Subido por jonathan romero meneses

Estudiante universitario

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Estudiante Universitario
¿Cómo debe ser el perfil del estudiante universitario de hoy?
El estudiante de ahora debe desarrollar nuevas competencias tanto personales, sociales y
profesionales, para que puedan afrontar a los diferentes cambios que se imponen en todos los
ámbitos como en los avances de la ciencia y la nueva economía global.
¿Cómo lo logra?
Despiértate con calma
Los hay de hábitos nocturnos y otros diurnos, pero seamos del tipo que seamos, la clave de los
primeros minutos del día es que nos los tomemos con calma. Eso quiere decir que si tenemos una
clase o actividad programada a X hora, nos despertemos con el tiempo suficiente como para poder
acudir a la cita tranquilos, relajados, sin prisas.
¿Y qué hora es la adecuada para despertarnos?
Una pregunta que causa debate, hay estudios para ello, que determinan la franja de las
5.00 – 7.00h, como la óptima. ¿Quiere decir que no rendiremos si en vez de levantarnos a esa
hora, lo hacemos a las 10, 11, 12 o incluso más adentrado el mediodía? Obviamente todo depende
de las horas de sueño, que ahí sí hay unanimidad de que lo óptimo es dormir un mínimo de 6 y un
máximo de 9 horas, siendo 7 el ideal.
¿Quiere decir que si no somos de hábitos nocturnos, levantándonos entre las 5 o 7 nos garantiza
rendir mucho más? Para ello debemos tener muy claro por qué nos levantamos a X hora. No tiene
sentido pegarnos el madrugón a las 5 de la mañana para pasar una o dos horas bostezando y
deambulando sin más. En cambio sí tiene todo el sentido si ese madrugar nos permite ducharnos
con calma, desayunar todo lo que debemos desayunar y acudir a nuestro centro de estudios con
calma e incluso paseando. Por ello, la rutina de mañana para estudiantes comienza justo la noche
anterior: cuando determinamos a qué hora dormir para cumplir con el mínimo de 6 o 7 horas, y
cuando determinamos qué haremos nada más despertar.
Desayuna con energía
Otra de las claves de la ideal rutina de mañana para estudiantes se basa en el desayuno. No se
trata de hacer realidad el tópico «desayuna como un rey», sino que realmente podamos
desayunar en condiciones sin que nos suponga un esfuerzo extra. Como ello nos referimos a que
hay quienes se levantan y ya están en disposición de tomar un buen desayuno. Otros sin embargo
no se ven en posición de tomar todo un banquete de vitaminas, proteínas y otros nutrientes y se
esperan erróneamente a la media mañana para ello.
Si eres de los segundos, simplemente ajusta el horario de despertarte para que puedas tomarte el
tiempo necesario para que tu cuerpo te pida la «gasolina necesaria» para afrontar las primeras
horas de la mañana y se la puedas dar con calma.
Estudiante Universitario
Haz un poco de ejercicio previamente (sin sobreesfuerzos, que estás en ayunas), lee, revisa las
noticias… La clave para que la rutina mañanera funcione está en que disfrutes de estos primeros
minutos sin prisas.
Y en qué debe consistir un buen desayuno completo y energético? Además de diversas y deliciosas
combinaciones para un buen desayuno para el estudiante, Hay un tridente infalible que de base
nos va a dar todo lo necesario: cereales integrales (huir de los ultra procesados repleto de
azúcares), un lácteo (puede ser un yogur, leche o queso) y una fruta (preferiblemente que no sea
en zumo, ya que de esta forma prescindimos de piel y pulpa, donde se encuentra la gran mayoría
de los nutrientes de la fruta).
Haz ejercicio
Si no lo hemos hecho previamente, tras el desayuno una hora de ejercicio nos reactivará y nos
preparará para enfrentarnos a todo reto. Salir a correr si hace buen día además nos dará energía
positiva y buen humor. Si no disfrutamos de la práctica del running o el clima no ayuda, y todo
esto nos suena a “castigo”, hay rutinas y tablas de ejercicios que en 7 minutos reactivan nuestro
cuerpo desde nuestra propia habitación de residentes.
La clave por tanto es que dispongamos de tiempo antes de arrancar las clases, tiempo suficiente
como para reactivarnos y comenzar a afrontar todas las actividades del día despejados y con las
ideas claras.
Esos serían los tres pilares, que se complementas con un conjunto de pequeñas actividades
No tienes que estudiar demasiado cada vez
Es muy sencillo de entender: si estudias mucho todo el tiempo, te cansas y tus horas no son muy
productivas. Distribuí el trabajo a lo largo de la semana o el mes.
Planifica horarios específicos para el estudio
El tiempo de estudio vale oro. Pero no por eso tiene que ser a toda hora. Marca horarios
específicos para completar las lecturas o trabajar en los proyectos asignados. Pero lo más
importante es que cumplas los horarios.
Trata de estudiar a las mismas horas cada día
Si estudias a las mismas horas cada día, vas a marcar una rutina que se transforma en una parte
habitual de su vida, como comer o dormir. Cuando llegue la hora programada de estudio del día,
vas a estar mentalmente preparado para empezar a estudiar.
Fíjate metas específicas para los horarios de estudio
Las metas te ayudan a mantenerte enfocado y controlar tu progreso.
Estudiante Universitario
Estudia primero la materia que te parezca más difícil
La materia más difícil requiere de mayor esfuerzo, pero si la empiezas primero vas a tener mayor
energía mental.
Es importante resaltar el hecho que, cada estudiante es un mundo y no todos son iguales, por lo
que no siguen los mismos hábitos. Prueba diferentes técnicas y descubrí qué es lo mejor para ti.
Estudia los fines de semana
Aunque el fin de semana sea un tiempo para divertirte y descansar, puedes tomar un tiempo para
repasar algo.
Haz un plan de estudio
De no ser así, te sentirás abrumado por todo lo que debes para hacer. Un calendario de estudio de
va dar motivación y te va ayudar a concentrar en lo que debes que hacer.
Crea apuntes propios
Te ayuda a descubrir una manera diferente de aprender. Es un estilo de aprendizaje activo.
Practica bajo condiciones de examen
Si quieres asegurarte de obtener el resultado deseado, pon a prueba y simula estar en un examen
en tu casa: aparta los libros, fíjate un tiempo límite, no hables, etc.
Sigue lo que te apasiona
Es sencillo: si te gusta lo que haces más empeño, ganas y fuerzas le vas a poner. La pasión ayuda a
querer aprender más.
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