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principales conceptos de la prehistoria en la Península Ibérica

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TEMA I
LA PREHISTORIA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
El problema de la prehistoria en la Península es la falta de datos, pero se piensa que los primeros homínidos
en asentarse aquí podrían proceder de Asia y no de África, debido a la dificultad para atravesar el Estrecho de
Gibraltar por sus fuertes corrientes.
Del Paleolítico Inferior se encontraron restos muy primitivos en cuevas, que les servían de refugio, y en
yacimientos cercanos a ríos, donde cazaban presas que iban a beber. Una prueba serían los restos humanos
hallados en Atapuerca: Homo Antecessor ( hace 800.000−300.000 años).
Aparecen en la franja mediterránea hace 95.000 años los restos del Homo sapiens neandertalensis, en el
Paleolítico Medio. Eran bajos pero fornidos, realizaban utensilios de piedra, hueso y sílex.
En el Paleolítico Superior, hace 35.000 años, encontramos restos del Homo sapiens sapiens . Son los
primeros en realizar pinturas y esculturas que, por estar en lo profundo de las cuevas, podrían formar parte de
actos religiosos o mágicos.
La revolución agrícola y ganadera (paso del Paleolítico al Neolítico) iniciada hacia 9.000 a.C. en el
Próximo Oriente, no se producirá en la Península hasta el 5.000 a.C., cuando se encuentran restos de
cultivos y domesticación de animales. Abundan los utensilios de piedra pulimentada, molinos de mano y
morteros.
Yacimientos importantes del Neolítico: Barcelona, Valencia, Alicante, Granada y Málaga.
Será decisiva la fabricación de objetos de cerámica, que les permitirá elaborar la llamada cocina del hervido,
con la que aumentará la población y la esperanza de vida (gracias al fuego).
El hombre se hace sedentario, pero sin olvidar la caza, y pasa a ser un depredador y un productor gracias a los
cultivos. Al ser sedentario el hombre posee una morada fija, en la que surgirá la familia, que será muy
numerosa pues, cuantas más manos haya para trabajar mayores serán los cultivos y ganados y mayores serán
los beneficios, apareciendo poco a poco las clases sociales. Aparece la división de trabajo (cada hombre se
especializa en un trabajo y vive de él), y cuando alguien tenía en exceso de algún material o alimento, lo
intercambiaba, surgiendo así los primeros comerciantes.
Todo aquello que favorecía o perjudicaba las cosechas o ganados eran considerados dioses, a los que hacían
ofrendas y ritos para tenerlos a su favor. Estos ritos serían dirigidos por sacerdotes, intermediarios de los
dioses (religión o secta). Desde esta época hasta la Edad de Cobre (2.500 a.C.) hallamos unos enterramientos
construidos con grandes piedras: megalitos, de los cuales los más espectaculares eran los dólmenes.
EDAD DEL COBRE, NEOLÍTICO O CALCOLÍTICO
Debido a la riqueza en minerales de la Península, esta se convirtió en foco de atracción para otras
civilizaciones y culturas hacia el V milenio a.C.. La presencia de objetos de cobre en los poblados se retrasa
respecto al Próximo Oriente hasta el 2.500 a.C..
Con la aparición del cobre surge también el bronce (aleación cobre−estaño). La Edad de Bronce comienza en
la Península hacia 1.700 a.C. (Almería, Murcia, Jaén, Granada). Aumentan las diferencias sociales, pues en
los ajuares funerarios aparecen objetos de oro, cobre y bronce. Se consolidan las anteriores sociedades de
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jefatura.
El hierro es conocido en la Península hacia el 800 a.C., su uso como arma o herramienta agrícola lo hacía
demoledor frente al cobre, y más duradero. Su uso acentúa las diferencias entre milicia y gente.
Por estas fechas llegaron a la Península:
− Celtas: llegaron por el Norte, desde el Sur de Alemania y Austria. Introdujeron técnicas de metalurgia del
hierro por Cataluña, Aragón y Navarra.
En Galicia hay pueblos prerromanos que hacia el 500 a.C. crean la cultura de los castros, casas circulares con
tejados de vigas de madera, paja y barro. Usaban el hierro en sus ajuares funerarios. Debido al elevado
número de celtas, se produce un mestizaje y aculturación con los indígenas, dando origen a los celtíberos.
− Tartesos: fue un reino envuelto en mitos y leyendas, que se supone estuvo situado en Andalucía, con capital
en una zona del bajo Guadalquivir. También se pensó que no existió Tarteso como ciudad, sino como
pequeños grupos tribales de una región llamada Turdetania. De su riqueza y poder se habla en la Biblia y
fuentes clásicas. A partir del s. V no se encuentra mención de él.
− Fenicios: (actual Beirut) eran expertos navegantes y comerciantes venidos de Oriente, esencialmente de
Tiro y Sidón. Se lanzan al Mediterráneo empujados por la pobreza minera de su tierra y atraídos por la fama
de riqueza de los tartesos. El sur era rico en oro, plata, cobre y estaño. Comerciando con los indígenas
transmitieron sistemas de construcción de ciudades, explotación de salinas y técnicas para la salación del
pescado. Como colonias fundaron Cartago (814 a.C. (actual Túnez)), Cádiz (800 a.C.), Málaga...
− Griegos: llegaron hacia el s. VII a.C. y fueron los primeros en hablar del país de los iberos. Difundieron
entre los indígenas del Mediterráneo su alfabeto, cerámica, métodos agrícolas, industria artesanal, religión y
arte. Fundan Ampurias, Rosas (ambas en Gerona) y Alicante.
CULTURA IBÉRICA
Los pueblos autóctonos del Levante y Sur recibieron el influjo de fenicios y griegos. Gracias a esto se formó
la cultura ibérica.
La sociedad era de carácter belicoso. Sus casas eran de planta cuadrada o rectangular, constituida por
materiales de la zona (piedra, barro, ramas...) y distribuidas de forma irregular. Su base económica era
agrícola y ganadera. Entre los objetos de arte ibéricos destaca una rica escultura en piedra de carácter
funerario: Dama de Elche.
TEMA II
LA CONQUISTA DE LA PENÍNSULA POR ROMA
En el Norte del actual Túnez, se fundó en 814 a.C. una colonia de los fenicios de Tiro llamada Cartago. De
tradición marinera, sus naves surcaron las costas del Mediterráneo Occidental. Fundaron Ibiza y Cartagena.
Aníbal puso sitio en Sagunto y la tomó tras ocho meses de asedio (219 a.C.). Roma se lo tomó a mal y le
declaró la guerra. Las legiones romanas desembarcadas en Hispania le aislaron de sus bases de
aprovisionamiento en la Península, lo cual influyó en su derrota.
Las tierras dominadas en la Península fueron el botín, y el senado de Roma la dividió en dos provincias:
Citerior y Ulterior, cada una gobernada por un pretor y una legión para dominar a los indígenas. Comienza la
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romanización
Etapas de la conquista de la Península:
1ª Se inicia con el desembarco de Ampurias (s. III a.C.) y termina con la conquista de Numancia (s. II a.C.).
Muchos pueblos se opusieron al dominio romano debido al pago de fuertes impuestos.
2ª Se inicia con la caída de Numancia (s. II a.C.) y dura hasta el inicio de las guerras cántabras y astures (s. I
a.C.).
3ª Se inicia en el siglo cero y fue la más breve. Se limitó a la sumisión de los irreductibles galaicos, cántabros
y astures por Octavio Augusto, en la que algunos montañeses murieron en la cruz.
LA ROMANIZACIÓN DE HISPANIA
Fue la asimilación, muchas veces por la fuerza de, por parte de los indígenas de las formas de vida y
cultura romanas. Esta se producirá muy lentamente, a la que ayudó la implantación de la administración
romana. Se romanizaron más rápido las zonas más ricas.
Divisiones administrativas de la Península:
− Provincias: Citerior (capital Tarraco) y Ulterior (capital Cartago Nova y luego Córduba). La segunda
división dividió a Ulterior en Baética y Lusitania y a Citerior en Tarraconensis y Gallaecia. A finales del s. III
el imperio se dividió en trece diócesis (Hispania una de ellas) e Hispania en seis provincias: Tarraconensis,
Gallaecia, Baética, Lusitania, Cartaginensis y Mauritania Tingirtania. En 385 d.C. surge una nueva provincia:
Baleárica.
− Conventus: para facilitar las tareas administrativas, recaudación de impuestos o levas militares.
− Populus: dirigidos por jefes indígenas fieles a Roma. Soportaban buena parte de los impuestos.
− Civitas: (ciudades) eran el eje de la administración, que incluían las civitate liberae, cuyos habitantes
tenían los mismos derechos que los habitantes romanos (Andújar, Calahorra, Tortosa); las coloniae, creadas
por ciudadanos romanos afincados en Hispania (Valencia, Sevilla); las stipendiarias, eran la mayoría,
pagaban un tributo a Roma por haberse opuesto a la conquista.
SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN LA HISPANIA ROMANA
Los habitantes de la Hispania romana se clasificaban en siervos (esclavos) o libres. Los libres estaban
divididos en tres categorías según sus derechos políticos:
− Cives: la categoría superior, gozaban de todos los derechos de ser ciudadanos romanos.
− Foederati: dirigentes indígenas que recibían la ciudadanía itálica (no romana) por su fidelidad a Roma.
− Incolae: mayoría de los indígenas que, aunque eran libres, no tenían derechos políticos.
Los libres se clasificaban también según su nivel económico en:
− Patricios: ricos propietarios agrícolas, poderosos comerciantes, dueños de fábricas artesanales, armadores
de barcos. Se agrupaban en familias con un antepasado común. Según su riqueza personal había ordo
senatorial (más de 1.000.000 de sestercios), ordo ecuestre (más de 400.000 sestercios) y decuriones (más
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de 100.000 sestercios).
− Plebeyos: tenían menos poder económico, eran jornaleros, pequeños propietarios agrícolas, marineros,
obreros artesanales y desempleados.
CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO
− Causa económica: la falta de esclavos impidió el crecimiento del imperio.
− Causa política: gran inestabilidad en el ejército y continua sucesión de emperadores.
− Causa moral: la decadencia de la sociedad romana influye en el total abandono de la actividad política.
− Invasión de los pueblos bárbaros.
− El cristianismo: 500 a.C.− 500 d.C.
En 476 d.C. los bárbaros conquistan Roma y terminan con el Imperio Romano de Occidente. El pueblo
visigodo se instalará en la Hispania romana.
CULTURA Y ARTE EN LA HISPANIA ROMANA
Aunque el Latín era la lengua oficial y en ella se redactaban todos los documentos, los indígenas siguieron
usando las suyas propias.
La mejor obra era la útil y por eso en la arquitectura tenía más importancia la funcionalidad y utilidad que la
belleza. Los romanos, por primera vez en la historia, dieron más importancia a la arquitectura civil que a la
religiosa, por atenerse a las necesidades de la vida cotidiana. Su arquitectura era de tipo utilitaria (puentes
(Alcántara), murallas (Lugo), acueductos(Segovia), calzadas (Vía Augusta)), lúdica (teatros, anfiteatros y
circos(Tarragona)), conmemorativa (arcos de triunfo) o religiosa (Diana de Mérida).
Las ciudades de nueva planta se establecen siguiendo el plano de los campamentos de las legiones: una
fuerte muralla rodea el perímetro urbano con cuatro puertas en ella, las norte y sur coinciden con la calle
cardus y las este y oeste con la decumenus. En el lugar donde se cruzaban ambas se hallaba el foro.
HISPANIA VISIGÓTICA
Período del 409 d.C. al 711 d.C.. Los suevos, vándalos y alanos penetran en la Península. La monarquía
visigoda se instala en Toledo. No era sostenible que la minoría visigoda fuera arriana y la mayoría autóctona
católica, era necesaria la unificación religiosa del reino, por lo que Leovigildo recomienda a su hijo Recaredo
que se convierta al catolicismo.
San Isidoro describe cómo fue la arquitectura al afirmar que los visigodos construyeron templos de sólida
factura con piedra, cal y arena (Santa Comba de Bande (Ourense), San Juan de Baños (Palencia).
TEMA III
INVASIÓN MUSULMANA DE LA ESPAÑA VISIGODA
En 522, Mahoma, que había predicado una nueva doctrina monoteísta, tuvo que huir de su ciudad natal (La
Meca). Comienza la Hégira (huida), y con ella el inicio del calendario musulmán. Su doctrina tuvo mucho
éxito, y menos de un siglo después el Islam se había extendido desde el río Indo (India) hasta el Norte de
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África, islamizando a las poblaciones beréberes del actual Magreb. Luego pusieron sus ojos en Europa,
desembarcando en Gibraltar en el 711 d.C..
En 718 d.C. o 722 d.C., un destacamento musulmán fue sorprendido en la agreste zona de Covadonga, por
un grupo de astures capitaneados por Pelayo. Comienza la reconquista de la Península contra el Islam.
Así pues, la composición étnica peninsular no varía tras la invasión musulmana, pero si lo hicieron la forma
de vida y civilización (islamización), y el territorio conquistado sufrió una intensa arabización: el uso del
árabe, lengua de la administración y cultura se generalizó en Al−Andalus.
Desde el punto de vista religioso, hay que señalar la tolerancia inicial de los musulmanes hacia los cristianos
y judíos. Con estas comunidades se estableció el pacto de dhimna, por el cuál no tenían obligación de
convertirse y gozaban de protección, pero esto no les eximía del pago de impuestos.
AL−ÁNDALUS EMIRATO INDEPENDIENTE
Desde el momento de la reconquista hasta 756 d.C., primero con capital en Sevilla y luego con capital en
Córdoba, Al−Ándalus fue gobernado por un emir que dependía del califa de Damasco.
Un miembro de la familia Omeya, Abderramá, logró escapar de Damasco y buscó refugio en Al −Ándalus,
donde tomó el poder y lo declaró independiente. Durante el reinado de Abderramán III, Al−Ándalus alcanzó
su época de mayor esplendor político, militar, económico y cultural. En 929 d.C., Abderramán III convirtió
Al−Ándalus en Califato. A partir de entonces, el califa de Córdoba era el líder religioso y político de
Al−Ándalus. Desde aquel momento, los poderes del Califa fueron: jefatura del ejército, administración del
estado, juez supremo, presidir la oración del viernes.
En esta época de desastres militares cristianos, se creó la leyenda de la falsa Batalla de Clavijo, en la que el
Apóstol Santiago el Mayor apareció con su caballo blanco y ayudó a las huestes cristianas en la victoriosa y
ficticia batalla.
Almanzor realizó contra los cristianos del Norte más de 50 expediciones arrasando su territorio desde
Barcelona a Santiago, saqueando también Zamora, León, Coimbra y pueblos y monasterios. En Santiago
profanó el templo e hizo llevar las campanas de Compostela a Córdoba a hombros de esclavos cristianos.
La inestabilidad política que sigue fue tal que, en 20 años, hubo diez califas. Estallaron guerras civiles y el
Califato se dividió en reinos de Taifas.
ECONOMÍA Y SOCIEDAD DE AL−ÁNDALUS
La economía de Al−Ándalus tuvo una base esencialmente urbana, comercial, con gran circulación de
monedas de oro y plata y una rica agricultura. La moneda cordobesa era tan fuerte que fue aceptada en todo el
Mediterráneo. Los crecientes gastos del estado andalusí se financiaban gracias al botín de conquistas y
saqueos, así como con los tributos que pagaban los cristianos sumisos; también por los impuestos que
recaudaban de mozárabes y judíos de Al−Ándalus, además de los que satisfacían los musulmanes no árabes.
Hubo un gran predominio de la gran propiedad agraria cultivada por siervos del propietario (agricultura =
base económica de la mayoría de la población); en ellas también había campesinos libres que explotaban
las tierras en régimen de aparcería. Los cultivos predominantes fueron los tres típicos del Mediterráneo:
cereales, olivo y vid.
Una civilización venida del desierto, sentía un amor especial por el agua, de ahí las notables mejoras que
realizaron al sistema de irrigación, con lo que se aumentó la productividad de los campos. Ampliaron las
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presas romanas y acequias o pozos en los valles del Guadalquivir, Tajo, Ebro, Jalón, Segura, Júcar y Turia.
Trajeron cultivos desconocidos como dátiles, cítricos, arroz, caña de azúcar, granadas, azafrán, lino, algodón...
Las ciudades eran importantes centros agropecuarios y artesanales. La ciudad musulmana tenía una estructura
laberíntica en sus múltiples callejuelas, con una parte principal situada en el centro y rodeada de murallas: la
Medina. Allí se encontraban los edificios administrativos, religiosos y comerciales.
La población de la época del Califato oscilaría entre 5,5 y 7 millones de habitantes. La mayor ciudad de
Al−Ándalus y del mundo Occidental era la Córdoba del siglo X, con 100.000 habitantes aproximadamente. La
sociedad es muy heterogénea, tanto en razas como religiones como en riquezas. Había una gran diferencia
social entre los conquistadores musulmanes y la población hispano−visigoda, tanto si se habían convertido al
Islam como si no. Las comunidades mozárabes y judías vivían en barrios propios.
El grado de refinamiento y civilización que alcanzó Al−Ándalus era muy superior al de los reinos cristianos
del Norte peninsular y del resto de Europa. La Córdoba del siglo X se convirtió en el faro cultura l que
irradiaba su luz al mundo de Occidente. El desarrollo de la ciencia fue extraordinario, ya que los propios
emires y califas alentaron la traducción de obras de la antigüedad: botánica, astronomía, geometría,
matemáticas, medicina, alquimia. Los médicos hispano−musulmanes llegaron a realizar complicadas
operaciones.
En arquitectura, la primera aportación fue la mezquita, y será en todas las comunidades islámicas. Las dos
obras cumbres de Al−Ándalus en esta época fueron la Mezquita de Córdoba y Medina Azahara.
PRIMEROS REINOS Y CONDADOS CRISTIANOS
Covadonga: la conquista musulmana en la Península no fue completa ya que, al norte, en los valles y
montañas de la cordillera y costa cantábrica, estaban asentados unos pueblos que ni romanos ni visigodos
habían logrado someter: asture, cántabros y vascones.
Una de esas expediciones musulmanas fue sorprendida por unos montañeses capitaneados por Pelayo en
Covadonga (718 d.C. o 722 d.C.). La escaramuza no tuvo importancia desde el punto de vista militar pero fue
mitificada.
Reino astur−leonés: nacerá a mediados del siglo VIII, no por la fuerza de las armas cristianas sino por el
abandono por parte de los beréberes sublevados al emir cordobés.
En el siglo IX, y volviendo a aprovecharse de la situación de anarquía y guerra civil de Al−Ándalus, Alfonso
II, que traslada su corte a Oviedo, realiza la repoblación de la Galicia marítima, Astorga, León, La Rioja,
Álava, Burgos...El Duero queda como frontera natural.
El reino astur se estaba convirtiendo en el territorio cristiano más poderoso de la Península, y su prestigio
aumenta con el hallazgo de la supuesta tumba del Apóstol Santiago. Alfonso II manda construir una iglesia
alrededor de la cuál prosperará una ciudad: Compostela.
El rey García I traslada la capital hacia León en el siglo X. Pocos años después las tropas de Abderramán
fueron derrotadas por astur−leoneses y castellanos.
Castilla: la repoblación continúa cada vez más hacia el sur a lo largo del siglo IX, con el nacimiento de
comunidades de aldea y comunidades monásticas. Muchas veces las tierras eran ofrecidas al rey y a los nobles
que se veían obligados a defender los territorios y prestar fidelidad.
Reino de Pamplona y Condado de Aragón: estos surgen en el siglo VIII en los angostos valles pirenaicos,
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como territorios semi−independientes del reino francés o de los musulmanes del sur, y con el tiempo formarán
los reinos de Pamplona y Aragón.
ECONOMÍA Y SOCIEDAD
La ganadería fue la fuente de recursos más importante debido a lo montañoso de estas regiones.
En las pequeñas comunidades cristianas, las decisiones sobre la vida del municipio se tomaban en Concejos
abiertos.
CULTURA Y ARTE
El Latín era la lengua culta de la sociedad cristiana. Pero en el monasterio de San Millán de la Cogolla
aparecen las primeras palabras escritas en lengua castellana y vasca. Este hecho prueba la formación de las
lenguas romanas en la Península: catalán, castellano, gallego, astur−leonés y navarro−aragonés.
El arte prerrománico mezclaba el estilo asturiano con el mozárabe (San Miguel de Celanova en Ourense y San
Miguel de Escalada en León).
TEMA IV
LA TRANSFORMACIÓN POLÍTICA DE PRIMERA MITAD EL SIGLO XI
El cambio en la relación de potencialidad se advierte durante el primer tercio del siglo XI. En la primera
década de este siglo, había comenzado un proceso de desintegración del Califato y la a aparición de los
Reinos de Taifas independientes. En 1031 d.C. se depuso el último califa, consumándose la disgregación
política de Al−Ándalus.
Frente a la fragmentación, el siglo comenzó en el ámbito cristiano con la hegemonía y expansión del reino de
Navarra.
LA INVASIÓN RELIGIOSA Y LA LUCHA ALMORÁVIDE
El avance cristiano hasta el Tajo impulsó a los reyes de las taifas de Sevilla, Badajoz y Granada a pedir la
ayuda de los almorávides. Estos habían sido originariamente un movimiento religioso y militar partidario de
una observancia más estricta de las reglas del Islam.
Sin embargo, la intransigencia de los almorávides hacia los príncipes de las taifas, condenando el lujo de sus
cortes y su incapacidad para hacer frente al avance cristiano, la persecución de mozárabes y judíos o la
africanización de Al−Ándalus, acabó generando un rechazo popular hacia los nuevos gobernantes.
Si con los almorávides, la guerra santa islámica había experimentado un impulso y se había producido una
africanización de Al−Ándalus, la España cristiana conoció paralelamente un proceso de europeización y la
afirmación de la idea de cruzada, traída por gente de más allá de los Pirineos.
La expresión reconquista supone la ocupación de territorios peninsulares en manos musulmanas por
parte de los reinos cristianos, justificándola ideológicamente. Esta idea ser va configurando durante el siglo
XI y produce una gran expansión territorial hacia el sur durante los siglos XII y XIII, cuando Portugal y la
Corona de Aragón concluyen su reconquista. Esta expansión territorial coincide con la colonización alemana
al este del Elba.
En su origen hay que tener en cuenta una serien de factores:
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1− La reconquista exige ante todo población, tanto para guerrear como para colonizar las tierras recuperadas
a los musulmanes.
2− Consolidación de la idea de reconquista. Esta fue tomando cuerpo en las Cortes de Castilla y León:
algunos reyes del siglo XI reclamaron su vinculación a la monarquía visigoda y su derecho a recuperar las
tierras que los musulmanes les quitaron.
Desde 1064 d.C., cuando se predica la primera cruzada para recuperar la ciudad de Barbastro, el número de
cruzadas y caballeros ultrapirenaicos que viene a luchar contra el Islam se multiplican, justificando esta guerra
como un enfrentamiento contra el infiel y a favor de la fe. Esto se verá favorecido por el Camino de Santiago.
Durante el reinado de Alfonso VII, en el siglo XII, Portugal se independizará. A su muerte se separan
Castilla y León, consolidándose los cinco reinos peninsulares: Portugal, León, Castilla, Aragón y Reinos de
Taifas(musulmanes).
OCUPACIÓN DEL VALLE MEDIO DEL EBRO
A partir del siglo XII se generaliza el término Cataluña para definir a estos condados, produciéndose una
toma de conciencia diferenciadora en torno a una cultura, lengua y leyes comunes.
GRANDES CONQUISTAS DEL SIGLO XIII
Los Reinos de Taifas, nacidos de la descomposición del imperio almorávide, se libraron temporalmente del
empuje cristiano gracias a la intervención de los almorávides llegados de África. Se enfrentaron en las
estribaciones de Sierra Morena, en la batalla de la Navas de Tolosa, en 1212 d.C., en la que los cristianos
obtuvieron una gran victoria, dejando el camino abierto hacia el valle del Guadalquivir. Tras ello surgieron
nuevas taifas incapaces de hacer frente a los reinos cristianos.
OCUPACIÓN DE LAS BALEARES
Pedro II de Aragón había heredado de su padre Aragón, Cataluña y el derecho de vasallaje de algunos
señoríos al sur de Francia, lo cuál le permitió tener ciertas aspiraciones sobre esa región.
ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN LOS REINOS OCCIDENTALES
La ganadería, principalmente ovina, experimentó una notable expansión, lo cuál exigió la ampliación de las
tierras dedicadas a pasto. A partir del siglo XII, la trashumancia adquiere un continuo desarrollo,
provocando tensiones con los agricultores, por ello comienzan a delimitarse las rutas por las que circulará el
ganado (cañadas).
En estos siglos se conoce un renacer de la vida urbana. Al norte del Sistema Central habían surgido nuevas
ciudades sobre las ruinas de las antiguas (romanas). En el sur se intentó mantener la vida urbana ya existente.
A partir del siglo XII, los reyes impulsaron el renacer urbano otorgando cartas pueblas y fueros. En estas
ciudades se consolidan actividades comerciales y artesanales, como se observaba en el Camino de Santiago.
El trueque fue dando paso al uso de la moneda.
Según iban avanzando la frontera hacia el sur, muchos campesinos dejan de ser guerreros y se someten a la
autoridad del señor que les protege a cambio del cultivo de sus tierras en calidad de vasallos.
Los reyes cristianos, al tener al sur un enemigo del que tenían que defenderse, fueron fuertes y su autoridad no
fue cuestionada, como pasó con algunos reyes de Europa. Encontramos instituciones feudales, nobles y
eclesiásticos reciben de su rey donaciones de tierras (latifundios), a veces temporalmente y otras
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definitivamente, a cambio de la ayuda militar o religiosa prestada.
Durante la segunda mitad del siglo XI y primer tercio del siglo XII, Navarra, Aragón y Cataluña sufrieron un
proceso de feudalización paralelo a un primer desarrollo de vida urbana. En Navarra y Aragón con una base
económica inicial agrícola y ganadera.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
Durante los siglos XII y XIII las monarquías feudales peninsulares experimentaron un proceso de
consolidación en el cuál contaron con el apoyo de la Iglesia.
En todos los reinos, algunas dignidades eclesiásticas y nobiliarias (más oficiales palatinos), constituyeron en
el siglo XI una institución llamada Curia, que asesoraba al rey, siendo esta el más alto tribunal de justicia.
TEMA V
CRISIS DEMOGRÁFICA EN EL SIGLO XIV
Durante los siglos XI al XIII, la población de los reinos cristianos peninsulares había experimentado un
crecimiento continuo, pero en el siglo XIV sufrió la misma crisis que otros territorios europeos debido a la
aparición de la peste negra, que coincidió con catástrofes meteorológicas, ruina de cosechas y por tanto
aumento de la mortalidad. La primera oleada de peste negra aparece entre 1348 d.C. y 1350 d.C..
La ganadería ovina trashumante tuvo un papel clave durante los siglos bajomedievales. Se consolidó tras las
conquistas del siglo XIII, quedando regulada en 1273 d.C. cuando Alfonso X crea el Honrado Concejo de la
Mesta y le concede una serie de privilegios que beneficiaban sobre todo a la nobleza, instituciones
eclesiásticas u oligarquías concejiles.
La lana fue junto con el hierro, vino y aceite, la base del florecimiento comercial castellano durante los siglos
XIV y XV. Este se benefició del paso de la hegemonía comercial del Mediterráneo al Atlántico. Sus
principales centros eran Burgos como receptor de lana y Medina del Campo con su feria de actividad
financiera. Estos centros se conectaban con los puertos cantábricos, que exportaban lana e importaban
manufacturas y paños británicos o flamencos.
La recuperación de esta crisis se iniciará a comienzos del siglo XV, pero con importantes cambios o
afianzando los desequilibrios territoriales. Cataluña no llegó a recuperarse plenamente y, en la segunda mitad
del siglo XV, se verá superada por Valencia que conocerá su siglo de oro.
Dada la vocación mediterránea de Cataluña, Mallorca y Valencia, la actividad comercial era la principal
actividad de la Corona de Aragón durante la Baja Edad Media. En principio fue el motor de la economía
catalana, e impulsó una política de expansión territorial y de las rutas marítimas hacia Cerdeña, Sicilia,
Mediterráneo Occidental y Norte de África. También se dirigieron hacia el Atlántico, fundando colonias
mercantiles en Sevilla, Lisboa o Flandes.
En la base de este próspero comercio se halla el desarrollo de la artesanía textil, que era el principal sector
industrial de la Corona. Su principal centro fue Barcelona, que a finales del siglo XVI estaba rodeada de un
cinturón de poblaciones dedicadas a actividades relacionadas con esta actividad.
Paralelamente a esta decadencia de Cataluña, el reino de Valencia tuvo un notable florecimiento económico a
mediados del siglo XV. La industria artesanal textil experimentó un notable desarrollo, y además del comercio
terrestre, desarrolló el marítimo.
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EXPANSIÓN MEDITERRÁNEA DE LA CORONA DE ARAGÓN
Se inicia en el siglo XIII y se prolonga durante el XIV siguiendo unas pautas marcadas por los intereses
económicos catalanes. Tratará de lograr un claro predominio en el Mediterráneo occidental y ampliar la
influencia por la zona oriental.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LA BAJA EDAD MEDIA
La administración central estaba presidida por el rey, quien trató de fortalecer su autoridad frente a los nobles.
Desde finales del siglo XIII, el reconocimiento del derecho romano promovió una unificación legislativa y
jurídica. El rey tenía la facultad de hacer leyes y desde finales del siglo XIV legisló directamente, relegando
el papel de las cortes.
Las instituciones centrales se integraban en la corte. Las principales instituciones de la corte fueron Concejo
Real y Audiencia. La Audiencia era el órgano superior de justicia y su configuración definitiva es la de la
segunda mitad del siglo XIV. Las Cortes de Castilla tuvieron un importante papel en este siglo.
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