Subido por angello salasar

DEFINICIÓN DE DESCOMPOSICIÓN

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DEFINICIÓN DE
DESCOMPOSICIÓN
Se denomina descomposición al acto y consecuencia de descomponer o descomponerse (es
decir, de generar desorden, segmentar las partes de un compuesto, averiar, entrar en estado
de putrefacción o perder el estado saludable).
Desde la perspectiva de la biología, la descomposición supone un proceso que lleva a convertir
el cuerpo de un organismo viviente en una forma más simple de materia. Al respecto, hay que
decir que el cuerpo comienza a descomponerse tras el deceso del individuo: en una primera
etapa, se produce la emisión de gases, mientras que, en una segunda etapa, la materia
empieza a descomponerse y se forman fluidos.
La autólisis (tal como se conoce al quiebre o ruptura de tejidos a raíz de los compuestos
químicos del cuerpo) y la putrefacción (es decir, la desintegración de tejidos por el accionar
bacterial) liberan gases, que generan el olor característico de los cadáveres e inflaman los
restos. Los insectos y otros organismos son los responsables de la última fase de
descomposición.
En concreto, por tanto, podemos establecer que cinco son las fases por las que pasa la
descomposición de un cuerpo humano: fresco, hinchado, de putrefacción activa, de
putrefacción avanzada y finalmente seco. Etapas todas ellas que son utilizadas frecuentemente
en el área de la criminología.
Y es que, cuando aparece el cuerpo de una persona, el equipo de forenses y los criminólogos
que estén al frente de la investigación utilizarán el estado de descomposición en el que aquel
se encuentre para descubrir el tiempo que dicha víctima lleva muerta.
Existen múltiples factores que influyen en la descomposición, como la temperatura, la
humedad, la superficie sobre la cual se mantiene el cuerpo y la presencia de insectos.
No obstante, a todos estos factores que agilizan el proceso de descomposición o no habría que
añadir otros que igualmente influyen en el mismo. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, la
causa de la muerte, la profundidad a la que se haya enterrado el cuerpo, los traumatismos que
presente el citado organismo, si ha llovido o no, la vestimenta que lleve el fallecido y también
el propio peso y el tamaño que tenga la víctima.
En el caso del mundo animal, hay que subrayar que las fases de descomposición de un
organismo animal son muy similares a las de un ser humano. No obstante, cada especie, en
base a sus propias características y señas de identidad, varía en cierta medida al proceso.
Además de todo lo expuesto no podemos pasar por alto el hecho de que existen dos métodos
para conseguir frenar y paralizar el citado proceso de descomposición. En concreto, nos
estamos refiriendo al embalsamiento, que ya se realizaba en el Antiguo Egipto, o la
momificación.
La llamada descomposición química, por su parte, identifica a la ruptura de moléculas en un
procedimiento que da lugar a otras moléculas más pequeñas o átomos. Dicha descomposición
puede producirse de manera espontánea o provocada por ciertos factores externos que
promueven la descomposición de la molécula en sustancias de bases químicas más simples.
LA DESCOMPOSICIÓN
La descomposición es un proceso común en biología y química. En biología, el término
descomposición se refiere a la reducción del cuerpo de un organismo vivo a formas más
simples de materia. El proceso es esencial para reciclar materia finita que se encuentra en un
bioma. Aunque no hay organismos que se descompongan de la misma manera, todos sufren
las mismas etapas secuenciales de descomposición. La ciencia que estudia la descomposición
es generalmente referida a la Tafonomía que viene de la palabra griega taphos, que significa
entierro.
Uno puede diferenciar entre descomposición abiótica y biótica (biodegradación). El primero
significa «degradación de una sustancia por proceso físico o químico; ej: hidrólisis. El segundo
significa «la ruptura metabólica de materiales en componentes simples por organismos vivos».
En química, se refiere a la ruptura de sustancias constituidas por moléculas o iones formando
así otras sustancias constituidas por moléculas más pequeñas o sustancias elementales
(constituida por lo tanto por un solo tipo de átomo, como por ejemplo el oxígeno) y se le
denomina descomposición química. Pueden deberse a varios factores, ya sea por temperatura
(termólisis), electricidad (electrolisis), radiación electromagnética (fotólisis) o la presencia de
otras sustancias químicas (ácidos, oxidantes, etc) y en algunos casos influye la presencia de un
catalizador al acelerar la reacción.
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