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Desistimiento de conductas en conflicto con la ley en adolescentes: Estudio de
caso en un Programa de Libertad Asistida
Chapter · May 2017
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8 authors, including:
Claudia Reyes
Javiera Contreras
Pontificia Universidad Católica de Chile
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Diego Ahumada
Roberta Andreani
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192
UC PROPONE 2016
Desistimiento de conductas en conflicto con la ley en adolescentes:
Estudio de caso en un Programa de Libertad Asistida
profesor
Claudia Reyes
escuela de trabajo social
ayudante
Javiera Contreras
escuela de trabajo social
equipo
Diego Ahumada
escuela de psicología
Roberta Andreani
facultad de derecho
Daniela Calderón
escuela de trabajo social
Maida Muñoz
entrevistas individuales semi-estructuradas,
con los que finalmente se hizo un análisis
de tipo triangular. Dentro de los principales
resultados que tienen un impacto en el cese
de la conducta delictiva se encontró: vínculos
sociales tales como familia, nuevo círculo de
pares, relaciones de pareja y paternidad; características del sujeto como responsabilidad,
proyección, reinserción escolar, adquisición
trabajo, cese consumo de drogas; social comunitario como el entorno, redes y vínculos
significativos. Finalmente, se generaron
propuestas para trabajar dichos elementos
tales como un modelo piloto dentro de este
tipo de programas, así como la capacitación
y evaluación de profesionales por parte de
SENAME.
escuela de trabajo social
Daniela Pessoa
instituto de sociología
Fernando Rivas
programa de college cs. sociales
Karla Rost
escuela de trabajo social
RESUMEN
La presente investigación tiene como objetivo explorar sobre los elementos que hacen
desistir la conducta en conflictos con la ley,
sea éste robo y/o hurto, en adolescentes chilenos que asisten a un Programa de Libertad
Asistida (PLA) de la Asociación Cristiana de
Jóvenes (ACJ). Principalmente se abordaron
tres áreas: familia, sujeto y social comunitaria. El diseño metodológico de dicha
investigación corresponde a la Metodología
Cualitativa de Paradigma Fenomenológico.
Presenta un estudio de carácter exploratorio-descriptivo cuya técnica de muestra es
muestreo Intencional por conveniencia. La
estrategia de producción de datos se realizó
a través de análisis de fichas, grupo focal y
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo es un estudio de casos de
un programa de la Asociación Cristiana de
Jóvenes (en adelante ACJ) que tiene como
objetivo conocer cuáles son los elementos
que hacen desistir la conducta delictiva por
parte de los adolescentes chilenos que acuden a un Programa de Libertad Asistida. Así,
a partir de entrevistas realizadas con jóvenes
egresados del programa grupo focal llevado a
cabo con profesionales de la ACJ y análisis de
fichas de la institución, se realizó un análisis
triangular junto a la literatura internacional
sobre criminología y desistimiento para explorar los elementos que alejan a los jóvenes
de su conducta delictiva.
Dado que la conducta delictiva es un fenómeno multidimensional de comprender, la presente investigación abordará dicho concepto
de manera amplia. En este sentido, se considerará la definición realizada por Andrews &
Bonta (1992), la cual señala que este tipo de
comportamiento puede ser entendido bajo
cuatro dimensiones: legal, moral, social y
psicológica.
CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD
En primer lugar, desde la dimensión legal
la conducta delictiva hace referencia a las
acciones que son prohibidas por el Estado y
punibles bajo la ley. Luego, a nivel moral la
conducta delictiva consiste en las acciones
que violan las normas de la religión y moralidad, y son creencias a ser punibles por seres
espirituales supremos. En cuanto a la dimensión social la conducta delictiva se refiere a
las acciones que violan las normas de costumbre y tradición, y que son punibles por la
comunidad. Por último, en el área psicológica
la conducta delictiva se refiere a las acciones
que pueden ser gratificantes para el actor,
pero que infligen dolor o pérdida en los demás. Cabe señalar que en esta investigación
no se considerará la dimensión moral, pues no
se observa en los jóvenes ni es trabajada por
la ACJ.
A raíz de la conceptualización anterior, por
desistimiento se entenderá el proceso por
el cual los sujetos abandonan sus actividades
delictivas y viven su vida sin cometer otros
delitos. Esto usualmente se logra después de
un cierto período de tiempo (UNODC, 2013).
Más tarde, con la implementación de la Ley
20.084 se establece en Chile un sistema de
responsabilidad para los adolescentes por
infracciones a la ley penal. A través de éste
se busca la reinserción de los jóvenes a la
sociedad a través de intervención, teniendo
siempre presente y como directriz el interés
superior del adolescente que se expresa en
el reconocimiento y respeto de sus derechos
(Ley 20.804, publicada en diciembre de
2005). Sin embargo, pese a la implementación de la ley 20.084, la población de
adolescentes vigentes en el SENAME corresponde a 32.379 con Medidas Cautelares
Ambulatorias (MCA), 26.413 en Programas
de Libertad Asistida Especial (PLE), 19.554 en
Programas de Libertad Asistida (PLA), 24.733
en Servicios en Beneficio de la Comunidad y
Reparación del Daño, 15.378 en Programas
de Sanción Alternativa (PSA) y 44.990 con
medidas privativas de libertad (SENAME,
2015).
193
A nivel internacional existe un consenso que
alude a que la actividad delictiva en jóvenes
cesa luego de un período determinado que
reside en algún lugar de las interfaces entre el
desarrollo de la madurez personal, el cambio
de vínculos sociales asociados con ciertas
transiciones de la vida, y las construcciones
de narrativas subjetivas individuales que los
delincuentes construyen alrededor de estos
eventos y cambios claves (McNeill, 2012).
No obstante, no existe una generalización
sobre qué eventos y/o elementos inhiben la
conducta delictiva de los jóvenes en Chile.
De este modo, es necesario destacar que
dicho aumento de población delictiva juvenil
guarda relación con el desconocimiento
respecto a los elementos que favorecen el
desistimiento de tal comportamiento. La
falta de información en relación a dichos
significantes ha dificultado su identificación
en la población juvenil chilena, así también
como el desconocimiento de intervenciones
efectivas por parte de los profesionales del
área. Con estas cifras es posible dar cuenta
de la relevancia que tiene la presente investigación, que si bien es un estudio de caso
particular, da la posibilidad de entregar una
visión sobre cómo se desarrollan los elementos que inciden en el proceso de cese de la
conducta delictiva por parte de los jóvenes
que acuden a este tipo de centros, lo cual es
importante a la hora de desarrollar métodos
para su efectiva intervención.
MARCO TEÓRICO
Antedecentes
Para comprender el concepto de delincuencia
juvenil se debe tener en consideración tanto el
historial de vida del joven como las motivaciones que inciden en su comportamiento. Para
comenzar, la familia tiene un rol fundamental
en la perpetuación del delito por parte de los
jóvenes donde se han identificado factores
estructurales como el tamaño de la familia,
trabajo de las madres, orden de nacimiento
de los hijos y la ausencia de uno de los progenitores (Hein, 2000; Metiffogo y Sepúlveda,
2005; Wells y Rankin, 1991). Se señala también
194
UC PROPONE 2016
que “la supervisión y el monitoreo de los padres parece ser un factor muy significativo,
especialmente en el caso de los adolescentes
varones” (Angenent y De Mann, 1996).
Se destaca que “los niños maltratados tendrán
más probabilidades de delinquir al no haber
adquirido controles internos sobre comportamientos desaprobados socialmente, y los
niños con amigos y/o familia delincuente tenderán a desarrollar y a justificar actitudes antisociales” (Farrington, Ohlin y Wilson, 1986;
Farrington, 1992). Es por esto que se hace
énfasis en señalar que padres y hermanos
antisociales, así como amigos delincuentes,
tendrán una gran influencia en la continuidad
de esas actividades delictivas (Farrington,
1992, 1997). Otras investigaciones refutan la
idea de que la violencia familiar, sea directa o
indirecta, es uno de los factores principales
para que el adolescente desarrolle conducta
delictiva (Canales et al., 2005; Frias-Armenta
et al., 2003; Reyes, 2014; Valdenegro, 2005;
Vásquez, 2003).
El fracaso escolar es también un factor de
riesgo, culminando en repitencia o deserción
a causa de la desmotivación por continuar los
estudios por parte del joven (Canales et al.,
2005; Mettifogo y Sepúlveda, 2005; Browning, Thornberry y Porter, 1999). En esta área
se consideran también a las “dificultades de
concentración; conductas agresivas o violentas, o baja inteligencia” (Farrington, 1992,
1997; Browning y Loeber, 1999). También, el
barrio donde vive el joven será clave en la
motivación de la conducta criminal, el tipo
de vecindario en que viven los adolescentes
desde su temprana infancia y el estrato socioeconómico de procedencia son buenos
predictores del comportamiento antisocial
(Frías-Armenta et al., 2003). Además, en este
tipo de barrio se encuentra el grupo de pares,
los cuales tienen conductas delictuales y una
preponderante influencia en el adolescente
(Canales et al., 2005; Howell, 1997; Mettifogo y Sepúlveda, 2005; Reyes, 2014).
Es así como se plantea que la presencia de
consumo de drogas, haber sido testigo de
violencia, pobreza, educación incompleta,
familias ausentes y características de personalidad de los jóvenes son factores que contribuyen a la expresión del comportamiento
delictivo, indistintamente del sexo (Arnull et
al, 2005; Farrington y Painter, 2004; Smith y
McVie, 2003; Smith y McAra, 2004; Tuvblad,
Grann y Lichtenstein, 2006).
Conceptualización de Desistimiento
Dentro de la literatura no existe un consenso
sobre lo que se entiende por desistimiento.
Laub y Sampson (2001) presentan algunas
de las preguntas que surgen al momento de
definirlo: ¿Puede hablarse de desistimiento
luego de haberse cometido un sólo delito? Si
es así, ¿Es éste distinto al desistimiento luego
de la perpetración de varios delitos? ¿Luego
de cuánto tiempo sin delinquir se puede decir
que alguien desistió? Hasta el momento no se
ha presentado una respuesta definitiva a estas preguntas, sin embargo, se ha establecido
una distinción básica entre las definiciones de
desistimiento: como un evento que es posible
identificar con una fecha y como un proceso
(Laub y Sampson, 2011). A raíz de ello, Laub
y Sampson (2011) sugieren distinguir entre
Término (Termination) y Desistencia (Desistance). La primera refiere al momento en
que la actividad criminal cesa mientras que la
segunda alude al proceso causal que sustenta
el término de la actividad criminal y que por
lo tanto va más allá de éste. En esta tipología
la pregunta de interés sería identificar los
elementos e influencias que redujeron de
manera más significativa el nivel de conducta
conflictiva con la ley (Mulvey et al., 2004).
Loeber y LeBlanc (1990), en la línea de considerar el desistimiento como un proceso,
identifican distintos elementos que componen: disminución en la frecuencia de actos
delictivos, reducción en la variedad de actos
delictivos, reducción de la gravedad de los
actos delictivos y mantenerse en un cierto
nivel de gravedad de las ofensas sin escalar
más arriba. Un aspecto positivo de definir
CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD
el desistimiento como un cambio en los patrones de actividad delictual es que permite
establecer que ha ocurrido un proceso de
desistencia en la vida de la persona aún si ésta
no ha alcanzado un nivel extremadamente
bajo de actividad delictual. Además, esta
perspectiva reconoce la posibilidad de que la
persona cese de manera intermitente su actividad delictual en la medida que progresa a
un cese total, mencionando que tal individuo
muestra de manera repetida el fenómeno de
la desistencia. De este modo, según Mulvey
et al. (2004), el estándar a través del cual
se establece el desistimiento dependerá de
cada caso particular en vez de establecerse
un estándar que se pueda aplicar de forma
unánime. Proponen que este enfoque sería
el más útil para investigar qué factores son
útiles para reducir la conducta delictual en
grupos de alto riesgo, ya que podría revelar
el éxito de ciertas intervenciones que definiciones de desistimiento más estrictas no
permitirían ver.
Desistimiento en jóvenes
En Chile existen escasos estudios en cuanto al
desistimiento en jóvenes infractores de ley, a
pesar de lo fundamental que es poseer literatura respecto a las circunstancias y elementos
que hacen cesar este tipo de conducta. Bajo
esta misma línea, existe poca información
acerca de las motivaciones que llevan a que
estos adolescentes salgan de ese paso (Farrington, Ohlin, y Wilson, 1986; Loeber y LeBlanc, 1990). El consenso que existe respecto
a la disminución de la actividad delictiva es la
edad, considerándose que mientras mayor
sea ésta, más posibilidades en la conducta
delictiva. La relación es que la delincuencia
va aumentando entre los 8 y los 17 años de
edad, momento culminante, y luego, a partir
de esta edad, va disminuyendo hasta ser muy
reducida a los 50 años (Farrington, como se
citó en Cid y Marti, 2011). Se estima que el
85% de los sujetos que inician la carrera delictual en la niñez o en la adolescencia, desisten
de la delincuencia, en promedio, a los 28 años
(Blumstein, Cohen, Roth, y Visher, 1986).
195
Ahora bien, los elementos que llevan al
desistimiento de la conducta delictual son
variados. Existen estudios que sugieren que
el desistimiento es la causa de una compleja
interacción entre factores subjetivos y los
factores sociales (Bottoms et al., 2004;
Farrall y Bowling, 1999; LeBel et al., 2008;
Maruna, 2001; Maruna, LeBel, Mitchell & Naples, 2004; Walker, Bowen y Brown, 2013).
Dentro de los factores subjetivos destacan
la propia motivación del individuo para dejar
de delinquir. Además, la acumulación de capital humano y social durante la adolescencia
tardía hace que el éxito de la transición a la
edad adulta y desistimiento de la actividad
antisocial sea posible (Mulvey et al., 2004). El
capital humano puede ser considerado como
las capacidades, habilidades y propensiones
individuales que un adolescente tiene que
trabajar en los desafíos de la edad adulta
joven (Becker, como se citó en Mulvey et
al., 2004). También, destacan cambios en
su razonamiento moral, orientación hacia el
futuro, el control de impulsos o la susceptibilidad a la influencia de compañeros puede
mantenerse alejados de comportamiento
antisocial, arriesgado y peligroso, y hacia
actividades socialmente más deseables y más
seguras (Gardner, 1993; Keating, 1990; Steinberg y Cauffman, 1996).
Las estructuras sociales pueden contribuir a
facilitar o dificultar el desistimiento delictivo
de los individuos. Es por esto que el rol del capital social resulta clave para el desistimiento,
pues los amigos, miembros de la familia,
padres, comunidad, compañeros de trabajo,
entre otros, se involucran de alguna forma
con el joven pudiendo lograr un cambio significativo en la conducta delictiva, así como en
su contexto y desarrollo psicosocial. Dentro
de los factores sociales destaca el hecho
de que “durante la adolescencia tardía, los
individuos cambian en sus capacidades para
interpretar y manejar situaciones sociales.
Ciertas características psicosociales tales
como la responsabilidad (es decir, autonomía,
autosuficiencia, el sentido de identidad),
punto de vista (es decir, la orientación fu-
196
UC PROPONE 2016
tura, la capacidad de considerar puntos de
vista alternativos), y la templanza (es decir,
capacidad de autorregulación, reactividad
emocional, impulsividad) todo aumenta a lo
largo de la adolescencia” (Steinberg, Chung
y Little, 2004, como se citó en Mulvey et al.,
2004, p. 224).
Junto a ello, la transición de jóvenes a adultos
produce una serie de eventos significativos
que contribuyen al desistimiento delictivo.
Se identifican tres grandes esferas sociales:
el mercado de trabajo, la familia y la política
criminal (Cid y Marti, 2011). La familia asume
un rol importante en la provisión de cuidados
y apoyo social en todas las etapas vitales, lo
que es relevante para acompañar el desistimiento. También, el hecho de que los menores
abandonen el hogar paterno y opten por la
independencia los dota de mayor autonomía
y menos control parental, pues muchos deben ingresar al mercado laboral. En cuanto a
éste último destaca la promoción de nuevos
patrones de comportamiento y el desarrollo
de nuevas habilidades que van a permitirles
tomar decisiones diferentes en lo que refiere
a la actividad delictiva. Entonces, “parece
ser que el proceso de desistimiento implica
interacciones entre los cambios dinámicos en
los estados psicológicos de los delincuentes,
las capacidades de desarrollo y los contextos
sociales” (Mulvey et al., 2004, p. 218).
Hoy en día no existe una sola teoría sobre el
desistimiento de la conducta criminal sino que
se ha explicado desde el enfoque de varias
teorías, dando cuenta de la actividad criminal
desde su inicio y continuación en el tiempo
(Laub y Sampson, 2001). Dentro de estas
teorías está Moffitt (1993), que establece una
distinción entre ofensores permanentes y
limitados, donde en los primeros se explicaría
su comportamiento por factores neurológicos y los segundos por una diferencia entre la
maduración personal y social. Por otro lado,
Gottfredson y Hirschi (Hearn, 2010) afirman
que caer o no en conductas delictuales depende del autocontrol que posee el sujeto.
Finalmente, Sampson y Laud (como se citó en
McNeill, Farrall, Lightowler, y Maruna, 2012)
explican el desistimiento por el afianzamiento
de los vínculos entre el individuo y la sociedad
a través de las instituciones sociales.
En el último tiempo, sin embargo, se ha enfatizado la importancia de las narrativas que el
mismo sujeto hace sobre su proceso de desistimiento. Este enfoque se basa en la Teoría Narrativa de la psicología, que busca aproximarse
al sujeto desde su totalidad, distanciándose de
teorías que explican la conducta delictual (o su
desistencia) mediante factores parciales como
la educación, ambiente o rasgos psicológicos
(Maruna, 1997). El argumento base es que la
manera en que los individuos perciben su propia historia no sólo es reflejo de su personalidad y su contexto, sino que esta autobiografía
tiene el poder de influir sobre las elecciones
futuras y el comportamiento de los individuos
(Maruna, 1997).
Maruna (1997) constató la existencia de
un prototipo de historia en ex infractores.
Aquellos que habían desistido atribuían su
comportamiento delictual pasado a factores
ambientales fuera de su control, otorgando
el cambio a fuerza externas. Con ello, para
desistir los sujetos necesitan desarrollar una
identidad prosocial y coherente de sí mismos
(McNeill, Farrall, Lightowler, y Maruna, 2012).
Además, Maruna (2004) encontró que los sujetos que han desistido difieren de los que no
en el modo de explicar los acontecimientos
de su vida, donde los primeros atribuían causas internas y estables a los hechos negativos
de su vida, y causas externas y cambiantes a
los hechos positivos. Por lo tanto, entre más
capaz sea el individuo de atribuir cualidades
de su personalidad a los hechos positivos de
su vida, mayores son las posibilidades de que
no vuelva a delinquir, logrando mantener
un sentimiento de control sobre su futuro
y fuertes creencias internas sobre su valía
personal (LeBel, Burnett, Maruna, y Bushway,
2008).
CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD
METODOLOGÍA
Pregunta de Investigación
Posterior a la revisión sobre el desistimiento
en conductas delictivas surge la siguiente
pregunta de investigación: ¿Cuáles son los
elementos que inciden en el desistimiento de
las conductas en conflicto con la ley (robos
y/o hurtos) en los adolescentes chilenos
que asisten al Programa de Libertad Asistida
(PLA) de la Asociación Cristiana de Jóvenes
(ACJ)? En base a esta interrogante, es importante conocer y comprender los diferentes
antecedentes de los sujetos de estudios,
permitiendo guiar de esta manera la presente
investigación.
OBJETIVO GENERAL
Analizar los elementos que influencian el desistimiento de la conducta en conflictos con la ley
(robo y/o hurto) en los adolescentes chilenos
que asisten al Plan de Libertad Asistida (PLA)
de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ)
para generar propuestas para programas de
intervención con adolescentes que presentan
conducta en conflictos con la ley.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Indagar en las vivencias de los adolescentes
que causan la deserción de su conducta en
conflictos con la ley y su reinserción social.
Identificar los diferentes aspectos que
trabajan los profesionales del Programa en
la ACJ y que influencian en el desistimiento
de la conducta en conflicto con la ley por
parte de los adolescentes.
Describir la base teórica del Programa de
Libertad Asistida de la ACJ.
197
temática a estudiar (Hernández, Fernández
y Baptista, 2006). Con ello, el paradigma a
trabajar será el paradigma fenomenológico,
porque es el “estudio del significado esencial
de los fenómenos así como por el sentido y la
importancia que estos tienen (...) se orientan
a la recogida de material experiencial o de la
experiencia vivida” (Ayala, 2008, p. 411­-412).
El tipo de estudio se definió como exploratorio-descriptivo, lo que permite, según Baptista, Fernández y Hernández (2003), entender
que el estudio exploratorio examina temas
de investigación poco estudiados, con poca
información y con el que se tienen muchas
dudas, mientras que el estudio descriptivo
conforma propiedades específicas de rasgos
importantes del fenómeno analizado, conociendo tendencias de un grupo o población.
La técnica de muestra con la que se trabajará
será la del muestreo intencional por conveniencia (Patton, 1990), porque se “cumple con
consideraciones tipo práctico para obtener
información en el menor tiempo posible, de
acuerdo con las circunstancias concretas
que rodean tanto al investigador como a los
sujetos o grupos investigados” (Quintana y
Montgomery, 2006, p. 59).
Generar propuestas para programas de intervención con adolescentes que presentan
conducta en conflictos con la ley.
Los instrumentos a utilizar son: entrevista
semi-estructurada, que permite disponer de
un guión con los temas ordenados, logrando
así una conversación de los temas más convenientes y significantes para el estudio (Corbetta, 2003); grupo focal con el que se aborda a
fondo problemas de relevancia a nivel grupal
(Quintana y Montgomery, 2006); análisis documental, que se puede obtener información
de documentos personales, institucionales
o grupales, conociendo los actores y roles a
nivel socio-cultural (Sandoval, 1996).
Diseño Metodológico
La metodología utilizada es la metodología
cualitativa, que se enfoca en la relevancia
y profundización de los casos, así como la
percepción de los participantes sobre la
Por último, en cuanto al objeto de estudio,
se entrevistó a seis jóvenes cuyos criterios
de selección por parte de los investigadores
fueron los siguientes: que tuvieran una
asistencia en el PLA con un tiempo mínimo
Analizar la información recolectada junto a
antecedentes internacionales.
198
UC PROPONE 2016
de un año; que hayan asistido al PLA siendo
menores de edad; que su causa de ingreso
haya sido robo o hurto; y que hayan tenido
un proceso positivo dentro del PLA, según
los criterios de los delegados. En el grupo
focal participaron cuatro profesionales del
PLA: tres delegados y el jefe técnico del
recinto, que trabajan de manera directa con
los jóvenes. Y, sobre las fichas analizadas,
éstas correspondían en un primer momento
a jóvenes que hayan tenido una intervención
de un año y medio, para que la recopilación
de información fuese mayor al momento de
dimensionar los resultados. No obstante, el
número de fichas con el que contaba la organización era limitado, cumpliendo tal criterio
sólo 9 fichas. Por ello se amplió el criterio a
jóvenes que tuvieran una intervención una intervecioón mínima de seis meses, con lo que
se logró acceder a ocho fichas más. Aunque
éstas últimas diferían en su estructura con
las anteriores, con ellas fue posible llegar
a la saturación de información (17 fichas
analizadas en total). Finalmente, el período
de tiempo en que se recogieron todos los
datos señalados anteriormente fue durante
el mes de octubre y noviembre del año 2016.
RESULTADOS
A continuación, se presentan los resultados
de las fichas a las que se accedieron a través
de la ACJ, las cuales se dividen en un análisis
en cuanto al ingreso y egreso del joven en el
PLA, y sub-dividiéndose en dimensiones tales
como familia, escolaridad, experiencia laboral, consumo de drogas, entre otras. Dicho
método se justifica a partir de las diferencias
evidentes que se pueden hacer entre el ingreso y egreso de un adolescente en el PLA, y así,
verificar de qué maneras interviene el PLA en
cada una de estas dimensiones.
Revisión de Fichas: Antecedentes previos al
ingreso del PLA
En cuanto a la familia se presencia violencia
psicológica, verbal y a veces física entre
los familiares del sujeto y hacia el mismo; a
pesar de ello no se hace referencia completa
del cómo es la violencia ya que no existe
esa información. Se reconoce consumo de
drogas por parte de los familiares pero no
se entrega información de ello, situación
similar a lo que ocurre en el caso del nivel
socio-económico de la familia. En antecedentes delictuales de la familia sí se presencia
un historial pero no en profundidad; lo
mismo ocurre con los roles de la familia pues
sólo se reconoce inseguridad y temor por la
normas y modos de convivencia del hogar.
En escolaridad y experiencia laboral se
presencia gran cantidad de información de
manera confusa, mientras que en algunos
casos no se registra información. Sobre
repitencia no se tiene información exacta
del curso en que repite pero sí se explica los
motivos que los llevan a desistir como lo es
el trabajo. No se registran antecedentes de
violencia escolar, aunque sí hay casos en que
los jóvenes participaron en hechos violentos.
No hay información sobre etiquetaje escolar.
Por último, no presentan motivación para
permanecer estudiando ya que no visualizan
su formación escolar como una herramienta
para evolucionar en la vida.
Sobre consumo de drogas los jóvenes consumen principalmente marihuana, iniciándose
entre los 10 y los 13 años. El consumo suele
ser diario y en compañía de sus pares, aunque
se registran casos en que también consumen
solos. Se registran casos de drogodepencia.
A nivel de autopercepción no hay información
sobre etiquetaje social. Los adultos responsables por el joven muestran preocupación por
las conductas delictivas de éstos. Esto último
en el caso de que estén informados, ya que
hay casos en que los adultos son indiferentes
o ausentes, a raíz de la escasa relación entre
ellos y sus hijos. En general no se caracterizan
por realizar actividades en conjuntos. Los jóvenes reconocen sus habilidades personales
y no suelen identificarse con la imagen de
delincuentes. Suelen tener planes de vida
alejados del delito.
En la dimensión social comunitaria se expli-
CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD
cita que existen pocas redes de apoyo en las
que los jóvenes participen, destacándose el
colegio, aunque no es analizado integralmente. Entre las personas y grupos significativos
se destaca la madre, pero la influencia principal sobre el joven la ejerce el grupo de pares.
Adolescentes tienen nula participación en la
sociedad (junta de vecinos, organizaciones
deportivas, actividades recreativas, voluntariados, beneficios municipales, entre otras) a
causa de que sus actividades no se relacionan
con ésta sino con los delitos. El barrio presenta actividades conflictivas tales como delincuencia y drogadicción, con episodios de
violencia, pero con una escasa información
en la identificación del grupo de pares en la
conducta de los jóvenes.
Revisión de Fichas: Antecedentes sobre el
egreso del PLA
En cuanto a familia los jóvenes muestran una
mejora en la comunicación y mayor cercanía
con sus familiares cercanos. La estructura
familiar se mantuvo y los jóvenes no presentaron cambios en cuanto a su parentalidad.
Los jóvenes en su mayoría no tienen hijos.
Sobre escolaridad y experiencia laboral se
evidencia que los jóvenes no asisten al sistema escolar tradicional sino a un sistema de
exámenes libres. Aumenta su motivación para
estudiar, pero no como interés principal, pues
éste abarca al área laboral en los cuales se
presentan poca realización de talleres y una
menor entrega de certificados.
Por lo general se considera el consumo de
drogas como no problemático por lo que no
se designa un programa. En lo casos complejos se adhiere un programa a los jóvenes, derivándolos al Centro de Rehabilitación Ágora,
quienes asisten de manera interrumpida. De
este modo, se aprecia una mejoría en esta
sub-dimensión por parte de los adolescentes.
No obstante, cabe señalar que no se les deriva
a todos los jóvenes, aunque sean casos críticos.
En cuanto a la autopercepción el programa
lo trabaja a través de test y diagnósticos. Las
199
áreas observadas son la de responsabilización
del delito y el conocimiento de las propias habilidades. Si bien en las fichas se observa que
se otorga bastante relevancia al trabajo en esta
área, no se dan a conocer los métodos a través
de los cuales se trabaja la autopercepción del
joven y las herramientas que se le entrega al
joven para relacionarse con su entorno.
A nivel social comunitario, es decir al contacto
con instituciones a nivel municipal, regional o
nacional, se alude a principalmente a diferentes instancias municipales que funcionan
como la fuente de apoyo de los adolescentes,
siendo el colegio el principal apoyo. Por otra
parte se menciona a los consultorios y sólo
en algunos casos se consideran los trabajos.
En este nivel el contacto es a través de redes
institucionales, las cuales coordina la ACJ o
sus delegados para ayudar a los adolescentes
en las áreas que se busca trabajar.
Focus Group
La organización dice ocupar un enfoque
socioeducativo. Sobre la forma en que lo
utilizan los profesionales afirman: “Yo tomo el
socioeducativo, que está propuesto, por eso
trabajamos con unos formatos que después lo
pueden ver, son actividades que en lo personal
no sirven para nada, pero tienen que estar, entonces uno puede aplicarlo a la rápida, lo hace
a la rápida (...)” (Participante 1). Sin embargo,
señalan que cada uno ocupa una estrategia
diferente al intervenir. Existe un consenso en
los elementos por los cuales los jóvenes llegan
a delinquir son “múltiples los factores que inciden, no hay solamente una única causalidad”
(Participante 2).
En cuanto a los elementos de mayor dificultad
para intervenir los profesionales identifican a
la familia. Mencionan que ésta trae consigo
trayectorias de vulneración de derechos,
consumo de drogas y actividades ilícitas, pero
coinciden que no existen intervenciones efectivas para la familia, debido a que no existen
políticas o programas que las intervengan en
su conjunto, y a causa de que no hay intervenciones que les permitan salir a flote en
200
UC PROPONE 2016
aspecto socioeconómico o de reparación. En
este sentido, un profesional señaló que “el
tema de la familia se relaciona con el tema de
la exclusión, el tema de la pobreza, con el tema
de la vulneración” (Participante 4).
La escolaridad y experiencia laborales es uno
de los elementos que el programa efectivamente interviene a través de talleres de
inserción laboral y en la continuidad de estudios a través de la reinserción escolar tradicional o por inscripción de exámenes libres.
Sin embargo, los profesionales coinciden en
que por regla general las capacitaciones no
sirven para efectos de que los jóvenes dejen
de delinquir.
El consumo de drogas también se considera
un elemento difícil de trabajar, debido a que
los programas piden a los jóvenes voluntariedad en este aspecto, es decir, depende de
ellos si desean adherirse o no a un programa
de rehabilitación con el que la ACJ los puede
ayudar a su derivación. Sin embargo, dejar dicha decisión en manos de los jóvenes se hace
complejo, pues como lo expresa uno de los
profesionales, “el límite en perder la voluntad
por el consumo de drogas y tener la voluntad
de dejarla, es tremendo el vacío ahí”
(Participante 3).
Sobre autopercepción los profesionales consideran que es un aspecto que sí se puede trabajar: “la responsabilización más lo socioeducativo que nos permite ampliar su horizonte
y reflexionar en torno a eso sí, eso se puede
hacer” (Participante 1). No obstante, agregan
que “el impacto que tenga en el chico, depende más del chico, de la familia, del entorno
donde está” (Participante 1). Dentro de esta
dimensión se trabaja la responsabilidad penal
y las habilidades blandas. Junto al joven se
busca indagar cuáles son sus potencialidades.
Se cuestionan sus recursos personales, los
cuales son difíciles de detectar debido a que
los jóvenes son “cerrados”. Se insta además al
joven a que mire críticamente sus factores de
riesgo.
Respecto a las proyecciones de los jóvenes,
luego de haber estado un año o más en la ACJ,
los profesionales deben dejar a los jóvenes
“insertos en algún lugar y de ahí solitos que
no venga después a venir a pedir algún tipo de
ayuda, que si se da igual pero se supone que
ya está encaminado” (Participante 2).
Ahora, dentro de lo social comunitario, los
factores que los profesionales dicen que
pueden ayudar a que los jóvenes desistan está
el alejarlo del ambiente delictual. En cuanto
al grupo de pares señalaron: “la influencia del
grupo de pares es mayor, y por lo tanto proclive al consumo de drogas y a cometer delitos
ilícitos que a lo mejor son un juego inicialmente, pero después se van transformando en un
medio de obtención de recursos y empieza a
permanecer de acuerdo a las características
propias de personalidad, a la experiencia que
él tenga, si esta la escuela o no está, todo
empieza a gatillar” (Participante 1).
Para intervenir el grupo de pares debiese
existir un trabajo a nivel comunitario, lo cual
no se hace. Uno de los profesionales expresa:
“quizá no nosotros, sino otros actores que
hicieran el trabajo más preventivo que hoy
día se carece” (Participante 1). El programa
realiza actividades recreativas, y si bien estas
instancias tienen buena acogida, identifican
dos problemáticas al respecto. En primer
lugar, las actividades no están establecidas
institucionalmente, y en segundo lugar, generan aprehensión en cuanto a la interacción
entre jóvenes participantes del programa y
los jóvenes ajenos a éste.
Un aspecto a destacar es el vínculo que forjan
los profesionales con los jóvenes a través de
afecto e interés, junto con un trato empático.
Respecto a la reincidencia de los jóvenes luego
de egresar del programa, los profesionales declaran que no es el programa quien finalmente
los hace desistir, sino que son situaciones
extraordinarias que marcan el fin de la trayectoria, como la muerte de un familiar/amigo.
De todas formas, lo que sí hace el programa es
entregar herramientas para que al momento
de desistir las tengan a su alcance.
CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD
Entrevistas
De los datos obtenidos se desprende que las
familias de estos jóvenes, en general, se componen de cuatro miembros como mínimo, lo
cual se mantiene tanto en la niñez como en
la actualidad. Las familias de los jóvenes se
componen por su núcleo familiar y familia
extendida: “Siempre he vivido aquí, con mi
tía, mi mamá, mi abuelo (...) con mi papá”
(Entrevistado 2). Hoy ninguno de los jóvenes
manifiesta mantener malas relaciones con sus
padres, definiéndolas una relación: “Buena,
en general buena. Me llevo súper bien, con los
más chicos peleo a veces pero como cualquier
hermano y con mi mamá me llevó en general
bien y con mi papá igual” (Entrevistado 6).
Esta relación se caracteriza por el persistente
apoyo, preocupación y por una buena comunicación: “Siempre hablamos, no hay día que
no hablemos. A mi papá lo veo todos los días
y veo siempre a mi abuela y a mi hermano”
(Entrevistado 5). En este sentido, algunos
jóvenes mencionan al PLA como un apoyo en
la mejora de estas relaciones, incitándolos a
mantener comunicación y relación con sus
padres: “Me ayudó a no faltar más el respeto
aquí en la casa, porque yo era irrespetuoso,
no estaba ni ahí con ni una ‘weá’ y ahora no.
El programa me cambió igual, como que ya
no me meto… maduré. Me hizo madurar el
programa” (Entrevistado 2).
Tener una pareja estable para los jóvenes se
constituye como un elemento fundamental
para el cese de la conducta delictiva mediante
apoyo, consejos, preocupación y cariño: “No,
excelente, me ayudó harto a mí también a
cambiar, a preocuparme por mí, a comprarme
mis cosas, a tener todo lo que no tenía antes,
porque antes no tenía nada…” (Entrevistado
5). Junto a ello, la parentalidad se presenta
como un cambio radical en la vida de estos
jóvenes. Estos se han vuelto personas más
responsables y maduras: “Sí, radicalmente
que nos cambió la vida a los dos, estamos,
más así, concentrados en la familia. Ya tengo
mi propia familia, tengo que preocuparme de
mi familia” (Entrevistado 4).
201
Respecto a la esfera social comunitaria los
jóvenes señalan en la entrevista que sus
amistades han cambiado en relación a su adolescencia. Estas nuevas amistades se caracterizan por ser un apoyo a través de consejos
y la preocupación, las cuales son propiciadas
por los amigos de familiares, ya sean hermanos, primos o tíos y/o compañeros de trabajo:
“Las amistades de mi cuñado, son todas mis
amistades (...). Me dicen que yo estoy bien
aquí, que me tengo que portar bien, que no
tengo que mandarme ‘embarrás’, porque esta
oportunidad ya no la voy a tener dos veces,
(...). Me apoyan, me dan consejos, que no
falte a la pega, todo eso” (Entrevistado 1).
En cuanto al barrio al cual pertenece el joven, éste es un sector en el que se explicita
conductas conflictivas, sean estas violentas
o de consumo de drogas, sin embargo, es
definido en general como un sector tranquilo
para ellos. De todas formas, los entrevistados
sí resaltan que existen momentos en los que
se presentan situaciones peligrosas, como
grupos conflictivos y tráfico de drogas: “Igual
conflictivo, un poco igual, porque igual en
la noche andan los cabros, los pacos igual”
(Entrevistado 2).
Por otro lado, en escolaridad y el ámbito laboral se expresa que la mayoría de los jóvenes
no terminaron sus estudios escolares, lo cual
se debe a una decisión personal basada en la
desmotivación y sentimiento de incapacidad,
donde los padres no tuvieron mayor incidencia: “Me salí porque yo no quería estudiar
más, me salí porque repetí una vez y después
no estudié más” (Entrevistado 2). Los jóvenes
que trabajan actualmente lo han conseguido
mediante familiares/amigos/por sí mismos o
de la ayuda de los delegados del programa
ACJ. Se manifiestan cómodos y conformes
en sus respectivos trabajos. En estos han
aprendido nuevas habilidades relacionadas
al rubro y han desarrollado nuevos vínculos
sociales: “He aprendido como ser ayudante
de carpintería, carpintero, todo eso que se
refiera a la construcción” (Entrevistado 1).
202
UC PROPONE 2016
Sobre la autopercepción actual los jóvenes
se definen como personas responsables,
trabajadoras, controladas y menos violentas:
“Un cabro responsable, preocupado, atento
con mi familia y con todos mis seres queridos,
preocupado de mi polola, trabajador, igual
ahora me enfoqué mucho y estoy muy bueno
para la pega” (Entrevistado 5).
Finalmente, en lo que respecta a la orientación hacia el futuro, los jóvenes entrevistados
mantienen una proyección positiva, tanto en
el ámbito familiar, laboral y en lo escolar. Todo
lo anterior se puede observar al momento
de consultar a los jóvenes por su proyección
personal en los dos y diez años: “Estudiando y
trabajando, juntando harta platita (...) En otra
casa, con una familia con unos dos hijos si es
posible, pero yo creo que con una familia con
mi polola” (Entrevistado 1).
Triangulación
En primera instancia, en cuanto a los vínculos
sociales de los jóvenes, se alude a la familia
como un componente que ayuda a cesar
la conducta delictiva a causa de que ésta
entrega cuidados y brinda apoyo tanto emocional como social de manera que el joven
pueda abordar sus necesidades de manera
legítima (Cid y Marti, 2011; Cullen y Wright,
1997; Sampson y Laub, 1993). Así, es posible
evidenciar un símil que tiene con el análisis
de fichas, ya que en éstas se revela que la situación actual de los jóvenes es de una mejor
articulación familiar, habiendo una mejoría
en la cercanía y en la comunicación. Ocurre
lo mismo con las entrevistas, puesto que se
responde a que existe hoy una buena relación
con los padres, en el que el apoyo, preocupación y comunicación ha sido fundamental en
su desistimiento. A raíz de ello, el grupo focal
alude a que la familia es una temática que
tiene gran incidencia en la conducta delictiva
del joven, pero que el Programa no tiene una
intervención directa en el desarrollo del Plan
de Intervención del joven.
Sobre el círculo de pares, la literatura manifiesta que el abandono o reducción de la
relación con los pares que acompañaban
a delinquir al joven es uno de los pasos
fundamentales para el desistimiento de tal
conducta, ya que de esta manera puede tener
un nuevo círculo de pares, quienes brindan
apoyo, consejo y promocionan una actitud
prosocial (Bradshaw, 2011; Cid y Marti, 2011;
Cullen y Wright, 1997; Maruna, 2001; Sampson y Laub, 1993; Warr, 1998). Es posible dar
cuenta de ello en el discurso de los jóvenes
durante su entrevista, puesto que estos han
cambiado sus amistades, donde las nuevas
ejercen apoyo, consejos, preocupación y
valoración por el joven. Sin embargo, tanto
en las fichas como en el grupo focal esta
información se ignora y/o desconoce, pero
sí se destaca que la influencia de estos es la
principal para guiar su conducta delictiva, por
lo que es necesario intervenir en tal entorno
del joven para su futuro desistimiento.
En cuanto a las relaciones de pareja y paternidad, son elementos del desistimiento de la
conducta delictiva, a causa de que promulgan
una idea de vida convencional con la que los
jóvenes se motivan para abandonar la delincuencia, el círculo delictivo de amistades, el
consumo de drogas e insertarse en el mundo
laboral (Cid y Marti, 2011; Cullen y Wright,
1997; Sampson & Laub; 1993; Shover, 1985,
1996; Warr, 1998). Si bien la información sobre
estos elementos y su influencia en la conducta de los jóvenes se desconoce por parte de
las fichas y del grupo focal, los entrevistados
aluden a que la pareja ha sido fundamental
para su proceso de desistimiento gracias al
apoyo, consejo, preocupación y cariño que
les entregan, al igual que la paternidad que
produce la principal motivación para desistir
y de realizar un cambio en el estilo de vida a
través de la emergencia de roles convencionales y proyecciones a futuro.
En lo que concierne al sujeto, la literatura
destaca características psicosociales como
elementos que contribuyen al cese de la
conducta delictiva. Estos son la responsabilidad (autonomía, autosuficiencia, sentido
de identidad), punto de vista (orientación
CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD
futura, capacidad de considerar puntos de
vista alternativos) y la templanza (capacidad
de autorregulación, reactividad emocional,
impulsividad) (Cid y Marti, 2011; Gardner,
1993; Mulvey et al., 2004; Keating, 1990;
Steinberg y Cauffman, 1996; Steinberg,
Chung y Little, 2004, como se citó en Mulvey
et al, 2004). En este sentido los profesionales
de la ACJ indican un trabajo centrado en la
responsabilización penal en conjunto con las
habilidades blandas y la búsqueda de potencialidades. Esto se realiza a través de test y
diagnósticos, donde los jóvenes reconocen
sus habilidades y no suelen identificarse con
la imagen de jóvenes infractores. Lo anterior
se evidencia a través del relato de los jóvenes
donde estos se definen como personas responsables, trabajadoras, controladas y menos
violentas. Asimismo, a través de las fichas es
posible evidenciar que los jóvenes suelen tener planes de vida alejados del delito, lo cual
se relaciona a lo expresado por los jóvenes en
las entrevistas, donde mantienen una proyección positiva en el ámbito familiar, laboral y
escolar.
Por otro lado, es la acumulación de capital
humano y social durante la adolescencia
tardía que hace que el desistimiento de la
actividad antisocial sea posible (Mulvey et
al., 2004). Éste puede ser considerado como
las capacidades, habilidades y propensiones
individuales que un adolescente tiene que
trabajar los desafíos en la edad adulta joven
(Becker, como se citó en Mulvey et al, 2004;
Todis, Bullis, Waintrup, Schultz, y D'Ambrosio,
2001). En relación a lo anterior, los profesionales del PLA destacan la reinserción escolar
a través de la continuación de estudios por
medio de exámenes libres o la incorporación
a un establecimiento educacional. Sin embargo, a nivel de fichas, la información de este
ámbito se presenta confusa y/o insuficiente,
en aspectos tan relevantes como lo es la repitencia escolar. En contraste a lo manifestado
por los profesionales del PLA, los jóvenes
indican no haber terminado sus educación
básica y/o media, debido a la desmotivación
y el sentimiento de incapacidad, agregando
203
que la idea de reinserción es opcional.
En relación a lo anterior, los sujetos que se
encuentren inmersos en el mercado laboral
tienen una prevalencia a desistir de la actividad delictiva, debido a el desarrollo de habilidades y establecimiento de nuevos vínculos
(Bullis, Moran, Benz, Todis y Johnson, 2002;
Cid y Mati, 2011). En el ámbito laboral la inserción es a través de capacitaciones laborales,
las cuales los profesionales las definen como
precarias e ineficaces. Ahora bien, los jóvenes
que actualmente trabajan destacan haber
desarrollado nuevas habilidades y vínculos
sociales con sus compañeros de trabajos
quienes se constituyen como una fuente de
apoyo hacia el joven. Este nuevo vínculo hacia
el mercado laboral ha sido gestionado, generalmente, a través de familiares y amigos.
A nivel social comunitario el entorno presenta factores externos a los jóvenes con los
que posiblemente pueden reforzar el desistimiento de la conducta delictual, siendo éstas
redes, grupos y vínculos significativos. Dichos
grupos son las amistades y la familia, aunque
también se incluye la escuela, iglesia y otros
grupos (Akers, 1977; Bradshaw, 2011; Cid y
Marti, 2011; McNeill, Farrall, Lightowler y Maruna, 2012). En este sentido, los profesionales
manifestaron que la influencia del grupo de
pares es un gatillante ante el consumo de
drogas y perpetración de delitos ilícitos. Señalan que una adecuada intervención al grupo
de pares debe realizarse a nivel comunitario,
sin embargo, el PLA no realiza este tipo de
intervención. Destacan que éste debiese ser
un trabajo más bien de carácter preventivo. A
través de las fichas se puede evidenciar que,
en general, los jóvenes carecen de redes de
apoyo, debido a la baja participación ciudadana. Además, existe escasa información en la
identificación e influencia del grupo de pares
en la conducta de los jóvenes. A través de las
entrevistas los jóvenes revelaron una transformación respecto a su grupo de pares, ya
que en la actualidad mantienen vínculos con
amistades prosociales, quienes se caracterizan por brindar apoyo por medio de consejos
204
UC PROPONE 2016
y preocupación.
Por último, es necesario mencionar que tanto
lo referido por los profesionales como lo que
se presenta en las fichas evidencia que los barrios donde están insertos estos jóvenes son
vulnerables, debido a la presencia de situaciones conflictivas, tales como la delincuencia,
episodios de violencia y ejes de tráfico de
drogas. Los jóvenes mediante los relatos
complementan lo anteriormente expuesto,
manifestando que dentro de los sectores se
presentan situaciones peligrosas asociadas a
grupos conflictivos y tráfico de drogas. Sin
embargo, la mayoría define su barrio como
un sector tranquilo, de lo cual se desprende
una naturalización o convencionalización de
la violencia por parte de ellos.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Como se dio cuenta en la revisión bibliográfica, Maruna (1977) se concentra en los factores
internos de los sujeto basándose en la teoría
narrativa de la psicología, distanciándose de
teorías que explican el desistimiento mediante
factores parciales. La manera en que lo sujetos
perciben su propia historia no es tan sólo el
reflejo de su personalidad y contexto, sino que
además tiene el poder de influir en las elecciones futuras y el comportamiento del individuo.
En este sentido, otros autores concuerdan con
que dichos elementos internos tendrían un impacto en el cese de la conducta delictiva (Cid
y Marti, 2011; Gardner, 1993; Keating, 1990;
Steinberg y Cauffman, 1996; Steinberg, Chung
y Little, 2004, como se citó en Mulvey et al,
2004). De la misma manera, elementos como
la orientación hacia el futuro y la autopercepción positiva de los sujetos se hacen presentes
en jóvenes que han desistido de la conducta
delictual, elementos que sí son trabajados por
los profesionales de la ACJ.
Junto a ello, existe literatura que alude a que
elementos externos tales como el apoyo
familiar, la paternidad, una pareja estable (Cid
y Marti, 2011; Cullen y Wright, 1997; Sampson
y Laub, 1993) y aspectos como la inserción
laboral y escolar (Becker, Mulvey et al, 2004;
Todis, Bullis, Waintrup, Schultz, y D'Ambrosio,
2001) resultan ser significativos a la hora de
que los jóvenes desistan. Finalmente, aspectos sociocomunitarios como instituciones
y redes de apoyo, traducidos en pares y el
barrio, resultan considerables a la hora de
desistir de la actividad delictual (Akers, 1977;
Bradshaw, 2011; Cid y Marti, 2011; McNeill,
Farrall, Lightowler y Maruna, 2012). Sobre
estos últimos elementos, cabe destacar que
no son considerados por la teoría/modelo
de Maruna, pese a que resultan esenciales
a la hora de explicar el cese de la conducta
delictiva.
Que el sujeto se encuentre inmerso en un
trabajo estable contribuye a la adquisición de
nuevas capacidades y nuevos vínculos sociales
que resultan ser un apoyo para el sujeto, lo cual
contribuye a la autopercepción (Cid y Marti,
2011; Gardner, 1993; Keating, 1990; Steinberg
y Cauffman, 1996; Steinberg, Chung y Little,
2004, como se citó en Mulvey et al, 2004).
Dichos elementos son altamente trabajados a
nivel nacional en programas que tiene como
objetivo la reinserción social de jóvenes infractores de ley. Sin embargo, como lo enfatizan
los profesionales de la ACJ y los jóvenes por
medio de las entrevistas, la inserción al sistema
escolar y las capacitaciones laborales resultan
ser insuficientes y precarias.
Por otra parte, los vínculos sociales como la
paternidad resulta ser un elemento esencial
para que el joven desista de la conducta delictual, pues ésta contribuye a la adquisición
de responsabilidad, la cual se asocia al interés
de un trabajo estable y a una proyección
positiva donde el sueño de una familia pasa
a ser fundamental. Con ello, la pareja pasa
a ser un apoyo constante y positivo para el
sujeto a través de un acompañamiento en la
proyección del joven.
La familia resulta ser significativa en el cese
de la conducta delictiva, pues además de ser
un apoyo para éste, resulta ser el principal
agente socializador del joven, siendo el
principal proveedor de contención, y apoyo
CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD
205
personal y social. Es a través de la buena comunicación donde se logra lo anteriormente
señalado. Sin embargo, como lo mencionan
profesionales de la ACJ y como se evidencia de manera empírica a nivel nacional por
medio de las programas y políticas públicas,
no existen instancias que intervengan con la
familia a nivel de grupo. En el caso de la ACJ,
no existe correcta y persistente intervención
con la familia, lo cual resulta perjudicial pues
existen estudios que demuestran que las
intervenciones familiares tienen resultados
positivamente mayores que la intervención al
joven de manera individual (Méndez y Barra,
2006; Borduin y Schaeffer, 1998).
exógenos, tales como nuevas vinculaciones,
entorno social como el historial del individuo,
son importantes a la hora de desarrollar el
proceso de desistimiento, por lo que dicha
teoría no abarca de manera suficiente todo lo
que implica el cese de la conducta delictiva.
Finalmente, el barrio resulta ser un elemento
importante en el cese de la conducta delictiva, debido a que es en este contexto donde
se presentan los grupos de pares del joven y
donde se desenvuelve cotidianamente (Méndez y Barra, 2006). Los jóvenes a través de
las entrevistas coinciden que es en este lugar
donde se ubican los pares con conductas delictivas. A la vez, los profesionales coinciden
con lo postulado por los jóvenes y enfatizan
en la necesidad de una intervención a nivel
barrial para la articulación del joven con
instituciones y grupos de comunidad significativos. Sin embargo, el PLA no cuenta con
capacidad para intervenir en este ámbito.
PROPUESTAS
1. Necesidad de un Modelo en los Programas
A partir de los hallazgos encontrados en esta
investigación se ve necesaria la construcción
de un modelo explicativo de la conducta
delictiva en los programas, específicamente
en la ACJ, que dirija las intervenciones realizadas con adolescentes que han delinquido. A
partir de los resultados y lo encontrado en la
literatura se propone que el modelo debería
incluir diversos elementos detallados a continuación.
De esta manera, es esencial aludir a que la
teoría narrativa de la psicología no maneja
todos aquellos elementos que pueden incidir
en el desistimiento de la conducta delictual
por parte de los jóvenes. Se debe tener en
consideración que el desarrollo del ciclo vital
es críticamente diferente para cada etapa
del desarrollo humano (Belsky, 1980; Bronfenbrenner, 1987; Erikson, 1979), por lo que
hablar de desistimiento en jóvenes se hace
necesario aludir a otros aspectos, aspectos
que fueron formulados y explicados anteriormente. Se puede establecer, entonces, que si
bien la teoría narrativa de la psicología explica
y evidencia los sucesos más importantes de
la percepción individual de los sujetos, es
necesario enfatizar que aquellos elementos
Ahora, en cuanto al desarrollo de estos
elementos en el tipo particular de programa
que se enfocó la presente investigación, cabe
señalar que es de suma importancia poder
mejorar cada uno de los aspectos mencionados, pudiendo así entregar mejoras al sistema
que trata a cada uno de los adolescentes en
conflicto con la ley.
Es necesario configurar un plan de intervención a nivel familiar que permita a las familias
un lugar que promueva la comunicación y
desarrollo integral positivo de los jóvenes, ya
que muchas veces el joven se encuentra en
contradicción respecto de lo que se trabaja
en el programa y la realidad que vive en su
hogar junto con su familia. Dicha intervención permitiría armonizar este aspecto y
crear objetivos comunes entre las personas
significativas para el joven y el programa.
En la escolaridad, proponemos mejorar la
efectividad de la intervención a través de
un sistema obligatorio para completar los
estudios, ya sea en un sistema tradicional de
enseñanza o bien a través de exámenes libres.
A nivel laboral, es necesario que se lleven a
cabo capacitaciones que realmente ayuden
a una articulación laboral posterior, que sus
206
UC PROPONE 2016
resultados sean acreditados, siendo un aporte
a la futura empleabilidad de los jóvenes, y que
se orienten según sus capacidades e intereses.
En relación a las actividades prosociales, la
interacción de los jóvenes con grupos de
pares alejados de las drogas y actividades
delictuales es fundamental para que los adolescentes encuentren nuevas redes de apoyo
que les permitan cambiar su estilo de vida. La
institucionalización de actividades que vinculen a los jóvenes con su entorno sería una
herramienta útil al momento de crear nuevas
relaciones personales positivas y prosociales.
Todas las intervenciones deberían además
estar enfocadas según las necesidades del
sector y población en el que se encuentra
inserto cada joven, ya que no se puede aplicar
un mismo plan para sectores que no presentan similaridad en su contexto geográfico
como relacional. Estas propuestas a nivel del
programa se verían reforzadas si se adoptara
un plan de seguimiento post egreso que
permita comprobar la efectividad de la intervención a largo plazo. De esa manera habría
una retroalimentación basada en el impacto
real que tiene el programa en los jóvenes que
asisten a él.
2. Capacitación y Evaluación de Profesionales
Para la implementación de un modelo explicativo de la conducta delictiva que guíe la
intervención es necesario la capacitación de
los profesionales que trabajan con los jóvenes. Éstas deberían estar destinadas a que los
profesionales posean un claro manejo de las
teorías y modelos de la conducta delictiva a
nivel nacional e internacional, y más específicamente, un claro manejo de las teorías y el
modelo en que se basa el propio programa.
En el caso del programa de ACJ implicaría,
principalmente, capacitar a los profesionales
sobre en qué consiste el enfoque socioeducativo, cuáles son sus bases, y qué implica al
momento de trabajar con los jóvenes.
Las capacitaciones deben ir acompañadas de
la supervisión periódicas de casos de parte
de SENAME, con el fin de supervisar que
los profesionales efectivamente posean el
conocimiento teórico-práctico necesario, y
no que la supervisión sea exclusivamente un
sistema de control. Esto implicaría una mayor
inyección de recursos de parte de SENAME
hacia los Programas de Libertad Asistida.
Los profesionales que tratan con los jóvenes
debieran poder dedicar sus horas de trabajo
a los jóvenes mismos y a su perfeccionamiento profesional, reduciendo las labores
administrativas que no estén dirigidas a esos
objetivos. Para poder lograr esto, se requiere
aumentar el personal y distribuir de manera
más eficiente las tareas, para que sólo las
labores de carácter administrativo queden en
manos de los delegados.
REFLEXIONES: ACIERTOS
En primer lugar, se quiere agradecer la disposición de la Asociación Cristiana de Jóvenes
en la entrega de información, el interés y la
constante participación por parte de sus profesionales y directivos. Su buena disposición y
ayuda fue un elemento indispensable para el
desarrollo de la investigación, especialmente
considerando el tiempo limitado que se poseía para llevar a cabo la investigación.
Como grupo investigativo se destaca que la
presente investigación ha sido un proceso
enriquecedor tanto desde lo académico
como desde del quehacer profesional, puesto
que se ha podido vincular desde los diferentes enfoques de las carreras profesionales
de cada uno de los integrantes del equipo de
investigación.
A través del trabajo realizado, ha sido posible
comprender cuáles son los factores de riesgo
que inciden en la conducta delictiva y a la vez
discernir en los elementos que contribuyen
en el cese de esta conducta, es decir, el
desistimiento. Además, el carácter interdisciplinario del grupo de investigadores permitió
enriquecer y complejizar la forma en que se
entendía el fenómeno a estudiar.
Desde los aspectos trabajados se puede con-
CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD
siderar que en un primer lugar se realizó un
grupo focal con profesionales del PLA, donde
es importante agradecer la disposición de
los profesionales para participar, pues permitieron el desarrollo sin inconvenientes de
la instancia. En segundo lugar, en el caso de
las entrevistas con los jóvenes egresados del
PLA, ésta fue la forma de levantar información más demandante, dada la dificultad para
contactarse con los jóvenes que coincidieran
con el criterio que se había establecido. En
este punto destacamos la ayuda de los delegados que hicieron de intermediarios entre
nosotros y los jóvenes, lo que permitió que se
pudiese contactar y entrevistar finalmente a
seis jóvenes. En último lugar, desde lo que es
la revisión de las fichas, se pudo comprobar
que la ACJ tiene como fuerte el diagnóstico
de la situación de los jóvenes al entrar al programa, ya que indagan numerosas variables
que permiten formarse una idea acabada de
la realidad de los jóvenes con los que trabajan,
siendo algo que no se replica una vez que los
adolescentes son parte del programa, siendo
esto observado en las mismas fichas.
REFLEXIONES: DESACIERTOS
En cuanto a las entrevistas, se hizo difícil el
contacto y coordinación con los jóvenes
para lograr llevarlas a cabo, pues a pesar de
que se contaba con el beneficio de que la
ACJ proporcionaba los números de teléfono
y/o direcciones de jóvenes que han pasado
por el PLA, gran parte de estos números ya
no existían o los jóvenes no se presentaban
dispuestos a participar. También, dado que
los jóvenes en su mayoría poseían trabajos
de tiempo completo, se dificultaba la tarea
de encontrar un horario en donde estuvieran
disponibles para entrevistarlos. En algunos
incluso hubo resistencia a participar, sin embargo, al momento de la entrevista misma,
la recepción y cooperación de los jóvenes
fue excepcional, por lo que se agradece su
ayuda y confianza con los investigadores. Por
otro lado, sobre el análisis de fichas, las dificultades se presentaron desde lo que fue el
cambio de sede del PLA, pues se llevaron sólo
algunas fichas hacia la nueva sede de manera
View publication stats
207
que el número de fichas a la que teníamos acceso era limitado. Además, se constató que la
información dentro de las fichas era muchas
veces incompleta y ambigua, dificultando el
levantamiento de datos. Ello hizo obstáculo
en el proceso de encontrar información, ya
que no había un orden o estructura común en
las fichas revisadas, e incluso, antecedentes
incompletos, instrumentos no aplicados, o
bien descripciones genéricas que no daban
cuenta de todas las circunstancias relevantes.
REFLEXIONES: DESAFÍOS
Finalmente, se hace una invitación a investigar sobre desistimiento del comportamiento
delictivo en jóvenes a nivel nacional, ya que
actualmente existe poca literatura al respecto, y si bien contamos con literatura internacional, la realidad de nuestro país no se puede
asimilar por completo a la de otros países.
Las circunstancias particulares del entorno
en que se desenvuelven los jóvenes tienen
incidencia en su comportamiento, por lo
que los programas de intervención deberían
recoger esos aspectos. Pues, si bien el desistimiento es un tópico que en los últimos
años ha tomado cada vez más importancia,
éste específicamente en jóvenes es un área
sobre la cual todavía existe escasa literatura
internacional y limitada literatura nacional.
Dada la relevancia del desistimiento en la
forma en que se enfocan los programas, se ve
necesario ampliar las investigaciones sobre
esta temática.