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Produccion de Madera de Calidad de Eucal

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PRODUCTOS Y TECNOLOGÍA
Producción de Madera de Calidad de
Eucalipto
La poda – Conocimientos
Fundamentales y Técnicas
✍ Leif Nutto1, Manuel C. Touza Vázquez1, José Luis Delgado2
(1) CIS-Madera, (2) Montes e Proxectos
Las nuevas expectativas derivadas de la diversificación de la madera de eucalipto blanco
(Eucalyptus globulus), son ya una realidad en productos como perfiles de madera laminada
para carpintería y construcción, mobiliario de cocina, puertas de paso, nuevas aplicaciones
para la chapa decorativa, tableros contrachapados de altas prestaciones, etc.
Este desarrollo de la madera de eucalipto comienza a generar un mercado que
requiere madera de calidad para los distintos procesos productivos. Este mercado es
todavía incipiente pero, sin duda, se incrementará en el futuro a medida que los
consumidores conozcan y aprecien las ventajas de estos productos.
Esta demanda de madera de calidad puede suponer una interesante alternativa,
complementaria a la producción de madera de trituración, para los pequeños productores
de plantaciones de eucalipto en Galicia.
Orientar un eucaliptal hacia la producción de madera de sierra y/o chapa requiere
alargar el turno de corta y practicar una serie de cuidados como podas tempranas y cortas
intermedias de aclareo que reduzcan la competencia entre los árboles.
Este artículo resume las principales características de la poda de eucaliptos y su
influencia en la selvicultura dirigida a producir madera de calidad.
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PRODUCTOS Y TECNOLOGÍA
INTRODUCCIÓN
Los principales criterios de calidad para valorar la
madera en rollo de sierra y chapa decorativa son la
presencia de nudos y el diámetro del tronco. Los nudos influyen en las propiedades mecánicas y estéticas
del producto final, mientras que diámetros elevados y
homogéneos permiten mejorar la productividad de los
procesos industriales.
Desde el punto de vista económico, el productor de este tipo de madera intentará obtener el diámetro final lo más rápido posible y, al mismo tiempo,
producir madera sin nudos.
Las ramas portando las hojas como órganos
de la fotosíntesis, son el motor del crecimiento del
árbol. Así, un eucalipto tendrá un rápido crecimiento
diametral cuando disponga de una copa grande con
ramas largas y gruesas. Sin embargo estas ramas originarán la presencia de nudos que devaluarán el valor
de la madera.
La muerte de una rama
Al disminuir la productividad (fotosíntesis) de una
rama y, con ello, su contribución al crecimiento del
árbol, ésta es desconectada del sistema de transporte
de nutrientes hacia la parte superior de la copa. A partir
de ese momento los tejidos de la rama pasan a depender de su producción propia de asimilados, aunque
todavía consumen agua y nutrientes aportados por las
raíces.
Cuando la tasa de fotosíntesis de las ramas disminuye de forma progresiva (a causa del estrés, de la
alta competencia, falta de agua, ataques de organismos xilófagos, etc.), la rama termina muriendo en un
proceso que, en condiciones naturales, puede demorarse varios años.
La fotografía 2 muestra la evolución de este
proceso con el paso del tiempo. A medida que transcurren los años, las fibras de la madera del tronco han
sido desviadas alrededor de la rama, para
desconectarla del sistema de nutrientes del árbol. Posteriormente, puede apreciarse la existencia de una
barrera entre la rama y el tronco principal. Cuando
esta barrera es perfecta y la rama mantenía un poco
de corteza aparecen los nudos sueltos.
Fotos 1: Defectos mecánicos y estéticos causados por los
nudos.
Lo anterior origina un conflicto entre el objetivo producción y el objetivo calidad. Este problema
puede resolverse empleando la poda como instrumento
de la selvicultura orientada a producir madera de calidad.
PROCESOS NATURALES DE PODA
La muerte y pérdida de ramas es un proceso natural
durante la vida de los árboles y, dependiendo de cada
especie, existen diversos mecanismos de protección
desarrollados por los árboles para limitar los daños
infringidos durante los procesos de poda natural.
Para tener éxito con una poda artificial es importante conocer los factores biológicos de estos mecanismos de protección y, en la medida de lo posible,
incorporarlos durante el tratamiento silvícola.
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Foto 2. Una rama muerta está siendo incluida en la madera
del tronco. A medida que transcurren los años, las fibras de
la madera del tronco son desviadas alrededor de la rama
formando, en este caso, una barrera perfecta que dará origen
a un nudo saltadizo.
La pudrición y la pérdida de la rama
Las ramas debilitadas son susceptibles de ser atacadas por diversos organismos xilófagos. Los hongos,
generalmente a través del ataque combinado de varias especies, inician un proceso de descomposición
de la madera, hasta que ésta puede llegar a romperse
y caer. La velocidad de este proceso depende de factores como las condiciones climáticas, la mayor o
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menor presencia de sustancias protectoras en la madera, la dimensión de la rama, el tipo de organismos
agresores, etc.
Por otro lado, cuando una rama muerta pierde
la corteza, la madera desprotegida y en contacto directo con los agentes atmosféricos (lluvia, sol, etc.)
comienza a sufrir alteraciones dimensionales (hinchazón y merma). Estas alteraciones transmiten cargas
mecánicas a la madera que pueden llegar a ocasionar
su rotura con el paso del tiempo.
Diferentes mecanismos de protección
Existen especies forestales que pierden fácilmente las
ramas muertas (generalmente las caducifolias). Otras
(numerosas coníferas) pueden mantener las ramas
muertas durante muchos años, incluyéndolas en la
madera del fuste. También existen tipos intermedios,
dependiendo de las dimensiones de las ramas, del crecimiento del árbol y del clima.
La muerte de una rama conlleva riesgos para
el árbol porque las heridas proporcionan una vía de
entrada para hongos e insectos xilófagos y las posibles pudriciones de la madera pueden conducir en
casos extremos hasta la muerte del árbol.
Frente a estos riesgos, el árbol reacciona desarrollando dos estrategias: compartimentación en el
tronco y mecanismos de protección en la propia rama.
Algunas frondosas tienen la posibilidad de
desarrollar un tipo de células en la base de la rama,
que permiten la expulsar las ramas muertas, cuando
ese lecho de células se deshace mediante un proceso
químico. Esta barrera está formada por células vivas
por lo que, cuando una rama aumenta su diámetro y
comienza a formar un pequeño duramen, se interrumpe la barrera y la rama permanece más tiempo en el
tronco.
Por este motivo, la poda natural sólo es efectiva hasta un diámetro determinado de la rama. Las ramas muertas de grandes diámetros ofrecen una fácil
entrada para organismos xilófagos y aumentan el riesgo de pudrición en la madera del tronco.
En este sentido, un trabajo de Wardlaw y
Neilson (1999) muestra un aumento significativo de
la pudrición con el diámetro después de una poda de
Eucalyptus nitens (Gráfico 1a).
Otros trabajos sobre eucaliptos encuentran
fuertes correlaciones entre el diámetro de la rama y
su longitud concluyendo que, a partir de una determinada longitud de rama no compensa realizar su poda,
pues el riesgo de pudrición es muy elevado. Esta conclusión debe tenerse en cuenta especialmente en segundas podas.
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Gráfico 1a. Riesgo de pudrición con la poda de Eucalyptus
nitens en función del diámetro de la rama (Wardlaw y Neilson
1999).
Gráfico 1b. Correlación entre la longitud y el diámetro de
las ramas de Eucalyptus grandis (Nutto 2002).
Algunas especies como el cerezo (Prunus
avium), no forman una barrera de células sino que
desarrollan una estrategia consistente en “impregnar”
la madera de la rama con una goma que contiene substancias antisépticas, impidiendo así el ataque de hongos e insectos. En esta situación la rama no se descompone bien, permaneciendo muchos años en el tronco y siendo incluida en el árbol. El principio de funcionamiento en las coníferas es semejante, con la salvedad de que producen resina en lugar de gomas. Con
estas especies es imposible obtener madera limpia de
nudos sin realizar una poda.
El segundo mecanismo de protección de un
arbol es la compartimentación de las heridas en el
tronco. Según el modelo CODIT (Compartmentalization of Decay in Trees) existen 4 tipos de barreras
para impedir que una herida avance y contamine la
madera sana del tronco (Gráfico 2):
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PRODUCTOS Y TECNOLOGÍA
Gráfico 2 . Compartimentos de un árbol según el modelo
CODIT (Information Bulletin Number 419, USDA Forest
Service).
1) Tras producirse una herida, el árbol responde
bloqueando su sistema vascular vertical, tanto
por la parte superior como por la inferior al
lugar donde ocurre la herida. Los elementos
conductores (vasos y traqueidas) se bloquean
mediante tylosis, gomas, resinas y otros mecanismos.
2) Las últimas células formadas en un anillo o
una zona de crecimiento forman la segunda barrera con sus paredes gruesas y densas. Es una
barrera circular excepto en las zonas de paso
de los radios leñosos.
3) Los radios leñosos forman la tercera barrera
en dirección radial. Son barreras interrumpidas porque varían en longitud, altura y grosor.
4) Finalmente el cambium comienza a formar
paredes de protección después de una herida.
Son barreras anatómicas y químicas que protegen el tejido sano del herido.
Las cuatro barreras descritas presentan
distintos niveles de eficacia. La primera barrera
es la más frágil, lo que justifica que la mayor parte
de las pudriciones se extiendan más en la dirección longitudinal dentro del árbol (gráfico 3a).
Una vez que los tejidos de la madera son
atacados y/o destruidos por organismos xilófagos,
el árbol no tiene capacidad de sustituirlos y la
única manera de protegerse es formar barreras
anatómicas y reforzarlas con substancias químicas, que limiten la extensión de la pudrición en
el interior.
Considerando las características anatómicas y los mecanismos de protección de las distintas especies forestales al realizar una poda artificial es posible aumentar significativamente el
volumen de madera limpia de nudos y con ello
revalorizar el producto final.
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ÉPOCA DE PODA
La decisión sobre la conveniencia de realizar una poda
requiere considerar varios factores.
Existen especies que, con una selvicultura adecuada, no precisan de podas artificiales, porque sus
procesos de poda natural pueden ser suficientes para
alcanzar las metas de producción.
Generalmente las frondosas tienen una buena
poda natural cuando existe una elevada competencia
desde temprana edad. Para ello se necesitan más plantas por hectárea al principio, hasta que la base de la
copa viva alcanza la altura deseada. Sin embargo, la
elevada competencia en la fase inicial, limita el crecimiento diametral, prolongando el ciclo de la rotación.
Sin embargo, considerando la enorme importancia que adquiere el factor “tiempo” en la gestión
forestal, si se desea obtener diámetros de 40 a 50 cm
en 20 o 30 años, una poda natural generalmente no es
viable para destinos como aserrado o chapa.
Para plantear la decisión de realizar una poda
es preciso considerar varios componentes de tipo económico:
† ¿Existe un mercado para madera de calidad?
† ¿Las ganancias compensan las inversiones en
equipos y costes de mano de obra?
† ¿Existe disponibilidad de equipos y mano de
obra adecuadas?
Si estas preguntas pueden responderse afirmativamente, será necesario plantearse:
† ¿Cuándo realizar la primera poda? ¿En qué estado de desarrollo de los árboles?
† ¿Cuál es la mejor altura para realizar la primera poda?
Gráficos 3a y 3b. Avance
de la pudrición en dirección
longitudinal después de una
herida (3a). A la derecha el
núcleo nudoso de un arbol
despúes de una poda natural. Zonas con protección
química (rojas) y madera infectada con hongos o bacterias. (Information Bulletin Number
419, USDA Forest Service).
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Gráfico 4. Influencia del tipo de poda en el área central de
nudos. A la izquierda realización de una poda artificial y a la
derecha dos ejemplos de buena (árboles con una elevada
densidad de plantación inicial) y mala (árboles espaciados)
poda natural.
¿Compensa una segunda poda? ¿Hasta qué altura?
† ¿Cuántos árboles por hectárea deben ser podados?
Además, algunas preguntas sobre la biología
del árbol son de gran importancia:
† ¿Existen periodos del año donde el riesgo de
pudrición es menor?
† ¿Qué técnicas y herramientas son adecuadas?
† ¿Es mejor podar ramas vivas o muertas?
† ¿Las heridas causadas por la poda tienen tratamiento?
† ¿Cuál es el diámetro máximo de las ramas para
tener éxito en la poda?
Todos los factores anteriores deben responderse antes de tomar la decisión de realizar una poda. El
gráfico 4 muestra la diferencia en la dimensión del
núcleo nudoso (“knotty core”) entre una poda artificial y una poda natural. En el caso de la poda artificial la presencia de nudos se limita al área central de
la troza donde está la madera juvenil de baja densidad y que no puede emplearse para productos de elevado valor. Por el contrario, aún existiendo una buena poda natural, sólo el disponer de un gran diámetro
garantizará la producción de madera limpia de nudos.
†
PARTICULARIDADES DEL GÉNERO
Eucalyptus
Numerosas especies comerciales del género
Eucalyptus presentan una mala poda natural. Por ello,
si no se realiza una poda artificial, será necesario disponer de grandes diámetros (próximos a los 60-70 cm)
para poder producir madera limpia de nudos.
Si los eucaliptos crecen disponiendo de espacio vital para poder obtener diámetros gruesos en ciclos cortos, desarrollan una copa grande con ramas
gruesas que permanecen durante mucho tiempo en el
árbol (Foto 3). Cuando no se ha podado, el núcleo
nudoso es de 40 cm o más, impidiendo su utilización
como madera de alto valor.
Además, las ramas de eucaliptos no se desprenden completamente, sino que se quiebran en las proximidades del tronco, dejando un pequeño tocón en la
base de la rama, que va siendo progresivamente aislado para impedir la entrada de hongos y bacterias
(Fotos 4a-c).
Este proceso natural conlleva importantes
implicaciones en lo que respecta a la poda artificial
de los eucaliptos.
Generalmente los tocones de las ramas no son
expulsados por el árbol, sino que son envueltos por la
corteza y absorbidos durante el posterior crecimiento
diametral del árbol. Este proceso provoca un desvío
Foto 3: Eucalyptus globulus de 12 años de edad y 30 cm de
diámetro normal.
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de las fibras por la madera de reacción del tronco y,
con frecuencia, se producen heridas en el tejido del
cambium que induce a la formación de bolsas de una
sustancia gomosa (kino) como mecanismo defensivo
por parte del árbol.
Los dos procesos influyen negativamente en
las propiedades físicas, mecánicas y estéticas de la
madera. Pero lo más importante es que este proceso
también ocurre cuando son podadas artificialmente
ramas muertas. Los tocones de este tipo de ramas producen los mismos daños en la madera la poda natural.
Por estos motivos, cuando el objetivo es producir
madera de eucaliptos de alta calidad, sólo es recomendable realizar una poda de ramas vivas.
Ambos procesos se representan en el Gráfico
5. A la izquierda (A) una rama muerta es cortada, abandonando un pequeño tocón que es rodeado por la corteza y empujado progresivamente hacia fuera con el
crecimiento diametral del árbol. El resultado es la
existencia de una oquedad que, a menudo, se llena de
una sustancia gomosa denominada kino y la formación de madera de reacción alrededor de la rama.
A la derecha (B) se muestra la poda de una
rama viva. La herida cicatriza rápidamente y se forma madera sana. Este proceso aún tarda algún tiempo
hasta que el árbol continúa creciendo con madera normal.
TÉCNICAS Y ÉPOCA DE PODA
A la hora de realizar una buena poda, seleccionar la
técnica de corte adecuada para cada especie y tipo de
rama es tan importante como conocer los aspectos
biológicos de los mecanismo de protección de los árboles.
En algunas especies la madera del tronco forma un cuello alrededor de las ramas (rodete de cicatrización) que no siempre es fácilmente visible (Foto
5). Este rodete contiene el tejido del cambium que es
el responsable de la cicatrización de la herida hecha
con el corte por lo que, para realizar la poda con éxito
es muy importante que, el corte de la rama viva sea
realizado en su base. Si el corte penetra en la madera
del tronco hiriendo este lecho de células la cicatrización se detiene y casi siempre provoca pudrición.
Foto 4a. Tocón de una rama muerta. Foto 4b. El tocón de
una rama muerta es aislado de la madera del tronco y muchas veces puede ser retirado con facilidad del tronco. La
base del tocón está engrosada. Foto 4c. Orificio en la madera del tronco tras la retirada del tocón. Internamente la
compartimentalización ya está terminada.
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PRODUCTOS Y TECNOLOGÍA
A
B
madera de reacción en la zona del corte y, a menudo,
se rompe la cera abriendo una vía de entrada para
agentes xilófagos. Por otro lado, debajo de la cera
existe un microclima muy favorable a las condiciones
Gráfico 5. Reacción después de una poda de una rama
muerta (A) y una rama viva (B) (Stackpole 2001a).
La fotografía 6a muestra una buena cicatrización tras la poda de una rama viva. Por el contrario, la
poda de una rama muerta provocó la aparición de una
oquedad rellena de kino (Foto 8).
Otro factor a considerar es la época del año en
que se recomienda realizar la poda y, en este sentido,
existen numerosos trabajos con conclusiones contradictorias.
Las recomendaciones clásicas concluían que
el invierno era la época más propicia debido a la reducción de la actividad de hongos y bacterias y, con
ello, del riesgo de una infección de la herida.
Sin embargo, investigaciones recientes recomiendan realizar la poda en la primavera, una vez
superados los riesgos de heladas tardías y, cuando la
actividad del cambium es más elevada y los árboles
tienen por delante un período de vegetación completo para cicatrizar las heridas. También se argumenta
que, durante el invierno, la madera desprotegida queda expuesta a unas condiciones más severas propiciando la entrada de agentes xilófagos.
Otras recomendaciones como tapar las heridas
con substancias protectoras a base de ceras, son
procesos caros que no han conducido a buenos
resultados. El árbol continúa creciendo y formando
Foto 5: Rodete de cicatrización en la base de la rama. En los
eucaliptos esta zona no siempre es bien visible
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Gráfico 6. Técnicas de corte equivocadas (A, B y C) y correcta (D). En la figura A el corte se aleja del rodete de cicatrización y en la figura B lo elimina, en la figura C el corte
provoca el desgarro de la rama (Stackpole 2001b).
Foto 6a. Excelente cicatrización tras la poda de una rama
viva.
Foto 6b. Peligro de pudrición después del corte de una rama
gruesa.
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de vida de microorganismos, con una humedad y
temperatura constante.
EDAD Y ALTURA DE LA PODA
La edad de la primera poda artificial debe orientarse
en función de la desrama natural. Cuando las primeras ramas comienzan a morir es el momento de iniciar una primera poda, ya que el corte de ramas muertas no es recomendable, tal como se ha demostrado.
Con el gran potencial de crecimiento del eucalipto
esta primera poda puede realizarse a edades muy tempranas, sobre todo en sitios con buen abastecimiento
de agua y nutrientes.
La altura de la primera poda no debería ser
mayor de 6m. Está limitada por la altura de los árboles, porque a esta edad no tienen mas de 10 o 12m.
Además, las herramientas disponibles no permiten
realizar podas a dichas alturas sin subir a los árboles
con escalera. Otro factor que debe ser considerado es
el destino de la madera una vez podada. Si las longitudes de los trozas son de 2,5 m, es recomendable una
primera desrama hasta 5,5 m.
Una segunda poda hasta alturas superiores es
menos justificable ya que los costes aumentan de forma exponencial, dado que la productividad disminuye al emplear una escalera. Además hay que considerar que el árbol pierde diámetro con la altura a causa
de la conicidad y, en función del diámetro objetivo,
una segunda poda hasta alturas superiores a las dos
primeras trozas puede no compensar dado que el porcentaje de madera sin nudos es insuficiente para producir madera de calidad (Gráfico 4).
EQUIPO
Para realizar la poda de ramas pueden emplearse sierras o tijeras.
Los resultados de proyectos de investigación
realizados en Australia concluyen que los cortes realizados con tijeras son mejores y la eficiencia del proceso aumenta. Por otro lado, el uso de tijeras limita el
riesgo de desgarros en las ramas de diámetros medios, al evitar realizar un primer corte por la parte
inferior. Los principales inconvenientes de las tijeras
son la dificultad de emplear prolongaciones para tra-
Foto 7. Buena cicatrización tras la poda de una rama viva
(Wardlaw y Neilson, 1999).
Foto 9: Eucalipto (E.grandis) plantado a 3 x 3 m. Con este
espaciamento la poda natural es mala.
Foto 8. Formación de bolsa de kino tras la poda de una rama
muerta (Wardlaw y Neilson, 1999).
Foto 10: Poda de los árboles de la Foto 9 hasta 6 m de
altura. Al fondo árboles de la misma edad sin poda.
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Formación de Kino en la Madera de Eucalipto
El «kino», «eucalyptus gum» o «red gum» es una sustancia producida por muchas especies del género Eucalyptus
como mecanismo de defensa frente a las heridas provocadas por ataques de insectos, hongos xilófagos, incendios
forestales, etc.
Se trata de una sustancia gomosa, de color marrón-rojizo, con propiedades antisépticas y antioxidantes.
Su composición química es compleja y agrupa un variado rango de elementos entre los que destacan los
componentes polifenólicos.
Aparece tanto en la madera como en la corteza, en forma de vetas y/o bolsas. Algunas especies como
Eucalyptus camaldulensis o Eucalyptus citriodora son conocidas por sus abundantes segregaciones de kino.
Desde el siglo diecinueve, las propiedades del kino han generado el interés de la industria farmacéutica
(como fuente de colorantes inicialmente y de principios activos para medicamentos en la actualidad) y la de
curtientes (como fuente de taninos).
Desde el punto de vista de la industria de la madera, la presencia de kino es indeseable porque influye
negativamente en las propiedades de la madera y, sobre todo, porque devalúa estéticamente la madera aserrada
y la chapa decorativa.
En el caso de las plantaciones de Eucalyptus globulus presentes en Galicia el problema de la segregación
de kino es, aparentemente, menos grave que el que se reporta en Australia y este hecho se repite con otras
especies de Eucalyptus plantadas fuera de Australia.
Sobre este fenómeno sólo existen especulaciones, aunque se han señalado factores como las posibles
diferencias genéticas entre las procedencias de los bosques nativos australianos y las existentes en las
plantaciones de otros lugares así como la existencia de un menor número de organismos patógenos adaptados
al eucalipto en España que puedan estimular la producción de kino.
Uno de los factores más importantes para que tenga lugar la segregación de kino en la madera de
eucalipto está relacionado con la poda natural o con una deficiente poda artificial.
En este caso, la presencia de una rama muerta o la poda inadecuada de una rama viva conllevan la
segregación de kino por parte del árbol como mecanismo de defensa para limitar la posible entrada de hongos
xilófagos a través de la herida.
Este hecho, refuerza la importancia de realizar podas en ramas vivas de Eucalyptus globulus si se desea
obtener madera de calidad.
Formación de de kino en madera de Eucalyptus globulus. A la izquierda anillos de kino en una troza de madera
destinada a la industria de la chapa. A la derecha formación de una bolsa de kino asociada a la presencia de una rama
muerta.
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HERRAMIENTAS DE PODA
Serrucho de poda en altura. Diente pequeño y con
poco peso para cortes más limpios. Longitud de la
hoja: 50 cm. Peso: 1 kg
Tijera de poda
telescópica de
transmisión
mecánica. Corta
hasta 32 mm. de
diámetro
Serrucho de poda en altura. Dientes agrupados
de 4,5 mm de alto, con limpiador de serrín.
Longitud: 40 cm.
Tijera de poda
manual ajustable.
Corte hasta 45
mm. de diámetro.
Peso 1,5 kg.
Longitud 72 cm.
Serrucho de poda. Paso de diente de 4mm.
Longitud: 33 cm. Peso: 280 gr.
Fuente:
Serrucho de poda. Dientes endurecidos. Dos zonas
de corte (grueso y fino). Peso 210 gr. Longitud: 27
cm.
Catálogos comerciales de
GRUBE KG FORSTGERÄTESTELLE
Pértiga telescópica de fibra de
vidrio. Longitud máxima entre
3-6 m. Peso 2 kg (longitud
máxima de 5 m.). Mango acoplable para trabajo de poda
con serruchos
Escalera estándar con apoyo de
seguridad
44
Escalera de poda de aluminio de eje central. Disponible
en versión telescópica y hasta 4 m.
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bajar en alturas elevadas y que el diámetro de ramas
que pueden cortar es menor, normalmente hasta 5 cm.
Por otro lado, las sierras son la herramienta
más empleada para realizar podas y existen excelentes productos para este fin.
Las personas que realicen la poda deben haber
realizado un buen entrenamiento, conociendo tanto
los mecanismos biológicos de la poda natural para
que el corte sea exacto, como las reglas de seguridad
cuando se realiza una desrama a más de 6 m con escalera.
RECOMENDACIONES FINALES
En el supuesto de una plantación de eucalipto con un
marco de 3x3m (1.111 plantas/ha) con buena calidad
de sitio, orientada hacia la producción de madera de
sierra en la corta final, debe considerarse que sólo unos
200 árboles/ha llegarán al final del turno para alcanzar un diámetro normal superior a 40 cm, pues los
demás habrán sido cortados en sucesivas cortas de
aclareo y destinados a madera para trituración.
Por este motivo, la primera poda debe realizarse exclusivamente sobre estos 200 pies/ha, que
serán los árboles más altos, de tronco más recto y sin
defectos. La selección se realizará de forma que los
árboles seleccionados queden a unos 7 m de distancia
entre sí.
La altura de poda recomendada será de 6 m,
para conseguir aprovechar dos trozas (2,5 m) de madera libre de nudos. Para conseguir esta altura de poda,
los árboles deben tener unos 10 o 12 m de altura total,
lo que puede ocurrir entre los cuatro y seis años de
edad según la calidad de estación.
En cualquier caso, la edad de la primera poda
será en cuanto las ramas de los árboles seleccionados
comiencen a secar y tengan un diámetro inferior a 3
cm. La mejor herramienta son las tijeras y la mejor
época a principios de primavera.
Si el eucalipto ya estuviera podado a dos o tres
metros de altura, se cortarían los tocones que hubiesen quedado y se subiría la poda hasta los seis metros
en el momento oportuno. Una poda por encima de
seis metros debe ser cuestionada.
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