con el grado de Agente, previo examen de capacitación profesional correspondiente. Artículo 27º - En los concursos que se realicen para incorporar personal a las diversas especialidades comprendidas en el Escalafón Profesional, los Agentes que revistaren en otros escalafones, que tuvieren el correspondiente título habilitante y reunieran los demás requisitos gozarán de bonificación en el puntaje. 153 Artículo 28º - Cuando se trate de proveer cargo o función que requiera grado superior y no hubiere personal en condiciones de ascenso, por excepción podrá efectuarse la designación en grado superior al previsto en los artículos 23º y 25º previo concurso de antecedentes y/u oposición y cumplimiento de las demás condiciones de ingreso. Artículo 29º - Los Agentes Penitenciaros, de acuerdo al escalafón en que se encuentran incorporados, podrán alcanzar el grado máximo que en cada caso se indica: I. ESCALAFON CUERPO GENERAL Personal Superior: podrá alcanzar hasta el grado superior de Inspector General. Personal Subalterno: podrá alcanzar hasta el grado de Suboficial Mayor. II. ESCALAFON ADMINISTRATIVO Personal Superior: con el título de Perito Mercantil podrá alcanzar el grado de Subprefecto. Con título de Contador Público o Doctor en Ciencias Económicas, podrá alcanzar el grado de Inspector General. III. ESCALAFON PROFESIONAL Personal Superior: podrá alcanzar hasta el grado de Prefecto y cuando posea título universitario hasta el grado de Inspector General. Personal Subalterno: podrá alcanzar hasta el grado de Suboficial Mayor. IV. ESCALAFON AUXILIAR Personal Subalterno: a) Subescalafón Oficinista: podrá alcanzar hasta el grado de Suboficial Mayor. b) Subescalafón Intendencia: podrá alcanzar hasta el grado de Suboficial Mayor. Artículo 30º - Para la constitución del cuadro orgánico a que se refiere el artículo 7º de esta Ley, la reglamentación deberá fijar la correlación entre el grado y la función y la dotación por grado y escalafón. 154 Artículo 31º - El número efectivo de cada uno de los escalafones se determinará anualmente por el Poder Ejecutivo, con arreglo a las necesidades del servicio. CAPITULO IV - Ingreso Artículo 32º - Son condiciones generales de ingreso al Servicio Penitenciario Provincial: a) Ser argentino nativo o por opción. b) Presentar su libreta de enrolamiento o cívica. c) Haber cumplido con el servicio militar. d) Acreditar antecedentes de familia y de conducta que a juicio de la Dirección General sean compatibles con el cargo a desempeñar. e) No haber sido separado de la Administración Pública por exoneración. f) Poseer aptitudes psíquicas y físicas exigidas para el desempeño de las funciones. g) Encontrarse dentro de los límites de edad que se determinen. CAPITULO V - Formación, Perfeccionamiento e Información del personal penitenciario Artículo 33º - La Dirección General del Servicio Penitenciario estimulará la formación cultural y profesional de sus Agentes Penitenciarios por medio de cursos, viajes de estudio, intercambio de funcionarios con instituciones similares o afines del país y concurrencia a institutos especializados en materias penitenciarias o criminológicas afines o tributarias de las ciencias penales. CAPITULO VI - Ascensos Artículo 34º - Los ascensos del personal superior se producirán por decretos del Poder Ejecutivo a propuesta del Director General del Servicio Penitenciario. El personal subalterno será promovido por el Director General del Servicio Penitenciario adreferéndum del Poder Ejecutivo. 155 En ambas categorías de personal la promoción será grado a grado, salvo las necesidades del servicio, con el asesoramiento de las juntas de Calificaciones respectivas que al efecto se constituyan por resolución del Director General del Servicio Penitenciario. Artículo 35º - El tiempo mínimo de antigüedad que se establezca no podrá ser menor de dos (2) años. Sólo podrá prescindirse de este recaudo de antigüedad cuando las necesidades del servicio impusieran cubrir en un determinado grado un número mayor de vacantes que el de los Agentes que tuvieren la antigüedad reglamentaria en el inmediato inferior. Artículo 36º - El ascenso a Inspector General se hará únicamente por selección. Para las demás jerarquías del Personal Superior, los ascensos se otorgarán por antigüedad en el grado calificado. Para el Personal Subalterno los ascensos se otorgarán por antigüedad en el grado calificado. Artículo 37º - Se considerará inhabilitado para ascenso el personal superior y subalterno que se hallare en algunas de las siguientes situaciones: a) Revistare en disponibilidad. b) Falta de la antigüedad mínima determinada en la presente Ley. c) Exceso de licencias en el año calendario no motivadas por enfermedad o lesiones causadas en actos de servicios. d) Bajo sumario administrativo no resuelto. e) Reunir antecedentes disciplinarios desfavorables en el período analizado. Más de siete (7) días de suspensión o más de treinta (30) días de arresto siendo personal subalterno. Más de veinte (20) días de arresto siendo personal superior de cualquiera de los cuadros. 156 f) Bajo proceso y privado de su libertad bajo prisión preventiva. g) Haber sido reprobado en cursos de capacidad penitenciario. h) Haber sido convocado a exámenes de idoneidad y resultar reprobado u obtener postergación por razones personales. i) Haber obtenido postergación de su incorporación a cursos de perfeccionamiento o capacitación especial, cuando le correspondía el turno por antigüedad en el grado, destino u otra causa. Artículo 38º - Dentro de los diez (10) días hábiles de publicados los ascensos que se hará en el Boletín Oficial, los Agentes Penitenciarios que se consideren que debieron ser ascendidos podrán interponer reclamo en la siguiente forma: a) Personal Superior: En primera instancia, ante el Director General del Servicio Penitenciario, en segunda instancia, ante el Poder Ejecutivo, cuando el reclamo se funde en la ilegalidad del acto administrativo impugnado. b) Personal Subalterno: Ante el Director General del Servicio Penitenciario, que resolverá en instancia única, sin perjuicio de lo establecido en la parte in fine del inciso anterior. Artículo 39º - Cuando se hiciere lugar al reclamo y no hubiere vacante, el recurrente ocupará la primera que se produzca. Al sólo efecto de la antigüedad en el nuevo grado se considerará que el ascenso se efectuó en la fecha en que debió ser promovido el Agente Penitenciario. CAPITULO VII - Superioridad y Jerarquía Penitenciaria Artículo 40º - El orden jerárquico se organiza teniendo en cuenta que el Director General del Servicio Penitenciario en virtud del cargo que desempeña, es superior con respecto al personal del Servicio Penitenciario. La superioridad penitenciaria se determina con arreglo a los siguientes principios: 157 a) Por el grado, de acuerdo al artículo 19º. b) Por el cargo que desempeña. c) Por el servicio que presta. d) Por la antigüedad en el grado, en la institución y por la edad. Artículo 41º - Escala Jerárquica Penitenciaria es el conjunto de grados que puede ocupar el personal en los respectivos escalafones. Grado es cada uno de los escalafones que, en conjunto, constituyen la escala jerárquica. Artículo 42º - Los grados que integran la escala jerárquica Penitenciaria se agrupan del modo siguiente; a) Personal Superior: Oficiales Superiores, Oficiales Jefes y Oficiales. b) Personal Subalterno: Suboficiales Superiores, Suboficiales Subalternos y Tropa Penitenciaria. Artículo 43º - La denominación Agente Penitenciario corresponde a todo el personal de la carrera de la institución. Oficial es la denominación que distingue a los que poseen grado desde Subadjutor a Inspector General inclusive. Suboficial es la denominación que corresponde a los que poseen grados desde Cabo a Suboficial Mayor inclusive. Tropa Penitenciaria es la denominación correspondiente al grado de Agente. Artículo 44º - Preminencia es la plación que existe, a igualdad de grado entre el Personal del Cuerpo General respecto del Cuerpo Profesional, y éste del Cuerpo Técnico y otros agrupamientos. Artículo 45º - Prioridad es la relación que se tiene sobre otro Agente de igual grado, por razones del orden en el Escalafón. Artículo 46º - La preminencia no impone el deber de subordinación, tan sólo establece el deber de respeto del Subalterno al Superior. 158 Artículo 47º - Se denomina Cargo Penitenciario, a la función que, por sucesión del mando u orden superior corresponde desempeñar a un Agente Penitenciario. Artículo 48º - Cuando el cargo corresponde a una jerarquía superior a la del titular, que asume por sucesión automática se denomina Accidental, cualquiera fuera la duración en el desempeño del mismo. Cuando el cargo se desempeña por designación, con carácter provisional, se denomina Interino. Cuando concurran ambas circunstancias siempre se preferirá la segunda denominación indicada. CAPITULO VIII - Estabilidad Penitenciaria Artículo 49º - El Personal Penitenciario de la institución gozará de Estabilidad en el Empleo y sólo podrá ser privado del mismo y de los Deberes y Derechos del Estado Penitenciario, en los siguientes casos: a) Por renuncia. b) Por sentencia judicial firme, con pena privativa de la libertad, que no admita ejecución en suspenso. c) Por sentencia firme, con pena principal o accesoria de inhabilitación absoluta o especial para el desempeño de funciones públicas. d) Por resolución definitiva recaída en sumario administrativo por falta grave, o concurso de faltas graves. e) Por resolución definitiva recaída en información sumaria sustanciada para la comprobación de disminución de aptitudes físicas o mentales que impidan el correcto desempeño del cargo que corresponda al causante, con intervención de Junta Médica, constituida por lo menos por tres profesionales y dictamen de Asesoría Letrada. En todos los casos deberá oírse al afectado en su descargo o documentarse debidamente la imposibilidad de hacerlo por sí, en razón de su estado. 159 f) Por bajas en las filas de la institución, conforme a las disposiciones de la presente ley. Artículo 50º - La permanencia en el lugar de Destino asignado por un tiempo no inferior a un (1) año, es un derecho común, a todo Agente Penitenciario. Para los que tuvieren dos o más familiares a cargo, este derecho se extenderá a (2) dos años continuos. Sólo podrán oponerse a este derecho: Razones propias del servicio. En estos casos la resolución que disponga el traslado deberá ser fundada. Contra la misma podrá interponerse reclamo en la forma prevista en el artículo 38º. CAPITULO IX - Situación de Revista Artículo 51º - El Personal del Servicio Penitenciario revistará: a) En actividad. b) En disponibilidad. c) En retiro. Artículo 52º - Se encuentra en actividad el personal que presta servicios efectivos. Artículo 53º - Revistará en disponibilidad el personal: a) Que permanezca a disposición de la Dirección General a la espera de la designación de destino. b) El que se halle en uso de licencia motivada por accidente o enfermedad por acto de servicio, desde que exceda los seis (6) meses hasta completar los dos (2) años como máximo, a cuyo término se establecerán sus aptitudes para determinar la situación de revista que corresponda. c) El que se halle en uso de licencia no motivada por accidente o enfermedad del servicio, desde que exceda los tres (3) meses hasta completar un (1) año como máximo a 160 cuyo término se establecerán sus aptitudes para determinar la situación de revista que corresponda. d) El que se halle con licencia por asuntos personales por más de un mes. e) El que se encuentre suspendido en el ejercicio del cargo como medida cautelar. f) El que se encontrase sancionado con suspensión, o se encontrase sumariado, hasta las resultas del sumario y sin perjuicio de él. Artículo 54º - El tiempo pasado en disponibilidad se computará a los efectos del ascenso y retribución, en la siguiente forma: a) Al personal comprendido en el inciso a) del art. 53º como en servicio efectivo. b) Al comprendido en el inciso b) del art. 53º como en servicio efectivo. c) Al comprendido en el inciso c) del art. 53º solamente a los efectos de la retribución. d) Al comprendido en el inciso d) del art. 53º no se le computará a ningún efecto. e) Al comprendido en el inciso e) del art. 53º no se le computará para el ascenso, salvo que haya sido sobreseído o absuelto en la causa, no se le haya aplicado sanción disciplinaria por falta de mérito o ésta haya sido de apercibimiento. En el caso de que aplicare suspensión o arresto como medida sancionatoria y el monto de esta fuera menor que el tiempo en que estuvo afectado por la medida cautelar, la diferencia se computará a todos los efectos. Artículo 55º - El retiro determina que los Agentes Penitenciarios cesen definitivamente en su obligación de prestar servicio efectivo. Artículo 56º - El retiro tiene los siguientes efectos: a) Cierra el ascenso y produce la vacancia del cargo. b) No permite desempeñar funciones en actividad. CAPITULO X - Fijación de Destino y Asignaciones de Funciones 161 Artículo 57º - La fijación de destino de todos los Agentes Penitenciarios corresponde al Director General del Servicio Penitenciario. Artículo 58º - La asignación de la función corresponde al Director General del Servicio Penitenciario, desde el grado de Subalcaide inclusive. Para los grados inferiores, los Jefes de Organismos, Establecimientos y Servicios, tendrán idéntica facultad con respecto a los Agentes Penitenciarios bajo su dependencia, cuya función no hubiese sido expresamente dispuesta por el Director General. CAPITULO XI - Calificaciones Artículo 59º - Los Agentes Penitenciarios serán calificados anualmente en forma individual, con vista a ser efectivo su progreso en la carrera, por sus respectivos jefes. La calificación comprenderá por lo menos dos instancias y será notificada a los interesados quienes podrán recurrir de ella según lo dispuesto en el artículo 38º de la presente ley, para los ascensos. Artículo 60º - Se constituirán tres (3) Juntas de Calificaciones: a) Junta Superior de Calificaciones encargada de establecer el orden de mérito para el ascenso de los Inspectores Generales; de dictaminar respecto del Personal Superior que anualmente debe pasar a retiro obligatorio, y se dictamina en los reclamos del Personal Superior mencionado en el artículo 38º. b) Del Personal Superior, encargada de establecer el orden de mérito para el ascenso de estos Agentes. c) Del Personal Subalterno, encargada de establecer el orden de mérito para el ascenso de estos Agentes. Las Juntas de Calificaciones mencionadas en los incisos a), b) y c) entenderán en los reclamos a que se refiere el artículo 38º. 162 Artículo 61º - Además de lo establecido en el artículo 60º, corresponde a las Juntas de Calificaciones: a) Dictaminar en las solicitudes de reincorporaciones y en los pedidos de rehabilitación del personal exonerado. CAPITULO XII - Régimen del Servicio Artículo 62º - El Poder Ejecutivo, a propuesta de la Dirección General del Servicio Penitenciario, reglamentará la duración de las jornadas del servicio del personal comprendido en los Escalafones mencionados en la presente ley. Artículo 63º - La fijación de las jornadas de labor no excluyen a ningún Agente Penitenciario de la obligación de desempeñar eventualmente tareas de recargo cuando las necesidades del servicio así lo requieran. En tales casos, podrá acordarse descanso compensatorio o asignación suplementaria. Artículo 64º - En los casos de siniestro, fugas, amotinamiento o sublevación de internos o alteración del orden en los Establecimientos los Agentes Penitenciarios, sin excepción, podrán ser llamados a prestar servicio y recargos en las tareas que exija la emergencia, sin derecho a remuneración extraordinaria ni compensación de franco. CAPITULO XIII - Régimen de Licencias y Permisos Artículo 65º - Los Agentes Penitenciarios conforme a la reglamentación que se dicte, tendrán derecho a licencias y permisos por los siguientes conceptos: a) Descanso anual. b) Tratamiento médico por enfermedades profesionales o accidentes acaecidos en o por actos de servicios. c) Tratamiento médico por enfermedades o accidentes originados fuera del servicio; de maternidad y permiso para la atención del lactante. 163 d) Asuntos de familia: matrimonio, nacimientos de hijos, fallecimiento o enfermedad de un miembro del grupo familiar para consagrarse a su cuidado. e) Asunto o Razones particulares. f) Estudios o franquicias para estudiantes. g) Realización de investigaciones o estudios científicos o técnicos; participación en conferencias, congresos o reuniones de esa índole en el país o en el extranjero. Cuando se trate de estudios o actividades directamente vinculadas a la función o al perfeccionamiento profesional penitenciario del personal, podrá otorgarse estas licencias con goce de haberes, determinándose las condiciones en que se concederán y las obligaciones a favor de la institución. h) Razones atendibles o de fuerza mayor. Artículo 66º - Licencia es la autorización formal concedida por un superior competente, eximiéndolo de las obligaciones del servicio, por un lapso mayor de dos (2) días. Las licencias se ajustarán a las normas, modalidades y tiempo que determine la reglamentación. Artículo 67º - Permiso es la autorización para ausentarse del lugar de tarea o servicio, por un término de hasta cuarenta y ocho (48) horas, y se acordará por el superior a cargo de la dependencia. Artículo 68º - El Personal Penitenciario tiene derecho a una licencia anual a partir del momento en que haya alcanzado estabilidad en su empleo. Artículo 69º - La licencia anual ordinaria, será concedida en razón de la antigüedad continua o discontinua acumulada y de acuerdo a la siguiente escala: a) Desde el año: quince (15) días hábiles; b) Desde los diez (10) años: veinte (20) días hábiles; 164 c) Desde los quince (15) años: veinticinco (25) días hábiles continuos o en dos (2) fracciones; y d) Desde los veinte (20) años: treinta (30) días hábiles continuos en dos (2) fracciones. Artículo 70º - Licencia Especial es la que corresponde por lesiones o enfermedades contraídas por el Agente Penitenciario y hasta un período no mayor de dos años. Artículo 71º - Licencia Extraordinaria es la que corresponde por matrimonio, asistencia a familiares enfermos, nacimientos, maternidad, fallecimiento de familiares hasta segundo grado y rendir exámenes de estudios no penitenciarios. Artículo 72º - Licencia Excepcional es la que se otorga por razones personales, no prevista en los casos determinados en el artículo anterior. Para gozar esta licencia, los interesados deberán reunir no menos de cinco (5) años de antigüedad penitenciaria y ofrecer pruebas de las causas que la motivan, las que deberán ser atendibles, debiendo en cada caso concederse por resolución fundada del Director General de la Provincia, no pudiendo exceder del término de seis (6) meses, concediéndose Sin Goce de Haberes y por una sola vez en el transcurso de la Carrera Penitenciaria, sin perjuicio de las demás licencias que puedan corresponder. Artículo 73º - La licencia ordinaria es imprescriptible, irrenunciable, acumulable y fraccionable, conforme a las necesidades del servicio. CAPITULO XIV - Régimen de Retribuciones Artículo 74º - Las leyes de presupuesto fijarán con arreglo a los grados previstos en el artículo 19º, las retribuciones de los Agentes Penitenciarios. Para establecer dicha retribución se tendrá en cuenta la importancia del Servicio Penitenciario, su carácter de seguridad y de defensa social, las modalidades riesgosas de su prestación y sus peculiares 165 exigencias intelectuales y físicas. La retribución estará integrada por el sueldo, bonificaciones y todo suplemento o compensación que las leyes y decretos determinen. Artículo 75º - El personal tendrá derecho a percibir las asignaciones por gastos de movilidad y viáticos que legal y reglamentariamente correspondan. CAPITULO XV - Egresos Artículo 76º - El egreso de los Agentes Penitenciarios se producirá por las siguientes causas: a) Fallecimiento. b) Renuncia. c) Retiro. d) Sanción disciplinaria de cesantía o exoneración. Artículo 77º - La renuncia no podrá ser aceptada cuando el dimitente tenga pendiente compromiso de servicio o se encuentre procesado, sometido a sumario o cumpliendo sanción disciplinaria. En el caso de ser procedente la renuncia, el compromiso de servicio subsiste por el término de treinta (30) días corridos. Se entenderá que es procedente cuando no se encontrare el Agente Penitenciario en alguna/s de las situaciones enunciadas. CAPITULO XVI - Nombramientos, Remociones y Convocatorias Artículo 78º - Los nombramientos, remociones y convocatorias del personal se efectuarán por el Poder Ejecutivo. CAPITULO XVII - Reincorporaciones Artículo 79º - Los Agentes Penitenciarios que hayan egresado por renuncia podrán ser reincorporados en las condiciones que oportunamente establezca el Poder Ejecutivo. Al Agente reincorporado se le concederá el grado que tenía y ocupará el último puesto en el escalafón respectivo. 166 Artículo 80º - Los Agentes Penitenciarios separados en virtud de actos administrativos sancionatorios o en causa judicial, que prueben que su separación fue a consecuencia de un error, podrán ser reincorporados en la forma que se determina en este Capítulo. Artículo 81º - Los Agentes Penitenciarios que deben ser reincorporados en virtud del artículo anterior y que hubieran excedido el límite de edad correspondiente a su grado, podrán retirarse, si estuvieren en condiciones de acogerse a dicho beneficio. Tendrán también derecho a que se le restituyan los haberes no percibidos durante el tiempo de la separación, así como el cómputo del tiempo a los efectos del retiro, y en su caso del ascenso. CAPITULO XVIII - Uniformes y equipos penitenciarios Artículo 82º - El Personal Penitenciario vestirá uniforme en la circunstancias y con las características, atributos y distintivos que establezca el reglamento de Uniforme y Equipos Penitenciarios. TITULO IV CAPITULO I - Régimen Disciplinario para el Personal Penitenciario Artículo 83º - El personal Penitenciario estará sujeto en lo referente a instrucción de sumario, faltas, sanciones y recursos al régimen disciplinario vigente para el personal policial de la Provincia, en cuanto sea compatible y no resulte modificado por la presente Ley. Artículo 84º - Se considerarán faltas graves y se reprimirán como tales las violaciones a las prohibiciones impuestas a los agentes penitenciarios en la presente Ley. Artículo 85º - La aplicación de la sanción que importa la separación del Agente Penitenciario, corresponde al Poder Ejecutivo. 167 Al Poder Ejecutivo corresponde la aplicación de suspensión por más de quince días a propuesta de la Dirección General del Servicio Penitenciario y ésta la de hasta quince días y las sanciones de arresto y apercibimiento. Corresponde al Poder Ejecutivo la facultad de conmutación y remisión de la pena impuesta. TITULO V CAPITULO I Artículo 86º - En los casos previstos en el Título IV de la presente Ley se aplicará subsidiariamente el C.P.P. De la Provincia de Entre Ríos en la medida compatible con la finalidad y espíritu disciplinario que inspira el régimen de seguridad y defensa. Artículo 87º - En ningún caso pueden aplicarse otras penas y sanciones que las determinadas en la presente Ley. Artículo 88º - Derógase toda disposición legal o reglamentaria que se oponga a la presente Ley. Artículo 89º - Comuníquese, etc. Decreto 1.506/88 MGJE REGLAMENTO PARA INTERNOS PROCESADOS CAPÍTULO II Ingreso Artículo 16 – Para con el personal empleará, en su relación, el trato de “señor” o “señora”, según correspondiere. CAPÍTULO V: Comportamiento con el Personal Artículo 33 – El interno debe reconocer que el personal es el encargado de controlar y dirigir sus actividades con el objeto de lograr una armónica convivencia. 168 Artículo 34 – El interno en los casos que se dirija o responda al personal, deberá hacerlo con corrección, educación y utilizando el trato establecido en el artículo 16 de la presente reglamentación Artículo 35- Deberá obedecer las órdenes e instrucciones que se le impartan. Si considerara necesaria alguna observación con respecto a la orden recibida, deberá hacerlo con la corrección y educación que un diálogo merece para la vida en sociedad. Artículo 36 – Cuando el personal se dirija al interno, éste se colocará de pie, en su caso, y responderá diligentemente. Artículo 37 – A la voz de “atención” emitida por el personal, los internos que se hallen ocupados en cualquier actividad, deberán suspenderla de inmediato, colocándose en posición atenta y de pie, si estuvieren sentados. Hasta que no se les indique continuar no deberán proseguir con la labor que estaban realizando. Artículo 38 – Cuando el traslado por los pasillos, corredores o zonas de tránsito, sea en grupo o individualmente, debe ceder correctamente el paso y luego continuar su marcha. Artículo 39 – Todo interno debe saludar educadamente al personal, como así a otro interno. Cuando las circunstancias lo requieran. Artículo 40 – No deberá fumar en presencia del personal si no ha sido autorizado para ello. Las colillas y fósforos deberán arrojarse en el lugar destinado a tal fin. Artículo 41 – El interno no deberá obsequiar al personal objetos o dinero. CAPÍTULO XXVI Resistencia a la Autoridad Penitenciaria Artículo 188 – Al personal penitenciario le está absolutamente prohibido recurrir a la fuerza en sus relaciones con los internos, excepto en los casos de fuga, de evasión o de sus 169 tentativas, y de resistencia por la fuerza activa o pasiva a una orden basada en una norma legal o reglamentaria. Aún en estos casos, todo exceso hará pasible al empleado que incurra en él, de las sanciones penales y administrativas que correspondan. Artículo 189 – El uso de armas reglamentarias quedará limitado a las circunstancias excepcionales en que sea indispensable utilizarlas con fines de prevención o por peligro inminente para la vida, la salud o la seguridad de agentes, de internos o de terceros. EJECUCION DE LA PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD Ley 24.660 Principios y Modalidades básicas de la ejecución. Normas de trato. Disciplina. Conducta y concepto. Recompensas. Trabajo. Educación. Asistencia médica y espiritual. Relaciones familiares y sociales. Asistencia social y postpenitenciaria. Patronatos de liberados. Establecimientos. Personal. Contralor judicial y administrativo. Integración del sistema penitenciario nacional. Disposiciones complementarias, transitorias y finales. Sancionada: Junio 19 de 1996. Promulgada: Julio 8 de 1996. El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc., sancionan con fuerza de Ley: LEY DE EJECUCION DE LA PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD 170 CAPITULO I Principios básicos de la ejecución ARTICULO 1º — La ejecución de la pena privativa de libertad, en todas sus modalidades, tiene por finalidad lograr que el condenado adquiera la capacidad de comprender y respetar la ley procurando su adecuada reinserción social, promoviendo la comprensión y el apoyo de la sociedad. El régimen penitenciario deberá utilizar, de acuerdo con las circunstancias de cada caso, todos los medios de tratamiento interdisciplinario que resulten apropiados para la finalidad enunciada. ARTICULO 2º — El condenado podrá ejercer todos los derechos no afectados por la condena o por la ley y las reglamentaciones que en su consecuencia se dicten y cumplirá con todos los deberes que su situación le permita y con todas las obligaciones que su condición legalmente le impone. ARTICULO 3º — La ejecución de la pena privativa de libertad, en todas sus modalidades, estará sometida al permanente control judicial. El juez de ejecución o juez competente garantizará el cumplimiento de las normas constitucionales, los tratados internacionales ratificados por la República Argentina y los derechos de los condenados no afectados por la condena o por la ley. 171 ARTICULO 4º — Será de competencia judicial durante la ejecución de la pena: a) Resolver las cuestiones que se susciten cuando se considere vulnerado alguno de los derechos del condenado; b) Autorizar todo egreso del condenado del ámbito de la administración penitenciaria. ARTICULO 5º — El tratamiento del condenado deberá ser programado e individualizado y obligatorio respecto de las normas que regulan la convivencia, la disciplina y el trabajo. Toda otra actividad que lo integre tendrá carácter voluntario. En ambos casos deberá atenderse a las condiciones personales, intereses y necesidades para el momento del egreso, dentro de las posibilidades de la administración penitenciaria. ARTICULO 6º — El régimen penitenciario se basará en la progresividad, procurando limitar la permanencia del condenado en establecimientos cerrados y promoviendo en lo posible y conforme su evolución favorable su incorporación a instituciones semiabiertas o abiertas o a secciones separadas regidas por el principio de autodisciplina. 172 ARTICULO 7º — El condenado podrá ser promovido excepcionalmente a cualquier fase del período de tratamiento que mejor se adecue a sus condiciones personales, de acuerdo con los resultados de los estudios técnico-criminológicos y mediante resolución fundada de la autoridad competente. ARTICULO 8º — Las normas de ejecución serán aplicadas sin establecer discriminación o distingo alguno en razón de raza, sexo, idioma, religión, ideología, condición social o cualquier otra circunstancia. Las únicas diferencias obedecerán al tratamiento individualizado. ARTICULO 9º — La ejecución de la pena estará exenta de tratos crueles, inhumanos o degradantes. Quien ordene, realice o tolere tales excesos se hará pasible de las sanciones previstas en el Código Penal, sin perjuicio de otras que le pudieren corresponder. ARTICULO 10. — La conducción, desarrollo y supervisión de las actividades que conforman el régimen penitenciario serán de competencia y responsabilidad administrativa, en tanto no estén específicamente asignadas a la autoridad judicial. ARTICULO 11. — Esta ley, con excepción de lo establecido en el artículo 7º, es aplicable a los procesados a condición de que sus normas no contradigan el principio de inocencia y resulten más favorables y útiles para resguardar su personalidad. Las cuestiones que pudieran suscitarse serán resueltas por el juez competente. CAPITULO II 173 Modalidades básicas de la ejecución Sección primera Progresividad del régimen penitenciario Períodos ARTICULO 12. — El régimen penitenciario aplicable al condenado, cualquiera fuere la pena impuesta, se caracterizará por su progresividad y constará de: a) Período de observación; b) Período de tratamiento; c) Período de prueba; d) Período de libertad condicional. Período de observación ARTICULO 13. — Durante el período de observación el organismo técnicocriminológico tendrá a su cargo: 174 a) Realizar el estudio médico, psicológico y social del condenado, formulando el diagnóstico y el pronóstico criminológico, todo ello se asentará en una historia criminológica debidamente foliada y rubricada que se mantendrá permanentemente actualizada con la información resultante de la ejecución de la pena y del tratamiento instaurado; b) Recabar la cooperación del condenado para proyectar y desarrollar su tratamiento. A los fines de lograr su aceptación y activa participación, se escucharán sus inquietudes; c) Indicar el período y fase de aquel que se propone para incorporar al condenado y el establecimiento, sección o grupo al que debe ser destinado; d) Determinar el tiempo mínimo para verificar los resultados del tratamiento y proceder a su actualización, si fuere menester. Período de tratamiento ARTICULO 14. — En la medida que lo permita la mayor o menor especialidad del establecimiento penitenciario, el período de tratamiento podrá ser fraccionado en fases que importen para el condenado una paulatina atenuación de las restricciones inherentes a la pena. Estas fases podrán incluir el cambio de sección o grupo dentro del establecimiento o su traslado a otro. Período de prueba 175 ARTICULO 15. — El período de prueba comprenderá sucesivamente: a) La incorporación del condenado a establecimiento abierto o sección independiente de éste, que se base en el principio de autodisciplina; b) La posibilidad de obtener salidas transitorias del establecimiento; c) La incorporación al régimen de la semilibertad. Salidas transitorias ARTICULO 16. — Las salidas transitorias, según la duración acordada, el motivo que las fundamente y el nivel de confianza que se adopte, podrán ser: I. Por el tiempo: a) Salidas hasta doce horas; b) Salidas hasta 24 horas; c) Salidas, en casos excepcionales, hasta setenta y dos horas. II. Por el motivo: 176 a) Para afianzar y mejorar los lazos familiares y sociales; b) Para cursar estudios de educación general básica, polimodal, superior, profesional y académica de grado o de los regímenes especiales previstos en la legislación vigente; c) Para participar en programas específicos de prelibertad ante la inminencia del egreso por libertad condicional, asistida o por agotamiento de condena. III. Por el nivel de confianza: a) Acompañado por un empleado que en ningún caso irá uniformado; b) Confiado a la tuición de un familiar o persona responsable; c) Bajo palabra de honor. ARTICULO 17. — Para la concesión de las salidas transitorias o la incorporación al régimen de la semilibertad se requiere: I. Estar comprendido en alguno de los siguientes tiempos mínimos de ejecución: a) Pena temporal sin la accesoria del artículo 52 del Código Penal: la mitad de la condena; 177 b) Penas perpetuas sin la accesoria del artículo 52 del Código Penal: quince años; c) Accesoria del artículo 52 del Código Penal, cumplida la pena: 3 años. II. No tener causa abierta donde interese su detención u otra condena pendiente. III. Poseer conducta ejemplar o el grado máximo susceptible de ser alcanzado según el tiempo de internación. IV. Merecer, del organismo técnico-criminológico y del consejo correccional del establecimiento, concepto favorable respecto de su evolución y sobre el efecto beneficioso que las salidas o el régimen de semilibertad puedan tener para el futuro personal, familiar y social del condenado. ARTICULO 18. — El director del establecimiento, por resolución fundada, propondrá al juez de ejecución o juez competente la concesión de las salidas transitorias o del régimen de semilibertad, propiciando en forma concreta: a) El lugar o la distancia máxima a que el condenado podrá trasladarse. Si debiera pasar la noche fuera del establecimiento, se le exigirá una declaración jurada del sitio preciso donde pernoctará; b) Las normas que deberá observar, con las restricciones o prohibiciones que se estimen convenientes; 178 c) El nivel de confianza que se adoptará. ARTICULO 19. — Corresponderá al juez de ejecución o juez competente disponer las salidas transitorias y el régimen de semilibertad, precisando las normas que el condenado debe observar y efectuar modificaciones, cuando procediere. en caso de incumplimiento de las normas, el juez suspenderá o revocará el beneficio cuando la infracción fuere grave o reiterada. ARTICULO 20. — Concedida la autorización judicial, el director del establecimiento quedará facultado para hacer efectivas las salidas transitorias o la semilibertad e informará al juez sobre su cumplimiento. El director podrá disponer la supervisión a cargo de profesionales del servicio social. ARTICULO 21. — El director entregará al condenado autorizado a salir del establecimiento una constancia que justifique su situación ante cualquier requerimiento de la autoridad. ARTICULO 22. — Las salidas transitorias, el régimen de semilibertad y los permisos a que se refiere el artículo 166 no interrumpirán la ejecución de la pena. Semilibertad ARTICULO 23. — La semilibertad permitirá al condenado trabajar fuera del establecimiento sin supervisión continua, en iguales condiciones a las de la vida libre, incluso salario y seguridad social, regresando al alojamiento asignado al fin de cada 179 jornada laboral. Para ello deberá tener asegurada una adecuada ocupación y reunir los requisitos del artículo 17. ARTICULO 24. — El condenado incorporado a semilibertad será alojado en una institución regida por el principio de autodisciplina. ARTICULO 25. — El trabajo en semilibertad será diurno y en días hábiles. Excepcionalmente será nocturno o en días domingo o feriado y en modo alguno dificultará el retorno diario del condenado a su alojamiento. ARTICULO 26. — La incorporación a la semilibertad incluirá una salida transitoria semanal, salvo resolución en contrario de la autoridad judicial. Evaluación del tratamiento ARTICULO 27. — La verificación y actualización del tratamiento a que se refiere el artículo 13, inciso d), corresponderá al organismo técnico-criminológico y se efectuará, como mínimo, cada seis meses. Período de libertad condicional ARTICULO 28. — El juez de ejecución o juez competente podrá conceder la libertad condicional al condenado que reúna los requisitos fijados por el Código Penal, previo los informes fundados del organismo técnico-criminológico y del consejo correccional del establecimiento. Dicho informe deberá contener los antecedentes de 180 conducta, concepto y dictámenes criminológicos desde el comienzo de la ejecución de la pena. ARTICULO 29. — La supervisión del liberado condicional comprenderá una asistencia social eficaz a cargo de un patronato de liberados o de un servicio social calificado, de no existir aquél. En ningún caso se confiará a organismos policiales o de seguridad. Sección Segunda Programa de prelibertad ARTICULO 30. — Entre sesenta y noventa días antes del tiempo mínimo exigible para la concesión de la libertad condicional o de la libertad asistida del artículo 54, el condenado deberá participar de un programa intensivo de preparación para su retorno a la vida libre el que, por lo menos, incluirá: a) Información, orientación y consideración con el interesado de las cuestiones personales y prácticas que deba afrontar al egreso para su conveniente reinserción familiar y social; b) Verificación de la documentación de identidad indispensable y su vigencia o inmediata tramitación, si fuere necesario; 181 c) Previsiones adecuadas para su vestimenta, traslado y radicación en otro lugar, trabajo, continuación de estudios, aprendizaje profesional, tratamiento médico, psicológico o social. ARTICULO 31. — El desarrollo del programa de prelibertad, elaborado por profesionales del servicio social, en caso de egresos por libertad condicional o por libertad asistida, deberá coordinarse con los patronatos de liberados. En los egresos por agotamiento de la pena privativa de libertad la coordinación se efectuará con los patronatos de liberados, las organizaciones de asistencia postpenitenciaria y con otros recursos de la comunidad. En todos los casos se promoverá el desarrollo de acciones tendientes a la mejor reinserción social. Sección Tercera Alternativas para situaciones especiales Prisión domiciliaria ARTICULO 32. — El Juez de ejecución, o juez competente, podrá disponer el cumplimiento de la pena impuesta en detención domiciliaria: a) Al interno enfermo cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no correspondiere su alojamiento en un establecimiento hospitalario; 182 b) Al interno que padezca una enfermedad incurable en período terminal; c) Al interno discapacitado cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario es inadecuada por su condición implicándole un trato indigno, inhumano o cruel; d) Al interno mayor de setenta (70) años; e) A la mujer embarazada; f) A la madre de un niño menor de cinco (5) años o de una persona con discapacidad, a su cargo. (Artículo sustituido por art. 1º de la Ley Nº 26.472 B.O. 20/01/2009) ARTICULO 33. — La detención domiciliaria debe ser dispuesta por el juez de ejecución o competente. En los supuestos a), b) y c) del artículo 32, la decisión deberá fundarse en informes médico, psicológico y social. El juez, cuando lo estime conveniente, podrá disponer la supervisión de la medida a cargo de un patronato de liberados o de un servicio social calificado, de no existir aquél. En ningún caso, la persona estará a cargo de organismos policiales o de seguridad. (Artículo sustituido por art. 2º de la Ley Nº 26.472 B.O. 20/01/2009) 183 ARTICULO 34. — El juez de ejecución o juez competente revocará la detención domiciliaria cuando el condenado quebrantare injustificadamente la obligación de permanecer en el domicilio fijado o cuando los resultados de la supervisión efectuada así lo aconsejaren. Prisión discontinua y semidetención ARTICULO 35. — El juez de ejecución o competente, a pedido o con el consentimiento del condenado, podrá disponer la ejecución de la pena mediante la prisión discontinua y semidetención, cuando: a) Se revocare la detención domiciliaria; b) Se convirtiere la pena de multa en prisión, según lo dispuesto en el artículo 21, párrafo 2 del Código Penal; c) Se revocare la condenación condicional prevista en el artículo 26 del Código Penal por incumplimiento de las reglas de conducta establecidas en el artículo 27 bis del Código Penal; d) Se revocare la libertad condicional dispuesta en el artículo 15 del Código Penal, en el caso que el condenado haya violado la obligación de residencia; 184 e) La pena privativa de libertad, al momento de la sentencia definitiva, no sea mayor de seis meses de efectivo cumplimiento. (Artículo sustituido por art. 3º de la Ley Nº 26.472 B.O. 20/01/2009) Prisión discontinua ARTICULO 36. — La prisión discontinua se cumplirá mediante la permanencia del condenado en una institución basada en el principio de autodisciplina, por fracciones no menores de treinta y seis horas, procurando que ese período coincida con los días no laborables de aquél. ARTICULO 37. — El juez de ejecución o juez competente podrá autorizar al condenado a no presentarse en la institución en la que cumple la prisión discontinua por un lapso de veinticuatro horas cada dos meses. ARTICULO 38. — Se computará un día de pena privativa de libertad por cada noche de permanencia del condenado en la institución. Semidetención ARTICULO 39. — La semidetención consistirá en la permanencia ininterrumpida del condenado en una institución basada en el principio de autodisciplina, durante la fracción del día no destinada al cumplimiento, en la medida de lo posible, de sus 185 obligaciones familiares, laborales o educativas. Sus modalidades podrán ser la prisión diurna y la prisión nocturna. ARTICULO 40. — El lapso en el que el condenado esté autorizado a salir de la institución se limitará al que le insuman las obligaciones indicadas en el artículo 39, que deberá acreditar fehacientemente. Prisión diurna ARTICULO 41. — La prisión diurna se cumplirá mediante la permanencia diaria del condenado en una institución basada en el principio de autodisciplina, todos los días entre las ocho y las diecisiete horas. Prisión nocturna ARTICULO 42. — La prisión nocturna se cumplirá mediante la permanencia diaria del condenado en una institución basada en el principio de autodiscipina, entre las veintiuna horas de un día y las seis horas del día siguiente. ARTICULO 43. — Se computará un día de pena privativa de libertad por cada jornada de permanencia del condenado en la institución conforme lo previsto en los artículos 41 y 42. 186 ARTICULO 44. — El juez de ejecución o juez competente podrá autorizar al condenado a no presentarse en la institución durante un lapso no mayor de cuarenta y ocho horas cada dos meses. Disposiciones comunes ARTICULO 45. — El juez de ejecución o juez competente determinará, en cada caso, mediante resolución fundada, el plan de ejecución de la prisión discontinua o semidetención, los horarios de presentación obligatoria del condenado, las normas de conducta que se compromete a observar en la vida libre y la obligación de acatar las normas de convivencia de la institución, disponiendo la supervisión que considere conveniente. ARTICULO 46. — En el caso del inciso f) del artículo 35, si el condenado se encontrare privado de libertad, previo a la ejecución de la resolución judicial, participará del programa de prelibertad, establecido en el artículo 30, con una duración máxima de treinta días. ARTICULO 47. — El condenado en prisión discontinua o en semidetención, durante su permanencia en la institución, participará en los programas de tratamiento que establezca la reglamentación, en la que se consignarán las obligaciones y limitaciones que deberá observar. ARTICULO 48. — El condenado podrá, en cualquier tiempo, renunciar irrevocablemente a la prisión discontinua o a la semidetención. Practicado el nuevo 187 cómputo, el juez de ejecución o juez competente dispondrá que el resto de la pena se cumpla en establecimiento penitenciario. En tal supuesto la pena se cumplirá en establecimiento semiabierto o cerrado. ARTICULO 49. — En caso de incumplimiento grave o reiterado de las normas fijadas de acuerdo a lo previsto en el artículo 45 y previo informe de la autoridad encargada de la supervisión del condenado, el juez de ejecución o juez competente revocará la prisión discontinua o la semidetención practicando el cómputo correspondiente. La revocación implicará el cumplimiento de la pena en establecimiento semiabierto o cerrado. Trabajos para la comunidad ARTICULO 50. — En los casos de los incisos c) y f) del artículo 35, cuando se presente ocasión para ello y el condenado lo solicite o acepte, el juez de ejecución o juez competente podrá sustituir, total o parcialmente, la prisión discontinua o la semidetención por la realización de trabajo para la comunidad no remunerado fuera de los horarios habituales de su actividad laboral comprobada. En tal caso se computarán seis horas de trabajo para la comunidad por un día de prisión. El plazo máximo para el cumplimiento de la pena con esta modalidad de ejecución será de dieciocho meses. ARTICULO 51. — El juez de ejecución o juez competente confiará la organización y supervisión del trabajo para la comunidad del artículo 50 a un patronato de liberados o a un servicio social calificado, de no existir aquél. 188 ARTICULO 52. — En caso de incumplimiento del plazo o de la obligación fijada en el artículo 50, el juez de ejecución o juez competente revocará el trabajo para la comunidad. La revocación, luego de practicado el cómputo correspondiente, implicará el cumplimiento de la pena en establecimiento semiabierto o cerrado. Por única vez y mediando causa justificada, el juez de ejecución o juez competente podrá ampliar el plazo en hasta seis meses. ARTICULO 53. — El condenado en cualquier tiempo podrá renunciar irrevocablemente al trabajo para la comunidad. Practicado el nuevo cómputo, el juez de ejecución o juez competente dispondrá que el resto de la pena se cumpla en prisión discontinua, semidetención o en un establecimiento penitenciario. Sección cuarta Libertad asistida ARTICULO 54. — La libertad asistida permitirá al condenado sin la accesoria del artículo 52 del Código Penal, el egreso anticipado y su reintegro al medio libre seis meses antes del agotamiento de la pena temporal. El juez de ejecución o juez competente, a pedido del condenado y previo los informes del organismo técnico-criminológico y del consejo correccional del establecimiento, podrá disponer la incorporación del condenado al régimen de libertad asistida. 189 El juez de ejecución o juez competente podrá denegar la incorporación del condenado a este régimen sólo excepcionalmente y cuando considere, por resolución fundada, que el egreso puede constituir un grave riesgo para el condenado o para la sociedad. ARTICULO 55. — El condenado incorporado al régimen de libertad asistida deberá cumplir las siguientes condiciones: I. Presentarse, dentro del plazo fijado por el juez de ejecución o juez competente, al patronato de liberados que le indique para su asistencia y para la supervisión de las condiciones impuestas. II. Cumplir las reglas de conducta que el juez de ejecución o juez competente fije, las cuales sin perjuicio de otras que fueren convenientes de acuerdo a las circunstancias personales y ambientales del condenado, podrán ser: a) Desempeñar un trabajo, oficio o profesión, o adquirir los conocimientos necesarios para ello; b) Aceptar activamente el tratamiento que fuere menester; c) No frecuentar determinadas personas o lugares, abstenerse de actividades o de hábitos que en el caso, se consideren inconvenientes para su adecuada reinserción social. 190 Salvo expresa indicación en contrario, siempre regirá la obligación señalada en el inciso a) de este apartado. III. Residir en el domicilio consignado en la resolución judicial, el que podrá ser modificado previa autorización del juez de ejecución o juez competente, para lo cual éste deberá requerir opinión del patronato respectivo. IV. Reparar, en la medida de sus posibilidades, los daños causados por el delito, en los plazos y condiciones que fije el juez de ejecución o juez competente. Estas condiciones regirán a partir del día de egreso hasta el de agotamiento de la condena. ARTICULO 56. — Cuando el condenado en libertad asistida cometiere un delito o violare la obligación que le impone el apartado I del artículo que antecede, la libertad asistida le será revocada y agotará el resto de su condena en un establecimiento cerrado. Si el condenado en libertad asistida incumpliere reiteradamente las reglas de conducta que le hubieren sido impuestas, o violare la obligación de residencia que le impone el apartado III del artículo que antecede, o incumpliere sin causa que lo justifique la obligación de reparación de daños prevista en el apartado IV de ese artículo, el juez de ejecución o el juez que resultare competente deberá revocar su incorporación al régimen de la libertad asistida. 191 En tales casos el término de duración de la condena será prorrogado y se practicará un nuevo cómputo de la pena, en el que no se tendrá en cuenta el tiempo que hubiera durado la inobservancia que dio lugar a la revocación del beneficio. (Artículo sustituido por art. 3° de la Ley N° 25.948 B.O. 12/11/2004). CAPITULO II bis: Excepciones a las modalidades básicas de la ejecución. (Capítulo incorporado por art. 1° de la Ley N° 25.948 B.O. 12/11/2004). ARTICULO 56 bis. — No podrán otorgarse los beneficios comprendidos en el período de prueba a los condenados por los siguientes delitos: 1.- Homicidio agravado previsto en el artículo 80, inciso 7., del Código Penal. 2.- Delitos contra la integridad sexual de los que resultare la muerte de la víctima, previstos en el artículo 124 del Código Penal. 3.- Privación ilegal de la libertad coactiva, si se causare intencionalmente la muerte de la persona ofendida, previsto en el artículo 142 bis, anteúltimo párrafo, del Código Penal. 4.- Homicidio en ocasión de robo, previsto en el artículo 165 del Código Penal. 192 5. Secuestro extorsivo, si se causare intencionalmente la muerte de la persona ofendida, previsto en el artículo 170, anteúltimo párrafo, del Código Penal. Los condenados por cualquiera de los delitos enumerados precedentemente, tampoco podrán obtener los beneficios de la prisión discontinua o semidetención, ni el de la libertad asistida, previstos en los artículos 35, 54 y concordantes de la presente ley. (Artículo incorporado por art. 2° de la Ley N° 25.948 B.O. 12/11/2004). CAPITULO III Normas de trato Denominación ARTICULO 57. — La persona condenada sujeta a medida de seguridad que se aloje en instituciones previstas en esta ley, se denominará interno. Al interno se le citará o llamará únicamente por el nombre y apellido. Higiene ARTICULO 58. — El régimen penitenciario deberá asegurar y promover el bienestar psicofísico de los internos. Para ello se implementarán medidas de prevención, 193 recuperación y rehabilitación de la salud y se atenderán especialmente las condiciones ambientales e higiénicas de los establecimientos. ARTICULO 59. — El número de internos de cada establecimiento deberá estar preestablecido y no se lo excederá a fin de asegurar un adecuado alojamiento. Todos los locales estarán siempre en buen estado de de conservación. Su ventilación, iluminación, calefacción y dimensiones guardarán relación con su destino y los factores climáticos. ARTICULO 60. — El aseo personal del interno será obligatorio. Los establecimientos deberán disponer de suficientes y adecuadas instalaciones sanitarias y proveerán al interno de los elementos indispensables para su higiene. ARTICULO 61. — El interno deberá cuidar el aseo de su alojamiento y contribuir a la higiene y conservación del establecimiento. Alojamiento ARTICULO 62. — El alojamiento nocturno del interno, en lo posible, será individual en los establecimientos cerrados y semiabiertos. En las instituciones o secciones basadas en el principio de autodisciplina se podrán utilizar dormitorios para internos cuidadosamente seleccionados. Vestimenta y ropa 194 ARTICULO 63. — La Administración proveerá al interno de vestimenta acorde al clima y a la estación, para usarla en el interior del establecimiento. En manera alguna esas prendas, por sus características podrán resultar humillantes. Deberá cuidarse su mantenimiento en buen estado de conservación e higiene. Cuando el interno hubiere de salir del establecimiento, en los casos autorizados, deberá permitírsele utilizar sus ropas personales. Si no dispusiere de ellas, se le facilitará vestimenta adecuada. ARTICULO 64. — Al interno se le proveerá de ropa suficiente para su cama individual, la que será mudada con regularidad. Alimentación ARTICULO 65. — La alimentación del interno estará a cargo de la administración; será adecuada a sus necesidades y sustentada en criterios higiénico-dietéticos. Sin perjuicio de ello y conforme los reglamentos que se dicten, el interno podrá adquirir o recibir alimentos de sus familiares o visitantes. La prohibición de bebidas alcohólicas será absoluta. Información y peticiones ARTICULO 66. — A su ingreso al establecimiento el interno recibirá explicación oral e información escrita acerca del régimen a que se encontrará sometido, las normas de conducta que deberá observar, el sistema disciplinario vigente, los medios autorizados para 195 formular pedidos o presentar quejas y de todo aquello que sea útil para conocer sus derechos y obligaciones. Si el interno fuere analfabeto, presentare discapacidad física o psíquica o no comprendiese el idioma castellano, esa información se le deberá suministrar por persona y medio idóneo. ARTICULO 67. — El interno podrá presentar peticiones y quejas al director del establecimiento y dirigirse sin censura a otra autoridad administrativa superior, al juez de ejecución o al juez competente. La resolución que se adopte deberá ser fundada, emitida en tiempo razonable y notificada al interno. Tenencia y depósito de objetos y valores ARTICULO 68. — El dinero, los objetos de valor y demás prendas propias que el interno posea a su ingreso o que reciba con posterioridad y que reglamentariamente no pueda retener consigo serán, previo inventario, mantenidos en depósito. Se adoptarán las disposiciones necesarias para su conservación en buen estado. Conforme los reglamentos, el interno podrá disponer de su dinero y otros objetos. Los efectos no dispuestos por el interno y que no hubieren sido retenidos o destruidos por razones de higiene, le serán devueltos a su egreso. De todo depósito, disposición o devolución se extenderán las correspondientes constancias y recibos. Cuidados de bienes 196 ARTICULO 69. — El interno deberá cuidar las instalaciones, el mobiliario y los objetos y elementos que la administración destine para el uso individual o común y abstenerse de producir daño en los pertenecientes a otros internos. Registro de internos y de instalaciones ARTICULO 70. — Para preservar la seguridad general, los registros en las personas de los internos, sus pertenencias y locales que ocupen, los recuentos y las requisas de las instalaciones del establecimiento, se efectuarán con las garantías que reglamentariamente se determinen y dentro del respeto a la dignidad humana. Traslado de internos ARTICULO 71. — El traslado individual o colectivo de internos se sustraerá a la curiosidad pública y estará exento de publicidad. Deberá efectuarse en medios de transporte higiénicos y seguros. La administración reglamentará las precauciones que deberán utilizarse contra posibles evasiones, las cuales en ninguna circunstancia causarán padecimientos innecesarios al interno. ARTICULO 72. — El traslado del interno de un establecimiento a otro, con las razones que lo fundamenten, deberá ser comunicado de inmediato al juez de ejecución o juez competente. 197 ARTICULO 73. — El traslado del interno de un establecimiento a otro será informado de inmediato a las personas o instituciones con las que mantuviere visita o correspondencia o a quienes hubieren sido por él designados. Medidas de sujeción ARTICULO 74. — Queda prohibido el empleo de esposas o de cualquier otro medio de sujeción como castigo. ARTICULO 75. — Sólo podrán adoptarse medidas de sujeción en los siguientes casos: a) Como precaución contra una posible evasión durante el traslado del interno; b) Por razones médicas, a indicación del facultativo, formulada por escrito; c) Por orden expresa del director o del funcionario que lo reemplace en caso de no encontrarse éste en servicio, si otros métodos de seguridad hubieran fracasado y con el único propósito de que el interno no se cause daño a sí mismo, a un tercero o al establecimiento. En este caso el director o quien lo reemplace, dará de inmediato intervención al servicio médico y remitirá un informe detallado al juez de ejecución o juez competente y a la autoridad penitenciaria superior. ARTICULO 76. — La determinación de los medios de sujeción autorizados y su modo de empleo serán establecidos por la reglamentación que se dicte. Su aplicación no 198 podrá prolongarse más allá del tiempo necesario, bajo apercibimiento de las sanciones administrativas y penales que correspondan por el funcionario responsable. Resistencia a la autoridad penitenciaria ARTICULO 77. — Al personal penitenciario le está absolutamente prohibido emplear la fuerza en el trato con los internos, excepto en los casos de fuga, evasión o de sus tentativas o de resistencia por la fuerza activa o pasiva a una orden basada en norma legal o reglamentaria. Aun en estos casos, todo exceso hará pasible al responsable de las sanciones administrativas y penales que correspondan. ARTICULO 78. — El personal que habitualmente preste servicios en contacto directo con los internos no estará armado. Deberá recibir un entrenamiento físico adecuado que le permita actuar razonable y eficazmente para superar situaciones de violencia. El uso de armas reglamentarias quedará limitado a las circunstancias excepcionales en que sea indispensable utilizarlas con fines de prevención o por peligro inminente para la vida, la salud o la seguridad de agentes, de internos o de terceros. CAPITULO IV Disciplina 199 ARTICULO 79. — El interno está obligado a acatar las normas de conducta que, para posibilitar una ordenada convivencia, en su propio beneficio y para promover su reinserción social, determinen esta ley y los reglamentos que se dicten. ARTICULO 80. — El orden y la disciplina se mantendrán con decisión y firmeza. No se impondrán más restricciones que las indispensables para mantener la seguridad y la correcta organización de la vida de los alojados, de acuerdo al tipo de establecimiento y al régimen en que se encuentra incorporado el interno. ARTICULO 81. — El poder disciplinario sólo puede ser ejercido por el director del establecimiento, quien tendrá competencia para imponer sanciones, suspender o dar por cumplida su aplicación o sustituirlas por otras más leves, de cuerdo a las circunstancias del caso. ARTICULO 82. — El reglamento podrá autorizar, con carácter restrictivo, que un miembro del personal superior legalmente a cargo del establecimiento, pueda ordenar el aislamiento provisional de internos cuando existan fundados motivos para ello, dando inmediata intervención al director. ARTICULO 83. — En ningún caso el interno podrá desempeñar tareas a las que vaya unido el ejercicio de una potestad disciplinaria. ARTICULO 84. — No habrá infracción ni sanción disciplinaria sin expresa y anterior previsión legal o reglamentaria. 200 ARTICULO 85. — El incumplimiento de las normas de conducta a que alude el artículo 79, constituye infracción disciplinaria. Las infracciones disciplinarias se clasifican en leves, medias y graves. Los reglamentos especificarán las leves y las medias. Son faltas graves: a) Evadirse o intentarlo, colaborar en la evasión de otros o poseer elementos para ello; b) Incitar o participar en movimientos para quebrantar el orden y la disciplina; c) Tener dinero u otros valores que lo reemplacen, poseer, ocultar, facilitar o traficar elementos electrónicos o medicamentos no autorizados, estupefacientes, alcohol, sustancias tóxicas o explosivos, armas o todo instrumento capaz de atentar contra la vida, la salud o la integridad propia o de terceros; d) Intentar introducir o sacar elementos de cualquier naturaleza eludiendo los controles reglamentarios; e) Retener, agredir, coaccionar o amenazar a funcionarios u otras personas; f) Intimidar física, psíquica o sexualmente a otra persona; 201 g) Amenazar o desarrollar acciones que sean real o potencialmente aptas para contagiar enfermedades; h) Resistir activa y gravemente al cumplimiento de órdenes legalmente impartidas por funcionario competente; i) Provocar accidentes de trabajo o de cualquier otra naturaleza; j) Cometer un hecho previsto como delito doloso, sin perjuicio de ser sometido al eventual proceso penal. ARTICULO 86. — El interno estará obligado a resarcir los daños o deterioros materiales causados en las cosas muebles o inmuebles del Estado o de terceros, sin perjuicio de ser sometido al eventual proceso penal. ARTICULO 87. — Sólo se podrá aplicar como sanción, de acuerdo a la importancia de la infracción cometida y a la individualización del caso, alguna de las siguientes correcciones, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 89; a) Amonestación; b) Exclusión de las actividades recreativas o deportivas hasta diez (10) días; c) Exclusión de la actividad común hasta quince (15) días; 202 d) Suspensión o restricción total o parcial de derechos reglamentarios de hasta quince (15) días de duración; e) Permanencia en su alojamiento individual o en celdas cuyas condiciones no agraven ilegítimamente la detención, hasta quince (15) días ininterrumpidos; f) Permanencia en su alojamiento individual o en celdas cuyas condiciones no agraven ilegítimamente la detención, hasta siete (7) fines de semana sucesivos o alternados. g) Traslado a otra sección del establecimiento de régimen más riguroso; h) Traslado a otro establecimiento. La ejecución de las sanciones no implicará la suspensión total del derecho a visita y correspondencia de un familiar directo o allegado del interno, en caso de no contar con aquél. ARTICULO 88. — El sancionado con la corrección de permanencia en su alojamiento habitual no será eximido de trabajar. Se le facilitará material de lectura. Será visitado diariamente por un miembro del personal superior del establecimiento, por el capellán o ministro de culto reconocido por el Estado nacional cuando lo solicite, por un educador y por el médico. Este último informará por escrito a la dirección, si la sanción debe suspenderse o atenuarse por razones de salud. 203 ARTICULO 89. — El director del establecimiento, con los informes coincidentes del organismo técnico-criminológico y del consejo correccional del establecimiento, podrá retrotraer al período o fase inmediatamente anterior al interno sancionado por falta grave o reiterada. ARTICULO 90. — Cuando la falta disciplinaria dé motivos para sospechar la existencia de una perturbación mental en su autor, el director del establecimiento deberá solicitar asesoramiento médico, previo a la decisión del caso. ARTICULO 91. — El interno debe ser informado de la infracción que se le imputa, tener oportunidad de presentar sus descargos, ofrecer prueba y ser recibido en audiencia por el director del establecimiento antes de dictar resolución, la que en todos los casos deberá ser fundada. La resolución se pronunciará dentro del plazo que fije el reglamento. ARTICULO 92. — El interno no podrá ser sancionado dos veces por la misma infracción. ARTICULO 93. — En caso de duda se estará a lo que resulte más favorable al interno. ARTICULO 94. — En ningún caso se aplicarán sanciones colectivas. 204 ARTICULO 95. — La notificación de la sanción impuesta debe estar a cargo de un miembro del personal directivo del establecimiento. El interno será informado de sus fundamentos y alcances y exhortado a reflexionar sobre su comportamiento. ARTICULO 96. — Las sanciones serán recurribles ante el juez de ejecución o juez competente dentro de los cinco días hábiles, derecho del que deberá ser informado el interno al notificársele la resolución. La interposición del recurso no tendrá efecto suspensivo, a menos que así lo disponga el magistrado interviniente. Si el juez de ejecución o juez competente no se expidiese dentro de los sesenta días, la sanción quedará firme. ARTICULO 97. — Las sanciones y los recursos que eventualmente interpongan los sancionados, deberán ser notificados al juez de ejecución o juez competente por la vía más rápida disponible dentro de las seis horas subsiguientes a su dictado o interposición. ARTICULO 98. — En el supuesto de primera infracción en el establecimiento, si el comportamiento anterior del interno lo justificare, el director, en la misma resolución que impone la sanción, podrá dejar en suspenso su ejecución. Si el interno cometiere otra falta dentro de plazo prudencial que en cada caso fije el director en la misma resolución, se deberá cumplir tanto la sanción cuya ejecución quedó suspendida, como la correspondiente a la nueva infracción. ARTICULO 99. — En cada establecimiento se llevará un "registro de sanciones", foliado, encuadernado y rubricado por el juez de ejecución o juez competente, en el que se anotarán, por orden cronológico, las sanciones impuestas, sus motivos, su ejecución o 205 suspensión y el cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 88, dejándose constancia de todo ello en el legajo personal. CAPITULO V Conducta y concepto ARTICULO 100. — El interno será calificado de acuerdo a su conducta. Se entenderá por conducta la observancia de las normas reglamentarias que rigen el orden, la disciplina y la convivencia dentro del establecimiento. ARTICULO 101. — El interno será calificado, asimismo, de acuerdo al concepto que merezca. Se entenderá por concepto la ponderación de su evolución personal de la que sea deducible su mayor o menor posibilidad de adecuada reinserción social. ARTICULO 102. — La calificación de conducta y concepto será efectuada trimestralmente, notificada al interno en la forma en que reglamentariamente se disponga y formulada de conformidad con la siguiente escala: a) Ejemplar; b) Muy buena; c) Buena; 206 d) Regular; e) Mala; f) Pésima. ARTICULO 103. — La calificación de conducta tendrá valor y efectos para determinar la frecuencia de las visitas, la participación en actividades recreativas y otras que los reglamentos establezcan. ARTICULO 104. — La calificación de concepto servirá de base para la aplicación de la progresividad del régimen, el otorgamiento de salidas transitorias, semilibertad, libertad condicional, libertad asistida, conmutación de pena e indulto. CAPITULO VI Recompensas ARTICULO 105. — Los actos del interno que demuestren buena conducta, espíritu de trabajo, voluntad en el aprendizaje y sentido de responsabilidad en el comportamiento personal y en las actividades organizadas del establecimiento, serán estimulados mediante un sistema de recompensas reglamentariamente determinado. CAPITULO VII 207 Trabajo Principios generales ARTICULO 106. — El trabajo constituye un derecho y un deber del interno. Es una de las bases del tratamiento y tiene positiva incidencia en su formación. ARTICULO 107. — El trabajo se regirá por los siguientes principios: a) No se impondrá como castigo; b) No será aflictivo, denigrante, infamante ni forzado; c) Propenderá a la formación y al mejoramiento de los hábitos laborales; d) Procurará la capacitación del interno para desempeñarse en la vida libre; e) Se programará teniendo en cuenta las aptitudes y condiciones psicofísicas de los internos, las tecnologías utilizadas en el medio libre y las demandas del mercado laboral; f) Deberá ser remunerado; g) Se respetará la legislación laboral y de seguridad social vigente. 208 ARTICULO 108. — El trabajo de los internos no se organizará exclusivamente en función del rendimiento económico individual o del conjunto de la actividad, sino que tendrá como finalidad primordial la generación de hábitos laborales, la capacitación y la creatividad. ARTICULO 109. — El trabajo del interno estará condicionado a su aptitud física o mental. ARTICULO 110. — Sin perjuicio de su obligación a trabajar, no se coaccionará al interno a hacerlo. Su negativa injustificada será considerada falta media e incidirá desfavorablemente en el concepto. ARTICULO 111. — La ejecución del trabajo remunerado no exime a ningún interno de su prestación personal para labores generales del establecimiento o comisiones que se le encomienden de acuerdo con los reglamentos. Estas actividades no serán remuneradas, salvo que fueren su única ocupación. ARTICULO 112. — El trabajo del interno estará basado en criterios pedagógicos y psicotécnicos. Dentro de las posibilidades existentes el interno podrá manifestar su preferencia por el trabajo que desee realizar. ARTICULO 113. — En el caso de internos que ejerciten o perfeccionen actividades artísticas o intelectuales, éstas podrán ser su única actividad laboral si fuere productiva y compatible con su tratamiento y con el régimen del establecimiento. 209 Formación profesional ARTICULO 114. — La capacitación laboral del interno, particularmente la de los jóvenes adultos, será objeto de especial cuidado. El régimen de aprendizaje de oficios a implementar, será concordante con las condiciones personales del interno y con sus posibles actividades futuras en el medio libre. ARTICULO 115. — Se promoverá la organización de sistemas y programas de formación y reconversión laboral, las que podrán realizarse con la participación concertada de las autoridades laborales, agrupaciones sindicales, empresarias y otras entidades sociales vinculadas al trabajo y a la producción. ARTICULO 116. — Los diplomas, certificados o constancias de capacitación laboral que se expidan, no deberán contener referencias de carácter penitenciario. Organización ARTICULO 117. — La organización del trabajo penitenciario, sus métodos, modalidades, jornadas de labor, horarios, medidas preventivas de higiene y seguridad, atenderán a las exigencias técnicas y a las normas establecidas en la legislación inherente al trabajo libre. ARTICULO 118. — La administración velará para que las tareas laborales se coordinen con los horarios destinados a otros aspectos del tratamiento del interno. 210 ARTICULO 119. — El trabajo y la producción podrán organizarse por administración, bajo las formas de ente descentralizado, empresa mixta o privada, por cuenta propia del interno o mediante sistema cooperativo. En cualquiera de esas modalidades la administración ejercerá la supervisión de la actividad del interno en lo concerniente al tratamiento. Un reglamento especial establecerá las normas regulatorias de los aspectos vinculados a la organización, funcionamiento, supervisión y evaluación de los entes oficiales, mixtos, privados o cooperativos. Las utilidades materiales percibidas por la administración penitenciaria se emplearán exclusivamente en obras y servicios relacionados con el tratamiento de los internos. Remuneración ARTICULO 120. — El trabajo del interno será remunerado, salvo los casos previstos por el artículo 111. Si los bienes o servicios producidos se destinaren al Estado o a entidades de bien público, el salario del interno no será inferior a las tres cuartas partes del salario mínimo vital móvil. En los demás casos o cuando la organización del trabajo esté a cargo de una empresa mixta o privada la remuneración será igual al salario de la vida libre correspondiente a la categoría profesional de que se trate. 211 Los salarios serán abonados en los términos establecidos en la legislación laboral vigente. ARTICULO 121. — La retribución del trabajo del interno, deducidos los aportes correspondientes a la seguridad social, se distribuirá simultáneamente en la forma siguiente: a) 10 % para indemnizar los daños y perjuicios causados por el delito, conforme lo disponga la sentencia; b) 35 % para la prestación de alimentos, según el Código Civil; c) 25 % para costear los gastos que causare en el establecimiento; d) 30 % para formar un fondo propio que se le entregará a su salida. ARTICULO 122. — El salario correspondiente al interno durante la semilibertad, prisión discontinua o semidetención podrá ser percibido por la administración penitenciaria o por el propio interno. En todos los casos deberá ser aplicado al cumplimiento de lo dispuesto en los incisos 1, 2 y 4 del artículo 11 del Código Penal. ARTICULO 123. — Cuando no hubiere indemnización que satisfacer, la parte que correspondiere a la misma según el artículo anterior acrecerá el porcentaje destinado a la prestación de alimentos. 212 ARTICULO 124. — Si el interno no tuviere indemnización que satisfacer, ni hubiere lugar a la prestación de alimentos, los porcentajes respectivos acrecerán al fondo propio. ARTICULO 125. — Si el interno tuviere que satisfacer indemnización, pero no prestación alimentaria, la parte que pudiere corresponder a ésta, acrecerá el fondo propio. ARTICULO 126. — En los casos previstos en el artículo 122, la parte destinada para costear los gastos que el interno causara al establecimiento, acrecerá su fondo propio. ARTICULO 127. — La administración penitenciaria podrá autorizar que se destine como fondo disponible hasta un máximo del 30 % del fondo propio mensual, siempre que el interno haya alcanzado como mínimo la calificación de conducta buena. El fondo disponible se depositará en el establecimiento a la orden del interno para adquisición de los artículos de uso y consumo personal que autoricen los reglamentos. ARTICULO 128. — El fondo propio, deducida en su caso la parte disponible que autoriza el artículo anterior, constituirá un fondo de reserva, que deberá ser depositado a interés en una institución bancaria oficial, en las mejores condiciones de plaza. Este fondo, que será entregado al interno a su egreso, por agotamiento de pena, libertad condicional o asistida, será incesible e inembargable, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 129. Los reglamentos establecerán en casos debidamente justificados y con intervención judicial, la disposición anticipada del fondo de reserva. En el supuesto de fallecimiento del interno, el fondo de reserva será transmisible a sus herederos. 213 ARTICULO 129. — De la remuneración del trabajo del interno, deducidos los aportes correspondientes a la seguridad social, podrá descontarse, en hasta un 20 % los cargos por concepto de reparación de daños intencionales o culposos causados en las cosas muebles o inmuebles del Estado o de terceros. Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales ARTICULO 130. — La muerte o los accidentes sufridos por internos durante o con motivo de la ejecución del trabajo, así como las enfermedades profesionales contraídas por su causa, serán indemnizables conforme la legislación vigente. ARTICULO 131. — La indemnización, cualquiera fuere el monto de la efectiva remuneración percibida por el interno, se determinará sobre la base de los salarios fijados en los convenios o disposiciones vigentes, a la fecha del siniestro, para las mismas o similares actividades en el medio libre. ARTICULO 132. — Durante el tiempo que dure su incapacidad, el interno accidentado o enfermo percibirá la remuneración que tenía asignada. CAPITULO VIII Educación 214 ARTICULO 133. — Desde su ingreso se asegurará al interno el ejercicio de su derecho de aprender, adoptándose las medidas necesarias para mantener, fomentar y mejorar su educación e instrucción. ARTICULO 134. — La enseñanza será preponderantemente formativa, procurando que el interno comprenda sus deberes y las normas que regulan la convivencia en sociedad. ARTICULO 135. — Se impartirá enseñanza obligatoria a los internos analfabetos y a quienes no hubieren alcanzado el nivel mínimo fijado por la ley. El director del establecimiento podrá eximir de esta obligación a quienes carecieren de suficientes aptitudes intelectuales. En estos casos, los internos recibirán instrucción adecuada, utilizando métodos especiales de enseñanza. ARTICULO 136. — Los planes de enseñanza corresponderán al sistema de educación pública para que el interno pueda, a su egreso, tener la posibilidad de continuar sus estudios sin inconvenientes. ARTICULO 137. — La administración fomentará el interés del interno por el estudio, brindándole la posibilidad de acceder a servicios educativos en los distintos niveles del sistema. Cuando el interno no pueda seguir los cursos en el medio libre, se le darán las máximas facilidades a través de regímenes alternativos, particularmente los sistemas abiertos y a distancia. 215 ARTICULO 138. — Las actividades educacionales podrán ser objeto de convenios con entidades públicas o privadas. ARTICULO 139. — Los certificados de estudios y diplomas extendidos por la autoridad educacional competente durante la permanencia del interno en un establecimiento penitenciario, no deberán contener ninguna indicación que permita advertir esa circunstancia. ARTICULO 140. — En todo establecimiento funcionará una biblioteca para los internos, adecuada a sus necesidades de instrucción, formación y recreación, debiendo estimularse su utilización. ARTICULO 141. — De acuerdo al tipo de establecimiento y a la categoría de los internos alojados, se organizarán actividades recreativas y culturales, utilizando todos los medios compatibles con su régimen. ARTICULO 142. — El tiempo libre deberá ser empleado para organizar programas de recreación con propósitos educativos, apropiados a las necesidades de los internos que aloje cada establecimiento. El programa recreativo comprenderá prácticas deportivas, preferentemente de equipo. CAPITULO IX Asistencia médica 216 ARTICULO 143. — El interno tiene derecho a la salud. Deberá brindársele oportuna asistencia médica integral, no pudiendo ser interferida su accesibilidad a la consulta y a los tratamientos prescriptos. Los estudios diagnósticos, tratamientos y medicamentos indicados, le serán suministrados sin cargo. ARTICULO 144. — Al ingreso o reingreso del interno a un establecimiento, deberá ser examinado por un profesional médico. Este dejará constancia en la historia clínica de su estado clínico, así como de las lesiones o signos de malos tratos y de los síndromes etílicos o de ingesta de drogas, estupefacientes o cualquier otra sustancia tóxica susceptible de producir dependencia física o psíquica, si los presentara. Detectadas las anomalías aludidas, el médico deberá comunicarlas inmediatamente al director del establecimiento. ARTICULO 145. — La historia clínica en la que quedará registrada toda prestación médica, se completará con la incorporación de los estudios psicológico y social realizados durante el período de observación, previsto en el artículo 13 inciso a), y la actualización a que aluden el artículo 13 inciso d) y el artículo 27. Copia de la historia clínica y de sus actuaciones integrará la historia criminológica. 217 ARTICULO 146. — Cuando el interno ingrese o reingrese al establecimiento con medicamentos en su poder o los reciba del exterior, el director conforme dictamen médico decidirá el uso que deba hacerse de ellos. ARTICULO 147. — El interno podrá ser trasladado a un establecimiento penitenciario especializado de carácter asistencial médico o psiquiátrico o a un centro apropiado del medio libre, cuando la naturaleza del caso así lo aconseje. En el segundo de los supuestos se requerirá previa autorización del juez de ejecución o juez competente, salvo razones de urgencia. En todos los casos se comunicará la novedad de inmediato al magistrado interviniente. ARTICULO 148. — El interno podrá requerir, a su exclusivo cargo, la atención de profesionales privados. La autoridad penitenciaria dará curso al pedido, excepto que razones debidamente fundadas aconsejen limitar este derecho. Toda divergencia será resuelta por el juez de ejecución o juez competente. ARTICULO 149. — Si el tratamiento del interno prescribiere la realización de operaciones de cirugía mayor o cualquiera otra intervención quirúrgica o médica que implicaren grave riesgo para la vida o fueren susceptibles de disminuir permanentemente sus condiciones orgánicas o funcionales, deberá mediar su consentimiento o el de su 218 representante legal y la autorización del juez de ejecución o juez competente, previo informe de peritos. En caso de extrema urgencia, bastará el informe médico, sin perjuicio de la inmediata comunicación al juez de ejecución o juez competente. ARTICULO 150. — Está expresamente prohibido someter a los internos a investigaciones o tratamientos médicos o científicos de carácter experimental. Sólo se permitirán mediando solicitud del interno, en enfermedades incurables y siempre que las investigaciones o tratamientos experimentales sean avalados por la autoridad sanitaria correspondiente y se orienten a lograr una mejora en su estado de salud. ARTICULO 151. — Si el interno se negare a ingerir alimentos, se intensificarán los cuidados y controles médicos. Se informará de inmediato al juez de ejecución o juez competente solicitando, en el mismo acto, su autorización para proceder a la alimentación forzada, cuando, a criterio médico, existiere grave riesgo para la salud del interno. ARTICULO 152. — Los tratamientos psiquiátricos que impliquen suspensión de la conciencia o pérdida de la autonomía psíquica, aunque fueran transitorias, sólo podrán ser realizados en establecimientos especializados. CAPITULO X Asistencia espiritual 219 ARTICULO 153. — El interno tiene derecho a que se respete y garantice su libertad de conciencia y de religión, se facilite la atención espiritual que requiera y el oportuno contacto personal y por otros medios autorizados con un representante del credo que profese, reconocido e inscrito en el Registro Nacional de Cultos. Ninguna sanción disciplinaria podrá suspender el ejercicio de este derecho. ARTICULO 154. — El interno será autorizado, en la medida de lo posible, a satisfacer las exigencias de su vida religiosa, participando de ceremonias litúrgicas y a tener consigo objetos, libros de piedad, de moral e instrucción de su credo, para su uso personal. ARTICULO 155. — En cada establecimiento se habilitará un local adecuado para celebraciones litúrgicas, reuniones y otros actos religiosos de los diversos cultos reconocidos. ARTICULO 156. — En todo establecimiento penitenciario se celebrará el culto católico, en forma adecuada a las posibilidades edilicias de que disponga. La concurrencia a estos actos será absolutamente voluntaria. ARTICULO 157. — Los capellanes de los establecimientos tendrán a su cargo la instrucción religiosa y moral y la orientación espiritual de los internos, incluso de los no católicos que la aceptaren. CAPITULO XI 220 Relaciones familiares y sociales ARTICULO 158. — El interno tiene derecho a comunicarse periódicamente, en forma oral o escrita, con su familia, amigos, allegados, curadores y abogados, así como con representantes de organismos oficiales e instituciones privadas con personería jurídica que se interesen por su reinserción social. En todos los casos se respetará la privacidad de esas comunicaciones, sin otras restricciones que las dispuestas por juez competente. ARTICULO 159. — Los internos de nacionalidad extranjera, gozarán de facilidades para comunicarse con sus representantes diplomáticos y consulares acreditados. Los internos nacionales de Estados sin representación diplomática o consular en el país, los refugiados y los apátridas, tendrán las mismas posibilidades para dirigirse al representante diplomático del Estado encargado de sus intereses en el país o a cualquier autoridad nacional o internacional que tenga la misión de protegerlos. ARTICULO 160. — Las visitas y la correspondencia que reciba o remita el interno y las comunicaciones telefónicas, se ajustarán a las condiciones, oportunidad y supervisión que determinen los reglamentos, los que no podrán desvirtuar lo establecido en los artículos 158 y 159. ARTICULO 161. — Las comunicaciones orales o escritas previstas en el artículo 160, sólo podrán ser suspendidas o restringidas transitoriamente, por resolución fundada 221 del director del establecimiento, quien de inmediato, lo comunicará al juez de ejecución o juez competente. El interno será notificado de la suspensión o restricción transitoria de su derecho. ARTICULO 162. — El visitante deberá respetar las normas reglamentarias vigentes en la institución, las indicaciones del personal y abstenerse de introducir o intentar ingresar elemento alguno que no haya sido permitido y expresamente autorizado por el director. Si faltaren a esta prescripción o se comprobare connivencia culpable con el interno, o no guardare la debida compostura, su ingreso al establecimiento será suspendido, temporal o definitivamente, por resolución del director, la que podrá recurrirse ante el juez de ejecución o el juez competente. ARTICULO 163. — El visitante y sus pertenencias, por razones de seguridad, serán registrados. El registro, dentro del respeto a la dignidad de la persona humana, será realizado o dirigido, según el procedimiento previsto en los reglamentos por personal del mismo sexo del visitante. El registro manual, en la medida de lo posible, será sustituido por sensores no intensivos u otras técnicas no táctiles apropiadas y eficaces. ARTICULO 164. — El interno tiene el derecho a estar informado de los sucesos de la vida nacional e internacional, por los medios de comunicación social, publicaciones o emisiones especiales permitidas. ARTICULO 165. — La enfermedad o accidentes graves o el fallecimiento del interno, será comunicado inmediatamente a su familia, allegados o persona indicada 222 previamente por aquél, al representante de su credo religioso y al juez de ejecución o juez competente. ARTICULO 166. — El interno será autorizado, en caso de enfermedad o accidente grave o fallecimiento de familiares o allegados con derecho a visita o correspondencia, para cumplir con sus deberes morales, excepto cuando se tuviesen serios y fundamentados motivos para resolver lo contrario. ARTICULO 167. — Los internos que no gocen de permiso de salida para afianzar y mejorar los lazos familiares podrán recibir la visita íntima de su cónyuge o, a falta de éste, de la persona con quien mantiene vida marital permanente, en la forma y modo que determinen los reglamentos. CAPITULO XII Asistencia social ARTICULO 168. — Las relaciones del interno con su familia, en tanto fueren convenientes para ambos y compatibles con su tratamiento, deberán ser facilitadas y estimuladas. Asimismo se lo alentará para que continúe o establezca vínculos útiles con personas u organismos oficiales o privados con personería jurídica, que puedan favorecer sus posibilidades de resinserción social. ARTICULO 169. — Al interno se le prestará asistencia moral y material y, en la medida de lo posible, amparo a su familia. Esta asistencia estará a cargo de órganos o 223 personal especializado, cuya actuación podrá ser concurrente con la que realicen otros organismos estatales y personas o entidades privadas con personería jurídica. ARTICULO 170. — En defecto de persona allegada al interno designada como curador o susceptible de serlo, se proveerá a su representación jurídica, en orden a la curatela prevista en el artículo 12 del Código Penal. ARTICULO 171. — En modo particular se velará por la regularización de los documentos personales del interno. A su ingreso se le requerirá información sobre los mismos. La documentación que traiga consigo, se le restituya o se le obtenga, se depositará en el establecimiento, para serle entregada bajo constancia, a su egreso. CAPITULO XIII Asistencia postpenitenciaria ARTICULO 172. — Los egresados y liberados gozarán de protección y asistencia social, moral y material pospenitenciaria a cargo de un patronato de liberados o de una institución de asistencia pospenitenciaria con fines específicos y personería jurídica, procurando que no sufra menoscabo su dignidad, ni se ponga de manifiesto su condición. Se atenderá a su ubicación social y a su alojamiento, a la obtención de trabajo, a la provisión de vestimenta adecuada y de recursos suficientes, si no los tuviere, para solventar la crisis del egreso y de pasaje para trasladarse al lugar de la República donde fije su residencia. 224 ARTICULO 173. — Las gestiones conducentes al cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 172, se iniciarán con la debida antelación, para que en el momento de egresar, el interno encuentre facilitada la solución de los problemas que puedan ser causa de desorientación, desubicación o desamparo. A tales efectos se le conectará con el organismo encargado de su supervisión en el caso de libertad condicional o asistida y de prestarle asistencia y protección en todas las demás formas de egreso. CAPITULO XIV Patronatos de liberados ARTICULO 174. — Los patronatos de liberados concurrirán a prestar la asistencia a que se refieren los artículos 168 a 170, la asistencia pospenitenciaria de los egresados, las acciones previstas en el artículo 184, la función que establecen los artículos 13 y 53 del Código Penal y las leyes 24.316 y 24.390. ARTICULO 175. — Los patronatos de liberados podrán ser organismos oficiales o asociaciones privadas con personería jurídica. Estas últimas recibirán un subsidio del Estado, cuya inversión será controlada por la autoridad competente. CAPITULO XV Establecimientos de ejecución de la pena 225 ARTICULO 176. — La aplicación de esta ley requiere que cada jurisdicción del país, en la medida necesaria y organizados separadamente para hombres y mujeres, posea los siguientes tipos de establecimientos: a) Cárceles o alcaidías para procesados; b) Centros de observación para el estudio criminológico del condenado y planificación de su tratamiento de acuerdo con lo previsto en el artículo 13; c) Instituciones diferenciadas por su régimen para la ejecución de la pena; d) Establecimientos especiales de carácter asistencial médico y psiquiátrico; e) Centros para la atención y supervisión de los condenados que se encuentren en tratamiento en el medio libre y otros afines. ARTICULO 177. — Cada establecimiento de ejecución tendrá su propio reglamento interno, basado en esta ley, en su destino específico y en las necesidades del tratamiento individualizado que deban recibir los alojados. Contemplará una racional distribución del tiempo diario que garantice la coordinación de los medios de tratamiento que en cada caso deban utilizarse, en particular la enseñanza en los niveles obligatorios, la atención de las necesidades físicas y espirituales y las actividades laborales, familiares, sociales, culturales y recreativas de los internos, asegurando ocho horas para el reposo nocturno y un día de descanso semanal. 226 ARTICULO 178. — Las cárceles o alcaidías tienen por objeto retener y custodiar a las personas sometidas a proceso penal. Su régimen posibilitará que el interno pueda ejercer su derecho al trabajo y afrontar la responsabilidad de asistir a su grupo familiar dependiente e incluirá programas y actividades que permitan evitar o reducir, al mínimo posible, la desocialización que pueda generar la privación de libertad. ARTICULO 179. — Los establecimientos destinados a procesados no podrán alojar condenados. ARTICULO 180. — En las cárceles y establecimientos de ejecución de la pena no se podrá recibir, bajo ningún concepto, persona alguna, que no sea acompañada de una orden de detención expresa extendida por juez competente. ARTICULO 181. — Para la realización de las tareas técnico-criminológicas que dispone el artículo 13, según las circunstancias locales, se deberá disponer de: a) Una institución destinada a esa exclusiva finalidad; b) Una sección separada e independiente en la cárcel o alcaidía de procesados; c) Una sección apropiada e independiente en una institución de ejecución de la pena. 227 ARTICULO 182. — Según lo requiera el volumen y la composición de la población penal y las necesidades del tratamiento individualizado de los internos, deberá contarse con instituciones abiertas, semiabiertas y cerradas. ARTICULO 183. — Los establecimientos de carácter asistencial especializados podrán ser: a) Centros hospitalarios diversificados cuando sea necesario y posible; b) Institutos psiquiátricos. La dirección de estos centros asistenciales sólo podrá ser ejercida por personal médico debidamente calificado y especializado. ARTICULO 184. — Los centros de reinserción social deben ser instituciones basadas en el principio de la autodisciplina destinados a la recepción de condenados que se encuentren en semilibertad, prisión discontinua y semi detención. Serán dirigidos por profesionales universitarios con versación criminológica y, cuando las circunstancias lo posibiliten, podrán estar a cargo de un patronato de liberados y, de no existir aquél, de un servicio social calificado. ARTICULO 185. — Los establecimientos destinados a la ejecución de las penas privativas de libertad, atendiendo a su destino específico, deberán contar, como mínimo, con los medios siguientes: 228 a) Personal idóneo, en particular el que se encuentra en contacto cotidiano con los internos, que deberá ejercer una actividad predominantemente educativa; b) Un organismo técnico-criminológico del que forme parte un equipo multidisciplinario constituido por un psiquiatra, un psicólogo y un asistente social y en lo posible, entre otros, por un educador y un abogado, todos ellos con especialización en criminología y en disciplinas afines; c) Servicio médico y odontológico acorde con la ubicación, tipo del establecimiento y necesidades; d) Programas de trabajo que aseguren la plena ocupación de los internos aptos; e) Biblioteca y escuela a cargo de personal docente con título habilitante, con las secciones indispensables para la enseñanza de los internos que estén obligados a concurrir a ella; f) Capellán nombrado por el Estado o adscripto honorariamente al establecimiento; g) Consejo correccional, cuyos integrantes representen los aspectos esenciales del tratamiento; h) Instalaciones para programas recreativos y deportivos; 229 i) Locales y medios adecuados para alojar a los internos que presenten episodios psiquiátricos agudos o cuadros psicopáticos con graves alteraciones de la conducta; j) Secciones separadas e independientes para el alojamiento y tratamiento de internos drogadependientes; k) Instalaciones apropiadas para las diversas clases de visitas autorizadas. ARTICULO 186. — En las instituciones de ejecución no se alojarán internos comprendidos en el artículo 25 del Código Penal mientras subsista el cuadro psiquiátrico y a quienes padezcan enfermedad mental crónica. Con intervención del juez de ejecución o juez competente, serán trasladados para su atención a servicios especiales de carácter psiquiátrico o servicios u hospitales psiquiátricos de la comunidad. ARTICULO 187. — Los internos que padezcan enfermedades infectocontagiosas u otras patologías similares, de tal gravedad que impidan su tratamiento en el establecimiento donde se encuentren, serán trasladados a servicios especializados de carácter médico asistencial o a servicios u hospitales de la comunidad. ARTICULO 188. — En los programas de tratamiento de todas las instituciones y con particular énfasis en las abiertas y semiabiertas, se deberá suscitar y utilizar en la mayor medida posible los recursos de la comunidad local, cuando resulten provechosos para el futuro de los internos y compatibles con el régimen de la pena. 230 ARTICULO 189. — En los establecimientos de ejecución no podrán alojarse procesados, con excepción de aquellos recibidos en virtud de sentencia definitiva y que tengan otra causa pendiente o posterior a su ingreso. Establecimientos para mujeres ARTICULO 190. — Las internas estarán a cargo exclusivamente de personal femenino. Sólo por excepción podrán desempeñarse varones en estos establecimientos en tareas específicas. La dirección siempre estará a cargo de personal femenino debidamente calificado. ARTICULO 191. — Ningún funcionario penitenciario del sexo masculino ingresará en dependencias de un establecimiento o sección para mujeres sin ser acompañado por un miembro del personal femenino. ARTICULO 192. — En los establecimientos para mujeres deben existir dependencias especiales para la atención de las internas embarazadas y de las que han dado a luz. Se adoptarán las medidas necesarias para que el parto se lleve a cabo en un servicio de maternidad. ARTICULO 193. — La interna embarazada quedará eximida de la obligación de trabajar y de toda otra modalidad de tratamiento incompatible con su estado, cuarenta y 231 cinco días antes y después del parto. Con posterioridad a dicho período, su tratamiento no interferirá con el cuidado que deba dispensar a su hijo. ARTICULO 194. — No podrá ejecutarse ninguna corrección disciplinaria que, a juicio médico, pueda afectar al hijo en gestación o lactante. La corrección disciplinaria será formalmente aplicada por la directora y quedará sólo como antecedente del comportamiento de la interna. ARTICULO 195. — La interna podrá retener consigo a sus hijos menores de cuatro años. Cuando se encuentre justificado, se organizará un jardín maternal a cargo de personal calificado. ARTICULO 196. — Al cumplirse la edad fijada en el artículo anterior, si el progenitor no estuviere en condiciones de hacerse cargo del hijo, la administración penitenciaria dará intervención a la autoridad judicial o administrativa que corresponda. Jóvenes adultos ARTICULO 197. — Los jóvenes adultos de dieciocho a veintiún años deberán ser alojados en instituciones especiales o en secciones separadas o independientes de los establecimientos para adultos. En su tratamiento se pondrá particular empeño en la enseñanza obligatoria, en la capacitación profesional y en el mantenimiento de los vínculos familiares. 232 ARTICULO 198. — Excepcionalmente y mediando los informes favorables del organismo técnico-criminológico y del consejo correccional del establecimiento, quienes hayan cumplido veintiún años podrán permanecer en instituciones o secciones especiales para jóvenes adultos hasta cumplir veinticinco años. Luego serán trasladados a un establecimiento para adultos. Privatización parcial de servicios ARTICULO 199. — Cuando medien fundadas razones que justifiquen la medida, el Estado podrá disponer la privatización de servicios de los establecimientos carcelarios y de ejecución de la pena, con excepción de las funciones directivas, el registro y documentación judicial del interno, el tratamiento y lo directamente referido a la custodia y la seguridad de procesados o condenados. CAPITULO XVI Personal Personal Institucional ARTICULO 200. — El personal de las cárceles y establecimientos de ejecución debe ser cuidadosamente seleccionado, capacitado y especializado, teniendo en cuenta la importancia de la misión social que debe cumplir. 233 ARTICULO 201. — La ley y los reglamentos determinarán un adecuado régimen de selección, incorporación, retribuciones, estabilidad, asignación de funciones, ascensos, retiros y pensiones, teniendo en cuenta el riesgo, las exigencias éticas, intelectuales y físicas y la dedicación que su misión social requiere. El contenido de esas normas legales y reglamentarias deberá considerar las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre Tratamiento de los Reclusos, las Recomendaciones de las Naciones Unidas sobre la Selección y Formación del Personal Penitenciario adoptadas en Ginebra, 1955 y la Resolución 21 A del Octavo Congreso de las Naciones Unidas, celebrado en La Habana en 1990. ARTICULO 202. — La conducción de los servicios penitenciarios o correccionales y la jefatura de sus principales áreas así como la dirección de los establecimientos deberán estar a cargo de personal penitenciario con título universitario de carrera afín a la función. ARTICULO 203. — Las funciones comprendidas en el artículo anterior se cubrirán por concurso interno. Entre los requisitos se exigirá, además, experiencia y capacitación administrativa, un adecuado perfil para el cargo y otras condiciones que fijen los reglamentos. Cuando por dos veces consecutivas un concurso interno se declarase desierto, se llamará a concurso abierto de antecedentes y oposición. 234 ARTICULO 204. — En cada jurisdicción del país se organizará o facilitará la formación del personal, según los diversos roles que deba cumplir, así como su permanente actualización y perfeccionamiento profesional. ARTICULO 205. — Los planes y programas de enseñanza en los cursos de formación, actualización y perfeccionamiento, con contenido predominantemente criminológico, deberán incluir el estudio de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos y el Código de Conducta para los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, aprobado por Resolución 34/169 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 17 de diciembre de 1979. Personal no institucional ARTICULO 206. — El personal de organismos oficiales y de instituciones privadas con personería jurídica, encargado de la aplicación de las diversas modalidades de ejecución de la pena privativa de la libertad y de las no institucionales, será seleccionado y capacitado teniendo en consideración las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre Medidas no Privativas de Libertad, Reglas de Tokio 15-19. Personal de servicios privatizados ARTICULO 207. — Para cumplir tareas en las cárceles o establecimientos de ejecución, las personas presentadas por el contratista de servicios privatizados deberán contar con una habilitación individual previa. Esta será concedida luego de un examen médico, psicológico y social que demuestre su aptitud para desempeñarse en ese medio. 235 CAPITULO XVII Contralor judicial y administrativo de la ejecución ARTICULO 208. — El juez de ejecución o juez competente verificará, por lo menos semestralmente, si el tratamiento de los condenados y la organización de los establecimientos de ejecución se ajusta a las prescripciones de esta ley y de los reglamentos que en su consecuencia dicte el Poder Ejecutivo. Las observaciones y recomendaciones que resulten de esas inspecciones serán comunicadas al ministerio competente. ARTICULO 209. — El Poder Ejecutivo dispondrá que inspectores calificados por su formación y experiencia, designados por una autoridad superior a la administración penitenciaria efectúen verificaciones, por lo menos, semestrales con los mismos propósitos que los establecidos en el artículo 208. CAPITULO XVIII Integración del sistema penitenciario nacional ARTICULO 210. — A los efectos del artículo 18 del Código Penal, se considerará que las provincias no disponen de establecimientos adecuados cuando los que tuvieren no se encontraren en las condiciones requeridas para hacer efectivas las normas contenidas en esta ley. 236 ARTICULO 211. — El Poder Ejecutivo nacional queda autorizado a convenir con las provincias la creación de los establecimientos penitenciarios regionales que sean necesarios para dar unidad al régimen de ejecución penal que dispone esta ley. ARTICULO 212. — La Nación y las provincias y éstas entre sí, podrán concertar acuerdos destinados a recibir o transferir condenados de sus respectivas jurisdicciones, a penas superiores o menores de cinco años, cuando resultare conveniente para asegurar una mejor individualización de la pena y una efectiva integración del sistema penitenciario de la República. ARTICULO 213. — La transferencia de internos a que se refiere el artículo 212 será a título oneroso a cargo del Estado peticionante. ARTICULO 214. — El gobierno nacional cuando no disponga de servicios propios, convendrá con los gobiernos provinciales, por intermedio del Ministerio de Justicia, el alojamiento de los procesados a disposición de los juzgados federales en cárceles provinciales. Dictada sentencia definitiva y notificada, el tribunal federal, dentro de los ocho días hábiles, la comunicará al Ministerio de Justicia con remisión del testimonio de sentencia en todas sus instancias, cómputo de la pena y fecha en que el condenado podrá solicitar su libertad condicional o libertad asistida a fin de que adopte las medidas necesarias para el cumplimiento de la pena en una institución federal. 237 ARTICULO 215. — El condenado con sentencia firme trasladado a otra jurisdicción por tener causa pendiente será sometido al régimen de penados. En este caso las direcciones de los establecimientos intercambiarán documentación legal, criminológica y penitenciaria. ARTICULO 216. — El Ministerio de Justicia, por intermedio de la Secretaría de Política Penitenciaria y de Readaptación Social, organizará anualmente una reunión de los ministros de todo el país con competencia en la problemática carcelaria y penitenciaria. Estas reuniones tendrán por objeto evaluar todos los aspectos vinculados a la aplicación de esta ley. Podrán ser invitados representantes de instituciones oficiales y privadas que participen en la ejecución de la condenación condicional, libertad condicional, libertad asistida, semilibertad, prisión discontinua, semidetención y trabajo para la comunidad o brinden asistencia pospenitenciaria. ARTICULO 217. — El Ministerio de Justicia, por intermedio de la Secretaría de Política Penitenciaria y de Readaptación Social, organizará y dirigirá la compilación de la estadística nacional relativa a la aplicación de todas las sanciones previstas en el Código Penal. A tal fin convendrá con los gobiernos provinciales el envío regular de la información. ARTICULO 218. — El Ministerio de Justicia, por intermedio de la Secretaría de Política Penitenciaria y de Readaptación Social, organizará un centro de información sobre 238 los organismos estatales o instituciones privadas de todo el país vinculados a la reinserción social de los internos o al tratamiento en el medio libre. Los patronatos de liberados y los institutos oficiales y privados deberán suministrar la información que a tales efectos se les requiera. ARTICULO 219. — Las provincias podrán enviar a su personal para que participe en los cursos de formación, actualización y perfeccionamiento que se realicen en el orden nacional. CAPITULO XIX Disposiciones complementarias Suspensión de inhabilitaciones ARTICULO 220. — Las inhabilitaciones del artículo 12 del Código Penal quedarán suspendidas cuando el condenado se reintegrare a la vida libre mediante la libertad condicional o la libertad asistida. Transferencia internacional de la ejecución. ARTICULO 221. — De acuerdo a lo previsto en los convenios y tratados internacionales: a) Los extranjeros condenados por los tribunales de la República podrán cumplir la pena impuesta en su país de origen; 239 b) Los argentinos condenados en el extranjero podrán cumplir su pena en nuestro país. Restricción documentaria ARTICULO 222. — En las actas de nacimiento, matrimonio y defunción ocurridos en un establecimiento de los previstos en esta ley no se dejará constancia alguna que permita individualizar tal circunstancia. Suspensión de derechos ARTICULO 223. — En supuestos de graves alteraciones del orden en un establecimiento carcelario o de ejecución de la pena, el ministro con competencia en materia penitenciaria podrá disponer, por resolución fundada, la suspensión temporal y parcial de los derechos reconocidos a los internos en esta ley y en los reglamentos dictados en su consecuencia. Esta suspensión no podrá extenderse más allá del tiempo imprescindible para restablecer el orden alterado. La resolución deberá ser comunicada, inmediata y fehacientemente al juez de ejecución o juez competente. CAPITULO XX Disposiciones transitorias 240 ARTICULO 224. — Hasta tanto no se cuente con los centros de reinserción social a que se refiere el artículo 184, el condenado podrá permanecer en un sector separado e independiente de un establecimiento penitenciario, sin contacto alguno con otros alojados que no se encuentren incorporados a semilibertad, prisión discontinua o semidetención. ARTICULO 225. — Las disposiciones de los artículos 202 y 203 comenzará a regir a partir de los diez años de la entrada en vigencia de esta ley. La administración penitenciaria brindará el apoyo necesario para que el personal actualmente en servicio pueda reunir el requisito del título universitario en el plazo previsto en el apartado anterior, a cuyo efecto podrá celebrar convenios con universidades oficiales o privadas. ARTICULO 226. — Dentro de los ciento ochenta días de la vigencia de esta ley el Poder Ejecutivo nacional, por intermedio del Ministerio de Justicia, procederá a revisar los convenios existentes con las provincias a fin de que puedan asumir las funciones que constitucionalmente le pertenecen respecto a los procesados y condenados por sus tribunales. ARTICULO 227. — El Ministerio de Justicia convocará dentro de los noventa días de la vigencia de esta ley a la Primera Reunión de Ministros a que se refiere el artículo 216 con la finalidad de examinar los problemas que pueda suscitar su cumplimiento. CAPITULO XXI 241 Disposiciones finales ARTICULO 228. — La Nación y las provincias procederán, dentro del plazo de un año a partir de la vigencia de esta ley, a revisar la legislación y las reglamentaciones penitenciarias existentes, a efectos de concordarlas con las disposiciones contenidas en la presente. ARTICULO 229. — Esta ley es complementaria del Código Penal. ARTICULO 230. — Derógase el decreto ley 412/58 ratificado por ley 14.467. ARTICULO 231. — Comuníquese al Poder Ejecutivo. — ALBERTO R. PIERRI. — CARLOS F. RUCKAUF. — Esther H. Pereyra Arandía de Pérez Pardo. — Edgardo Piuzzi. DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS DIECINUEVE DIAS DEL MES DE JUNIO DEL AÑO MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y SEIS. 242 243 LISTA DE REFERENCIAS Boada i Grau J., de Diego Vallejo R. & Agulló Tomás E. (2004) El burnout y la manifestaciones psicosomáticas como consecuentes del clima organizacional y de la motivación laboral. Recuperado de la World Wide Web el 02 de Noviembre del 2010: http://www.psicothema.com/pdf/1171.pdf Bosqued, M. (2008), Quemados, el Síndrome de Burnout: Qué es y cómo superarlo, Ediciones Paidós Ibérica, España. Recuperado de la World Wide Web el 19 de octubre del 2010: http://books.google.com.ar/books?id=YSYR2HLc5dEC&printsec=frontcover&dq= quemados,+el+sindrome+del+burnout&hl=es&ei=xV7ITJbwHYWBlAf90PznAQ &sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CCcQ6AEwAA#v=onepage &q&f=false Brock, B. L. & Grady, M. L. (2002), Avoiding Burnout. A Principal’s Guide to Keeping the Fire Alive, Estados Unidos. Recuperado de la World Wide Web el 19 de Octubre del 2010: http://books.google.com.ar/books?id=ihm2rLwvlKQC&printsec=frontcover&dq=A VOIDING+BURNOUT&hl=es&ei=TmnITK6QB8WBlAf6otD2Ag&sa=X&oi=bo ok_result&ct=result&resnum=1&ved=0CCoQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false Cabrera, M. (2002), Estudio del síndrome de burnout en funcionarios policiales y su relación con el locus de control y características demográficas, Tesis no publicada de Licenciatura en Psicología, Universidad Adventista del Plata, Libertador San Martín, Entre Ríos. Cardenal Sotomayor, V. & Alonso Pombar, J. (2005) Un estudio sobre la incidencia del burnout entre los trabajadores del Centro Penitenciario de Huelva. Recuperado de la World Wide Web el 08 de Febrero del 2011: http://www.cop.es/delegaci/andocci/files/contenidos/VOL23_2_2.pdf Digesto Legislativo de la Provincia de Entre Ríos (2007), Reglamento para internos procesados (Decreto N° 1.506/1988 MGJE) Digesto Legislativo de la Provincia de Entre Ríos (2006), Servicio Penitenciario de Entre Ríos (Ley N° 5.797) Farré Martí, J., Fuentes, M., Bados, A., Bárez Villoria, M., Bayes Sopena, R., Brigos Hermida, B., Casas Hilari, J., Caseras, X., Comas Mongay, M., Creus, M., Estivill, E., Fora, F., García Rodríguez, J., Güell Roviralta, M., Guerra Díaz, D., Gutiérrez Ponce de León, F., Gutiérrez Rosado, M., Junqué Plaja, C., Giralt, M., Mira Solves, J., Pellicer, F., Raich, R., Riera Riera, J., del Río M., Romero, C., Sabanés, F., Carulla, L., Sender Romeo, R., Sureda Caldentey, B., Surribas Figuls, C., Toro, J., Torrubia Beltri, R., Pellicer, X. & Puig, C. (2010) Psicología para todos. Guía 244 completa para el crecimiento personal. Relaciones de grupo, estrés y dolor, Barcelona: Oceano Fritz, G., Southwell, E. & Varela, O. (2004) La sociedad criminal: una criminología de los criminales y de los no tanto, Buenos Aries: EspaciO Editorial Gil Monte, P. R. (2001), El síndrome de quemarse por el trabajo (síndrome de burnout): aproximaciones teóricas para su explicación y recomendaciones para la intervención. Recuperado de la World Wide Web el 08 de Febrero de 2011: http://www.psicologiacientifica.com/bv/psicologiapdf-78-el-sindrome-dequemarse-por-el-trabajo-(sindrome-de-burnout)-aproximaciones-teor.pdf Gil Monte, P. R. & Peiró, J. M. (1999) Perspectivas teóricas y modelos explicativos para el estudio del síndrome de quemarse por el trabajo. Recuperado de la World Wide Web el 28 de Junio de 2011: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/167/16715210.pdf Gil Monte, P. & Peiró, J. M. (1997), Desgaste psíquico en el trabajo: el síndrome de quemarse. Madrid: Proyecto Editorial Síntesis Psicología. Gonzáles Barón, A., Lacasta, M. A. & Ordónez, A. (2008), El Síndrome de Agotamiento Profesional en oncología, Editorial Médica Panamericana, Madrid. Recuperado DE LA World Wide Web el 20 de Octubre de 2010: http://books.google.com.ar/books?id=cAwW8nUg_0YC&pg=PA43&dq=desgaste+ psiquico+en+el+trabajo,+el+s%C3%ADndrome+de+quemarse&hl=es&ei=UDDIT KD6IsP98AbFkcjkDw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=3&ved=0CDc Q6AEwAg#v=onepage&q&f=false Gonzáles, P. (2007), Síndrome de burnout y modos de afrontamiento en docentes de Educación General Básica I y II, Tesis no publicada de Licenciatura en Psicología, Universidad Adventista del Plata, Libertador San Martín, Entre Ríos. Guillén Villegas, J. C. & Santamaría Barberán, E. (1999) Evaluación del nivel de Burnout en una muestra de trabajadores del área de tratamiento de un Centro Penitenciario. Recuperado de la World Wide Web el 27 de Mayo del 2011: http://www.resp.es/revistas/PDF/V01-N3-99-04.pdf Hein, N. (2005), Estudio del síndrome de burnout en pastores adventistas y su relación con la satisfacción laboral y características de personalidad, Tesis no publicada de Licenciatura en Psicología, Universidad Adventista del Plata, Libertador San Martín, Entre Ríos. Hernández Martin, L., Fernández Calvo, B., Ramos, F. & Contador, I. (2006), Burnout, expectativas de control y afrontamiento en un grupo de funcionarios penitenciarios, Salamanca. Recuperado de la World Wide Web el 19 de Abril de 2011: http://e-spacio.uned.es/fez/eserv.php?pid=bibliuned:Psicopat-200661E36FC0-6BF6-C808-D1AE-223B3485459E&dsID=PDF Hernández Martín, L.& Ramos Campo, F. (2002), Estudio sobre el Síndrome de Burnout en los funcionarios de vigilancia penitenciaria, Salamanca. Recuperado de la World Wide Web el 19 de Abril de 2011: 245 http://www.bibliopsiquis.com/bibliopsiquis/bitstream/10401/2282/1/interpsiquis_2 002_5336.pdf Hernández Sampieri, R, Fernández-Collado, C. & Baptista Lucio, P. (2003), Metodología de la investigación 3era edición, Mexico: Mc Graw Hill InfoLEG (s.f.), Ejecución de la pena privativa de la libertad. Recuperado de la World Wide Web el 23 de Agosto del 2011: http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/35000-39999/37872/texact.htm Kalinsky, B (2007), El agente penitenciario: la cárcel como ámbito laboral, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Recuperado de la World Wide Web el 20 de octubre de 2010: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S18519628200700010 0003 Ladstӓtter, F. & Garrosa, E. (2008) Prediction of Burnout: An Artificial Neural Network Approach. Recuperado de la World Wide Web el 27 de Mayo del 2011: http://books.google.com/books?id=sBKMXG7P7sUC&printsec=frontcover&dq=bu rnout&hl=es&ei=2H9JTb7rAsnpgAePl8kC&sa=X&oi=book_result&ct=result&res num=9&ved=0CFAQ6AEwCDgK#v=onepage&q&f=false Lazarus, S. R. (2000), Estrés y emoción. Manejo e implicaciones en nuestra salud, España: Desclée de Brouwer Marrau, M. C. (2009) El síndrome de quemarse por el trabajo (Burnout) en el marco contextualizador del estrés laboral. Recuperado de la World Wide Web el 21 de Junio de 2011: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/184/18411965010.pdf Martín Rodríguez, M., Campos Izquierdo, A. & Jiménez-Beatty, J. E. y Martínez del Castillo, J. (2007), Calidad de vida y estrés laboral: la incidencia del Burnout en el deporte de alto rendimiento madrileño, Revista Internacional de Ciencias del deporte, Universidad Politécnica de Madrid. Recuperado de la World Wide Web el 28 de Octubre de 2010: http://www.cafyd.com/REVISTA/art5n6a07.pdf Martínez Pérez, A. (2010) El síndrome de Burnout. Evolución conceptual y estado actual de la cuestión. Recuperado de la World Wide Web el 21 de Junio de 2011: http://www.ucm.es/info/vivataca/numeros/n112/PDFs/Anbelacop.pdf Maslach, C. (2003), Burnout. The cost of caring. Recuperado de la World Wide Web el 14 de Julio de 2012: http://books.google.es/books?id=Pigg1phJhgC&printsec=frontcover&hl=es#v=one page&q&f=false Maslach C., & Jackson S. E. (1997) MBI Inventario de “burnout” de Maslach: Síndrome del “quemado” por estrés laboral asistencial. Manual, Madrid: TEA Ediciones (según acuerdo especial con el propietario original CPP, Palo Alto, California). 246 Maslach, C., Schaufeli, W. & Leiter, M. (2001), Job Burnout. Recuperado de la World Wide Web el 14 de Julio de 2012: http://igitur-archive.library.uu.nl/fss/2006-1104200110/maslach_01_jobburnout.pdf Mingote Adán, J. C. & Pérez García, S. (2003) Estrés en la enfermería. El cuidado del cuidador, Madrid: Ediciones Díaz de Santos. Miller, L. H. & Smith Dell, A. (s.f.) Estrés en el lugar de trabajo, adaptado por la American Psychological Association. Recuperado de la World Wide Web el 21 de Junio de 2011: http://www.apa.org/centrodeapoyo/estres-lugar.aspx Millson, W. (2000) Predictors of work stress among correctional officers. Recuperado de la World Wide Web el 21 de Junio de 2011: http://www.cscscc.gc.ca/text/pblct/forum/e141/141l_e.pdf Moreno-Jiménez, B., Gonzáles J. L. & Garrosa, E. (2001), Desgaste profesional (burnout), Personalidad y Salud percibida, Dpto. Ps. Biológica y de la Salud, Universidad Autónoma de Madrid. Recuperado de la World Wide Web el 20 de Octubre de 2010: http://web.uam.es/gruposinv/esalud/Articulos/Personalidad/Desgaste%20profesiona l-personalidad-y-salud-percibida.pdf Myers, D. (2006), Psicología 7a Edición, Madrid: Editorial Médica Panamericana. Neuman, E. (2005), Los que viven del delito y los otros. La delincuencia como industria 3era edición, Bogotá: Editorial TEMIS S. A. Neuman, E. (2001), El estado penal y la prisión-muerte, Buenos Aires: Editorial Universidad Neuman, E. (1994), El abuso del poder en la Argentina y otros países latinoamericanos, Buenos Aires: ESPASA HOY. Neuman, E. (1994), Victimología y control social, Buenos Aires: Editorial Universidad. Papalia, D. E., Wendkos Olds, S. & Duskin Feldman, R. (2005) Desarrollo Humano. Novena edición, México D.F.: Mc Graw Hill Pizzarro Poggini, A. (2008), Estrés en funcionarios penitenciarios, Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios, n°12, Editorial Atenas Ltda., Chile. Recuperado de la World Wide Web el 20 de Octubre del 2010: http://www.gendarmeria.cl/gendarmeriaweb/doc/reinsercion/revista_unicrim_n12.p df#page=89 Ruíz, J. (2010) Satisfacción laboral, clima emocional, burnout y relaciones familiares en empleados de prisiones: un estudio exploratorio. Recuperado de la World Wide Web el 15 de Junio de 2011: http://psicologiajuridica.org/archives/454 Selye, H. (1975), Stress without distress, Nueva York: The new American Library. 247 Sociedad Española de Cuidados Paliativos (2008), Guía de Prevención de Burnout para profesionales, ARÁN Ediciones. Recuperado de la World Wide Web el 18 de Octubre del 2010: http://books.google.com.ar/books?id=defVRqO6xlQC&pg=PA1940&dq=GUIA+D E+PREVENCION+DE+BURNOUT+PARA+PROFESIONALES+DE+CUIDADO S+PALIATIVOS&hl=es&ei=JmrITKuBNsOBlAePwe31Ag&sa=X&oi=book_resu lt&ct=result&resnum=1&ved=0CCcQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false 248