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Catedral de la Asunción de Jaén
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Catedral de la Asunción de Jaén
Monumento Nacional
(Dec. de 3 de junio de 1931; Gaceta de Madrid núm. 155)
Jaén-Catedral de la Asunción VPSM-20110919.jpg
Localización
PaísBandera de España España
DivisiónBandera de Andalucía.svg Andalucía
SubdivisiónBandera de la provincia de Jaén.svg Jaén
LocalidadJaén
UbicaciónPlaza de Santa María, s/n 23002
Coordenadas37°45′54″N 3°47′24″OCoordenadas: 37°45′54″N 3°47′24″O (mapa)
Información religiosa
CultoIglesia católica
DiócesisDiócesis de Jaén
DiócesisDiócesis de Jaén
OrdenClero secular
EstatusCatedral
AdvocaciónAsunción de la Virgen
Historia del edificio
Construcción1249-1724
ArquitectoAndrés de Vandelvira
Juan de Aranda Salazar
Eufrasio López de Rojas
Datos arquitectónicos
TipoPlanta de cruz latina, de tres naves con ábside plano, capillas laterales y crucero central
EstiloRenacentista;
Barroco y
Neoclásico
TorresDos
Longitud100 m
Anchura70 m
Mapa de localización
Catedral de la Asunción de Jaén ubicada en AndalucíaCatedral de la Asunción de JaénCatedral de la Asunción de Jaén
[www.catedraldejaen.org Sitio web oficial]
[editar datos en Wikidata]
La Santa Iglesia Catedral de la Asunción de la Virgen es la catedral de Jaén, sede episcopal de la diócesis de Jaén, en la comunidad autónoma de Andalucía, España. Se ubica en la plaza de Santa María, frente al Palacio Municipal y el Palacio Episcopal.
La catedral actual fue concebida en el siglo xvi para sustituir al anterior templo gótico del siglo xv. La construcción se prolongó durante varios siglos, a pesar de lo cual la idea original se mantuvo. Destacan la sala capitular y la sacristía, que son la obra cumbre de Andrés de Vandelvira, y una de las obras más importantes del renacimiento español. También es sobresaliente su fachada principal, una de las principales obras del barroco español, construida tras la consagración del templo en 1660 a partir del diseño de Eufrasio López de Rojas. Igualmente, destaca el coro neoclásico debido a su belleza y al gran número de sitiales que lo convierten en uno de los más grandes de España. Una vez finalizadas las obras del edificio, las mismas continuaron en los siglos siguientes principalmente en la decoración interior y de las capillas. Además, a consecuencia del terremoto de Lisboa de 1755 fueron necesarias obras de consolidación en la fachada norte, así como la construcción de la iglesia del Sagrario.
Está dedicada a la Asunción de la Virgen desde la consagración, en 1246, de la antigua Mezquita Mayor de la ciudad musulmana, tras la conquista de la misma por el rey santo Fernando III de Castilla. En su interior se custodia, entre otras obras de arte y objetos religiosos, la reliquia del Santo Rostro o «La Verónica», considerada el auténtico rostro de Jesucristo, que habría quedado plasmado en el lienzo con el que la Verónica le secó la cara durante su pasión. Está guardada en la Capilla Mayor, y se expone a veneración pública de los fieles todos los viernes.
En 2008 se inició el procedimiento para que la catedral de Jaén fuese declarada Patrimonio de la Humanidad,1​ al considerarse que sirvió de modelo para la construcción de otras catedrales de España y América.2​3​4​ El 27 de enero de 2012 la «Catedral de Jaén (extensión del conjunto monumental renacentista de Úbeda y Baeza)» fue inscrita en la Lista Indicativa de España del Patrimonio de la Humanidad, en la categoría de bien cultural (nº. ref 5667).5​
Ellos vieron, a la luz de los últimos rayos del sol, el magnífico paisaje que acabábamos de recorrer y, alumbrada por las antorchas, la gigantesca Catedral, que parece desafiar con su altura y su tamaño la montaña que tiene al lado.
Esta Catedral posee en su tesoro —por lo menos así se lo han asegurado los canónigos a mis compañeros— el lienzo auténtico en el cual la santa Verónica recogió, con el sudor de su pasión, la faz de Nuestro Señor.
—De París a Cádiz, 1848. Alexandre Dumas.6​
Índice
1Construcción
1.1La catedral gótica
1.2La catedral renacentista
2Exterior
2.1Fachada principal
2.2Torres
2.3Puertas
2.4Lonja
3Interior
3.1Cúpula
3.2Altar Mayor
3.3Capilla Mayor
3.3.1La reliquia del Santo Rostro
3.4Capillas menores
3.5Coro
3.6Órganos
3.7Maestro de capilla
3.8Trascoro
4Sala Capitular y Sacristía Mayor
4.1Sala capitular
4.2Sacristía
5Panteón
5.1Museo Catedralicio
6Galerías altas
7La Custodia
8Bulas papales
8.1Salvatoris Domini
8.2Desiderantes
9Iglesia del Sagrario
10Deanes
11Candidatura a Patrimonio de la Humanidad
11.1Posible modelo para otras catedrales
12Véase también
13Notas
14Referencias
15Bibliografía
16Enlaces externos
Construcción
Vista nocturna de la Catedral de Jaén.
Vista de la Catedral de Jaén.
Monumento a Andrés de Vandelvira, junto a la catedral de Jaén.
Una antigua mezquita aljamanota 1​ se convirtió en iglesia mayor cuando Fernando III el Santo, en el año 1246, reconquistó la ciudad de Jaén y mandó consagrarla a Gutierre Ruiz (1245-1249), obispo de Córdoba, tal y como lo narró el rey Alfonso X de Castilla:
Más empero que el Rey entró i con gran prevención fue luego para la Mezquita Mayor et fizoy luego altar e onra de Sancta María.
Alfonso X
Posteriormente, en 1249 se trasladó la sede episcopal de Baeza a Jaén. Los vestigios de la construcción musulmana desaparecieron tras sufrir graves desperfectos por el incendio causado durante la incursión árabe en el año 1368, por lo que se tienen que derribar para construir una nueva catedral bajo el mandato del obispo Nicolás de Biedma. Esta primera catedral se proyectó inicialmente en estilo gótico. Contaba con cinco naves cerradas por una cubierta de madera y un claustro contiguo en el que se hallaba la torre del reloj. Debido a su deficiente construcción, tuvo que ser demolida y dos años más tarde se emprendió la construcción de una segunda catedral gótica.
La catedral gótica
Vista del friso gótico en la fachada oriental de la catedral de Jaén.
Se reconstruyó la catedral a partir de 1494, bajo el mandato del obispo Luis Osorio de Acuña, debido a la inconsistencia de sus muros y a la amenaza de ruina. Para ello se contrató al cantero Pedro López, fiel seguidor del gótico isabelino, para dirigir las obras. Sin embargo, a partir del año 1500 el obispo Alonso Suárez de la Fuente del Sauce impulsó definitivamente las obras. La construcción se enmarcaba dentro del estilo gótico tardío, de la época de los Reyes Católicos. Según los planos de esta catedral realizados por Juan de Aranda Salazar antes de demoler la Capilla Mayor en 1634, la construcción presentaba planta basilical de cinco naves, la central más amplia que las laterales, con doce capillas alojadas en los contrafuertes, según el modelo del gótico levantino. Estas capillas se situaban: en el lado sur las de san Antón, santa Catalina de Alejandría, Quinta Angustia, san Nicolás, san Ildefonso, Jesús Nazareno y san Juan Bautista. En el costado norte las de san Bartolomé, Juan Nuñez de Vargas, la del Santísimo Sacramento, la del camarero Gonzalo de Castroverde y la de san Benito. En estas capillas se encontraban enterrados algunos nobles, como Ruy Díaz de Torres, señor de Villardompardo, que yacía en la de santa Catalina, o Carlos de Navarra, conde de Cortes, que ayudó al rey Fernando en la reconquista de la ciudad. Por su parte, la Capilla Mayor, que presentaba planta cuadrada, se situaba en la cabecera.
El deán Martínez de Mazas determinó que esta catedral presentaba unas dimensiones de 185 pies (51,5 m) de longitud por 116 (32,3 m) de ancho. La altura era de 27 pies (7,5 m), en la nave central, y 18 (5 m) en las laterales. Por su parte el coro presentaba 53 pies (14,2 m) de largo y 27 (7,5 m) de ancho.
La principal fuente de iluminación era el cimborrio, de forma octogonal, ya que el lado sur era oscuro por abrirse a la muralla de la ciudad. El cimborrio fue construido por el maestro Diego Martínez, y estaba adornado por yeserías al estilo de los cimborrios toledanos, similar al que todavía existe en la iglesia de San Andrés. El coro se desarrollaba a partir del propio cimborrio y en él se adosaban diversos altares. La construcción presentaba una techumbre de madera y contaba con un amplio patio similar al Patio de los Naranjos de la Mezquita-catedral de Córdoba.
En el año 1500 fue requerido Enrique Egas para hacer una tasación y colaborar en la obra; así, se le atribuye el friso de estilo gótico flamígero que se conserva actualmente en la parte baja de la fachada oriental, destacando la famosa Mona o Bafumet, que, tocada con un turbante, se observa sentada sobre una esquina de este friso gótico. De esta construcción se conserva también una escalera de caracol decorada con hojas de cardo realizadas en yeso.
El 22 de mayo de 1801, a cinco siglos largos de obras y titubeos y proyectos y realidades, la catedral fue consagrada. La verdad es que los jaeneses tardaron en verla lista, pero la vieron redonda.
Por dentro, —donde no ha de meterse el vagabundo [el autor] porque, como ya alguna vez contó, no es muy amigo de solemnidades—, la riqueza está a juego con lo que por fuera se ve. La catedral de Jaén guarda la «cara de Dios», marcada en el lienzo con el que la Verónica limpió la faz de Nuestro Señor Jesucristo en la subida del Calvario, y varios valiosos cuadros de Ribera, Murillo, José Antolinez, Mariano Salvador Maella y otros renombrados pintores.
—Extraído de Primer viaje andaluz. 1959
Camilo José Cela7​
En 1525 se produjo el derrumbe del cimborrio, por lo que se vuelve a emprender una gran reforma para cambiar a la actual construcción renacentista.
La catedral renacentista
Aunque la obra renacentista duró 184 años (desde 1540 hasta 1724) y fueron muchos los arquitectos que dirigieron su construcción,8​ presenta una excepcional armonía en sus diferentes estilos. Por encargo del cardenal obispo Esteban Gabriel Merino se hizo cargo del proyecto inicial en 1534 y del comienzo de las obras en 1540,9​ el arquitecto Andrés de Vandelvira,10​ que dirigió personalmente las obras de la sacristía y antesacristía, sala capitular, cripta o panteón, portada sur y tres capillas laterales, ya que la construcción de la catedral renacentista se empezó por la cabecera, lo que ocasionó que hubiera que derribar las murallas y la torre del Alcotón, tras autorización real en 1555.
La sacristía está considerada como una de las arquitecturas más originales dentro del renacimiento español, cuya composición de columnas y arcos resuelve perfectamente todos los problemas de luz y espacio. A pesar de haber tenido a su lado al escultor Esteban Jamete para la realización de la parte escultórica de sus obras por la provincia, se atribuye a Andrés de Vandelvira la realización del Ecce homo que se encuentra en el testero de la parte derecha del crucero.
A partir de la muerte de Andrés de Vandelvira en 1575, se hizo cargo su ayudante Alonso Barba,11​ que dirigió las obras hasta 1594 siendo fiel seguidor del proyecto de Vandelvira, tal como el propio Vandelvira indica en su testamento el 16 de abril de 1575.
... hago saber al Ilrmo señor obispo de Jaén y a los muy Il Sr Deán y Cabildo de la Santa Iglesia que la persona de que yo tengo más satisfacción que podrá hacer la dha obra y proseguirla y acabarla como de suso se contiene es alº barba el cual a veinte años y más que en mi compañía a entendido y entiende en la dicha obra y con el tengo mucho comunicado los secretos de la dha obra y le dexo el modelo della y concurriendo en su persona como concurren la dhas calidades mexor en él qe en otro estará la dha maestría decláralo por descargo de mi conciencia...
(Tomado de Vandelvira. Fernando Chueca. La referencia original es de la Revista de «Don Lope de Sosa».)
El edificio se estructura con una planta de salón, de modo que la sala capitular se alinea perpendicularmente al eje de la sacristía, alineándose con el testero plano que existía previamente en la cabecera. De este modo, la parte construida en el siglo xvi determina la forma de todo el conjunto, siendo este el carácter diferenciador del templo.
A partir del año 1635, las obras experimentaron un importante impulso gracias al obispo Baltasar Moscoso y Sandoval, que propuso, según su biógrafo fray Antonio de Jesús María, «fabricar a Dios un insigne templo»; para ello se rodeó de prestigiosos arquitectos y se sirvió de sus influencias en el Vaticano y en la Corte. Nombró maestro mayor a Juan de Aranda Salazar, cuyo contrato especificaba que debía:
Hacer la planta y montea de dicha obra, que se entiende las tres naves, capilla mayor, crucero y capillas hasta la fachada de la plaça y torre que se ha de hacer en ella.
Extracto del contrato de Juan de Aranda.
A la muerte de Juan de Aranda en 1654, quedó finalizada la construcción del presbiterio, la capilla mayor, la nave norte, la portada septentrional y la cúpula de la nave del crucero, todo ello siguiendo fielmente el proyecto renacentista del siglo xvi, a excepción de la cúpula y la decoración de las bóvedas, de marcado carácter manierista al servicio de la idea barroca.
Todo el interior de la catedral, a pesar de los diversos arquitectos que pasaron por su construcción, se realizó siguiendo las trazas que dejaron los Vandelvira. El catedrático de Historia del Arte Pedro Antonio Galera Andreu, en su obra acerca de este templo, afirma que «pocas catedrales españolas ofrecen una mayor unidad estilística que la de Jaén».12​
Finalmente, en 1660, se consagró el templo, a la vez que se iniciaban las obras de la fachada principal. Estás obras fueron impulsadas por el obispo Fernando Andrade Castro, que contrató a Eufrasio López de Rojas, discípulo de Juan de Aranda, y que gracias a esta obra se convirtió en uno de los innovadores más destacados del barroco español. En el diseño del proyecto colaboró Bartolomé Zumbigo, que dio influencia italiana a la obra. Tras morir López de Rojas en 1684 se hizo cargo de la construcción Blas Antonio Delgado, terminando en 1684, por su parte, las torres se terminaron a principios del siglo xviii bajo la dirección de Miguel de Quesada.
Las obras de cerramiento de las bóvedas y capillas de la nave norte se prolongaron durante el siglo xviii, respetando el proyecto original de Vandelvira, pero a partir de 1726 se convierte en maestro mayor José Gallego y Oviedo del Portal, que incluyó el estilo neoclásico en su construcción, lo que provocó un conflicto de estilos. Este debate técnico y estético tuvo especial relevancia en la construcción del coro, dado que las dimensiones son desproporcionadas debido al gran número de sillas que había instalar a causa de los privilegios acumulados por el cabildo municipal, lo que llevó el coro hasta los pilares más cercanos a la puerta. Por otra parte se criticó la profusa decoración que contrastaba con el estilo sobrio de la arquitectura renacentista, lo que provocó que se cambiara el proyecto churrigueresco del trascoro por el actual dominado por mármoles policromos.
La construcción de la catedral se concluyó con la construcción de la iglesia del Sagrario, iniciada en 1764, la realización de la lonja a finales del siglo xviii por Manuel Rodríguez, y el tabernáculo de Pedro Arnal situado en el Altar Mayor y realizado a finales del siglo xviii.
Exterior
La planta de la catedral tiene forma de cruz latina, en la parte superior de los brazos se encuentra la Sacristía Mayor y la iglesia del Sagrario. La superficie rectangular es de 70 m en su fachada y parte posterior y 100 m en las fachadas laterales. Recorre una logia de 12 m de ancha desde la puerta del Sagrario hasta la fachada principal, con una separación de las calles que la bordean por una valla de piedra de más de un metro de altura y sobre ella una verja de hierro forjado de 4 m de altura, separada por pilares coronados por piñas. Desde la fachada principal se entra a esta logia por tres puertas de hierro.
Exterior de la catedral
Vista de la logia en el ángulo que forman el cuerpo principal con el Sagrario.
Fachada principal de la Catedral de Jaén realizada por Eufrasio López de Rojas.
Vista de la logia en el ángulo que forman el cuerpo principal con el cuerpo lateral oriental.
Detalle constructivo de la portada.
Fachada principal
He descubierto, la belleza de Jaén, su catedral airosa, abierta por cientos de balcones a las calles y a la plaza, coronada de apóstoles y profetas y guardora del Santo Rostro, que, solemnísimamente, adoramos.
—Carta de Federico García Lorca a Melchor Fernández Almagro en 1925.
La fachada principal, diseñada por Eufrasio López de Rojas en 1667 y finalizada en 1688 por su discípulo Blas Antonio Delgado, es una de las obras más destacadas del barroco español. Mide 32 m de altura por 33 m de anchura, sin incluir las torres, que enmarcan la composición en forma de retablo. Destaca especialmente la puesta en escena de un gran muestrario iconográfico, casi todo él magníficamente esculpido por Pedro Roldán, en el que se encuentran desde significados universales hasta particulares devociones locales, sobre todo, el Santo Rostro.
La parte inferior esta marcada por las grandes columnas, emparejadas las del centro y aisladas las exteriores, que configuran las calles en las que se ubican esculturas exentas, san Pedro y san Pablo, y relieves, la Asunción de la Virgen, santa Catalina de Alejandría y san Miguel; así como un alineamiento de los balcones, a modo de ventanales con arco de medio punto, desde los que se exponía el Santo Rostro para bendecir tierras y gentes. Sobre el arco del balcón central se presenta el relieve de la Santa Faz, sobre el balcón interior izquierdo el escudo de la catedral y sobre el interior derecho el escudo del obispo Fernando Andrade Castro; los dos balcones exteriores presentan molduras.
En la balaustrada de la fachada principal se encuentran las nueve grandes esculturas siguientes (de izquierda a derecha): san Agustín, san Gregorio Magno, san Mateo, san Juan, san Fernando, san Lucas, san Marcos, san Ambrosio y san Jerónimo, todos de Pedro Roldán.
Esculturas de la fachada principal de la catedral
San Pedro
San Agustín
San Gregorio Magno
San Mateo y San Juan
San Fernando
San Lucas y San Marcos
San Ambrosio
San Jerónimo
San Pablo
Torres
Torre norte, en la que se encuentran las campanas y el reloj.
Portada del Norte realizada por Juan de Aranda.
Portada del Sur realizada por Andrés de Vandelvira.
Las dos torres gemelas enmarcan la fachada y dan identidad renacentista a la construcción, en contraposición a la horizontalidad de la fachada. Fueron acabadas a principios del siglo xviii. Se elevan en principio de una planta cuadrangular y sin adornos hasta llegar al primer cuerpo. Se organizan en cinco niveles que aumentan en complejidad arquitectónica y decorativa.
El primero, a nivel del suelo, no presenta ningún tipo de adorno, al igual que el segundo, que solo cuenta con un pequeño balcón cerrado con una sencilla baranda de hierro. El tercero, coincidiendo con la altura a la que se encuentran las nueve figuras de la fachada, está adornado con elementos ornamentales superpuestos.
El siguiente nivel está coronado por una balaustrada que rodea su perímetro. En cada una de sus cuatro fachadas tiene tres huecos con arcos de medio punto que, en el caso de la torre norte o de las Campanas, permiten ver las nueve campanas que hay en su interior.13​ La torre sur no alberga ninguna campana. En la parte inferior de este nivel, de la torre norte, hay un reloj, que fue donado secretamente, tal y como consta en un documento privado de 4 de mayo de 1860, por Luis Civera Pérez (Teruel, 1804-Jaén, 1891), ilustre eclesiástico, canónigo arcipreste de la catedral de Jaén y doctor en Sagrada Teología, que pagó la suma de 5973 reales con 80 céntimos abonados en varios plazos. El reloj de Civera sustituyó a otro que había quedado inservible.14​
El quinto y último cuerpo presenta una planta octogonal, adornándose cada lado con huecos de luz con arcos de medio punto. Está rematado por una cúpula semiesférica coronada por una cruz sobre esfera, ambas en hierro forjado.
Puertas
En la fachada principal se encuentran tres puertas de entrada:
Puerta del Perdón o central. Está custodiada por dos hornacinas, en las que se encuentran la imagen de san Pedro y san Pablo, y enmarcada por cuatro columnas que representan los principios de la fe. Con relieve en su parte superior de la Asunción de la Virgen realizada por Julián Roldán y por la parte interior hay el relieve del Niño Jesús entre los doctores de Pedro Roldán.
Puerta de los fieles. Sobre la puerta, un relieve de san Miguel de Julián Roldán. En su parte interior con el relieve de las Bodas de Caná de Lucas González.
Puerta del clero. Lucas González es el autor de la imagen de santa Catalina en la sobrepuerta. En su interior se encuentra la Huida a Egipto de Pedro Roldán.
Además hay otras dos puertas:
Portada del sur. Realizada por Andrés de Vandelvira en la década de 1560, sobre el friso de la puerta se encuentra un altorrelieve de la Asunción, a quien está dedicada, la puerta tiene como remate un frontón triangular, el conjunto es clásico y sus elementos se disponen de forma equilibrada y sobria. En la parte interior que da al templo, se representa con relieves el Nacimiento y la Adoración de los Magos, estos realizados por Luis de Aguilar en 1564. En la hornacina, está la figura de un Ecce homo de gran calidad. En el suelo de esta entrada está enterrado el deán de la catedral, Íñigo Fernández de Córdoba, muerto en 1624, que así lo quiso para «ser pisado por todo el que la cruzare». Se inauguró en el año 1642 con gran solemnidad, ya que por entonces estaba muy arraiga la devoción a la Inmaculada.
Portada del norte. Realizada por Juan de Aranda Salazar en 1642, dedicada a la Inmaculada Concepción, cuya escultura se ubica en la hornacina central sobre la puerta y con las imágenes de Salomón y David a ambos lados. La hornacina de la virgen incorpora estípites, que alcanzarían su máximo desarrollo en México. También hay los escudos de la catedral y del obispo Baltasar Cardenal Moscoso y Sandoval (1619-1646). La puerta se encuentra flanqueada por columnas de su misma altura. En su interior hay dos relieves de Alonso de Mena, la Circuncisión de Jesús y la Presentación de Jesús en el Templo.
Relieves sobre las puertas de la fachada principal de la catedral
Puerta de los fieles, relieve de san Miguel por Julián Roldán.
Puerta del Perdón, relieve de la Asunción por Julián Roldán.
Puerta del clero, relieve de santa Catalina por Lucas González.
Detalle de la escultura de san Pedro en su hornacina de la fachada.
Lonja
La Catedral está rodeada por una lonja constituida por pilastras coronadas de pináculos y flameros que soportan las rejas de hierro. El diseño fue realizado por Manuel Martín Rodríguez, sobrino y discípulo de Ventura Rodríguez. Las rejas fueron forjadas entre 1800 y 1806 en la Herrería de Juan José Galíndez, en el Valle del Llodio, Vizcaya, siguiendo fielmente el diseño del arquitecto.
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