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Análisis de los procedimientos de construcción de la narración de „El Perjurio de la Nieve" de Adolfo Bioy Casares

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Luppi, Carlos
M4
Literatura Argentina y Latinoamericana.
Trabajo Práctico Nº1: Analizar los procedimientos de construcción de la
narración en El Perjurio de la nieve de Adolfo Bioy Casares.
Me encuentro en el umbral de mi conciencia.
O’George dejó de aconsejarme e Ivanov ya me
abandonó.
John McJohn, Beats en el
Confesionario (Napier, 1966)
A todos los narradores de El Perjurio de la nieve les adjudicamos una gran falta de
veracidad en sus relatos.
El título. Perjurio significando juramento falso y nieve vinculandola con la virginidad,
genera que el problema central del relato sea cuestionado. Alguno de los personajes está mintiendo.
El texto comienza con un epígrafe. Un epígrafe apócrifo señalado por la misma nota al pie.
Una información falsa electa por el autor del cuento. A pesar de ser apócrifo, podemos rescatar el
nombre del falso autor de Österreich und die phantastische Dichtungt, Ulrich Spiegelhalter.
Spiegelhalter significa sostenedor de espejos en alemán (señalado también en la nota al pie). La
elección de este apellido no fue azarosa. Una persona que tiene como profesión sostener un espejo
quiere que veamos, a lo que llamamos realidad, de otra forma y es esto lo que sucede a lo largo de
todo este texto: una distorción y vascilación constante de la verdad.
El cuento continúa con un enmarque. Un enmarque muy particular que se nos presenta como
un “documento” de Villafañe. Un enmarque que nos habla de la realidad no tan real y de una
producción de pequeños cambios en los relatos que vendrán. Un emarque que informa que todos los
protagonistas de la historia están muertos. Un enmarque firmado por A.B.C. Un A.B.C. que en un
principio lo relacionamos con Adolfo Bioy Casares pero que después de la lectura completa del
texto dudamos si es Alfonso Berger Cárdenas, hecho que genera una preocupación de cara a la
realidad.
El relato de Villafañe. Relato que comienza a leerse después de una introducción que se
burla, cuestiona y confunde la realidad. Relato titulado: Relación de terribles sucesos que se
originaron misteriosamente en General Paz (Gobernación del Chubut), que no hace más que seguir
alimentando el monstruo de lo fantástico en la cabeza del que lee al utilizar la palabra
misteriosamente. Relato que ya sabemos que fue modificado “sutilmente” por A.B.C., que ponemos
en tela de juicio absolutamente todo desde que conocemos esta información. Relato con
multiplicidad de locutores (Doctor Soyago, el mismo Berger Cárdenas, Luis Vermehren, Oribe
desde su poema) que confunden la verdad.
Aquí se interrumpe el manuscrito de Juan Luis Villafañe, da lugar al enmarque final.
Rápidamente pensaríamos que es acá donde se van a resolver todos los enigmas propuestos por el
texto. Error. Este enmarque final es leña para esta gran fogata llamada lo Fantástico. Un A.B.C. que
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no hace más que hacer malabares con la mente del lector: dice que hay muchas versiones acerca de
estos hechos pero afirma que su versión es la única que dice la verdad. Una versión de los hechos
que ya sabemos que fue modificada, no pudiendose corroborar, ya que también sabemos que todos
los testigos están muertos. Este rompecabezas no puede ser resuelto.
Habiendo dicho esto, pasaremos a un analisis más exhaustivo de las formas de narración del
texto y qué relación tienen con el género de lo fantástico.
El enmarque inicial comienza diciendo: “La realidad (como las grandes ciudades) se ha
extendido y se ha ramificado en lo últimos años”. Después de esta versión que A.B.C. tiene sobre lo
que él considera realidad y su relación con la ciudad, comienza a describir ciertos hechos que
ocurrieron en la ciudad de Buenos Aires. Estos hechos tales como la efusividad de los porteños por
el ajedrez o la fantástica y mítica historia del ingeriero Baigorria, son de dudosa existencia o de
realidades modificadas y son estas mismas historias las que nos introducen a Juan Luis Villafañe.
Un Juan Luis Villafañe al que ulteriormente se lo relaciona con revistas que existieron
efectivamente y se lo compara con autores como Thomas De Quincey. Dato importante el de la nota
al pie sobre Thomas De Quincey. Dato que cuenta que Bioy Casares era lector asiduo del ensayista
inglés. Dato que a priori nos hace relacionar A.B.C. con Bioy Casares.
Lo siguientes es, en mi opinión, la parte más importante del enmarque. A.B.C. le informa al
lector las características particulares que va a tener el relato escrito por Villafañe. Las características
importantes van a ser las manipulaciones de A.B.C. para con el texto: “[...] alguna que otra vez me
he permitido ingenuos anacronismos y he introducido cambios en las atribuciones y en los nombres
de las personas y de lugares [...]”. Estos pequeños cambios a los que se refiere A.B.C. van a ser
importantes a la hora de la interpretación del enmarque final.
“[...] el inmortal Carlos Oribe (de cuya amistad me siento cada día más orgulloso) [...]”.
Declaración importante del narrador porque nuevamente genera esta primera duda de: ¿Quién es
A.B.C.? Con esta última afirmación se podría pensar que es Berger Cárdenas porque Oribe mismo
lo considera como su único amigo.
Este enmarque inicial ya nos plantea un mundo fantástico. Un mundo de contradicciones y
dobles discursos. Un mundo donde tener el plagio y los hechos reales no son moneda corriente.
Sabiendo esto y sabiendo que la función del enmarque es presentar lo que va a venir, el relato de
Villafañe va a tener esta misma característica.
En el relato de Villafañe se va a apuntar a mostrar cómo los diferentes narradores alimentan
lo que está en el órden de lo fantástico y específicamente desde el momento en que se conoce la
idea del Tiempo Detenido en la estancia de los Vermehren.
La idea del Tiempo Detenido es la hipótesis fantástica central de todo el texto. Es el hecho
que desencadena toda la sucesión de eventos. Es la responsable de la pregunta que todo lector se
hace: ¿Cómo puede ser que el tiempo se detenga? y es la respuesta que el texto no contesta. Porque
el texto no cuestiona este hecho. El texto se preocupa por otras cuestiones, que no son este elemento
fantástico.
El lector entiende que el tiempo está detenido en la casa de los Vermehren porque el
narrador describe: una repetición lógica de las acciones “Todos los días, a la misma hora,
Vermehren llega hasta la tranquera en un coche de mimbre [...]”, construcción de un espacio mágico
“Viven en 1933, como hace veinte años, en plena civilización [...]” y la introducción de un ser
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extraño a ese orden del espacio mágico. Es por esta última característica que el Tiempo Detenido se
rompe. Esto genera que efectivamente el tiempo estaba detenido y es evidenciado mediante la
muerte de Lucía Vermehren (a la que se le diagnóstico tres meses de vida y terminó viviendo quince
meses más) y a través del representante de la ciencia, el doctor Sayago, (médico de la familia y el
resposable del diagnóstico de Lucía) que le da verosimilitud a la hipótesis fantastica; y también
genera la vascilación de quién fue el intruso verdaderamente: ¿Oribe o Villafañe? Misterio que es
interesante como se plantea desde el punto de vista de los narradores, ya que en el relato de
Villafañe, en una primera lectura, sospechamos que Carlos Oribe irrumpió la estancia Vermehren
por las acciones que suceden en el velorio. Acciones que va a retomar A.B.C. en el enmarque final y
que le da una segunda y, ¿por qué no?, válida lectura.
A partir de la muerte de Oribe lo fantástico es dejado de lado, ya que el narrador adopta
características del género policial. Lo fantástico es dejado de lado porque, como remarqué
previamente, la idea del Tiempo Detenido no se cuestiona y se considera que Oribe fue el culpable.
El enmarque final le da una conclusión al texto pero una conclusión que no concluye en
nada, mantiene el misterio latente. Aparece un narrador que pensamos como omnisciente si no
hubiera estado el enmarque inicial. Un narrador que al parecer sabe que Oribe verdaderamente
plagiaba y que conoce paso por paso los hechos ocurridos la noche de la tragedia de Lucía
Vermehren y lo ocurrido en el velorio. Un narrador que se autocorona emperador de la única verdad
cuando previamente protege a los protagonistas con anacronismos y cambio de nombres y detalles.
Como conclusión quiero remarcar el dato, para mí, más importante de todo el texto y que
gracias a este se entiende hacia a dónde apunta y a qué va este texto. “Luis Vermehren [...] tuvo la
gloria de ser el único miembro de la Academia Danesa que votó para que se premiara un libro de
Schopenhauer”. Como bien dice la nota al pie, Schopenhauer fue un filósofo que entendía a la
realidad como manifestación de la voluntad. Teniendo esto en cuenta, todo lo expuesto en El
Perjurio de la nieve se pone en crisis.
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