La Estética Como Problema; Juan Plazaola

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“La Estética Como Problema”
El objeto de estudio de la estética constituye un problema para los filósofos. Es de
destacarse la diferencia que se asienta al iniciar el texto entre la filosofía del arte y la estética.
Según Gilson, la filosofía del arte considera a la obra en relación con su autor y la estética
lo hace en relación con el espectador. Así pues, el texto se plantea el problema no sólo
desde el objeto de estudio, sino a partir de la forma en que éste debe ser abordado. La
visión que tendrá el autor al momento de la creación de la obra no es la misma experiencia
que aquélla que tendrá el espectador al entrar en contacto con ella. Aquí la estética ha
llegado a echar mano y confundirse con ramas de la psicología experimental, la metafísica y
la ontología. Al abordar al objeto de estudio desde la visión del espectador, se introduce el
término de “percepción”. Al ser la percepción un fenómeno subjetivo, se le ha puesto a la
estética el mote de “ciencia empírica”; dado que no puede ser una ciencia exacta
estrictamente hablando.
¿Dónde reside la calidad de bello? ¿Qué distingue el talento de un artista del de un estadista
o un político? ¿Cómo influye el lenguaje que el artista utiliza? ¿Es la belleza un calificativo
cultural? ¿Existe una belleza basada en la naturaleza, con cánones que provienen de ella?
¿Es la belleza un ente ideal? Éstas son algunas de las preguntas que el texto formula directa
o indirectamente para explicar al lector cuáles han sido los razonamientos que han atrapado
a los autores durante siglos. A mi me llama la atención un texto citado de Armado Plebe,
que dice lo siguiente: “1) La filosofía puede ocuparse del arte absorbiéndolo en su
problema, pero no puede definirlo ni teorizarlo. 2) La ciencia del arte (por llamarlo de
alguna forma) puede teorizar sobre el arte, pero no puede levantarlo sobre el plano de lo
contingente y relativo”1. A esto el autor responde que la belleza y el arte son valores
específicos y permanentes. Coincido con el autor, sin embargo, los valores de belleza y arte
son específicos y permanentes desde el punto de vista inmaterial. Son valores que nos
guían o que intrínsicamente se crean al crearse la cultura, ya sea la cultura del Neolítico o la
de Francia occidental en el s. XXI.
El autor también defiende a la estética, pues no ha faltado quien declare que no existe, no
es útil, o es sólo un invento tentador. Al ser una ciencia (aunque inexacta), requiere de un
método. Todos los mencionados en esta lectura parecen insuficientes para abordar de
forma integral el problema de la estética: lingüista, deductivo, formalista, psicológico,
estructuralista, empírico, sociológico, matemático, etc. Todos son métodos válidos, pero
reduccionistas si se les aborda de una forma aislada. Por último, el autor sugiere que el
estudio de la estética comience desde nuestra propia vivencia, desde el gusto o la percepción
del espectador.
Bibliografía
“La Estética Como Problema” en PLAZAOLA, Juan, Introducción a la Estética, Historia,
Teoría, Textos, 3ª ed., Universidad de Deusto, Bilbao, 1999, pp. 281-296
1
“La Estética Como Problema” en PLAZAOLA, Juan, Introducción a la Estética, p. 288
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