Ma vie en rose Dra. Guadalupe Guzman Pedro Ulises Silva Gutierrez – Gpo. 241 “Ma vie en rose” nos relata la historia de un niño, seguramente transgénero, al que le suceden una serie de acontecimientos acusatorios y desaprobatorios respecto al comportamiento socialmente inadecuado que esta presentando. Ludovic, desde mi punto de vista, maneja la situación relativamente mejor que sus padres; debido principalmente a la seguridad y certidumbre que tiene respecto a su identidad de género, se hace llamar niño-niña porque ese es el nombre que le acomoda mejor. Es decir, sabe que sus órganos sexuales son masculinos pero mentalmente se siente mas cómodo tomando el rol del género femenino. Para este reporte, se me ocurrió, de camino de regreso a casa y mientras viajaba en transporte público, abordar el tema desde una perspectiva diferente a la que acostumbro, algo que me hiciera contactar con mis propias emociones y pensamientos, que me permitiera empatizar de la manera mas amplia posible con la situación del pequeño. Hace algunas semanas, en uno de los talleres de esta clase, me di cuenta de que por mas que intente asimilar, comprender o ser empático con la persona frente a mi que se encuentra en “x” o “y” estado emocional, ese intento jamás será sinónimo de vivir la situación per se. Justamente a ese intento de entendimiento, al hecho de ponerme en los zapatos del otro, me refería con ‹‹una perspectiva diferente››. Es así como decidí adoptar, imaginariamente, la conducta travesti y el pensamiento del tipo transgénero que a Ludovic lo llenan de felicidad y orgullo. Todo esto a bordo de uno de los dos taxis que tomo de regreso de la universidad. Cerré mis ojos y uno a uno fueron apareciendo los elementos estéticos necesarios. Tenía un tono de labial morado obscuro que hacia ver mis labios bastante prominentes. Mis ojos habían sido saturados por un negro intenso que resultó en una mirada retadora pero coqueta a la misma vez. Mis cachetes y la piel circundante parecían tan suaves como el terciopelo y tan rojos como una manzana Davison gala. Mi cabello se extendía hasta los hombros, parecía haber pasado horas arreglándolo. Por último, un vestido de color rosado con detalles en blanco y morado. Es aquí cuando abrí los ojos y me lleve una gran sorpresa por lo que paso justo después. Inmediatamente sentí la mirada penetrante de todos los pasajeros, me estaban señalando y juzgando por no actuar como debería. Las expresiones de asco e ira iban incrementándose de tal manera que me hicieron sentir pequeño, indefenso y completamente incómodo. Unos momentos mas tarde despejé mi mente y volví a mi propia identidad. Por unos momentos experimenté lo que de acuerdo con mi inconsciente y consciente viven en varios contextos las personas que manifiestan su sexualidad de forma diferente a la “norma”. Aunque “Ma vie en rose” es solamente una película, no dudaría que en la vida real ocurran situaciones, emocional y psicológicamente difíciles de enfrentar para jóvenes y niños que prefieren invertir los roles de género, vestir lo que el opuesto sexual usa, o que simplemente disfrutan de la compañía de personas de su mismo sexo genético. Me parece que actuar como agentes de cambio ante una sociedad intolerante es una tarea implícita en el título de licenciado en psicología.