Subido por psluismejia

El “costo” de liderar movimientos de multiplicación

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La Vida de Cristo: El “costo” de liderar movimientos de multiplicación
(Subtítulo: El ejemplo de Jesús en cuanto al sufrimiento)
Iniciativa Global Juvenil, Abril 2005
Dr. Dann Spader
Dios te ama y ha planificado para ti una vida muy dificil. Si escoges seguir a Jesús,
experimentarás problemas, vergüenza, persecusiones, dificultades y pruebas.
Diariamente tendrás que tomar tu cruz y cargarla. Algunos de ustedes experimentarán
profundos dolores y aflicciones, tortura física, gran pérdida de vida y familia, incluso
la muerte. Por supuesto, Dios te ama y tiene un plan para ti.
¿Cuántos de nosotros hemos llegado a Cristo con este tipo de declaraciones? No creo
que hayamos sido muchos. A muchos de nosotros nos ha tomado años para llegar a
ver la verdad de dichas declaraciones.
Jesús nunca nos llamó a una vida de seguridad. Ni siquiera a una lucha que sea justa.
La promesa de la Biblia es que el pueblo de Dios sufrirá. En Hechos 14:22 Pablo le
dijo a sus iglesias jóvenes, “Es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en el Reino.” Jesús dijo, “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os
perseguirán” (Juan 15:20). Pedro dice, “No os sorprendáis del fuego de prueba que os
ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese” (1 Pedro 4:12). En otras
palabras, el sufrimiento no debe ser algo extraño...se lo debe anticipar. Es algo
normal. Pablo menciona, “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en
Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12).
La Palabra de Dios es incluso más enfática cuando dice que el sufrimiento es nuestro
llamado, “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por
nosotro, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:21). Es nuestro
llamado. “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en
Él, sino también que padezáis por Él” (Filipenses 1:29). Pablo escribe que no
debemos “inquietarnos por estas tribulaciones...para esto estamos puestos” (1
Tesalonicenses 3:3).
Con unos 200 millones de Cristianos alrededor del mundo que sufren persecución por
su fe, con otros 200 a 400 millones que enfrentan discriminación por simplemente ser
Cristianos (Compass Direct), necesitamos entender claramente la perspectiva de
Cristo en cuanto al sufrimiento. Es nuestro llamado. Como dijo John Piper, “El
cristianismo nació en un mundo de totalitarianismo...no fue extraño el ser perseguido.
Lo que es históricamente extraño es que muchos de nosotros no estamos sufriendo por
nuestra fe.”
Algunos ejemplos
Seguir a Cristo en muchas partes del mundo significa persecusión abierta. Aquí
tenemos algunos ejemplos contemporáneos.
Irán: Marzo 8 (Christianity Today) – Una corte militar en Irán ha sentenciado al
pastor cristiano Hamad Pourmand a cárcel por tres años y ha ordenado su inmediata
transferencia a una prisión común en la notoria Prisión Evin. Algunos otros ex
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musulmanes que se han convertido al cristianismo, como Hamad, han sido ejecutados
o asesinados por orden judicial, bajo la excusa de espiar para otros países.
Eritrea: Febrero 23 (Compass Direct) – Veintisiete maestros y estudiantes de escuela
dominical fueron arrestados en Asmara, capital de Eritrea. La mayoría de ellos eran
jóvenes reunidos el Sábado para recibir instrucción cristiana. Las autoridades
policiales arrestaron un total de 214 cristianos eritreos tan solo en los últimos dos
meses. Algunos sufren encarcelamiento en contenedores de metal o en calabozos
subterráneos por rehusarse a renunciar su fe.
Nigeria: Febrero 3 (Compass Direct) – Militantes musulmanes pronunciarion una
sentencia de muerte a cinco estudiante cristianos expulsados de colegios públicos en
Noviembre por conducir una actividad evangelística. Las familias de dos de los
estudiantes, Hanatu Haruna Alkali y Abraham Adamu Misal, fueron atacadas en
enero 26 cuando los militantes fueron a sus hogares con la intención de matarlos.
India: Marzo 10 (Christian Monitor) – Insurgentes en la India estan amenazando en
matar a líderes evangélicos el jueves, marzo 10, y “totalmente destruir” la principal
organización misionera en el país al menos que esta pague un rescate de $186.000
dólares para evitar el derramamiento de sangre. Los terroristas dijeron que ellos se
enfocarán en cualquier propagación del evangelio en Asia que sea apoyada por
Estados Unidos, especialmente las cinco instituciones bíblicas de dicha organización,
70 colegios de Bridge of Hope, y a más de 750 congregaciones de “Believers Church”
localizadas en la problemática zona nororiental del estado de Assam.
China: Enero 5 (Christianity Today) – En diciembre 1, las autoridades Chinas
arrestaron a Zhang Rongliang en la calle Zhengzhou, en la privincia central de Henan.
El hermano Zhang es un prominente pastor de iglesias de hogar quien desde 1974 ha
sido encarcelado por un total de 12 años, y de acuerdo a China Aid, ha sido
severamente torturado. Todo esto “aparece en medio de una serie de fuertes medidas
contra las iglesias de hogar”. Algunos calculan que estas iglesias de hogar tienen unos
70-100 millones de creyentes con 1 millón de pastores...de los cuales la mayoría están
siendo severamente perseguidos for su fe.
Preguntas de reflexión:
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¿Cuáles son las implicaciones del sufrimiento como nuestro llamado?
¿En qué maneras estamos en Global Youth Initiative (Iniciativa Global
Juvenil) experimentando el sufrimiento?
¿Cuál es la forma de sufrimiento más dificil...física, emocional, o social?
¿En dónde esta la iglesia experimentando el mayor sufrimiento?
¿Otros?
Mi propósito
El propósito de esta disertación no es el de documentar todo lo que está sucediendo en
el área de la persecución. Mi deseo es el de claramente documentar lo que Jesús nos
ha dicho que anticipenos y cómo responder. Mi deseo es que todos nosotros en
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Iniciativa Global Juvenil (IGJ) podamos ver nuestro llamado con más claridad, y
descubrir todo en cuanto a la vida modelada y enseñada por Cristo a medida que
globalmente busquemos dar a luz movimienos de multiplicación, para así estar mejor
preparados a responder con propiedad.
Mi planteamiento será el de ver el ejemplo de la vida de Cristo al encontrarse con el
sufrimiento, y luego buscar darle una aplicación a estas verdades en nuestras propias
vidas. I Pedro 2:21 nos dice exáctamente esto. “Pues para esto fuisteis llamados;
porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus
pisadas.” Esto ha sido traducido como “siguiendo el ejemplo de Cristo Jesús”.
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ENTENDIENDO LA VIDA DE CRISTO
Pienso que todos en IGJ entendemos que la misión ministerial de Jesús no fue sólo la
de hacer discípulos...sino hacer discípulos que puedan hacer discípulos. Su pasión no
fue tanto la de alcanzar al mundo de aquel entonces, sino la de hacer discípulos que
puedan penetrar en todo el mundo. Su intención era la de crear un movimiento de
multipliación. Su resultado final está en Apocalipsis 7:9 “Después de esto miré, y he
aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y
pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero,
vestidos de ropas blancas...”
La vida ministerial de Jesús fue puesta como una inversión para dar a luz un
movimiento de multiplicación, y luego les dijo a Sus discípulos...quiero que “como yo
os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 14:12), “anden como Yo anduve” (I Juan
2:6), “sigamos el ejemplo que nos ha dejado” (I Pedro 2:21). Por años yo titubié en
citar este últimpo versículo, porque conocía su contexto...el de seguir el ejemplo de
Jesús, no solamente en principios ministeriales, pero en la escuela del sufrimiento.
La humanidad de Jesús
Desde mi perspectiva, para entender enteramente la Vida del Hijo (Sonlife), un debe
entender claramente Su humanidad. Esto es cierto especialmente en lo concerniente al
tema del “costo” de ser un seguidor de Cristo en su aplicación a movimientos de
multiplicación. Este costo es mejor entendido al observar el verdadero sufrimiento de
Jesús – en especial dentro del contexto de Su humanidad.
Las Escrituras nos dicen claramente que Jesús fue “completamente Dios”. “Porque en
Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9). Pero Jesús
no solo fue completamente Dios, Él fue completamente humano. En la eternidad
pasada, Jesús escogió “haber sido hecho carne, y habitar entre nosotros” (Juan 1:14).
La única manera que Él hubiera podido cumplir esto en su totalidad, siendo ambos
enteramente Dios y entermente hombre al mismo tiempo, era “escogiendo ocultar Su
deidad para que Su humanidad pueda encontrar su plena expresión” (Ver Nota 1 para
mayor explicación). Charles Ryrie describe esta unión hipostática, como “nunca
menos que Dios, Él escogio vivir Su vida nunca más que hombre”. Bruce Ware lo
dijo de esta manera, “Su deidad fue inexpresada, para que así Su humanidad pueda ser
plenamente expresada.” Wayne Grudem nos da su comprensión del tema al decir,
“Jesús rehusó depender de Su naturaleza divina para que el aprender a obedecer le sea
más fácil para Él”. Mientras cargaba Su “tarjeta Divina”, es mi convicción que Jesús
nunca la usó...de otra manera “no hubiera sido en todo semejante a nosotros” (Hebreo
2:17). Con mucho en riesgo teológicamente, San Gregorio claramente enfatizó, “si
Cristo no hubiese sido completamente humano, entonces la redención del hombre no
hubiera sido plenamente completa” (Ver Hebreos 2-5).
Ya que Jesús vivió como el segundo Adan y fue “completamente humano”, el
sufrimiento que Jesús experimentó como Salvador sin pecado dentro de un mundo
infestado por el pecado fue “progresivo, completo, y pesado”.
“Progresivo” en cuanto a que comenzó con Su nacimiento y continuó hasta la
cruz...aun hasta la muerte en la cruz (Filipenses 2:8). El sufrimiento de Cristo no fue
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solamente en la cruz. Yo pienso que empezó inmediatamente desde Su nacimiento, y
continuó hasta Su muerte...progresando en intensidad y pasión. Yo pienso que
hacemos un gran perjuicio a la vida de Cristo cuando pensamos solamente en el
sufrimiento o “pasión” de Cristo durante la última semana de Su vida. Hacer esto
significaría perder mucho de lo que la vida de Cristo fue. Si bien culminó en la cruz,
la experiencia de Su sufrimiento fue a través de Su vida. (Ver Nota 2).
“Completo” en cuanto a que lo que Jesús sufrió fue el total impacto del pecado. Como
Él nunca cedió a la tentación del pecado, Sus tentaciones fueron reales, intensas, y
completas. Él fue hecho “en todo semejante a nosotros” (Hebreos 2:17) y eso incluye
la realidad de las tentaciones que Él afrontó y el impacto de su aguijón. Dado que
nosotros rápidamente cedemos ante el pecado y a sus “deleites temporales” (Hebreos
11:25), nosotros, al contrario, no sentimos todo su aguijón. (Ver Nota 3).
“Pesado” en cuanto a que en la cruz fue derramado todo el peso de la ira de Dios, de
esa manera satisfaciendo la justicia de Dios al darnos “la justicia de Cristo” como el
modo y origen de nuestra salvación. Pesado en cuanto a que el total impacto de la ira
guardada de Dios fue derramada en Cristo, y así la justicia de Dios fue totalmente
satisfecha. (Ver Nota 4).
Por lo tanto, cuando vemos la manera que Cristo sufrió y vivió a través del
sufrimiento de un mundo infestado de pecado, contínuamente debemos estar
conscientes de la completa humanidad de Jesús como para poder apreciar y seguir “el
ejemplo que Él nos dió” (I Pedro 2:21).
Pregunas de reflexión:
¿Por qué es el entendimiento de la humanidad de Cristo esencial para entender Su
sufrimiento?
¿Cómo hubiera diferido el sufrimiento de Jesús si Él hubiera dependido de Su tarjeta
Divina?
¿Cómo difiere el sufrimiento de Jesús con el nuestro?
¿En qué manera es similar?
¿Cómo funciona la unión hipostática? 
Otras:
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ENTENDIENDO EL SUFRIMIENTO DE JESUS
¿Cómo podría alguién completamente entender el sufrimiento de Jesús?
Quién podría imaginar:
Qué sufrimiento sentiría un impecable y perfecto bebé al enfrentarse por primera vez
con el hedor de un mundo pecaminoso como sucedió en el frío de un húmedo pesebre,
en el olor de los animales, en el temor y anticipación de una joven madre.
Qué sentiría un impecable pequeño niño la primera vez que María y José en su
pecaminosidad o fatiga no pudieron suplir por las verdaderas necesidades de un
infante tales como el calor, un abrazo a tiempo, o palabras de alivio...tal como lo
hubieran hecho unos padres imperfectos.
El dolor incurrió en el corazón impecable de Jesús al escuchar por primera vez a José
gritarle encolerizado a María, o la voz de María elevándose en dolor al no poderse
suplir por una necesidad en el hogar, o un conflicto entre dos padres pecadores
enojados.
El sufrimiento incurrió durante un inesperado viaje a media noche hacia Egipto...para
huir del asesinato de pequeños niños de edad de dos años y menores.
El dolor y lamento que Jesús sintió cuando escuchaba a otros tomar el nombre de
Dios en vano, o cuando escuchó blasfemias por primera vez, o la confusión en un
jóven corazón cuando el efecto del chisme destructivo fue probado en carne propia.
El sufrimiento y lamento genuino que sintió al ver a Sus hermanos...Jacobo, José,
Simón, Judas, y sus hermanas (Mateo 13:55-56)...pelear y llorar, y egoistamente
exigir sus propios caprichos cuando jugaban entre ellos o con Jesús.
El dolor y los insultos que le llegaron por Su estilo santo de vida, junto con todo el
desprecio y vergüenza...resultando en lo que se decía de Jesús que “extraño he sido
para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi madre. Porque me consumió el
celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí.” (Salmos
69:7-9)
Los tristes sentimientos en el corazón y alma de un hombre joven, posiblemente un
adolescente, siendo burlado en las puertas y siendo la “canción de los bebedores”
(Salmos 69:10-12). Talvez todo esto por causa de los rumores de que era un hijo
ilegítimo...que nadie en el pequeño pueblo sabía quién era su padre...y haciendo
observaciones crudas sobre él y María. Esta burla aparentemente reocurría a través de
su vida como podemos ver cuando el fariseo santurrón alude a la ilegitimacidad de
Jesús al decir, “nosotros no somos hijos ilegítimos”. (Juan 8:44)
El verdadero dolor al morir Su padrastro, talvez cuando Jesús era muy joven, y ahora
tendría que llevar el peso de cuidar por la familia. (Ver Nota 5)
El tremendo sufrimiento en el desierto, cuando Satanás por cuarenta días, puso toda
una fuerte presión sobre Jesús, tentándolo para que ceda y use Su “tarjeta Divina”
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para escapar de las tentaciones...“si eres Dios” fue el desafío, aún así Jesús rehusó
ceder. (Mateo 4:3,6)
Su profunda aflicción al perder a su gran amigo Lázaro (Juan 11:35). O el desánimo
de corazón que lo arrasó por las noticias de su primo, Juan el Bautista al haber sido
decapitado...haciendo que Jesús “se aparte en bote a un lugar desierto”. (Mateo 14:13)
La obvia aflicción sobre sus lerdos discípulos al expresarse en momentos de
“¿También vosotros estáis así sin entendimiento?” (Marcos 7:17-18), “¿Por qué están
hablando de no tener pan? ¿Aún no entienden? ¿Aún teneis endurecido vuestro
corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?” (Marcos
8:17) “¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta
cuándo os he de soportar? Traedme al muchacho.” (Marcos 9:19)
Sumado a esto, el sufrimiento que se intensificaba a medida que Jesús se acercaba a la
cruz...el dolor físico, el dolor de llevar nuestro pecado, el abandono por su familia,
amigos, y por último su Padre, y la plena “ira de Dios” siendo derramada sobre Él.
Sabiendo muy bien lo que le esperaba (Mateo 16:21), Jesús declaró, “Mi alma está
muy triste, hasta la muerte” (Mateo 26:38). (Para entender lo que Jesús sabía que le
esperaba, ver en: Salmo 22...Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Mas
yo soy un gusano, y no hombre...oprobio, despreciado, escarnecido. Estiran la boca.
Me han rodeado muchos toros...como león rapaz y rugiente. Todos mis huesos se
descoyuntaron...como un tiesto se secó mi vigor...mi lengua se pegó a mi
paladar...perros me han rodeado...me ha cercado cuadrilla de malignos...horadaron
mis manos y mis pies. Salmo 69...estoy angustiado...Tú sabes mi afrenta, mi
confusión y mi oprobio...delante de mí están todos mis adversarios. El escarnio ha
quebrantado mi corazón, y estoy acongojado. Esperé en quien se compadeciese de mí,
y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé. Me pusieron además hiel por comida, y
en mi sed me dieron a beber vinagre. Estoy afligido y miserable. Isaías 52-53...de tal
manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los
hijos de los hombres. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,
experimentado en quebranto. Sufrió nuestros dolores...azotado de Dios, herido por Él
y abatido. Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados...mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros. Angustiado Él, y
afligido...como cordero fue llevado al matadero. Con todo eso, Jehová quiso
quebrantarlo, sujetándole a padecimiento...derramó su vida hasta la muerte...habiendo
Él llevado el pecado de muchos.)
Las escrituras nos dicen que Jesús fue “varón de dolores, experimentado en
quebranto”. (Isaías 53:3). “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y
súplicas con gran clamor y lágrimas” (Hebreos 5:7).
Él sufrió hasta la cruz...y muerte de cruz. Nos es dicho que Jesús “padeció siendo
tentado” (Hebreo 2:18). Como Él nunca cedió a la tentación, Él experimentó el peso
total de la tentación. En cada tentación, Jesús sufrió.
Nosotros en cambio, frecuentemente cedemos a la tentación, intercambiando los
placeres de corto plazo por los beneficios de la obediencia a largo plazo. Nuestro
beneficio del sufrimiento justo es disminuido por nuestra falta de obediencia. Nuestro
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sufrimiento toma una naturaleza diferente...es el resultado de la desobediencia versus
el gozoso y provechoso resultado de la obediencia.
A través de este proceso se nos dice, “porque convenía a aquel por cuya causa son
todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, perfeccionase por afflicciones al
autor de nuestra salvación” (Hebreos 2:10). El justo sufrimiento de Jesús produjo total
y completa madurez...rindiendo exactamente el fruto que Su Padre se propuso en cada
ocasión. Jesús fue hecho perfecto a través del sufrimiento que encontraba. El impacto
de Su sufrimiento nunca logró nada que sea menor a la perfecta voluntad de Dios en
Su vida. Fue permitido por Dios y ordenado por Dios...rindiendo santidad en su
forma perfecta.
Jesús, “por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado,
vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.” (Hebreos 5:8,9).
El sufrimiento de Jesús hizo de Él a aquel que impecablemente “cumplió toda
justicia” (Mateo 3:15) y así llego a ser el autor y perfeccionador de nuestra fe...la
fuente de salvación eterna. (Ver Nota 6).
Preguntas de reflexión:
Cuando piensas en el sufrimiento de Jesús, ¿qué es lo que te viene a la mente?
¿En qué otros momentos y maneras piensas que sufrió Cristo?
¿Fue Jesús capaz de pecar, o de no pecar? ¿Por qué es esto importante?
¿Cómo aprendió Jesús la obediencia a través del sufrimiento?
¿Cómo puede alguien que es perfecto, ser hecho perfecto a través del sufrimiento?
¿Cuáles son las implicaciones del sufrimiento de Jesús para el entrenamiento que
enseñamos?
Otras:
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ENTENDIENDO
SUFRIMIENTO
EL
EJEMPLO
DE
JESUS
EN
RESPUESTA
AL
Cuando pienso en cuanto al costo de crear movimientos de multiplicación, debemos
regresar y aprender de la vida del Hijo. Pero nosotros no solamente somos llamados a
seguir a Cristo, somos llamados a imitarlo...siguiendo el ejemplo que Él nos dio. Hay
un ejemplo en cuanto a la manera que Él aborda el sufrimiento y nosotros somos
llamados a seguir ese ejemplo. Permíteme identificar aquel ejemplo desde mi
perspectiva limitada.
Jesús vio venir el sufrimiento y entendió su origen
Jesús fue claro en el mensaje que les dio a sus discípulos. Él sabía que ellos no
podrían escapar del sufrimiento. “En el mundo tendréis aflicción,” dijo Jesús (Juan
16:33). “Si a mí me han seguido, también a vosotros os perseguirán” (Juan 15:20).
“Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la
aflicción” (Job 5:7).
Según uno de mis teólogos favoritos, el Dr. Seuss, Jesús entendió que la pregunta no
era si nosotros ibamos a enfrentar sufrimiento, sino cuando. En este libro para niños,
“Oh The Places You’ll Go”, el Dr. Seuss escribe,
¡Ah, los lugares a los que irás!
¡Estarás camino a las alturas!
¡Estarás viendo grandes visiones!
Te unirás a los grandes voladores que remontan a altas acciones.
No te quedarás atrás, porque tendrás la velocidad.
Pasarás a toda la tropa y la delantera tomarás de verdad.
Dondequiera que vueles, serás el mejor de los mejores.
Dondequiera que vayas, superarás a todos tus mayores.
(Pausa)
Excepto cuando eso no suceda.
Porque, habrán veces que no se pueda.
Lamento decirlo, pero tristemente es la verdad
Que los golpes y desaires pueden llegar en realidad.
Puedes quedarte todo colgado en una percha espinosa.
Y tu tropa volará de largo.
Serás abandonado en situación dificultosa.
Bajarás de tu situación dificultosa con un desagradable rebentón.
Y las probabilidades son, para entonces, que estarás en un bajón.
Y cuando estés en un bajón, no será para mucha diversión.
Des-bajonearse uno mismo no se logra sin complicación.
Ya que Él lo entendió, Jesús supo que el sufrimiento (dolor, pena, aflicciones,
persecución) viene de una variedad de razones y en una variedad de formas. Sufrimos
porque vivimos en un mundo pecaminoso y el pecado reina en el corazón del hombre.
Sufrimos por la propia necedad del hombre, cosechando lo que sembramos. Sufrimos
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porque Dios en ocasiones escoge disciplinarnos, “porque el Señor al que ama,
disciplina” (Hebreos 12:6), desarrollando carácter y perseverancia en nuestras vidas.
Y sufrimos porque “el hombre ama la oscuridad en vez de la luz”, así nuestra fe llega
a ser ofensiva a aquellos que andan en la oscuridad. Pero al final Jesús sabía que todo
sufrimiento tenía que pasar por las manos de un Padre amoroso antes de que pueda
entrar en nuestro mundo.
Jesús también sabía que el sufrimiento por si solo no es virtuoso, ni tampoco una
señal de santidad. No es una manera de tratar de ganar puntos con Dios como en el
ascetismo. En ocasiones Jesús evitó el conflicto (Juan 7:21, 10:39; Mateo 15:21,
16:4), pero la mayoría de las veces Él lo enfrentó directamente, encarando el
sufrimiento que surgía al presentar la verdad (Mateo 16:21).
A John Bunyan, autor de El Progreso del Peregrino, el sufrimiento no le fue nada
extraño. Teniendo la opción de evitar la prisión en cualquier momento si él prometía
dejar de predicar, él escogió la prisión. Por 12 años él sufrió en una pequeña celda. En
cierto momento, al ver a Mary, la mayor de sus hijos y ciega de nacimiento, visitarlo
en la prisión...e incapaz de cuidar de ella, John escribió que se sintió como,
“arrancársele la piel de sus huesos.” (Cita de ‘The Hidden Smile of God’, John Piper,
p.12). Durante su emprisionamiento, Bunyan escribió El Progreso del Peregrino, del
cual se ha dicho que es “aparte de la Biblia, el libro más vendido...traducido en más
de 200 idiomas.” (Cita en Piper, ibid, p.60). Se ha dicho que Spurgeon lo leyó cada
año por la profundidad de su mensaje. George Whitefield dijo del Progreso del
Peregrino, “Huele a prisión. Fue escrito cuando el autor fue confinado a la cárcel en
Bedford. Y los ministros rara vez escriben o predican tan bien como cuando están
bajo la cruz: el Espíritu de Cristo y de Gloria entonces descansa sobre ellos.” (Cita en
Horner, El Progreso del Peregrino: Una Apologética Evangélica, p.iii.)
Sin embargo, cuando a Bunyan le preguntaron que si pudiésemos escoger huir del
sufrimiento en caso de que surgiera la oportunidad, él escribió:
“Tú puedes hacer esto de acuerdo a lo que dicte tu corazón. Si está en tu
corazón huir, huye: si está en tu corazón permanecer, permanece.
Cualquier cosa con tal de no negar la verdad. Aquel que huye tiene la
autorización de hacerlo; aquel que permanece, tiene la autorización de
hacerlo. Y aun, el mismo hombre puede tanto huir como permanecer, de
acuerdo a como sea el llamado y obra de Dios en su corazón. Moisés
huyó, Exodo 19:12; Moisés permaneció, Hebreos 11:27. David huyó, I
Samuel 19:12; David permaneció, I Samuel 24:8. Jeremías huyó,
Jeremías 37:11-12; Jeremías permaneció, 38:17. Cristo mismo se retiró,
Lucas 19:10; Cristo permaneció, Juan 18:1-8. Pablo huyó, II Corintios
11:23; Pablo permaneció, Hechos 20:22-23...
Hay pocas reglas en este caso. El hombre mismo es el más capaz de
juzgar en cuanto a su fortaleza actual, y de saber que peso este o aquel
argumento tengan sobre su corazón para permanecer o huir...No huyan
por un miedo esclavizador, pero mas bien porque el huir sea una
ordenanza de Dios, abriendo una puerta para el escape de algunos, la
cual es abierta por providencia de Dios, y el escape favorecido por el
designio de Dios. Mateo 10:23...Si, por lo tanto, al haber huido, eres
capturado, no te ofendas con Dios por causa del hombre: no con Dios,
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porque eres su siervo, tu vida y todo lo que eres son de Él; no con el
hombre, porque él es tan solo la vara de Dios y es ordenado, en esto, a
hacerte el bien. ¿Has escapado? Ríe. ¿Te han tomado? Ríe. Quiero decir,
que estes satisfecho sin importar como saldrán las cosas, ya que el
resultado está aún en las manos de Dios.” (Seasonable Council, or
Advice to Sufferers p. 726)
Desafortunadamente para muchos de nosotros que vienen de la influencia de la iglesia
Occidental, hemos visto el sufrimiento como algo que deba ser evitado a todo costo.
Nuestras energías se enfocan a apartarse del estrés y hacia la comodidad y seguridad.
Nunca se nos ocurrió que el escoger la incomodidad, el peligro, o el estrés puedan ser
lo correcto...incluso algo bíblico que debamos hacer.
Como dice John Piper, “Si no tomamos libremente nuestra cruz y seguimos a Jesús
(Marcos 8:34) en el camino del Calvario, esta puede ser lanzada sobre nosotros. Sería
mejor escuchar la advertencia ahora y despertar en la realidad bíblica. La existencia
en este mundo decadente no será libre de dolor y de problemas. Habrán muchos
gemidos por causa de nuestra condición finita y decadente, y muchas aflicciones por
causa de nuestro llamado (Romanos 8:23; Salmos 34:19). La frustración es normal, la
desilusión es normal, y la enfermedad es normal. El conflicto, la persecución, el
peligro, y el estrés – todos ellos son normales. El pensamiento que se mueva aparte de
estos se moverá aparte de la realidad y aparte de Cristo. Gólgota no fue un lugar
residencial de Jerusalén.” (The Rood of Endurance, John Piper, p.19).
Jesús entendió el plan de Su Padre en cuanto al sufrimiento. Él claramente vio la
soberanía e inteciones sobre cada forma de sufrimiento. Él entendió el papel del
sufrimiento como un fuego refinador digno de gran regocijo (I Pedro 1:6-7), una
oportunidad para expresar la verdadera dependencia (I Pedro 2:23), una parte normal
de la verdadera vida Cristiana (I Pedro 4:12), un vehículo gozoso para que la eterna
gloria venga a nuestro camino (I Pedro 4:13), y una dulce comunión con los creyentes
alrededor del mundo (I Pedro 5:9-10).
Jesús entendió el sufrimiento, lo vio venir, y preparó a sus discípulos para el mismo.
Jesús dijo a sus discípulos que como la gente lo perseguía, así mismo ellos serían
perseguidos (Juan 15:30). Asi como Jesús entendió el papel del sufrimiento y lo vio
venir, también sus discípulos lo entendieron. La tradición y la historia nos dice que:
Santiago fue decapitado
Felipe fue crucificado
Mateo fue muerto con la espada
Santiago el Menor fue apedreado hasta morir
Matías fue apedreado y luego decapitado
Andrés fue crucificado y dejado en la cruz por tres días
Pedro fue crucificado cabeza abajo
Nerón en Roma decapitó a Pablo
Judas fue crucificado
Bartolomeo fue apaleado hasta la muerte
Tomás fue lanceado hasta la muerte
Simón el Zelote fue crucificado
Juan fue exilado a Patmos y murio en prisión
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Aunque no podamos verificar cada uno de estos hechos con exacto detalle, parece que
ninguno de los apóstoles escapó la persecución. Todos murieron como resultado de su
atrevido testimonio de su fe. “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os
perseguirán” (Juan 15:20). “En el mundo tendréis aflicción” (Juan 16:33).
Se ha dicho tan correctamente, que no hay países cerrados al evangelio, si estamos
dispuestos a enfrentar persecusión, sufrimiento y morir por nuestra fe.
En IGJ, a medida que globalmente buscamos engendrar movimientos de
multiplicación, talvez nuestra imagen de dichos movimientos tendrá que ser forjada
por los fuegos purificadores del sufrimiento y la persecución. Estoy convencido que el
ser un verdadero Cristiano global, nos va a costar más en los años venideros. Y el
llevar a cabo la Gran Comisión nos va a costar algunas de nuestras vidas – tal como
siempre ha sido.
Hace mil ochocientos años Tertulio dijo, “Nosotros (los Cristianos) nos multiplicamos
siempre que somos arrasados...la sangre de los Cristianos es una semilla”
(Apologético, 50). Doscientos años más tarde San Jerónimo dijo, “La Iglesia de Cristo
ha sido fundada con el derrame de su propia sangre, no la de ningún otro; al soportar
el atropello, no causándolo. Las persecusiones han hecho crecer a la iglesia; los
mártires la han coronado” (Carta 82).
Preguntas de reflexión:
Al “ver que viene el sufrimiento”, ¿cómo cambia eso nuestra opinión del mismo?
¿Cómo impactaría nuestras vidas una apropiada teología del sufrimiento?
Jesús preparó a Sus discípulos para el sufrimiento, ¿Cómo nos impacta eso en IGJ?
¿Cuándo permanece uno para enfrentar el sufrimiento, y cuándo uno huye?
¿Cómo el sufrimiento cambia nuestra opinión de la vida abundante?
¿Permite Dios el sufrimiento u ordena Dios el sufrimiento?
Otras:
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Jesús abrazó el sufrimiento
Mientras continuamos estudiando el ejemplo mostrado por Jesús, no solamente vemos
a Jesús entendiendo la realidad del sufrimiento, sino que también lo vemos
voluntariamente abrazando aquel sufrimiento...dirigiéndose hacia el mismo en forma
voluntaria. En Lucas 9:22 leemos, “Es necesario que el Hijo del Hombre padezca
muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por
los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.” Mateo 16:21 nos dice, “Desde
entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén
y padecer mucho...”
Jesús no solamente se volteó hacia el sufrimiento, Él lo abrazó. Marcos 8:32 nos dice
“Jesús les decía esto claramente”. Jesús sostuvo claramente que era Su propia
elección abrazar este sufrimiento...“Yo pongo mi vida...nadie me la quita, sino que yo
de mí mismo la pongo” (Juan 10:17-18).
Jesús entendió algo que muchos de nosotros no logramos captar. Dado a ese
entendimiento Él estaba dispuesto a abrazar el sufrimiento. En Mateo 5:11-12 Jesús
nos ayuda a entender esa verdad. Veamos lo que Él dice, “Bienaventurado sois
cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra
vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los
cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”
Seis grandes hechos sobresalen en esta bienaventuranza. Es la última y la más larga
de las bienaventuranzas. Es la única bienaventuranza con una orden y la única con
una explicación. Es la única bienaventuranza repetida por Jesús y la única dirigida
directamente al lector. Todas estas únicas verdades resaltan su importancia y enfatizan
su papel en nuestras vidas. Es una orden con explicación...porque vuestro galardón es
grande en los cielos. Es de ser anticipado...porque así persiguieron a los profetas que
fueron antes de vosotros. 2 Timoteo 3:12 nos dice algo parecido, “Y también todos los
que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.”
Pero Mateo presenta un impactante consejo. ¿Quién en su sano juicio puede “gozarse
y alegrarse” en medio del odio, la burla, la tortura, y la muerte? Sabemos que Jesús
tiene en su mente a la muerte, ya que eso fue lo que le hicieron a los profetas, se lo
harían a Él, y se lo harían a sus discípulos. Mateo 24:9 dice, “Entonces os entregarán
a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi
nombre”.
O esto es un disparate, o una realidad forjada por una verdad de la que conocemos
poco. Obviamente la última es la correcta.
Jesús pudo abrazar el sufrimiento; despreciar la vergüenza por el gozo puesto delante
de Él (Hebreo 12:2). Jesús claramente sabía que aquellos que abrazaran el sufrimiento
verdareramente experimentarían “un más exelente y eterno peso de gloria” (2
Corintios 4:17).
¡Aquí hay un misterio! Gozo en medio de la agonía, alegría en medio de la miseria y
el dolor. Esa es la seguridad de que el cielo tiene cien veces más compensación por
cada dolor sufrido en el nombre de Jesús. En esto podemos “gozarnos y alegrarnos,
13
porque nuestro galardón es grande en los cielos”. En esta promesa nosotros también
podemos movernos hacia el sufrimiento y abrazarlo a nuestra vida – siguiendo el
ejemplo de Jesús.
Los profetas, mártires, y santos que fueron antes de nosotros entendieron esta
promesa. ¿Qué fue lo que causó que Rowland Taylor y Bishop Ridley y John
Bradford abrazaran la hogüera en la que fueron quemados?
¿Qué motivo tuvo Obadiah Holmes, después de que noventa latigazos hayan
despellejado toda su espalda, para decirle a sus torturadores, “Me han lastimado con
rosas”?
¿Por qué Thomas Hardcastle dijo que la persecusión es “una preciosa temporada de
gracia”?
¿Qué hizo que los niños de John Rogers, mientras él era quemado en la hogüera,
llenos de lágrimas le gritaran palabras de ánimo...para que él se mantenga fuerte y no
le volviera la cara a Cristo y lo honrara con su muerte?
¿Qué causó a Jim Elliot escribir, “No es un tonto aquel que da lo que no puede
conservar para ganar lo que no puede perder”?
Los sufridores de hoy también entienden esta verdad. ¿Qué movió a Brother Yun,
frecuentemente llamado el Hombre Celestial, para que a menudo agradezca a Dios
por el privilegio de ser torturado por Cristo, al decir que “el Señor quiere que
abrazemos el sufrimiento como a un amigo. Necesitamos una profunda realización
que el ser perseguidos por la causa de Jesús es un acto de bendición de Dios para
nosotros. Yo nunca he odiado a mis perseguidores. Nunca. Los he visto como
instrumentos de bendición de Dios y como Sus vasos escogidos para purificarme y
hacerme más como Jesús.” (El Hombre Celestial, Paul Hattaway, p.31). Cuando le
preguntaron por qué estaba tan gozoso durante su sufrimiento él respondió, “¿Cómo
no puedo yo estar contento? ¡Este día fui escogido para sufrir por el nombre de
Jesús!” (p.153)
¿Cuál podría ser el impacto de IGJ si con certeza viésemos la realidad que Jesús vió
con tanta claridad? ¿Qué pasaría si nos movemos con brazos abiertos para tomar el
sufrimiento que nos aguarda? ¿Qué tan rápido veríamos el mundo abrirnos sus brazos
si estuviésemos dispuestos a abrazar el sufrimiento como lo hizo Jesús?
Piper lo describe tan poderosamente de la siguiente manera, “Una vida devota a
aprovechar a Cristo al máximo es costosa. Y el costo es tanto una consecuencia como
una manera de aprovechar a Cristo al máximo. Si no abrazamos el camino cargado de
gozo y amor doloroso, desperdiciaremos nuestras vidas. Si no aprendemos con Pablo
las paradojas de vida que exaltan a Cristo, malgastaremos nuestros días persiguiendo
burbujas que rebientan. Él vivió ‘entristecido, mas siempre gozoso; como pobre, mas
enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.’ (2
Corintios 6:10). El camino del Calvario es costoso y doloroso, pero no es sin gozo.
Cuando abracemos con gozo el costo de seguir a Cristo, Su valor brillará en todo el
mundo.” (“Don’t Waste Your Life”, por John Piper, p.63).
14
Preguntas de reflexión:
¿Cómo podríamos describir ‘abrazando el sufrimiento’?
¿Qué es lo opuesto de ‘abrazar el sufrimiento’?
¿Cómo difiere esto del ascetismo (viendo al sufrimiento como bueno en sí mismo)?
¿Cómo sabemos si el sufrimiento es para disciplina o para poda?
¿Cuáles son los muchos resultados, ordenados por Dios, en cuanto al sufrimiento?
¿Cuál es el sufrimiento al que Dios está llamando a la iglesia a abrazar en tu parte del
mundo?
¿Cuál es el sufrimiento al que Dios te está llamando a abrazar?
Otros:
15
Jesús aprendió del sufrimiento
Jesús no solo comprendió el costo de la cruz, Él lo abrazo...dirigiéndose hacia el en
forma voluntaria. Pero durante el desarrollo de Su vida, Él aprendió de todo aquello
que lo hizo sufrir.
En el pasaje dónde aprendemos que Jesús “ofreció ruegos y súplicas con gran clamor
y lágrimas”, nos es dicho que “por lo que padeció aprendió la obediencia” (Hebreo
5:8). Cuando Cristo fue tentado, Él sufrió (Hebreos 2:18). En Su humanidad, yo creo
que cada tentación ayudó a Cristo a crecer más fuerte en Su capacidad de confiar
(Salmos 22:8-9, Hebreos 2:13). El sufrimiento llego a ser una herramienta en las
manos de Su Padre Celestial para probar, confirmar, y satisfacer aquel ‘pacto de
obras’ como el Segundo Adan...adquiriendo por nosotros aquel regalo de la justicia y
la vida que nos salva. (Romanos 5:10) (Ver Nota 6)
Del mismo modo, nosotros necesitamos aprender del sufrimiento, creciendo así más
fuerte en nuestra habilidad de confiar y obedecer.
En el desierto de Arizona, los científicos gastan millones para intentar crear el
perfecto medio ambiente. En una gran burbuja espacial, ellos crearon una atmósfera
aparentemente perfecta – libre de todos los peligros. El único problema fue que ellos
nunca pudieron hacer crecer árboles, ya que no hubo los vientos naturales que ayuden
a desarrollar fortaleza en ellos. Para estar saludable, los árboles necesitan algo de
oposición.
En el programa espacial, unas abejas fueron llevadas al espacio exterior, solo para que
pronto mueran...porque no hubo resitencia natural en aquel ambiente libre de
gravedad. Las abejas necesitan resistencia para mantenerse fuertes y vivas. Sin
resistencia ellas mueren pronto.
De la misma manera, la resistencia del sufrimiento nos hace fuertes y dispuestos. 1
Pedro 5:10 dice, “Después que hayáis padecido un poco de tiempo, Cristo mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”. Romanos 5:3 nos dice que “nos
gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la
paciencia, prueba; y la prueba, esperanza”.
El Salmista entendió el valor del sufrimiento. Él escribió en Salmos 119:67, “antes
que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu palabra.” El
sufrimiento produjo la obediencia, produciendo un humilde quebranto a través del
cual pueda fluir la gracia de Dios.
El Salmista continua en el versículo 71 diciendo, “Bueno me es haber sido humillado,
para que aprenda tus estatutos.” Las aflicciones produjeron conocimiento de la
palabra de Dios de tal manera y profundidad que solo pueden ser aprendidas en la
escuela del sufrimiento.
Luego el Salmista escribe en el versículo 75, “Conozco, oh Jehová, que tus juicios son
justos, y que conforme a tu fidelidad me afligiste.”
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Notemos la progresión de madurez...de descarrío a obediencia (versículo 67), de
obediencia a alabanza (verse 71), de alabanza a reconocimiento de Su control
soverano (versículo 75). Es una progresión de crecimiento originada por el
sufrimiento.
Martin Lutero entendió esto cuando le agradeció al papa por tratar de matarlo –
haciéndolo así un buen teólogo por causa de las dificultades. El dijo, “Yo mismo les
debo muchas gracias a mis papistas por haberme golpeado, presionado, y atemorizado
con el odio del diablo ya que así me han hecho en un teólogo distintivamente bueno,
llevándome hacia una meta que nunca habría podido alcanzar.” (El Legado del Gozo
Soverano, John Piper, p.104)
Juan Calvino escribió sus Institutos para defender a tantos condenados a la
hogüera...sus trabajos fueron forjados en el horno de cuerpos quemados.
George Mueller, predicando en el funeral de su esposa quién falleció después de 39
años de estar casados, dijo, “Estoy satisfecho con la voluntad de mi Padre Celestial...
contínuamente beso la mano que de tal manera me ha aflijido”.
John Piper escribe, “Hay más que se puede recibir de Dios en tiempos de sufrimiento
que en cualquier otro momento” (The Hidden Smile of God, John Piper, p.71).
Igual que Jesús, necesitamos entender el sufrimiento, abrazarlo, y aprender del
mismo.
(John Piper también ha escrito extensivamente sobre los propósitos de Dios en el
sufrimiento. En su libro “Let the Nations Be Glad” él lista seis razones en el capítulo
3. O también uno puede estudiar los cuatro mensajes que él predicó en serie en
Agosto-Septiembre, 1992. Estos están disponibles en www.desiringGOD.org).
Preguntas de reflexión:
¿En qué maneras Jesús aprendió de Su sufrimiento?
¿Cuál es frecuentemente la primera lección en el sufrimiento...y cuál la última?
¿Cuál es la lección más importante que has aprendido del sufrimiento?
¿Cuál es el sufrimiento que estás padeciendo ultimamente y que piensas que Dios te
quiere enseñar?
Otros:
17
Jesús se regocijó en el sufrimiento
Aunque no encuentre referencias directas de que Jesús se regocijaba en Sus
sufrimientos, sin embargo encontramos algunas referencias indirectas. Hebreos 1:9
nos habla sobre el estilo de vida de Jesús, “por lo cual te ungió Dios...con óleo de
alegría más que a tus compañeros”. Jesús fue atractivo, tanto a los pecadores como a
los santos, por su profundo sentido de gozo, aún en medio de la oposición.
En Salmos 69, un Salmo Mesiánico sobre David y aparentemente sobre Jesús, ambos
clamaron diciendo, “Mas a mí, afligido y miserable...Alabaré yo el nombre de Dios
con cántico, lo exaltaré con alabanza. Y agradará a Jehová más que sacrificio de buey,
o becerro que tiene cuernos y pezuñas” (versículos 29-31).
Este gozo fue evidente en Filipenses 2 cuando somos ordenados a “pensar y actuar, tal
como Jesús” (versículo 5). El pasaje continua diciendo “el cual, siendo en forma de
Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse.” Luego nos dice que
debemos “hacer todo sin murmuraciones y contiendas” (Filipenses 2:14). La
inferencia es que esa fue la actitud de Jesús que debemos imitar.
Sabemos que en el camino hacia la cruz, Jesús nunca exclamó, nunca se desquitó,
nunca hizo amenazas, siempre encomendándose a aquel que juzga justamente (1
Pedro 2:23). Estas acciones exhiben un profundo sentido de confianza en el control de
Su Padre en todos los eventos de la cruz.
Pero, ¿por qué nunca vemos a Jesús regocijándose en Sus sufrimientos, tal como se
nos ha dicho que hagamos? Está claro que “hermanos míos, tengamos por sumo gozo
cuando nos hallemos en diversas pruebas” (Santiago 1:2). Debemos “gozarnos y
alegrarnos” (Mateo 5:12), “gloriarnos en las tribulaciones” (Romanos 5:3), “esten
alegres” (1 Pedro 1:6), y “gozaos por cuanto sois partícipes de los padecimientos de
Cristo” (1 Pedro 4:13).
¿Podría ser que el sufrimiento de Jesús fue un tipo de sufrimiento diferente o para un
propósito diferente? Podría ser que el sufrimiento de Jesús fue para la propiciación de
nuestros pecados; mientras que nuestro sufrimiento es para la propagación del
evangelio. En esto podemos y debemos regocijarnos. ¿Podría ser que Él sufrió en
pago de nuestros pecados, mientras que nosotros sufrimos para purificación de
nuestros pecados? Joseph Tson dijo “La cruz de Cristo fue para propiciación; los
nuestros para proclamación.” Cristo sufrió para conseguir la salvación; nosotros
sufrimos para propagar la salvación.
¿Cómo funciona esta obra? Colosenses 1:24 dice, “Ahora me gozo en lo que padezco
por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su
cuerpo, que es la iglesia”.
Dijo, ¿cumpliendo aquello que hace falta de las aflicciones de Cristo? ¿Cómo algo
puede hacer falta de las aflicciones de Cristo? ¿No fue su sufrimiento y muerte por
nosotros completamente suficiente?
En el contexto, Pablo está hablando sobre el “misterio,que es Cristo en vosotros, la
esperanza de gloria” (versículo 27). Pablo también está hablando de su comisión de
18
dar a conocer este misterio entre los gentiles...presentando a todo hombre completo en
Cristo Jesús. Dentro de este contexto, Pablo no está hablando de aumentar nada al
valor de las aflicciones de Cristo, sino a su extensión de las mismas. Lo que faltaba
era la expresión visible...una presentación de aquel sufrimiento en forma visible para
el mundo.
La respuesta de Dios a esto es tomando Su cuerpo actual, la iglesia, y presentando las
aflicciones de Cristo al mundo – llevándolas desde Jesusalén hasta el fin del mundo.
¿Sería que las aflicciones de Cristo deban presentarse al mundo a través de las
aflicciones de Su pueblo – exhibiendo aquel misterio de “Cristo en vosotros, la
esperanza de gloria”? ¿Sería que la iglesia es más efectiva en presentar la cruz de
Cristo, cuando la gente ve la cruz de Cristo en nosotros? Nuestras aflicciones llegan a
ser el retrato de los sufrimientos de Cristo a un mundo que aún no ha visto a Jesús.
Nuestras aflicciones vienen a ser el “cumplimiento de lo que falta de las aflicciones de
Cristo” (Colosenses 1:24). (Para una presentación extendida de este pasaje, ver el
mensaje de Piper sobre el propósito de la misión del sufrimiento, publicado en Agosto
30, 1992. Buscar en www.deriringGOD.org).
Por tanto podemos gozarnos en nuestras aflicciones, porque ellas son justamente las
cosas que ayudan a revelar a Cristo a un mundo perdido y decadente. El sufrimiento
de Cristo fue para propiciación...nuestro sufrimiento es para proclamación. Mientras
vivimos el sufrimiento, afrontando el quebrantamiento, eso causa que el Cristo en
nosotros brille más libremente a través de nosotros. El resultado...la revelación de
Cristo al mundo.
Scott y Janet Willis han llegado a ser unos buenos amigos. Como pastor de una
pequeña iglesia al sur de Chicago, ellos han aprendido a vivir de mes a mes,
confiando en la buena provisión de Dios. Al final de 1994, mientras conducían una
furgoneta llena con nueve de sus doce hijos, un puntal de metal se soltó del camión
que iba al frente de ellos...deslizandose por debajo de la furgoneta, rompiendo el
tanque de gasolina y causando una tremenda explosión. Scott y Janet con dificultad
pudieron hacer parar el vehículo, se arrastraron fuera del vehículo en llamas, logrando
apenas escapar con vida. En un esfuerzo de rescatar a sus hijos, Scott sufrió fuertes
quemaduras en sus manos y torso. Solo uno de los niños fue rescatado, el cual murió
al siguiente día.
Inmediatamente los equipos de rescate y noticieros llegaron a la escena. A la orilla del
camino cerca del vehículo quemado, las cámaras de televisión captaron a Scott y Janet
en lágrimas, orando juntos. Algunas de sus primeras palabras fueron, “¿recibiremos
de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?” (Job 2:10). “Jehová dio, y Jehová quitó;
sea el nombre de Jehová bendito”. (Job 1:21).
Esta historia captó la atención de los medios de comunicación. Algo extra de esta
historia, fue el hecho de que el conductor del camión había adquirido ilegalmente su
licencia de conducir a través de una administración corrupta que estaba siendo
investigada. En el hospital, los medios anticipaban de ellos un desenfreno de ira...pero
eso nunca sucedió. En el hospital, Scott y Janet ministraron por las necesidades de las
enfermeras y del personal de los medios de comunicación. Nadie podía entender su
gracia y determinación, a medida que Cristo brillaba a través de ellos. Scott y Janet
eran Cristo para un mundo sumido en pecado, exhibiendo así las riquezas de Su gracia
19
en medio de gran sufrimiento. El sufrimiento sirvió como vehículo para llamar la
atención del mundo. El sufrimiento cumplió su propósito...sirvió para el avance del
Reino de Dios en una manera que solo la eternidad es capaz de captar.
Podría ser que esto refleje lo que se quiso decir en Colosenses, “cumplo en mi carne
lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia.” (Así está en
el mensaje de John Piper de Agosto 30, 1992).
Talvez en IGJ, para que nosotros experimentemos rápidos movimienos de
multiplicación...requerirá una rápida aceleración de sufrimiento. Talvez la misma cosa
que estamos queriendo evadir es exáctamente lo que necesitamos. Podría ser que
necesitamos comprender la estratégica naturaleza del sufrimiento tal como lo hizo
Jesús, abrazándola voluntariamente, aprendiendo plenamente de ella, y luego
completamente regocijándose en ella...para luego ver a Dios moverse en una manera
poderosa y nueva a través de vasos quebrantados de gozo?
Preguntas de reflexión:
¿Se regocijó Jesús en Sus sufrimientos...cómo y cuándo?
¿Qué cambia cuando comenzamos a regocijarnos?
¿Qué es un regocijo apropiado...qué es uno inapropiado?
¿Por qué es esto tan dificil?
Otros:
20
Jesús perduró a través del sufrimiento
Se nos ha dicho que por el gozo puesto delante de Él, Jesús sufrió la cruz (Hebreos
12:2). Como el autor y perfeccionador de nuestra fe, Jesús no se enfocó en lo
superficial de las cosas, sino que se fijó en aquello que estaba más allá de la meta.
Nadie entra al sufrimiento con alegría, pero con un claro enfoque hacia el resultado, el
sufrimiento puede ser soportado. Jesús fue ambos el autor y el perfeccionador de
nuestra fe al mostrarnos como vivir a través del sufrimiento.
Jesús no solo comprendió el papel del sufrimiento para alimentar los movimienos de
multiplicación, sino que Él lo abrazó. Y al abrazar la buena voluntad de Su Padre, Él
aprendió de aquel sufrimiento y experimentó gozo en medio del dolor – animándonos
a considerarlo puro gozo y a regocijarnos en nuestras tribulaciones sirviendo así a la
causa de “cumplir lo que falta de las aflicciones de Cristo” (Colosenses 1:24). Jesús
perseveró hasta el final por el gozo puesto delante de Él.
J. Oswald Sanders contó la historia de un misionero nativo que caminó descalzo de
pueblo en pueblo predicando el evangelio en la India. Sus penurias fueron muchas.
Después de un largo día de muchas millas y muchos desánimos él llegó a cierto
pueblo e intentó compartir el evangelio pero fue rechazado y echado del pueblo. Así
que fue a las afueras del pueblo desanimado y se acostó debajo de un árbol donde
durmió por lo exhausto que estaba.
Cuando se despertó la gente revoloteó alrededor de él, y todo el pueblo se encontraba
reunido para escucharlo hablar. El líder del pueblo explicó que ellos habían venido a
verlo mientras dormía. Cuando ellos vieron sus pies ampollados ellos concluyeron
que él debía ser un hombre santo, y que ellos habían sido malos al rechazarlo. Ellos lo
sentían y querían escuchar el mensaje por el cual él había sufrido tanto en traérselos.
Así el evangelista “cumplió lo que faltaba de las aflicciones de Jesús” con sus pies
hermosamente ampollados. (Así está en el mensaje de John Piper de Agosto 30,
1992).
Michael Card contó una historia similar de José, un africano, quién andaba caminando
en una caliente y polvoriente carretera africana, cuando se encontró con alguién que le
conpartió el evangelio de Jesucristo. Inmediatamente él aceptó a Cristo y experimentó
Su vida transformadora. El cambio lo llevó a querer inmediatamente compartir
aquellas Buenas Nuevas a los miembros de su propia tribu.
José comenzó de puerta en puerta, contándoles lo que él aprendió sobre la Cruz, el
sufrimiento de Jesús, y de la salvación que Él ofrecía, esperando ver sus rostros
iluminarse tal como le sucedió a él. Para su asombro los pueblerinos no solo que no
les importó, sino que se pusieron violentos. Los hombres del pueblo lo tomaron y lo
sostuvieron en el piso mientras las mujeres lo azotaban con pedazos de alambres de
púas. Fue arrastrado fuera del pueblo y abandonado a morir en los arbustos.
De alguna manera José logró arrastrarse a un charco de agua, y allí, después de días
de recobrar y perder la consciencia, encontró fuerzas para levantarse. El se extrañó
sobre la recepción hostil que había recibido de aquella gente que él había conocido
toda su vida. Pensó que había dejado fuera, o incorrectamente dicho, parte de la
21
historia de Jesús. Después de ensallar el mensaje que había escuchado la primera vez,
decidió regresar y contar su fe una vez más.
José cojeó hacia el círculo de chozas y comenzó a proclamar a Jesús. “El murió por ti,
para que obtengas el perdón y llegues a conocer al Dios vivo,” él les suplicaba. Una
vez más él fue tomado por los hombres del pueblo y lo sostuvieron mientras las
mujeres lo castigaban, reabriendo las heridas que recien se habían empezado a sanar.
Una vez más lo arrastraron inconsciente fuera del pueblo y dejado por muerto.
El haber sobrevivido al primer castigo fue verdaderamente notable. Haber sobrevivido
al segundo fue un milagro. De nuevo, días más tarde, José despertó en la maleza,
lastimado y herido – y determinado a regresar.
Él regresó al pequeño pueblo y esta vez, ellos lo atacaron antes de que tuviera
oportunidad de abrir su boca. Mientras lo azotaban por tercera y probablemente
última vez, él de nuevo les habló de Jesucristo, el Señor. Antes de desmayarse, la
última cosa que vió fue que las mujeres que lo castigaban empezaron a llorar.
Esta vez él se despertó en su propia cama. Aquellos que severamente lo habían
castigado intentaban ahora salvarle la vida y cuidarlo hasta que se recupere. El pueblo
entero se entregó a Cristo.
Con Altos Honores
La escena es el trono en el cielo. El tiempo, es en algún momento más allá del
mañana. Las multitudes están reunidas para la ceremonia de graduación. Los amigos y
familiares ansiosamente esperan que comience la ceremonia. El concierto del coro
angelical canta “Gloria a Dios en las Alturas”. Un coro masivo de decenas de miles se
levanta para cantar “Coronadlo con muchas coronas”. Entrando vienen los dignatarios
– Abraham e Isaac liderando el camino con Jacob cojeando detrás de ellos, Moisés,
Josué, David, Isaías, Jeremías, Daniel, los apóstoles Santiago y Juan, y Pedro el que
fue crucificado cabeza abajo. Siguiéndolos a ellos vienen los mártires de todos los
siglos – hombres y mujeres que pagaron el precio máximo for su fe. ¡Miren! Allí está
Jan Hus quien fue quemado en la hoguera. Y allá está Jim Elliot quien fue muerto por
los Aucas. Cientos y miles de ellos, todos entran marchando de uno en uno.
Luego por fin una voz clama, “Todos de pie.” Entrando viene el Señor Jesucristo –
vestido de blanco puro, deslumbrando en hermosura. ¡Miren! Él está sonriendo. Este
es el día que Él ha estado esperando. Entonces los nombres son llamados:
Bill Hodgson. Con Altos Honores
Dave Patty. Con Altos Honores
Mark Edwards. Con Altos Honores
Mark Tittley. Con Altos Honores
Rod Taylor. Con Altos Honores
Abraham Sahu. Con Altos Honores
Ernesto Alfaro. Con Altos Honores
Woody Roland. Con Altos Honores
Andrew Tay. Con Altos Honores
Dave Garda. Con Altos Honores
22
De uno en uno siguen entrando – radiantes santos de Dios, entrando al gozo del
Señor. En esta tierra ellos sufrieron en muchas maneras. Ninguno tuvo un pase fácil al
cielo. Algunos padecieron enfermedad, otros tuvieron frustrados sus sueños, y otros
fueron abandonados y olvidados. Pero el Señor sabía lo que habían hecho por Él. Y Él
nunca los olvidó. Ni siquiera por un momento. Ahora ellos están entrando a la
recompensa eterna.
Ah, yo quiero estar allí en aquel día. Quiero hacerle barra a mis amigos y dar una
ovación por mis amados. Y más que cualquier otra cosa, quiero vivir para que cuando
ese gran momento llegue, yo pueda oirlo decir: “Dann Spader. Con Altos Honores.”
¿Será eso posible? Sí, Dios tiene la intención de que todos pasemos por la Escuela del
Dolor y Sufrimiento. Pero gracias a Dios, la escuela no dura para siempre. Aquellos
que permanecen en la escuela y aprenden bien sus lecciones serán algún día
grandemente premiados. Al final, ninguno lamentará los sufrimientos de su vida. Los
más oscuros momentos serán transformados en luz eterna y brillarán como el sol para
siempre. (Como está en el sermón de Ray Pritchard sobre Job).
Preguntas de reflexión:
¿Qué le va a tomar a IGJ para ver momentos de multiplicación en los países
Musulmanes?
¿Están los Musulmanes más dispuestos a sufrir que nosotros? ¿Por qué o por qué no?
¿Qué es lo que me ha faltado en el “ejemplo” mostrado por Jesús?
¿Qué más falta por estudiar en esta área?
¿Quién realmente entiende el sufrimiento en los movimientos juveniles?
Otros:
23
Nota #1
El Concilio de Calcedonia en 451 A.C. resolvió la disputa en cuanto a la humanidad y
deidad de Jesucristo y declaró lo que ha permanecido a través de los tiempos, que
Jesús poseía “dos naturalezas sin confusión, sin cambio, sin división, y sin
separación”. Este vino a ser la declaración ortodoxa que refutaba el Nestorianismo y
el Eutiquianismo de aquel día. (Para mayor estudio en este tema revisen mi ensayo
sobre “La Humanidad de Jesús” que se puede bajar de los recursos en
www.sonlife.com).
Nota #2
Las escrituras nos dicen que Jesús sufrió todo el camino hasta la cruz...y muerte en la
cruz. Yo creo que hacemos un perjuicio a la plena vida de Cristo, cuando pensamos
solo en Su sufrimiento como aquello que sucedió en la cruz. Desafortunadamente, yo
pienso que los teólogos y predicadores han enfatizado la muerte de Cristo a expensas
de la vida de Cristo. Mientras que la muerte de Cristo es eternamente significante para
nuestra reconciliación, esta debe mantenerse en balance con Su vida de obediencia
impecable, lo que causó que Cristo llegase a ser nuestra “justicia” ante Dios.
Romanos 5:10 nos dice que Su muerte nos reconcilia, pero que es por Su vida que
somos salvos. El significado de la vida impecable de Cristo no puede ser
sobreemfatizada, porque a través de ella Él “cumplió toda justicia” (Mateo 3:15) por
nosotros y fue hecho “nuestra justicia” (1 Corintios 1:30; Romanos 5:19). Si Cristo
hubiese necesitado solamente la impecabilidad y no una vida de perfecta obediencia,
entonces Él hubiese podido morir por nosotros cuando era un pequeño niño en vez de
morir cuando tenía treinta y tres años de edad. Cristo vivió aquella plena vida de
obediencia, completando aquel pacto de obras, y adquiriendo para nosotros aquella
“vida de justicia eterna”.
Nota #3
La pregunta que se hace con más frecuencia es, “Si Jesús fue completamente Dios,
¿fue entonces capaz de pecar?” En ninguna parte de las Escrituras encontramos una
respuesta directa a esta pregunta. Sabemos cuatro cosas. Jesús no pecó (1 Juan 3:5).
Jesús fue tentado en toda forma como lo somos nosotros (Hebreos 4:15). Dios no
puede pecar (1 Pedro 1:16). Dios no puede ser tentado con el mal (Santiago 1:13). En
otras palabras, “Jesús fue tentado, Jesús fue completamente hombre, Jesús fue
completamente Dios, y Dios no puede ser tantado.” Estas verdades, aunque no son
contradictorias, presentan un aparente dilema a nuestro entendimiento...similar a otras
doctrinas como la de la Trinidad, etc. La pregunta aún permanece...¿fué Jesús “capaz
de no pecar” o “incapaz de pecar” (impecable)? Por razones muy exigentes como
para explicar en esta nota, yo creo que es imperativo que siempre nos pongamos al
lado de la impecabilidad cuando seamos forzados a escoger. Los peligros son menos
riesgosos y las complicaciones menos exigentes de desenredar. Talvez la mejor
manera que tengo para resolver este “misterio” es decir que Cristo fue “incapaz de
pecar” (inpecable), pero que Él escogió en la eternidad pasada no saber dicha verdad
dentro de Su humanidad. De esa manera Sus tentaciones fueron intensas, completas, y
reales. “Él escogió ocultar Su deidad, para que Su humanidad pueda encontrar su
plena expresión”, es la manera teológicamente correcta de declararlo. Jesús no
abandonó Su deidad, o renunció a parte de Su deidad, o siquiera rindió parte de Su
deidad temporalmente (cómo podría Dios dejar de ser Dios, aún temporalmente); mas
bien, Él escogió ocultar Su deidad para que Su humanidad pueda ser plenamente
expresada y experimentada.
24
Es critico comprender que la humanidad de Jesús fue “completamente
humana”...igual que Adán antes de la caida...el segundo Adán. Nuestra humanidad es
una humanidad depravada, no una plena humanidad. Somos pecaminosos. Jesús fue
impecable. Por lo tanto las tentaciones que Jesús enfrentó fueron intensas y
completas. Muchos teólogos han resaltado que sólo aquel que plenamente resista una
tentación hasta el final, completamente sentiría toda la fuerza de la tentación. Un
levantador de pesas que levante todo el peso sobre su cabeza, conoce toda la fuerza de
dicho peso; mejor que el contrincante que intenta pero que no lo levanta
completamente. Así fue para Jesús. Cada tentación que enfrentó, Él la enfrentó hasta
el final...experimentando toda la fuerza de dicha tentación...mucho más que aquellos
de nosotros que cedemos ante la tentación. Uno podría argumentar que la realidad y
peso de la tentación fue, en cierta manera, aún más real para Jesús ya que Él nunca
cedió ante ella.
Nota #4
Talvez el mayor de todos los sufrimientos de Cristo fue el dolor de llevar consigo toda
la ira de Dios por causa del pecado del hombre. (Talvez esta sea la razón por la que
nunca vemos a Jesús “exultándose en Sus tribulaciones” ya que Él conoció el horror
de ellas. Nosotros debemos “exultarnos” y “regocijarnos” y “considerarlo puro gozo”,
no por cumplir lo que falta de las aflicciones de Cristo, sino por lo que Cristo ha
hecho por nosotros. Nuestro “regocijo” esta enraizado en lo que Cristo ha hecho por
nosotros y pagado por nosotros...haciendo que nuestras aflicciones tengan valor y
significado eternos).
Grudem nos dice que Romanos 3:25 ha expuesto a Cristo como una “propiciación”,
una palabra que significa “un sacrificio que soporta la ira de Dios hasta el final y al
hacerlo cambia la ira de Dios en favor hacia nosotros”. Pablo nos dice “A quien Dios
puso...para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia
los pecados pasados; con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que
Él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Romanos 3:25-26). Dios
no simplemente ha perdonado el pecado y olvidado el castigo en pasadas
generaciones. Él ha perdonado los pecados y guardado su ira justa contra aquellos
pecados. Pero en la cruz la furia de toda aquella ira guardada contra el pecado fue
desatada contra el propio Hijo de Dios.” (Grudem, Teología Sistemática, p.575).
Grudem también escribe, “Sin embargo, al llevar la culpa de millones, un solo
momento causaría la mayor de las angustias para el alma. El enfrentar la profunda y
furiosa ira de un Dios infinito, aún si es por un instante, causaría el más profundo
temor. Pero el sufrimiento de Jesús no terminó en un minuto – o dos – o diez.
¿Cuándo habría terminado? ¿Podría aún haber más carga por el pecado? ¿Y así más
ira de Dios? Hora tras hora continuó – el oscuro peso del pecado y la profunda ira de
Dios derramada sobre Jesús una y otra vez. Al fin Jesús exclamó, “Dios mio, Dios
mio, ¿por qué me has desamparado?” ¿Por qué este sufrimiento debía continuar por
tanto tiempo? ¿Oh Dios, mi Dios, lo harás terminar alguna vez?
Luego al final Jesús supo que su sufrimiento estaba cerca de completarse. Él sabía que
había conscientemente despertado toda la ira del Padre contra nuestros pecados, ya
que la ira de Dios había aminorado y el horrible peso del pecado estaba siendo
removido. Él sabía que todo lo que quedaba era entregar Su espíritu a Su Padre
25
celestial y morir. Con un grito de victoria Jesús replicó, “¡Consumado es!” (Juan
19:30). Luego con alta voz replicó una vez más, “¡Padre, en tus manos encomiendo
mi espíritu!” (Lucas 23:46). Y luego Él voluntariamente dio la vida que nadie se la
podía quitar (Juan 10:17-18), y Él murió. Tal como Isaías había predicho, “Él derramó
su vida hasta la muerte” y “llevó el pecado de muchos” (Isaías 53:12). Dios el Padre
vió “el fruto de la aflicción de Su alma” y quedó “satisfecho” (Isaías 53:11). (Grudem,
p.576-577)
Nota #5
Particularmente en cuanto a la vida familiar, ayuda el recordar que José no es
mencionado en ninguna parte de los Evangelios luego del incidente en el templo
cuando Jesús tenía doce años de edad. Es especialmente interesante que José sea
omitido de los versículos que listan a la madre de Jesús y otros miembros de Su
familia, incluyendo a sus hermanos y hermanas (ver Mateo 13:55-56; Marcos 6:3; cf.
Mateo 12:48). Parecería muy extraño, por ejemplo, que “la madre de Jesús” estuvo en
la boda de Canaán en Galilea (Juan 2:1) pero no Su padre, si este padre aún estaba con
vida (cf.2:12). Esto sugiere que en algún momento después de que Jesús tuvo doce
años José había fallecido, y que por una época de Su vida Jesús creció en un “hogar
de madre soltera”. Esto significaría que, a medida que se hizo mayor, Él asumió más y
más la responsabilidad del liderazgo masculino en esa familia, ganándose la vida
como “carpintero” (Marcos 6:3) y sin duda también ayudando con el cuidado des sus
hermanos y hermanas menores. Por lo tanto, aunque Jesús nunca estuvo casado, sin
duda Él experimentó un amplio rango de situaciones y conflictos familiares similares
a aquellos que experimentan las familias de hoy. (Cita de Grudem, p.537)
Nota #6
La mayoría de los teólogos argumentan que Dios tenía un pacto de obras con Adán,
aunque el término pacto no es usado en la narrativa de Génesis (algunos se refieren a
esto como al pacto Adánico). Este pacto era un conjunto de provisiones legalmente
valedero que definian la relación entre Dios y el hombre (Adán). Los requisitos de esa
relación están definidos en Génesis 1:28-30 y 2:15. Los límites fueron establecidos en
Génesis 2:16-17. La bendición de la vida eterna, Génesis 2:15, sería entregada a Adán
y Eva si cumplían las condiciones de obedecer a Dios completamente hasta que el
tiempo de prueba haya terminado. Pablo parece hacer referencia a esta vida de
perfecta obediencia, si esta fuese posible, como aquella que llevaría a la vida eterna.
(Romanos 7:10, 10:5; Gálatas 3:12). A causa de la naturaleza pecaminosa del hombre,
es obviamente imposible cumplir este pacto de completa obediencia. Sin embargo,
Cristo cumplió todos esos requisitos de obediencia, completó toda la prueba, y como
el Segundo Adán...adquirió para nosotros los beneficios de aquella eterna justicia...en
base a lo que Él logró. Como creyentes del Nuevo Testamento nosotros estamos bajo
un Pacto de Gracia, librados del pacto de obras por virtud de la obra terminada de
Cristo.
Gerald Hawthorne hace resaltar una interesante opinión en cuanto a la humanidad de
Jesús al explicar cómo Cristo cumplió tal obediencia perfecta a nuestro favor. (Su
libro se titula: La Presencia y el Poder – El significado del Espíritu Santo en la Vida y
Ministerio de Jesús, p.35). En Romanos 3:22, 26; Gálatas 2:16, 3:22; Filipenses 3:9 el
Griego aparece como “pistis Iesou” y “pistis Iesou Christou”. Más comunmente
traducido “fe en Jesús”, el significado literal es “la fe de Jesús” o “la fidelidad de
Jesús”. Veamos ahora el significado y comprensión que provee esta traducción, en
26
especial cuando nos referimos a Jesús viviendo en total obediencia al pacto de obras.
Romanos 3:22 “la justicia de Dios por medio de la ‘fe de Jesús’ (en contraste a la fe
en Jesús), para todos los que creen en Él”. El énfasis es puesto aquí en la humanidad
de Jesús quién vivió una vida de fe (completa dependencia de Su Padre)...cumpliendo
el pacto completo de obras como aquel segundo Adán...y vino a ser la “justicia” a
nuestro favor. Veamos en Romanos 3:26 bajo esta luz “...y el que justifica al que es de
la fe de Jesús” (versus fe en Jesús). Una vez más vemos el énfasis en la perfecta
humanidad de Jesús y cómo Él vivió Su vida. Veamos en Gálatas 3:22 bajo esta
misma luz. “Mas la escritura lo encerro todo bajo pecado, para que la promesa (¿Pacto
de obras?) que es por la ‘fe de Jesús’ (versus la ‘fe en Jesús’), fuese dada a los
creyentes”. Qué maravilloso este pensamiento sobre el significado de la vida de Cristo
en balance al significado de Su muerte. Necesitamos tener la ‘fe de Jesús’, como
también la ‘fe en Jesús’. ¡Recordemos, por Su muerte somos reconciliados, pero es Su
vida la que nos salva! Para aquellos de nosotros comprometidos a estudiar y vivir y
enseñar la vida del Hijo...esto es crítico para que entendamos no solamente lo que
Jesús hizo...sino cómo Jesús hizo lo que hizo...especialmente cuando buscamos
“andar como Él anduvo”.
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Bibliografía: Recursos usados para este artículo
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