Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá Facultad de Ciencias Económicas Cátedra de comercio, crisis y negocios internacionales Jefferson Iván Ante Rosero Colombia y los TLC: ventajas y desventajas de nuestra política comercial Con el crecimiento económico a nivel mundial, las necesidades evidenciadas por los países de tener que hacer alianzas con otros, debido a su insuficiencia, para crecer y mantenerse por sí solos y la inevitable globalización, prácticamente en todos los sectores, han surgido mecanismos y alternativas para subsanar los impactos negativos que han generado y que puedan generar todos estos hechos globales, así como también, para mantenerse al ritmo del crecimiento del comercio y sobrevivir a la hostil y depredadora presión de las crisis. Uno de los mecanismos, mencionados anteriormente, son los Tratados de Libre Comercio (TLC), que el Mincomercio (2019) lo define como: Un acuerdo regional o bilateral a través del cual se establece una zona de libre comercio de bienes y servicios, en la que se eliminan aranceles. Se negocian con el propósito de ampliar el mercado de bienes y servicios entre los países participantes del mencionado acuerdo. Estos tratados, pueden estar limitados o regulados por múltiples factores, determinados por las partes involucradas, como las políticas comerciales; y dependiendo de éstas, se puede ver qué tan conveniente o adecuado resulta hacer acuerdos con determinados países. En este punto, surgen unos interrogantes claves para el desarrollo de esta disertación, ¿Son favorables o desfavorables los TLC para Colombia?, ¿Son éstos coherentes con nuestra política comercial? Y ¿Cuáles son algunas ventajas y desventajas que podemos evidenciar frente a esto?; Luego de dar respuesta a estas preguntas, recurriendo a distintos medios o autores, se darán unas breves conclusiones y de ser posible, recomendaciones ya sean a corto, mediano o largo plazo. En un principio, un TLC no se considera malo o bueno, favorable o desfavorable, ante esto se podría decir que con la globalización es tanto urgente como necesario, incluso inevitable firmar acuerdos, pero lo que sí determina la manera cómo impacta, ya sea negativa o positivamente, un TLC a determinados países, depende en gran medida de la forma como éstos se negocian. Así, hay muchos que están en contra y muchos que están a favor de estos tratados, lo que está influenciado en gran medida por sus realidades y experiencias vividas. Así, cabe traer a discusión los principales argumentos de dos personas con gran conocimiento en el tema, por un lado tenemos al senador del Polo Democrático Jorge Enrique Robledo, que está en contra de los TLC y por otro lado, a favor de éstos, tenemos al ex Ministro de Hacienda y Columnista Rudolf Hommes, quienes generaron unas de las polémicas más sobresalientes en sus debates frente a este tema (Largacha 2016). Por un lado, Robledo argumenta que a Colombia no le conviene firmar dichos tratados, ya que “los productores colombianos sólo tienen dos ventajas comparativas frente a los extranjeros a la hora de competir: el clima y la mano de obra barata” (Robledo, 2004). Con lo que evidencia que Colombia no se encuentra en las condiciones idóneas para competir con países que en casi todos los sectores, tienen una producción más barata, esto demuestra una clara y fuerte desventaja a la hora de firmar dichos tratados. Además, el senador enfatiza, en el caso del acuerdo con EE.UU., que el sector agropecuario es afectado enormemente, debido a que la cantidad de los productos que se puede exportar de nuestro país es mucho menor que la de EE.UU., añadiéndole a esto las barreras fitosanitarias impuestas por el país norteamericano, impiden que una gran cantidad de productos colombianos puedan entrar a su territorio. Por otro lado, y en oposición, Hommes argumenta que los TLC son una necesidad para el país y que le dan grandes ventajas, debido a que atraen a inversionistas extranjeros a fijar la atención a las empresas en el territorio colombiano, con lo que se generaría más empleos. Además, afirma que con los TLC crecerían las exportaciones colombianas, llevando a un mejor desarrollo social y económico en general; este resalta que los sectores más beneficiados serían los dedicados a las exportaciones de bienes manufacturados, de productos agroindustriales o tropicales y los azucareros, ya que entran con una gran cuota de participación en el exterior, sin tener que ver con aranceles (Hommes 2006, citado en Largacha 2016). Adicional a lo relatado, se trae a colación un artículo publicado por Christian Aguirre en Las2 Orillas refiriéndose a lo bueno y lo malo de los TLC en Colombia. Donde de lo bueno, entre otras, se destaca: “Es bueno para las empresas que buscan nuevas oportunidades en el exterior, que quieren llegar a un mercado internacional, diversificarse y no depender de los consumidores locales” (Aguirre 2016); bueno, porque hay mayor inversión extranjera y así generar mayor empleo en el país. Por el contrario se menciona que es malo para un país con producción obsoleta con poca o nula inversión en I&D; para los empleos que no requieren capacitación; para países con economías cerradas al comercio internacional, entre otras. En tanto a la política comercial colombiana, se puede decir que ha sido aplicada de manera exitosa, pero aún tiene camino por recorrer. Al estar impulsada al comercio internacional, tiene grandes ventajas al alinearse con los TLC, tales como: mayor inversión extranjera, mayor empleo en algunos sectores, mayor crecimiento económico, mejorar las relaciones internacionales y hacerle frente e ir de mano con la globalización. Pero en esta medida presenta desventajas, como: el precario desarrollo de la agenda interna, los instrumento de promoción del comercio, la inadecuada operatividad de las zonas francas, entre otras. Con todo esto, se puede concluir en primer lugar, que los argumentos utilizados en el debate entre Robledo y Hommes, en cierta medida son válidos, y sirven para ampliar el pensamiento crítico frente a los TLC y cómo estos benefician o no a Colombia. Pero desde mi punto de vista, cabe resaltar que primero se debe hacer un profundo análisis y comprensión de estos temas, en todos los aspectos posibles, y no solo debe ser un tema que lo deban saber los altos mandos o que solo se imparta conocimiento de esto en las instituciones educativas, sino que esto debe trascender las fronteras de las profesiones, ocupaciones y nivel educativo. Con esto quiero proponer que se debe enseñar y tratar de concientizar también a campesinos, obreros y demás, ya que éstos se ven afectados de manera directa al firmar estos acuerdos, juntos con sus familiares y dependientes. Además, se debe pensar a corto, mediano y largo plazo, alternativas y estrategias para que nuestro país pueda sacar mejor y mayor provecho de estos acuerdos, y evitar la situación de caer en el juego de las grandes potencias económicas que buscan sus propios intereses, con lo que se ve afectado no sólo el crecimiento, sino también la condición social y natural de los países menos favorecidos. Lista de referencias: Aguirre, C. A. (2016). Los TLC en Colombia ¿Bendición o maldición?. Las2Orillas. Recuperado de: https://www.las2orillas.co/los-tlc-en-colombia-bendicion-o-una-maldicion/ Largacha, B. (2016). Tratado de libre comercio en Colombia argumentos a favor y en contra. Mis tareas en ciencias sociales. Recuperado de: https://blprofesociales-611.blogspot.com/2016/09/tratado-de-libre-comercio-en-colombia.html Mincomercio. (2019). Tratados de Libre Comercio TLC? Recuperado de: http://www.tlc.gov.co/ Robledo, J. E. (2004). Por qué decirles NO al ALCA y al TLC. Ecoportal. Recuperado de: https://www.ecoportal.net/temasespeciales/economia/por_que_decirles_no_al_alca_y_al_tlc/