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Nutrición comportamiento oso andino---

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Nutrición y comportamiento del oso andino (Tremarctos ornatus)
Estefania Rosero
Introducción
El oso andino (Tremarctos ornatus), es endémico de la región Andina de Sudamérica, se
distribuye en altitudes que van desde los 200 a los 4750 msnm. que incluye los países de
Ecuador, Perú, Venezuela, Colombia, Bolivia, y en el noroeste de Argentina (Castellanos et
al., 2016). En Ecuador prefiere hábitats como bosques nubosos y páramos (Secretaría de
Ambiente, 2014).
Aparece como una especie En Peligro (EN), según el Libro Rojo de Ecuador (Tirira, 2001).,
y como una especie Vulnerable (VU) en la Lista Roja de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza (UICN) (García-Rangel & Velez-Liendo, 2017). Su
distribución se ha reducido significativamente debido a la pérdida y fragmentación de su
hábitat, así como la cacería que se ha venido dando estos años (García-Rangel, 2012).
Los osos andinos cumplen funciones importantes dentro del ecosistema, es un dispersor de
semillas ya que ingiere varias especies de plantas y recorre grandes distancias. También,
debido a que es gran trepador de árboles, ayuda a generar claros de dosel, lo cual permite la
regeneración de bosques (Domínguez et al., 2011).
En cuanto a su comportamiento, el oso andino prefiere estar solo, no suele acercarse a
humanos debido a que se asusta con facilidad, así que en vez de atacar prefieren huir (Laguna,
2016a). Se han detectado comportamientos reproductivos, maternos y de marcaje peculiares
y de importancia para tomar en cuenta en cuanto su conservación (Castellanos et al., 2016).
La dieta del oso ha sido estudiada a lo largo de toda su distribución en muchas localidades y
tipos de hábitats (Suarez, 1988). Los osos andinos son omnívoros ya que se alimentan de
plantas silvestres, algunos animales y también hongos, además se alimentan frecuentemente
de frutas y hojas. Los osos generalmente se desplazan y seleccionan su hábitat debido a la
disponibilidad de alimentos, se ha identificado que realizan desplazamientos estacionales
entre ecosistemas, asociados con temporadas de fructificación de las especies que consume
(Castellanos et al., 2016).
Requerimientos nutricionales
La dieta de los osos andinos es variada, sin embargo, un 80% de su dieta es de origen vegetal,
en el bosque nuboso del Ecuador consumen con mayor frecuencia especies como bambú Suro
(Chusquea quila), bromelias (Guzmania spp., Greiga spp.) y palmitos (Arecaceae), también
son gran consumidores de frutos, en bosque nuboso prefiere especies como el higuerón
(Ficus spp.), aguacates silvestres (Nectandra spp., Ocotea spp.), y mirto (Myrcianthes spp.)
(Castellanos et al., 2016), y en el ecosistema de páramo y ceja andina se ha registrado que
se alimentan de especies como bromelias de puya (Puya clavata-herculis) y frailejones
(Espeletia pycnophylla.) (Laguna, 2016b).
También ocasionalmente consiguen su proteína a través de la ingesta de insectos, gusanos.
Se registra que una de sus presas naturales es el tapir de montaña ( tapirus pinchaque)
(Laguna, 2016a), además posee hábitos carroñeros (Castellanos et al., 2005).
Ya que el humano se ha ido expandiendo cada vez más con la transformación de hábitats
naturales a tierras agrícolas y ganaderas, se ha producido una gran deforestación y por
consecuencia una reducción del hábitat de los osos, es por esto que esta especie en busca de
alimento ha llegado a consumir cultivos como es el maíz (Zea mays), la granadilla (Passiflora
ligularis), el plátano (Musa spp), la caña de azúcar (Saccharum officinarum) y el tomate de
árbol (Solanum betaceum), inclusive en Colombia se ha identificado el consumo de truchas
en lagunas de cría artificiales (Castellanos et al., 2016). Por otro lado, es preocupante los
ataques contra el ganado doméstico que han existido por parte del oso. El consumo de los
cultivos y el ganado por parte de los osos está causando un conflicto cada vez mayor entre
los osos y los humanos (García-Rangel, 2012).
Fig.1 Oso andino consumiendo maíz
Fuente: (Gutiérrez et al., 2019)
Comportamiento general
Los osos andinos no tienden a interactuar con el humano, debido a que son tímidos y
miedosos, prefieren huir antes que atacar, son pocos los ataques registrados por parte de osos,
solo se ha dado en condiciones de cautiverio por un mal manejo, cuando las osas se sienten
amenazadas y protegen a sus crías, o cuando han sufrido algún tipo de daño o herida por parte
de cazadores (Castellanos et al., 2016).
Generalmente los osos son solitarios, solo se juntan para formar pareja en época de
apareamiento, además se ha identificado que los osos machos rivalizan, cuando las hembras
están en época de celo (García-Rangel, 2012). Asimismo, se les ha visto en sitios con alta
abundancia de alimento estacional, ellos se movilizan cuando algunas plantas están época de
fructificación, por ejemplo, se ha observado a grupos de osos alienándose en época de
maduración del maíz y de Opuntia sp., ellos pueden tolerarse para aprovechar recursos en
grupo (Peyton, 1980).
El oso andino es un gran escalador, ya que tiene la facilidad de trepar árboles y rocas, también
tienen la capacidad de nadar, y tiene un olfato muy desarrollado. Un comportamiento que
tienen todos los osos en general es el de pararse en dos patas, y el oso andino no es la
excepción, esto lo hacen para buscar alimento, tener una vista con un alcance más amplio de
su terreno o para estar alerta a posibles amenazas (Castellanos et al., 2016).
Comportamiento reproductivo y materno
En un monitoreo hecho en Ecuador a una hembra, se descubrió que los partos de esta osa
estaban sincronizados, y el abandono del nido coincidía con la época de lluvia, esto podría
ser un comportamiento para reducir las probabilidades de depredación, y además que los
nacimientos coincidan con la maduración de frutos importantes para que estos puedan estar
disponibles y mantener su dieta (Castellanos et al., 2018). En Colombia (Rodríguez, 1991),
Perú (Peyton, 1980) y Venezuela (Torres et al., 1995) se ha informado sobre la sincronización
de la reproducción con las condiciones climáticas locales y la fenología de especies de
plantas.
Los períodos de gestación observados en cautiverio varían entre 160 y 255 días. Durante los
primeros periodos, es difícil detectar un embarazo, ya que esta especie posee una estrategia
reproductiva llamada diapausa embrionaria, la cual consiste en que el óvulo fertilizado
permanece en un estado de dormancia, y dura sin adherirse a la pared uterina por un
tiempo.(Castellanos et al., 2016).
Las madres tienden a construir nidos, debajo de rocas o árboles, esto les permite refugiarse
de depredadores y de posibles amenazas (Castellanos et al., 2016). Generalmente las hembras
dan a luz hasta 4 oseznos, la madre permanece cerca de los nidos cuando los oseznos están
recién nacidos, y solo se mueve cerca de los nidos para conseguir comida. En cuanto al
comportamiento materno del oso andino, se cree que la madre y los cachorros abandonan el
nido después de aproximadamente nueve a doce semanas, y se ha observado que los
cachorros acompañan a su madre durante más de un año antes de la separación (Castellanos
et al., 2018)
Como las madres de osos andinos son particularmente selectivas en la selección de
madrigueras maternas, esto supone una gran carga para el comportamiento reproductivo de
la especie (Castellanos et al.,2018).
Se ha registrado el abandono de crías por parte de sus madres, esto puede ser ya que se les
acaba el alimento en la zona, entonces las madres abandona el nido por mucho tiempo y por
consiguiente los oseznos también salen por miedo o hambre, algunos corren con la suerte de
ser encontrados con su madre y ser regresados al nido, sin embargo existen casos donde es
probable que sean depredados, y también ser encontrados por humanos, que lo mejor que
podrían hacer es dejarlos ahí hasta que la madre los encuentre (Castellanos et al., 2019).
Fig.2 Madre oso andino junto a su cría
Fuente: (Gutiéterrez et al., 2019)
El marcado puede ser parte de la organización y comunicación social del oso andino (GarcíaRangel 2012). Al igual que con la mayoría de los otros Ursidos, los osos andinos exhiben
una amplia gama de comportamientos en los sitios de marcado, que incluyen inspeccionar el
árbol, frotar, arañar y morder el árbol, orinar y cortar la corteza, se puede asociar estos
comportamientos con el marcado de olores y la comunicación química (Filipczyková et al.,
2016)
La meta primordial de este comportamiento es habitualmente avisar la presencia de un oso a
posibles parejas. A pesar que los osos andino no tienden a tener un comportamiento
territorial, las marcas de garras y olores también consideran ser una forma de decretar el
dominio y la posición en el sistema jerárquico de dominio social (Filipczyková et al., 2016).
Fig. 3 Oso andino realizando marcado en árbol
Fuente:(Filipczyková et al., 2016)
Selección del hábitat
Machos y hembras se diferencian en cuanto a la selección de su hábitat, el rango de vida y
patrones de movimiento. Las hembras tienden a ocupar un área más reducida que los machos,
ellas generalmente se mueven en hábitats donde pueden tener una buena disponibilidad de
alimento, sin embargo, se ha observado que estas hembras pueden viajar distancias de hasta
6km por la obtención de un recurso nutritivo, por ejemplo, se mueven a terrenos cercanos de
cultivos de maíz (Castellanos et al., 2016).
En cambio, los machos pueden movilizarse distancias más largas, aproximadamente de 18.75
km /día, esto lo hacen habitualmente para la búsqueda de alimento y además de una pareja,
debido a la fragmentación del hábitat, se encuentran con topografía muy irregular y usan
barrancos boscosos y senderos de crestas, estos sitios son de vital importancia para la
movilización de la especie, lo cual permite mantener la diversidad genética, por lo cual es
primordial la protección de estas áreas (Castellanos et al., 2016).
Otros factores que influyen en el uso del hábitat del oso andino incluyen la presencia humana,
la disponibilidad de agua, la exposición, la altitud, la pendiente, el aspecto y la inclinación
(Castellanos et al., 2016).
En un estudio hecho por Laguna (2011), muestra que prefieren alimentarse con una mayor
frecuencia en la ceja andina en comparación con el hábitat de páramo, a pesar de que en este
tipo de hábitat existe una menor abundancia de alimento pero que les ofrece más
posibilidades de refugio ante cualquier tipo de amenaza de los cazadores y de las condiciones
climáticas desfavorables.
Fig.4 Oso andino en el páramo del Ecuador
Fuente: (Castellanos et al., 2016)
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