Las cinco sostenibilidades del siglo XXI Según De Garrido (2006), el uso de la sostenibilidad como estrategia de mercado, donde la práctica profesional de la arquitectura no ha integrado completamente la reflexión en torno al desarrollo sostenible, pero se presenta con un apellido atractivo y comercial, genera una conjunción entre “mala arquitectura, mala normativa y buen marketing”, que deriva en cinco “arquitecturas sostenibles” 1. La sostenibilidad visual Se fundamenta en la imagen, la estética y las formas inspiradas en la naturaleza o el uso de tecnología ambiental, independiente de su desempeño y eficiencia real. 2. La sostenibilidad mediática Más grave que la visual, se basa en la comunicación de mensajes que afirman su carácter de sostenible, sin serlo en absoluto, el problema de este uso comercial, muy común con el sufijo “eco”, es la falta de regulación normativa para determinar la realidad y los alcances de la oferta ambiental de los proyectos. 3. La sostenibilidad desvirtuada La más grave de todas debido a la institucionalización de un modelo de sostenibilidad incompleto, ineficaz, erróneo y costoso, que antes de ser regulado legalmente, encuentra amparo en la inexistencia normativa y el facilismo administrativo. 4. La sostenibilidad radical Es la postura de actuaciones extremas sobre la construcción sostenible, que no pueden ser generalizables por razones culturales, sociales y tecnológicas, pero que pueden llamar la atención del público en cuanto a la transformación de algunos hábitos en los procesos de construcción y habitabilidad. 5. La sostenibilidad honesta El ejercicio profesional que integra transversalmente en su proceso de diseño, todas las dimensiones de la sostenibilidad posibles: lo social, lo económico, lo ambiental y lo tecnológico, en un proceso abierto a los usuarios y los demás profesionales de la industria de la construcción.