Subido por Enrique Schmukler

Lo bello y lo brutal. Arte e imaginario

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Lo bello y lo brutal
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Imaginario del Paleolítico Superior a través
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del arte mueble
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Prehistoria I
Abel Lorenzo Rodríguez
LO BELLO Y LO BRUTAL: IMAGINARIO Y ARTE DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR A TRAVÉS DEL ARTE MUEBLE
“El hombre tiene muchos deseos que él mismo no puede saciar, y sería un malentendido suponer lo
contrario. Él quiere recordar deseos que solo tienen valor en su imaginación”
Ludwig Feuerbach, Lecturas sobre la esencia de la religión.
El presente trabajo tiene por objetivo la reflexión sobre los orígenes del arte en relación al
arte mueble de todo tipo desde las venus hasta la fabricación de instrumentos. Para ello intentaré
compaginarlo con la creación de un imaginario rico demostrable en las expresiones fantásticas e
híbridas, espejo de las creencias y caracteres sociales de la época del Paleolítico Superior hace
40.000 años.
En la época del Paleolítico Superior se suceden una serie de cambios transcendentales que
llevaran a una cristalización en la sociedad y el pensamiento simbólico que nos conecta más
profundamente con aquellos seres humanos, ahora ya definitivamente sapiens sapiens, con
nosotros en tanto se crea una diversidad y riqueza simbólica semejante a una explosión i. Ese
hecho es la creación por causas que intentaremos analizar de la necesidad de crear productos de
la imaginación y más aún, llegar a mostrarlos y hacerlos factibles materialmente mediante lo que
llamamos arte o más bien una creación a medio camino entre la creación de utilería para las
tareas diarias y la perdurabilidad del objeto por poseer una calidad especial, una simbología que el
grupo entiende y transmite un mensaje común. Este producto se diferencia de los demás por su
mayor perdurabilidad y calidad. Un mensaje artístico o religioso del arte del Paleolítico Superior
que cristaliza en todos los aspectos vitales del ser humano desde el entierro con una eclosión
evidente, hasta los instrumentos más simples como azagayas, con una decoración que
posiblemente dependía de su perdurabilidad o importancia en la función determinada. Para
resumir podríamos decir que se trata de “un nuevo equipamiento cultural” y “nuevos patrones
culturales y sociales” respecto al paleolítico inferior y medio. ii
Antes de entrar en la temática religioso-artística, con todas las comillas posibles por ser este
un nombre inexacto, debemos hacer un pequeño esbozo de lo que representa el hábitat del
hombre del Paleolítico Superior, concretamente en Europa. En esta época el continente es una
masa de hielo en su gran parte modificando rasgos que hoy no identificaríamos como la unión de
las Islas Británicas al continente por una masa de hielo o la inexistencia del Mar del Norte. Como
es normal al ser períodos de tiempo tan largos se producen oscilaciones de las temperatura en
extremos fríos y cálidos pero con diferencias según zonas, afectando sobre todo al aislamiento de
regiones por el avance o retroceso de los glaciares (inlandis muy móvil en Centroeuropa) o la
influencia sobre el factor cinegético y la adaptabilidad del humano a su hábitat al modificar el
eustatismo de los mares. En el Sur de Europa los ecosistemas son más benignos con estepas,
tundras y algún que otro bosque de coníferas, en el sur atlántico más especies caducifolias y
bordeando el Mediterráneo se encuentran una vegetación autóctona que poco ha variado por la
continuidad y factor estabilizador del microclima mediterráneo. En lo referente a la fauna se
encuentran el mamut o el reno con una mayor delicadeza en el clima prefiriendo la parte europea
al norte de las penínsulas itálicas e ibéricas.
El Paleolítico Superior se diferencia académicamente de las etapas anteriores por la
desaparición de las otras especies homo que convivieron con el ser humano como el Homo
Neanderthalensis o el Hombre de Flores (Java) y el fin del último período glacial con intervalos
templados. El máximo glacial se produjo hace 20.000 años y en el 10.000 hubo un cambio drástico.
Estos dos hechos, por una parte la desaparición del Neanderthal hace 40.000-32.000 años y por
otra la captación en los humanos modernos de una nueva y aparente solitude posibilitó
significativos cambios en nuestro parecer estético posiblemente por la influencia del Musteriense
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LO BELLO Y LO BRUTAL: IMAGINARIO Y ARTE DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR A TRAVÉS DEL ARTE MUEBLE
así como en la diversificación tipológica. Artísticamente el abate Breuil dividió cronológicamente
en ciclo auriñaco-perigordiense y en solutreo-magdaleniense basándose en aspectos técnicos que
después serían modificados pero que no sirven aquí para determinar la separación que hay entre
las corrientes del arte mueble y el arte parietal o rupestre, a pesar de la similitud de sus temas sus
cualidades se ven determinadas por aspectos que trataremos más adelante.
El arte prehistórico se fecha en sus albores alrededor de 40.000 años y en Europa, pero sería
un error pensar que por haber más cantidad de yacimientos en Europa (cosa que se explica por
ser una zona más habitada e interesada en la investigación del pasado) es también el germen del
arte, de hecho parece ser que yacimientos como los de Berekaht-Ram cercana a los Altos del
Golán, en Palestina, son de los más antiguos, aceptando que la famosa venus allí encontrada se
interprete como antropomorfo con una antigüedad de 250-280.000 BP en un contexto Achelense;
otro gran ejemplo para corroborar la antigüedad de las expresiones plásticas es la placa de
Bilzingsleben, un conjunto de incisiones hechas a propósito y sin objeto no puramente útil sobre el
hueso de tibia de un elefante, tiene una antigüedad incluso anterior con 412-320.000 años. Un
hecho que nos llama la atención es que a pesar de que el arte del paleolítico superior se extiende
a nivel mundial, obviamente como resultado de una realidad humana universal, en Europa se
concentra el 90 %.
Se suele dividir al Paleolítico en las cronologías:
1-Paleolítico Superior Antiguo: Perigordiense (subdividido en Châtelperroniense
Gravetiense)/Auriñaciense. Yacimientos de Perigord y L´Auriganc, en Francia. 35-20.000 BP
y
2-Paleolítico Superior Medio: Solutrense. Yacimientos de Solutre-Saône-et-Loire. 21-18000 BP.
3-Paleolítico Superior final: Magdaleniense. Yacimientos de La Madeleine-Tursac-Dordogne.
20.000-10.000 BP.
Lo sorprendente de nuestro caso particular, como es el arte mueble, es que éste se extiende por
todo el Paleolítico superior teniendo sus raíces conocidas en los niveles auriñacienses más
antiguos en Mittleuropa en torno al 30-35.000 BP. Serían los casos de Vogelherd, Geissenklösterle
o en Hohlenstein-Stadel o grabados en el sur de Francia como en La Ferrasie, Abri Blanchard o Abri
Cellier. iii
En cuanto a la sociedad, para complementar la visión sobre el período, se debe decir que los
grupos de cazadores-recolectores, del inglés hunter-gather, se forman en bandas consolidadas de
40-50 individuos, esperanza de vida alrededor de los 30-40 años y una mortalidad muy alta en la
infancia así como una alta mortalidad por traumatismos (debido a la acción de cazar
principalmente) aunque otras causas como enfermedades infecciosas son evidentes. Cabe
destacar la presencia de las primeras operaciones quirúrgicas cerebrales, y no todas con final
desafortunado sino algunas con buen resultado debido a la aparición de heridas cerebrales con
posterior curación en vida. Pero aparte de este hecho anecdótico la visión de las bandas de
cazadores-recolectores ha sido debatida por plantear cuestiones como su similitud antropológica
con las bandas actuales, o si como afirma Service no tienen ningún tipo de similitud actual ya que
carecían de instituciones jerárquicas. Aún más nos debemos adentrar en este campo si lo
relacionamos con el arte y su fundamento socio-económico, hecho del cual Leroi-Gourhan iv ya se
percató y sobre el cual construye la idea de un homo faber que aparte de crear sus obras con
significados que se escapan a nuestra realidad ideológica, constituyen un hecho económico que se
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LO BELLO Y LO BRUTAL: IMAGINARIO Y ARTE DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR A TRAVÉS DEL ARTE MUEBLE
podría dar mucho más en el caso del arte mueble que el parietal por razones de movilidad, podría
haber existido, sin exagerar una figura de artista-mago/chamán el cual en su taller o santuario
(véase la cantidad de figuras encontradas en el yacimiento de Hohlenstein-Stadel) fabricase en un
lugar del campamento sus obras en bastante cantidad v , siendo éste o ésta un ser privilegiado por
su condición sedentaria como parecen indicar los restos de Dolní Vestonice. Estas nuevas figuras y
arquetipos dentro de la sociedad paleolítica debían dedicar bastante tiempo a estas empresas
artístico-mágicas y además no todos los miembros del grupo podrían llevar a cabo estas obras por
lo que se produce una clara diferenciación social, no de poder sino de funciones.
No obstante conviene recordar que la administración de trabajo y tiempo representa un hecho
definido por Sahlins vi como es que los cazadores utilizan menos energía per cápita y por año que
cualquier otro modo de producción, eso sí, posiblemente con muchísimo más riesgo que se
demuestra en la cantidad de muertes por traumatismo posiblemente en la caza. En esta sociedad
que comienza a verse inmersa en un proceso cada vez mayor de complicación de las estructuras
sociales e imaginarias el arte no simboliza nunca un puro placer estético sino que se convierte en
un hecho profundo enraizado junto a la política, la religión, la jerarquía, la cotidianidad de la caza
y otras manifestaciones.
La principal característica del arte mueble o portátil es que, como sus poseedores, se puede
desplazar y llevar de un lado a otro debido a los movimientos migratorios. El no estar ligada a un
lugar concreto como antitéticamente hace el arte rupestre permite primeramente intuir que
cuando los artistas de las grutas y las cavernas se expresaban en un lugar, éste debía tener una
singularidad especial, unas características electivas, y segundo, plantear la tesis de que el arte
portátil se proyecta como una necesidad cotidiana; el arte, lo imaginario no solo debe estar en los
centros fijos de las cuevas y las grutas sino estar presente en los ámbitos cotidianos de la caza o el
vestir. No obstante los motivos e inspiración de la expresión humana en esta primera esfera
artística están claros: lo cinegético (los animales solos o los animales interactuando con los
hombres), lo simbólico (signos abstractos) y lo mágico/fantástico con representaciones híbridas
mitad humano y mitad animal como la diminuta escultura de Hohlenstein-Stadel, Der
Löwenmensch.
La metamorfosis del objeto: tipologías
Intentaremos exponer los principales tipos de objetos muebles con presencia de lo que hoy
denominamos arte o representaciones y expresiones que escapan de lo meramente funcional.
Según la clasificación de Leroi-Gourhan vii, hay elementos tipo arma u otros utensilios que son más
precarios y de uso común o diario como azagayas y arpones, y otros más duraderos como
bastones perforados (¿bastones de mando o solamente enderezadores de lanzas?), propulsores
de uso prolongado, espátulas y varillas semicilíndricas; otro tipo parece ser un tipo de
representaciones con un soporte aparentemente no-utensilio, sin funcionalidad cotidiana como
las estatuillas (véanse las famosas venus viii indoeuropeas) o las plaquetas decoradas; por último
tenemos un apartado para objetos suntuarios personales de adorno como colgantes, pequeñas
plaquetas recortadas o perforadas y rodetes. Esta clasificación que Leroi-Gourhan tomó desde una
perspectiva de interpretación moderna, como no puede ser de otra manera, es confusa ya que
posiblemente objetos a los cuales no damos relevancia por su supuesto uso cotidiano serían muy
importantes y con simbologías trascendentales. Barandiarán hace esta crítica pero debemos decir
que los objetos claramente rituales tienen también una función de adorno, ya que estos últimos
se encuentran en los enterramientos y en los dos sexos, por lo tanto no sería incorrecto en
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principio relacionar los objetos de adorno con una relación trascendental en el imaginario
paleolítico final. Pero intentando calibrar su función de modo objetivo la división de LeroiGourhan sería aceptable, el método es funcional pero si utilizamos un método sobre el imaginario
posiblemente una azagaya o un propulsor estaba tan relacionado con la creencia como una
estatuilla debido a que todo en el mundo cotidiano estaba impregnado de una simbología
especial. “Todo está lleno de dioses” esta sentencia del milesio Tales de Mileto podría reflejar la
conciencia sobre el mundo, el imaginario y su plasmación secundaria en los objetos. Debería
producir una gran tristeza que toda la superestructura de los hombres del Paleolítico Superior solo
pueda ser conocida por el reflejo reverberado de sus representaciones materiales.
Comenzaremos describiendo y despedazando cada una de las tipologías anteriores.
I)
Utensilios y armas: arpones, azagayas, propulsores, bastones perforados, espátulas
y varillas semicilíndricas.
Dentro de los utensilios, el arpón, que se generaliza en el Magdaleniense, se fabrica a partir de
hueso, asta o marfil y en su última fase serán con materiales compuestos como dientes de sílex y
cuerpo de hueso (gracias a la unión de microlitos y una técnica delicada). El material
relativamente blando y fácil de tallar del hueso hace proclive que todos los materiales que se
hacen con ellos sean fácilmente manipulados. El abate Breuil, en un golpe interpretativo, ha
supuesto que las representaciones de los arpones tienen relación con la forma de los peces ix
(“inspiradas en la forma general del animal o en sus partes aisladas”), no obstante la relación
entre los arpones y su producto de caza como salmones no tiene mucha lógica a juzgar por el
resultado de los yacimientos como en los de Pendo o la Vache con representaciones de cápridos,
alejados de los temas fluviales que teorizaba el abate.
Las azagayas, originalmente acopladas a una base de madera para formar una lanza, suelen estar
manufacturadas a partir de astas de cérvidos; su forma final se parecería más bien al de una
gigantesca jabalina la cual una vez lanzada e hiriendo al animal, se separaría posiblemente del
resto y dejaría gran parte de la azagaya dentro del animal. Con el paso del tiempo partes de la
azagaya como la parte de la madera se han descompuesto por ser un material orgánico, no
dejando testimonio de la parte de madera pero si de la parte de hueso, la propia azagaya.
Los propulsores manufacturados asimismo de hueso o asta así como de marfil representan un
objeto realmente único ya que un elemento sencillo produce un gran efecto cinegético; esto se
observa en la diferencia palpable entre lanzar una lanza o una azagaya con propulsor o sin él, la
diferencia en la potencia de tiro es enorme y evidente lo que posibilita que las heridas infligidas al
animal sean más profundas y por lo tanto más letales. Un efecto secundario es que con el
propulsor la capacidad de elegir una presa concreta y de acertar con puntería es menor, ya que la
trayectoria del proyectil es más impredecible destinando el propulsor a cazar grandes manadas de
animales, con la desaparición de estas en el Paleolítico final también desaparecerán los
propulsores y se sustituirán por otros métodos de selección de caza como el arco y la flecha. Otra
característica del propulsor es que es un objeto con una larga vida útil, duradera ya que a
diferencia del proyectil no se lanza, esta perdurabilidad permitiría una personalización del objeto
por parte de su propietario como medio de identificación. Las representaciones de los propulsores
se encuentran entre las más ricas del arte que tratamos, sean por su carácter duradero en
contraposición a otras armas y utensilios de vida más efímera o sean por un deseo particular
indescifrable. La calidad artística de los propulsores es notable con ejemplos de bajorrelieve y
altorrelieve y representaciones muy acabadas de todo tipo siendo las más llamativas los
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propulsores magdalenienses de Mas d´Azil con una imagen de un uro cantando de aspecto
naturalista u otro propulsor con la imagen de una cría de ungulado con la cabeza ladeada hacia
atrás. Obviamente el resultado del trabajo de estos materiales tendría un efecto en la protoeconomía de la que ya hablamos sobre el trabajo de Leroi-Gourhan, o también se podría pensar
en que solo el artesano podría utilizar estos objetos solamente. ¿Acaso pensarían que a cuanto
mayor esfuerzo en la factura de la obra más valor tendría? Esta tesis se quedaría en una
afirmación si no atendiésemos al principal hecho, no conocemos su método de evaluación de las
obras que posiblemente se intercambiaban a juzgar por las distancias que tuvieron que recorrer
muchos materiales de las obras lo que implica un paleo-comercio entre comunidades y una
categoría de evaluación según la determinantes de cada tribu.
La polémica enraíza en aquellos que intentan descifrar el cometido de los llamados antiguamente
bastones de mando y hoy, como utiliza Barandiarán, bastones perforados. Para mostrar la
confusión a la que llegaron los primeros investigadores baste citar la descripción de S. Reinach que
nos ofrece Bosinski x : “objetos de destino todavía oscuro fabricados en un asta de reno cortada a
pequeña distancia por encima o por debajo del nacimiento de una rama; encontrándose
generalmente en el punto de convergencia de los tres cilindros óseos así aislados del resto de la
cornamenta, un agujero…a veces cuatro; presenta en el intervalo entre las perforaciones grabados
o esculturas que representan animales, escenas de caza, etc.” La descripción ofrecida es llamativa
ya que una de las principales características del bastón es que se hacen a partir de los muñones de
astas de reno o cérvidos justo en la bifurcación para facilitar hacer un agujero en la parte más
ancha. Ese destino todavía oscuro del cual habla la cita, sigue hoy en día aunque las primeras
interpretaciones de los bastones como símbolo de la jerarquía de la banda son muy precipitadas
sobre todo debido a lo que ya he citado en relación a la tesis de Service sobre la inexistencia de
jerarquía en las épocas de nomadismo opulento, además los intérpretes y exégetas de fines del XIX
y comienzos del XX leyeron la simbología paleolítica en clave de su época o de otras anteriores.
Reinach y otros apuestan por interpretaciones tan variadas como bastones de brujos,
instrumentos de ritos iniciáticos, baquetas de tambor o incluso fíbulas para prender la ropa según
la interpretación más mundana de Piette. Hoy la interpretación sugerida va desde los ritos de
fertilidad por las supuestas formas fálicas y vulváceas y la simbología animal hasta la más
pragmática visión del bastón y su agujero como un elemento para enderezar las lanzas, jabalinas y
otros objetos que se puedan lanzar y necesiten estar rectos y ser aerodinámicos. Esta última
versión sería dudosa si tomamos como referencia la ecuación, mayor decoración-mayor trabajouso-no profano, sin embargo cabe imaginarse que lo que hoy consideramos profano y fútil fuera
en la época un ritual solemne de preparación de las herramientas de caza.
Además muchos objetos antiguamente catalogados como bastones de mando se han confirmado
poco después como objetos diferentes, véase el caballo tallado en hueso de Bruniquel de la época
Magdaleniense, antiguamente interpretado como bastón de mando y hoy cambiado a propulsor.
La ambigüedad morfológica del bastón podría llevarnos a pensar que tendría dentro de su época
varias funciones en el grupo, desde la ya citada teoría fálica que se relacionaría con instrumentos
rituales y por ende el poseedor del objeto se otorgaría un determinado papel dentro del grupo,
hasta también la utilería de caza y doméstica; sería difícil que a un objeto solo le correspondiese
una sola función determinante, este hecho parece más bien de épocas actuales. Las pruebas
iconográficas que poseemos son casi nulas, las representaciones son tan variadas que sería
imposible determinar un uso por los animales, únicamente acercarse al valor cinegético por la
visión de renos, mamuts y cérvidos.
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Las espátulas son objetos hechos a partir de hueso normalmente de la parte proximal de huesos
largos como el fémur o las costillas. Tienen similitud en referencia a los bastones ya que suelen
tener un pequeño ojal en uno de sus extremos, normalmente la parte más gruesa y ancha del
hueso se distingue de los llamados “puñales” ya que teniendo la misma forma longiforme poseen
la punta chata y no afilada como los otros. Su utilidad es un misterio aunque se sabe de su uso por
la parte solo proximal, o sea, más o menos a la mitad del hueso, como nuestros modernos
cuchillos y espátulas. Los estudios xi demuestran que la cronología de las espátulas se extiende
principalmente a las últimas etapas del Paleolítico Superior. La decoración es usualmente de tipo
abstracto con líneas que cruzan la extensión de la paleta formando una trama o malla, aunque
también puede haber presencia de figuras de peces en la espátula o que toda la espátula sea
como dice Barandiarán una estatua/pez con los bordes adaptados para una representación similar
y el mango como la cola del animal como las documentadas en el Pendo. La pregunta nos atrae
otra vez, ¿son estos objetos más próximos a lo utilitario o se conforman como figuras con entidad
no práctica como las estatuillas de las venus y los hombres-animal? El citado estudio sobre el
desgaste en los bordes de las piezas afirma un uso utilitario lo cual podría alimentar la idea de que
solo se empleasen en rituales determinados, sería extraño un uso de estas piezas como
herramienta ya que no tienen ni la utilidad cortante o de producir golpes efectivos sobre un
animal terrestre o fluvial por lo que es posible el fin apotropaico. Por otra parte intérpretes como
el profesor Montes Gutiérrez de la UNED suponen un posible uso como curtidor de pieles.
Siguiendo esta lista nos encontramos con elementos menos significativos y si cabe más crípticos
de descifrar, las varillas semicilíndricas. Se trata de piezas manufacturadas a partir de hueso o asta
de cérvido y que poseen forma alargada con dos caras, una convexa y otra plana, la primera es la
que suele llevar las representaciones normalmente abstractas como líneas o espirales y
escasamente representaciones figuradas de animales como ocurre en La Madeleine (con figuras
de oso, herbívoro y pez), Laugerie-Basse, La Vache o Mas d´Azil xii. La preponderancia de las
representaciones abstractas tiene que ver con su uso precario (teoría del uso cinegético) lo cual
llevaría a representaciones más simples hechas en menos tiempo y por otra parte se explicaría por
la creación de un simbología del bestiario paleolítico, así según la tesis del abate Breuil, líneas y
espirales podrían haber simbolizado la representación de renos o bisontes; “que ve en la
representación del ojo y asta del bisonte el origen de los dibujos de espirales” xiii. También se ha
pensado las líneas como una manera fácil de unir dos superficies lisas, facilitando mejor su unión.
II) El no-útil, objetos del imaginario: estatuillas, plaquetas decoradas.
Las estatuillas son de lo más sorprendente objeto del arte de este período que nos ha llegado, nos
hablan del carácter más fantástico como las estatuas híbridas de Hohlenstein-Stadel o de la
extensión de una koiné a lo largo de un territorio tan extenso como son las venus xiv , desde Siberia
hasta Italia o el Sur de Francia pasando por el Levante Mediterráneo; posiblemente es la primera
vez en el trayecto cultural de la humanidad en que áreas tan extensas están comunicadas por un
referente totémico o ideológico, cuando menos, similar, a pesar de las diferencias tipológicas o de
materiales se encuentra un leitmotiv, en este caso de la figura femenina.
Hablaremos en primer lugar de las estatuillas híbridas o que presentan al ser humano con rasgos
combinados de animal y humano. La más famosa de las estatuas de este tipo es la celebérrima de
Hohlenstein-Stadel hecha de colmillo de mamut, el llamado Löwenmensch (hombre-león) por
representar una figura de cuerpo humano y motivos anatómicos del león como puede ser la
cabeza o ciertas extremidades. David Lewis-Williams y Jean Clottes han propuesto la teoría de que
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representa la finalización de la transformación de un hombre en animal, el chamán que en su
viaje a través de los elementos animales se transmuta en uno de ellos, la unión de hombre y
bestia se hace factible; el deseo por representar ese momento provoca su manufactura. De la
época del Auriñaciense hace 30-40000 BP y con 31,1 cm de altura (aunque en proceso de
restauración que posiblemente aumente su estatura) esta figura se ha relacionado
tradicionalmente con los ritos chamánicos como ya hemos visto y también debido a las
coincidencias iconográficas con el arte parietal como en la cueva de Trois-Frères con el hombrecabra y el hombre-ciervo de época posterior, en el Magdaleniense. Ina Wunn xv intenta moderar
esta visión leyendo el objeto de una manera menos sorprendente pero más forzado, según su
versión se trataría de una simple figura de animal con las extremidades estiradas como ya se han
visto otras similares en Hohlenstein-Stadel o en Geissenklösterle, en especial un oso que aparece
con una pose similar pero sin embargo conserva toda su formalidad animal. Es inútil deducir que
hay una inocencia pragmática en este tipo de representaciones limitándonos a afirmar que son
solamente animales y no elementos de otras clases híbridos y fantásticos como ya se comprobó
en otros lugares. En el caso del Löwenmensch los rasgos son mayoritariamente los de un gran
felino no obstante su posición es totalmente incorrecta para un animal de esa especie siendo más
similar a la de un humano moderno. Por otra parte es totalmente normal del desarrollo cognitivo
del cerebro humano moderno que éste, mediante la memoria, la experiencia y la posibilidad cree
figuras mentales abstractas necesariamente en muchas de las cuales la idea abstracta se mezcla
con la realidad empírica y forma accidentes por decirlo de alguna manera inevitables a nuestra
naturaleza xvi .Además se ha comprobado que la imagen del hombre-león no es un elemento
solitario en la expresividad paleolítica ya que cerca de Hohle-Fels se ha encontrado una estatuilla
muy similar aunque en peores condiciones, de la del Löwenmensch; esto podría llegar a
demostrar la existencia de una iconografía y de cultos compartidos en grandes espacios, la
interactuación de grupos y la influencia mutua o de un grupo sobre otro. Relacionada con el hecho
religioso puede que se observe mejor en otro relieve de Geissenklösterle, en este caso aparece
sobre una plaqueta relativamente gruesa de marfil (3,8 x 1,4 cm) una imagen silueteada de un
humano con los brazos en alto en actitud orante, bastante similar, aunque sea un disparate
relacionarlas, a las figuras en ᵠ de la cultura minoica. Su posición siempre se ha relacionado con un
tipo de experiencia mística más aún se descarta su posible objetivo meramente profano al
comprobar que entre las piernas tiene una especie de prolongación anatómica como una cola de
animal estando así otra vez posiblemente ante un ser híbrido como en los dos casos anteriores.
Aparte de los elementos híbridos y fantásticos que antes cité interesadamente por sus conexiones
evidentes con el nuevo mundo imaginario, existen figuras casi naturalistas sobre animales como
las de Vogelherd sobre marfil que representan escenas individuales sobre la forma de una única
pieza, una única figura; similar a las cabezas recortadas de caballos presentes en Francia como
esculturas posteriores a las alemanas, de la época del Magdaleniense, véanse las cabezas de
caballo de Duruthy. Principalmente las escenas grupales se dan en soportes anchos o que
permiten un desarrollo amplio del espacio; los espacios reducidos o recortados de marfil no
permiten la visión de una plaqueta (ésta se encuentra más próxima al arte parietal que al portátil
por sus dimensiones e iconografía) o la imagen del arte parietal con imágenes grupales, esto
puede ser debido a que las imágenes recortadas o las estatuillas se utilizaba posiblemente como
objeto de vestimenta, un colgante o abalorio como permite deducir la incorporación de agujeros o
estrechamientos en las piezas. Por supuesto no decimos que se trate del único uso, posiblemente
las estatuillas, principalmente las alemanas, fueran almacenadas en el interior de las grutas para
ser utilizadas tiempo después o depositadas allí por estricto uso ritual. Pero en este sentido no se
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puede profundizar objetivamente ya que de todas las obras encontradas, solo de la mitad
sabemos la localización topográfica.
Las estatuillas híbridas nos plantearon un problema, ¿existe una relación entre los supuestos
chamanes/híbridos de Hohlenstein-Stadel o Geissenklösterle y el arte parietal de las cuevas
francesas? Es difícil pensar que a través de 30000 años los temas se perpetuaron y que lo que
originó aquel motivo iconográfico fue asimismo el causante del tema en los pintores de Chauvet,
Lascaux o Dordogne pero la realidad continuista pudo provocar que los grupos de cazadores de
casi toda Europa, como pasará con las venus difundan motivos culturales muy similares de los
cuales sería muy extraño que tuviesen orígenes diferentes convergiendo hacia un único estilo.
Más allá me atrevería a decir que si se produjese un trasvase iconográfico a través de Europa por
contacto entre tribus, este debería ser muy similar, sin embargo se produce una diversificación
desde una idea original o más antigua (como el Löwenmensch) a ramificaciones de la misma como
las de Troi-Frères en las que aparece la hibridación pero ya no es un león sino un cáprido el que
modifica la figura humana; una teoría podría llegar a representar este problema iconográfico
mediante la explicación de que estas historias, para siempre perdidas, se transmitirían de forma
intergeneracional y llevando una idea continua (póngase por ejemplo la idea del hombre-animal)
que se iría modificando, aportando en cada lugar una interpretación visual ante un relato oral
universal pero ciego, sin representaciones en su esencia. Esta explicación también se utilizaría ante
otros fenómenos como las llamadas venus u otros diseños iconográficos extendidos en el espacio
y el tiempo.
La segunda clase de estatuillas, mucho más conocidas son las llamadas Venus debido a una
primeriza y quizás precipitada interpretación de los primeros descubridores como el Marqués de
Vibraye que la bautizó como “Vénus impudique” con una nomenclatura utilizada para el arte
clásico en contraposición a la venus púdica, que se muestra tapada o en posición de ocultar sus
senos y genitales. La Venus, como género se ha convertido en un cajón de sastre de tipos
diferentes de estatuillas, un auténtico umbrella term debido a que desde la primera tipología
diseñada en el XIX basada en la obesidad (la esteatopigia, acumulación de grasa en las nalgas) la
exageración de los atributos femeninos, la falta de rostro o extremidades se pasó a otro tipo de
estatuillas que muchas veces contradecían la definición original ya que muchas de ellas son
estilizadas (casi tanto que se llega lo abstracto) como la Venus de Savignano o Dolní Vestonice, con
extremidades como la venus de Laussel, de rostro definido como la venus de Brassempouy, etc.
Sin embargo la definición del término perdura porque existen elementos continuistas como la
representación de mujeres, su individualización tanto si es en caso de una figura sola (piezaestatua) como una placa en relieve o gravado. Obviamos la representación que aparece en
numerosas plaquetas donde la figura femenina se relaciona con otras representaciones animales
principalmente (Angles sur l ´Anglin o La Magdeleine) debido a implicaciones de parejas
complementarias según Leroi-Gourhan xviique relacionarían aspectos simbólicos de los animales
según sus supuestas cualidades físicas y la relación con la mujer, o en otros casos con el hombre.
El tamaño de estas estatuillas pasa de 20 cm como las italianas y otras menores de las conocidas
casi no llegan a una altura de 1,5 cm seguramente por adaptarse a una función según uso. Tienen
connotaciones según época o zona (por ejemplo las venus de Malta), su antigüedad ronda los 2826.000 años pertenecientes al nivel Auriñaciense y al Gravetiense con un aumento de estas figuras
hace 24-20000 años y un aspecto sorprendentemente continuista que, exagerando un poco, se
observa hasta en el yacimiento de Catal-Hüyuk en la estatuilla de la mujer sentada con leones. Se
ha intentado diferenciar zonas estilísticas de las Venus según la teoría de Henri Delporte xviiien uno
de los más exhaustivos estudios sobre el tema, así encontramos: zona pirenaico-aquitana, italiana,
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renano-danubiana, ruso-europea, siberiana. El número de estatuillas que representan humanos
por encima de animales es mayor y dentro de la categoría de los humanos la representación de
elementos femeninos es totalitaria siendo la masculina insignificante. Deberíamos antes de entrar
en el tema de la discusión interpretativa e iconográfica que la representación femenina muchas
veces se ve modificada por elementos mágicos o inexplicables si no es desde la perspectiva del
imaginario, por eso ante las realistas representaciones de mujeres se encuentran otras como los
llamados monstruos en excavaciones italianas de Balzi Rossi o Grimaldi donde aparecen figuras
antropomorfas con caracteres extraños como la duplicidad de cuerpos y la bicefalia, esto nos
vuelve a remitir a las figuras de Hohlensteinh-Stadel o a los chamanes de Troi-Frères.
La estructura de la estatuilla según Barandiarán tiene como ónfalos geométrico el vientre a partir
del cual se desarrollan las extremidades y la cabeza que suelen tener una importancia menor, esto
se muestra mediante un acabado incompleto o en destacar excesivamente el torso y el pecho
provocando diferencias de tamaño que no se deben a una mediocridad del ejecutante sino a un
deseo expreso, esto se puede observar en la figura de Willendorf con un vientre gravitante,
pesado y remarcando los símbolos genitales o en la recientemente descubierta (2008) figura de
Hohle-Fels o venus de Schelklingen con una cabeza diminuta y la parte del vientre y los genitales
muy remarcado y trabajado, además, la figura, mediante las extremidades superiores, parece
mostrar o exhibir sus atributos. Hasta el momento es la más antigua encontrada, si no contamos
con las de Berekaht-Ram, de 40.000 años BP. Las características antes descritas alimentan una
estructura central con forma la mayor parte de las veces romboidal.
La lectura de estas imágenes como cualquier otra figuración paleolítica nos es totalmente
indescifrable aunque nos podemos acercar mediante un análisis racional y objetivo. Los primeros
exegetas como el teólogo e investigador prehistórico Edwin Oliver James xix interpretaron estas
figuras con un sentido “principal en la conservación y procreación de la vida”, parece que hasta
Roma todo lo que pensaban las culturas antiguas, prehistóricas e indígenas giraba
exageradamente en torno a la fecundidad tanto en el aspecto de la natalidad como en la fisiología
animal; hasta el gran historiador de las religiones y filósofo rumano Mircea Eliade interpreta las
figuras como símbolo de la sacralidad femenina y del poder mágico-religioso de las diosas; incluso
hay quien va más allá e interpreta este elemento como una divinidad creadora que presidía el
sistema de creencias en el Paleolítico Superior Europeo xx . La arqueóloga báltico-americana Marija
Gimbutas lleva este sentido más allá, y como anteriormente había dicho en relación a la
iconografía neolítica, entiende que existen grupos de deidades femeninas que presiden ámbitos
como la vida o la muerte aplicables a animales como cerdos y serpientes cuya continuidad se
expresa en el Neolítico y en ámbitos de las primeras culturas y civilizaciones. Es relativamente
triste que la figura de la mujer sea interpretada en el Paleolítico como una simple Potnia theron o
una divinidad única ni mucho menos creadora, ya que no tenemos la mínima constancia de una
visión creacionista del universo del hombre del paleolítico superior, varios argumentos se
anteponen a la visión simplista de una diosa creadora-maternal-fértil. McDermott xxi en su artículo
defiende que la visión de estas figuras consistía en una auto-representación de las mujeres
paleolíticas observando su propio cuerpo, según un estudio experimental hecho con mujeres en la
actualidad las deformaciones observadas en las figuras coinciden con la impresión personal de las
mujeres del paleolítico en tanto que se fijan en partes como las nalgas o las caderas que
transportadas a una representación artística de la mentalidad, quedaría con un resultado muy
similar a la expresividad del Paleolítico; para sustentar esta tesis se vale de que los espejos
(transportadores de una visión reflejada objetiva de uno mismo) no se utilizaron hasta el Neolítico.
No obstante la tesis no resuelve la cuestión de fondo, ya que la tergiversación de las figuras no
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solo es en los muslos, ni siquiera tiene similitudes entre sí, por otro lado no se sabe si los
ejecutantes eran las propias mujeres autorretratadas. Otra visión de las venus diferente a la
tradicional divinidad de las figuras las tenemos en estudios de Hermann Klaatsch, defensor de que
el consumo de carne aumentó el libido de los hombres y eso se reflejó en la desnudez y
sensualidad expresionista de las figuras; Jean-Pierre Duhard para desmontar la imagen de
divinidad hace un estudio desde la visión fisiológica defendiendo que las tipologías de las figuras
representan a mujeres en diferentes estados de su vida por lo que esto no concuerda con una
diosa que se representaría bajo un aspecto único o si puede ser, continuista. El historiador de la
economía Carlo Maria Cipolla nos aporta otro dato significativo en tanto que la imagen de una
diosa de la fertilidad no tiene sentido en absoluto ya que uno de los problemas a los que se
enfrentaban los habitantes del Paleolítico era la natalidad alta con una gran mortalidad debido a
causas naturales o por deseo expreso de la madre mediante drogas, infanticidio, largos períodos
lactantes y otros métodos que ayudaban a que los miembros de menor edad de la banda no
afectasen tanto a los desplazamientos diarios como a la dependencia de un número cada vez
mayor de miembros ya que se produciría un efecto mediante el cual las necesidades alimentarias
no se satisfarían. Estas aclaraciones, o mejor dicho, estas complicaciones interpretativas no dejan
claro el objetivo de la estatuilla que posiblemente tuviera significaciones distintas y usos según
banda o según tipología. No pienso que en todo el tiempo que permaneció esta tipología se le
diera un mismo significado, unas veces posiblemente por su carácter estilizado se utilizarían para
colgar de la ropa como ya se utilizaban otras figurillas y otros tipos se utilizarían como almacenaje
o ajuar de utilización ritual dentro de las grutas o las cuevas, siendo su carácter portátil como
pasaba en las plaquetas, dudoso cuando menos. Que fueran manejables no quiere decir que las
trasportasen con ellos siempre, algunas tendría un uso estático.
A partir de estos datos la visión total que se tiene de un arte encasillada se derrumba, no hay
objetos rituales y no rituales, útiles o no-útiles principalmente porque puede haber un trasvase y
lo que empezó siendo un objeto útil (como una azagaya o una espátula) se ritualiza y algunos de
esa tipología ya nunca más se vuelven a utilizar en su cometido inicial sino en otro trascendental.
La utilización de estos objetos también se ha visto oscurecida ya que los procedimientos de
excavación pudieron hallar pruebas sobre su uso en relación a su localización pero las
excavaciones durante el XIX y comienzos del XX (cuando se encontraron muchos de estos objetos)
no fueron lo suficientemente cuidadosas en ese aspecto.
Dentro de este apartado también hablamos de las plaquetas decoradas, las cuales son como ya
dijimos más próximas al arte parietal por su iconografía y localización de las figuras, que al arte
mueble propiamente dicho. Las plaquetas tienen un soporte de piedra con gran variedad de
tamaño y formato con algunos casos en los cuales se llega a dudar de su carácter mueble por la
imposibilidad de transporte. Distinguimos diferentes tipologías según la tipología de LeroiGourhan en placas y plaquetas (fragmentos que no superen los 20 cm y con las caras aplanadas y
paralelas), bloques (trozos más irregulares y que no superen los 10 cm) y los cantos menores de 5
cm redondeados por el efecto erosivo del agua. Observando las anteriores medidas nos podemos
preguntar que carácter portátil mueble podía tener una plaqueta de 20 cm de largo hecha en
piedra con sus relaciones de peso y longitud. También se encuentran plaquetas con soporte de
hueso distinguiendo entre las completas y los fragmentos. En general domina el soporte pétreo
con un 85% y entre estas, las mayoritarias son sobre caliza y arenisca por ser materiales fáciles de
trabajar. En referencia a las zonas distinguimos como suele ser común, una zona aquitanocantábrica y una vertiente mediterránea. Uno de los yacimientos más importantes de plaquetas
grabadas o decoradas de la vertiente mediterránea se encuentra en Valencia, en la cueva del
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LO BELLO Y LO BRUTAL: IMAGINARIO Y ARTE DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR A TRAVÉS DEL ARTE MUEBLE
Parpalló con una cronología que va desde el Gravetiense hasta el Magdaleniense Superior.
Sorprende por ser una de las colecciones más numerosas con 1500 piezas representando en su
mayoría caballos, aunque debemos decir que su número no nos debe sorprender a juzgar por la
cantidad de tiempo de sus ejecuciones. Parece que muchas placas tienen elementos continuistas
como el alargamiento del cuello o el triple trazo. Se han conservado en la misma cueva plaquetas
pintadas con elementos arboriformes próximos a signos, toda una rareza. Pero no toda la
iconografía de las plaquetas se basa en representaciones naturalistas y cinegéticas sino que en los
yacimientos franceses como Les Fadets o La Marche se encontraron plaquetas con imágenes
humanas. No obstante los signos representan la mayoría de las representaciones en el sudoeste
francés llegando las representaciones naturalistas alrededor de un tercio, un claro ejemplo de ello
son las plaquetas de Pavlov con signos lineales del Magdaleniense. Si con otros objetos del arte
mueble portátil existían ambigüedades en referencia a su utilización y catalogación, en el caso de
las plaquetas aumenta debido a que muchas podrían entrar tanto en el apartado de los abalorios
como en el arte parietal. Un rasgo destacado del cual ya hablamos para referirnos al arte parietal
es que en las plaquetas se observa un gusto incipiente por las escenas de grupo tanto humanas
como animales debido quizás a la amplitud del soporte en comparación con lo ajustado que
representaba el marfil o el hueso. En los animales se observa una representación del aspecto
gregario en manadas de cérvidos o équidos como se observa en la placa de Laugerie-Basse donde
un reno macho persigue a una hembra. En cuanto a los humanos también en La Marche y
Gönnersdorf se encuentran ejemplos de comportamientos en sociedad, posiblemente danzas;
algunas de ellas llegan a una esquematización sorprendente. El caso de Gönnersdorf sorprende ya
que en diferentes soportes encontramos una relación muy semejante en la iconografía de las
piezas por la relación que tienen las plaquetas con las figurillas casi abstractas de “venus”, una
coincidencia total aparece ante nuestros ojos, una mentalidad del paleolítico superior hace un
trasvase en la figura pero con diferentes materiales y en diferentes dimensiones. Como en otras
venus paleolíticas se pasa de un naturalismo exacerbado hacia una transición por el abstracto
remarcando de la línea femenina solamente las nalgas y los pechos como elementos totalmente
identificadores del sexo femenino. Por otra parte llama poderosamente la atención el hecho de
que en el yacimiento de Hohlenstein-Stadel haya aparecido la misma tipología en la
representación femenina con vista de perfil, esquematización y estilización de nalgas y pechos. Las
fechas de las plaquetas de Gönnersdorf se han calculado entre 18 y 14.000 años por tanto
coincidiendo con un contexto Magdaleniense.
Arte y expresión: identidad, creación.
Dentro del arte paleolítico se ha discutido sobre la interpretación sugiriendo bajo mi punto de
vista dos suposiciones claras: 1) el trasvase cultural que resulta necesario como interpretación
lineal de los elementos culturales se ha roto y 2) la mayor parte del material prehistórico se ha
perdido por causas posiblemente de su soporte orgánico y perecedero por lo que la interpretación
deductiva se restringe a los yacimientos encontrados. Obviamente hay determinados aspectos
cercanos que nos unen con nuestros antepasados a la hora de aventurar caracteres del mundo
trascendental y construcción de un rico imaginario. Uno de los descubrimientos más maravillosos
en este aspecto es la evidencia de que ejecutaban música. La música es una actividad totalmente
inúti , en el aspecto de que no contribuye a ningún aspecto de la supervivencia del individuo, sin
embargo crea un mensaje que el resto de los auditores entienden y fomenta la cohesión social
como se puede observar hoy en día en ciertas tribus nómadas. En el Paleolítico Superior
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LO BELLO Y LO BRUTAL: IMAGINARIO Y ARTE DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR A TRAVÉS DEL ARTE MUEBLE
posiblemente se crease la visión de grupo unificado no solo por las necesidades materiales o
afectivas sino también por símbolos identificativos y rituales, como ya se ha visto en otras épocas
y lugares de la Humanidad.
El rito con música nos lleva a su evidencia material, las flautas de Hohle-Fels, Geissenklösterle o
Vogelherd, yacimientos ya citados para otros elementos artísticos, se datan desde el Auriñaciense
entre 37-34.000 años. Aunque se han encontrado otras en niveles del Musteriense, esto es,
pertenecientes a un nivel de contexto Neanderthal por lo que el debate entre Sapiens y
Neanderthalensis se abre una vez más por quién fue el primero de los artistas en los Homo.
Quizás la certeza no se despeje nunca de quién fue el primero, por ello nos centramos en el hecho
propio de que uno de los más antiguos elementos artísticos sea de índole musical. El yacimiento
cerca de Ulm, Alemania, de Geissenklösterle ha arrojado luz sobre estos instrumentos con 35 o
36.000 años de antigüedad. Los investigadores de la universidad de Tübingen xxii han destacado
que los manufactores del Auriñaciense elaboraron la flauta a partir de materiales elegidos por su
calidad como es el marfil de mamut en contraposición con lo que sería más normal, o sea, fabricar
el instrumento a partir de huesos de ave como cisnes (ánades) o buitres ya que estos al ser huecos
en su interior facilitan su construcción como pasa en la flauta de Hohle-Fels a partir de huesos de
buitre xxiii. Además el hecho de las flautas demuestra una complicación artístico-imaginaria ya que
en el caso de la flauta descubierta por la Universidad de Tübingen, posee tres orificios para la
digitación lo que nos habla de melodías más o menos complejas. Aquí se destruye la visión del
antepasado salvaje del hombre con únicamente percusión como forma musical, intuyendo los
investigadores del yacimiento que ya existiría una cierta noción de armonía en la escala de la
flauta. xxiv No obstante pienso que es demasiado aventurado hablar de una terminología de
armonías, se han hallado flautas de solo un orificio por lo que no extrañaría que funcionasen
como silbato, incluso para comunicarse en la lejanía.
Entre los últimos y más sorprendentes hallazgos están las cuatro flautas de Vogelherd y Hohel-Fels
elaboradas a partir de hueso de ala de buitre con fechas de alrededor de 30-35.000 años según la
imprecisión del carbono 14. Los investigadores de Hohle-Fels destacan un hecho llamativo, estos
instrumentos y otras creaciones artísticas no se produjeron cuando los humanos ya habían
entrado totalmente en Europa sino que aún convivían con Neanderthales, por ello no debe de
extrañar que como pasa en el Musteriense con los objetos de adorno, también aquí los primeros
humanos modernos hubieran adquirido la fabricación de instrumentos de sus coetáneos europeos.
El factor más llamativo de las flautas es su certeza tipológica, a diferencia de otros objetos como
los mal llamados bastones de mando o con las espátulas, los instrumentos son fácilmente
clasificables siendo incluso reproducidos y restaurados permitiendo saber hoy en día después de
40.000 años como sonaban aquellos instrumentos. Por último dentro de este tema querría citar
que las flautas fueron halladas a unos cuantos pasos de la venus de Hohle-Fels, de la cual ya
hablamos aquí. Este hecho nos puede incitar con bases de certeza a pesar en la relación del ritual,
las venus y otras figuras del yacimiento y relacionarlas con el contexto de yacimiento. Está claro
que no nos encontramos ante algo inocentemente pragmático como defendía Wunn en relación a
la figura del Löwenmensch, es el retrato evidente del rico imaginario prehistórico.
Otro caso que nos interesa en el arte del paleolítico superior en referencia al sentimiento musical
es la Venus du Laussel o Dame à la corne, se trata de la famosa estatuilla en relieve encontrada en
Dordogne, ya comentada con anterioridad pero que aquí me interesa iconográficamente por la
representación de una especie de cuerno que sujeta la mujer. Con una antigüedad de entre 2922.000 años y descubierta en 1911 por Lalanne se trata de una figura-tipo de la venus, pero hoy
en día, aparte de interpretaciones sobre su discusión por la fertilidad, se interesan por la posible
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LO BELLO Y LO BRUTAL: IMAGINARIO Y ARTE DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR A TRAVÉS DEL ARTE MUEBLE
representación del cuerno como un instrumento musical; o bien un idiófono como un rascador, o
sea, de percusión, u otra lectura como un instrumento de viento, también posible pero
desconocida en el registro arqueológico, no obstante la complicación de fabricación entre la talla
de un hueso de buitre o mamut y un cuerno de animal sería equiparable. El musicólogo e
investigador Ramón Andrés xxv defiende claramente la tesis del cuero como instrumento ya que
aparte de la importancia de que sea representado tiene connotaciones particulares en la
mitología e imaginario como la relación con la luna. La importancia de ser-representado radica en
que el objeto no posee una función indeterminada sino que se le otorga una importancia radical
por eso se le representa junto a la figura humana. Posiblemente de aquí sacaríamos la idea de que
la relación entre la figura femenina y el soporte artístico nos lleva a pensar directamente en la
música como ritual aunque prefiero no aventurarme. Otros intérpretes han vinculado
directamente la venus con el estudio de la etnomusicología xxviy otros han llegado a hacer una
relación entre el cuerno y la cornucopia como C.Zervos o N.K. Sandars aunque debería objetar que
la madre maternal y fértil es más una figura del Neolítico. Otros como Leroi-Gourhan han
defendido el cuerno como un vaso potorio y otros como el excavador de Gagarino, el soviético
Zamiatninc consideran la figura con el cuerno como una sacerdotisa o diosa de la caza. Lejos de
querer encontrar la verdad lo que me interesa realmente es destacar el valor de representar al
humano con un objeto con determinado valor simbólico, esta relación ente-cosa y ente-humano
ya se desprende de la concreta visión de lo útil para ganar un valor mayor sobre el que se asienta
la modernidad de la sociedad humana, la valoración de lo material según cuestiones ideológicas
particulares.
El trayecto que sigue el Paleolítico Superior, como ya hemos visto, se va formando en líneas
concéntricas hacia un centro conocido, la creación por una necesidad mental intrínseca a nuestra
especie de estructuras mentales reflejadas en la realidad material y objetiva; la subjetividad ha
nacido.
i
[14]
LO BELLO Y LO BRUTAL: IMAGINARIO Y ARTE DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR A TRAVÉS DEL ARTE MUEBLE
LEWIS, Williams David, La mente en la caverna, Akal. 2005.pp-185.
ii
MUÑOZ IBAÑEZ, Francisco Javier. El paleolítico superior en Europa, Prehistoria I, UNED. 2011. pp-280.
iii
CUNLIFFE, Barry. La prehistoria en Europa.Oxford Crítica, 1994. pp-72.
iv
LEROI-GOURHAN, A. Símbolos, artes y creencias de la Prehistoria.Istmo, Madrid. 1984.pp-548
v
BARANDIARÁN, Ignacio. Imágenes y adornos en el arte portátil paleolítico. Ariel, Barcelona. 2006. pp-164-175.
vi
SAHLINS, M.D. Economía de la Edad de Piedra. Akal, Madrid. pp-13
vii
LEROI-GOURHAN, A. Préhistorie de l ´Art Occidental. Art Luzien Mazenod, Paris. 1965
viii
Dudosa nomenclatura diseñada por el Marqués de Vibraye en 1864 y asumida por Piette en su trabajo sobre las
mismas en 1894 (ver nota V).
ix
BREUIL, H. la dégénérescence de figures d´animaux en motifs ornamentaux à l´époque du Renne. Academie des
Inscriptions et Belles Lettres, Paris. 1905.
x
BOSINSKI, G. Der Poggenwischstab. Bonner Jahrbücher. 1978.pp-83-92.
xi
WENZEL, Stefan y ÁLVAREZ FERNÁNDEZ, Esteban. La espátula de Boppard (Renania-Palatinado) y sus
paralelos en Europa a finales del Paleolítico Superior y en el Mesolítico. Univ. De Salamanca,Revista
Zephyrus,2004.pp-137-151
xii
BARANDIARÁN, Ignacio. opere citato.pp-50,51.
Ibídem.
xiii
xiv
Véase nota VIII.
xv
WUNN, Ina. Las religiones en la Prehistoria. Akal, Madrid. 2012. pp-156.
xvi
WYNN, Thomas; COOLIDGE, Frederick; BRIGHT, Martha. Hohlenstein-Stadel and the evolution of the human
conceptual thought. Cambridge archaeological journal . 2009. pp-73-84.
xvii
LEROI-GOURHAN, André. (ir a nota IV).pp-351-382.
xviii
DELPORTE, Henri. La imagen de la mujer en el arte prehistórico. Istmo, Madrid, 1982.
xix
WUNN, Ina. Ibídem. pp-159.
xx
LACALLE RODRÍGUEZ, Raquel. Los símbolos de la Prehistoria. Almuzara, España, 2011. pp-110.
xxi
MCDERMOTT, Leroy. Self-representation in Upper Paleolithic Female Figurines. Current Anthropology, number
2, April 1996 (revista especializada). Website.
xxii
SCHNEIDER, Achim. Nature, international weekly journal of science. “Ice-age musicians fashioned ivory flute”.
Publicado online en 2010.
xxiii
CONARD, J. Nicholas. MALINA, Maria. New evidences for the origins of music from the caves of Swabian Jura.
Archoläogisches Korrespondenzblatt.34. 2004.Pág.447-462
xxiv
Universität Tübingen. Matemathisch-naturwissenschaftliche Fakultät. Das Geissenklösterle. (enlace web)
xxv
ANDRÉS, Ramón. Diccionario de música, mitología, magia y religión. (entrada del diccionario sobre la venus de
Laussel ).Acantilado. Barcelona. 2012.
xxvi
HUYGE, D.The Venus of Laussel in the Light of Ethnomusicology. Katholieke Universiteit Leuven, laboratorium
voor Prehistorie, Redigenstraat 16-Bis, B-3000, Leuven, Belgium. Archeology in Vlaanderen I, 1991, pág 11-18.
[15]
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