Subido por LUIS SERRANO JUÁREZ

056 Churchill y la cuerda del elefante

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Churchill y la cuerda del elefante:
Nunca te rindas #Relato
18 agosto, 2018/0 Comentarios/en Human Branding, Storytelling /por Guillem Recolons
Una de las muchas citas que conforman el legado y marca personal
de Winston Churchill es la de “Nunca te rindas”.
El “Nunca te rindas” más popular
Para ser precisos, las palabras del gran primer ministro británico
fueron:
“Never give in, never, never, never, never, in nothing great or small, large
or petty, never give in except to convictions of honor and good sense. Never
yield to force; never yield to the apparently overwhelming might of the
enemy.”
(Nunca te rindas, nunca, nunca, nunca, en nada, grande o pequeño,
largo o corto, nunca cedas ante tus convicciones de honor y sentido
común. Nunca te rindas ante la fuerza, nunca sucumbas ante el
poder aparentemente abrumador del enemigo”.)
El contexto lo es todo
El contexto de las palabras es importante. Muchos pensábamos que
las pronunció tras ganar el bando aliado la 2ª Guerra Mundial. No es
así, las pronunciaba cada día desde las ondas de la radio para
animar a los ciudadanos a resistir mientras las bombas alemanas
destrozaban la ciudad de Londres. Impresionante, ¿no?
Relato corto: La cuerda del elefante
Hoy, siguiendo el hilo del relato corto No juzgues sin conocer el
contexto y el relato del otro, que publiqué hace unos días, traigo otro
relato, desgraciadamente anónimo, que dibuja muy bien la idea de
que a menudo vivimos en una jaula de la que no es posible salir.
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Eduardo vio pasar a un grupo de elefantes de circo. Algo le
llamó la atención: esas enormes criaturas se enlazaban unas a
otras a través de una ridícula cuerda atada a su pata
delantera. Sin cadenas, sin jaulas. Era obvio que los elefantes
podían romper sus lazos en cualquier momento. Y, por
alguna razón, no lo hacían.
Vio al domador y le preguntó por qué estos animales
simplemente se paraban ahí y no intentaban escapar.
Bueno, dijo el domador, cuando son muy jóvenes y mucho
más pequeños usamos la misma cuerda del mismo tamaño
para atarlos y, a esa edad, es suficiente para sostenerlos. A
medida que crecen, están condicionados a creer que no
pueden separarse. Creen que la cuerda aún puede
sostenerlos, así que nunca intentan liberarse.
Eduardo no podía creerlo. Los elefantes podían liberarse en
cualquier momento de sus ataduras, pero como creían que no
podían, estaban atrapados.
No hagas como ellos. Nunca te rindas
Al igual que los elefantes, ¿cuántas veces has pasado por la vida
aferrándote a la creencia de que no puedes hacer algo,
simplemente porque ya has fracasado antes?1
El fracaso es parte del aprendizaje; nunca debes abandonar la
lucha1. Cuida tu marca personal. Como repetía Winston Churchill
día tras día, nunca te rindas.
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