NORMA SOCIAL RESPONSABILIDAD SOCIAL ANTE LA PANDEMIA El nuevo COVID19 trajo consigo un cambio repentino en las costumbres y la cultura del ciudadano, situación que conllevaría a diversos conflictos y dificultades para la sociedad, pues se vería forzada a adoptar nuevos estilos de vida y comportamientos en favor del bienestar comunitario. Se tomaron diversas medidas dictadas por el gobierno: las personas tendrías que someterse a un estado de confinamiento, se restringiría el libre tránsito tanto vehicular como peatonal, se exigiría el uso de mascarillas y la implementación de protocolos, las actividades económicas serian limitadas solo a aquellas que sean de primordial necesidad para la subsistencia de la sociedad. Todo ello con el fin de prevenir la propagación de la enfermedad. El ciudadano no tuvo mayor remedio que aceptar estas medidas (en lo posible), con el fin de salvaguardar su propia salud y el de sus seres queridos, realizando en muchos casos grandes sacrificios, sea en el ámbito laboral, familiar, económico, hasta conductual; sacrificios que a su vez no podrían sostenerse por mucho tiempo. Junto a ello, se hizo de público conocimiento las recomendaciones del caso. Estas recomendaciones de carácter normativo-social, ayudan a una convivencia armónica, con normas como: el lavado constante de manos, el distanciamiento social, el uso de implementos de higiene (gel alcohol, caretas, guantes, spray, etc.), de tal forma que el ciudadano responsable se sienta tranquilo y seguro. Aun con todo ello, es imposible ignorar el contraste social que ha dejado en evidencia la cultura arraigada en la sociedad limeña. Como lo es en el caso de los mercados ambulantes, por ejemplo lo suscitado en el distrito de La Victoria; otro ejemplo que ha sido motivo de indignación y repudio, es el de un joven ciudadano, que en un acto de rebeldía, decide salir a las calles a contaminar espacios públicos con fluidos corporales. Ejemplos más leves lo pueden ser el de personas que salen en grupo, que realizan reuniones sociales, etc.; teniendo en común la irresponsabilidad, la falta de respeto y empatía con sus semejantes, quienes velan por su propia salud. Este es en el mayor de los casos un ejemplo de la necesidad de virar una norma social hacia una de carácter jurídico. NORMA MORAL EL PRECIO DEL OXÍGENO SE DISPARA EN PERÚ Al existir una demanda desproporcionada, el valor de este bien ha alcanzado niveles astronómicos llegando a pagarse hasta diez veces su precio normal: cilindros de 10 metros cúbicos a 6.000 soles y recargas por 50 soles el metro cúbico son las tarifas exorbitantes que ha alcanzado el preciado oxígeno, que puede alargar días la vida de un paciente. El 26 de enero de 2010, en MINSA aumentó el requerimiento de pureza del oxígeno en los hospitales estatales de un 93% a un 99%. Esto causó que hospitales que producían oxígeno, que contaban con sus plantas productoras para su propio uso, tuvieran que ser desmantelados, pues su pureza no alcanzaba el nuevo requerido por la resolución. Asimismo, muchos pequeños productores de oxígeno tuvieron que salir del mercado, pues la tecnología que poseían no les permitía llegar a ese grado de pureza. Con esto, se formó una especie de duopolio dominado por dos empresas extranjeras: Linde Group (alemana) y Air products (americana). En todo el mundo se utiliza el oxígeno de 93% y, según el Instituto de investigación peruana IETSI, el beneficio que aportan el oxígeno de 93% y el de 99% es el mismo. Un hombre lee un periódico mientras espera en una fila para abastecerse de oxígeno: el titular hace referencia a los pocos que se están haciendo ricos comercializando el oxígeno. Sin embargo, en medio de todo ello surgió Luis Barsallo, el empresario que ha mantenido en su precio la venta de oxígeno, un recurso que se ha vuelto de necesidad para tratar a pacientes con coronavirus, ha rechazo la iniciativa del Congreso de nombrarlo ‘héroe de la salud’, justamente por no intentar lucrar con la necesidad de los más necesitados. Barsallo continúa vendiendo el balón de oxígeno a S/.15 el metro cúbico, pese a la alta demanda. Otras empresas están ofreciendo lo mismo pero a precios muy elevados, Por ejemplo, en el Centro de Lima los comerciantes ofrecían este miércoles un balón de oxígeno por precios que fluctúan entre S/. 4,800 y S/. 6,000. Estos balones son de 10 metros cúbicos y tienen una duración aproximada de 25 horas. Luis Barsallo mantiene los precios de su empresa de oxígeno ubicada en el Callao. “Sí me siento halagado, pero en verdad sólo soy un peruano más que pone el hombre ante esta circunstancia. La verdad no me siento héroe de nada porque solo estaba haciendo lo correcto, lo justo. La empresa se está poniendo la camiseta a favor de tanta gente necesitada de oxígeno”, alcanzó a decir en declaraciones a un medio conocido en Perú. Con el buen accionar de este empresario en tiempos de crisis podemos concluir con un claro ejemplo de una moral ejemplar y que fue aplicada de manera excepcional. NORMA TÉCNICA EL ARTESANO DE MASCARILLAS ARTÍSTICAS Frente al desabastecimiento de mascarillas en el mercado, el Ministerio de Salud (Minsa) publicó el 30 de marzo del 2020 la norma técnica para la confección de mascarillas faciales textiles de uso comunitario, como parte de las medidas tomadas durante el estado de emergencia para frenar el avance del coronavirus (COVID-19). El objetivo es definir los requisitos de diseño y confección de este implemento que cubre la boca y la nariz para reducir la transmisión de enfermedades, como el coronavirus. En documento adjunto a la resolución ministerial N.º 135-2020-MINSA, publicada en la separata de Normas Legales del diario oficial El Peruano, se indica que este producto debe ser elaborado, utilizando tejidos de punto y tejidos planos. El documento adjunto a la norma legal precisa además, la densidad de estas mascarillas. También se precisa dos únicos modelos: de tela anatómica y de tela con pliegues. Las mascarillas deberán estar etiquetadas y embolsadas para evitar contaminación externa. Teniendo en cuenta esta nueva norma técnica, muchos decidieron adaptar su trabajo a este nuevo contexto, bajo esta nueva normativa. Este ha sido el caso del artesano Arturo Ramos, natural de Huamanga con más de 26 años de trayectoria en el arte popular del retablo ayacuchano, quien a través de su emprendimiento “Retablos Arturo Ramos” ha comenzado a crear bellos diseños de mascarillas con la iconografía típica de esta expresión artística. El color y la tradición que envuelve el arte de los retablos ha sido plasmada en cuantiosos modelos de este implemento que representa algo más que un accesorio de moda. Y es que no solo se trata de conseguir un bonito modelo que vaya a acorde a nuestro estilo sino también uno que ofrezca seguridad y protección. Estos diseños se adaptan al rostro, poseen antifluidos, tienen triple protección, son lavables, han sido esterilizadas y cumplen con todas las exigencias normativas dispuestas por el Minsa, Desde Huamanga Arturo Ramos y un grupo de 16 personas ya han confeccionado un promedio de 1500 mascarillas de las cuales 600 ya han sido vendidas. Asimismo, el artesano nos comenta que esta iniciativa ha tenido una gran acogida en Lima pues la mayor parte de las ventas son destinadas a la Ciudad de los Reyes. Los pedidos se pueden coordinar por medio de su página de Facebook “Retablos Arturo Ramos”. NORMA JURIDICA Un caso en estos días de norma jurídica es por ejemplo la NO discriminación a las personas, por su color, religión, sexo, etc. Ya que si se incumplen dichas normas jurídicas se tendrá una sanción penal, civil o comercial. George Floyd, el estadounidense negro cuya muerte a manos de un policía blanco ha desatado una ola de protestas en Estados Unidos, murió por la "pandemia del racismo y de la discriminación”. El jefe de la Policía de Minneapolis, Medaria Arradondo, sostuvo que la muerte de George Floyd fue un “asesinato” y que el agente que fue visto presionando su rodilla sobre el cuello de Floyd “sabía lo que estaba haciendo” porque había recibido entrenamiento específico para prevenir la “asfixia posicional”. “La trágica muerte del señor George Floyd no se debió a la falta de entrenamiento, el entrenamiento ocurrió. Chauvin sabía lo que estaba haciendo”, aseguró Arradondo en un comunicado. Todo empezó con el reporte de un billete falso de US$20 en una tienda de comestibles. Y culminó con la muerte de George Floyd, un afroestadounidense de 46 años, después de ser arrestado por la policía en Minneapolis, Minnesota, Estados Unidos. Posteriormente se difundió un video que muestra el arresto de Floyd. En las imágenes se ve a un policía blanco, Derek Chauvin, con la rodilla sobre el cuello del afroestadounidense mientras este está esposado y boca abajo en el suelo. Chauvin, de 44 años, fue detenido y acusado de homicidio en tercer grado el viernes. Este caso de discriminación basado en normas jurídicas tiene una consecuencia y es la sanción penal contra este policía. NORMA RELIGIOSA ¿Derecho a la libertad religiosa vs. Derecho a la vida? A principios de septiembre de 1994 Marcos Alegre Vallés, de 13 años, sufrió una caída en bicicleta, que le ocasionó unas heridas leves. A los tres días empezó a sangrar por la nariz y recibió atención sanitaria. Pocos días después volvió a sangrar, esta vez con mayor profusión, y el médico recomendó a los padres que lo llevaran al hospital. En el hospital detectaron la urgente necesidad que tenía el niño de recibir una transfusión de sangre. Al comentar el asunto con los padres, éstos manifestaron que tanto ellos como su hijo eran testigos de Jehová y que no podían autorizar la transfusión. Pidieron un tratamiento alternativo y, al decirles los médicos que no existía ninguno, decidieron solicitar el alta voluntaria. Los médicos se negaron a concederla por entender que la vida del niño corría peligro si no se practicaba la transfusión y solicitaron al juez autorización para transfundirle. Recibida la autorización judicial, e informados los padres acerca de la misma, no opusieron resistencia alguna. Pero cuando fueron a practicar la transfusión el niño reaccionó con auténtico terror ante la posibilidad de recibirla. Los médicos decidieron, entonces, no transfundirle por razones tanto médicas como éticas; pero pidieron a los padres que persuadieran a Marcos acerca de la necesidad de que aceptara la transfusión. Ellos se negaron a hacerlo y solicitaron de nuevo el alta para así acudir a algún otro centro en el que pudieran dar un tratamiento alternativo para su hijo. A partir de ese momento, la familia Alegre Vallés inicia una búsqueda diligente pero infructuosa: primero en el Hospital Vall D'Hebrón y después en el Hospital General de Catalunya. Los distintos médicos que atienden al niño coinciden en señalar que no existe más opción que la transfusión de sangre. Pero ninguno de ellos decide transfundir al amparo de la autorización judicial existente, ni piden otra para llevarla a cabo. Finalmente la familia vuelve a su casa, donde Marcos es asistido por el médico de Ballobar. Para entonces su estado de salud es crítico. Desde el Ayuntamiento de la localidad se informa al juez de la situación, adjuntando el informe médico en el que se hace notar la urgente necesidad de practicar una transfusión. El juez autoriza entonces la entrada en el domicilio del menor para que Marcos reciba la asistencia médica que precise. Los padres, una vez más, muestran su oposición a la transfusión pero acatan la decisión judicial hasta el punto de que es el propio padre quien lleva al niño hasta la ambulancia que lo trasladó al Hospital de Barbastro. Marcos llegó en coma profundo y recibió una transfusión de sangre. De allí fue trasladado al Hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde llegó descerebrado y murió a las pocas horas de su ingreso. Era el 15 de septiembre de 1994. El fiscal acusó a los padres de Marcos de un delito de homicidio, pero la Audiencia Provincial de Huesca los absolvió. El ministerio fiscal recurrió en casación la sentencia y el Tribunal Supremo la revocó condenando a los padres por un delito de homicidio, con el agravante de paternidad y el atenuante de obcecación. Los padres recurrieron en amparo la sentencia del Tribunal Supremo ante el TC, por entender que violaba su derecho a la libertad religiosa y los derechos a la libertad religiosa y a la integridad física y moral del niño. Lógicamente el TC no considera en su sentencia las presuntas violaciones a los derechos del niño fallecido y se centra en si se ha lesionado o no la libertad religiosa de los padres. En principio, cabe pensar que el TC se encuentra ante un conflicto de derechos: el derecho a la vida del niño, que los padres tienen el deber de proteger en base a su condición de garantes, y el derecho a la libertad religiosa de los padres. Como veremos seguidamente, el TC no resolverá el recurso dando preferencia a uno de los derechos y sacrificando el otro sino delimitando -es cierto que con ciertos titubeos- el contenido de cada uno de los elementos en aparente conflicto: por un lado, el deber de los padres de velar por la vida de su hijo y, por otro, su derecho a actuar de acuerdo con sus convicciones religiosas. En su momento, la Audiencia Provincial de Huesca entendió que el niño había actuado en el ejercicio de su derecho al rechazar la transfusión y que sus padres habían cumplido con su deber de garantes al no obstaculizar la libre decisión de Marcos. No existía, en consecuencia, delito alguno. Por el contrario, el Tribunal Supremo entendió que el deber de garantes de los padres incluía el de salvaguardar la vida de Marcos y que no podían alegar su derecho a la libertad religiosa para incumplir con ese deber.