Subido por brayan iglesias

REACCION PENAL

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REACCION PENAL
El principal medio de que dispone el Estado como reacción frente al delito es la pena en el sentido
de "restricción de derechos del responsable". El orden jurídico prevé además las denominadas
"medidas de seguridad" destinadas a paliar situaciones respecto de las cuales el uso de las
penas no resulta plausible. De manera que el sistema de reacciones penales se integra con dos
clases de instrumentos; penas y medidas de seguridad. Desde la antigüedad se discuten acerca
del fin de la pena fundamentalmente tres concepciones que en sus más variadas combinaciones
continúan hoy caracterizando la discusión, así, para explicar estos remedios incluidos en la
legislación penal se ofrecen estas diversas teorías que parten de puntos de vista retributivos o
preventivos, puros o mixtos que se encargan de fundamentar de diverso modo y de explicar los
presupuestos que condicionan el ejercicio del "ius puniendi" y la finalidad perseguida por el
Estado con la incriminación penal fundamentar reacción penal.
Creemos que a partir de las atribuciones funcionales del Estado se pueden estudiar limitaciones
a su poder penal: principio de necesidad, exclusiva tutela de bienes jurídicos, protección de
Derechos Humanos (Derecho Penal garantista), etc. El Estado ya no tiene un poder absoluto,
como antes lo tuvo, sino que al ejercer su derecho de castigar lo hace de acuerdo a determinados
límites que lo rigen. Estos límites se expresan en forma de principios que se componen de bases
constitucionales. Por tanto, el Estado cuando promulga y aplica determinadas normas penales,
tiene que mantenerse dentro del marco de estos principios garantistas. Por ende, el problema de
los principios legitimantes del poder sancionador del Estado es tanto constitucional como jurídico
– penal. En este sentido, su legitimación extrínseca proviene de la Constitución y los tratados
internacionales; pero su legitimación intrínseca se basa en una serie de principios específicos.
Aun así “todos son igualmente importantes en la configuración de un derecho penal respetuoso
con la dignidad y libertad humana, meta y límite del Estado social y democrático de derecho, y
por tanto de todo su ordenamiento jurídico”. Cuando estos límites actúan en la creación de las
normas penales, se les denomina límites materiales o garantías penales.
Principios
Principios de acuerdo a la constitución
Principio de legalidad. - Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo
de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como
infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley” (artículo 2, numeral 24, inciso
d, Constitución). Así también se expresa el artículo II del Título Preliminar del Código Penal.
Este es el principal límite de la violencia punitiva que el sistema penal del Estado ejercita, se
trata de un límite típico de un Estado de Derecho. Esta violencia se realiza bajo el control de la
ley, de manera que toda forma de violencia ilícita que provenga del sistema penal (torturas,
ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, etc.) deberá ser considerada conductas
prohibidas. El principio de legalidad limita el ejercicio de la función punitiva estatal
exclusivamente a las acciones u omisiones previstas en la ley como infracciones punibles:
nullum crimen, nulla poena sine lege. A partir de esta limitación, se constituye como una
garantía de la administración de justicia la prohibición de la analogía (artículo 139, numeral 9,
Constitución; art. III Título Preliminar, Código Penal), de manera que la pena sólo se aplica a
los tipos de lo injusto taxativamente previstos en la ley penal sin que exista la posibilidad de
aplicar analógicamente características descriptivas o normativas de los mismos.
Principio de Fragmentariedad. - El carácter fragmentario del Derecho Penal consiste en que
no se le puede utilizar para prohibir todas las conductas. “El derecho punitivo no castiga todas
las conductas lesivas de bienes jurídicos sino las que revisten mayor entidad”. Para determinar
la fragmentariedad de la selección penal se pueden seguir los siguientes fundamentos: 21 En
primer lugar, defendiendo al bien jurídico sólo contra aquellos ataques que impliquen una
especial gravedad, exigiendo, además, determinadas circunstancias y elementos subjetivos.
En segundo lugar, tipificando sólo una parte de lo que en las demás ramas del ordenamiento
jurídico se estima como antijurídico. Por último, dejando, en principio, sin castigo las acciones
meramente inmorales. Este principio una directriz política criminal, ya que determina en el
legislador hasta qué punto puede transformar determinados hechos punibles en infracciones o
no serlos.
Principio de racionalidad y humanidad de las penas. - También llamado principio de
proscripción de la crueldad se le ha considerado en la actualidad como el pensamiento central
de la ejecución penal y uno de los límites primordiales en un Estado democrático. Según los
postulados de este principio se rechaza por cruel toda sanción penal que resulte brutal en sus
consecuencias para el sujeto. Se debe buscar una pena humanitaria en el sentido que se
ejecute sin crueldad ni sufrimientos innecesarios para el penado, tomando en cuenta los
lineamientos del derecho de los derechos humanos. Asimismo, se rechaza aquellas sanciones
penales que buscan mantenerse hasta la muerte de la persona. Toda consecuencia jurídica
debe terminar en algún tiempo, pero nunca debe rebasar más allá de la vida del penado ni ser
perpetua, ya que implicaría admitir la existencia de una persona innecesaria.
Principio de responsabilidad penal. - La pena requiere de la responsabilidad penal del autor.
Queda proscrita toda forma de responsabilidad objetiva” (artículo VII, Título Preliminar, Código
penal). Recuérdese que algunos prefieren usar el término “responsabilidad” al de “culpabilidad”
para evitar cualquier vinculación, con el criterio retributivo, aun cuando otros consideran
innecesario esto, pues la culpabilidad se puede fundar en criterios preventivos. De cualquier
manera, el legislador peruano abandona la redacción de los proyectos de agosto de 1984
(artículo IV) y de abril de 1986 (artículo IV): “No hay hecho punible sin culpabilidad. La ley penal
prescribe toda forma de responsabilidad objetiva”, acogiendo la actual, dejando de lado una
disposición muy comprometida con los criterios retributivos. Deben destacarse dos aspectos,
uno referido a la necesidad de establecer la responsabilidad penal para posibilitar la imposición
de la pena, y el otro que implica la exclusión de la responsabilidad por el resultado.
El principio de responsabilidad o de culpabilidad. - Al que nos referimos, es también
conocido por la máxima “nulla poena sine culpa”. Por lo pronto, podemos decir que el Estado
sólo intervendrá cuando un miembro de la comunidad ha actuado culpablemente, es decir, la
pena sólo puede basarse en la circunstancia que al autor debe reprocharle personalmente su
hecho. “Con la pena se reprocha al autor una transgresión al derecho; ello presupone la
reprochabilidad, es decir, la culpabilidad”. Hay que tener en cuenta, que la esencia de la
culpabilidad no se haya en el carácter del autor, ni en la conducta sino en la posibilidad de
haber actuado de otra manera. Los fundamentos de este principio son el derecho al libre
desarrollo de la personalidad y la dignidad de la persona.
Principio de responsabilidad por el hecho..- El Derecho Penal de autor es incompatible con
el Estado social y democrático de Derecho. En relación al derecho de los derechos humanos,
solo resulta compatible un Derecho Penal de acto. La pena debe de vincularse con una acción
concreta descrita típicamente; por ello, tal sanción representa “sólo la respuesta al hecho
individual, y no a toda la conducción de la vida del autor o a los peligros que en el futuro se
esperan del mismo”. Lo podemos encontrar enlazado junto al principio de legalidad cuando se
habla de la exigencia de la tipicidad de los delitos, ya que en cada precepto penal se reclama
una descripción diferenciada de cada conducta delictiva. Hay que tener en cuenta también que
un hecho delictivo sólo es atribuible a aquella persona que alcanza determinadas condiciones
psíquicas o posea racionalidad normal que le permitan considerarle como el autor de tal ilícito.
““Este principio puede apoyarse por de pronto, en la necesidad de que el hecho punible
“pertenezca” a su autor no sólo material y subjetivamente, sino también como producto de una
racionalidad normal” que permita verlo como obra de un ser suficientemente responsable.
Principios de acuerdo a la jurisprudencia
Principio de proporcionalidad. La pena no puede sobrepasar la responsabilidad por el hecho.
La medida de seguridad sólo puede ser ordenado por intereses públicos predominantes”
(artículo VIII del Título Preliminar, Código Penal) También llamada Prohibición en Exceso,
consiste en la búsqueda dentro del sistema penal de un equilibrio entre el Estado, la sociedad
y el imputado. Constituye un principio básico respecto de toda intervención 26 estatal gravosa,
directamente a partir del principio del Estado de derecho.
Este principio tiene un doble destinatario: el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Con relación
al primero, se debe de establecer penas proporcionadas, en abstracto, a la gravedad del delito;
y con relación al segundo, las penas que impongan los jueces al autor del delito han de ser
proporcionadas a la concreta gravedad de éste. Al respecto, el Tribunal Constitucional
establece que “el principio de proporcionalidad tiene una especial connotación en el ámbito de
la determinación de las penas, ya que opera de muy distintos modos, ya sea que se trate de la
determinación legal, la determinación judicial o, en su caso, la determinación administrativapenitenciaria de la pena.
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