Claudia Venturelli Calendar AtomEgoyan

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Maestría en Comunicación y cultura
Análisis de los lenguajes
Dra Ana Amado
VI Cohorte 2010-2011
Claudia Venturelli
DNI 14 851 620
Claudia Venturelli
Calendar - Atom Egoyan -
Calendar - 1993 Una intersección autobiográfica entre espacio, tiempo, historia, experiencia de vida y
también metáfora, ficción. ¿Es un documental, es un ensayo, es un relato? ¿Es todo
junto y al mismo tiempo? ¿Cuál es el límite, la frontera, la distinción entre ficción y
autobiografía dice Genette (De Man: 113).
Breve relato sobre el contenido del film
Atom Egoyan, con pasado armenio, su director, es a la vez protagonista de la propia
historia y narración.
A un fotógrafo, Peter, le encargan sacar fotografías de iglesias en Armenia para
armar un calendario heráldico. Son 12 meses que arma con 12 iglesias. Allí es un off
cámara, tomando las fotos y filmando. Filma todo el desarrollo de la recopilación de
imágenes fotográficas de las iglesias. Para hacerlo recorre varios paisajes de
Armenia con su mujer y traductora Arsineé y un chofer que los lleva de un lado hacia
otro y que desata el conflicto, a quienes también filma. Un recorrido por el pasado de
Armenia y su pasado armenio, al que actualiza, a través de las iglesias.
Ya en Toronto filma su presente, un presente que se rige por el calendario armado
con sus 12 fotografías. Los 12 llamados, uno por mes, de su ex mujer Arsineé,
pareja ahora del chofer y las 12 mujeres, una por mes que cita en su casa, 12
llamadas de éstas a sus amantes en 12 idiomas diferentes (los de la diáspora
armenia) y 12 cartas inconclusas que el fotógrafo intenta escribir mientras cena con
cada una de las 12 mujeres.
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Claudia Venturelli
Calendar - Atom Egoyan Autobiografía: ¿Hecho o ficción?
Desde la perspectiva de Paul de Man y su resistencia a la teoría es que cuestiona a
la autobiografía como género, desde su concepto de indecibilidad, podemos
preguntarnos si Calendar se puede ver como autobiografía o correspondería llamarla
ficción, ya que los pasajes que la componen y cómo está articulado el lenguaje con
la imagen, cierta ambigüedad, propia de una construcción discursiva postfáctica. Se
puede hablar de hechos, de autobiografía o, ¿estamos dentro del campo de la
ficción?
Como nos acostumbra De Man la distinción entre ficción y autobiografía es
indecidible.
El documental Calendar para algunos reality fiction, por lo tanto se despediría de la
categoría documental. Para el director/autor/actor es una metáfora de su separación,
por lo tanto, ¿sí la situaría en una autobiografía? o, ¿mantiene una especularidad
armada a través de una estructura diegética autobiográfica ficcionalizada?
Entendiendo la diégesis como lenguaje y, como tal, fuente de ambigüedad y
confusión que no siempre responde a quién lo produce y que excede su control.
Porque tal vez no sea posible trasponer la propia experiencia al lenguaje de las
imágenes y texto como un modelo mimético de representación de algo que estaría
dentro del término de la “propia realidad”. La realidad lingüística no es
necesariamente un correlato de la “realidad del sujeto-autor”. Al no poder decir que
es posible una trasposición literal dejamos como interrogante la posibilidad de lo
autobiográfico. Hay que tomar decisiones a la hora de establecer significados en las
interpretaciones.
Armenia el recuerdo, la historia, la pregunta por el origen, la voz acusmática del
protagonista, al que no conocemos, está fuera del cuadro y cada vez más fuera de
esa historia que filma y observa para hacer su trabajo (tomar 12 fotografías para un
calendario heráldico armenio), una filmación que una vez en Toronto desde el
presente lo transforma en observador y a la vez protagonista de su propia historia
de vida.
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Calendar - Atom Egoyan Voz ¿Quién sos vos?
Calendar un triángulo de voces
Traductora (médium) la interpretación
Fotógrafo pregunta por el sentido
Chofer (cuenta historia iglesias) el origen
Ante las preguntas reiteradas del fotógrafo siempre fuera de cuadro, al chofer, la voz
que vuelve no es la propia, es la voz del chofer vuelta otro, la de la mujer de Peter,
el fotógrafo. Éste que escucha en todo momento la voz de su mujer, reproduce el
romance con la ninfa Eco, que él pone en el lugar de traductora, no iniciadora de un
discurso. Por lo tanto podemos ver algún tipo de relación con la historia del fracaso
de un amor y de un narcisismo.
Cuando Arsineé se va con el chofer, al fotógrafo, sólo le queda la imagen filmada de
ella, que mira recurrentemente, y la voz grabada en el contestador del teléfono una
vez por mes. Sólo queda la voz grabada, la voz sin cuerpo, igual que la voz
acusmática del fotógrafo en las tomas de la filmación, que vemos nosotros, de la
filmación que él hace de la toma de las 12 fotografías recorriendo Armenia con su
mujer/ex mujer y el chofer, con el cual ella se va finalmente.
Esa voz cuya fuente no se ve, cuyo origen no podemos identificar y que en esta
película implica la búsqueda de un origen, ya que la ida a Armenia es periplo, es la
búsqueda de los orígenes y raíces del protagonista, pero también en su decir, es la
Voz del Amo, el que desde fuera dice y ordena que es lo que deben hacer los
protagonistas en cada escena. La voz de autoridad. La recurrencia a lo acusmático
en la película es elocuente.
Ya en Toronto podemos observar cómo todos los meses una voz acusmática, que
tuvo cuerpo una vez, el de ella, Arsinée aparece en el contestador con sus reclamos,
y a su vez cada chica que viene todos los meses le habla a un él a través del mismo
teléfono. Esos otros invisibles que en la voz separada del cuerpo podríamos decir
estarían expresando la vos de los muertos, la historia de Armenia a través de esas
fotografías y de esas doce chicas, con sus doce idiomas y la diáspora.
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Calendar - Atom Egoyan Esta voz que sale de la pantalla, cuya fuente está fuera del campo visual, que es a la
vez director y protagonista, este objeto - voz surge en contrapunto con lo visible y lo
visual, ya que vemos la situación de flirteo entre chofer y traductora/pareja y a la vez
los cuestionamientos de la voz en off hacia su mujer y hacia el chofer. Por
momentos, tanto nuestra mirada como la voz no coinciden del todo entre sí, como el
diálogo entre fotógrafo-chofer/ fotógrafo-mujer no coinciden, por momentos, con lo
que nosotros vemos en las imágenes, quedan como voces-flashbacks en el
presente, voces que retumban, se recuerdan, en la cabeza del protagonista.
Y, por momentos, en el relato que se hace a sí misma, la voz acusmática da cuenta
del pensamiento del protagonista, de su voz interior, pensada, doblemente
acusmática, como encarnamiento del alma del fotógrafo, en su significado hacia
nosotros, espectadores y oyentes, a la vez.
El medium: la traducción
Al haber una traductora entre chofer y esposo/fotógrafo ¿a quién pertenece la voz?,
¿quién tiene el don de lo decible entre ambos y para ambos?: ella. Así se convierte
en la interpretadora de lo que uno y otros dicen y es la que posee el poder de la
comunicación/interpretación entre ambos. Aquí la voz tiene un lugar ambiguo está
presa de un cuerpo que no es el emisor y la voz no pertenece ni a uno ni a otro sino
a un tercero, en este caso la mujer que está en el medio y es el medio. El lenguaje y
el cuerpo están mediados por la voz de ella.
La voz y el poder
En este triángulo de voces, hay juegos de poder, que rotan y mutan de acuerdo a
cómo y quién emite la voz.
Esa voz acusmática, fuera de cuadro, ejerce autoridad en el momento de definir la
cuestión técnica de las escenas, haciendo salir de cuadro a la mujer y el chofer, sin
voz, a su antojo. En los diálogos entre esta voz fuera de cuadro y la mujer/traductora
hay una entrega de poder al otro, el que traduce y a su vez una situación de poder
respecto del otro que oye pero no entiende y espera lo que le dirán sin saber, sólo
aceptando, que lo que le dicen es lo que le quisieron decir. Cosa imposible ya que
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Calendar - Atom Egoyan no hay traducción sin interpretación y menos en esta situación triangular. Es una
simulación de diálogo.
Al fotógrafo, pareciera, sólo le interesa su trabajo, pero su voz interior lo expone
frente a los otros otros (espectadores) en sus dudas respecto de la relación que se
está construyendo y la que se está destruyendo al unísono.
La voz de las dos caras como autoridad sobre el otro y como exposición ante el otro.
Pero aquí hay asimetría constitutiva porque por más que salga la voz, más allá de
ella, se necesita un intérprete al cual se le delega el poder de la palabra y la
significación. La voz que vuelve no es propia del que la emite, en el medio hay otra
voz que da la palabra y otorga el sentido. Todo esto es lo que sucede en Armenia,
en la búsqueda del origen, la reconstrucción o indagación por el pasado que termina
destruyendo ese presente, el que llegaba desde Toronto.
Cámara-ojo ¿Soy yo? ¿Sos vos? ¿Es él?
Armenia y Toronto. Estas dos situaciones en paralelo se intercalan en la película.
El fotógrafo hace un trabajo de construcción del calendario mientras al mismo tiempo
se va destruyendo la pareja con la cual llegó a Armenia desde Toronto a reconstruir
la historia del origen tanto de los tiempos históricos armenios como el suyo propio.
Intercalado nos muestra el pasado filmado de cada locación donde está ubicada
cada iglesia y a la vez la fotografía que tomó de cada iglesia en cada toma de cada
mes en Toronto, por medio del almanaque ubicado al lado del teléfono desde donde
escucha las doce grabaciones en el contestador automático que le deja Arsinée, su
ex mujer/traductora. Voz convertida en acusmática, mientras que la voz acusmática
de Armenia la vemos en cuerpo, en presencia allí en Toronto, el cuerpo del director.
El pasado armenio fue filmado en 8mm, colores deslucidos, atenuados y el presente
canadiense es filmado en video de 12 mm, colores vívidos, brillantes, más la cámara
fotográfica que tomó las fotos de cada una de las doce iglesias. Hay como una
confrontación de lo medieval y lo moderno en la forma en que está filmado. La
presencia como historia, la anamnesis.
En Toronto, la historia se constituye para el protagonista en tanto la mira, una y otra
vez, en la película que pasa en el televisor pero que, en Armenia, como dice
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Calendar - Atom Egoyan Barthes, la historia para mirarla es necesario estar excluido de ella, la mira desde
fuera del cuadro.
Allí el fotógrafo se autoexcluye del cuadro para observar la historia de sus orígenes y
en su pensamiento, a la vez, sospechando que ese presente que está viviendo allí
se transforma en cada momento en pasado de la historia de vida que llevó desde
Toronto para dejar en Armenia.
Una cámara fija encuadra la imagen mientras salen y entran Arsinée y el chofer
observados por el ojo-lente del director ausente-presente que los mira como testigo.
Los protagonistas en Armenia, son otros, él es extranjero. En Toronto él y sólo él es
protagonista de la revisión de ese pasado y ese origen que dejó y quedó en
Armenia.
Tiempo y espacio
Tiempo y espacio en Calendar se entrecruzan pero, y, a la vez distancian. Es
cronicidad y es tiempo socializado a partir del calendario. Un año, doce meses, doce
fotos, una hora de filmación en un video.
Es repetición, obsesiva, de una estructura en el presente (Toronto) armada a partir
de un pasado (Armenia) que quedó congelado en las fotografías del calendario.
Articulando el relato y la escritura (esa carta que nunca se termina) que siempre
comienza con cada chica citada (presente) en su casa, cada mes, mientras pasan
las fotos de los meses del calendario (historia) y pasa en la tv la imagen de cada
momento de filmación de la toma de las fotografías de las 12 iglesias, su mujer y el
chofer, tratando de entender que pasó en esa relación, filmada, que terminó con su
pareja.
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Calendar - Atom Egoyan Conclusiones
Podemos resumir a Calendar como una narración autodiegética ya que el narrador y
el protagonista principal del documental es la misma persona.
Para Atom Egoyan el cine es una función alquímica entre el acto de observar y el
acto de mirar, donde la observación es función de la cámara director y el acto de
mirar, en absoluto pasivo, la del espectador.
El tema del origen, la destrucción de lazos familiares y los desplazamientos están
presentes en su historia de vida y los repite de una u otra manera en su filmografía.
Atom (su nombre, átomo, es puesto para celebrar la llegada a Egipto de la energía
atómica) pertenece a una familia de origen armenio pero tanto él como sus padres
nacieron en Egipto, ya que sus abuelos se fueron a refugiar allí por el genocidio
armenio. A tres años de su nacimiento, 1963, sus padres emigran a Victoria
(Canadá) consecuencia de la persecución iniciada por Nasser a los refugiados
armenios. El lugar donde recalan no se destacaba por la presencia de armenios
como en Toronto o Montreal, por lo tanto a los cinco años Atom deja de hablar
armenio para facilitar su asimilación al nuevo entorno. Es a los 18 cuando se va de
la casa paterna a estudiar relaciones internacionales en la Universidad de Toronto
que “comienza a usar su armenianismo como excusa”. Lo exagera y le permite
representar un papel. Lo usó para fabricarse una identidad y disimular su
inseguridad. Él mismo dice que comienza a sentir su armenidad cuando ve arte
armenio.
La interrogación por el pasado y el presente, como de la memoria, nos dirigen a una
pregunta recurrente por el sentido.
Egoyan declara que se sirve del cine para analizar cómo los dispositivos de la
imagen afectaron y siguen afectando las relaciones sociales y nuestra relación con
nosotros mismos.
La reflexividad marca a Calendar desde el inicio al fin, donde la imagen acompaña
en todo momento la búsqueda de sentido que recorre al film. Y se entrecruza en un
constante despliegue hacia la otredad del sí mismo. Para Egoyan tanto en su cine
como en sus notas sobre cine toda imagen es artificial y construida.
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Calendar - Atom Egoyan Hay una superposición de relatos entre el pasado y el presente que va construyendo
ese sentido en términos relacionales respecto de otros exteriores al protagonista,
marcado fuertemente por la impronta de la temporalidad a partir de la construcción
que hace el director de los tiempos del relato; historiza su memoria con el video y el
calendario.
Su presente nos muestra la soledad de su existir canadiense, aunque comparte
cenas con las doce mujeres, pero permanece en su aislamiento y obsesión tratando
de comprender lo sucedido.
La implicación entre narración y experiencia pareciera tomar la forma de
estructuración de la vida que intenta una correlación entre la actividad de contar una
historia y el carácter temporal de la experiencia humana. En Calendar el pasado que
se hace presente una y otra vez, se vuelve interpretación de la experiencia de la
propia vida. En este pensamiento del protagonista está el resumen del conflicto que
estructura el relato: “Observo como ustedes dos me dejan y desaparecen dentro del
paisaje que yo voy a fotografiar”. La voz acusmática interpreta el acontecimiento que
se está produciendo: la desaparición de Arsinée de la vida del fotógrafo. El final de la
película nos revela que los tiempos mostrados son flashbacks y que toda la filmación
es memoria de la memoria de experiencia de vida del narrador.
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Claudia Venturelli
Calendar - Atom Egoyan -
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&id=176%3Aimagen-y-memoria-en-el-cine-de-atom-egoyan&catid=42&Itemid=98
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