En esta sección, a lo largo de distintas entregas, iremos desarrollando una progresión estándar, hasta llegar a construir un Walking Bass. Pero eso no será en este número, ya que antes del “Walking” viene el “Partido”. Pero expliquemos mejor este punto: El Walking Bass es la línea que toca el bajo en el swing. El Swing es una de las formas más características del jazz, en el archivo del CD, podrás escuchar este ritmo típico. Ahora bien, el Swing se compone de dos partes (podríamos entenderlas como “estrofa” y “estribillo”), una es el “Partido” (estrofa), y la otra el “Swing” propiamente dicho (estribillo). Por eso decimos que antes del Swing viene el Partido!! Normalmente, el “Partido” se utiliza para “presentar” el tema, es decir, mientras el instrumento o instrumentos solistas tocan la melodía, y cuando llega el momento de solos (generalmente cuando el tema ha acabado y se comienza nuevamente la rueda armónica), la batería pasa a Swing y el bajo a Walking. Pero también existen temas que se tocan de principio a fin en Swing (y walking, claro, siempre que la batería toca ritmo de swing, el bajo tocará walking), y otros en los que la parte “A” es en Partido y la “B” en Swing. No se puede decir que exista una norma para determinar cuándo se utilizará el Swing para la parte “B”, se reservará para los solos, o para el tema completo, existen sí, temas que tradicionalmente son tocados de una forma u otra y en la mayoría de los casos la fórmula es la comentada anteriormente: “Partido” para la presentación del tema (cuando suena la melodía) y Walking para los solos. El hecho de que un tema se suela tocar de una forma u otra, no es una cuestión teórica, ni que obedezca a motivos concretos, sino simplemente un asunto de costumbre, el recuerdo de haber oído ese tema de tal o cual manera, el intento de tocarlo igual que la versión original, etc. Pues bien, vamos entonces sin más, a analizar las características del “Partido”. El nombre “Partido” hace referencia al compás partido, compás de 2/2, donde la unidad de tiempo es la blanca. En realidad, el tema sigue estando en 4/4, pero la base lo interpreta como si estuviera en 2/2. En efecto, en el “Partido”, la figura predominante para el bajo es la blanca. De esto deducimos que el bajo tocará dos notas por compás. Por norma general, cuando el ritmo armónico de la progresión es de un acorde por compás, la primera de esas dos notas será la fundamental, y la siguiente, puede ser cualquier otra nota del acorde. En cambio si el ritmo armónico es de dos acordes por compás, solamente podremos tocar una nota por acorde, en este caso, lo mejor será moverse de fundamental en fundamental, utilizando inversiones solamente si son justificadas por la obtención de un movimiento del bajo interesante (cromatismo, cuartas, etc.), y preferentemente en los acordes de paso, dominantes, etc., es decir, evitando crear inversiones en puntos de reposo de la progresión (generalmente los compases impares). En el ejemplo que trataremos en este número, una conocida progresión estándar muy utilizada en Jam Sessions, el ritmo armónico es de un acorde por compás, con lo cual, podremos tocar dos notas para cada acorde. Esto nos da un poco más de libertad para crear diferentes líneas. Como hemos dicho, en este estilo podemos movernos indistintamente por cualquier nota del acorde, no como en la bossa nova donde es recomendada la quinta. Aquí, desde luego, no desdeñaremos esta nota en absoluto, nota muy importante en cualquier línea de bajo, pero también podemos utilizar las otras notas del acorde, como la tercera o la séptima. En el ejemplo a continuación, vemos una posible línea de bajo, a blancas, para la progresión que utilizaremos. Como vemos, en este caso hemos escogido como primera nota del acorde, la fundamental, y a continuación, hemos seleccionado entre la q uinta y la tercera, aquella de las dos que produce un movimiento menor hacia la nota siguiente. Esta será una de las pocas “normas” que deberíamos respetar en este tipo de línea: evitar los saltos (movimientos) excesivos. Esta característica es normal en este tipo de línea, y podríamos decir que en casi todos los estilos la utilizan. A continuación, vemos otro ejemplo de línea posible sobre esta progresión armónica. No hay una gran diferencia con la anterior, pero este segundo ejemplo, nos servirá para hacernos una idea de las muchas combinaciones posibles, utilizando solamente las notas de cada acorde. También es importante destacar que, hasta el momento, no hemos utilizado ninguna inversión, es decir, el bajo siempre toca como primera nota, la fundamental del acorde. Utilizando inversiones, lógicamente, las posibilidades de diferentes combinaciones aumentan sensiblemente. En la imagen anterior, vemos como en los acordes D7 y Gmaj7, se ha utilizado como primera nota la tercera, en lugar de la fundamental. Es importante también, destacar que estas inversiones no se han utilizado de forma caprichosa, o aleatoria, sino buscando, como hemos comentado que es costumbre en las líneas de bajo en general, el movimiento menor posible. En ese sentido, logramos un movimiento interesante en el primer compás, cuando pasamos de MI, la quinta de Am7, a la nota FA#, que es la tercera de D7. Generalmente, solo en casos como este utilizaremos una inversión. Es de máxima importancia tener presente que el uso de inversiones no mejora la línea de bajo, sino que más bien la empeora: la inversión es, de por sí, un hecho extraño al oído. Cuando el bajo toca una nota diferente de la fundamental, se produce un sonido más ambiguo, que resulta un tanto confuso para el oyente, por lo tanto, cuando usamos una inversión, lo que hacemos, en cierta forma, es agregar “inestabilidad” a la progresión, hacerla menos clara. Por tanto, las inversiones solo deben usarse si obtenemos a cambio un movimiento interesante en la línea de bajo, si esto no sucede, solo estaremos haciendo la progresión más confusa. Por último, no olvidemos que una de las principales funciones del bajo es definir la armonía, por tanto, cuanto más clara resulte esta, más eficiente habrá sido el trabajo del bajista. Esperamos que con las indicaciones que hemos comentado, y practicando sobre el archivo de sonido que puedes descargar más abajo, obtengas varias líneas de bajo interesantes. Puedes probar todas las que quieras, escribirlas, y seleccionar luego entre las que te suenen mejor. Este es el cifrado del tema completo: En la parte “B”, encontramos dos compases en los que el ritmo armónico cambia, siendo de 2 acordes por compás. En el estilo previo al Walking que estamos estudiando, el Partido, lo más adecuado para esta parte será tocar, a blancas, la fundamental de cada acorde. No es tarea fácil comprender cómo se realiza un buen walking, si no se conocen ciertas reglas relacionadas con la armonía y las escalas. Por eso, y con la intención de que esto no quede fuera del alcance de nadie, haremos esta explicación a lo largo de varios artículos, a fin de que, incluso aquellos más novatos, puedan seguir paso a paso la explicación, y aprender cómo realizar sus propios walkings. Para comenzar, aclararemos cuándo se utiliza el walking, y cuando no. Si bien se entiende por walking la línea de bajo a negras, que el bajista toca cuando el baterista toca ritmo de swing, lo cierto es que cualquier bajo a negras podría ser considerado como un walking, o al menos, regirse por las mismas reglas. En los estándares de Jazz, es frecuente que el bajo y la batería toquen lo que se llama “Partido” (a blancas) durante la exposición del tema, y entren el bajo a walking, y la batería a swing, para los solos. (La exposición del tema es el momento en que suena la melodía). Como estaréis imaginando, en una línea donde prácticamente la única figura presente es la negra, la dificultad no estará en los aspectos rítmicos, sino en la elección de las notas adecuadas. Por ese motivo, hacer un walking requiere conocer previamente la escala que funcionará sobre cada uno de los acordes, esto significa, hacer un análisis armónico completo de la progresión sobre la que queremos tocar. Este es uno de los motivos por el que los bajistas suelen tener buenos conocimientos de armonía: son imprescindibles para tocar. Obviamente, no podremos explicar en estas páginas todo lo referente a análisis armónico, ya que esto comprende el análisis de acordes de diferentes procedencias, como ser acordes diatónicos, dominantes secundarios, dominantes por extensión, segundos relativos, acordes de intercambio modal, etc., sin embargo, sí intentaremos dejaros en condiciones de analizar armónicamente una progresión de acordes diatónicos. Comencemos por definir el concepto “diatónico”: Una melodía diatónica, sería una melodía en la que solo se tocasen notas de una determinada escala mayor. Por ejemplo, una melodía diatónica, en tonalidad de DO mayor, solo podría contener notas de la escala de DO mayor Y si nosotros, como bajistas, deseásemos tocar de forma diatónica en la tonalidad de DO mayor, solamente podríamos tocar las notas que componen esta escala: Naturalmente, estas notas podrían ser tocadas en cualquier octava y posición, por lo cual, no estamos limitados a una determinada posición de la escala mayor, sino solamente a las notas que la componen. En otras palabras, podremos tocar, en cualquier octava, y en cualquier traste del bajo, las notas DO, RE, MI, FA, SOL, LA y SI, pero no podremos tocar, por ejemplo, DO#, ni SIb, ni ninguna otra nota que esté fuera de la escala de DO mayor. Bien, ¿pero qué sucede cuando queremos construir acordes diatónicos? De la misma forma en que para tocar una melodía, o línea de bajo diatónica, no podemos salirnos de las notas de la tonalidad, para los acordes sucede lo mismo. Si a partir de cada nota de la escala, intentamos construir un acorde, vemos que solo disponemos de una tercera, de una quinta, y de una séptima. Es decir, sobre el DO, la primera nota de la escala, podríamos poner también un MIb, en lugar del MI que hemos puesto, pero el MIb no sería una nota diatónica, con lo cual, el acorde tampoco lo sería. Para quienes no conozcan el proceso de formación de acordes, podría ser un poco complicado explicar porqué las notas escogidas son unas y no otras, pero simplificando bastante el asunto, podríamos decir, que un acorde es, básicamente, la superposición de terceras, sonando al mismo tiempo, normalmente en un mínimo de 3 y un máximo de 6 notas. La forma más usual y extendida, es la de 4 notas, que da lugar a lo que se conoce como acordes cuatríada. Los acordes cuatríada de la tonalidad de DO, resultan entonces tal como se aprecian en la imagen Cada uno de estos acordes, se conoce con el nombre del grado de la escala sobre el que se forma, así, el primero se llamará I grado, el segundo II grado, y así sucesivamente. Antes de seguir adelante, es necesario que conozcas la forma de tocar los cuatro acordes cuatríadas más habituales, que son las cuatro “especies” de acorde que aparecen entre los acordes diatónicos: Acorde Mayor Séptima Acorde Séptima Acorde Menor Séptima Acorde Menor Séptima Bemol 5 En la progresión armónica que vemos, en tonalidad de DO mayor, aparecen en un orden determinado, todos los acordes diatónicos de la tonalidad de DO Este sistema, se reproduce de forma idéntica en cualquier tonalidad, esto significa que si en la tonalidad de DO, los acordes son: I Grado II Grado Cmaj7 Dm7 III Grado Em7 IV Grado Fmaj7 V Grado G7 VI Grado Am7 VII Grado Bm7b5 Transportando este sistema a cualquier tonalidad, obtendremos el mismo resultado, adaptado a la escala mayor de la tonalidad en cuestión. Es decir, si los anteriores eran los acordes diatónicos de la tonalidad de DO mayor, los de SOL mayor serán: I Grado II Grado Gmaj7 Am7 III Grado Bm7 IV Grado Cmaj7 V Grado D7 VI Grado Em7 VII Grado F#m7b5 De modo que, si quisiéramos tocar la misma progresión de acordes, pero transportada de la tonalidad de DO mayor a la de SOL mayor, el resultado sería este Varias tonalidades: I Grado II Grado Cmaj7 Gmaj7 Dmaj7 Emaj7 Amaj7 Fmaj7 Bbmaj7 Dm7 Am7 Em7 F#m7 Bm7 Gm7 Cm7 III Grado Em7 Bm7 F#m7 G#m7 C#m7 Am7 Dm7 IV Grado Fmaj7 Cmaj7 Gmaj7 Amaj7 Dmaj7 Bbmaj7 Ebmaj7 V Grado G7 D7 A7 B7 E7 C7 F7 VI Grado Am7 Em7 Bm7 C#m7 F#m7 Dm7 Gm7 VII Grado Bm7b5 F#m7b5 C#m7b5 D#m7b5 G#m7b5 Em7b5 Am7b5 Para comenzar a familiarizarte con los acordes diatónicos y sus arpegios, te proponemos los siguientes ejercicios: 1- Toca la progresión en DO mayor, intentando ser consciente, en cada momento, del grado de la tonalidad que estás tocando. 2- Haz lo mismo con la segunda progresión, en tonalidad de SOL 3- Hazte de papel y lápiz, y transporta la progresión a alguna de las tonalidades de RE, MI, FA, LA y SI bemol, cuyos acordes hemos puesto en la tabla anterior. Las especies de los acordes seguirán siendo las mismas, y solo deberás cambiar la fundamental de cada uno. Es decir, en tonalidad de DO, el I grado es Cmaj7, por lo que en tonalidad de SOL, el I grado sigue siendo un acorde maj7, solo que no ya formado a partir de DO, sino a partir de SOL, es decir, Gmaj7. Intenta ponerte a tono con los acordes diatónicos, y practicarlos envarias tonalidades.