Subido por Cesar Astuye

09 MARZO - LIMITACIONES A LOS PODERES DEL JUEZ SUPERIOR PARA ANULAR RESOLUCION IMPUGNADA

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LAS LIMITACIONES A LOS PODERES
DEL JUEZ SUPERIOR CIVIL PARA
ANULAR LA RESOLUCIÓN
IMPUGNADA Y SU PROBLEMÁTICA EN
LOS ÓRGANOS REVISORES CIVILES
Establece que: “toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable”.
En términos parecidos se pronuncia el Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos de Nueva York (1966), cuyo artículo
14.3 determina el derecho a “ser juzgado sin dilaciones
indebidas”. De su parte la Convención Europea de Derechos
Humanos de Roma (1950) (CEDH), refiere en su artículo 6.1, que
toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa,
públicamente y dentro de un plazo razonable por un tribunal
independiente e imparcial, establecido por ley.
• El derecho a un proceso “sin dilaciones indebidas” importa recurrir
a un concepto jurídico indeterminado y abierto, que debe
necesariamente ser integrado casuísticamente, atendiendo a
criterios objetivos
• En ese sentido, el Tribunal Constitucional de España ha podido
decir que “la expresión dilaciones indebidas constituye un concepto
jurídico indeterminado para cuya estimación es preciso analizar,
caso por caso, las circunstancia concurrentes, cuya estimación es
preciso analizar, caso por caso, las circunstancias concurrentes, por
cuanto el mismo no puede identificarse con la duración global de la
causa ni con el incumplimiento de determinados plazos procesales”
• La propia indeterminación y textura abierta implicada en la regla
constitucional exige, a diferencia de otros derechos, una ponderada y
afinada apreciación del intérprete que conduzca a una hermenéutica
integradora, que valore el conjunto de circunstancias fácticas del caso
• En particular los criterios de delimitación, tales como: Complejidad del
asunto, conducta procesal del interesado, conducta de las autoridades
judiciales y afectación generada en la situación jurídica de la persona
involucrada
• Estas dilaciones que se generan en la expedición de las resoluciones
judiciales, que no se emiten dentro del plazo razonable; y además
pueden darse decisiones expedidas con arreglo a ley y así como otras
defectuosas en su construcción (error in procedendo) o en lo que “decide
u ordena” (error in iudicando)
Las decisiones defectuosas en su construcción, se pueden presentar:
a) Cuando el defecto esté en la resolución misma.
b) Cuando el defecto se ha producido en la secuencia
procesal, es decir antes de la emisión de la resolución.
Otros defectos que se pueden darse se ubican en la operación intelectual de juzgar
(los así llamados errores in iudicando): el juez juzga, pero juzga mal.
También podría juzgar mal si yerra en la operación de individualización de la norma
del caso (error de subsunción) o en la interpretación de la norma aplicada (error
interpretativo), esto es, incurre en los llamados errores in iudicando de derecho.
Pudiendo estos defectos que presenta una resolución judicial ser subsanados a
través de los medios impugnatorios previstos por ley, que permitirán un reexamen
de lo decidido para estabilizar lo avanzado en el proceso y hacer inmutable esa
decisión adoptada.
En el derecho a la instancia plural radica el derecho a recurrir razonablemente
las resoluciones judiciales ante instancias superiores de revisión final,
conforme al inciso 6) del artículo 139° de la Constitución.
Se ha establecido:
“Uno de los derechos que conforman el derecho al debido proceso es el derecho de
acceso a los medios impugnatorios. En ese sentido, es necesario precisar que en la
medida en el que el derecho al debido proceso no tiene un ámbito
constitucionalmente garantizado en forma autónoma, sino que su lesión se produce a
consecuencia de la afectación de cualesquiera de los derechos que la comprenden,
dentro del cual se encuentra el de acceso a los medios impugnatorios, un
pronunciamiento sobre el fondo en relación con aquel derecho presupone, a su vez,
uno en torno al último de los mencionados” (STC N° 5194-2005-PA/TC, fundamento
jurídico 4)
Por lo cual, frente a la injusticia que podría generar una decisión judicial y la no
observancia del plazo razonable en su expedición que es materia de apelación, se genera
otro problema, que se viene presentado en las diversas Cortes Superiores de Justicia y
tornándose en una práctica común por muchos Jueces revisores, como son el gran
número de sentencias que son declaradas nulas por parte de la instancia superior, en
lugar de pronunciarse sobre el fondo del recurso de impugnación.
Los medios impugnatorios se emplean para efectos
de subsanarse estos vicios o errores, teniendo un
sentido práctico, que es que se declare la nulidad
del acto procesal o del proceso que se impugna o,
sea que se revoque uno de estos.
El recurso de apelación es la vía idónea para corregir
los errores in iudicando, es decir, los errores de juicio
en que pudiera haber incurrido la sentencia
recurrida; pueden tratarse de vicios en la aplicación
de las normas jurídicas, o en la exposición de los
hechos, o en la valoración de la pruebas.
Puede procurarse la reparación de las omisiones o
erróneas opiniones en que pudiera haber incurrido
el juez en la apreciación de la prueba producida o
de los elementos constitutivos del proceso, dado
que constituyen errores iudicando.
1- Principio del tantum devolutum quantum appelatum:
Este es consecuencia directa del principio dispositivo, que se
extiende al conocimiento del órgano de segunda instancia, establece
que solo la instancia de alzada le es permitido desplegar su actividad
sobre aquellos asuntos que, por haber sido cuestionados o
impugnados, forman parte del ámbito del recurso.
El Juez de segunda instancia si bien es cierto, puede corregir lo
decidido por el Juez de primera instancia, tanto en la apreciación de
los hechos aportados al proceso y su calificación jurídica, sin
embargo, esta facultad tiene que ejercerla sobre los puntos
concretos de la resolución que, han sido expresamente impugnados
por perjudicar a las partes procesales.
2- Principio de prohibición de la reformatio in peius:
Implicando este principio que el Juez revisor, no podrá dictar frente al
apelante solitario una resolución más gravosa para dicho litigante que
motivo la impugnación de dicha decisión, sin embargo, está
prohibición no será de aplicación si existe más de un solo apelante, o si
la parte procesal contraria también ha impugnado o se ha adherido a
la apelación o tratándose de un menor edad; por lo cual en ese último
escenario el Juez superior está facultado a modificar la resolución en
todos sus extremos.
Impidiéndose el empeoramiento de una situación jurídica frente a un
recurso que la ley concede, precisamente, para asegurar su eventual
mejora y asegura la estabilidad de las resoluciones judiciales que en
los aspectos no impugnados configuran un derecho adquirido para la
parte a quién beneficia
3- Principio dispositivo:
Sus limites se encuentran constituidos por los propios principios que la
regulan. Existiendo una doble limitación, que por un lado, es que no
puede emitir pronunciamiento sobre cuestiones no propuestas a la
decisión del primera instancia, y que no puede exceder lo que ha sido
materia del recurso de apelación y el agravio fundamento del mismo,
que constituyen expresiones del principio dispositivo, que establece que
las partes tienen pleno dominio de sus derechos materiales y procesales
involucrados en el proceso.
El principio de congruencia, forma parte del mismo, que delimita las
facultades resolutivas del juez limitando el contenido de las resoluciones,
las cuales deben emitirse de acuerdo con el sentido y alcances de las
peticiones formuladas por las partes procesales para efectos de que
exista identidad jurídica entre lo resuelto y las pretensiones.
4) El principio de
personalidad del
recurso de apelación
• Interpuesto el recurso, aprovecha
este únicamente la persona que lo ha
deducido.
5) El Juez revisor
asume plena
jurisdicción
• El Tribunal de apelaciones goza de plena
jurisdicción, esto es, asume todos los
poderes o atributos de tal función, como los
tuvo en su oportunidad el juez de primera
instancia.
6) El principio de iura
novit curia en
segunda instancia
• El Juez de apelación tiene la más amplia
facultad de determinar la norma que puede
considerar a aplicarse en el proceso que
tiene que resolver; lo cual deriva de este
principio que lo faculta a ubicar y calificar la
acción dentro del ámbito jurídico que
corresponda.
a- Ofrecimiento de nuevas pruebas
Circunscribiéndonos a lo regulado por el artículo 374° del
Código Procesal Civil
b- En el supuesto de las pruebas no admitidas en primera
instancia
Debemos hacer referencia al último párrafo del artículo 190°
del Código Procesal Civil
c- Admisión y actuación probatoria
En el supuesto de las prueba ofrecida en segunda instancia, esta debe ser
formalmente admitidas pasando dicho medio probatorio por el control de
“pertinencia” conforme a los criterios estipulados por el artículo 190° del
Código Procesal Civil; y además del de “novedad”. Respetándose el
principio del contradictorio, si se quiere plantear cuestionamientos
probatorios y de ofrecer su contraprueba por la parte contraria.
d- Admisión de la prueba de oficio
Conforme a lo regulado por la actual redacción del artículo 194°
del Código Procesal Civil.
Conforme a lo regulado por el artículo 370° del Código Procesal Civil,
que tras establecer la prohibición de reformatio in pius, dispone que
el juez superior:
“puede integrar la resolución apelada en la parte decisoria, si
la fundamentación aparece en la parte considerativa”, lo cual
implica que el juez de oficio, pueda integrar la resolución
apelada en la parte decisoria, emitiendo un pronunciamiento
explícito sobre los extremos omitidos en la sentencia apelada.
El artículo 378° del Código Procesal acotado, que refiere que
cualquiera de las partes puede pedir la “aclaración” o “corrección” de
la sentencia de segunda instancia. Tratándose de una Sala Superior
Civil, esta aclaración o corrección puede ser realizada dentro del plazo
de 10 días de notificada.
Conforme a lo regulado por el
artículo 370° del Código Procesal
Civil, que tras establecer la
prohibición de reformatio in pius,
dispone que el juez superior:
“puede integrar la resolución
apelada en la parte decisoria, si la
fundamentación aparece en la parte
considerativa”, lo cual implica que el
juez de oficio, pueda integrar la
resolución apelada en la parte
decisoria,
emitiendo
un
pronunciamiento explícito sobre los
extremos omitidos en la sentencia
apelada.
El artículo 378° del Código Procesal
acotado, que refiere que cualquiera
de las partes puede pedir la
“aclaración” o “corrección” de la
sentencia de segunda instancia.
Tratándose de una Sala Superior
Civil, esta aclaración o corrección
puede ser realizada dentro del plazo
de 10 días de notificada. Pudiendo
cualquiera de las partes peticionar
lo dispuesto en el segundo párrafo
del artículo 407° del citado cuerpo
normativo
Por resolución administrativa N° 002-2014-CE-PJ del 07 de enero del
2014, en mérito a la información estadística proporcionada por la
Gerencia de Informática del Poder Judicial correspondiente al
período 2012 y 2013, se advirtió que una de las causas que generaba
la dilación de los procesos judiciales, era el abuso de la figura del
reenvío que emplean los órganos jurisdiccionales revisores,
constituyendo las anulaciones que se venían dando hasta un 24 %
del total de apelaciones realizadas en la distintas Cortes Superiores
de la República, presentándose el panorama en que el órgano
revisor cuando tiene un criterio diferente al inferior, no revocaba la
decisión y se pronunciaba sobre el fondo del recurso, sino que
anulaba y reenviaba para que se emita una nueva sentencia,
repitiéndose dicha situación varias veces en un mismo proceso.
Expresándose que han apreciado que el Juez Superior al revisar una
resolución y discrepar de la motivación empleada por el órgano
inferior jerárquico, considera que se ha incurrido en un vicio en la
motivación –motivación “aparente” o “defectuosa” declarando la
nulidad y devuelve el expediente, para que se emita una nueva
resolución que subsane el vicio advertido.
No obstante ello, este razonamiento que puede ser aplicable para
vicios en la tramitación previa de la resolución impugnada, no es
aplicable a supuestos vicios de motivación de las resoluciones, pues en
este caso no se trata de vicios en una notificación o en un trámite, sino
supuestos vicios en las valoraciones del juez al momento de resolver
un conflicto y por tanto, ya no estamos ante un vicio en la motivación
sino simplemente ante un criterio diferente.
Pudiendo solo anular las resoluciones y reenviar al inferior, cuando
el vicio advertido se ha producido en la tramitación del proceso
anterior a la expedición de la resolución impugnada y que no sea
posible subsanar por el órgano revisor.
Estableciéndose como parámetro administrativo, que
Insta a los Jueces Especializados, Mixtos y Superiores
de la República a tomar en cuenta:
a) Como regla general
b) Como excepción
• Si
el
órgano
jurisdiccional
competente para resolver el medio
impugnatorio considera que existen
errores de hecho o de derecho en la
motivación de la resolución
impugnada, deberá revocar y
resolver el fondo del asunto jurídico,
reservando sólo para situaciones
excepcionales su anulación. Los
defectos meramente formales del
proceso o de la motivación
insuficiente o indebida de la
resolución impugnada, debe ser
subsanado o corregidos por el
órgano revisor.
• El
órgano
jurisdiccional
competente para resolver el
medio impugnatorio sólo podrá
anular la resolución impugnada,
cuando se trate de vicios
insubsanables que impidan un
pronunciamiento válido sobre el
fondo del asunto jurídico, que
signifiquen un agravio real y
concreto, lo cual corresponde ser
invocado por la parte afectada y
deberá estar acreditado en autos.
Posteriormente, el 27 de agosto del 2014 el Consejo Ejecutivo de
Poder Judicial, haciendo referencia al Oficio N° 449-2014-GOCNDP-CE/PJ cursado por el Gerente Operacional de la Comisión
Nacional de Descarga Procesal, dispuso que:
La Oficina de Control de la
Magistratura del Poder Judicial y las
Oficinas Desconcentradas de Control
de la Magistratura de los Distritos
Judiciales del país, procedan conforme
a sus atribuciones cuando se advierta
que los jueces en el ejercicio de sus
funciones declaran la nulidad de los
procesos sin que exista un debido
sustento.
La realidad judicial en las diversas Cortes Superiores es que se siguen
reenviando los procesos a primera instancia con sentencias declaradas
nulas, pese a las limitaciones y facultades con que cuentan los jueces
revisores para evitar ello e incluso la disposición emitida por parte del
Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, que claramente establece que si un
órgano revisor tiene criterio diferente al de juez inferior, corresponde la
revocación de la resolución; pero en ningún caso se puede anular
resoluciones por defectos en la motivación de las mismas, pretendiendo
que el juez inferior emita una nueva decisión en base a motivaciones
que puede no compartir. Solo pudiéndose anularse la resolución y
reenviar al inferior, cuando el vicio advertido se haya producido en la
tramitación del proceso antes de la expedición de la resolución
impugnada y que no sea posible subsanar por el órgano revisor.
Se ha observado ello en algunas Cortes Superiores, en donde se ha tornado ello
como una práctica común para efectos de que la instancia revisora, pueda
expedir sus pronunciamientos con mayor rapidez y de esa manera disminuir la
carga procesal que puedan afrontar, dado que si se emite un pronunciamiento
sobre el fondo del recurso, requerirá de mayor tiempo de estudio del caso por el
Juez y una mayor argumentación de la decisión en el supuesto de que esta sea
confirmada o revocada
Pero un pronunciamiento nulo no requiere ello, realizándose incluso la votación
en el caso de que se trate de un órgano colegiado de manera rápida y
expeditiva, hasta se podría emplear para la proyección de dicha sentencia,
formatos ya elaborados, al solo requerir una decisión que declara la nulidad de
un pronunciamiento de primera instancia, referirse inicialmente en relación al
derecho al debido proceso, citándose de repente alguna referencia doctrinaria
en relación a ello o una sentencia del Tribunal Constitucional, dejándose
establecido la obligación que tienen los órganos jurisdiccionales de dar una
respuesta razonada, motivada y congruente con las pretensiones, para después
hacerse referencia al derecho a la motivación de las resoluciones judiciales y
finalmente indicarse en algunas líneas en qué consistió la transgresión a este
derecho y efectuarse la declaratoria de nulidad de la decisión impugnada.
Sin embargo, se perderá tiempo nuevamente en emitirse una
nueva decisión en primera instancia, el gasto, esfuerzo y la
dilación que se genera dentro del proceso con su reenvío a
primera instancia hasta que se expida el nuevo pronunciamiento y
peor aún, si se presentan situaciones, en las cuales dicho proceso
en lugar de retornar al mismo órgano jurisdiccional que expidió la
sentencia declarada nula, retorna a uno distinto, porque ese
Juzgado se ha convertido en otra especialidad o ha desaparecido
al ser un órgano de descarga (transitorio) o que el Juez que tiene
que expedir el nuevo pronunciamiento recién conoce el proceso
en ese estado; lo que implicará que pasen varios meses o más de
un año en el mejor de los casos, para que se expida la nueva
decisión por Juez, teniéndose en cuenta la carga procesal excesiva
que afrontan actualmente la mayoría de órgano jurisdiccionales
de la especialidad civil
En el caso de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho,
la cual de un total de 1,163 expedientes resueltos el año 2,016: 141
expedientes fueron declarados anulados (12 %), 937 fueron
confirmados (81 %) y 85 revocados (13 %); y entre los meses de enero
a noviembre del año 2,017, fueron resueltos 1,469 expedientes,
ascendiendo los expedientes anulados a 255 (17%), 1016 fueron
confirmados (69 %) y 198 fueron revocados (13 %).
Mostrándonos dichas cifras que existe una significativa cantidad de
sentencias anuladas, que superan a las revocadas, con un incremento
en el año 2,017 de la producción de dicho órgano jurisdiccional, de la
mano de las sentencias declaradas nulas.
FUENTE: Oficina de Estadística de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho
Sentencia de vista N° 27 de fecha 26 de julio del 2017, emitida en el
expediente N° 00749-2016, proceso de prescripción adquisitiva, en
la cual se hace referencia en la parte pertinente:
“(…) el A quo arriba a conclusiones que no se condicen con los medios probatorios obrantes
en autos, toda vez que la falta de identificación del bien sub litis, no supone –en modo
alguno- la carencia de “animus domini”, toda vez que dicho presupuesto bien puede ser
acreditado por otros medios probatorios idóneos obrantes en autos (atendiendo a la
valoración que le otorgue el Juez de la causa). Y, si bien el A quo persiste en la falta de
identificación del predio sub litis; sin embargo, no advirtió que dicha eventualidad obedece
a una cuestión meramente administrativa, esto es, la pugna en la delimitación territorial
entre los distritos de San Juan Bautista y Carmen Alto (…). Por otro lado, si bien el A quo
concluye en la inexistencia de posesión pacífica, en virtud de la sentencia condenatoria
expedida en el proceso penal (…); sin embargo, de la lectura de dicha ejecutoria, no se
aprecia que ni (…) (vendedora), ni el demandante (…) (comprador), fueron comprendidos
en el proceso penal, mucho menos fueron condenados. Y, finalmente la conclusión arribada
respecto a la improbabilidad de efectuarse la transferencia del bien sub-litis, carece de
sustento probatorio, obedeciendo sólo a la apreciación subjetiva del A quo (…) resulta
evidente la transgresión del derecho al debido proceso, en su vertiente del derecho a la
debida motivación de las resoluciones judiciales al incurrirse en una motivación aparente
en la sentencia materia de impugnación y a la vez en la carencia de una valoración
conjunta y razonada de los medios probatorios, invocados por las partes procesales, debe
decretarse la nulidad de la sentencia recurrida, a fin de que el Juez emita nueva
pronunciamiento conforme a ley y a los fundamentos desarrollados precedentemente (…)”
“Al respecto, debemos precisar que para llegar a determinar si aconteció o no el
despojo alegado por el demandante (en los procesos de interdictos), no resulta
suficiente advertir que no se haya alegado la existencia de amenaza y daños y
perjuicios en la denuncia penal efectuada a nivel fiscal, los cuales si fueron
alegados en el proceso de autos, toda vez que dichas eventualidades no acreditan
ni desacreditan la existencia del despojo como objeto de un proceso de interdicto
de recobrar, siendo fundamental- en defecto de los medios probatorios existentes
en autos- la actuación de medios probatorios idóneos para tal fin (….).
Consecuentemente resulta evidente la transgresión del derecho al debido
proceso, en su vertiente del derecho a la debida motivación de resoluciones
judiciales al incurrirse en una motivación aparente en la sentencia materia de
impugnación y a las vez en la carencia de la valoración conjunta y razonada de
los medios probatorios, invocados por las partes procesales (…); por lo que a fin
de evitar nulidades posteriores y en aras de salvaguardar el derecho a la
pluralidad de instancias de las partes procesales, debe decretarse la nulidad de la
sentencia recurrida (…) Finalmente no está demás recomendar al Juez de la
causa, actuar todos los medios probatorios que sean necesarios a fin de
solucionar la controversia de autos, apelando –incluso- a la facultad que le
confiere el artículo 194° del Código Procesal Civil (…)”
“(…) Se advierte que el juicio valorativo emitido por el A-quo en la sentencia
desestimatoria de autos, afecta el derecho de motivación de las resoluciones
judiciales, al incurrir en una falta de motivación interna del razonamiento, pues
existe incoherencia narrativa, al reconocer por un lado, la existencia de un
derecho incuestionable del demandante (véase parte final del noveno
considerando), así como afirmar, que no se desprende que los emplazados
tengan título que justifique su posesión (véase noveno considerando), y por
otro lado, concluir que no corresponde acoger la pretensión demandada, al no
encontrarse plenamente identificado el predio materia de desalojo, al no
generarse certeza del terreno cuya restitución se reclama sea el mismo que
ocupan los demandados (véase octavo considerando) (…) se concluye que el
razonamiento efectuado por el A-quo contiene una incoherencia narrativa
respecto a la premisa jurídica expuesta, conforme ha quedado expuesto
precedentemente, en tanto la falta de identificación plena del bien sub litis que
advierte, no se concreta en realidad, a la individualización del mismo- al
verificarse en autos, la existencia de la memoria descriptiva y planos
correspondientes- si no a su ubicación nominal dentro de la Comunidad
Campesina (…)”
CONCLUSIONES
1. Los problemas que se presenta en las diversas Cortes Superiores de Justicia
y tornándose en una práctica común por muchos Jueces revisores, como son
el gran número de sentencias que son declaradas nulas por parte de la
instancia superior, que en lugar de pronunciarse sobre el fondo del recurso de
apelación; por lo tedioso que puede resultar y que requerirá una mayor
argumentación de su parte, optan por la vía más sencilla, que es la de
declarar la nulidad de la decisión materia de revisión, argumentándose
errores in procedendo e in cogitando; que va a traer como consecuencia que
el proceso nuevamente retorne a primera instancia para que el Magistrado
emita una nueva decisión, con todas las consecuencias de retardo que trae
consigo ello.
CONCLUSIONES
2. Conforme a las reformas legislativas aplicadas a nuestro ordenamiento procesal nacional,
resulta poco probable que el Juez de segunda instancia pueda emitir un pronunciamiento
declarando la nulidad de la sentencia materia de revisión, siendo la declaración de nulidad la
última ratio que podría emplear, dado las limitaciones procesales que tiene para ello, porque
dicho Juez revisor tiene facultades para: admitir las nuevas pruebas ofrecidas al momento de
formularse el recurso de apelación, puede actuar las pruebas no admitidas en primera
instancia y puede disponer la admisión y actuación de pruebas de oficio actuar pruebas de
oficio y tiene la facultad de integrar la sentencia apelada en la parte decisoria. Asimismo
debe, observarse la Resolución Administrativa N° 002-2014-CE-PJ de fecha 07 de enero del
2014 que establece las reglas claras que deben ser acatadas por parte de los Jueces
Especializados o Mixtos y Superiores de la República para evitar el mal uso de la técnica del
reenvió, que genera dilación en la tramitación de los procesos y el oficio N° 449-2014-GOCNDP-CE/PJ cursado por el Gerente Operacional de la Comisión Nacional de Descarga
Procesal al Consejo Ejecutivo del Poder Judicial
CONCLUSIONES
3- Los pronunciamientos judiciales analizados, nos permite establecer que el factor común empleados
por los Jueces superiores revisores, es que frente a la discrepancia con la motivación y valoración
efectuada en el pronunciamiento de primera instancia, optan por el reenvío del expediente para
emitirse nueva sentencia, cuando dicho supuesto vicios en las valoraciones del juez al momento de
resolver el conflicto, podían haber sido subsanados mediante la exposición de la motivación que
consideraban correcta o adecuada por parte del órgano revisor, correspondiendo en ese escenario
resolverse el fondo apelado, procediéndose a la revocación de dicha resolución; y que ello además
obedece, al criterio que viene aplicando dicha Sala Superior para expedir los pronunciamientos con
mayor rapidez y así disminuir su carga procesal, dado que si se emite un pronunciamiento sobre el fondo
del recurso de apelación, les requerirá mayor tiempo de estudio del caso por el Juez y una mayor
argumentación de la decisión en el supuesto de que esta sea revocada o confirmada y un mayor debate
al momento de producirse la votación de dichos expedientes
4. Los Jueces revisores deben acatar la circular contenida en la Resolución Administrativa N° 0022014-CE-PJ del 07 de enero del 2014, así como observar las limitaciones y facultades con las que
cuentan para no emitir una sentencia anulatoria, dejándose de lado, sus posiciones personales
que perjudican únicamente al litigante parte de dicho proceso al no obtener un pronunciamiento
en un plazo razonable y deben para ello la OCMA y las ODECMAS de los diversos distritos judiciales
del país cumplir con sus funciones verificando de que los órganos jurisdiccionales vengan acatando
dicha disposición administrativa emitida por el máximo órgano de Gobierno del Poder Judicial,
para que con dicha acción, ya no se sigan anulando las sentencias y estas sean reenviadas al
órgano de primera instancia para que se emita nuevo pronunciamiento en base a las motivaciones
que no compartieron los Jueces superiores por todas las consecuencias que ello acarrea en el
proceso.
GRACIAS
[email protected]
Facebook.com/Prof. Carlos Valdivia Rodríguez
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