Subido por Silvia Martin

La Sagrada Familia

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Gaudí fue el creador de la arquitectura basada en las líneas curvas
Un estilo personalísimo
Gaudí fue el creador de una nueva arquitectura basada en las líneas curvas. Experimentó estructuras y
nuevas formas de una manera continuada. Por este motivo, prefería desarrollar sus ideas a escala y en
forma corpórea. La tridimensionalidad de sus maquetas en yeso, barro, tela metálica, o cartón mojado y
moldeado, le acompañaron siempre. Sus ideas "corpóreas", en muchas ocasiones, no fueron sometidas
a la limitación que obligan las dos dimensiones del papel de dibujo. A veces modificaba las formas
directamente en la obra, en el momento de la realización.
Uno de sus biógrafos, Juan Bassegoda Nonell (Doctor Arquitecto y Catedrático de la Universitat
Politècnica de Catalunya) dice al respecto:
"...Se había apercibido de que los arquitectos sólo usan la formas que previamente pueden dibujar con
dos instrumentos, que son la escuadra y el compás. A lo largo de toda la historia de la arquitectura las
formas de los edificios han sido hijas de estos dos simples instrumentos, que permiten dibujar círculos,
triángulos, cuadrados o rectángulos, que en el espacio se convierten en prismas, pirámides, cilindros y
esferas que dan lugar a los pilares, las cubiertas, las columnas y las cúpulas.
"... vio claramente que estas formas geométricas simples rara vez se dan en la Naturaleza, que, por otra
parte, construye excelentes estructuras, acreditadas por los largos siglos de eficacia. La estructura de un
árbol es de una rara perfección, mucho más compleja y bien resuelta que las estructuras creadas por los
arquitectos. No se puede dudar que el esqueleto de los mamíferos es extraordinariamente eficaz y
resuelve los problemas con estabilidad y motilidad de manera admirable."
"... El fémur es casi hiperboloide, el crecimiento de los tallos alrededor de una rama se hace
helicoidalmente y la superficie de la piel entre los dedos de una mano es un paraboloide hiperbólico."
...(el) intento de Gaudí fue sencillamente introducir un cambio de geometría en la arquitectura.
Esto puede considerarse una revolución, pero en todo caso una revolución nada traumática, puesto
que la geometría de la arquitectura gaudiniana es mucho más antigua que la inventada por los
arquitectos."
trabajos mas importantes:
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Proyecto de Pabellón de caza de Güell, en Garraf (Barcelona)
Villa "El Capricho".Comillas (Cantabria)
Casa de Vicens i Montaner Barcelona
Finca Güell. Barcelona
Palacio Güell calle Nou de la Rambla. Barcelona
Colegio Teresiano en Calle Ganduxer. Barcelona
Casa Botines. León
Palacio Episcopal. Astorga
Bodegas Güell en Garraf (Barcelona)
Casa Calvet, en la calle Casp de Barcelona. Premio del Ayuntamiento.
Cripta Colonia Güell. Santa Coloma de Cervelló. (Barcelona)
Casa Bellesguard. Sant Gervasi. Barcelona
Parque Güell. Barcelona
Restauración de la Catedral de Mallorca.
Reforma Casa Batlló.Barcelona
Casa Milà (La Pedrera).Barcelona
Templo de la Sagrada Familia.
ir a pagina original "fantasia hecha piedra"...
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Fantasia Hecha Piedra
Sagrada Familia de Barcelona: un sueño inacabado
Cuando el librero José María Bocabella compró el amplio solar con el propósito de construir en él un
templo expiatorio que estuviera dedicado a la Sagrada Familia, sus intenciones reales no eran
ciertamente la que luego se hicieron realidad. Para él hombre de profunda religiosidad, el fin
primordial era crear un baluarte de la fe, un claro punto de referencia espiritual dentro del recinto de
Barcelona, una ciudad que si iba desarrollando rápidamente según lo planos de los
arquitectosCerdá(1859) Rovira (1868)
Planos que habían dado preferencia al sistema que proponía como esquema urbanístico básico una
monótona repetición de bloques cuadrados, pero que parecía demasiado “modernista” a todos los que
consideraban que Catalunya era una especie de isla que debían defender de los asaltos del exterior.
Para contrastar con una geometría urbana tan pobre, el nuevo templo debería tener una estructura que
recordara la de las antiguas catedrales, para conseguir que así fuera se eligió a arquitectoFrancisco de
Paula del Villar, quien realizó el proyecto “gótico”
.
Según los planos de Villar, la iglesia debería medir 97 metros por 44, tener una planta en cruz latina,
tres naves y un amplio ábside semicircular que albergaría nueve capillas; en el centro estaba prevista
una cripta, cuyas obras fueron las primeras, que se iniciaron, el día 1 de marzo de 1882. Pero ocurrió
que, al cabo de pocos meses, empezaron las discrepancias entre Villar y el arquitecto Martorell, figura
de primera categoría en el ambiente artístico catalán y amigo y consejero del librero Bocabella. Villar
dimitió, y Martorell, invitado a ocupar su puesto, lo rechazó, pero aconsejando confiar la prosecución
del trabajo al joven Gaudí, ayudante suyo en algunas obras y compañero del librero en los peregrinajes
aMontserrat.
Así fue como el 3 de noviembre de 1883 el artista empezaba la obra a la, que había de dedicar gran
parte de su vida, hasta el punto de hacer de ella, ya en los años de su vejez, el objeto en el que
convergirían todos sus pensamientos y todas sus actividades. Gaudí no elaboró en seguida el proyecto
definitivo, sino al contrario, tardó mucho en llegar a este resultado, pues como se pone de manifiesto en
los numerosos esbozos que dejó, la visión completa del conjunto no estuvo clara para él hasta los
últimos
años
de
su
vida.
Este proceder, que obedecía a intuiciones sucesivas, era típico del maestro catalán; llegaba a la
definitiva expresión creadora a través de una gradual aproximación, dejando sedimentar poco a poco
sus ideas hasta que se traducían en una forma concreta.
Por otro lado, su fantasía, puramente plástica e inclinada al empleo de todos los materiales disponibles
(hormigón, piedra, ladrillo, hierro, pasta vidriada, cerámica), no podía reducirse al limitado campo de
una hoja de papel, al esquematismo bidimensional de un dibujo, sino que sentía la imperiosa exigencia
de modelar en el espacio, de trabajar directamente, aunque fuera a escala reducida, sobre la misma
materia.
En un principio Gaudí se sintió en cierta manera influido y mediatizado por el esquema impuesto por
su predecesor, pero su indecisión duró muy poco, no tardando en transformar la cripta, que era el único
elemento parcialmente definido. Elevó diez metros la altura de la bóveda y pronto dejó intuir lo que
después sería el fin supremo de su trabajo: dar la máxima verticalidad a las estructuras para recrear no
los resultados formales del gótico, sino el espíritu que animó a los artífices de este estilo. Con este fin,
Gaudí, que con frecuencia fue considerado como un arquitecto gótico que había llegado al mundo con
enorme retraso, abolió dos elementos esenciales del gótico “verdadero”: los arcos apuntados y el
contrapunto de arbotantes y contrafuertes, que él mismo calificaba como las “muletas” de los edificios.
En su lugar introdujo el arco parabólico y la inclinación de las columnas según la resultante de la
composición de los pesos que sobre ellas gravitaban, lo mismo que “un tronco de árbol se inclina
según la masa de las hojas sostenidas, por las ramas”. Siguiendo con el proyecto, Gaudí fue
modificando por completo los planos de Villar, extendiendo el primitivo programa de una
“representación sagrada” a una amplitud, complejidad y audacia tales que fue mucho más allá de las
intenciones y fantasías del más ambicioso y previsor proto maestro gótico.
Las dimensiones fueron entonces de 120 metros por 40, a fin de que hubiera espacio para una planta en
cruz latina con cinco naves, completada con doce campanarios (los doce apóstoles) y con un cimborio
que representaba la gloria deJesucristo. Dicho cimborio debía alcanzar una altura de 160 metros, es
decir, superior a la de San Pedro, detalle que, demuestra que la simbología cristiana iba acompañada
también del orgullo del catalán, aunque católico entre los católicos; es el mismo orgullo que, extendido
a toda la hispanidad, le hará representar también las ciudades de Valencia, Granada, Toledo, Burgos,
Valladolid, Santiago y Sevilla en las ocho columnas anteriores de la nave central.
Las cuatro columnas mayores, destinadas a sostener el cimborio, debían reproducir a los cuatro
evangelistas, Mateo, Marcos Lucas y Juan. Los apóstoles, distribuidos en grupos de cuatro y
dispuestos en forma de campanario, vigilarían las tres entradas, cada una de ellas con tres puertas que
simbolizaban la Fe, la Esperanza y la Caridad. La entrada de levante se dedicaba al Nacimiento y a la
Epifanía de Jesús; la de poniente a su Pasión y Muerte, y la de mediodía, la principal, a su Gloria y al
Juicio Final. Pero lo que asombra de un proyecto semejante no es la correspondencia biunívoca entre
los elementos arquitectónicos y la historia sagrada llevada hasta las últimas consecuencias, sino la
previsión de que toda esa estructura se iba a completar con centenares y centenares de estatuas en bulto
redondo o en alto relieve y además con paredes pintadas, esmaltes, mayólicas, pastas de vidrio y
hierros forjados.
Frente a tal profusión, frente a una orgía tal de medios expresivos, algunos investigadores han opinado
que debían considerar a Gaudí como barroco. Sin embargo, su personalidad, vinculada a sus orígenes
—y Gaudí lo estuvo visceralmente—, traspasa de tal manera los límites de cualquier tradición que el
arquitecto no puede integrarse en ninguna clasificación conocida. Quizá por esto el artista catalán fue
ignorado durante mucho tiempo por la crítica contemporánea. Con la excepción de un juicio positivo de
Le Corbusier en 1928, o una interpretación de “barroco” por parte deCassau en 1933 y otra desde el
punto de vista surrealista de Dalí, su nombre fue prácticamente ignorado por las vanguardias artísticas
europeas, que sólo se dieron cuenta de su valía y de la trascendencia de su obra después de la segunda
Guerra Mundial, cuando hacía ya veinticinco años que había desaparecido, dejando, como recuerdo
de su extraordinaria fantasía, esbozos. maquetas, anotaciones y apuntes del templo, pero por desgracia
menos testimonios concretos.
En efecto, la Sagrada Familia, en el momento en que murió su creador, se reducía prácticamente, o
sea en cuanto a elementos construidos, a la cripta, a parte del ábside y a la fachada del Nacimiento,
estando en construcción las torres que habían de dar la inconfundible característica gaudiniana a todo el
templo. Y llegando aquí conviene hacer un breve recorrido de las etapas cronológicas de los trabajos: el
19 de marzo de 1885 se celebró la misa en la cripta, que aún no se había cubierto; entre 1887 y 1893 se
construyen las paredes del ábside; mientras tanto se cubre la bóveda de la cripta, ultimada en 1891.
Después se iniciaron los trabajos de la fachada del Nacimiento: en 1903 se completan las estructuras
básicas y los portales; el primer campanario se concluyó en 1918 y el segundo en enero de 1926.
Después de la muerte de Gaudí, el arquitecto Sugranyes acabó la construcción de las torres que
faltaban, y tras un largo período en que las obras estuvieron suspendidas, los arquitectos Quintana,
Bonet Garí y Puig Boada levantaron la fachada de la Pasión, cuyas torres quedaron completadas en
1976. Es poco, ciertamente, en relación con la suma de energías gastadas y de los esfuerzos realizados;
pero aun así, lo que hasta su muerte pudo llevar a término testimonia su capacidad y su genio para crear
nuevas formas y para dominar la materia “inventada” para componerlas. Y para demostrarlo basta ver
las agujas con las que terminan los cuatro campanarios, que “parecen hechas por el mismo hombre que
las concibió”. Las catedrales nunca, o casi nunca, han podido ser la obra de un solo hombre.
Tampoco podía serlo la Sagrada Familia de Barcelona, por sus colosales dimensiones. por lo
ambicioso de su concepción, por la fabulosa cantidad de elementos secundarios y marginales que han,
de figurar en su decoración y por la misma inquietud artística del propio Gaudí, que le impulsaba
constantemente a cambiar, a renovarse, a superarse siempre en una tarea sin fin.
La Sagrada Familia nació como un deseo colectivo; por ello, en Catalunya, muchos están
convencidos de que debe acabarse. En este sentido se han realizado algunos intentos y otros se están
llevando a cabo. Para ello existen los diseños deGaudí y sus maquetas, algunas reconstruidas después
de
la
guerra
civilbasándose
en
sus
apuntes.
En el interior mismo del templo hay un museo en el que se conservan muchos de esos inapreciables
testimonio. Otros han sido reunidos por la fundación “Amigos de Gaudí” y por la Escuela Técnica
Superior de Arquitectura de Barcelona. Pero quizás el propio Gaudí, si aún viviera y se entregara
como siempre a su desbordada fantasía, prescindiría de todo ello y crearía nuevas formas y forjaría
nuevos proyectos, sin llegar a acabar tampoco "su iglesia".
Fuentes: Enciclopedia de las Maravillas del Mundo Tomo III
http://curiosomundoazul.blogspot.com/
Proyecto de la Sagrada Familia en Barcelona
Ir a pagina - nota original
Actualmente hay ocho torres construidas,
las correspondientes a las
fachadas del Nacimiento y de la Pasión. Como puede apreciarse en la imagen de la derecha, el proyecto
tendrá un total de 18 torres. Las 12 más bajas, entre las que se encuentran las ocho ya construidas,
corresponden a las tres fachadas, y están dedicadas a los apóstoles. Cuatro, de superior altura, a los
Evangelistas. Sobre el ábside, de mayor diámetro, a la Virgen María y la más alta que remata todo el
templo, estará dedicada a Jesucristo.
En la imagen siguiente, podrá comprobar la enorme diferencia que existe entre lo proyectado y lo
realizado hasta el momento. Si sólo poco más de dos fachadas y ocho torres, producen admiración y
congregan millones de visitantes de todo el mundo, la obra, una vez concluida, será uno de los más
impresionantes monumentos creados por el hombre.
Las más recientes previsiones calculan que se podría llegar a finalizar dentro de unos 30 años, esto es,
antes de que se celebre el segundo centenario del nacimiento del genial arquitecto.
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La construccion del templo en la actualidad
Hoy, 125 años después, la construcción del templo
sigue la idea original de Gaudí y, como hizo el arquitecto, se aplican las mejores técnicas que hacen
posible una construcción más segura, más cómoda y más rápida. Ya hace tiempo que las viejas
vagonetas dieron paso a potentes grúas mecánicas, que las antiguas herramientas manuales se han
sustituido por precisas máquinas eléctricas y que los materiales se han mejorado para asegurar una
excelente calidad en el proceso constructivo y su resultado final.
La actual Oficina Técnica del Templo y la dirección facultativa son las encargadas de estudiar la
complejidad del proyecto original de Gaudí y de hacer los cálculos y las previsiones constructivas, así
como de dirigir el conjunto de las obras.
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Arquitectura y matemáticas. La geometría al servicio del arte: de Gaudí a Gehry
Juan Monterde. Departamento de Geometría y Topología, Universitat de València.
GEOMETRÍA Y ARQUITECTURA ANTES DEL ORDENADOR
Una de las superficies que más se han aplicado en arquitectura es la bautizada con el pomposo nombre
de paraboloide hiperbólico. Gaudí fue uno de los que la emplearon, pero quien más la ha trabajado ha
sido Félix Candela. Dentro de la fauna de las superficies, el paraboloide hiperbólico es un espécimen ya
conocido por los griegos. Lo que las curvas cónicas (la elipse, la parábola y la hipérbole) son para la
dimensión dos, en dimensión tres lo son las superficies cuádricas. Los nombres de estas superficies
tienen que ver con las curvas que aparecen como secciones con planos. En el paraboloide hiperbólico,
una de las superficies cuádricas, estas secciones son parábolas y hipérbolas.
Sin embargo la propiedad realmente importante, la que motivó el interés tanto de Gaudí como de
Candela, es el hecho de que el paraboloide hiperbólico, aun siendo una superficie curvada, se puede
construir con líneas rectas.
Lo único que se tiene que hacer es ir variando el ángulo de inclinación de una recta que se mueve
encima de otra curva. Este tipo de superficies los geómetras las denominamos superficies regladas y
tenemos ejemplos en cantidad suficiente en otra arte, en la escultura. Es de suponer que esta propiedad
es la que permitía a Gaudí dar las instrucciones precisas a sus obreros y al capataz cuando éstos tenían
que construir un paraboloide hiperbólico en el techo de la Sagrada Familia (iniciada el año 1883). (clik
aqui para seguir el documento)
LA GÉNESIS DEL DISEÑO GEOMÉTRICO ASISTIDO POR ORDENADOR
Este problema, la carencia de libertad en el diseño, que aparece con la utilización de superficies
cuádricas o mínimas, es el mismo que se planteó en el origen de una nueva disciplina: obtener curvas y
superficies de formas diversas pero con un procedimiento sencillo. Esto no se puede conseguir con
ecuaciones, puesto que la intuición, mal que nos pese a los geómetras, se pierde cuando sustituimos una
superficie por una ecuación. Hace falta un procedimiento geométrico simple que permita construir
formas complicadas. En éstas estaban en el centro de diseño de la empresa automovilística Citroën
cuando, en las postrimerías de la década de los 50, contrataron un joven matemático. En palabras del
mismo matemático “ni él sabía qué podía hacer en aquella empresa, ni, lo que es peor, la empresa sabía
qué podía hacer con un matemático’’. El caso es que le plantearon un problema relacionado con el
diseño y la respuesta que dio es ahora conocida como el inicio del diseño geométrico asistido por
ordenador. Su apellido era DeCasteljau, pero ahora las curvas y superficies que ideó se conocen con el
nombre de curvas y superficies de Bézier, en honor de otro matemático que, de manera independiente
y alternativa, llegó a la misma solución trabajando para una empresa de la competencia, la Renault
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Una maqueta muestra la primera iglesia proyectada por Gaudí
1. • El estudio sobre el edificio se exhibe en el Museu Diocesà
Maqueta de la iglesia que nunca se construyó. Foto: EL PERIÓDICO
ROSARIO FONTOVA
BARCELONA
La primera iglesia que proyectó el arquitecto Antoni Gaudí tenía unas siete torres y un aspecto de
fortaleza del norte de África, con numerosas aberturas en las fachadas. La iglesia fue un ensayo en
miniatura de la Sagrada Família que Gaudí tuvo que dejar inacabado --solo se hizo la cripta-- en la
Colonia Güell de Santa Coloma de Cervelló. Cien años después de que se colocara la primera piedra,
un grupo de expertos internacionales ha culminado un preciso estudio sobre la iglesia, que incluye su
construcción a escala en tres dimensiones. Un total de cinco maquetas más planos, dibujos y fotografías
de época se exhibirán en el Museu Diocesà de Barcelona, junto a la catedral, durante 10 años.
La investigación ha sido realizada por especialistas del Instituto de Historia de la Construcción de
Innsbruck bajo la dirección de Rainer Graefe y de la facultad de arquitectura de Moscú que dirige
Leonid Demjanov, con la participación en Barcelona de Manuel Medarde y Hübertus Pöppinghaus. La
exposición consta además de reproducciones de los únicos planos manuscritos de Gaudí que se
conservan de la cripta. La iglesia tenía una fachada bastante parecida a la del Neixement de la Sagrada
Família y una gran rampa sobre arcos y columnas torcidas. Gaudí inventó para diseñar esta iglesia una
maqueta funicular a base de cuerdas y saquitos de perdigones que, invertida, daba la imagen de la
construcción real. La maqueta se parece a los dibujos de un hotel que le encargaron a Gaudí para
Nueva York pero que nunca se construyó.
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Una descripción en visita turistica
Por Julián Varsavsky
El sueño del arquitecto
En Barcelona, la iglesia de la Sagrada Familia, la Casa Vicens, el Parque Güell... Pero el gran creador
catalán Antoni Gaudí también dejó en otros lugares de España la impronta de su genial concepción
arquitectónica. En un recorrido por el universo Gaudí desde la capital de Cataluña, una visita al Palacio
Episcopal de Astorga y a la Catedral de Mallorca.
Al llegar a Barcelona la obsesión de todo viajero es ver las torres de la Sagrada Familia iluminadas en
la noche. Y se entienden las razones, porque la iglesia es una de las obras cumbre de la historia
universal del arte, dueña de un extraño esplendor gótico y moderno a la vez, que atrapa toda la
atención, haciendo olvidar que en el resto de la ciudad –y también del país– están desperdigados otros
componentes del “universo Gaudí”. Que aunque no sean tan monumentales, gravitan en ese
microcosmos onírico ideado por este singular catalán creador de edificios que desafiaban la geometría
clásica y sufrían pronósticos de derrumbes incumplidos hasta ahora.
Gaudí desarrolló a comienzos del siglo XX un concepto vivo de la arquitectura inspirado en la
naturaleza, que lo impulsaba a crear sus obras a diario y a impulsos desordenados, con unos esbozos
previos en el
papel para continuar improvisando sobre la marcha de cada obra. De hecho pocas veces hacía planos
detallados, sino que prefería plasmar sus ideas en maquetas tridimensionales.
Esta capacidad de pensar en tres dimensiones, decía Gaudí, era una habilidad adquirida de niño cuando
observaba los diseños de alambiques que hacía su padre. De allí que la Sagrada Familia –que se espera
esté terminada en 2026– suele ser objeto de debate entre los arquitectos actuales porque las
instrucciones dejadas por Gaudí son bastante ambiguas.
EL ORIGEN La Casa Vicens –construida en el barrio de Gracia para el corredor de bolsa Manuel
Vicens– fue el primer encargo importante que recibió Gaudí no bien se graduó de arquitecto en la
Universidad de Barcelona, donde el director al entregarle el título declaró: “Hemos dado el título a un
loco o a un genio, el tiempo lo dirá”.
La Casa Vicens es parte de una serie de obras gaudianas inspiradas en el arte oriental –mudéjar, persa y
bizantino– reflejado en una decoración sobrecargada de azulejos cerámicos multicolores, con torres en
forma de templete y cúpula, y una monumental fuente de ladrillo formada por un arco parabólico. En
esta casa Gaudí comienza a perfilar su estilo –entre 1883 y 1888–, aunque no se aparta de la regla y la
escuadra, es decir, de la línea recta que predomina sobre la curva.
Hacia final del siglo XIX Gaudí se sumó –a su manera– a la revalorización de la arquitectura gótica,
que volvía a estar de moda en Europa. El gótico fue por cierto el estilo que más influyó en la síntesis
final que sería luego la arquitectura gaudiana, del cual hizo por supuesto su relectura, ya que lo
consideraba un estilo “imperfecto y a medio resolver”. Y aseguraba que “una prueba de que las obras
góticas son de una plástica deficiente, es que producen la máxima emoción cuando están mutiladas,
cubiertas de hiedra e iluminadas por la luna”. En cierta medida, algo similar despierta hoy en la
Sagrada Familia a medio construir, y hay quienes plantean que no se la debería terminar.
La obra máxima del período puramente neogótico de Gaudí es el Palacio Episcopal de Astorga, que le
encargaría su amigo el obispo Joan Baptista Grau i Vallespinos, luego del incendio del edificio
anterior. Los trabajos comenzaron en 1889 en esta localidad cercana a la ciudad de León, con una
fachada de cuatro torres cilíndricas rematada con un almenado mudéjar y un foso alrededor. Gaudí
abandonó el trabajo de este palacio a medio terminar por desavenencias con las nuevas autoridades de
la Iglesia, así que fue terminado por otro arquitecto en 1915. Y años más tarde, ese palacio con aspecto
de fortaleza funcionó como tal ya que durante la Guerra Civil fue un cuartel de la Falange.
LOS CLASICOS MODERNISTAS Uno de los edificios que Gaudí diseñó en Barcelona es conocido
popularmente como La Pedrera. Pero su nombre real es Casa Milá –el apellido de su dueño original– y
el apodo se debe a que parece una gran roca calcárea clavada en el asfalto. Fue construida entre 1906 y
1910 con un frente de piedra ondulante como el mar, que refleja el tratamiento revolucionario otorgado
por el arquitecto a la rejería de los balcones. Su intrincada trama de acero negro prefigura un ambiente
tétrico que llevó a los vecinos del refinado Paseo de Gracia a retirarle el saludo al señor Milá por haber
“desprestigiado” la zona con semejante “engendro”. Según su autor, esas rejas eran algas marinas que
rememoraban el conjunto de huellas que la tierra y el mar dejan en las rocas.
En la parábola de las piedras y el mar de la fachada de La Pedrera se puede rastrear uno de los ejes
filosóficos de la obra gaudiana: “Todo sale del libro de la naturaleza; el gran libro que hay que
esforzarse por leer. Los demás libros están sacados de él”. Gaudí estudiaba las líneas de fuerza por las
que se descomponía un tronco al bifurcarse en grandes ramas. Y de allí surgieron, por ejemplo, las
columnas interiores de la Sagrada Familia que se unen al techo divididas en varios brazos. Aseguraba
que no existían mejores estructuras que el tronco de un árbol y el esqueleto humano. Y argumentaba
además que las piernas separadas sostienen mejor al cuerpo que estando juntas, y de allí las columnas
inclinadas que hay en edificios como el Teatro Griego del Parque Güell. Por último, decía que la línea
recta, “perfecta y uniforme”, no existe en la naturaleza. Y por lo tanto tampoco se la ve en La Pedrera,
considerada la obra máxima de la arquitectura doméstica de Gaudí, una especie de gran “escultura”
habitable.
El frente de La Pedrera –que en verdad nunca fue terminado– no adelanta mucho sobre el universo
fantástico que encierra en su interior. Sin dejar de lado la funcionalidad, Gaudí valorizaba desde lo
artístico los espacios marginales como un simple desván. También aplicaba a los interiores un sentido
lúdico y un tratamiento onírico de la luz, con atrevidas combinaciones de colores y vitrales de
analogías naturalistas. La totalidad adquiere así un inconfundible aire a casa encantada.
El éxtasis de este edificio se alcanza en la azotea –un espacio marginal por excelencia–, convertida en
un supra-mundo fantasmagórico con chimeneas y conductos de ventilación que proliferan en forma de
esculturas con el perfil de un tótem enmascarado oteando el infinito.
Al concebir un edificio, Gaudí solía diseñar también los muebles que decoraban el interior, cada
pasamanos e incluso los originales lavatorios de los baños, que llevaban su sello “deformador” de las
líneas más comunes. Reconocidos ebanistas, vidrieros, ceramistas, herreros y carpinteros trabajaban a
sus órdenes, ayudándolo a crear un ajustado clima orgánico donde cada detalle era estudiado en
relación con la totalidad. Una de las pequeñas obras maestras de la decoración gaudiana es la puerta de
hierro forjado en la entrada de la finca Güell, que literalmente espanta a los visitantes con un dragón
negro que remite al Jardín de las Hespérides en la mitología griega, pródigo en manzanas de oro que
garantizaban la inmortalidad.
A principios del siglo XX, los miembros de la burguesía catalana surgida del tardío éxito local de la
Revolución Industrial, competían entre sí por ostentar las mejores mansiones. Y Gaudí supo aprovechar
esta circunstancia para acceder a los medios económicos que requería su arte.
La otra casa famosa de Gaudí en Barcelona la diseñó para otros de estos burgueses –la familia Batlló–
entre 1904 y 1907. Y la fachada exterior remite otra vez a la naturaleza, con sus columnas que parecen
huesos humanos articulados y un techo cubierto por la cola escamada de un dragón o un dinosaurio
gigante que se arrastra sobre la superficie.
UTOPIAS INCONCLUSAS Gaudí era una persona propensa al misticismo católico. Sin llegar a
decirlo nunca, quiso ser el “arquitecto de Dios” y no por casualidad su obra más pretenciosa fue el
Templo Expiatorio de La Sagrada Familia, que le ha valido el inicio de los procedimientos de
canonización en el Vaticano. Esta última, como otras de sus creaciones, apenas si pudieron comenzarse
a construir. Eso ocurrió con otra obra a gran escala –interrumpida por la bancarrota de su mecenas
Eusebi Güell–, que iba a ser una colonia obrera donde se instalarían fábricas y habitaciones para
trabajadores en las afueras de Barcelona. Iba a ser una pequeña ciudad autónoma –casi una utopía– con
su propia iglesia, de la cual apenas se construyó una genial cripta abovedada de planta poligonal
estrellada.
La aparición de Eusebi Güell en la vida de Gaudí se remonta a 1878, cuando el joven arquitecto
preparó una vitrina de bronce, madera y cristal por encargo de un comercio de guantes, para exhibir en
el pabellón español de la Exposición Universal de París. La belleza y vanguardismo de la pequeña obra
impresionó al industrial catalán. Rápidamente surgió una amistad y el empresario fue su mecenas.
Gaudí temía en un principio que sus sueños arquitectónicos fuesen confundidos con los de un vulgar
burgués, pero se percató de inmediato que su nuevo cliente no sólo le otorgaba libertad absoluta sino
que además no se preocupaba por lo abultado de las facturas.
El proyecto inmobiliario residencial Parque Güell fue otro de los mega-sueños fantasiosos de esta
dupla. Tampoco se concretó –lo cual le otorga su cuota de fascinación al lugar–, pero al menos llegó a
avanzar bastante. Dentro de un predio amurallado de 15 hectáreas sobre la ladera de la Muntanya
Pelada, Gaudí proyectó una ciudad-jardín de lujo donde iban a construirse sesenta casas, para las cuales
llegó a venderse una sola parcela. Entre los sectores que se llegaron a construir hay elevados y puentes
sostenidos por columnas con forma de tronco, galerías para pasear entre los bosques, una extraña
escalinata y un largo y sinuoso banco que recorre el perímetro de una terraza decorado con la técnica
del trencadis, un mosaico de fragmentos de azulejos rotos surgida de la imposibilidad de pegar este
material sobre las superficies curvas.
En el centro del Parque Güell se levanta la explanada del Teatro Griego, sostenida por una desordenada
columnata seudo-dórica. Y aunque el proyecto inmobiliario se frustró, al menos se pudieron construir
dos de las originales casas que se habían proyectado, una de ellas sede del Museo Gaudí.
LUCES DE LA CATEDRAL Al proyectar una obra Gaudí estudiaba previamente la orientación del
edificio según los puntos cardinales –en función del ingreso de luz–, la climatología de la zona e
incluso en el caso de la Sagrada Familia, realizó análisis de acústica inéditos para la época. Y en ese
ensamblaje de variables la luz jugaba un rol fundamental, mediada generalmente por vitrales. Decía
Gaudí: “La luz que consigue la máxima armonía es la que tiene una inclinación de 45 grados, pues
incide en los cuerpos de un modo que no es de forma vertical ni horizontal. Es la que se puede
considerar la luz media, que da la más perfecta visión de los cuerpos y su matización más exquisita. Es
la luz del Mediterráneo”.
En toda la obra de Gaudí se puede observar la aplicación de este concepto sobre la luz, especialmente
en su intervención decorativa en la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca, entre 1903 y 1914.
Esta catedral fue construida sobre una antigua mezquita, resultando un monumental edificio gótico de
44 metros de altura. Allí el arquitecto desmontó el retablo barroco del altar mayor, desplazó el coro del
centro de la nave, colocó nuevas cantorías y púlpitos, instaló la luz eléctrica y situó un gran baldaquín
sobre el altar mayor.
En los nuevos vitrales de la Catedral de Mallorca, Gaudí ensayó su nuevo método de yuxtaponer
vidrios de colores primarios, variando el grueso del cristal para graduar la luz. Las reformas –que
Gaudí llamaba restauración– fueron del agrado del obispo pero no así de los canónigos de la Catedral
ni de la opinión publica. Concretamente, causaron horror las policromías de la sillería del coro con sus
manchones rojos que simbolizaban el sacrificio de Cristo, acompañadas de una inscripción que rezaba:
“Caiga su sangre sobre nosotros”. Esto, sumado a otros incidentes, provocó la dimisión de Gaudí antes
de terminar los trabajos, que de todas formas tuvieron su sello.
TRISTE Y SOLITARIO FINAL Gaudí llegó al final de su vida bastante solo. No tuvo esposa ni hijos
y desde 1915 se dedicó exclusivamente a la Sagrada Familia. Acaso para seguir de cerca sus lentos
avances, se instaló con un catre en el obrador de la futura catedral, viviendo como un ermitaño mal
vestido en una especie de retiro espiritual, dedicado a la creación de su obra cumbre, que a los 74 años
era evidente que nunca vería terminada. “Mis grandes amigos están muertos; no tengo familia, ni
clientes, ni fortuna, ni nada. Así puedo entregarme totalmente al templo”, declaró el arquitecto. Cuando
el 10 de junio de 1926 lo arrolló un tranvía, en el hospital lo confundieron con un mendigo y dos días
después era enterrado en la cripta de la Sagrada Familia, convertido así en el constructor de su propio
mausoleo.
Hoy en día, su ayer menospreciada obra no ha podido ser siquiera imitada y sigue estando, para
muchos, en la vanguardia de la arquitectura e incluso del arte. “La originalidad consiste en volver al
origen”, decía Gaudí engañosamente, porque a partir de esa premisa creó un mundo extraño y ondulado
con espacios fantasmagóricos sin ángulos rectos, llegando tan lejos de todo lo visto antes como nadie lo
pudo lograr jamás.
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PAGINAS DONDE SE HABLA DE
SU VIDA Y OBRA
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La sagrada familia
Gaudi y el modernismo en Cataluña
Fantasia hecha piedra...
Instituto de la cultura- 2002- Imagenes
Gaudí, de Riudoms en cuerpo y alma
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Homenaje 150 aniversario, Revista Arbil Nº65
ADM-27 Amelia Aponte
Textos de consulta
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en scibd -Espacio Geometrico y Espacio Fisico por Manuel Hidalgo
Esoacio geometrico-2da parte
Geometria informatica-Manuel HIdalgo
Rhino- con Ñ- Manual- Manuel hidalgo
en scribd-Gaudí Escrito por Rafael Álvarez Izquierdo, Rafael Álvarez,
en Scribd-La cátedra de Antoni Gaudí Escrito por Juan Bassegoda Nonell,
Ceramica de gaudi
ceramica exagonal
VARIAS OBRAS - situación
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CATEDRAL DE LA SAGRADA
FAMILIA
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia es una iglesia monumental iniciada el 19 de abril de 1882 a partir del
proyecto del arquitecto diocesano Francisco de Paula del Villar (1828-1903).
A finales de 1883, se encargó a Gaudí la continuación de las obras, labor que no abandonó hasta su muerte, en 1926. A
partir de entonces, varios arquitectos han continuado la obra siguiendo la idea original de Gaudí.
El edificio está situado en el centro de Barcelona, y con los años se ha convertido en uno de los signos de identidad más
universales de la ciudad y del país.
Anualmente es visitado por millones de personas, y también son muchas las que estudian su contenido arquitectónico y
religioso.
El templo siempre ha sido expiatorio; es decir, desde sus inicios, hace ahora 125 años, se construye a partir de donativos.
En este sentido, el propio Gaudí dijo: «El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia lo hace el pueblo y se refleja en él.
"Es una obra que está en las manos de Dios y en la voluntad del pueblo.» La construcción continúa y se podría
terminar durante el primer tercio del siglo XIX."
Los siguietes esquemas son ejercicios efectuados bajo la dirección del Arquitecto y Geometra Manuel Hidalgo Herrera
sobre el templo de la sagrada familiaEl ejercicio se trataba de hacer "aproximaciones básicas geométricas" guiadas por las arquitecturas precedentes y de la
época, se intentó ir analizando los espacios que Gaudi iba colocando y cambiando para constituir el templo completo a un
nivel acaparable.
LA SAGRADA FAMILIA (clik
sobre cada imagen )
construcción iniciada el 19 de abril de 1882
fachada de la pasion
facchada del nacimiento
fachada de la gloria ( en maqueta )
vista de la cripta
El Templo Expiatorio de la
Sagrada Familia, declarado
monumento por la UNESCO
El 17 de julio de 2005, la UNESCO, en la reunión celebrada en Durban, en la Unión Sudafricana, decidió añadir el Templo
Expiatorio de la Sagrada Familia a las obras que ya se habían declarado monumento de la humanidad. Concretamente, se
trata de la fachada del Nacimiento, el ábside y la cripta; es decir, lo que Gaudí realizó directamente y que terminaron
sus sucesores inmediatos. También merecen el mismo reconocimiento la Casa Vicens y la Casa Batlló.
Es interesante aclarar que la cripta fue iniciada por el arquitecto diocesano Francesc de Paula del Villar, quien construyó
los cimientos y levantó unos pocos metros de las paredes perimetrales y los pilares. Gaudí, que fue su continuador,
aportó cambios importantes que modificaron el proyecto definitivo. Concretamente, sustituyó la escalera existente de
unión de la planta del templo con la cripta por las dos nuevas escaleras circulares a uno y otro lado de las capillas
absidales. También introdujo un foso para proporcionar ventilación y luz al interior y dio más altura a la bóveda central.
Los capiteles, las cartelas con figuras angélicas y la clave de la Anunciación, así como los vitrales, son en buena parte
obra suya, al igual que todos los elementos litúrgicos y el mobiliario.
Pese al incendio y la destrucción sufridos en 1936, la fiel restauración del arquitecto Quintana y la ejecución del
mobiliario, realizada por los artesanos que habían trabajado con Gaudí, permiten asegurar que los altares,
confesionarios, bancos, etc. forman parte plenamente de la obra del maestro.
LA CASA-MUSEO GAUDÍ
La actual Casa-Museo Gaudí, situada dentro del recinto del Park Güell de Barcelona, fue la residencia de Antoni
Gaudí entre 1906 y finales de 1925. En 1960, la asociación Amigos de Gaudí decidió adquirir la finca, que se abrió
al público como Casa-Museo
VIDEOS
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(Clik en cada imagen para ver album ...)
Galeria de JonnyK
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Building within Park Güell by Antoni Gaudi, Barcelona
Gaudi en Imagenes
fotografos profesionales - Instituto de cultura 2002
La Pedrera
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Casa Milá
Pau Giralt
Convent de Les Teresiianes
Jordi Belver
Casa batló
Triangle Postals
Iglesia de la colonia Guell
Foto de Catala-Roca
Qué se ha dicho de Gaudi...
"Se podrá rebatir la obra de Gaudí , pero no se podrá negar que era un hombre extraordinario, verdadero genio creador, y
arquitecto, Hombre fuerte, pertenecia a la raza de los seres de otros tiempos en que la conciencia de un orden superior
estaba situada por encima de la materialidad de la vida."
............... Joaquin torres garcia. artista- 1900
"Los métodos de Gaudí, un siglo después, siguen siendo revolucionarios"
................ Sir Norman Foster, arquitecto - 1958
Gaudi intuye y reclama un uso heterodoxo del ladrillo y la piedra, la intención biologica y organica de las formas y
espacios, la idea que el volumen de un edificio no está estrictamente limitado, sino que se integra en un espacio cósmico
mas amplio."
............... Oriol Bohrgas, arquitecto-1973
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