Subido por sofia alejandra millán huertas

EL ARBOL MAGICO

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EL ARBOL MAGICO
Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro
encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las
palabras mágicas, lo verás.
El niño trató de acertar el hechizo, y probó
con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras,
pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y
entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un
cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias,
arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino
hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del
mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras
mágicas
El zorro bocazas
Pingüino, reno y zorro eran muy amigos. Un día, el pingüino y el reno
encuentran un montón de fruta y deciden guardarlo en secreto. Por el
camino, se encuentran al zorro, que al verles tan felices les pregunta por
qué. Se resisten a contarlo porque es secreto, pero el zorro les pide que
confíen en él y lo hacen. Cuando llegan al pueblo, se olvida de su promesa y
lo cuenta a todo el mundo. Cuando vuelven el pingüino y el reno por la
fruta, los otros animales del pueblo ya se la habían comido. Ese mismo día
pingüino y reno encuentran otro lugar lleno de comida, y se repite la misma
historia con el zorro. Enfadados por sus traiciones, deciden darle una
lección, y al día siguiente le cuentan que han encontrado un lago tan lleno de
peces que no hay que esforzarse en cogerlos. El zorro vuelve a traicionarles
y cuenta el secreto. Al día siguiente, el zorro aparece lleno de golpes, porque
al contarles a todo el mundo lo de los peces, habían ido allí hasta osos
polares; pero al no encontrar peces se sintieron engañados y le dieron una
buena zurra al zorro
Y el zorro aprendió que la confianza es muy importante, pero que para que
puedan confiar en uno, hay que ganarse esa confianza con lealtad, y
cumpliendo las promesas. Alguna trampa más le pusieron sus amigos, pero
como ya no era un bocazas, el zorro volvió a recuperar la confianza de
pingüino y reno, y éstos le perdonaron.
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