Subido por Shantal Rojas

Derecho de olvido

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DERECHO AL OLVIDO DE ANTECEDENTES PENALES
OBJETIVO DE LA INVESTIGACIÓN.- Eliminación de la discriminación respecto al empleo y la
ocupación.
FENÓMENO.- En la Ciudad de México, 69.1% de la población que estuvo privada de su
libertad en 2019, tuvo dependientes económicos al momento de su arresto, de los cuales,
61.2% eran hijos.
De acuerdo con los datos estadísticos publicados por la Subsecretaria de Sistema
Penitenciario de la Ciudad de México, al 28 de febrero de 2020, la población penitenciaria
asciende a 24, 842 internos, de los cuales 1, 307 son mujeres.
Asimismo, se desprende que 4.16% son obreros, 27.26% son comerciantes, 15.99% son
empleados particulares, 38.79% tienen algún oficio diverso, 1.57% se dedica al hogar y
12.23% a otras actividades.
JURÍDICO.- El Archivo Nacional de Sentenciados es el encargado de llevara a cabo el registro
debido de todas aquellas personas que han delinquido en el país, así como la razón o causa de
su privación de la libertad.
CONSTANTES.a) Positivas: Como constante positiva, encontramos que el Estado lleva a cabo un registro, a
efecto de conocer los antecedentes penales de los ciudadanos; ello, a efecto de que los
empleadores tengan certeza de la persona que contratará como su trabajador, ya que, de
acuerdo a datos estadísticos, en la Ciudad de México el robo con violencia el delito más
recurrente, por tanto, se pudiese poner en peligro la integridad de las demás personas que
estén a cargo o mando de aquellas que con antecedentes penales de delito grave, así como, las
diversas personas que se encuentran subordinadas a éstas o en caso contrario, podría
representar un peligro hacia su superior jerárquico.
Al tener pleno registro e identificación de personas que han sido condenadas por algún delito,
se genera certeza jurídica en el sistema penitenciario; toda vez que, permite separar a los
primo delincuentes de los delincuentes habituales, generando para los primeros mayores
beneficios penitenciarios y a los segundos mayores penas de prisión sin que esto sea en
perjuicio del tratamiento que deberán llevara a cabo en cada uno de los casos en particular
para su reinserción social, laboral y política.
b) Negativas: Para los sentenciados se viola de forma preocupante sus derechos humanos,
como lo son el honor, libre desarrollo a la personalidad y la dignidad, sin olvidar que esta
última es un derecho fundamental superior ya que constituye la base y condición para el
disfrute de los demás derechos humanos reconocidos, pues coloca en primer plano la
superioridad de las personas ante las cosas, la individualidad del ser humano, la libertad de
elegir de forma autónoma su proyecto de vidam, así como el desarrollo integral de la
personalidad; consagrados en el artículo 1ro generando una categoría sospechosa,
entendiéndose por esta, los rasgos prohibidos que menoscaban la dignidad humana por
medio de un trato diferenciado, y que produce una desventaja hacia determinados grupos
estereotipados sin que exista razón alguna que lo justifique.
Así también, el artículo 5o. establece: A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la
profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos.
Por otra parte, los tratados internacionales firmados y ratificados por la federación en
concordancia con el artículo 133 constitucional, el pacto sobre derechos humanos de San José
Costa Rica art 1 y el convenio sobre la discriminación (empleo y ocupación), signado ante la
OIT.
Por último, se contraviene la Ley Federal del Trabajo en su artículo 133 y el artículo 13,
fracción III, de la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación, en relación con el diverso
123 de la Constitución Federal, que refiere que toda persona tiene derecho a un trabajo digno
y socialmente útil.
Sirve de apoyo el criterio sostenido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación, mismo que argumenta con contundencia en la tesis con carácter de
jurisprudencia número 20/2002 que la existencia de antecedentes penales no
acredita, por sí sola, la carencia de probidad de un modo honesto de vivir, tal y como
se expone:
ANTECEDENTES PENALES. SU EXISTENCIA NO ACREDITA, POR SÍ SOLA, CARENCIA
DE PROBIDAD Y DE UN MODO HONESTO DE VIVIR.- El hecho de haber cometido un
delito intencional puede llegar a constituir un factor que demuestre la falta de probidad
o de honestidad en la conducta, según las circunstancias de la comisión del ilícito, pero
no resulta determinante, por sí solo, para tener por acreditada la carencia de esas
cualidades. El que una persona goce de las cualidades de probidad y honestidad se
presume, por lo que cuando se sostiene su carencia, se debe acreditar que dicha persona
llevó a cabo actos u omisiones concretos, no acordes con los fines y principios
perseguidos con los mencionados valores.
En el caso de quien ha cometido un delito y ha sido condenado por ello, cabe la
posibilidad de que por las circunstancias de tiempo, modo y lugar de ejecución de ilícitos,
se pudiera contribuir de manera importante para desvirtuar esa presunción; sin
embargo, cuando las penas impuestas ya se han compurgado o extinguido y ha
transcurrido un tiempo considerable a la fecha de la condena, se reduce en gran medida
el indicio que tiende a desvirtuar la presunción apuntada, porque la falta cometida por
un individuo en algún tiempo de su vida, no lo define ni lo marca para siempre, ni hace
que su conducta sea cuestionable por el resto de su vida.
Para arribar a la anterior conclusión, se toma en cuenta que en el moderno estado
democrático de derecho, la finalidad de las penas es preponderantemente preventiva,
para evitar en lo sucesivo la transgresión del orden jurídico, al constituir una
intimidación disuasoria en la comisión de ilícitos y como fuerza integradora, al afirmar,
a la vez, las convicciones de la conciencia colectiva, función que es congruente con el fin
del estado democrático de derecho, que se basa en el respeto de la persona humana.
Así, el valor del ser humano impone una limitación fundamental a la pena, que se
manifiesta en la eliminación de las penas infamantes y la posibilidad de readaptación y
reinserción social del infractor, principios que se encuentran recogidos en el ámbito
constitucional, en los artículos 18 y 22, de los que se advierte la tendencia del sistema
punitivo mexicano, hacia la readaptación del infractor y, a su vez, la prohibición de la
marca que, en términos generales, constituye la impresión de un signo exterior para
señalar a una persona, y con esto, hacer referencia a una determinada situación de ella.
Con esto, la marca define o fija en una persona una determinada calidad que, a la vista
de todos los demás, lleva implícita una carga discriminatoria o que se le excluya de su
entorno social, en contra de su dignidad y la igualdad que debe existir entre todos los
individuos en un estado democrático de derecho. Por ende, si una persona comete un
ilícito, no podría quedar marcado con el estigma de ser infractor el resto de su vida,
porque ello obstaculizaría su reinserción social.
En esa virtud, las penas que son impuestas a quien comete un ilícito no pueden tener
como función la de marcarlo o señalarlo como un transgresor de la ley ni, por tanto,
como una persona carente de probidad y modo honesto de vivir; en todo caso, la falta de
probidad y honestidad pudo haberse actualizado en el momento en que los ilícitos fueron
cometidos; pero si éstos han sido sancionados legalmente, no podría considerarse que
esas cualidades desaparecieron para siempre de esa persona, sino que ésta se encuentra
en aptitud de reintegrarse socialmente y actuar conforme a los valores imperantes de la
sociedad en la que habita.
¿Por qué pasa?
Porque es imperante para el Estado llevar un registro de las personas que delinquen
por primera vez y de aquellos que reinciden en conductas delictivas, para evitar un
daño mayor a la sociedad en caso de una reinserción social; pero la problemática es
multifactorial, puesto que, no deviene de una razón aislada, ya que convergen
problemas como lo son el alcoholismo, la drogadicción, el analfabetismo, la
prostitución, la desintegración familiar, la pobreza, la corrupción, la opulencia, las
pocas y erradas políticas sociales y económicas, así como la propagación en los medios
de comunicación de estereotipos que influencian a la sociedad de lo cual el Estado
resulta un gran impulsor, por lo que se concluye que dejar pasar es dejar hacer.
¿Cómo evitarlo?
La teoría que se ha sostenido durante algunas décadas por algunos doctos de la
criminología es la que se basa en el poder económico, pues esta corriente está
convencida que en la medida que los problemas económicos puedan solucionase, las
personas no se verán forzadas a delinquir ya que a su vez guarda una estrecha
relación con estudios alimenticios hecho en las universidades de los Países Bajos, de
las cuales se ha podido concluir que la alimentación es la base de las decisiones que se
toman a diario así como a quedado comprobado que la ingesta de ciertos tipos de
alimentos provoca conductas variadas en quien los consume.
Sin embargo otras teorías apuntan a los niveles educativos que la región o país tengan
ya que están convencidos que en la medida que los ciudadanos sean personas letradas
no cometerán este tipo de delitos.
Por último y de forma por demás errada se ha sostenido que los delitos se evitarían si
las penas y castigos fuesen ejemplares.
SOLUCIÓN.- Si bien es cierto que los antecedentes penales no deberían de ser un
obstáculo para las personas que pretenden reinsertarse en el ámbito laboral, puesto
que eso menoscabaría su derechos, lo cierto es que resulta necesario para la seguridad
del gobernado contar con dichos datos, para un tratamiento correcto; por lo que se
colige que es necesario un archivo de antecedentes penales pero este debe de estar en
reguardo del Estado y no debe de ser público, a no ser que los delitos o el delito por el
que la persona haya sido sentenciada sea grave.
DERECHOS FUNDAMENTALES INVOLUCRADOS.
Artículo 1ro de la Constitución Federal

Artículo 5to de la Constitución Federal
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