La influencia de la tecnología en el pensamiento “El mundo y la relación entre los sujetos han sufrido cambios profundos en lapsos cada vez más breves”… En primera instancia me encuentro citando a Esther Díaz, en el fragmento de su libro: Posmodernidad. Para refutar mi tesis, voy a agregar que estos lapsos que son cada vez más y más breves pueden notarse claramente en todo tipo de relación (familiar, educativa, en fin, las relaciones cotidianas). A lo que me refiero anteriormente es que antes, por ejemplo, las diferencias de pensamiento era con nuestros abuelos, a los que solíamos llamar “anticuados”, era ese viejito pesado que no hacía más que quejarse, pero ahora nuestros padres son lo que coinciden en muchas cosas con ellos y no nos llevamos tantos años de diferencia. Pienso que en esta época que estamos viviendo hay más de un factor que condicionan a lo que anteriormente hice hincapié, pero ahora me voy a referir a los cambios tecnológicos que ha sufrido nuestra sociedad a lo largo de estas últimas décadas y como han afectado nuestro pensamiento y nuestra manera de ver el mundo. No soy quién dice que la tecnología es mala, por el contrario, pero creo que estamos muy ocupados en ser: “el yo y las maquinas”, me refiero a que ya no tenemos el mismo contacto que teníamos antes con las personas, esa calidez de vida y, ¿Por qué le damos tanto protagonismo a algo, como las maquinas (PC, celulares, reproductores de música, etc.)que nunca logramos de entender? Seamos sinceros, son muy pocas las personas que pueden explicar que pasa dentro de un celular por ejemplo, cuando intentamos mandar un mensaje de texto. Sin embargo, la tecnología hace todo lo posible para convencernos de que nos es necesario comprender su complejidad para poder utilizarlas. El mundo no se “mueve” sin el uso de aparatos tecnológicos, si nos ponemos a pensar miles y miles de años antes no existían estas cosas, y sin embargo la gente seguía el curso natural de la vida sin verse afectados. La gente ya no sale de sus casas, si no que se encierran a mirar la vida desde adentro, y ¿por qué? Porque desde dentro de ellas, pueden ser quienes quieren, quienes siempre quisieron ser, pueden cambiar su nombre su sexo su posición económica etc. Y todo esto con la ayuda del “milagro” de la computación y el internet. Medimos la realidad con lo digital, hasta lo tradicional debe registrarse para que sea real y a esto le agregaría la satisfacción que nos da el ver las fotos de un cumpleaños por ejemplo, que se convierten en signos obligatorios para lograr que el verdadero acontecimiento perdure en nosotros y no como un recuerdo si no como una carpeta mas de fotos en nuestro escritorio. Las personas nos convertimos en ciudadanos burbujas, los intereses por las personas que nos rodean disminuyeron en gran escala y me refiero a que, como dije párrafos anteriores, nos preocupemos mas por el yo y las maquinas. Destaco también que los medios masivos informáticos tienen características que deben ser consideradas como validas porque no todos utilizan estos artefactos con ese fin que mencione anteriormente (centrarse en mundos virtuales en los que nos venden un mundo mejor, por así decirlo) si no que son consientes de que a través de estos no nos podemos manifestar plenamente como las personas que somos, el cariño la calidad el amor. Las personas nos constituimos a medida que crecen los avances. Y si me refiero a que nuestra subjetividad ya no se relaciona en torno a los demás si no que cambio totalmente y se relaciona en torno a cómo somos nosotros mismos frente a una caja negra como menciona a las computadoras Esther Díaz y como actuamos en función a ellas. Muchas de las personas que pensamos que conocemos no son más que simples contactos en nuestra agenda electrónica es decir a cuántos de ellos conocemos realmente. Pero pese a su misma y pronta contradicción al crear estos cyberespacios logran entrar a la realidad misma de forma tal que ya se vea como algo sumamente cotidiano y sin problema alguno. La realidad y lo virtual están separados por lazos muy estrechos. Ahora logran fusionarse tranquilamente deduciendo los parámetros de cada uno obviamente porque aunque sea evidente la diferencia ya sus conceptos se complementan mutuamente. Creo que aunque no caigamos en estos llamados cyber-espacios la mentalidad con la que nacemos y nos criamos ahora es totalmente distinta de lo que era años atrás y lo digo solo porque la tecnología de hoy en día ya es parte de la cotidianeidad de la cual nos rodea y nos hace participes. Y lo podemos notar cuando caminamos por la calle por ejemplo siempre alguien que lleva los auriculares en los oídos apartado en su mundo y quizás pensando sin darse cuenta de que hay miles de personas alrededor de él mientras que esa persona sigue caminando sin darse cuenta alguna. O la pronta idea de que vayamos hablando por teléfono es algo tan común y tan importante para el avance y la comunicación de las personas donde también nos desprendemos del exterior y lo único que importa en ese momento es el sujeto con el que hablamos. Por otro lado lo que me parece importante de destacar también es el temor que nos tenemos entre nosotros mismos es decir que al distendernos tanto del mundo exterior a nosotros generamos cierta desconfianza hacia el otro individuo quien relativamente piensa exactamente lo mismo del otro. Y con este concepto vuelvo a lo de los ciudadanos burbuja, todo se relaciona y termina en el punto en el que creo que la tecnología aparte de facilitarnos la vida no hace más que alejarnos los unos de los otros y acercarnos en un mundo que lamentablemente no tiene existencia real más que en nuestra idea de avance. La tecnología logró que el hombre pueda facilitarse la vida y mejorar su calidad. No todos los avances se utilizan con este fin reitero aunque creería que sin pensarlo no nos damos cuenta de la magnitud y de las consecuencias que pueden traer más que los beneficios es decir vale la pena vivir en un mundo donde las maquinas rigen lo que está bien y lo que está mal lo correcto lo incorrecto y sobre todas las cosas en un mundo en el cual sus habitantes nos tememos sin conocernos realmente. Bibliografía POSMODERNO UNA SOCIEDAD TRANSPARENTE VATTIMO G. POSMODERNIDAD ESTHER DIAZ