DISCURSO PARA EL 25 DE MAYO Nos convoca un aniversario más de la Revolución de Mayo. Un suceso que estudiamos en nuestra historia como la primera expresión del pueblo argentino que, en l8l0, ha manifestado su deseo de libertad. En aquellos tiempos ocurrían movimientos de toda índole, tanto revolucionarios como artísticos, científicos y literarios. Coincidentemente con la Argentina, toda América estaba tensa… y también Europa estaba convulsionada. Hoy, repetimos la misma inquietud y compromiso. Aquella expresión de anhelo de libertad, que los hombres de mayo hicieron realidad, se expresaba en un ardiente deseo desde antes de 1810, como un vínculo indestructible que uniría para siempre al pueblo argentino, más allá de sustanciales diferencias. Era la mayoría, era el pueblo que aguardaba las deliberaciones de los cabildantes en las vísperas del nacimiento de la Patria, aquel mayo de 1810. Después de presionar sobre el Cabildo, ese pueblo se manifestó en una auténtica “gritería”, nombre con el que pasa a la historia esta auténtica expresión de hombres que reclamaban intensamente su protagonismo. Nuestra Patria nacía con calor popular y con aquella expresión, de verdad se anunciaba la presencia de los hombres del pueblo para dar vida a la naciente revolución; “era la voz de la patria la que se hacía escuchar para desmentir ante el mundo que las jornadas de mayo eran un mero producto de las fuerzas librecambistas, como muchos pretendieron que fuese”. Mayo fue algo mucho más profundo. Y en esa causa fueron nuestros aborígenes, los indios de nuestras Misiones los que integraron aquellos ejércitos en cuyo valor y coraje, sin duda alguna, iba implícita la esencia de Mayo. Aquí está la figura de nuestro Andrés Guacurarí, que al frente de sus hombres y al lado del gran Artigas supieron dar vida a las páginas de más intenso heroísmo de nuestra historia nacional. Ese es el ideal que rescatamos hoy para seguir construyendo entre todos nuestra historia nacional. Ese ideal libertario es el camino más difícil, pero es aquel que se nos enseñó desde Mayo de 1810 y que no podemos olvidar y menos ignorar. Aunque ya lo sepamos, es bueno volver a señalar que “despojar a los pueblos de las claves de su historia es condenarlo a un futuro trivial y decadente. A partir de saber quiénes somos, cuál es nuestro legado cultural, nuestra memoria colectiva, podremos marchar como unidad histórica significativa en la búsqueda de nuestro destino como pueblo”. Queridos jóvenes, nuestro destino, unido al de los países hermanos de Latinoamérica, está llamado a recuperar el pleno ejercicio de la identidad latinoamericana. Un camino irrefutable para ello es estudiando nuestra historia, cantando la música de esta tierra, bailando sus danzas, leyendo a sus pensadores y poetas, así como lo proponemos cada día desde nuestras aulas. Hoy nuestra lucha está orientada a otros limites hoy estamos encerrados y con ganas de libertad de poder salir a correr, abrazarnos y estar juntos, pero sabemos que estamos en lucha, que tenemos que ser pacientes, que tenemos que estar más unidos que nunca, que tenemos que apoyarnos entre todos y ser el sostén de nuestros mayores, hoy sabemos que la cercanía nos hace falta, vernos todos los días y compartir lo cotidiano, pero también sabemos que estamos cerca aunque no estemos juntos, sabemos que nos tenemos que nos pensamos que nos extrañamos, y que juntos vamos a salir de todo esto. Hoy más que nunca, entre todos y desde nuestros hogares gritemos con el corazón VIVA LA PATRIA!!!