Subido por Alexander Javier Querales Ordaz

normativa internacional que regula el crimen organizado

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Bloque 1
Delincuencia
organizada
Unidad I.
Normativa Internacional que
Regula el Crimen Organizado
Material
compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción
total o parcial sin la autorización de cada autor.
1.1
El crimen organizado en el sistema de Naciones Unidas
El crimen organizado en el Estado mexicano ha tomado un papel preponderante en la vida política y pública. La intervención de los grupos que actúan al margen de la ley ha repercutido de
forma clara en el modus vivendi de la población mexicana. En la actualidad no asombra escuchar
que los capos de los cárteles del narcotráfico se han escapado por la puerta principal de los penales, o que dentro de los mismos la mafia controla incluso las instituciones a cargo.
Estos grupos de delincuentes se encuentran relacionados con un sinfín de actividades ilícitas.
A pesar de la lucha entablada por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, una de las características de estos grupos es la impunidad con la que desarrollan sus actividades delictivas. Para
los ciudadanos de a pie ya no es extraño escuchar en las noticias que los delincuentes están
coludidos con autoridades estatales, de manera que se complica más la labor de garantizar e
impartir justicia.
El derecho Mexicano, aborda consideraciones importantes que pueden tenerse en cuenta para
definir a la delincuencia organizada, de manera que se pueden encontrar importantes reflexiones
como la de Fontdevilla y Mejía (2010), que definen algunas cuestiones torales para el entendimiento de la delincuencia organizada.
“El tipo penal de delincuencia organizada tiene una estructura lógica de doble piso. El primer elemento hace referencia a la participación en una organización. El segundo es que
esta organización comete delitos a los que se les denomina como delitos predicado. En este
orden de ideas dogmáticas, representan un delito continuado, porque son varias conductas
que de manera continua o reiterada se dan de forma ilícita. En cuanto al delito de segundo
piso, la organización es un delito continuo, pues comienza a realizarse en el momento en
que se organizan para cometer delitos y no dejan de realizarlos hasta el momento que la
organización deja de tener efectos”. (Fondevilla & Mejía, 2010, p. 22)
Así mismo, los autores en comento, referencian una serie de cuestiones que mencionan como
determinantes en la adecuada persecución y conocimiento del delito. Mismos que se numeran
a continuación:
a) Excesiva complejidad.
b) Necesidad de acreditar la existencia de la organización para la configuración del tipo penal.
c) Permanencia y reiteración de conductas.
d) Confusión entre delincuencia organizada y asociación delictiva
e) Límite de delitos que pueden ser cometidos bajo la modalidad de delincuencia organizada.
(Fondevilla & Mejía, 2010, p. 22)
Entonces bien, si se suma a estos elementos la influencia que pueden llegar a ejercer los miembros del crimen organizado sobre los funcionarios judiciales, sería necesario conocer y justificar
la intervención de instituciones de carácter internacional que se encuentren fuera del alcance de
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los delincuentes locales para que realicen una adecuada impartición de justicia en esta materia.
Pues, si bien es cierto que se puede presumir una relativa aquiescencia de parte del Estado, cabe
señalar que en la mayoría de los supuestos puede llegar a ser complicado acreditar la participación activa por parte de los agentes estatales. Situación que complica la determinación de las
verdaderas responsabilidades.
En otro orden de ideas, cabe señalar que en esta materia son muchas las esferas que son trastocadas por la actividad delictiva, pues la intervención de estos grupos abarca un espectro de
acción muy amplio, por lo que habría que entender de qué forma se violentan bienes jurídicos
como los tutelados por los derechos humanos, o convenciones internacionales reguladas por
instituciones como la Organización de las Naciones Unidas.
Además, como resultado de las reformas estatales de los últimos años, la asimilación de los tratados internacionales en materia de derechos humanos a la Constitución, vuelve derecho interno
las disposiciones establecidas por los tratados, lo que puede resultar en el reconocimiento de la
competencia de instancias internacionales de manera explícita y sin que medien formalidades
como la ratificación para el sometimiento a sus disposiciones.
Así pues, a la luz de estos razonamientos cobra importancia la intervención de los organismos
internacionales en el contexto de la defensa de los derechos subjetivos públicos tutelados por
los sistemas nacionales e internacionales que son violentados por las actividades delictivas de
los grupos de delincuencia organizada.
1.2
La Comisión de Prevención del delito y justicia penal
La globalización ha influenciado la delincuencia organizada, toda vez que ha generado profundos
cambios en la vida de los pueblos. Con estas transformaciones, en los que los medios de transporte han vuelto a las fronteras permeables, al grado tal que permiten de forma más sencilla la libre
circulación de personas, bienes, capitales y servicios. Sin duda, esta integración entre Estados
que facilita la interacción entre las personas y el comercio, también ha implicado cambios en
la dinámica de la delincuencia y la violencia, pues las mismas mejoras que permiten progresos
sustanciales en la vida, también se encuentran al alcance de aquellos que desarrollan actividades
al margen de la ley y con ello desafían a la justicia. UNODC (2016) Prevención del delito y justicia
penal. Consultado el 15 de marzo de 2016.
Disponible en: https://www.unodc.org/lpo-brazil/es/crime/index.html
A la luz de estas concepciones, es importante resaltar la obligatoriedad de las normas de derecho internacional como instrumentos válidos y obligatorios, una vez que se ha cumplido con las
formalidades de firma y ratificación correspondientes. Entonces bien, la cuestión se complica
cuando derivado del establecimiento de estos ordenamientos se hace patente el nacimiento de
organismos rectores o entes jurisdiccionales que buscan la aplicación efectiva de los lineamientos establecidos en los ordenamientos internacionales y como fruto de su actividad, generan
recomendaciones, directrices o juicios sobre la forma en que tienen que hacerse efectivos los
lineamientos que les dieron origen.
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La Organización de las Naciones Unidas describe a “la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal es el órgano principal del sistema de las Naciones Unidas para formular políticas y
recomendaciones sobre cuestiones de la justicia penal, incluida la trata de seres humanos, los
crímenes transnacionales y los aspectos de la prevención del terrorismo”. Esta Comisión se encarga de la supervisión del uso y la aplicación de las normas de las Naciones Unidas relativas a
estas cuestiones y guía el desarrollo de políticas para abordar nuevas cuestiones”. UNODC (2016)
Prevención del delito y justicia penal. Consultado el 15 de marzo de 2016.
Disponible en: https://www.unodc.org/lpo-brazil/es/crime/index.html
Cabe resaltar, que si bien es cierto que esta Comisión no se encuentra definida por la Carta de
la Organización de las Naciones Unidas como uno de los órganos principales de la organización,
también lo es que se constituye como uno de los órganos subsidiarios del Consejo Económico y
Social y que por su labor reviste vital importancia en el sistema de Naciones Unidas.
Por lo que esta Comisión, ofrece a los Estados miembros un foro para el intercambio de conocimientos, experiencias e información para el desarrollo de estrategias nacionales e internacionales. Coordina esfuerzos con otros organismos de las Naciones Unidas con mandatos en
materia de prevención del delito y justicia penal, como el Consejo de Seguridad de la ONU, la
Conferencia de Estados Partes en la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional y la Conferencia los Estados Partes en la Convención de las Naciones
Unidas contra la Corrupción. UNODC (2016) Prevención del delito y justicia penal. Consultado
el 15 de marzo de 2016.
Disponible en: https://www.unodc.org/lpo-brazil/es/crime/index.html
1.3 La Convención y Protocolos contra la delincuencia organizada transnacional
En materia de tratados internacionales es importante referenciar cuestiones que se hacen relevantes al hablar de obligaciones asumidas por los Estados firmantes y sujetos de estas normas
de carácter internacional. Si bien es cierto, que de acuerdo con lo que ya se estableció con antelación, relativo a la asimilación de los tratados internacionales a la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, sin duda se hace relevante el análisis de la celebración de este tipo
de tratados y la forma en que los mismos vendrán a influir en la conformación de la legislación
nacional. Pues mientras las normas de origen nacional vienen otorgadas por la potestad soberana del Estado en materia legislativa. En el campo de los tratados internacionales se puede decir
que los mismos provienen de fuentes distintas, por lo que el Estado se ve en la necesidad de
reconocerlas, y asimilarlas. Esta cuestión se hace complicada para aquellos defensores a ultranza
de la soberanía, que no reconocen más norma que aquella que hubiera emanado del legislativo
estatal, con apego a un proceso legislativo riguroso y dificultado.
De cualquier forma se hace importante como objeto del presente apartado analizar el contenido de los conceptos establecidos por los siguientes instrumentos internacionales en materia
de derecho internacional, y cómo estos pueden reconocerse como válidos en el contexto de la
definición de los correspondientes supuestos.
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Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional
Artículo 2. Definiciones
Para los fines de la presente Convención:
a) Por “grupo delictivo organizado” se entenderá un grupo estructurado de tres o más personas
que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer
uno o más delitos graves o delitos tipificados con arreglo a la presente Convención con miras a
obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de orden material;
b) Por “delito grave” se entenderá la conducta que constituya un delito punible con una privación
de libertad máxima de al menos cuatro años o con una pena más grave;
c) Por “grupo estructurado” se entenderá un grupo no formado fortuitamente para la comisión
inmediata de un delito y en el que no necesariamente se haya asignado a sus miembros funciones
formalmente definidas ni haya continuidad en la condición de miembro o exista una estructura
desarrollada;
d) Por “bienes” se entenderá los activos de cualquier tipo, corporales o incorporales, muebles
o inmuebles, tangibles o intangibles, y los documentos o instrumentos legales que acrediten la
propiedad u otros derechos sobre dichos activos;
e) Por “producto del delito” se entenderá los bienes de cualquier índole derivados u obtenidos
directa o indirectamente de la comisión de un delito;
f) Por “embargo preventivo” o “incautación” se entenderá la prohibición temporal de transferir,
convertir, enajenar o mover bienes, o la custodia o el control temporales de bienes por mandamiento expedido por un tribunal u otra autoridad competente;
g) Por “decomiso” se entenderá la privación con carácter definitivo de bienes por decisión de un
tribunal o de otra autoridad competente;
h) Por “delito determinante” se entenderá todo delito del que se derive un producto que pueda
pasar a constituir materia de un delito definido en el artículo 6 de la presente Convención;
i) Por “entrega vigilada” se entenderá la técnica consistente en dejar que remesas ilícitas o sospechosas salgan del territorio de uno o más Estados, lo atraviesen o entren en él, con el conocimiento y bajo la supervisión de sus autoridades competentes, con el fin de investigar delitos e
identificar a las personas involucradas en la comisión de éstos;
j) Por “organización regional de integración económica” se entenderá una organización constituida por Estados soberanos de una región determinada, a la que sus Estados miembros han
transferido competencia en las cuestiones regidas por la presente Convención y que ha sido
debidamente facultada, de conformidad con sus procedimientos internos, para firmar, ratificar,
aceptar o aprobar la Convención o adherirse a ella; las referencias a los “Estados Parte” con
arreglo a la presente Convención se aplicarán a esas organizaciones dentro de los límites de su
competencia.
Artículo 3. Ámbito de aplicación
1. A menos que contenga una disposición en contrario, la presente Convención se aplicará a la
prevención, la investigación y el enjuiciamiento de:
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a) Los delitos tipificados con arreglo a los artículos 5, 6, 8 y 23 de la presente Convención; y
b) Los delitos graves que se definen en el artículo 2 de la presente Convención; cuando esos delitos sean de carácter transnacional y entrañen la participación de un grupo delictivo organizado.
2. A los efectos del párrafo 1 del presente artículo, el delito será de carácter transnacional si:
a) Se comete en más de un Estado;
b) Se comete dentro de un solo Estado, pero una parte sustancial de su preparación, planificación,
dirección o control se realiza en otro Estado;
c) Se comete dentro de un solo Estado, pero entraña la participación de un grupo delictivo organizado que realiza actividades delictivas en más de un Estado; o
d) Se comete en un solo Estado, pero tiene efectos sustanciales en otro Estado.
Artículo 5. Penalización de la participación en un grupo delictivo organizado
1. Cada Estado Parte adoptará las medidas legislativas y de otra índole que sean necesarias
para tipificar como delito, cuando se cometan intencionalmente:
a) Una de las conductas siguientes, o ambas, como delitos distintos de los que entrañen el intento
o la consumación de la actividad delictiva:
i) El acuerdo con una o más personas de cometer un delito grave con un propósito que guarde
relación directa o indirecta con la obtención de un beneficio económico u otro beneficio de orden material y, cuando así lo prescriba el derecho interno, que entrañe un acto perpetrado por
uno de los participantes para llevar adelante ese acuerdo o que entrañe la participación de un
grupo delictivo organizado;
ii) La conducta de toda persona que, a sabiendas de la finalidad y actividad delictiva general
de un grupo delictivo organizado o de su intención de cometer los delitos en cuestión, participe
activamente en:
a. Actividades ilícitas del grupo delictivo organizado;
b. Otras actividades del grupo delictivo organizado, a sabiendas de que su participación contribuirá al logro de la finalidad delictiva antes descrita;
b) La organización, dirección, ayuda, incitación, facilitación o asesoramiento en aras de la comisión de un delito grave que entrañe la participación de un grupo delictivo organizado.
2. El conocimiento, la intención, la finalidad, el propósito o el acuerdo a que se refiere el párrafo
1 del presente artículo podrán inferirse de circunstancias fácticas objetivas.
3. Los Estados Parte cuyo derecho interno requiera la participación de un grupo delictivo organizado para la penalización de los delitos tipificados con arreglo al inciso i) del apartado a) del
párrafo 1 del presente artículo velarán porque su derecho interno comprenda todos los delitos
graves que entrañen la participación de grupos delictivos organizados. Esos Estados Parte, así
como los Estados Parte cuyo derecho interno requiera la comisión de un acto que tenga por objeto llevar adelante el acuerdo concertado con el propósito de cometer los delitos tipificados con
arreglo al inciso i) del apartado a) del párrafo 1 del presente artículo, lo notificarán al Secretario
General de las Naciones Unidas en el momento de la firma o del depósito de su instrumento de
ratificación, aceptación o aprobación de la presente Convención o de adhesión a ella.
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Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y
niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional
Artículo 3. Definiciones
Para los fines del presente Protocolo:
a) Por “trata de personas” se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la
recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la
concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que
tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la
explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios
forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de
órganos;
b) El consentimiento dado por la víctima de la trata de personas a toda forma de explotación
intencional descrita en el apartado a) del presente artículo
no se tendrá en cuenta cuando se haya recurrido a cualquiera de los medios
enunciados en dicho apartado;
c) La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de un
niño con fines de explotación se considerará “trata de personas” incluso cuando
no se recurra a ninguno de los medios enunciados en el apartado a) del presente artículo;
d) Por “niño” se entenderá toda persona menor de 18 años.
Artículo 5. Penalización
1. Cada Estado Parte adoptará las medidas legislativas y de otra índole que sean necesarias para
tipificar como delito en su derecho interno las conductas enunciadas en el artículo 3 del presente
Protocolo, cuando se cometan intencionalmente.
2. Cada Estado Parte adoptará asimismo las medidas legislativas y de otra índole que sean necesarias para tipificar como delito:
a) Con sujeción a los conceptos básicos de su ordenamiento jurídico, la tentativa de comisión de
un delito tipificado con arreglo al párrafo 1 del presente artículo;
b) La participación como cómplice en la comisión de un delito tipificado con arreglo al párrafo
1 del presente artículo; y
c) La organización o dirección de otras personas para la comisión de un delito tipificado con
arreglo al párrafo 1 del presente artículo.
Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por tierra, mar y aire, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional
Artículo 3. Definiciones
Para los fines del presente Protocolo:
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a) Por “tráfico ilícito de migrantes” se entenderá la facilitación de la entrada ilegal de una persona
en un Estado Parte del cual dicha persona no sea nacional o residente permanente con el fin de
obtener, directa o indirectamente, un beneficio financiero u otro beneficio de orden material;
b) Por “entrada ilegal” se entenderá el paso de fronteras sin haber cumplido los requisitos necesarios para entrar legalmente en el Estado receptor;
c) Por “documento de identidad o de viaje falso” se entenderá cualquier documento de viaje o
de identidad:
i) Elaborado o expedido de forma espuria o alterado materialmente por cualquiera que no sea
la persona o entidad legalmente autorizada para producir o expedir el documento de viaje o de
identidad en nombre de un Estado; o
ii) Expedido u obtenido indebidamente mediante declaración falsa, corrupción o coacción o de
cualquier otra forma ilegal; o
iii) Utilizado por una persona que no sea su titular legítimo;
d) Por “buque” se entenderá cualquier tipo de embarcación, con inclusión de las embarcaciones
sin desplazamiento y los hidroaviones, que se utilice o pueda utilizarse como medio de transporte
sobre el agua, excluidos los buques de guerra, los buques auxiliares de la armada u otros buques
que sean propiedad de un Estado o explotados por éste y que en ese momento se empleen únicamente en servicios oficiales no comerciales
Artículo 4. Ámbito de aplicación
A menos que contenga una disposición en contrario, el presente Protocolo se aplicará a la prevención, investigación y penalización de los delitos tipificados con arreglo al artículo 6 del presente
Protocolo, cuando esos delitos sean de carácter transnacional y entrañen la participación de un
grupo delictivo organizado, así como a la protección de los derechos de las personas que hayan
sido objeto de tales delitos.
Artículo 6. Penalización
1. Cada Estado Parte adoptará las medidas legislativas y de otra índole que sean necesarias para
tipificar como delito, cuando se cometan intencionalmente y con el fin de obtener, directa o
indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de orden material:
a) El tráfico ilícito de migrantes;
b) Cuando se cometan con el fin de posibilitar el tráfico ilícito de
migrantes:
i) La creación de un documento de viaje o de identidad falso;
ii) La facilitación, el suministro o la posesión de tal documento;
c) La habilitación de una persona que no sea nacional o residente permanente para permanecer en el Estado interesado sin haber cumplido los requisitos para permanecer legalmente en
ese Estado, recurriendo a los medios mencionados en el apartado b) del presente párrafo o a
cualquier otro medio ilegal.
2. Cada Estado Parte adoptará asimismo las medidas legislativas y de otra índole que sean necesarias para tipificar como delito:
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a) Con sujeción a los conceptos básicos de su ordenamiento jurídico, la tentativa de comisión de
un delito tipificado con arreglo al párrafo 1 del presente artículo;
b) La participación como cómplice en la comisión de un delito tipificado con arreglo al apartado
a), al inciso i) del apartado b) o al apartado c) del párrafo 1 del presente artículo y, con sujeción a
los conceptos básicos de su ordenamiento jurídico, la participación como cómplice en la comisión
de un delito tipificado con arreglo al inciso ii) del apartado b) del párrafo 1 del presente artículo;
c) La organización o dirección de otras personas para la comisión de un delito tipificado con
arreglo al párrafo 1 del presente artículo.
3. Cada Estado Parte adoptará las medidas legislativas y de otra índole que sean necesarias para
considerar como circunstancia agravante de los delitos tipificados con arreglo al apartado a) , al
inciso i) del apartado b) y al apartado
c) del párrafo 1 del presente artículo y, con sujeción a los conceptos básicos de su ordenamiento
jurídico, de los delitos tipificados con arreglo a los apartados b) y c) del párrafo 2 del presente
artículo toda circunstancia que:
a) Ponga en peligro o pueda poner en peligro la vida o la seguridad de los migrantes afectados; o
b) Dé lugar a un trato inhumano o degradante de esos migrantes, en particular con el propósito
de explotación.
4. Nada de lo dispuesto en el presente Protocolo impedirá que un Estado Parte adopte medidas
contra toda persona cuya conducta constituya delito con arreglo a su derecho interno.
Protocolo contra la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, sus piezas y componentes
y municiones, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional
Artículo 3 Definiciones
Para los fines del presente Protocolo:
a) Por “arma de fuego” se entenderá toda arma portátil que tenga cañón y que lance, esté concebida para lanzar o pueda transformarse fácilmente para lanzar un balín, una bala o un proyectil
por la acción de un explosivo, excluidas las armas de fuego antiguas o sus réplicas. Las armas
de fuego antiguas y sus réplicas se definirán de conformidad con el derecho interno. En ningún
caso, sin embargo, podrán incluir armas de fuego fabricadas después de 1899;
b) Por “piezas y componentes” se entenderá todo elemento o elemento de repuesto específicamente concebido para un arma de fuego e indispensable para su funcionamiento, incluidos el
cañón, la caja o el cajón, el cerrojo o el tambor, el cierre o el bloqueo del cierre y todo dispositivo
concebido o adaptado para disminuir el sonido causado por el disparo de un arma de fuego;
c) Por “municiones” se entenderá el cartucho completo o sus componentes, entre ellos las vainas,
los cebos, la carga propulsora, las balas o proyectiles utilizados en las armas de fuego, siempre
que esos componentes estén de por sí sujetos a autorización en el respectivo Estado Parte;
d) Por “fabricación ilícita” se entenderá la fabricación o el montaje de armas de fuego, sus piezas
y componentes o municiones:
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i) A partir de piezas y componentes que hayan sido objeto de tráfico ilícito;
ii) Sin licencia o autorización de una autoridad competente del Estado Parte en que se realice la
fabricación o el montaje; o
iii) Sin marcar las armas de fuego en el momento de su fabricación, de conformidad con el artículo 8 del presente Protocolo;
La concesión de licencia o autorización respecto de la fabricación de piezas y componentes se
hará de conformidad con el derecho interno;
e) Por “tráfico ilícito” se entenderá la importación, exportación, adquisición, venta, entrega,
traslado o transferencia de armas de fuego, sus piezas y componentes y municiones desde o a
través del territorio de un Estado Parte al de otro Estado Parte si cualquiera de los Estados Parte
interesados no lo autoriza conforme a lo dispuesto en el presente Protocolo o si las armas de
fuego no han sido marcadas conforme a lo dispuesto en el artículo 8 del presente Protocolo;
f) Por “localización” se entenderá el rastreo sistemático de las armas de fuego y, de ser posible,
de sus piezas y componentes y municiones, desde el fabricante al comprador, con el fin de ayudar
a las autoridades competentes de los Estados Parte a detectar, investigar y analizar la fabricación
y el tráfico ilícitos.
Artículo 5. Penalización
1. Cada Estado Parte adoptará las medidas legislativas o de otra índole que sean necesarias para
tipificar como delito las siguientes conductas, cuando se cometan intencionalmente:
a) La fabricación ilícita de armas de fuego, sus piezas y componentes y municiones;
b) El tráfico ilícito de armas de fuego, sus piezas y componentes y municiones;
c) La falsificación o la obliteración, supresión o alteración ilícitas de la(s) marca(s) de un arma de
fuego requerida(s) de conformidad con el artículo 8 del presente Protocolo.
2. Cada Estado Parte adoptará asimismo las medidas legislativas y de otra índole que sean necesarias para tipificar como delito las siguientes conductas:
a) Con sujeción a los conceptos básicos de su ordenamiento jurídico, la tentativa de comisión de
un delito tipificado con arreglo al párrafo 1 del presente artículo o la participación en él como
cómplice; y
b) La organización, dirección, ayuda, incitación, facilitación o asesoramiento para la comisión de
un delito tipificado con arreglo al párrafo 1 del presente artículo.
Artículo 6. Decomiso, incautación y disposición
1. A reserva de lo dispuesto en el artículo 12 de la convención, los Estados Parte adoptarán, en
la mayor medida posible de conformidad con su ordenamiento jurídico interno, las medidas que
sean necesarias para permitir el decomiso de las armas de fuego, sus piezas y componentes y
municiones que hayan sido objeto de fabricación o tráfico ilícitos.
2. Los Estados Parte adoptarán, de conformidad con su ordenamiento jurídico interno, las medidas necesarias para impedir que las armas de fuego, sus piezas y componentes y municiones que
hayan sido objeto de fabricación o tráfico ilícitos caigan en manos de personas no autorizadas,
en particular mediante la incautación y destrucción de esas armas de fuego, sus piezas y com-
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ponentes y municiones, a menos que se haya autorizado oficialmente otra forma de disposición,
siempre y cuando se hayan marcado las armas de fuego y se hayan registrado los métodos para
la disposición de esas armas de fuego y municiones
1.4 Estatuto de la Corte Penal Internacional
En el contexto de las instituciones internacionales, es importante diferenciar los diversos tipos
de tribunales internacionales que intervienen es este ámbito del derecho. Mientras existen tribunales que se encargan de dirimir controversias entre los estados como es el caso de la Corte
Internacional de Justicia, con sede en la haya, Países Bajos; también existen tribunales que se
encargan de verificar y sancionar a los Estados que en el marco de su soberanía violentan derechos subjetivos públicos de las personas que se encuentran bajo su jurisdicción como el Tribunal
Europeo o la Corte Interamericana ambos de Derechos Humanos. Como se puede notar, los
tribunales mencionados con antelación, se encargan de sancionar a Estados que en el ejercicio
de sus atribuciones soberanas desarrollan conductas que pueden tener como consecuencia una
sanción para los mismos, como sujetos del derecho Internacional Público. No obstante, existen
supuestos en los que particulares que ostentando el poder del Estado, o derivado de su posición
preponderante realizan actos que pueden ser considerados como lesivos para un particular o un
grupo de ellos. El dilema radica, en la manera en la que personajes considerados como personalidades pueden ser juzgados en un contexto en el que se desarrollan como intocables. ¿Cómo los
elementos del Estado podrían juzgar a un personaje que se encuentra vinculado con las propias
estructuras soberanas? Bajo esta tesitura, se hace interesante analizar la existencia de una serie de tipos penales de carácter internacional, concebidos por el Estatuto de Roma. Tales tipos
penales, según lo establece el preámbulo del estatuto, configuran los más graves crímenes que
constituyen una amenaza para la paz, la seguridad y el bienestar de la humanidad. Por lo que,
se establece un órgano permanente, que se encargará de juzgar los crímenes atroces a los que
se hace referencia en supra líneas, al que se le denomina Corte Penal Internacional, mismo que
tendrá su sede en la Haya, en los Países Bajos.
Crímenes de la competencia de la Corte
1. La competencia de la Corte se limitará a los crímenes más graves de trascendencia para la
comunidad internacional en su conjunto. La Corte tendrá competencia, de conformidad con el
presente Estatuto, respecto de los siguientes crímenes:
a) El crimen de genocidio;
b) Los crímenes de lesa humanidad;
c) Los crímenes de guerra;
d) El crimen de agresión.
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2. La Corte ejercerá competencia respecto del crimen de agresión una vez que se apruebe una
disposición de conformidad con los artículos 121 y 123 en que se defina el crimen y se enuncien
las condiciones en las cuales lo hará. Esa disposición será compatible con las disposiciones pertinentes de la Carta de las Naciones Unidas.
Artículo 6
Genocidio
A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por “genocidio” cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo
nacional, étnico, racial o religioso como tal:
a) Matanza de miembros del grupo;
b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su
destrucción física, total o parcial;
d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo;
e) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.
Artículo 7
Crímenes de lesa humanidad
1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por “crimen de lesa humanidad” cualquiera
de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático
contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque:
a) Asesinato;
b) Exterminio;
c) Esclavitud;
d) Deportación o traslado forzoso de población;
e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales
de derecho internacional;
f) Tortura;
g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada u
otros abusos sexuales de gravedad comparable;
h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos,
raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en el párrafo 3, u otros
motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional,
en conexión con cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier crimen de
la competencia de la Corte;
i) Desaparición forzada de personas;
j) El crimen de apartheid;
k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos
o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física.
2. A los efectos del párrafo 1:
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a) Por “ataque contra una población civil” se entenderá una línea de conducta que implique la
comisión múltiple de actos mencionados en el párrafo 1 contra una población civil, de conformidad con la política de un Estado o de una organización de cometer esos actos o para promover
esa política;
b) El “exterminio” comprenderá la imposición intencional de condiciones de vida, la privación
del acceso a alimentos o medicinas entre otras, encaminadas a causar la destrucción de parte
de una población;
c) Por “esclavitud” se entenderá el ejercicio de los atributos del derecho de propiedad sobre una
persona, o de algunos de ellos, incluido el ejercicio de esos atributos en el tráfico de personas,
en particular mujeres y niños;
d) Por “deportación o traslado forzoso de población” se entenderá el desplazamiento de las personas afectadas, por expulsión u otros actos coactivos, de la zona en que estén legítimamente
presentes, sin motivos autorizados por el derecho internacional;
e) Por “tortura” se entenderá causar intencionalmente dolor o sufrimientos graves, ya sean físicos
o mentales, a una persona que el acusado tenga bajo su custodia o control; sin embargo, no se
entenderá por tortura el dolor o los sufrimientos que se deriven únicamente de sanciones lícitas
o que sean consecuencia normal o fortuita de ellas;
f) Por “embarazo forzado” se entenderá el confinamiento ilícito de una mujer a la que se ha
dejado embarazada por la fuerza, con la intención de modificar la composición étnica de una
población o de cometer otras violaciones graves del derecho internacional. En modo alguno se
entenderá que esta definición afecta a las normas de derecho interno relativas al embarazo;
g) Por “persecución” se entenderá la privación intencional y grave de derechos fundamentales en
contravención del derecho internacional en razón de la identidad del grupo o de la colectividad;
h) Por “el crimen de apartheid” se entenderán los actos inhumanos de carácter similar a los mencionados en el párrafo 1 cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión
y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre uno o más grupos raciales y con la intención
de mantener ese régimen;
i) Por “desaparición forzada de personas” se entenderá la aprehensión, la detención o el secuestro de personas por un Estado o una organización política, o con su autorización, apoyo o
aquiescencia, seguido de la negativa a informar sobre la privación de libertad o dar información
sobre la suerte o el paradero de esas personas, con la intención de dejarlas fuera del amparo de
la ley por un período prolongado.
3. A los efectos del presente Estatuto se entenderá que el término “género” se refiere a los dos
sexos, masculino y femenino, en el contexto de la sociedad. El término “género” no tendrá más
acepción que la que antecede.
Artículo 8
Crímenes de guerra
1. La Corte tendrá competencia respecto de los crímenes de guerra en particular cuando se
cometan como parte de un plan o política o como parte de la comisión en gran escala de tales
crímenes.
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2. A los efectos del presente Estatuto, se entiende por “crímenes de guerra”: a) Infracciones
graves de los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber, cualquiera de los siguientes actos contra personas o bienes protegidos por las disposiciones del Convenio de Ginebra
pertinente:
i) Matar intencionalmente;
ii) Someter a tortura o a otros tratos inhumanos, incluidos los experimentos biológicos;
iii) Infligir deliberadamente grandes sufrimientos o atentar gravemente contra la integridad física
o la salud;
iv) Destruir bienes y apropiarse de ellos de manera no justificada por necesidades militares, a
gran escala, ilícita y arbitrariamente;
v) Obligar a un prisionero de guerra o a otra persona protegida a prestar servicio en las fuerzas
de una Potencia enemiga;
vi) Privar deliberadamente a un prisionero de guerra o a otra persona de sus derechos a un juicio
justo e imparcial;
vii) Someter a deportación, traslado o confinamiento ilegales;
viii) Tomar rehenes;
b) Otras violaciones graves de las leyes y usos aplicables en los conflictos armados internacionales
dentro del marco del derecho internacional, a saber, cualquiera de los actos siguientes:
i) Dirigir intencionalmente ataques contra la población civil en cuanto tal o contra civiles que no
participen directamente en las hostilidades;
ii) Dirigir intencionalmente ataques contra objetos civiles, es decir, objetos que no son objetivos
militares;
iii) Dirigir intencionalmente ataques contra personal, instalaciones, material, unidades o vehículos participantes en una misión de mantenimiento de la paz o de asistencia humanitaria de
conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, siempre que tengan derecho a la protección
otorgada a civiles u objetos civiles con arreglo al derecho internacional de los conflictos armados;
iv) Lanzar un ataque intencionalmente, a sabiendas de que causará pérdidas de vidas, lesiones a
civiles o daños a objetos de carácter civil o daños extensos, duraderos y graves al medio natural
que sean claramente excesivos en relación con la ventaja militar general concreta y directa que
se prevea;
v) Atacar o bombardear, por cualquier medio, ciudades, aldeas, pueblos o edificios que no estén
defendidos y que no sean objetivos militares;
vi) Causar la muerte o lesiones a un enemigo que haya depuesto las armas o que, al no tener
medios para defenderse, se haya rendido a discreción;
vii) Utilizar de modo indebido la bandera blanca, la bandera nacional o las insignias militares
o el uniforme del enemigo o de las Naciones Unidas, así como los emblemas distintivos de los
Convenios de Ginebra, y causar así la muerte o lesiones graves;
viii) El traslado, directa o indirectamente, por la Potencia ocupante de parte de su población civil
al territorio que ocupa o la deportación o el traslado de la totalidad o parte de la población del
territorio ocupado, dentro o fuera de ese territorio;
ix) Los ataques dirigidos intencionalmente contra edificios dedicados al culto religioso, las artes,
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las ciencias o la beneficencia, los monumentos, los hospitales y los lugares en que se agrupa a
enfermos y heridos, siempre que no sean objetivos militares;
x) Someter a personas que estén en poder del perpetrador a mutilaciones físicas o a experimentos médicos o científicos de cualquier tipo que no estén justificados en razón de un tratamiento
médico, dental u hospitalario, ni se lleven a cabo en su interés, y que causen la muerte o pongan
gravemente en peligro su salud;
xi) Matar o herir a traición a personas pertenecientes a la nación o al ejército enemigo;
xii) Declarar que no se dará cuartel;
xiii) Destruir o confiscar bienes del enemigo, a menos que las necesidades de la guerra lo hagan
imperativo;
xiv) Declarar abolidos, suspendidos o inadmisibles ante un tribunal los derechos y acciones de
los nacionales de la parte enemiga;
xv) Obligar a los nacionales de la parte enemiga a participar en operaciones bélicas dirigidas
contra su propio país, aunque hubieran estado a su servicio antes del inicio de la guerra;
xvi) Saquear una ciudad o una plaza, incluso cuando es tomada por asalto;
xvii) Veneno o armas envenenadas;
xviii) Gases asfixiantes, tóxicos o similares o cualquier líquido, material o dispositivo análogo;
xix) Balas que se abran o aplasten fácilmente en el cuerpo humano, como balas de camisa dura
que no recubra totalmente la parte interior o que tenga incisiones;
xx) Emplear armas, proyectiles, materiales y métodos de guerra que, por su propia naturaleza,
causen daños superfluos o sufrimientos innecesarios o surtan efectos indiscriminados en violación del derecho humanitario internacional de los conflictos armados, a condición de que esas
armas o esos proyectiles, materiales o métodos de guerra, sean objeto de una prohibición completa y estén incluidos en un anexo del presente Estatuto en virtud de una enmienda aprobada
de conformidad con las disposiciones que, sobre el particular, figuran en los artículos 121 y 123;
xxi) Cometer ultrajes contra la dignidad de la persona, en particular tratos humillantes y degradantes;
xxii) Cometer actos de violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, definido en el apartado f) del párrafo 2 del artículo 7, esterilización forzada y cualquier otra forma
de violencia sexual que constituya una violación grave de los Convenios de Ginebra;
xxiii) Aprovechar la presencia de civiles u otras personas protegidas para que queden inmunes
de operaciones militares determinados puntos, zonas o fuerzas militares;
xxiv) Dirigir intencionalmente ataques contra edificios, material, unidades y vehículos sanitarios,
y contra personal habilitado para utilizar los emblemas distintivos de los Convenios de Ginebra
de conformidad con el derecho internacional;
xxv) Provocar intencionalmente la inanición de la población civil como método de hacer la guerra,
privándola de los objetos indispensables para su supervivencia, incluido el hecho de obstaculizar
intencionalmente los suministros de socorro de conformidad con los Convenios de Ginebra;
xxvi) Reclutar o alistar a niños menores de 15 años en las fuerzas armadas nacionales o utilizarlos
para participar activamente en las hostilidades;
c) En caso de conflicto armado que no sea de índole internacional, las violaciones graves del artí-
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culo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber, cualquiera de
los siguientes actos cometidos contra personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y los que hayan
quedado fuera de combate por enfermedad, lesiones, detención o por cualquier otra causa:
i) Actos de violencia contra la vida y la persona, en particular el homicidio en todas sus formas,
las mutilaciones, los tratos crueles y la tortura;
ii) Los ultrajes contra la dignidad personal, en particular los tratos humillantes y degradantes;
iii) La toma de rehenes;
iv) Las condenas dictadas y las ejecuciones efectuadas sin sentencia previa pronunciada por un
tribunal constituido regularmente y que haya ofrecido todas las garantías judiciales generalmente
reconocidas como indispensables.
d) El párrafo 2 c) del presente artículo se aplica a los conflictos armados que no son de índole
internacional, y por lo tanto no se aplica a situaciones de disturbios o tensiones internos, tales
como motines, actos aislados y esporádicos de violencia u otros actos de carácter similar.
e) Otras violaciones graves de las leyes y los usos aplicables en los conflictos armados que no
sean de índole internacional, dentro del marco establecido de derecho internacional, a saber,
cualquiera de los actos siguientes:
i) Dirigir intencionalmente ataques contra la población civil como tal o contra civiles que no participen directamente en las hostilidades;
ii) Dirigir intencionalmente ataques contra edificios, material, unidades y vehículos sanitarios y
contra el personal habilitado para utilizar los emblemas distintivos de los Convenios de Ginebra
de conformidad con el derecho internacional;
iii) Dirigir intencionalmente ataques contra personal, instalaciones, material, unidades o vehículos participantes en una misión de mantenimiento de la paz o de asistencia humanitaria de
conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, siempre que tengan derecho a la protección
otorgada a civiles u objetos civiles con arreglo al derecho de los conflictos armados;
iv) Dirigir intencionalmente ataques contra edificios dedicados al culto religioso, la educación,
las artes, las ciencias o la beneficencia, los monumentos, los hospitales y otros lugares en que
se agrupa a enfermos y heridos, a condición de que no sean objetivos militares;
v) Saquear una ciudad o plaza, incluso cuando es tomada por asalto;
vi) Cometer actos de violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, definido en el apartado f) del párrafo 2 del artículo 7, esterilización forzada o cualquier otra forma
de violencia sexual que constituya también una violación grave del artículo 3 común a los cuatro
Convenios de Ginebra;
vii) Reclutar o alistar niños menores de 15 años en las fuerzas armadas o utilizarlos para participar
activamente en hostilidades;
viii) Ordenar el desplazamiento de la población civil por razones relacionadas con el conflicto, a
menos que así lo exija la seguridad de los civiles de que se trate o por razones militares imperativas;
ix) Matar o herir a traición a un combatiente enemigo;
x) Declarar que no se dará cuartel;
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