Subido por jose hernandez

El Señor Dios revela sus secretos a sus siervos los profetas

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El Señor Dios revela sus
secretos a sus siervos los
profetas
Amós
(8-1) Introducción
Amós era un pastor de Tecoa, pequeño poblado en el territorio de Judá, pero
el mensaje que dio fue para toda la casa de Israel y para las demás naciones
del mundo. En ese entonces no era un mensaje nuevo, y aún hoy día conserva
su valor. Aunque Amós habló acerca de los juicios que estaban por ser
derramados sobre las naciones que rodeaban a Israel y sobre los dos reinos de
la casa de Israel, su mensaje es el mismo que Dios ha dado desde las primeras
etapas de la historia del mundo. Es un mensaje sencillo pero profundo, que
lleva en sí una advertencia: hay una forma de gozar de la gracia de Dios y
obtener la vida eterna. Ese camino siempre está abierto para el penitente y
obediente, pero para el que no se arrepiente, para quien endurece su corazón
contra el Señor, el camino está cerrado. En lugar de vida hay muerte; en lugar
de gozo hay pesar; los castigos reemplazan a las bendiciones; los juicios y la
destrucción reemplazan a la protección y al poder.
Estudie cuidadosamente el libro de Amós, pues su mensaje es tal que puede
ayudarnos a encontrar el camino de la vida y de la paz.
Instrucciones al alumno
1. Emplee los comentarios que aparecen a continuación, pues ellos le ayudarán en la lectura y estudio
del libro de Amós.
2. Lleve a cabo las asignaciones del Resumen analítico según las instrucciones de su maestro. (Los
alumnos del Curso de estudio individual pervisado deben completar toda esta sección.)
COMENTARIOS SOBRE AMOS
(8-2) Amós 1:1. ¿Quién era Amós y en qué época ejerció su
ministerio?
El nombre hebreo Amós significa "portador" o "carga" y se refiere a la pesada
responsabilidad que el Señor le había dado a Amós de advertir al reino de
Israel. Amós era un pastor que vivía en un pueblo llamado Tecoa, que está
actualmente en ruinas, a unos diez kilómetros al sur de Belén, apartado de las
rutas normales de comercio. Aunque pequeño y sin fama, Tecoa era un punto
estratégico de tal importancia que Roboam la fortificó como ciudad sureña
defensora de Jerusalén (véase 2 Crónicas 11:6). Amós era un observador
perspicaz que se fijaba en el pueblo y las naciones, y los eruditos concuerdan
en que estaba lejos de ser ignorante o inculto, aunque se describe a sí mismo
como a un sencillo pastor (véase 1:1; 7:14-15).
Amós era de Tecoa
Puesto que los reinos contemporáneos de Uzías, en Judá, y de Jeroboam II, en
Israel, son mencionados específicamente en las Escrituras, el ministerio de
Amós debe de haber transcurrido aproximadamente alrededor del año 750 a.
C. Si es así, fue contemporáneo de Isaías y de Oseas.
(8-3) Amós 1:2. "Jehová rugirá desde Sión"
"Esta introducción fue natural en la boca de un pastor que estaba familiarizado
con el rugido de los leones y con el mugido de los toros y de las vacas. El
rugido del león en la selva es uno de los sonidos más terribles en la naturaleza;
cuando está cercano, produce terror en el corazón del hombre y de los
animales." (Adam Clarke, The Holy Bible… with a Commentary and Critical
Notes, 4:672.)
El vocablo Sión a veces se refiere a Jerusalén, donde hay un cerro que lleva
ese nombre, pero no siempre es así, tal como lo indican las referencias
siguientes: Joel 3:16-17; Isaías 40:9; Isaías 64:10; 2:3. La última referencia
habla de una Sión de los últimos tiempos. Esta Sión se levantará en el
continente americano (véase el décimo Artículo de Fe). Véase Comentarios
sobre Joel 2:1.
(8-4) Amós 1:3-2:16. El Señor desatará sus juicios
Aquí el profeta Amós predice en cuanto a los juicios del Señor sobre los sirios
(véase Amós 1:3-5), sobre los filisteos (véase Amós 1:6-8), sobre los de Tiro
(véase Amós 1:9-10), sobre los edomitas (véase Amós 1:11-12), sobre los
amonitas (véase Amós 1:13-15) y sobre los moabitas (véase Amós 2:1-3).
Todas estas naciones eran vecinas de los israelitas y en la mayoría de los casos
habían sido enemigas del pueblo del convenio. Una vez que esos juicios
fueron pronunciados, Amós bosquejó los juicios venideros sobre el reino de
Judá (véase Amós 2:4-5) y sobre el reino de Israel (véase Amós 2:6-16). El
hecho de relacionar a los dos reinos de los israelitas con otras naciones nos da
a entender que Israel ya no era un "pueblo único" (véase Exodo 19:5;
Deuteronomio 14:2) sino que había llegado a ser como las naciones gentiles
que los rodeaban.
Aunque Amós fue enviado especialmente a Israel, habló por Dios contra los
males de todas las naciones. Algunos han calificado a Amós como el profeta
de la condena, pero él solamente advirtió a los pueblos en cuanto a las
desgracias hacia donde se encaminaban. Todos estos territorios o reinos al
final fueron derrotados.
(8-5) Amós 1:3, 6, 11. "Por tres pecados… y por cuatro…"
La expresión "por tres pecados… y por cuatro" indica que los pecados
mencionados fueron muy abundantes. El mismo estilo es usado en Proverbios
6:16, "seis cosas… sí, siete" y en Mateo 18:21-22, "setenta veces siete"
refiriéndose a un número infinito. Una expresión moderna, equivalente, sería
"mil y una vez". La implicación de esa expresión es que las transgresiones
eran muchas y que se había excedido aun la cantidad máxima. O como C. F.
Keil y F. Delitzsch explicaron: "La expresión, por lo tanto, denota no una cifra
pequeña de delitos sino un sinfín de impiedades en su peor forma…"
(Commentary on the Old Testament, 10:1:242.)
(8-6) Amós 1-2. ¿Por qué iban a ser castigadas estas
naciones?
Las razones que da Amós para respaldar sus declaraciones de los juicios sobre
las naciones pueden parecer sorprendentes. Podríamos preguntarnos si una
sola mala acción, cualquiera sea su gravedad, normalmente trae los juicios de
Dios sobre una nación. Amós fue inspirado a emplear expresiones poéticas y
para esto escogió el rasgo particular de cada nación a fin de ilustrar en forma
impresionante la magnitud de su iniquidad. El acto que se menciona es prueba
de hasta qué punto la nación se había hundido en la maldad. El esquema
siguiente es un resumen de los puntos mencionados y su significado.
Nación
Damasco
(Siria)
Razón
mencionada
"Trillaron a
Galaad con trillos
de hierro" (Amós
1:3).
Significado
Galaad era parte del territorio sobre el lado
oriental del Río Jordán, heredada por las
tribus de Gad, Rubén y Manasés (véase
Deuteronomio 3:10-13). Cuando los sirios
conquistaron ese territorio bajo el mando de
Nación
Razón
mencionada
Significado
Hazael (2 Reyes 10:32-33), parece que
trataron a sus cautivos con una crueldad
excepcional, aplastándolos bajo trillos de
hierro. (Un incidente semejante se relata en
2 Samuel 12:31.)
Gaza
(Filisteos)
Tiro
(Fenicia)
Edom
(Idumea)
Llevó "cautivo a
todo un pueblo" a
Edom (Amós
1:6).
Este pasaje parece referirse a la ocasión en
la que los filisteos arrasaron Judá durante el
reinado de Joram (véase 2 Crónicas 21:1617). Vendieron a todos los cautivos a los
edomitas, encarnizados enemigos de Israel.
Entregaron a los
cautivos israelitas
a Edom (Amós
1:9).
Al igual que Gaza, Fenicia también vendió a
los cautivos israelitas aunque puede ser que
Fenicia comprara de otras naciones (tales
como Siria) a los cautivos para luego
venderlos a Edom, siendo que no hay
registro de que Tiro tomara cautivos
directamente a los israelitas.
Persiguió a su
"hermano" con la
espada y guardó
rencor (Amós
1:11).
Los edomitas eran los descendientes de
Esaú, cuyo nombre también era Edom
(véase Génesis 25:30). De manera que
fueron pueblos emparentados ("hermanos")
Edom e Israel, pero solamente mostraron
amargo rencor y hostilidad. Los edomitas
eran algunos de los enemigos más
decididos de Israel.
"Abrieron a las
mujeres de
Galaad que
estaban encinta"
(Amós 1:13).
El incidente mencionado aquí no está
registrado en el Antiguo Testamento, pero
los amonitas eran un pueblo feroz del
desierto que a menudo conquistó partes del
territorio de Israel. Matar a las mujeres
encinta muestra una naturaleza
particularmente cruel.
Amón
(Amonitas:
Rabá era la
capital del
reino)
Moab
(Moabitas)
El rey de Moab
quemó los
huesos del rey de
Edom (véase
Amós 2:1).
Keil y Delitzsch destacaron: "La quema de
los huesos del rey de Edom no consistió en
quemarlo en vivo sino en quemar el
cadáver, al punto de que los huesos
quedaran hechos polvo… En los libros
históricos del Antiguo Testamento no hay
registro de este hecho; pero sin duda se
relacionó con la guerra mencionada en 2
Reyes 3, en la que Joram de Israel y Josafat
de Judá, junto con el rey de Edom, atacaron
a los moabitas; de manera que la tradición
judía de… que después de esta guerra los
moabitas desenterraron los huesos del rey
Nación
Razón
mencionada
Significado
de Edom y los insultaron aún más
quemándolos hasta dejarlos hechos
cenizas, sí tiene fundamento."
(Commentary, 10:1:250.)
(8-7) Amós 2:4-16. Los castigos de Judá e Israel
La razón por la que Judá e Israel recibieron castigo es diferente a aquella por
la cual las naciones gentiles fueron castigadas. No se menciona ningún hecho
en particular excepto el abandono de las vías del Señor y la inclinación a la
maldad. Israel había recibido la ley de Dios; por lo tanto, de este pueblo se
esperaba mucho más.
Pisotear "el polvo de la tierra sobre las cabezas de los desvalidos" (vers. 7) se
refiere al pueblo, que generalmente era opresor de los pobres, y no mostraba
ni justicia ni misericordia. La idea es que la gente anhelaba tanto ver a los
pobres en tal estado de miseria que arrojaban polvo sobre la cabeza de ellos
(en señal de duelo). Los versículos 11 y 12 se refieren a los nazareos, sujetos a
un voto instituido por el Señor para mostrar la naturaleza espiritual de la
religión (véase Números 6:2-21). Amós condenó a Israel por contaminar a los
nazareos dándoles de beber vino. También los reprendió por ordenar a los
profetas que no profetizaran. Aparentemente, Israel hubiera preferido no
prestar atención a estos siervos del Señor a fin de que cada individuo viviera
como quisiera y se sintiera cómodo al andar por su propio camino.
(8-8) Amós 3:1-8. Dios no hará cosa alguna sin advertir a
sus profetas
Amós habló a todo Israel, a cada uno de las doce familias o tribus. Empleando
la metáfora del esposo, el Señor hizo recordar a Israel que El no había elegido
a nadie más (véase Amós 3:2; Deuteronomio 7:6). Se mencionó a sí mismo
como el fiel esposo y le recordó a Israel el pacto que había hecho con El
(véase Jeremías 3:19-20). En el versículo 3 le pide a Israel que recuerde que
es necesario que haya unidad entre ellos y El; y que si van a andar juntos,
tendrán que estar de acuerdo en cumplir con el convenio que han hecho. La
metáfora o las imágenes que se utilizan expresan lo mismo: Dios sabe todo
por anticipado (véase vers. 2-6), pero nunca envía una calamidad sin antes
notificar a sus profetas con respecto a ella (véase vers. 7; véase también 2 Nefi
30:17; Jacob 4:8). La profecía viene mediante la revelación directa. Dios
conoce a todos sus hijos y conoce también sus hechos, y con justicia les
advierte y amenaza con sus juicios. El hecho de que los profetas profetizan
correctamente indica que están en comunión con Dios y que ciertamente ellos
andan juntos.
Amós 3:7 es una declaración clara en cuanto al papel de los profetas. El
presidente N. Eldon Tanner dijo: "Muchos son los pasajes de las Escrituras
que nos aseguran que hoy día Dios se interesa por nosotros así como se ha
estado interesando por todos sus hijos desde el comienzo, por lo cual creemos
en la revelación continua de Dios a través de sus profetas para guiarnos en
éstos los últimos días. El profeta Amós dijo: Torque no hará nada Jehová el
Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas' ". (Véase Discursos
de Conferencias Generales, 1973-1975, pág. 273.)
(8-9) Amós 3:9-11. ¿Cuál es el significado de los términos
Asdod y Egipto?
"Asdod, una de las capitales filisteas, se menciona a manera de ejemplo como
ciudad principal de los incircuncisos, que eran considerados por Israel como
paganos ateos; y Egipto se menciona junto con ellos, como la nación cuya
injusticia e impiedad Israel había tenido que sufrir hasta el colmo. Si, por lo
tanto, tales paganos como ellos son llamados a contemplar la conducta tan
injusta y disoluta que se veía por todas partes, ¡cuán grande debe haber sido la
misma\" (Keil y Delitzsch, Commentary, 10:1:262-63.)
En Amós 3:11 dice que "un enemigo vendrá", lo que significa que no habrá
escape. Dondequiera que el pueblo se dirija encontrará un enemigo, porque
los juicios y castigos que vienen de Dios son seguros.
(8-10) Amós 3:12-15. ¿Qué significado tiene el lenguaje
figurado empleado por Amós en estos pasajes?
Amós empleó el lenguaje figurado para mostrar que difícilmente alguno
escaparía y que quienes lo lograran lo conseguirían con gran dificultad. Es
como el caso del pastor que cuando un león le arrebata una oveja, no puede
recuperar más que dos de las patas o un pedazo de oreja para demostrar que
las mismas pertenecían al animal. Esta profecía se cumplió cuando Sargón
tomó Samaría (parte del reino del norte) en el año 721 a. C.
En el Oriente, el rincón es el lugar de más honor y un asiento en el rincón de
un cuarto es el lugar de mayor distinción. Estas palabras se emplearon para
indicar que ni aun aquellos que vivían en las ciudades más distinguidas del
territorio, ya fuera en Samaría de Israel, o en Damasco de Siria, escaparían de
los juicios. En ese día el Señor quitaría su poder de Israel; este hecho fue
simbolizado al quedar cortados los cuernos del altar (véase El Antiguo
Testamento: Génesis—2 Samuel, Religión 301, Manual para el alumno,
encabezamiento li-13, para tener una explicación en cuanto a los cuernos
como símbolo de poder).
Bet-el (véase vers. 14) era la capital religiosa del reino del norte. El profeta
estaba diciendo que no solamente las viviendas de los pobres serían destruidas
sino también las de la nobleza, las de aquellos que tenían casas de verano y de
invierno adornadas con tallas y vasijas de marfil.
(8-11) Amós 4:1-3. Las maldades de las mujeres de Israel
La calidad de vida de toda comunidad se debe, en gran parte, a la conducta de
sus mujeres. Si son crueles y codiciosas, sus hijos también serán así. Aquí
Amós comparó a las mujeres de Samaría con las vacas (el ganado) que se
alimentaban en los fértiles prados al este del Mar de Galilea, solamente
preocupándose por comer y beber. Su pecado consistía en presionar a sus
maridos para que les llevaran alimento comprado con el dinero arrebatado a
los pobres. Así, de la misma manera en que los peces son atrapados con
anzuelos y sacados del agua, estas mujeres y sus hijos serían atrapados por los
enemigos de Israel y arrancados con violencia de su opulencia y corrupción.
(Véase Keil y Delitzsch, Commentary, 10:1:266-68.)
(8-12) Amós 4:4-5:3. ¿Qué opinaba el Señor del estado
espiritual de Israel?
Los sacrificios de Israel se habían degenerado, llegando a ser un ritual sin
sentido. No producía ningún bien ir a los centros religiosos, Bet-el o Gilgal, y
ofrecer sacrificio en una condición de pecado. Los sacrificios externos debían
representar el arrepentimiento, un cambio interno; pero el sacrificio exterior
sin un cambio interno era una burla, y Dios no puede ser burlado.
Sidney B. Sperry escribió: "Israel era meticuloso en la ejecución de los
requisitos externos de su religión, pero los requisitos internos y menos
tangibles como el amor, la misericordia, la justicia y la humildad no se
entendían o no se les daba valor. En un esfuerzo para hacer que su pueblo
despertara a la realidad, el Señor, dijo Amós, había enviado sobre ellos siete
calamidades naturales. Vinieron en sucesión diente limpio (hambre), sequía,
viento solano y oruga, la langosta, pestilencias, muerte por la espada y
finalmente el fuego, pero de nada sirvieron (4:6-11). El corazón de Amós
sangraba por el estado pecaminoso de Israel. No podía hacer nada sino
advertir a la nación acerca del golpe final que Dios enviaría y para el cual el
pueblo debía prepararse (4:12, 13). No le fue placentero pronunciar juicios
sobre sus hermanos." (The Voice of Israel's Prophets, pág. 311.)
Jehová Dios de los ejércitos (véase Amós 4:13) es el Señor Jesucristo, el
Creador del cielo y de la tierra. Los primeros tres versículos del capítulo 5 son
un lamento por el estado caído de Israel. La virgen pura (Israel) se tornó en
una mujer malvada y "no hay quien la levante" (Amós 5:2).
(8-13) Amós 5:4-27. "Aborreced el mal, y amad el bien"
Aquí el Señor invitó a Israel a arrepentirse y a enmendarse: "Buscadme y
viviréis" (vers. 4). Este mensaje es el mismo para toda generación y pueblo
(véase 2 Nefi 1:20; Mosíah 26:30). El Señor quiere ser un Dios personal para
sus hijos obedientes y fieles. No era demasiado tarde para el arrepentimiento
de Israel. Si no lo hacían, les pasaría como al hombre que huye del león sólo
para encontrarse con el oso (véase vers. 19). Tampoco ayudaría ofrecer
sacrificios a menos que fueran acompañados de un arrepentimiento sincero:
"¿De qué servían las festividades, las asambleas solemnes, las ofrendas de
harina y los holocaustos en la adoración de un Dios justo, si sus corazones y
mentes eran malos e injustos con sus hermanos menos afortunados? Todo ese
despliegue externo de devoción no servía de nada y Amós habla a favor de la
justicia en dos versículos que han llegado a ser famosos: Tero corra el juicio
como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo' (vers. 24). Este llamado
al arrepentimiento es uno de los mejores de todos los tiempos". (Sperry, Voice
of Israel's Prophets, pág. 313.)
(8-14) Amós 5:26. ¿Quiénes eran Moloc y Quiún?
Moloc y Quiún eran dioses paganos que las mujeres israelitas habían
adoptado. Tan adictas a la idolatría eran las mujeres de Samaría que llevaban
pequeñas réplicas de estas divinidades dondequiera que iban. El Señor
prometió un cautiverio "más allá de Damasco" (vers. 27) por causa de este
pecado.
(8-15) Amós 6. "¡Ay de los reposados en Sión!"
Aquí el Señor amplía lo que profetizó en cuanto al cautiverio del pecador
pueblo de Israel. Pero primero lo invitó a visitar otros lugares de destrucción:
Calne en Mesopotamia, Hamat en Siria y Gat en Filistia, para que observara lo
que había sucedido a los habitan tes de esos lugares. ¿Eran los israelitas
mejores que ellos? Ciertamente que no. Estos otros pueblos habían sido
castigados y también lo sería Israel. Además, los ricos —aquellos que
descansaban en lechos de marfil y comían alimentos suntuosos— serían los
primeros en sufrir (véase Amós 6:3-7; 2 Nefi 28:21-25).
Muchas grandes ciudades fueron destruidas por causa de la iniquidad
"Luego Amós dirige su reproche contra los ricos despreocupados y
derrochadores de Israel, contra los que se divierten a sus anchas, arrogantes y
satisfe chos de sí mismos; en una palabra, contra los que teniendo abundancia
no piensan en el lamentable estado social y religioso de su país. Estas
personas son absolutamente indiferentes a la ruina que se pronostica. El
profeta indica (6:1-8, 11-14) que el exilio será su destino, que la nación será
destruida porque sus habitantes pervierten la verdad y la rectitud y se confían
en su propia fuerza." (Sperry, Voice of Israel's Prophets, pág. 313.)
En esta forma, la destrucción de Israel fue asegurada por elección del pueblo
mismo. Los caballos no pueden correr sobre las piedras sin sufrir resbalones,
ni el hombre puede arar en la piedra para plantar (véase vers. 12). Por la
misma razón, el Israel rebelde no podía esperar prosperar en su estado de
maldad. El versículo 13 es una acusación contra Israel, nación que se
regocijaba en despreciar el poder del Señor y que se sentía autosuficiente y
satisfecha de sí misma. Lo que Amós predijo aconteció en el término de
treinta años.
(8-16) Amós 7-9. Las visiones de Amós
Los últimos tres capítulos de Amós versan sobre cinco visiones que tuvo
Amós. Cuatro de ellas comienzan con una frase como ésta: "Así me ha
mostrado Jehová el Señor" (véase Amós 7:1, 4, 7; 8:1), mientras que la quinta
comienza con "Vi al Señor" (Amós 9:1). Las cuatro primeras muestran los
distintos juicios del Señor sobre Israel, y la quinta presagia el derrocamiento
de su teocracia apóstata y luego, por fin, la restauración de Israel caído. Las
visiones son: (1) una invasión de langostas (Amós 7:1-3); (2) un fuego
devorador (Amós 7:4-6); (3) el albañil con la plomada (Amós 7:7-9); (4) el
canastillo de fruta (Amós 8); y (5) el santuario derribado (Amós 9:1-6). Cada
una tenía un significado simbólico, el cual claramente mostraba que el Señor
se proponía terminar con el reino de Israel si la gente no se arrepentía. El
significado de cada visión se comentará por separado.
La langosta (Amós 7:1-3). "El rey que había segado es Jehová; y la siega
denota los juicios que Jehová ya había ejecutado sobre Israel. El crecimiento
de la segunda cosecha es una representación figurada de la prosperidad que
surge nuevamente después de aquellos juicios; por lo tanto, denota la época en
que otro día vuelve a amanecer para Israel, o sea que Israel vuelve a prosperar
(cap. iv. 13)." (Keil y Delitzsch, Commentary, 10:1:306-7.)
El fuego que consume (Amós 7:4-6). El fuego que consumió al abismo (o sea
el océano) es símbolo de las guerras que más adelante destruirían a Israel en
parte. Así como el fuego consumió "una parte" del gran abismo, la tierra de
Israel fue saqueada en parte y muchos de sus habitantes fueron llevados
cautivos.
El albañil con la plomada (Amós 7:7-9). La plomada se emplea para obtener
exactitud en la construcción de un edificio. Aquí parece simbolizar que la
justicia de Dios prevalecerá y juzgará a Israel por sus sendas erradas. Toda
maldad será descubierta, medida (o sea, juzgada) y destruida.
El canastillo de fruta de verano (Amós 8:1-9). La cosecha de la fruta de
verano representa la maduración de Israel. Así como la fruta de verano
madura y se debe comer cuando se recoge para evitar que se eche a perder,
Israel estaba madura para ser tomada y destruida por sus enemigos.
El sol que bajaba al mediodía (Amós 8:9-14). El sol de un hombre puede
ponerse al mediodía si es que le llega en la época mejor de su vida. En sentido
figurado, el sol de una nación se pone al mediodía cuando esa nación es
destruida en medio de su prosperidad. Pero la profecía de Amós también nos
recuerda que antes de la segunda venida del Señor el sol se oscurecerá y se
rehusará a dar su luz. En realidad, será una señal para los malvados de los
últimos días de que su sol está por ponerse al mediodía. (Véase Keil y
Delitzsch, Commentary, 10:1:317.)
El santuario derribado (Amós 9:1-6). Desde su morada en las alturas, el Señor
herirá a los malvados. Nadie escapará, no importa dónde se esconda. Esta
escena sólo se ajustará a la descripción de la segunda venida del Señor, pues
cuando el Señor venga en su gloria se cumplirá toda justicia. Ninguna
montaña es suficientemente alta, ni mar tan profundo como para que el
pecador que no se haya arrepentido pueda esconderse de los juicios de un
Dios justo.
(8-17) Amós 8:11-12. Hambre en la tierra
Aquí se vuelve a encontrar otro caso de profecía con doble sentido. Amós
predijo hambre de la palabra del Señor, la cual ciertamente ocurrió durante el
período de apostasía en Israel y Judá. La dureza de sus corazones alcanzó tal
estado que desde el año 400 a. C. hasta el ministerio de Juan el Bautista, que
comenzó en el año 30 de nuestra era, no hubo profetas en Israel (véase Temas
suplementarios, sección K).
Pero la profecía de Amós también se cumplió más tarde. Después que Cristo
restableció su Iglesia en la tierra, ésta también cayó en la apostasía.
Nuevamente cesó la revelación y hubo hambre de la palabra de Dios; y esta
vez el hambre duró mil años. El presidente Spencer W. Kimball, después de
citar el pasaje de Amós 8:11-12, dijo en cuanto a este hambre espiritual:
"Pasaron muchos siglos y llegó el día en que un manto de incredulidad cubrió
la tierra, no un manto de algodón ni lana, sino uno de apostasía. Y muchos
tuvieron hambre y sed que no pudieron satisfacer.
"Fue nuestro Señor y Dios quien vino a la tierra y se manifestó y nuevamente
trajo la verdad con profecía, revelaciones, autoridad, sacerdocio, una
organización y todos los beneficios de la humanidad. Fue el Señor nuestro
Dios quien hizo esto por nosotros." (En Conference Report, Conferencia de
Area en Nueva Zelanda, 1976, pág. 4.)
El élder Joseph B. Wirthlin, quien en una época fue Administrador Ejecutivo
de Area en Europa, habló en cuanto al efecto que este estado de hambre tuvo
entre la gente de Europa: "Hemos encontrado que en Europa hay un
incansable espíritu de búsqueda. ¿Por qué? Porque en el corazón humano
existe una insatisfacción que, si no se puede satisfacer mediante las verdades
del evangelio, deja al alma vacía, despojada y sin paz. La mezcolanza de los
'ismos' económicos defendidos por los que se califican de sabios del mundo
han resuelto —si es que lo hicieron— pocos problemas y no han aportado un
gozo verdadero. Tales panaceas vacías han llevado a la humanidad a buscar lo
que son bienes mundanales y símbolos de poder material, cegando a la
humanidad ante la verdad de que solamente la vida justa, firmemente
establecida en el diario vivir de los mandamientos de Dios, trae la felicidad
verdadera. Todo lo que sea menos que esto deja sin satisfacer al corazón, con
un hambre interior — hambre que tenemos la misión de identificar y definir
para luego ayudar a las personas a tener conciencia de aquello que falta en sus
vidas. En Europa he visto el cumplimiento de las palabras de Amós, de que
habría hambre en la tierra, 'no hambre de pan… sino de oír la palabra de
Jehová' (Amós 8:11)." (En Conference Report, octubre de 1975, págs. 15455.)
Con la restauración del evangelio, el hambre llegó a su fin, no para todos a la
vez, pero para la tierra en general. Concerniente al fin de este hambre
espiritual que Amós anunció, el presidente Spencer W. Kimball dijo:
"Después de siglos de obscuridad espiritual… solemnemente anunciamos a
todo el mundo que el hambre espiritual ha terminado, la sequía espiritual ha
pasado, la palabra del Señor en su pureza y totalidad está al alcance de los
hombres. No tenemos que ir de un mar a otro, ni del norte al este buscando el
evangelio verdadero, como predijo Amós, pues la verdad sempiterna está al
alcance." (En Conference Report, abril de 1964, págs. 93-94.)
(8-18) Amós 9:7-15. "Haré que la casa de Israel sea
zarandeada entre todas las naciones"
Amós le dijo a Israel que no podía depender de sus méritos de pueblo
escogido (véase vers. 7), pues el reino de Israel sería destruido a excepción de
un remanente de Jacob, el cual preservaría (vers. 8). El recogimiento del
remanente justo será tal que ni una sola alma justa será olvidada (véase vers.
9), y el Señor establecerá su obra hasta la edificación del templo de Jerusalén
en el lugar que le corresponde.
Cada alma justa que haya tomado sobre sí el nombre del Señor —sea israelita
o gentil— será traída al reino (véase Amós 9:12). Y las naciones de la tierra
darán de sus riquezas. Las promesas dadas al Israel esparcido son seguras,
pues los de ese pueblo serán recogidos en el reino de Dios, heredando toda
bendición prometida a los justos, y no las perderán ya más (véase vers. 14-15).
RESUMEN ANALITICO
(8-19) Amós: ejemplo para el mundo de la actualidad
Amós era un observador perspicaz que escudriñó las condiciones religiosas y
sociales de su época. El reino de Israel, al norte, era próspero. La codicia, la
corrupción y el vicio eran comunes entre los ricos. Los pobres vivían en forma
miserable. La religión había perdido su vitalidad y la buena conducta moral se
había olvidado. Cuando fue llamado por el Señor, Amós era pastor,
dedicándose no sólo a cuidar rebaños sino al cultivo de la viña. Sin embargo,
aceptó sin temor el llamado y trabajó entre el pueblo, profetizando de su
futuro como individuos y como nación. Los mismos consejos fueron dados a
otras generaciones en términos similares (véase 2 Nefi 1:9-10).
Uno de los beneficios principales de tener las Escrituras y leerlas es que nos
ayudan a familiarizarnos con el Señor y sus sendas, y al estudiar las Escrituras
podemos aplicar en nuestra vida los principios que aprendemos. Los de la
época actual tienen mayor obligación de obedecer los mandamientos, pues se
les ha dado mayor luz y conocimiento.
Delante de Amasias, el sacerdote, Amós valientemente declaró que tenía un
llamamiento del Señor. En respuesta al intento de Amasias de intimidarlo, casi
podemos imaginarlo diciendo, como Pablo: "No me avergüenzo del evangelio
de Cristo" (Romanos 1:16). Amasias era uno de los muchos que, en la época
del Antiguo Testamento, predicaba por dinero. Enseñaba, como otros, lo que
la gente quería oír y menospreciaba a los siervos autorizados del Señor.
¿Existen personas como Amasias en nuestra época? ¿Han cambiado sus
métodos? Con toda tranquilidad los siervos del Señor siguen adelante y al
transcurrir el tiempo los que a sí mismos se llaman profetas desaparecen en la
obscuridad.
Lea otra vez el relato de Amós sobre su llamamiento por el Señor (Amós
7:12-17). ¿Puede relacionar este acontecimiento con otros similares en la vida
de algunos de los profetas del Señor hoy día? ¿Qué cualidades debe tener un
hombre para ser profeta? (Véase Temas suplementarios, sección B.)
Amós 8:7-10 presenta algunas de las señales relacionadas con la segunda
venida de Cristo y con el juicio final. Recuerde que Amós había visto al Señor
y había recibido su mensaje. Todos los profetas, en todas las épocas, han
tenido un conocimiento del Señor Jesucristo y han testificado de su misión
(véase Hela-mán 8:16; Jacob 4:4-5; Hechos 3:21-24).
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