- Ana Cuevas - Pág. - 1 - ARACNE DENUNCIA A ZEUS http://www.etcmagazineweb.com/elarcon/elarcon-myl.html (Y lo “escracha” en su tela) Muchas de las situaciones de violencia que vivimos las mujeres de hoy están narradas en los mitos griegos. Zeus fuerza a Hera, la diosa del Cielo, a casarse con él luego de un interminable acoso sexual y engaño. Poseidón viola sin muchos trámites a Deméter, la Madre Tierra, y Hades secuestra a Core, la joven diosa de la Primavera y el Renacimiento, y la encierra en su castillo subterráneo para hacerla su esposa a la fuerza. Luego de casarse con Hera, Zeus persigue y viola a Europa, Asteria, Leda, Némesis, Dánae y Mnemosine. Mujeres, ninfas y diosas no escapan de la prepotencia de este recién llegado que ha usurpado el Olimpo. También mantiene relaciones sexuales “amables” con las ancestrales diosas prehelenas como son Eurínome, Dioné, Metis, Temis y Leto. Su objetivo es asumir como un padre todopoderoso y tener bajo su control a las poderosas hijas de estas diosas: Artemis, Atenea, Afrodita, las tres Gracias y las Tres Parcas. Además, otras diosas y mujeres son vistas como temibles monstruos que Perseo, Herácles ó Teseo matan. Estas relaciones conflictivas reflejan el nacimiento de una mentalidad violenta y patriarcal que va a reemplazar a otra anterior, diferente e igualitaria, durante la edad de Bronce y de Hierro; cuando los guerreros de las estepas invaden y ocupan los pueblos de la Gran Diosa, modificando sus mitos y formas de vida. Y los mitos griegos que surgieron de esa violenta conquista influirán en toda la cultura occidental, como así también en las relaciones entre los sexos. Si volvemos a los mitos, podemos advertir la resistencia de las diosas, y de las mujeres, ante semejante violencia. Dafne, acosada por Apolo, pide ayuda a Gea para que la proteja en su árbol oracular. Y Deméter elabora una estrategia junto a Hécate para que Hades deje en libertad a su joven hija Core. La diosa deja de poner la fertilidad de la tierra al servicio del patriarcado que Zeus, Poseidón y Hades representan (una mujer golpeada hace lo mismo cuando abandona al golpeador y sale de su círculo de violencia). Por su parte, esta trinidad masculina patriarcal se cuida de violentar a dos inconquistables diosas: Afrodita, la diosa del Erotismo Amoroso y Hécate, la patrona de las Sabias Brujas. - Ana Cuevas - Pág. - 2 - ARACNÉ En “Las Metamorfosis” el poeta latino Ovidio nos cuenta la historia de Aracne, una hábil tejedora cuyo arte sólo es comparable al de Atenea. Entonces la diosa (ya sometida a Zeus) la desafía a una competencia. La mujer y la diosa tejen cada una grandes telas con escenas míticas. Atenea retrata a Zeus y sus hermanos rodeados de esplendor y bondad. Aracne escenifica en su hermosa tela los acosos sexuales y violaciones cometidos por Zeus contra mujeres, ninfas y diosas. Palas y Aracne - Velazquez En su tela, Aracne denuncia a Zeus y lo “escracha” ante la diosa y el público que presencia la competencia. Al final, Atenea reacciona como la típica hija (o esposa) patriarcal negando todo. Rompe la tela de Aracne y convierte a la tejedora en araña. Una manera de reprimir la verdad ocultándola en el inconsciente femenino y en el colectivo. Sin embargo, las Mujeres Aracnes han estado resurgiendo del inconsciente personal y colectivo desde entonces hasta el presente para decir su verdad, denunciar a los violentos, crear estrategias de cambio y, lo más importante, tejer otra vida y otro destino. Esto es lo que hace una mujer que ha salido de una situación de violencia. Esto es lo que intentamos hacer todas: Ser Aracnes conscientes, tejedoras de nuestra vida y nuestro futuro en las relaciones. Analía Bernardo Experta en mitos y tradiciones de las Diosas (Publicado en Milenia, abril 2002, La Tertulia Web y Red RIMA MITO DE ARACNÉ Según la mitología griega, el origen de las arañas deberíamos buscarlo en una joven llamada Aracné, que comenzó a ser admirada en toda la provincia de Lidia por su habilidad para tejer tapices y paños con los más vistosos dibujos, formas y colores. Esta habilidad llegó a oídos de la diosa Atenea, quien había enseñado a los mortales el difícil arte del telar, y ávida de conocer quién era tan aventajada alumna, se presento en la casa de su padre, Idmón de Colofón, con la intención de verla trabajar. Cuando Atenea llegó ante Aracné lo hizo con la forma de una anciana, quien alabó su pericia textil pero que aconsejó a la joven ser más humilde, pues vio que el orgullo (hybris) comenzaba a apoderarse de ella. Pero cuando oyó esto, Aracné respondió que se consideraba la - Ana Cuevas - Pág. - 3 - mejor en su arte, y que aun si estuviera ante la misma diosa Atenea, se vería claramente que a su lado ésta no sería más que una simple aprendiz. Entonces Atenea se enojó y descubrió su verdadera identidad, y retó a Aracné a un duelo de tejedoras, en el que la ganadora sería quien hiciese el tapiz más bello de las dos; luego ambas comenzaron a manejar los hilos y crearon dos cuadros bordados de gran belleza. Pero Aracné tuvo la osadía de representar en el suyo los amoríos ilegítimos de Zeus -padre de Atenea- con mujeres mortales y diosas; esto causó una enorme ira en Atenea, quien representó en el suyo los castigos que había sufrido diversos mortales que se habían atrevido a desafiar a los dioses. Cuando se dio por finalizado el concurso, la mayoría estuvo de acuerdo en que el tapiz elaborado por Aracné era mucho más ingenioso y mejor realizado que el de Atenea. La diosa no pudo soportar verse desbancada por una simple mortal, por lo que la golpeó con su aguja en la cabeza, haciendo que se apoderase de ella la locura. Pero cuando Atenea vio que Aracné estaba a punto de suicidarse, sintió lástima de ella y la convirtió en un pequeño bichito que siguió tejiendo durante el resto de su vida. EL MITO DE ARACNE (para niños) Aracne era una de las mejores tejedoras de toda Grecia, sus bordados eran tan maravillosos que la gente comentaba que sus habilidades le habían sido concedidas por Atenea, diosa de la sabiduría y patrona de los artesanos. Pero Aracne tenía un gran defecto, era una muchacha muy vanidosa y decía, continuamente, que ella era la mejor tejedora del mundo. Un día, la orgullosa Aracne, no pudo aguantar más los comentarios de sus vecinos y llegó a compararse con Atenea. Se pasaba el día lanzando desafíos a la diosa e invitándola a participar en un concurso para ver cuál de las dos tejía mejor. La diosa Atenea quiso darle una lección a Aracne y bajó desde el Olimpo a la Tierra para aceptar su reto. Comenzó el concurso, Aracne y Atenea estuvieron tejiendo durante todo un día. Atenea representó a los dioses en todo su esplendor. Por el contrario la tela de la orgullosa Aracne mostraba a los dioses como locos y borrachos. Cuando Atenea vio que el trabajo de Aracne insultaba a los dioses no pudo aguantar más, se enfadó mucho y rajó la tela. Aracne se dio cuenta que había ofendido gravemente a los dioses, sintió mucho miedo, salió corriendo e intentó suicidarse colgándose de una viga del techo. La diosa Atenea se apiadó de ella y le salvó la vida pero, para castigarla, la convirtió en araña y la condenó a tejer para el resto de los tiempos. - Ana Cuevas - Pág. - 4 - ARACNÉ (OTRA VERSIÓN) Cuenta la leyenda que Aracne era una de las mejores tejedoras de toda Grecia. Era hija de un tintorero llamado Idmón y vivían en Lidia. Pero tenía un gran defecto, era en exceso vanidosa. De tal modo, le decía a todo el mundo que era la mejor tejedora del mundo. La gente, al observar sus obras, subrayaba su destreza. Cuentan que incluso las ninfas acudían a observar sus hermosos bordados. Recibía encargos de todas partes del mundo. De tal modo que Aracne cada vez se enorgullecía más y más de su trabajo, hasta que un día se comparó con la mismisima diosa Atenea, por ser diosa, a parte de la sabiduría, de las hilanderas. De tal modo que le lanzó un reto, para comprobar quien de las dos tejía mejor. Atenea quiso darle una lección a Aracne, así que aceptó el reto y descendió del Olimpo a la tierra en forma de anciana. Atenea le aconsejó que fuese más modesta y comenzaron el concurso. Ambas estuvieron tejiendo todo el día. Las dos estuvieron ilustrando en sus obras a los dioses. Mientras que Atenea los mostraba en todo su esplendor, Aracne se mofaba de ellos representándolos en episodios deshonrosos como locos y borrachos. Ante esto, Atenea se enojó con la hilandera, golpeándola y rompiéndole el tapiz. Aracne, asustada, humillada y deshonrada huyó enloquecida de la diosa con la intención de ahorcarse de una viga del techo. Ante esto, la diosa se apiadó y le salvó la vida, pero como castigo, la convirtió en araña y la condenó a tejer por el resto de los tiempos. Para algunos, no fue la deshonra a los dioses del Olimpo lo que llevó a Atenea a enojarse con Aracne, sino que comprobó que efectivamente la obra de Aracne era mejor que la suya. De tal modo que fue el orgullo de la diosa lo que la movió a convertirla en araña. Aparte de esta, existe otra leyenda sobre la transformación de Aracne en araña. En la cual, el hermano de Aracne, Falange, había aprendido de Atenea el arte de la guerra. Pero Atenea se enfureció con ambos hermanos al descubrir que entre ambos existía una relación impía e incestuosa. En el cuadro (de Velásquez), se puede observar a la izquierda a Atenea disfrazada de anciana, mientras que a la derecha, de espaldas, se encuentra la orgullosa Aracne. - Ana Cuevas - Pág. - 5 - Aracné (metamorfosis.Ovidio) Había prestado a relatos tales la Tritonia oídos, y las canciones de las Aónides y su justa ira había aprobado. Entonces, entre sí: “Alabar poco es: seamos alabadas también nos misma y los númenes nuestros que sean despreciados sin castigo no permitamos.” 5Y de la meonia Aracne a los hados su ánimo dirige, la cual, que a ella no cedía en sus alabanzas en el arte de hacer la lana, había oído. No ella por su lugar ni por el origen de su familia ilustre, sino por su arte fue; el padre suyo, el colofonio Idmón, con focaico múrice teñía las bebedoras lanas; 10había muerto su madre, pero también ella de la plebe, a su marido igual, había sido; aun así ella por las lidias ciudades se había buscado con su ejercicio un nombre memorable, aunque surgida de una casa pequeña, y en la pequeña habitaba Hipepa. De ella la obra admirable para contemplar, a menudo 15abandonaron las ninfas los viñedos de su Timolo, abandonaron las ninfas Pactólides sus propias aguas. Y no hechos sólo los vestidos contemplar agradaba; entonces también, mientras se hacían: tanto decor acompañaba a su arte, bien si la ruda lana aglomeraba en los primeros círculos 20o ya si con los dedos hacía subir la obra y, buscados largo trecho, unos vellones ablandaba que igualaban a las nubes, o si con ligero pulgar giraba el pulido huso, o si cosía a aguja; la sabrías por Palas instruida, lo cual, aun así, ella niega, y de tan gran maestra ofendida: 25“Compita”, dice, “conmigo: nada hay que yo vencida rehúse” Palas una vieja simula, y falsas canas en las sienes se añade y unos infirmes miembros con un bastón también sostiene. Entonces así comenzó a hablar: “No todas las cosas la más avanzada edad que debamos huir tiene; viene la experiencia de los tardíos años. 30El consejo no desprecia mío. Tú la fama has de buscar máxima de hacer entre los mortales lana; cede ante la diosa y perdón por tus palabras, temeraria, con suplicante voz ruega; su perdón dará ella a quien lo ruega.” La contempla a ella, y con torvo semblante los emprendidos hilos deja 35y apenas su mano conteniendo y confesando en tal semblante su ira 105 contales palabras replicó a la oscura Palas: “De tu razón privada y por tu larga vejez vienes acabada, y demasiado largo tiempo haber vivido te hace mal. Las oiga, si tú una nuera tienes, si tienes tú una hija, esas palabras. 40Consejo bastante tengo en mí yo, y advirtiéndome útil haberme sido no creas: la misma es la opinión nuestra. ¿Por qué no ella misma viene? ¿Por qué estos certámenes evita?” - Ana Cuevas - Pág. - 6 - Entonces la diosa: “Ha venido”, dice, y de su figura se despojó de vieja y a Palas exhibió. Reverencian sus númenes las ninfas 45y las migdónides nueras; sola quedó no aterrada esta virgen, pero aun así se sonrojó y, súbito, su involuntaria cara señaló un rubor, y de nuevo se desvaneció, como suele el aire purpúreo hacerse en cuanto la Aurora se mueve, y breve tiempo después encandecerse, del sol al nacimiento. 50Persiste en su empresa y de una estúpida palma por el deseo a sus propios hados se lanza, pues tampoco de Júpiter la nacida rehúsa ni le advierte más allá ni ya los certámenes difiere. Sin demora se colocan en opuestas partes ambas y con grácil urdimbre tensan parejas telas: 55la tela al yugo unido se ha, la caña divide la urdimbre, se insertan en mitad de la trama los radios agudos, la cual los dedos desenredan y, entre las urdimbres metida, los entallados dientes la nivelan del peine al golpear. Ambas se apresuran y, ceñidos al pecho sus vestidos, 60sus brazos doctos mueven mientras el celo engaña a la fatiga. Por allí, esa púrpura que sintió al caldero tirio se teje, y también tenues sombras de pequeño matiz, cual suele el Arco, los soles por la lluvia al ser atravesados, manchar con su ingente curvatura el largo cielo, 65en el cual, diversos aunque brillen mil colores, su tránsito mismo, aun así, a los ojos que lo contemplan engaña: hasta tal punto los que se tocan lo mismo son, sin embargo los últimos distan. Por allí también dúctil en los hilos se entremete el oro, y un viejo argumento a las telas se lleva. 70Palas la peña de Marte en el cecropio recinto pinta, y la antigua lid sobre el nombre de esa tierra. Una docena de celestiales, con Júpiter en medio, en sus sedes altas con augusta gravedad están sentados; su faz a cada uno de los dioses lo inscribe: la de Júpiter es una regia imagen; 75apostado hace que el dios del piélago esté, y que con su largo tridente hiera unas ásperas rocas y que de la mitad de la herida de la roca brote un estrecho, prenda con la que pueda reclamar la ciudad; mas a sí misma se da el escudo, se da de aguda cúspide el astil, se da la gálea para su cabeza, se defiende con la égida el pecho, 80y, golpeada de su cúspide, simula que la tierra produce, con sus bayas, la cría de la caneciente oliva, y que lo admiran los dioses; de su obra la Victoria es el fin. Aun así, para que con ejemplos entienda la émula de su gloria qué premio ha de esperar por una osadía tan de una furia, 85por sus cuatro partes certámenes cuatro añade, claros por el color suyo, por sus breves figurillas distinguidas. A la tracia Ródope contiene el ángulo uno, y a su Hemo, ahora helados montes, mortales cuerpos un día, que los nombres de los supremos dioses a sí mismos se atribuyeron. - Ana Cuevas - Pág. - 7 - 90La otra parte tiene el hado lamentable de la pigmea madre; a ella Juno, vencida en certamen, le mandó ser grulla y a los pueblos suyos declarar la guerra. Pintó también a Antígona, la que osó contender un día con la consorte del gran Júpiter, a la cual la regia Juno 95en ave convirtió, y no le fue de provecho Ilión a ella, o Laomedonte su padre, para que, cándida con sus adoptadas alas, no a sí misma se aplauda ella, con su crepitante pico, la cigüeña. El que queda único, a Cíniras tiene ese ángulo, huérfano, y él, los peldaños del templo –de las nacidas suyas los miembros– 100abrazando y en esta roca yacente, llorar parece. Rodea las extremas orillas con olivos de la paz –esta la medida justa es– y de la obra suya hace con su árbol el término. La Meónide a la engañada representa por la imagen de un toro, a Europa. Verdadero el toro, los estrechos verdaderos creerías. 105Ella misma parecía las tierras abandonadas contemplar y a sus acompañantes clamar y el contacto temer del agua que hacia ella saltaba y sus temerosas plantas querer retornar. Hizo también que Asterie por un águila luchadora fuera sostenida, hizo que de un cisne Leda se acostara bajo las alas. 110Añadió cómo de un sátiro escondido en la imagen, a la bella Nicteide Júpiter llenara de un gemelo parto, Anfitrión fuera cuando a ti, Tirintia, te cautivó, cómo áureo a Dánae, a la Esópide engañara siendo fuego, a Mnemósine pastor, a la Deoide variegada serpiente. 115 A ti también, mutado, Neptuno, en torvo novillo, en la virgen eolia te puso; tú pareciendo Enipeo engendras a los Aloidas, carnero a la Bisáltide engañas, y la flava de cabellos, de los frutos la suavísima madre, te sintió caballo, te sintió volador la de melena de culebras, 120madre del caballo volador, te sintió delfín Melanto. A todos estos la faz suya y la faz de sus lugares devolvió. Está allí, agreste en su imagen Febo, y cómo ora de azor alas, ora lomos de león llevara, cómo de pastor a la Macareide Ise burlara, 125cómo Líber a Erígone con falsa uva engañara, cómo Saturno de caballo al geminado Quirón creó. La última parte de la tela, circundada por un tenue limbo, con néxiles hiedras contiene flores entretejidas. No en ésta Palas, no en esta obra la Envidia 130podría cebarse: se dolió de su éxito la flava guerrera y rompió las pintadas –celestiales delitos– vestes, y tal como el radio del citoríaco monte sostenía, tres, cuatro veces la frente golpeó de la Idmonia Aracne. No lo soportó la infeliz y con un lazo, ardida, se ligó 135su garganta: a la que así colgaba, Palas compadecida la alivió y así: “Vive pues, pero cuelga, aun así, malvada” dijo, “y esta ley misma de tu castigo, para que no estés libre de inquietud en el futuro, declarada para tu descendencia y tus tardíos nietos sea.” - Ana Cuevas - Pág. - 8 - Después de eso, cuando se marchaba, con jugos de la hierba de Hécate 140la asperjó: y al instante, por la triste droga tocados, se derramaron sus pelos, con los cuales también su nariz y sus orejas, y se hace su cabeza mínima; en todo su cuerpo también pequeña es, en su costado sus descarnados dedos, en vez de piernas se adhieren, el resto el vientre lo ocupa, del cual, aun así, ella remite 145una urdimbre y sus antiguas telas trabaja, la araña. - Ana Cuevas - Pág. - 9 - LAS DIOSAS HECHICERAS La mitología universal reúne a un gran numero de diosas o heroínas a quienes los pueblos de la antigüedad atribuían poderes similares a los de las brujas o hechiceras. Algunas de ellas encarnaban la energía de los elementos femeninos del Cosmos: el Agua, la Tierra y la Luna. Otras, en cambio, se adjudicaban el dominio de las fuerzas ocultas, el mando de las bondades o la furia de la naturaleza. Todas, sin embargo, tejían con sus manos mágicas el destino del hombre en este mundo. En este informe le explicamos que nombres recibían estas deidades y que atributos poseía cada una de ellas. Badajaga: Bruja de la tradición rusa, reina de los bosques y los animales. Sus advertencias eran temidas y respetadas, pues ella era la administradora implacable de la muerte. Dánae: Hija de Eurídice, fue encerrada por su padre en una cámara de bronce bajo tierra, debido a que el oráculo predecía que el hijo de Dánae iba a dar muerte a su abuelo materno. Zeus, transformado en lluvia de oro, penetró por una hendidura del techo y obtuvo su amor. De esa unión nació Perseo. Entonces, la madre y el niño, fueron encerrados en un cofre, y arrojados a la furia del mar. Sin embargo, a través de sus mágicos poderes, Dánae, logro salvar su vida y la de su hijo, liberándose ambos de su encierro. Diana: Benéfica deidad del bosque, venerada por los romanos, identificada con la diosa Artemisa de los griegos. Reina de la naturaleza salvaje, la selva virgen y las bestias que la pueblan, gobernaba la femineidad y la fertilidad, tanto de las mujeres como de las tierras. Sus atributos se relacionaban con la energía lunar, que rige las funciones orgánicas exclusivamente femeninas. Hècate: Divinidad griega que gobernaba la juventud. Era la encargada de otorgar la prosperidad material, la elocuencia, y la victoria en las batallas y los juegos. Presidía la - Ana Cuevas - Pág. - 10 - magia y los encantamientos. Gobernaba la Tierra, el Cielo y el Infierno. Se la representaba con tres cuerpos y tres cabezas: de león, de perro y de yegua. Otras veces asumía la forma de hechicera, con serpientes enroscadas en sus cabellos. Deidad lunar por excelencia, simbolizaba sus tres fases visibles: llena, creciente y menguante. Parece haber sido en principio una diosa benévola pero, con el transcurso del tiempo, fue adquiriendo preponderancia su aspecto destructivo y se la fue asociando con la hechicería. Presidía las purificaciones y aparecía por las noches, escoltada por un cortejo de perros infernales. Holda: Diosa de la tradición nórdica y de la mitología germánica que representa a la Madre-Tierra. Era la encargada de repartir amor y fortuna. Adelantaba, durante las noches, el trabajo de las hilanderas y tejedoras. Velaba el orden domestico, protegía a los recién nacidos y otorgaba el don de la fecundidad a las mujeres. Premiaba las virtudes femeninas y castigaba la violencia. Se le adjudicaban los escarmientos para la ineficiencia en el trabajo y el desorden domestico. Su pájaro mensajero era la cigüeña. Su energía daba origen a las tormentas de nieve, las que provocaba sacudiendo en la tierra el edredón de su lecho. Aparecía cada año ante los hombres sobre un caballo blanco, seguida por un cortejo de mujeres y almas de niños muertos. Lamia: Monstruo fabuloso con cuerpo de dragón y rostro de mujer. Esta figura mitológica de origen griego, representaba el espíritu vengador de la reina de Saba. Hera, la legitima esposa de su amante -Zeus-, en un ataque de celos, la privo de su hijo. Desde entonces, enfurecida de dolor y transformada en demonio, robaba a los recién nacidos de la cuna para nutrirse de su sangre. Lilith: Es el demonio femenino mas temible de la tradición hebrea. Según la literatura rabínica, fue la primera mujer de Adán. Indiferente a la voluntad de su marido, lo abandono para vivir en la región del Aire, y totalmente desprendida de su instinto maternal, mato a su propio hijo. La leyenda mas espeluznante que se ha creado en torno a ella, es que engañaba a las parturientas y robaba a los recién nacidos durante la noche. - Ana Cuevas - Pág. - 11 - Dioses y Héroes Oceánidas: Ninfas del mar, hijas del dios Océano. Océano (Wkeanos): Deidad griega que personificaba el mar, a la cual llamaron los poetas "padre del mundo". Era hijo de Urano (el Cielo) y de Gea (la Tierra) y tuvo por esposa a Tetis y por hijos las fuentes, los ríos y tres mil diosas o ninfas, llamadas Oceánidas. Pan (Pan): Dios pastoril de la mitología griega, mitad hombre, mitad macho cabrío. Asustaba a hombres y animales con el sonido de su flauta. La flauta de Pan era un pequeño instrumento de viento que antiguamente tocaban los pastores griegos y que según la tradición popular fue inventada por Pan, dios de los pastores. Está construida con tubos de madera o caña de distinta longitud y grosor que se unen mediante una cuerda. Tanto los poetas helénicos como latinos hicieron de este instrumento un atributo inseparable de sus personajes bucólicos. Parcas: Eran las tres diosas que determinaban la vida humana y el destino. Conocidas como Moiras en griego y como Parcae en latín, las Parcas asignaban a cada persona al nacer una parte del bien y del mal, aunque la gente podía acrecentar el mal por su propio desatino. Retratadas en el arte y la poesía como ancianas severas o como melancólicas doncellas, se las representaba siempre como tejedoras. Cloto (la Hilandera hila el hilo de la vida), Láquesis (la Distribuidora de Suertes), decidía su duración y asignaba a cada persona su destino y Átropo (la Inexorable), llevaba las temibles tijeras que cortaban el hilo de la vida en el momento apropiado. Las decisiones de las Parcas no podían ser alteradas, ni siquiera por los dioses. Paris: También llamado Alejandro, era hijo de Príamo y de Hécuba, rey y reina de Troya. Una profecía había anticipado que Paris causaría la ruina de Troya y, por esa razón, Príamo lo abandonó en el monte Ida, donde unos pastores lo encontraron y lo criaron. Estaba cuidando a su oveja, cuando se suscitó una discusión entre las diosas Hera, Atenea y Afrodita acerca de quién era la más bella. Las tres diosas le solicitaron que hiciera de juez. Cada una de ellas intentó sobornarlo: Hera le prometió que lo haría soberano de Europa y Asia, Atenea que le ayudaría a lograr la victoria de Troya contra - Ana Cuevas - Pág. - 12 - los griegos, y Afrodita que le concedería la mujer más hermosa del mundo, Helena, la esposa de Menelao, rey de Esparta. Paris eligió a Afrodita, aunque en realidad estaba enamorado de la ninfa Enone. Su decisión hizo que Hera y Atenea se volvieran enemigas acérrimas de su país. Este hecho, unido al rapto de Helena en ausencia de Menelao, desató la guerra de Troya. Al décimo año del sitio de Troya, Paris y Menelao entablaron un combate singular cuerpo a cuerpo. Menelao habría logrado fácilmente la victoria si no hubiera intervenido Afrodita, que envolvió a Paris en una nube y lo llevó de vuelta a Troya pero, antes de la caída de la ciudad, fue herido mortalmente por el arquero Filoctetes y acudió entonces a Enone, para que lo curara con una droga mágica que tenía. Ella se negó pero, cuando Paris murió, decidió suicidarse transida de pena. Patroclo: Amigo del héroe Aquiles, a quien acompañó a la guerra de Troya. En el décimo año del conflicto, Aquiles retiró del combate a sus tropas, los mirmidones, por una disputa con Agamenón, capitán de las fuerzas griegas. Sin Aquiles, los griegos comenzaron a perder frente a los troyanos. Finalmente, cuando éstos estaban a punto de quemar las naves griegas, Patroclo persuadió a Aquiles para que le permitiera guiar a los mirmidones con el objeto de librar a los griegos del desastre. Vestido con la armadura de Aquiles, Patroclo condujo a los griegos a la victoria, forzando a los troyanos a retroceder hasta las murallas de su ciudad. Sin embargo, en su máximo momento de gloria, Patroclo murió a manos del capitán troyano, Héctor. Para vengar la muerte de su amigo, Aquiles reanudó la lucha y mató a Héctor. Pegaso: Era un maravilloso caballo alado que de acuerdo con el mito, surgió del cuello de la gorgona Medusa, cuando Perseo le cortó la cabeza; del mismo cuello, surgió el héroe Crisaor, que era como Belerefontes, hijo de Poseidón, con la diferencia de que Belerefontes, nieto de Sísifo era mortal. Belerefontes pidió a su padre un caballo alado y este se lo concedió. Pero no se encontraba la rienda para que sujetara al magnífico animal. Atenea le regaló, entonces, una brinda de oro para domar el alado Pegaso. Luego de esto, el héroe hizo sacrificios en honor de Poseidón y Atenea. Peleo: Rey de los mirmidones de Tesalia, hijo de Eaco, rey de Egina. Tomó parte en la caza del jabalí de Calidón y en el viaje de los Argonautas en busca del vellocino de oro, pero es especialmente famoso por su matrimonio con Tetis, una de las nereidas, quien estaba destinada a engendrar un hijo más poderoso que su padre. Aunque Zeus, padre de los dioses, amaba a Tetis, deseaba que se casara con un mortal para que no se - Ana Cuevas - Pág. - 13 - cumpliera con él la profecía. Ayudado por los dioses, Peleo se quedó esperando a Tetis en la orilla y, a pesar de sus transformaciones en fuego, agua y varios animales salvajes, él consiguió sostenerla hasta que recuperó su forma original. Todos los dioses esperaban la boda, con excepción de Eris, diosa de la discordia y la contienda quien, furiosa por ser excluida, arrojó en la reunión una manzana de oro que decía "para la más hermosa". La adjudicación de la manzana a Afrodita, diosa del amor, por parte del príncipe troyano Paris condujo a la guerra de Troya. Tetis y Peleo eran los padres del héroe y guerrero griego Aquiles. Finalmente, Peleo y Tetis fueron a vivir entre las nereidas. Peleo sobrevivió tanto a su hijo como a su nieto Neoptolemo. Penélope: Es una de las heroínas míticas cuya belleza radicaba más en el carácter y la conducta que en el físico. Era hija de Icario, un príncipe espartano. Odiseo (Ulises), rey de Ítaca, aspiraba a casarse con ella y derrotó a todos sus competidores. Cuando llegó el momento de que la novia abandonara la casa de su padre, Icario, al que se le hacía insoportable la idea de ver partir a su hija, trató de persuadirla para que se quedara con él y no acompañase a su esposo a Ítaca. Odiseo dejó que Penélope eligiera si quería quedarse o marcharse con él. Penélope no contestó y dejó caer el velo sobre su rostro. Icario no insistió más y cuando se hubo marchado levantó una estatua a la modestia en el lugar donde ella partió. Odiseo y Penélope no había disfrutado de su unión más que un año, cuando fue interrumpida por los acontecimientos que reclamaron a Odiseo su participación en la guerra de Troya. Durante su larga ausencia y cuando se tenían serias dudas sobre si aún vivía y se consideraba altamante imporbalble su regreso, Penélope fue importunada por numerosos pretendientes de los cuales era imposible librarse salvo eligiendo a uno de ellos como marido. Penélope, en cualquier caso, empleó todos los trucos para ganar tiempo, esperando aún el retorno de Odiseo. Uno de sus trucos fue la confección de una túnica para el palio fúnebre del padre de su esposo, Laertes. Ella prometió elegir a uno de sus pretendientes cuando estuviera terminada la túnica. Durante el día trabajaba en la tela, pero por la noche deshacía el trabajo que había hecho por el día. Ésta es la famosa tela de Penélope, que se usa como expresión proverbial para referirse a cualquier trabajo que se hace constantemente, pero no se termina nunca. Pigmeos: Los pigmeos formaban una nación de enanos que tomaban su nombre de una palabra griega cuyo significado era codo, medida de unas trece pulgadas que se suponía era la altura que alcanzaba este pueblo. Según unos, vivían cerca de la fuente del Nilo y según otros en la India. Homero nos cuenta que las grullas emigraban todos - Ana Cuevas - Pág. - 14 - los inviernos al país de los pigmeos y sus habitantes tenían que tomar las armas para defender sus campos de grano contra las rapaces aves. Más tarde los escritores hablaron de un ejército de pigmeos que encontraron a Heracles dormido y que le atacaron como si atacaran una ciudad. Cuando el héroe se despertó se rió de los pequeños guerreros, envolvió a algunos de ellos en su piel de león y se los llevó a Euristeo. Ponto (Pontos): Personificación masculina del mar en la mitología griega. Era hijo de Gea y del Eter, y de la relación incestuosa con su madre nacieron Nereo, Taumante, Euribia y Forcis. Poseidón (Poseidwn): Dios de los Mares, hijo de Cronos y de Rea. Tenía su palacio en el fondo del mar. Era también el dios de los temblores de tierra. Sus atributos eran el tridente y el caballo. Los romanos lo asimilaron con Neptuno. Representación: Tridente (solo o acompañado de un carro de concha marina y acompañado de Tritones y Mereidas y peces o delfines). Príamo: Rey de Troya. Fue padre de 50 hijos, entre los que sobresale el gran guerrero Héctor, y de 50 hijas, entre ellas la profeta Casandra. Cuando era joven, Príamo luchó con los frigios contra las amazonas, pero en la época de la guerra de Troya era demasiado viejo para guerrear. El conflicto comenzó cuando los griegos se propusieron rescatar a Helena, que había sido raptada por Paris, el hijo de Príamo. Durante los diezaños de combate, Príamo asistió ansiosamente al desarrollo de la batalla desde los muros de Troya con su mujer, la reina Hécuba. Después de la muerte de su hijo Héctor a manos del héroe griego Aquiles, Príamo se dirigió al campo griego para recuperar el cuerpo de Héctor. Aquiles perdonó la vida a Príamo y le entregó el cadáver de su hijo para que recibiese sepultura, pero durante el saqueo de Troya, Neoptólemo, hijo de Aquiles lo mató. Priapo (Priapos): Dios de los jardines, de las viñas y de la fecundidad. Al principio representaba la fecundidad del suelo. En la época romana personificaba la virilidad y el amor físico. Era también un dios pastoral y marino, protector de los rebaños y los pescadores. - Ana Cuevas - Pág. - 15 - Prometeo (Promeqhus): Titán que robó el fuego del cielo para entregarlo a los hombres. Fue atado por orden de Zeus a una roca en el Caúcaso y un águila se le comía el hígado, que le crecía de nuevo. Hércules le salvó matando al águila. Quimera: Nació de la unión de Tifón y Equidna, y tenía aspecto de cabra y león. Se dice que tenía muchas cabezas de cabra y una de león, y una serpiente en lugar de cola. De horrible aspecto, lanzaba llamas de sus bocas y narices. Devastaba los cultivos y provocaba muchos desastres. Quimera era tan peligrosa que Jóbates estaba seguro de enviar a Belerefontes a una muerte segura, al enviarlo a matarla. - Ana Cuevas - Pág. - 16 - LAS DIOSAS EN LOS CÓDICES DEL GRUPO BORGIA: ARQUETIPOS DE LAS MUJERES DEL POSTCLÁSICO© por María de los Ángeles Ojeda Díaz http://www.arts-history.mx/diosas/cap51.html#xochi 5 UNA DIOSA PARA CADA MUJER ------------------------------------------------------------------------ 5.2 Xochiquetzal -----------------------------------------------------------------------Xochiquetzal, arquetipo de la mujer joven. Vindobonensis, 32 -----------------------------------------------------------------------Otra diosa cuya importancia resalta en el Códice Borgia, y de la cual se tienen 44 representaciones, es Xochiquetzal "Flor de Quetzal, Flor Preciosa". Sería el arquetipo de la mujer joven en pleno potencial sexual. Xochiquetzal es la amante divinizada; diosa eminentemente femenina, su ámbito: el amor, la voluptuosidad, la sensualidad, el deseo sexual y del placer en general. Pero también su esfera de acción está en el juego, el canto, la danza, la alegría, las flores y, en términos generales, de todo lo que es hermoso. Asimismo, por obvias razones, preside la actividad artística de mujeres y hombres. Era patrona de los pintores, bordadoras, tejedoras, escultores y plateros(42). Es factible que Xochiquetzal fuese la diosa de las mujeres pintoras que ejercían la profesión de tlacuilo "pintor, escribano" como lo muestra gráficamente el Códice Telleriano Remensis(43). ----------------------------------------------------------------------Xochiquetzal, arquetipo de la mujer joven. Borgia, 57 ------------------------------------------------------------------------ - Ana Cuevas - Pág. - 17 - En el Tonalamatl rige el día uno xochitl por lo que las mujeres que nacían en él tenían posibilidad de ser buenas bordadoras o, en el otro extremo, prostitutas. Existe un mito que se refiere especialmente a la fuerza de índole sexual que representa Xochiquetzal y que puede ayudar a entender la simbología que entraña el nombre de la deidad, en cuanto que las flores son producto de sus genitales. El intérprete del Códice Magliabechiano así lo narró: "Quetzalcoatl estando lavándose tocando con su mano el miembro viril, echó de sí la simiente y la arrojó encima de una piedra, y allí nació el murciélago, al cual enviaron los dioses [a] que mordiese a una diosa que ellos llaman Xochiquetzal -que quiere decir rosa-, que le cortase de un bocado lo que tiene dentro del miembro femenino; y estando ella durmiendo, lo cortó y lo trajo delante de los dioses y lo lavaron, y del agua que de ello derramaron salieron rosas que no huelen bien, y después el mismo murciélago llevó aquella rosa al Mictlantecuhtli y allí lo lavó otra vez, y del agua que de ello salió, salieron rosas olorosas, que ellos llaman suchiles (sic), por derivación de esta diosa que ellos llaman Xochiquetzal"(44). . -----------------------------------------------------------------------Fig. 6 Xochiquetzal arquetipo de las actividades artísticas de las mujeres. Borgia, 9 ------------------------------------------------------------------------ Sus imágenes en el Códice Borgia son de lo más bellas, de acuerdo con las fuerzas que personifica el numen. La habilidad del tlacuilo nos permite gozar estéticamente de sus ornamentos, los cuales debían resaltar su feminidad. En la lámina 9 (fig. 6) la observamos con sus atavíos distintivos. Porta yelmo en forma de cabeza de quetzal que la cubre armoniosamente. De la parte de atrás del yelmo sobresalen dos penachos casi perpendiculares, el ome quetzalli "dos [penachos] de plumas preciosas ", adornados por estilizadas mariposas de papel; en otras representaciones (fig. 7) estos ome quetzalli aparecen como mechones erguidos propios del peinado de la mujer noble. Lleva nariguera de mariposa, yacapapalotl hecha de turquesa y orejera de mosaico del mismo mineral. De esta última pende una gran gema. Sus vestidos son suntuosos, ricos en - Ana Cuevas - Pág. - 18 - color lo que denota el trabajo de bordado, tejido y plumería del atuendo que consta de quechquemitl "manto con cuello", "especie de capa en forma triangular propia de la mujer", cueitl, y manto con cenefa de caracolillos que, seguramente, se sostenía al cuerpo por medio de graciosos cordeles combinados en rojo y blanco, rematados con flores. Asimismo, al igual que Tlazolteotl se presenta sentada sobre el icpalli con asiento de piel de jaguar, el cual simboliza el poder, la jerarquía, pero sobre todo a la madre que protege, que ampara. -----------------------------------------------------------------------Fig. 7 Xochiquetzal, arquetipo de la mujer joven en pleno potencial sexual. Borgia, 59 ------------------------------------------------------------------------ Concebida en el códice como pareja de dioses jóvenes entre los que están Xochipilli y Piltzintecuhtli; es también en la mitología, esposa de Tlaloc y amante de Tezcatlipoca. Se dice que ella realizó el primer acto sexual, toda vez que se formó de sus cabellos la primera mujer-diosa para que se casara con Piltzintecuhtli(45), de cuya unión nació el dios Cinteotl(46). En este contexto, la primera mujer no es más que un avatar de la diosa Xochiquetzal. En las fuentes documentales se hace frecuente alusión al traslape como diosa y primera mujer, lo cual ocurre con otras advocaciones de la Diosa-Madre. Esta actividad amorosa hace de Xochiquetzal el prototipo y la protectora de las ahuianime "alegradoras" o prostitutas libres y de las maqui, prostitutas rituales, sacerdotisas compañeras de los jóvenes guerreros solteros(47), a juzgar por la información disponible, las maqui llevaban su sacerdocio hasta el campo de batalla acompañando a los guerreros. La sociedad ritual que los vinculaba las llevaba a ofrecerse en sacrificio al aventurarse valientemente en los combates arrojándose a morir en ellos(48). -----------------------------------------------------------------------Fig. 8 Xochiquetzal, arquetipo de las mujeres que morían en la guerra. Cospi, 18 - Ana Cuevas - Pág. - 19 - ------------------------------------------------------------------------ Conviene apuntar el hecho que Xochiquetzal aparezca, al igual que Tlazolteotl, con características guerreras en la lámina 18 del Códice Cospi (Fig. 8). Se representa con un atavío diagnóstico izquixochitl "guirnalda hecha con flores de maíz tostado", chimalli o escudo, bandera, flechas y banda multicolor de guerra anudada a la cintura. Atavíos explicables a la luz del mito que atribuye a Xochiquetzal ser la primer mujer muerta en la guerra, "y la más esforzada de cuantas murieron en ella"(49). Pero a su vez, morir en la guerra implica que la Diosa-Madre también fue la primer mujer sacrificada, ya que la guerra fue instaurada por los dioses en tiempos primigenios para que el sol tuviese, por medio de los sacrificios, su comida: la sangre y los corazones(50). En cuanto a los aspectos mortuorios y de sacrificio que encontramos en Xochiquetzal, conviene distinguir que tales características son asumidas por otra de las advocaciones de la Diosa-Madre, Itzpapalotl como más adelante se tratará. Hagamos constar tan sólo que, Xochiquetzal tiene dentro de sus atribuciones la actividad amorosa y artística de la mujer. Además de ser el prototipo para la vestimenta y peinado de la mujer noble. Importante fue su culto, a juzgar por el número de representaciones en el Códice Borgia. - Ana Cuevas - Pág. - 20 - Las Nor nas, Señoras del Destino. Las diosas nórdicas del Destino, a las que se conocía como Nornas, no eran de ninguna manera dependientes de los dioses, quienes no podían ni cuestionar ni influir en sus decretos bajo ningún concepto. Eran tres hermanas, probablemente descendientes del gigante Norvi, de quien emergió Nott (noche). Tan pronto como concluyó la Edad de Oro, y el pecado comenzó a recorrer incluso las moradas celestiales de Asgard, las Nornas hicieron su aparición bajo el gran fresno Yggdrasil y establecieron su residencia cerca del manantial Urdar. Según algunos mitólogos, su misión era la de advertir a los dioses de males futuros, pedirles que hicieran buen uso del presente y enseñarles sanas lecciones del pasado. Estas tres hermanas, cuyos nombres eran Urd, Verdandi y Skuld, eran las personificaciones del pasado, el presente y el futuro respectivamente. Su labor principal era la de tejer el telar del Destino, regar diariamente el árbol sagrado con agua del manantial Urdar y poner tierra fresca alrededor de sus raíces, para que permaneciera fresco y verde por siempre. Otros mitólogos, afirmaron posteriormente que las Nornas velaban por las manzanas de oro que colgaban de las ramas del árbol de la vida, la experiencia y el conocimiento, permitiéndole sólo a Idun que recogiera la fruta, que era con la que los dioses renovaban su juventud. Las Nornas también alimentaban y cuidaban de los dos cisnes que vivían en las cristalinas aguas del manantial Urdar y de este par se supone que descienden todos los cisnes de la Tierra. Se dice que a veces las Nornas se vestían con plumas de cisne para visitar la Tierra, o surcaban como sirenas por las costas de diversos lagos y ríos, apareciendo ante los mortales, de cuando en cuando, para pronosticar el futuro o darles sabios consejos. El Telar de las Nornas. Las Nornas tejían a veces telares tan extensos que mientras una de las tejedoras se encontraba en la cima de una montaña en el extremo occidental, otra se encontraba en el extremo oriental. Las hebras de su trama parecían cuerdas y eran de diversos colores, según la naturaleza de los acontecimientos que iban a ocurrir, y una hebra negra, extendiéndose de Norte a Sur, era considerada invariablemente como un - Ana Cuevas - Pág. - 21 - presagio de muerte. Mientras las hermanas viajaban de acá para allá, entonaban una canción solemne. Aparentemente no tejían según su propio deseo, sino ciegamente, como si ejecutaran de mala gana los deseos de Orlog, la ley eterna del universo, una antigua y poderosa fuerza, que al parecer no tenía ni principio ni fin. Dos de las Nornas, Urd y Verdandi, eran consideradas como entidades muy benéficas, pero la tercera, se dice, deshacía inexorablemente su trabajo y, a menudo, cuando estaba casi concluido, lo reducía furiosamente a jirones, esparciendo los restos al viento. Como personificaciones del tiempo, las Nornas eran representadas como hermanas de diferentes edades y características. Urd (Wurd, rara) tenía un aspecto muy viejo y decrépito, continuamente mirando hacia atrás, como si estuviera absorta contemplando sucesos y gentes pasados. Verdandi, la segunda hermana, era joven, atractiva y audaz, mirando al frente, mientras que Skuld, la del futuro, era representada generalmente con un espeso velo y la cabeza girada en la dirección opuesta a la que Urd estaba mirando y sosteniendo un libro o pergamino que aún no había sido abierto o desenrollado. Los dioses visitaban diariamente a las Nornas, con las que les encantaba consultar, e incluso el mismo Odín bajaba frecuentemente hasta el manantial Urdar para solicitar su ayuda, ya que ellas respondían por lo general a sus preguntas, manteniendo silencio sólo acerca de su propio destino y el de los demás dioses. La Historia de Nornagesta. Las tres hermanas visitaron Dinamarca en una ocasión y entraron en la morada de un noble cuando su primer hijo vino al mundo. Introduciéndose en la habitación en la que se encontraba la madre, la primera Norna prometió que el niño sería bien parecido y valiente y la segunda que sería próspero y un gran escaldo, predicciones que llenaron de alegría los corazones de los padres. Mientras tanto, las noticias de lo que estaba sucediendo se habían expandido y los vecinos entraron en la habitación en tales cantidades que la tercera Norna fue empujada groseramente fuera de su asiento. Furiosa ante esta afrenta, Skuld se alzó altanera y declaró que los dones concedidos por sus hermanas serían inútiles, ya que ella decretaba que el niño viviría sólo tanto tiempo como el cirio que ardía al lado de la cama tardara en consumirse. Estas palabras llenaron de terror el corazón de la madre y estrechó estremeciéndose al - Ana Cuevas - Pág. - 22 - bebé contra su pecho, pues el cirio ya casi se había consumido y su extinción estaba cercana. La Norna mayor, sin embargo, no tenía la intención de ver cómo sus predicciones se convertían en nada, pero, ya que ella no podía obligar a su hermana a retractarse de sus palabras, asió rápidamente el cirio, apagó la llama y le entregó el pedazo humeante a la madre del niño, pidiéndole que lo guardara cuidadosamente y que nunca volviera a encenderlo hasta que su hijo estuviera ya hastiado de la vida. Al niño se le dio el nombre de Nornagesta, en honor a las Nornas y creció siendo tan hermoso, valiente y talentoso como cualquier madre pudiese desear. Cuando fue lo suficientemente mayor como para comprender la solemnidad de sus obligaciones, su madre le contó la historia de la visita de las Nornas el día de su nacimiento y colocó en su mano el fragmento de vela que quedaba, el cual guardó durante muchos años, dentro del armazón de su arpa para más seguridad. Cuando sus padres fallecieron, Nornagesta deambuló de un lugar a otro, tomando parte y destacando en todas las batallas, cantando sus hazañas heroicas dondequiera que fuese. Ya que era de temperamento entusiasta y poético, no se cansó pronto de la vida, y mientras otros héroes se hacían viejos y decrépitos, él permanecía joven de corazón y vigoroso de cuerpo. Por tanto, presenció las emocionantes gestas de las épocas heroicas, fue un preciado compañero de los antiguos guerreros y, tras vivir durante trescientos años, vio que la creencia en los antiguos dioses paganos pasaba a ser sustituida por las enseñanzas de los misioneros cristianos. Nornagesta llegó finalmente hasta la corte del rey Olav Tryggvesson, el cual, siguiendo su costumbre, le convirtió casi a la fuerza y le convenció para que fuera bautizado. Entonces, deseoso de convencer a su gente de que los tiempos de las supersticiones habían pasado, el rey obligó al anciano escaldo a extraer y encender el cirio que había guardado con tanto cuidado durante más de tres siglos. A pesar de su reciente conversión, Nornagesta observó inquieto la llama mientras parpadeaba y, cuando finalmente se apagó, cayó al suelo sin vida, demostrando así que, a pesar del bautismo recién recibido, él aún creyó en las predicciones de las Nornas. En la Edad Media, e incluso más tarde, las Nornas figuran en muchas historias y mitos, apareciendo como hadas o brujas,, como por ejemplo, en la historia de "La Bella Durmiente" y la tragedia de Shakespeare, "Macbeth". Las Vala. A veces, las Nornas llevaban el nombre de Vala, o profetisas, ya que tenían el poder de la adivinación, un poder que se contemplaba con gran veneración en las razas nórdicas, que creían que estaba restringido al sexo femenino. Las predicciones de las - Ana Cuevas - Pág. - 23 - Vala nunca eran cuestionadas y se dice que el general romano Druso se aterrorizó tanto ante la aparición de Veleda, una de las profetisas, la cual le advirtió que cruzara el Elba, que terminó ordenando la retirada. Ella presagió su muerte cercana, la cual sucedió efectivamente poco después con una caída de su caballo. Estas profetisas, a las que también se conocía como Idises, Dises o Hagedises, oficiaban en los santuarios forestales y en arboledas sagradas, y siempre acompañaban a los ejércitos invasores. Encabezando o mezcladas entre el ejército, conducían vehementemente a los guerreros a la victoria y cuando la batalla había concluido, a menudo cortaban el águila sangrienta en los cuerpos de los prisioneros. La sangre se recogía en grandes baldes, en los que las Dises sumergían sus brazos desnudos hasta los hombros, antes de unirse a la frenética danza con la que concluía la ceremonia. No era de extrañar que estas mujeres fueran muy temidas. Se ofrecían sacrificios para que ellas fueran propicias y sólo fue en tiempos posteriores cuando fueron degradadas al rango de brujas y enviadas a unirse con las multitudes de demonios en Brocken (Alemania), o Blocksberg o Valpurgisnacht (noche de valpurgis). Además de las Nornas o Dises, que también eran consideradas deidades protectoras, los nórdicos adjudicaban a cada ser humano un espíritu guardián llamado Fylgie, el cual le atendía de por vida, o bien con forma humana o animal y permanecía invisible a no ser en el momento de la muerte, excepto para los poco iniciados.