un niño muy muy pobre llamado Franco caminaba por las calles buscando algo para comer en un momento al pasar por un restaurante con el estómago vacío sintió un olor muy exquisito y se quedó oliendo ese riquísimo aroma sin notar que el dueño lo estaba observando un niño muy muy pobre llamado Franco caminaba por las calles buscando algo para comer en un momento al pasar por un restaurante con el estómago vacío sintió un olor muy exquisito y se quedó oliendo ese riquísimo aroma sin notar que el dueño lo estaba observando qué haces aquí niño le grito desde adentro el dueño qué haces aquí niño le grito desde adentro el dueño asustado Franco comentó asustado Franco comentó me he quedado inmóvil señor ante este delicioso aroma me he quedado inmóvil señor ante este delicioso aroma don Esculapio enojadísimo por el atrevimiento del niño respondió don Esculapio enojadísimo por el atrevimiento del niño respondió estas robando el olor a mi comida ahora debes pagarme por ella sino llamaré a la policía y esto será peor estas robando el olor a mi comida ahora debes pagarme por ella sino llamaré a la policía y esto será peor Franco no respondía nada y el sudor corría por su cara. Inmediatamente corrió hasta la casa de aquel abogado famoso por ayudar a los pobres y le explico la situación Franco no respondía nada y el sudor corría por su cara. Inmediatamente corrió hasta la casa de aquel abogado famoso por ayudar a los pobres y le explico la situación el abogado lo calmó y acudió a su ayuda el abogado lo calmó y acudió a su ayuda al llegar el abogado le preguntó al llegar el abogado le preguntó don Esculapio Cuánto le debe mi defendido don Esculapio Cuánto le debe mi defendido 15 monedas de 1 peso respondió 15 monedas de 1 peso respondió Luis el abogado sacó una bolsa de monedas y las agitó en el oído de aquel hombre malhumorado Luis el abogado sacó una bolsa de monedas y las agitó en el oído de aquel hombre malhumorado escucho el sonido de las monedas señor escucho el sonido de las monedas señor don Esculapio asintió con la cabeza y el problema quedó resuelto don Esculapio asintió con la cabeza y el problema quedó resuelto