Subido por Denisse Aramburo Manjarrez

Aprender a tocar el violin

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“Las 5 Razones”
1ª Razón Edad.- Soy Demasiado Adulto Para Empezar Problemas de aprender a tocar el violín a
una edad demasiado avanzada.
2ª Razón.- Violín y Clases Muy Accesible Elementos Necesarios, Accesorios, Protección,
Mantenimiento y Nomenclatura
3ª Razón Lenguaje Musical.- Conocimiento Ameno, Muy Ameno, Básico y Fundamental de
Lenguaje Musical
4ª Razón No Tengo Don y Talento.- Producción del sonido, Ejecución, Dinámica, Expresión y
Tocar con el Corazón
5ª Razón Metodología y Didáctica.- Facilitada y Adecuada Postura corporal y Control
muscular, Colocación del violín en el cuerpo, Posición del arco como cogerlo, Conocimiento del
“pizzicato” y de los diferentes golpes de arco.
El Violín
Es un instrumento musical que está incluido en el gran grupo de los de cuerda, integrado por
instrumentos de características tan diversas como la guitarra, el piano, la citara, el arpa y
muchos otros.
Dentro de este gran grupo pertenece a otro menor formado por los instrumentos de arco, por
su especial cualidad, fundamental e imprescindible, que es hacerlos sonar mediante la
frotación con un arco.
El violín surgió hacia la mitad del siglo XVI, hace más de cuatrocientos años, de características
parecido a otros instrumentos que ya existían, pero de forma y sonoridad distintas.
Se puede decir que nació perfecto, porque todavía en esta época de tan avanzadas técnicas y
tanto progreso, en todos los aspectos, se sigue construyendo exactamente igual.
El violín es el principal de los instrumentos de arco, de él surgieron la viola, el violonchelo y el
contrabajo que son los que forman la familia del violín.
Un poco más… La historia del violín Los instrumentos de cuerdas fueron los primeros en
registrarse en Europa durante la época medieval. Dentro de la historia del violín, por “de
cuerdas” nos referimos a aquellos instrumentos tocados con un arco. Fue en el siglo XV
cuando, lentamente, se desarrolló la familia de los instrumentos de cuerda frotada y violines.
El renacimiento causó un gran impacto en todas las artes y particularmente en la construcción
de violines y otros instrumentos. El violín como es conocido hoy en día se construyó a
comienzos del siglo XVI. También emergieron en este clima la viola y el chelo. Todo lo que se
explica acerca del violín y sus estructuras pueden referirse a la familia entera de instrumentos
de cuerdas y a los conciertos relacionados. Este grupo de instrumentos ha sido desarrollado
con el fin de satisfacer nuevas ideas sonoras que surgieron durante ésa época en Italia.
Gradualmente, tomaron el lugar de las violas que los precedieron. Fue con los fabricantes
Cremoneses que trabajando en este ambiente el violín y su familia alcanzaron el cenit, y
aunque las innovaciones técnicas han sido aplicadas a través del tiempo, el plan y su forma
básica aún se usan hoy en día. En Italia, habiendo escapado de la guerra por treinta años, los
fabricantes de violines alcanzaron un enorme desarrollo. Andera Amati vivió en Cremona entre
1535 y 1611; se convirtió en el fundador de la escuela fabricante de violines más famosa del
mundo. Otras escuelas son la de Brescia, la de Cremona, la de Milán y la de Nápoles. Más
tarde, la fabricación de violines se expandió por todo el continente europeo. Pero fue Cremona
la casa de los fabricantes de violines más famosos: las familias Amati y Guarneri, Antonio
Stradivarius, las familias Ruggeri y Bergonzi. Por más de 150 años, los violines hechos por
Stradivarius y Guarneri han sido los instrumentos de concierto más codiciados. La decadencia
de la fabricación de violines comenzó durante la segunda mitad del siglo XVIII. Debido a la
demanda creciente de instrumentos, los fabricantes de violines fueron forzados a producir
mayor cantidad en menor tiempo. Así comenzaron a usar barnices que se sacaban más
rápidamente pero que no alcanzaban la calidad de los viejos instrumentos. Aún, cada
fabricante y cada entusiasta de los violines lamentan la desaparición del viejo violín original
italiano. Por ello hay algunos fabricantes quienes intentan con gran esmero reconstruir los
viejos barnices; ellos invirtieron en abundancia para todos sus experimentos.
Antes de comenzar a tocar el violín… Los Puntos
Fundamentales
* Entrenamiento permanente y progresivo de la memoria.
* Desarrollo del pulso, improvisación y sentido creativo.
*Todos los violinistas cuando comienzan rápidamente se dan cuenta de que el violín puede
ser un instrumento bastante incómodo de sostener.
*El estricto entrenamiento clásico requiere que el estudiante sostenga al violín de modo tal
que produce tensión y rigidez en el cuerpo.
*Con esta técnica el estudiante estará luchando constantemente con el violín para mantener
un agarre que sea aceptable para la mano izquierda.
* Aquí se discutirán los métodos que traerá confianza en el agarre del instrumento y le
otorgará confort y estilo al mismo.
* Principios básicos de uso de la mano derecha para tocar el violín
*Adiestramiento del brazo derecho y de los tres primeros dedos de la mano izquierda en las
cuatro cuerdas, con figuras de redondas, blancas y negras.
*Selección de ejercicios y estudios progresivos.
*Un comienzo temprano.
* Un ambiente adecuado.
*Compromiso a la práctica.
*Un profesor excelente.
* Un método educativo cuidadoso.
* El uso del cuarto dedo en la técnica para tocar el violín.
*El diapasón.
*Funcionamiento y dinámica sonora.
* El sonido.
* Algunas características de las ondas sonoras.
* La acústica musical.
* Análisis computadorizado de sonidos.
* Los instrumentos musicales.
*Tipos de instrumentos.
* La frecuencia del sonido.
* Algunos ejemplos prácticos.
* Las maderas constitutivas.
* La construcción del violín.
* Las partes del violín.
Razón nº 1
Edad – Soy Demasiado Adulto Para Empezar
“Problemas de aprender a tocar el violín a una edad demasiado
avanzada”
Sentir impotencia es probablemente la cosa más denigrante que un ser humano puede
experimentar. En consecuencia, antes de que una persona adulta – digamos con más de 18
años – se decida a seguir el íntimo deseo de aprender a tocar un instrumento, y en particular el
violín (o la viola), unas cuantas cosas deberían ser aclaradas, para evitar precisamente esto:
Ese sentimiento de impotencia cuando uno se ve obligado a decidir, después de un año o dos,
si hay que abandonar el intento. Permítanme proceder gradualmente, con paciencia, para
definir el asunto. Las estadísticas muestran que casi todos los violinistas famosos empezaron a
estudiar el instrumento a temprana edad: Alrededor de 5-6 años, y aún antes. Un adulto dirá:
No pretendo ser célebre, quiero solamente tocar unas melodías y tal vez entrar en una
orquesta de aficionados. ¡Perfectamente plausible! Pero aun así, no debe subestimarse el
resultado de esas estadísticas que nos dicen, en resumidas cuentas, que llegar a tocar el violín
resulta más fácil si se empieza a temprana edad. Y, en consecuencia, que la cosa se pone más
difícil a medida que pasa el tiempo y uno envejece. ¿Por qué es esto así? Es precisamente esto
lo que quiero explicar en estas líneas. Estoy convencido que es importante saber por qué, ya
que siempre puede haber una excepción a la regla, y si el lector está convencido, a pesar de
todo, que él/ella o un alumno en ciernes son capaces de superar el hándicap de empezar
tarde, entonces – por qué no – hay que darle una oportunidad al intento. Yo tengo alumnos
adultos, novatos, que proceden de varias actividades musicales: Cantantes, pianistas,
guitarristas, bailarines, y también neófitos totales. Éstos últimos probablemente son más
fáciles de manejar, porque sus expectativas son menores, y tienen más paciencia hacia el
primer objetivo, que consiste en poder tocar una melodía sencilla de forma afinada. Pero el
problema básico es el mismo, y lo malo es que poco y nada tiene que ver con música. Tiene
que ver con los músculos del cuerpo, psicología, neurología, memoria táctil, relajamiento,
paciencia, perseverancia, arrojo, y de nuevo paciencia. Es un hecho bien conocido que tocar el
violín es una de las tareas más exigentes que “homo sapiens” se ha propuesto a dominar. El
instrumento mismo, inventado por una persona que debió tener un conocimiento profundo e
íntimo del cuerpo humano – hay indicios que fuera Leonardo da Vinci, pero faltan pruebas
para afirmarlo - presupone una postura que, a primera vista, es diferente de todas las otras
posturas que el ser humano adopta para realizar sus múltiples actividades. Cualquier persona
puede probar elevar su brazo izquierdo, con un ángulo de aprox. 60º en el codo, y sin que el
antebrazo toque el torso. ¿Cuánto tiempo aguanta Ud. esto sin cansarse? Pues bien, los
violinistas hacen eso por horas, y no deben cansarse. ¿Y porque no se cansan? Porque, si se
hace esto durante algún tiempo todos los días, desde temprana edad, músculos se desarrollan
que convierten esto en una postura natural. Lo malo es, que si esto no se convierte en algo
habitual y cotidiano, los hombros se tensan, y entonces realmente tendremos serias
dificultades. Yo estimo que el 95% de todos los defectos de los que aprenden el violín proviene
de hombros tiesos. Es fácil demostrar porqué. Levante cualquiera de sus brazos, con un ángulo
en la región del codo, y comience a agitar su muñeca, como si quisiera decir adiós, pero con las
palmas para arriba. Ahora tense sus hombros y, inmediatamente, las muñecas se endurecen y
la moción del adiós se convierte en algo duro, forzado. Esto demuestra que hombros sueltos y
muñecas sueltas son la misma cosa, y ya que el violín se toca con dedos igualmente sueltos,
éstos lo serán solamente si la muñeca lo es también. (También es fácil poner esto a prueba).
Hemos descrito todo este camino para entender porque el cuerpo y ciertos músculos
constituyen las herramientas básicas de cuyas buenas condiciones dependen resultados
satisfactorios.
Pero, esto es apenas uno de los aspectos. Miremos los ángulos psicológicos y neurológicos.
Para empezar, hay que superar la simetría que tenemos instalada en nuestro cerebro. El ser
humano tiende a querer hacer lo mismo con ambos pies, o sus dos manos, o ser activo con
apenas una mano y descansar la otra. (Por ello está prohibido manejar un coche y hablar
simultáneamente por el teléfono móvil). Para poder hacer cosas diferentes simultáneamente
con ambas manos hace falta entrenamiento.
Y para hacer cosas diferentes difíciles simultáneamente con ambas manos hace falta un
entrenamiento intensivo y prolongado. O, para ir aproximándonos al asunto desde otra
perspectiva, la habilidad de coordinar las notas que se tocan sobre el violín con la izquierda, y
de tirar arco con la derecha, representa para nuestro cerebro un esfuerzo considerable, lo que
implica ejercicios complicados, precisamente para desarrollar esta comprensión y –
indispensable – para lograr eventualmente su total automatización. Es vital que esto sea así
porque – y aquí tocamos otro punto álgido – se supone que toquemos con facilidad, sin un
esfuerzo consciente, precisamente para poder expresar libremente nuestros sentimientos para
llegar a la meta original: hacer música con el violín. Agarrar el arco correctamente – para lograr
usarlo de forma adecuada – es otro problema mayor. El pulgar se convierte en el dedo más
importante de la mano derecha. Debe doblarse en la articulación más cercana de las uñas, y su
nudillo no debe sobresalir, porque si lo hace el pulgar se acorta. La punta del pulgar debe
formar un anillo con el dedo cordial, más o menos cerca de la articulación vecina a la uña, y
este punto de contacto se convierte en una articulación universal, con el arco metido entre
ambos dedos. Pruebe mantener un arco horizontalmente, con estos dos dedos cerca del talón,
y verá lo difícil que es esto. Requiere mucha destreza hacerlo sin que los nudillos salgan.
Sería muy largo explicar aquí la función de los otros tres dedos que se apoyan sobre el arco.
Resumamos diciendo que las señales que vuelven (feedback) a través de las vibraciones del
arco a los nervios que tenemos en el índice, anular y meñique, se transmiten directamente a
nuestro cerebro, que debe haber sido entrenado a interpretar este tipo de mensaje para
instruir a los dedos de ejercer mayor o menos presión a fin de obtener la sonoridad o calidad
de sonido deseada.
Este feedback es tan sutil que sería difícil de medirlo si nos lo propusiéramos – la sensibilidad
de la superficie de nuestros dedos es casi milagrosamente intensa, pero esto funciona
solamente si la postura de la mano es correcta, suelta, sin obstáculos.
Y con eso volvemos a la muñeca, a los hombros, a nuestra capacidad de relajarnos, a nuestra
manera natural de pretender hacer música con el violín o la viola. Hay otro asunto: Se aprende
el violín parado – no sentado. ¿Por qué?
Pues para que sea algo más fácil relajar los hombros y también para asegurar que nuestra
espina dorsal no esté indebidamente curvada.
Pero esto no quita que cansa estar parado hora tras hora, a medida que uno envejece. Además
se supone que se tengan las rodillas ligeramente dobladas, que la postura sea natural para
nuestro espinazo, y que sepamos girar nuestro torso en ambas direcciones sin mover los pies.
Y me abstendré, a propósito, de describir lo que significa tener el violín “enchufado” bajo el
mentón: Los cuellos varían en tamaño, y cada caso debe resolverse individualmente, para no
cansar las cervicales, los dientes, o la mandíbula.
Después de divagar largamente sobre nuestro cuerpo, aún no hemos hablado del órgano más
indispensable: Nuestro oído. Pues, por raro que parezca, toda persona que canta de manera
afinada, que puede repetir una nota dada sin titubear, y que puede recordar una melodía en
ritmo correcto, es capacitada para aprender un instrumento si no fuera, en el caso del violín y
viola, por los obstáculos precedentes. En ese contexto hay un detalle que a los profesores de
violín/viola nos asombra una y otra vez: El hecho que la torpeza física es capaz de anular hasta
el oído más entrenado.
Cancela la percepción del alumno e impone erre que erre notas desafinadas. Lo que nos vuelve
una vez más al mismo sitio de antes: Destreza es absolutamente necesaria, y por ello es en esa
dirección que debemos concentrarnos cuando tratamos con novatos adultos. Sin duda esto
hallará resistencia: ¡Qué aburrido! ¿Qué lata! ¿Por qué no puedo entretenerme con unas
melodías? Es, por todo esto, indispensable confrontar a los candidatos adultos con todos estos
problemas, antes de empezar. Si han entendido lo que significa el aprendizaje del violín, su
actitud será más resueltamente decidida hacia la superación de los obstáculos, y entonces
puede haber alguna remota posibilidad que la meta de tocar una sencilla melodía de manera
afinada y con una calidad sonora discreta pueda ser alcanzada en, digamos, un año y medio. El
camino es totalmente diferente con un niño: debe divertirse, aún si suena a truenos.
Precisamente, la gente adulta es más exigente, quieren obtener satisfacciones y no sufrir
frustraciones, y por ello es mejor tratar el problema como si de gimnasia se tratara. Entrenar al
cuerpo y los músculos involucrados, con ejercicios físicos (por ej., Sevcik) y explicarles que este
es el camino más rápido hacia la meta deseada. ¡Porqué resulta que eso es la verdad! Quisiera
relatarles mis propios resultados, después de más de un año de trabajo con novatos adultos:
La cantante no consiguió relajarse: Fracaso. La pianista va bastante bien, después de aprender
que los dedos no deben seguir presionando, como es en el piano. Prometedor.
El guitarrista aún no puede soltar sus dedos de la mano izquierda lo suficientemente para
adquirir agilidad, lo que también significa entonación deficiente: Difícil pero no imposible. La
bailarina – por raro que parezca – tiene problemas de relajar todo el cuerpo, con las
consecuencias resultantes. Los bailarines necesitan una disciplina extrema, y abandonarse sin
control no les resulta fácil. Esto se ha de superar en su debido tiempo. Pero – y esto es un gran
“pero” – ninguno de ellos será jamás un profesional - esto está fuera de cuestión. Tocarán
cosas sencillas, pero adquirirán conocimientos, que les serán útiles en sus carreras
profesionales. En cuanto a los neófitos, yo diría que las probabilidades de adquirir una destreza
modesta son 90:10 en contra. Pero como siempre existen excepciones, nadie debería ser
eliminado “a priori” – por si acaso. Si después de un año no se han hecho avances
significativos, entonces sería bastante injusto crear falsas expectativas.
Una palabra respecto a niños/niñas menores de 10 años, o jóvenes menores de 18: Si se
detecta un talento genuino, la cosa debe ponerse a prueba de todas maneras. Hay gente que
toca muy bien y que empezó después de los 10 años de edad. Tuve hace años un alumno de
violín que inició estudios serios en el violín después del bachillerato, y le fue muy bien. Pero él
se concentró en el instrumento por varios años, no haciendo nada más que eso. Aun así, yo
considero este caso como algo excepcional.
Dado que la variedad en la especie humana es infinita, no se pueden establecer reglas rígidas.
Si una persona es feliz tocando – aun cuando suene a truenos – dejémosla ser feliz y
ayudémosla a superarse gradualmente. Una consecuencia positiva de alumnos que empiezan
tarde en la vida es que se dan cuenta de los obstáculos que deben vencer, y si tienen hijos,
harán lo necesario para que éstos empiecen más temprano.
Y esto es eminentemente positivo. Aquellos violinistas o violistas que han aprendido a tocar
razonablemente bien a pesar de haber comenzado tarde seguramente no serán muy felices
cuando lean esta historia. Pero, mano sobre el corazón, ¿no empezarían todos ellos antes si
tuvieran nuevamente la ocasión de hacerlo? Y si este punto es afirmativo, entonces todo el
mundo – y especialmente padres – debería estar atento a posibles talentos de los niños,
haciéndoles comenzar con el instrumento a temprana edad, y cuanto antes, mejor. Si este
mensaje convence, se justifica éste artículo y mi consciencia estará tranquila.
Razón nº 2 Violín y Clases Muy Accesible
Elementos Necesarios, Accesorios, Protección, Mantenimiento y Nomenclatura
1 - Elementos Necesarios:
*Violín
* Arco
* Estuche
2 - Accesorios:
* Resina – Colophonium
*Almohadilla
* Diapasón en U, Afinador Electrónico (más indicado KORG CA CHROMATIC TUNER) Las ondas
sonoras se producen debido a la vibración de objetos. Ya sea el sonido de una voz humana, el
de un piano, el de un trombón, o el sonido que hace un libro al caer al piso, la fuente de dicho
sonido es siempre un objeto vibrante. La utilidad esencial de este tipo de artefactos es servir
como tono patrón para la afinación de instrumentos musicales.
El diapasón es un claro ejemplo de cómo un objeto vibrante puede producir sonido. Está
formado por un mango pequeño y dos puntas. Cuando se lo golpea contra algo las puntas
comienzan a vibrar. El movimiento de las puntas hacia un lado y hacia el otro agita las
moléculas de aire circundantes.
Funcionamiento y dinámica sonora - Debido a que los extremos del diapasón se encuentran
fuera de su posición inicial, las moléculas de aire que se encuentran a su alrededor quedan
reducidas en un espacio menor; esto genera alta presión a los lados de las puntas. Cuando las
puntas se mueven hacia adentro de su posición inicial, el aire que rodea dichas puntas se
expande; esto reduce la presión alrededor de las puntas. Las regiones de alta presión son
conocidas como compresiones y las zonas de baja presión se denominan refracción. Mientras
las puntas siguen vibrando se generan zonas en donde se alterna la alta y la baja presión.
Dichas regiones se transportan a través del aire, llevando las ondas sonoras de un lugar a otro.
3 - Protección:
* Utilizar siempre un estuche para guardar el violín
*No deje su violín cerca de niños muy pequeños o mascotas
* Cuidar para no dejar caer en el suelo sería fatal
*Jamás dejar exposición prolongada al calor o frío
* Un violín si se mantiene protegido correctamente podría utilizarse durante siglos. Son
relativamente muy frágiles y pueden ser fácilmente dañados
* Use su sentido común en lo que respecta a la protección de su violín
4 - Mantenimiento:
*Deben limpiar suavemente la tapa superior después de cada uso utilizando un pañuelo suave
y no abrasivo.
* Embebecerse con algodón o un pañuelo utilizando un protector de barniz como por ejemplo
o de la marca PETZ Polish.
*El violín es muy sensible a los cambios ambientales.
* Podemos decir que las condiciones óptimas para el bienestar humano son igualmente
deseables para los violines.
* Sea especialmente cuidadoso y evite temperaturas extremas, humedad o sequedad
excesivas.
* Por ejemplo, es muy peligroso dejar el violín dentro del automóvil en inverno o verano, o en
un lugar seco o excesivamente húmedo, o bajo los rayos directos del sol.
* Después de practicar con el violín, utilice una pieza de tela suave y limpia (sin usar otro
producto) para limpiar todos los residuos de resina y sudor. Limpie también las cuerdas.
* Para garantizar una buena calidad sonora y una afinación precisa, cambie las cuerdas
cuando estén demasiadas usadas.
* Algunas veces puede romperse una cuerda mientras está tocando, por lo que es
recomendable tener a mano un juego de cuerdas adicional.
* Después de afinar las cuerdas repetidamente, el puente comenzará a inclinarse. Es por eso
necesario corregir el ángulo del puente y asegurarse que sus patas estén planas sobre el
cuerpo del violín.
* Cuando un violín vaya a estar guardado mucho tiempo, deben aflojarse levemente las
cuerdas
* Al igual que el violín, el arco requiere cuidado a las condiciones ambientales.
* Antes de usar el arco, estire las cerdas rotando el tornillo y aplíqueles resina a todo lo largo.
* Tenga cuidado de no golpear el talón con la resina, o esta se agrietará.
* Las temperaturas altas pueden derretir la resina, especialmente aquellas de tipo suave.
* Limpie cualquier residuo de sudor o resina de la madera del arco cuando termine de tocar.
* Afloje las cerdas levemente rotando el tornillo, hasta el punto en que las cerdas reposen
uniformemente sobre la vara del arco.
* Reemplace las cerdas cuando estas se desgasten.
*Evite tocar las cerdas en lo posible.
La construcción del violín - La historia del violín nos dice que con el curso de los siglos, el taller
de construcción de violines no ha cambiado demasiado. Aún se utilizan las mismas
herramientas que eran usadas por los viejos maestros: el banco de carpintero, sierras, los
pequeños y grandes cepillos al igual que los cinceles de madera como esos que se utilizan para
hacer esculturas. Además, las navajas y las plantillas, también las brochas para barnizar y
siguen en uso todos los largos cuchillos para tallar. Aún en las fábricas más tradicionales, hay
herramientas en uso que eran originariamente usadas por los maestros constructores de
antaño. Para el fabricante de violines, la madera es el material más importante; es natural que
la elección de la madera correcta es vital para conseguir un sonido de mejor calidad. La
madera que es muy pesada a causa de su peso específico no puede ser usada; aunque tal vez
luzca maravillosa.
Es por ello también que la producción en masa de violines ha fracasado: en estos días incluso
con modernas máquinas controladas por computadoras; el trabajo es muy mecánico y no se
tiene ninguna consideración sobre los materiales que se utilizan. La producción en masa nunca
cumplirá el aspecto fundamental, ya que cada pieza de madera necesita ser tratada de un
modo diferente, incluso cuando la madera proviene del mismo tronco, cada pieza es
totalmente diferente la una de la otra. En el extremo inferior del tronco, importante para la
técnica de tocar con la mano derecha, la madera suele ser por lo general mucho más dura que
la de la cima, también, las partes que crecen al rayo del sol obviamente diferirán de las partes
que crezcan en la sombra.
Dos tipos de madera son los más comunes a la hora de fabricar un violín: pícea para la tapa y
arce para el fondo y la voluta. El diapasón es de ébano, la cual es una madera muy resistente.
Las clavijas y el cordal se hacen mayormente de ébano o jacarandá ya que desde allí se afina el
violín. La madera de arce más fina proviene de Bosnia y la pícea mejor adaptada de los países
de Europa central; crecen hasta una altura de 1000 metros. La madera de ébano proviene de
África ya que es madera de la palmera datilera.
Las partes del violín - Siguiendo en esta parte con nuestro artículo sobre la construcción del
violín, debemos decir que en este instrumento nada, a excepción de los bordes, es curvado o
empalmado, todo resulta de una sólida pieza de madera. Cuando el arco exterior ha sido
finalizado se encola en ensambla el interior de la tapa y el fondo. El grosor del fondo y de la
tapa no es el mismo en todo el violín; su madera se encuentra entre los 2.5 y los 4.5 mm de
espesor. El fabricante de violines (o luthier) debe ajustar su trabajo al carácter de la madera.
Esta ventaja es esencial en comparación con los violines que son hechos por máquinas. Luego
el fondo se pega a la montura de los bordes. Se cortan los agujeros en efe sobre la tapa y luego
se ajusta y se fija la barra armónica.
Con el fin de encontrar la forma de los agujeros en efe, el luthier se focaliza en ejemplos
clásicos; tal vez también en sus particularidades personales. Finalmente se pega la tapa y se
redondean los bordes. Con esto se finaliza el cuerpo del instrumento. La voluta se hace de
madera de arce, la cual debe— en lo posible—encajar con la tapa y los bordes. Cuando la
voluta y el clavijero han sido trabajados, el diapasón se ajusta al cuello. Entonces, el cuello
completo se ajusta al cuerpo, el cual obviamente es un proceso de trabajo que debe llevarse a
cabo con alta precisión; tiene un gran impacto no sólo en las posibilidades técnicas del
instrumento sino también en su sonido. Así se ha finalizado el instrumento en bruto. Lo único
que falta es el recubrimiento de barniz.
Las tres funciones más importantes del recubrimiento de barniz son:
1) Debe proteger al instrumento de las influencias negativas de la humedad y de la suciedad.
2) Debe aumentar las posibilidades sonoras del instrumento.
3) Y debe enfatizar la belleza natural de la madera.
La mayoría de los fabricantes de violines se han esforzado por desarrollar una fórmula ideal
para el barniz. Esto se debe principalmente a que el barniz tiene un alto impacto sobre el
sonido del instrumento. Un barniz suave y un recubrimiento insuficiente tienen la tendencia a
amortiguar pesadamente el sonido del violín. Por el contrario, si el barniz es demasiado duro o
quebradizo, el sonido será estridente y penetrante.
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