Subido por Daniel Alberto

LA BIOÉTICA ANTE LA PANDEMIA DEL COVID-19

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LA BIOÉTICA ANTE LA PANDEMIA DEL COVID-19
|PRONUNCIAMIENTO|
Frente a la pandemia del COVID-19 en nuestro país, se
constituye como imperativo bioético tomar todas las
medidas necesarias para evitar daños prevenibles a la
población, considerando especialmente las necesidades de
personas en condiciones de vulnerabilidad –esto es, desde
la población sujeta a un esquema ambulatorio de cuidado,
recluida en casa, hasta las personas adultas mayores,
quienes viven con enfermedades crónicas, como
hipertensión, diabetes, EPOC, cardiopatías en general, o
inmunodepresión, así como los propios profesionales de la
salud–, con base en la evidencia científica disponible y con
la participación de todos los sectores de nuestra sociedad.
La bioética como marco de actuación ante una pandemia
En el ámbito global, la bioética se ha posicionado como un quehacer inter y
multidisciplinario que promueve un enfoque integral en el abordaje de la salud,
a fin de hacer frente a las tensiones y conflictos que deriven del choque de
valores entre culturas, considerando la ponderación entre intereses
individuales y colectivos, poniendo de relieve la protección de grupos en
condiciones de vulnerabilidad.
En el caso de los brotes infecciosos encontramos complejidades particulares
puesto que las decisiones en estos casos deben tomarse de manera urgente, a
menudo en un contexto de incertidumbre científica y con un clima general de
miedo y desconfianza. Es por lo anterior que deben establecerse con antelación
criterios puntuales para determinar prioridades y tomar acciones,
considerando márgenes reducidos de tiempo, como también escasez de
recursos, además de contemplar medidas para asegurar el acceso a
tratamiento para quienes más lo necesiten.
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Al respecto, deben considerarse cinco ejes de análisis en el abordaje de la
pandemia del COVID-19 para nuestro país.
1. Planeación frente a incertidumbre
Se han propuesto diversos modelos éticos para el abordaje de las epidemias y
pandemias, dependiendo de las condiciones en que se dé el contagio, así como
la naturaleza del riesgo y características del vector –como señalan las
recomendaciones de OMS, UNESCO, Hastings Center de Estados Unidos y
Consejo Nuffield de Bioética del Reino Unido, entre otras instancias
internacionales–; no obstante, en todo caso resulta fundamental la
participación de la sociedad para alcanzar los objetivos propuestos.
En un contexto de contingencia epidemiológica –especialmente en el caso de
un agente infeccioso nuevo– resulta imperativo apoyar la investigación
científica, como herramienta imprescindible para desarrollar la base de
conocimientos que fundamentarán las intervenciones y políticas públicas en
salud, e influir en la toma de decisiones de salud pública, a fin de brindar una
respuesta inmediata que contribuya a prevenir enfermedades, discapacidades
y muertes, así como apoyar la recuperación de la población. Asimismo, como
establecen las disposiciones del Consejo de Salubridad General, se requiere un
monitoreo eficaz y eficiente, con el fin de implementar ajustes o medidas
correctivas de manera oportuna.
2. Respeto por las personas y protección de grupos en condiciones de
vulnerabilidad
Abordar la pandemia del COVID-19 implica necesariamente un
replanteamiento de nuestras políticas públicas en las materias laboral,
económica y social, considerando tanto las necesidades del personal de salud,
como de quienes permanecen en su domicilio en contribución a la salud
pública –especialmente de grupos en condiciones de vulnerabilidad.
En las políticas para contener este brote se debe considerar la vulnerabilidad
de la población, no en términos estadísticos, sino en relación con las
necesidades de salud de la población, las cuales representan una amenaza
para la capacidad del Estado. Asimismo, no puede subestimarse la importancia
de brindar acceso a servicios de salud mental para todas aquellas personas en
estado de crisis, ansiedad o estrés a partir de esta contingencia.
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Por otra parte, en relación con las condiciones de hacinamiento en que viven
las personas en reclusión por el sistema penal, es prioritario tomar medidas
adicionales para evitar el contacto de la población y el contagio.
3. Estándares de cuidado ante contingencias y crisis epidemiológicas
La protección de la salud pública como fin del Estado cobra preeminencia
sobre cualquier otra garantía individual; lo cual implicaría, en ciertos casos,1 la
legitimación de una intervención de control –como la limitación del libre
tránsito o el rastreo y seguimiento de contactos de personas contagiadas, entre
otras medidas–; sin embargo, el respeto a las personas debe constituir el
parámetro fundamental en toda estrategia para la contención de un brote
epidemiológico.
Por razones tanto pragmáticas como éticas, es fundamental mantener la
confianza de la población en la respuesta ante epidemias; no obstante, esto
sólo es posible cuando los formuladores de políticas y los trabajadores de salud
actúan de manera confiable al aplicar principios y procedimientos de manera
justa y consistente, con apertura a la revisión y tomando en cuenta las
aportaciones de las comunidades afectadas.
Asimismo, no puede soslayarse la carga que supone para los profesionales y
trabajadores de la salud la atención de esta epidemia, quienes enfrentan un
entorno complejo, además de que se encuentran en constante riesgo de
contraer la infección. Es por lo anterior que constituye un requerimiento
fundamental para nuestro sistema de salud la protección de su personal con
los insumos requeridos para reducir el riesgo a este sector.
1
Durante los brotes de enfermedades infecciosas, los países deben respetar sus obligaciones en virtud de
los acuerdos internacionales de derechos humanos, como los Principios de Siracusa sobre las
Disposiciones de Limitación y Derogación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, un marco
establecido para evaluar la conveniencia de limitar ciertos derechos humanos fundamentales en
situaciones de emergencia.
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4. Innovación e investigación en salud para la producción oportuna de
insumos requeridos
A fin de estar en posibilidad de brindar una respuesta inmediata resulta
prioritaria la asignación de recursos como una vía para fomentar la
investigación y desarrollo de vacunas que lleguen a toda la población. En
algunos casos se ha optado inclusive por la simplificación de procesos
regulatorios y su atención prioritaria, de tal manera que se agilice el inicio de
un ensayo clínico para evaluar la seguridad y eficacia de una nueva vacuna o
medicamento, con la finalidad de que se ponga al alcance de la población, de
manera oportuna, siempre bajo el estándar del respeto irrestricto por la
integridad de las personas. En este sentido se reconoce la labor de las
fundaciones de beneficencia pública, tanto nacionales como internacionales,
que apoyan proyectos de investigación en salud, como la Fundación Carlos
Slim, la Fundación Gonzalo Río Arronte, la Fundación Bill y Melinda Gates –de
Estados Unidos–, así como la Welcome Trust de Reino Unido.2
Ante la pandemia de COVID-19 resulta fundamental el intercambio de
información perteneciente a las áreas de ciencias básicas y clínicas, tanto en el
ámbito nacional como internacional, para alimentar a los diversos sistemas
computacionales y de esta manera disminuir la expansión de esta patología,
así como acelerar el desarrollo de una vacuna efectiva y segura.
Entre los últimos desarrollos tecnológicos en salud se han instrumentado
modelos mediante inteligencia artificial para la identificación de riesgos
sanitarios en una población, los cuales, no obstante, requieren alimentación y
sistematización constante de información, por lo que deben establecerse
mecanismos ágiles para compartir información médica en los que
adicionalmente se consideren criterios de protección de datos personales.
5. Solidaridad y concertación de acciones con la sociedad civil
Considerando que la contención y mitigación del COVID-19 habrá de contar
con la participación de toda nuestra sociedad, se requiere integridad en la
estrategia de comunicación para asegurar que la población cuente con
información de carácter científico sobre la sintomatología y medidas
precautorias, no con otra finalidad sino la de informar, educar, recomendar,
2
Al respecto, puede consultarse el Reporte: OCDE (2004). Fundaciones Filantrópicas y Cooperación al
Desarrollo. Massachusetts: OCDE. Disponible en: https://www.oecd.org/dac/stats/31670558.pdf
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preparar y prevenir, con perspectiva de género, además de evitar la difusión de
información falsa –que sólo genera desconfianza y miedo entre la población.
Los costos incurridos por contener pandemias no son menores; sin embargo,
no afectan a los mismos grupos poblacionales de la misma forma, esto exige
solidaridad por parte de la sociedad. Para quienes se encuentren en un nivel
bajo de riesgo, los costos incurridos por las medidas para contener las
pandemias pueden ser demasiado altos; sin embargo, para aquellos con un
riesgo relativamente alto, las acciones que les imponen riesgos adicionales
(riesgo de perder ingresos u oportunidades debido a la imposibilidad de ir al
trabajo o viajar) pueden implicar un costo demasiado alto. En este sentido, el
diálogo y el consenso comprenden mecanismos fundamentales para prevenir
y mitigar los efectos negativos de la pandemia.
Prospectiva Bioética
Nuestro país no es ajeno a esta problemática y cuenta con experiencia en el
abordaje de pandemias, como ocurrió en 2009 con el caso del virus AH1N1, a la
cual se hizo frente mediante la coordinación de todos los sectores de nuestra
sociedad. Al respecto, no debe desestimarse en este proceso el rol de las
Comisiones Nacionales de Bioética en el ámbito internacional, como cuerpos
consultivos para el análisis de los desafíos que suponen la atención a la salud y
la investigación con sujetos humanos, con la finalidad de asegurar la
protección de los derechos de pacientes y sujetos de investigación; dar cauce
a la innovación y desarrollo tecnológico en salud con perspectiva social;
consolidar sistemas epidemiológicos y de investigación para fortalecer
medidas de prevención y promoción de la salud.
La necesidad de incorporar la reflexión bioética en la deliberación sobre los
desafíos que trascienden las fronteras de las naciones y las brechas de nuestras
sociedades, no obedece sino a la oportunidad de construir –bajo una
perspectiva multidisciplinaria, laica y, señaladamente, global– una
comprensión común e identificar valores compartidos para abordar
problemáticas del ámbito tecnológico, ético, jurídico y social, como también
presentar argumentos que sustenten o rechacen ciertos puntos de vista, a
través de la deliberación y la argumentación, en un marco de tolerancia y
respeto. En el caso de esta nueva pandemia, resulta indispensable un enfoque
sincronizado para el éxito de cualquier esfuerzo de respuesta. Todos los
miembros de la comunidad global debemos actuar en solidaridad, ya que
todos los países comparten una vulnerabilidad común a la amenaza de
enfermedades infecciosas.
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La infraestructura en bioética de nuestro país cuenta con un modelo innovador
que comprende a las comisiones estatales de bioética, así como a los comités
hospitalarios de bioética y comités de ética en investigación como cuerpos
consultivos en el ámbito de la atención y la investigación en salud, los cuales
asumen un rol muy significativo en un contexto de pandemia.
En este orden de ideas, la Comisión Nacional de Bioética buscará la
conformación de un órgano colegiado permanente para la revisión de los
aspectos bioéticos de las pandemias, a fin de consolidar los mecanismos de
prevención de nuestro país. Reiteramos nuestro compromiso con la protección
de la salud pública, así como la generación de conocimiento y estrategias que
contribuyan a la contención de la pandemia del COVID-19.
Exhortamos a dar seguimiento a los lineamientos de la Comisión Nacional de
Bioética en relación con el COVID-19 por medio del sitio web:
https://www.gob.mx/salud/conbioetica
Ciudad de México, 12 de marzo de 2020
Manuel H Ruiz de Chávez
Comisionado Nacional de Bioética
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Bibliografía
Lurie, N., Manolio, T., Patterson, A. P., Collins, F., & Frieden, T. (2013). Research as a part
of public health emergency response. The New England Journal Of Medicine,
368(13), 1251–1255. https://doi.org/10.1056/NEJMsb1209510
National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine (2017). Integrating Clinical
Research into Epidemic Response: The Ebola Experience. Washington, DC: The
National Academies Press. https://doi.org/10.17226/24739.
Edmund D. Pellegrino y David C. Thomasma. “The good of patients and the good of
society: striking a moral balance.” En: Michael Boylan (2004). Public Health
Policy and Ethics. Dordrecht: Kluwer Academic Publishers.
Saxena, A., Horby, P., Amuasi, J. et al. Ethics preparedness: facilitating ethics review
during outbreaks - recommendations from an expert panel. BMC Med Ethics
20, 29 (2019). https://doi.org/10.1186/s12910-019-0366-x
World Health Organization (2016). Guidance for Managing Ethical Issues in Infectious
Disease Outbreaks. Geneva: WHO Press.
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RECOMENDACIONES ANTE EL COVID-19
COMISIÓN NACIONAL DE BIOÉTICA DE MÉXICO
Proceso
de atención
a la salud
Solidaridad
hacia grupos
en condiciones
de vulnerabilidad
Protección
del bien
común
Gestión
de recursos
escasos
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Proteger los derechos humanos e integridad de las personas, bajo una perspectiva de género, interculturalidad, equidad y no discriminación.
Considerar en toda intervención como objetivo la optimización del número de años de vida salvados y la supervivencia hospitalaria.
Valorar a la persona de manera integral, considerando su edad biológica.
Asegurar condiciones para una muerte digna, cuando no sea posible curar.
Consultar con el paciente si cuenta con un documento de voluntad anticipada.
Dar a conocer criterios para la toma de decisiones con transparencia, así como la salvaguarda de la confidencialidad y protección de datos médicos.
Asegurar la atención a la salud con calidad y calidez, en cumplimiento a los principios de justicia, solidaridad y equidad.
Considerar como punto de partida de toda decisión médica el respeto a la autonomía y la dignidad de la persona.
1.
Brindar soporte para profesionales de la salud, para prevenir y atender el síndrome de desgaste profesional y el estrés moral ante la toma
de decisiones en escenarios complejos.
Adecuar políticas laborales y sociales a la consigna del Consejo de Salubridad General.
Ofrecer servicios de salud mental a quienes lo requieran.
Garantizar la continuidad de la atención a la salud para mujeres, niñas y niños, así como a los servicios de salud sexual y reproductiva, atención prenatal y
postnatal.
Asegurar los recursos para la prevención del contagio y, en su caso, la atención médica a las personas confinadas en instituciones.
Reconocer en situación de vulnerabilidad a médicos, personal de enfermería, estudiantes de medicina y aquellos que asuman riesgos en la atención y
contención de la pandemia.
1.
2.
3.
4.
5.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Planeación
y prevención
Admitir el ingreso de pacientes en UCI, y el proceso de triage, con base en la ponderación entre costo y oportunidad, de manera equitativa e imparcial.
Adecuar terapia a la evolución del paciente y evitar futilidad terapéutica.
Ofrecer alternativas asistenciales a las Unidades de Cuidados Intensivos, con apego a estándares de calidad.
Privilegiar los principios de justicia, no maleficencia, beneficencia, pero también de transparencia, proporcionalidad y responsabilidad.
Comunicar al paciente y familiares, de manera clara y efectiva la posibilidad de una limitación de recursos médicos y humanos, así como al acceso a soportes
necesarios para hacer frente a la enfermedad.
Promover acciones educativas que enfaticen la importancia del cuidado comunitario de la salud y la administración de recursos limitados.
1. Conformar una red a nivel federal integrada por todos los establecimientos de salud con lineamientos y políticas intersectoriales para agilizar la referencia de
pacientes.
2. Promover la participación de México en el diálogo internacional en torno al abordaje del Covid-19.
3. Apoyar la investigación como mecanismo para fortalecer medidas de salud pública, bajo estándares de ética de la investigación e integridad científica.
4. Establecer consenso sobre los criterios técnicos que deberán seguirse para contener la pandemia, con base en la evidencia científica disponible.
5. Consolidar los Comités de Bioética, considerando la participación de la ciudadanía, para el análisis de los desafíos en la contención de brotes pandémicos y la
protección de la salud.
6. Contar con el apoyo de un grupo de cuidados paliativos que oriente al equipo médico, paciente y su familia sobre su diagnóstico, limitación de tratamientos y
posibilidad de medicación para evitar el sufrimiento.
7. Implementar, por parte de los Comités Hospitalarios de Bioética, un mecanismo para la recepción de casos dilemáticos y orientar al equipo médico ante la
toma de decisiones urgentes.
Véase el pronunciamiento LA BIOÉTICA ANTE LA PANDEMIA DEL COVID-19 de la Comisión Nacional de Bioética, así como la Información relevante sobre la perspectiva ética ante
epidemias en el contexto del COVID-19, disponibles en https://www.gob.mx/salud/conbioetica
Ciudad de México, 31 de marzo de 2020
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