Subido por Yeny Andrea Vélez Martínez

La gran falla. Cuento.

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LA GRAN FALLA
Una lágrima fue el primer indicio de que algo estaba fallando en el sistema de Ébano. Lo que
ocurría frente a sus ojos era terrible. Ciertamente habría podido destruir el temple de cualquier
ser humano, pero no el de un Súper Soldado. Los mecanismos genéticos y nanobóticos de los
Súper Soldado (SS) están estrictamente diseñados para evitar cualquier atisbo de emoción.
En síntesis, los SS están programados para no sentir y por tanto, no pueden manifestar ninguna
expresión física de los sentimientos. No pueden reír, mostrar asombro o miedo. Y no pueden
llorar. Pero la joven SS no pudo evitar que una lágrima se le escapara, en el momento en que
su compañero apretó el cuello de un niño, matándolo instantáneamente. ¡Sólo buscábamos
aire! ¡No lo maten por favor! ¡Es injusto tener que pagar para poder respirar! ¡No tenemos nada,
más que nuestros cuerpos para sobrevivir!- Gritaban los acompañantes del niño, quienes
también fueron asesinados.
Cada uno de los sollozos y los ruegos pasaron inadvertidos frente a los dos SS. Pero la profunda
mirada del pequeño, alteró de algún modo el sistema de Ébano, provocándole la necesidad de
llorar. Este fue el comienzo de La Gran Falla, un proceso que dotó de conciencia a cada SS.
En la Tierra la situación era insostenible. Las guerras nucleares, los productos transgénicos que
terminaron extinguiendo a la mayoría de especies vegetales y animales; la sobreproducción
industrial y otros muchos hechos, fruto de la avaricia y el descontrol de unos pocos; sumieron
al planeta en una ruina ecológica y social. Posterior a este periodo se impusieron los Gobiernos
Corporativos (que son algo así como empresas gobernando al planeta) en lugar de gobiernos
estatales; bajo la excusa de que el periodo de Las Grandes Guerras y la consiguiente ruina
planetaria, fue causado por la competencia entre los Estados. De todos modos, las condiciones
precarias continuaron agudizándose.
Entre los negocios de Los Corporativos, el más lucrativo y cruel consistía justamente, en la
venta de aire puro, agua potable y comida natural. Cada vivienda contaba con sistemas básicos
que combinaba el agua potable con el agua contaminada, el aire puro con el aire contaminado,
y la comida natural con la comida sintética. Esto desaceleraba considerablemente el deterioro
corporal de los seres humanos. Aun así, las muertes “naturales” eran muertes horribles.
La principal fuente de esos recursos, eran “las manchas de los sueños”. Unas escazas y
pequeñas zonas verdes en cada continente. La abundante comida natural, los ríos de agua
potable y el aire puro con que contaban, les hicieron merecedoras de aquel título.
Estas zonas eran fuertemente custodiadas. Al principio los militares que las custodiaban eran
seres humanos. Pronto Los Corporativos se dieron cuenta de que la debilidad de carácter de
los militares humanos hacía que fuera incontrolable el tráfico de agua, aire y comida. En realidad
no se trataba de debilidad de carácter. Había dejado de ser una cuestión de dinero o poder para
los hombres y mujeres. Ni siquiera era una cuestión de vida o muerte. El tráfico de aire, agua y
comida, se había convertido en una cuestión de dignidad. Una cuestión de humanidad.
Los Corporativos decidieron que debían reemplazar a los custodios de “las manchas”. Probaron
con robots. Fue un fracaso total. A pesar de su insensibilidad ante lo humano, su sistema era
muy vulnerable a la creativa inteligencia de la gente. Ni los diseños robóticos más avanzados
pudieron hacerles frente por más de un mes a Los Traficantes, que hackeaban sus sistemas.
El proyecto SS fue el 5to o 6to, en una serie de proyectos fracasados. Consistía en diseñar a
los soldados perfectos. Escogieron a los soldados humanos que menos fallas tuviesen
registradas en su historial. Implantaron sistemas nanoboticos en sus cuerpos que autoregulaban y auto-controlaban su funcionamiento. Los dotaron de mecanismos de comunicación
y reparación telepática. Modificaron sus códigos genéticos para magnificar todas las grandes
cualidades humanas: la renovación celular, la inteligencia, la creatividad. Eran virtualmente
invencibles e inmortales. Magnificaron todo, excepto, su humanidad.
Los SS están a medio camino entre las máquinas y los humanos. Son Súper Soldados,
justamente porque les falta aquello que hace a un humano, un humano: la conciencia.
Ébano fue de las primeras SS creadas. Una joven soldado huérfana, cuya única familia era su
pequeño hermano, muerto unos meses antes, de asfixia por larga exposición al aire
contaminado.
Seguramente por su juventud, y por tanto un escaso tiempo ejerciendo como militar, Ébano,
tenía tan pocas fallas en su historial, pues lo cierto es que incluso las cotidianas flores amarillas,
que acostumbraba a ver todos los días en las “manchas”, la emocionaban hasta las lágrimas.
Por otro lado los nanobots estaban diseñados para controlar los llamados recuerdos completos.
Imágenes, sonidos, olores, sabores o sensaciones táctiles del día a día. Pero no los recuerdos
emocionales. Ébano pudo olvidar por ejemplo el rostro de su hermano o incluso que tuvo uno,
pero no las emociones que le producía verle sonreír o llorar.
No fue sorprendente entonces ese pequeño primer fallo. Ni los que le siguieron. Cada pequeño
fallo producía choques eléctricos en los sistemas nanoboticos, que fueron poco a poco
desactivándolos.
-¿Quién soy? Fue la primera pregunta, hecha hacía ella misma, que acusó la presencia de
conciencia en la joven. Se aparecieron en su mente muchas más inquietudes. Su
comportamiento se vio modificado. Evitaba matar niños pequeños por ejemplo. Ella, como la
totalidad de los SS en el mundo, era vigilada constantemente por máquinas, para detectar
cualquier desperfecto. La conciencia sin embargo, no dejaba rastros que pudieran ser leídos
por algo no humano…
- ¡A varios de nuestros compañeros los han asesinado bajo la acusación de traficar! Hoy
aceptamos orgullosamente esa acusación, gritaba una mujer en medio de una muchedumbre
que valientemente se oponía a los SS- Traficamos aire, agua, comida… traficamos vida,
dignidad ¡Somos traficantes de los sueños y las utopías y lo seguiremos haciendo hasta que
construyamos un mundo nuevo, un mundo justo!
Luego de haber escuchado y haber visto morir a aquella mujer a manos de sus compañeros,
sus inquietudes de conciencia se acabaron. Ébano construyó certezas. La certeza de que lo
que hacía como SS estaba en completa contradicción con quien ella sentía que era. Al tiempo
se unió a Los Traficantes de Sueños, que se habían convertido en una fuerza rebelde altamente
organizada.
Con ayuda de los rudimentarios pero ingeniosos sistemas que los rebeldes estaban
desarrollando para hackear la mente de los SS y con sus capacidades de Super Soldado, Ébano
pudo encontrar la forma de hacer despertar la conciencia de unos pocos SS, esos pocos
despertaron la conciencia de otros pocos y así hasta que la mayoría de Súper Soldados del
mundo tenía la conciencia despierta.
Lo que comenzó como una pequeña falla, se convirtió en La Gran Falla y luego, en La Última
Gran Guerra, que se libró entre Los Corporativos y Los Traficantes, estos últimos,
representando a la gran mayoría de la humanidad.
Me gustaría decir que no hubo muchos muertos. Pero en realidad sí. Casi una cuarta parte de
los seres humanos pereció en esos tiempos. Muchos SS conscientes, tomaron partido por Los
Corporativos, lo que demuestra que tener humanidad no es garantía de decantarse por lo justo.
De todos modos, la gran mayoría se enroló en las filas de Los Traficantes de Sueños, quienes
obtuvieron la victoria final.
La Tierra es distinta ahora. El planeta todo, es una mancha de sueños y utopías.
Hoy se conmemora la que se considera una de las fecha más importante en la historia humana:
el día de la Gran Falla o el día de los Súper Soldados, pues la mayoría de las personas
consideran que la Gran Falla fue la clave que hizo germinar la semilla del Nuevo Mundo.
Yo, que he podido estudiar toda la historia humana y vivir gran parte de ella, creo con seguridad
que la semilla del Nuevo Mundo no proviene de La Gran Falla. Esa semilla viene de cada
hombre que traficó con sueños en forma de aire, de agua, de comida o de ideas. De cada mujer
que contó historias de mundos que no conocía pero en los que confiaba. De las muchedumbres,
que cotidianamente se enfrentaron a lo que implicaba sobrevivir y de las mismas
muchedumbres que valientemente se enfrentaron a los tiranos, fuesen Reyes, Jefes de Estado,
dueños de grandes empresas o Corporativos. Es en el seno de lo humano en donde se gestó
la semilla de este Nuevo Mundo.
Como antigua SS, odio que a este día se le llame La Gran Falla o que se le llame el día de los
Súper Soldados, porque es como si ese nombre ocultara que en realidad conmemoramos lo
humano. Sin embargo celebro, junto con todos los demás, el día de la Gran Falla, porque fue el
día en que empecé a comprender quien soy. El día en que empecé a recuperar mi humanidad.
Ébano
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