Subido por Josue Lopez

Perlas escondidas Éxodo 21 al 22

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Busquemos perlas escondidas de Éxodo 21 al 22
Éxodo 21:5, 6. De acuerdo a este texto, ¿cómo nos beneficia dedicarnos a Jehová? (w10 15/1 4
párrs. 4, 5).
w10 15/1 4 párrs. 4, 5
La dedicación cristiana no es una promesa cualquiera. Es un asunto muy serio. Ahora bien, ¿qué
beneficios ofrece? Algo que nos ayudará a entenderlo es examinar lo provechoso que es el sentido de
compromiso en las relaciones humanas. Comencemos por la amistad. Para tener amigos, hay que ser
amigo primero. Es necesario que haya un sentido de compromiso, que se asuma la responsabilidad moral
de cuidar de la otra persona. Una de las amistades más hermosas de tiempos bíblicos fue la de David y
Jonatán, quienes estaban tan unidos que hicieron un pacto entre ellos (léanse 1 Samuel 17:57 y 18:1, 3).
Hoy día no hay muchas relaciones tan leales como aquella. Pero, al igual que ayer, las buenas amistades
tienen en común el sentido de fidelidad y compromiso mutuo (Pro. 17:17; 18:24).
En Israel había otra relación que requería un sentido de compromiso: el convenio permanente que podía
establecer un esclavo con su amo. La Ley decía: “Si el esclavo dice insistentemente: ‘Realmente amo a mi
señor, a mi esposa y a mis hijos; no quiero salir como persona puesta en libertad’, entonces su amo tiene
que acercarlo al Dios verdadero y tiene que ponerlo contra la puerta o la jamba de la puerta; y su amo
tiene que agujerearle la oreja con un punzón, y él tiene que ser esclavo suyo hasta tiempo indefinido”
(Éxo. 21:5, 6). Como vemos, el esclavo podía seguir disfrutando de la seguridad de pertenecer a un amo
compasivo si hacía con él un pacto en el que renunciaba a su libertad.
Éxodo 21:14. ¿Qué podría significar este versículo? (it-1 608 párr. 7).
it-1 608 párr. 7
Las palabras de Éxodo 21:14 tal vez signifiquen que hasta a un sacerdote se le tenía que ejecutar si era
culpable de asesinato, o que el acto de agarrarse a los cuernos del altar no protegería a ningún homicida
intencionado. (Compárese con 1Re 2:28-34.)
¿Qué perlas espirituales ha encontrado sobre Jehová, el ministerio y otros temas en la lectura
bíblica de esta semana?
Éxodo. 21:2,5, 6 La Ley que Jehová le dio a Israel nos ayuda a entender la clase de esclavos que debemos
ser. Los esclavos judíos tenían que ser liberados después de seis años de esclavitud (Éx. 21:2). Pero si un
esclavo amaba a su amo y deseaba continuar a su servicio, la Ley incluía una excepción que le permitía
hacerlo. El amo tenía que apoyarle la oreja contra una puerta, o el marco de una puerta, y perforarla con un
punzón (Éx. 21:5, 6). ¿Qué tenía de particular la oreja? En hebreo, el concepto de obediencia se expresa con
una palabra que significa oír o escuchar. Así que la perforación de la oreja simbolizaba el deseo del esclavo
de seguir sirviendo y obedeciendo a su amo. Esto nos ayuda a comprender en qué consiste nuestra dedicación
a Jehová: en estar dispuestos a obedecerlo porque lo amamos. w13 15/10 pág. 12 párr. 2 “Sirvan a Jehová como esclavos
Éxodo. 21:5, 6 Como vemos, el esclavo podía seguir disfrutando de la seguridad de pertenecer a un amo
compasivo si hacía con él un pacto en el que renunciaba a su libertad. Otra relación donde debe existir un
elevado sentido de compromiso es el matrimonio. Claro, el compromiso es con una persona, y no meramente
con un contrato. Dos personas que viven juntas sin casarse jamás podrán ofrecer a su pareja y a sus hijos el
mismo grado de seguridad que proporciona el matrimonio cristiano honorable. Tampoco tendrán el mismo
aliciente para aceptar sus responsabilidades y esforzarse por resolver con amor las dificultades. w10 15/1 pág. 4
párrs. 5-6 ¿Por qué hay que dedicarse a Jehová
Éxodo 22:10, 11 ¿Quiso decir Jesús que jurar es siempre malo? Obviamente no. Como aprendimos en el
artículo anterior, Jehová y su justo siervo Abrahán juraron en ocasiones importantes. Además, la propia Ley
de Dios exigía que se hicieran juramentos para zanjar ciertas disputas (Éx. 22:10, 11; Núm. 5:21, 22). Por
consiguiente, tal vez un cristiano deba jurar que dirá la verdad en un tribunal. O, en raras ocasiones, deba
hacerlo para confirmar sus intenciones o resolver algún asunto. Por ejemplo, cuando el sumo sacerdote
puso bajo juramento a Jesús, él no se opuso y le dijo la verdad al Sanedrín judío (Mat. 26:63, 64). Y eso que
él no necesitaba jurar por nada ni nadie. Con todo, a menudo recalcó la veracidad de su mensaje con esta
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singular introducción: “Muy verdaderamente les digo”, o, según la nota, “verdaderamente, verdaderamente
les digo” (Juan 1:51; 13:16, 20, 21, 38).
w12 15/10 págs. 27-28 párr. 2 Que su sí signifique sí
Éxodo 22:22, 23 En la Ley del antiguo Israel, Jehová dijo respecto a las viudas y los huérfanos: “Sin falta
oiré su clamor” (Éxodo 22:22, 23). ¿Cómo podemos imitar ese interés? Recordemos que muchas de estas
madres se enfrentan a menudo con la soledad, pues no tienen otro adulto al que confiarle sus sentimientos.
Una mujer explica: “A veces, cuando mis hijos se acuestan, me siento tan terriblemente sola que no puedo
parar de llorar”. De modo que uno puede ofrecerse a escuchar —bajo circunstancias apropiadas— el
“clamor” de estas madres. Sin duda, tener cerca a alguien con quien desahogarse les dará fuerzas para
seguir adelante. w10 1/12 pág. 23 No olvidemos a las madres que crían solas a sus hijos - Ofrecerse a escuchar
Éxodo 22:29 Cada uno de nosotros es libre de rendir culto a Dios o de negarse a hacerlo. Jehová quiere que
lo adoremos por voluntad propia (léase Josué 24:15). Nunca aprobará nuestro servicio si lo realizamos de
mala gana o simplemente para complacer a otras personas (Col. 3:22). Tampoco lo aceptará si se lo
ofrecemos “con titubeo”, es decir, si actuamos con indecisión al dejar que algunas actividades cristianas
sufran por culpa de los intereses mundanos (Éxo. 22:29). Él sabe que cuando le servimos con toda el alma,
los primeros beneficiados somos nosotros. Esta es la razón por la que Moisés exhortó a los israelitas a elegir
la vida. ¿De qué modo harían esa elección? “Amando a Jehová [...], escuchando su voz y adhiriéndo[se] a él.”
(Deu. 30:19, 20.)
En la antigüedad, el rey David cantó a Jehová: “Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza
militar. En los esplendores de la santidad, desde la matriz del alba, tienes tu compañía de hombres jóvenes
justamente como gotas de rocío” (Sal. 110:3). Hoy, mucha gente solo se preocupa por el dinero y las
diversiones. Sin embargo, quienes aman a Jehová comprenden que el servicio sagrado siempre viene
primero. Y el celo con el que predican las buenas nuevas deja claro cuáles son sus prioridades. Confían
plenamente en que Jehová cubrirá sus necesidades cotidianas (Mat. 6:33, 34). w11 15/2 págs. 14-15 párrs. 9-10 La
aprobación de Dios nos conduce a la vida eterna
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