Subido por maria sanchez

EL ORIGEN DEL SER

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EL ORIGEN DEL SER
(Explicación Científica de un Ritual Rosacruz)
Recopilado por Javier Alonso (F.R.C.)
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REFLEXIONES
Todos los seres vivos son sensibles a la luz y la buscan; los árboles estiran
sus ramas hacia el cielo, la rosa se abre a la luz y el girasol sigue siempre al
sol en su recorrido. Esto es parte de la sensibilidad del ser, sensibilidad que
se desarrolla en las formas de vida más elevadas. Pero solamente la
conciencia humana responde con un resplandor propio al recibir la luz. Este
es el significado de las palabras:
“En la conciencia humana se reflejaron las glorias del Universo, y entonces
brilló la Luz, porque reflejó su propia naturaleza”.
La base en la que se funda esta reflexión es una historia maravillosa. Es la
historia de la Creación, y se nos narra en nuestras Convocaciones místicas.
Aunque, más que narrada, se nos representa en el centro de nuestro Templosímbolo del punto focal de nuestra conciencia- para que podamos vivirla de
nuevo una y otra vez, y conozcamos profundamente lo que somos y cuál es
nuestro propósito en la Tierra.
Las palabras pronunciadas en una forma dramática para atraer la atención de
nuestra conciencia objetiva, se acompañan de un acto simbólico que las
destacan aún más: el sonido de campanas y el encendido de las velas, marcan
los 3 puntos culminantes de la historia.
La música suave que sirve de fondo nos ayuda a cruzar el umbral del mundo
objetivo y llegaremos a otro mundo donde la comprensión ya no necesita de
palabras. Así comienza el relato:
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“EL SER NUNCA TUVO PRINCIPIO, PORQUE
DE LA NADA, NO PUEDE ORIGINARSE ALGO”.
La nada nunca existió ni puede existir, porque si tomara forma sería un ser.
La nada es, por tanto, una negación que se contradice a sí misma. El Ser no
tiene contraparte u opuesto: es único, omnipotente, omnisciente, indefinido
y eterno.
“LAS TINIEBLAS LO INVADIAN TODO ANTES DE
QUE LA LUZ APARECIERA; PERO LA LUZ
NO NACIÓ DE LAS TINIEBLAS, PORQUE
LAS TINIEBLAS SON LA AUSENCIA DE LA LUZ”.
La Luz no nació de la Oscuridad, sino que penetró en ella, la Gran Matriz
que estaba preparada para recibirla. Esta fue la primera acción, el primer
Karma que se convertiría en Ley y patrón para todos los tiempos por venir;
fue el primer contraste, la primera dualidad que se transformó en la Ley de
todo lo que tenía que ser dual en la Naturaleza, el primer movimiento que se
transformó en la Ley de que todo existiría en virtud de su movimiento; fue
la primera expansión que se convirtió en la Ley de que todo lo existente,
tendría que expandirse y crecer en un esfuerzo para llegar a existir. La
oscuridad, fecundada ya por RA (La Luz), se convirtió en la supermadre, MA,
en cuya matriz se gestaron todas las cosas, y dio origen a toda la Creación.
“LA LUZ ES UN ATRIBUTO DEL SER, PORQUE EL SER
ES LUMINOSO POR LA RADIACIÓN DE SU ENERGÍA,
GENERADA POR SUS INCESANTES ESFUERZOS PARA
EXISTIR”.
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El movimiento de expansión de la Luz implica que cada nuevo punto de Luz
se transformó en un centro radiante que despidió rayos a todo su alrededor.
De esta manera, el espacio se llenó de rayos de Luz que se movían en todas
direcciones, que chocaban unos contra los otros oponiéndose al avance de
los demás y desviando su movimiento. Los rayos de Luz se convirtieron en
espirales y remolinos; unos giraban en un sentido y otros en otro en aparente
confusión, pero en realidad creaban otro patrón: el del movimiento cíclico.
“LA LUZ NO TENIA CALOR,
Y POR ESO, EL SER, NO SENTÍA.
LA LUZ NO TENIA REFLEJO ALGUNO,
Y POR ESO, EL SER CARECIA DE FORMA”.
El movimiento de expansión de la Luz implica que cada nuevo punto de Luz
se transformó en un centro radiante que despidió rayos a todo su alrededor.
De esta manera, el espacio se llenó de rayos de Luz que se movían en todas
direcciones, que chocaban unos contra los otros oponiéndose al avance de
los demás y desviando su movimiento.
Los rayos de Luz se convirtieron en espirales y remolinos; unos giraban en
un sentido y otros en otro en aparente confusión, pero en realidad creaban
otro patrón: el del movimiento cíclico.
Todo lo que gira parece ser más estable, pues está en una condición de
equilibrio dinámico. Cuando un trompo gira, está derecho apoyándose en un
solo punto, si el movimiento se detiene el trompo cae. Cualquier cosa que
gira resiste la fuerza externa, parece que la rechaza y se asemeja a algo
inerte.
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A esto lo llamamos masa y cuando esta se comprime, se llama densidad.
Los rayos de Luz girando como remolinos en un océano luminoso, se
transformaron en lo que llamamos electrones; los que giraban hacia un lado
eran positivos y los que giraban hacia el otro eran negativos.
Fue así como se formó la polaridad, la atracción y la repulsión. Así como 2
ruedas que hacen contacto solo pueden girar si lo hacen en direcciones
opuestas; así también 2 remolinos influyen en su movimiento de rotación si
lo hacen en direcciones contrarias: de este modo uno atraerá hacia su órbita
al otro, para luego circularse mutuamente formando un patrón de un orden
más elevado.
Pero si 2 ruedas que giran en el mismo sentido hacen contacto, se repelerán.
Del mismo modo, si 2 remolinos que dan vueltas en la misma dirección se
tocan, se lanzarán en direcciones contrarias. Es la Ley de atracción y de
repulsión, de lo semejante y de lo opuesto, una Ley que rige suprema el
movimiento de los electrones, los átomos, los imanes y todas las masas
gravitatorias.
Los enjambres de espirales de Luz crecían y se expandían en la Matriz de la
oscuridad atrayéndose y repeliéndose unos a otros. A causa de este
movimiento dual se crearon los enjambres de espirales de Luz , crecían y se
expandían en la Matriz de la oscuridad, se agrupaban y ordenaban, para luego
condensarse hasta formar entidades de un orden más elevado: los átomos.
Miles de átomos se condensaron formando nubes cada vez más densas,
adquiriendo las mismas cualidades de En la batalla resultante entre las
tendencias de expansión y contracción, las nubes que giraban en espiral se
desmenuzaron y cada fragmento giratorio se convirtió en un globo,
condensándose en una estrella.
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Y así nacieron las galaxias con estrellas que giran unas alrededor de otras;
los planetas alrededor de las estrellas, los satélites alrededor de los planetas.
Un macrocosmos siempre en movimiento, siempre en expansión, impulsado
por sus incesantes esfuerzos por manifestarse, por llegar a la existencia. Es
una Ley que abarca desde los electrones hasta las galaxias. Debido a su
propia naturaleza, la energía acumulada en las masas empezó a vibrar y a
latir generando calor.
“EN SU ETERNO MOVIMIENTO Y DESARROLLO,
EL SER SE EXPANDIÓ; MULTIPLES SE HICIERON
SUS FORMAS Y COMPLEJA SU NATURALEZA”
En su eterno llegar a ser causado por sus incesantes esfuerzos para venir a
la existencia, el Ser había pasado por 6 etapas correspondientes a los 6 meses
de gestación. En la primera etapa fue algo indefinido, en la segunda lo
indefinido se definió, haciéndose dual; en la tercera la dualidad formó
patrones o dualidades distintas, en la cuarta los patrones desarrollaron
sentido de dirección y polaridad, en la quinta la orientación produjo la forma,
la sustancia densa y el calor, en la sexta las múltiples formas se agruparon
de acuerdo con la Ley y el Orden. Y llegó entonces la séptima etapa; el Orden
se desarrolló con un propósito: formar un nivel de existencia más elevado.
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“LA COMPLEJIDAD EN LA EVOLUCIÓN DEL SER
DIÓ ORIGEN A LA DENSIDAD, Y LA DENSIDAD
PRODUJO CALOR EN LA LUZ”.
Las primeras 6 etapas de la acción de llegar a ser fueron producto del
impulso original, y el movimiento de las masas se convirtió en algo casi
mecánico. Pero el Ser, que nunca permanece inerte, emitió otro oleaje de
rayos que al penetrar en la densidad y opacidad de la materia, la vitalizó y
activó en otro nivel de existencia: la vida.
Este segundo oleaje que impregnó de Fuerza Vital las formas de la materia
produjo nuevas entidades que no solo se movían por inercia, sino que
parecían estar animadas por una vida propia. Cada ser vivo, incluso la célula
más simple, es en sí misma una forma organizada con su propia dinámica,
equilibrio y coordinación.
“Y ENTONCES COBRARON VIDA
LAS COSAS EXISTENTES”.
Las primeras 6 etapas de la acción de llegar a ser fueron producto del
impulso original, y el movimiento de las masas se convirtió en algo casi
mecánico. Pero el Ser, que nunca permanece inerte, emitió otro oleaje de
rayos que al penetrar en la densidad y opacidad de la materia, la vitalizó y
activó en otro nivel de existencia: la vida. Este segundo oleaje que impregnó
de Fuerza Vital las formas de la materia produjo nuevas entidades que no
solo se movían por inercia, sino que parecían estar animadas por una vida
propia.
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Cada ser vivo, incluso la célula más simple, es en si misma una forma
organizada con su propia dinámica, equilibrio y coordinación. El
funcionamiento de los seres vivos es muy complejo, puesto que son sensibles
y delicados.
Reaccionan ante la Fuerza Vital que los incita desde el interior y al mismo
tiempo dependen de los recursos de su medio ambiente, coordinando ambos
en un solo proceso.
El incesante esfuerzo para llegar a ser se convirtió para la vida, en un
incesante esfuerzo para sobrevivir, en un afán interminable de evitar la
extinción. Como la vida de cada ser es limitada, los seres vivos fueron
dotados con la facultad de reproducirse para perpetuar las especies,
sobrepasando de este modo a la muerte por la cantidad de nuevas vidas.
En este continuo nacer y renacer a través de incontables generaciones, el
poder evolucionador de la vida ocasionó que una especie de ser vivo se fuese
transformando en nuevas especies, y así sucesivamente.
Fue como una carrera en la cuál cada forma hizo el máximo esfuerzo para
vivir y crecer más que las otras. En este grandioso experimento se produjeron
muchas y variadas formas, a fin de que la vida pudiera seleccionar, entre
tantas, las más aptas para continuar el proceso de evolución.
“CON LA VIDA, EL SER ADQUIRIÓ SENSIBILIDAD,
DESARROLLÁNDOSE EN LA MAGNIFICENCIA DE
SU PROPIA REALIZACIÓN”.
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Pero la mera supervivencia no era ni podía ser la única meta de la evolución
en la cuál se generaba un esfuerzo tan sostenido e incesante. Y
la vida, siempre experimentando, siempre probando una forma tras otra para
comprobar la capacidad de cada una para servir a determinados propósitos;
en cada generación de cada una de ellas se decidía cuál debía de ser
eliminada y cuál sobrevivía, cuál podía ser elegida para realizar la labor más
elevada.
Así pues, en la octava etapa del acto de llegar a ser, los seres vivos quedaron
organizados en una magnífica jerarquía, en la cuál, cada forma habría de
realizar una tarea especial. Algunas formas, aprovechando el trabajo de otras,
y no queriendo solo vegetar, desarrollaron órganos por medio de los cuales,
la sensibilidad del ser se transformó en una conciencia y percepción más
definidas. De este modo quedó preparado el escenario para la novena etapa.
En la novena etapa del desarrollo para llegar a ser, nació el hombre. Y he
aquí que el hombre nace desnudo, con su tierno cuerpo expuesto a las
inclemencias de los elementos. Sus movimientos son torpes, sus miembros
débiles y lentos. No tiene alas para volar, ni aletas para nadar, ni garras para
trepar ¿Dónde están las uñas, los cuernos, los espolones u otras armas
naturales para poder luchar y defenderse? ¿Cuáles son sus posibilidades para
sobrevivir en un mundo, donde hay que luchar incesantemente por la
existencia, y que para ganar, hay que estar equipado con mejores defensas?
El nacimiento del hombre fue como el despertar de un letargo. Cuando abrió
los ojos se sintió deslumbrado y confuso. No obstante, gradualmente cobró
una sensibilidad distinta de la de cualquier otro ser vivo; fue un sentimiento
de admiración ante las maravillas de la Naturaleza: la brillantez del día se
transformó en una sinfonía de formas y colores, sonidos y aromas
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Se puso de pie y elevó las manos hacia la Luz, sin darse cuenta, de que con
ello efectuaba un acto de salutación. El calor del Sol le hizo sentir que la
vida vibraba en su interior; y su propia conciencia, le hizo conocer que todo
lo que le rodeaba tenía vida, la cuál se manifestaba en el vuelo de los pájaros,
en el zumbido de los insectos, en el murmullo del arrollo, en el surcar de las
nubes, en el movimiento de las hojas y en el balanceo de las ramas de los
árboles bajo la brisa. Y entonces el hombre habló, primero con sonidos
inarticulados, después mezcló audazmente su voz con los numerosos sonidos
de la Naturaleza.
Habló a todas las cosas que había a su alrededor, las puso nombre, las
describió y atribuyó cualidades, las comparó y al hacerlo, les asignó
dimensión. Sus ojos no solamente veían la Luz, sino que brillaban con la Luz
misma de la comprensión. Con el hombre nació el Universo, resplandeciente
en toda su gloria.
“EN LA CONCIENCIA HUMANA SE REFLEJARON LAS
GLORIAS DEL UNIVERSO Y LA MENTE LES ASIGNÓ
DIMENSIÓN, ENTONCES BRILLÓ LA LUZ, PORQUE
REFLEJÓ SU NATURALEZA POR PRIMERA VEZ”.
Con estas palabras concluyen el Ritual y la narración. El tercer sonido de
campana y el acto de prender la tercera vela marcan el cumplimiento de un
ciclo, no el final. No sabemos cuántos ciclos más habrán de completarse a
este drama, porque “para el Ser nunca habrá un final, pues de la Nada no
puede originarse algo”
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